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E N FE R M E D A D AR TER IAL O C LU S IV A PER IFÉRICA CAPÍTULO 63 176 3

cular, aceroesclerosis y traum atism os. La m ayoría de los aneurism as el ictu s. El A IT se define com o la p érd id a ag u d a y breve de una
verdaderos son saculares y a menudo aparecen en la bifurcación de la función cerebral focal; suele durar menos de 24 h. No h ay déficits
arteria renal principal, com plicando la reparación quirúrgica. En un persistentes después de un AIT, pero a m enudo se producen m ú lti­
10% de los casos son bilaterales. Sabemos qu e la displasia fibromus- ples episodios. La pérdida de función puede localizarse a una región
cular (D FM ), cspcciaím cntc la displasia de la m edia, causa m últiples encefálica irrigada por un sistem a vascular, com o la arteria carótida
estenosis con dilatación postestenosis, dando lugar a la imagen en «hilo d erech a o iz q u ie rd a. L a m ayo ría de los A IT son brev es, de 2 a
de cuentas» en las pruebas. m ayoría es asintom ática; los pacientes I 5 m in de d uración, y de inicio sú bito. Los sínto m as son déficits
sintom áticos se presentan con roturas. Las indicaciones para la repa­ m otores y sensitivos un ilaterales, afasia (dificu ltad para encontrar
ración son lesiones sintom áricas, lesiones mayores de 2 cm o lesiones las palabras) o disartria (dificultades en el habla por problem as m o­
en m ujeres de edad fértil. Las opciones reparadoras dependen de la tores). El déficit motor puede presentarse com o debilidad, parálisis,
localización del aneurism a. La DFM se trata únicam ente con angio- d isa rtria o torpeza de las extre m idad es superiores y/o inferiores
plastia por balón. Aquellos aneurism as, m uy infrecuentes, situados en y/o de la h em icara c on tralate rales a la a rte ria c aró tid a afectad a.
la porción recta de la arteria pueden tratarse mediante embolización El d éficit sensitivo se p resenta com o in sen sib ilid ad o parestesias
con espirales o inserción de endoprótesis o am bas. Los aneurism as d e las e xtrem id ad es su periores y/o inferiores y/o de la h em icara
presentes en puntos de ram as im portantes, en los que no es posible contralaterales. La afasia se produce cuando está afectado el centro
sacrificar una de las ram as, requieren una reparación abierta. La com ­ del leng u aje, situad o h ab itu alm en te en el hem isferio do m in ante.
plejidad de este abordaje abarca desde la aneurismorrafia sim ple o la Si el déficit neuroló gico dura más de 24 h, pero se recupera com ­
resección con reconstrucción y flujo aferente de la aorta, o bien de pletam en te la funció n neurológica en 4 8 -7 2 h, se denom ina d é fi­
las arterias hepática, esplenica o ilíaca, hasta la explantación del riñón c i t n e u ro ló g ico isq u ém ico rev ersib le (D N IR ). Se con sidera que un
para repararlo en la mesa o una nefrectomía. paciente con d éficit neurológico persistente sufre un ictus. Por el
contrario , los episodios súbitos que solo duran unos segundos no
E N F E R M E D A D DE L A A R T ER IA CA RÓ TID A suelen con siderarse A ri'.
FJ ictus es la tercera causa de m uerte y constituye la prim era causa de La amaurosis fugaz es una pérdida de visión transitoria unilateral.
discapacidad grave en EH. U U . C ada año se producen unos 7 00 .00 0 Está causada por un ém bolo en la arteria oftálm ica, la prim era rama
ictu s, con casi 1 7 5 .0 00 fallecim ien to s (2 5 % ) en el año posterior de la carótida interna. Los pacientes describen el episodio como una
al ictus. Cerca del 85% de los ictus tienen una causa isquémica, y el 15% sombra que baja o sube por todo el ojo, la m itad del ojo o un cuadrante
se debe a hemorragias primarias, como la hemorragia inrraparenquima- de un ojo. La localización del campo visual afectado depende de si la
tosa secundaria a hipertensión. De los ictus isquém icos, el 20-3 0% se em bolia se produce en la arteria retiniana superior o inferior. Si toda
deben a émbolos por enferm edad cerebrovascular ateroesclerótica. En la arteria retiniana resulta afectada transitoriam ente, el paciente puede
pacientes con estenosis superiores al 50% , el 20% muestra émbolos en referir la pérdida com pleta de visión en un ojo. De un modo sim ilar a
estudios de Doppler transcraneal (D T C ). La incidencia y la frecuencia los A r r, la m ayoría de los episodios de am aurosis fugaz son de inicio
aum entan con estenosis de mayor tam año y problem as neurológicos súbito y duran m inutos. Sin embargo, en ocasiones algunos pacientes
sintom áticos recientes. La localización más frecuente de la ateroes- presentan ceguera permanente.
clerosis en la circulación cerebrovascular es la bifurcación carotídea; Los pacientes tam bién pueden estar asintom áticos cuando se
así pues, muchos ictus pueden prevenirse con intervenciones sobre d iagnostica enferm edad de la arteria carótida con relevancia hem o­
la carótida. d inám ica. En ocasiones, se escucha un soplo carotídeo audible en el
cuello durante la exploración física rurinaria. H ay que observar que
F is ío p a to lo g ía la enfermedad carotídea grave no siempre causa soplos audibles por la
El desarrollo de placas ateroescleróticas en las arterias extracraneales notable reducción del flujo sanguíneo. H ay q u e realizar ED de las
es la p rim era causa de ictus isquém icos en N orteam érica y Europa. carótidas, como prueba de cribado, en pacientes asintom áticos con
Es responsable de cerca del 90% de la enferm edad cerebrovascular soplos y pacientes de alto riesgo sin soplos.
extracran cal, y el 1 0 % restan te se debe a otros procesos com o la
D FM y la arreritis. H ab itualm en te, las lesiones ateroescleróticas se D ia g n ó stic o
producen en la porción proximal de la arteria carótida interna (ACI) Una vez c.stablecido el diagnóstico de AIT, am aurosis fugaz o ictus,
y la b ifurcación carotídea a lo largo de la pared co n traria al origen es necesario un estudio diagnóstico rápido con el fin de confirm ar y
de la arteria caró tida externa (AC E ). El aum ento de tam añ o de la tratar la enferm edad de la arteria carótida, porque el riesgo de ictus
b ifu rcación caro tíd ea en el bulbo caro tídeo crea un a región bien es m áxim o en los 3 meses posteriores al episodio inicial. Este riesgo
delim itada de escasa tensión de cizallam iento de la pared, separación vuelve al nivel basal a los 6 meses, aproxim adam ente. La prueba más
del flujo y pérdida del flujo unidireccional. En esta región de escasa ú til para diagnosticar enferm edad de la arteria carótida extracraneal
tensión de cizallam iento con flujo perezoso, se produce una expo­ es la ED. La ED de las carótidas (fig. 6 3 -2 6 ) p erm ite determ inar
sición prolo ngad a e interacción de los líp id os plasm áticos con las in d irectam en te la gravedad de la estenosis caro tídea m idien d o la
paredes del vaso, que podría explicar la placa localizada en el bulbo velocidad. A m edida que aum enta la estenosis y se estrecha la luz, se
carotídeo. Por el contrario, las regiones con una elevada fuerza de ciza­ produce un increm ento en la velocidad de la sangre para m antener
llam iento, com o el m argen interno del seno carotídeo, suelen carecer el flujo distal. M uchos estudios han confirm ado la correlación del
de ateroesclerosis. Tras el desarrollo de una estenosis con relevancia aum ento de velocidad con la gravedad del proceso. Tam bién pueden
h em od in ám ica, la placa ateroesclerótica puede causar un ictus por utilizarse A TC y A R M (fig. 6 3 -2 7 ) para determ inar el grado de es­
uno de los tres mecanismos principales: em bolia de partículas ateroes- tenosis carotídea en la bifurcación. Además, son útiles para estudiar
cleróticas, oclusión trom bótica o hipoperfusión. posibles lesiones en tándem que podrían estar presentes en el tronco
supraaórtico proxim al o los vasos intracraneales, y para v alorar la
M a n ife s ta c io n e s c lín ic a s configuración del cayado aórtico. Estos estudios son asim ism o útiles
Los sín to m as de la enferm ed ad de la arteria caró tid a in clu yen los para confirm ar los hallazgos del dúplex y plan ificar la intervención
ataq u e s isq u ém ic o s tra n sito rio s (A IT ), la am au ro sis fugaz, y/o m ed iante endoarterectom ía carotídea o endoprótesis vasculares. En
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ocasiones, se realiza una artcriografía con contraste (fig. 6 3-28 ). Al­ vascular intracraneal o enferm edades arteriales no areroescleróticas
canza su m áxim a utilidad en pacientes con dúplex negativos y aquellos infrecuentes, com o la D FM .
en los que una prueba no invasiva es discordante con la presentación
clín ica. A dem ás de los hallazgos sim ilares a los de A TC y A R M , la Tratamiento
artcrio g rafía con con traste se u tiliza p ara id en tifica r enferm edad
E n doa rterecto m ía caro tíd ea
Indicaciones La en d o arte recto m ía carotíd ea (E aC ) consiste en la
CfTV^
elim in ació n de la p laca ateroesclerótica de la bifurcación carotídea.
5 2 L S I B I S ] n g ) [ 2 2 2 L Z :3 B 5 3 f(D>lPMCTrtg»i|Plac»|
En el N orth Am erican Sym ptom atic Carorid E ndarterectom y Trial
ACE 266 0 ACE 249 O
ACIO 56 ?4 ACK> 97 ? 8 (N A SC E T ), se evaluó la eficacia de la EaC para pacientes sintom á­
ACIM HO 2B ACIM «3 31 ticos con estenosis de la arteria carótida del 3 0 al 99% en EE. U U . y
ACIP M7 443 ACIP 14937 5070% C anadá. Se distribuyó aleatoriam ente a pacientes con AIT, amaurosis
fu gaz o ictu s no d iscap acitantes a recibir tra tam iento m édico de
ACCD 50 11 ACCD 147 3G referencia o someterse a una EaC. En el prim er estudio de pacientes
ACCM 62 8 ACCM 101 27 con estenosis del 70% o superiores, la E aC reducía la incidencia de
ACCP 77 l í ACCP 103 2 0 ictus ipsolateral del 26 al 9% a los 2 años. inciden cia de un ictus
SU0CL 1W 0 su eci 17ft O
ipsolateral im portante o m ortal fue del 13,1% para el grupo m édico
máxima d« la AGI SO-99% nwkxirM cS« la AO
y del 2 ,5 % para el q u irúrg ico . En una d escripción posterior, p u ­
CocWnl* ACt/ACC 11.3 Coc»«f«* ACVACC 1
blicaron los resultados de pacientes con ictus ipsolateral sintom ático
A leve (30-49% ) y m oderado (50 -6 9 % ). El riesgo de ictus ipsolateral
a los 5 años en pacientes con estenosis m oderadas fue del 2 2 ,2 %
para el grupo m édico y del 15,7 % en el q u irú rgico . En pacientes
1U
CM con estenosis leve, el riesgo de ictus ipsolateral resultó equivalente en
ambos grupos. Los resultados del N A S C E l’ mostraron que aquellos
pacientes sintom áticos con estenosis grave (7 0-99% ) se beneficiaban
en gran m edida de la intervención quirúrgica a lo largo de un período
breve de tiem po, m enos de 2 años. Los resultados tam bién respalda­
ban la cirug ía en pacientes sintom áticos con estenosis del 50-69 % .
H ay que m encionar que el tratam iento m édico de referencia cuando
se realizó el estudio N ASCET no incluía al clopidogrel ni las estatinas
anticolesterol, que han dem ostrado reducir el riesgo de ictus.
La EaC tam bién ha dem ostrado su eficacia en pacientes asin-
tom áticos. El A sym ptom atic C arotid Atherosclerosis S tudy (ACAS)
aleatorizó a pacientes asintom áticos con estenosis del 60-99% a recibir
el tratam iento m édico de referencia o someterse a una EaC. El riesgo
a 5 años de ictus ipsolateral y de c u alqu ier ictus perioperatorio o
FIGURA 63-26 A. Velocidades de un dúplex carotídeo que muestran una fallecim iento fue del 1 1 % para el grupo médico y del 5,1% para el
esten osis grave de la arteria carótida interna derecha. B. Se observa qu irúrgico. La tasa de com plicaciones perioperatorias fue baja, un
una placa blanda en la arteria carótida interna (ACI) derecha en la imagen 2 ,3 % , y apro xim ad am ente el 50% del riesgo estaba asociado a la
en escala de grises. arteriografía con contraste preoperatoria, obligatoria para los pacientes

FIGURA 63-27 A. Reconstrucción de una ATC del cayado y la carótida cen/ical. B. ARM del cayado, cervical e intracraneal con gadolinio. (Por cortesía
del D r Douglas Hughes, University of Texas M edical Branch at Galveston lUTMB], D epartm ent of Radiology.)
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%
c
í
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FIGURA 63-28 Imágenes del paciente de la figura 63-26. A. Estenosis grave de la arteria carótida interna (ACI) derecha, que se correlaciona con
los hallazgos del dúplex carotídeo. B. Angiografía anteroposterior cerebral con inyecciones en la arteria carótida com ún derecha que demuestra la
ausencia de llenado en la circulación anterior. C Inyección en la ACI izquierda, con llenado de la circulación anterior derecha.

d istribuidos aleato riam ente a someterse a la EaC. Por tanto, la tasa Para pacientes sintom áticos de riesgo adecuado tratados por
real de com plicaciones qu irúrgicas fue solo del 1,5% . El estudio de cirujanos cuya rasa de m orbilidad y m ortalidad quirúrgica sea inferior
mayor tamaño fue el Asymptom atic Carotid SurgeryTrial (A CST ), que al 6 % , las indicaciones de la EaC son las siguientes:
aleatorizó equirarivamente a 3 . 1 2 0 pacientes a EaC o tratamiento médi­
co. Los resultados fueron similares, con un riesgo de ictus a los 5 años del
indicaciones demostradas
11,8% para el grupo médico y del 5,4% para el grupo quirúrgico. Las
• Uno o más A IT en los últim os 6 meses y estenosis > 7 0 %
com plicaciones perioperatorias tam bién fueron escasas, del 3,1% .
• Ictus leve con estenosis > 7 0 %
Los resultados de los estudios pioneros de la EaC han confirmado
que la cirugía protege m ejor frente al ictus ipsolateral en pacientes con
enferm edad sintom ática y asintom ática. El Stroke C ou ncil de la AH A Indicaciones aceptabies pero no demostradas
prom ulgó una conferencia de consenso sobre las indicaciones de la en los últim os meses y estenosis del
EaC. Las recom endaciones abarcaron cuatro categorías: 1) dem os­ • Ictus progresivo y estenosis > 7 0 %
tradas: la ind icació n m ás sólid a, respaldada h ab itualm ente por los • Ictus leve o m od erado en los ú ltim o s 6 m eses y estenosis del
resultados de estudios aleatorizados prospectivos; 2 ) aceptables, pero
no demostradas: una buena indicación para la cirugía respaldada por • Endoarterectomía carotídea ipsolateral a ios y estenosis > 70% ,
datos prom etedores, pero sin certeza cien tífica; 3) inciertas: datos junto a necesidad de cirugía de derivación coronaria
insuficientes para definir el cociente riesgo-beneficio, y 4) tanto demos­
tradas com o inapropiadas: los datos actuales muestran adecuadamente Indicaciones inciertas
que los riesgos de la ciru gía superan sus posibles beneficios. Las reco­ • con estenosis
m endaciones se subdividen para pacientes con enferm edad carotídea • Ictus leve con estenosis < 5 0 %
sintom ática o asintom ática. • trom bosis carotídea aguda sintom ática
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Indicaciones tanto demostradas como inapropiadas Técnica Véase la figura 63-29. El paciente se coloca en decúbito
• Ictus moderado con estenosis <50%, sin tratamiento con ácido supino, con una alm ohada bajo el hombro y el cuello extendido,
acetiisalici'lico girada la cabeza hacia el lado contralateral. Se realiza una incisión
• AIT único, estenosis <50%, sin tratamiento con ácido acetiisalicílico longitudinal paralela y a lo largo del borde anterior del músculo es-
• Pacientes de alto riesgo con AI l' múltiples, estenosis <50%, sin ternocleidomastoideo. Otra opción es una incisión oblicua a lo largo
tratamiento con ácido acetiisalicílico de las líneas cutáneas del cuello. La incisión longitudinal podría lograr
• Pacientes de alto riesgo, ictus leve o moderado, estenosis <50%, sin una exposición mejor, mientras que es posible que la incisión oblicua
tratamiento con ácido acetiisalicílico resulte en una cicatriz más estética cuando cierre. Con la exposición
• Síntomas isquémicos globales con estenosis <50% longitudinal, se puede extender proximalmente la incisión hasta la
• Disección aguda de la carótida interna, asintomática, en tratamiento horquilla esternal, o distalm ente hasta la apófisis mastoides, para
con heparina poner de manifiesto la carótida común proximal, o la ACI distal, res­
Para aquellos pacientes asintomáticos de riesgo adecuado tratados pectivamente. Se secciona el platisma. Hay que desplazar al músculo
por cirujanos cuya tasa de m orbilidad y mortalidad quirúrgica es esternocleidomastoideo de la vaina carotídea, retrayéndolo hacia atrás.
inferior al 3%, las indicaciones de la EaC son las siguientes; Es posible exponer la vena yugular interna a lo largo del borde anterior
• Indicaciones demostradas: estenosis >60% hasta identificar la gran vena facial común. Se secciona la vena facial
• Indicaciones aceptables pero no demostradas: no hay ninguna así común; por lo general, la bifurcación carotídea está inmediatamente
definida por debajo de esta. Se desplaza lateralmente la vena yugular interna
• Indicaciones inciertas: pacientes de alto riesgo o cirujanos cuya tasa para poner de manifiesto la bifurcación carotídea. El nervio vago
de morbilidad y mortalidad sea superior al 3%, operación combi­ (X par craneal) está situado posterolateral a la arteria carótida común
nada carótida-coronarias, o lesiones ulcerantes no estenóticas (ACC) en la vaina carotídea. Por tanto, la disección de la ACC se
• Indicaciones tanto demostradas como inapropiadas: intervenciones realiza anteriormente para evitar la lesión del nervio. No obstante, hay
con una tasa de morbilidad y mortalidad combinada por ictus >5% que tener cuidado de identificar aquel nervio vago ocasional que sigue

FIGURA 63-29 A. Preparación de un paciente para la endoarterectomía


carotídea con vigilancia intraoperatoria mediante dúplex transcraneal.
B. Exposición de la carótida con el nervio hipogloso en la parte superior de
la incisión. C. Placa carotídea con componentes calcificados y friables.
ENFER MEDAD ARTERIAL OCLUSIVA PERIFÉRICA CAPÍTULO 63 1767

un trayecto anterior anómalo y la presencia infrecuente de un nervio hasta su transición con la íntim a normal distal. Si no es posible
laríngeo no recurrente que sale directamente del vago para inervar las retirar gradualm ente la placa distal, se secciona transversalmente
cuerdas vocales. K1 nervio laríngeo no recurrente suele aparecer en el la íntim a residual, fijándola en su lugar con suturas tachonadas.
lado derecho del cuello. Una vez completada la endoarterectomía, se irriga copiosamente la
Es necesaria una di.sección meticulosa de la arteria carótida para pared residual con una solución salina heparinizada, y se eliminan
evitar embolias. Hay que minimizar el movimiento del bulbo carotí- todos los deshechos restantes y las fibras de la media para prevenir
deo; la disección inicial debe estar limitada a la ACI normal y la ACE embolias. Entonces, se perm ite la hemorragia retrógrada de ACI, ^
distal al segmento afectado y la ACC proximal al segmento afectado. ACE y ACC. s
Durante la movilización superior de la AGI, hay que identificar y La arteriotomía se cierra mediante un parche. Hay datos que de- ^
proteger el nervio hipogloso (XII par craneal). La disección en las muestran que la angioplastia con parche consigue mejores resultados, y ^
proximidades de la bifurcación carotídea y el cuerpo carotídeo puede se acompaña de menor riesgo de reestenosis, especialmente en mujeres, c
causar bradicardia e hipotensión reflejas. Para prevenir estas, se inyecta pacientes con ACI pequeñas y aquellos que continúan fumando. Una >
lidocaína al 1 % en el cuerpo carotídeo. vez completada la arteriotomía, primero se restaura el flujo a la ACE
En ocasiones, algunos pacientes presentan una bifurcación liberando las pinzas de la ACE y la ACC. Tras varios latidos para
carotídea alta o bien lesiones extensas, y puede ser necesaria una eliminar los desechos de la ACE, se restablece el flujo a la ACI.
exposición total de la ACI. Hay varias técnicas para lograr este tipo Si se desea, la heparina se revierte con protamina.
de exposición. En prim er lugar, se extiende la incisión en la piel
hacia arriba, hasta la apófisis mastoides, y se moviliza el músculo Tratamiento postoperatorio Una vez completada la endoarterectomía,
esternocleidomastoideo hasta sus inserciones tendinosas en la apófisis se realiza una exploración ncurológica somera en el quirófano. Si no se
mastoidea. En este nivel de la disección, hay que identificar y proteger encuentran déficits, el paciente se traslada a la sala de recuperación.
el nervio espinal o accesorio (XI par craneal). Es posible exponer aún Durante el período postoperatorio se sigue de cerca a los pacientes.
más la ACI seccionando el vientre posterior del músculo digástrico. Aunque anteriorm ente se los ingresaba de rutina en la unidad de
Si todavía es necesario poner más de manifiesto la ACI, se secciona cuidados intensivos, en el momento actual la mayoría de los pacientes
transversalmente la apófisis estiloides y se desplaza a la mandíbula en pueden ser trasladados a una habitación normal si no tienen déficits
dirección anterior. En este punto de la disección, el nervio glosofa- neurológicos y presentan una hemodinámica normal en la unidad de
ríngeo (IX par craneal) atraviesa la ACI cerca de la base del cráneo. Es recuperación postanestesia. Habitualmcnte, es posible dar de alta a los
posible evitar la lesión de este nervio disecando en la proximidad de la pacientes al día siguiente. Factores importantes que deben vigilarse son
superficie anterior de esta arteria. Al retraer la herida superiormente, el estado neurológico del paciente, la presión arterial y la incisión, en
también hay que tener cuidado para no lesionar otros nervios. Puede busca de hematomas.
producirse una lesión temporal por compresión del nervio auricular Si existe un déficit neurológico al term inar la intervención,
mayor lateralmente, y de la rama m andibular marginal del nervio se valora la perm eabilidad de la ACI m ediante dúplex carotídeo
facial medialmente. no invasivo. Un colgajo u oclusión de la ACI en el dúplex inicial
Cuando las arterias carótidas están plenamente expuestas, se exige reintervenir inmediatamente. Si la ACI es permeable, se re­
colocan cintas vasculares alrededor de las arterias y se adm inistra aliza una arteriografía para detectar posibles coágulos o alteraciones.
hcparina para lograr una anticoagulación total. Con el fin de evitar Todas las lesiones se tratan mediante una reoperación. Si no hay
embolias, la ACI se pinza primero, y se sigue del control de la ACC lesiones en la arteriografía de ACI permeables, el paciente recibe
y la ACE. Se abre la ACC y se realiza una arteriotomía longitudinal un tratam iento conservador con anticoagulantes, antiagregantes
a través de la placa hasta la ACI normal distalmente. Si se va a utilizar o ambos. Sin embargo, si el paciente continúa presentando pro­
una derivación, se inserta en este momento. I^ decisión de usar una blemas neurológicos repetidos o que se agravan, puede ser necesario
derivación puede basarse en criterios electroencefalográficos o de reintervenirle inmediatamente.
presión retrógrada. En el últim o caso, se prepara un transductor La vigilancia y el control de la presión arterial durante el posto­
de presión arterial. Se inserta cuidadosamente una aguja de calibre peratorio son sumamente importantes para prevenir un ictus. Inme­
2 2 doblada con un ángulo de 45° en la ACC, de modo que la parte diatamente después de la EaC, el 20% de los pacientes puede presentar
distal de la aguja esté en la luz de la ACI. Se mide la presión de la ACI hipertensión importante, y el 30% tendría hipotensión. Se encontró
con la ACE y ACC pinzadas. Si la presión retrógrada es una presión que hasta el 9% de estos pacientes presentaba déficits neurológicos,
arterial media de 65 mmHg o más, existe una circulación cerebral mientras que no había morbilidad neurológica en pacientes normo-
colateral adecuada y no es necesaria la derivación. Otros métodos tensos. Además, la fluctuación de la presión arterial provoca efectos
de evaluar el flujo sanguíneo cerebral comprenden exploraciones adversos sobre la función miocárdica. La presión arterial sistólica
neurológicas breves repetidas en el paciente despierto en el que se debe mantenerse por debajo de 140 mm Hg en pacientes normo-
está interviniendo sobre la ACE con anestesia local, o vigilancia tensos y por debajo de 160 mm Hg en pacientes con hipertensión
mediante dúplex transcraneal o electroencefalografía cuando se utiliza crónica. La presión diastólica se mantiene por debajo de 100 mmHg.
anestesia general. La hipertensión se trata inmediatamente, para ello puede emplearse
La endoarterectomía se inicia en la ACC. El punto óptimo para nitroprusiato sódico. La hipotensión se trata primero con líquidos
la endoarterectomía es el plano comprendido entre la capa media para corregir el déficit de volumen; si no responde, se administran
interna y la externa. Esto termina con la eliminación de la íntima, vasoconstrictores.
la placa y una porción de la media. Así pues, la pared arterial que El uso de antiagregantes y la anticoagulación intraoperatoria con
permanece consiste en la adventicia y la media residual. La placa se heparina puede causar hematomas de la herida tras la endoarterecto­
secciona proximalmcnte en la ACC y la endoarterectomía se extiende mía; la incidencia de rcintervención para drenaje de hematomas es
en dirección distal, al bulbo carotídeo. Se afloja la cinta vascular alre­ inferior al 1%. Habitualmente, la herida rezuma de forma difusa, más
u dedor de la ACE y se realiza la endoarterectomía de la ACE mediante que producirse una hemorragia en la línea de sutura. Un hematoma
3 eversión simple. La eliminación de la placa continúa distalmente en grande puede comprimir la ACI y los pares craneales adyacentes, así
la ACI. La endoarterectomía de la ACI distal se realiza gradualmente como provocar infección en la herida. Si las vías respiratorias están
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comprometidas, es necesario abrir la incisión junto a la cabecera del la ACEV con la introducción de las endoprótesis autoexpansibles
paciente drenar el hematoma. Es posible que la incidencia se reduzca de nitinol, sistemas de acceso más pequeños y dispositivos de pro­
utilizando de rutina un drenaje de silicona. tección frente a embolias (DPE).
No es infrecuente que los pacientes refieran cefalea tras la Los primeros estudios unicéntricos realizados de 1990 a 1999
EaC; pueden referir este síntoma a los 3-5 días de la intervención, mostraban tasas significativamente mayores de ictus y fallecimientos
aproximadamente. Probablemente se debe a un síndrome de reper­ para la ACEV que en la EaC en los resultados a 30 días de pacientes
fusión debido a disfunción de la autorregulación en la circulación sintomáticos. El riesgo de un ictus importante o fallecimiento era del
cerebral una vez se ha reanudado el flujo sanguíneo tras la endoar- 3,9% con la ACEV y del 2,2% para la EaC, y el riesgo de cualquier
terectomía. Suele ser autolim itada y se resuelve espontáneamente. ictus o muerte resultó del 7,8% para la ACEV y del 4% en la EaC.
No obstante, si se acom paña de déficits neurológicos, hay que En esos estudios, la mayoría de las intervenciones de ACEV se re­
realizar una T C. alizaban sin DPE. Cuando se diseñaron los primeros estudios para
distribuir aleatoriam ente a los pacientes a ACEV o EaC, muchos
Complicaciones El ictus es la com plicación más temible de la EaC; tenían que suspenderse antes de tiempo por los peores resultados de
se produce en un 1-3% de los pacientes, según la indicación que la ACEV. Estos estudios demostraron que los pacientes sometidos
motivó la cirugía. Las causas son embolias procedentes de una placa a ACEV no protegidas, sin DPE, tenían una tasa de ictus superior
ulcerada o friable durante la disección carotídea, perfusión cerebral a la de aquellos con EaC y ACEV protegidas, y que la ACEV sin
inadecuada en la endoarterectomía, trombosis debida a una lengüeta o protección no era equivalente a la EaC. El estudio Stenting and
error técnico, y síndrome de reperflisión. La mayoría de las tasas bajas A ngioplasty with Protection in Patients at High Risk for Endar-
de ictus publicadas provienen de centros especializados, pero una terectom y (SAPPHIRE) fue el prim er estudio aleatorizado que
tasa de complicaciones más realista, obtenida de datos comunitarios so­ mostró los beneficios del uso de DPE en la ACEV, y que la ACEV
bre la morbilidad y la mortalidad combinadas del ictus, oscila entre el 6 protegida no resultaba inferior a la EaC en pacientes de alto riesgo.
y el 20%. El Stroke Council de la AHA ha fijado los parámetros para Hace m uy poco, en 2010, se publicaron los resultados preliminares
los límites superiores aceptables de ictus y fallecimiento en función del estudio C arotid Revascularization Endarterectomy vs. Stent
de las indicaciones que motivan la endoarterectomía. En pacientes Trial (CRE ST). Este fue el prim er estudio clínico aleatorizado,
con enfermedad carotídea asintomática, la morbilidad y la mortalidad prospectivo y multicéntrico, patrocinado por los National Institutes
combinadas por ictus operatorio no deberían ser superiores al 3%; of Health con el fin de comparar la seguridad y la eficacia de ACEV
para los AIT, el 5%; en antecedentes de ictus previo, el 7%, y para la y endoarterectomías carotídeas en pacientes sintomáticos y asinto-
estenosis carotídea recidivante, el 1 0 %. máticos. Los criterios de valoración preliminares fueron ictus clínicos
Las lesiones de los pares craneales son otra causa de morbilidad de cualquier tipo, infarto de miocardio o muerte y cualquier ictus
postoperatoria. Se ha encontrado una incidencia del 16%, aproxi­ ipsolateral durante todo el período de seguimiento. Participaron
madamente; esta incidencia se eleva al 39% si un logopeda evalúa 2.502 pacientes (asintomáticos, 47% ; sintomáticos, 53%), con una
a los pacientes. Solo el 60% de estos pacientes son sintomáticos, mediana del seguimiento de 2,5 años. No se encontraron diferencias
y la m ayoría de los síntom as son tem porales. Tras 6 semanas, la entre ACEV y EaC respecto al criterio de valoración compuesto
incidencia fue del 1-4%. La disfunción del nervio laríngeo superior primario (7,2% para ACEV y 6 ,8 % para EaC; P= 0,51). Había una
y del recurrente laríngeo es la lesión de pares craneales más frecuente. diferencia estadísticamente significativa en la tasa de ictus a 30 días,
Probablemente está causada por una lesión de retracción o traum a­ el 4,1% en la ACEV y el 2,3% en la EaC. El riesgo de infarto de
tismo directo de los fórceps durante la cirugía, y puede provocar miocardio resultó significativamente menor para la ACEV (1,1%),
una parálisis de la cuerda vocal en la posición paramediana, con el comparado con la EaC (2,3% ). Con una mediana del seguimiento
resultado de voz ronca y la pérdida del mecanismo eficaz de la tos. de 2,5 años, no se observaron diferencias en la tasa de ictus entre
La lesión unilateral puede ser asintomática, pero en caso de lesión ACEV y EaC.
bilateral es posible que se produzca una obstrucción de las vías respi­ Los últimos datos de CREST han mostrado resultados com­
ratorias. Si está programada una EaC bilateral en fases, se recomienda puestos similares entre los dos procedimientos, lo que llevó a los
la visualización directa de la cuerda vocal mediante laringoscopia investigadores a concluir que la ACEV y la EaC tienen resultados
tras la primera endoarterectomía. En caso de parálisis de cuerdas, se compuestos similares, con diferencias en los ictus y el infarto de
demora la cirugía programada. La retracción de la herida también miocardio perioperatorios. Es probable que en el futuro el público
puede lesionar el nervio hipogloso durante la exposición superior demande más esta técnica, menos invasiva, para el tratamiento de la
de una bifurcación carotídea alta. Esto se manifiesta por desviación enfermedad carotídea grave. Hay que mencionar que las inserciones
de la lengua, pero en ocasiones provoca alteraciones del habla y de endoprótesis vasculares y angioplastias carotídeas realizadas en la
problemas para masticar. segunda mitad de este estudio de 1 0 años presentaron una incidencia
de complicaciones significativam ente menor que aquellas ACEV
Angioplastia carotídea e inserción de endoprótesis realizadas en la primera mitad del estudio. Estos hallazgos indican
vasculares la mejora en el diseño de los dispositivos y en la experiencia de los
M uchos e stu dio s aleato rizad o s han d em ostrad o que la EaC profesionales con el tiempo, y apuntan a que los resultados futuros
es eficaz para prevenir ictus en pacientes sintom áticos y asin- podrían seguir mejorando con esta técnica.
tom áticos con estenosis significativas de la carótida interna. Se
ha aceptado que la EaC es el tratam iento de referencia para es­ La ACEV está indicada actualmente
Indicaciones y contraindicaciones
tos pacientes. Sin embargo, queda un grupo de pacientes en los para los pacientes sintomáticos de alto riesgo. La conferencia de
que se identifica un riesgo elevado para la EaC. La angioplastia consenso del Stroke Council de la AHA (v. anteriormente) perfiló
carotídea con inserción de endoprótesis vasculares (ACEV) ha las indicaciones para pacientes sintomáticos con estenosis carotídea
surgido como alternativa segura y eficaz a la EaC para pacientes de grado alto. En el momento de im prim ir este texto, los Centers
con indicaciones de cirugía carotídea. En la últim a década, se ha for Medicine y Medicaid Services continúan denegando la cobertura
producido una evolución acelerada en la técnica y tecnología de de las intervenciones con endoprótesis carotídeas para pacientes
E N FE R M E D A D AR TER IAL O C LU S IV A PER IFÉRICA CAPÍTULO 63 176 9

asin to m ático s, a sí com o en pacien tes sin to m ático s con siderado s Inserción del dispositivo de protecdón frente a embolias C on la vaina larga
candidatos de riesgo adecuado para la EaC. en la proxim idad del bulbo carotídeo, se realiza cuidadosam ente una
H ay un grupo de pacientes considerados de alto riesgo para la arteriografía m ediante inyección a m ano del contraste con el fin de
EaC quirúrgica abierta. Pueden dividirse en dos categorías principales; determ inar la anatomía de la enfermedad y localizar la AGI. Se desplaza
problemas anatóm icos o fisiológicos. Los problem as anatóm icos de la g uía con el DPE atravesando la zona afectada hasta la AGI distal,
alto riesgo son los siguientes: 1) reestenosis tras EaC previa causada inm ed iatam ente antes de la porción petrosa horizontal. Se despliega
por aso ciación con m ayor riesgo de lesion es de p ares craneales; el DPE. Entonces se evalúa el flujo a través del DPE y su situación
2 ) cuello «hostil» debido a irradiación previa, disección radial del cuello, respecto a la pared.
traqueosrom ía perm an en te o cu ello congelado; 3) lesiones altas o
bajas, por encim a de C 2 o por debajo de la clavícula, respectivamente, Inserción de endoprótesis carotídeas A continuación se realiza una an­
y 4) otras lesiones carotídeas, como lesiones en tándem en la mism a giografía, observando la localización de la enferm edad carotídea. Se
arteria carótida y enferm edad de grado alto en la AGI contralateral. desplaza cuidadosam ente la endoprótesis atravesando la zona afectada
Los problemas fisiológicos de alto riesgo consisten en: I) insuficiencia y se d esp liega desde la AGI en la A C C , cubriendo el origen de la
cardíaca congestiva o angina de clase III o IV; 2) enfermedad pulm onar ACE (fig. 6 3 -3 0). No se realiza de ru tina una angioplastia previa a
obstructiva crónica grave (volum en espiratorio forzado < I o necesidad la inserción a menos que sea necesaria, con el fin de crear el espacio
de oxígeno d om iciliario), y 3) cardiopatía que precise cirugía cardíaca preciso para la endoprótesis en lesiones casi oclusivas. La endoprótesis
abierta en las 4 sem anas siguientes. de n itinol autoexpansible tiene habitualm ente 8 - 1 0 mm de diámetro
Las contraindicaciones para la ACEV comprenden retorcimientos y 30 mm de longitud . Se ajusta el tam año a la porción más grande
o vueltas en la A C C o interna, y calcificación excesiva de la enfermedad del vaso, generalm ente la A C C distal. Una endoprótesis pequeña que
caro tídea. U n acceso d ifícil por enferm edad ilía ca y tortuo sidad y no esté junto a la pared carotídea puede convertirse en un nido para
calcificación del cayado, o estenosis en tándem de la carótida com ún, la form ación de trombos. Las endoprótesis actuales están diseñadas
tam bién pueden co n trib u ir a que sea m ás d ifícil desplazar la endo- para su uso con sistem as de acceso pequeños, utilizando plataformas
prótesis vascular. monorraíl o de intercam bio rápido.

Técnica Angioplastia carotídea U na vez colocada la endoprótesis, se realiza


Acceso a ia artería carótida y co/ocación de la vaina guía Al igual que una angioplastia. El paciente recibe 0 ,5 m g de atro pin a i.v. inm e­
en la EaC, se realiza un tratam iento médico óptim o de los pacientes diatam ente antes de la angioplastia para am ortigu ar el efecto de la
con fármacos hipotensores, estatinas y suspensión del tabaco. A los presión de los balones sobre el bulbo carotídeo. Se desplaza un balón
pacientes que no hayan estado tom ando clopidogrel se les adm inistra de angio plastia por la guía de 0,35 mm a través de la localización del
una dosis oral de carga de 600 m g y después se mantienen con 75 mg/ área más estrecha de la endoprótesis. El balón debería aproxim arse
día. El acceso retrógrado a través de la arteria fem oral com ún suele al tam año de la AGI norm al o rig in al más a llá de la estenosis, no
ser el de prim era elección, básicam ente por los condicionantes de la el de un segm ento con d ilatación postestenótica. H abitu alm ente,
m esa y la postura del paciente. El acceso b raquial solo se em plea en la an g io p lastia in ic ia l se realiza con un balón se m id isten sib le de
algunas circunstancias, como enfermedad aortoilíaca oclusiva grave. El 5 m m . El balón se hincha despacio hasta conseguir su aposición y, a
paciente recibe una dosis en embolada de heparina i.v. ( ~ 1 0 0 U/kg) tras continuación, se deshincha lentam ente. Puede utilizarse el DTG para
la inserción de la vaina inicial. En la m ayoría de los casos, la arteriografía vigilar posibles restos embólicos. La experiencia con esta intervención
diagnóstica y la intervención se realizan en dos tiempos distintos. En ha dem ostrado que la m ayor parte de los ém bolos se libera al des­
prim er lugar, se lleva a cabo una aortografía d iagnóstica del cayado hin char el balón.
con arterio grafía de cuatro vasos extracran eal y arterio grafía cere­
bral b ilateral, para evalu ar la enferm edad caro tíd ea, la circulació n fínalización de la angiografía Antes de retirar la guía y la vaina, se realiza
cerebral y planificar la intervención. La aortografía se realiza con un una angiografía final para confirmar que se ha resuelto adecuadamente
catéter en espiral en la aorta ascendente con una angulación oblicua la enferm edad carotídea y asegurar que existe flujo a través de la AGI.
anterior izquierda. A continuación, se cateterizan las arterias carótidas Los espasmos de la AGI distales a la endoprótesis pueden tratarse con
com unes en am bos lados para obtener la arteriografía de la AGI y la vasodilatadores com o n itroglicerina o papaverina. No obstante, la
circulación cerebral. Las arterias subclavias se can ulan para evaluar m ayoría de los espasmos se resuelven al retirar el DPE. U na vez retirado
las arterias vertebrales. Tras la arteriografía diagnó stica, el paciente el DPE, se realiza otra angiografía para confirm ar la vasodilatación
recibe el alta el m ism o día. y el flujo del vaso. A continuación, se em plea un dispositivo de cierre
En aquellos pacientes que precisen tratam iento, la intervención para cerrar la arreriotom ía. Si el paciente presenta alteraciones de la
se realiza tiem po después. Según la arteriografía diagnóstica, se selec­ función neurológica, se realiza una angiografía cerebral y se compara
cionan catéteres y vainas de la forma adecuada. Con el fin de lim itar el con las angiografías diagnósticas previas. La ausencia de visualización
contraste, puede realizarse un cateterismo selectivo según la aortografía de las arterias cerebrales tras la endoprótesis, qu e sí se observaban
del cayado previa. En la m ayoría de los casos, es posible acceder a la anteriorm ente en la angiografía diagnóstica, suscita la posibilidad de
A C C sim p lem en te con un catéter angu lado (p. ej., G lidecath); sin una em bolia y debe intervenirse (fig. 63-3 1).
em bargo, algunas precisan catéteres de form a más com pleja, como Los déficits neurológicos qu e se producen com o resultado de
de cobra, gancho de pastor o catéter de Sim m ons. A continuación, se la inserción de end oprótesis no son los m ism os que los secun da­
realiza la angiografía carotídea selectiva inyectando cuidadosam ente a rios a la c iru g ía c aro tíd ea ." ^ En vez de tratarse de un problem a
mano el contraste. Se coloca una guía de 0,9 mm (p. ej., Glidewire) en intraoperarorio inm ed iato, un núm ero im portante de los trastornos
la ACE y se cateteriza por el catéter angulado. Para confirm ar la loca­ perioperatorios que se producen con la ACEV tienen lugar de horas
lización de la ACE se utiliza una angiografía. Entonces se coloca una a días d espués de la interv enció n . En un estu d io, el 26% de los
guía rígida en esta arteria y se retiran el catéter y la vaina inguinal corra, trastornos neurológicos perioperatorios se produjo más de 1 d ía (y
sustituyéndolos por una vaina larga de calibre 6 Fr. Se hace avanzar la hasta 14 días) después de la intervención, y tras el alta del p aciente.” ^
punta de la vaina hasta la A C C distal. Se retira la guía rígida. En otro estud io , el 71% de los déficits perioperatorios (10 de l4 )
1770 SECCIÓN XII SISTEMA VASCULAR

FIGURA 63-30 Endoprótesis carotídeas. A. Estenosis grave de la arteria carótida interna (ACI). B. Mejoría del flujo tras la inserción de una endo-
prótesis en la ACI.

por enfermedades médicas concomitantes importantes no siempre


tienen una anatomía favorable a la inserción de las endoprótesis, y
probablemente tendrán un riesgo elevado de com plicaciones pe-
rioperatorias, incluso con técnicas percutáneas. Algunos pacientes
con anatomía compleja, pero buenos candidatos a la ACEV por lo
demás, tal vez tengan que someterse a otros tratamientos si se reciben
en los primeros tiempos de desarrollo del programa, mientras el
médico acumula experiencia. Los mejores candidatos iniciales para
la ACEV son aquellos con estenosis recidivante focal. La realización
de la ACEV requiere pruebas de imagen excelentes; el uso de una
mesa radiotransparente flotante facilita la intervención. El equipa­
miento y las herramientas específicas para la arteriografía carotídea,
la angioplastia por balón y la in.scrción de endoprótesis va.scularos son
FIGURA 63-31 Dispositivo de protección frente a embolias; filtro con
algo diferentes de los utilizados en otros lechos vasculares. Antes de
un trombo agudo. proceder, hay que determinar, conocer, solicitar y reunir todos los
componentes de la intervención carotídea. Cada vez hay más acuerdo
tras la inserción de endoprótesis carotídeas en 1 1 1 pacientes se en que la ACEV puede ser un tratamiento alternativo eficaz para
produjo una vez completada la técnica, en vez de suceder durante la enfermedad carotídea de grado alto que evita la morbilidad y la
la m ism a."’ Esto presenta dificultades logísticas si la trombólisis mortalidad del tratamiento quirúrgico abierto. Aparte de en estudios
intracraneal llega a ser el método de referencia para tratar este pro­ clínicos, actualmente está indicada para pacientes sintomáticos de
blema, porque con frecuencia aparece cuando se han retirado los alto riesgo. Con los resultados del CREST recientemente publicados,
catéteres y dispositivos de accc.so intraarterialc.s; en algunos casos, es probable que las indicaciones aprobadas se extiendan para incluir
el paciente puede estar ya de alta. El paciente tendría que volver y pacientes sintomáticos y asintomáticos de riesgo normal y grado
recibir tratamiento en el momento oportuno. El punto en el que se alto. Los cirujanos vasculares han asumido clásicamente el liderazgo
insertó la endoprótesis carotídea requeriría una nueva instrumen­ en el tratamiento de la enfermedad carotídea. Si queremos seguir
tación (atravesarlo con guías y catéteres), con el consiguiente riesgo ofreciendo a nuestros pacientes todas las alternativas terapéuticas,
añadido de otras embolias. es fundamental que desarrollemos las habilidades necesarias para
realizar con seguridad y eficacia las intervenciones de angioplastia y
Conclusiones El estudio CRES T demostró una curva de aprendizaje endoprótesis carotídeas al mismo tiempo que mantenemos nuestra
significativa para la ACEV. En la angioplastia carotídea más inserción maestría en la cirugía abierta de endoarterectomía carotídea. Más
de endoprótesis, la selección del paciente es la clave del éxito inicial. investigaciones científicas rigurosas nos perm itirán dilucidar los
Los pacientes que son buenos candidatos a recibir endoprótesis matices en las características de pacientes y sus lesiones que podrían
E N FE R M E D A D ARTER IAL O C LU SIV A P ERIFÉRICA CAPÍTULO 63 1771

constituir una m ejor base para nuestras recom endaciones respecto a


Tabla 63-9 Nomenclatura recomendada para las técnicas de
una de estas dos opciones terapéuticas contrapuestas.
transposición en los accesos
A C C E S O S D E DIÁLISIS NOMENCLATURA RECOMENDADA NOMENCLATURA CLÁSICA
Para la hcm odiálisis se realizan habitualm ente tres tipos de accesos: Antebrazo
1 ) fístula autóloga (FA); 2) prótesis puente (PP), y 3) catéter venoso
Transposición autóloga Transposición venosa superficial
central interno. El acceso ideal proporciona un flujo suficiente para radiobasílíca en el antebrazo en el antebrazo, de la vena
lograr una diálisis eficaz, es sencillo de canular, dura m ucho y tiene basílica a la arteria radial
una tasa de com plicaciones baja. Transposición autóloga Transposición venosa superficial
cubítobasílica en el antebrazo en el antebrazo, de la vena
basílica a la arteria cubital
D ire ctrice s d e la D ia iy s is O utco m e s Q u a lity
ItiH iatíve (DOQI) Transposición autóloga Transposición venosa superficial
radiocefálica en el antebrazo en el antebrazo, de la vena
En el m om ento ac tu a l, se prefieren las fístulas antologas sobre las cefálica a la arteria radial
prótesis y los catéteres venosos centrales por sus mayores tasas de
Transposición autóloga Transposición venosa superficial
perm eabilidad prim aria y m enor frecuencia de trom bosis, infección braquiocefálica en el antebrazo en el antebrazo, de la vena
y estenosis.'^'*’*^'^ A nteriorm ente, a m enudo se usaban prótesis para el cefálica a la arteria braquial
acceso inicial de la hem odiálisis. La justificación para esta elección de Brazo
las prótesis era la sencillez técnica de la intervención, evitar tiem pos
Transposición autóloga Transposición de la vena basílica
de maduración prolongados, la facilidad para canularlas, las diferencias braquiobasílica en el brazo
en el reem bolso y la desconfianza en la superio rid ad de las fístulas
Extremidad inferior
autó lo gas.’ ’^ La reticencia a realizar fístulas nativas tam bién se vio
im pulsada por el am plio intervalo de tasas descritas de perm eabilidad Transposición autóloga de la Fístula terminolateral entre la vena
femoral a la vena safena mayor safena mayor y la arteria femoral
y m ad uració n hasta un acceso fun cio nal con las fístulas AV clási­ con acceso en asa
cas, directas con una sola in cisió n , com o la fístu la radiocefálica de
Adaptado de Sidawy AN, Cray R, Besarab A: Recommended standards for re-
la m uñeca. Las tasas de m aduración de las fístulas AV oscilan entre ports dealing with arteriovenous hemodialysis accesses. J Vaso Surg 35:603-810,
el 25-90% .''^- 2002 .
El Renal D ata System (U SR D S) estadounidense, que acum ula
y revisa los datos de los centros de diálisis del país, publicó en 1995
que la frecuencia de realización de FA nativas en EE. U U . era inferior
al 30 % de rodas las interv encio nes de accesos, y algu nas regiones tener una configuración directa o indirecta. Un acceso directo des­
presentaban tasas de FA inferiores al 10% .'^' En 1996, el DO QI cribe la conexión entre la arteria y la vena originales, y com prende
V ascular Access W ork G roup se reunió a instancias de la N ational configuraciones tales com o anastom osis term inolateral, laterolateral
K idn ey F oun d atio n p ara abord ar todos los aspectos de los tem as y terminoterminal.'**^ En un acceso indirecto, se interpone un injerto
m édicos y qu irúrgico s del m om ento asociados a la hem od iálisis y autó lo go o prótesis sin té tic a entre la a rteria y la vena o riginales.
publicar un conjunto de directrices prácticas. Pueden utilizarse otros descriptores, com o transp uesto, en trans­
C on el fin de alcanzar los objetivos recomendados por la D OQ I, locación, recto y en asa.
se espera que los cirujanos aum enten las tasas de fístulas AV autólogas La p er m e a b ilid a d p r im a ria hace referencia al intervalo tran s­
hasta alcanzar com o m ín im o el 50% de todos los nuevos accesos currido desde la creación del acceso hasta la intervención destin ada
perm anentes para hem odiálisis realizados. Un objetivo im portante de a m antener o restablecer la p erm eabilidad o la trom bosis del acceso,
la DOQI es conseguir que la prevalencia de fístulas autólogas sea del o bien el tiem p o de m edición de la p erm eabilidad. P erm ea b ilid a d
40% de todos los pacientes en hem odiálisis. p rim a ria a sistid a sig n ific a el tiem po desde la creació n del acceso
hasta su trom bosis o el tiem po de m edición de la p erm eabilidad,
N o m e n cla tu ra in c lu id a s las interven ciones destinadas a m anten er la función de
En 20 0 2 , el C om m ittee on Reporting Standards for Arterio-Venous un acceso perm eable. La p erm ea b ilid a d secu n d a ria denota el tiem po
Accesses de la SV S y la A m erican A ssociation for Vascular Surgery d esde la creació n d el acceso hasta el ab and o no o trom b osis del
publicó definiciones estándar relacionadas con las intervenciones de m ism o, o el tiem p o de m ed ició n de la p erm ea b ilid a d , in c lu id a s
accesos AV y recom endó los criterios de descripción para la perm ea­ las intervencio nes para restablecer la función en un acceso trom -
bilidad y las c o m p l i c a c io n e s .* * * ^ s i g n i f ic a la vena original. Un bosado.*'*^
acceso AV autólogo es un acceso creado m ediante una conexión entre
una arteria y una vena, y la vena sirve como el punto de acceso para S istem a v e n o s o s u p e rfic ia l d e la e x tr e m id a d s u p e r io r
la canulación con aguja. U na transposición es un acceso realizado con Es esencial conocer la anatom ía de las venas de la extrem idad superior
una vena transpuesta. La porción periférica de la vena se desplaza de para planificar los accesos perm anentes de hem odiálisis. A u nque la
su posición o riginal, habitualm ente a través de un túnel subcutáneo anatom ía com ún entre los pacientes representa el punto de partida
superficial, y se conecta a la arteria. El segmento venoso más central de la inspección, es im portan te iden tificar, m edian te una evalu a­
de un acceso transpuesto se deja en su posición anatóm ica. Por el con­ ción preoperatoria exhaustiva, variaciones anatóm icas y estenosis y
trario, se utiliza el term ino tran slocación para describir un acceso cons­ oclusiones venosas segm entarias debidas a intervenciones médicas o
truido a partir de un segm ento de vena que ha sido com pletam ente quirúrgicas previas.
desplazado, desconectado proxim al y distalm ente, y situado en una
localización lejos de su origen. La tabla 63-9 muestra la nom enclatura Vena cefálica
recomendada para las intervenciones de transposición autólogas. La vena cefálica nace de la cara rad ial de las venas qu e ocupan el
Los descriptores de la configuración inform an sobre la cone­ dorso de la m ano y discurre por el borde radial del antebrazo. En
xión an asto m ó tica y el recorrido del im p lan te. Un acceso pued e la parte pro xim al de la cara an terio r del an tebrazo nace la vena
1772 SECCIÓN XII SISTEMA VASCULAR

mediana del codo. Esta vena se comunica con las venas profundas Cuando se encuentra una anatomía venosa favorable, a conti­
del antebrazo y después cruza la fosa del codo para unirse a la vena nuación se evalúa el sistema arterial respecto al diámetro de la arteria
basílica. Cuando atraviesa el codo, la vena cefálica se encuentra en elegida y la permeabilidad del arco palmar. Presiones reducidas, com­
una fosa anatómica entre el músculo braquiorradial y el bíceps. La paradas con el otro brazo, o registros anómalos de ondas Doppler,
vena cefálica discurre superficialmente al nervio mu,sculocutáneo y indican estenosis arterial proximal y prohíben el uso de ese brazo para
después asciende en la fosa a lo largo del borde lateral del bíceps. En el acceso a menos que el problema sea tratado con éxito. Los requisitos
el tercio superior del brazo, la vena cefálica pasa entre el músculo básicos son los siguientes:
pectoral mayor y el deltoides, cruza la arteria axilar y se une a la vena 1. Diámetro de la luz arterial superior a 2 mm
axilar inm ediatamente por debajo de la clavícula. La vena cefálica 2. Ausencia de calcificaciones obliterantes
accesoria nace de la cara cubital del dorso de la mano o la cara 3. Permeabilidad del arco palmar
posterior del antebrazo, y habitualm ente se une a la vena cefálica La evaluación de las estenosis y oclusiones del flujo venoso
por debajo del codo. central es un parte integral de la ED. Las estenosis venosas centrales
suelen deberse al uso previo de catéteres centrales, especialmente en
Vena basílica la vena subclavia.'^'*
La vena basílica se origina en la cara cubital del dorso de la mano y Si se encuentra un problema en una vena central unilateral, la
asciende por el espacio subcutáneo del lado cubital del antebrazo, des­ otra extremidad pasa a ser la primera opción independientemente de
plazándose de la superficie posterior distalmente hacia una orientación la dominancia. Si existen alteraciones bilaterales en las venas centrales
más anterior debajo del codo. La vena mediana del codo se une a la que son susceptibles de someterse a un tratamiento endovascular, este
vena basílica en la fosa del codo, y después discurre en la fosa entre el debe intentarse en el lado menos afectado.
bíceps y el músculo pronador redondo hasta cruzar la arteria braquial. Si una exploración dúplex posterior confirma que el tratamiento
En esta región, ramas del nervio cutáneo medial del antebrazo cruzan ha sido eficaz para el problema de la vena central, se elige esc brazo.
por encima y por debajo de la vena. En su trayecto proximal, a lo De no ser así, el paciente precisa un acceso complejo no habitual
largo del borde medial del músculo bíceps, la vena basílica desciende (v. más adelante).
por debajo de la fascia profunda para discurrir paralela a la arteria y La duración prevista de la diálisis determina el tipo de acceso
vena braquial. La unión de la vena basílica y la braquial en la axila por catéter seleccionado:
forma la vena axilar. 1. Aquellos pacientes que se prevé que necesitarán diálisis menos de
3 semanas son candidatos al acceso mediante catéter venoso central
sin manguito para la diálisis; estos catéteres de luz doble pueden
Vena mediana del antebrazo insertarse junto a la cabecera del paciente sin guía radioscópica.
La vena mediana del antebrazo se ocupa de la superficie palmar de 2. En pacientes con una duración esperable de la diálisis superior
la mano y está situada en la vertiente cubital de la cara anterior del a 3 semanas, se insertan catéteres tunelados con manguito.
antebrazo. En la parte proximal del antebrazo, se une a la vena basílica 3. Para aquellos pacientes en los que se crea una FA y requieren
o a la vena mediana dcl codo. diálisis inmediata, se inserta al mismo tiempo un catéter tunelado
con manguito, típicamente en la vena yugular interna contrala-
Evaluación inicial para ios accesos nuevos tcral, para conseguir un acceso micntra.s madura la FA.
El primer paso para establecer un acceso de hemodiálisis consiste en La vena yugular interna es una opción mejor que la subclavia;
elegir la mejor localización posible, basándose en un flujo óptimo, siempre que sea posible, el acceso se realiza en el sistema venoso
arterial aferente y venoso eferente, teniendo en cuenta que las FA profundo contralateral para evitar la obstrucción del flujo eferente
son preferibles a las PP, el antebrazo es mejor que el brazo, y hay venoso por el catéter o la estenosis venosa inducida por el catéter
que seleccionar la extremidad superior no dominante antes que la durante el período de maduración de la FA. La ecografía dúplex ayuda
dominante. Se realiza una inspección visual y exploración física de a seleccionar una vena normal permeable para la inserción del catéter,
la extremidad superior, pero pueden ser insuficientes para valorar lambien pueden utilizarse catéteres femorales de forma temporal si el
ciertos factores, especialm ente tamaño y calidad de la vena, y la sistema venoso central profundo de la extremidad superior presenta
idoneidad del flujo venoso eferente central. Por estas razones, se alteraciones intratables.
utiliza la ecografía dúplex en todos los pacientes.
La exploración comienza en la muñeca de la extremidad no Catéteres venosos centrales
dominante, colocando un torniquete en la parte media del antebra­ En todos los pacientes que precisen diálisis inmediata tras la creación de
zo. Tras dilatar las venas superficiales mediante golpecitos repetidos la FA se inserta un catéter venoso central con manguito con el fin
suaves, se realiza la ecografía de las venas con una sonda de 5 o de lograr un período temporal adecuado para la maduración (6 - 1 2 se­
7 MHz. Se evalúa su diámetro, compresibilidad y continuidad con manas) antes de canular la FA. Como las PP pueden utilizarse por lo
las venas dcl brazo. También se verifica la perm eabilidad del sis­ general antes de 3 .semanas, en este grupo es posible emplear catéteres
tema profundo y su continuidad con las venas axilar y subclavia temporales sin manguito.
permeables. La estenosis o trombosis venosa central prohíbe el uso La vena yugular interna contralateral es la localización preferida,
de ese brazo. si es posible, porque lim ita la obstrucción al flujo venoso eferente
La vena superficial de mayor diámetro y buena calidad se señala ipsolateral y no se asocia con el desarrollo de estenosis en la vena sub­
con marcas cutáneas. Los criterios de idoneidad para el acceso son clavia. Pueden utilizarse otras alternativas:
los siguientes: 1. Vena yugu lar interna ipsolateral. Esta opción supone cierto
1. Diámetro de la vena elegida mayor de 2,5 mm para una FA y de riesgo de obstrucción al flujo venoso eferente porque el catéter
4 mm para la PP está situado físicamente en la confluencia de la yugular interna
2. Continuidad con el sistema profundo y central y la vena subclavia, en ese momento de alto flujo, pero tiene la
3. Ausencia de estenosis ventaja de que limita la estenosis de la vena subclavia.
ENFER MEDAD ARTERIAL OCLUSIVA PERIFÉRICA CAPÍTULO 63 1773

2. Vena subclavia coiuralateral. Es posible que haya menos obs­ tasa de fístulas autólogas, nosotros nos adherimos a un algoritmo
trucción al flujo eferente, pero tiene un mayor potencial de similar, añadiendo la transposición venosa superficial del antebrazo
secuelas desfavorables a largo plazo si resulta en estenosis. antes de realizar las fístulas con la arteria braquial, es decir, la fístula
3. Vena subclavia ipsolateral. Esta es la alternativa menos atractiva, radiocefálica en primer lugar, seguida de la transposición de la vena
con el potencial de obstrucción al flujo eferente y estenosis. basílica en el antebrazo, después la fístula braquiocefálica y por último
El uso rutinario de la ecografía dúplex en la extremidad supe­ la braquiobasílica.
rior para planificar los accesos identifica a muchos pacientes cuyas La permeabilidad a largo plazo de las fístulas braquiobasílicas
venas son adecuadas para la creación de FA pero son demasiado realizadas mediante translocación que han madurado ha sido buena,
profundas para canularlas con éxito o están demasiado lejos del con tasas comunicadas de permeabilidad primaria elevadas, del 90%
flujo arterial aferente óptim o como para p erm itir anastom osis a 1 año y del 8 6 % a los 2 años.'^” En el año 2000, Murphy et al.'^' %
directas sin tensión. La transposición venosa superficial en el ante­ publicaron una serie de 74 fístulas AV realizadas mediante la trans­ c
brazo aum enta las tasas de FA en estos pacientes.'^’ Esta técnica posición de la vena basílica. La canulación con aguja para la hcmo- 75
supone disecar extensam ente una vena identificada como de un diálisis resultaba posible en 50 fístulas (6 8 %) y la tasa acumulada de
diámetro adecuado en el dúplex, ligando las ramas laterales y re­ permeabilidad secundaria fue del 73% a 1 año, el 53% a los 2 años y
alizando la transposición a un túnel subcutáneo a lo largo de la cara el 43% a los 3 años. En 2003, Taghizadeh et a l.'’ ^ describieron una
anterior del antebrazo, llevando la vena hasta la arteria aferente. serie de 75 transposiciones braquiobasílicas realizadas a lo largo de
Esta posición es la óptim a para que la postura del brazo resulte 5 años, con un seguimiento medio de 14 meses. En esta serie, el 92%
confortable durante la diálisis. de las fistulas maduraron hasta permitir el acceso de hemodiálisis. La
permeabilidad acumulada fue del 6 6 % a 1 año, el 52% a los 2 años
Tipos de transp osiciones venosas y el 43% a los 3 años. Globalmente, se produjeron complicaciones
en el 55% de las fístulas; trombosis (33%), estenosis ( 1 1%), infección
Transposición venosa del brazo local (6 %), edema del brazo (5%), hemorragia (3%), aneurisma (1%)
La vena basílica en la parte superior del brazo suele ser una buena elec­ y síndrome de robo ( 1 %).
ción para el acceso de diálisis por su tamaño, relativamente grande, y La tasa de permeabilidad global para las transposiciones bra­
su situación en los planos tisulares más profundos. I..as consecuencias quiobasílicas autólogas es superior a la de las prótesis de politetra-
traumáticas de punciones venosas repetidas observadas en las venas fluoroetileno (P I FE) para diálisis en la extremidad superior. Una
más superficiales no se producen en la vena basílica por su situación revisión de todas las fístulas AV creadas mediante transposiciones
más profunda. Clásicamente, la transposición braquiobasílica se con­ de la vena basílica y prótesis de PTFE braquiales a lo largo de un
sideraba de segunda elección, tras el fracaso de una fístula o prótesis período de 5 años ha demostrado una diferencia estadísticamente
en el antebrazo.''*^ La creación de accesos mediante la vena basílica significativa en la tasa de permeabilidad primaria a 1 año (90 frente
proximal se desarrolló basándose en las ventajas teóricas de utilizar una a 70%; í><0,01) y a los 2 años ( 8 6 frente a 49%; P < 0 ,0 0 1).'’“ En
vena superficial que no ha sufrido punciones repetidas y que tiene este estudio, las complicaciones fueron aproximadamente el doble
un diámetro y una longitud relativam ente grandes. Al igual que de frecuentes con las prótesis de PTFE que con las transposiciones
sucede en todas las transposiciones venosas, solo se necesita una venosas. Otra comparación entre las transposiciones braquiobasílicas
anastomosis y se m antiene la continuidad anatóm ica con la vena y las prótesis de PTFE en la parte superior del brazo ha mostrado una
axilar. La transposición de la vena basílica a la arteria braquial fue tasa de permeabilidad significativamente mayor a los 2 años para las
descrita por Dagher en 1976. A los 4 años de la descripción origi­ transposiciones venosas (70%, comparado con el 46% en las prótesis
nal de 24 fístulas braquiobasílicas, se comunicó el seguim iento a de PTFE).'”
5 años de una serie de 90 fístulas, con una tasa de permeabilidad del
73,5% . La permeabilidad a largo plazo siguió siendo buena; se ha Transposiciones venosas del antebrazo
comunicado una tasa de permeabilidad funcional del 70% a 8 años La fístula radiocefálica, realizada mediante una incisión única, fue
en 176 fí.stulas.'“^ descrita por primera vez en 1966 por parte de Bre,scia et al.'*"* Esta
En ciertos subgrupos de pacientes, como aquellos con venas fístula AV primaria supuso una mejora espectacular respecto a los
cefálicas pequeñas, enfermedad vascular periférica y diabetes, la tasa de otros tipos de acce.sos de hemodiálisis, menos duraderos, que existían
maduración de la fístula radiocefálica ha sido mala. La transposición en ese momento, y se convirtió rápidamente en la estrategia favorita
braquiobasílica ha sido una buena segunda opción en estos pacientes. para el acceso de diálisis a largo plazx). La población de hemodiálisis
Hakaim et al.'^^ han estudiado la maduración de la fístulas superiores ha cambiado, y el paciente de diálisis que tiene una vena adecuada en
en las transposiciones braquiobasílicas (73%), comparándola con las las proximidades de la arteria radial es cada vez más difícil de encon­
fístulas AV radiocefálicas primarias (30%). Cuando la vena cefálica trar. Por tanto, las técnicas de transposición venosa en el antebrazo
del antebrazo no es adecuada para la creación del acceso, la vena son importantes para permitir que estos pacientes dispongan de una
basílica en el antebrazo y en la parte superior del brazo son excelentes fístula AV primaria.
opciones se c u n d a rias.A sch er et al."'*’ han revisado su experiencia La exploración física y la inspección visual por sí mismas no
con el uso de venas del brazo para crear fístulas AV braquiocefálicas son suficientes para identificar las venas y las arterias adecuadas en
y braquiobasílicas. No encontraron diferencias significativas en las la extremidad superior. La ecografía dúplex permite una evaluación
tasas de permeabilidad primaria a 1 año (72% para las braquicefá- más exhaustiva del sistema venoso superficial, aumentando el nú­
licas y 70% en las braquiobasílicas). Por la excelente permeabilidad mero de pacientes que pueden tener una fístula en el antebrazo.'^’
de estas fístulas, este grupo propuso un algoritmo para la creación de El dúplex es capaz de identificar venas del antebrazo que no han
fístulas AV. Si no es viable una fístula radiocefálica, debe intentarse en sido sometidas a punciones repetidas por su localización subcutánea
primer lugar una fístula braquiocefálica. Si la fístula braquiocefálica más profunda. Es posible que el tamaño de estas venas sea adecuado
u fracasa o no es factible, hay que realizar una fístula braquiobasíli­ para la creación de la fístula AV, pero, si se las deja donde están, su
3 ca antes que insertar una prótesis AV. En un intento de aumentar la posición en el tejido subcutáneo profundo y su posición anatómica
1774 SECCIÓN XII SISTEMA VASCULAR

en el ancebrazo dificultan técnicamente la canulación mediante aguja un implante protésico. No obstante, suscitan preocupación las elevadas
para la hemodiálisis. Estas venas útiles de la cara posterior del ante­ tasas de trombosis e infección en las prótesis de hemodiálisis del muslo,
brazo, como la vena basílica, de no ser transpuestas, precisan una pos­ descritas como el 55 y el 35%, respectivamente. Tashjian et a l.,'” al
tura incómoda y forzada del brazo para la diálisis. Por tanto, una revisar su experiencia con 73 prótesis de hemodiálisis en la arteria
vez identificada por la ecografía dúplex, estas venas se liberan y trans­ femoral, encontraron una ta.sa de permeabilidad primaria dcl 71%
ponen a una localización más favorable en el antebrazo a través de un y una tasa de permeabilidad secundaria del 83% a 1 año. La tasa de
plano subcutáneo superficial. infección en esta serie fue del 2 2 %.
Con el fin de aumentar el número de fístulas autólogas prima­ Se han descrito transposiciones venosas en la extremidad su­
rias, Silva et al.,'"’ describieron en 1997 el uso rutinario del dúplex perior utilizando la vena safena mayor (VSMa) y la vena femoral
en la planificación preoperatoria del acceso, para la transposición superficial (VES).'^’ ’’'’ El empleo de translocaciones de VSMa y VES
de venas superficiales del antebrazo destinada a realizar accesos de en la pierna tiene ventajas teóricas similares a las correspondientes a
hemodiálisis autólogos. Describieron una serie de 89 pacientes en las translocaciones venosas en la extremidad superior. Los conductos
los que la ecografía dúplex identificó arterias y venas adecuadas para venosos son largos y habitualmente tienen un buen calibre, y son
realizar fístulas AV primarias. Tras la intervención de transposición menos susceptibles a la infección que los implantes protésicos. Aún
venosa superficial, el 91% de las fístulas maduraron para ser utilizadas más importante, solo se precisa una anastomosis, porque el segmento
como acceso de hemodiálisis. 1 .a tasa de permeabilidad primaria fue venoso más central mantiene su conexión original con la vena femoral
del 84% a 1 año y del 69% a los 2 años. (El impacto positivo de las común.
evaluaciones preoperatorias con la ecografía dúplex fue descrito en La VFS, componente del sistema venoso profundo, tiene entre 6
1998.'^^) Este grupo demostró un aumento espectacular en la tasa y 1 0 mm de diámetro, paredes relativamente gruesas, y se ha utilizado
de fístulas autólogas con la institución del protocolo de uso rutinario para una gran variedad de reconstrucciones vasculares.” ^ Gradman
dcl dúplex para la planificación preoperatoria del acceso. Su tasa de et al. han publicado un análisis retrospectivo de 25 pacientes en los
fístulas autólogas era del 14% antes de este protocolo y subió al 63% que se realizaron fístulas AV con la VFS. De estos pacientes, en 18 se
tras el establecimiento del protocolo. La tabla 63-10 muestra las tres hizo una transposición de la VFS y 7 recibieron una fístula compuesta
áreas generales en las que se encuentran venas superficiales y las tasas en asa de VFS y PTFE. La tasa de permeabilidad primaria acumulada
de utilización en el estudio. Obsérvese que una minoría (15%) de las de las fístulas fije del 78% a los 6 meses y del 73% a 1 año. La tasa de
transposiciones se realizó a través de una incisión única, con la arteria y permeabilidad secundaria acumulada resultó del 91% a los 5 meses
la vena muy próximas. Cerca del 50% de las venas transpuestas nacían y del 8 6 % a 1 año. No se produjeron infecciones de las fístulas, pero
en la cara anterior del antebrazo, y una tercera parte se obtuvo de la la tasa de complicaciones importantes de la herida fue del 28%. En
cara posterior del antebrazo. 8 pacientes fue necesario realizar intervenciones secundarias por sín­

drome de robo sintomático, y 1 paciente precisó en último término


Transposiciones venosas en la extremidad inferior una amputación supracondílea tras desarrollar un síndrome compar-
La extremidad superior es la favorita en los accesos de hemodiálisis, timental ipsolateral.'’*
reservándose por lo general el uso de la extrem idad inferior para La vena safena se ha utilizado para reconstrucciones arteriales
cuando se han agotado las opciones de la extremidad superior. Si la de casi todos los lechos vasculares, y en la creación de accesos AV de
extremidad no es idónea para la creación de fístulas, puede insertarse la extremidad superior y la inferior. La VSMa se ha utilizado para
crear fístulas autólogas en la parte superior del muslo con una con­
figuración en asa y una anastomosis arterial con la arteria femoral
común o la A FS.'’ * '“ Aunque descrita hace más de 30 años, esta
Tabla 63-10 Transposiciones venosas superficiales en el configuración casi nunca se usa.^^ Illig et al.,'^' al observar que la
antebrazo incidencia de infección podía alcanzar el 40% con la obtención
clásica de la vena safena, han utilizado una técnica endoscópica para
TRANSPOSICIÓN REALIZADA % DEL TOTAL
obtener la vena junto a la creación de la fístula AV con vena safena
Tipo A 15
transpuesta.
Arteria y vena muy próximas
Incisión única Técnicas de transp osición venosa

Solo transposición subcutánea superficial


Evaluación del paciente y elección de! lugar óptimo
Tipo B 33 La evolución y la valoración preoperatoria del paciente son los pasos
Vena situada dorsalmente transpuesta a una arteria más importantes en la creación de accesos de hemodiálisis duraderos.
de la cara palmar En primer lugar, se selecciona el mejor lugar posible, basándose en
Incisiones distintas un flujo óptimo, tanto arterial aferente como venoso eferente. De
Transposición subcutánea superficial acuerdo con las directrices de la DOQI, son preferibles las fístulas
autólogas a los implantes protésicos, del antebrazo al brazo y el brazo
Tipo C 52
no dominante al dominante.
Vena palmar transpuesta a la superficie anterior La preferencia por el brazo no dominante se debe a la comodidad
de la parte media del antebrazo
del paciente, permitiendo el uso de la extremidad dominante para
Incisiones distintas realizar actividades durante la diálisis. Cuando el estudio mediante
Transposición subcutánea superficial ecografía dúplex identifica una vena y arteria adecuadas en el antebrazo
Tomado de Silva MB Jr, Hobson RW 2nd, Pappas PJ, et al: Vein transposition in the no dominante, la FA creada entre ellas se convierte en la intervención
foreami for autogenous hemodialysis access. J Vasc Surg 26:981-986,1997. de elección. La ecografía dúplex también se utiliza para seleccionar
el mejor lugar de la anastomosis. Si las arterias radiales o cubitales
E N FE R M E D A D ARTER IAL O C LU SIV A P ERIFÉRICA CAPÍTULO 63 1775

tienen inconvenientes, es posible disecar una vena del antebrazo y paralelas a ambos lados de la arteria. Deben liberarse cuidadosam ente
desplazarla hasta la arteria braqu ial en el espacio del codo. H ay que de la arteria, lo que facilitará la identificación de las numerosas ramitas
agotar todas las posibilidades autólogas del antebrazo antes de proceder arteriales. Aunque habitualm ente no hay ramas arteriales en la cara
a las alternativas autólogas del brazo, porque esto m axim iza posibles anterior de la arteria, varias ramas arteriales suelen salir en parejas de
lugares en el futuro. la arteria radial a cado lado de la m ism a, y hay que ocuparse de ellas.
La ausencia de venas adecuadas en ambos antebrazos exige crear Pueden ligarse, situando la ligadura a unos 2 m m de la arteria radial
el acceso en el brazo. Nuevamente, la ecografía dúplex es útil para iden­ para evitar la compresión cuando se produzca la dilatación. Se colocan
tificar una vena superficial (preferible) o profunda (segunda elección) cintas vasculares proxim al y distalm ente a lo largo de la arteria para
del brazo que pueda ser transpuesta a una localización subcutánea lograr el control vascular.
anterior para crear una VA con la arteria braquial. Se u tiliza el brazo Se hace avanzar un instrum ento tunelador a través del tejido
dom inante si las arterias y venas de la parte superior del brazo no do­ subcutáneo para crear un túnel superficial. La vena se marca a lo largo
m inante son inadecuadas. de su longitud con un rotulador estéril para facilitar su paso a través
Si no hay venas idóneas para una FA, se explora el flujo eferente del tún el sin giros ni retorcim ientos. U na vez pasada la vena por el
del sistem a venoso p ro fund o para id en tifica r un p osible lu gar de túnel subcutáneo y asegurada la hem ostasia, suelen adm inistrarse al
inserción de una PP. Se utiliza una configuración en asa de la PP en paciente 3 .00 0 U de h eparina i.v., y se realiza una arteriotom ía de
el antebrazo no do m in an te cuando existen una vena an tecubital y l - 2 m m con un a hoja de b istu rí del n.® 1 1 en la cara palm ar de la
arteria braquial adecuadas. arteria. La arterioto m ía se extiende hasta alcanzar unos l5 -2 0 m m
El antebrazo d o m in an te es el sigu ien te lu gar de elección. Si con tijeras de Potts finas. M ediante un angiocatéter de calibre 18, se
ambos antebrazos son inadecuados, el brazo no d om inante, seguido hepariniza localm ente la arteria inyectando solución salina heparini­
del brazo dom inante, son las siguientes opciones para las PP curvadas zada en dirección distal y después proximal al mism o tiem po que se
entre arteria braquial y vena axilar. abren las cintas vasculares.
La ecografía dúplex se u tiliza para identificar y m arcar los me­ Se realiza una anastomosis terminolateral con suturas de polipro­
jores puntos posibles de anastom osis y confirm ar que el flujo venoso pileno de 7-0 o PTFE de Gore-Tex. Antes de com pletar la anastomosis,
central es adecuado. Siem pre que sea posible, h ay que evitar las PP se usan dilatadores vasculares para ajustar el tamaño de la arteria y la
sintéticas en pacientes con un com prom iso im portante de la función vena radial. Este paso tiene la ventaja de perm itir el agrandam iento
in m un itaria, por el notable riesgo de infección y las dificultades in- de vasos sanguíneos que presentan espasmos por las cintas vasculares
herentes a la retirada de la PP y el restablecim iento del flujo arterial y la m anipulación.
anterógrado.'^^ Una vez realizada la anastomosis, es esencial sentir la vibración en
la fístula. La ausencia de vibración indica un probable defecto técnico
T ran sposició n ven o sa sup erficial del an teb razo o anatóm ico, y exige más investigación, reexplorando la anastom osis.
La transposición de venas superficiales del antebrazo se realiza u tili­ Las incisiones se cierran con sutura continua reabsorbible subcutánea.
zando una perfusión local de lidocaína al 1 % sum ada a sedación i.v. H ay que tener cuidado de m antener una técnica atraum ática estricta
Se evita el em pleo de lido caín a con adren alina por sus propiedades al m an ip u la r los bordes cutáneo s para reducir las com plicaciones
vasoconstrictoras. Todo el brazo se prepara con una técnica estéril y de la herida. No se urilizan tiras adhesivas ni esparadrapo aplicados
el procedim ien to se realiza por parte del cirujano y ayud an te en la directam ente a la piel.
posición sedente.
U na vez bien anestesiados la piel y el tejido subcutáneo por en­ T ra n sposició n ven o sa sup erficia l d el brazo
cim a de la vena, se realiza un a incisión lo n g itu din a l directam ente La transposición de la vena cefálica o la basílica se realiza con anestesia
encim a de la vena cefálica o basílica, com enzando en el punto distal local (lidocaína al 1 % ) y sedación i.v., o bien anestesia regional m e­
de la vena previam ente localizad a y m arcada. Se am p lía la incisión d iante el bloqueo nervioso interescaleno. Todo el brazo, la axila y el
hacia la fosa del codo en I5 c m como m ínim o. C on una sutura de hombro ipsolaterales se preparan de modo estéril. Para la transposición
seda de 3-0 se liga la porción de la vena restante en su lecho distal y de la vena cefálica, se encuentra la vena en una fosa anatóm ica entre
se secciona transversalm ente la vena en la muñeca. Se diseca el tejido el m úsculo b raqu io rradial y el bíceps. Discurre su perficialm ente el
que rodea la vena de modo que pueda transponerse por com pleto a nervio m usculocutáneo y después asciende en la fosa a lo largo del
un túnel superficial en la porción m edia de la cara anterior del ante­ borde lateral del m úsculo bíceps. Para la exposición se realiza una
brazo. m ayoría de las ram as venosas a lo largo de la longitud de in cisión lo n gitu d in al sobre la vena cefálica. Para la tran sposición
la vena se ligan y seccionan; no obstante, las que no interfieran con la de la vena b asílica, se identifica la vena en su situación an terior al
transposición se dejan en su lugar para m axim izar el flujo eferente. epicón dilo m edial del húm ero y se pone de m anifiesto a través de
A través del extrem o abierto de la vena se perfu nde solución salina una incisión longitudinal en la cara m edial del brazo hasta la axila. El
heparinizada, com prim iendo con el dedo para ocluir el flujo eferente nervio cutáneo m edial del brazo está cerca de la vena basílica y tiene
en la fosa del codo; esto consigue d ilatar notablem ente el segmento que ser respetado.
de vena liberado. La vena se envuelve en un a esponja em papada de Todas las ramas venosas se ligan y seccionan. La vena cefálica
solución salin a y h ep arin a, y entonces la aten ció n se centra en la se libera com o m ínim o en I5 cm . La vena basílica se libera hasta su
disección arterial. unión con la vena braquial. La arteria braquial puede exponerse por la
Se expone el segm ento de la arteria identificado preoperatoria­ m isma incisión o a través de una incisión distinta. Las cintas vasculares
mente como adecuado para suministrar el flujo aferente. Por lo general, se enrollan sin presionar alrededor de la arteria braqu ial, proximal y
la arteria radial se identifica entre el tendón del braquiorradial y del distalm ente.
flexor radial del carpo. La ram a superficial del nervio radial se sitúa A continuación, la vena cefálica o la basílica se seccionan cer­
lateralm ente a la arteria radial, y este nervio está separado de la arteria ca de la fosa del codo y se lavan y distiend en con solución salin a
radial por el m úsculo b raq u io rrad ial. FJ nervio es sensitivo a esta heparinizada. C on un rotulador estéril, se m arca la vena en toda su
altura y hay que tener cuidado de no lesionarlo. Las venas discurren lo ngitud para ayu dar a evitar que se retuerza al pasarla por el túnel
1776 SECCIÓN XII SISTEMA VASCULAR

subcutáneo creado en la cara anterior entre la axila y la fosa del codo. las fístulas o prótesis rescatadas que se han trombosado .son significa­
Se administran aproximadamente 3.000 U de heparina i.v. y se rea­ tivamente peores que los obtenidos con aquellas permeables, pero que
liza el control próxima! y distal de la arteria braquial con las cintas contienen una estenosis identificable. El tratamiento trombolítico y
vasculares. Por último, se construye una anastomosis terminolateral la trombectomía quirúrgica tienen bajas tasas de eficacia primaria a
con la arteria braquial mediante suturas de polipropileno de 6 - 0 . los 6 m e s e s .D e todos modos, la utilidad de mantener al máximo
Una vez completada la anastomosis, se comprueba la presencia de cada punto de acceso en la población actual de diálisis suele justificar
vibración en la fístula. Si no existe vibración, hay que sospechar un un intento de salvarlo.
problema técnico o estructural que requerirá ser corregido. El tejido La trombólisis y la trombectomía quirúrgica están dirigidas a eli­
subcutáneo y la piel se cierran con suturas reabsorbibles. minar el coágulo como un requisito previo para la identificación de la
anomalía anatómica subyacente. Es obligatorio realizar pruebas de
Seguimiento imagen del acceso tras la trombectomía en el propio quirófano. A
La arterialización adecuada de la vena suele producirse en 8-12 se­ continuación se realiza el tratamiento complementario adecuado de la
manas. Se recomiendan ejercicios con la mano para favorecer la ma­ lesión responsable, en primer lugar mediante opciones endovasculares,
duración de la fístula. si es preciso, y mediante revisión quirúrgica si las primeras no tienen
El acceso por la FA se estudia con ED unas 6 semanas después éxito.
de su creación con el fin de valorar la maduración y señalar los puntos La vigilancia prospectiva del acceso, en busca de estenosis con
más apropiados para la canulación por parte del personal del centro relevancia hemodinámica, combinada con su corrección, mejora
de diálisis. En las FA nuevas, la diálisis debe comenzar con agujas de la permeabilidad y dism inuye la incidencia de trombosis. Se han
calibre 16 o 17 y durante sesiones más prolongadas con una tasa propuesto varias técnicas para vigilar las estenosis, como las que
de flujo mínima. siguen:
Como m ínim o deben completarse con éxito tres sesiones de 1. Flujo en el interior del acceso.
hem odiálisis antes de retirar el catéter venoso central. Si las tasas 2. Mediciones de la presión venosa estática o dinámica.
de flujo son insuficientes o la ED de seguimiento identifica un pro­ 3. Medidas de la recirculación mediante la concentración de la urea
blema en el acceso, este se considera un fracaso y el paciente se deriva o técnicas de dilución.
a evaluación y tratamiento (v. siguiente apartado). 4. Búsqueda de variaciones en las características del pulso o la
vibración en el acceso.
Pacientes con fracaso activo o pasado del acceso 5. Hemorragia prolongada al retirar la aguja.
En aquello.s pacientes en los que el acceso está fallando o ha fallado, La mayoría de estas técnicas indican una mayor resistencia en
el primer paso es una evaluación exhaustiva mediante ED del acceso la anastomosis venosa, que es el área más frecuente de problemas por
y la anatomía arterial y venosa presente para confirmar la causa del hiperplasia mioíntima.
fracaso, la corregibilidad o el rescate y los lugares alternativos. En los Las directrices de la DOQI indican que las alteraciones persisten­
pacientes con una PP debe evaluarse especialmente la posibilidad de tes en cualquiera de estos parámetros obligan a realizar una venografía.
salvar la prótesis y la identificación de un posible lugar para crear una Un dúplex exhaustivo también puede valer como exploración inicial.
nueva FA en caso de que el rescate de la PP no tenga éxito. La decisión de proceder al tratamiento endovascular o quirúrgico
Los pacientes con un catéter de diálisis que está fallando presentan está determ inada por el tipo de lesión identificada y la experiencia
típicamente flujos subóptimos en la diálisis o, con menos frecuencia, del médico.
tumefacción de la extremidad superior secundaria a trombosis de las En la práctica vascular moderna, la dilatación con balón endova.s-
venas profundas alrededor del catéter. Una ED es capaz de identificar cular de las estenosis al flujo venoso de salida en una PP o las estenosis
fócilmente esta última causa, en cuyo caso se considera un tratamiento segmentarias en ima FA es el tratamiento de elección. Este debería
endovascular para restablecer el flujo eferente venoso profundo tras la eliminar las estenosis con relevancia hemodinámica y restablecer el
retirada del catéter. Las pruebas de imagen posteriores están dirigidas flujo normal para que se considere un éxito (fig. 63-32).
a valorar la eficacia del tratamiento e identificar un punto de inserción Se recomienda la evaluación postoperatoria mediante ecografía
alternativo. dúplex I mes después para valorar la eficacia. Si está indicado, puede
En pacientes que tienen malas tasas de flujo por el catéter pero repetirse la angioplastia. En nuestra práctica, dos fracasos del trata­
sin indicios de compromiso venoso central, ha sido eficaz el tratamien­ miento endovascular para la misma lesión en un período de 3 meses
to trombolítico transcatéter. Se instila activador del plasminógeno obligan a la intervención quirúrgica abierta.
tisular (TPA) directamente a través del puerto de acceso al catéter La intervención quirúrgica puede estar dirigida por la ED y por
y se le permite permanecer allí durante cierto tiempo hasta que sea estudios con contraste posteriores obtenidos durante el intento de
eficaz. revisión endovascular. La revisión quirúrgica está destinada a eliminar
Los catéteres comprometidos por una posición incorrecta de la la lesión causal y preservar el máximo segmento útil posible de la vena
punta o porque han quedado encapsulados en una vaina de fibrina para futuros usos.
pueden someterse a un tratamiento endovascular.'’ ' Si el rescate del Las estenosis refractarias en una FA pueden tratarse mediante
catéter no tiene éxito, se sustituye. Es posible utilizar las técnicas sobre angioplastia con parche o resección segmentaria más interposición
guía para catéteres sin manguito, pero pueden ser complicadas; los de un segmento invertido de vena con translocación o, a menudo,
catéteres con manguito en ocasiones tienen puntos de salida alejados liberando la vena madura y realizando una reparación primaria. Las
de la zona de inserción. Esta técnica puede resultar en tasas de flujo estenosis arteriales o venosas en la anastomosis o su proximidad pueden
igualmente malas si el problema es un túnel subcutáneo subóptimo, tratarse con angioplastia con parche o bien m ediante liberación y
con ángulos agudos o comprometidos por su proximidad a la clavícula. formación de una nueva conexión AV.
Habitualmente, se realiza una nueva inserción percutánea en la zona Para los defectos focales en una PP, como estenosis de la porción
identificada como óptima por la ED. media de la prótesis o seudoaneurismas, puede estar indicada la esci­
La información obtenida en la ED de una FA o PP amenazada sión directa con interposición de un segmento nuevo. La alteración del
o fracasada es esencial para dirigir el tratamiento. Los resultados con flujo venoso eferente en una PP resistente al tratamiento endovascular
E N FE R M E D A D ARTER IAL O C LU SIV A P ERIFÉRICA CAPÍTULO 63 1777

%
c
í
73
B

FIG U R A 63-32 M aduración de una fístula arteriovenosa (FAV) asistida por técnica endovascular. A , Estenosis grave de una FAV radiobasílica.
B. Tras la angioplastia con balón, el flujo m ejoró y el paciente pudo som eterse a diálisis a través de esa FAV a las 2 semanas.

puede tratarse m ed ian te an gio p lastia con parche q u irú rg ic a o un cas, Ascher et al.'**^ com unicaron que la tasa de trombosis era del 12 y
im p lante qu e salte a un segm ento de vena in dem n e con un buen del 6 % , respectivamente (sin diferencia estadística). N inguna fístula
flujo eferente. trombosada de cualquiera de los grupos se trató m ediante trombólisis
Todos los im plantes que estén fallando o hayan fracasado som eti­ ni trom b ectom ía. En el grupo de las fístu las b raq u iocefálicas, se
dos a revisión y rescate con éxito se valoran nuevam ente 1 mes después realizaron 15 intervenciones secundarias: 6 angioplastias por balón,
m ediante una ecografía dúplex. Para conseguir la tasa descrita de éxito 5 angioplastias con parche, 2 intervenciones de elevación superficial
a 1 año (60% ) tras intervenciones endovasculares o quirúrgicas suelen y 1 extensión a la vena yug u lar por trom bosis de la vena subclavia.
ser necesarias más intervenciones.'^'^ Se realizaron 7 intervenciones secundarias en el grupo de las fístulas
braquiobasílicas, 5 angioplastias por balón y 2 con parche.
In te rv e n c io ne s s e c u n d a ría s e n fís tu la s a u tó lo g a s En su serie de 89 pacientes con transposición de venas super­
Pocas series pu b licad as han abordado la reintervención de fístulas ficiales del antebrazo tras la localización por dúplex para establecer
AV autólogas que están fallando o no m adu ran , y la m ayoría de las el acceso de h em od iálisis. Silv a et al.'^ ’ com unicaron un total de
descritas se centran en la fístula AV radiocefálica clásica. C on esto 18 fístulas fallidas. Con la revisión quirúrgica, 4 se rescataron con éxito y
en m en te, H in go rani et al.'^^ han revisado su exp erien cia con las 6 se convirtieron a im plantes protésicos ipsolaterales (3 en el antebrazo

intervenciones de rescate para fístulas AV que no funcionan o que no y 3 en el brazo). Adem ás, el acceso se estableció en el otro brazo en
han m adurado, incluyendo fístulas de la parte superior del brazo. La 5 pacientes (3 fístulas autólogas, 2 im plantes protésicos).
distribución de las fístulas que requirieron intervenciones de rescate
fue del 37% de radiocefálicas, el 4 7% de braquiocefálicas y el 16% A c ce so s c o m p le jo s
de braquiobasílicas. En 46 pacientes (49 fístulas) se realizaron 75 in ­ Se requieren soluciones com plejas para los accesos cuando se han
tervenciones, endovasculares y abiertas; 17 pacientes se sometieron a ag o ta d o tod os los p u n to s de acceso de la e xtre m id ad su p e rio r
26 angioplastias por balón y 2 0 pacientes recibieron angioplastias con o cuan d o la o b lite rac ió n venosa c en tra l exten sa no responde al
parche venosas. El grupo realizó 12 revisiones de fístulas a un nivel tratam iento endovascular. S i el sistem a venoso central es perm ea­
más proxim al y cuatro im plantes de interposición venosos. Aunque ble, la inserción de un catéter con m anguito es la altern ativa más
el núm ero total de intervenciones subsiguientes necesarias para las sencilla.
fístulas tratadas percutáneam ente fue mayor que el de las reparaciones En pacientes con oclusiones refractarias de la vena subclavia cen­
abiertas, no había diferencias significativas entre las tasas de permeabi­ tral y una vena yu gu lar interna ipsolateral permeable, puede realizarse
lidad prim aria. Se concluyó que las intervenciones de rescate podrían la técnica de descenso de la vena yugular. Se secciona la porción
perm itir la m aduración y extender la vida útil de las fístulas AV para cefálica de la vena y u g u lar en el ángu lo de la m and íb u la; una vez
la hemodiálisis. liberada, la vena yugular se anastomosa al segmento permeable de la
Los efectos positivos de las intervencio nes secu nd arias sobre vena axilar, inm ediatam ente proxim al a la oclusión de la subclavia,
la m aduración y el m antenim iento de las fístulas AV autólogas han para conseguir flujo en el brazo. La resección de la porción central de
sido puestos de m anifiesto por Berm an y G en tile.’*'^ Ellos crearon la clavícula puede realizarse para facilitar un lecho anatómico favorable
170 fístulas autólogas en 163 pacientes: 115 braquiocefálicas, 47 ra­ al injerto venoso. Pueden plantearse otras configuraciones de accesos
d io cefálicas y 8 b raqu io b asílicas. Las in terv en cio n es secu n d arias poco habituales, como im plantes protésicos de la arteria axilar a la
por ausencia de m adu ración fueron necesarias en 9 pacientes, y por pared del cuerpo de la vena axilar (configuración en asa si es ipsolateral,
fracaso de fístulas previam ente funcionantes, en 6 pacientes. Se logró prótesis cruzada o en collar si es contralateral).*^® Se han utilizado
un acceso funcional en el 90% de los pacientes; estos investigadores PP entre la arteria axilar y la au ríc ula derecha, y la arteria ax ilar y
d em o straro n un a m ejo ra del 1 0 % en la obtenció n o el m a n ten i­ configuraciones protésicas arteriales en casos de obliteración venosa
m iento de accesos autólogos funcionales m ed ian te intervenciones central extensa, pero estas opciones se ven lim itadas por su potencial
secundarias. de m ayor morbilidad.'^^ '^^^
En una serie de fístulas AV del brazo con las venas cefálica y Si las opciones de la extremidad superior no son satisfactorias y
basílica que abarcaba 109 fístulas braquiocefálicas y 63 braquiobasíli­ el sistema venoso central superior está ocluido, pueden utilizarse las
1778 SECCIÓN XII SISTEMA VASCULAR

opciones de la extremidad inferior. Se ha realizado la transposición de


la vena safena en una configuración en asa hasta la AFS o la femoral
común. Otra alternativa es colocar una l’ P sintética en una configu­
ración en asa desde la vena femoral común hasta la AFS o la femoral
común. También es posible crear una PP protésica desde una arteria
femoral hasta una vena femoral contralateral, desplazándola por un
túnel subcutáneo a través de la porción anteroinferior de la pared
abdominal. Con un abordaje percutáneo de la vena femoral, es posible
desplazar un catéter con manguito mediante un túnel a la parte anterior
del muslo. En pacientes con trombosis venosa de la extremidad inferior,
se ha utilizado un abordaje translumbar a la vena cava inferior con un
túnel lateral para el catéter con manguito.

Com plicaciones de! acceso vascular


La infección es la segunda causa de muerte en pacientes de diálisis,
causando el 1 0 % de los fallecimientos, solo superada por la enfer­
medad cardiovascular. La mayor parte de las infecciones sistémicas
está relacionada directam ente con infecciones del acceso vascular.
FIGURA 63-33 Aneurisma en una fístula sin afectación de la piel.
La m ayor tasa de infecciones en pacientes de diálisis se debe a la
inmunodeficiencia y la escasa cicatrización de las heridas asociadas
a la insuficiencia renal crónica. Staphylococcus aiireus es la causa más
frecuente de infecciones, y el uso de una técnica aséptica es el mejor ser anterógrado. El efecto es que el acceso vascular roba flujo arterial,
modo de prevenir la colonización bacteriana y la infección del lugar de lo que puede comprometer la perfusión distal de la extremidad.
acceso vascular. La infección de las fístulas AV autólogas es infrecuente; Este fenómeno del robo fisiológico se demuestra en el 75-90% de
puede tratarse con los antibióticos apropiados y cuidados locales de la los pacientes; sin embargo, solo el 1-6% resulta sintom ático. Los
herida, con drenaje de los abscesos. La infección de un implante AV síntom as pueden incluir manos y pies fríos y dolorosos; con un
protésico es más frecuente y está causada por contaminación de la flora compromiso im portante del flujo, los pacientes pueden presentar
cutánea durante la implantación o la inoculación directa de la prótesis pérdida de tejido en los dedos de la mano o del pie (fig. 63 -34).
por parte de la aguja de acceso debido a una preparación insuficiente de En pacientes con accesos vasculares del antebrazo que utilicen la
la piel. El tratamiento consiste en la escisión del material protésico. Se arteria radial como flujo aferente, como sucede en las fístulas radio-
ha demostrado que el uso de antibióticos preoperatorios es eficaz para cefálicas y radiobasílicas, la ligadura de la arteria inmediatamente
reducir las infecciones. Las cefalosporinas pueden reducir significati­ distal a la fístula restaura el flujo en el arco palmar. En pacientes
vamente las infecciones postoperatorias de la herida y la vancomicina con accesos vasculares en el brazo, se utiliza la técnica de revascu­
disminuye las infecciones de la prótesis. larización distal con ligadura del intervalo (RDLl) para revascula-
La complicación más frecuente dcl acce.so vascular es la trombosis ri7 .ar la parte distal de la extremidad preservando el acceso vascular.
de la fístula venosa o del implante protésico. La causa de la mayoría de La intervención consiste en una derivación entre la arteria aferente
los fracasos de implantes es el desarrollo de hiperplasia de la íntima en la proximal al acceso hasta la arteria distal al acceso. Se liga el segmento
anastomosis venosa y/o en la vía de salida venosa. Esta sería la responsa­ arterial entre el acceso vascular y la anastomosis distal de la derivación
ble del 85% de los fracasos de las prótesis, con el 55% de las trombosis para impedir el robo. La zona de baja presión alrededor del origen del
debidas a anastomosis venosas y el 30% secundarias a oclusiones del acceso puede hacer que el flujo sanguíneo se desplace de la derivación
flujo venoso o estenosis de segmentos largos. Para las fístulas venosas, hacia el acceso, en vez de restaurar el flujo distal. Para esta derivación hay
la localización responsable específica no está tan clara. La lesión puede que emplear injertos autólogos siempre que sea posible.
localizarse en la anastomosis arterial o dentro de la fístula. Es posible
restaurar el flujo en el acceso vascular mediante trombectomía cjui- CONCLUSIÓN
rúrgica abierta o trombólisis y angioplastia endovascular. Las lesiones En últim o término, los objetivos de la DOQI son m inim izar los
del flujo venoso eferente o de la anastomosis deben ser tratadas para notables efectos que conlleva la dependencia de la hem odiálisis
prevenir una elevada tasa de fracasos de la prótesis, de hasta el 70% a sobre la calidad de vida dcl paciente con NT. Las tasas crecientes
los 6 meses. Es posible lograr una mejor tasa de permeabilidad, superior de accesos AV autólogos aum entan las tasas de perm eabilidad,
al 70% a los 6 meses, con la revisión quirúrgica do la anastomosis o la disminuyen las complicaciones y, por lo tanto, reducen el número
inserción de endoprótesis vasculares. de intervenciones no programadas y de ingresos hospitalarios que
Con el tiempo puede producirse una degeneración aneurismá- tienen que sufrir estos pacientes. Es imposible poner en práctica
tica de la fístula. Estos segmentos venosos con dilatación masiva son esta filosofía únicamente con los accesos AV clásicos. La derivación
capaces de afectar a la piel, poniendo al paciente en riesgo de sufrir inicial a cirugía vascular, las estrategias institucionales de evalua­
una hemorragia notable. La baja resistencia de la fístula aumentada ciones vasculares no invasivas preoperatorias y el uso de las técni­
de tamaño puede conducir al síndrome de robo (v. más adelante). El cas de transposición de venas pueden ser eficaces para aum entar
tratamiento se realiza con prótesis interpuestas y retirada de la porción los accesos autólogos en la población de diálisis. Un sistema de segui­
infectada (fig. 63-33). miento prospectivo que vigile el desarrollo de estenosis con relevancia
En pacientes con accesos vasculares puede aparecer insuficiencia hemodinámica mejora la permeabilidad asistida a largo plazo. Es nece­
arterial o síndrome de robo. La creación del acceso resulta en una sario un abordaje multidisciplinar que cuente con nefrólogos, cirujanos
circulación de resistencia baja que deriva el flujo aferente arterial vasculares y personal de enfermería de los centros de hemodiálisis, así
a este flujo venoso eferente de baja presión. Además, el flujo en la como con el paciente y su sistema de apoyo social, para optimizar la
arteria distal al origen del acceso puede hacerse retrógrado y deja de atención a este complejo grupo de pacientes.
E N FE R M E D A D ARTER IAL O C LU SIV A P ERIFÉRICA CAPÍTULO 63 1779

%
c
73

FIGURA 63-34 A . Paciente con pérdida de tejido en la m an o por robo. Se realizó dúplex arterial y angiografía antes de som eterle a revascularización
distal con ligadura del inten/alo (B) con m ejoría sintom ática inmediata.

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2006. a la cirugía y angioplastia, la estrategia de «primero la cirugía de derivación»
y el abordaje consistente en «primero la angioplastia con balón» se asocian
Las directrices de la AHA/ACC son un documento de consenso que des- con resultados básicamente similares en supervivencia sin amputaciones,
cribe los objetivos del tratamiento m édico de la enferm edad vascular, y a corto plazo, la cirugía resultaba más cara que la angioplastia.
incluidos los planteamientos actuales acerca de la prevención.
CAPRIE Steering Committee: A randomized, blinded, trial of clopido-
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Estudio aleatorizado enmascarado que demostró que el clopidogrel era más
CREST, el estudio prospectivo aleatorizado definitivo que comparó la inser- eficaz y seguro que el ácido acetilsalicílico para reducir el riesgo combinado
ción de prótesis endovasculares con la endoarterectomía carotídea, duró de ictus isquémico, infarto de miocardio o fallecimientos vasculares en
más de 10 años y produjo los mejores resultados de ambos tratamientos pacientes con ateroesclerosis.
descritos en ese tipo de estudios. Los resultados de las endoprótesis
carotídeas mejoraron espectacularmente en la segunda mitad del estudio, Norgren L, H iatt W R , D orm andy JA , et al: Inter-Society Consensos
respecto a la primera mitad, lo que indica la naturaleza evolutiva de las for the M anagem ent o f Peripheral A rterial Disease (TASC II). J Vasc
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