Sie sind auf Seite 1von 26

Las líneas de Nazca:

Una nueva síntesis de datos de la


Pampa y de los Valles
Anthony Aveni
Helaine Silverman

INTRODUCCION

Durante 1500 años, hasta principios del siglo XVI, los antiguos habitantes
de varios valles fértiles de la desértica costa meridional del Pení subieron a la árida
pampa de San José (Figura 1) y crearon los hoy famosos geoglifos de Nazca. Se trata
de docenas de biomorfos (figuras zoomórficas y fitomórficas) de dimensiones de-
camétricas, entre ellos varias aves, peces, un mono, una araña y una flor, así como
de cientos de líneas, en forma de trapezoides, rectángulos, espirales y numerosas
rectas, algunas de las cuales alcanzan kilómetros de longitud (véase ilustraciones pu-
blicadas en Kosok 1965; Morrison 1978; entre otros). A los biomorfos y a las líneas
se los conoce coloquialmente como "las líneas de Nazca". Sin embargo, la palabra
"línea" debería reservarse específicamente para los geoglifos lineales.
Prácticamente todos los geoglifos se hicieron mediante un proceso sustrac-
tivo, extrayendo las piedras pequeñas, angulares y oscuras de la superficie, teñidas
por la oxidación, así como la capa superior de tierra, y dejando al descubierto las
capas no oxidadas, y por ello, más claras, de la pampa (Reiche 1968). Las piedras
extraídas forman un borde oscuro alrededor del suelo más claro, realzando el
contraste claroscuro lo que permite una fácil observación de los geoglifos, especial-
mente desde el aire. Apartándose de la creencia según la cual los geoglifos
demandaban gran cantidad de energía y que presentaban dificultades en su fabrica-

N2 2, diciembre 1991 367


Artículos, Notas y Documentos

ción, experimentos de replicación han revelado que ocurre precisamente lo contra-


rio: en esencia, se trata de hazañas de ingeniería pero no estandarizada, que exigieron
una mínima inversión de trabajo (Morrison 1978:42-43; Avení 1990:23-25).
Los geoglifos fueron descubiertos en 1927 por el arqueólogo peruano
Toribio Mejía Xesspe (1940), pero no atrajeron la atención de los académicos ni la
curiosidad del público sino hasta la década de 1940, cuando fueron popularizados
por Paul Kosok (1965; Kosok y Reiche 1947, 1949) y Maria Reiche (1949), y por
una serie excelente de fotografías aéreas tomadas por el Servicio Aerofotográfico
Nacional. Es más, desde ese entonces, los intérpretes modernos no han podido
librarse de la idea según la cual los geoglifos sólo pueden ser observados y
entendidos desde el aire. Las líneas han sido tratadas de manera sensacionalista
como campos de aterrizaje para extraterrestres (Daniken 1971), proclamadas como
pistas de carreras para Olimpíadas prehistóricas (Breunig 1980), y descritas como
gigantescas efigies de divinidades destinadas a ser observadas por los propios
dioses, o por gentes de la región que se habrían elevado sobre la desértica llanura por
medio de aeróstatos (Woodman 1977).
La teoría según la cual los geoglifos fueron trazados con fines astronómicos
resulta ser más seria y, por tanto, debe ser tomada en consideración. Esta teoría fue
postulada por el geógrafo e historiador estadounidense Paul Kosok, quien observara
accidentalmente la puesta del sol sobre una línea de la pampa el 21 de junio de 1941.
Kosok (1965 : Capítulo VI) a partir de esta experiencia, indujo de manera intuitiva
que algunas líneas señalaban posiciones solsticiales de la salida o puesta del sol,
mientras que otras se dirigían hacia la salida de las Pléyades, y que los antiguos
astrónomos Nazca habrían realizado observaciones de los mismos fenómenos
celestes desde diferentes lugares de la pampa.
La tesis de Kosok ha sido defendida durante más de cuarenta años por su
discípula Maria Reiche, profesora alemana de matemáticas que ha dedicado la
mayor parte de su vida al registro y protección de este enigmático y frágil testimonio.
Reiche ( 1968) sostiene que las líneas fueron diseñadas como un sistema de
calendario completo con el fin de delinear posiciones significativas del sol, la luna
y las estrellas.
Fue la identificación_de cuatro fallas relevantes en la hipótesis astronómica
de Kosok y Reiche, lo que nos condujo a elaborar los dos proyectos conjuntos de
investigación que se describen en este artículo. Primeramente, Kosok y Reiche
tratan los geoglifos como una unidad sincrónica. Sin embargo, la evidencia visual
y arqueológica indica la existencia de una superposición compleja de geoglifos
sobre la pampa y que el trazado de los miles de geoglifos no fue simultáneo. La
superficie de la pampa está cubierta por líneas superpuestas y entrecruzadas. Sin
embargo, Reiche no ha separado con las medidas de las alineaciones de las líneas,
las formas geométricas de las figuras biomórficas.
En segundo lugar, Kosok y Reiche describen el cielo del hemisferio sur en
Nazca desde una perspectiva europeo-occidental, propia del hemisferio norte. Por
ejemplo, Reiche sugiere que un número significativo de líneas están alineadas hacia
las estrellas de la Osa Mayor, y que la figura del mono incluye la disposición de las

368 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - A v e n í / Silverman: Las líneas de Nazca

estrellas de esa constelación. Sin embargo, las investigaciones etnoastronómicas de


Urton (1981a, b) demuestran que los indígenas andinos perciben el cielo del
hemisferio sur y sus constelaciones desde una perspectiva muy diferente a la nuestra.
En tercer lugar, Kosok y Reiche esterilizan el fenómeno de la pampa al
convertir los geoglifos en un problema geométrico-astronómico casi cabalístico,
desprovisto de un agitado y cambiante contexto social y humano.
En cuarto lugar, hecho desconocido para Kosok y Reiche, los geoglifos de
la cuenca del río Grande de Nazca no son únicos. Si bien es cierto que hay más
geoglifos concentrados en la Pampa de San José y los valles aledaños que en ningún
otro lugar, se los ha ubicado también en el valle de Lima (Rosselló 1977), en Supe
(Isbell 1978:153), en Chincha Alta en el valle del Chincha (Wallace s.f.), en Pisco
(Craig y Psuty 1968:98), en lea (Anita Cook, comunicación personal 1989), en Pa-
catnamú en la costa norte (Hecker y Hecker 1985), en Bolivia (Métraux 1934), en
el norte de Chile (Reinhard 1988), y seguramente los hay también en otros lugares.
Estos diversos ejemplos incluyen líneas rectas, caminos radiales y figuras. Ellos sin
duda forman parte del mismo fenómeno que produjo las líneas de Nazca. En este
artículo, sostenemos que no se trata de un fenómeno exclusivamente astronómico,
sino más bien de una formación organizativa del antiguo mundo andino, múltiple e
integrativa, con funciones sociales, religiosas, políticas y calendarias.

PUESTA A PRUEBA DE LA HIPOTESIS ASTRONOMICA EN LA PAMPA

El primer examen sistemático de la hipótesis astronómica de Kosok y


Reiche fue llevado a cabo por Gerald Hawkins en 1968. Hawkins quiso determinar
si las líneas constituían un sistema calendárico completo. Para ello realizó un reco-
nocimiento sobre una franja de 2000 x 5 metros en la pampa, sobre el río Ingenio.
En esta franja estudió 21 trapezoides y 72 otros elementos lineales (aproximadamen-
te la mitad de la muestra existente). Hawkins comparó las direcciones de sus
alineaciones acimutales con las posiciones de salida y puesta de estrellas brillantes,
así como con los extremos alcanzados por el sol y la luna en el horizonte. Este es el
procedimiento que había sido usado con éxito en Stonehenge (Hawkins 1963).
Hawkins llegó a la conclusión de que, en conjunto, los geoglifos de Nazca no estaban
en correlación con fenómenos astronómicos.
Si bien el estudio de Hawkins puso en duda la validez de las alineaciones
celestes propuestas anteriormente, Anthony Aveni, astrónomo de profesión, se
mostró impresionado por la naturaleza simplista de los parámetros usados por Haw-
kins para investigar los geoglifos. Criticó en particular el hecho de que Hawkins
hubiera divorciado la astronomía antigua de su contexto socioeconómico, religioso
y calendárico. Aveni era partidario de un enfoque que integrase datos etnohistóri-
cos, etnográficos y arqueológicos sobre las sociedades indígenas andinas en la in-
vestigación de los geoglifos de Nazca.
Entre 1979 y 1984, un equipo interdisciplinario de investigación dirigido
por Aveni, el antropólogo Gary Urton y la arqueóloga Persis Clarkson, llevó a cabo
un proyecto sobre la pampa con el fin de poner a prueba en forma definitiva la

N2 2, diciembre 1991 369


Artículos, Notas y Documentos

hipótesis astronómica. El proyecto se concentró en los centros radiales de líneas,


observados en primer lugar por Reiche (1949), y que constituyen más del 90% de
las marcas de la pampa. Un centro radial está conformado por uno o varios cerros
naturales (frecuentemente coronados por una o más pilas de cantos rodados) de los
cuales parten líneas de diversa anchura. El proyecto identificó un total de 741 líneas
y 62 centros de líneas (Figura 2).
El plan de investigación del equipo cuyo objetivo es obtener información
sobre las líneas rectas, incluyó varios procedimientos:
(1) El proyecto reunió todo el material fotográfico y cartográfico de la región
entre los ríos Nazca e Ingenio y la Carretera Panamericana, puesto que es
allí donde se encuentra la mayor parte de las líneas.
(2) Los centros radiales fueron localizados in situ y, posteriormente, se inves-
tigaron sus características generales.
(3) Se levantaron mapas de la totalidad de las 741 líneas y los 62 centros
radiales.
(4) Se instaló un teodolito de tránsito en cada centro y se midieron las
alineaciones de todas las líneas que partían de un centro, con sus correspon-
dientes posiciones astronómicas. Todas las medidas del teodolito fueron
transferidas al mapa de base.
(5) Se tomaron medidas de la elevación del horizonte local.
(6) Se recorrieron las líneas con el fin de tomar nota de sus particularidades
físicas.
El equipo descubrió que las líneas que partían de los centros se conducían
de distintas maneras. Así, una línea:
(1) Podía terminaren uno de los muchos ríos secos que cruzan la pampa bajando
luego por las quebradas para entrar en uno de los afluentes de la cuenca del
río Grande de Nazca (12%).
(2) Podía conducir a otro centro (22%).
(3) Podía terminar abruptamente en una región de la pampa que carece de
rasgos distintivos (<J %) (es difícil determinar, en estos casos relativamente
raros, si el término de estas líneas se debió a su condición de inconclusas).
(4) Podía terminar en un cerro que no es un centro radial.
(5) Podía perderse en la confusa aglomeración de geoglifos o en regiones de la
pampa donde la erosión había borrado la línea (aproximadamente 45% ). En
varios de estos casos, una misma línea fue perdida y reubicada hasta
desaparecer de manera definitiva.
(6) Podía desarrollar curvas y ángulos agudos, generalmente allí donde se in-
terponen accidentes topográficos, tales como afluentes o pequeños cerros.
De esta manera, la línea zigzaguea a través de la pampa antes de terminar
(7%).
(7) Podía conducir y, en algunos casos, entrar en una de las grandes figuras

370 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Silverman: Las líneas de Nazca

geométricas de la pampa, generalmente trapezoides (10%)(1). En la mayo-


ria de estos casos, las figuras geométricas están claramente delimitadas por
bancos aluviales secos.
Además, se determinó que las líneas que panían de centros exhibían una
serie de caracteristicas. El ancho de la mayor parte de ellas es inferior a los 2 metros,
teniendo la más angosta una anchura de cerca de 15 centímetros. No se observaron
agrupamientos significativos de anchuras. La longitud de las líneas varia de 10
metros a 12 kilómetros; la mayor pane tiene menos de un kilómetro de largo(2).
REFUTACION DE LA HIPOTESIS ASTRONOMICA EN LA PAMPA

El proyecto de Aveni confirmó independientemente la conclusión de


Hawkins en cuanto a que las líneas, tomadas en conjunto, probablemente no
constituyeron un sistema astronómico unificado (véase Aveni 1990; Ruggles 1990).
Este razonamiento se basa en los datos que expondremos a continuación.
Los patrones constantes observados en la disposición de los geoglifos
deberian servir como claves para la identificación de su función. Hemos analizado
todas las posibilidades de orientación astronómica de las líneas rectas dentro del
contexto de los fenómenos astronómicos que sabemos son observados por los
pobladores modernos o que fueron observados en el pasado histórico de la región
sur-andina (véase Unon 1981 a; Zuidema 1977). Asimismo, hemos examinado las
distribuciones acimutales de todas las líneas medidas en la pampa y no hallamos
agrupamientos en ninguna dirección particular. También separamos las alineacio-
nes hacia la región del horizonte donde sale y se pone el sol (acimut 65°-115º, 245°-
2950). Aquí encontramos una distribución casi totalmente aleatoria, con excepción
de que el número de alineaciones (agrupadas de 5 en 5 grados), correspondientes a
la salida y puesta del sol durante los intervalos del 22 de octubre al 2 de noviembre
y del 10 al 20 de febrero, era un 50% mayor que el previsto.
La salida del sol el día de su segundo pasaje por el cénit ocurre el 31 de
octubre o el 1 de noviembre a 14º42'S, la latitud de Nazca. Esto sucede en un
momento critico del ciclo agricola. Actualmente, la descarga del sistema de la
cuenca del Nazca alcanza su punto más alto en enero (ONERN 1971: Tablas 17 y
18). El flujo se inicia en diciembre, después de una larga estación seca, pero antes,

(1) Los trapezoides de la pampa son en realidad triángulos cuyos ápices han sido cortados y
reemplazados por líneas largas y estrechas, que pueden llegar a ser muy extensos. El tamaño de
un "trapezoide promedio" es de aproximadamente 40 x 400 metros. El rango de tamaños en la
pampa es considerable. Por ejemplo, encontramos 12 trapezoides de áreas ubicadas entre 5 y 300
metros cuadrados, mientras que, al otro lado del espectro, se hallan 34 trapezoides de áreas
mayores a los 30,000 metros cuadrados y 24 que superan los 45,000 metros cuadrados de
superficie. El más grande de los geoglifos geométricos mide 156,000 metros cuadrados.
(2) Si se colocasen en fila, las líneas conocidas formarían un diseño de 1300 kilómetros de longitud.
Los enormes trapezoides exigieron la remoción de 3.79 millones de metros cuadrados de piedras,
es decir, más o menos el l % de la superficie total de la pampa.

N2 2, diciembre 1991 371


Artículos, Notas y Documentos

según infonnantes locales, se fonnan nubes oscuras en el distante horizonte


montafioso al este, las cuales anuncian las lluvias en los Andes y la consecuente
crecida de los ríos. Esto ocurre a pocos días del momento en que el sol pasa por el
cénit. Por lo tanto, es probable que algunas líneas c;on orientaciones solares hayan
sido usadas como un mecanismo de presagio de una serie de eventos que culminaban
con la llegada del agua a esa región desértica. Este sería un período importante en
el valle de Nazca propiamente dicho pues marca el momento en que el agua
contenida en las galerías filtrantes del sistema indígena de irrigación se encuentra en
su nivel mínimo. Actualmente, es ese el momento en que se realiza la limpieza de
las galerías filtrantes. Igualmente, encontramos un alto índice de "no aleatoriedad"
en la alineación de los trapezoides. Los máximos rangos acimutales de 30º a 90º y
de 200º a 250° se observan en la lámina 3, pero esta desviación parece deberse más
a la dirección del flujo del agua a través de la pampa que al movimiento del sol y las
estrellas por el cielo. De hecho, hay evidencias en el sentido de que la ubicación de
cerros y fuentes de agua en la pampa y sus alrededores desempefiaron un papel en
la decisión de los constructores en lo referente al lugar adecuado para el trazado de
líneas y el establecimiento de los centros. Todos los centros radiales están ubicados
en bancos secos que cruzan la pampa bajando luego por quebradas que dan al río
Nazca ubicado al sur de la pampa; hasta ahora no se han identificado centros de líneas
sobre los bancos secos que descienden hacia el río Ingenio que se encuentran al norte
de la pampa, aunque se han encontrado centros de líneas en el valle de este río (véase
más abajo).
La mayor parte de los centros de líneas están ubicados en cerros que
penetran la pampa desde las montañas y a lo largo del borde elevado de la pampa
sobre los ríos Ingenio y Nazca. Pocos centros radiales se encuentran en medio de la
pampa. Excepciones notables son los centros nº 35 y 45 (véase lámina 2), que
constan de numerosas líneas, muchas de las cuales se conectan con otros centros. Las
líneas se extienden desde los cerros naturales, visibles en días a varios kilómetros de
distancia y que se encuentran ubicados a sólo algunos metros sobre la superficie de
la pampa. Con frecuencia, los centros radiales abarcan grupos de cerros, en cuyo
caso la mayoría de las líneas parten del más elevado de ellos.
Un examen detallado de los cerros que se extienden como los dedos de una
mano sobre la pampa, principalmente desde el noreste, pennite indicar que el 46%
de las líneas asociadas con ellos se encuentran dentro de ± 30º del eje del cerro
protuberante. Estos resultados dan la impresión de que en un centro radial úpico, la
interacción entre los dos extremos de una línea está relacionada con un fenómeno
o con una actividad que se encontraría o se realizaría en la dirección general de la
pampa abierta, o, tal vez, al otro lado de la pampa, vista desde la perspectiva del cerro
protuberante, o viceversa.
Tras constatar que los ejes de estos protuberantes cerros se encuentran
generalmente a lo largo de la dirección dominante del flujo del agua que se dirige
desde las montañas, a través de la pampa, hacia la cuenca del Nazca, decidimos
trazar nuevamente el histograma de distribución acimutal (lámina 3b) definiendo
como punto cero la dirección del movimiento de la fuente de agua más cercana a un

372 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - A v e n í / Sílverman: Las líneas de Nazca

sitio detenninado (aguas arriba= 0°), en vez del usual norte astronómico. Como se
observa en la lámina, las direcciones axiales de los trapezoides están en estrecha
correlación con <:¡l flujo del agua. Nótese, sin embargo, que un número apreciable de
elementos se alínean sobre una de laS"_perpendiculares a la dirección del flujo del
agua (270º en la lámina). Habida cuenta de la simetría cardinal general en el resto
del diagrama, este resultado causa cierta perplejidad. Ahora bien, la organización
social andina indígena y su interconexión con la geografía pueden ofrecer indicios
que serán objeto de explicación.
La antropóloga Jeanette Sherbondy (1982) ha enfatizado la ocurrencia de
divisiones hanan-hurin relacionadas con la dirección del flujo del agua en el sistema
de aguas del Cuzco incaico. Conjeturamos que en Nazca pudo haber un sentido
similar de lateralidad ("handedness") local "preferida'~con respecto al flujo del agua
que discurre a través de la pampa y al movimiento originado por los trapezoides.
Podría haberse tratado de una costumbre aceptada al entrar a un trapezoide o a otra
figura de tal modo que, aguas arriba, la dirección de la fuente de agua, se encontrase
a la derecha del caminante, y nunca a su izquierda, o viceversa.
Por último, existen muchas evidencias prácticas que van en contra del uso
astronómico de las líneas. La profusión de líneas y el número aún mayor de objetos
celestes penniten que un investigador de alineaciones pueda producir, sin ninguna
dificultad, cualquier tipo de correlación. Es más, el horizonte está permanentemente
cubierto de neblina, de allí que sea posible suponer que haya sucedido algo
semejante en el pasado.

LAS LINEAS DE NASCA Y EL SISTEMA DE CEQUES

Si bien la evidencia arriba expuesta invalida tajantemente la teoría exclusi-


vamente astronómica de las líneas de Nazca, es importante reconocer que el sistema
de ceques, paralelo físico (y, presumiblemente, cultural) más cercano a los centros
radiales, incluía entre sus múltiples funciones tanto la provisión de agua como las
orientaciones astronómicas. En efecto, fue precisamente la afinidad entre el sistema
de ceques y los centros radiales (compárese las láminas 4 y 5) lo que hizo que Aveni
centrara su atención en la pampa. La similitud más clara entre las líneas de la pampa
y los ceques se halla en su rectitud quintaesencia! y su disposición radial.
El sistema de ceques (Cobo 1956; Zuidema 1964, entre otros) era un
dispositivo mnemónico construido sobre la topografía natural y artificial del Cuzco
con el fin de unificar la organización religiosa, social y política de los incas, así como
la administración del agua, el calendario y la astronomía. El sistema se ceques se
componía de un número de líneas radiales imaginarias (ceques) producidas por la
alineación de huacas o sitios sagrados. Los ceques salían, en direcciones más o
menos intercardinales, de Coricancha, el denominado Templo del Sol, que se
encontraba en la confluencia de los dos ríos del Cuzco, y estaban agrupados por
zonas de acuerdo con su ubicación dentro de cada una de las cuatro partes o suyus
del Cuzco.
Si bien algunos de los ceques estaban orientados astronómicamente, la base

NQ 2, diciembre 1991 373


Artículos, Notas y Documentos

lógica para la división de la antigua ciudad estaba relacionada con la hidrografía


local. Los límites entre los suyus demarcaban el flujo del agua en el valle de Cuzco.
Los ceques, en cuanto alineaciones de sitios sagrados, tuvieron el propósito de servir
como principio ordenador de los derechos de aguas de los diferentes grupos sociales
o ayllus. Por derecho natural, los miembros de un ayllu recibían agua directamente
de sus ancestros quienes, según la creencia, moraban dentro de la tierra. Siguiendo
a Johan Reinhard ( 1988), consideramos posible que las líneas de Nazca hayan estado
relacionadas, al menos en parte, con algún tipo de procedimiento ritual asociado con
el llamado a las aguas para subir de sus fuentes subterráneas, así como para
descender desde las alturas de la sierra. Esta función aparece implícitamente en la
descripción del uso del sistema de ceques en Cuzco por Bemabé Cobo ( 1956), ya que
este cronista indica que muchos ceques terminaban allí donde las aguas cambiaban
de dirección. Cobo señala que en estos lugares era necesario arrojar objetos al agua.
En el Cuzco, con frecuencia, las rutas de peregrinación seguían aquellos ceques que
corrían paralelos a las fuentes de agua. La relación entre las líneas de Nazca y las
rutas de agua que corren a través de la pampa es sugerente a la luz de esta discusión
sobre la asociación de los ceques y el agua en Cuzco.
Ahora bien, otra semejanza entre las líneas de Nazca y los ceques radica en
el hecho que ninguno lleva ventaja a través del paisaje. La principal preocupación
fue mantener una trayectoria recta, y lograr que estos ceques y geoglifos escalasen
cerros y bajasen a los bancos aluviales, permanentemente secos, que cruzan el
paisaje. Zuidema (Zuidema y Quispe 1973) ha documentado la importancia ritual de
las líneas rectas en las rutas tradicionales utilizadas como lugares de peregrinación
y sacrificio, incluyendo el transporte de sacrificios humanos llamados capac hucha.
Es interesante indicar que, en el momento de su descubrimiento, las líneas
de la pampa recibieron el nombre de "rutas ceremoniales" y ceques (véase Mejía
Xesspe 1940). Pensamos que muchas de las líneas de Nazca fueron, en efecto,
caminos o pistas. Algunas forman verdaderas carreteras, con propiedades semejan-
tes a las descritas por el arqueólogo John Hyslop (1984) para el sistema vial incaico.
Son rectas; tienen bordes; pueden tener formas trapezoidales; y presentan con
frecuencia mojones de piedras allí donde ocurren cambios de anchura. Existen
caminos, posiblemente anüguos, en algunos de los geoglifos más amplios. Sin
embargo, algunas líneas son mucho más anchas de lo requerido para haber sido
usadas simplemente como caminos, mientras que otras son demasiado cortas y
estrechas como para que haya sido posible caminar sobre ellas distancias conside-
rables en una postura cómoda. Por ello, las líneas de Nazca no pudieron haber sido
simplemente vías de comunicación, usadas para trasladarse de un Jugar a otro. La
descripción original por Mejía Xesspe quien considera las líneas como "rutas
ceremoniales" sigue siendo apropiada.
MAS ALLA DE LA PAMPA: CAHUACHI Y WS GEOGLIFOS DE WS
VALLES

Hasta hace poco, todas estas ideas sobre los geoglifos -independientemente

374 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Silverman: Las líneas de Nazca

de lo aceptables que fuesen en ténninos andinos- estaban aún divorciadas de un


sólido contexto arqueológico y, por ende, cultural. No conocíamos los parámetros
cronológicos de los geoglifos, ni su fonna de actuar en el conjunto de la sociedad
local. Prácticamente nuestra única gufá era la obvia identidad entre las grandes
figuras de la pampa y algunos motivos de la antigua cerámica nasca (lsbell 1978) y
la aparente relación general de las líneas de Nazca con el sistema de ceques inca
(Morrison 1978; Avení 1986). La arqueóloga Helaine Silverman ha llevado a cabo
desde 1983 excavaciones y prospecciones en los valles de los lados norte y sur de
la pampa. Este trabajo de campo está proporcionando un contexto propicio para los
fenómenos de la pampa dentro de las antiguas sociedades de la cuenca del río Grande
de Nazca.
Las excavaciones de Silvennan durante 1984-1985 en Cahuachi, en el valle
del Nazca al sur de la pampa (lámina 1), revelaron que el sitio de 150 hectáreas no
correspondía a una gran ciudad, como se había creído, sino más bien a un enorme
centro ceremonial, con pirámides, plazas, templos, ofrendas rituales, parafernalia
sagrada, entierros y un complejo de geoglifos cercano (Silverman 1985, 1986, 1987,
1988; Silverman y Pineda 1986). Cahuachi es, sin duda, el centro ceremonial más
importante de los antiguos nasca. Silverman sostiene que Cahuachi era mantenido
por peregrinaciones realizadas según un calendario o sistema de ceques que, a la
usanza andina, combinaba lo ritual, social y político.
En una pequeña pampa al sur de Cahuachi (Silverman y Pineda 1986) hay
un complejo menor de líneas. Algunas de estas apuntan hacia elementos arquitec-
tónicos importantes del sitio, sugiriendo así una asociación entre las líneas y
Cahuachi. Aún más sugerente es la concentración inusualmente elevada de centros
radiales en la ribera norte del río Nazca, exactamente frente a Cahuachi, tal como ha
sido documentado por Avení (lámina 2). Asimismo, existe una aglomeración de
nueve centros radiales en una área de cerca de dos kilómetros de lado. En ese lugar
se encuentra la más alta concentración de líneas radiales en toda la pampa. La
cercanía de Cahuachi indica una posible relación con este sitio, así como el hecho
de que una de las líneas más importantes que cruza la pampa (el Camino de Leguía)
conecta Cahuachi con el valle de Ingenio (lámina 1).
El reconocimiento, recientemente completado por Silverman, en el valle de
Ingenio y en la parte central del valle del Grande ha proporcionado un mayor número
de datos sobre el contexto cultural del fenómeno de los geoglifos. Hasta ahora se han
identificado unos quinientos yacimientos arqueológicos prehispánicos. Estos cu-
bren un periodo mayor a los dos mil años, desde aproximadamente 500 A.C. hasta
inicios del periodo colonial. Los yacimientos registrados incluyen aldeas, cemente-
rios, centros cívico-ceremoniales y, por lo menos, 69 sitios con geoglifos. Estos
últimos no se encuentran en la pampa sino en las laderas y los riscos de los valles que
bordean los lados norte y oeste de la pampa; es probable que queden por detectar
otros en la zona de reconocimiento. Los datos sobre estos geoglifos son invalorables
pues, al contrario de los diseños aislados encontrados en la pampa, varios de los
geoglifos de los valles están directamente relacionados con otros tipos de yacimien-
tos arqueológicos, lo cual proporciona una sólida base empírica para determinar sus

N2 2, diciembre 1991 375


Artículos, Notas y Documentos

edades y funciones en las sociedades antiguas de la región. Es más, a diferencia de


muchos de los geoglifos de la pampa, que han sido barridos por Maria Reiche o
removidos por otros, los geoglifos de los valles constituyen superficies prehispáni-
cas esencialmente ptístinas, de valor inestimable para el estudio de este fenómeno,
más aún cuando existen en ellas fragmentos de cerámica, necesarios para el fechado
de los geoglifos.
La totalidad de los geoglifos identificados en los valles pertenecen a la
categoría de líneas: líneas rectas, tanto anchas como estrechas, largas o cortas;
trapezoidales; líneas geométricas tales como zigzagueantes o espirales; centros
radiales; combinaciones de líneas; y campos barridos (áreas típicamente cuadradas
o rectangulares que han sido completamente limpiadas de piedras y que no contienen
el borde distintivo de los demás geoglifos). No hay biomorfos. Como se ve en la
lámina 6, los trapezoides constituyen aproximadamente el 65% de los tipos de geo-
glifos identificados en el valle de Ingenio y en el valle medio del Grande. La
incidencia de combinaciones de geoglifos, líneas rectas y campos barridos es menor.
Se descubrieron nueve campos de geoglifos de tamafios y complejidad semejantes
a los más conocidos sectores de la pampa; aquéllos estám constituidos por ordena-
ciones extensas, espacialmente discretas, de los tipos de geoglifos lineales antes
mencionados (lámina 7).
En los valles, la gran mayotía de geoglifos fue hecha durante el Periodo
Intennedio Temprano (200 A.C.-600 D.C.) por los antiguos nasca (lámina 8). Al
fechar, supusimos que los fragmentos de cerámica encontrados en la superficie de
un geoglifo indicaban el período más tardío de su uso, a menos que hubiese
evidencias de perturbación. En caso de presentarse múltiples componentes cerámi-
cos en la superficie de un geoglifo, los fragmentos más antiguos indicaban que el
geoglifo tiene por lo menos la edad de aquellos. Es importante sef'ialar que, a
diferencia de la situación en la pampa, donde abundan los ceramios rotos, en los
geoglifos de los valles, aquéllos son muy escasos. Por ello, 25% de los 69 geoglifos
no han podido ser fechados debido a la falta de fragmentos o a la excesiva erosión
de éstos. Además, algunos geoglifos presentaban evidencias de perturbación. Sin
embargo, 75% de los geoglifos de los valles pudieron ser fechados a partir de uno
o más fragmentos de cerámica y/o, en trece casos, por estar en asociación directa con
otros yacimientos arqueológicos.
Se encontró únicamente cerámica nasca en 32 de los 51 geoglifos fechables.
En otros 12 geoglifos se encontró aparte de la nasca, cerámica perteneciente a
épocas ulteriores. Es decir, 80% de los geoglifos de nuestra área de reconocimien-
to fueron usados durante el periodo nasca. Esta proporción se asemeja al 85%
obtenido antes por Hawkins (1969) para la misma pampa. Cuando los geoglifos se
analizan de acuerdo con las múltiples fases (lámina 9) de la secuencia de la cerámica
nasca, la mayor parte cae en las fases 3 y 5. La mayoría de los restos cerámicos nasca
de la muestra de Hawkins fue atribuida a la fase 3 del Periodo Intennedio Temprano.
Esta es sin duda una buena correlación entre los dos conjuntos de datos, uno de los
cuales corresponde a la pampa y el otro a los valles.
Algunos estudiosos entre los que figuramos nosotros, han sostenido que las

376 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Silverman: Las líneas de Nazca

líneas de la pampa son posteriores a los biomorfos puesto que hay líneas superpues-
tas en biomorfos mientras que el caso contrario jamás ocurre. Persis Oarkson ( 1990)
informa haber encontrado mayormente cerámica postnasca del Horizonte Medio
(600.1000 D.C.) y del Periodo IntermedioTardfo(l000-1476 D.C.) en las líneas que
analizó en la pampa, hecho que la llevó a fechar las líneas -tal como lo hicimos junto
con otros- hacia el Horizonte Medio y el Periodo Intermedio Tardío. Sin embargo,
los nuevos datos provenientes de los geoglifos de los valles ponen en duda la validez
del fechado postnasquense de las líneas de la pampa ya que todos los geoglifos de
los valles son líneas (y no biomorfos y dibujos naturalistas) y el 80% de ellos data
del periodo nasca. Dado que las líneas de la pampa y de los valles fueron producidas
con la misma técnica y parecen ser idénticas, y que las de los valles datan en su
mayoría del periodo nasca, sostenemos que las líneas de la pampa deben ser
contemporáneas de sus gemelas en los valles. En suma, de lo expuesto colegimos
que las líneas de Nazca son líneas nasca.
Sin embargo, esta propuesta debe ser sometida a prueba en la Pampa de San
José. Mientras tanto nuestra aseveración, relacionada con la fecha predominante
nasca atribuida a las líneas de la pampa, se ve reforzada por la existencia de una de
las principales rutas de acceso entre la propia pampa y Ventilla (Yacimiento #165),
gran centro urbano en el valle de Ingenio ubicado al pie de una pendiente que sube
hacia la pampa. En esta ruta se encontraron 27 tiestos, todos ellos nasca; 26 de los
cuales datan de Nasca 5 mientras que el último es Nasca 3. Igualmente sostenemos
que estos fragmentos son los restos de ceramios rotos (por accidente o deliberada-
mente) que se iban encontrado en el camino de ida a la pampa, o al regreso de la
misma.
UN CONTEXTO ANDINO PARA WS GEOGLIFOS DE NAZCA

Habiendo eliminado a la astronomía como explicación integral de los


geoglifos de la pampa, proponemos en su lugar un modelo basado en la cultura
andina, tal como se evidencia en la misma región Nazca.
A través de documentos etnohistóricos, Gary Urton ( 1990) ha argumentado
en el sentido de que la pampa fue el lugar de división entre las dos mitades de la
cuenca del Nazca. Una mitad era dirigida por los pueblos del valle de Ingenio al
norte, y la otra por los de los valles de Nazca y Poroma al sur. En ese sistema, la
pampa habría sido la zona de confrontación y cooperación entre los dos grupos.
Aunque los datos de Urton se refieren a un periodo prehispánico ulterior, el dualismo
ha caracterizado a la sociedad indígena andina a través del tiempo. Proponemos,
pues, que ese mismo dualismo exisúa durante la época nasca y que se manifestó en
el gran centro ceremonial de Cahuachi ubicado al lado sur de la pampa en Nazca y,
en el recientemente descubierto asentamiento urbano nasca de Ventilla, al norte de
la pampa en Ingenio (Silverman 1990). Los dos lugares están conectados entre sí por
un importante geoglifo de 11-12 kilómetros de largo que cruza la pampa, y que fuera
incorporado siglos después en el Camino de Leguía, antigua Carretera Panamerica-
na del Perú. Pensamos que la pampa desempeñó un importante papel como ruta de

N2 2, diciembre 1991 377


Artículos, Notas y Documentos

comunicación y peregrinación entre los dos principales centros nasca y entre los
cientos de otros yacimientos identificados en el reconocimiento, y también como
campo para las actividades rituales de esos pueblos antiguos.
Queremos centrar también la atención en cuatro conceptos quechua que, por
analogía, explican el fenómeno de los geoglifos en la pampa y en los valles. Estos
conceptos son la propia pampa y la kancha, chuta y mit'a. Pampa se refiere a un
espacio no delimitado, especialmente en el sentido de una superficie llana y extensa,
como la Pampa de San José, en la cual se encuentra la mayor concentración de
geoglifos. Pampa es el complemento del término quechua kancha, que se refiere a
un campo o patio, o cualquier otra unidad de espacio definida, delimitada o
emparedada. Las kanchas son espacios artificiales que cercan o parcelan la inmen-
sidad de las pampas. Sobre esta base, proponemos que los geoglifos fueron, en
esencia, kanchas.
Los términos chuta y mit'a hacen referencia a la organización del trabajo
y el rito en los Andes. Tal como lo explica Unon (1984 ), las chutas son unidades
efímeras de territorio social establecidas durante episodios de trabajo comunal. Los
periodos de trabajo en los Andes determinan los ayllus. Los ayllus, grupos sociales
discretos, determinan los periodos de trabajo en los Andes y la extensión de las
chutas está subordinada al tamafio de los ayllus. Se conoce con el nombre de mit'a
a la obligación temporal de cumplir con trabajos y ritos comunales. Las kanchas,
bajo la forma de geoglifos, eran chutas para los grupos sociales nasca (ayllus), el
resultado de una mit'a correspondiente a un evento social/político/religioso. En la
época inca, tales eventos eran llevados a cabo y coordinados por los ayllus de
acuerdo con un calendario social, político y ritual, en la forma de un sistema de
ceques. Sostenemos que esta forma de organización existía mucho antes de los incas
en los Andes, y que se refleja en los geoglifos de la pampa y de los valles de Nazca.
El modelo andino que proponemos para explicar los geoglifos da cuenta de
la confusa superposición y proliferación de líneas que se observan en la pampa.
Asimismo, sugerimos que la superficie de la pampa fue cubiena de líneas de varias
formas y tamafios como resultado de la realización diacrónica de ritos sociales
repetitivos. Cuando la pampa estuvo completamente cubierta, se trazaron nuevos
geoglifos sobre otros más antiguos. Nuestro modelo explica la razón por la cual más
del 70% de los 51 geoglifos objeto del fechado en los valles son multicomponencia-
les (es decir, contienen restos cerámicos correspondientes a más de un periodo, in-
cluyendo más de una fase en la secuencia relativa de la cerámica nasca.

CONCLUSIONES

A través de la presente investigación, hemos pretendido distraer la atención


contemporánea centrada sensacionalistamente en las denominadas "líneas de Nazca"
para fijarla en su legítimo campo, el de la indagación científica, en tanto que
manifestación ideológica de primer orden del mundo prehispánico andino. Sabemos
ahora con certeza quiénes son los autores de los geoglifos, y en qué época fueron
creados. Llegamos a la conclusión de que la pampa y los geoglifos (dentro y fuera

378 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Si/verman: Las líneas de Nazca

de la pampa) constituyeron un fenómeno religioso, social y polftico de gran


complejidad, y que la pampa desempeñó un papel integral e integrador en la sociedad
nasca. Los geoglifos fueron un elemento de la antigua cultura nasca, intrínseco y
esencial pa~ la sociedad, al punto que la tradición de marcar la superficie del
desierto perduró por siglos, a pesar de los transtomos internos y externos del medio
sociopolítico circundante.

AGRADECIMIENTOS

Anthony Aveni agradece la ayuda de Tom Zuidema, Gary Urton y Persis


Clarkson, con quienes compartió su temprano interés por las lfneas y por la
investigación de la pampa. El trabajo de campo de Aveni fue llevado a cabo con la
autorización del Instituto Nacional de Cultura (Resolución O12-81-DCIRBM) y con
el apoyo económico de Earthwatch, National Geographic Society, Wenner Gren
Foundation (Beca Nº 4175), National Science Foundation (BNS 8102336) y OSCO
Fund. El Instituto Geográfico Nacional y el Servicio Aerofotográfico Nacional
brindaron un excelente apoyo con mapas y fotografías.
El trabajo de campo de Helaine Silverman en Cahuachi recibió el apoyo de
la Fulbright-Hays Act, National Science Foundation, Social Science Research
Council, y el Institute of Latin American Studies de la Universidad de Texas en
Austin. El proyecto de Cahuachi fue autorizado por el Instituto Nacional de Cultura
mediante Resolución Suprema 165-84-ED. El proyecto de reconocimiento Ingenio
Grande medio fue apoyado por la Nacional Geographic Society y el Center of Latin
American and Caribbean Studies de la Universidad de Illinois en Urbana-Cham-
paign. Este último proyecto fue autorizado por el Instituto Nacional de Cultura según
Resolución Suprema 226-88-ED y Resolución Suprema 282-89-ED. Helaine Sil-
verman agradece la excelente ayuda brindada por sus asistentes y colaboradores en
estos dos proyectos: Lic. Miguel Pazos Rivera, Arqto. José Pineda, Rubén García,
José Pinilla, Patricia Victorio, José Pablo Baraybar, Elmer Atalaya, César Tumay,
Fredi Caputo, Herbert Ascancibar, Dennis Scon, Juan Antonio Murro y Frances
Hayashida. Finalmente, quisiera agradecer de manera especial al Prof. Josué Lancho
Rojas, de Nazca, y al Sr. Osear Tijero Ríos, de Palpa, por la gran ayuda prestada.
Anthony Avenl
Department of Physlcs and Astronomy
Colgate Unlverslty
Hamllton, N.Y. 13346
EE.UU.

Helalne Sllverman
Department of Anthropology
109 Davenport Hall
Unlverslty of llllnols
Urbana, IL 61801
EE.UU.

N2 2, diciembre 1991 379


Artículos, Notas y Documentos

EN POS DEL TRIBUTO


En el Cusco Rural
(1826-1854)
Víctor Peralta Ruíz

Partiendo de los métodos e inquietudes de la "nueva historia social", Víctor


Peralta analiza la historia social y política del Cusco en las primeras décadas
republicanas a través del seguimiento del tributo indígena, rebautizado
contribución. Demuestra cómo, en contraste con la ideología liberal reinante,
una nueva clase dominante se
fortaleció en base a esta imposición tributaria. Esta historia no sólo echa luz
sobre los grupos de poder sino también presenta a los indígenas como
participantes activos en esta época tan conflictiva. Además , estudia a algunos
de los personajes y períodos más
importantes del Cusco republicano: Agustín Gamarra, Simón Bolívar, Andrés
Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana.

Pedidos a:
Centro Bartolomé de Las Casas - CRC
Teléfonos 236494 - 232544 - Fax (51/84) 238255
Apartado 477 - Cusco- Pcrú

380 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Silverman: Las líneas de Nazca

BIBLIOGRAFIA

AVENI, Anthony
1986 "Toe Nazca Lines: Pattems in the Desert". Archaeology 39 (4):33-39.
1990 "Order in the Nazca Lines". En: Aveni, A. (ed.). The Llnes of Nazca, pp.41-
114. American Philosophical Society, Filadelfia.
BREUNIG, G. von
1980 "Nasca: a Precolumbian Olympic Site? Interclencla 5:209-219, Caracas.
CLARKSON, Persis
1990 ''The Archaeology of the Nazca Pampas, Peru: Environmental and Cultural Pa-
rameters". En: Aveni, A. (ed.) The Llnes of Nazca, pp.117-172. American
Philosophical Society, Filadelfia
COBO, Bemabé
1956 (1653] Historia del Nuevo Mundo. Biblioteca de Autores Españoles, vols. 91 y 92,
Madrid.
CRAIG, Alan y Norbert Psuty
1968 The Paracas Papers: Studles In Marine Desert Ecology. Reconnaissance
Report I (2). Occassional Publication Nºl of the Department of Geography.
Florida Atlantic University, Boca Raton.
DANIKEN, Erich von
1971 Charlots of the Gods. Bantam, Nueva York.

N2 2, diciembre 1991 381


Artículos, Notas y Documentos

HA WKINS, Gerald
1963 "Stonehenge Decoded". Nature 200:300-308.

1969 Anclent Llnes In the Peruvlan Desert. Final Scientific Report for National
Geographic Society. Spccial Report Number 906-4. Smithsonian Institution
Astrophysical Observatory, Cambridge.

HECKER, Gisela y Wolfgang Hecker


1985 Pacatnamú y sus construcciones. Centro religioso prehispánico en la costa
norte peruana. Verlag Klaus Dieter Vervuert, Frankfurt.

HYSLOP, John
1984 The Inka Road System. Academic Press, Nueva York.

ISBELL, William H.
1978 "The Prehistoric Ground Drawings of Peru". Scientific American. 239 :1 40-
153.

KOSOK, Paul
1965 Llfe, Land and Water In Ancient Peru. Long lsland University Press,
Brooklyn.

KOSOK y Maria Reiche


1947 "Toe Mysterious Markings ofNazca". Natural History 56: 200-207, 237-238 .

1949 "Ancient Drawings on the Desert of Peru". Archaeology:(4):206-215.

MEllA XESSPE, Toribio


1940 "Acueductos y caminos antiguos de la hoya del Río Grande de Nazca". Actas
y Trabajos Científicos, 1: 559-569. XXVII Congreso Internacional de Ame-
ricanistas, Lima, 1939.

MÉTRAUX, Alfred
1934 "L'organisation sociale et les survivances religieuses des indiéns Uro-Chipa-
ya de Carangas (Bolivie)". XXV Congreso Internacional de Americanistas,
vol.I: 191-213 . La Plata, 1932.

MORRISON, Tony
1978 Pathways to the Gods: The Mistery ofthe Nazca Lines. Andean Air Mail &
Peruvian Times Publishers, Lima.

ONERN (Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales)


1971 Inventario, evaluación y uso racional de los recursos naturales de la costa:
cuenca del Río Grande (Nazca). ONERN, Lima.

REICHE, Maria
1949 Mistery on the Desert; a Study of the Ancient Figures and Strange
Dellneated Surfaces Seen from the Air near Nazca, Peru, Nazca.

1968 Mistery on the Desert. Nazca/Stuttgart.

REINHARD, Johan
1988 The Nazca Llnes. A New Perspectlve On Their Orlgln and Meanlng.
Editorial Los Pinos, Lima.

382 Revista Andina, Año 9


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Silverman: Las líneas de Nazca

ROSSELLO T., Lorenzo


1977 "Sistemas astronómicos de campos de rayas". En: R. Matos (ed.) Actas y
Trabajos, II. 521-534, III Congreso Peruano El Hombre y la Cultura Andina,
Lima.
RUGGLES, Clive
1990 "A Statistical Examination of the Radial Line Azimuths at Nazca". En: A.
Aveni (ed.) The Llnes ofNazca, pp.245-270. American Philosophical Society,
Filadelfia.

SHERBONDY, Jeanette
1982 Toe Canal Systems of Hanan Cuzco. Tesis de doctorado. Department of
Anthropology, University of lllinois, Urbana-Chan1paign.

SIL YERMAN, Helaine


1985 "Cahuachi: simplemente monumental". Boletín de Lima 41 :85-95.

1986 Cahuachi: An Andean Ceremonial Center. Tesis de doctorado. Department of


Anthropology, University ofTexas, Austin.

1987 "A Nasca 8 Occupation atan Early Nazca Site: Toe Room of the Posts at
Cahuachi". Andean Past 1:5-55.

1988 "Cahuachi: Non-Urban Cultural Complexity on the South Coast of Peru".


Journal of Fleld Archaeology, 15 (4):403 -430.

1990 "Beyond the Pampa: Toe Geoglyphs of the Yalleys of Nazca". National
Geographlc Research 6 (4 ): 1-17.
SIL YERMAN, Helaine y José Pineda
1986 "Modelos espaciales y geoglifos de la Cultura Nasca". Documentos de Arqui-
tectura y Urbanismo 1 (1):15-21, Lima.
URTON, Gary
1981 a At the Crossroads of the Earth and the Sky.University of Texas Press,
Austin.

1981b "Animals and Astronomy in the Quechua Universe". Proceedings of the


American Philosoplúcal Society, 125 (2): 110-127, Filadelfia.

1984 "Chuta: el espacio de la práctica social en Pacariqtambo, Pení". Revista


Andina 3:7-43.

1990 "Sweeping and the Nazca Lines". En: A. Avení (Ed.) The Lines of Nazca,
pp.175 -206. American Plúlosophical Society, Filadelfia.

WOODMAN, Jim
1977 Nazca, Journey to the Sun. Simon and Schuster, Nueva York.

WALLACE, Dwight
s.f. "Ceremonial Roads in Chincha: Symbolic-Political Implications". Trabajo
presentado en la 42 Reunión Anual de la Society for American Archaelogy,
Nueva Orleans.

N2 2, diciembre 1991 383


Artículos, Notas y Documentos

ZUIDEMA, R. Tom
1964 The Ceque System of Cu1.eo. EJ. Brill, Leiden.

1977 "Toe Inca Calendar" en: Native American Astronomy, redactado por Ant-
hony F. Av~i. pp. 219-259. University ofTexas Press, Austin.

ZUIDEMA, R. Tom y Ulpiano Quispe


1973 "A Visit to God: Toe Account and lnterpretation ofReligious Experience in the
Peruvian Community of Choque-Huarcaya". En: Daniel R. Gross (Ed.), Peo-
ples and Cultures of Natlve South Amerlca, pp.358-374. Doubleday/fhe
Natural History Press, Garden City.

384 Revista Andina, Año 9


. 60 68 72 75 ~ ~

a.'°
Z
1\) &01¡ Y cr
- - ~ . ;, l i0-: , i"... > Of ,!; I;;', . be- o, ~
~=T -><; 1\ ) •·~l r, !. \ y 1\ 1180
ñ"
¡¡;·
3

g"
C1)
_. 7611 ~ 1 /> - == .. 1 '= q__"t . ..,,, ;, n u """'I _,_ ~'76

~
_.

12
~
- ,,
'
._
,,.. _,. -
ado
/ ....

ru.,
11
1

1
_Pam¡ 1

Pam,deNaz,;, ¡ , , " .,
(S nJose)
1 ¡ ••-""

'

1
11 ;:./'f 1:5 ~ '~ k . ! VV ;Vtt_~ , 1~ '\.I \ , 1168
Parr1{,6·c.

"11/ ~
1 f _ 1- _ru 'h o"\~~ ~ ~ --
1l'/
1
~ ,/,
, 1, ~ ,
/ ~_?,: ~ ,. ">
J ~I ..
):,.

~-4--' "<.\.
e -
J. ( ;_-/ r
' /
,

--:;l
I
/
/;, ~-
'-
(/)

~
l~P . 1 1 &f 1~', *\•¡_' , _,,'1.:i0 1 '""1 IF
-e .. -'r~ ~ -jlso 3
!l)
~
68 72 76 .. 92 96 00
r
11>
(/)
NC
Kil ómetro s 3'
(D
Símbolos NG• r:.: 11>
(/)

1
Quebrada (curso de agua intermitente) a.
(D
Quebrada (canal seco)
Campos cultivados z
11>
w N
(X)
CJ1
l. Mapa de la pampa y de los valles fluviales circundantes, con el Yacimiento #165 (Ventllla), Cachuachi y el Camino de Leguía. 2
Basado en el mapa 30m. de escala 1: 100,000 del Instituto Geográfico Militar.
wr:¡,'•i-'º

(,.)
(X)
14"+o'~

lla11e
oe\ 1\0
· ~. . ;
·>1 )>
;:::¡.
en ¡:¡·
e
o
_V>

, ,- ~ - \
z
o
¡/.- ~:(·· .-:
.,.,..:_ ___ _, _____&li/
''·,
',
. .\ \
\ íii
V>

'"
',
'<
...
- "\ : -. _ ::>.. ··-:\_,.\\:.. oo
o
e
:\
·..
' ,-\
' '.,.< \'. ·
',>_,,·~
3
CD
\.. \' ::,
,
.
... -
.~~ \
F ~
-.........,t,
31 o
V>

.,. ..._--~ / -~
' -~"•ó

'::::~~~~_
:k·\~-·::Y-,
'. '•6 · . - . .
• Cin~ lb¡ueios
~29,,.

P•mP• ........
. ~-.-. _,~. _: ~ '
->
. •13

-_:.10
I :: ',,/ ~-·-' "1 /

.,•\"" .... ; . ,,,


\ :' \
,.,;',./
.

,.; \ ,¿ ,. ./
-~
•c.huac:hi
(Kawechil t•n9•"·
'efle<I~
,'
.' '
/; ·,
',
.--•31

34- ... ....,..'~._: ~ 32 27 / o


Pe,nP•a rl• -4terco
', ~

14"So· 5 - - Valle Nalca


del río
33• /
,'! .
JJ :ze• '.
CD ¡¡
<
¡¡;· ¡; ~: '·.
. . :.: •¡
íii !t11

··1-·i //t/
)> 2 /:
::,
a..
5· - - .4'- •11
..Dl
)>
.,.
::,1 24 . 2S 1
o
<O
,1,w 1!toow
2. Mapa de reconocimiento de las lineas y los centros radiales. Estos muestran únicamente las lúteas que conectan un centro con otro.
Nótese la concentración de centros frente a Cahuachi en la ribera sur del río Nazca. (Conector establecido: lútea continua; conector
prubabk: línea punteada).Cortesía del American Philosophical Society, Filadelfia.
z IO

!'\J
a.
ff
¡¡¡·
1 3A
3
O"
al
......
<D
<D
......

~
al
=? .
......
C/)

f
3

~
r
lll
(J)

3'
3. Acimut de los trapezoides determinados por (A) el norte verdadero y (b) la dirección del flujo de la fuente de agua más cercan (O
lll
aguas arriba = 0°. Compárese, en este último, el número de líneas alrededor de 90º con el de ésas alrededor de 270º . Autor: Anthon (J)

Aveni . a.
(O

z
lll
w
(X) N
--.J 2
w )>
(X) ;:::¡.

II
(X)
I :IIr ñ'
~ e
o
~ @l SEHQA 11T
-"'z
o
s
~· , "'1)®~ \ "'
~
ANASAYH UA
QUIAHCAL L .
"........."<"
"" '
',, \.• ·,
\ /
/ ,
,. / '""""'" ~'<\6,?J.
o< \ .S ,,,.,,. '<
CO LL , ~ / -,·.. oo
0- _ -¡,,, •• , ' ' ,, o
e
""~ .• . ' ! .+ .-.·,'""'"" ) el!: 3
.,,,.,.,- --- -. \ ' 7-......._,,"'"'"''.ó'·· ~ '""'""' (!)

\ -·~
:::J
, ,:fl! .-
CATACHILLAY -~ '•, ' - - PAT,,T:¡ /,' 1 -- ;rrr ,,
o
' .E!il.".l'."ruc• ~ ~
0- ·:r '·--- ~ ..,. "'

~ cuzco
~ ~
", ,~

IIO UOUl
~~,A~:@-vT,;.lr - -H~V-AC-.--.-,,-,.-,-.-
::D
(!) ~ Montaña ~ ""'"'""'
< '' "' ¡ft
¡¡;·
s ~@; Ah· , ~I I ' , ' ~>
!!!~~~~
)>
,1~
\ ., E
:::J
a.
Otras líneas :Ir A I JrB \ rr, ',
:::J
}U

5':
o
14. ~apa parcial del sistema de ceques del Cuuo. Cortesía de R. Tom Zuidema. Compárese con los centros radiales de la Figura 2.
(!)
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Avení I Si/verman: Las líneas de Nazca

5. Foto de un centro radial. Autor: Anthony Aveny.

N2 2, diciembre 1991 389


Artículos, Notas y Documentos

45

40

35

30

25

20

15

JO

o
biomorfos líneas rec tas camJX)S barridos combinaciones campos con tr apezoides
de gcoglifos mayor número
de geoglifos

6. Histograma de los tipos y número de los geogllfos ubicados en los valles estudiados. Nótese que
no se hallaron biomorfos en el valle. La forma más común es el trapezoide. Autora: Helaine Silverman.

390 Revista Andina, Año 9


z,o

J\J
a. PLANO DE YACIMIENTO# 65

¡¡¡·
3
a-
¡¡;

i
(O

.....
(O Campos cultivados del valle del río Grande

:t,.

~-
'
(/)

O 50 100 , 50 200 250 300 Metro s ~


Símbolos
3!ll
~
Canal r
:;-:..=~:~·. Cementerio saqueado
lll
V>

S'
(!)
lll
V>
a.
(!)

7, Plano del yacimiento de Geogllfos # 65, importante campo de geoglifos caracterizado por campos barridos y trapezoides, tanto z
lll
(.,.) grandes como pequeños. Hay varios montículos artificiales en los sectores A y E, y cementerios excesivamente huaqueados en los sectores N
(O
A, C y E, y en menor medida en G. Autores: Rubén García y Helaine Silverman. &l
Artículos, Notas y Documentos

N~ ro de geoglifos
0
45

40

35

30

25

20

15

10

Poracas 10 Nuca HM Temprano p.,.íodo, del Pl.T. Horimnie Tardío Sin fechar
HMTordío

8. Histograma de la antigüedad de los geoglifos Identificados durante el reconocimiento. Se


encontró cerámicanasca en la gran mayoría de los geoglifos que pueden fecharse. Ningún geoglifo data
del Horizonte Tardío, el período de dominación inca, por lo que conjeturamos que la llegada de los Incas
a esta región trajo consigo la súbita interrupción de la milenaria tradición geoglífica. Autora: Helaine
Silverman.

Número de geoglifos
25

20

15

10

o
Nasca 1 Nasca 2 Nasca 3 Nasca4 Nasca 5 Na.sea 6 Nasca 7

9. Histograma de la frecuencia de geogllfos con cerámica nasca en la superficie. La elaboración


de geoglifos llegó a su punlo más alto durante Nazca 5, o Período Intermedio Temprano época 5, hacia
500-600 D.C. Conjeturamos que, con el ocaso del gran centro ceremonial de Cahuachi después de Nasca
3, los Nasca se dedicaron más al trazado de geoglifos. El brusco descenso en la producción de geoglifos
durante Nasca 4 debe ser objeto de una explicación satisfactoria. El descenso en la elaboración de
geoglifos en Nasca 6 y 7 pudo deberse a la llegada de gente del estado W ari, desde la sierra de Ayacucho.
Autora: Helaine Silverman.

392 Revista Andina, Año 9

Das könnte Ihnen auch gefallen