3. Seguir y medir los procesos y los resultados obtenidos.
Las actividades de medición permiten cumplir el que debe ser el objetivo de la
empresa al implementar los procesos dentro de ella, que no es más que siempre estar en mejora continua. Para ello antes de llegar a este paso se realiza la identificación y descripción de los procesos. Existen distintas actividades que se deben definir al momento de darse las acciones de seguimiento y medición: La medición periódica de los resultados de los indicadores establecidos para evaluar la satisfacción e insatisfacción de los clientes. La comprobación de los procesos que se deben mantener dentro de los parámetros adecuados, que garantizan su adecuado control y repetitividad. Las mediciones, inspecciones y ensayos sobre las características de los productos y servicios, para garantizar que cumplen los requisitos establecidos. El objetivo de este punto es poder verificar la eficacia y la eficiencia del proceso implementado, que a su vez permite que la toma de decisión se dé de manera sencilla. 4. Mejorar los procesos de manera continua. La mejora continua debe ser un objetivo permanente dentro de la organización o empresa. La mejora continua no es más que la probabilidad de aumentar la satisfacción de los clientes y de otras partes interesadas. Los resultados obtenidos de los análisis de las mediciones permiten determinar oportunidades de mejora. La información proveniente del cliente y otras partes interesadas, las auditorías, la revisión del sistema de gestión de calidad pueden ser actividades que nos ayudan a identificar puntos que se deben a la mejora. ¿Qué es BPM y como me ayuda en mi empresa? Es una metodología que orienta los esfuerzos para la optimización de los procesos de la empresa, en busca de la mejorar la eficiencia y eficacia por medio de la gestión sistemática de los mismos. Permite crear los procesos automatizados, integrados, monitoreados y optimizados de manera continua . ¿Cómo gestionar riesgos y oportunidades dentro de la gestión de procesos? La gestión integral de riesgos es un tema recurrente en las organizaciones, pero pocas logran implementarla exitosamente. Aspectos como baja gestión en su estrategia, alcance, estructura, entre otros factores, impiden el impacto deseado. Detectar oportunamente aquellos factores internos o externos que pueden afectar a las compañías, revela una visión preventiva que permitiría capitalizarse en beneficio de éstas, buscando estabilidad, crecimiento y permanencia en el tiempo. Para obtener una gestión eficaz e integral de los riesgos se deben seguir ciertos pasos: La identificación de riesgos: se propone identificar la exposición de una empresa a la incertidumbre. Ello requiere un conocimiento detallado de dicha empresa, del mercado en el que opera, del entorno legal, social, político y cultural que le rodea, así como el desarrollo de una visión común coherente de su estrategia y de sus objetivos operacionales, incluyendo los factores críticos para su éxito y las amenazas y oportunidades relacionadas con la consecución de estos objetivos. Análisis de Riesgo: Se pueden usar diversas técnicas con el fin de analizar riesgos. Estas pueden ser específicas para riesgos positivos o negativos o capaces de tratar ambos tipos. Administración de Riesgos: El tratamiento de riesgos es el proceso que consiste en seleccionar y aplicar medidas para modificar el riesgo. El tratamiento de riesgos incluye, como principal elemento, el control o mitigación del riesgo, pero también se extiende más allá, por ejemplo, a la elusión de riesgos, a la transferencia de riesgos, a la financiación de riesgos, etc.