Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
La Antigüedad clásica es un término amplio que abarca un largo período en las áreas
dominadas por Grecia y Roma; es decir, se identifica con el periodo greco-romano de la
Edad Antigua en el mundo grecorromano: la Cuenca del Mediterráneo y el Próximo
Oriente.
La dimensión espacial coincide con la cuenca del Mediterráneo, extendida hacia el Oriente
Próximo con el Imperio de Alejandro Magno y el Helenismo, y hacia Europa Occidental
con el Imperio romano. El empleo de este término es una referencia para la Europa de los
siglos XVIII y XIX, fuertemente influenciada por el clasicismo, además del neoclasicismo
en su cultura, reiventándose una continuación de ese pasado por medio de una prolongación
indirecta. La laxitud en torno a las ideas transmitidas por el Occidente cristiano es, pues,
evidente.
Tal muestra amplia de historia y territorio cubre muchos periodos y culturas dispares. Por
ello, la "antigüedad clásica" se refiere más que nada a una visión idealizada posterior sobre
lo que era esa época. La civilización de los antiguos griegos ha sido inmensamente
influyente en la lengua, política, sistema educativo, filosofía, ciencia, arte y arquitectura en
el mundo moderno, volviendo durante el Renacimiento en la Europa occidental y
resurgiendo nuevamente durante varios movimientos neoclásicos en los siglo XVIII y XIX.
Contenido
[ocultar]
1 Grecia clásica (siglos V-IV a.C)
2 Periodo helenístico (330 a 146 a. C.)
3 República romana (siglos V-I a.C.)
4 Imperio romano (siglo I a.C. al siglo V d. C.)
5 Véase también
6 Notas
7 Enlaces externos
Liga de Delos ("Imperio ateniense"), justo antes de la Guerra del Peloponeso en 431 a. C.
En 510 a. C., tropas espartanas ayudaron a los atenienses a derrocar a su rey, el tirano
Hipias, hijo de Pisístrato. Tras lo cual, Cleómenes I, rey de Esparta, puso en su lugar una
oligarquía pro-espartana liderada por Iságoras. Las Guerras Médicas (499-449 a. C.), que
concluyó con la Paz de Calias, tuvo como consecuencia la posición dominante de Atenas en
la Liga de Delos, situación que llevó a un conflicto con Esparta y la Liga del Peloponeso.
La subsiguiente Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.) terminó con una victoria espartana
y el fin del dominio ateniense.
Así, Grecia entró al siglo IV a. C. bajo una hegemonía espartana. Pero, para 395 a. C., los
gobernantes espartanos destituyeron a Lisandro de su cargo y Esparta perdió su supremacía
naval. Atenas, Argos, Tebas (Grecia) y Corinto, los dos últimos antiguos aliados
espartanos, desafiaron el dominio de Esparta en la Guerra de Corinto que tuvo un fin no
concluyente en 387 a. C. Luego, los generales tebanos Epaminondas y Pelópidas ganaron
una victoria decisiva en la Batalla de Leuctra (371 a. C.). El resultado de esta batalla
significó el fin de la supremacía espartana y el establecimiento de la hegemonía tebana.
Tebas procuró mantener su posición hasta que, finalmente fue eclipsada por el poder
creciente del Reino de Macedonia en 346 a. C.
Bajo el reinado de Filipo II (359–336 a. C.), Macedonia se expandió a los territorios de los
peonios, tracios e ilirios. El hijo de Filipo, Alejandro Magno (356–323 a. C.) logró extender
brevemente el poder de Macedonia no solo sobre los estados-ciudad de la Grecia central,
sino también al imperio persa, incluyendo Egipto y las tierras orientales tan lejos como los
linderos con India. Convencionalmente, el periodo clásico termina con la muerte de
Alejandro en 323 a. C. y la fragmentación de su imperio, divido entre los Diádocos.
La Grecia clásica ingresó al periodo helenístico con el ascenso del reino de Macedonia y las
conquistas de Alejandro Magno. La Koiné se convirtió en la lingua franca mucho más allá
de la Grecia misma, y la cultura helenística interactuó con las culturas de Persia, Asia
central, India y Egipto. Se realizaron avances significativos en las ciencias (geografía,
astronomía, matemáticas, etc.), en particular con los seguidores de Aristóteles
(Aristotelismo).
La Antigua Roma contribuyó grandemente con el desarrollo del derecho, la guerra, el arte,
la literatura, la arquitectura y el lenguaje en Occidente; y su historia continúa teniendo gran
influencia en el mundo actual.
Determinar el final preciso de la república romana es una tarea de disputa para historiadores
modernos;1 Los ciudadanos romanos de esa época no se percataron que la república había
dejado de existir. Los tempranos "emperadores" de la dinastía Julio-Claudia mantuvieron
que la res publica todavía existía, aunque bajo la protección de sus poderes extraordinarios,
y eventualmente retornaría a su forma completamente republciana. El estado romano
continuaba llamándose a sí mismo un res publica tanto tiempo como el que mantuvo el
latín como idioma oficial.
Roma adquirió un carácter imperial de facto desde la década de 130 a. C. con la adquisición
de Galia, Iliria, Grecia e Iberia, y definitivamente con la anexión de Judea y Asia en el
primer siglo a.C. Al momento de la máxima extensión del imperio bajo el mandato de
Trajano (117 d. C.), Roma controlaba todo el Mar Mediterráneo, así como la Galia, partes
de Germania y Britania, los Balcanes, Dacia, Asia Menor, el Cáucaso y Mesopotamia.
[editar] Notas
1. ↑ El evento preciso que señaló la transición de la República romana en el imperio
romano es un asunto de interpretación. Algunos historiadores han propuesto la
designación de Julio César como dictador perpetuo (44 a. C.), la Batalla de Actium
(2 de septiembre de 31 a. C.) y la concesión de poderes extraordinarios a Octaviano
por parte del Senado romano bajo el primer pacto (16 de enero de 27 a. C.), como
candidatos para convertirse en el evento central definitorio.