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Capitulo 2 Los recursos del relato a z Por Ana Sarchione Historia, relate, narracién La primera distincién entra das niveles —uno de la historia, y otro del discurse— que los primeros estructuralistas proponen, es replanteada por Gérard Genetté en 1972. Para Genette esta biparticién, en fa que se pue- de reconocer la oposicién entre fSbula/ tema que habian realizado los for- tmalistas rusos. resulta Insuficiente puesto que no da cuenta del proceso narrativo que convierté a la fistoria en relate, En su “Discurso del relato, ensayo de métoda”! Genette distingue tres instancias: la fistoria sefiala el conjunto de acontecimientos que se cuen- tan; el relato, el discurso oral o escrito que los pone en palabras y la narra- én, el hecho o accién verbal que convierte Ja historia en relate. Historia desiena una instancia Conceptual que no tiene existencia efec- tiva, constituida por acontecimientos que se organizan en un orden cro- nolégico ideal que jams podria ser trasladado a la linealidad del relato puesto que, entre otras dificultades, hay sucesos que acontecen simulté- neamente a diferentes personajes. La nocién de historia sefiala un concep- to, no un objeto; designa, segiin Genette, el significado o contenido narra- tivo; relate sefiala el discurso pronunciada, el texto concluido, el producto material constituide por signes lingiiisticos que conforman un tode signi- ' Gérard Genette, Figwras II, Barcelona. Lumen, 1989, + Narracién y paradigma lingiistico 45 ficante, que es también denominado por las teorias de andlisis del discur- so 'enunciado’ @ ‘texto’. El término marracién es propuesto para referir “al acto narrative productor y, por extensién, ai conjunto de la situacién real 0 ficticia en que sé produce ese acto”. En los relatos literarios esta situa- cién narrativa es ficcional, y es esa artificiasidad lo que define a la obra de fiecién.? En las textos narrativos histéricos o periodisticos, la historia tiene una existencia previa; es la narraci6n, el acto que produce un ser histérico con- creto, Ia que transforma esa historia en un relato texto narrative consti- tuida por palabras, En cambio, en los relatos de ficci6n, la actividad narra- tiva. ja narracién, va desplegando simultaneamente la historia y su relato, tal como ilustra Genette con un cuadzo similar al que sigue: Historia Narracién Relato Los recursos del narrador Muchos estudios actuales de narratologia aceptan como principio conceptual basico la triada anterior, que Genette describe en 1972. Los recursos discursivos, qué describe separadamente como Hempo, modo y vaz del relato, son analizados en e] “Discurso del relato", que conforma to sustanciai del libro Figuras Il, como relaciones entre estas tres instan- clas. es decir, come articulacién entre los niveles de la historia con el re- fato y del relate con la narracién. Los procedimientos que construyen el sen- tido en cada texto, cuya dilucidacién y andlisis es uno de los objetives ? La narratologia estructuralista que, como se dijo, agota sus descripciones en tos limites del texto mismo, subraya que, en la lectuza de un texto literario natvativo. se presentan dos si- tuaciones de comunicacién: una, real, en Ja que estén invelucrades un autor real que desti- nasa obre literaria (cuento, novela, eteétera) a un lector o lectores también reales, y una si- tuacién comunicativa ficcional que s¢ da en el interior de! texto —por ia cual un narrador destina un selato a une © mas naratatios— y que esté relacionada con las caracteristicas in- temas de ese texto, Este tema sera ampliado en el apartado “Tiempo de la narracion”. 46 Una arafa en el zapato de la narratologia que nace con el estructuralismo, van 2 surgir de las po- sibilidades que esta interrelacidn genera. Vemos ast que se mantiene la concepcién de que el sentido de! texto se construye a partir de las rela- clones entre niveles. En su "Discurse del relate", Genette elige como objeto de anilisis la novela de Marcel Proust, Ex busca def tiempo perdido, que es considerada una de las obras mas significativas de la literatura del siglo XX. Sobre esta ex- tensa novela, que abarca siete partes, va a desarroliar su teorfa de la na- rrativa, ala que en un momento dado también denomina "poética’, Pere la obra de Proust no és el dinico texto narrativo que tiene en cuenta. Genet- te ejemplifica algunos recursos de la narracién citando las obras de los es- critores mds reconocidos de las grandes novelas decimonénicas francesas. Por otra parte, dado que su obra se inserta en una 6poca de auge experi- mental de la narrativa francesa, también incluye a sus contemporéneos pa- qa sefalar los desvios en los recursos que va describiendo, Como se dijo mas arriba, Genette analiza ¢/ tiempo, ef mado y la voz en el relato: para este teérico, todo lo qué sé puede describir en un texto narra- tive aparece en el nivel del relato, en el texto constituido por palabras. Otros tedricos van a dar preeminencia al estudio de los contenidas nara- tivos, es decir, al nivel de la historia. y otros, a Ja rélacién entre el relato y la narracin, a la cual [aman situacién marrativa y que se describird en el apar- tado “Tiempo de ja narracién”. El tiempo del relate Las categorfas que establece Genette en Figuras IH para el andlisis del tiempo en el relato surgen a partir de relaciones entre las tres instancias que antes establecié. En este caso, las relaciones son las que se dan en- tre el tiempo de Ia historia y ef tiempo det relate y. por otra parte, entre el tiempo del relate y el tientpo de la rarracion. En relacién con !as categorfas temporales, es necesario advertir que, a pesar de ser Genette quien, por primera vez, postula en Ios estudios es- twucturalistas la necesidad de considerar la instancia temporal de! presen- te del enunciador o narradar del relato, no va a anaiizarla en profundidad Narracidn y paradigma lingiistico a7 en esta obra. Serdn otros teéricas los que completen el andlisis de esta instancia ©, por ef contraria, la critiquen. Antes de introducirnos en la categorizacién. conviene exponer la _ concepelén de] tiempo del relate que postula en sus obras criticas. Pa- ta Genette, los nticleos narratives de una historia suponen siempre pro- cesos que generan cembios y esta evolucién se opera dentro de un lap- so. Todo cambio presupone por lo tanto una sucesién en el tiempo, una cronologia.? E! orden lineal en que se organizan los textos narrativos tiene que ver con una caracteristica propia de la escritura, Esta linealidad inevitable en la que aparece una palabra detsds de otra, una oracién detraés de otra, no se cormesponde con una ordenacién consecuente de lo temporal. Los he- chos que se narran particlpan de Ja misina complejidad que los de la vida real y. a menudo, un relato debe dar cuenta de lo que dos o mds persona- Jes han realizado simultaneamente. Los acontecimientos de la historia, los heches que ef relato debe contar son, entonces, pluridimensionales y el relato implementa recursos para dar cuenta de esa complejidad temporal de la historia. Por razones metodolégicas, se considera al tiempo de la his- totla como una abstraccién en la que los sucesos acontecen en un orden cronolégica ideal. E} tiempo del relato, a su vez, puede modificar el tiem- po ordenado de la historia con alteraciones de diverso po, que son las que se exponen mas abajo. Los tecnicismos tlenpo de ta historia y tiempo del relate van a designar dos instancias temporales absolutamente distintas: el tiempo de la Kistoria esta. . pordefinicidn, ordenade a partir de una secuencialidad ldgico causal, mien- 1 tras que tiempo def ralato sefiala fa particular organizaci6n del tiempo que un discurso narrativo realiza en telaci6n con el tiempo de ia historia. Es necesarlo tener en cuenta, antes de comenzar con los tipos de alteraciones temporales que puede presentar el ¢elatd, que son recur- 505 funcicnales a la construccién de diversas efectos de sentido, Cada narrador toma decisiones en relacién con la presentacién de les hechos. de la historia de acuerdo con las necesidades del discurso que preten- } La definicién del tiempo narrasivo que formula Genette es Claramente inmanente. No exis- Te ninguna referencia a la experiencia temporal extralinghistica, 48 Una arava an el zapato de armar. Por ejemplo, un relate amorose podria otorgar un despliegue temporal importante a la narracién de un beso mientras un relato poli- cial harfa una mencién apenas incidental! de la misma situacién o, direc- tamente, lo eludirfa. Las alteraciones en el tiempo del relato que Gérard Genette analiza en Figuras Ill son agrupadas‘en tres tipos diferentes: distorsiones de orden, de velocidad y de frecuencia. Orden Como sefala Genette, estas distorsiones tienen que ver con la deci- sién del narrador de alterar la secuencia cronolégica de la historia; en bus- ca de determinados efectos de sentido, el narrador elige armar su discur- so adelantando acontecimientas que en la historia suceden después o interrumpiendo ei fluir de los hechos con la evocacidn de otro u otras que sucedieron antes del punto en que ésta se encuentra. Las dos distorsio- nes de orden son la analepsis y la pralepsis. El tiempo de este relato primero que se ve asi interrumpide por la narracién de hechos anteriores 0 poste- lores, serd denominado tiempo ‘base’ del relato, Es, por lo tanto, en ese tiempo donde se insertan las anticipaciones {prolepsis) o retrospecciones (analepsis), La relacién entre el tiempo base y estas interrupcicnes, que pueden ser mas o menos frecuentes y extensas, es una de las variables que el andlisis del relato debe establecer, Genette define la analepsis como “toda evocacidn fuera de tiempo de un acontecimiente anterior ai punto en que se encuentra la historia”. Este tipo de alteraciones tiene sus correspondencias en el sistema ver- bal: generalmente, mientras el tiempo base del relate es el perfecto sim- ple, las analepsis estan marcadas por el uso del pretérito pluscuamper- fecto, aunque también pueden aparecer indicadores temporales que séfialen el retraceso del tiempo. En el siguiente fragmento de “Me alqui- io para sofiar’,* de Gabriel Garcia Marquez, la analepsis esté construida con ambos recursos: 4 Gabrie! Garcia Marquez, Doce cuertos peregrinas, Buenos Aires, Sudamericana, 1992, Narracién y paradigma lingiilstico 49 Era un dato decisive, porque temf que fuera una mujer inalvidable cuye nombre verdadero no supe jamds, que usaba un anillo igual en el indice de- recho, lo cual era més insdlite adn en aquel tiempo. La habla conocido ‘treinta y cuatro afios antes en Viena, comlendo salchichas con papas her- vidas y bebiendo cerveza de barzil en una tabera de estudiantes latinos. La analepsis es, entonces, una discordancia retrospéctiva, es un se- gundo relato,? una secuencia de hechos que sucedieron en un Hempo an- terior al punto en el cual se encuentra la historia en ese momento y pue- de estat a cargo del narrador o de cualquiera de los personajes. Este tltimo es el caso de “La forma de la espada’,* de lorge Luis Bor- ges. En la introduccién del cuento, el natrador describe brevemente a un personaje, el inglés de La Colorada, para narvar a continuacidn las circuns- tancias én que fa crecida de un arroyo lo obligé a hacer noche en esa es- tancia. Pero durante la cena es el inglés quien cuenta Ia historia de una trai- cién abominable que habia sufrido por parte de un conspirador llamado. Moon a quien é] le habla salvade ia vida y protegido, Esta narracién €s una analepsis que se inserta en el tiempo base del relato, tiempo que va trans- curriendo con la Ilegada dei personaje Borges y su estadia en la estancia, La analepsis lleva el tiempo de lo narrado a 1922, durante una de las cons- piraciones en la lucha por la independencia de Inlanda. Esta analepsis recupera —para a|ustarnos al sentide estricto del térmi- ne— datos de hechos que funcionan en ei relate como explicacidn a los desajustes que la conducta del personaje manifiesta. Es un bebedor que cada tanto sé encierra en un mitador, de donde "emergia a los dos o tres dias come de una batalla o de un vértigo, pdlido, témulo, azoradg y tan autaritario come antes, Recuerdo los ojos glaciares, la enérgica flacura, el bigote gris. No se daba con nadie”, De este modo, el relate abre, con igs indicios ¢ informantes iniciales en torneo a las caracteristicas del personaje, una incégnita que la analepsis ‘En el caso de "Me alguilo para saiar*, este segundo rejato analéptico narra el momento y jas cttcunstancias en que el natfedor habla conocido a la mujer dél anillo que aparecié muer- ta por el maremoto, Jorge Luis Borges, "La forma de ja espada”, en Avtificios, Obras completas, Buenos Aires, Emie- 8, 1974. 5a Una arafia en el zapato constituida por la narracién del propio traidor, va a cerrar después.” Este relato del personajé terminara de otorgar sentido al extraiio comporta- miento de! inglés de La Colorada a partir de la vuelta al pasado que justi- fica 6 explica sus desequilibrios de conducta. A este recurse se agrega, co- mo se yeré mas adelante, una anomalia en el modo de enunciacién que sera la que otorgue un efecto de sentido muy particular al relato. En el cuento "Flor de cocuyo".® de fa portorriquefia Magali Garcia Ra- mis, un narrador utiliza la segunda persona para contarle a su destinataria 6 nartataria —la protagonista del cuento, que es una aplicada estudiante universitaria— frapmentos narrativas y reflexiones sobre la historia de Clo- tilde, una profesora de inglés de la Universidad de Puerto Rico. Las idas y venidas de Clotilde, a quien su marido deposita en ¢! edificie de Humani- dades todos los lunes, miércoles y viernes para, unos metros mas alld, su- bir a Su auto a la bibtiotecaria e irse con ella durante las dos horas que du- ra la clase, tienen asombrada y atemorizada a la protagonista que ve en Clotilde los rasgos de quien, irremediablemente, algiin dia sera. Sin embar- 9, 6 precisamente por eso, abre la puerta a sus deseas y concreta un amor puramente fisico: ‘Si, ud la mirabas pasar todos esos dias de tus quinto y sexto samestres universitarios ¥ no podias evitar compararte con ella porque un dia wi también ibas a ser gordita ¥ complaciente como Clotilde y porque en Opo- sicién 2 ella t0 esperabas el auto que te jlevaba por dos horas @ estudiar obras cosas por lag cuales no te daban créditos universitarios. Este relato base Ja vision de Clotilde, los pensamientos de Ja estu- diante, sus vicisitudes 4morosas— es interrumpido por la analepsis que el narrador introduce para cantar cémo habfa conocide la protagonista a su amante Luis, quien no pertenecia al ambiente académico: 7 Eote segundo relato analéptica constituye, en otro nivel de andlisis, un relate enmarcado o telato incluido: et narrador, Borges, cede la palabra al personajé quien cuenta la historia de ja traicién. ® Magali Garcia Ramis, "Hor de Cocuyo’, en 16 auentes latinoamericanos, CERLAC /eeseo, Brasil, 1992. Narracién y paradigmea lingdlstice 51 Luis se presenté en tu vida camo si cualquier cosa y ti tomaste su pala- bra como la de cualquier profesor; tuvo sentido lo que decia y te gusta- ron las dudas que sembré en ti. iCasa de estudios donde se preparaba al hombre y ala mujer a ser seres pensantes, sombras de Ortega y Gasset, torre de marfil y de Clotilde! Lo importante no es aprender datos, sina “sembrar dudas” te dijo Clotilde empolvada y olorasa cuando te dic el curso de Humanidades basice en tu primer aiio. Y Luis te hizo dudar, te hizo temblar y te hizo dos o tres cosas mas que te gustaron y buscaste tiempo en tu semestre para darselo a él, Como se ve, esta analepsis organiza und contraposicién entre dos mundos: ef académico y el que podriamos llamar ‘de] aprendizaje vital’: construye una explicacién de [a relaci6n que la protagonista, en la busque- da de una verdad de otro orden, relacionada con el reconocimiento y el respeto de las pulsiones vitales, sostiene con alguien que no pertenece al ambiente académico. En tanto, el tiempo base tematiza la hipocresfa que atraviesa las relaciones afectivas de ios personajes del ambiente unlversi- tari. La analepsis citada ne esta construida con el candnico pluscuamper- fecto, no obstante, es posible identificarla & partir de los sentidos que el relato va armando. La prolepsis es una alteraci6n en el orden temporal del relato que im- plica un adelanto, ung anticipacién de sucesos en relacidn con las que sé narran en él tiempo base. Constituye, en cierta medida, la operacién opuesta a la analepsis. La analepsis es retrospectiva mientras que la pro- Jepsis es prospectiva. En la obra de Gabriel Garcia Marquez aparecen frecuentemente este tipo de anacronfas. Su novela Crdnica de una muerte anunciada® comienza di- ciendo: "El dia en que Jo iban a matar, Santiago Nazar se levanté a las cin- co treinta de ja manana”. Narra después, minuciosamente, todos los acontecimientos que se desarrollaron durante ese dia absurdo y que culminaron con Ja muerte de Santiago Nazar, anunciada previamente. por los indecisos asesinos, a todo el pueblo con el objetivo de que alguien detuviera ei crimen, Es- ta muerte es anunciada también por el narrador en la prolepsis que ini- * Bogota, La overs negra. 1981. 52 Una araha en el zapate cia el relato, con fa forma perifrastica de futuro iban a matar. Inmediata- mente ef narrador comienza el relato base con la narracién cronoldgi- camente ordenada de los sucesos de ese dia. La funcién de esta pro- lepsis es, evidentemente, captar la atencién sobre los heches que van acontarse; la anticipacién de un suceso de tal magnitud convoca la lec- tura de lo que Sigue. Es necesario aclarar que la prolepsis implica un adelante que el re- lato hace de sucesas que acontecen efectivamente en la historia. Por lo tan- to, no son prolepsis las premoniciones de la protaganista de "Flor de cocuyo” en relacién con su futuro core académica de la universidad donde estudia, coma tampoco Io son los suefios 9 esperanzas que pue- da tener cualquier personaje si éstos no pertenecen a las acciones de la historia. Tampoco las amenazas 0 promesas que un personaje pueda ha- cer a otro constituyen relatos prolépticos incluso en el caso de que se cumplieran. Ese cumplimiento de la promesa podria ubicarse en el rela- to dentro del tiempo base o relatarse con cualquiera de log recursos de arden sin que por ello Ja promesa se convierta en prolepsis. En el mis- mo sentido, no canstituyen analepsis todas las narraciones que utilizan el tiempo pasado, o incluso el pluscuampertecto; es preciso recordar que el tiempo canénice del relato es e! pasado, se relatan hechos que supuestamente ya sucedieron, pero ese relato puede o no incluir ana- lepsis en su desarrollo temporal. Velocidad Genette considera que esta alteracidn es mas dificil de identificar que Jas de orden. En el andlisis de la velocidad, los dos tiempos de referencia 50n, una vez mds, el tempo de la historia y el tiempo que el relate le adjudi- ca al lapso temporal que ha constituido como objeto, ya que 4! narrador puede apurar ia referencia a sucesos que han acontecido durante diez afios con unas pocas frases o demorar la narracién de una accidn fugaz duran- te una pdgina entera, En muchas novelas y cuentos decimondnicos pode- mos leer: “durante seis meses pasearon por Rusia", o simplemente "mu- chos amos después’, formula que sirve para resumir o elidir, segdn los casos, lapsos extensos de tiempo de los que el narrador no desea dar cuen- ta. También resume los hechos acontecidos el clasico remate de los cuen- Narracién y¥ paradigma linguistico 53 tos matavilloses infantiles *vivieron felices muchos aos", En cambio, en una novela objetivista, o en.un relato experimental, a simple accidn de ser- virse un café puede demorarse vatias paginas. Como es evidente, en la mayoria de los textos narratives ficcionales hay una duracién def tiempo del relate que no sé cifie a lo que se supone que du- tan los hechos en la historia. Genetté propone analizar esta relacién compa- tando el lapso temporal al que alude fa historia —o sea, el tiempo que esos hechos podrian demorar en la vida real-— y la cantidad de espacio fisico —pa- ginas, renglones o palabras— que el relata le adjudica a dicho lapso, Este tipo de disparidad entre la velocidad de! tiempo de la historia y el del relato da lugar a cuatro clases de alteraciones de duracidn: escena, Pausa, resumert y eltpsis. Como se vera a continuacién, estas alteraciones son Tecurses que contribuyen a construir el ritmo narrative, thenen que ver con el grado de agilidad o lentitud del relato: las pausas descriptivas contribuyen a un relato moroso, mientras que el resumen y !a elipsis generan textos don- de predomina la acci6n. En la escena, e] tiempo del relate es casi igual al tiempo de la historia. E] térming ‘escena’, propio de los textos dramaticos y también de los guio- nes, se telaciona de inmediato con el didlogo de personajes, que constitu- ye el ejemplo mas adecuado aunque no see el Unico, La escena parece de- sarrollar la historia que se narra ante nuestros ojos, con la velocidad o lentitud que tendria si sucediera realmente. El tiempo del reiato es en es- tos casos casi igual al de la supuesta duracién de los heches en la histo- tia. “Los asesinos”, de Hemingway, analizado en el capitulo 1, utiliza exten- samente este recurso: La puerta del restaurante Henry se abrié y entraran dos hombres, que se sentaron ante €l mostrador. iQue Jes sirve? —preguntd George. —No sé —contesté uno de ellas—. CQué quieres comer, Al? —No sé —dijo Al—. No sé lo que quiero comer. Afuera sumentaba la oscuridad. Las luces de le calle se vefan por la ven- tana. Los hombres sentados ante el mostrador leian el menii. Desde el atre lado del mostrador, Nick Adams ios miraba. Cuando entraron. esta- ba hablando con George. —Una costilla de cerdo con puré de patatas y de manzanas —dijo ej pri- mer hombre. 54 Una arafa en ei zapato —Eso no esté lista todavia. ~—

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