Imágenes del Tiempo: De historia e historiadores en el Perú contemporáneo
Algunos trabajos en el Perú incluyen áreas de la actual Bolivia pero ello se debe a que el corazón del sistema económico colonial estaba en las minas de potosí, sin las que sería imposible entenderlo. Sigue siendo una carencia el desarrollo de una mayor preocupación por la historia andina como un proceso único, con diversidades regionales y nacionales pero con una matriz común. Los que pretende este trabajo es reflexionar sobre algunos procesos dentro de la historiografía andina, que ilumine las relaciones entre los estudios y las realidades contemporáneas que lo impulsan o reflejan. Este proceso tuvo un enriquecimiento en las últimas dos décadas, con nuevos temas y metodologías, 1. El Auge de la Historia Económica. No fue importante hasta hace poco tiempo, por diversos factores, por un lado los estudios de historia no eran conducidos profesionalmente sino bajo el impulso del amor a la patria, a la región, o incluso a la familia por personajes que podían incursionar en los archivos y bibliotecas. Las ideas europeas del siglo XIX, dominaban el ambiente historiográfico Grandes periodos históricos quedaron en la penumbra. Temas como la conquista, la llegada de Pizarro y el establecimiento colonial temprano y en la consolidación del sistema colonial fueron periodos muy estudiados. Luego, no encontramos otra coyuntura hasta la ruptura del orden colonial. Los procesos económicos, las instituciones, sectores económicos, relaciones de trabajo, etc fueron temas virtualmente desconocidos, salvo pinceladas de los papeles de las familias tradicionales. Hacia el primer tercio del siglo XX, los hispanistas y los indigenistas se trabaron en un combate de ideas con las nuevas informaciones que se tenían, documentación expurgada del olvido. Papeles de las provincias, de las familias de nuevos profesionales que provenían de las regiones, documentos de propios campesinos, comenzaron a dar sustento a dos lecturas, la postura andina que denuncia el oprobio y la arcadia colonizadora y lamento criollo por el otro. El sentir criollo y su denuncia colonial del siglo XVII abonaba los argumentos de los indigenistas que se lanzaron a demostrar la injusticia de los mecanismo de la opresión del indio, que configuraban el problema del indio. También nuevas pruebas de símbolos cristianos hispano criollos, evidencias de viejas grandezas cortesanas de lima virreinal, permitía abundar a los hispanistas en la forma como siempre se protegió a los súbditos. Los nuevos estudios, mas profesionales para cambiar esa misma sociedad, se estudiaron las relaciones de producción en el sentido de las relaciones laborales, predomino del salario o formas del salario. Bajo influencias renovadas de los Annales y la New Economic History. Se añadieron temas como los ciclos económicos, serie de precios e impactos en la vida social y política, formaciones regionales, haciendas, obrajes, trabajo en las minas. Con la aparición de la etnohistoria se estudió las Visitas de las autoridades españolas, permitiendo aproximaciones a la vida de los naturales en la era de la colonia y el rastreo de formas económicas prehispánicas que muchas veces perduraron. Entonces un panorama seria: luego de un largo periodo en que la historia fue dominada por estudios descriptivos pero llenos de carga ideológica hispanista, la época de la dominación española fue sometida a una revisión. Un primer momento fue dominado por los esquemas económicos y cuantitativos, tanto de raigambre marxista como los influidos por la historiografía anglosajona y la escuela de annales. El materialismo histórico ponía el acento en la caracterización de las sociedades coloniales como feudales o capitalistas. Series de precios, producción, relaciones de producción, mercados, movimientos sociales, política colonial y revolución independentista, fueron grandes temas. Luego las monografías, los estudios regionales aumentaron la información pero se perdió de vista el panorama amplio, la síntesis. Un segundo momento ha sido influido por la antropología andinista y las interpretaciones culturales que rescataban la participación del indio en la constitución de las historias nacionales, a veces con un indigenismo militante. Estudios de religión y religiosidad, estructuras sociales y simbolismo, mentalidades, utopías y política son algunos de los temas de este momento. Tuvo su despliegue en el 150° aniversario donde los debates de la independencia, tuvo presente a una figura como precursor, convirtiéndose en símbolo y tema: Tupac Amaru. También con el bicentenario del caudillo jose Gabriel, se estudió las coyunturas revolucionarias, cambios en las estructura de clases, mecanismos de explotación colonial, aparecían en revistas especializadas Resultan interesantes los aportes del historiador norteamericano S. Stern para el tema de las rebeliones indias y las alteraciones políticas del siglo XVIII. La época del gobierno militar peruano, que coincidió con el bicentenario de la rebelión y el sesquicentenario de la independencia, fue de un gran impulso para el tema. La siguiente conmoción historiográfica fue el centenario de la Gran Guerra, y además se suman los aportes de Nelson Manrique donde el campesinado y las estructuras rurales se transformaron en el centro de reflexión. El V Centenario de la invasión española, fue usado para cargar con los males, descargando las conciencias de las culpas contemporáneas. 2. Crecimiento y cambio desde la historia rural y regional. La especialización en historia agraria a hegemonizado el panorama global de este momento, producto natural de la historia peruana contemporánea. El seminario de Historia Rural Andina tuvo fuertes influencias en San Marcos y Pablo Macera, trabajando nuevas fuentes y metodologías, ya que había una fuerte receptividad en el país por los problemas agrarios. Teniendo de contexto la reforma agraria de 1969, los temas de la historia agraria son la hacienda rural, las relaciones de trabajo, el mercado de tierra y los precios, el seminario fue un semillero. El Archivo Agrario abría sus puertas a un grupo de jóvenes. Los documentos que se rescataron de las administraciones de las haciendas que afecto la reforma agraria fueron tal vez uno de los resultados más importantes de la reforma. La revista Campesino, vinculada a la Confederación de Campesinos del Perú (CCP), fue donde se debatió sobre la investigación y militancia agraria con base en los nuevos materiales. El Instituto de Estudios Peruanos, sirvió como divulgador de los trabajos de Murra, Watchel, Klaren, Sánchez-Albornoz. Mientras que los trabajos de los peruanos también alcanzaron difusión internacional, como Rostworowski. El Taller de Estudios Rurales del departamento de Ciencias Sociales en la Universidad Católica publicaba textos de trabajo para los estudiantes, como materiales de estudio en las células de los militantes políticos, en las universidades del interior del país y los cuadros campesinos vinculados a la CCP. Los temas que dominaban eran la historia del movimiento campesino en el mundo, el papel del campesinado en la historia de las revoluciones mundiales, la historia del campesinado en el Perú y sus movimientos sociales. En 1984 surge FOMCIENCIAS (Asociación peruana para el fomento de las ciencias sociales), abrieron el campo de estudio muy fértil sobre la economía campesina, renovando el conocimiento del campo peruano. Se incubaron en la era de los ajustes y de las demandas del neoliberalismo, cuando los programas económicos parecen obviar las ideas y modelos de sociedad que se quieren. También se organizó el Primer Congreso Nacional de Investigación Histórica, con la hegemonía de la historia económica y de la agraria. Bonilla abrió la polémica sobre el papel del campesinado en la guerra con Chile, el sentir nacional entre los campesinos y la naturaleza de la construcción de la nacionalidad. En 1984, el Centro Las Casas de Cusco convocó una primera reunión internacional andina para debatir el tema del Estado y la Región. Se daba cuerpo así a la historia regional, y la preocupación por ventilar las angustias por las crisis que en las regiones se vivía. Para la renovación de la historia regional tres trabajos fueron una orientación metodológica. El de Bonilla sobre “Islay y la economía del sur peruano en el siglo XIX”, sobre la circulación comercial y el desarrollo de la influencia británica en el Perú del siglo XIX. El de Flores-Galindo sobre Arequipa, y el de Lomas y Puquio de Rodrigo Montoya. El concepto sur andino se difundió por el trabajo de Flores-Galindo. El interés por las haciendas, las regiones y la historia rural fue perdiendo peso. Otras instituciones del mundo rural han tomado la posta, las comunidades campesinas como alternativa de desarrollo, presentando los gérmenes por el creciente interés por las mentalidades y las formas de mesianismo o milenarismo andino que condujo a la formulación de la idea de zarandeada y poca entendida de la “utopía andina”. A nivel internacional, en los Estados Unidos, un grupo de jóvenes se especializaba en historia andina. Bajo la coordinación de Brooke Larson, Enrique Tandeter, Steve Stern y Frank Salomon, se trabajó el mercado interno y la participación indígena en esos procesos, revueltas, resistencia y conciencias campesinas. Se cristalizaba un ambiente de reflexión y avance académico en el conocimiento de las sociedades andinas. Las dimensiones étnicas de la historia andina iba tomando relevancia, les decir, los temas indígenas. La crisis del sistema político, la violencia y anomia de fin de siglo, fueron quitando al campesino de la escena política y de la producción historiográfica dominante. Enrique Mayer, abordara esta historia inmediata, haciendo la deconstrucción de la historia y las percepciones de la Reforma Agraria de 1969 y la sociedad rural posterior. 3. Buscando al Inca Desde la arqueología y la etnohistoria, las realidades indias, nativas del espacio andino, creadas en la interacción de hombre y naturaleza, han cambiado la imagen de la historia andina. El tema los Incas. Alberto Flores-Galindo analiza los personajes de rebeliones. De la desestructuración del mundo andino, concepto acuñado por Watchel, el interés de los lectores de historia andina se trasladó más bien a la estructuración el Tawantisuyo y María Rostworowski culmino largos años de investigación. Los Incas son los más prestigiosos y saltante del mundo andino, sus estudiosos no son anti otras etnias, la etnohistoria abrió los ojos al conocimiento de la multietnicidad. Si bien los incas atraen la atención, se concibe una multiplicidad en el espacio andino. 4. Buscando caminos andinos Teniendo como fuentes los cronistas, se estudió la economía de los caminos, los tambos y el trabajo campesino en la circulación comercial de la colonia. Esos estudios permitieron encontrar temas que luego fueron desarrollados por la historia local y regional. El interés por los trajinos, curacas comerciantes en la época de las grandes rebeliones. Cuyo exponente fue Carlos Assadourian y John Murra, que trabajaron a un campo desde los años sesenta de base interdisciplinar, con historiadores, arqueólogos, trabajadores de campo, que iniciaron a su vez el rescate documental del registro oral y simbólico. La movilización masiva en el espacio peruano en el último cuarto del siglo XX hacia mirar el espacio y sus tejidos sociales en el tiempo, la migración, las redes de abasto y, por cierto, el cambio social del que eran activos personajes los pobladores de un país agrario que dejaba de serlo. 5. Desolación, violencia, cambio: el siglo XVII visto desde el fin del XX Se preguntan si los estudios que tan empáticamente se desarrollan sobre el siglo XVII andino fueran una evasión de los problemas peruanos de fin del siglo XX y no solamente una necesidad de entender el panorama. Eran épocas muy duras, violencia y guerra entre 1980 y 1995. Manuel Burga, citando a Ruggiero Romano, afirma que luego de la tragedia demográfica y cultural de la conquista, en los andes había falta de mano de obra pero abundancia de tierras, los indios se autoabastecían y no sufrían hambre. El hambre y la densidad de gente es un problema de la época contemporánea, los estudios de historia del siglo XVII responden a las preguntas del Perú de hoy. Los niveles de vida de los pobladores andinos, las condiciones de supervivencia, la calidad de sus entornos sociales y ambientales, era tal que la calidad de vida que se había reducido a su mínima expresión, los indios andinos del siglo XVII debieron RESISTIR como sociedad. A mediados del siglo XVII, existían pueblos en donde la mayoría de los pobladores eran los llamados forasteros que formalmente no pagaban tributo ni cumplían con la mita. Problemas por la falta de mitayos y la disminución apremiante de los montos que se recaudaban por tributo, acompañaban un panorama desolador del poblamiento, con pueblos abandonados y un paisaje social muy complejo en el mundo indio. El historiador chileno Rolando Mellafe estudio la importancia de estos movimientos poblacionales o migraciones, que se presentaban como producto de estrategias indias para ocultarse o por intereses de los nuevos agentes económicos. Se llevan a cabo estudios sobre la familia y el poblamiento indio, para entender la dinámica india y campesina de los Andes. También se pueden ver los aportes para el tema de la mujer en el siglo XVII por María Emma mannarelli y para el siglo XVIII a Tandeter. Teniendo en cuenta la desarticulación de las familias y el tráfico de muchachos que luego eran adscritos como trabajadores en las casas o empresas. Se trata de un factor de mestizaje, donde se desnaturalizaba e incluso las chinas no querían luego casarse con indios. Realmente cambiaba las bases de la vida social del reino andino en su conjunto. 6. Cambio de Credo El credo científico y la seducción de la militancia política de los historiadores de los años setenta ha dado lugar al estudio de los credos de los habitantes andinos en el tiempo. La recuperación de la temática religiosa y la incorporación de lo mágico y lo simbólico como temas medulares en el quehacer historiográfico, fue el selle de la última década. Nuevos y profundos estudios sobre la inquisición, sobre las extirpaciones de ideologías, sobre la iglesia católica, son los libros más voluminosos. Los cuadernos para la historia de la evangelización en américa latina y la revisa andina.