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Monsieur Juan Manuel Cortes

Copete

El fracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano


In: Dialogues d'histoire ancienne. Vol. 25 N°2, 1999. pp. 91-112.

Résumé
L'empereur Hadrien essaya de trouver une articulation nouvelle entre monde grec et Empire. Il pensa abord transformer
Amphictionie de Delphes en un Conseil commun de tous les Grecs. Les discussions entre Thessaliens et Delphiens sur le
contrôle de cette institution et le détournement de fonds impériaux ruinèrent ce projet empereur se consacra alors Athènes et
fonda le Panhellenion.

Abstract
In his attempt to insert Greeks into the Roman Empire, Hadrian adapted the Delphic Amphyctiony into the common synedrion of
all the Hellenes. However disputes between Tessalians and Delphians to gain control over the institution and misuse of imperial
funds made the project collapse. Therefore the emperor turned wholeheartedly to the foundation of the Panhellenion in Athens.

Resumen
El emperador Adriano intentó una nueva articulación del mundo griego en el Imperio En un primer momento pensó en reformar
la Anfictionía Deifica para convertirla en el Consejo Común de todos los griegos. Las disputas entre tesalios delfios por el control
de la institución la mal versaci de fondos imperiales arruinaron el proyecto Entonces el emperador se volcó en Atenas fundando
el Panhelenion.

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Cortes Copete Juan Manuel. El fracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano. In: Dialogues d'histoire ancienne. Vol. 25
N°2, 1999. pp. 91-112.

doi : 10.3406/dha.1999.1540

http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/dha_0755-7256_1999_num_25_2_1540
Dialogues d'Histoire Ancienne 25/2, 1999, 91-112

El fracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano"

Résumés
• El emperador Adriano intentó una nueva articulación del mundo griego en el Imperio. En
un primer momenta pensó en reformar la Anfictionia Délfica para convertirla en el Consejo Comun
de todos los griegos. Las disputas entre tesalios y delfios por el control de la institución, y la mal-
versación de fondos impériales, arruinaron el proyecto. Entonces el emperador se volcó en Atenas
fundando el Panhelenion.
• L'empereur Hadrien essaya de trouver une articulation nouvelle entre monde grec et
Empire. Il pensa d'abord à transformer l'Amphictionie de Delphes en un Conseil commun de tous
les Grecs. Les discussions entre Thessaliens et Delphiens sur le contrôle de cette institution et le
détournement de fonds impériaux, ruinèrent ce projet. L'empereur se consacra alors à Athènes et
fonda le Panhellenion.
• In his attempt to insert Greeks into the Roman Empire, Hadrian adapted the Delphic
Amphyctiony into the common synedrion of all the Hellenes. However, disputes between
Tessalians and Delphians to gain control over the institution and misuse of imperial funds made the
project collapse. Therefore the emperor turned wholeheartedly to the foundation of the
Panhellenion in Athens.

La election que el emperador Adriano hizo de Atenas como centro de la


nueva asociación panhelénica parece hoy absolutamente logica y, hasta cierto
punto, inevitable. La vinculación personal del emperador con la ciudad, cimen-
tada en los tiempos en los que todavía quedaba lejos la sucesión2, y el prestigio
de Atenas como centro del mundo griego asi hacían presagiarlo. En la lectura
del Panatenaico de Elio Aristides cualquiera puede descubrir innumerables
razones para reconocer en Atenas la metonimia de la Hélade, imagen en la que
la ciudad se complacía desde el s. V а. С. у parecía aceptada universalmente3.
Los autores modernos han compartido esta opinion. Si no ya M.N. Tod, que

* Juan Manuel Cortés Copete. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.


1. Este estudio ha sido realizado gracias a la hospitalidad del Dipartimento di Scienze dell'Antichità
Giorgio Pasquali de la Universita degli Studi di Firenze que me acogió en una estancia financiada
por el proyecto de la DGICYT PB94-1458, "Del evergetismo pagano a la beneficencia cristiana".
Quiero agradecer también a los profesores D. Placido, G. Chic y J. Alvar la atenta lectura de este
trabajo y las sugerencias hechas. Sólo yo soy resposable de los errores que pudiera contener.
2. A.R. Birley, Hadrian. The Restless Emperor, London, 1997, 58-65.
3. N. Loraux, L'invention d'Athènes, Paris, 1981.

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fue el primero en proponer el Panhelenion como objeto de estudio4, tanto


P. Graindor, en su obra sobre la Atenas de Adriano5, como J.H. Oliver, cuando
analizó la política oriental de Marco Aurelio6, aceptaron como indiscutible
la ubicación ateniense del nuevo koinon. Pero ambos compartían una vision
"atenocéntrica" : el primero, porque la ciudad misma era su objeto de estudio, el
segundo, porque algunos aňos antes había sido el editor y comentarista del
Panatenaico del sofista misio7. Con posterioridad nadie se ha planteado las
razones de la opción ateniense8.
Pero Atenas como capital no fue una opción tan necesaria como se des-
prende de la lectura de los panegiristas antiguos y de los autores modernos. La
ciudad del Atica, a pesar de que gozó del favor imperial desde los mismos
albores de la institución, despertaba cierta desconfianza entre los romanos.
Como todos los símbolos, y nadie puede dudar de que Atenas lo fuera, la ciu
dad poseía una doble lectura. Una, favorable a los intereses romanos como ciu
dad donde mostrar el aprecio por la Hélade, otra, inquiétante, recuerdo de sus
insurrecciones, de su amor a la libertad y de su pretension hegemónica. No en
vano Plutarco, a fines del s. I, sentía la necesidad de advertir contra el uso antir-
romano del pasado griego y, muy particularmente, del ateniense9. Habría de
esperarse hasta panegiristas como Elio Aristides para que, asumido el fracaso
histórico griego, se aceptase como indiscutible y benéfico el dominio romano10.
En Grecia había otro lugar que, en principio, reunía mejores condiciones
que Atenas para convertirse en cabeza y centro del nuevo proyecto de Adriano :
Delfos11. Y allí dirigió sus esfuerzos el emperador. El santuario había contado

4. M.N. Tod, "Greek Inscriptions from Macedonia", JHS 42 (1922), 167-183.


5. P. Graindor, Athènes sous Hadrien, Cairo, 1932, 102-111.
6. J.H. Oliver, Marcus Aurelius. Aspects of Civic and Cultural Policy in the East (Hesperia, Suppl. XIII),
Princeton, 1970.
7. J.H. Oliver, "The Civilizing Power. A Study of the Panathenaic Discourse of Aelius Aristides
against the Background of Literature and Cultural Conflict with Text, Translation and
Commentary", TAPhS 58 (1968), 1-223.
8. Véase especialmente el ultimo trabajo de conjunto sobre el Panhelenion : J. Spawforth y
S. Walker, "The World of the Panhellenion", JRS 75 (1985), 78-104 y JRS 76 (1986), 88-105.
9. F. Gascó, "Maratón, Eurimedonte y Platea (Praec. ger. reip. 814ac)", en A. Perez Jimenez y
G. del Cerro (eds.), Estudios sobre Plutarco. Obra y tradición, Malaga, 1990, 211-215.
10. J.M. Cortés, Elio Aristides. Un sofista griego en el Imperio Romano, Madrid, 1995, 38-54.
11. Las relaciones entre Delfos y Roma : J. Pouilloux, "Delphes et les Romains", REA 73 (1971) 364-
381, y "Delphes et les Romains", Етг)Хт]. To/ioç eîç /xvr^zrçv NixoXáou KovtoàÉvovtoç, Athens,
1980, 201-207.

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con una larga y fructífera relación con Roma ya desde tiempos republicanos.
Augusto, Néron y Domiciano, los emperadores que tuvieron más présentes los
intereses de la Hélade, nunca dejaron de demostrar su favor рог el templo de
Apolo12. La pervivencia, desde principios del arcaismo griego, de la Anfictionia
le otorgaba el prestigio panhelénico necesario y un germen de organización
política. Los précédentes para su actualización y revitalización, de manera
especial aquel de Filipo II13, hacian posible la empresa. Y el propio Adriano
estuvo dispuesto a convertir la Anfictionia en "el consejo común de todos los
griegos". El objeto del présente artículo es descubrir las razones del fracaso del
proyecto délfico que obligaron al emperador, en el ano 125, a centrar en Atenas
su plan de integración del mundo griego en el Imperio.
Las dificultades con las que Adriano se encontre para reconvertir la
organización délfica fueron de doble naturaleza : organizativas y de rivalidad
entre los diversos miembros de la Anfictionia. La fuente principal que permite
conocer el proceso es una larga inscripción grabada sobre el muro poligonal del
templo délfico. El primer editor, E. Bourguet, recompuso en dos grandes
bloques los numerosos fragmentos que la forman, pero no advirtió que consti-
tuían una misma carta imperial hasta después de que su libro hubiese sido
publicado14. Todos los editores posteriores, A. Plassart15, F. Martin16 y
J.H. Oliver17, reconocieron que constituye un único documento y aplicaron todo
su ingenio a solucionar las numerosas lagunas que présenta. La carta fue
grabada en dos columnas ; de la primera sólo han sobrevivido las dieciséis
primeras lineas, y ninguna compléta, además de algunos fragmentos muy
deteriorados del final. La segunda columna ha tenido mejor fortuna.
Compuesta por cuatro grandes fragmentos, las primeras nueve lineas están
prácticamente complétas, mientras que las restantes, hasta sumar las cuarenta y
très que la forman, han perdido prácticamente su mitad izquierda. Esto ha

12. El mejor estudio de conjunto sobre la historia de la Anfictionia en época imperial sigue siendo el
de M. Homolle, "Histoire du temple", ВСЯ 20 (1896), 702-732.
13. J.M. Cortés, "Adriano y Filipo II", Xaïpe. Homenaje al Prof. F. Gascó, Sevilla, 1997, 405-410.
14. E. Bourguet, De rebus Delphicis imperatoriae aetatis, Montpellier, 1905, 74-75 y 78-79.
15. A. Plassart, FD Ш.4.З. Les Inscriptions de la terrasse du temple et la région nord du sanctuaire, IV,
Paris (1970), n° 302, 72-83.
16. F. Martin, La documentación griega de la cancilleria del emperador Adriano, Pamplona, 1982, n° 18,
107-118.
17. J.H. Oliver, Greek Constitutions of Early Roman Emperors from Inscriptions and Papyri, Philadelphia,
1989, n° 75, 183-190.

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obligado a numerosas conjeturas, la mayoría de ellas firmes, otřas no tanto. Y


no obstante la información que proporciona sobre el fracaso del proyecto
délfico de Adriano es preciosa y abundante.
La acción fundamental debía ser la reforma del consejo anfictiónico.
La Anfictionía, nacida en los albores del arcaísmo griego, presentaba ya en el
s. V а. С. una organización anticuada. Compuesto en su mayoría рог ethne,
algunos de los cuales llegaron a desaparecer con el paso de los tiempos, el
consejo anfictiónico no reflejaba la expansion de la ciudad ni el mayor peso
politico, económico y cultural que la polis adquiró desde época clásica18. Lo
obsoleto de su organización hizo desistir a Filipo II de convertirla en su instr
umenta de poder en Grecia, sustituyéndola por la Liga de Corinto. En cambio,
durante los siglos III y II a.C, con el renacer de los pueblos de la Grecia central,
etolios, tesalios, beocios, la Anfictionía recuperó cierto protagonismo. La impo-
sición romana acabó definitivamente con esta situación19.
La reforma del consejo anfictiónico no era algo nuevo para un empera-
dor. Pausanias, en un brevisimo recorrido por la historia de la institución, habla
de algunos cambios de época imperial : la reforma de Augusto y la situación de
la Anfictionía en el s. II. Ha sido mérito de G. Daux interpretar de manera cor-
recta el pásaje de Pausanias20. Tras la reforma augústea asi quedó constituido :
Nicópolis, 10 consejeros ; tesalios, 2 ; focidios, 2 ; delfios, 2 ; dorios, 2, uno de la
Metropolis y otro del Peloponeso (donde periódicamente Esparta conseguía un
representante) ; jonios, 2, uno de Atenas y otro de Eubea ; beocios, 2 ; locrios, 2.
Se habia simplificado la organización ancestral de doce pueblos con dos votos
cada uno, aunque se mantenia el total de 24. Además de Atenas y Delfos, las
unicas ciudades antiguas que tenían representación permanente, se incorporaba
ahora Nicópolis, fundada para conmemorar la victoria de Accio y para agluti-
nar los pueblos de la Grecia occidental. Esta ciudad, con una clarísima mayoría
de votos, debía controlar la Anfictionía en nombre del emperador. Esta función
recayó sobre los epimeletas, institución que cuenta con précédentes etolios, y
que actuaba como una suerte de comisario politico. Es significativo que los
cinco primeros epimeletas atestiguados, entre los reinados de Tiberio y Néron,

18. G. Daux, "Remarques sur la composition du conseil amphictionique", BCH 81 (1957) 95-120.
19. G. Daux, Delphes aux IIe et au Ier siècle (BEFAR, CXL), Paris, 1936.
20. Paus. 10. 8. 3-6. G. Daux, "Les empereurs romains et l'amphictionie pyléo-delphique", CRAI
(1975), 348-362, y especialmente "La composition du conseil amphictyonique sous l'Empire",
Mélanges A. Plassart, Paris, 1976, 59-79.

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sean todos nicopolitanos, y varios de ellos reciban el apelativo de filokaisar o


desempeňen un sacerdocio de culto imperial21.
Pero esta no fue la organización que Adriano recibió de manos de sus
predecesores. Aunque Pausanias no recuerde ninguna reforma intermedia, la
inscripción délfica si informa de algunos cambios (Col. I, 11. 12-17) :
12 'Qç
|ièv è'xouaiv év x[rj vOv 'А|хф1ктиоуеш, АеАфоГс]
14 oúo флфо1 ei'aiv, [OeaaaÀoTç aùv xoîç è'Bveaiv]
80>8ека.< 'Eneï ôè[ тас naÀai флфоис tÔùv è0vwv]
16 tčóv Trj Qeaaapaa àvrixovxwv xoîç ©eaaaÀoîç]
eÔcoxev ó Nép[cov
Tal y como están las cosas en la actual Anfictionía, los
delfios tienen dos votos y los tesalios, junto con sus pueblos,
doce, puesto que Nerón otorgó los votos de los pueblos que en
otro tiempo dependian de Tesalia a los tesalios...
A pesar de que el texto présenta numerosas lagunas, las reconstrucciones
propuestas por A. Plassart permiten comprender el sentido del mismo y
atribuir a Nerón la contrarreforma22. Es posible que este primer emperador
filoheleno promoviese un cambio en la composición, favorable a Tesalia, para
compensarla cuando concedió la libertad a Grecia. En aquel instante, esta región
que habia pertenecido a la provincia de Acaya fue adscrita a Macedonia y
continuó, por tanto, bajo la autoridad del gobernador romano23. No es posible
saber con total certidumbre si esta recomposición se hizo aumentando la
cuantia de consejeros, superando el tradicional numero de 24, о si se hizo en
detrimento de algunos de los que ya tenían representación. Algunos indicios
pueden sugerir que ambas cosas se hicieron. Pausanias, al describir la organiza
ción del s. II, afirma que el numero de consejeros era de 30 (Paus. 10. 8. 4),
aunque no indica quién había sido el autor de dicho cambio. Una inscripción
del templo de Delfos informa de la concesión de la ciudadania délfica a cuatro

21. G. Daux, "Les épimélètes des amphictions: tradition delphique et politique romaine", Hommage à
la mémoire de P. Wuilleumier, Paris, 1980, 281-300.
22. Aunque la inscripción podría permitir la reconstrucción de Nep[ouaç], ya E. Bourguet se dio
cuenta de que entonces tendria que haber ido acompaňado del apelativo divino. A. Plassart, FD
III.4.3, 76. G. Daux, "La composition du conseil amphictyonique sous l'empire", Mélanges A. Plassart,
Paris, 1976, 76-77.
23. Véase G. W. Bowersock, "Zur Geschichte der rômischen Thessaliens", RhM 108 (1965) 283-285,
contra J. H. Oliver, "Imperial Commissioners in Achaia", GRBS 14, 1973, 389 en la interpretación de
Strab. 17 3.25.

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anfictiones de origen nicopolitano como recompensa a sus servicios24. No


dejaría de resultar extraňo que si hubiesen sido diez los représentantes de
Nicópolis sólo cuatro hubiesen merecido este honor. Es, por tanto, más que
posible que Nerón hubiese disminuido el numero de représentantes de
Nicópolis de diez a cuatro y hubiese aumentado el de los tesalios de dos a doce,
acercando el numero total a aquel que recordaba Pausanias para el s. II.
Si estas conjeturas son ciertas, el consejo anfictiónico cuando Adriano
llegó al trono estaria compuesto de la siguiente manera: Nicópolis, 4 consejeros ;
tesalios, 12 ; focidios, 2 ; delfios, 2 ; dorios, 2 ; jonios, 2, beocios, 2; locrios 2. Pero
para que la institución cumpliera la función panhelénica que Adriano le ténia
reservada era necesaria una nueva reforma. El emperador, escrupuloso como
fue siempre con los procedimientos légales y con las competencias del Senado
romano, organize una comisión que preparó el proyecto de mejora. Sus conclu-
siones, presentadas ante el Senado, fueron que los votos tesalios deberían ser
distribuidos entre las ciudades griegas, modernizando la institución y dispo-
niéndola a cumplir sus nuevos cometidos (Col. II, 11. 1-6) :

[Ka]9' a (lévxoi xpři noieTv xaxà toù[ç] vofiouç, [с{]а[т\угукау


2 Yva>|ir|v eîç xřjv Aa[inpoTcrrr|v о[иу]кАГ)ТОУ е{аг)ул[аа|1е]-
voi xàç флфоис aç nÀéovaç x2>[v] aAAov e)(ouaiv 0ea[aa]-
4 A[ot 'A]9r)vaioiç xaî AaxEÔai|iovio[i]ç ôvav£(xr)0fivai xai TaT[ç]
aÀ[Àai]ç noXeaiv, i'va ri xoivov návx[a)]v tov 'EXXrivcav то auve-
6 ôp[i]ov.
Tal y como es necesario actuar conforme a derecho, han presentado el
proyecto ante el ilustrisimo senado, habiendo propuesto que los votos con los
que los tesalios superan a los demás se repartan entre los atenienses, lacede-
monios y las demás ciudades, para que se convierta en el consejo común de
todos los griegos.

J.H. Oliver intuyó con perspicacia, a partir del uso del término Hellenes,
que Adriano no estaba pensando sólo en reformar la Anfictionia, sino en
integrar en ella a todas las demás asociaciones de carácter panhelénico que en
aquellas fechas existian25. Entre ellas debería incluirse a los Hellenes que se
reunian en Platea en torno al culto de Zeus Eleuterio para conmemorar la

24. R. Flacelière, FD III 4.2, n° 114.


25. J. H. Oliver, Greek Constitutions.,., 189-190.

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victoria en las Guerras Médicas26. Esta liga se habia vinculado desde muy
pronto al culto imperial рог medio de la union de Zeus Eleuterio con la casa
gobernante. El lazo podia establecerse por la simple asociación, como en el caso
de Nerón o Domiciano, o indicando que el emperador era hijo de Zeus, como
prefirió hacer Adriano27. Los Hellenes que se reunian en Platea levantaron en
Delfos una estatua con la que pretendian agradecer sus acciones benéficas al
"protector y criador de su Hélade"28.
Por otra parte, es probable que el emperador intentara la integración del
Koinon Aqueo. Durante el siglo I esta asociación ya había sido protagonista de
un intento de sinecismo al asociarse con los beocios, foceos, eubeos, locrios y
dorios. Desde entonces, junto a la tradicional denomination, se utilizaron las de
"todos los helenos", "panhelenos" y "aqueos y panhelenos" para referirse a la
nueva realidad ampliada29. Extendia, por tanto, la asociación peloponesia su
influencia sobre Grecia central, ámbito tradicional de la Anfictionia que durante
esa centuria vivía una etapa de anquilosamiento. El fortalecimiento de la
asociación délfica debia tener como consecuencia natural la reordenación de sus
relaciones con el Koinon Aqueo y posiblemente su absorción por la primera.
Además, la mention a Atenas y Esparta demuestra las intenciones integradoras
del emperador pues ninguna de las dos ciudades formaba parte del koinon.
Pero, a pesar de las buenas intenciones impériales y de lo avanzado del
proyecto de reforma, con la nueva organization sometida al refrendo del
Senado, el reparto de votos nunca llegó a realizarse30. El propio emperador
advierte en su carta a los delfios de la ilegalidad que supondria considerar

26. El valor simbólico de Platea : W.C. West, "Hellenic Homonoia and the New Decree from Platea",
GRBS 18 (1977), 309-315. La importancia de la tradición sobre las Guerras Médicas en época
imperial : A. Spawforth, "Symbol of Unity? The Persian-Wars Tradition in the Roman Empire", en
S. Hornblower (éd.), Greek Historiography, Oxford, 1994, 233-247.
27. Nerón aclamado como Zeus Eleuterio en el decreto de Epaminondas : M. Holleaux, "Discours de
Néron", BCH 12 (1888), 514 1. 41 ; Е. Cizek, La Roma di Nerone, Milano, 1984, 137-141. Domiciano :
M. McCrum y A. G. Woodhead, Select Documents of the Principales of the Flavian Emperors,
Cambridge, 1966, n° 121. Adriano : A. Raubitschek, "Hadrian as the Son of Zeus Eleutherios", A] A
49 (1945) 128-133.
28. SIG3 835A : Aôxoxpaxopi 'AôpiavÇ» acoxřipi , puoafie'vcp xai Opéijjavxi xř|v éauxoO 'EÀÀaôa ,
|

oî iç nXaxai|àç ouviovxeç 'EAArivec xaPlloxripiov àve'Orixav.


29. J.H. Oliver, "Panacheans and Panhellenes", Hesperia 47 (1978), 185-188.
30. A. Plassart, FD III.4.3, 78 creyó que los votos ya se habian distribuido y que se habia procedido a
la reforma del consejo. Como G. Daux, "Le conseil amphictyonique sous l'Empire", Mélanges
A. Plassart, Paris, 1976, 74-75, tuvo ocasión de demostrar, la relación de tiempos verbales indica que
la propuesta si habia sido presentada ante el Senado pero todavía no había entrado en vigor.

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vigentes los planes previstos y conocidos por todos. En cambio, obliga a que los
consejeros siguieran distribuidos tal y como estaban cuando él llegó al trono
(Col. II, 11. 16-18) :
16 <TaTç ôè флфснс t]cuç vOv xp?ía9[ai]
[eiç та те фГ|ф]{а^.ата ка\ т[аХХа ооуцлта ка]\ [та a]uvpoÀaia [àe]î

18 [Aofiai >...
Quiero que continuels usando siempre del actual reparto de votos tanto para los décrètes
como para las demâs decisiones y contratos.
Quizás pudiera pensarse que esta medida ténia un carácter provisional en
espéra de su anunciada visita al centro de culto. Pero es más probable que el
emperador ya tuviera decidido el abandono del sueňo délfico. Esta carta fue
escrita durante los primeros meses del aňo 125, cuando realizaba su visita al
Peloponeso que le permitió tomar numerosas medidas para la recuperación
económica de la zona. En marzo de ese mismo aňo ya había vuelto a Atenas,
donde presidio el festival de las Dionisias31. Y fue enfonces cuando comenzó la
gran série de obras impériales en Atenas : se réactivé la construcción del templo
de Zeus Olimpio (que habria de ser parte fundamental del Panhelenion) y
se comenzaron a poner los cimientos de la llamada Biblioteca de Adriano.
Además, el emperador se preocupó de que la ciudad dispusiera de agua abun-
dante de tal manera que el sofocante calor del verano ateniense no supusiera un
obstáculo para su nuevo designio32. Como fácilmente se puede comprender,
Adriano había decidido ya hacer de Atenas la capital del mundo griego en
perjuicio de Delfos. Por eso creyó necesario tranquilizar a los habitantes de esta
ciudad (Col. II, 1. 18) :
<Où ÔiaA.ei]i|KO ôè e[ùae^Ô3v eiç to]v 'AnoÀAcova tôv FlúGiov
No dejaré de mostrar mi piedad hacia Apolo Pitio.
La rivalidad entre tesalios y delfios obligo al emperador a desistir de su
primera idea. Desde el momento en que Nerón alteró el equilibrio dentro de la
Anfictionia, concediendo la mayoría a los tesalios, empezó a gestarse el antago-
nismo. De los ocho epimeletas de la Anfictionia atestiguados desde la caida de
Nerón hasta el gobierno de Adriano, con seguridad, sólo uno es ciudadano de

31. W. Weber, Untersuchungen гиг Geschichte des Kaisers Hadrianus, Leipzig, 1907, 180-194. Con
algunas discrepancias menores : A.R. Birley, Hadrian, London, 1997, 175-184.
32. D. Willers, Hadrians panhellenisches Programm, Basel, 1990.

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Delfos, otro, Plutarco, es beocio, y los restantes seis provienen de ciudades de


Tesalia33. No cabe duda de que los tesalios se habian hecho con el dominio de la
Anfictionía en detrimento de los vecinos del templo. Este control lo ejercieron
en dos campos fundamentales : la organización de los festivales píticos y el
manejo de los fondos.
Frente a lo que se ha creido durante mucho tiempo, aunque hoy en dia ya
esté plenamente aceptado, la Anfictionía Délfica ténia dos centros de culte34.
Uno de ellos, en Delfos, en torno al templo de Apolo. El otro estaba situado en
Pilea, cerca de la frontera que sépara Beocia de Tesalia35, en torno al templo de
Deméter. Como es lógico, los tesalios comenzaron a promover el santuario que
tenian cerca de casa perjudicando a la sede de Delfos. El problema se venia
gestando de antiguo. Ya bajo el reinado de Domiciano la ciudad de Delfos
recurrió al emperador en busca de amparo para lo que entendian sus derechos
ancestrales. Y el emperador cedió ante sus argumentes remitiendo, por medio
del gobernador de la provincia, una carta en la que se expresaba en los
siguientes términos (SIG 821C, 11. 2-3)36 :
Фиа£1 Síxcuóv éoxiv xai eùae(5èç xfiv npo0e[a(iiavl toù IluOixoC

|
àywvoç àxoÀouBojç toï[ç 'A][k|)ixtuovixoTç vop.oiç фиАа[тте]о9а1 , (ir)Sev6ç
|iépouç t[g)v] àpxaiQV ÈGoW napěvše ipou^évou .
Es por naturaleza justo y pio que se observe el plazo fijado para el festival pitico
según las leyes anfictiónicas sin apartarse un apice de las antiguas costumbres.
Una série de inscripciones délficas demuestran que los tesalios se
avinieron a razones y contribuyeron con sus dineros al esplendor de los juegos
píticos37. Todos estes monumentos se levantaron para honrar a agonótetas
píticos de origen tesalio. Entre todas ellas destaca especialmente una, donde se
elogia a Tiberio Julio Aretáfilo, ciudadano de Hipata y Delfos, agonóteta хата
tt)v naXaiàv Só^av38. La concordia restablecida permitió que la Anfictionía

33. J. Pouilloux, "Les épimélètes des amphictions", Hommage à P. Wuilleumier, Paris, 1980, 287-294.
34. G. Daux, "Plutarque, Moralia 409 A-B et le prétendu faubourg delphique de Pylaia", Rev. Arch. 11
(1938), 3-18.
35. W. J. Cherf, "The Roman Borders between Achaia and Macedonia", Chiron 17 (1987), 135-142.
36. El dossier contiene la carta imperial y dos cartas del gobernador de la provincia con las que se
daba traslado a la sentencia de Domiciano : SIG3 821 C-E.
37. SEG XIX 378, 402-404 y SEG XXIII 318 : Las cuatro ultimas son honores, estatuas en su mayoría,
otorgados a los agonótetas tesalios de los juegos píticos.
38. SEG XIX 403.

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100 Juan Manuel Cor tés Copete

siguiera recibiendo los beneficios impériales, y que estos no sólo engrande-


cieran Delfos sino también, у рог derivación, Pilea.
Pero durante los primeros anos del reinado de Adriano la disputa renació
con más fuerza. Ahora los tesalios, que continuaban manteniendo su posición
de dominio sobre la Anfictionía al no haber entrado en vigor la reforma
planeada por el emperador, no se contentaban con promover Pilea frente a
Delfos, sino que estaban otorgando coronas de vencedor pitico en juegos que
sólo se celebraban en el santuario beocio. El emperador tuvo que dar la razón a
los delfios que denunciaron la situación (Col. II, 11. 6-8) :
6 <Ef xiç f] еккХщох) yzvo\i.[év]r\ç f\ aXÀooç év ПиХаш éo-
хЕ[ф]ауа)ха1 , âxupoç ó àywv eaxa) xa[t] xw VEixriaavxi ÀEÀUaGco
8 л [у]е1хл .
Si alguno ha recibido una corona en Pilea, haya habido convocatoria о
de alguna otra manera, que la competition sea declarada nula y que al
vencedor se le prive de su victoria.
El abuso tesalio no carecia de algun fundamento. De hecho los juegos
piticos parece que se habian doblado y que se venian celebrando en ambas
sedes de la Anfictionía : primero en Delfos y a continuación en Pilea. Si no se
admite esta conjetura pierde sentido la posibilidad que ofrece el emperador a
los vencedores coronados en Pilea de reclamar judicialmente su corona si antes
habian competido y vencido ante Apolo, es decir, en Delfos (Col. II, 11. 8-11) :
8 <Ei ô' àvxinoioîxo xou ах[Б1фауои eîç АЕАфоис éAGcov
пар'
rt[p]óx£pov xaî àYû)viaa[jL£voç аихф хф Geo, ахЕфауоиа-
10 [Gai k]eàeixu xaî xó ÈntÔ£xaxo[v] xwv XEifJuifiáxwv ô oi ôixa(o-
[|i£voi napax£8£iv]xai 0£aaaÀo[î)lç ànoôoOvai xôo Geg) .
Pero si alguien reclamase la corona porque primero fue a Delfos y
compitió ante el propio dios, ordeno que sea coronado y que los tesalios entre-
guen al dios el diezmo de lasfianzas que los litigantes ofrecieron.

La cuestión ahora es saber en que consistió esta duplicación agonística.


No son muchos los indicios existentes además de la inscripción que aqui se
comenta. Llama poderosamente la atención que Delfos no se convirtiera en un
gran centro de culto imperial donde se hubiese asociado la veneración por la
casa y el emperador reinante a los antiguos titulares del santuario39. Aunque

39. G. Roux, Delphes, son oracle et ses dieux, Paris, 1976, 205-208. B. Puech, "Grands-prêtres et
Helladarques d'Achaïe", REA 85 (1983), 25, n. 40.

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Elfracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano 101

este había sido un procedimiento corriente en otros tradicionales centros


de culto, unicamente Pausanias puede ofrecer alguna noticia al respecto
(Paus. 10.8.6) :
Entrando en la ciudad (Delfos), hay uno tras otro varios templos: el primero de ellos
estaba en ruinas; el siguiente estaba vado de imágenes y estatuas; el tercero ténia estatuas
de algunos emperadores romanos, y el cuarto se llama de Atenea Pronea.

Se ha querido identificar el templo que contenia las estatuas de los


emperadores con la tolos40, sin que haya seguridad plena. Y eso parece ser todo.
No obstante, cuatro de los epimeletas de la Anfictionía están conectados de
alguna manera con el culto imperial. El primero de ellos es Tiberio Claudio
Cleómaco, ciudadano de Nicópolis que ocupó su puesto durante el reinado de
Néron. Entre sus titulos se hace constar, asociado al de epimeleta, su condición
de àpxiepEÙç xcôv lepaaxwv41. El mismo cargo que aňos más tarde desempeňó
Tito Flavio Megalino ya bajo el reinado de Domiciano42. Aunque se ha preten-
dido dudar del lugar en el que se ejercia este sacerdocio de los Augustus,
Nicópolis, Delfos, о la provincia, lo más seguro es que tanto H. Pomtow como
E. Bourguet tuvieran razón y se tratara de un culto délfico con carácter anfictió-
nico43. Asi lo indicaría con claridad la ubicación del titulo en los epígrafes,
inmediatamente después de los anfictiones (coautores del monumento) y antes
del cargo de epimeleta. Pero tras el reinado de Domiciano ya no vuelve a
encontrarse ninguna mención a este sacerdocio.
Es necesario esperar hasta el reinado de Trajano, cuando el dominio tesa-
lio de la Anfictionía se ha hecho efectivo, para volver a encontrar una función
semejante. El epimeleta Lucio Casio Petrayo, de Hipata, posée el titulo de о
ércî xoTç ôuaïv атефауогс, "sumo sacerdote de las dos coronas"44.

40. G. Roux, "Pausanias, le Contre Aristogiton et les énigmes de Marmaria à Delphes", REA 67
(1965) 51-53.
41. SIG3 813A-B.
42. SIG3 813C. J. Pouilloux, "Les épimélètes des amphictions", Hommage à P. Wuilleumier, Paris, 1980,
288, sospecha sin fundamente que puede ser delfio. No obstante hay que recordar que se trata del
epimeleta que esta en servicio cuando Domiciano sentencia sobre la primera disputa sobre los
juegos. Este hecho permite créer en su origen tesalio.
43. E. Bourguet, De rebus Delphicis imperatoriae aetate, Montpellier, 1905, 53. H. Pomtow, SIC? 813C,
n. 2.
44. SIG3 825C : Л . Káooiov Петраюу, tôv àp/iepéa énî xoTç Suaîv атефауок; xaí Sîç |
|

x2)V fievalÀcùv riuOicov xaï auvôil [x ]ov xoù Пи9юи,о iepoç | naîç Г v . Baf^ioç
[jio ]ç , Mayvou uîoç, 'AnoÀl [Xco]vi fluBicp éx t&v i'Si'I [a>]v xbv î'ôiov фйоу.

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102 Juan Manuel Cortés Copete

Esta no es la denominación compléta del sacerdocio, que si se encuentra en la


inscripción del monumento que la ciudad de Hipata levante en honor de T.
Flavio Eubioto, hijo de otro epimeleta de la Anfictionia bajo Domiciano, Cilo
hijo de Eubioto, y él mismo epimeleta durante los aňos de reinado de Adriano.
El título reza asi : xóv арх1феа xaî ctYovoGéxriv tÔûv Zeftaaxôav 9ewv énî xoîç
Súo axe<j)avoiç., "sumo sacerdote y agonóteta de los dioses Augustos de las dos
coronas"45. Se ha venido considerando este sacerdocio como un cargo municipal
de Hipata, ciudad vinculada con Augusto, que le otorgó su nombre y al que se
le aclamó como Soter46. El culto al fundador del imperio, asociado a la diosa
Roma, se amplió más tarde a toda la familia imperial y se instituyeron juegos en
su honor47. Pero la devoción de Hipata hacia la dinastia no puede explicar ni la
extraňa formula èni xoîç Sucîv (Súo) отефаусис, ni рог que el contexte en el
que aparece es siempre anfictiónico, ni su asociación con la función de agonót
eta de las Grandes Piticas, àYwvo9éxriv xtov (leyaAwv ПиЭшзу.
La ciudad de Corinto y los festivales y cultos celebrados sobre su territo-
rio pueden ofrecer una via de explicación. Recuperado el derecho a organizar
los Istmicos tan pronto como se fundó la colonia, estes juegos se celebraron en
las instalaciones de la propia ciudad, y no en el tradicional santuario de la costa
oriental del Istmo, hasta el reinado de Néron48. Fue entonces cuando se restauré
el antiguo santuario y empezaron a celebrarse allí los juegos Istmicos. Pero los
Cesareos, asociados al tradicional festival, organizados en honor al fundador de
la colonia y más tarde ampliados en honor al emperador reinante, continuaron
desarrollándose, normalmente, en la ciudad de Corinto, inmediatamente

45. IG IX 2. 44 : л noÀiç 'Ynáxa T. OÀaomov T. ФАаоюи КиАДои uíóv Eùfh'oxov


|

àp)(iepéa [к ]aî àytovoGeTTiv x«v lepaoxwv Oecov ènî xoîç ôuo охефа [voiç xaï
|

FluGicov xaî énip.eÀT]xr|V xou xoivoù tûv 'A|j^ikxuóvg)v xaï 'EÀÀaSapxriv xov
|

énip.eÀr|9évxoç Bpi'[ou]xoù 'AÀ [eř, ]av|ôpou xoO xa|ii'ou xaxà xb xoù ол1р.ои

46. Hipata recibe el nombre de Sebastea : D.C. LIV 23 ; IG IX 2. 40. En Echinus, que parece ser una
aldea dependicnte de Hipata (IG IX 2. 92), se ha encontrado la siguiente mscripción, IG IX 2. 93 :
OeoD Kctioapoç lepaaxou Icoxrjpoç.
|

47. Culto a Roma y los Augustos : IG IX 2. 32. Sacerdote de los Augustos : IG IX 2. 34.
48. Asi ha reinterpretado recientemente E.R. Gebhard el proceso por el que Corinto récupéra los
juegos Istmicos : "The Isthmian Games and the Sanctuary of Poseidon in the Early Empire", en
Т.Е. Gregory (éd.), The Corinthia in the Roman Period (JRA Suppl. 8), Ann Arbor, 1993, 78-94. Tradi-
cionalmente se pensaba que los juegos no se habían recuperado hasta una fecha más tardía, entre el
7 a.C. y el 3 d.C. J. Wiseman, "Corinth and Rome, 1 : 228 B.C.-A.D. 267", ANRW II 7.1, Berlin-New
York, 1979, 497-503. J.H. Kent, The Inscriptions 1926-1950. Corinth. Results of Excavations conducted by
the American School of Classical Studies of Athens, vol. VIII part III, Cambridge, 1966, 70-72.

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Elfracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano 103

después de la terminación de los Istmicos. Ambos festivales se Servian del


mismo agonóteta49.
Algo parecido půdo suceder en el seno de la Anfictionía. Ante la necesi-
dad de prestigiar la segunda sede la confederación, Pilea, y ante la debilidad del
culto imperial en Delfos, los epimeletas tesalios, en su mayoria de Hipata,
situada a unos 30 Km. de las Termópilas, organizaron un segundo festival a
partir del reinado de Domiciano. Este se debía celebrar a continuación de las
Piticas, contaba con el mismo agonóteta y estaba consagrado al culto imperial,
arrebatándoselo a Delfos, de donde desaparecen los sacerdotes de los Augustos.
Hacían honor, asi, a la antigua devoción hipatense por los emperadores. Como
se deduce de la carta de Adriano, la doble coronación a la que aspiraban atletas
y artistas se conseguia primero en Delfos y luego en Pilea. Y sólo séria valida si
se habia obtenido en ambos festivales consecutivamente. El abuso tesalio
consistia, por tanto, en concéder la doble victoria cuando sólo se habia partici-
pado en el festival de culto imperial que organizaban en Pilea.
El problema más grave no lo constituia la duplicación ilegal de los juegos
piticos. El abuso tesalio ofrecía otra faz más siniestra y que interesaba más
directamente al emperador : la malversación de fondos públicos. Los emperad
ores,en su mayoria, consideraron a Delfos como uno de los lugares adecuados
donde invertir о donde realizar importantes donaciones evergéticas. Como es
sabido, Nerón dono 100.000 denarios al templo aunque más tarde los arrebató el
avaricioso Galba. Domiciano realizó un importante desembolso para terminar el
templo que llevaba más de un siglo parcialmente en ruinas50. Los primeros aňos
del reinado de Adriano conocieron una reactivación de la actividad construc-
tora, sin dudá, como paso previo a la reforma de la organización anfictiónica
que planeaba. El testimonio más évidente es un decreto de los demiurgos de
Delfos por el que se concede la ciudadania délfica a C. Julio Pudens, frumenta-
rio proveniente de la Primera Legion Itálica, que era el encargado de los traba-
jos comenzados por Adriano51. Es posible también que la inscripción que

49. E.R. Gebhard, "The Isthmian Games and the Sanctuary of Poseidon in the Early Empire", en
Т.Е. Gregory (éd.), The Corinthia in the Roman Period (JRA Suppl. 8), Ann Arbor, 1993, 87-89.
50. Nerón y Galba : D.C. 63. 14.2. Domiciano : SIG3 821A.
51. S7G3 830, 11. 4-9: 'Iouaúo FloúSevIri фроиц.еутарш) Acyicóvric лра>|тг|С 'iTaÀixrjç отраткЬтт) ênï
t&v epycov ôvti TČbv xaTaaKeuaÇop.é|[v]û)v únó тоС кирши Kaiaapoç Tpa|[ïav]où 'Aôpiavou
I

ХераатоО. R. Flacelière, "Hadrien et Delphes", CRAI 1971, 170 n° 5.

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104 Juan Manuel Cortés Copete

recuerda la concesión de la ciudadanía a Gayo Heio Eupaideutos, arquitecto de


origen corintio, sea de esta época52.
No obstante, a pesar de la ausencia de testimonios que puedan situarse
en el tiempo con seguridad, es preferible pensar que entre la labor de
Domiciano y la de Adriano existió una linea continua de favores impériales que
llenó también el reinado de Trajano53. El indicio de esta afirmación se encuentra
en un conocido pásaje de Plutarco donde se elogia y agradece el engrande-
cimiento que vive Delfos. La discusión erudita, en su totalidad, se ha centrado
en un aspecto desgraciadamente estéril : los intentos por completar una laguna
donde supuestamente figuraria el nombre del autor del renacimiento délfico.
Teón, amigo, y para algunos alter ego de Plutarco, ténia la palabra y se felicitaba
por haber contribuido al éxito de la empresa, para continuar diciendo (Plut.
De Pythiae oraculis 409C) :
(Jhàxo ôè Tov Kadr\yz\ióva тошттк xrjç noÀ.ixeictç Y£vó\L£vov fi|iîv xaï xot nÀeTaxa
Toúxcov èx<|)povxiCovTa xaï napaaxeuáCovx' àÀÀ' oùx eoxiv xriXixaúxnv xaî
Si'
xoaaúxriv |iexa^oÀriv èv ôÀiya) xpóvcp yevéaGai àv9pa)nivriç £ru|i,£Àeiaç , p.r]
BeoO napovxoç évxaùGa xaï auveruGeiaCovxoç xo хрЛатЛР1ОУ •
y aprecio al que ha sido nuestro guia en esta organization y al que ha imaginado y ha
dispuesto la mayorta de todo esto. . . pero no podria haberse dado un cambio tan importante
y tan grande en tan poco tiempo gracias a la humana solicitud si aqui no hubiese estado
présente el dios y no hubiese dado un carácter sagrado al orâculo.
Las soluciones propuestas para completar la laguna han sido diversas.
Para los estudiosos de Plutarco el guia de la organización séria precisamente el
autor de la obra, sacerdote y epimeleta de Delfos, que se habria permitido
elogiarse a si mismo a través de su amigo Teón54. Quedaría asi clara la contra-
posición entre la solicitud humana, la de Plutarco, y la ayuda divina, la de
Apolo. En cambio R. Flacelière, gran conocedor del santuario délfico y de su
historia, además de editor de Plutarco, ofrece al emperador Adriano como

52. A. Piassart, FD III 4.3, n° 96.


53. La atención que Trajano mostró por Delfos se hace évidente en la amplisima documentation
sobre la reordenación fronteriza de la región llevada a cabo por C. Avidio Nigrino como legado del
emperador, FD III 4.3, n° 290-291. En general, sobre la relación de Trajano y Delfos, R. Flacelière,
"Trajan, Delphes et Plutarque", Mélanges A. Piassart, Paris, 1976, 97-103.
54. K. Ziegler, Plutarco, Brescia, 1965, 11-3 y 31-37. C.P. Jones, "Towards a Chronology of Plutarch's
Works", JRS 56, 1966, 63-66. S. Swain, "Plutarch, Hadrian, and Delphi", Historia 40, 1991, 318-330.

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Elfracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano 105

suplemento55. Séria un reconocimiento del anciano Plutarco a la labor del


emperador en favor del santuario. Pero son precisamente la edad del escritor y
la fecha de composition de la obra los dos argumentos principales que se alzan
contra la opción del sabio francés. Más recientemente, S. Levin ha propuesto a
Domiciano, el restaurador del templo, como la solution56. Tras su caída habría
sido el propio Plutarco quien habria tachado el nombre de su obra generando la
laguna y dando cumplimiento asi a la damnatio memoriae decretada por el
Senado. Aunque esta opción no es imposible y la mala imagen que del tirano
posée el de Queronea no sea obstáculo para que en cierto momento lo elogie, al
igual que hizo con Nerón, résulta absurda la pretension de que Plutarco
contrôlé su obra una vez puesta en circulation. Como se ha visto, no hay una
opción que pueda ser aceptada sin dificultades. Pero esto no debe ensombrecer
el valor histórico de la information que ofrece sobre la recuperation del
santuario délfico (Plut. De Pythiae oraculis 409 A) :
'Opàxe Ôf]nou9ev aùxoï rtoÀAà [ièv énexxia^éva xôv npóxepov oùx
ôvxcov , noÀ.À.à ô' áveiAxi^fiéva xùv ovyKzyy\LZ\b)v xaï ôie<J)6ap[i£Vù)v . 'Qç Ôè
xoTç eùGaÀeat xôv ôévôpwv è'xepa napafUaaxavei , xaî xoïç ДеАфоТс fi FluXaia
ouvrira xaï auvava^ocxexai , Ôià xàç évxeuGev eùnopiaç oyT[\ia Àa(j$avouca
xaï р.орфг1У xaï xóafiov íepcov xaï auveôpicov xaï ùôaxwv oiov év xi^lolÇ
exeai xoTç npóxepov oûx eÀapev .
Mirad, por cierto, vosotros mismos, cuántos edificios que antes no existian, y
cuântos que han sido restaurados de la ruina y la destrucción. De la misma mariera que
junto a los árboles florecientes otros se desarrollan, también junto a Delfos Pileaflorece y
se nutre; gracias a los recursos que de aqui vienen Pilea va recibiendo car acter , forma y el
adorno de templos, lugares de reunion yfuentes, como no lo habia hecho en los mil aňos
anteriores.
Plutarco de Queronea desempeňó el cargo de epimeleta de la Anfictionia
durante los últimos aňos del reinado de Trajano y los primeros de Adriano57.
Se trata del único epimeleta cuyo origen no es tesalio de una larga lista que se
inicia con Domiciano. Su candidatura půdo ser resultado de una opción de con-
senso entre tesalios y delfios, puestos de acuerdo para nombrar al prestigioso
beocio amigo de los emperadores, y aprovechar las posibilidades de

55. R. Flacelière, "Plutarque, De Pythiae oraculis 409 B-C", Rev.Phil. 8 (1934) 56-66, y "Hadrien et
Delphes", CRAI 1971, 168-185.
56. S. Levin, "The Old Greek Oracles in Decline", ANRW II 18.2, Berlin-New York, 1989, 1613-1614.
57. J. Pouilloux, "Les épimélètes des amphictions", Hommage à P. Wuilleumier, Paris, 1980, 292. SIG3
829A.

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106 Juan Manuel Cortés Copete

crecimiento que ofrecían las inversiones impériales. Y рог ello, tanto Delfos
como Pilea prosperaron.
Pero el optimismo que domina en Plutarco duró poco. De nuevo la
Anfictionía bajo epimeletas tesalios, se inclinó la balanza hacia el santuario más
cercano a ellos. La carta de Adriano vuelve a informar del problema (Col. Il, 11.
11-14) :

<Tà xčóv
12 [oyciůvoBeoiov ? )(рг)[хата а]ф' wv ôi[avo)iàç yzvzoQax nuvGávo-
[|iai,Kaï тошта ôouvaji afùxoùç тф 9еф] oç поте ефвг) ôioixn-
14
El dinero de los ijuegos ?, de los que se que se hicieron distribuciones,
ordeno que aquellos lo restituyan al dios, quien en otro tiempo fue el
primer encargado de administrarlo.

La reconstruction propuesta por A. Plassart no esta libre de problemas.


Como él mismo indica en el comentario a su edición, admitida la palabra
Хртцхата que concordaria con el primer articulo, hace falta un genitivo plural
que ocupe el espacio de diez letras. Puesto que FluGicov y aycbvoov son dema-
siado cortas, ofrece como solución аушуоЭеашу, de once letras aunque una de
ellas iota, que significant que se dilapidaban los fondos destinados a la organi-
zación de los juegos58. Pero puede haber una solución mejor : oîkoSo|jug)v, de
diez letras, que en su segunda acepción équivale a "edificios", "construcciones".
Su aceptación significaría que aquel dinero que en tiempos de Plutarco se utili-
zaba para el engrandecimiento de ambos santuarios ahora estaba siendo
utilizado por los oligarcas tesalios para realizar distribuciones de dinero entre la
población de sus ciudades. Esta acción constituye una de las actuaciones tipicas
de los evérgetas. Y no se debe olvidar, como recuerdan permanentemente las
inscripciones délficas, que eran los epimeletas de la Anfictionía quienes
disponian el dinero para las obras públicas59. Pero el emperador no podia dejar
impune tal abuso pues se trataba de su dinero, ofrecido para engrandecer los
santuarios y para que asi pudieran cumplir la nueva función que les habia
preparado. El enfado del emperador se déjà traslucir en sus palabras cuando
exige la devolución del dinero y la lista de nombres de los malos gestores (Col.
II, 11. 14-16) :

58. A. Plassart, FD III 4.3, 80.


59. Véase por ejemplo : SIG3 813 A-C ; SIG^ 823 A-C ; SIG 3 825 A ; S1& 864 A.

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Elfracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano 107

14 "Oca ô[è той Geoù хрЛЦ-ата ц]8т\ oiévei^iáv ti-


[veç xzXevcù то] 0щ eianpá[^ai xaî та twv Oiavei]|i.ávTwv оуорлта
16 [ávaxoivwaai] (loi Trjv та\[ютцу .
Ordeno que se reclamen para el dios todos los dineros del dios que algunos ya distri-
buyeron y que se me comunique a la mayor brevedad los nombres de los que hicieron las
distribuciones.
Para un poco más adelante aňadir (Col. II, 11. 24-28) :
24' 'HxÉTCoaav ôè xaî 0ea-
aaÀ[ôov eiç ДеАфоис] oi ôiavei|iavTeç та хрЛ[^ата aÙTOi
26 xai t[oùç] Аоую~|1сшс èxe[T] <8o9fjvaî |ioi $oú\o\lcli tqv
npo[ar|K]óvTcov тф 9еф )(рг|р.атсоу xaî tčov àvaÀiaxo(i.é-
28 vœ[v.
Que comparezcan personalmente en Delfos aquellos tesalios que
distribuyeron los dineros, y quiero que alli me rindan cuentas de los
dineros que perteneda al dios y de los gastados.
No todos los problemas que afectaron a la Anfictionia y que amenazaban
con arruinar los proyectos impériales acababan aqui. Si la duplicación de juegos
y la malversación de fondos fueron los dos episodios fundamentales y que
exigieron una intervención inmediata y contundente del emperador, quedaban
algunos flecos que Adriano esperaba solucionar en su inminente y anunciada
visita a Delfos. La estancia imperial tuvo lugar durante el viaje de regreso desde
Atenas a Roma, en el mismo aňo 12560.
La primera de las cuestiones pendientes se referia al origen de los £evia,
о présentes de hospitalidad. Era normal que las ciudades griegas honraran a sus
huéspedes extranjeros con una comida en el hogar común o con cierta cantidad
de productos. No obstante, en el s. II a.C. ya se fue imponiendo la entrega de los
Çévia en dinero61. Para las sedes de la Anfictionia, tanto Delfos como Pilea, la
cuestión era importante pues la afluencia permanente de extranjeros, numero
que prometia ampliarse cuando fuera sede del consejo común de los griegos,
causaba cierto perjuicio a las cajas ciudadanas. Por eso se habia planteado la
cuestión al emperador si era posible pagarla de fondos de la Anfictionia.
El emperador retrasó su respuesta hasta la llegada a Delfos y, por lo tanto,
résulta imposible conocer su decision.

60. W. Weber, Untersuchungen zur Geschichte des Kaisers Hadrianus, Leipzig, 1907, 192-194.
A.R. Birley, Hadrian, London, 1997, 186-187.
61. С. Vatin, "Damiurges et épidamiurges à Delphes", BCH 85 (1961), 250-255. En Delfos eran los
epidamiurgos los encargados de los envíos de los présentes de hospitalidad.

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108 Juan Manuel Cortés Copete

Pero más importante era resolver las acusaciones que los tesalios levanta-
ron contra los delfios y con las que intentaban responder a sus denuncias. La
segunda de ellas ya he tenido ocasión de estudiarla en otro trabajo62. Los
tesalios reprocharon a los delfios haber ocupado ilegalmente las tierras del
puerto, es decir, la llanura de Orra, que había pertenecido a Apolo desde
tiempos de la Primera Guerra Sagrada. Pero en realidad los delfios habían
comprado esta tierra a Vespasiano cuando el emperador liquidó los restos del
fracasado intento de colonización promovido por Nerón. Adriano sólo podía
ratificar la decision tomada por su predecesor en el cargo.
Más sorprendente es la primera acusación contra los delfios (Col. II,
11. 28-31) :
28 èv ôè Д]еА.фоТс xpivco <x[a]î nepï <bv 0eaaaÀoï ú|i5c cu'xi-
[ôùvxcu,obç iepoa]UÀouç xivàç enï xoùç 'A|i.<jnxxuovaç
30 àfyayovxaç иф' w]v xaxe'xovxcu, xaï rtepï xoO iepoù Tfjç Дг|-
[fxnxpoç ôaa ot npeafteuxjaï Aiyouaiv63.
En Delfos juzgaré también sobre aquello de lo que os acusan los
tesalios, que contra los anfictiones condujisteis a unos ladrones sacrilegos
que los secuestraron, y sobre todo aquello que los embajadores me
anunciaron sobre el templo de Deméter.
La ciudad de Delfos o, quizás mejor, algunos de sus oligarcas, ante la
sensación de impotencia que les producia la aplastante mayoria tesalia en el
consejo de la Anfictionia, decidieron pasar a la acción. Ejercieron violencia sobre
el consejo de la Anfictionia y, posiblemente, a ello se debe referir la segunda
parte de la noticia, causaron destrozos en el santuario de Pilea. No podian
soportar que los fondos a los que ellos creian tener derecho se invirtieran tan
lejos de su patria.
Résulta interesante el uso por parte de los tesalios del término
iepoGUÀouç, "ladrones sacrilegos". En principio existe la tentación de intentar
encontrar noticias de algún grupo de bandoleros о de bárbaros habitantes de las
fronteras que los delfios hubiesen podido contratar. Pero al revisar las informa-
ciones existentes sobre este tipo de grupos, sólo se encuentra el silencio para

62. Col. IL, 11. 31-37. J.M. Cortés, "Delfos, colonia neroniana", Habis 30 (1999) 235-249.
63. Existen discrepancias entre la edición de J.H. Oliver, que ha sido la elegida, y la de A. Plassart :
К [a ]î nepï <bv OeaoaÀoî ù|iaç aixi| [wvTai, wç iepoo]UÀouç xivctç énî toùç 'AficJuKTÚovac
|

à [пауауоутес 6 ]v xaxé)(ovTai. Gramaticalmente parece más acertada la version de Oliver que


hace concordar el participio ayaYOvxac con ûfiaç, y no con el sujeto, OeooaÀoî, además de régir el
genitivo £>v por la preposición ùnô, convirtiéndolo en agente.

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Eïfracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano 109

Grecia en época altoimperial64. Los tesalios supieron medir bien sus palabras y
buscaron el termine» que mayor efecto podria causar sobre el emperador.
Poseedores de la legitimidad, por lo menos hasta que la intervención imperial
los frenó, cualquiera que ejerciera violencia sobre el sagrado sinedrio podría
recibir la apelación de sacrílego. Y si la disputa era por dinero el nombre de
iepoouÀoç encajaba perfectamente.
Aňos más tarde, en el 170, cuando la provincia sufrió la primera incursion
barbara tras haber disfrutado de un largo periodo de paz, la de los costobocos,
las ciudades griegas se vieron totalmente indefensas65. Sólo un vencedor olim-
pico, de nombre Mnesibulo, fue capaz de reunir una compaňía de hombres para
hacerles frente. Quizás ahora se trate de un caso similar, donde los jóvenes más
belicosos de Delfos se dejaron conducir a esta acción de fuerza66. La prevención
que sienten los emperadores ante los collegia y, muy especialmente, ante los
collegia iuvenum, los veoi en Oriente67, puede servir como indicio de que esta es
la interpretación correcta del término. Pero desgraciadamente, de nuevo, la
sentencia imperial permanece en el olvido.
Las dificultades del emperador no acabaron aqui. La disputa entre
tesalios y delfios, que amenazaba no sólo con arruinar el proyecto politico de
Adriano sino con alterar el orden publico de la provincia, abrió la puerta a
nuevas y sorprendentes reclamaciones (Col. II, 11. 40-43) :

64 R. MacMullen, Enemies of the Roman Order, London, 1966, 255-268. G.E.M. de Ste. Croix, The Class
Struggle in the Ancient Greek World, London, 1981, 475. La primera noticia proviene del reinado de
Antonino Pio : una sublevación en Acaya que bien merecería una explicación {НА, V. Pii 5.5).
65. A. von Premerstein, "Untersuchungen zur Geschichte des Kaisers Marcus, П", Klio 12 (1912),
139-178. B. Gerov, "Die Einfálle der Nordvôlker in den Ostbalkanarum im Lichte der Munzschatz-
funde, I", ANRW II 6, Berlin-New York, 1977, 118-119. J.M. Cortés, "La datacion de la expedición de
los costobocos", Habis 26 (1995), 187-193.
66. Mnesibulo : Paus. 10. 34. 5 y SIG3 871. Es probable que P. Herenio Dexipo, un ilustrado
ateniense del s. III, organizase una fuerza similar para enfrentarse a los invasores hérulos, F. Millar,
"P. Herennius Dexippus : The Greek World and the Third-Century Invasions", JRS 59 (1969), 12-29
(aunque G.E.M. de Ste. Croix, The Class Struggle in the Ancient Greek World, London, 1981, 654-655
duda de esta interpretación). J.J. Wilkes, "Civil Defence in Third-Century Achaia", en S. Walker y
A. Cameron (eds.), The Greek Renaissance in the Roman Empire (BICS Suppl. 55), 1989, 187-192. Un
movimiento encabezado por jóvenes de familias ricas y nobles, aunque en Africa, fue el que
condujo a Gordiano I a la purpura, Herod. 7.4. X. Loroit, "Les premières années de la grande crise
du IIIe siècle", ANRW II 2, Berlin-New York, 1975, 688-693.
67. Trajano rechazó la petición de constitución de un colegio de bomberos (collegium fabrorum) en
Nicomedia (Plin. Ep. 10. 34). Además exigió un senadoconsulto para aprobar el de veoi de Cicico
(ILS 7190).

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110 Juan Manuel Cortés Copete

40 Ei ô[è]
Aîtoàoî флфоис eo)(ov xaï тсш[тас ó] ©eoç 1е[р]аатос
42 NixonoX£[ix]aiç прооедщ [ev,xaí n]epi toútou 8iayvá>-
ao(xai .
Si los etolios tuvieron votos (en la Anfictionia) y el Dios Augusto se los otorgó a los
nicopolitas, también sobre esto dictaré sentencia.
La evolución de la participación etolia en la Anfictionia durante la época
helenistica es compleja y ha sido estudiada ya con detaile рог otros autores. A lo
largo del s. Ill a.C. el predominio etolio se reflejó en la composición del consejo,
donde llegaron a conseguir hasta quince représentantes. Tras la derrota de
190 a.C. formalmente los etolios dejaron de estar présentes en la Anfictionia.
Renacieron enfonces algunas denominaciones tradicionales de pueblos que se
habian perdido: enianos, locrios, dorios de la Metropoli, pueblos que en un
pasado anterior habian sido dependientes de los tesalios. No obstante, los
etolios continuaron dominando de hecho estas regiones y, por tanto, siguieron
présentes en la Anfictionia, aunque de forma indirecta68. La reordenación de
Grecia occidental por Augusto, como ya se ha visto, concentré un amplisimo
territorio en torno a Nicópolis, ciudad a la que concedió la mayoria en el consejo
al otorgarle los votos de los pueblos dependientes de Tesalia. Pero estos votos,
bajo el gobierno de Néron habian pasado de nuevo a control tesalio (Col. 1, 11.
14-17). Es aqui donde, con toda seguridad, los etolios fundaban su reclamación :
si los votos de estos pueblos no eran de Nicópolis no debían ser tesalios, sino
etolios. Es posible, por tanto, que los etolios actuaran en connivencia con los
delfios para debilitar el poderio tesalio dentro de la sagrada sociedad.
No eran menudas, por tanto, las cuestiones que Adriano debía solucionar
en su anunciada visita del aňo 125. Decidido ya a poner fin a su intento de
convertir la Anfictionia en consejo comun de los griegos, encargó a Claudio
Timócrates una revision de toda la legislación anfictiónica69. Debía ponerse de
manifiesto las contradicciones que existian entre las diversas normas acumu-
ladas sin orden a lo largo de los siglos, y las incompatibilidades con lo que
Adriano llama [vofioiç xoî]ç xoivoîç que no deben ser otra cosa que la legisla
ción de aplicación general en el Imperio70.

68. G. Daux, "Remarques sur la composition du conseil amphictionique", BCH 81 (1957), 98-104.
69. Col. II, 11. 37-40. La función de Claudio Timócrates tuvo que ser semejante a la de Annio
Pitodoro, el nomothetes que préparé la reforma constitucional en Atenas. P. Graindor, Athènes sous
Hadrien, Cairo, 1934, 32 y 73-74.
70. J.H. Oliver, Greek Constitutions of Early Roman Emperors, Philadelphia, 1989, 190.

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Elfracaso del primer proyecto panhelénico de Adriano 111

Como ya se ha dicho, no se conoce el resultado inmediato de la visita de


Adriano pues la documentación délfica no lo refleja. Por una parte, es de
suponer que la ciudad de Delfos vio reconocidas la mayor parte de sus demand
as. Asi podría pensarse de la lectura de una muy deteriorada carta de las insti-
tuciones déifias a las autoridades romanas71. Es la carta testimonio de agrade-
cimiento por la labor de Adriano (la fundación de la prosperidad, [eù8ai]|ioviav
штго[тг\оЕ], sus insuperables gracias, [àvune]p^Xr|Toiç xáp[iaiv], la restitución
de la libertad y autonomia, [éÀeuGepiav] xai aÛTovo|i[iav], el restablecimiento
de la serenidad de la ecúmene, [eùjôiav oixou[|iévt]ç]) y anuncio de la santifica-
ción de los días en los que el emperador visito la ciudad72. Pero la victoria
délfica se consiguió a costa de la renuncia a un mejor futuro politico en el seno
del Imperio.
Adriano había comprobado, con su fracaso, que era imposible reconvertir
una institución ya existente en el órgano aglutinador del Oriente griego. Pero
también había tenido ocasión de verificar la firmeza y el arraigo de las antiguas
tradiciones. Decide, por tanto, fundar ex novo el Panhelenion con sede en Atenas
y reorganizar los antiguos koina para que dejaran de ser una fuente de disputas.
Aunque Pausanias73 no da el nombre del autor de la distribución de votos en la
Anfictionia que él conoció en vigor (Nicópolis, 6 représentantes ; Macedonia, 6 ;
Tesalia, 6 ; focidios, 2 ; delfios ; 2, beocios ; dorios 2 ; jonios, 2 ; locrios 2), el
equilibrio buscado entre los très grandes, Nicópolis, Tesalia y Macedonia
(nueva en estas lides, pero quizás recuerdo de la presencia de Filipo II) puede
atribuirse sin temor a Adriano. Escarmentaba asi el emperador y buscaba el
contrapeso de podereš aun a costa de reducirla a la inoperancia. El koinon
panaqueo perdió esta condición y volvió a ser simplemente el representante de
una parte importante del Peloponeso74. Junto con la Anfictionia, ciertamente,
abarcaban casi toda Acaya. De esta manera se conformaban las dos asociaciones
tradicionales como complementarias. Y sobre ellas, con la finalidad de contro-
larlas, colocó, en al ano 128, dos nuevos magistrados : el Heladarca de Acaya y

71. A. Plassart, FD III 4.3, n° 307. R. Flacelière, "Hadrien et Delphes", CRAI 1971, 174-175, n° 15.
F. Martin, La documentación griega de la cancilleria del emperador Adriano, Pamplona, 1982, n° 41.
72. A. Plassart, FD III 4.3, n° 307, col. III, 11. VI-VIII : тц-uv ô' ëSoie тас гцхерас èv aiç èneôr|[i.rjoev
apxi év ДеАфоТс ô |леуштос Аитократсор iepàç eîvcu àei.
73. Paus. 10. 8. 4-5.
74. J. Wiseman, "Corinth and Rome, I", ANRW II 7.1, Berlin-New York, 1979, 500-501. Algunos aflos
más tarde, en 131, el culto imperial de la provincia acabó trasladándose de Corinto a Atenas :
D.J. Geagan, "Notes on the Agonistic Institutions of Roman Corinth", GRBS 9 (1968), 72.

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112 Juan Manuel Cortés Copete

el Heladarca de la Anfictionía. Como ha sugerido J. H. Oliver, es posible que


ambos tuvieran una función arbitral, dentro de sus asociaciones, para evitar el
fácil recurso a la justicia romana75. Los griegos deberían intentar resolver sus
pequeňas querellas, pero que podían alterar la paz del Imperio, por si mismos
antes de requérir la intervención de instancias superiores.
Solucionadas todas estas dificultades, en el aňo 131/2 el Emperador
procedia, en Atenas, a la inauguración solemne de las nuevas instituciones
panhelénicas. Ahora, a diferencia de su primer proyecto, todas las ciudades
griegas, y no solamente las de la antigua Grecia europea, estaban invitadas a
participar. Sólo el tiempo demostraria que la integración griega en el Imperio no
pasaba necesariamente por este tipo de inventos politicos.

75. J.H. Oliver, "The Helladarch", RSA 8 (1978), 1-6. B. Puech, "Grands-Prêtres et Helladarques
d'Achaïe", REA 85 (1983), 15-43.

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