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Inter Sedes. Vol. VI. (11-2005) 17-26.

ISSN: 1409-4746

Literatura y cine:
Procesos de reescritura y transformaciones
discursivas en la película Caribe
Bernardo Bolaños Esquivel*
Guillermo González Campos**

Recepción: 1 de diciembre de 2006 • Aprobación: 13 de abril de 2007

Resumen
Este artículo analiza, desde el punto de vista de la his-
toria del cine costarricense, la obra Caribe de Esteban
Ramírez y la relación de reescritura que se establece
entre esta película y el cuento El Solitario de Carlos
Salazar Herrera. El trabajo muestra cómo, a través de
una serie de adiciones y transformaciones, el conflic-
to amoroso narrado se enmarca dentro de un proce-
so político y social conflictivo, con el fin de generar
una nueva visión de la realidad costarricense.
Palabras clave: Cine, Literatura, Costa Rica, Discurso
oficial, Identidad, Caribe.

Abstract
This article analyses, from the point of view of the
history of Costa Rican cinema, the movie Caribe by
Esteban Ramirez and the relationship of the rewrite
which is established between the movie and the story
El Solitario by Carlos Salazar Herrera. The work shows
how, through a series of additions and transforma-
tions, the love conflict which is being told is framed
within a conflicting political and social process with
the objective of generating a new point of view of the
Costa Rican reality.
Key words: Cinema, Literature, Costa Rica, Official
discourse, Identity, Caribe.

* Profesor en la Sede del Atlántico de la


Universidad de Costa Rica. [bolesqui@
hotmail.com]
** Profesor en la Sede del Atlántico de la
Universidad de Costa Rica. [guillermo.
gonzalezcampos@cariari.ucr.ac.cr
18 Bernardo Bolaños Esquivel y Guillermo González Campos

Introducción no representan posiciones encontradas,


sino complementarias.
Las reflexiones sobre cine y literatura, Este trabajo propone el abordaje de
incesantes a lo largo de la historia del Caribe (2004), uno de los más recientes
sétimo arte, se han movido por diversos largometrajes costarricenses, y del texto
caminos que convergen en un mismo literario que lo generó, El Solitario (1965)
propósito: el análisis de las conexiones de Carlos Salazar Herrera, con el fin
que se establecen al trasladar el conte- de exponer el peso que en el conjunto
nido del texto literario, básicamente un fílmico poseen la discursividad social y
sistema lingüístico modalizado, al texto simbólica presente en el cuento. Dicha
cinematográfico, un entramado de ele- indagación es atrayente sobre todo por-
mentos diversos como lenguaje, imagen, que la película en cuestión no solo tuvo
música, etc. Como lo ha sugerido De una aceptación notable por parte del
Grandis (2000), en dicha empresa no público costarricense, sino que, además,
basta con examinar cómo la narración, fue galardonada con diversos premios
en tanto que elemento compartido, es internacionales e incluida en la lista de
abordada por ambas expresiones artís- películas que competirían por la postu-
ticas. La literatura y el cine son sistemas lación al Óscar en la categoría de Mejor
semióticos distintos y, por lo tanto, no Película Extranjera.
homologables. Para esta autora, el abani-
co de posibilidades analíticas se bifurca Caribe en el contexto
en dos posibilidades metodológicas. Por cinematográfico costarricense
un lado, están los estudios que destacan
Caribe, en el contexto historiográfico
los valores operativos y las formas ideo-
del cine costarricense, se enmarca den-
lógicas que se juegan en los procesos dis-
tro de un reciente conjunto de películas
cursivos que el signo artístico de ambas preocupado por el contenido social, lo
artes manifiesta y, por otro, aquellos que, cual contraviene hasta cierto punto el
más bien, tienen en cuenta su forma artís- imaginario tico que se había creado en
tica desde una estética particular y desde las producciones cinematográficas ante-
una perspectiva más formalista. riores, pero continúa la reflexión identi-
Los que tienden hacia el primero de taria que ha vertebrado el cine no solo en
estos polos abordan el cine casi exclusiva- Costa Rica, sino en toda Latinoamérica.
mente como un signo ideológico inmerso Los estudiosos del cine costarricense1
en un proceso histórico y desatienden el concuerdan en que la película del Walter
soporte material y los aspectos técnicos Bolandi El retorno (1930, restaurada y
del lenguaje cinematográfico. Los otros reestrenada en 1995) inaugura tanto la
consideran que el filme es una forma producción fílmica costarricense como la
híbrida en la cual el aspecto visual predo- temática predominante en las sucesivas
mina sobre el verbal y, por eso, los signos películas, es decir, la exploración de lo
que conforman el sistema complejo de costarricense a través de su lenguaje, sus
códigos cinematográficos son significa-
tivos no solo por sí mismos, sino por el
contexto fílmico en el que se encuentran. 1. Al respecto, destacan sin lugar a dudas los trabajos
Ambas tendencias, como es de suponer, de María Lourdes Cortés (2000, 2002a, 2006).

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costumbres y, sobre todo, su apego a lo ciudad, sitio de modernidad y nacionalidad por


territorial. excelencia.
A partir de esta primera película, el Hay un grupo de producciones que se
cine costarricense ha caminado despacio separan del esquema anterior y se caracte-
y con grandes periodos de ausencia y no rizan más bien por tratar directamente la
ha logrado crear una industria que le dé situación política de América Latina y, en
soporte y continuidad a la producción particular, la de Centroamérica. Dentro
nacional. Además, el Estado nunca ha de ellas destaca Patria libre o morir (1979),
tenido una política de fomento al cine la cual versa sobre la revolución sandinis-
nacional, como la que ha existido en ta en Nicaragua y fue producida por la
otros países de América Latina como empresa Istmo Film. Sobre el mismo tema
Brasil, Argentina, México y Cuba. Por también se produjo Insurrección (1980).
eso, los escasos proyectos que logran con- Más recientemente se estrenó Marasmo
cretarse poseen recursos muy limitados (2003), una reflexión sobre la guerra y la
y en ellas ha imperado el rescate de los guerrilla en Colombia y su consecuente
“valores tradicionales costarricenses”. problema endémico de violencia.
En obras recientes, como La Segua Por último, ha surgido un cine con-
(1984) de Antonio Iglesias, basada en el textualizado en la Costa Rica actual, el
texto de Alberto Cañas, La Negrita (1985) cual se caracteriza por una diversidad
de Richard iñiguez y Los secretos de Isolina temática, pero siempre con contenido
(1986) de Miguel Salguero, se pretende social. Son películas ancladas ya no en
un rescate de las tradiciones y las costum- el imaginario idílico de la “suiza cen-
bres costarricenses en consonancia con el troamericana”, sino en un país lleno de
discurso identitario forjado desde finales problemas sociales. Así, Eulalia (1987)
del siglo XIX, lo cual es hasta cierto punto de Oscar Castillo, que trata el tema de
reprochable, pues estas producciones no la migración del campo hacia la ciudad;
logran superar los estereotipos de la Asesinato en el Meneo (2001), que versa
nacionalidad forjados y mantenidos por sobre la corrupción política; Password
el discurso oficial. Al respecto, es necesa- (2002), que denuncia el trafico sexual de
rio tener en cuenta que, como lo mani- menores y presenta a Costa Rica como
fiesta Carlos Sandoval (2003, pág. 5), el un “paraíso sexual”, y Mujeres apasionadas
discurso hegemónico sobre la identidad (2003), que reflexiona sobre el problema
costarricense ha operado por medio de del género.
un sistema axiológico que valora positiva- Es precisamente dentro de este último
mente una serie de condiciones sociales grupo de películas donde corresponde
en menoscabo de otras: ubicar a Caribe, la cual se contextualiza en
Versiones hegemónicas de la nacionalidad en Costa las luchas contra la exploración petrolera
Rica, por ejemplo, han enfatizado la existencia de en el Caribe costarricense. Esta produc-
una población predominantemente blanca, implí- ción es la opera prima de Esteban Ramírez,
citamente masculina, de clase media, localizada en quien anteriormente había rodado los
las regiones centrales del país. En otras palabras,
documentales titulados Plano cerrados
la pertenencia nacional no solo incluye el recono-
cimiento de ciertas identidades, sino que suprime de Cuba (1997) y Rehabilitación conclui-
a otros internos, por ejemplo, grupos indígenas, da (1998), así como el cortometraje de
negros, campesinos, quienes no pertenecen a la ficción Once rosas (2000), que ganó la X

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Muestra de Cine y Video Costarricense salazariana en general, es contestataria


(Centro Costarricense de Producción ante el discurso nacional oligárquico for-
Cinematográfica, 2002). jado desde finales del siglo XIX al calor de
las polémicas en torno al “ser nacional” y
Ficha técnica que supuso el afianzamiento ideológico
de la oligarquía cafetalera representada
• Productora: Cinetel, S. A.
sobre todo por la élite conocida con
• Producción y dirección: Esteban
el sugerente nombre de “El Olimpo”2.
Ramírez.
Dicho discurso remite a una visión idílica
• Guión: Ana Istarú y Esteban Ramírez,
y campesina de Costa Rica. En ella, el sim-
basados en el cuento El Solitario de
bolismo telúrico y la relación armónica
Carlos Salazar Herrera. entre el hombre y la naturaleza emerge
• Productor ejecutivo: Víctor Ramírez. como parte integral de la vida cotidia-
• Productores asociados: Rodolfo na del costarricense hasta conformar
Montes de Oca, Gabriel Retes, un imaginario paradisíaco que Ovares y
Lourdes Elizarrarás. otros (1993) han acertado en llamar la
• Fotografía: Mario Cardona. “Arcadia Tropical”.
• Edición: Pablo Ramírez. La obra literaria de Salazar Herrera
• Música: Wálter Flores. reacciona ante dicho discurso y presenta
• Sonido: Nano Fernández. un conjunto de cuentos en que el ambien-
• Asistentes de dirección: Lourdes te arcádico en que se desenvuelven los
Elizarrarás y Carolina Giorgio. personajes discrepa notoriamente con
• Actuaciones estelares: Jorge el desesperante mundo psíquico de los
Perrugoría (Vicente), Cuca Escribano personajes. En las narraciones de Salazar
(Abigaíl), Maya Zapata (Irene), Herrera, el miedo, los celos, la muerte
Roberto McLean (Jackson) y Vinicio y la venganza surgen en una atmósfera
Rojas (Ezequiel). natural llena de vida. Por eso, el proble-
ma central que se juega en dichos cuen-
El intertexto salazariano: intimismo y tos es de corte existencialista.
naturaleza Retomando el título de la colección de
Caribe está basada en el cuento de cuentos más conocida de este escritor, el
Carlos Salazar Herrera titulado El Solitario, “paisaje” es el que engendra la “angustia”
es decir, dicha narración le sirve de inter- ante la incongruencia de un sufrimiento
que no es del todo comprendido por los
texto y constituye el soporte a partir del
personajes. En palabras de Ovares y otros
cual se va a dar la generación del texto
(1993, pág. 217), “hay, pues, un contraste
fílmico. Se impone por tanto una lectura
entre paisaje y hombre y una percepción del
cruzada que vislumbre los mecanismos de
primero tanto como puro marco indiferente al
reelaboración a los que ha sido sometido
acontecer trágico del otro”.
el texto matriz y los propósitos concretos
que dicha reconstrucción busca promo-
ver en el conjunto de expresiones socio-
culturales a las que pertenece.
2. Sobre el discurso nacional oligárquico véanse en
Ante todo, no puede dejar de men- particular Ovares y otros (1993), Giglioli (1996),
cionarse que este cuento, y la producción Quesada (1998) y Jiménez (2005).

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Por eso, bien podría decirse que de Irene, la subsiguiente infidelidad de


Salazar Herrera con su literatura no solo Vicente, el enfrentamiento por celos
destruye el discurso hegemónico de la entre las hermanas y la misteriosa muerte
nacionalidad costarricense, sino que tam- de este. La línea argumental del cuento,
bién acaba con el discurso del cual surge entonces, corresponde al típico triángulo
este, es decir, el discurso bucólico greco- amoroso, pero la resolución del conflic-
latino. En otras palabras, Salazar Herrera to sentimental es imprevista, ya que la
hizo a través de sus cuentos un alegato desaparición de Vicente, el origen de
parangonable al trabajo pictórico que la discordia, no se encuentra dentro lo
realizó Nicolás Poussin con su obra Et in esperable.
Arcadio ego. El cuento El Solitario, por lo tanto,
En el cuento al que en particular se corresponde, entre otros asuntos, a un
refiere la película, el mar y la playa prácti- dilema interior cuyo origen radica en
camente adquieren vida y se convierten en el enfrentamiento que se da entre las
un personaje más. Contradictoriamente, pasiones desbocadas de los personajes
son síntoma de angustia y preocupación y el mundo paradisíaco en que estas se
para el narrador: desarrollan.
Ahora, el mar prolongaba un pacífico rumor de Intimismo y sociabilidad en la
vaciante, como de voces que murmuran un secreto. recomposición cinematográfica de
–¡Vicente!... ¡Abigaíl!... –grité cuando estuve a
cierta distancia.
Caribe
Solo los farallones respondieron devolviéndome
La película Caribe reestructura el dis-
las últimas sílabas de mi voz. (Salazar Herrera,
1989, pág. 14). curso presente en el cuento El Solitario y
adiciona una serie de discursos alternan-
Nótese como el mar y los farallones tes con el fin de crear un imaginario de
ejercen una posición activa en el interior lo costarricense más acorde con la reali-
del relato, ya que provocan la inquietud dad nacional. Esta producción fílmica, al
del narrador ante el silencio y la incerti- igual que la literatura de Salazar Herrera,
dumbre. Dicha constante se mantendrá a reacciona ante el discurso hegemónico
lo largo de la primera parte del relato, en de la nacionalidad costarricense, el cual
la cual impera la descripción majestuosa había sido el eje cardinal que tradicio-
del espacio y la zozobra existencial: nalmente ha vertebrado el cine costarri-
cense. Dicha reacción va en contra, sobre
A cortos intervalos pasaban lerdas nubes apreta-
das y entonces el paraje quedaba sumergido en
todo, de la imagen excluyente que prác-
una atmósfera sombría, que lo tornaba más y más ticamente reduce a Costa Rica al Valle
melancólico. (Salazar Herrera, 1989, pág. 15). Central. Al respecto, ténganse en cuenta
las siguientes palabras de Álvaro Quesada
El ambiente no implica entonces una (1998, pág. 41):
existencia tranquila; al contrario, evoca
una apacible angustia que ya había sido …la imagen de la realidad nacional elaborada por
la literatura del Olimpo se reduce al Valle Central
anunciada desde el inicio mismo del
–hábitat de la oligarquía cafetalera– y excluye los
cuento. En dicho espacio se van a dar espacios propios de las culturas indígenas, las cul-
las acciones principales de la narración turas afrocaribeñas de las bananeras del Atlántico
del enigmático José Jackson: la llegada o las regiones ganaderas y mineras del norte del

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país. Esa exclusión facilitaba la identificación oli- De este modo, el dueño del comisaria-
garca con la cultura europea y fortalecía el estereo- to, Manuel León, ampliamente conocido
tipo de un país de raza blanca, de homogeneidad
racial y cultural.
en la comunidad de Puerto Viejo, aparece
atendiendo a Jackson en su negocio como
Así, en Caribe, sobresale la ubica- normalmente suele hacerlo. Además, en
ción espacial de la historia: el Caribe la playa de Manzanillo, el restaurante y
sur costarricense. Dicha región ha sido bar de “Maxi” sirve de locación para la
tradicionalmente excluida y marginada escena en la que Vicente llega agobiado
de los procesos de configuración de la a tomarse un trago y es atendido por el
identidad nacional y abandonada por las propio “Maxi”, cuya participación se ve
políticas estatales. Esto es incluso recal- resaltada por su característico acento
cado dentro de la misma película. Por caribeño. Vale recalcar que las locaciones
ejemplo, en un determinado momento no fueron alteradas de ninguna manera y
Jackson le dice a Vicente una expresión se presentan tal y como son en realidad4.
lapidaria al respecto: “Es que a Limón Sin embargo, la película también se
nadie le importa”. Al ubicarse la película vale de montajes que no cabrían ubicar
en esta región en particular, se opera un en una película neorrealista y tienden
proceso vindicativo de la cultura afroca- a generar más bien un efectismo. Tal es
ribeña. Además, en esta misma zona, se el caso de las escenas del Carnaval de
encuentra otro de los grupos separados Limón, las cuales no fueron tomas del
del mundo “oficial”. Nos referimos a las festejo original, sino que son una puesta
comunidades indígenas, las cuales apare- en escena hecha ad hoc.
cen por primera vez de manera explícita Por otra parte, debe tenerse presente
en un largometraje costarricense. que no todos los actores sociales y las
Dicha situación se ve magnificada por organizaciones que participaron en la
el hecho de que en la película se utiliza- lucha tienen una representación en la
ron actores no profesionales que viven en película. En la película aparecen, por
la comunidad y estuvieron involucrados ejemplo, el sector pesquero, representa-
en la confrontación surgida a raíz de la do en la figura del pescador interpretado
instalación de la petrolera. Esto es un por Melvin Méndez; el sector turístico,
recurso característico del neorrelismo encarnado por la actriz Sara Astica, quien
italiano que se puede observar en pelí- interpreta al personaje Mrs. Monserrat,
culas como Paisà (1946) de Rossellini, la dueña de un hotel en la zona, y las orga-
cual narra el desgarrador avance de las nizaciones ecologistas, cuyo símbolo más
tropas aliadas en Italia utilizando actores patente es la figura de Ezequiel, inter-
“naturales” o apenas conocidos con el fin pretada por Vinicio Rojas. Además, están
de conseguir un “efecto de realidad”. En
otras palabras, la ficción generada parece
un documental3.
4. Es digno de resaltar que, tras su estreno, Caribe fue
llevada a la comunidad de playa Clocles. Esta comu-
nidad no tiene una sala de cine y la película tuvo
que exhibirse en la plaza de deportes. Aún así la
identificación de las personas de la comunidad fue
3. Al respecto véase la obra de Román Gubert (1974, muy grande al ver a personas y localidades de su me-
págs. 38-39). dio ambiente llevadas al cine.

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presentes las organizaciones comunales e político, no tan claro y radical como algu-
indígenas de la zona5. nos quisiéramos, pero lo es.
A grandes rasgos, puede decirse Así, el conflicto amoroso, que en
que Caribe agrega al intimismo propio Salazar Herrera es huérfano de un
del cuento El Solitario una problemática ambiente histórico y social, se ve enmar-
social y ecológica ausente en la obra de cado por un proceso de dimensiones
Salazar Herrera con el fin contextualizar sociohistóricas en la película. El dualismo
el texto fílmico y afianzarlo en la concien- antinómico que se da entre la vida del
cia colectiva de los costarricenses. Vale la hombre y el medio ambiente se ve así
pena mencionar que la lucha ambiental aumentado por un eje que representa
es leíble desde una perspectiva identitaria el dilema del hombre sumergido en su
contemporánea, pues actualmente el país medio social.
se promociona como un país preocupado Lo que sí está en consonancia con el
por la conservación del ambiente. Por texto literario es el interés de convertir
eso, la obra se ve atravesada por el discur- el paisaje en un personaje más del rela-
so ambientalista y tangencialmente por el to. De este modo, en las locaciones de
antiimperialista, aunque no los agota ni Manzanillo, Punta Uva y Puerto Viejo,
los explora a profundidad. por medio de una fotografía exquisita6,
Hasta cierto punto se puede conside- las playas, los bananales y hasta las ara-
rar esto como una “debilidad” del filme, ñas cobran vida como en los cuentos
pues, si bien logra reaccionar ante el dis- de Salazar Herrera. Este último caso es
curso hegemónico que restringía a Costa sumamente significativo. La araña apare-
Rica a la arcadia tropical vallecentraleña, ce reiteradamente en momentos claves
no logra subvertir el actual discurso hege- de la película, como el inicio o el momen-
mónico que continúa promoviendo una to del clímax; su imagen se constituye en
Costa Rica paradisíaca, ahora atravesada símbolo dentro del relato fílmico. No está
por el componente ecológico, tal y como de más recordar que la araña en su tela
la muestra la propaganda del Instituto remite al acto eterno de tejer el velo de
Costarricense de Turismo. las ilusiones; por esta causa, simboliza los
No es de extrañar entonces que, para hechos continuos a través de los cuales
algunos sectores, sobre todo desde la el hombre se transforma a lo largo de su
perspectiva de las ciencias sociales, el existencia. En otras palabras, la araña nos
filme parece “liviano”. Sin embargo, debe recuerda cómo los seres humanos hila-
tenerse presente que Caribe es el lar- mos y tejemos nuestro propio destino.
gometraje costarricense que, junto con
Password, se acerca más a los problemas La intromisión de lo erótico y la
de la realidad social costarricense. En ese subversión contra lo patriarcal
sentido, esta producción es también cine Quizá el aspecto más sobresaliente de
la película y el que ha generado mayor

5. Debe tenerse en cuenta que la película, aunque


toma partido por el movimiento que se oponía al 6. La fotografía de la película estuvo a cargo de uno de
establecimiento de la empresa petrolera en Limón, los fotógrafos más consistentes del país, Mario Car-
le otorga voz a los actores que estaban a favor del su dona, quien, entre otros trabajos, realizó esta misma
establecimiento. labor en Once rosas.

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polémica es la perturbadora y sugerente de la voz femenina y la poetización de los


introducción de escenas cargadas de ero- cuerpos de la mujer y el hombre, entre
tismo, las cuales buscan subvertir la lógica otros aspectos.
patriarcal de dominación y promover una En consonancia con lo anterior, la
nueva visión de lo femenino. Asimismo, película muestra por primera vez en
estas manifiestan una complacencia para el cine costarricense prácticas sexuales
un público que necesita de este tipo de que involucran a la mujer como un ente
“alicientes” para ir al cine. Es decir, la activo de la relación. Por ejemplo, se ven
película comprensiblemente también res- escenas en las que se practica la mastur-
ponde a un criterio comercial. bación femenina y relaciones sexuales
Por otra parte, esta pretensión es en las que la mujer lleva la iniciativa, las
sumamente innovadora y renovadora en cuales, por otra parte, aunque son nuevas
el contexto cinematográfico costarricen- en el cine costarricense, tienen una larga
se, el cual se ha caracterizado por poseer tradición en otros contextos cinematográ-
un recato mal entendido. Téngase pre- ficos. También hay presencia de prácticas
sente al respecto que la película Elvira sexuales tabuizadas, como el cunnilingus.
(1955) produjo una crítica social impor- Todo ello genera una apertura con res-
tante por atreverse a presentar ante la pecto a la temática sexual.
sociedad josefina de la época el primer Además, la obra subvierte los valores
beso del cine costarricense7. Además, patriarcales. En efecto, en la película
otros filmes no habían logrado explorar opera un proceso que busca superar la
el tema con éxito. Así, en el 2001, Óscar dicotomía que el patriarcado ha impues-
Castillo, en Asesinato en el Meneo, desliza to a la figura femenina. Abigaíl podría
escenas de carácter erótico, como el verse como la imagen de la mujer que se
semidesnudo protagonizado por Marilyn resiste a ser reducida al papel de madre
Gamboa, las cuales, no obstante, remiten y esposa. De hecho, su infertilidad y
a un tono más cómico que erótico. su edad indicarían que desde la óptica
En Caribe, lo erótico se vuelve fun- patriarcal “caducaría” en las funciones
damental en la narración, lo cual marca
de “dadora de hijos” y “objeto de disfrute
una diferencia significativa en relación
del hombre”. Irene, en este caso, parece
con los otros largometrajes producidos
venir a suplantar a la hermana en las fun-
en el país. Tal aspecto, como dijimos
ciones que esta no logra cumplir.
antes, se corresponde con un proceso de
La lucha de Abigaíl, por lo tanto, no
reivindicación de lo femenino y remite,
es movida solo por lo celos y la necesidad
desde luego, a la obra de la escrito-
de recuperar a su marido, sino que sugie-
ra costarricense Ana Istarú, quien fue,
re una lucha por reafirmarse a sí misma
junto con Esteban Ramírez, coguionista
como una mujer en la que la incapacidad
de la película. Debe tenerse presente que
de dar hijos no sea un estigma y que, a
Istarú replanteó el tema del amor sexual
en Costa Rica con su obra La estación de pesar de su edad, se mantenga atractiva
fiebre (1983) por medio de la inserción para el hombre. Es decir, es una lucha
por generar una imagen de la mujer libre
de los esquemas patriarcales.
Dicha superación entra en conflicto
7. Al respecto, véase Cortés (2002b, pág. 66-67). con el mundo machista que representa

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el personaje de Vicente, el cual posee los modelos sociales que se han impuesto
una concepción utilitaria de la mujer y tanto a las mujeres como a los hombres.
se muestra “débil” a la hora de poner en
orden sus sentimientos. Vicente posee Conclusiones
un dilema ético ante el problema de la El cine y la literatura constituyen una
petrolera, pero ante la infidelidad con su búsqueda expresiva de estrategias que
cuñada no manifiesta ningún sentimien- sean parte de una labor de enfrentamien-
to encontrado, lo cual es un trazo signi- to con los discursos institucionales. En
ficativo que el filme toma del cuento de el caso particular de Caribe, se opera un
Salazar Herrera. Sin embargo, a diferen- proceso de reescritura de un cuento que
cia de lo planteado en El Solitario, Vicente se enmarcaba dentro de una literatura
se muestra como un empresario involu- que pretendía subvertir el discurso arcá-
crado activamente en la política local. dico sobre la nacionalidad costarricense,
Dicha imagen corresponde a cabalidad mediante el rompimiento de la armonía
con los esquemas mentales tradicionales, entre el medio natural y el hombre aque-
que asignan al hombre las actividades jado por sus pasiones y angustias.
productivas, públicas y extrahogareñas. El objetivo de dicha reelaboración es
Además, la película ha operado un el afianzamiento de un producto artístico
cambio radical en el personaje de Vicente, acorde con los tensos procesos discursivos
pues este ha pasado de ser un campesino que se viven en Costa Rica contemporá-
pobre dedicado a la extracción de made- nea. Para tal efecto, la obra incorpora dos
ra a ser un hombre adinerado que tiene ejes temáticos diferentes de la narración
una posición social sumamente acomo- original: la preocupación colectiva por
dada, la cual refiere a un “american life” la defensa del ambiente y el tratamiento
que, sin lugar a dudas, contrasta con el abierto de lo erótico. Con ello, se intenta
ambiente de pobreza que caracteriza el ofrecer una visión de la realidad costa-
Caribe sur de Costa Rica. rricense más plausible y acorde con las
En este personaje se crea una oposi- luchas sociales actuales.
ción entre el mundo privado y el mundo Por todo lo anterior, Caribe constituye
público, a pesar de que ambos son con- una ruptura con la escasa producción
flictivos. Las mujeres que están invo- cinematográfica que se ha hecho en
lucradas con él, por otro lado, solo se Costa Rica; pues, aunque se encuentra
desenvuelven en la esfera de lo privado, enmarcada en una temática que ya se
confirmando los roles patriarcales que vislumbraba desde los inicios de cine tico,
socialmente se les impusieron. Abigaíl reacciona ante el discurso hegemónico
e Irene nunca se muestran en la esfera tradicional que había guiado a muchas
pública. Así, por ejemplo, no participan de las producciones fílmicas del país e
activamente en la lucha contra la petro- intenta subvertir la interpretación oficial
lera. Todos estos cambios pretenden pro- sobre la identidad costarricense. Aunque
fundizar el conflicto de los paradigmas se debe destacar, por otro lado, que no
de género presentes en la película y logra disentir con las pautas y requeri-
que están absolutamente ausentes en el mientos comerciales y propagandísticos
cuento. Se genera así un nuevo eje arti- que en los últimos años han promovido
culador de Caribe: un cuestionamiento de una imagen ecológica y exótica del país.

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