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LOPE MENDOZA PARTIDARIO DEL REY

Autor: Julio Rodriguez Humerez


julio.a.rh@gmail.com

POCONA es la Tercera Sección de la Provincia Carrasco del Departamento de Cochabamba. Se


halla situada en la parte Sudoeste de la Provincia, y al centro sur del Departamento. Esta población
se encuentra a 140 Km de la ciudad de Cochabamba por la carretera troncal antigua Cochabamba-
Santa Cruz. Esta zona destaca por su gran valle fértil en donde se cultivan las papas, maíz, trigo y
variadas hortalizas además de la crianza de ovejas, vacas, cabras. En la época incaica era un
importante centro agrícola de abastecimiento al imperio pese a estar en la frontera con las tribus
selváticas del este boliviano.

A su vez, dentro de su territorio, destaca el Mercado Lope Mendoza, ubicado en el cantón


Wuayapacha en la antigua carretera Cochabamba - Santa Cruz. Es el mercado de productos
agropecuarios más importante del sur del Departamento y en especial de la zona de Totora,
Mizque, Epizana y a él confluyen todos los pobladores del municipio. El intercambio comercial
tiene su influencia incluso en las zonas de Aiquile, Tiraque, Arani y Punata a mas de 100Km de alli.
A dicho mercado asisten semanalmente los días lunes cerca de 6000 personas. Este sitio se
encuentra a la ribera de un rio que discurre de la cuenca de Wayapacha adentrándose a la selva
hasta formar parte del Rio San Mateo en el trópico cochabambino.

Estuve por allí varias veces con ocasión de realizar la ingeniería de su sistema de alcantarillado y
demás está decir que el paisaje es especial. Me llamó la atención el nombre del lugar, es el único
sitio con nombre no indígena en la comarca. No hay una familia o una estatua o un registro de una
autoridad del lugar que apellide de tal forma. Sin embargo, este apellido ha debido ser de gran
impacto o importancia para que los pobladores denominen este lugar así: Lope Mendoza. Pero
porque se llama este lugar así?. He aquí la historia:

Corre el año 1543, pacificado en apariencia el Perú de las guerras civiles entre los españoles, la
conquista de América nuevamente entra a una nueva expansión y sobretodo la clásica búsqueda
de oro, plata y riquezas mueve grupos de españoles en todas direcciones. Destaca en nuestro
relato la Expedición a Tucumán o Tucma dirigida por Diego de Rojas (Entrada a los Chiriguanos) y
varios conquistadores entre ellos el Capitán Nicolás de Heredia, sucesor de Rojas a su muerte.
Doscientos soldados se alistaron entusiastas para acometer esta arriesgada empresa, que duró
más de tres años y en la que los expedicionarios tuvieron que sostener sangrientas batallas con los
indios del chaco y pasar hambre, miseria y peligros. La historia los conoce con el nombre de "los
de la Entrada".

Mientras la Entrada ocurría, en el año 1544 en el Perú, Gonzalo Pizarro (nuevo Gobernador del
Perú) se rebela contra el Rey de España en lo que se conoce como la Rebelión de los
Encomenderos. Y de nuevo el Perú ingresa en guerra civil de españoles. Unos tomando partido del
rey, otros partido de los encomenderos se enfrascan en una guerra donde las cabezas ibéricas
rodaban como en fiesta y como si sobraran.

Los de la Entrada a mas de mil kilómetros de distancia, aun cuando la guerra estaba muy lejos
tomaron el partido del Rey: Nicolás de Heredia a la sazón cabecilla de la expedición, resolvió
entonces volver al Perú, y con los ciento cincuenta hombres que lo seguían buscó ponerse a
órdenes del Capitán Lope Mendoza (español de La Plata), que junto a Diego Centeno acababa de
alzar bandera contra Gonzalo Pizarro y los encomenderos rebeldes, decidiendo todos marchar al
Perú a pelear por el Rey.

Ochenta años antes, nacía un hombre en el poblado de Arévalo, pequeña ciudad de Castilla la
Vieja (España). Con el pasar de los años se convirtió en soldado, el cual por su indómita bravura,
por sus dotes militares, por sus hazañas que rayan en lo fantástico, por su rara fortuna en los
combates y por su carácter sarcástico y cruel fue conocido en el Perú con el nombre de Demonio
de los Andes. Era Francisco de Carbajal, Maestre de Campo. Después de haber militado más de
treinta años en Europa a las órdenes del Gran Capitán Gonzalo de Córdova y encontrándose con el
grado de alférez, viajó de España al Perú a prestar con su espada, un importante servicio al
marqués D. Francisco Pizarro y posteriormente a su hermano Gonzalo. Grandes privilegios y
concesiones obtuvo de ambos a su momento, y en breve se halló el aventurero Carbajal poseedor
de una gran fortuna. Este demonio contaba para la época de nuestro relato con 80 años de edad.

Los grandes servicios de Carbajal a los Pizarro se pueden resumir en las siguientes líneas de un
historiador peruano: "El octogenario guerrero exterminó o aterró a los realistas del Sur del Peru. A
la edad en que pocos hombres conservan el fuego de las pasiones y el vigor de los órganos, cruzó
sin descanso seis veces Los Andes. De Quito a San Miguel, de Lima a Guamanga, de Guamanga a
Lima, de Lucanas al Cuzco, del Callao a Arequipa y de Arequipa a Charcas. Comiendo y durmiendo
sobre el caballo, fue insensible a los hielos de la puna, a la ardiente reverberación del sol en los
arenales y a las privaciones y fatigas de las marchas forzadas. El vulgo supersticioso decía que
Carbajal y su caballo andaban por los aires. Sólo así podían explicarse tan prodigiosa actividad".

Francisco de Carbajal hallábase en Quito con Gonzalo Pizarro cuando se tuvo noticia de que Diego
Centeno y Lope de Mendoza habían proclamado la causa del rey. Pizarro ordenó entonces a su
maestre de campo que, con trescientos hombres, se dirigiese sobre los enemigos, sin darles
tiempo para que organizasen elementos de resistencia.

Fue en esta campaña, prodigiosa por la rapidez de las marchas, donde Carbajal ostentó todas sus
admirables dotes militares, conquistándose la reputación de gran capitán. A fuerza de hábiles
maniobras estratégicas, derrotó primero a Centeno quien huyó hacia la sierra peruana. Terminada
la dispersión que Carbajal hizo de Centeno y habiendo descansado en Arequipa, se encaminó a los
Charcas en busca de Lope Mendoza y los demás defensores del Rey y de paso buscar fortuna con
oro y plata y, mientras pudiera, a ejercer crueldades.

Lope de Mendoza que era Maestre de Campo de Centeno con L. Perdomo, Alonso Camargo y
otros decidieron también huir y tomaron el camino que conduce al sud del Alto Perú por
Caranguas con intención de buscar la ruta que descubrió Diego de Rojas en 1542 cuando fue al Río
de La Plata y, probablemente, para no caer en manos de Carbajal.

No pasó mucho tiempo en que Lope de Mendoza en su camino encontrase a los que regresaban
de la expedición al Río de La Plata (los de la Entrada), con Nicolás Heredia a la cabeza buscándolo.
Con estos refuerzos convinieron nuevamente proclamarse por el Rey, nombrando a Lope de
Mendoza Capitán General de esta pequeña fuerza.
Los unos bajando, los otros subiendo por el camino a Tucumán, no tardaron en encontrarse en el
poblado de Pocona (un tambo de la época). Y fue en ese lugar donde se produjo el sangriento
encuentro, en el que Carbajal, que lo perseguía por medio de una maniobra hábil, se apoderó del
pueblo, del cual salieron las tropas de Lope Mendoza a batirlo, habiendo intentado reconquistarlo
inútilmente. El Demonio ya había identificado a su presa y no la iba a dejar escapar.

Sin otra alternativa Lope Mendoza se retiró del lugar después del combate y pudo apoderarse del
equipaje de Carvajal, que contenía muchos tejos de oro, que lo tomó a las siete leguas de Pocona y
siguió su retirada con sus compañeros hacia la selva (Creo que buscaba el paso de Montepunco -
Puerta del Monte que es el acceso a la selva chapareña desde las alturas de los valles
cochabambinos), habiendo acampado a la orilla de un río, cuyo ruido no le permitió sentir que
Carbajal llegaba sobre él y los suyos.

El Demonio tomó prisioneros a Lope de Mendoza y Nicolás de Heredia que, como todos los de la
Entrada, se batieron bizarra pero infructuosamente. Cuando en Pocona lo presentaron herido y
prisionero a Lope de Mendoza y a su segundo Heredia, díjoles Carbajal: -¡Hola! ¡Hola! ¿Conque
eran vuesas mercedes los malandrines que habían jurado ahorcarme por su mano? Pues ahora
vamos a ver quién mata a quién.

Lope de Mendoza y su compañero levantaron con altivez la cabeza y se encerraron en un silencio


despreciativo. Al fin se cansó Carbajal de apostrofarlos sin obtener de ellos una palabra, y
dirigiéndose a la puerta gritó a un oficial que pasaba: -Alférez Bobadilla, venga acá, si es servido, y
mande dar garrote a este par de bellacos y que les corten la cabeza y tráigamelas, que holgareme
de verlas separadas del tronco.

Cumplida la sentencia, con los héroes en camino a la vida eterna, el mismo Dionisio de Bobadilla
partió para Arequipa conduciendo las dos cabezas en una bolsa (la de Lope Mendoza y la de
Heredia), que debían ser puestas en la picota de la ciudad. Cuando dos años después, vencido el
Muy Magnífico Gonzalo Pizarro, cayó prisionero Dionisio de Bobadilla, mandó el pacificador La
Gasca que le cortasen la cabeza y la colocasen en Arequipa, en el mismo sitio que había ocupado
la de Lope Mendoza, cuya memoria se honró con una gran misa fúnebre.

Finalmente, porqué se llama ese lugar Lope Mendoza?. La leyenda dice que en dicho sitio del rio
fue ajusticiado Lope Mendoza y su cuerpo sin cabeza enterrado por los pobladores en tumba
secreta. También se podría decir que esos días de batalla fueron tan sangrientos que quedó en la
memoria de los poconenses un recuerdo de lo sanguinarios que pueden ser los hombres y quizás
en las noches todavía se escucha el cabalgar de la caballería persiguiendo a los infortunados y las
explosiones de los arcabuces como truenos, finalmente el ruido seco del sable cortador de cabezas
y luego el silencio. Solo el rio con su canto nos recuerda que nuestra tierra tiene historias que
merecen ser recordadas.

Y que paso con el Demonio de los Andes?, de la misma forma, dos años después de Pocona, se
produjo la batalla de Sacsahuaman donde los rebeldes la perdieron. Gonzalo Pizarro y Francisco de
Carbajal fueron inmediatamente juzgados y puestos en capilla. Sobre el gobernador, en su
condición de caballero, recayó la pena de decapitación. El maestre, que era plebeyo, debía ser
arrastrado y descuartizado. Carbajal fue ajusticiado en el mismo campo de batalla el 10 de abril de
1548, a la edad de ochenta y cuatro años. Pero con el suplicio no concluyó para Carbajal la
venganza del poder real, su solar o casa en Lima, lo formaba el ángulo de las calles conocidas hoy
bajo los nombres de la Pelota y de los Gallos. El terreno fue sembrado de sal, demolidas las
paredes interiores, y en la esquina de la última se colocó una lápida de bronce con una inscripción
de infamia para la memoria del propietario. A la calle se le dio el nombre de calle del Mármol de
Carbajal.

Ref:
El Demonio de los Andes, de Ricardo Becerra.
Historia de Chuquisaca, de Valentin Abecia,
Comentarios Reales de los Incas, de Garcilaso de la Vega

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