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Venezuela Convite, organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos de la salud, señaló que el índice de escasez de la canasta básica de medicinas para el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, a escala nacional llegó a 90%
Venezuela Convite, organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos de la salud, señaló que el índice de escasez de la canasta básica de medicinas para el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, a escala nacional llegó a 90%
Venezuela Convite, organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos de la salud, señaló que el índice de escasez de la canasta básica de medicinas para el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, a escala nacional llegó a 90%
Venezuela Convite, organización no gubernamental dedicada a la
defensa de los derechos de la salud, señaló que el índice de escasez de la canasta básica de medicinas para el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, a escala nacional llegó a 90% en el mes de septiembre.
De igual forma, explicó que de acuerdo con dos mediciones, la escasez
de medicamentos para el tratamiento de la hipertensión arterial al cierre de septiembre fue de 80,9% a escala nacional, mientras que en el caso de las medicinas para la diabetes, llegó a 87,6%.
El desabastecimiento y escasez de medicamentos para el tratamiento
de la diarrea se ubicó en 87,2% y fue de 94,8% en el caso de los medicamentos para las infecciones respiratorias agudas”, añade el informe.
Cabe destacar que el índice de escasez de medicinas de Convite se
fundamenta en estudios hechos en las ciudades de cinco estados del país: Barquisimeto, Maracaibo, Mérida, Nueva Esparta y el área metropolitana de Caracas.
En general, las cifras arrojadas por estas investigaciones son similares
a los índices de escasez global de medicamentos que han hecho públicos agrupaciones no gubernamentales y cámaras farmacéuticas. 90% de escasez”, concluye el referido informe.
La ONG dedicada a la defensa de los derechos a la salud en Venezuela,
Convite A. C., señaló en su más reciente boletín que el índice de escasez de la canasta básica de medicinas para el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, a escala nacional, llegó a 90% en el mes de septiembre del año pasado. De acuerdo con dos mediciones hechas por la ONG en el noveno mes del año, la escasez de medicamentos para el tratamiento de la hipertensión arterial al cierre de septiembre fue de 80,9% a escala nacional.
La escasez de medicinas en Venezuela ha ido escalando porcentajes
en detrimento de la salud de los ciudadanos. La Federación Farmacéutica de Venezuela (Fufaren), ha registrado el incremento desde el 60% de falla a finales de 2014, a 85% en este 2016, año en el cual, además de las medicinas de uso común, se agudizaron las fallas de los tratamientos de alto costo.
Las denuncias y protestas de pacientes lo han evidenciado, pero el
Ministerio de Salud continúa negándolo.
Si bien es cierto que la crisis de medicamentos ha tenido como
principales actores denunciantes al sector farmacéutico, los médicos y las droguerías, el doctor Carlos Walter, director del Centro de Estudios del Desarrollo (Cedes) de la UCV, y exministro de Salud, considera que más allá de esto no es posible saber la magnitud de esta escasez con precisión.
La principal razón es la inexistencia de un índice de escasez de
medicamentos. “En lugar de decir que la escasez no existe, lo serio sería que el Ministerio se plantee un mecanismo o indicador para medir qué está pasando. La gente pudiera decir que no es necesario medirla porque es evidente, pero para poder tomar decisiones y resolver los problemas no es suficiente eso”, sentencia Walter.
Recuerda que el Banco Central de Venezuela tiene un índice de
escasez de alimentos basado en un número de productos de la cesta básica, trabajado sobre 2 mil establecimientos de venta que visitan para ver el precio y la existencia. “Sería interesante construir un índice similar pero sobre medicamentos, con sus propios mecanismos para medirlo”, agrega.
En entrevista para el Observatorio Venezolano de Salud (OVS), el
especialista precisa que el problema con los medicamentos no es de distribución sino de disponibilidad, pero el Gobierno no ha querido reconocerlo y los planes creados para enfrentar la carencia de fármacos han fracasado por eso, porque parten de un diagnóstico errado. Es el caso del Siam Ed (Sistema Integral para el Acceso a Medicamentos), creado en 2015 por el entonces ministro Henry Ventura, y el 0800-SaludYA, sustituto del Siam Ed y creado este año por la actual ministra Luisana Melo.
Walter recuerda que tras el lanzamiento del 0800-SaludYA, que en
principio funciona a través de la red de Farmapatria, se dijo que paulatinamente incluirían a esta red a las cadenas Locatel, Farmatodo y FarmaAhorro.
“No lo han hecho ni lo harán, porque ellos no se pueden desnudar ante
el país. Dicen que el problema es la distribución o el acaparamiento de medicinas, si ellos se abren a esas otras cadenas se les cae el argumento, porque si no tienes medicamentos disponibles qué vas a distribuir”, señala el director del Cedes-UCV.
Por eso asegura que “cualquier sistema que implementen fracasará” si
el Estado parte de un diagnóstico equivocado. El problema, explica Walter, está en que la producción de medicamentos está asociada en buena parte a la disponibilidad de divisas, porque aunque el laboratorio sea venezolano y fabrique los fármacos en el país, necesita divisas para importar materia prima o los otros elementos (cartón para la caja, tinta, insumos para el blíster, frasco, cápsula).
La situación se complica aún más si se tiene en cuenta que tanto las
empresas nacionales como las trasnacionales tienen deudas con sus proveedores en el exterior.
Por lo tanto, “mientras el Gobierno no resuelva el problema de esa
deuda, no mejorará ni solucionará la situación. Reconocerla permitiría a las empresas negociar con sus proveedores esos mecanismos de pago, que no necesariamente tienen que ser en efectivo”, agrega Walter, quien también es integrante del OVS.