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ARIES ESCORPIÓN

Fuego - Cardinal - Positivo Agua - Fijo - Negativo


Regido por Marte Regido por Plutón
Símbolo: el Carnero Símbolos: el Escorpión y el Águila
Fuerzas diurnas Masculino
- Fuerzas nocturnas - Femenino

ki
La relación ARIES-ESCORPIÓN
Si los piratas se hubieran mantenido unidos seguramente habrían
triunfado; pero el principio del fin comenzó cuando se ofuscaron todos, y echaron a correr de un

u lado a otro, embistiendo desatinadamente porque cada uno de ellos creía ser el último
sobreviviente de la tripulación. De hombre a hombre eran los más fuertes; pero sólo se
batían a la defensiva...
En el fondo del corazón, los hombres y mujeres Aries se complacen en verse a sí mismos como piratas
pintorescos, feroces. Al fin y al cabo los piratas son intrépidos, románticos y temerarios. Pero al igual que la
tripulación pirata del País de Nunca Jamás, los Aries derrochan a menudo la energía de Marte en el despliegue
an
prematuro de reacciones emocionales, y se baten a la defensiva. El Carnero nunca ataca si no lo agreden antes.
Recordad que Aries es el recién nacido simbólico del Zodiaco, y que los recién nacidos sólo gritan cuando no
les prestan atención, o cuando alguien los pincha con un aguzado imperdible. Después de todo, es la única
defensa que tienen contra el dolor o la negligencia. Cuando los amenaza un peligro de más envergadura,
Marte, su tutor, corre a rescatarlos.
Los Escorpión, sin embargo, son maestros de la ofensiva... una ofensiva urdida con inteligente y fría
estrategia, exquisita paciencia y una misteriosa percepción de las debilidades ajenas. No encontraréis ningún
Escorpión ofuscado, corriendo de un lado a otro ni embistiendo desatinadamente. Cuando los Escorpión
embisten, apuntan directamente al blanco, con precisión mortal. Cuando os pica la cola de un Escorpión,
sabéis que os han picado. Por eso es raro que la gente enfrente por segunda vez el poderío de Plutón.
Generalmente con una vez basta y sobra.
Igualmente, es casi imposible apiadarse de los Escorpión (aunque demostrar compasión un Escorpión es casi
como prestar un dólar a la familia Agnelli, de Italia... o a los zares del petróleo del Oriente Medio). Debe de
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ser agotador ver cómo la gente se sobresalta cuando descubre que has nacido en noviembre.

Un amigo mío, ariano, tiene una secretaria de confianza a la que siempre había considerado la mujer más
encantadora y más eficiente del mundo. Hasta que un día descubrió por azar que Molly era Escorpión. Casi
tuvo un colapso. Fue como si hubiera estado albergando una serpiente en su despacho. Su leal Molly... ¿una
Escorpión? El coraje normal de Marte se fue a pique cuando el Carnero reaccionó ante este alarmante golpe
astrológico. Cuando se serenó, recordó la tenacidad con que Molly había trabajado durante años; su valor
excepcional, mayor que el que le imponía el deber; su serenidad eficiente en casos de emergencia... y, sí, su
lengua a veces cruel.
En ese mismo momento, Molly, que estaba despachando la correspondencia, alzó una carta y comentó: «Si se
piensa que la dictó usted, no está del todo mal». Traducido del lenguaje de Escorpión, esto significaba: «Su
expresión creativa está mejorando».
Mi amigo Aries experimentó una cálida sensación reconfortante, como si hubiera recibido una alabanza del
Altísimo. Y la había recibido. Así que se atrevió a decir: «Escuche, en cuanto a eso de que usted nació en


 
noviembre...».
Escorpión levantó la vista de la IBM Selectric Correctional, horadó con mirada hipnótica el vapor cada vez
más espeso que impregnaba la atmósfera (producto del Fuego y el Agua) y preguntó: «¿Sí? ¿Qué pasa con
eso?». Entonces el Carnero murmuró: «Oh, nada, Molly. Absolutamente nada. Sólo pensaba qué podría
regalarle el día de su cumpleaños...».
Ahora bien, si usted tiene alguna noción de astrología, sabrá que ésta no es la reacción típica de un jefe Aries.
Ni de ningún otro Aries. Los Carneros no se repliegan ante nadie.

Curiosamente, en condiciones normales el Carnero no arremete enseguida contra un Escorpión, como lo haría
contra los nacidos bajo todos los otros signos solares. En esos subyugantes ojos de Plutón, donde se refleja un
sereno aplomo y una fortaleza oculta, hay algo que le trasmite un mensaje al Carnero: «Cuidado. Esta agua
mansa es muy profunda. Y podrías ahogarte en ella. Eres sólo un Carnero de papel, y el Carnero pertenece a
la familia de las ovejas. Conmigo no estás en tu elemento. Ahora estás en el vasto océano, que te cubre con
creces, lleno de tiburones, algas marinas, extrañas criaturas nocturnas, arrecifes oscuros y misterios».

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De allí proceden originalmente todos los Escorpiones: del mar. Si en estos tiempos también se los encuentra
en el desierto, las arenas ardientes no son un territorio más extraño para los Carneros.
Aries asimila instintivamente el mensaje, que dice: «peligro». ¡Ah, PELIGRO! Ésta es la única palabra que
estimulará al Carnero y lo hará entrar en acción, así que la embestida de Marte, dirigida a enfrentar el desafío,
no tarda en reemplazar a la cautela. Casi siempre es un error. Cuando se trata de un auténtico duelo, el
Carnero es más resistente, atronador y enfático que el Escorpión. Pero cuando las cosas llegan a ese punto, el
Escorpión típico sencillamente desaparece, envuelto en un silencio altanero, y Aries se queda rumiando el
mismo enigma de siempre. ¿Él (o ella) se fue porque reconoció su derrota... o porque yo incurrí en una

u
exageración? En otras palabras, aunque os parezca que habéis triunfado sobre un Escorpión, nunca lo sabréis
con certeza. Siempre tendréis que tejer conjeturas.
El Carnero medio no necesita muchas experiencias para aprender que el mejor sistema para tratar con un
Escorpión consiste en cooperar con él... a una distancia emocional segura y respetuosa. Las intimidades del
romance son otra cosa. Aquí nos referimos a las vibraciones generales de esta configuración de signos
solares 6-8, entre Aries y Escorpión en las relaciones comerciales, amistosas o familiares.
an
Los ejemplos de la interacción Aries-Escorpión siempre son válidos, cualesquiera que sean el sexo y la edad
del Carnero y el Águila implicados, y por tanto, lo que sigue se podrá aplicar apropiada y provechosamente a
cualquier asociación Marte-Plutón en que el lector esté involucrado, mediante el sencillo procedimiento de
cambiar los nombres y la situación específica. Los elementos básicos siguen siendo los mismos.
Un verano, pocos años antes de escribir estas líneas, observé que mi hijo Escorpión de diez años
empezaba a ponerse marcadamente rollizo (bueno, de acuerdo, gordo) y también holgazán, a fuerza de
consumir la típica dieta infantil compuesta por helados, pasteles, caramelos, gaseosas y venenos comestibles
procedentes de las cadenas de alimentos preparados. Esta «fruta prohibida» la compraba con el dinero de su
asignación. (Es imposible lograr que algunos chicos coman fruta auténtica. Debe estar prohibida.)
«Michael —le ordené estentórea y coléricamente, con autoridad y desparpajo marcianos—, dejarás de
comer esa basura, y dejarás de comerla ahora mismo. Inmediatamente. No introducirás más golosinas en tu
habitación ni las esconderás en el estante de tu armario. No volverás a comprar secretamente pasteles y
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chocolates con tu asignación. ¿Entiendes? ¿Me oyes?»


Su respuesta fue el silencio total. Al cabo de dos semanas aumentó otros cinco kilos. Entonces le cancelé
su asignación, hasta el último centavo, para castigarlo. ¡Ahora veríamos si encontraba la forma de vengarse
de mí!, pensé. La encontró.
La semana siguiente, recibí varias llamadas telefónicas de sus maestros y maestras que se quejaban de la
conducta incorregible de Mike en la escuela, y de su categórica negativa a hacer los deberes. Entonces,
afortunadamente, recordé por fin que soy astrólogo. Levanté la interdicción que pesaba sobre las golosinas y
los alimentos nocivos. No sólo le reintegré su asignación sino que la aumenté.
«Michael —le dije, esta vez afable y suavemente—, confío en que sabrás mejor que nadie qué es lo malo
para tu cuerpo, tu mente y tu alma... y qué es lo bueno. Estás regido por Plutón, el planeta más sabio y más
poderoso de todo el sistema solar. Me arrepiento de haberte gritado antes. Ocurre que (confieso que a esta
altura adopté una actitud un poco calculadora), bueno, ocurre que me duele que los chicos del cole te llamen
«Ballena». Éste no es el apodo apropiado para un Águila. Sé que te lo dicen afectuosamente, pero...» Dejé la
frase en suspenso, incapaz de seguir llenando el silencio que nos separaba. Esta vez me contestó no sólo con


 
una mirada muda sino también con una tenue sonrisa enigmática. Me estremecí por dentro.
No pretendo que mis lectores crean lo que ocurrió a continuación, porque si yo no lo hubiera visto con mis
propios ojos arianos, tampoco lo habría creído. Este tenaz Escorpión-Águila, al que por fin le habían
reconocido su fuerza e integridad interiores, empezó a prepararse sus propias ensaladas al volver de la
escuela, sin que yo siquiera se lo insinuase. Rechazaba todos los postres, mordisqueaba manzanas y masticaba
mandarinas entre las comidas, y se ceñía a una dieta que habría matado por inanición a un yogui. La reserva
secreta de golosinas que guardaba en el armario desapareció milagrosamente. Todo esto sin que yo agregara
una palabra, y con una voluntad de hierro sinceramente alarmante.

Su recompensa consistió en una serie de lecciones semanales de karate, durante las cuales sus instructores se
maravillaron de su robusta salud, para no hablar de su «presa mortal de Escorpión», que él les enseñó a ellos.
Sin embargo, no ambicionaba un cinturón negro. Sólo quería entrenarse para poner sobre aviso a los
gamberros de la escuela, porque conocía intuitivamente el poder de la sugestión. Entre paréntesis, el karate es
un excelente ejercicio para los jóvenes Escorpión. Les inculca cortesía, respeto por la autoridad, y sobre todo

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pone énfasis en la defensa, y no en el ataque.
Al cabo de dos meses, ya nadie llamaba «Ballena» al Águila. Su nuevo apodo, dictado el mismo Escorpión,
era MOE... y sus amigos no se atrevían a llamarlo de otra manera. Ciertamente, este humilde Carnero
tampoco se atrevería. MOE es la sigla de «Master of Eternity», o sea, «Señor de la Eternidad». Lo cual es
coherente, tratándose Plutón. Entonces MOE formó con un grupo de amigos íntimos una organización
llamada PEARLS (el significado es secreto, y no alimento la esperanza de elucidarlo nunca, que se dedica
a defender a los niños pequeños y a los ancianos de todo tipo de dores, en Manhattan.
Esto es lo que puede suceder cuando un Carnero impulsivo, autoritario, trata con el debido respeto a un

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Águila de cualquier edad, o cualquier sexo. Una lección impagable, para el Aries cuando trata con un
Escorpión, en esta asociación influida por la configura-de signos solares 6-8.
En compañía de una persona regida por Plutón, el Aries no debe esperar encontrarse con la equidad de
Libra, la compasión de Piscis o la cálida generosidad de Leo. Incluso es posible que se encuentre con un
egoísmo básico superior al de Capricornio, ya que no al del mismo (o la misma) Aries.
Pero Escorpión es inmensamente leal, y nunca transa en cuestiones de principio. Esto fascina al Carnero,
an
que también es ferozmente leal, y que desprecia igualmente las cornponendas en materia de ideales o de
integridad. Escorpión nunca capitula, nunca admite la derrota. Aries también está vehementemente
consagrado a triunfar. Sólo los maricas capitulan y se rinden. Todos lo saben. Estos dos ciertamente lo
saben.
Sin embargo, existe otra cualidad de Escorpión, intangible, indefinible, que Aries no puede sondear. ¿Se
trata de la fuerza de voluntad? ¿O simplemente... de la voluntad? Se trata de esta última, y es responsable
del aura compacta, dotada de una fuerte carga emocional que rodea incluso a los Escorpión más tranquilos
y aparentemente inofensivos.
Ahora bien, esto no significa que todo Escorpión deba comportarse como Drácula. Muchos de estos hombres
y mujeres tienen una personalidad innegablemente dulce y afable. Son interesantes, inteligentes y corteses.
Pero no son tímidos, inseguros e indefensos... y Aries no debe dejarse engañar por sus voces sosegadas, su
porte discreto y su falta de agresividad exterior. En esta asociación, es prudente recordar siempre que los
elementos de Fuego y Agua son combinables, y que cada uno de ellos es capaz de destruir al otro, como lo
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explicamos más detalladamente al final de este libro, en la sección denominada «Los elementos», y en varios
capítulos que se ocupan de las compatibilidades entre los signos de Fuego y los de Aire.

Conozco a un hombre Escorpión que se casó con una chica Escorpión después de un largo (y por supuesto,
secreto) compromiso. Cuando el primer hijo de Herb y Donna nació en abril, mi impulso inicial consistió en
ofrecerme para adoptarlo. ¿Un pequeño Carnero, sometido a la dominación restrictiva de dos Escorpión? Hay
que rescatar al pequeño Joshua, me dije, antes de que aplasten por completo su ego de Marte. Pero lo cierto es
que la sosegada disciplina y la sabiduría intuitiva de sus dos progenitores regidos por Plutón han beneficiado
tremendamente al ariano Joshua. Una pareja de Águilas evolucionadas y esclarecidas le da un excelente
ejemplo de coraje moral e integridad personal a un joven regido por Marte, que necesita y desea que lo
orienten en la dirección correcta. Los Escorpión son maestros perfectos de fuerza de voluntad y estabilidad
para un Carnero explosivo, que tiende a estallar en una eclosión de entusiasmo, y después pierde interés antes
de que las chispas se hayan asentado.
Por supuesto, siempre existe el peligro de que el poder de Plutón ejercido sobre Marte sea demasiado
riguroso. La cautela del elemento Agua de Escorpión puede aplacar a un Carnero de cualquier edad y


 
convertirlo en un ariano tipo oveja, anormalmente introvertido y tímido, lo cual es francamente indeseable
porque implica negar la personalidad innata de Marte. Sin embargo, en las asociaciones más felices Aries-
Escorpión, el Carnero responderá estupendamente a la fuerza del amigo, vecino, pariente, socio, amante o
consorte Águila, y tratará de imitar el aplomo de Plutón, de manera que la combinación tendrá un resultado
francamente positivo. Igualmente, la mitad Escorpión de la pareja procurará desarrollar una mayor elasticidad
de criterio, en relación con la idiosincrasia más abierta del Carnero, y con su enfoque mucho más libre y
cordial de la vida. La frialdad emocional que Escorpión puede proyectar a ratos es capaz de destrozar el cálido
corazón de Aries, así como su ánimo y su confianza en sí mismo (o en sí misma).
Habrá trances pasajeros en los que la penetrante mirada de desaprobación colérica de Escorpión, o su
voluntad malograda, aterrará al Aries, y le producirá al Carnero un estremecimiento interior, aunque esté
regido (o regida) por Marte. Conozco a un padre Escorpión que, cuando ya no podía seguir discutiendo
porque lo frustraba la testarudez de sus tres hijos (uno de los cuales era Aries), se sumía durante unos pocos
segundos en un silencio pétreo, y después pronunciaba, con voz sepulcral. las ominosas palabras de Plutón:
Me acordaré de esto. Será saludable que todos los Carneros asociados con Escorpiones recuerden aquello. O

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sea, que el Águila jamás olvidará un agravio. Jamás. El hombre, mujer o niño Escorpión tampoco olvidará
una prueba de amor o bondad. Vivirá mucho más seguro y feliz quien les deje un recuerdo de esto último, y
evite dejárselo de lo primero, siempre que sea posible.

Algunos Escorpiones se convierten en esclavos de su propia voluntad. Tanto que el Águila perseverará en su
empresa aun después de tener la evidencia de que el camino por el que marcha le llevará irremisiblemente a
la autodestrucción. Aries entiende muy bien este tipo de compulsión vehemente, de la que luego hay que
arrepentirse.

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Pero Aries es un signo de Fuego positivo: el cruzado temerario regido por Marte. que se siente estimulado
emocionalmente por la consagración a una causa y por la excitación de una misión peligrosa. Escorpión es un
signo de Agua negativo: el veterano curtido, que posee un profundo conocimiento de las realidades, y la
fuerza necesaria para soportar penurias, y que no alimenta ilusiones acerca del atractivo de las bandas de
música, los uniformes y las condecoraciones por heroísmo. Sus estrategias son muy distintas. Aries defiende
ferozmente, en la vanguardia. Escorpión ataca súbita, inesperadamente, desde la retaguardia. En la guerra,
estos dos signos solares son enemigos naturales. La paz es mejor... y empieza con el amor.
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Mujer ARIES Hombre ESCORPIÓN
Peter recibió de muy buen grado el beso que no había sido para nadie.
Qué curioso. Pero ella pareció satisfecha.
El hombre Escorpión penetra en la vida hasta la médula. Tiene una capacidad casi sobrehumana para
enfrentar los hechos concretos que le conciernen a él y que conciernen a los demás. Así que puedes asustarte
un poco cuando deja que te metas entre bastidores para ver lo que sucede realmente detrás de su máscara de
seguridad inconmovible. ¿Qué hace una mujer cuando le confían semejante secreto? Si es Aries,
generalmente se enamora con increíble apasionamiento.
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Es posible que él le permita compartir partes de su ser que jamás le reveló a nadie más. Esto se explica
porque admira su falta de malicia femenina. El Escorpión responde a su fresca inocencia y a la fe que deposita
en él, y se siente conmovido por su lealtad. De alguna manera, este hombre intuye que la chica Aries, a
diferencia de sus hermanas de otros signos solares, no utilizará contra él lo que sabe acerca de su naturaleza
interior. La venganza nunca es un arma de Aries. Aunque el Escorpión entiende y a veces utiliza la represalia,
esto sólo lo induce, extrañamente, a valorar aún más la magnanimidad del Carnero. Por tanto, entre Aries y
Escorpión puede existir un amor profundo cuya devoción apasionada y compenetración espiritual pocas veces
tienen par.
Como ninguno de ellos queda satisfecho hasta haber vaciado la última gota de placer de la copa del
romance, forman una buena pareja emocional. Mentalmente, están todo lo distantes que pueden estar dos
personas que pertenecen a la misma raza humana.
Él tiene la mente de Plutón, perspicaz, crítica, cauta y escéptica. Los procesos mentales marcianos de ella
son atolondrados, directos, impulsivos y simples. Esta distancia que separa sus enfoques mentales puede
encauzarse por dos senderos distintos. Puede añadir intriga y encanto a su relación, fundada sobre la ley de la


 
atracción de los opuestos... o puede «quebrantar la ley» y ensancharse hasta formar un abismo que les
impedirá comunicarse, incluso en aquellos planos en los que son parecidos y compatibles. El desenlace
depende casi por completo de la forma en que se avienen el Sol y la Luna de sus respectivos horóscopos.
Sin embargo, antes de que la relación llegue al punto en que podrá asumir formas definitivas, el hombre
habrá formulado algunas preguntas penetrantes, y nadie formula preguntas penetrantes con más
minuciosidad que un Escorpión, aunque sólo lo haga con los ojos. ¿Ella tolerará, mansa y respetuosamente,
la verdad fría e implacable que él le asestará con frecuencia? No. No la tolerará. (¿Mansamente? Él debe de
estar bromeando.) ¿Ella se desintegrará ante la menor picadura del Escorpión? No. Nunca se desintegrará. Su
reacción ante el agravio podrá oscilar entre un berrinche infantil y un acceso de cólera violenta. ¿Ella se
lamentará y sollozará porque él se queda platicando en privado durante horas con una chica guapa acerca de
la proyección astral y los ritos antiguos de las brujas? ¿Si hace qué? No. No se lamentará ni sollozará. Hará
otras cosas. Sus cosas. Estoy dispuesta a olvidar que él formuló esta última pregunta, si él lo está. Y será
mejor que lo esté.
Una reflexión para el hombre Escorpión que lee este capítulo: Si ella se comporta así ahora, piense lo que

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será el matrimonio con esta chica. Entiendo. Ya lo ha pensado. Lógicamente. Es difícil decirle a un
Escorpión que él ya no sepa. Pero he aquí algo que él tal vez supone que nadie sabe. No obstante los
resultados que dio el test de compatibilidades, el Escorpión cree que puede inculcarle a esta chica la forma de
conservar la serenidad. Además, su espíritu vital y su fogosa independencia lo fascinan.
El problema podrá empezar cuando el Escorpión descubra que nunca le enseñará a controlar sus
emociones y a ser tan aplomada como él. Es posible que entonces el espíritu vital y la fogosa independencia
que se le antojaron virtudes deslumbrantes, pierdan su atractivo. Mientras las cosas marchen por sus carriles
él aceptará los modales agresivos de Aries. Incluso es posible que disfrute de ellos. Pero si ella insiste en

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obligarlo a adaptarse a un modelo emocional que entra en colisión con su naturaleza, él se revolverá como un
Escorpión al que le han pisado la cola... y picará. Se sabe que los escorpiones contraatacan indefectiblemente
cuando los pisan, aunque el pisotón sea involuntario. ¿Pero a quién se le ocurriría pisar adrede la cola de un
Escorpión? A un Carnero.
Cuando un Escorpión se enfrenta con una situación que le resulta intolerable, no pierde el tiempo tratando
de apartarla del camino, como Tauro; ni urdiendo planes para eludirla, como Libra; ni aceptando que se trata
de algo predestinado, como Piscis. Lo único que le devolverá la paz espiritual será la aniquilación total del
an
obstáculo. Por ejemplo, si alguien intenta imponerle un dogma religioso que va en contra de sus propios
principios, le parecerá que conformarse con atacar solamente a la iglesia impertinente sería una reacción
trivial, indigna del poderío de Plutón. En cambio, se empeñará en destruir las raíces y las ramas de toda
religión, y se convertirá en un ateo militante. Si un delincuente empedernido entra en su hogar y le roba, no se
conformará con ayudar a la policía a capturarlo. La deshonestidad lo ha amenazado personalmente, y por
tanto hay que borrarla de la faz de la Tierra, aunque ello implique condenar a los criminales más peligrosos a
la silla eléctrica... e imponer una larga sentencia a los niños de seis años que roban chocolate. Cuando una
lesión sentimental le produce padecimientos emocionales, no le basta con pulverizar a la chica y su amorío.
Trasmutará la fuerza increíble de su voluntad en una diatriba acerba y quemante contra todas las relaciones
íntimas y contra la institución misma del matrimonio. Escorpión no hace nada a medias (por supuesto,
tampoco cuando se trata de ser fiel, leal e íntegro). Los hombres de Plutón construyen hasta llegar al cielo... o
destruyen hasta hundirse en el infierno. Por eso son tan interesantes.
Admito que tal vez «interesantes» no sea precisamente la palabra correcta, pero toda mujer regida por
M

Marte captará la idea global. Se trata del viejo atractivo de la masculinidad, la virilidad y la fuerza. De todos
modos, sería prudente que la chica Aries que se dispone a forjar un vínculo con un hombre Escorpión
analice detenidamente la naturaleza de Plutón antes de exponer su fuego rutilante a ese torrente arrollador
de agua. Si tiene alguna objeción, quiero decir. A lo mejor no la tiene. El magnetismo de Escorpión
garantiza prácticamente que este hombre conseguirá todo lo que ambiciona, incluida la chica. Para
mantenerse impasible ante la embestida romántica de un Escorpión hace falta una objetividad que la
mayoría de los Carneros no poseen, sobre todo en vista de que ésta es una configuración de signos solares 6-
8. Aries es la sexta casa astrológica de servicio para Escorpión. Escorpión es la octava casa de sexo para
Aries. Y esto lo sintetiza más o menos todo. Ella le presta muchos servicios, con sorprendente docilidad, y
él le suministra satisfacción sexual. Por supuesto, el intercambio no es siempre tan claro y simple. Pero
básicamente la relación estimulará en ella una curiosa propensión a someterse a este hombre y a permitirle
que se convierta en su Svengali, en tanto que él satisface el hondo deseo que experimenta ella de recibir
pruebas físicas del tipo de amor total y eterno que necesita. Su atracción sexual recíproca puede prolongarse
hasta la vejez, sin que se mitigue ni un ápice de la pasión original. Después de la muerte puede seguir


 
ardiendo con la misma intensidad en el plano espiritual.
Es muy probable que esta pareja se retire de las salas donde proyectan películas porno con escenas sexuales
explícitas. No creáis todo lo que habéis leído acerca de Escorpión. Esta exhibición pública de intimidades
ofenderá generalmente el sentimiento que el Águila tiene muy imbuido respecto de la naturaleza privada de
las relaciones humanas en la misma medida en que ofenderá el idealismo de ella. El sexo sólo podrá
causarles problemas si la tendencia de ella a exagerar el fuerte atractivo que él ejerce sobre las mujeres la
induce a acusarlo de infidelidad... o si la típica desconfianza de Escorpión induce a interpretar el
comportamiento libre y cordial de ella con todos los hombres como un coqueteo. Él debe comprender que
ella es tan honesta e idealista, en el terreno del amor, que no cometerá adulterio si no la provocan
exageradamente e incluso en este caso lo confesará casi antes de haberlo cometido.
A la inversa, ella debe entender que, no obstante la apasionada entrega interior de él al sexo, el concepto
que Plutón tiene del amor descansa sobre la pureza y la integridad. Cuando él satisfaga en el hogar sus
necesidades (que son considerables), permanecerá totalmente inmune a las artimañas de las otras mujeres,
aunque una de ellas intente seducirlo descaradamente en la calle (lo cual siempre es posible en el caso de los

ki
Escorpión). Por consiguiente, la responsabilidad por la lealtad sexual de él recae íntegramente sobre ella, y
deberá asumirla o atenerse a las consecuencias.

Si ella consigue tolerar su aire taciturno de superioridad, sus silencios exasperantes y sus espesas murallas de
reserva, su actitud un poco mezquina (comparada con la de ella) respecto del dinero, y sus férreas
convicciones acerca del bien y el mal, aunque éstas difieran de las suyas, podrá disfrutar de una dicha
perdurable junto a este hombre. Pero esto implica que la mujer Aries deberá ser muy tolerante, y los
Carneros no se destacan por su paciencia. Tal vez la empresa le resultará más fácil si comprende que esas

ufirmes convicciones acerca del bien y el mal, a las que él se aferra con tanta tenacidad y vehemencia,
nacieron, en el nivel inconsciente, de las semillas kármicas de la ponderación y el equilibrio que dejó el signo
precedente. Libra... y que ahora se han consolidado. Todo forma parte de su proceso de crecimiento kármico,
espiritual. Realmente no puede evitarlo.

Si él consigue desentenderse de los accesos de celos de ella, de sus despilfarros, de sus frecuentes
an
reclamos de atención y de su actitud emocional un poco inmadura respecto de todos los problemas, encontrará
en la chica Aries a la mujer que siempre buscó. Pero los Escorpión no son, por naturaleza, propensos a
desentenderse de nada. Si la Luna o el ascendente de ella está en un signo de Agua o de Tierra (con excepción
de Tauro) o si la Luna o el ascendente de él está en un signo de Fuego o de Aire (con excepción de Libra),
podrán arriesgarse a descubrir juntos el lugar donde vuela el Águila... las flores mágicas que crecen en la
cumbre de los farallones rocosos del Carnero.

Incluso sin semejante ayuda planetaria, estos dos pueden utilizar sencillamente su libre albedrío, y decidir que
desean una relación armoniosa. Cuando Plutón y Marte suman sus fuerzas, no hay literalmente nada que no
puedan materializar con su voluntad, y la felicidad no es una excepción. Cuando este hombre y esta mujer
formulan un deseo dirigiéndose a sus propios astros, el firmamento tiembla, los cometas pasan vertiginosa-
mente, y billones de estrellitas titilantes gritan a coro un obediente: «¡sí!»
M


 
Hombre ARIES Mujer ESCORPIÓN
—Pero si yo hubiera sido un hombre débil —dijo él—. ¡Válgame Dios, si
hubiera sido un hombre débil!

¿Puedo formularle una sugerencia astrológica útil al Carnero que está a punto de liarse con una mujer
Escorpión? Le aconsejo que consiga un ejemplar de Hedda Gabler, de Ibsen, y lo lea entre líneas. Hedda era
evidentemente una Escorpión y la descripción de su comportamiento a veces incomprensible lo preparará para
todas las posibilidades, aunque la dama Águila que ama sea una Escorpión más común, con un poder de
Plutón más mitigado. Es prudente prepararse para lo peor, aunque aguarde —y reciba— lo mejor. Prevenir es

ki
curar, y nunca está de más prevenirse cuando se trata de un Escorpión
En cuanto a la desdichada Hedda, se trata indiscutiblemente de un caso extremo, pero interesante para los
observadores de Águilas. En su fría, silenciosa y enigmática mística femenina, se intercalan súbitos accesos
de frenesí violento, que son desconcertantes, cuando menos, por provenir de una mujer normalmente tan
apacible y autónoma. Su simpático y parsimonioso marido, Tauro o Piscis, se queda totalmente perplejo a la
hora de comprender las necesidades emocionales de Hedda. Entonces aparece un espabilado hombre de
mundo, indudablemente un Aries, y cree que ha dominado a esta mujer, que ha sondeado sus abismos y que la
ha subyugado con su superioridad masculina. Cuando ella finalmente se mata, a lo único que atina este

u
hombre alelado es a murmurar que «la gente sencillamente no hace estas cosas».
Los Escorpión, sí. Pueden hacer toda clase de cosas, extrañas y alarmantes o excéntricas y maravillosas...
y nunca te advierten por anticipado de cuáles son sus intenciones.
Claro que, como ya he dicho, Hedda suministra una imagen exagerada de la mujer Escorpión.
Probablemente la mujer media regida por Plutón no se remontará a las cumbres de éxtasis a las que se
remontaba la infortunada Hedda, ni se hundirá en las simas de desesperación en las que ella se hundía. Pero
an
aunque no haga más que desinflar los neumáticos cuando él no le permita conducir el coche, o sólo se limite a
cortar informalmente el cable del teléfono cuando él llama a otra chica, el Carnero que conozca poi anticipado
la proclividad del Escorpión a la rebelión secreta, seguida por la represalia súbita, encontrará
considerablemente menos traumática la convivencia con esta chica.
Es la rebelión secreta, más que la represalia súbita, la que puede generar tensiones entre estos dos amantes. A
un Aries puede ponerlo frenético un acto que, aunque fácil de perdonar en sí mismo, es producto de una
premeditación que él desconocía. Como ella suele ser reservada cuando no está en acción, sus inexplicables
arranques de venganza colérica pueden enfurecerlo. A los Carneros no les gustan las sorpresas desagradables,
y sencillamente no soportan ignorar secretos. Pueden enfrentar los estallidos normales de mal humor, con la
experiencia que les han dado sus propios impulsos tempestuosos. Pero ella no le dio el menor indicio de que
se proponía quemarle sus flamantes zapatillas Adidas de jogging, y almidonarle sus vaqueros favoritos. El
lunes por la mañana, a la hora del desayuno, ella le habló con voz fría y serena, sus ojos lo miraron
ardientemente y le expresaron la habitual devoción vehemente, y su beso de despedida fue tan apasionado
M

como siempre. ¿Cómo iba a sospechar que al volver esa noche a casa se encontraría con un par de zapatillas
chamuscadas y con unos Levi's rígidos? Y todo porque el domingo le había dicho que no la llevaría al cine,
pues preferiría hacer una caminata por el bosque con unos viejos condiscípulos de la universidad a los que no
veía desde hacía muchos años.

¿Cómo se ATREVIÓ a maltratarlo y sobresaltarlo con una maniobra sorpresiva como ésa,
retroactivamente? ¡Él le daría una buena lección! Pero cuando se dispone a darle la lección, ella se
desentiende de su indignación furibunda, porque ya ha retomado su displicencia silenciosa. Se ha
desconectado. Desapegada y despreocupada. También indiferente.
Las escenas de este tipo pueden sacudir al Carnero hasta las raíces de sus cuernos. Lo que ella hace lo
indigna, sencillamente porque obra con tanto sigilo y de una manera tan... bueno, tan indignante. Súmese a
esto el talento de ella para desconectarse fríamente, antes siquiera de que el pueda contraatacar para
defenderse, y comprenderéis por qué es posible que el Aries se convierta en un boxeador agresivo, frenético,
que pelea con su sombra y reparte golpes a ciegas, sin tener nunca la satisfacción de asestar un puñetazo
victorioso (simbólicamente) en la mandíbula (también simbólica) de su dama Águila. El hecho de


 
sorprenderlo así, después de que él ya ha olvidado jubilosamente el incidente que tanto la enfureció, para
replegarse luego y negarse a prestarle siquiera atención y a escuchar sus imprecaciones coléricas, no es una
forma de conducta programada para ganar —ella— todas las confrontaciones, en el recuento final. Es posible
que ella pierda la última mano de su partida de bridge... al perderlo a él.
En realidad, si el Carnero se limita a dejarla ganar, o si le permite creer que ha ganado, le ahorrará muchos
disgustos a su ego, porque eludirá un montón de conflictos emocionales infructuosos con esta mujer,
conflictos éstos que, según lo han prefijado los astros, no llevarán a ninguna parte. Ésta es realmente la única
forma de entenderse con una dama Escorpión: permitir sencillamente que ella se convenza de que ha devuelto
el agravio o la ofensa recibida, y no decir nada más al respecto. Una de las recompensas más valiosas que
cosechará merced a este control y madurez emocional, consistirá en que se hará acreedor a un respeto gradual,
seguro y profundo. Puesto que el modelo de contienda que acabo de describir es el único que reconocen los
Escorpión también es el único suficientemente poderoso como para salvaguardar su relación sobre una base
equitativa. Como decía el Abuelo: «Es inútil litigar con el Gobierno» (aún más cierto hoy que en tiempos del
Abuelo, tanto en el sentido literal como en el simbólico). Ella tiene la baza: el autocontrol. Evidentemente, la

ki
forma de manejar y conservar a una mujer como ésta consiste en no perder el control de uno mismo.
Él siempre podrá recordar, en sus momentos de mayor desaliento, que esta mujer es tan leal al hombre que
ama como tenaz en su empeño de no dejarse pisar por él su cola de Escorpión. Cuando una dama con un signo
solar, signo lunar o ascendente Escorpión se enamora, nada más cuenta para ella: ni sus amigos, ni su familia,
ni su carrera, ni su reputación, ni sus sufrimientos. No vacilará ni un segundo en escarnecer abiertamente a
cualquiera que amenace con interponerse en el camino de su dicha conjunta, con proyectar una sombra sobre
su amor o con perjudicar de alguna manera a su hombre. Una devoción de tanta magnitud debería ayudarlo a
pasar por alto la forma en que ella vuelve ocasionalmente contra él sus reyertas personales. Los Carneros
necesitan que los amen ilimitadamente... o nada. Y así es precisamente como ama Escorpión.

u
Ilimitadamente... o nada.
Un hombre Aries que acabe de entablar una relación emocional con esta chica (digamos mujer... las
Escorpión no son nunca chicas, todas nacieron mujeres) pensará tal vez que ésta es una reseña injusta del
carácter, los rasgos y la personalidad de su amada. Y lo pensará porque imagina los ataques de represalia,
seguidos por el repliegue instantáneo, que acabo de describir, como la operación de una araña viuda negra.
¿Cómo es posible que una mujer con una voz tan susurrante, gangosa, y dulces modales femeninos, sea una
an
araña viuda negra encubierta? No lo es, desde luego. En ello reside la clave. Sus tácticas vengativas de Plutón
no han de parecerse necesariamente a algo copiado de una película de vampiros. Ella es sencillamente una
dama tierna, un poco tímida, sensible, que tiene sus momentos de sosiego.

Después de la boda, él aprenderá. Recibirá una lección acelerada de astrología cuando le diga: «Quiero que
vayas al salón de belleza y te hagas peinar antes de que mi socio [mi jefe, mi agente, o quien sea] y su esposa,
vengan a cenar esta noche. Tu peinado actual es muy anticuado y no te sienta bien.» (Aries gobierna la
primera casa astrológica del aspecto físico, y los Carneros son muy vanidosos cuando se trata de su figura y
de la de sus seres queridos. Casi tanto como Leo.) La mujer Escorpión no le gritará indignada, porque él ha
criticado su encanto. Se limitará a sonreír dulcemente y dirá: «Por supuesto, cariño». Seguirá siendo un
perfecto ángel de feminidad cuando él llegue esa noche a su casa, en compañía del señor Cascarrabias y su
enjoyada esposa.

La voz de su consorte Escorpión será cálida, aterciopelada y sensual cuando le susurre en la alcoba:
M

—Cariño, tú se lo explicarás a los Cascarrabias, ¿verdad? Tengo una jaqueca espantosa, y esta noche
sencillamente no estoy en condiciones de recibir a nadie.
—¿Qué dices? —vocifera él—. ¿Cómo podría explicárselo? ¿Ellos te están esperando en la sala, y tú
sigues en camisón y ni siquiera has empezado a preparar la cena? ¡Esto podría arruinar todo mi futuro! ¿Te
das cuenta de lo que me has hecho?
Su furia no surte el menor efecto. Ella ya ha cerrado los ojos y se ha colocado la bolsa de hielo sobre la
cabeza, siempre con la dulce sonrisa en los labios, y ha dejado que él se encargue de lidiar con los
hambrientos invitados. ¿Veis? ¡Ninguna semejanza con las películas de vampiros! Sólo una simpática señora,
con jaqueca, que siente mucho causarle semejante contratiempo. (La próxima vez él no menospreciará su
peinado.)
El hombre Aries es competente y valeroso cuando está implicado en una situación que comprende, pero no
sabe enfrentar con éxito aquellos razonamientos que no le entran en la cabeza. Cuando ella se niegue a
combatir con las armas que él ha elegido, se sentirá desconcertado, pero esta experiencia lo sosegará, a la
larga, y es posible que también contribuya a fomentar su maduración emocional. Aunque amar a un Escorpión


 
y convivir con él puede ser un poco accidentado, la experiencia aplacará la personalidad fogosa del Carnero, y
le hará ver como ninguna otra sus defectos marcianos: el egoísmo, la imprudencia y la retórica impulsiva. Si
él la ama, es mucho lo que ella podrá enseñarle... así como él a ella.

En 1970, conocí en California a una fascinante mujer Escorpión que acababa de separarse de su
marido Aries. (Él era cirujano —profesión típica de Marte— aunque no muy evolucionado ni esclarecido.)
Ninguno de los dos tenía suficientes conocimientos de astrología como para entender, y por tanto tolerar, sus
respectivas personalidades. Pero tuve la impresión de que tal vez aún se amaban, y espero que este libro
aparezca a tiempo para ayudarlos a reencontrarse. Su matrimonio le inculcó por lo menos a ella una lección de
astrología que nunca olvidará. (Los Escorpión siempre saben aprovechar la experiencia.) «Los hombres se
intimidan cuando conocen a una Escorpión —me dijo—. Creen que somos todas mortales y peligrosas. De
modo que ahora, cuando me preguntan mi signo solar, me limito a agitar las pestañas y les contesto que soy
Piscis. ¡El efecto es milagroso!»

ki
Es imposible saber cuántas chicas de noviembre andan por el mundo fingiendo ser Peces... pero ya estáis
advertidos. Es una vergüenza que el desconocimiento de la astrología obligue a usar este disfraz. Las mujeres
Escorpión cuando se las comprende, son personas encantadoras, con una ternura insuperada y una inmensa
capacidad para amar.

La atracción sexual entre un hombre Aries y una mujer Escorpión es instantánea y magnética, y puede
producir una satisfacción permanente. Su relación física nunca será indiferente o fortuita. El sexo, combinado
con el amor, es un componente básico de la búsqueda de salvación personal de Escorpión, y equivale a la
gloria que el Carnero anhela para satisfacer su brumoso ideal. Él necesita conquistar sexualmente, y ella se lo

u
permitirá, pero no será pasiva sino que saldrá a su encuentro recorriendo más de la mitad del camino de la
expresión erótica. La apasionada respuesta de ella a la posesión sexual de él, fusionada con su buena
disposición para someterse físicamente al ariano, representa la apoteosis de la unión extática para este hombre
que busca una mujer auténtica, y nunca una compañera pasiva, ni tampoco una consorte dominante que
intente subyugarlo. En lo más recóndito de su corazón, él es el Adán original y viril, pero puro e inocente... y
en lo más recóndito de su corazón, ella es la Eva original, tentadora y misteriosa. A menos que alguno de ellos
an
tenga una grave tara de Marte o Venus en la carta natal (que puede degenerar. tratándose de estos dos, en
diversas formas de sadismo o masoquismo), a la hora de acostarse no quedarán dudas acerca de cuál es el
hombre y cuál la mujer... y, con el debido respeto al movimiento de liberación femenina, así fue como lo
planearon nuestros Co-Creadores.

La mujer Escorpión no puede disculpar que no la amen debidamente, dentro o fuera de la alcoba, y si él la
ha agraviado involuntariamente, es posible que ella se vengue de cuando en cuando utilizando como arma la
negación de la unidad sexual, lo cual implicará un grave' error de su parte, porque es muy posible que lo
convierta en un amante inseguro, y por tanto egoísta. Él debe ratificar su dominio desde el principio en el
ámbito de la pasión física.

Escorpión se siente obligado a irrumpir en lo desconocido, para saber, y una vez que sabe, guarda el secreto.
Aries arremete temerariamente, para descubrir la verdad y la felicidad, y después las comparte con entusiasmo
M

y desenvoltura. Ésta es una diferencia esencial entre ambos, que sólo se pueden superar cada vez que aflora,
mediante la confianza mutua y la clemencia. Cuando él exhibe sus emociones desconsideradamente, puede
generar en el corazón de ella un dolor que le resultará difícil olvidar, y aunque su respuesta exterior a los
fuegos de artificio de Marte puede consistir simplemente en un suave: «¿No te parece que exageras, cariño?»,
es imposible detectar qué ocurre dentro de ella, detrás de su fría máscara. Hay una sola respuesta a esta
pregunta.

«No, no exagero. No hago más que ser como soy. Nací bajo un astro distinto del tuyo, y debo expresar mis
sentimientos. ¿No quieres que sea sincero conmigo mismo?» Sí, esto es lo que ella quiere. Tal vez no lo
revele nunca, ni lo confiese... pero esto es lo que ella quiere.


 
TAURO ESCORPIÓN
Tierra - Fijo Negativo
- Agua - Fijo - Negativo
Regido por Venus (también por el
Regido por Plutón
planeta Pan-Horus)

Símbolo: el Toro Símbolos: el Escorpión y el Águila


Fuerzas nocturnas Femenino
- Fuerzas nocturnas - Femenino

ki
La relación TAURO-ESCORPIÓN
Cuanto antes se termina con el horror, tanto mejor.

u
Por supuesto, no siempre es un horror, aunque la posibilidad existe. Cuando ambos ponen verdadero empeño,
Tauro y Escorpión se llevan a menudo muy bien, y a veces estupendamente. Si el signo lunar de uno está en
conjunción, en sextil o en trígono con el Sol del otro, pueden explorar nuevos mundos de la mente o el
espíritu, en el espacio o en la Tierra. Esta puede ser una relación bella y perdurable en el campo de la ciencia,
la literatura, las artes... o en el de la simple contigüidad humana. Cuando tengan un aspecto negativo entre sus
an
soles y sus lunas, seguirán enfrentados y convertidos en enemigos poderosos, hasta que uno de ellos, o ambos,
evolucionen hacia los conceptos de tolerancia, compasión y desinterés.

Como sucede en todas las configuraciones de signos solares 7-7, Escorpión y Tauro intuyen el uno en el otro
las cualidades faltantes que lo (o la) convertirían en un ser cabal y completo. La polaridad magnética de su
oposición en la rueda astrológica los tironea con bastante fuerza... para bien o para mal. Escorpión es todo lo
que Tauro desea ser. Y Tauro es todo lo que a Escorpión le gustaría ser. Sin embargo, ambos preferirían casi
literalmente morir antes que confesarlo. Escorpión no es un signo dual, pero las Águilas viven en dos mundos
al mismo tiempo: el mundo de aquellos lugares adonde los lleva su compulsivo anhelo espiritual, y el mundo
visible, material, en el que creen los mortales comunes. Los Escorpión flotan entre ambos, sujetos a su propia
ley, tan indescifrables como la Gran Pirámide de Gizeh. Para disfrazarse, y para evitar que la gente los vea
oscilar en el aire en semejantes condiciones, la mayoría de los Escorpión usan una máscara. Puede ser una
máscara de dulce afabilidad, de gélido desapego o de frío espíritu práctico. Pero debajo de ella son todos
calderos quemantes, hirvientes, burbujeantes, de viva emoción.
M

Tauro no tiene falsos rostros. A los Toros, como a los otros signos de Tierra, no los entusiasma la idea de
disfrazarse en Carnaval... ni para engañar a la gente ni para asustarla. Sólo quieren hacerla reír (y hacerla
comportar correctamente). Los Toros viven firme y tangiblemente asentados en un solo mundo: la Tierra. La
buena, vieja, conocida y segura tierra firme. Son lo que son, y nada ni nadie conseguirá que dejen de ser
aquello para lo cual nacieron: verdaderas montañas de fiabilidad, coraje, paciencia y empeño. Aunque el
Tauro medio no nació con el poder de penetración y la voluntad de acero de Escorpión, ni con el asombroso
poder de regeneración del Águila, encarna la auténtica y genuina serenidad interior que Escorpión ambiciona
poseer, e4 absoluto control emocional que los hombres y mujeres regidos por Plutón sólo fingen tener. Es por
eso por lo que Escorpión envidia a los Tauro regidos por Venus. (De cuando en cuando, nace un Toro cuya
Luna y ascendente están en Escorpión... ¡entonces cuidado! Quiero decir que este individuo es el súmmum de
los generadores de energía.)

En cuanto a los Toros típicos, ni siquiera se molestarían en cruzar pesadamente la calle para poseer o

10 
 
imitar la vehemencia emocional de Plutón, pero caminarían miles de kilómetros, e incluso saltarían vallas de
alambre de espino —cuesta arriba, si fuera necesario (y si nadie mirara) — para apropiarse de la facultad que
tiene Escorpión de saber sin ningún tipo de cálculo... simplemente de saber. Los Tauro darían todo su oro a
cambio de poder escudriñar el alma de una persona y descubrir todos sus secretos, como lo hacen las
Águilas. Si al menos pudieran adquirir esta facultad, los Toros lograrían edificar sus imperios más deprisa. Y
si Escorpión pudiera adquirir, a su vez, la impasibilidad de Tauro frente a las tormentas magnéticas
emocionales de la vida, podrían alcanzar sus objetivos misteriosos con mucho menos sacrificio de su psiquis
interior.
Naturalmente, cuando estos dos se reúnen en cualquier tipo de asociación —comercial, familiar, amistosa
o amorosa— y resuelven facilitarse recíprocamente el uso de sus talentos y virtudes individuales, trabajando
conjuntamente, pueden cambiar el destino.

La fusión de .sus cualidades mediante una estrecha relación nunca es insustancial. Puede trepidar y sacudirse
con altibajos. Tengo un amigo Tauro con un hermano Escorpión y ambos aman por igual a su madre Piscis.

ki
Pero cuando el Toro se mudó a su casa nueva, las presiones de diversas crisis financieras lo tuvieron tan
atareado que no pudo comunicarse enseguida con su madre regida por Neptuno. Además, no quería
preocuparla con sus problemas personales. Una noche, el Toro y su esposa invitaron a cenar al hermano
Escorpión, y éste aceptó. Le prepararon sus platos favoritos, y los niños estaban lava' I y cepillados y
excitados por la perspectiva de ver a su tío... pero éste no apareció. Cuando le telefonearon a su casa, estaba
ausente. El enigmático silencio de Plutón se perpetuó durante varios días, hasta que una mañana llegó por
correo una nota del «desaparecido» pariente Escorpión. Decía, sencillamente: «En el Bronx vive una señora
muy sola que tiene noticias tuyas desde hace demasiado tiempo. Después de que te comuniques 1,1 ella,
tendré mucho gusto en ir a cenar».

u El Toro franco y llano se puso tan furioso como si le hubieran mostrado un trapo ro indignado por la
conducta innegablemente tortuosa de su hermano. ¿Por qué cuando habían invitado inicialmente a la casa no
había dicho sin eufemismos que estaba enfado, en lugar de recurrir a subterfugios misteriosos y campañas de
silencio?
an
¿Por qué? Porque era un Escorpión, y los Escorpión son así. La franqueza pura simple carece de
aguijón, y aquella Águila estaba resuelta a clavarle el aguijón a su hermano. El elemento sorpresa es
indispensable para la represalia totalmente eficaz de Plutón. Sin embargo, poco tiempo después, cuando las
penurias económicas del Toro llegaron al punto crítico, el Escorpión le ofreció en préstamo a su hermano el
dinero que necesitaba, sin que se lo pidiese siquiera. Los Escorpión son también así.

Una de las cualidades que posee Tauro, y que generalmente le falta a Escorpión, es el sentido del ridículo.
Hay Águilas que tienen un refinado sentido del humor, pero poco éste sigue los carriles del absurdo. El humor
es el gran generador de equilibrio que hay en la Naturaleza. Suministra una sana perspectiva de la vida, y les
ahorra a los Toros las influencias destructivas gemelas (¡sin parentesco con Géminis!) de la autocompasión y
el egocentrismo. Cuando te ríes, estás rodeado de individuos afectuosos, felices. Un chiste atrae a la multitud.
Y cuando te ríes de ti mismo, todos te adoran... porque te muestras tan humano y falible como ellos saben que
lo son a su vez, y porque les permites olvidar fugazmente su propia vulnerabilidad. Quizá los Escorpión
M

prefieren viajar a menudos solos y de incógnito porque carecen de ese humor natural y espontáneo que atrae a
multitud. A los individuos regidos por Plutón les resulta difícil fingir falibilidad. Además, no necesitan que
los adoren.

Es posible que un Toro aborde a un Escorpión con un estado de ánimo típicamente juguetón (e
inusitadamente locuaz) y exclame:
«¡Eh! ¿Por qué te ocultas detrás de esa barba enmarañada y esas gafas oscuras?
¿Temes que la gente descubra que en realidad eres Bernabé el Vampiro? ¡Ya entiendo! barba y las gafas
hacen que te sientas seguro, ¿no es verdad, Berny?»
(Si el Escorpión es una señora Águila, sustitúyase el «Berny» por «Vampy»... y elimínese la barba, por
supuesto.)
«¿No es así, Berny? (O Vampy.) Reemplazan la manta abrigada que chupabas y llevabas contigo a la
cama cuando eras pequeño.»
(El Toro piensa en la etapa de su propia infancia identificada con la manta y el osito juguete.)
Escorpión no lo tomará a risa. El Escorpión se limitará a murmurar en voz baja, sin e se le mueva un pelo

11 
 
del bigote:
«Quizá.»
Pero Tauro insiste:
«¿De veras? ¿Te sientes seguro porque te pareces a uno de esos personajes anacrónicos que ilustran las viejas
cajas de pastillas contra la tos?»
Oído lo cual, Escorpión esbozará la tenue sonrisa de advertencia propia de Plutón, previa al ataque letal,
y comentará con una voz profunda y untuosa:
«¿Estás celoso, eh? Celoso porque yo tengo barba y tú no. ¿Acaso la explicación reside en que la barba
simboliza la virilidad y eso hiere tu sensibilidad, por algún motivo?»

Ahora bien, no hay nada, en el cielo o el infierno, que pueda herir más cruelmente al Toro que una
insinuación de esta naturaleza, hecha en serio o en broma. El Escorpión ha vuelto a atacar, ya se llame
Bernabé el Vampiro, alias Vampy o Berny, o Leonardo el contable. El Águila ha hecho correr sangre. Tauro
se repliega, ofendido y desconcertado por el hecho de que una simple broma amable haya sido retribuida con

ki
lo que para cualquier Toro es un agravio descomunal. Por supuesto, cuando se los acosa demasiado, los Tauro
no se repliegan. Piafan, bufan... y arremeten, destruyendo por completo al Escorpión que entonces, en sus
últimos momentos, hace girar la cola, clava el aguijón fatal... y ambos caen muertos. Claro que lo que
describo es una escena imaginaria entre los símbolos de la Naturaleza que representan a los dos signos
solares. En un choque análogo entre seres humanos, podéis traducir la alegoría como os plazca.

Y hablando de los símbolos de la Naturaleza, confío en que al lector o la lectora no lo confundirá, que
designe indistintamente a las personas regidas por Plutón como «Escorpión» o «Águila». El Águila es un

u
Escorpión regenerado en la octava superior de su propio superconsciente, capaz de proyectar todas las
cualidades más refinadas y positivas del signo solar. Como una especie de reencarnación dentro de una
reencarnación, por así decir. Todos los individuos Escorpión son Águilas durante parte del tiempo. Si
perseveran, pueden mantenerse permanentemente en este nivel superior, disparados desde las arenas del
Escorpión hasta los cielos de esclarecimiento del Águila, todo ello merced a su voluntad, cabalgando en las
alas del repudio de la venganza, sublimados en la misión de defender a los inermes.
an
Muchos Escorpión valoran el humor, pero normalmente sólo cuando pueden verlo o proyectarlo en un
sentido impersonal. Por ejemplo en un escenario o una pantalla, o entre amigos... mirando. A muy pocos
Escorpión los divierte que la gente se ría a sus expensas, y tampoco son aficionados a palmear alegremente las
espaldas de los demás, como suelen hacerlo los Toros en sus momentos de especial regocijo. El Escorpión
típico sólo soltará una risita sincera al oír los chistes en compañía de buenos amigos dignos de su confianza.

El Escorpión Mike Nichols, escritor, autor, intérprete y director norteamericano de comedias (muy
talentoso en su género), no tiene fama precisamente de tomarlo todo a risa en su vida personal, cuando él
mismo es el blanco de las pullas. Lo mismo vale para la comediante Minnie Pearl. Ésta es hilarante en el
escenario, pero en su vida privada es una dama Escorpión vehemente y militante, con apasionadas
convicciones políticas y de otro tipo.

Escorpión y Tauro tienen algunas cosas en común. Ambos son propensos a mostrarse reservados con los
M

extraños. Ni el uno ni el otro es charlatán ni se complace en pronunciar largos discursos a menos que deba
decir algo importante. Y a los dos les disgusta por igual que los entremetidos los interroguen groseramente.
Pero reaccionan de manera muy distinta frente a estas intromisiones. Escorpión empleará tácticas sutiles para
guardar sus secretos. Cuando le falle la sutileza, Escorpión se limitará a mentir, y justificará su
comportamiento definiéndolo como un derecho inalienable en el trato con quienes pretenden violar su sagrada
intimidad. (Sin embargo, en cualquier otra circunstancia, los Escorpión son modelos de integridad.) La
connotación tácita es la siguiente: «Has husmeado en mis asuntos personales y te has ganado lo que
merecías». (El indiscreto debe darse por conforme con la mentira. Peor habría sido que el Escorpión le clavara
el aguijón de su cola. A veces emplea sus dos armas defensivas simultáneamente.)

Los Toros también son celosos de su intimidad, y se muestran tan renuentes como los Escorpión a contar
todo lo que saben. Pero no son sutiles, y rara vez se molestan en mentir. El Tauro espantará al importuno sin
pelos en la lengua, con una frase descarnada como ésta: «No te metas en lo que no te importa, infeliz, y
lárgate de aquí».

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Nadie puede decir «no» más enfática y sinceramente que el Tauro y el Escorpión se lo dicen el uno al otro,
ahí termina todo. Pero cuando se dicen «sí» recíprocamente, desarrollará una amistad sólida y perdurable.
Porque los Toros y las Águilas tienen algo más en común. La lealtad. Moverán montañas por aquellos que
aman y que les inspiran confianza, y no los arredrará ninguna dificultad. Ambos consideran que un favor
equivale a un préstamo bancario: lo devuelven perentoriamente, con intereses.

Mujer TAURO Hombre ESCORPIÓN

ki
¿El chico dormía, o estaba a la expectativa... con la daga en la mano? Era imposible
saberlo...

Es posible que, al comienzo, la chica Tauro tema aceptar la invitación silenciosa reflejada en los ojos
hipnóticos del hombre Escorpión. Ha oído algunos rumores inquietantes acerca de él. Le han dicho que es
implacable y lascivo. Realmente ésta es una combinación fuerte, suficiente para inspirar un poco de cautela

u
a cualquiera.
El hombre Escorpión tiene muchas virtudes deslumbrantes para compensar sus vicios oscuros, pero no
es una criatura que confía ingenuamente en la bondad de la naturaleza humana.
Tampoco es Andy Hardy ni Tiny Tim. A través de la ventana mágica de su penetrante mirada de Plutón,
ve un panorama tan vasto de la naturaleza humana que no puede confiar mucho en su bondad. Tiene más fe
en su propia inclinación instintiva a la veracidad y la honestidad. Confía en Dios. Y recela de todo lo
an
demás. Por eso parece implacable. Sin embargo, si es un Águila (en lugar de ser la Lagartija Gris o el
Escorpión aficionado a picar, que describí en el capítulo consagrado a Escorpión de mi primer libro, Sun
Signs) sólo destruye a los enemigos que podrían destruirlos a él o a los indefensos (y él sabe cuáles son). A
aquellos que sólo pisan la cola del Escorpión por casualidad los picará levemente, para transmitirles el
mensaje de Plutón, a saber, que nunca deberán volver a abusar de él... ni de un amigo inerme. Después,
generosamente, les permite seguir su camino, ilesos.
Es una lección. Nada más. Apréndala, es la advertencia tácita al trasgresor... o cuídate del próximo
encuentro.
En realidad, sus actos son impecablemente honestos y justos, nunca mezquinos... y siempre se ajustan a
su propia ética estricta. Escorpión nunca le exige a nadie lo que no está listo y predispuesto a dar de sí
mismo. Ésta es una filosofía similar al código de esa sociedad de orientación familiar denominada
«Mothers And Fathers Intelectual Association» (Asociación Intelectual de Madres y Padres), que a veces se
abrevia por sus cinco iniciales y que tiene como símbolo una mítica y legendaria Mano Negra. En el caso
M

de Escorpión, como en el de esta sociedad, la mano negra simboliza la protección a los débiles, los pobres
y los indefensos, y también una amenaza para los desleales, los codiciosos, los autoritarios y los curiosos.
Por lo menos, éstos fueron los nobles sentimientos iniciales, análogos a los de Robin Hood, que imperaban
cuando la sociedad nació en el siglo dieciocho, en Sicilia, antes de que décadas de fechorías macularan la
sinceridad de su motivación.
Muchas personas imaginan al mismo Robin Hood como un Sagitario. Ciertamente era un experto arquero, y
probablemente también un Arquero por su signo solar, pero yo siempre he intuido, personalmente, que su
Luna estaba en Escorpión. ¿Robin Hood era implacable cuando se proponía «distribuir la riqueza»? Sólo los
malos y los ricos lo penaban.

Así como no todo miembro individual de la Mothers And Fathers /Intellectual Association está libre de
tacha, así tampoco lo está todo Escorpión individual. En ambos grupos, hay algunas almas bienintencionadas
y otras perversas. Sin embargo, aquí nos ocupamos del Escorpión medio, y barajamos estadísticas. Así que
digamos que la chica Tauro no tarda en perder su recelo inicial respecto de la naturaleza implacable del hom-
bre Escorpión.

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En realidad, hay pocas cosas tangibles que le inspiren miedo a la mujer Toro. Además, él ya la ha hecho
sentirse reconfortada y segura pues se ocupó de enviar a su hermanito al campamento de verano, le ha traído
flores a su madre, la ha tratado como a una dama, y ha tratado a su padre como si fuera un sabio patriarca...
un hombre digno de respeto. Pero Tauro no es tan valeroso cuando se trata de lo intangible, de lo que no ve o
de lo emocional... ¿así que cómo deberá tomar los rumores acerca de la lascivia del Escorpión?
¿Qué es lo que puedo deciros? Repito: probablemente son ciertos. El varón Escorpión no es un eunuco
impotente, ni un escolar tímido y balbuceante. Es, en todo sentido, un hombre. Es tan viril como Aries, tan
sentimental como Libra, tan apasionado como Leo, tan sensible como Piscis y tan sensual como la misma
mujer Tauro. Si sumáis todos estos elementos y obtenéis una palabra —lascivo— bueno, ¿de qué os quejáis?
En verdad, es posible, naturalmente, que una mujer desprovista de educación astrológica tema a un carisma
masculino tan poderoso. ¿Pero qué es lo que hay que temer? Este hombre no anda por el mundo seduciendo
damiselas inocentes, como pretenden hacéroslo creer algunos libros de astrología. Por supuesto, sería difícil
reunir datos exactos en esta materia, pero es muy probable que las mujeres «violadas» hayan sido víctimas
voluntarias de Escorpión.

ki
Para una mujer Tauro, la prueba física de sus sentimientos más profundos es una necesidad de la vida. Así
que la presunta «lascivia» de Escorpión no debe disuadirla de examinar las posibilidades de vivir la vida y el
amor con este hombre. Si lo hace, podéis estar seguros de que experimentarán la una y el otro en todas sus
múltiples facetas, matices, tintes y tonos. Cuando algo fascina a Escorpión, lo sondea y lo penetra hasta su
sentido más profundo. Cuando algo le parece indigno, lo hace desaparecer con su frío desdén, como si no
existiera. Al fin deja de existir... por lo menos en su conciencia o en su vecindad inmediata. Esto vale tanto
para las personas como para los objetos. Obviamente, entonces, el problema consiste en asegurarse de que a

u
ambos les resultan interesantes los mismos objetos y las mismas personas... y los aburren los mismos objetos
y las mismas personas. De lo contrario pueden cruzarse los cables y las intenciones, y puede producirse el
caos emocional. La chica Tauro puede apegarse como la cola a una persona o un objeto, y la desconcertará
que un querido amigo o pariente, un venerado jarro para crema o un tapete tejido a mano, se esfume sólo
porque el hombre amado no comparte su entusiasmo o su gusto.

Si sus cartas natales indican un aspecto luminario armonioso entre ellos (Sol y Luna) compartirán las
an
mismas experiencias, y fusionarán sus personalidades individuales polarizadas en una poderosa vibración. De
lo contrario, bueno, es posible que al fin y al cabo se justifique parte del recelo que ella experimentó
inicialmente.

Puesto que ésta es una configuración vibratoria 7-7, él tiene lo que ella necesita, y ella tiene lo que él
desea... y probablemente obtendrá (como explico con más claridad en la sección anterior). Desde luego, un
magnetismo de esta naturaleza determinará que los dos se sientan atraídos el uno hacia el otro como barras
imanadas, siempre que ambos sean libres, estén bien predispuestos y sean capaces de encarar una relación
fecunda y a veces se producirá el fenómeno aunque no reúnan dichas condiciones. ¿Alguna vez tentó impedir
que se juntaran dos barras imanadas? Compre un par en la ferretería y haga la prueba. Tendrá un excelente
ejemplo de la ley de atracción y repulsión magnética que opera en la compatibilidad romántica astrológica.

La chica Tauro tiene espíritu práctico. No es inestable e impulsiva, ni es una soñadora nebulosa. La pasión
M

no se estimula fácil ni rápidamente en su corazón estable. Madura lentamente. Pero una vez que alguien
cautiva sus sentidos —cuando se da cuenta de que capta el aroma de su cabello, de que tiembla al oír el
sonido de su voz, de que se derrite al verlo caminar o sonreír, y de .que se estremece por dentro al sentir que
él le toca la mano— es posible que su sentido común y su espíritu práctico queden indefinidamente
cancelados. No obstante su natural estabilidad terrenal, la mujer Tauro enamorada es más vulnerable que la
chica Pez, y esto ya es mucho decir.

Esta mujer nació bajo un signo fijo, así que criando comprenda que su amante es el hombre que ha estado
esperando (a veces durante años), no cambiará de idea. Si él es un Escorpión la mujer Tauro puede contar con
que él será tan leal como ella (a menos que existan serias desavenencias entre sus respectivas cartas). Ella es
posesiva en el amor, pero esto no debe confundirse con los arranques de celos irracionales. Tauro no es celo-
so. Los celos son una emoción que implanta sus raíces en una inseguridad básica. La palabra posesividad es la
que mejor describe el orgullo que siente la mujer Tauro por todo lo que es suyo... y la devoción que le tributa
generosamente, ya se trate de un hombre o de una colcha heredada de sus antepasados.

14 
 
El hombre Escorpión entenderá la diferencia entre estas dos palabras, y le dará muy pocos motivos para
experimentar celos, al mismo tiempo que disfrutará bastante de su posesividad. No obstante su reputación de
símbolo sexual, este hombre raramente interpreta el sexo como un pasatiempo agradable o como una serie de
encuentros informales. Para él, el sexo es la razón de la vida y la muerte, el portal de ambos, el único misterio
que posiblemente nunca resolverá por completo. En consecuencia, está muy próximo a ser una religión para
él. Lo cual significa que, cuando encuentre la compañera apropiada, su concepción del sexo será pura, aunque
apasionada, y no abarcará la promiscuidad experimental. Por tanto, a pesar de los rumores astrológicos,
existen menos posibilidades de que sea el Escorpión quien traicione a la mujer que ama, en contraposición' a
la mayoría de los hombres, y si ella nació bajo un signo de Tierra o Agua, existen aún menos posibilidades de
que la engañe. La mujer Tauro de espíritu práctico entiende, quizá mejor que cualquier otra, la pasión que
bulle y arde dentro de Escorpión, y la retribuirá con una expresión física igualmente viva. Sin embargo,
aunque es posible que ella reciba con beneplácito su sexualidad apasionada, tal vez no acoja con idéntico
entusiasmo las convicciones apasionadas que él sustenta fuera del ámbito de su relación física.

ki
Él es una misteriosa combinación de razonamiento frío y emoción ardiente, aunque sólo se digne
exhibir el primero, mientras oculta la segunda como si fuera un tenebroso secreto. Ella aprobará su
razonamiento frío, su aplomo superficial y su espíritu práctico, porque coinciden con los suyos propios. Pero
las emociones ardientes la dejan helada... y le inspiran desaprobación. Escorpión se compromete a través de
sus emociones que, como las aguas mansas de su signo solar, corren a mucha profundidad. Desde el fondo,
sólo hay un paso hasta el compromiso vehemente. Ya se trate de cuestiones relacionadas con la política, los
vecinos, el trabajo, la ecología, los viajes espaciales, la familia, el aborto o con lo que sea, el Escorpión toma
partido apasionada y emocionalmente... o manifiesta inequívocamente su indiferencia. Tauro casi no tolera los

u
extremos violentos de amor y odio. Para ella, se trata de una tensión nerviosa extenuante e innecesaria. Ésta
será la causa subyacente, de una manera u otra, de todos sus desacuerdos, grandes o pequeños.

Para cooperar con la mujer Tauro que está triste y sola porque ha reñido con el Escorpión que ama, le revelaré
uno de los secretos de él, encerrado en un poema que escribí una vez con la intención de ayudar a cualquier
alma desprevenida y atormentada por su incapacidad para resolver el misterio de Plutón, encarnado en este
hombre. Él le habla a ella...
an
tu voz helada extinguió las estrellas
y me quebró el corazón, y lo astilló
tu tono tan frío como los inviernos de Colorado

pero yo te prometo olvidar pronto


el contrato que casi concertamos... sentirás la rápida respuesta
de un igual
a medida que el ensueño empiece a desvanecerse te ahogaré en falsa
bondad
y una mirada fortuita, cordial
casi imagino tu ceguera
mientras vigilo y espero
M

la oportunidad
de hacerte saber súbita, cruelmente,
cuán fácil me resultó dejarte partir. *

Se titula The Sting of the Scorpion (La picadura del Escorpión). Y he aquí el secreto que prometí revelarle a la
dama Tauro. A él no le resultó fácil dejarla partir. Pero ocultó dolor de su propia pena tras los rasgos helados
del desapego de Escorpión. Ahora que si lo he dicho, tal vez ella podrá quitarle la máscara y curar ese corazón
astillado, siempre que recuerde lo siguiente: una mujer Tauro, cuando está encolerizada, puede proyectar
realmente una «voz helada» y un «tono frío». ¿Cómo habría de ver lo que él siente dentro, mientras tiene
puestas las anteojeras de la testarudez? Lo único que puede generar esta actitud es «la rápida respuesta de un
igual», y él es su igual. Por su fijación... su paciencia... por su lealtad... pero también por su capacidad para
recordar el dolor... por su necesidad de aprender a perdonar.

15 
 
Hombre TAURO Mujer ESCORPIÓN
Era un hombre valeroso; pero por el momento debió detenerse allí y enjugarse la frente, que
chorreaba como una vela. Después se internó silenciosamente en lo desconocido.

ki
El hombre Tauro, que se siente naufragar en el misterioso averno de la atracción magna' tica de la mujer
Escorpión, se encamina hacia lo que puede ser la experiencia más traumática de su vida... o la más vivificante.
Ciertamente el desenlace no será neutro.

Puede ser lo primero, si existe un aspecto negativo entre el Sol y la Luna de a respectivos horóscopos. Pero si
estas dos luminarias se encuentran en una relación armoniosa, podría muy bien ser lo segundo. Si todo está en
orden entre sus planetas, él puede dejarse naufragar tranquilamente, pero no estará de más que lleve un
ejemplar de la Biblia bajo el brazo, al hundirse en el abismo inconmensurable del amor de ella. Realmente es

u
una buena idea estudiar las Sagradas Escrituras antes de entablar una relación íntima con esta mujer. Sea lo
que fuere lo que digan o haga, los Escorpión siempre encontrarán un pasaje en las Escrituras para justificarse.
Y lo recitarán para asegurarse de que usted sabe que ellos están libres de culpa. No sólo son expertos en el
Antiguo y el Nuevo Testamento, sino que también tienen la facultad extrasensorial de leer entre líneas... y lo
que el Escorpión encuentra entre líneas es todo un testamento por sí mismo.

Por supuesto no todas las chicas Escorpión se saben la Biblia de memoria, pero no estará de más
an
precaverse contra esa posibilidad. Si ella no recita las Escrituras mientras le hace el amor, o mientras le clava
el aguijón, es posible que haya aprendido de memoria largos fragmentos del Libro de los Muertos tibetanos. O
cuando menos es posible que haya asistido a un par de reuniones de los Hare Krishna, o que se haya hecho
tatuar en algún lugar del cuerpo, visible sólo para el ojo «desnudo», un escarabajo egipcio. ¿No? Entonces
registrad su mesa de tocador (si encontráis la llave para abrirla) y comprobad si tiene un mazo de cartas de
Tarot. o un ejemplar muy manoseado del I Ching, metido entre sus filtros de amor, sus perfumes exóticos v
sus afrodisíacos.

No quiero insinuar que la personalidad de esta mujer es tan quemante que el hombre Tauro no puede
manejarla, ni que su psiquis es tan fría y misteriosa que no puede penetrarla. Al fin y al cabo, el astro del cine
mudo Rodolfo Valentino, el jeque sin par, era un Tauro. Así que el Toro está totalmente capacitado para
infiltrarse en la tienda de una chica Escorpión, bajo las estrellas, mientras sus ollares se dilatan
románticamente. Como ella se siente químicamente atraída hacia el sexo opuesto del signo solar opuesto
M

(Tauro), incluso es posible que salga corriendo de la tienda, descalza, a su encuentro. Si procede así, se
parecerá a la reina Nefertiti, a la luz de la luna. Esto es lo que las convierte a todas en mujeres tan singulares.
En los momentos de sosiego que pasan juntos, a solas, la mujer Escorpión puede trocarse, para su hombre
Tauro, en la imagen de todas las diosas del amor que hubo a lo largo de los siglos. Durante el día, se pone su
máscara de Escorpión y se convierte en Susan, la secretaria tímida: en Millie, la doncella virtuosa: o en
Laurie, la niñita extraviada.

No obstante su aparente tranquilidad y su dulzura superficial, ésta no es una mujer con la que resulta fácil
vivir. Es fascinante, femenina, inteligente, leal y apasionada. Pero no es una doncella inocente y atónita,
dispuesta a transformarse en un objeto de amor. Escorpión vive en medio de las emociones, pero a veces éstas
permanecen reprimidas durante años. Por eso parece tan dócil, y de pronto. sin aviso previo, tiene un acceso
de cólera bullente... o desaparece sumida en un silencio gélido, con el que es aún más arduo lidiar y que
ciertamente es más difícil de entender.

16 
 
Durante un tiempo, ella hará lo que él le diga, a menos que sea demasiado exigente. Después sacará a
relucir su fuerza oculta. El tacto y el espíritu de transacción no son sus puntos fuertes. Ya que estamos,
tampoco son los de él. Ni Tauro ni Escorpión saben muy bien lo que significa captar el punto de vista ajeno.
No. no es exactamente así. A Tauro le resulta difícil captar el punto de vista ajeno. Escorpión lo capta muy
bien, con su percepción portentosa. Pero igualmente prefiere sus propios deseos a los de los demás, tal como
se los revela su tabla de escritura espiritista. En este contexto deberán hacer algunos ajustes, o pasarán su vida
conjunta volviéndose la espalda, con los brazos cruzados y la boca cerrada, sumidos en un terco silencio.
Ambos nacieron bajo un signo fijo. Pero los dos también nacieron bajo un signo femenino, así que pueden ser
igualmente afables y comprensivos cuando optan por utilizar estas vibraciones «negativas», que son las com-
pensaciones «femeninas» por las cualidades «negativas» de sus signos solares.

A él lo rige Venus, el planeta de la paz y el amor. A ella la rige Plutón, el planeta de la


pasión explosiva y el misterio. Por tanto, su compatibilidad sexual está llena de extrañas
sorpresas y éxtasis sensuales. Ella asocia el sexo con el misterio de su propia existencia, y lo respeta como un

ki
acto sagrado de amor. También experimenta una curiosidad devoradora acerca de sus implicaciones secretas,
que sólo puede ser satisfecha por una intimidad cada vez más profunda con el hombre que ama, aunque
siempre habrá un aura de pureza alrededor de sus deseos. El sexo nunca es vulgar para una mujer Escorpión y
reclamará que la amen por su personalidad íntegra y no sólo por su atractivo físico. Otro tanto reclamará él.

Es posible que el hombre Tauro nunca conciba cabalmente su acto amoroso con tanta profundidad como
ella, pero ciertamente esto no le impedirá disfrutar de éste. Para el Toro, como para el Escorpión, la expresión
sexual es un acto de veneración, una renovación constante de la fuerza espiritual mediante el intercambio de

u
pasión entre ellos dos. Sin embargo, el sexo nunca basta por sí solo para una unión perdurable, ni siquiera
cuando es tan satisfactorio como normalmente lo es para Tauro y Escorpión en su relación gobernada por la
configuración de signos solares 7-7. Es posible que otras facetas de su amor necesiten cuidados constantes. A
estos dos nunca les resulta fácil reconciliarse después de un altercado grave. Sus respectivas vibraciones fijas
los mantienen distanciados. Escorpión dice: «Voy a perdonar. Pero no puedo pasar por alto». Tauro sólo
introduce una ligera modificación y dice: «Voy a perdonar. Pero nunca podré olvidar». Ambos se mienten a sí
mismos. Lo que piensan realmente es: «No puedo perdonar». Porque el auténtico perdón sí pasa por alto, y el
an
auténtico perdón sí olvida. La negativa a perdonar auténticamente es una actitud tenebrosa y maligna. Las
semillas que se plantan así en el corazón producirán, al germinar, el aislamiento frío y solitario, el
envejecimiento prematuro, la enfermedad crónica y la neurosis emocional. Podéis estar tan seguros de esto
como de que la bellota producirá, al germinar, una encina gigantesca.

El sentido del humor de él también puede generar tensiones entre ambos. El Toro necesita una broma
circunstancial y un toque constante de humor para iluminar y hacer soportable su vida, que es bastante seria.
Es posible que ella ría al oír sus comentarios jocosos, pero sus ojos no sonreirán, y él no tardará en aprender
que ella no soporta los sarcasmos, pues jamás pudo reírse verdaderamente de sí misma. El humor vivaz de él
es lo que lo convierte en un ser tan lleno de calor humano. Si ella dejara que la risa de Tauro, en lugar de
fastidiarla, se aposentase parcialmente en su corazón, tal vez descubriría que ésa es la dimensión adicional
que necesita para teñir sus emociones de colores un poco más claros.
M

La extraña peregrinación de la muy discutida «mujer misteriosa» del ídolo del cine mudo, el Tauro
Rodolfo Valentino —mujer que a pesar de las murmuraciones no ha sido identificada hasta hoy de manera
fidedigna— simboliza perfectamente la vibración de amor entre Tauro y Escorpión. Cualquiera que fuese su
nombre, su signo solar o lunar estaba seguramente en Escorpión (y esto podría dar la clave de su identidad).
Sí, sólo podía ser una mujer Escorpión hondamente afligida, que concebía la vida, el amor, el sexo y la muerte
como elementos inseparables, en tanto realizaba sus visitas solitarias a la tumba de su amante Tauro,
totalmente vestida de negro, con el rostro cubierto por un velo... para ofrendar las flores recordatorias de su
pasión, su congoja y su lealtad vehementes... todos los años, con inalterable fidelidad, en el aniversario de su
muerte.

Ésta es la norma de Tauro y Escorpión. Nada de coqueteos frívolos ni de amoríos fortuitos. Las alternativas
son la indiferencia gélida, el desastre total... o una devoción que durará toda la vida, y más allá de ésta, pasada
la eternidad. Todo... o absolutamente nada. En uno u otro caso, la Biblia vendrá bien.

17 
 
GÉMINIS ESCORPIÓN
Aire - Mutable - Positivo Agua - Fijo - Negativo
Regido por Mercurio Regido por Plutón

ki
Símbolo: los Gemelos Símbolos: el Escorpión y el Águila

Fuerzas diurnas Masculino


- Fuerzas nocturnas - Femenino

La relación GÉMINIS-ESCORPIÓN

u Todos los piratas son supersticiosos; y Cookson exclamó: «Dicen que la señal más segura
de que una nave está maldecida consiste en que hay a bordo más de lo que se puede
justificar».
an
El supersticioso nato Escorpión tiene todo el derecho del mundo a presumir la presencia de una persona
adicional cuando trata con un Géminis, nacido bajo el signo de los Gemelos. Por supuesto hay una persona
visible, pero el mellizo (o los trillizos o cuatrillizos) de este hombre o esta mujer se esconde eternamente en el
éter, listo para aflorar en las circunstancias más desconcertantes.

La mayoría de las personas no saben que cuando se asocian con un Géminis tratan con un múltiplo, pero
Escorpión sospecha inmediatamente la verdad. Escorpión lo sospecha todo inmediatamente. Es difícil, si no
imposible, engañar a Escorpión durante mucho tiempo. La naturaleza recelosa de estos individuos los impulsa
a explorar los misterios como Sherlock Holmes, pero rara vez discuten sus conclusiones con un doctor
Watson. Lo que Escorpión sabe se lo reserva para sí. Como he dicho antes, Escorpión busca, sobre todo, el
poder. El saber es poder, ¿así que por qué cederlo? Lo cual nos trae a una tendencia bastante obvia de la
mayoría de los Géminis (no todos, pero sí la mayoría): hablar. Algunas veces llegan al extremo de
chismorrear. En el mejor de los casos, generalmente no cuentan hasta diez antes de hablar, hábito éste que
M

puede ofuscar a los Escorpión más taciturnos y reservados, aunque a menudo las palabras de Géminis son
bellas burbujas de luz y alegría.

No se trata de que los Escorpión no puedan ser también locuaces, a ratos. Pueden serlo... los menos. Pero
la mayoría de los Escorpión prefieren que los vean y no los oigan, y si pueden evitarlo, prefieren que tampoco
los vean. He comentado en otra parte que muchos hombres y mujeres y niños regidos por Plutón tienen el
hábito de usar gafas de sol para salvaguardar el incógnito. Incluso aquellos raros Escorpión que son charlata-
nes tienen el don de hablar de todo menos de lo realmente importante. Pocas veces discuten algo
auténticamente personal... que les concierna a ellos, se entiende. En cambio discutirán de muy buen grado
asuntos personales referidos a terceros, excepto si han prometido guardar el secreto. Entonces sus labios
quedarán tan herméticamente sellados como si de un confesionario se tratase. Es raro el Escorpión que viola
una promesa. Para ellos, el cumplimiento de las promesas es una cuestión de honor. Y por eso la destreza
verbal del Géminis, para no hablar de sus actitudes infantiles de juego y retozo inocentes, pueden fastidiar a
Escorpión a menos que éste o ésta tenga su Luna o ascendente natal en un signo de Aire o Fuego. Los

18 
 
hombres y mujeres regidos por Plutón no sólo recelan de las personas ligeras de lengua sino que además
desconfían de la inocencia infantil. Escorpión tiene muchas cualidades, pero la palabra «inocencia» no es la
que un astrólogo elegiría para describir a este signo solar.

Los Escorpión tienen lo que sólo se puede definir como un rasgo dominante, que oscila entre el mal humor
taciturno y el frío distanciamiento (que a veces es arrogancia) cuando las cosas no marchan a su gusto. En
otras circunstancias Escorpión puede ser afable, sensible, compasivo y fanáticamente leal... pero nunca
auténticamente cálido. A Géminis también lo acusan a menudo de falta de calidez. (Los signos de Agua y
Aire les parecen fríos y desapegados a quienes nacieron en los elementos Fuego o Tierra.) En cuanto a la
lealtad, Géminis, como todos sabemos a esta altura, no sobresale por esta virtud, si el verdadero significado de
la palabra consiste en la devoción invariable a una persona, una idea o un ideal durante toda una vida. ¡A
Géminis le gusta variar! A estos individuos les resulta difícil permanecer interesados en un tema durante las
veinticuatro horas del día sin variar y virar en una dirección distinta, y menos aún durante todo un ciclo vital
en el planeta Tierra. Sin la variación y el cambio de escenario periódicos, el pájaro medio de Mercurio se

ki
sofocaría de puro aburrimiento.

Como sucede en todas las configuraciones de signos solares 6-8, si Géminis y Escorpión no nacen en el
mismo círculo familiar, en condición de parientes, o si no están implicados en una relación comercial, es
posible que no se encuentren nunca si no los presenta otra persona. En ausencia de una armonía Sol-Luna en
sus respectivos horóscopos, normalmente estos dos no tienen suficientes cosas en común como para sentir
vibraciones palpitantes de un extremo a otro de una habitación atestada, y generalmente necesitan la
intervención de una tercera persona para relacionarse. Sin embargo, una vez que los acerca fortuitamente un

u
espectador inocente que no sospecha lo que puede resultar de la combinación de Aire y Agua, su
configuración 6-8 determinará inexorablemente que la relación, ya sea amistosa, comercial o emocional,
abarque muchos servicios y devoción por un lado y un magnetismo inexplicable por el otro.
Incongruentemente (en el sentido astrológico), los servicios y la devoción casi siempre fluyen de Escorpión a
Géminis, y la atracción magnética de Géminis a Escorpión. Se podría decir que Géminis representa un
misterio que Escorpión no consigue penetrar a fondo, y son muy pocas las cosas que Escorpión no consigue
penetrar. Es indiscutible que esto lo frustra, pero a veces la frustración es sinónimo de fascinación cuando se
an
administra en pequeñas dosis, esporádicamente. Administrada diariamente, en grandes dosis, puede deteriorar
bastante el aguijón de Escorpión y embotar un poco la inocencia infantil de Géminis, erizando las alas
emplumadas de los impacientes pájaros de Mercurio.

El sagaz e intelectual Géminis es un signo de interrogación deambulante, parlante (con énfasis en esto
último), constantemente curioso y ocasionalmente espurio. Escorpión es un punto final en la conclusión del
conocimiento: la puntuación última en el poder de concentración. Normalmente los Géminis tienen distintas
magnitudes de dificultad para concentrarse, y a veces su lapso de atención es tan breve como el tiempo
durante el cual una mariposa revolotea sobre una flor o durante el cual un ave permanece posada en una
rama.
Escorpión no sólo es vehementemente dominante a ratos, sino que también es vehementemente orgulloso
y ambicioso, aunque de una manera encubierta, silenciosa y discreta. En verdad, Escorpión es vehemente en
todo, por dentro. Vehementemente implacable, vehementemente leal, vehementemente compasivo,
M

vehementemente frío, vehementemente reservado, vehementemente misterioso. Estos individuos no hacen


nada a medias, aunque por fuera parezcan inofensivos y dulces. Si son vúestros amigos, lo son hasta las
últimas consecuencias, en las buenas y en las malas. Si son vuestros enemigos, lo son hasta los mismos
extremos, en uno y en otro sentido.
Si Escorpión no hace nada a medias, se puede decir que Géminis lo hace todo a medias (o en una a tres
cuartas partes). Géminis nunca se consagra íntegramente, sin reservas, a una sola persona, idea o proyecto.
Sólo pequeños fragmentos, briznas y astillas, algunas migajas. ¿Entendéis por qué es posible que nunca se
fijen el uno en el otro en medio de una multitud?
Aunque estos dos signos solares son distintos por sus motivaciones, su personalidad y su carácter, las
diferencias pueden ser interesantes. Escorpión nunca aprenderá todo lo que hay que saber acerca de Géminis,
y este fracaso lo preocupará muchísimo. Géminis nunca podrá sondear cabalmente la tremenda profundidad
de Escorpión y nada' podría importarle menos. Realmente no. Para Géminis, la diversión se termina cuando
está resuelto el enigma. Lo que excita a los súbditos de Mercurio es el diálogo cambiante y el entretenimiento
de adivinar la trama, y no el desenlace de la escena final.
Géminis, como Virgo, tiene una personalidad especulativa y analítica, que produce una marcada tendencia

19 
 
a leer entre líneas, y a imaginar por tanto, a menudo, que las personas dan a entender más de lo que dicen.
Escorpión tampoco es lerdo en este contexto, aunque la causa es otra. En el caso de Géminis, es producto de
la agilidad intelectual, de la curiosidad y las proclividades analíticas de Mercurio. En el caso de Escorpión, es
producto del miedo y el recelo puros y simples.
Pedidle a Géminis que se siente en un determinado sofá, y él o ella indagará las intenciones psicológicas y
emocionales por las que habéis escogido dicho sofá, en tanto que Escorpión se sentirá seguro de que debajo
hay una bomba montada, cuyo estallido ha sido programado por una computadora. Existe una ligera
diferencia en sus actitudes, pero el resultado final es más o menos el mismo. Es imposible ocultarle algo a uno
u otro signo solar, o salvaguardar la intimidad personal en su presencia. Cuando son Géminis y Escorpión los
que se recelan, se analizan y se sondean recíprocamente, en lugar de hacerlo con otro de los diez signos
solares restantes, se comportan como dos rosquillas atrapadas en la cadena mágica de aros chinos de un
prestidigitador. Cada uno de ellos genera su propia aura individual de misterio, y a ambos les gusta resolver
los misterios. Pero la aureola misteriosa de Géminis es despreocupada y variable, consiste en transmutaciones
imprevisibles de colores pastel, luces y sombras, y rápidos cambios de idea... en tanto que los éteres

ki
aureolares del misterio de Escorpión teñidos de color borgoña, son mucho más complejos, con énfasis en las
sombras, y descasan en fosos mucho más profundos e insondables, a veces con un matiz siniestro cuando
están influidos por el lado negativo de Plutón.

La lentitud ajena es un factor constante de irritación para los Gemelos espabilados, alertas e impacientes,
cuyos representantes más típicos están periódicamente tensos y nerviosos. Los Escorpión también están
periódicamente tensos y nerviosos, ¡pero no permita el cielo que alguien los sorprenda dando una muestra de
ello! Cuanto más aprensivo se siente el Escorpión por dentro, tanto más seguro, confiado y tranquilo parece

u
estar por fuera. Como todos los sentimientos y emociones interiores cruzan por el semblante de Géminis,
iluminando sus ojos expresivos y movedizos, no os resultará difícil decidir dónde apostar para ganar la partida
de póker. Cuando la partida de póker es una relación recíproca de cualquier naturaleza, las apuestas pueden
parecerle desmedidamente altas a Escorpión, y sin embargo para Géminis eso no es más que un juego,
cualquiera sea la magnitud del envite. Si se pierde una partida, piensa el pájaro de Mercurio, siempre hay otra,
un poco más adelante. Escorpión no toma las derrotas tan a la ligera. En verdad, las Águilas las toman muy,
muy en serio. Para Escorpión perder es una experiencia humillante, degradante, que quizás incluso justifica el
an
pánico interior. (Escorpión nunca exhibe el pánico exterior.) Géminis arroja los dados de la vida con una
indiferencia aplomada, desapegada y negligente. Escorpión los arroja con fría perspicacia, y sólo después de
haber calculado escrupulosamente las probabilidades. Los dados de la vida, claro está. En una verdadera
partida de dados, el mismo —o la misma—Géminis calcula con bastante frialdad y precisión. La veloz mente
de Mercurio elucida en un santiamén las probabilidades de la banca.

Veamos si puede enderezar estas enigmáticas rosquillas. Acaban de entrar en la habitación. Uno de ellos se ha
deslizado silenciosamente, casi inadvertido, y permanece callado, mientras lo mira a usted fijamente a los
ojos. Usted le formula una pregunta y este personaje sigue callado, sin contestar enseguida. El otro ha entrado
en la habitación brincando, saltando o volando, quizá rasgueando una guitarra, arrojando una raqueta de tenis
al aire y dejando flotar el final de una frase. Usted le formula una pregunta y este personaje descerraja una
embrollada respuesta en su dirección y después se encamina velozmente hacia la fuente de avellanas partidas
que descansa sobre la mesa. ¿Cuál es cuál? ¿Cree saberlo?
M

Bueno, el descrito en primer término es un Géminis. El segundo es un Escorpión. ¿Está confundido,


desorientado? Entonces no ha prestado mucha atención a las insinuaciones que figuran en los diversos
capítulos de este libro dedicados a Géminis y Escorpión. El Géminis lo engatusaba para hacerle creer que era
frío y aplomado, utilizando una de las múltiples identidades de Mercurio, con la misma naturalidad con que
un actor veterano salta de un papel a otro. Escorpión usaba una de las máscaras de Carnaval de Plutón, y
fingía una despreocupación informal y una ligereza petulante para ocultar su apasionante trémulo. ¿Ahora
entiende el problema?

No se prestaron ninguna atención el uno al otro. Vamos... adelántese y preséntelos, pero la responsabilidad es
suya, no mía. Si sus signos lunares son compatibles, pueden crear juntos unos ensueños cautivantes,
vaporosos. Al fin y al cabo, ¿el vapor traslúcido no es el producto de la combinación del aire y el agua, en la
Naturaleza? Pero si sus signos solares y lunares están en cuadratura, u opuestos, el resultado será la niebla, y
en medio de una niebla espesa los pájaros de Mercurio no pueden volar, en tanto que los Escorpiones apenas
avanzan a lo largo de la costa.

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Mujer GÉMINIS Hombre ESCORPIÓN
«Era el enfrentamiento de dos contra uno lo que lo encolerizaba...»

Debemos empezar por admitir que algunas relaciones compuestas por esta mezcla de Aire y Agua son
coronadas por el éxito: hay algunos Gemelos y Águilas que se las apañan para forjar un amor perdurable,
construido en común sobre una base sólida de respeto mutuo. No son muchos, pero hay, algunos.
Si los aspectos Sol-Luna son armoniosos, pueden hallar la dicha con tanta naturalidad como cualquier otro
hombre y mujer de la estirpe de Adán y Eva, aunque deberán cuidarse más que la mayoría de los amantes de
esa vil serpiente. Sin embargo, en ausencia de ese estímulo astrológico (si sus luminarias y otros planetas
tienen un aspecto adverso en sus cartas). a estos signos específicos de Aire y Agua les resultará más fácil y
seguro circunscribirse a la amistad, evitando los vendavales de la pasión y las aguas más profundas de los

ki
juramentos eternos. No les está vedado el alcanzar un alto grado de compatibilidad, pero ambos deberán estar
dispuestos a esforzarse constantemente.

Para empezar, «eterno» es una palabra que asusta a la mujer Géminis tanto como la palabra «temporal» asusta
al hombre Escorpión. No se trata de que ella sea incapaz de seguir amando y siendo fiel a un hombre, porque
esto es precisamente lo que les ocurre a muchas chicas Géminis, pero la fidelidad y la perennidad deben
infiltrarse en ella sutil, gradualmente, paso a paso, hasta que quede totalmente implicada en la relación, sin
notarlo. El hecho de emplear prematuramente la palabra «eterno», o de pronosticar el desenlace del romance

u
cuando ella preferiría adivinarlo, le estropea la diversión: A la inversa, no se trata de que el hombre Escorpión
no pueda soportar los acuerdos «temporales» tan bien como cualquier hijo de vecino, sino de que el empleo
de la palabra despierta en él dudas y recelos instantáneos, que estropean su sensación de dominio y poder
sobre la relación.
Inicialmente, él se sentirá cautivado por el encanto innegable de la chica Géminis, por las burbujas
de champán de su voz, por su mente lúcida, por su conversación sagaz y por su ligereza de tacto en todas las
situaciones. Naturalmente. Al fin y al cabo no es más que un hombre, a pesar de su máscara y su capa de
an
Batman, y es tan susceptible como cualquier otro signo astrológico a la atracción de la manzana de Eva.
Entonces, al cabo de un tiempo, él empezará a notar que algunas de las deliciosas historias que ella cuenta se
han modificado sutilmente en la segunda versión. (Géminis siempre agrega una pizca aquí, quita otro poco
allá, para reforzar la vivacidad... ¿y acaso no lo hacen todos?) Es posible que ella llegue tarde a dos o tres
citas sucesivas, o quizá lo interrumpirá cuando esté exponiendo unos planes muy serios para el futuro de
ambos y anunciará agitada que olvidó las llaves del auto en el encendido con el motor en marcha. No sólo
esto, sino que además aparcó en doble fila y pretende alegremente que él pague la multa.

Será en este momento, o en alguna etapa análoga de toma de conciencia, cuando el hombre Escorpión se
quitará de los ojos parte del polvo de estrellas que le enturbia la vista, le echará una mirada larga y penetrante
a esta mujer que casi le robó el corazón, y optará cautelosamente por tomarse un poco más de tiempo para
analizar la posibilidad de prometerle, ante un representante de Dios, que la amará, la honrará y la respetará
durante el resto de sus días. (Veréis, Escorpión es, secretamente, muy religioso.) Una vez que ha dado su
M

palabra, le duele retractarse, así que es posible que la corteje con más
parsimonia hasta sentirse seguro de que ella no le dará otras sorpresas, como la revelación
de uno o dos matrimonios y separaciones o divorcios de los que había olvidado hablarle.

Es posible que ella casi no se dé cuenta de este ligero cambio de actitud. Estará demasiado distraída
preguntándose hasta cuándo podrá soportar esa sofocante investigación de su vida personal, esa intromisión
en su intimidad (nada de malo ni necesariamente chocante, sino sólo cosas que ella desea mantener en
secreto)... y esos celos. ¿Acaso una chica no puede sonreírle radiantemente al vendedor de la librería ni
detenerse a discutir en la calle los problemas de peluquería de los perros pastores ingleses con un desconocido
afectuoso sin que la acusen de ser promiscua? ¿Y qué decir de la forma en que él mira a todas las mujeres que
encuentra, y mira... y mira... y mira?

Ella es la única culpable de su dilema. Puesto que es una Géminis, y puesto que se amamantó con el
diccionario, debería ser suficientemente culta como para saber que el hombre Escorpión, con su voz profunda,
sonora, magnética, y su mirada fija y sabia, tiene la fascinación de la serpiente. Aunque su aspecto exterior de

21 
 
fuerza e impasibilidad pueda ser formidable, detrás de esta fachada se oculta un llamado silencioso de aparea-
miento que pocas mujeres pueden resistir.
Una de las primeras características que ella descubrirá en él, será su increíble fuerza de voluntad. Es
sencillamente inverosímil. Este hombre puede hacer todo lo que se propone: literalmente todo. Si resuelve
ayunar durante treinta días, vivirá de agua durante ese período sin emitir siquiera un gemido de hambre o de
queja. Si decide ser presidente —de su curso, de su compañía o de su país— logrará su objetivo. Si quiere
seducir a una chica para convertirla en su mujer definitiva, ella habrá perdido la batalla antes de iniciarla. La
hará suya.
Todo esto puede ser macabro, aterrador, para la chica Géminis de ojos refulgentes, que sólo le pide a la
vida cambio y emoción, alegría... y algo que estimule su intelecto. Cualquiera pensaría que al sentir la
proximidad de esas vibraciones de Plutón echaría a correr, como echaría a correr si se encontrara en la jungla
con un gorila jadeante, con malas intenciones. Cualquiera lo creería. Yo no. Porque conozco la anomalía
astrológica merced a la cual en determinados momentos un hombre Escorpión se parece más a un venado
inocente, de ojos aterciopelados, que a un gorila. Tan dulce, afable y sensible, tan aparentemente necesitado

ki
de consuelo y apoyo leal que una chica debería tener el corazón de piedra para producirle el mínimo dolor.
Huyendo de él, por ejemplo. El corazón de la chica Géminis no es de piedra. Puede hallarse estabilizado a una
temperatura menor que el corazón de una chica Aries, Leo o Sagitario con emociones más fogosas, pero es
tierno allí donde debe serlo, y el atractivo de un hombre inteligente, cuyos ojos quemantes pueden atravesarle
el alma, hace impacto certero en uno de estos puntos débiles: Los modales de él tienen un elemento de
suavidad satinada que le hace olvidar aquella mirada de acero que es capaz de proyectar cuando despliega sus
inmensos poderes de circunspección y fría tenacidad. Pero en el futuro él le dará múltiples oportunidades para
recordarla.
Esto basta para explicar por qué y cómo se enamoran generalmente éstos dos. Hay que agregar algo más

u
acerca de la forma en que consiguen seguir enamorados. Puesto que Escorpión es un signo fijo, disfruta de
mucho autocontrol. Lo necesitará íntegramente cuando ella ponga a prueba su paciencia con su carisma
camaleónico, con sus accesos de melancolía, de distracción y de dualidad de propósitos. Como Géminis es un
signo mutable, ella es muy dúctil, lo cual la ayuda a adaptarse a los ambientes y emociones fluctuantes, y sin
duda necesitará valerse finalmente de esta cualidad en sus tratos con el Escorpión. Ella deberá desplegar todos
sus recursos para salvaguardar su libertad y su naturalidad y su serenidad cuando él reaccione tercamente o
an
con violencia emocional respecto de algún agravio imaginario, después de haberse comportado como un ángel
de comprensión. (Siempre es difícil decidir si Escorpión es un ángel o un demonio. Los Escorpión parecen
hallarse cómodos en el cielo y en el infierno, con un pie en cada lugar, pero en realidad están en un lugar
intermedio.)

Géminis deberá grabarse en la memoria que este hombre desea saber dónde está ella y qué hace durante
la mayor parte del tiempo... si no durante todo el tiempo. Él también pretenderá que ella permanezca en un
lugar, más o menos (más más que menos). Lo enfurruñarán sus lágrimas nostálgicas por antiguos
enamorados, su actitud despreocupada respecto del dinero cuando algo cautiva su imaginación, sus
incursiones caprichosas de un hobby a otro, pasando del canto-a-la-danza-a-la-pintura-a-la-decoración-del-
hogar-ala-arqueología-a-la-medicina, y revolviéndose con, ansias de viajar cada vez que las estaciones
cambian en la Naturaleza y en su espíritu inquieto regido por Mercurio.
Él deberá conformarse con fragmentos de devoción, besos dispersos y pataletas, con una ingenuidad casi
increíble (o casi increíble para un Escorpión), junto con un frío desdén mezclado con partes iguales de afecto
M

entusiasta, con una mente errabunda e ideas cambiantes... sin pretender que exhiba algo ligeramente parecido
al aplomo y el control emocional que él posee desde la cuna.
Ciertamente ella implica un desafío para él y para su masculinidad, porque la mayoría de las mujeres
Géminis desbordan astucia y malicia femeninas, huelen a agua de colonia, y generalmente son exquisitas y
volubles, ingeniosas, talentosas e inteligentes. Pero Géminis es un signo masculino, y en cuanto a Mercurio,
el regente planetario de los Gemelos cambia de sexo tan imprevisiblemente como el viento cambia de rumbo.
Así que habrá momentos en que ella ofenderá su sentido de la virilidad, y otros en que lo halagará. Su
intelecto nunca dejará de fascinarlo, pero es posible que él se desilusione cuando descubra que la inteligencia
de ella se conforma con rozar la superficie de la mayoría de las cosas, con analizarlas y luego descartarlas,
sin experimentar la necesidad de sondear las profundidades, como lo hace él con todos los temas, ya se trate
del pecado o del sexo, de la religión o de la reencarnación, de la política o de la poligamia.
Lo único que ella necesita saber acerca de los mormones es el nombre de Brigham Young y algo sobre
Salt Lake City, en Utah. Lo único que necesita saber de geología es la diferencia entre la turquesa y el
cuarzo, y que la fiebre del oro tuvo por escenario el Estado de Colorado, cerca de Pikes Peak, y que tal vez se

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repita si los Estados Unidos vuelven a adoptar el patrón oro.
Él necesita saber mucho más. Por ejemplo, la razón secreta por la cual Brigham Young quiso acostarse y
convivir con más de una mujer, y poseerlas y engendrar hijos con ellas. (Brigham Young era un signo solar
Géminis, así que esperemos que Escorpión no indague demasiado a fondo. Si desentrañara eso, la revelación
podría perturbar realmente su tranquilidad respecto de la relación que mantiene con ella.) Por lo que concierne
al oro, Escorpión necesita algo más que una información superficial. Quiere estar al tanto de los precios
fluctuantes del oro, de los detalles de la aquilatación, de la compleja excavación de un yacimiento, y así
sucesivamente.

Cuando se trata del aspecto sexual del amor, hay que recordar siempre que, si bien Escorpión es un signo
marcadamente sexual, estos hombres son igualmente capaces de mantener la continencia, la castidad y el
autocontrol (como en la vida religiosa de los monjes, curas, etcétera). Si se ha enamorado de una mujer
Géminis, presumiblemente no se trata de uno de los Escorpiones que han optado por la rígida disciplina de la
abstinencia. Sin embargo, no interpretará el sexo como un juego, como un pasatiempo frívolo ni como un

ki
deporte promiscuo. Para él, el sexo es el secreto de la vida misma. La mujer que entienda y satisfaga los
deseos más profundos del hombre Escorpión no deberá preocuparse por la fidelidad de él (a menos que su
signo solar tenga un aspecto muy negativo con planetas maléficos a la hora del nacimiento). Normalmente, el
hombre Escorpión que obtenga una reacción sincera y vehemente en su compañera, no buscará en otra parte.

El Águila es muy curiosa respecto del sexo durante su juventud, pero probablemente cuando se case ya
habrá satisfecho la mayor parte de esta curiosidad. Su actitud acerca del ayuntamiento físico del amor es
profundamente apasionada, desbordantemente sensual, pero está entrelazada con una cierta dosis de pureza,
que en unos pocos Escorpiones equivale al fervor religioso.

uEl problema consiste en que para la mujer Géminis el sexo no es el secreto de la vida misma. Su actitud es
experimental, y los secretos más hondos de la unión sexual tienen una importancia secundaria para ella.
Incluso aquellas mujeres Géminis cuya gemela es promiscua casi nunca desean internarse en los misterios del
sexo con verdadero entusiasmo o pasión. Se trata de un pasatiempo agradable, y nada más. Sin embargo, este
mismo desapego respecto de la pasión física puede determinar que el hombre Escorpión la considere
sexualmente absorbente, un ser que lo desafía continuamente a demostrar que el sexo y Dios están vinculados,
an
que toda la creación no es nada sin la fusión del hombre y la mujer. Ya sabéis cómo Escorpión aborrece
perder (sería más correcto decir que se niega a perder). En el área de su unión sexual íntima, sencillamente
debe ganar. Con una relación Sol-Luna armoniosa entre sus cartas natales, él seguirá tratando de explicarle
una y otra vez, repetidamente, a su mujer Géminis, este misterio que es el más portentoso de todos. En
ausencia de este aspecto entre sus luminarias —o si otros planetas recíprocos de sus horóscopos están en
posiciones antagónicas— él puede hacer lo impensable (para un Escorpión), y convertirse en desleal,
justificando este incumplimiento de sus votos con el argumento de que no puede soportar el amor a medias
que le tributan. Y ésta es la verdad. Un Águila no puede.

Quizá lo reconforte saber que, salvo discordancias entre sus cartas natales y luminarias, tiene bastantes
probabilidades de alcanzar el éxtasis físico con esta dama y de enseñarle con éxito los misterios de la fusión
amorosa total. Porque Escorpión representa la octava casa astrológica del sexo (entre otras cosas) para
Géminis. En consecuencia, ella lo encuentra realmente magnético y cautivante, a pesar de su fingida
M

indiferencia. Bastará que él continúe practicando.

A la mujer Géminis media o típica le resulta difícil comprender el sentido de la integridad de este hombre,
regido por Plutón, a menos que ella misma tenga la Luna o el ascendente en Escorpión. En este último caso,
los dos podrán ser maravillosa e inesperadamente felices, con gran asombro de sus parientes y amigos, que
sólo ven las diferencias superficiales que los separan. De lo contrario, es posible que las vibraciones de la
configuración de signos solares 6-8 les haga experimentar a ambos, de cuando en cuando, algunos períodos de
honda desdicha. Tal vez ella intuya que él procura ahogarla en un océano de recelo, o se sienta asustada y
simultáneamente desconcertada por la forma inexplicable y gélida en que él se repliega dentro de sí mismo.

Quizás a él le parezca que ella intenta arrancarlo de su propia alma, tal como un tornado desgaja los árboles.
Aún así, Géminis es suficientemente sagaz como para idear la forma de salvar su relación, si quiere... y
Escorpión es suficientemente intuitivo como para encontrar la forma de obturar cada grieta de modo que
termine por ser aún más fuerte. Si ambos así lo desean. La palabra clave es «desear». Si desean

23 
 
vehementemente redescubrir y conservar la luminosidad que conocieron al principio, es porque se aman. Y el
amor cohesiona cualquier cosa: incluso los corazones rotos en mil pedazos.

Hombre GÉMINIS Mujer ESCORPIÓN


—Me atrevo a decir que te dolerá un poco —le advirtió ella.
—Oh, no lloraré —respondió Peter, que ya opinaba que nunca en su vida había llorado.
Entonces apretó los dientes y no lloró; y pronto su sombra empezó a comportarse
correctamente, aunque todavía estaba un poco arrugada.

ki
El hombre Géminis posee una cualidad inusitada y excepcionalmente atractiva en virtud de la cual parece
conservarse eternamente joven... lo cual no es raro, supongo, para alguien que renace todos los días, pero sí lo
es en la medida suficiente para atraer a la mujer Escorpión, normalmente circunspecta y cautelosa, y para
inducirla a preguntarse qué es lo que lo hace centellear con tan diversos colores del espectro de humores.
Ahora bien, cuando una chica Escorpión empieza a preguntarse algo, es imposible conformarla hasta que
termine de satisfacer su curiosidad con un conocimiento completo. Esto implica acercarse a él más... y más...
y más... hasta que de pronto ella mira con expresión alarmada en torno.
Inesperadamente, se encuentra flanqueada por dos personas, tan diferentes como el día y la noche. ¿Cuál

u
es el hombre al que ella se acercaba más y más? Los dos. Los dos son el mismo hombre. El hombre Géminis
es víctima del síndrome de los Gemelos, como sabéis. Quizás ella también lo sabía. Quizá no. Pero sea como
fuere, esto alterará y derrumbará su proyección aural natural, fría, aplomada, que parecía decir «Yo puedo
afrontarlo todo». ¿Puede afrontar esto? ¿Puede lidiar con esta alma introvertida-extrovertida, este chiquillo
regocijado y abatido, este hombre fríamente cruel y sin embargo sensible y tierno? El Géminis es un laberinto
de falacias, contradicciones, negaciones y afirmaciones.
an
No importa. Sí, puede lidiar con él. Es una Escorpión, y puede afrontar, resolver, dominar, conquistar... la
situación aparentemente imposible. ¿De veras puede? No estoy segura. Pero ella lo está. Al hombre Géminis
no le importa realmente que pueda o no. El sólo pensar que esta criatura de los abismos y el misterio,
encantadora, vehemente pero aplomada y femenina, está dispuesta a intentarlo implica una excitación
suficiente para ponerlo eufórico y hacerle silbar una flamante melodía e impetrar un deseo deslumbrante a la
primera estrella que ve.
Para él, conjeturar el desenlace es mucho más emocionante que saberlo. El hecho de saber deja al
Géminis sin ninguna razón para seguir viviendo. El hecho de no saber le deja a ella sin ninguna razón para
seguir viviendo. ¡Ah, sí! Parafraseando al pobre Hamlet: «Saber o no saber, ése es el problema». Ése es
segura y categóricamente el problema que se interpone entre estos dos en todo momento, el problema que
debe ser resuelto, finalmente, antes de concebir la esperanza de que puedan disfrutar de una felicidad
recíproca perdurable.
Tendréis que comprender, o mejor dicho, ella tendrá que comprender que el hombre Géminis es orgánica y
M

congénitamente incapaz de comprender el amor como una pasión eterna y voraz, tal como lo entiende ella.
Quizá haya hombres Géminis que aman a una mujer totalmente y para siempre (en verdad, una vez yo misma
conocí a uno), pero estos Gemelos son casos muy raros y aislados, e incluso a ellos los obsesiona a veces el
brumoso ensueño de otra cara, que fluctúa por los límites de su relación amorosa estable, o puede producirse
una ruptura, antes de que vuelvan a su auténtica compañera-del-alma, en estos casos... o por lo menos, es
posible que se pregunte, interiormente, de qué experiencias se habrán privado por el hecho de ser
monógamos. El Géminis más típico disfruta el cosquilleo de elegir entre varias mujeres a las que preferirá, y
se queda alelado cuando una de sus pequeñas alondras inofensivas resulta ser un águila, sobre todo si se trata
de un Águila de Escorpión. En la Naturaleza, el águila es un ave monógama. También lo son la mayoría de las
Águilas de Escorpión, por naturaleza. (No todas, sólo la mayoría. Cuando nos ocupamos de los signos solares,
y no de todo el horóscopo, debemos tomar en cuenta los promedios y los porcentajes generales.)

Venus es el planeta del amor, y a los Géminis los rige el planeta Mercurio, cuya influencia sobre Venus en
la natividad determina que las emociones sean dispersas y frívolas. Plutón es el regente de Escorpión y el
efecto que este planeta produce sobre Venus consiste en hacer que su influencia sea muy seria, poderosa, pero

24 
 
secreta y oculta. Notaréis las obvias diferencias que existen en este trato de Venus, Diosa del Amor. Venus
también las nota, y se desconcierta cuando las dos fuerzas vibratorias de Mercurio y Plutón mezclan sus
rayos. Es posible que el hombre Géminis y la mujer Escorpión no las noten enseguida, porque están
totalmente consagrados a dejarse fascinar por sus respectivas rarezas. A él le parecerán" francamente raros los
celos de Plutón, muy implantados en ella. A veces los celos de Escorpión son una pasión aún más devoradora
que el amor que los originó.
A Géminis le resulta difícil entender todas las formas de celos. Por supuesto, él es debidamente
susceptible, como todo hombre medio, a los pequeños ramalazos normales de miedo ante el peligro de que
otro hombre le quite su mujer, pero le resultan incomprensibles las tempestades arrolladoras que desencadena
una chica Escorpión que se siente amenazada. Cuando esta mujer ha sido agraviada, o sospecha que tal vez la
han agraviado, su aguijón de Escorpión puede asestar una picadura mortal al ego del hombre Géminis que es
inocente de las acusaciones proferidas contra él, o que es tan culpable como se pensaba, tanto da. La venganza
es en verdad dulce para la mayoría de las mujeres regidas por Plutón. Por tanto, si la engañan, o si sospecha
que la engañan, la represalia será rápida y cruel, incluso vengativa, si su Sol tenía un aspecto adverso con

ki
planetas importantes a la hora de su nacimiento.

Enterado de esto, el hombre Géminis, cuya naturaleza no puede dejar de ser ligeramente voluble e
inconstante, deberá comprender a qué se expone si comete el error de intentar entablar un romance frívolo con
esta chica, para la que no existe nada parecido al romance frívolo, sino sólo la pasión devoradora y eterna.
Exceptuando a la mujer Aries, no puede haber otra tan celosa como la Escorpión. Pero Aries no experimenta
la misma necesidad de vengarse del amante o el marido que experimenta Escorpión. ¿Tauro y Cáncer
celosos? No, la palabra que se aplica a estos signos solares es «posesivo». Lloran mucho y sufren

u
profundamente. Pero es raro que monten escenas violentas. Posesivo y celoso no son sinónimos. Cualquier
hombre que haya amado a una Escorpión conocerá muy bien la diferencia.

Ésta es una configuración de signos solares 6-8, pues Escorpión es la sexta casa respecto de Géminis, y
Géminis es la octava casa respecto de Escorpión, de modo que en la relación habrá una magnitud notable de
servicios y de devoción desinteresada al deber, más un fuerte magnetismo sexual (que sólo se experimenta
cuando las dos personas implicadas son amantes o consortes; cuando la relación implica a parientes, amigos o
an
socios, pondrán énfasis, entre ellos, a otras cuestiones de la octava casa, ajenas al sexo.) Generalmente los
servicios se los ofrecerá Escorpión a Géminis. La vibración sexual es la atracción que Géminis siente por
Escorpión. Sin embargo, curiosamente, lo que el Géminis típico menos puede ofrecer es sexualidad. El sexo
no reviste una importancia superlativa para este hombre, a menos que venga acompañado por la poesía, por la
experimentación, por ideales exaltados o por intrincadas partidas de ajedrez y damas mentales. Es posible que
él exude toneladas de apostura, simpatía, masculinidad, inteligencia y romance, pero normalmente no exuda
demasiada sexualidad (para alguien que no sea Escorpión). En consecuencia, parece extraño que ella lo
encuentre tan irresistible, desde el punto de vista físico; y a menudo él la encuentra irresistible a ella (aunque
esto no es tan difícil de entender).

Quizás es su aire de chiquillo esquivo, la miríada de trucos de sus imágenes reflejas que pasan de un
estado de ánimo a otro ante los ojos de ella, lo que despierta en Escorpión esa obstinación por penetrar hasta
la médula de su corazón y su alma mediante la unión sexual. Él parece guardar un secreto, muy
M

despreocupadamente —pero de todos modos, es un secreto—, y un secreto o un misterio que nos desafía a
elucidarlo atrae a Escorpión como la llama atrae a la polilla. Ella debe o conocerlo - conocerlo real,
auténticamente— para sátisfacer su intelecto y colmar su corazón. Por consiguiente, la expresión física de su
amor recíproco la magnetizará, a veces durante muchos años, hasta que ella comprenda finalmente que nunca
nadie conocerá todas las facetas de este hombre. Ni siquiera una Escorpión. Aproximadamente al mismo
tiempo, él se dará cuenta de que nunca podrá jugar con ella, hasta las últimas consecuencias, su juego
favorito del «adivina quién» y el «adivina qué soy». Ella no descubrirá hasta el último fragmento de los
sueños privados de Géminis, pero devanará suficientes fibras de la tela del alma de él como para crearle la
sensación alarmante de que lo están conociendo, en forma lenta pero segura, mejor de lo que él querría que
lo conozcan. Y así su fusión física, aunque haya sido al principio un elemento estimulante de su amor, puede
ir enfriándose progresivamente, hasta convertirse por fin en la ruina de su romance, a menos que cada uno de
ellos esté dispuesto a enfrentar sinceramente lo que los ofusca a ambos... y a comunicarse auténticamente.
Sin embargo, ella no debe tratar de analizar exageradamente su relación.

Tal vez él sea proclive a criticarla y analizarla a ella, porque está colmada de una intriga silenciosa, que

25 
 
ciertamente no es superficial. Sin embargo, es posible que al proceder así él se interne en aguas más
profundas de lo que imagina. Escorpión no se somete de buen grado al análisis, y los tenaces interrogatorios
del curioso Géminis pueden inducirla a encerrarse en una cólera hosca, o a arremeter con una violenta
reacción emocional. La intimidad personal es tan sagrada para ella como para él, y quizás aún más. Los dos
deberán reconocer este rasgo el uno en el otro, y cada uno de ellos deberá desistir de explorar lo que le
intriga en su pareja si no quieren que el resentimiento se levante entre ambos como un muro alto y macizo.
Para derribar el muro, él ensayará su simpatía, sus antiguos chistes, sus formas más imaginativas de hacer
el amor, sus múltiples técnicas románticas. Ella ensayará sus modales más sensuales, su objetividad más fría
y su dulzura más sosegante. Ambos probarán todos los trucos que llevan ocultos en la manga, y entre los dos
sumarán bastantes trucos (entre los tres, si contamos al Gemelo de él). Sin embargo, el muro crecerá y se
ensanchará cada vez más. Debe de haber una forma de sortearlo. (La hay.)

A veces, lo único que no ensayan, cuando tratan de escalar el muro que los separa, es dejar un poco más de

ki
espacio despejado entre sus corazones para que el amor pueda respirar libremente. Él está dispuesto, pero es
posible que ella le tema a un espacio nuevo y desacostumbrado entre su persona y la de su compañero tanto
como le temería a un abismo oscuro y desconocido abierto delante. El espacio está compuesto esencialmente
de aire, y como él es del elemento Aire, se siente más cómodo cuando tiene mucho espacio alrededor. Pero
ella es del elemento Agua y necesita estar rodeada por una corriente fluida de contigüidad, pues de lo
contrario no podrá respirar.

Siempre es triste que el hombre Géminis y la mujer Escorpión que antaño se amaron descubran que han
perdido el rumbo de la dicha, porque él cree en cosas invisibles, totalmente mágicas y maravillosas, a pesar de

u
su equipo mental cibernético. Ella también. Ella cree en mundos invisibles aún más extraños y prodigiosos
que aquellos en los que cree él. Pero las fuerzas herméticas, inexplicables, de Plutón, la hacen callar, le sellan
los labios y el corazón, y le prohíben hablar de esos mundos con la franqueza con que lo hace él. Ella nunca
podrá expresar sus ensueños más íntimos con tanta facilidad como el locuaz Géminis. Y esto es lo triste.
Si por lo menos el hombre Géminis fuera más paciente con las vehementes pasiones y los abismos
emocionales de ella. Si por lo menos la mujer Escorpión pudiera encontrar la forma de susurrarle al espíritu
an
andariego de él que ella también anhela resolver todos los misterios que se alojan allá lejos entre las estrellas
y los cometas; que ella también ansía respirar libremente, correr carreras con el viento y buscar 10 milagros
de la infancia, parcialmente olvidados... y sin embargo, también parcialmente recordados. El aire frío de la
noche es infinitamente más refrescante que la rancia oscuridad de las húmedas cavernas de la ansiedad, por
donde Plutón les ordena a los Escorpión que se desplacen cuando están preocupados.
Ocurre con demasiada frecuencia que este hombre y esta mujer se tienden los brazos, sin terminar de
tocarse. Se llaman el uno al otro, pero él sólo oye la melodía de la brisa primaveral, y ella sólo oye el ruido de
las olas que rompen contra la costa. Si se detuvieran durante el tiempo suficiente para oír sus respectivos
gritos secretos, tal vez se remontarían juntos hasta la altura apropiada para verlo todo, incluso su relación,
desde una perspectiva distinta.

Sus planetas regentes podrían ayudarlos, si escucharan. Al fin y al cabo, Mercurio y Plutón, junto con Urano,
son los que le enseñaron a Merlín todo lo que éste sabía, y también guiaron secretamente al ariano Houdini.
M

Ciertamente pueden enseñarles a Géminis y Escorpión cómo prepara su filtro de la felicidad una bruja blanca.
Cuando vuestros guardianes son un par de magos como éstos, deberéis saber distinguir la ilusión de la
realidad... o descubrir que las dos son intercambiables. Como os plazca.

26 
 
CÁNCER ESCORPIÓN
Agua - Cardinal Negativo
- Agua - Fijo - Negativo
Regido por la Luna Regido por Plutón
Símbolo: el Cangrejo Símbolos: el Escorpión y el Águila
Fuerzas nocturnas Femenino
- Fuerzas nocturnas - Femenino

La relación CÁNCER-ESCORPIÓN

ki
Curiosamente, no fue en el agua donde se encontraron...

Es posible que el Cangrejo y el Escorpión se encuentren mientras están tomando sol sobre una roca, en alguna
parte, en un letárgico día azulado. Por supuesto, es posible que se encuentren en el fondo del mar, pero como
a menudo están destinados a gravitar tarde o temprano el uno hacia el otro, aumenta notablemente el número
de lugares de encuentro posibles. Cerca del encabezamiento de la lista figura un banco. O quizás un edificio
del Tesoro de los Estados Unidos. Tal vez un restaurante, una guardería, o una clase de historia. Todas estas
áreas son sagradas para Cáncer. Dadle a elegir a Escorpión, y podrá ser cualquier lugar comprendido entre
una excavación arqueológica y una iglesia... con muchas posibilidades de que sea en el Tíbet, entre los

u
lamas... o en una biblioteca, cerca de los anaqueles rotulados «El sexo y la psiquis humana». Todos temas
sagrados para el Águila.
Esta es la agraciada configuración de signos solares 5-9, lo cual significa que éstos dos serán atraídos
magnéticamente el uno hacia el otro en cualquier oportunidad en que se encuentren a pocos kilómetros de
distancia. No siempre, pero sí en la mayoría de los casos. No está garantizado, ¿pero qué lo está, cuando se
trata del comportamiento humano? Sin embargo, es astrológicamente probable que a Cáncer y Escorpión les
an
resulte más fácil que a la mayoría de las personas fusionar con éxito sus auras. Sea como fuere, las garantías
son aburridas, ¿no os parece? No. El Cangrejo y el Águila no opinan así. Es posible que otras configuraciones
de signos solares 5-9, como Aries-Leo, Géminis-Acuario, y así sucesivamente, consideren aburridas las
garantías, pero no ocurre lo mismo con esta vibración específica. Los Escorpiones (Águilas) son
innegablemente aficionados a las cosas seguras, y los Cangrejos ven mentalmente la palabra garantía escrita
con diamantes, refulgiendo como el agua de un arroyo no contaminado (he aquí una buena alegoría, porque en
estos tiempos es tan difícil hallar un arroyo no contaminado como siempre lo ha sido, y siempre lo será,
encontrar un cien por ciento de garantía).

Está bien, empecemos. Al Cangrejo y el Escorpión: Vosotros dos, encantadoras criaturas, estáis muy, muy,
muy próximos a tener la certeza de que lograréis la armonía juntos. Mucho más próximos que cualesquiera
otras personas que conozcáis. Ésta es una promesa de los planetas y las estrellas, una promesa que tenéis el
poder de transmutar en auténtica garantía con mucho menos esfuerzo que muchas otras personas. ¿Esto os
M

hace sentir un poco más cómodos y seguros de todo? (¡Shh! ¿Veis? Observad. Ahora el Cangrejo espía desde
abajo de su caparazón, curioso... y el Escorpión ha levantado lentamente una ceja cautelosa, con interés.
Palabras como garantía y seguridad siempre surten este efecto sobre ambos signos solares.)
Es posible que una que otra combinación Cáncer-Escorpión se arroje recíprocamente a la playa en un
triste desenlace, pero la gran mayoría de las asociaciones entre el regido por la Luna (Cáncer) y el regido por
Plutón (Escorpión) no tienen por qué temer semejante naufragio. Es muy probable que su relación continúe
siendo sólida y sana mucho después de que otras hayan abandonado la brega. Las áreas de la actividad
editorial, la religión, los viajes espaciales, el derecho, el turismo, los países extranjeros, la Bolsa, los jóvenes,
las escuelas, y diversas formas de creatividad, incluido el cine (todas las cuestiones de la novena y la quinta
Casa)... son estanques donde probablemente encontraréis a esta combinación chapoteando y zambulléndose y
nadando y flotando o, si se trata de personalidades poco desarrolladas, arrastrándose dubitativamente,
escondiéndose bajo caparazones protectores.

El Cangrejo y el Escorpión (o Águila) se entienden de una manera casi misteriosamente instintiva.

27 
 
Comparten no todos pero sí casi todos los vicios y virtudes. Cada uno de ellos posee o entiende
comprensivamente los defectos y las debilidades del otro. Cada uno de ellos posee o admira vehementemente
los rasgos y talentos estimables del otro. Esto se llama empatía, y Cáncer y Escorpión siempre pueden contar
con esta influencia que refuerza su relación, ya se trate de adultos o de niños, de socios, amantes, cónyuges,
amigos, hermanos o familiares con otros grados de parentesco.
Un niño, o niños, desempeñarán típicamente, de alguna manera, un papel importante en sus vidas, a medida
que la relación prospere y perdure (como probablemente ocurrirá), papel éste que será desagradable y triste, o
dichoso y mágico, casi desde el momento en que se conozcan. A veces, lamentablemente, este papel asumirá
la forma de los niños que uno de ellos, o ambos, desean fervientemente, pero no pueden tener, por una razón u
otra. Sin embargo, lo más frecuente es que los niños y los jóvenes sean una bendición para estos dos. Si no
literalmente los niños, si la infancia del Cangrejo o el Escorpión (o de ambos), será, de una manera extraña, la
base de la atracción y la simpatía iniciales. Disfrutarán consolándose recíprocamente por un pasado desolador,
o riendo y soñando juntos respecto de un pasado feliz. El ayer está siempre muy cerca para las almas lunares,
y Escorpión también evoca el pasado, secretamente, con nostalgia.

ki
Tanto los Cangrejos como las Águilas tienden a no olvidar nunca un acto bondadoso. Asimismo, comparten
lejanos recuerdos de ofensas o agravios. Lastimad a un Cáncer o un Escorpión y el recuerdo quedará latente,
sin mitigarse nunca, a veces durante toda una vida. Pero aquí termina la similitud, porque el Cangrejo casi
nunca intentará tomarse el desquite, y preferirá llorar y cultivar a solas los sentimientos heridos, cauterizando
sus lesiones con abundantes dosis de autocompasión, en tanto que el Escorpión no dejará de cobrarse, de una
manera u otra, «ojo por ojo y diente por diente»: contusión por contusión, guardafangos abollado por
guardafangos abollado, insulto por insulto, y así sucesivamente. Ésta es una reacción (aunque no muy

u
positiva) al acto de compensación de la balanza que Escorpión ya ha aprendido del signo precedente: Libra.
Equilibrar las cosas. Pero en tanto que Libra lo equilibra todo mediante procesos mentales lógicos, Escorpión
lo equilibra, digamos, con métodos más tangibles y expeditivos.

El agravio que le infieren al Cangrejo pocas veces, o nunca, lo impulsa a atacar. El acto reflejo del Cáncer
herido consiste en replegarse, y a menudo desconfiará eternamente de la persona o la situación implicada...
mientras que el Águila casi desconoce la palabra «repliegue». Es posible que los Escorpión parezcan darse
an
por vencidos, retirarse o desaparecer. Pero volverán. Por dentro, estos seres preferirían morir, casi
literalmente, antes que perder una batalla o quedar en inferioridad de condiciones. Esto vale para las
relaciones amorosas, los tratos comerciales... el fútbol o las canicas (depende de la edad y el sexo). Sin
embargo, el Escorpión no siempre satisface conscientemente su sed de venganza. O sea que no es
indispensable que él o ella actúe francamente contra el agresor (aunque algunos lo hacen deliberadamente).
Bastará la intensidad del pensamiento activado por Plutón.

De todos modos, en el aura de Escorpión existe una dulzura ultraterrena, superpuesta a la decisión de no
dejarse pisotear sin dar una lección al pisoteador, y esta dulzura y esta sensibilidad son las que permiten que
el Cangrejo confíe en el Águila.
Como ambos pertenecen al elemento Agua, cuando se juntan dos Cáncer y Escorpión que tienen muy
desavenidos sus respectivos Soles natales, es posible que se ahoguen en la bebida, en las drogas o en otras
formas de evasión, incluida la promiscuidad sexual, arrastrándose el uno al otro a abismos cada vez más
M

profundos, hasta llegar al fondo del océano. No es fácil volver a nado. Para estos individuos, el extraordinario
magnetismo de la atracción 5-9 es una trampa. Incluso algunos miembros de asociaciones de este tipo se han
convertido en víctimas recíprocas de artes oscuras como el control hipnótico, la agresión parapsicológica, el
vudú y la magia negra. Lo mejor será que el uno y el otro eviten concurrir —sobre todo juntos— a sesiones de
espiritismo con un médium en trance, y a otras reuniones parecidas.

Ah, pero los Cangrejos y las Águilas evolucionados, emocionalmente maduros mentalmente perspicaces y
espiritualmente alertas, descubrirán todas las alegrías y los puros placeres de la configuración 5-9. Juntos,
experimentarán sensaciones muy, parecidas a las de los niños, y se comportarán más o menos como éstos, ¿y
qué puede ser más maravilloso que someterse a la inocencia, a la emoción y a la fe en las hadas? Ésta puede
ser realmente una relación irisada, en la cual todos los malentendidos, pequeños o grandes, se aclararán con
certeza y se perdonarán más tarde. Los Cangrejos y los Escorpiones no perdonan a mucha gente, pero sí se
perdonarán el uno al otro. Y lo más hermoso de todo es que, si el aspecto Sol-Luna entre sus cartas natales
también es armonioso, y concuerda con la música de sus soles natales en trígono, no sólo perdonarán... si no
que olvidarán. Y éste es un verdadero milagro, tratándose del Cangrejo y el Escorpión. Les bastará un mínimo

28 
 
esfuerzo para sacar a relucir recíprocamente lo mejor, y no lo peor de sus respectivas personalidades. Cáncer
depositará fácilmente en Escorpión la confianza que nunca ha conseguido depositar plenamente en nadie, y
Escorpión no tendrá ninguna dificultad en concederle al Cangrejo compatible el gran don de la indulgencia
que nunca le tributó a ninguna otra persona. Cáncer y Escorpión, ambos inmensamente sensibles, están
dispuestos a revelarse el uno al otro sus puntos vulnerables, y esto no es una nimiedad, porque ambos han
mantenido oculta su tremenda vulnerabilidad bajo sus caparazones durante mucho tiempo, temiendo que el
mundo la descubriera, la interpretara como una debilidad y la usara contra ellos.

Se cuentan el uno al otro secretos que normalmente no revelarían a nadie. Nadie puede sonsacarle un
secreto al Cangrejo, si éste no quiere que se sepa, pero el Águila tal vez sí podría... y los afables Cáncer
regidos por la Luna pueden ejecutar el truco mágico de interpretar correctamente la expresión facial de fría
indiferencia que ostenta Escorpión como lo que en realidad es: una máscara. Los dos son más que un poco
telépatas, sobre todo en su relación mutua.

ki
Cuando sus intenciones chocan, casi siempre es por cuestiones de dinero, porque a Escorpión le preocupa
«el dinero ajeno», y a Cáncer le preocupa... bueno, el dinero puro y simple, sin que importe a quién le
pertenece, con la condición de que se trate de billetes verdes. Escorpión suele preocuparse por la forma de
obtenerlo, y Cáncer por la aterradora posibilidad de perderlo.
Puesto que todos los Cangrejos, de cualquier edad o sexo, son, como expliqué en mi primer libro, Sun
Signs (Los. signos del Zodiaco y su carácter), «madres judías», y puesto que todas las Águilas, de cualquier
edad o sexo, son feroz y vehementemente protectoras, estos dos se envolverán recíprocamente en un capullo
muy reconfortante, que podría tornarse un poco asfixiante si no se conceden el derecho a salir de cuando en

u
cuando a respirar. ¡Pero, ah, esa sensación de seguridad! Divina. A veces Escorpión puede manifestar un
autocontrol que resulta excesivo para la naturaleza afectuosa de Cáncer, y a veces el Cangrejo hará chasquear
sus pinzas delante de Escorpión al que se le erizarán esas suaves plumas de Águila, pero éstas son tensiones
menores, cuando se las compara con las suculentas recompensas. Es una bendición... encontrarte con alguien
que entiende tan tiernamente los anhelos más profundos de tu corazón... después de haber nadado durante lo
que parecía una eternidad en los interminables remolinos del infinito.
an
Mujer CÁNCER Hombre ESCORPIÓN
No se trataba, sabía ella, de que hubiera llegado la noche, sino de que había llegado algo tan
oscuro como la noche. No, peor aún. No había llegado, sino que había enviado ese
estremecimiento a través del mar para anunciar que llegaría. ¿Qué era?

Aunque un poco enigmática, la chica Cáncer es francamente interesante. Bajo su reserva y su impasibilidad
superficiales, tiene un sentido delicioso de la alegría y el humor. Es muy poco egocéntrica o vanidosa, pero
siempre la interpretan mal y la acusan de ser fría y, precisamente, egocéntrica. La atrae el misterio, pero se
M

resiste a internarse a demasiada profundidad en las aguas desconocidas, inexploradas... a menos que estas
aguas desconocidas, inexploradas, circunden a un hombre Escorpión. Este misterio específico no lo puede
resistir, y para conocerlo mejor desechará incluso sus temores innatos. No es poca hazaña que una chica
Cangrejo controle sus temores. Por este solo esfuerzo ponedle un «10» en su cartilla de desarrollo espiritual,
sin hablar siquiera de su éxito en semejante empresa. Los temores de Cáncer siempre flotan alrededor de la
aureola de los regidos por la Luna, tan complejos, y tan profundamente sumergidos, que hay que valorar y
aplaudir cualquier esfuerzo encaminado a superarlos.

El mayor anhelo de ella, su deseo más ferviente, consiste en ser apreciada, aunque rara vez lo confesará.
Muy pocas personas tratan siquiera de entenderla, y ni hablar de apreciarla. El hombre Escorpión hará lo uno
y lo otro. Quizás ésta es la razón por la cual ella junta coraje para devolver su penetrante mirada. Ella intuye
que éste es el único ser humano del planeta que realmente la conoce. Tiene razón. La conoce.

Si cualquier otro hombre intentara sondear su personalidad secreta con una mirada tan ardiente, con un

29 
 
mensaje tan íntimo en las pupilas, ella le daría un baño de agua helada y de altanería. O le rebanaría la cabeza
con sus pinzas. Una chica Cangrejo puede ponerse de pésimo humor cuando alguien en quien no confía trata
de abrir su caparazón. Siempre es más afable con otros Cáncer, Escorpión y Piscis, un poco menos irritable
con Virgo y Tauro, a veces se siente fascinada por el macho cabrío... pero el hombre Aries o Libra puede
prepararse para una reacción francamente violenta.
A las Águilas les gustan los desafíos, y uno de los más fáciles consistirá en ganarse la confianza de la
tímida pero divertida chica Cáncer. No es menos sorprendente que el Águila de Escorpión normalmente muy
recelosa, también confíe probablemente en ella desde el primer momento en que se crucen sus miradas. Son
muy raros los casos en los que la poderosa empatía entre estos signos solares no se manifiesta
inmediatamente. Puede ocurrir, pero con muy poca frecuencia.

En el pasado, otras personas han acusado a estos dos de ser emocionalmente fríos. Hay una buena razón
para ello. Lo son. Al fin y al cabo, ambos pertenecen al elemento Agua, y por tanto les resulta difícil exhibir
sus sentimientos en público. Pero la temperatura romántica está librada a la interpretación. Es posible que la

ki
doncella lunar y el Águila computen como tibio o caliente lo que a otros les parece frío. Para compensar la
química más fría que han heredado innegablemente del elemento Agua, estos dos son secretamente muy
sentimentales: aún más que Tauro y Leo. El esfuerzo de los Cáncer-Escorpión por ocultar este
sentimentalismo no siempre tiene éxito. A ambos les brotan con facilidad las lágrimas cuando algo conmueve
sus emociones (y esto sucede a menudo). A ella, las lágrimas le corren con frecuencia por las mejillas, y ahí
termina el secreto. A él, después del primer enturbiamiento espontáneo o del primer tenue humedecimiento, le
bastará tragar saliva virilmente y activar un poderoso ramalazo de autocontrol para que sus lágrimas se sequen
tan rápidamente que la mayoría de los testigos no notarán nada. Excepto ella. La doncella lunar las ha visto. Y

u
le produjeron un dolor agudo y afectuoso en el corazón. En este mundo nadie puede dominar sus emociones
tan prodigiosamente como el hombre Escorpión. Éste las vigila continuamente, y se esfuerza por conseguir
que sus rasgos faciales asuman un talante neutral en medio de cualquier emoción, ya sea ésta de sorpresa, de
euforia, de dolor o de pena. El Águila casi siempre lo logra. Cuando fracasa, podéis estar seguros de que la
magnitud de la emoción que experimenta es realmente abrumadora, virtualmente incontrolable. Quizás otros
no capten este detalle, pero la mujer Cáncer sí lo capta, y se siente hondamente conmovida.
an
Así que ya veis: después de todo no son emocionalmente fríos. Sólo se trata de que a ambos les resulta difícil
demostrar por fuera lo que sienten por dentro. No es fácil que los sentimientos, aun los más vehementes, se
abran paso a través de sus caparazones. Porque tanto el Cangrejo como el Escorpión poseen un duro
caparazón protector, una póliza de seguros adicional que les suministra la naturaleza para defenderse del
intenso dolor que experimentan siempre estas criaturas tan sensibles. Ésta es la auténtica base de su empatía.
Igualmente, habrá momentos en que ella deberá recordar que los rasgos de él, que parecen implicar una
frialdad y un silencio rayanos en la crueldad, pueden ser una mezcla de timidez y de renuencia a confesar lo
que verdaderamente piensa, hasta estar seguro. El deberá tomar conciencia de que el repliegue aparentemente
indiferente de ella no es más que su técnica para protegerse del posible desengaño, hasta asegurarse de que la
aman. Nadie busca y necesita el amor más que la doncella lunar y el Águila. No un amor corriente, sino un
amor omnímodo, urdido con las fuertes hebras de la devoción, la ternura y la lealtad. Esta última palabra es
ultrasuperimportante para ambos.
M

30 
 
En franca contradicción con su aparente desapego y su talante impasible, este hombre es un extremista.
Nunca lo adivinaríais al juzgarlo por su voz suave, y por las estrategias sutiles que emplea en su vida
profesional y personal. (¡Nunca lo adivinaríais, pero será mejor que lo creáis!) Puede hundirse en depresiones
abismales y remontarse hasta las alturas embriagantes del éxtasis. En el ínterin, quien lo mirara pensaría que
pasa sus días en una atmósfera monótona con pocos altibajos, o ninguno, sin que acontecimientos inesperados
turben el manso estanque de su personalidad. No os dejéis engañar. (Este consejo es para los otros signos
solares: la mujer Cáncer no lo necesita. Recordad que ella lo conoce.) Por supuesto, necesitó adiestrarse
durante años para conseguir ese frío aplomo. Durante su adolescencia, antes de aprender a controlarse, tuvo
algunos feroces arrebatos de furia. Preguntádselo a su madre.

La dama lunar de sus sueños no tarda en descubrir que los principales defectos de su amante Águila son su
naturaleza desconfiada, sus celos y el deseo de dominar a su consorte (y a casi todos los demás), por muy bien
disfrazados que estén... así como él comprende casi en los comienzos de su relación que los puntos débiles de
ella son la reserva, un asfixiante espíritu posesivo y una estremecida vulnerabilidad a las lesiones, tanto reales

ki
como imaginarias. Las lesiones imaginarias, ya sean emocionales o físicas, pueden ser tan dolorosas como las
reales. Cualquier médico os dirá que el «dolor imaginario» que experimenta la víctima de una amputación,
por ejemplo, es muy vivo.

Todos los dolores empiezan en la mente, incluido el así llamado dolor físico, y no en el cuerpo. Por eso,
cuando el Águila está lidiando con los sentimientos heridos de la doncella lunar, debe empezar por
comprender que para ella el dolor es muy real, y que su corazón sufre atrozmente, a pesar de que sólo imagina
que el acto que la lesionó ha sido intencional. Entonces él puede explicarle cómo la hipnosis médica, y

u
muchos otros experimentos, han demostrado que todas las sensaciones de dolor empiezan en la mente, antes
de manifestarse en el cuerpo, y que por tanto sólo se pueden eliminar a través de la fuente: la mente o la
imaginación. El inconsciente, depositario de todas sus pesadillas e inseguridades desde la infancia, ejerce un
control absoluto sobre el cuerpo y sobre todas las reacciones emocionales humanas. Decidle a un sujeto
hipnotizado que el sello que descansa sobre su mano o sobre su brazo es una llama, y se levantará una
ampolla. Apoyad una verdadera llama contra la piel, decidle al hipnotizado que es un cubito de hielo, y no
aparecerá ninguna ampolla. Esto es así de simple y cierto, y es la clave de la forma en que hay que abordar las
an
fluctuaciones del miedo de Cáncer, cuando el problema concreto es el dolor emocional y no el físico.

Desde el punto de vista sexual, la naturaleza amorosa del Escorpión es más apasionada y anhelante que la de
la mayoría de los hombres. La de ella es más romántica y sensible que la de la mayoría de las mujeres. Por
tanto, lo que cada uno necesita del otro debería ser obvio: seguridad y reaseguro emocional. Ella necesita
testimonios visibles de afecto... una rosa o un ramillete de violetas, inesperados, sobre su escritorio o su
almohada... tal vez un animalito doméstico, como el que tuvo en su infancia, allí sentado con una cinta en
torno del cuello a manera de sorpresa en una luminosa mañana... cosas por el estilo. Estos pequeños detalles
afectan profundamente su química sexual.

Él necesita saber que la entrega amorosa de ella emana de un deseo genuino de fusionarse con él, un
deseo que ella no finge ocasionalmente para disimular un aburrimiento secreto. De todas maneras a él no se le
puede ocultar nada, ¿así que por qué intentarlo? Si están atentos a sus respectivas necesidades tácitas, su
M

acoplamiento físico puede convertirse en una experiencia auténticamente trascendental. Pero tal vez ambos
tengan la oportunidad de aprender que la pasión controlada no es en absoluto tal pasión. Sólo cuando dos
personas confían plenamente la una en la otra, en todas las formas, pueden expresar cabalmente el amor
mediante la intimidad sexual. La condición especial que estos dos comparten es la necesidad común de recibir
demostraciones constantes de afecto fuera de la alcoba, demostraciones éstas que raramente pedirán,
necesidad ésta que pocas veces expresarán verbalmente, porque se halla sepultada a mucha profundidad.
Cuando se satisfaga dicha necesidad mutua, la felicidad que encontrarán en su amor físico será prácticamente
la máxima a la que pueden aspirar los terráqueos en este nivel tridimensional de la actual conciencia del
hombre y la mujer, como les sucede a todas las parejas de la configuración de signos solares 5-9, a menos que
exista entre sus componentes un aspecto Sol-Luna negativo.

Esto lo he dicho antes, pero vale la pena repetirlo. Los dos dragones que ambos deben vencer juntos son sus
rasgos más negativo., los temores infundados de ella y su espíritu posesivo a veces sofocante... los celos
ardientes de él y su necesidad compulsiva de vengarse... y sus respectivas cautelas económicas. (Algunas
personas las llaman tacañería.) Cuando están enfadados, ambos tienden a refugiarse en sus cavernas

31 
 
individuales de silencio, y ésta es la peor de las soluciones posibles para ambos signos solares (aunque otras
configuraciones de signos solares 5-9 podrían sacarle un poco más de provecho a esta estrategia). Sin
embargo, lo que Cáncer y Escorpión necesitan, es debatir el problema, traducir sus quejas en palabras. Para
borrar un resentimiento no basta enterrarlo en silencio. Así sólo se logrará que lo que al principio no era más
que una pequeña irritación crezca hasta transformarse en un desagradable gigante verde capaz de aniquilar su
relación. La destrucción de una vibración 5-9 es siempre infortunada, porque sus componentes se echan
muchísimo de menos el uno al otro, invariablemente.

Ésta es una mujer que necesita una tarjeta de San Valentín en febrero, un jacinto en Pascua, el alegre tintineo
de las antiguas campanillas de trineo en Navidad para acompañar su risa jovial... un pequeño diamante, o algo
refulgente y plateado en Año Nuevo... una nostálgica caja de luces de bengala el Día de la Independencia...
mucho y mucho tiempo para evocar el pasado en el Día de Acción de Gracias... y que necesita también que no
la asuste ningún duende inesperado en la víspera de Todos los Santos.

ki
Éste es un hombre que puede fingir que se desentiende de las festividades, pero observad cómo sus
facciones normalmente impasibles, controladas, se iluminan con puro deleite si por casualidad la mujer que
ama deja un absurdo animalito relleno de estopa montado sobre el tablero de instrumentos de su auto, en el
Día de la Marmota. Durante un momento fugaz, mágico, ella tendrá una vislumbre de la forma en que sonreía
cuando era niño, antes de que aprendiera a dominar su talante impasible y esa otra sonrisa enigmática,
misteriosa.

u Hombre CÁNCER Mujer ESCORPIÓN


A veces... soñaba, y sus sueños eran más penosos que los de otros niños. Durante horas no podía desligarse de estos sueños,
an
aunque en ellos gemía lastimosamente. Estaban relacionados, creo, con el enigma de su existencia. En esas
circunstancias Wendy acostumbraba a sacarlo de la cama y a sentarlo sobre su regazo, donde lo apaciguaba
mediante recursos cariñosos de su propia invención, y cuando estaba más sosegado volvía a meterlo en la cama antes de
que terminara de despertarse, para que no descubriera la humillación a que ella lo había sometido.

Esta relación funciona mejor cuando la mujer es el Cangrejo y el hombre el Escorpión. Sin embargo, puesto
que sobre estos enamorados influyen las vibraciones de la configuración de signos solares 5-9, su sexo no
menoscabará seriamente sus posibilidades de lograr la armonía. El planeta regente de ella, Plutón, es más
fuerte, y más activo, que la regente de él, la Luna, pero, por otra parte, la esencia del signo cardinal de él es
más poderosa, en la interacción, que la esencia del signo fijo de ella. Cardinal tiene la connotación de
conducir, mientras que fijo tiene la connotación de no seguir, y éste es uno de los problemas más importantes
que se plantearán entre estas dos personas por lo demás bien sintonizadas. Leed las dos últimas oraciones
varias veces, y entenderéis cómo se resuelve, en última instancia, el susodicho problema. Hace falta meditar.
M

Compartirán varias cualidades: la afabilidad, la lealtad, la vehemencia emocional y la gran imaginación.


Juntos, pueden crear toda clase de elementos maravillosos: un amor poderoso, uno o más niños agraciados por
las estrellas, o una gran carrera. La palabra clave es crear. Cáncer y Escorpión pueden convertirse en una
tremenda fuerza regeneradora cuando combinan sus auras. Seguramente Sara y Abraham eran consortes
Cáncer-Escorpión, y poco importan quién era el Cáncer y quién el Escorpión.. Porque Sara concibió un hijo,
engendrado por Abraham, surgido del fondo de su deseo mutuamente apasionado, mucho después de haber
pasado lo que quienes se guían por el ilusorio calendario cronológico llamarían la «edad fértil» de ella y la
«edad viril» de él. Para demostrar cuán ilusorios son estos términos, cuando nació su hijo cada uno de ellos
tenía (literalmente) varios centenares de años, y esto sólo es un milagro para quienes actualmente tienen el
cerebro o el alma lavado por las falacias de las compañías de seguros y otras entidades afines sobre el «lapso
normal de vida».

«¿Hay algo imposible para el Señor?», le preguntaron a Abraham. No. Tampoco hay nada imposible para

32 
 
los hijos del Señor —(o de nuestros Co-Creadores) — los que fuimos hechos a su imagen y semejanza.
Cáncer y Escorpión comparten con Capricornio y Tauro la tendencia a la longevidad. En realidad, todos los
signos solares tienen un potencial de vida de quinientos a mil años, más o menos, en el mismo cuerpo carnal,
sin un proceso de envejecimiento, pero estos signos solares específicos encabezan la marcha hacia el
esclarecimiento. Los capricornianos demuestran la inversión de la edad, a medida que «envejecen» en el
tiempo terrenal. Tauro nos demuestra cómo la serenidad y la paciencia reducen el desgaste del cuerpo, en
razón de lo cual los Toros conservan su fuerza cuando ya hace mucho que la mayoría de los otros han
capitulado. Cáncer exhibe la tenacidad necesaria, y Escorpión conoce, en un nivel aún inconsciente (que no
tardará en ser consciente), los secretos alquímicos de la regeneración celular que hacen posible la longevidad.
Naturalmente, si todos aprendieran —o cuando todos aprendan— el secreto de Abraham y Sara, este milagro
parecería crear un problema demográfico, en razón de esas nuevas almas que nacerían, simultáneamente,
como bebés. Existe una solución para este aparente problema matemático, pero es demasiado complicada para
explorarla en este libro, así que deberé dejarla para otro posterior, en el que procuraremos abordar todas estas
cuestiones más a fondo.

ki
Como el Cangrejo y la chica Escorpión tienen más probabilidades que la mayoría de los habitantes del planeta
de pasar una cantidad considerable de años en la Tierra, es una suerte que sean más compatibles y armoniosos
que muchas otras parejas. Seguramente nunca se aburrirán el uno del otro durante los primeros siglos.
Además de los vicios y virtudes que comparten, existen unos pocos rasgos que no comparten, y éstos
serán, de cuando en cuando, factores de discordia. Él no posee la vehemencia emocional de ella, estimulada
por Plutón, ni la casi compulsión de ella a reaccionar violentamente cuando la encolerizan, y esto puede
convertirse en un problema peligroso para su dicha si un exceso de picaduras de la cola del Escorpión hace
que el Cangrejo macho se recluya permanentemente en su duro caparazón. Hay otra diferencia, esparcida

u
entre las fluidas analogías de carácter, que podría descalabrar su relación, a saber, la incapacidad de ella para
comprender la exagerada cautela de él, su timidez ocasional... y su renuencia a dejar que la suerte guíe su
destino. A la mujer Escorpión le resulta difícil entender su falta lunar de coraje cuando se presenta un desafío
que exige una confrontación directa, tanto con los extraños como dentro de su relación personal. Ella deberá
recordar que todos los Cangrejos dan uno o dos pasos hacia el costado o hacia atrás antes de arremeter de
frente, lo cual les concede tiempo para sopesar cuidadosamente todas las posibilidades. Por esto, él es un
an
estratega más sagaz de lo que ella supone, tanto en lo material como en lo emocional. No obstante su
feminidad y circunspección exteriores, esta chica no le teme a nada, ni en el Cielo ni en el Infierno (ni en la
Tierra), a menos que su Sol haya sido seriamente menoscabado por planetas maléficos a la hora del
nacimiento, y por consiguiente las vacilaciones de él la intrigarán y la inquietarán. Asimismo, la
predisposición de ella a zambullirse en turbulencias emocionales y situaciones desconocidas que podrían ser
peligrosas, lo asustará y preocupará a él.
Muchas veces, una oleada de humor del Pájaro Loco disolverá rápidamente sus conflictos. No hay nada
más sorprendente, ni refrescante, que el tránsito súbito del hombre Cáncer a la risa, después de una de sus
etapas lúgubres, cautelosas, quisquillosas y coléricas. Ella, necesita de esta risa, porque con demasiada
frecuencia la mujer Escorpión está tan profundamente abstraída con los misterios de la vida que no puede
reírse despreocupadamente. El humor cura. Es un puente que salva el abismo de cualquier tipo de malen-
tendido. El doloroso conflicto entre los negros y los blancos de los Estados Unidos sólo empezó a disiparse
realmente cuando los comediantes de ambas razas tuvieron el coraje de burlarse de los prejuicios ante
auditorios mixtos, cuyas reacciones, que al principio fueron de incertidumbre, y después de intenso alivio,
M

permitieron que ambas razas se comprendieran, y se compadecieran mutuamente.


Pero el humor tiene dos caras. La forma más rápida de destruir a un enemigo no consiste en recurrir a la
agresión o la crueldad verbal, sino en emplear la burla sutil. El Cangrejo debe tener la precaución de no
exagerar su sentido de la divina comedia de la vida hasta el punto de provocarla y hacerla sentir ridícula. La
vanidad y la naturaleza básicamente seria de ella la hacen renuente a reírse de los chistes dirigidos contra su
propia persona. Las burlas exageradas o una broma inoportuna pueden ofenderla. Y ya sabéis qué hacen los
Escorpiones ofendidos: se toman el desquite. Cuando esta mujer esté realmente furiosa (cosa que no sucederá
a menudo, gracias al control emocional que ha perfeccionado con grandes esfuerzos a lo largo de los años) su
compañero Cáncer podrá considerarse afortunado de tener su caparazón de cangrejo bajo el que podrá
refugiarse hasta que pase la tormenta, o hasta que el volcán deje de arrojar lava, según cuál sea la alegoría
más apropiada.

El carácter de él tampoco es algo que se pueda tomar a la ligera. Cuando ofenden sus sentimientos tiernos,
delicados, puede enfurruñarse, agredir o rezongar durante días, semanas, o meses, y en casos extremos

33 
 
durante años. Ni siquiera la poderosa fuerza del regente de ella. Plutón puede expulsar al Cangrejo de su
caparazón protector cuando quiere permanecer allí, cultivando sus heridas y magulladuras emocionales.

Muy bien, aquí viene. He estado esperando el momento de abordar el tema, lenta y cuidadosamente. Aunque
la suya es la configuración de compatibilidad 5-9, generalmente armoniosa, entre ellos se levanta un
COLOSAL peñasco que deberán circundar mansamente... o dinamitar desde el principio. Una palabra de siete
letras. Interesante. Siete es el número de Neptuno, y Neptuno gobierna, entre otras cosas más positivas, el
engaño. Pero me estoy dejando arrastrar a matices metafísicos (quizá no desprovistos de pertinencia). La
palabra es «secreto». Tanto él como ella experimentan un placer perverso en guardar secretos... y ninguno de
los dos soporta que le oculten un secreto. ¿Tenéis clara la imagen? Reflexionad. Evidentemente, algo o
alguien deberá ceder... más que un palmo. Quizá varios metros. Elevadlos a kilómetros, según cuáles sean sus
signos lunares.

Es cierto que compartirán más secretos entre ellos que con quienes estén fuera de su periferia personal.

ki
Sin embargo, habrá momentos en que el Cangrejo callará un secreto que ella arde en deseos de sonsacarle, y
otros momentos en que su mujer se reservará un misterio que él tiene unas ganas locas de conocer. El Cáncer
no puede conciliar el sueño, literalmente, si cree que alguien, sobre todo su pareja, le oculta un secreto, por
insignificante que éste sea y, sinceramente, por poco que le incumba. En idénticas circunstancias a la mujer
Escorpión la consume la curiosidad. La diferencia consiste en que él revelará su ansiedad mordiéndose las
uñas, enfurruñándose o haciendo chasquear las pinzas. Ella ocultará su deseo de saber detrás del frío aplomo
y de la indiferencia superficial que cubren su torbellino interior, y le arrancará a él más secretos que los que
él le arrancará a ella, porque la mujer Escorpión sabe emplear la técnica del interrogatorio sutil, taimado,

u
hasta que su víctima desembucha el secreto involuntariamente. (Víctima es la palabra apropiada.) Esto dejará
frustrado al Cangrejo, que se jacta de su sagacidad para guardar las cosas en el buche, aunque no lo tenga.
¿Qué consejo puedo darles, en mi condición de astróloga? Lamento tener que contestar que no se me
ocurre ninguno. Podría decirles a estos dos que sean lo más veraces que puedan, el uno con el otro, pero no
lo serán. De modo que sencillamente deberán reñir, y después se reconciliarán en la cama.
No pretendí ser chistosa, porque este hombre y esta mujer han sido agraciados, sexualmente, con el don de
lograr juntos una magnífica satisfacción física. Sus auras tienen colores complementarios: son armoniosas, y
an
la luz aural que los rodea durante su acoplamiento casi siempre está matizada por los tonos irisados del
amor... a menos que en sus cartas haya alguna estática Sol-Luna que genere algunos tintes lodosos. A los
niños concebidos mediante las vibraciones de los signos solares 5-9, cuando el intercambio Sol-Luna también
es favorable, se los llama apropiadamente «hijos del amor». Aunque este fenómeno puede ocurrir entre
parejas de todos los signos solares, sucede más a menudo con las vibraciones 5-9. Cuando un hombre y una
mujer se unen sexualmente, irradian una luz aural, y ésta atrae a las almas del plano astral que buscan una vía
para nacer. La luz aural del amor capta en su corriente magnética a las almas más benévolas y evolucionadas,
en tanto que el acoplamiento exclusivamente lascivo capta en el cauce natal a las almas menos evolucionadas
o aún no sensibles. Como ambos tipos de alma deben entrar en la rueda natal del Karma para su
esclarecimiento gradual y últimamente seguro, cada una a su tiempo, incluso el acoplamiento lascivo cumple
un fin en el Plan Universal, aunque estas parejas tienen por supuesto la obligación eterna de esforzarse
constantemente por sumar a la lascivia la ternura del auténtico amor.
M

Generalmente el Cangrejo y el Escorpión no necesitan que les recuerden estas responsabilidades cósmicas. Su
armonía básica genera casi siempre una química sexual que es al mismo tiempo consciente y estimulante.
Cáncer y Escorpión combinan instintivamente lo mental y lo emocional con lo físico, y ésta es la clave secreta
de un éxtasis que nunca experimentan quienes separan el deseo sexual de los otros componentes de su
personalidad, buscando sólo lo sensual. Las dimensiones adicionales de afecto y afinidad mental que Cáncer y
Escorpión aportan al sexo, desembocan en un tipo de acto amoroso al que sólo acceden un porcentaje
relativamente pequeño de parejas, en cualquier encarnación específica. Esto explica la poderosa atracción
inicial entre dos enamorados de esta configuración de signos solares, el dolor corrosivo que sienten cuando se
separan... y las muchas ocasiones que tienen de «volver a intentarlo» después de una reyerta.

La mujer Escorpión toma muy en serio, casi con fervor religioso, su compromiso de amar. Pero si descubre
que no le retribuyen el amor, terminará por seguir a su corazón a otra parte, sin remordimientos. Que esto le
sirva de advertencia al hombre que la valora. El hombre Cáncer tiene humores cambiantes; a menudo es
remilgado y exigente. Necesita que aplaquen tiernamente sus frecuentes pesadillas inconscientes y
conscientes para desplegar su personalidad afable y divertida. De lo contrario se volverá más gruñón y

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solitario, hasta que el lado agradable de su naturaleza y su imaginación bella y romántica, desaparezcan por
completo, y él se aleje arrastrándose melancólicamente —de soslayo, por supuesto, como es propio del
Cangrejo— rumbo a la casa de su madre, que siempre lo comprende. Tanto si ésta aún vive, como si ha
muerto, sigue siendo la única mujer que alguna vez lo ha comprendido cabalmente. Bastará que se lo
preguntéis a él, cualquier día. Os contará todo lo que sabe de ella. Y si se trata de uno de esos Cangrejos muy
infortunados que fueron adoptados, o que perdieron a la madre cuando eran muy pequeños, soñará con ella, e
intuirá que ella lo habría comprendido. Cáncer alimenta una gran añoranza por su madre.

Los sueños de Cáncer, como las percepciones de Escorpión, son muy vulnerables, y necesitan que
los protejan amablemente de la cruda realidad. Estos dos deben cuidarse mutuamente... pues dado que el
auténtico amor es muy raro en estos tiempos, ningún otro tratará a la chica Águila con tanta veneración como
su hombre Cáncer, y nadie más tratará los sueños de él tan tiernamente como su dama Escorpión... excepto su
propia madre. Ésta aprueba su unión. Creedme: la aprueba... y desde donde esté en la Tierra, ya sea en el otro
extremo del continente o en la acera de enfrente, o desde el Cielo... le envía a la compañera Escorpión de su

ki
hijo su simpatía secreta.

El manso Cangrejo perdonará a su mujer Escorpión engañosamente apacible, más que cualquier otro hombre,
sus circunstanciales accesos de cólera borrascosa y sus palabras hirientes o sus actos vengativos, porque en su
infancia aprendió una lección que no ha olvidado nunca. Él sabe que la antítesis del amor no es el odio... la
antítesis del amor es la indiferencia. Lo que recibirá de su mujer regida por Plutón podrá ser cualquier cosa
menos indiferencia. Claro que ella es capaz de desentenderse por completo de aquellos por los que siente
desprecio, como si no existieran. Y para ella, no existen. Sin embargo. cuando se trata del hombre al que

u
alguna vez se entregó, al que alguna vez amó —cualquiera que sea el lapso transcurrido desde entonces: años,
o un día— ella pierde este poder que le ha conferido Plutón. Y éste es un secreto que guarda muy bien.

Poco importa la máscara de hielo que ella usa para disfrazar el dolor o el tormento de su decisión. Sus
pasiones pueden saltar del amor al odio, y viceversa... pero la indiferencia respecto del hombre que la ha
poseído totalmente es una emoción que esta dama nunca conseguirá manipular. Y éste es el punto de partida
para el hombre lunar.
an
 
M

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LEO ESCORPIÓN
Fuego Fijo Positivo
- - Agua - Fijo - Negativo
Regido por el Sol Regido por Plutón
Símbolos: el León y el Gatito Tímido Símbolos: el Escorpión y el Águila
Fuerzas diurnas Masculino
- Fuerzas nocturnas - Femenino

ki
La relación LEO-ESCORPIÓN
—Joven orgulloso e insolente —dijo Hook—, prepárate a encontrarte con tu perdición. 

—Hombre torvo y siniestro —respondió Peter—, ¡pobre de ti! 

u
Empecemos con un elemento positivo. Algo que Leo y Escorpión comparten es un sincero respeto mutuo.
Como he dicho antes, todos los signos de Fuego (y los Leo no son la excepción a la regla) comprenden
instintivamente que los abismos líquidos de Escorpión pueden ahogar su rutilante entusiasmo... así como
todos los signos de Agua, incluido Escorpión, comprenden instintivamente que si permiten que las llamas de
Leo ardan incontroladamente, dichas llamas podrán estar peligrosamente próximas a deshidratar su
sensibilidad, hasta hacerlos desaparecer parcialmente... si no por completo. Un Escorpión preferirá partir
an
arrastrándose por la oscuridad de la noche con tal de no enfrentar la deshidratación final a manos de un
consorte, pariente o amigo Leo. Los Escorpión tienen instinto de conservación. Mucho.

Ambos signos solares son de naturaleza fija y alimentan un deseo secreto de dominar. Bueno, por lo menos en
el caso de Escorpión, el deseo es secreto; en el del León es más o menos obvio, excepto cuando se trata de un
Leo que sofoca su ego natural, lo cual es muy insalubre. Los observadores informales de esta pareja reciben la
impresión de que Leo deberá asumir finalmente el control, porque el León o la Leona no oculta en absoluto
que se propone dominar la relación. Pero no todos los observadores informales son astrólogos. Si lo fueran,
tendrían la precaución de no subestimar las tácticas sutiles, a largo plazo. de Escorpión el poder que se
conquista ocultando las propias intenciones, la eficacia del ataque por sorpresa en el momento menos
esperado. Aconsejamos realizar cálculos cuidadosos antes de pronosticar el desenlace de una asociación entre
estas dos criaturas astrológicas: en la oficina, en el círculo familiar o en la escena conyugal.
M

El Escorpión es sensible, y por tanto intuirá cuándo está herido el orgullo de Leo. Entonces será
inmensamente reconfortante y protector... si el que lo ha herido ha sido un ajeno. Cuando la lesión la ha
infligido el mismo (o la misma) Escorpión, es posible que Leo piense que Atila el Huno sería más
compasivo. El único culpable eres tú, Leo. Te he repetido hasta el cansancio que cuando los Escorpión se
enfadan, se enfadan en serio. Clavan el aguijón, como represalia. Cuando Escorpión está furioso, está
furioso, y es imposible aplacarlo con Magos. Tampoco servirá de nada alejarse hasta que amaine la tormenta.
La cólera seguirá bullendo cuando vuelvas. Como los Escorpión no son muy tolerantes, la única forma
segura de tratar con uno de ellos sin que te pique consiste en tener la precaución de no hostigar a la persona
regida por Plutón hasta el límite de su paciencia ni con demasiada frecuencia.
Infortunadamente, Leo no aceptará a menudo este consejo. Sólo los cobardes pisan con cautela cuando
andan cerca de los Escorpiones. El carácter orgulloso y temerario de Leo desprecia tamaña prudencia, y por
eso el León se desenfrena a menudo, y al diablo con todo. Una sugerencia amistosa: Mucho ojo. Es posible
que efectivamente el diablo se lo lleve todo.

36 
 
Paradójicamente, la relación entre niños y adultos, emparentados o no, en esta configuración 4-10 específica,
es a menudo muy estrecha, incluso conmovedora. Hay un« elemento obsesivamente paternal o maternal en la
actitud del Leo o Escorpión mayor respecto del Escorpión o Leo menor. Es regocijante presenciarlo y
delicioso experimentarlo. Quizás esto se debe a que el Leo joven aún no ha tenido tiempo de adquirir su feroz
orgullo, y por tanto no lo irritan los vehementes gestos protectores del Escorpión adulto. Y también es posible
que las Águilas jóvenes aún no hayan desarrollado plenamente la naturaleza vengativa de Plutón, y por tanto
pueden aceptar con más benevolencia el histrionismo de Leo. Sin embargo, a medida que pasen los años,
estos dos tendrán que hacer un mayor esfuerzo para entenderse armónicamente. Conozco a un chico
Escorpión que entabló una estrecha relación con un hombre Leo. Éste último era como un hermano mayor
para el muchacho, cuyo propio hermano mayor Acuario capeaba en esa época las tormentas de la
adolescencia, y por consiguiente lo trataba con desapego.
Cuando un Escorpión encuentra algo o a alguien digno de respeto, nadie puede ser más respetuoso que un
Águila joven, y Mike, el chico Escorpión, encontró mucho para respetar en su compañero Leo de más edad.
Bob, el León, le enseñó paciente y afectuosamente al chico cómo se caza una lagartija con un cordel, para

ki
luego soltarla cerca de un estanque con peces; cómo se remonta una cometa y se la hace revolotear entre las
nubes cual si fuera... bueno... ¡cual si fuera un águila! Le contaba historias de los personajes de Tolkien, con
efectos sonoros; contestaba con mucha seriedad sus preguntas acerca de la forma en que funciona la manija de
la puerta de un auto; e incluso advertía severamente a la madre del chico que éste no era su esclavo por el solo
hecho de ser menor que ella, que merecía ser tratado con consideración,, y que debía pedirle —y no ordenarle
descomedidamente— que le hiciera los mandados. Todo esto se implantó lenta pero inexorablemente en el
inconsciente de Plutón. Hasta que llegó el día en que, cuando se hallaban juntos sobre una roca a orillas del
océano, en Pismo Beach, California, apareció súbitamente una ola gigantesca, que los rodeó por completo. Si

u
el León no hubiera retenido fuertemente al chico, éste, que no sabía nadar, habría sido arrastrado. El episodio
selló su relación. El chico estaba convencido de que su amigo Leo le había salvado la vida, y se mostró
dispuesto a venerarlo por los tiempos de los tiempos. (¡He aquí algo de lo que los Leo no se hartan nunca!)

Más tarde, el León debió partir, por razones ajenas a su voluntad. Su ausencia se prolongó durante
casi siete años. A medida que transcurrían los años, el chico Escorpión dejaba atrás su infancia, pero en todo
ese tiempo su ferviente lealtad por el León lejano no flaqueó ni una vez, Aunque no hubo absolutamente
an
ninguna comunicación entre los dos, el Escorpión no aceptaba que hablaran mal de su amigo. Sabía que tenía
un buen motivo para permanecer lejos, así como sabía que volvería. Y un día... volvió. Escorpión casi nunca
se equivoca al juzgar el carácter de las personas.

También conozco a una chiquilla Escorpión de Falls Village, Connecticut, que siente lo mismo por su
auténtico hermano consanguíneo, un León al que le tributa una total adoración. Esto le encanta al gran gato,
por supuesto, y el cariño es mutuo. Lo mismo sucede cuando Leo es el menor y Escorpión el mayor. Ambos
signos solares protegen instintivamente al más débil. Entre los regidos por el Sol y los regidos por Plutón
existe una relación de «todo o nada». Ni el Aguila ni el León o la Leona pueden abordar el afecto con
displicencia. Estarán apasionadamente unidos... o se desentenderán el uno del otro. Para estos dos no existen
los términos medios, cualquiera sea la naturaleza de su relación. Siempre es o todo o nada.

En las combinaciones Leo-Escorpión menos afortunadas, es posible que la atracción inicial dure menos de
M

lo que ambos previeron al principio. El desencanto no tardará en hacerse sentir si uno de ellos tiene un signo
lunar incompatible, porque la actitud del «siempre tengo razón», propia de Escorpión, aunque sea tácita,
frustrará primero, e irritará después, a Leo. Escorpión no necesita expresar verbalmente su superioridad. Basta
una larga y dura mirada de frío aplomo para proyectar muy claramente el mensaje. Entonces el resentimiento
de Leo podrá parecer injusto, porque éste es un experto igualmente reconocido en lo que concierne a la
convicción de que tiene el privilegio de la infalibilidad... de que siempre tiene razón en tanto que los demás
siempre están equivocados. (Sin embargo, quién sabe por qué, el León o la Leona nunca está tan seguro de
ello como el Escorpión.) Las petulantes actitudes de superioridad de estos dos son tan parecidas que se podría
pensar que deberían ser más tolerantes con sus respectivos egos, pero no siempre es. así. En una relación
humana, sólo queda margen para que una sola persona tenga siempre razón como siempre la tienen (o creen
tenerla) Leo y Escorpión.

La fijeza de ambos signos no ayuda. Fijeza es sinónimo de empecinamiento. La primera palabra es quizás
un poco menos cruda que la segunda, pero igualmente hace que sea difícil desviar o apartar a Leo o Escorpión
de una posición u opinión tomada. Intentadlo, cuando dispongáis de mucho tiempo. Enseguida entenderéis a

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qué se refiere la astrología cuando habla de un signo fijo. (Los signos fijos son Leo, Escorpión, Tauro y
Acuario.)
Es posible que Escorpión permanezca callado durante el monólogo de Leo, pero no os engañéis. Ningún
Escorpión aceptará las opiniones de Leo si no está totalmente convencido de su validez. El Escorpión se
resistirá de entrada, con una negativa contundente, a aceptar las opiniones que Leo pretende imponerle
arrogantemente, o encontrará la manera de eludir por completo la cuestión. Furtivamente. Ésta es la palabra.
Por lo menos ésta es la palabra que Leo elegiría para describir la forma en que Escorpión se evade,
deslizándose y arrastrándose, para no cumplir las órdenes de Su Majestad. Leo no tiene nada de furtivo.
Incluso Escorpión lo reconocerá. Estos reyes y reinas les comunican claramente a todos los plebeyos lo que
desean y exigen. No, los Leo no son furtivos... sólo un poco autoritarios. Y consentidos. Y están
acostumbrados a salirse con la suya desde que eran cachorros. Sin embargo, a pesar de estos aires prepotentes,
son tan tiernos y radiantes, tan generosos y cordiales, que es posible que incluso el Escorpión normalmente
sensible no intuya inmediatamente el peligro de deshidratación... o de cosas peores. Asimismo, los Escorpión
están tan dotados de ese sutil talento en virtud del cual parecen ceder cuando en realidad no aflojan ni un

ki
palmo, que puede transcurrir un tiempo antes de que Leo se dé cuenta de que la situación es propia de otro
Waterloo.

Cuando un Leo se siente herido, se enfurruña o ruge. Este último comportamiento turbará al principio la
psiquis susceptible de Escorpión y provocará una aparente retirada... pero si el enfurruñamiento o los rugidos
se repiten con innecesaria frecuencia, al fin lo único que Leo obtendrá de Escorpión con su histrionismo será
esa larga, dura y fría mirada de Plutón. Que un Escorpión os menoscabe con su mirada es más o menos tan
agradable como levantar castillos en un cuadro de arena lleno de arañas venenosas. Esto no refuerza en

u
absoluto el sentimiento de autobombo del León.

Si estos dos mitigan el elemento personal y hacen girar sus respectivas actividades en torno de metas
abstractas ajenas a ellos mismos, pueden funcionar como un equipo bien avenido, y encierran un peligro
formidable para todos los ajenos que intenten subyugarlos sofocando el fuego de Leo o levantando olas en el
agua de Escorpión.
an
Pero si los ideales impulsivos y el espíritu generoso de Leo son sumergidos con tanta frecuencia que los
espléndidos sueños del León se humedecen hasta el punto de derrumbarse, Escorpión será expulsado del
reino... o Leo se irá por su cuenta a otro castillo donde le parezca que tributarán el debido respeto a la realeza.
A Leo también le convendría controlar esa actitud autoritaria respecto de Escorpión. Porque el León o la
Leona no recibirá de ningún otro signo solar una lealtad y una devoción tan profundas. Debe ganárselas.
Igualmente, valdrá la pena que se trague de cuando en cuando un poco de orgullo a cambio de que le rindan
pleitesía con la vehemencia que sólo Plutón puede brindar.
M

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Mujer LEO Hombre ESCORPIÓN
¿Cuál de estas aventuras elegiremos? Lo mejor será echarlo a suertes.
Lo he echado a suertes y ha ganado la laguna. Esto casi hace desear que hubiera ganado
la quebrada o el pastel o la hoja de Campanilla. Por supuesto, podría volver a intentarlo, y optar
por lo mejor de los tres. Pero quizá lo más justo será atenerse a la laguna.

La profunda laguna de la naturaleza interior del hombre Escorpión triunfará inevitablemente y empañará la
defensa llameante de la Leona en cualquier conflicto grave que los enfrente. El es un signo de Agua, y el agua
es el más fuerte de los elementos. El fuego consume, ¿y qué queda por conquistar después de que el
adversario ha sido consumido? Pero el agua sencillamente cae gota a gota, y horada incluso la superficie de la

ki
roca y el granito, ciñéndose estrictamente a sus planes. Ni siquiera un peñasco arrojado al cauce de un arroyo
cambiará el curso de éste. Pero lanzad una tea ardiente al océano, ¿y cuánto duran las llamas?

Por supuesto, la dimensión de la masa de agua puede modificar el resultado. Una inmensa hoguera hará
crepitar, y luego desaparecer, a unas pocas gotas de agua. Pero la mayoría de las mujeres Leo y los hombres
Escorpión están mejor concertados, y en las asociaciones más comunes entre las Leo y los Escorpión cuyas
vibraciones individuales están equilibradas, triunfará la laguna (el agua). Escorpión tiene mucha más
experiencia espiritual que Leo, porque marcha delante de éste en la rueda del horóscopo. Es útil saberlo desde
el comienzo. Esto puede complicarse, empero, porque nadie sabe con certeza cuál de los dos signos solares le

u
lleva la delantera al otro en el número de viajes alrededor de la rueda. Sin embargo, podéis estar seguros de
que incluso una Leona que describe su millonésima vuelta alrededor del círculo ha sido situada por su propia
personalidad superior, en determinada encarnación, dentro de la vibración del signo solar de Leo porque aún
no ha asimilado por completo todas las lecciones de los siete signos siguientes. Como Escorpión se encuentra
astralmente más adelantado —aunque sólo realice su milésimo viaje circular, comparativamente— en esta
relación especial, dentro de esta existencia particular, el Karma le ha encomendado la misión de enseñarle a
an
ella algunas cosas que necesita aprender, le guste o no... y puedo garantizaros que la idea no la entusiasmará.
Lo mismo vale cuando se invierten los sexos y se trata del hombre Leo y la mujer Escorpión. Leo no puede
luchar contra este Kismet predestinado, estrellado, y ganar, así que lo más prudente será que se relaje y lo
acepte.

Es posible que los modales visibles de la chica Leo sean cálidos, generosos, gregarios y amistosos. Pero
esto no significa que le regocije descubrir que está siendo disecada como si fuera una mariposa, bajo la
mirada increíblemente penetrante y fija de un Escorpión que intenta sondear las profundidades de su mente,
de su corazón y de su alma, para no hablar de su cuerpo. Si los ojos del Escorpión se vuelven demasiado
íntimos en demasiado poco tiempo, ella no vacilará en transmutar su elemento Agua en hielo con su glacial
majestuosidad soberana, aunque se sienta magnéticamente atraída por él. A la Leona le disgusta que los
extraños la traten con familiaridad, así que esperad a conocerla mejor antes de hacerla entrar con la mirada en
un trance hipnótico de Plutón. Uno no mira fijamente a la reina. Este comportamiento puede determinar que
ella os haga expulsar del baile con un ademán despectivo y altanero.
M

Es posible que el primer conflicto se desencadene por cuestiones de dinero. A ella le gusta gastarlo, aunque
pueda demostrar un espíritu sorprendentemente práctico a la hora de resolver cómo y dónde lo distribuirá,
incurriendo sólo esporádicamente en derroches estrafalarios. De vez en cuando él también puede ser
conmovedoramente generoso, pero pondrá mala cara cuando ella intente controlar los gastos de él. Al mismo
tiempo, él no tendrá escrúpulos en controlar los gastos de ella, e infortunadamente ambos comparten esta
contradicción de carácter que es algo más que un poco egoísta. Es rara la Leona que se somete a este tipo de
arreglo sin lanzar rugidos periódicos de indignación femenina. Un presupuesto conjunto siempre les traerá
problemas a los dos. Ella gastará pródigamente, pero adoptará una actitud petulante o francamente hostil
cuando él alegue que se han agotado los fondos del mes. El hombre Escorpión sólo tolerará esta situación
durante un lapso muy limitado. Después se replegará en una atmósfera de silencios amenazadores y miradas
pétreas, que no es precisamente la más apropiada para que florezca el amor.

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Podrán instaurar la armonía si resuelven operar con cuentas bancarias separadas, sin formularse preguntas ni
pedirse cuentas respecto de lo que cada uno gastó en esto o aquello, aunque él haya tenido que regalarle una
porción de sus ingresos para que ella pudiera abrir su cuenta corriente. Sin embargo esto casi nunca será
necesario, porque la mujer Leo típica ya tendrá algún dinero ahorrado cuando conozca a su Águila y se ena-
more de él. El noventa y cinco por ciento de las Leonas trabajan. Es posible que después de aparearse
dichosamente con el hombre que adora le encante empaparse durante un tiempo en la vida doméstica, pero no
tardará en sentir la apremiante necesidad de esparcir sus rayos luminosos, y entonces empezará a anhelar una
actividad extrahogareña que refuerce su sentimiento de importancia personal.

A la mujer Leo sólo le basta administrar una casa para sentirse feliz cuando ésta es la Casa Blanca, un
castillo gigantesco levantado en lo alto de una colina barrida por el viento, o el vasto imperio de, digamos, un
magnate naviero griego... como en el caso de Jacqueline Kennedy Onassis, cuyo apellido de soltera era
Bouvier. Jackie no necesitaba ponerse a trabajar para asegurar su subsistencia cuando tuvo la gran desdicha de
enviudar por segunda vez. Pero cuando ya no tuvo un hogar en el cual enseñorearse, su sangre

ki
astrológicamente azul le ordenó demostrar al mundo que valía realmente como ser humano, así que saltó a
una oficina, un escritorio y una carrera literaria... de la que aún no se ha dicho la última palabra.

El entendimiento sexual entre una Leona y un Águila podría ser delicado. La forma apasionada y un poco
mística de hacer el amor que lo caracteriza a él deleitará al principio a la romántica que hay en ella... pero a
medida que transcurra el tiempo, esta mujer necesitará más declaraciones verbales de afecto, y
demostraciones más sustanciosas, imaginativas y tangibles de su adoración. El Escorpión encontrará

u
irresistiblemente excitante la extraña combinación de altivez y fuego que caracteriza a la Leona, y pocas veces
se cansará de la forma en que lo desafía eternamente a la conquista. Pero si él se siente rechazado con
demasiada frecuencia por su fría majestuosidad, perderá aquel magnetismo animal que la hizo desfallecer al
principio, y quizás incluso la castigará quedándose dormido mientras ella yace a su lado, sintiéndose vacía y
sola. Una de las tácticas más crueles de defensa y represalia que emplea el Escorpión como método de
venganza cuando lo han herido, aunque la utilice inconscientemente, consiste en la negación del placer
sexual.
an
Si este hombre y esta mujer se esfuerzan realmente, pueden crear juntos una atmósfera bellísima, a pesar
del obstáculo que implica su configuración de signos solares 4-10 en cuadratura. Tienen muchos elementos en
contra desde el principio, pero tienen a favor su libre albedrío recíproco. Imaginad un lago sereno, despejado,
a la luz de la luna, sobre cuya superficie discurren mil llamas refulgentes que despiden chispas de color
brillante hacia el cielo aterciopelado de la medianoche. ¿Cómo es posible que las llamas permanezcan sobre el
agua sin apagarse? Es que están encendidas sobre troncos flotantes que las sostienen. Para el signo de Fuego
Leo y el signo de Agua Escorpión, estos troncos flotantes pueden simbolizar un objetivo común.
Cuando el Águila y su Leona encuentran este objetivo (o carrera) común, acorde con los sueños de ambos,
y marchan juntos en pos de él, pueden ejecutar el hechizo alquímico de combinar la pasión y el poder para
transmutar la desdicha en milagros. La pasión de él... el poder de ella. O la pasión de ella... el poder de él. No
importa, porque los dos disfrutan de la una y el otro.

Sus aflicciones empezarán cuando él leve anclas rumbo a una aventura emocionante, sin llevarla consigo,
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dejándola sentada bajo la tabla de planchar... o a la inversa, cuando ella se vaya a bailar impulsivamente bajo
el sol de agosto, y lo deje a él celebrando solo el Día de Acción de Gracias durante un frío mes de noviembre.
Debajo de la personalidad rutilante y valerosa de la mujer Leo yace sepultada una profunda inseguridad. Si su
consorte le niega el derecho a la individualidad, puede volverse tan resentida e inquieta como una Leona
enjaulada en el zoo. En cuanto a él. la vehemente necesidad que experimenta el Escorpión de la refulgencia de
ella, para que le ilumine la vida, puede generar algunos accesos violentos de celos y espíritu posesivo, típicos
de Plutón. El tendrá que comprender que esta mujer sencillamente debe regodearse de cuando en cuando bajo
el foco de la admiración... pues de lo contrario se consumirá casi literalmente. Si a veces sus adoradores son
hombres, ello no implica que sea promiscua, sino que ejerce su derecho real a ser venerada. El Águila
posesiva no soporta ver cómo otros hombres cortejan a su mujer, pero esto es lo que debe prever que pasará si
la deja sola. La Leona nunca se conformará con sentarse junto al fuego, haciendo calceta para su consorte,
puliendo las pasiones de éste por la noche, y espolvoreando talco sobre el complejo de superioridad del
Escorpión cada mañana antes de que éste se pierda en el mundo tentador velado por la bruma. Por tanto, si

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estos dos enamorados no hacen las cosas juntos, a veces su camino podrá estar erizado de piedras. Pero...
¿sabéis qué se hace con las piedras? Se las elimina. Basta levantarlas y arrojarlas al costado.

Si ella puede aprender a valorar la seguridad emocional y la devoción excepcional que él le ofrece...
y si él puede aprender a valorar auténticamente el espíritu cálido, generoso y radiante de ella, lograrán
transmutar la cuadratura astrológica de tensión y conflicto entre sus soles natales en la energía igualmente
poderosa del cuadrado, para crear un vínculo de unión asombrosamente fuerte. Porque el amor, como un
barco, siempre es más seguro y resistente después de que se ha probado su capacidad marinera.

La Leona, aunque fue coqueta en su juventud, será leal y fiel a su consorte una vez que éste la haya
domado... siempre que la mano del domador sea suave, y no demasiado implacable. Y aunque entre los
desconocedores de la astrología tenga fama de estar obsesionado por el sexo, el hombre Escorpión siente la
compulsión interior y concreta de explorar sus misterios, para después elevarlo a la pureza de una experiencia
espiritual. Si este hombre y esta mujer se miraran profundamente a los ojos, sondeando sus auténticas

ki
personalidades, verían que no tienen necesidad de celarse ni de competir entre ellos.

A menudo otras parejas no consiguen consolidar una relación con los niños. Pero en el caso de Leo y
Escorpión, el Destino ha decretado misteriosamente que si la necesidad y el deseo son suficientemente
intensos... «un niño señalará el camino que conduce a la unidad».

u Hombre LEO Mujer ESCORPIÓN


—¿Debo hacerlo? —preguntó Wendy, radiante—. Claro que es tremendamente
fascinante, pero ya ves que sólo soy una niña. No tengo verdadera experiencia.
an
—Eso no importa —respondió Peter, como si fuera la única persona presente que lo
sabía todo, aunque en realidad era el que menos sabía.

Ella miente, como a veces lo hacen los Escorpión, esforzándose desesperadamente por ocultar sus
sentimientos más íntimos. ¿Que no tiene verdadera experiencia? Tiene la experiencia de infinitas
encarnaciones en la sabiduría de Plutón. No hagáis caso de esta deliberada denigración de sí misma.
Curiosamente, es la consecuencia del ego de él. No. Quizás ego no es la palabra correcta. Es su confianza en
sí mismo, exhibida con tanta naturalidad e informalidad, lo que primero influye para que la chica Escorpión se
deje fascinar por el León carismático. Ella también tiene confianza en sí misma (en verdad, muchísima más
que él), pero es incapaz de proyectar su confianza con tanta confianza. Sé que esto parece confuso, pero
releedlo y le encontraréis sentido. De modo que la mujer Escorpión encuentra en el Leo muchos rasgos dignos
de admiración, e incluso de respeto. A diferencia de ella, él ha descubierto la forma de hacerle saber al mundo
cuán seguro de sí mismo se siente por dentro... aunque no se sienta tan seguro. A ella le parece a menudo que
M

su confianza en su propio conocimiento interior, del que ella está siempre segura, permanecerá eternamente
encerrada dentro de ella. Quizás él tiene la llave... y si es así... ¡qué jubilosa libertad puede conferirle a ella!

Ella lo atrae a él por razones casi idénticas. Generalmente la Escorpión no tiene conciencia del sereno
aplomo y de la sabiduría interior que proyecta sobre los demás con sólo urja mirada profunda, profunda. La
mayoría de los, destinatarios de su mirada sencillamente se acoquinan y giran la cabeza para eludir... no saben
muy bien qué... sólo están seguros de que se trata de algo que quieren eludir. Al León valeroso, audaz, no le
sucede lo mismo. La mirada de ella lo fascina. A veces siente que se ahoga en las aguas frescas y plácidas de
sus ojos, y a veces siente que aprende misterios místicos mediante una silenciosa transferencia de
conocimientos. En otras ocasiones se siente peligrosamente próximo a ser absorbido por la tempestad de las
olas bullentes y arrolladoras que se ocultan detrás de la mirada de Escorpión. y para Leo esto no es
horripilante ni aterrador... sino que es francamente excitante.
Ella le envidia su capacidad para irradiar tanta calidez. Como ella pertenece a un signo de Agua, por
mucho que desee otra cosa, la tibieza que experimenta se trueca en cierto grado de frialdad y desapego,
incluso con aquellos que más ama. Pero al hombre Leo lo rige el Sol ardiente, incluso cuando está

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encolerizado o de mal humor. Es imposible estar cerca de un León y no sentir cómo el calor de los rayos del
Sol se infiltra en todo tu ser. Como si te regodearas frente a un hogar confortable, cuando el León está conten-
to; como si te entibiaras frente a unos carbones incandescentes, cuando no siente nada especial; o como si
experimentaras la emoción de presenciar un colosal incendio de bosques, cuando está excitado. Si al menos
ella pudiera desahogar sus propias emociones, mucho más profundas, con tan pródiga despreocupación. Ella
no cesa de esforzarse en vano por exhibir más abiertamente sus sentimientos, y entonces aparece este hombre
espectacular, que es capaz de demostrar su orgullo y sus prejuicios con tan poco esfuerzo y con tanta gracia.
Incluso marcha garbosamente, como si fuera un gran gato que está al acecho en la jungla, con una
inconfundible majestuosidad soberana en su paso. No es extraño que ella se enamore apasionadamente de él.
No es extraño que lo adore. Y tampoco es extraño que la chica Escorpión magnetice al hombre Leo. No hay
nada en el mundo que le produzca más placer que sentirse adorado. A menos que sea sentirse venerado.
Cuando la serpiente se introduce furtivamente en su Edén verde y fresco ambos quedan sorprendidos, heridos
y desencantados. ¿Qué pudo haber ocurrido? Tantas cosas siguen estando en orden... ¿qué pudo haber
fallado?

ki
No es difícil identificar los problemas. Recientemente visité en Cripple Creek, Colorado, a dos buenos amigos
que son los propietarios del Gasthof Restaurant local: Carroll (un Leo) y su esposa, Barbara (una Escorpión).
Por pura diversión, pero con un poco de método en mi locura, sugerí que jugaran conmigo un juego de
telegrafía astrológica. (Yo tomaba notas.)
— ¿Puedes resumir —le pregunté a la Escorpión—, todas las cosas que más te disgustan en Carroll, todas las
cosas que más te fastidian y que causan más tensión en tus relaciones con él... en una sola palabra?

u Ella reflexionó momentáneamente y después clavó en su consorte Leo una de esas miradas frías, duras,
mientras dictaminaba clara y enfáticamente:
—Arrogancia.
(Durante los últimos días los dos habían tenido algunas pequeñas dificultades, como les sucede a todas
las parejas, de tiempo en tiempo.) Como no me entusiasmaba el riesgo de encontrarme en medio de un
conflicto Fuego-Agua, procuré no prestar demasiada atención al talante del León mientras le formulaba, con
an
la mayor jovialidad posible, la misma pregunta.
—¿Cómo resumirías en una sola palabra todo lo que objetas en los hábitos y el carácter de Barbara,
Carroll?
Sin vacilar un segundo. él la miró con el ceño fruncido y gruñó coléricamente:
—Silencio.
—¡Perfecto! —exclamé—. ¡Realmente perfecto! —Se volvieron hacia mí, perplejos. Entonces me
apresuré a explicar—: Lo que quiero decir es que vuestras respuestas sintéticas fueron un ejemplo perfecto
de la discordancia entre Leo y Escorpión... o sea, entre todos los Leo y todos los Escorpión —me corregí
apresuradamente. Después le formulé mi segunda pregunta a Carroll, el León—: Ahora, ¿puedes resumirme
la cualidad de Barbara que más te atrae, lo que más admiras y amas en ella... en una palabra?
Su cólera trémula, apenas controlada, se derritió súbitamente, tal como el hielo se derrite en una jornada
soleada, a mediodía, y la miró con auténtica ternura, mientras decía dulcemente... algo maravilloso.
—Supongo que esa palabra sería... devoción. —Hizo una pausa, y después continuó con una eclosión
M

impetuosa de sentimientos—: Cuando estuve en el hospital el mes pasado, tan dolorido por mi fractura de
pierna, postrado con una escayola desde los dedos de los pies-hasta la cadera, y atontado por los sedantes,
cada vez que abría los ojos la veía a ella. Sentada sencillamente a mi lado, por si necesitaba algo. Hay un
largo trayecto desde Cripple Creek hasta el St. Francis Hospital de Colorado Springs, y ella tiene mucho
ajetreo con el restaurante y los niños (cuatro varones) y la casa y todo lo demás, y no sé de dónde sacaba
tiempo y energías para estar allí. Pero estaba siempre. Siempre está allí... cuando la necesito. —Entonces se
ruborizó, consciente de que su declaración romántica tenía público, y concluyó, un poco balbuceante—:
Supongo que es... bueno, tal como dije... no se me ocurre otra palabra que no sea devoción.
Mientras él hablaba, los ojos de la mujer Escorpión se anegaron de lágrimas, y tragó con dificultad. La
tensión que antes había palpitado entre ellos se había disipado milagro- samente, y se miraron breve pero
significativamente mientras las lágrimas brillaban, también en los ojos del León. Aunque no tenía ganas de
interrumpir este singular trance de intercomunicación armoniosa, proseguí, empero, el juego, y le pregunté a
Barbara:
—¿Y tú? ¿Qué palabra elegirías para describir las cualidades positivas de Carroll que hacen que tú lo

42 
 
ames a él?
Se quedó callada. Durante un minuto. Después pasó otro minuto. Cuando hubieron transcurrido varios
minutos, continuaba muda. Finalmente, turbada y obviamente incómoda por su incapacidad para expresar lo
que pensaba, murmuró con tono compungido, dirigiéndose a nosotros dos:
—Lo siento. Quiero decir... hay cualidades... pero... sencillamente no se me ocurren... No sé.
El silencio se prolongó durante varios minutos más, que seguramente le parecieron una eternidad al León.
Sin embargo, como él era Leo, y en consecuencia no pecaba por falta de locuacidad, llenó el vacío con un
comentario típico de su signo:
Vamos, Barbara, no seas vergonzosa. ¿Por qué no confiesas que la palabra es «adorable»? —La Escorpión
siguió callada—. ¿Ésta es la palabra que buscas, verdad? ¿Adorable? ¿O acaso la palabra «perfecto» me
describe mejor?

Nos reímos, nerviosos. Mejor dicho, Leo y yo nos reímos. Su esposa Escorpión trató de forzar una
sonrisa, y después se excusó y fue a la cocina a buscar más café. Entonces incluso el León se quedó mudo. Y

ki
me pareció que era mejor que yo también permaneciera callada. Dentro de la habitación, la atmósfera de
incomodidad crecía sin cesar. Hasta que Barbara salió inesperadamente de la cocina, con el paño de la vajilla
en la mano y con una sonrisa en el rostro.
—Acaba de ocurrírseme la palabra —anunció, evidentemente aliviada—. «Fiabilidad». Es tan... digno de
confianza. Siempre puedo contar con el hecho de que cumplirá con su palabra cuando pueda. Nunca me
desengaña ni desengaña a nadie. Sé que una vez que ha prometido algo, se esforzará por cumplir. Realmente
es la persona más digna de confianza que he conocido en mi vida. Creo que... bueno, creo que la palabra que
elegiría es fiable.

uVaya avalancha de palabras de labios de una mujer que, minutos antes, había parecido condenada al
mutismo. Y vaya expresión de dicha la que se reflejó en sus rasgos ahora que tenía la tranquilidad de poder
expresar, al fin, sus auténticos sentimientos.
El León sonrió de oreja a oreja, como lo hacen los Leo cuando se sienten complacidos. pero un poco
tímidos, y comentó jovialmente:
—¿No quieres agregar las palabras «adorable» y «perfecto» a «fiable»?
an
Se revolcaba en la hierba, flotando en un éxtasis visible. Por fin su consorte le había servido una porción
para reyes del alimento que tanto le faltaba: un halago sincero. Durante la media hora siguiente quedaron
envueltos en una atmósfera tan rica de afecto que me excusé y partí temprano, dejándolos a solas con su
nueva comprensión mutua, nuevamente convencida de los milagros que puede generar la astrología cuando-
se la emplea como es debido.

Es cierto que los silencios de la mujer Escorpión pueden frustrar y enfurecer al hombre Leo. Éste es más
gregario en lo que concierne a sus gustos y disgustos, necesita expresar verbalmente sus dichas y desdichas.
A un hombre Leo nunca se le ocurre pensar que son su dominación constante y sus aires de superioridad los
que empujan al silencio a su mujer regida por Plutón... y tampoco se le ocurre pensar a Leo que él posee el
mismo rasgo que objeta en su compañera Escorpión. En el caso de él se llama enfurruñamiento.
La mujer Escorpión se siente hondamente herida y encolerizada por la insufrible arrogancia del León, y
M

sin embargo pocas veces comprende que lo único que se necesitaría para acabar con ésta sería el esfuerzo
que le costaría a ella tributarle un halago sincero (los Escorpión no pueden tributar otros) en medio de uno de
los altaneros sermones que él le endilga... y entonces él ronroneará complacido, olvidando por completo el
motivo de sus rugidos. Basta un poco de introspección. Claro que Escorpión es más experto que Leo en
introspecciones, pero Leo es más magnánimo que Escorpión así que están bastante bien equilibrados... 'o
podrían estarlo, si quisieran.
La relación sexual entre un León y un Escorpión hembra puede ser un poco intermitente. Puede inflamarse y
enfriarse, por turno. Ella siente que la cálida fuerza de él es erótica, de una manera confortable y afectuosa. Él
siente que la vehemencia secreta y silenciosa de la pasión de ella implica un desafío sensual para su
naturaleza romántica e impulsiva. Con cierta consideración mutua —por ejemplo, un poco más de expresión
verbal por parte de ella, y un poco más de miramientos sensibles por parte de él— podrán salvaguardar el
deseo que experimentaron cuando se encontraron y se amaron por primera vez.

Pero si ella exagera sus silencios, y él exagera su arrogancia, es posible que la poderosa afinidad química que
los unió inicialmente se reduzca a un afecto mitigado y aburrido, y que los auténticos acoplamientos se

43 
 
produzcan cada vez con menos frecuencia... hasta llegar a la frigidez en ella y a la impotencia en él. La mujer
Escorpión ya sabe lo que todo hombre Leo necesita aprender: que la vida sexual feliz no emana de los apetitos
pasajeros del cuerpo. Emana de la mente y el corazón, y después se transforma gradualmente en ese tipo de
deseo físico que desemboca en la paz y la satisfacción emocionales.
Algo que a menudo produce un enfriamiento sexual entre estos dos es el resentimiento a veces vehemente
de ella contra el séquito de admiradoras que rodean al hombre Leo y que lo siguen como cachorrillos
reverentes y ávidos de cariño... y que él se niega a alejar con un frío rechazo. En verdad disfruta con ello,
¿podéis imaginarlo? Sí. Yo puedo imaginarlo. El León necesita revolcarse de vez en cuando en el bálsamo de
la adoración, pero esto casi nunca desembocará en la infidelidad. Nunca, en verdad, si su consorte combate
esta amenaza con la más poderosa de las armas: la fuerza tremenda del AMOR. El hombre Leo que encuentra
suficiente adoración y emoción en su casa, en su propia madriguera, nunca se alejará del orgullo de la jungla
que comparte con su consorte. Así es como se distingue a las mujeres de las chicas. Ella debería desecharlo
con una risa. Esto es lo que él hace, interiormente, si queréis saber la verdad. El instinto más recóndito de Leo
es la lealtad. Se necesitan muchos celos injustificados para modificar su naturaleza básica. La deducción

ki
lógica puede hacerle pensar a la mujer Escorpión que si el séquito femenino de su León lo admira y lo desea a
él, él debe admirar y desear igualmente a sus seguidoras. Pero la «deducción lógica» es a veces una de las
hermanas más engañosas de la mentira. Es muy probable que, empujada por el agravio y el resentimiento,
justificados o no, la mujer Escorpión incurra, personalmente, en una infidelidad. Deberá analizar muy
cuidadosamente esta reacción drástica ante la frustración que le producen sus problemas, porque el Leo no
podrá perdonar una deslealtad física, sea lo que fuere lo que ha hecho o dejado de hacer para merecerla.

Sí, sé que esto es egoísta, pero así son los Leo. Con muy raras excepciones, si un León descubre que su

u
pareja lo ha traicionado con otro hombre, ahí terminará todo. Y Leo debe- saber esto: hace falta un gran
despliegue de lo que tal vez él no reconoce en sí mismo como arrogancia, mucha insensibilidad respecto de
las necesidades más intrínsecas de ella, para empujar a esta mujer a los brazos de otro hombre. Si esto llegara
a suceder alguna vez, él deberá preguntarse qué era lo que ella anhelaba con tanta vehemencia y él le negó,
quizás inconscientemente. A lo mejor era un hijo... una carrera... o sólo un poco más de compasión y dulce
comprensión de sus sentimientos... un poco más de ternura a ratos.
an
Cuando el abismo del orgullo y el mal humor se ensancha tanto que ambos se resisten a correr el riesgo de
franquearlo, casi siempre es ella quien debe tomar la iniciativa. Aunque él desee ávidamente la reconciliación,
a un León le resulta doloroso humillarse con una disculpa. Teme que semejante confesión de arrepentimiento
le haga perder el control de su hogar, de su mujer y, peor aún, la imagen de superioridad y autoridad que él
tiene de sí mismo. Y así, pugnando por conservar su identidad como amo de la relación, él cargará a menudo
la culpa sobre los hombros inocentes de ella, con la ansiosa esperanza de que ella la acepte, para entonces
poder perdonarla majestuosamente... después de lo cual todo volverá a ser luminoso y cálido entre ellos.
Lamentablemente, muchos hombres Leo no conocen otro medio para renovar la armonía. A su mujer Escor-
pión le resultará más fácil tomar la iniciativa de la reconciliación, si recuerda la letra de la canción que la
Primera Esposa del Monarca de The King and le entonó a Ana, cuando quiso hacérselo ver a ésta tal como
realmente era.
M

No siempre dirá... lo que tú querrías que diga,

pero de cuando en cuando dirá... ¡algo maravilloso!

Sus actos desconsiderados... te lastimarán y preocuparán, hasta que de pronto


hará... ¡algo maravilloso!

Él sueña mil sueños que no se materializarán, tú sabes que cree en


ellos, y esto te bastará.

Siempre lo acompañarás... lo defenderás cuando se equivoque, y cuando sea


fuerte le dirás... ¡que es MARAVILLOSO!

Él siempre necesitará tu amor, y así tu amor tendrá.


Un hombre que necesita tu amor... puede ser... maravilloso.

44 
 
Siempre habrá momentos luminosos en que él dirá o hará... algo maravilloso... para compensar su
desconsideración y arrogancia ocasionales. Y tú, Leo, Su Alteza, podrías tratar de grabarte en la memoria
unos pocos versos de otra canción:

Es posible que esté harta... las mujeres se hartan de usar siempre el


mismo vestido raído;
cuando ella esté harta, ensaya tú un poco de ternura.

Es posible que esté esperando, sólo previendo cosas que tal vez
nunca tendrá;
mientras espera, ensaya tú un poco de ternura.

Ésta no es una mujer común, sino extraordinaria, con sentimientos muy profundos. Para un León, cualquier
dosis de afecto es preferible al silencio y la soledad. En cambio, la mujer Escorpión prefiere estar sola antes

ki
de que le den a compartir sólo la mitad de un corazón. Y en esto consiste el inmenso océano de diferencia que
separa a los controlados por la cuadratura de la configuración de signos solares 4-10, océano éste que sólo
puede ser franqueado por un puente de amor.

VIRGO ESCORPIÓN

uTierra - Mutable - Negativo


Regido por Mercurio (también por el
planeta Vulcano)
Símbolo: la Virgen
Fuerzas nocturnas – Femenino
Agua - Fijo - Negativo
Regido por Plutón
Símbolos: el Escorpión y el Águila
Fuerzas nocturnas - Femenino
an
La relación VIRGO-ESCORPIÓN
«Ninguno de ellos lo sabía. Quizás era mejor que no lo supieran. Su ignorancia les
concedió una hora más de dicha.
M

Los Virgo creen que poseen el método perfecto para hacer desaparecer los retorcimientos y tortuosidades de
todas las cosas, para borrar las anfractuosidades de la personalidad de sus conocidos. Entonces Virgo se
encuentra con Escorpión, y la fórmula se atasca en .a computadora. A su equipo le saltan los fusibles. Algo
falla. ¿Qué puede ser?
Lo que sucede es que los Escorpión eluden todo tipo de análisis. Además, les disgusta que los espulguen, que
los regañen o que los riñan por sus tendencias malignas (como la de ser rencorosos y la de mirar a la gente
con expresión torva y alarmante). A la gente regida por Plutón no le agrada que la critiquen, por muy afable y
cortés que sea la crítica. Si fuman, no toleran que les digan que dejen de hacerlo, o que les recuerden que
deben vaciar sus ceniceros sucios. A la inversa, si no fuman, no necesitan que les digan que son buenos chicos
y chicas porque se abstienen de practicar ese hábito repulsivo e insalubre, por la excelente razón de que las
Águilas de Escorpión nacen con inconmensurables reservas de confianza en sí mismas, más una naturaleza
sumamente recelosa. Por tanto, ya saben que son «buenas», y además, desconfían de las palmaditas en la
cabeza que no han solicitado y de las alegres palabras de aprobación de los Virgo... o de quien sea.

45 
 
Los Escorpión a les que les confieren el premio Pulitzer o Nobel no se estremecen de gratitud. Es más
probable que mascullen entre dientes que ya era hora de que alguien reconociera su superioridad (a veces no
entre dientes sino en voz muy audible). Pretenden ganar los juegos de Intelect y Monopoly, las carreras de
cincuenta metros, las competiciones de saltacabrilla, las campañas políticas, los premios de la Academia y las
cintas de los Clubes 4-H.

Es imposible sorprenderlos. O mejor dicho, sí es posible sorprenderlos, pero no lo es detectarlo en el tono


de voz, las palabras o el cambio de expresión del Escorpión. Hay dos razones para ello; a) Son
suficientemente precognitiyos como para adivinar cualquier cosa anticipándose a vosotros; b) Cuando los
sorprendéis desprevenidos, sus facciones sí están prevenidas, aunque ellos no lo estén. Los Escorpión le
quitan la diversión a todo. Son huéspedes de honor muy poco satisfactorios en las fiestas-sorpresa de
cumpleaños. De alguna manera faltará la chispa de espontaneidad. Las cosas sólo resultan excitantes si
recordáis que burbujean por dentro como el champán, aunque las burbujas estén herméticamente
embotelladas.

ki
En cuanto a los Virgo, las sorpresas los ponen más que un poco nerviosos, puesto que representan algo
que no ha sido incluido en sus agendas, y tos dejan aturdidos durante unas cuantas horas. A diferencia de
Escorpión Virgo no es receloso. Los Virgo no disponen de tiempo para derrocharlo alimentando miedos
interiores, y es así como nace el recelo. Tampoco disfrutan de la confianza en sí mismos, propia de Escorpión.
La confianza en sí mismo implica que uno es perfecto, o casi perfecto, y los Virgo conocen demasiado bien
las imperfecciones de la naturaleza humana en general, y de la suya propia en particular. No existe un solo
Virgo que no esté convencido de que tiene más para criticar y mejorar en sí mismo (o en sí misma) que en

u
cualquier otra persona. Una vez que Escorpión descubre este rasgo estimable de Virgo (y generalmente los
Escorpión no tardan mucho en evaluar psicológicamente una situación o un individuo), la compulsión del o la
Virgen en virtud de la cual recuerda, sugiere y observa en detalle, le resulta menos fastidiosa, y el Águila le
sonríe afectuosamente a este ser humano bienintencionado, que semeja un duende. Si Virgo modera las
críticas descarnadas, las reprensiones, las amonestaciones y las discusiones bizantinas, los dos se llevarán
estupendamente y entablarán una relación inesperadamente íntima. Inesperadamente, porque la «intimidad»
con otra persona no es algo que Virgo o Escorpión tome a la ligera... o logre fácilmente.
an
Es posible que otros teman sondear y hurgar la naturaleza secreta de Escorpión y su manto do misterio,
pero Virgo tiene una mente curiosa, exploradora, y aunque no estirará la mano para arrancar bruscamente la
máscara de Escorpión, intentará desnudar delicadamente lo que está oculto a la vista. Quién sabe por qué,
Escorpión no inspira a los Virgo el espanto o el temor reverencial que inspira a menudo a otros signos solares,
porque Virgo respeta francamente las aptitudes críticas y analíticas del mismo Escorpión. En su relación con
un Águila, el o la Virgen hará frecuentemente un esfuerzo consciente encaminado a evitar, por dos razones,
los temas polémicos, antes de que éstos se conviertan en desacuerdos concretos. En primer lugar, Virgo confía
en que Escorpión será tan cuidadoso y cauteloso como podría serlo él (o ella) —y también más lúcido, y más
sensible— y por tanto los Vírgenes piensan que existen muchas posibilidades de que las opiniones de
Escorpión sean las correctas. En segundo lugar, Virgo ya ha calculado el porcentaje de posibilidades de ganar
una contienda de ingenio con el Águila y ha decidido que, en el mejor de los casos, dicho porcentaje no es
muy alto. Además, el hombre o la mujer Virgo saben muy bien que los resultados serán casi seguramente
desagradables si hostiga demasiado o desafía innecesariamente a Escorpión... y los enfrentamientos desa-
M

gradables son contraproducentes para sus objetivos comunes. («Contraproducente» es una de las palabras
favoritas de Virgo.)

Los Virgo son desmedidamente prácticos en este contexto. Es esta cualidad de aplomo la que hace que
Escorpión sonría en presencia de los o las Vírgenes. Son personas simpáticas, sensatas... criaturas sonrientes,
de ojos brillantes, corteses, que no representan en modo alguno una amenaza. Los Virgo parecen serenar, por
alguna razón indefinible, el espíritu de Plutón, y en tanto que los Virgo pueden sobresaltar a otros individuos,
o hacerlos sentir ligeramente culpables por no ser perfectos en su presencia, el efecto que surten sobre
Escorpión es el opuesto. En verdad, los Escorpión se sienten a menudo curiosamente distendidos y relajados
en presencia de Virgo. No es una hazaña de menor cuantía lograr que un Escorpión se sienta «distendido».

Ésta es una configuración de signos solares 3-11, que combina los elementos de Tierra y Agua. Lo cual,
traducido de lo simbólico a lo real, significa que Escorpión sentirá de alguna manera que ha «encontrado
raíces» en una asociación con Virgo... y este último tendrá la marcada impresión de haberse enriquecido
desde muchos puntos de vista merced al contacto con Plutón. En una forma inesperada y nada convencional,

46 
 
Virgo ayudará, silenciosa y discretamente, a materializar las esperanzas, deseos y ensueños de Escorpión y
también su éxito social, prestigio y posición en su carrera o en la comunidad. Escorpión abrirá la mente de
Virgo a muchas nuevas perspectivas intelectuales y teorías progresistas, y le aportará al Virgen o la Virgen
una fácil comunicación de ideas. Es posible que ambos sean presentados por parientes del uno o del otro, o
que éstos ocupen un lugar destacado, de alguna manera y en algún momento, en su asociación.
Escorpión puede controlar más que cualquier otra persona (excepto, quizá, Tauro. Cáncer y Capricornio),
la tendencia de Virgo a preocuparse y enfurruñarse, en razón de lo cual los Virgo parecen más sosegados, más
tranquilos, menos inquietos y nerviosos en compañía de los Escorpión. Estos dos ejercen una influencia
francamente beneficiosa el uno sobre el otro, por contraste con el efecto tétrico (Escorpión) e inquietante
(Virgo) que pueden ejercer sobre los demás. Si sus signos lunares o ascendentes tuvieran por casualidad un
aspecto negativo en sus respectivas cartas, la influencia beneficiosa será, por supuesto, menor, y serán
mayores la irritación y la tensión. Sin embargo, en circunstancias normales la una y la otra durarán poco.
Escorpión no es proclive a sufrir en silencio, o durante mucho tiempo, antes de proponer enérgicamente un
cambio de actitud, y de exigir luego la disolución de la asociación si el cambio no se produce inmediatamente.

ki
Los Virgo tampoco se dejan estar, después de haber recibido una desilusión. Como el gato de Cheshire y los
viejos soldados, estos dos personajes pueden esfumarse sencillamente, para no volver jamás.

Ya sea que confluyan como parientes, hermanos, padres e hijos, amigos o amantes, tienen ciertos rasgos
en común que abrirán puertas de comprensión entre ellos. Por ejemplo, Virgo y Escorpión conocen sus
virtudes individuales tan bien como sus defectos. Ninguno de los dos se tasará por encima o por debajo del
precio justo. Cada uno conoce sus propios talentos y capacidades, sin que este conocimiento los haga egoístas.
También tienen conciencia de sus defectos, de los límites de lo que pueden esperar de su personalidad
interior, y no traspondrán estos límites. Nunca encontraremos al Virgo típico estirando su suerte más allá de lo

u
que aconseja la prudencia, y lo mismo vale para el Escorpión. ¡Cuando un Águila corre un gran riesgo, podéis
estar seguros de que se trata de un Águila confiada! (Pero habrá computado cuidadosamente los porcentajes
de probabilidades.) Los Escorpión pueden equivocarse alguna vez, pero es más frecuente que acierten y no
que cometan errores de cálculo. Ésta es una cualidad que Virgo admira y respeta. Por ser un signo mutable,
Virgo no envidiará a Escorpión ni competirá seriamente con él o ella. Escorpión intuye esto inmediatamente,
y he aquí una de las razones por las cuales el Águila puede distenderse con estas personas y bajar las defensas
an
que este hombre o mujer (o niño) utiliza contra otros signos solares. No es necesario que el Águila tome
excesivas medidas de autoprotección con él o la Virgen (excepto armarse de un par de tapones para las orejas.
para cuando empiecen las reconvenciones).
Virgo nunca estará de acuerdo con otro signo solar cuando éste describa a Escorpión como un ser cruel, frío y
peligroso. No es así, en absoluto, como Virgo ve al Águila. A los ojos de Virgo, el individuo regido por
Plutón es cálido, generoso y protector, además de comprensivo y compasivo. Normalmente Escorpión
tampoco permitirá que alguien denigre a Virgo diciendo que los o las Vírgenes son fastidiosos, quisquillosos
y nerviosos. ¿Cómo podrían serlo, si Escorpión siempre se muestra más sereno que de costumbre (y ésta ya es
mucha serenidad!), y más pacífico, cuando tiene cerca a un amigo, pariente o consorte Virgo? Debéis de estar
hablando de algún otro, y no de Virgo. Una vez que se ha forjado un vínculo entre estos dos, generalmente el
o la Virgen recibirá toda la fuerza de los poderes protectores de Plutón, y disfrutará también de la vehemente
lealtad de Escorpión, conferida a todos los que se la han ganado. A quien pretenda hacerle daño a un Virgo
que ya ha conquistado la devoción de un Escorpión, le advertimos que desista mientras aún esté a tiempo.
M

Todos los Vírgenes, machos y hembras, tienen un aire de mansedumbre e indefensión, y cuando el Escorpión
ve que alguien se dispone a agredir o maltratar de hecho o de palabra a esta alma cortés e inerme, el Águila
interviene para volver toda la energía del poder de Plutón contra el atacante, que pocas veces omitirá
replegarse... a menos que quien ha lesionado a Virgo sea otro Escorpión con la Luna en Géminis o Sagitario.
(En este caso, Virgo deberá abandonar la ciudad por unos pocos días, pues esto será mejor que quedar
atrapado en medio de un intercambio de fuerzas de Plutón entre dos Escorpión, ninguno de los cuales
retrocederá hasta que alguien sea declarado vencedor.)

A veces los terráqueos menos evolucionados que nacieron bajo el signo de la Virgen son capaces de proferir
sarcasmos corrosivos y locuciones agrias. En verdad, el único y exclusivo defecto de los Virgo es su ocasional
crítica cáustica (¡pero cauterizante!). Pero nunca los convenceréis a ellos de esto. Los Virgo creen tener todas
las faltas y todos los defectos conocidos por el hombre... o la mujer. Nombrad uno, y se confesarán culpables
de haber incurrido en él. Sin embargo, ni siquiera un Virgo muy modesto llegará nunca al extremo de aceptar
que lo acusen de ser egoísta. Ninguna imputación podría ser más injusta. Estos hombres y mujeres tienen la
compulsión de servir, de una manera u otra, a todos los terráqueos que se les cruzan en el camino. El

47 
 
desinterés está grabado en el corazón y el alma de los Virgo... estos seres a veces mohínos, pero más a
menudos corteses y siempre dispuestos a ser serviciales, cuyos modales agraciados y afables son un bálsamo
para nuestras tribulaciones.
Si yo estuviera en vuestro lugar, jamás me atrevería a llamarlos «egoístas» donde pueda oírme un
Escorpión que ha experimentado la dulce devoción de un Virgo a lo largo de los años. Sería una tremenda
imprudencia.

Mujer VIRGO Hombre ESCORPIÓN

ki
...y cuando Wendy terminó, él emitió un gruñido hueco.
—¿Qué sucede, Peter? —exclamó Wendy, corriendo hacia él, pensando que estaba
enfermo...—. ¿Dónde es, Peter?
—No se trata de ese tipo de dolor —respondió Peter tenebrosamente.

Una de las virtudes más deslumbrantes de la chica Virgo consiste en su tierna y desinteresada devoción por el
hombre que ama. Una de las cualidades más loables del hombre Escorpión es su leal y vehemente devoción
por la mujer que ama. Así que aquí los tenemos, a esta mujer de ojos rutilantes, voz clara y tintinearte. y

u
modales afables... y a este hombre, de ojos profundos y sabios, voz suave y dulce, y modales magnéticos...
ambos movidos por una devoción recíproca... tierna-desinteresada-leal-vehemente.

¿No es un cuadro hermoso? Como una escena pastoral de Degas, pintada con delicados tonos rosados, verdes
y azules... blancos rielantes... con opulentos y aterciopelados matices de color... borgoña y verde silvano.
Una creación absolutamente perfecta de dicha poética y belleza y tranquilidad.
an
¡ESPERAD! ¡ALTO! ¡SANTO-DIOS-DE-LOS-CIELOS!

¿Acaso eso es... puede ser... una mancha? ¿Quizás una salpicadura de tierra o una raya-dura... producto del
manejo torpe? Una huella digital, tal vez... o quizá... ¡horror!... ¿una mosca que alguien aplastó de un golpe
sobre esa celestial pincelada de nube-blanca-y-cielo-azul, en el ángulo superior derecho? Podría ser, desde
luego, una hormiga... arrastrándose sobre el lienzo. Pero no parece moverse. Acerquémonos para ver mejor.
¿Me presta su lupa, por favor? Muchas gracias.

Es una mancha. Ciertamente es una mancha. No queda la menor duda. ¿La veis? Mirad atentamente. Una
M

mácula, un borrón... algo que el artista no planeó.

¿...o acaso el artista sí lo planeó?

Sí, el artista lo planeó. Lo ideó deliberadamente para añadir a su obra de arte la verdad y la belleza, la poesía
de la imperfección. Veréis, la imperfección es lo que nos une a los ángeles, que también son, en mayor o
menor grado, imperfectos. Es posible que vuestra maestra de religión no os lo haya dicho, pero tampoco os
dijo muchas otras cosas... porque hay muchas cosas que la Biblia no le dijo a ella... en razón de varias
operaciones de cirugía espiritual que les fueron practicadas a las escrituras, tales como la que el emperador
Justiniano y su emperatriz Teodora perpetraron contra los libros sagrados en el siglo sexto (y éste no es más
que un solo ejemplo).
El concepto de perfección es el más aburrido y letal para el alma que se concibió dentro de la peligrosa
doctrina de olvido llamada Nirvana. Como toda otra «religión» o teoría filosófica de este mundo, desde el

48 
 
Alfa hasta que esté programado el Omega, la forma de vida Yoga es esencialmente buena, pero sin embargo;
como todas las restantes (incluida la astrología) contiene unas pocas simientes negativas de verdad
deformada. El Nirvana es una de ellas. El sinónimo del Nirvana —la perfección— es otra.
Una de las grandes lecciones espirituales de la Verdad consiste en tolerar los defectos e imperfecciones
menores, en tratarlos recíprocamente con ternura... pero a Virgo le disgustará francamente aprender esta
lección. Escorpión nació sabiéndola. Quizás él podrá explicársela a ella. Ella lo escuchará. Porque ella respeta
sus opiniones y juicios... y porque confía en que no la llevará por el camino errado. Sí, confía en este hombre.
Esperemos que su Escorpión individual sea digno de esta confianza.
Es muy probable que la merezca. El Escorpión típico tiene un fuerte sentido de la integridad. Es casi
imposible que el Águila no esté a la altura de lo que se espera de él, de lo que los demás creen que encarna: la
integridad inconmovible. O, por lo menos, el coraje de ser leal consigo mismo, tal como se ve... o con una
situación, tal como él la ve.

Tal vez la mujer Virgo crea que, si el hombre Escorpión es «leal consigo mismo», esto significa que nunca

ki
le ocultará nada. No necesariamente. Lo que nunca hará es ser deshonesto con ella. Existe una diferencia.
Nunca será deshonesto, según su código personal, que es individualmente suyo, y que puede no ser el de otro
Escorpión, pero en el cual la integridad siempre ocupará un lugar destacado. Una vez que el Águila se ha
comprometido en una relación, será fiel a sus juramentos de amor... a menos que su horóscopo tenga graves
antagonismos planetarios con la quinta y la séptima Casas y con su Sol natal, e incluso entonces se sentirá
tremendamente incómodo en el papel de amante o marido infiel. Su instinto natural lo impulsa a ser leal... y
honesto.
La Virgen que tiene relaciones con este hombre y que aún no ha decidido si le conviene forjar un vínculo

u
a largo plazo con él puede estar segura de que, si alguna vez entra en su vida otra mujer, se tratará de un flirt
pasajero... o de lo contrario él le comunicará francamente que su corazón ha seguido otro derrotero. Es posible
que se sienta tentado, y quizás incluso que sucumba a la tentación. Pero antes de que transcurra mucho
tiempo, habrá evaluado cuidadosamente su amorío. Si piensa que no tiene futuro, le pondrá fin
inmediatamente, le devolverá su corazón a la Virgen, pues a ella le pertenece... y sufrirá torturantes ramalazos
de remordimiento por su error. Si interpreta que la nueva relación es auténtica, le confesará su cambio de
an
afecto a la Virgen, lo más tiernamente posible, y así ella sabrá la verdad, dignamente, antes de la separación.
Pero si no fue más que un error pasajero y lamentable, es posible que ella no se entere nunca. Escorpión
guarda los secretos mientras piensa que no lastimarán ni ayudarán a otra persona. Los secretos que le ocultará
a ella, tanto antes como después del matrimonio, no serán necesariamente de naturaleza romántica. Abarcarán
muchas complejas emociones humanas muy alejadas del romance. Tampoco le revelará hasta el último
misterio. Es posible que él no le especifique cada fragmento fugitivo de fantasía que pase flotando por su
conciencia, pero tal vez compartirá más con la Virgen que con la mayoría de las otras personas.
Una de las características sobresalientes de la chica Virgo es su capacidad para bastarse a sí misma. No
piensa que el mundo —o un hombre— le deba nada. Una de las características sobresalientes del Águila es su
confianza en sí mismo. No vive esperando que el mundo —o una mujer— juzgue sus méritos o su valor. Él,
personalmente, los conoce, y está seguro de que finalmente el mundo los reconocerá. Lo mismo hará cual-
quier mujer que aspire a ser su mujer.
Es raro que estos dos persigan agresivamente el amor echándose el uno en brazos del otro apenas se
M

encuentran. Ambos son tímidos. A veces, dolorosamente tímidos. Oh. es posible que ella parlotee con sus
amigos sobre una miríada de temas, y es posible que él sea locuaz con sus parientes, sus amigos íntimos o sus
compañeros de trabajo, pero en el área de las emociones humanas, ambos tienden a ser circunspectos. La
capacidad de ella para bastarse a sí misma y la confianza de él en sí mismo están sepultadas bajo la superficie,
como un tesoro oculto que se reservan secretamente para el momento en que el mundo los defraude. Es
improbable que estos dos se defrauden alguna vez el uno al otro. porque para ambos es importantísimo poder
confiar en otra persona.

Es posible que, hasta que él la conozca mejor, recele de sus motivaciones con poca o ninguna justificación,
como recela de las de todo el mundo. Más- adelante, es probable que confíe en que ella es exactamente lo que
parece ser, lo que dice ser... ni más ni menos (como lo es él mismo), y el solo conocimiento de este dato
elemental le producirá una paz espiritual mayor que la que jamás habrá de confesar. Cuando este hombre de
múltiples talantes enigmáticos la busca, siempre la encuentra. Esto lo consuela, y embota el filo de sus miedos
interiores.

49 
 
La naturaleza amorosa de este hombre es más vehemente que la del hombre común, y esto es muy natural,
porque el Escorpión no es en absoluto «común». La naturaleza amorosa de ella es más trascendental, y sin
embargo también hay mucho de «terrenal» en su comportamiento íntimo con él, porque Virgo pertenece al
elemento Tierra. He aquí una combinación ante la cual él responderá ávidamente, porque sus necesidades
sexuales también tienen dos facetas. Una parte de él interpreta la unión entre el hombre y la mujer como una
experiencia mística, como algo sagrado. La otra parte es sensual, erótica, busca todos los niveles de la pasión
para lograr la satisfacción absoluta. Es posible que al comienzo haya áreas de acomodamiento en su acto
amoroso, pero cuando aprendan que pueden mostrarse tal como son el uno con el otro, sin temor al agravio o
al rechazo, los problemas desaparecerán.

Curiosamente, en ambos casos puede producirse un ocultamiento en la expresión física del amor. Una
parte de él permanece bajo control estricto, sin abandonarse a los deseos de la carne; una parte de ella se
mantiene virginal e intacta... casi como si ambos aguardaran un milagro innominado de afirmación amorosa
para dejar que sus almas se unan libremente a sus corazones y sus cuerpos. Incluso en el caso de una mujer

ki
Virgo que ha estado dichosamente casada durante años y que ha co-creado hijos con su marido, existe una
«virgen» que continúa durmiendo en algún recoveco interior, sin despertar. Incluso en el caso de un hombre
Escorpión que ha sido un marido y padre cariñoso durante muchos años, la simiente más profunda del
misterio de amor yace esperando que Plutón la libere... y hasta ese momento ignoto permanece silenciosa y
yerta dentro de él. Un comentario de Pascal puede encerrar la clave del final de la espera. «Le 'coeur a ses
raisons que la raison ne connaít point»... el corazón tiene razones que la razón no conoce.

Existen muchas posibilidades de que estos dos se pongan de acuerdo en todas las cuestiones financieras.
Ninguno de ellos es proclive a despilfarrar el dinero, despreocupándose del mañana. Ambos se sienten más

u
seguros en todo cuando imitan el ejemplo de las prudentes ardillas. Dudo seriamente que en algún lugar del
mundo exista una pareja Virgo-Escorpión que no tenga una libreta de ahorros. A esta mujer le interesa más un
porvenir seguro, desde el punto de vista financiero, que el lujo del momento. (A menos que su Luna o
ascendente esté en un signo derrochador, por supuesto.) Y este hombre reflexionará largamente sobre sus
compras de gran envergadura antes de extender un cheque.
Ambos consideran importante disponer de suficiente dinero para las vacaciones, preferentemente largas. Él
acumula renovadas energías psíquicas, paz emocional y equilibrio mental cuando pasa unos días y noches
an
libres de apremios, sosegados, junto al mar. Esto «restaura su alma». Ella debe cambiar frecuentemente de
escena para apaciguar su espíritu. La uniformidad y la monotonía son realmente letales para la esencia de
Virgo, y literalmente muy insalubres para ella desde el punto de vista mental, emocional y físico. Los rayos
combinados de Mercurio y Vulcano generan en Virgo mucha energía nerviosa y desasosiego, que aumentan
visiblemente después de largos períodos de estabilidad... y que se reducen drásticamente después de un viaje,
largo o corto. A ella tanto le da que se trate de una gira turística, emprendida con el fin de descansar, o de un
viaje de negocios que en cierto sentido le impone un programa de trabajo más frenético que el usual: él la verá
florecer y verá brillar sus ojos plácidos. Lo que la ha curado es el cambio de escena, no la relajación. Poco
importa que se trate del Arc de Triomphe, en medio de las bulliciosas calles de París... o de una playa
silenciosa y aislada en medio de la nada. Lo que sí le importa a Virgo es que sea algo distinto de su rutina
normal, monótona, cotidiana.

Es posible que otras personas digan que el hombre Escorpión es poco demostrativo y frío, pero no lo
M

conocen como ella. Cuando el Escorpión se enamora de la Virgen, ésta descubre la profundidad de sus
sentimientos y su gran generosidad. Es posible que otras personas digan que la mujer Virgo es
exageradamente analítica y poco imaginativa, pero no la conocen como él. Cuando la Virgen se enamora del
Escorpión le revela el lado tierno y poético de su naturaleza que los otros casi nunca ven. Tal como está
escrito en el Antiguo Testamento, en el libro de Proverbios: « ¿Pues quién podría prever el rumbo de un
águila en el aire... o de un hombre con una doncella?».

Recordémoslo: tanto Virgo como Escorpión tienden a reservar sus auténticas personalidades para alguien
especial, para un amor perdurable... con todas las imperfecciones necesarias y muy preciosas.

50 
 
Hombre VIRGO Mujer ESCORPIÓN
—Tengo una libra diecisiete aquí, y dos con seis en la oficina. Puedo reducir mi café en la
oficina, digamos diez chelines, haciendo dos noventa y seis, con tus dieciocho con tres
hacen tres noventa y siete... ocho noventa y siete, punto y me llevo siete... no hables,
querida... y la libra que le prestaste al hombre que llamó a la puerta... ¡buena la has hecho!...
¿he dicho nueve noventa y siete? Sí, he dicho nueve noventa y siete; el problema es, ¿podremos
apañarnos durante un año con nueve noventa y siete?
—;Claro que podemos, George! —exclamó ella.

Un mensaje astrológico para la chica Escorpión: (la mujer Escorpión, mejor dicho; estas hembras nunca son

ki
realmente chicas, ni siquiera cuando tienen doce años, y aunque las he designado así en otras secciones
consagradas a Escorpión en ésta necesitará más que nunca ser mujer); a la mujer Escorpión, entonces, que se
formula preguntas acerca de un hombre Virgo que le ha cautivado la vista y casi le ha atrapado el corazón:
Vamos, ámalo. Te necesita. Puedes ayudarlo.

Este hombre tiene un problema. Siempre tiene un problema, cualquiera que sea la categoría de Virgo a la que
pertenece, y hay varias categorías. De todos modos, el problema estará hecho a medida de sus necesidades
individuales. En realidad, los hombres Virgo tienen más de un problema. Tienen los suyos personales, que

u
vienen en diversas formas y tallas, más los de todas las personas caóticas, desaliñadas y negligentes que
conoce, cuyas vidas son un tremendo desbarajuste. Pero lo que reviste más urgencia para la dama Águila es su
problema particular en cualquier momento dado. Con su propensión mística y su poderosa penetración
telepática, ella es la persona indicada para ayudarlo a resolver dicho problema. Éste puede ser delicado y
trivial, o de naturaleza seria. Fuera como fuere, ella es necesaria.
an
Por ejemplo, ella podría estar enamorada del tipo de hombre Virgo que posee una imaginación sencillamente
asombrosa, a veces demasiado vívida, con su mundo mental —regido por Mercurio y Vulcano— poblado por
toda clase de criaturas ajenas a esta dimensión, que él puede describir con un detallismo exquisito, a veces
alarmante, que abarca hasta el último pelo de la barba y hasta la última escoba. Esto será especialmente cierto
si él tiene una Luna o ascendente en Escorpión, cosa muy posible si estos dos se sienten recíprocamente
atraídos: él y esta mujer Escorpión enigmática, que desea protegerlo, respetarlo y amarlo, todo al mismo
tiempo. Una influencia de Escorpión en su carta natal puede determinar que los compañeros de juegos
mentales e imaginarios de Virgo sean... bueno, personajes poco juguetones. Bajo una vibración de Escorpión
en su propia natividad de Virgo, podrían asumir formas en verdad extrañas, tenebrosas y siniestras, que lo
inducirían a aterrarse por la compulsión en virtud de la cual Virgo tiende a investigar todo lo que va desde la
brujería hasta el vudú, desde la hipnosis hasta la donación. Algunos hombres Virgo son tan propensos a
investigar ávidamente todo lo relacionado con el mal, a pesar —o quizás en razón— de su pureza intrínseca,
que pueden realizar algunas incursiones realmente tétricas por las zonas crepusculares de la psiquis humana.
M

Pero esto es, en verdad, beneficioso, porque cuando esté muerto de miedo como consecuencia de su
exploración pulcra. cuidadosa y minuciosa de las tinieblas, y cuando esté inmovilizado por un vago
desasosiego que tiene vergüenza de confesar, con las mantas estiradas sobre la cabeza, ocultándose de sí
mismo, ella sabrá con precisión cuáles son los botones que debe apretar para hacerlo salir de su tienda.

«¡Válgame Dios! — exclamará ella, con fingido horror—. ¡Pues mira eso! En la esquina de esta colcha hay
cinco hilos sueltos... no, más exactamente son seis, y el forro de satén tiene un desgarrón.» La cabeza del
hombre Virgo asomará instantáneamente de abajo de su manta de color chocolate, con los ojos todo lo
brillantes que pueden ser, para verificar la imperfección que ella acaba de señalar, y la enmendará
rápidamente. Ella es una mujer sagaz.

O ella podría estar liada con otro tipo de hombre Virgo, ligeramente mayoritario, que es incapaz, por mucho
que se esfuerce, de ver las flores ocultas por las espinas, o la nieve oculta por el cieno. Por muy agudo que
sea su intelecto —y probablemente lo es, porque todos los Virgo son tipos espabilados, con mentes sagaces,

51 
 
analíticas— sus sentidos astrales más finos están tan mal sintonizados que no puede ver el ruido de las olas
ni oír la Luna llena, y menos aún puede ver la «Rhapsody in Blue» de Gershwin... u oír la música de un
cuadro de Andrew Wyeth. Ésta es una verdadera desventaja, como podréis imaginar (y como también
podréis imaginar, los Virgo que lean esto creerán que he confundido mis verbos: estoy resignada a recibir
una avalancha de cartas).
A diferencia de los Virgo de imaginación hiperactiva, descritos en el primer ejemplo, estos otros, más
típicos, sólo poseen una pizca de imaginación, y ello es triste de ver, aunque no se trata de un problema que
los poderes de la mujer Escorpión no estén en condiciones de solucionar. Como modelo de este tipo de
Virgen, conozco a un hombre Virgo muy apuesto, superinteligente, que es dulce y afable con los perros y los
niños, y que está agraciado por una multitud de virtudes encomiables. Mirándolo, nadie adivinaría que tiene
un problema a su nombre. Pero, ay, sí lo tiene. Su hermano Leo, con la Luna en Escorpión igualmente
atractivo y superinteligente, pero más sagaz, más perspicaz y más sensible, le dio un ejemplar de El principito
de St. Exupéry para que lo leyera, con la esperanza de que este libro le abriera nuevas perspectivas excitantes.
Fue una esperanza vana.

ki
La única reacción del Virgen, después de leerlo, consistió en dedicar varios minutos a explicar
cuidadosamente a su hermano las razones exactas por la que no era posible que alguien viviese en un
asteroide. Se lo explicó todo de una manera muy correcta, científica y lógica, y, por supuesto, cortésmente
(todos los Virgo son muy bien educados). Cuando su hermano le dijo que se le había escapado todo el
mensaje del libro, una arruga de perplejidad surcó sus rasgos perfectamente cincelados. «¿Qué lección puede
extraer un adulto de un libro infantil?», preguntó.

uTanto daría preguntar qué lecciones se pueden extraer de los niños mismos. Tanto daría no creer en los
elfos ni en los druidas ni en los trasgos... ni en ningún tipo de magia. ¿Imagináis lo que habría dicho este
Virgo hace veinte años, cuando él y su hermano eran adolescentes, si éste hubiera comentado que sería
interesante dar un paseo por la Luna?

Por supuesto, hay muchos Virgo más lúcidos que éste (y es posible que incluso él vuelva a leer algún día el
an
libro de St. Exupéry, con una mentalidad más abierta), pero el Virgen medio, cualquiera sea su tipo
individual, necesita aprender, hasta cierto punto, que las cosas realmente importantes de la vida son aquellas
que sólo se ven con el corazón... y la mujer Escorpión es una excelente maestra de lo intangible.
La faena de enseñarle a este hombre que hay más cosas en el Cielo y en la Tierra, George, que las que tú
puedes soñar con tu regla de cálculo y tus gérmenes de trigo, tu queso de soja y tus pastillas antiácidas... la
obligará a movilizar todo su talento de concentración. El hombre Virgo es sensacional con los detalles y un
poco confuso con el cuadro general. Necesita una mujer que lo trate con paciencia mientras le enseña todo lo
referente a los asteroides, las auras, la inversión de la gravedad y la proyección astral... aunque, si ella está
enamorada del primer tipo de Virgo al que nos referimos en el comienzo de esta sección, deberá proceder con
tacto en el contexto de lo astral, en razón de todos esos duendecillos que pueblan sus sueños. Un exceso de
concentración en este tema podría generar —y disculpad por favor mi franqueza escatológica— un fuerte
acceso de la dolencia eterna de Virgo, el estreñimiento.
M

La lección más importante será la que ella podrá dictarle acerca de los pájaros y las abejas. Los pájaros y
las abejas han sido tradicionalmente elementos auxiliares para enseñar la función sexual (y sin duda ella
también deberá dictarle bastantes lecciones sobre este tema), pero aquí me refiero a ellos en un sentido literal.
Un buen punto de partida será el enigma de la Naturaleza que concierne al abejorro común. Según todas las
leyes inflexibles, tipo Virgo, de la física y la aerodinámica, relacionadas con el peso del cuerpo, la
envergadura de las alas, y así sucesivamente, el abejorro está diseñado de manera tal que no debería poder
volar. Afortunadamente, ni los Virgo ni los científicos han conseguido comunicar todavía esta lógica
irrefutable al abejorro y, por ello, sumido en su ignorancia abismal, el alegre y confiado bichito... ¡continúa
volando!

Se necesita una paciencia colosal a la hora de inculcar al hombre Virgo este gran secreto de la metafísica,
porque él forzará considerablemente sus células grises con el objeto de resolver el enigma, finalmente se verá
obligado a confesar que no puede elucidarlo... y como consecuencia de ello podría sufrir un pequeño colapso
nervioso, junto con su estreñimiento y su permanente indigestión. Es francamente perverso hacerlo lidiar con
los tres al mismo tiempo.

52 
 
Cualesquiera que sean las lecciones que esté dictando a este hombre inteligente y afable, la mujer Escorpión
deberá tener en cuenta que es posible que él se distraiga cuando la tenga suficientemente cerca como para oler
su perfume... suficientemente cerca para estirar la mano y tocarla... suficientemente cerca para que a él se le
embrollen los procesos mentales, como para que se le acelere el pulso, como para que sus pensamientos se
encaucen hacia otro tipo de meditación sobre los pájaros y las abejas.

Normalmente, la relación sexual de esta pareja con una configuración de signos solares 3-11 exige que ambas
partes hagan ajustes, pero puede convertirse gradualmente en una experiencia muy bella, después de hechos
estos ajustes. Quizás a ella le resultará más fácil que a él expresar físicamente su amor. Si esta operación es
siempre menos que perfecta es posible que él cavile y se pregunte qué es lo que falla, y que se culpe a sí
mismo. (Los Virgo se culpan a sí mismos por casi todo.) Ella sabe instintivamente que el acto amoroso es
como todas las otras áreas de contacto humano entre aquellos que se aman: a veces es un milagro de goce
mutuo, a veces es sólo un plácido intercambio de afecto, en otras oportunidades es apasionadamente

ki
vehemente, pero siempre contribuye a acercarlos a la resolución de un misterio... el misterio de sus
respectivos sueños y necesidades más recónditos. La naturaleza emocional de él es un poco más fría y contro-
lada que la de ella. Sin embargo, él anhela aprender los secretos intangibles e inefables del apareamiento, que
ella parece conocer tan instintivamente. Ella, a su vez, se siente atraída por la honestidad y la simplicidad
cabales que él aporta a su intimidad, porque aunque Escorpión experimenta mucha curiosidad por los aspectos
sensuales del sexo, también intuye interiormente la pureza de su significado y su potencial místico. Ni los
Virgo ni los Escorpión entregan nunca su personalidad íntegra a la fusión sexual. Ambos retienen, por
distintos motivos, un núcleo privado, intacto, de su esencia. La conquista de la consumación total conjunta es

u
un desafío que puede seguir estimulándolos durante todos los años de su romance, porque el ocultamiento
puede terminar en cualquier momento —o nunca— permitiéndoles alcanzar la verdadera integridad. No es
sorprendente que esta expectación tácita, pero profundamente sentida, enriquezca a menudo, el lado sexual de
su relación, en lugar de perjudicarlo. «La ambición del hombre... y la de la mujer... debe exceder su alcance,
porque si no, ¿para qué está el cielo?»

Como él tiene una naturaleza indagadora, se sentirá lastimado por los silencios de ella. Este hombre es curioso
an
y necesita conocer y entender todo lo que lo rodea. Sobre todo a la mujer que ama, pero ella no es fácil de
sondear. Él tendrá más éxito si comprende que las fórmulas previsibles no siempre sirven para resolver la
ecuación humana. Esta es esquiva, a diferencia de un problema de trigonometría, y el resultado no se puede
calcular previamente. Las teorías científicas y los asertos financieros se entienden con la mente. A una mujer
sólo se la entiende con el corazón... y éste casi nunca es lógico.

El hombre Virgo puede pasar de la ternura cariñosa y los modales afables al entrometimiento, el sarcasmo y la
actitud fríamente analítica. Si exagera este último cambio de actitud, es posible que lo lamente. La mujer
Escorpión que ha sido lastimada más de una vez se sentirá inconscientemente impulsada a dar una lección a
quien la ha herido. Si él no aprende, y continúa repitiendo el error, lo dejará. Pero le advertirá, con mucha
anticipación, que no se siente feliz. Si él está sintonizado con su pareja en la frecuencia del amor, captará las
señales a tiempo para restañar la herida y salvar su romance. Estos dos tienen mucho en común, como la
honestidad y la integridad básicas, la sed de conocimiento y la perseverancia. Serán amigos, además de
M

amantes, y se defenderán de amenazas exteriores. Cuando ellos mismos causan la desdicha del uno o el otro,
él tiene la sensatez suficiente para inducirla a discutir el problema, sin dejar que la emoción se imponga por
completo a la razón. Si comparten un aspecto luminario (Sol-Luna) o ascendente negativo entre sus
natividades, es posible que ninguno de los dos sea muy sensato. Es posible que él se repliegue en una dureza
pétrea y se refugie dentro de sí mismo, enfurruñado. Es posible que ella tenga accesos vehementes y
alarmantes de cólera. Igualmente, a los amigos siempre les resulta mucho más fácil reconciliarse que a los
amantes, y como sobre estos dos influye la vibración 3-11, y por tanto son al mismo tiempo amigos y
amantes, ni siquiera una discrepancia violenta marcará necesariamente el final de su relación. Podría implicar,
por el contrario, el comienzo de una nueva comprensión.

Hay muchas lecciones que este hombre y esta mujer pueden dictarse recíprocamente. En el pasado, muchas
personas intentaron hacerle ver a él con el corazón, y fracasaron. Pero en compañía de ella, está dispuesto a
intentarlo. En el pasado, muchas personas intentaron persuadirla de que no debía desconfiar tanto de la
felicidad, de que debía ser más franca con sus sentimientos, y no lo lograron. Pero en compañía de él, está

53 
 
dispuesta a intentarlo. Quizás esto se debe a que, como observó sabiamente Goethe... sólo aprendemos
realmente de aquellos que amamos.

LIBRA ESCORPIÓN
Aire - Cardinal - Positivo Agua - Fijo - Negativo
Regido por Venus Regido por Plutón
Símbolo: la Balanza Símbolos: el Escorpión y el Águila
Fuerzas diurnas - Masculino Fuerzas nocturnas - Femenino

ki
La relación LIBRA-ESCORPIÓN

u ...es muy justo tomar esto en cuenta.

Libra y Escorpión forman una configuración de signos solares 2-12, lo cual significa muchas cosas, como
leeréis al final de este libro, pero una de las más importantes consiste en que el Karma le decreta al Libra que
en el Escorpión hay un misterio que él debe asimilar. Y lo hay, en verdad. Más de un misterio.
an
Pronto aflorarán los papeles de alumno y maestro, lo cual es muy justo. Al fin y al cabo, Libra, tú
desempeñas con respecto a Virgo el mismo papel de preceptor que Escorpión desempeña con respecto a ti, así
que todo se compensa en la rueda. Como Libra representa para Escorpión la duodécima casa del pasado
kármico, el segundo será inusitadamente tolerante con los defectos y faltas del primero, y con las diferencias
entre sus personalidades y caracteres individuales. Escorpión ya ha pasado por la vibración Venus de Libra
(probablemente hace muy poco tiempo, en términos relativos) y por tanto alimenta una extraña comprensión
por sus trampas latentes, así como un recuerdo anhelante de sus alegrías, aunque preferiría no volver allí,
porque ha progresado hacia problemas mayores y mejores bajo la esencia de Plutón.

«Siento que tengo algo que aprender de esta persona», musita Libra, cuando está expuesto a la mirada
implacable de Escorpión. «No sé por qué, entiendo a esta persona mejor de lo que jamás la entenderá
cualquier otro», piensa el Águila, después de estudiar escrupulosamente al Libra.
M

Y así se aproximan el uno al otro, experimentalmente al principio, pero con un cierto grado de fascinación:
por lo desconocido, en el caso de Libra, por lo conocido y vulnerable, en el caso de Escorpión.

Ésta no es, en términos estrictos, la misma vibración maestro-alumno de las configuraciones de signos
solares 4-10. Sin embargo el Escorpión alimenta un recuerdo inconsciente de una brumosa encarnación
pasada, de los tremendos desencantos que pueden venir pisando los talones del optimismo, la rectitud y la
equidad de Libra, y por eso comprende la tendencia de Libra a tratar de ver la cara positiva de todas las
cosas... y a menudo está dispuesto a echar una mano a este signo solar aún acosado por las seducciones de
Venus, a esta alma que lucha por equilibrar los platillos de la Balanza de Libra.
Libra, que intuye sagazmente la necesidad de aprovechar la sabiduría de Escorpión, está ansioso por
sondear los secretos de Plutón. Pero Libra es un signo de Aire mental, y no aceptará todo lo que le dice
Escorpión sin algunas controversias saludables (Libra las llama discusiones) y sin una ocasional partida de
ajedrez mental con el maestro.
Tanto si la relación es entre amigos, como si es entre padres e hijos, socios, consortes o amantes;

54 
 
Escorpión no tarda en descubrir que Libra es seductor, y que es agradable, estimulante y reconfortante tenerlo
cerca... los lunes, miércoles y viernes. Los martes, jueves y sábados Libra puede ser un modelo de hostilidad.
Los domingos, depende.
A la mayoría de los Libra, y sobre todo a las mujeres de este signo solar, les gusta hablar. También hay
algunos hombres Libra que parecen tímidos y taciturnos, pero desafiad su ingenio aguzado con una discusión
o un aserto unilateral, y perderán su timidez y os aturdirán mientras tratan de convenceros de que todo
interrogante, todo problema, toda situación, tiene dos caras. Estos Libra sosegados, lacónicos, sólo
permanecen callados mientras ejecutan sus acrobacias mentales, listos para sacarlas a relucir con el fin de
triunfar en la próxima polémica.
Los Escorpión tienen preferencias y fobias muy marcadas. Sus preferencias nunca son confusas, sus
opiniones son a menudo inflexibles, como si estuvieran moldeadas en cemento. La adaptabilidad natural del
elemento Agua de Escorpión casi nunca triunfa sobre la fijeza de la idiosincrasia del signo solar de Escorpión.
Entre los tres signos de Agua, Piscis es mucho más adaptable que Escorpión o Cáncer, porque Piscis es un
signo mutable, Cáncer es un signo cardinal, y Escorpión es un signo extremadamente fijo. Es muy útil

ki
estudiar estos matices y reconocerlos.
Estas opiniones inflexibles, estas preferencias y fobias pronunciadas de Escorpión, pueden generar tensión
cuando ofenden el sentido innato de justicia y juego limpio de Libra, y éste enuncia su desaprobación. Cuando
sucede esto, Escorpión olvida temporalmente su tolerancia natural con respecto a Libra, y se siente
ligeramente frustrado o incluso secretamente resentido por lo que interpreta como una mentalidad permisiva,
perezosa... lo cual es un error. Es posible que periódicamente Libra sea perezoso en el plano físico, casi
siempre después de un prolongado acceso de increíble vitalidad (se necesitan estos altibajos para mantener
equilibrada la Balanza de Libra), pero no hay ni un atisbo de holgazanería en la mente de Libra. ¿Cómo sería
posible que una mente se vuelva abúlica, con toda esa hiperactividad que desarrolla para sopesar cada

u
decisión una y otra vez, ya se trate de determinar si es más sano tomar un helado de algarroba o no tomar
ninguno, si se debe votar a los demócratas o a los republicanos o si es preferible no votar a nadie... o formar
un nuevo partido político? El trauma de tomar decisiones cada día y cada hora le impone a Libra una gimnasia
cerebral continua, que mantiene sus músculos mentales ondulados y flexibles. Lo siento, Escorpión, pero es
injusto acusar a Libra de ser mentalmente perezoso. Sin embargo, en lo que concierne a su filosofía
permisiva, tienes excelentes razones para quejarte.
El o la Libra puede desplegar una capacidad asombrosa para sustentar la actitud optimista del «mañana será
an
mejor» frente a reveses, desengaños y catástrofes, y esto puede ser realmente delicioso cuando se mira de
cerca (o incluso de lejos), pero al cabo de un tiempo empieza a irritar. El (o la) Escorpión, más cauteloso y
perspicaz, se pregunta si es posible que Libra sea sincero (o sincera). (Libra sí es, oh, eternamente sincero.)
¿Cómo es posible que un ser humano, se pregunta Escorpión, continúe viendo eternamente sólo el lado bueno
de todas las cosas? Alto. A su debido tiempo la Balanza de Libra cambiará de posición y verá el lado oscuro.
Si no me creéis, haced la prueba de formularle a Libra cualquier aserto categóricamente afirmativo (en tono
muy agresivo) y observad cómo toma la posición opuesta. O la posición intermedia. A veces, los Libra toman
ambas posiciones al mismo tiempo. Aproximaos a un Libra, señaladlo con el dedo, y exclamad en voz alta:

—Eres un Libra, y eso significa que te gusta discutirlo todo, ¿no es verdad? —Bueno... sí y no —
responderá el Libra.
M

Me encanta que los Libra me aborden para discutir mi primer libro, Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su
carácter) y dediquen media hora, más o menos, a explicar por qué creen que el capítulo sobre Libra no se
aplica a ellos. Cuando terminan, comento dulcemente: «Pero si acabas de demostrar que eres un Libra al
rebatir todo lo que he escrito». Se quedan un momento callados. Después, Libra prosigue: «No he rebatido
todo. Hay algunos juicios que se aplican perfectamente a mí». «¿Cuáles?», pregunto. Entonces Libra pasa
otra media hora explicándome cuán correcta fue mi descripción del signo solar. Posteriormente, me siento un
poco escindida en dos, y así es como siempre te sientes después de hablar con un Libra. ¡Pero son tan
equitativos!
Sorprendentemente, los Escorpión pueden manejar bastante bien a los Libra que se comportan
temporalmente como cocodrilos rabiosos. Gracias a la vibración 2-12 que los une. Escorpión parece captar
instintivamente que Libra necesita estímulo, y que cuando Libra encuentra la vía apropiada para desahogar
su expresión creativa o intelectual, se transforma en una persona muy solidaria: cordial, adaptable y
dispuesta a transigir para conservar la armonía y evitar la tensión. Vale la pena que Escorpión emplee un
poco más de paciencia para alcanzar una meta tan deseable. Un Escorpión siempre tiene una excelente razón
para justificar cada táctica, y tiene un motivo oculto detrás de cada estrategia o curso a seguir en la

55 
 
interrelación humana. Por supuesto, hay que advertirle a Escorpión que en algunas ocasiones la buena
disposición de Libra para ser cordial, adaptable y solidario puede no ser más que un arma para conseguir lo
que desea, aunque durante la mayor parte del tiempo estas virtudes sean muy auténticas. Los Libra son
increíblemente expertos en manipular situaciones para sus fines particulares, con intenciones aparentemente
inofensivas y con una falta total de agresividad, mientras derraman torrentes de simpatía. Son tan expertos,
en verdad, que las almas desprevenidas se dejan engatusar a menudo y hacen lo que Libra desea (¡oh, esa voz
persuasiva, esa sonrisa celestial!) sin comprender cabalmente que han sido programadas para avanzar al paso
de la oca en la dirección que Libra previó desde el principio.
Sin embargo, Escorpión dista mucho de ser «un alma desprevenida». Escorpión inventó la palabra
«desconfianza». No se lo engaña fácilmente. Gobernadas por Plutón, que es prodigiosamente sagaz, la
mayoría de las Águilas ven a través de la seda y el satén de las artimañas y seducciones de Libra. Libra sólo
puede engatusar a Escorpión una vez, cuando más.

ki
Después de la primera experiencia, Escorpión habrá memorizado la estrategia de Venus, que consiste en una
dulce lisonja, y en la ocasión siguiente estará acorazado contra el atractivo de semejante zalamería.

LIBRA: (todo sonrisas y hoyuelos) Has escrito una carta realmente excelente y se lee con mucha fluidez...
¿pero crees que expresa verdaderamente lo que quieres decir?
ESCORPIÓN: Sí. Expresa exactamente lo que quiero decir, y ésta es la razón por la cual me propongo
despachada. Me alegra que te haya gustado. ¿Tienes un sello?

u
Los Escorpión no están a merced de la seducción de Libra. Cuando se lo proponen pueden adoptar estrategias
tan sutiles como las de los etéreos, mentalmente ágiles y muy inteligentes Libra, para alcanzar sus objetivos.
Y pueden ser mucho más tenaces. Interiormente, el Águila nunca admite la derrota. Pero los Escorpión son
susceptibles, pueden sufrir en silencio cuando Libra es indiferente a una necesidad. Libra no es un signo que
an
se caracterice por analizar a fondo la naturaleza humana. Los Libra son más expertos en analizar los informes
de Bolsa, las minutas jurídicas, los muestrarios de colores, las obras maestras de arte y las encuestas políticas.
Por ejemplo, es posible que Libra se muestre dulcemente comprensivo respecto al nerviosismo que
experimenta Escorpión en presencia de los canguros. Pero quizá no se le ocurra preguntar por qué. A
Escorpión le gustaría que se lo preguntasen, incluso necesita que se lo pregunten. Es posible que haya
esperado mucho tiempo, a solas, a que alguien le tenga la consideración suficiente como para querer oír,
sinceramente, la historia de aquella aterradora visita que hizo en su infancia al zoo. Y hablando de infancia, he
aquí una canción de cuna inédita que la Madre Gansa escribió un día, mientras se sacudía las plumas, para los
regidos por Venus y Plutón: Agua y aire, agua y aire... sólo armonizarán... cuando Libra pise con tino... y
Escorpión sea equitativo.

Mujer LIBRA Hombre ESCORPIÓN


M

En el sueño de ella, él había desgarrado el velo que oscurece el País de Nunca Jamás...
... El corazón de él debía de estar henchido de júbilo, pero su rostro no lo reflejaba.

Por muy espabilado, inteligente y racional que sea él. la mujer Libra puede pasar toda su vida tratando de
desentrañar, infructuosamente, de los rasgos afables de su hombre Escorpión, sus sentimientos más íntimos.
Ella nunca descubrirá todos los secretos ocultos detrás de una máscara impasible. Es un enigma ambulante
que se resistirá eternamente a la elucidación final. Si él la ama, compartirá con ella más elementos de sí
mismo que los que jamás compartirá con cualquier otra persona, pero esto no significa que la invitará a
merodear por los recovecos más íntimos de su mente, su corazón o-su alma, ni que le permitirá adentrarse en
ellos. Estos compartimientos secretos están reservados para él y para su Hacedor, su Dios.
Si a él se le ocurriera decirle esto, la perspicaz mente de Libra probablemente lo consideraría una buena
excusa para entablar una controversia (disculpadme. una discusión) sobre el tema. «¿Qué significa eso de tu

56 
 
Dios? ¿No sabes que tenemos Co-Creadores, que existen un Señor y una Señora Dios, que incluso tu Hacedor
tiene una contraparte femenina, como lo tiene todo en el Universo íntegro?» Las chicas Libra siempre son un
poco feministas, incluso cuando lo disimulan con su feminidad perfumada y sus sonrisas llenas de hoyuelos,
pero ella está sobre la pista de la verdad cuando enuncia esta conjetura espiritual específica.

¡Adelante, Libra, y bendita sea tu sabiduría de Venus!


Sepultado justo- debajo del aplomo superficial, incluso en los hombres Escorpión, yace el síndrome de
venganza... así que ella deberá tener la precaución de no acorralarlo en demasiados huecos de resentimiento.
Las sorpresas que encierran las represalias de un Escorpión herido o encolerizado pueden transtornar
seriamente el equilibrio de Libra. Este hombre es hondamente susceptible detrás de su imagen de autarquía y
confianza. Ahora, una palabra de advertencia para él. No obstante su voz acariciadora, sus rasgos hermosos y
su radiante sonrisa de dentífrico, Libra es un signo solar masculino, y también un signo solar cardinal de
liderazgo. El hombre Escorpión espabilado conoce la definición de las palabras «masculino» y «cardinal» que
da el diccionario. Así que deberá comprender que esta chica, a pesar de sus modales femeninos, no se

ki
convertirá en una concubina satisfecha, ni siquiera para él. Al principio puede ser verdaderamente convin-
cente en su pose de dulce sumisión femenina, sobre todo si lo ama realmente. Pero detrás de su semblante
alegre y de su fachada satinada, sufre si no se le confiere algún tipo de responsabilidad en cuestiones de
importancia. Las escobas, los estropajos, las bayetas y los pañales no entran en esta categoría. Quiero decir...
son importantes, pero no implican ningún desafío ni estímulo intelectual, y si no se siente mentalmente
estimulada se convierte en una dama muy afligida. Claro que no hay nada más estimulante que afanarse por
conquistar el amor de un Águila, pero una vez que ella haya ganado el primer round, se sentirá inquieta. Esta
chica es una auténtica Ulises femenina, con un problema adicional que Ulises no tuvo cuando navegó por los

u
siete mares: necesita compañía. Se marchita cuando la dejan sola. Libra rige los matrimonios y las sociedades.
Imaginad lo que es necesitar el consuelo de un matrimonio confortable y vivir al mismo tiempo con el anhelo
constante de lanzarse a la conquista del mundo. ¿Entendéis por qué los platillos de su Balanza oscilan
movidos por la indecisión y la frustración?

Como Escorpión es el regente natural de la octava Casa astrológica del dinero ajeno (entre otras cosas) y,
además, representa la segunda Casa del dinero y los bienes materiales para Libra, dichos elementos asumirán
an
más importancia en esta pareja que en la mayoría de las otras. El ingreso de uno de ellos o los dos recibirá
mucho énfasis en su relación. El que este énfasis financiero sea positivo o negativo dependerá del aspecto
Sol-Luna que comparten, y de otras influencias planetarias mutuas, y además —como siempre— de sus
propios esfuerzos por armonizarse en esta área de su vida en común. Pero pueden estar seguros de que el
dinero levantará su cabecita (o su cabezota) verde, en su condición de problema urgente que deberán resolver
y discutir con no poca frecuencia. Cuentas bancarias independientes. Les aconsejo vehementemente que abran
cuentas bancarias independientes. En realidad, éste es un buen consejo para todas las parejas, cualesquiera
que sean los signos solares que las componen, pero lo es especialmente para ésta. La mujer Libra no se sentirá
feliz si debe pedirle unos pocos dólares a su hombre cuando desea suscribirse a una revista femenina o salir de
compras. Esto ya no lo hacen ni las chicas Piscis, y las mujeres Libra se liberaron mucho antes de que ellas o
vosotros o yo oyéramos hablar de la Enmienda de Igualdad de Derechos: al nacer.

Si ella desea trabajar, él deberá reaccionar con entusiasmo. Y mejor que sea así, porque ella hará de todos
M

modos lo que se le antoja. El Escorpión puede ser intimidatorio, pero la mujer Libra no se deja intimidar
fácilmente. Ella vacilará durante un tiempo, fingiendo que lo que genera su trauma de indecisión es el temor
de que el hecho de que se emplee lo trastornará a él o alterará su vida doméstica. Le toma el pelo, y utiliza
estas ansiedades como excusa para encubrir su período necesario pero frustrante de nivelación de la Balanza.
Al final, hará exactamente lo que desea hacer. Sea esto lo que fuere. Es difícil adivinar. Pero podéis estar
seguros de que cuando por fin se decida, será inflexible Si elige un empleo con un título, relacionado de
alguna manera con las artes, tanto mejor. Será conmovedoramente dichosa, porque Libra debe mandar de
alguna manera. y para ella todo lo artístico o hermoso no es trabajo, sino juego. Las carreras más felices son
siempre aquellas a las que nos dedicaríamos por gusto, aunque no nos pagaran. Trabajar con amor es algo
sacrosanto.

En astrología, Libra está estrechamente asociado con el derecho, entre otras cosas. Así que él no deberá
sorprenderse si ella habla a menudo como un abogado cuando debaten (quiero decir, discuten) un punto de

57 
 
desacuerdo. Aunque él mismo sea abogado, ella lo vapuleará y machacará de cuando en cuando con su lógica
de Libra. Es posible que él piense que no se ha enamorado de una mujer sino de su viejo profesor de Derecho
de la facultad, y tendrá que escudriñarla con detenimiento para asegurarse de que no es así. Esos ojos
refulgentes y esos rasgos cincelados y esa figura voluptuosa de Venus deberán tranquilizarlo rápidamente. Sí,
es una mujer. Igualmente, sus procesos mentales masculinos lo sobresaltarán de tiempo en tiempo. Ella será,
por turno, dulcemente autoritaria, y después dócil, lo cual lo confundirá, y muy pocas cosas confunden a
Escorpión. Esto puede sumirlo en períodos de depresión inexplicable, durante los cuales se preguntará quién
controla realmente la relación. (Es una buena pregunta.) Por otro lado, el hábito que tiene él de valorar en
silencio sus virtudes —cuando ella necesita oír cómo las elogian en voz alta—, y de criticarla con un tono
desapegado y frío, puede ofuscarla más de lo que él supone.

La mujer Libra deberá apelar a todas sus considerables reservas de simpatía y tacto para aprender a tolerar los
accesos de melancolía y los largos silencios de este hombre. Él no la ha abandonado: se limita a alejarse de la

ki
costa un poco más que de costumbre, nadando por las aguas más profundas de la meditación sobre los
misterios de la vida, y no necesita un custodio que flote junto a él. Prefiere emprender solo estas excursiones
nocturnas. La cháchara, o las preguntas insistentes como «¿En qué piensas?» o «¿Por qué estás tan callado,
cariño?», las contestará con una mirada fría y más silencio. Incluso los Escorpiones más locuaces, con varios
planetas en Géminis, Aries o Leo, tendrán momentos de introspección.
Al comienzo, el hecho de que él se comunique mejor con una mirada, o quizá con un toque, en tanto
que ella se comunica mejor utilizando los medios que les fueron dados a todos los seres humanos para
comunicarse, verbalmente, con sonidos llamados palabras. generará no pocas tensiones entre ambos. A un
Escorpión, aunque sea muy gregario en otras áreas de la vida, nunca le resultará fácil mostrarse

u
excesivamente locuaz cuando exprese sus sentimientos emocionales, sexuales o románticos. Si existe un
aspecto Sol-Luna armonioso entre sus cartas natales, ella entenderá esta actitud, empezará a medir sus
palabras y se comunicará más a menudo a través de su sonrisa radiante de Libra... y de un elocuente silencio.

Sin embargo, si comparten un aspecto Sol-Luna en cuadratura u oposición, no habrá buenos pronósticos de
estabilidad para su relación. Si él es uno de esos Escorpión que tienen debilidad por las drogas o el alcohol, y
si ella es una de esas Libra que van eternamente de fiesta en fiesta, surgirán problemas. Libra genera la
an
atmósfera social apropiada para tentar las debilidades latentes de Escorpión. La afición de ella a la diversión v
la gente y las recepciones podrá convertirse en una red pegajosa para el Escorpión que ca:: fácilmente en la
tentación de olvidarse de sí mismo mediante varias evasiones, que van desde la bebida o la embriaguez
excitante (o deprimente) de la marihuana, hasta estímulos artificiales cada vez más peligrosos. La vida
siempre está preparada para atraer a los regidos por Plutón a las aguas tenebrosas, y una encantadora chica
Libra, con hoyuelos, puede ser muy atractiva.

Sin embargo, un Escorpión evolucionado, tenaz y resuelto (y hay muchos de ellos), capaz de resistir estos
cantos de sirena... y una mujer Libra esclarecida, mentalmente estable y emocionalmente equilibrada (de esas
que superan con creces en número a las chicas Libra aficionadas a las fiestas) tienen excelentes
probabilidades de formar una asociación perdurable, cuando se enamoran con la cabeza y el corazón por
partes iguales. Es posible que él sospeche a veces que ella no se sincera totalmente, que no le dice lo que
M

piensa realmente, aunque emplee muchas palabras en su conversación. ¿Éstas reflejan sus auténticos
sentimientos? Él lo duda, porque es receloso por naturaleza. El problema es doble, porque a ella la inquieta la
sutileza con que él evita dar una respuesta inmediata a sus indagaciones. ¿Qué se oculta detrás de esos rasgos
impasibles? Ésta es la pregunta que ella se formula, porque es curiosa por naturaleza. Hay momentos en que
él parecerá ser más terco de lo que en realidad es, cuando insista en aplicar una determinada política sin
explicarle a la mente lógica de ella por qué está tan empecinado, con la convicción de que ella debería
reconocerle la sagacidad necesaria para saber lo que hace... como en general lo sabe. Su matrimonio estará
más seguro si ella confía en él, en lugar de dudar. Sí, he dicho matrimonio. Nada de planes informales de vida
en común, como los de la era de Acuario, para la mujer Libra. Es posible que ella acceda durante un tiempo a
un acuerdo de vida en común, pero finalmente se casará, o lo dejará. Cásate con ella o la perderás, quizá
porque se irá con otro hombre, o porque encontrará una carrera sensacional con la cual casarse. Con tal de no
estar sola, y ella sabe lo que hace. Las mujeres Libra juegan todos los juegos con la mirada puesta en lo
definitivo.

58 
 
Muchas mujeres Libra conservan su apellido de soltera cuando se casan. Es una especie de «obsesión»
que tienen algunas de ellas. Si el hombre Escorpión lo permite, podréis apostar hasta el último centavo de
vuestra alcancía a que se trata de una de esas rarísimas Águilas evolucionadas, y engrosaréis vuestros ahorros
con la ganancia. Sin embargo, es posible que ella vacile antes de decidirse: ¿qué sucederá cuando nazcan los
hijos? Por otro lado, ¿ella se privará de la tierna intimidad de ostentar el apellido de él mientras mantiene
intacta su independencia como individuo? Veréis, el problema tiene dos facetas. y...

Después de que ella sopese las alternativas durante unas horas o unos días o unas semanas, incluso un
obstinado hombre Tauro podría capitular y decir: «¡Hazlo! ¡Hazlo!». Lo mismo hará el hombre Escorpión.
Él también se hartará de que ella sopese las alternativas y gritará (aunque raramente grita): «¡HAZLO! ¡Por
(procacidad expurgada), HAZLO! Como dije cuando lo sugerí por primera vez, creo que es una buena idea»
(aunque él aborrezca en secreto la idea).

ki
Lo gracioso es que probablemente la idea se le habrá ocurrido inicialmente a ella, no a él. Ella la implantará
dulcemente en la mente de su enamorado, con tanta sutileza y delicadeza, que él olvidará de dónde provino y
se convencerá inocentemente de que fue él quien la sugirió en primer término. Es a esto a lo que se refiere la
astrología cuando habla del «puño de hierro enfundado en un guante de terciopelo», de la mujer Libra.
Cuando embota la percepción de un Escorpión, podéis estar seguros de que es muy potente, aunque esté muy
aterciopelado.
La pasión emocional de estos dos no está a la altura de su sintonía mental. Desde el punto de vista sexual,
pueden prever sus respectivos deseos, lo cual es bueno. Pero no siempre saben cómo satisfacer estos deseos,
lo cual es malo. El Águila debería estudiar el versículo del Eclesiastés que dice que hay «un tiempo de abrazar

u
y un tiempo de abstenerse de abrazar». Uno de estos últimos tiempos es aquel en que ella se debate en la
angustia de una decisión importante. Es posible que él le haga el amor vehementemente con la intención de
relajarla, de ayudarla a distenderse, y que después se sienta hondamente herido cuando descubra que sus
afanes sólo han servido para enroscarla sobre sí misma, para ofuscarla y ponerla nerviosa... cuando el acto
amoroso debería haber generado sosiego y satisfacción. Ella puede ser una compañera ideal cuando la
Balanza está equilibrada, y en esos momentos su unión física puede aproximarlos tanto el uno al otro. en el
an
plano espiritual, que los ojos se les llenarán de lágrimas ante la capacidad portentosa del amor para transportar
el alma hasta la belleza mediante el «convertirse en una carne». Pero cuando la Balanza de esta mujer se
desnivela, es tan agradable hacerle el amor como hacérselo a Lady Macbeth.

Probablemente el hombre Escorpión satisfará todos los anhelos sensuales y erótico, todas las necesidades
secretas de afecto y lealtad vehemente que esta chica Libra ha soñado románticamente en su vida... menos
una. Ciertamente no le recitará poesías en medio de su acoplamiento... ni le susurrará juramentos de devoción
en sus trances íntimos. Ella se lo recordará, y quizás incluso lo adiestrará. Él intentará cumplir. Pero como le
faltará espontaneidad, ella empezará a pensar que no la ama realmente. Sí la ama. Mas a este hombre no le
gustan las exhibiciones de tipo sentimental y romántico. Cree que su lealtad y su apasionamiento sexual
bastan para demostrarle a su mujer que la ama. ¿Por qué ella habría de necesitar palabras, y oírlo repetir
constantemente «Te amo»? No sé por qué, pero lo necesita. Tal vez haga falta una transacción. Ella deberá
tratar de ser más dulce, menos exigente... y él deberá comprender que esta mujer no se lleva una bola de
M

cristal a la cama, ¿así que cómo podría saber que los sentimientos de él son tan profundos y seguros como
cuando la alegría del amor los hizo llorar juntos por primera vez, .1i él no se lo dice? Utilizando la lógica de
Libra, le recordaré al Águila que una pequeña dosis de palabras de ternura evitará una gran dosis de celos
injustificados. Tanto si los rasgos de él son vulgares como si son bellos, en su aura palpita el campo
magnético de Plutón, y la atracción innegable que ejerce sobre las mujeres puede poner muy celosa a esta
dama. ¿Julieta podría haber dudado de Romeo, que le juraba constantemente su amor? No podría haber
dudado. Y tampoco podrá dudar esta mujer Libra, si él le tributa el homenaje al que tiene el mismo derecho
que tenía Julieta.

Deseadles suerte en sus esfuerzos por fusionar sus vibraciones. Podría ser una bendición para todos nosotros
que se enamoren. Ella podrá suministrarle una vía de desahogo idealista para su ambición controlada pero
impetuosa, ayudándolo a encauzarla por canales que tal vez traerán justicia a las almas maltratadas y hastiadas
del planeta. La sabiduría más profunda de él controlará las indecisiones etéreas de ella, y las plasmará
afablemente en una forma sensata de abordar sus ensueños. La mente lógica de ella lo ayudará a solucionar

59 
 
los complejos embrollos profesionales, familiares o personales que tarde o temprano enfrentan, hasta cierto
punto, todos los signos de Agua, incluido el invencible Escorpión.
La combinación de la infinita confianza del Águila con el inmenso sentido de equidad de su mujer
Libra puede ser beneficiosa para todos quienes entran en su esfera de influencia. Su amor personal tiene
muchas probabilidades de expandirse fuera de ellos transformado en una energía tremenda para toda la
humanidad. Si los dos meditaran juntos en silencio dentro de la Pirámide o susurraran mantras mágicos en un
antiguo templo incaico... ¡qué prodigios podrían ocurrir! Nuestros dos Co-Creadores darían aprobación.

Hombre LIBRA Mujer ESCORPIÓN


No sé por qué se apoderó de él el deseo de confiar. Quizá fue a causa de

ki
la plácida belleza del anochecer.

He aquí una revelación astrológica sobre el hombre Libra que tal vez su mujer Escorpión ya conoce. Es más
tierno que la mayoría de los hombres, más dulce, más vulnerable. Así como la mujer de su signo solar Libra
es más fuerte, más resistente por dentro que la mayoría de las mujeres. Esta es una 'contradicción que
enfrentan los dos sexos de cualquier signo solar masculino regido conflictivamente por un planeta femenino.
Hago una digresión deliberada, porque este tema revestirá tarde o temprano una importancia vital para estos
dos amantes específicos.

u
Libra es un signo solar masculino, regido por el planeta femenino Venus. Los capricornianos, por ejemplo,
enfrentan el mismo dilema, porque Capricornio es un signo solar femenino colocado bajo el control del
planeta masculino Saturno. En razón de ello los hombres del signo son un poco más femeninos que de
costumbre, y las mujeres del signo son un poco más masculinas que de costumbre, lo cual es beneficioso
an
desde el punto de vista de la evolución. Un hombre no es menos macho porque tenga 'la sensibilidad
suficiente para llorar (Jesús lloró), así como una mujer tampoco es menos femenina porque sepa lo que quiere
y tenga el coraje de defender sus propias convicciones.

El problema se repite en condiciones aún más concentradas con todos los signos solares. Los signos
solares masculinos regidos también por un planeta masculino —Aries, Leo, Sagitario y Acuario— determinan
que a las mujeres nacidas bajo su influencia les resulte difícil convencer a sus amantes de que son realmente
mujeres femeninas, que anhelan y necesitan que las amen y las conquisten, sin que esto cambie en razón de su
comportamiento ocasional o del número de pancartas que enarbolan en las manifestaciones del Movimiento
de Liberación Femenina. Los signos solares femeninos regidos también por un planeta femenino —Tauro,
Cáncer, Virgo y Piscis (sí, el auténtico regente de Virgo, Vulcano, es un planeta femenino)— plantean un
problema análogo a los hombres nacidos bajo su influencia, y determina que les resulte difícil convencer a sus
damas de que son individuos realmente fuertes y valerosos, que anhelan y necesitan que los respeten y que
reconozcan sus méritos, aunque a veces se comporten como si nada les interesara menos que esto.
M

Por las razones expuestas, los signos solares masculinos de Aries, Leo, Sagitario y Acuario, regidos por
planetas masculinos, producen a menudo hombres hasta cierto punto demasiado masculinos, en tanto que los
signos solares femeninos de Tauro, Cáncer, Virgo y Piscis, regidos por planetas femeninos, producen a
menudo mujeres hasta cierto punto demasiado femeninas. Se rompe el equilibrio, por así decir. (iEsto es algo
que Libra entenderá!) Éstas son las chicas que enfurecen a las líderes de la Enmienda de Igualdad de
Derechos, las damas que se sienten felices cuando se someten a sus maridos, y que no desean realmente su
«libertad».
Pasaremos por alto a Géminis. Los Géminis son Gemelos, y esto debería explicarse por sí solo. El
planeta regente de Géminis. Mercurio, es un mago artero, equívoco, que cambia de sexo en un abrir y cerrar
de ojos, cuando ello conviene a sus propósitos.

¿Escorpión es uno de esos signos solares sexualmente trastocados, desequilibrados o exageradamente


equilibrados (desde el punto de vista sexual)? Cualquier astrólogo que pretenda dar una respuesta categórica
por sí o por no será menos cauteloso de lo que yo quiero ser respecto del misterioso planeta Plutón.

60 
 
Escorpión es, por supuesto, un signo solar indiscutiblemente femenino. Pero... ¿y Plutón, el regente de
Escorpión? La fuerza tremenda y el poder explosivo de Plutón son los de la mismísima Madre Naturaleza...
quién se ha atrevido jamás a decir que la Madre Naturaleza es un hombre? Sin embargo... una fuerza y un
poder de tanta magnitud como los de Plutón están asociados, normalmente, con el género masculino.
Esto es digno de estudio y meditación. En los aspectos natales y en las predicciones astrológicas, Plutón se
complace en esconder la verdad, en desencadenar lo imprevisto. indicando a menudo la polaridad opuesta de
un significado oculto para disfrazar una intención kármica, todo ello mediante tránsitos y progresiones. ¿Os
gustaría realmente conocer el secreto sexual de este oscuro, silencioso y enigmático regente de Escorpión:
Plutón? Muy bien. Está implícito dentro del misterio de la Santísima Trinidad. Una explicación profunda de la
identidad sexual del planeta Plutón está oculta en «Los doce misterios del amor», en el comienzo de este
libro. Os dije que Plutón se complace en ocultar las cosas. (Los Escorpión incluso se ocultan cosas a sí
mismos... y después olvidan dónde las escondieron.) Plutón no lo olvida. Y por tanto ciertamente no podéis
esperar que la respuesta al secreto de Plutón figure en un capítulo dedicado a Escorpión, donde es probable
que la busquéis. Como todo lo relacionado con Plutón (y los Escorpión), estará esperando en alguna parte,

ki
discreta, silenciosamente... a quienes tengan suficiente interés en ella como para buscarla.

Por tanto, aunque sabemos que el hombre Libra nació bajo un signo solar masculino pero que lo rige el
planeta ultrafemenino Venus —lo cual agrega una magnitud atractiva a su naturaleza emocional e interesantes
matices de sensibilidad a su idiosincrasia— no estamos tan seguros respecto de la mujer Escorpión. ¿Vive
regida e influida por fuerzas masculinas o femeninas? Cuando descubráis la respuesta (donde la ha escondido
Plutón. dentro de este libro) comprenderéis la razón del poderío que yace tras la mente y la voluntad de los
Escorpión, incluidas las mujeres que nacieron bajo este signo solar.

u
Esta meditación profunda sobre los géneros la introduje por dos excelentes razones: en primer lugar, para
insinuar a mis lectores que la astrología es categóricamente partidaria de la igualdad de los sexos, y en
segundo lugar, porque el tema mismo determinará que Libra y Escorpión permanezcan ocupados durante
muchas horas, polemizando entre sí. mientras nosotros discutimos sus áreas de compatibilidad e
incompatibilidad. Al cabo de un rato, mientras el hombre Libra todavía esté enunciando argumentos
razonables, equitativos y lógicos. la chica Escorpión se congelará súbitamente, lo mirará fijamente. con
an
indiferencia o furia, murmurará algo parecido a «Casualmente yo lo sé. Tú eres el que no lo sabe», y después
se sumirá en su silencio de signo fijo. Así es cómo culminarán muchas de las reyertas, discusiones o lo que
sea, entre estos dos: Libra seguirá acumulando argumentos a su favor, y su mujer Escorpión se aferrará tenaz,
vehementemente, a su convicción profunda y más íntima, totalmente indiferente a la lógica y la persuasión
cautivante de él.

Esto deberá suministrarle al hombre Libra una idea clara de lo que le aguarda con una chica Escorpión. Es
posible que sus hoyuelos y sus modales cautivantes hagan palpitar a otras mujeres apenas él sonríe y proyecta
sobre ellas su mente brillante. como si fuera un láser romántico, pero esta mujer descubrirá sus intenciones
ocultas. Enseguida sabrá si está jugando con ella, como acostumbran a hacerlo los signos de Aire o si se siente
realmente atraído. En otras palabras, sabrá si sus intenciones son honorables o no.

He dicho que sabrá cuáles son sus intenciones, y no que fundará necesariamente su decisión sobre su grado
M

de honorabilidad. (Si la palabra «honorabilidad» no existe, el diccionario ha pifiado, y así podréis


informárselo a sus autores. Yo acabo de acuñarla y se parece a «nobleza».) Tal vez la honorabilidad no sea el
factor decisivo para ella. Sencillamente le gusta saber. Escorpión piensa que saber es poder. Es posible que
incluso se sienta intrigada si sus intenciones iniciales no son honorables. A los Escorpión de ambos sexos les
gusta experimentar con situaciones emocionales desafiantes. Si él no es honorable hoy, quizás ella podrá
lograr que lo sea más adelante, mediante la sola fuerza de su magnetismo animal. Aquí le advierto al hombre
Libra que es muy posible que lo que empieza como un amorío informal con una dama Escorpión 'termine
convertido en un compromiso de larga duración, y él se preguntará durante años cómo sucedió eso. Si sus
posiciones Sol-Luna son compatibles. a él no le importará realmente cómo: sencillamente se alegrará de que
haya ocurrido. Se regocijará de que ella haya «adivinado» que sus sentimientos eran sinceros, aún antes de
que él mismo lo supiera. Pero si sus posiciones Sol-Luna son incompatibles, es posible que él lamente más
tarde su incursión etérea, divertida (según lo creyó) en las profundas aguas emocionales de ella.
Posiblemente haga falta el poderío de Plutón para que la mujer Escorpión le inculque a este hombre la
convicción de que lo que él hace no es flirtear, de que la ama realmente... pero no será tan difícil hacerle
entender que lo que desea es casarse con ella. Si él es un Libra típico, nació para constituir una sociedad, ya

61 
 
sea comercial o conyugal, y su naturaleza romántica prefiere la segunda. Los seres más desdichados de este
planeta son los Libra que, por alguna razón singular, nunca se casaron. Andan entonando la canción «People»
de Funny Girl: «Los amantes... son gente muy especial... la gente más feliz del mundo...», y la entonan con
tanta ansiedad que pueden destrozarte el corazón. Para este hombre, el himeneo puede ser maravilloso. Pero el
problema del himeneo, como observó una vez Christopher Morley. consiste en que la palabra inglesa para
designarlo es wedlock, en la que no hay bastante wed (casamiento) y hay demasiado lock (cerradura), y esto
podría convertirse en un legítimo motivo de queja para el hombre Libra casado con una Escorpión. Como ella
lo siente todo con mucha vehemencia, su comportamiento posesivo y sus celos son mucho más que
sentimientos temporales o estados de ánimo pasajeros. Ella experimenta una necesidad feroz de saber que él le
es fiel. Si sospecha lo contrario puede devorarla la angustia, y la Escorpión es la más desconfiada de las muje-
res. El hombre Libra es tan apuesto, romántico y afable (la mayor parte del tiempo, cuando no está
malhumorado) que a menudo las mujeres se sienten fascinadas por él, y algunas buscarán excusas para
encauzarlo hacia una conversación intelectual... pensando en algo muy distinto del intelecto. ¿Qué remedio le
queda a él, si es tan atractivo para el sexo femenino?

ki
Será mejor que busque un remedio, si le ha hecho una promesa a una mujer Escorpión. Es posible que ni
siquiera en sus fantasías más delirantes él pueda imaginar cómo reaccionará ella, cómo se vengará, si lastiman
realmente, si lesionan profundamente su orgullo. Quizás elija medios sutiles, pero dolorosos. A Libra lo
conocen en astrología por el nombre de El Pacificador, pero aunque él sea capaz de reconciliar animosa y
expeditivamente a sus amigos disgustados, tal vez tendrá que recurrir a un mediador ajeno cuando su
Escorpión herido hierva interiormente de furia. «No intentes seducirme a mí, yo te conozco», le dirá ella
fríamente. Esta dama puede ser engañosamente dulce y sosegada durante mucho tiempo, pero ésta no es más
que la máscara que utiliza para ocultar su tumulto interior. No le servirá de felpudo a un hombre infiel. De

u
ninguna manera.

El lado bueno de las cosas consiste en que es casi seguro que él disfrutará haciéndole el amor, porque el
instinto sexual de ella es tan profundo y trémulo como a él le gustaría que fuera el suyo propio. Ella le dará
muchas lecciones de éxtasis. Sin ella, su actitud respecto del amor físico podría haber seguido siendo un poco
superficial, y tal vez habría seguido buscando durante mucho tiempo el tipo de amor en el que siempre había
creído pero nunca había hallado. Como amante, este hombre es al mismo tiempo susceptible y sentimental,
an
romántico y afectuoso, y estas cualidades cautivarán a la mujer Escorpión que anhela, y en verdad necesita,
poseer íntegramente al hombre que adora. Es posible que, al principio, ella desempeñe el papel dominante en
su acto amoroso, y esto podría perturbar el sentido de equilibrio del Libra, pero al fin él encontrará una
manera tierna de enseñarle que su acoplamiento será más apasionado si ambos están en pie de igualdad. La
sensualidad de Escorpión encierra una dulzura que casi linda con la espiritualidad, porque todo Escorpión
sabe inconscientemente que el sexo y la religión se entrelazan de una manera misteriosa... y esto conmoverá
el corazón de él con una cualidad embrujadora. Sí, generalmente estos dos forman una buena pareja, unida
por una fuerte dosis de magnetismo físico, siempre que no existan serios antagonismos entre sus planetas
natales o sus Soles y Lunas recíprocas.

La sensibilidad de Escorpión para el juego limpio casará bien con la sensibilidad de Libra para la justicia y la
rectitud. Escorpión es leal y honorable, y por tanto admirará estas cualidades en los demás. Estarán de
acuerdo en la mayoría de las cuestiones generales, pero en las personales, él deberá cuidarse de no herir su
M

dignidad. Hacerlo es siempre un error calamitoso, cuando se trata de un o una Escorpión. En cuanto a la
necesidad concreta de él, en virtud de la cual debate o discute las cosas verbalmente hasta encontrar una
solución, ella le seguirá la corriente, e incluso disfrutará con estas polémicas íntimas, que la resguardan del
aburrimiento, pero cuando una de sus discusiones haya llegado al apogeo, y ella lo mire en silencio... cuando
ella se encierre en sí misma e indique que, por lo que a ella concierne, el caso está resuelto... será prudente
que él no insista.

Aunque en raras ocasiones ella puede tener accesos de furia, casi siempre posee la prodigiosa paciencia de
todos los signos de Agua, y por tanto está muy bien pertrechada para lidiar con los cambios de humor de él,
cuando los platillos de su Balanza oscilan hacia arriba y abajo. Si alguna mujer sabe cómo ayudarlo a
recuperar el equilibrio, mediante la dulce persuasión, esta mujer es ella. Éste es su talento, ya sea que lo
cataloguéis como algo sutil o como algo taimado. Él siente que, en compañía de ella, las cosas siempre se
rectifican más rápida y fácilmente que con la mayoría de las otras personas. Le parece que esto se debe a una
vibración extraña, intangible, que hay en el aura de ella. No es necesario que él sepa que se trata del poder de
Escorpión para implantar la sugestión mental en forma casi hipnótica cuando él está deprimido, para

62 
 
reanimarlo. Lo que importa es el resultado.
La ternura y el sentimentalismo de él la conmoverán. Los hombres Libra son tan sentimentales que casi les
han enseñado a las mujeres a serlo también. Sé que teóricamente debería ser a la inversa, pero si pensáis así,
es porque no habéis leído con suficiente atención la primera o las primeras páginas de esta sección de este
capítulo. ¿Queréis discutirlo? Será mejor que no. Si lo discutimos, nos quedaremos eternamente en este
capítulo. Ella no cederá, y él no cejará... en su empeño de hacerla ceder. ¿Lo sabéis?

ESCORPIÓN ESCORPIÓN
Agua - Fijo - Negativo
Regido por Plutón

ki
Símbolos: el Escorpión y el Águila

Fuerzas nocturnas - Femenino

La relación ESCORPIÓN-ESCORPIÓN

u Pero había uno que no le temía, había uno dispuesto a entrar en ese círculo...
... ¿cuál vencerá?...
an
Montar esta combinación es como aparear a Merlín y Macbeth para remover una poción de «ojo de tritón y
pata de rana, lana de murciélago y lengua de perro». Se trata de una extraña mezcla de personalidades, tanto
para los dos Escorpiones en persona como para quienes asisten a las competiciones entre ellos, ¡y vaya si
habrá competiciones! Podéis apostar vuestra lana de murciélago a que las habrá.
Cada uno tiene conciencia, cautelosa y recelosamente, del poder desenfrenado del otro, aunque ambos
están eufóricos de haber encontrado por fin a alguien que realmente los comprende (si «eufórico» es una
palabra que se puede emplear para describir una reacción de estas dos caras de jugadores de póker). Con tal
que la comprensión no vaya demasiado lejos. Es difícil desear que te comprendan y resistirte simultánea e
inexplicablemente a permitir que quien mejor te comprende conozca tus secretos más recónditos. Esto
genera un juego de psiquis humanas que es emocionante contemplar siempre que estés en las gradas y no
personalmente implicado.
Me alegro de que se hayan encontrado, ¿y vosotros? Pero es inquietante pensar lo que ocurriría si uno de ellos
ofendiera al otro... y si el ofendido decidiera tomarse la revancha... y si después la víctima de la venganza
M

decidiera tomarse a su vez el desquite... y si después el primero se sintiera obligado a rematar su acto de
venganza con otro más... hasta llegar al momento en que las tomas de revancha se convirtiesen en una
auténtica competición. Uno tiembla al imaginar la escena. Sucede que los Escorpión deben triunfar.
Arriesgarán cualquier cosa, menos la vida; con tal de triunfar. Y algunos llegarán incluso a este último
extremo.

Si conocéis por casualidad a un par de Escorpiones en la oficina, el aula, el círculo familiar, la casa
vecina... o en la misma calle donde vivís vosotros (ya se trate de niños o adultos), pensaréis que exagero.
¿Decís que son ciudadanos afables, respetuosos de la ley, sosegados, incapaces de levantar la voz, ciertamente
nada peligrosos o siniestros, y hasta donde vosotros sabéis, en manera alguna consagrados vehementemente a
conquistar algo? Ya veo. Hmmmmm. ¿Los conocéis bien?

Hay que estar casado con un o una Escorpión o ser su pariente consanguíneo, para conocerlo realmente.
Todos los demás sólo ven la imagen de la máscara de la Víspera de Todos los Santos que cada Escorpión ha

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resuelto usar para cubrir la naturaleza secreta de Plutón. Podéis empezar por preguntar a sus madres si eran
ángeles dulces, sosegados, incapaces de levantar la voz, mientras crecían. Vamos, preguntadlo. Preguntadle a
la actriz Terry-Anne Moore por su hijo Escorpión, Grant... si era muy afable. (También tiene un hijo Leo,
Stuart, pero aquí no nos ocupamos de los Leones: estamos en otra zona del zoo. Claro que no quería
desentenderme del León, porque desentenderse de un Leo es tan peligroso como subestimar a un Escorpión.)
En verdad, podéis preguntármelo incluso a mí. Yo también tengo un hijo Escorpión, Michael.
Recientemente un banco de Nueva York cometió el error de negarle autorización a Mike para abrir
una cuenta corriente porque «no tenía la edad estipulada». Eso bastó, definitivamente. Mike ha roto con los
bancos por el resto de su vida. Sencillamente no existen para él. Anda buscando (seria y literalmente) una caja
de caudales con combinación para guardar su dinero allí en el futuro. ¿Los bancos no lo quieren a él?
Estupendo. Entonces él no los quiere a ellos ahora... ni los querrá nunca. Así son las cosas, y no tratéis de
seducirlo con obsequios de Navidad, ya se trate de mantas eléctricas o de batidoras de huevos. Cuando un
Águila ha sido rechazada, no lo olvidará. Será bueno que todos los bancos lo recuerden. Tal vez le dé algún
día una oportunidad al Colorado Springs National Bank, porque se ha portado correctamente con su madre,

ki
pero incluso esta institución deberá abordarlo con respetuosa cautela si pretende administrar sus fondos.

El Escorpión varón o mujer, adulto o niño, tiene mucha memoria. Sólo los Tauro recuerdan por más tiempo.
Las Águilas se indignan silenciosamente al enterarse de que un amigo o familiar suyo ha sufrido una
injusticia, e intentarán (¿intentarán?) evitar que se repita, con una especie de sereno talante de «Padrino». He
aquí un importante ejercicio de meditación para los Escorpión (y para todos quienes tratan con ellos.) Pienso
en dos individuos específicos que tienen la reputación de alcanzar con éxito sus objetivos sin perder jamás la
calma, manteniéndose constantemente serenos, aplomados y controlados, y hablando siempre con dulzura. Un

u
padrino de la Mafia. Y Jesús, el carpintero. La Gran Verdad es digna de atención. Cualquier Águila entiende
el mensaje. La clave está en la frase alcanzar sus objetivos.

Cuando se comete una injusticia contra un o una Escorpión, personalmente, la represalia es más segura. No
deberá producirse necesariamente enseguida. En su condición de signo de Agua, Escorpión está dispuesto a
esperar. Estas personas no necesitan vengarse, siempre, de manera tangible. Muchas veces a los regidos por el
portentoso planeta Plutón —que también rige el submundo, el nacimiento, la muerte, y los misterios del sexo,
an
la reencarnación y la regeneración— les basta desear o exigir inconscientemente que suceda algo, para
conseguirlo. Podéis imaginar lo que ocurre cuando un Escorpión se enfada con otro. Si no podéis imaginarlo,
os lo explicaré. Lo que ocurre es que ambos aprenderán deprisa que «vengarse» es el gran bumerán, sobre
todo cuando su objetivo es otro individuo de Plutón. Es inevitable que los actos y las palabras negativos
vuelvan al remitente, en razón de una ley del Universo que ni siquiera Escorpión puede alterar o cancelar.

En aquellos casos en que Escorpión no intenta cobrarse ojo por ojo, él o ella tomará la precaución, cuando
menos, de eludir en el futuro a la persona responsable de la ofensa, como si dicha persona no existiera, hasta
que el culpable empiece a sentirse nervioso, irreal. Es irreal, para Escorpión. Las Águilas hacen caso omiso de
lo que no respetan, con indiscriminado desdén. La víctima termina por sentir deseos de pellizcarse, para
verificar que no es un espectro. ¿Alguna vez un Escorpión os atravesó con la mirada, como si fuerais una
ventana de cristal? Es distinto, y de alguna manera aún más escalofriante, cuando os clavan la mirada. Existe
una marcada diferencia, y lo segundo es preferible. Una vez que estos individuos han perdido la fe, no es fácil
M

recuperar su confianza. Sin embargo, cuando un Escorpión lastima a otro, generalmente la confianza se
recupera con más rapidez. Entre ellos se intercambian más compasión y clemencia que las que dispensarán a
quienes estén fuera del círculo de serpiente de Plutón, exceptuando circunstancialmente a Piscis y Cáncer.
Como mi agente literario y mi corrector son ambos Escorpión, MÁS el jefe de producción y el jefe de arte de
Harper & Row, comprenderéis por qué casi siempre —no siempre, pero sí casi siempre— ando con tacto.

Si se excluyen todos los peligros de un choque de voluntades, Escorpión y Escorpión pueden ejecutar
muchos prodigios juntos, dada la inmensa fuerza que resulta de la combinación de sus energías latentes: desde
acumular suficiente dinero en su cuenta de ahorros para comprar la casa de sus sueños, a orillas del agua...
hasta producir una película galardonada con el Oscar... pasando por evitar que las crías de foca de
Groenlandia sean masacradas delante de los ojos de sus madres. ¿Acaso conocéis a dos Escorpiones que no
estén ajetreados? Hay en torno de ellos un mundo triste y enfermo que los necesita. Por supuesto, antes
deberán superar la tendencia de todas las asociaciones de la configuración de signos solares 1-1 que consiste
en exagerar los elementos negativos de sus características mutuas. Esto exige un esfuerzo consecuente,

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concertado, pero si logran controlar dicha tendencia, sus triunfos como equipo o como unidad podrán ser
impresionantes.

Cuando dos Escorpión se proponen algo, ya sea negativo o positivo, disuadirlos de su idea sería como...
oh, no sé cómo sería... supongo que como abordar cualquier otra empresa imposible. No como posarse en
Marte. Esto es posible. No como dividir el Mar Rojo o caminar sobre las aguas. Esto es posible. Como...
bueno, como pretender no empaparte cuando estás bajo un diluvio. ¿Qué os parece este ejemplo de empresa
«imposible»? Debí forzar la imaginación. Muy pocas cosas son realmente imposibles cuando dos
Escorpiones han encontrado las Llaves del Reino. Entonces quizás incluso podrán conservarse secos bajo la
lluvia, pero por ahora esto deberá bastarnos como ejemplo.
Tal vez hayáis sacado la conclusión de que temo a los Escorpión. ¿Yo? ¿Una nana regida por Marte,
temerle a Plutón? O, hablando en el lenguaje de la Naturaleza, ¿un robusto Carnero, temerle a una criatura
tan sencilla como el Escorpión? Para ser sincera, sí... le temo. Yo soy Fuego, Escorpión es Agua. Como he
explicado en otro pasaje de este libro, el Fuego sabe que el Agua puede sofocar su llama. De modo que sí.

ki
Temo el poderío del Plutón corporeizado en los Escorpión. Les tengo miedo, pero también los respeto, y el
respeto siempre triunfa sobre el miedo. Aún no he conocido a un Escorpión que me haya picado realmente,
que no me haya brindado la lealtad y el apoyo inconmovibles del Águila cuando los he necesitado. Algunos
de ellos han sido amigos circunspectos (engañosamente circunspectos) y serviciales, que me han tratado
afablemente. Unos pocos me han asombrado con su tenacidad y su fuerza cuando pasaron por horas de
prueba su vida personal... y casi todos los que he conocido han sido muy comprensivos cuan-mi propio
espíritu estaba atribulado.

u
Si los dos Escorpión que retozan juntos por una playa arenosa en esta encarnación comparten un aspecto
Sol-Luna armonioso entre sus natividades, es posible que ellos también abran las aguas del Mar Rojo. Fue
hecho una vez ¿por qué no de nuevo? O quizá dos Escorpión deberían aspirar a impedir de alguna manera el
cataclismo pronosticado para la costa occidental de los Estados Unidos, que tal vez tenga lugar en la
próxima década, pero que se puede evitar. Uno de los métodos propuestos para detener los temblores de
Tierra consiste en interrumpir las pruebas subterráneas con bombas nucleares y de hidrógeno. Otro método
consiste en pronunciarse contra el imperio de los excesos sexuales y la codicia económica que están tan
an
concentrados en California. El planeta Plutón gobierna tanto los aspectos negativos como los positivos del
sexo, y no tardará en reingresar en su propio signo de Escorpión que rige los misterios más recónditos de la
religión. Quizás es por esto por lo que el Escorpión Billy Graham se ha consagrado a (proclamar la verdad»,
tal como él la ve personalmente. Como no cree en la astrología, no sabe por qué se siente tan obsesionado,
tan forzado, tan vehementemente resuelto a ganar su «batalla por las almas». Pero nosotros sí lo sabemos,
¿verdad?
El Escorpión que pertenece a la categoría orgullosa de las Águilas desdeña la iniquidad y la mezquindad
de la venganza, a la que a veces recurren las Lagartijas Grises menos evolucionadas de este signo solar... si
bien incluso éstas pueden remontarse, como su propia ave Fénix simbólica, a la plenitud de sus virtudes
innatas, en cualquier momento en que lo deseen.
Cuando el poderío de Plutón está encerrado en dos vulgares mortales, y ambos son Lagartijas Grises, los
peligros latentes son muchos. Si uno es un Escorpión de la categoría de las lagartijas grises, y el otro es un
Águila... este último tiene la facultad y la gloria de levantar al «ángel caído» que hay en el primero, y ello ha
M

sucedido muchas veces. Yo he presenciado personalmente varios ejemplos de este milagro, y se trata de un
portento emocionante. Si ambos individuos son Águilas Escorpión de tipo evolucionado, las alturas hasta las
que pueden remontarse son inconmensurables. Si se agrega a su vibración combinada la relación armoniosa
de otros planetas mutuos, y especialmente de la Luna, se multiplicará inmensamente su influencia para hacer
mucho bien. Puede forjarse una amistad o una relación comercial estimulante y grandiosa... puede
materializarse una relación amorosa o un matrimonio prodigioso y poderoso... o puede concretarse una mi-
sión espiritual histórica en la Tierra.
A los dos Escorpión que lean esto: Recordad que vuestro planeta regente, Plutón, encierra todo el poder
necesario para edificar un bastión de felicidad, o para destruir la felicidad con la carga de energía de un
estallido nuclear. Esta fuerza de voluntad os pertenece, recurráis o no a ella. Si la utilizáis con sensatez, no
hay, literalmente, ningún sueño que no podáis realizar. No en el «más allá», sino en el aquí y ahora.

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Mujer ESCORPIÓN Hombre ESCORPIÓN
¡No intercambiaron ni un siento-mucho-perderte!
Si a ella no le importaba que él se fuera, él le demostraría... que tampoco le importaba a él.
Pero por supuesto a él le importaba mucho.

Este hombre y esta mujer, chico y chica, o lo que sean, deambularán, cogidos de mano, esencialmente por el
mismo sendero intensificado, de caracteres y personalidades por el que transitan todas las otras parejas de la
configuración de signos solares 1-1 con luminarias solares en conjunción, aunque con unas pocas diferencias
vitales. Una de éstas podría ser identificada como una falta absoluta de «informalidad» en sus respectivas
naturalezas y, por tanto, en su relación.
Los Escorpión se unen para siempre. Se separan para siempre. Se reconcilian para siempre. Para ellos

ki
nada es temporal. En el momento de realizar el acto, alimentan el propósito de conferirle una estabilidad
asentada sobre bases sólidas. Si algo modificara la dirección en que nadan (dado que ambos son signos fijos,
ese algo debería ser casi una Ley de Dios), su nuevo rumbo asumiría instantáneamente la naturaleza definitiva
del anterior o el primero.
Ahora bien, probablemente os estaréis preguntando si no me habré confundido (lo cual no sería raro, con
toda esta complicada mezcolanza y compaginación de parejas) y si no habré cometido un error, al permitir
que un par de Géminis se infiltren en la sección Escorpión-Escorpión. No. No me he confundido. No he
cometido un error. No hay Géminis a la vista. Será muy raro que estos amantes Escorpión introduzcan un
cambio en su relación (o en cualquier otra cosa). Sólo intentaba subrayar que, en esas raras ocasiones en que

u
sí introducen un cambio, la palabra «permanente» se sigue aplicando, y que a no sólo casi imposible hacerles
modificar una decisión tomada, sino que, además, es peligroso provocar un cambio en un corazón de Plutón,
porque la ruptura será generalmente tan definitiva como estaba destinada a serlo la unión original. La cólera
de Escorpión también es definitiva. Dos Escorpión son mucho menos susceptibles de besarse y reconciliarse
que las parejas de otros signos solares. Ambos son suficientemente precavidos como para no querer que los
piquen dos veces.
an
Existe la remota posibilidad de que dos Escorpión se conozcan, se acoplen y se (o se conozcan, se casen y
se acoplen), y después se divorcien, para luego volver a casarse legalmente el uno con el otro. Es una
posibilidad muy remota. Conozco exactamente un caso en el que esto sucedió entre dos amantes de
noviembre, un marido y una mujer que ahora están más profundamente enamorados que nunca. Entre los
otros signos solares sin contar a Escorpión es sorprendentemente común que dos personas se divorcien y
después vuelvan a casarse entre sí. Mucho más común de lo que la gente —excluidos los astrólogos—
supone. A la mayoría de las personas les asombrarían (y quiero creer que las complacerían) las estadísticas
concretas de matrimonios múltiples con el mismo conyugue, pero ésta es una pauta que normalmente no se
aplica al hombre y la mujer regidos por Plutón. Cada uno de ellos analiza cuidadosamente cualquier factor
que pueda causar un cambio de afecto, porque ambos siempre tienen cabal conciencia de su propia fijeza y de
la de su pareja.
Algunos de los cónyuges de otros signos solares que acabamos de mencionar... se casaron, se divorciaron y
volvieron a casarse entre sí hasta tres, cuatro y más veces. Si alguna vez una pareja Escorpión-Escorpión
M

incurriera en semejante reincidencia matrimonial, nunca se suministraría recíprocamente más de una segunda
oportunidad. Éste es el límite máximo. Si por casualidad conocéis a dos Escorpiones que superaron este
récord, podéis estar seguros de que tienen fuertes influencias de Géminis, Piscis o Sagitario en sus
horóscopos... o de que fueron adoptados. Esto último también sucede con mucha más frecuencia de lo que la
gente —excluidos los astrólogos— sospecha. Yo misma he tropezado con una cantidad asombrosamente alta
de natividades que revelan, de manera intrincada pero inconfundible, que no pueden corresponder a las cartas
natales de las personas a las que presuntamente representan. Esto ha sacado a la luz muchas adopciones
secretas, que de lo contrario habrían quedado definitivamente sepultadas... por lo menos durante la vida del
desprevenido adoptado. Precisamente yo opino que todo ser humano tiene el derecho inalienable a conocer la
verdad absoluta respecto de su fecha de nacimiento precisa, sin que importen los traumas emocionales de sus
padres reales y adoptivos.

En astrología, el planeta Plutón gobierna las adopciones, junto con Mercurio y Júpiter. Esto significa que a
menudo hay razones por las cuales un hombre Escorpión y una mujer Escorpión se implican en la adopción
—o en la entrega en adopción— de niños. Naturalmente, el síndrome de adopción no se aplica a todas las

66 
 
dobles combinaciones de Escorpión ni siquiera a la mayoría de ellas, pero puesto que se aplica a Escorpión
con mucha más frecuencia que a otras parejas, vale la pena mencionarlo aquí. Como los Escorpión tienden a
pensar que es una gran virtud preservar el secreto de los asuntos personales, es necesario recordarles que los
niños merecen tener voz en la cuestión, sobre todo después de que se han convertido en adultos. En la
mayoría de los casos, la tendencia de Escorpión a guardar secretos, a salvaguardar la absoluta intimidad de las
cosas privadas, es una cualidad positiva. En este caso específico, es una cualidad negativa, y éste es un
momento oportuno —y un buen recurso— para recordarles a los regidos por Plutón que hay circunstancias en
que la franqueza total debe tener prioridad sobre la 'tendencia innata de Escorpión a ser discreto. En la Tierra
hay pocos actos más hermosos y meritorios que la adopción, que el hecho de acoger a un hijo sin padres en el
seno del corazón, para cuidarlo y amarlo. Es posible que el niño no valore el cariño desinteresado que influyó
en el acto de su adopción, cuando tenga edad suficiente para comprender las emociones humanas. Pero el
hecho de engañar a un niño para proteger los sentimientos y la intimidad de los adultos, es una triste mácula
sobre la belleza y la benevolencia de la decisión original. Ruego que todos los signos solares que lean este
capítulo, y no sólo los Escorpión entiendan la veracidad de este aserto. Porque es hora de que termine esta

ki
injusticia... y de que todos levantemos nuestra voz sinceramente respecto de una restricción a la libertad
humana que ha podido subsistir durante demasiado tiempo bajo el amparo de los tribunales.

Además de regir el nacimiento y la adopción, Plutón rige la muerte, o lo que nosotros llamamos
muerte: la transición a otro plano de conciencia, o el desplazamiento de una envoltura carnal a otra. Un
capítulo escrito para revelar las áreas de armonía y discordia entre amantes y consortes puede parecer un lugar
extraño para abordar el tema de la muerte. No, cuando los amantes o consortes son ambos Escorpión.
Entonces es un tema natural. A menudo es, en verdad, precisamente lo que los hace converger, o lo que, si no

u
los hace converger, forja un profundo vínculo entre este hombre y esta mujer. Es posible que compartan ideas
muy singulares sobre el tema de la muerte, que otros han considerado extravagantes, y que los han hecho
sentirse solos e inseguros... hasta que encontraron comprensión el uno en el otro. Quizás ambos han sufrido
las hondas cicatrices de una gran aflicción (o de más de una) en la infancia o la juventud. Es posible que
cuando se conozcan uno de ellos ya haya estado casado y haya quedado viudo (o viuda). Es posible que uno
de ellos haya estado a punto de morir, alguna vez, y que piense que «resucitó» con algún fin aún no
descifrado. De alguna manera, en algún momento, la muerte, con sus aspectos positivos y negativos, ejercerá
an
una influencia poderosa sobre su relación, en condiciones inusitadas.

En todas las asociaciones de la configuración de signos solares 1-1, y especialmente en ésta, el amor tiene
una dimensión adicional: el júbilo inexplicable de encontrar otro ser tan parecido a uno mismo que es casi
innecesario aclararle cosas que otras personas han considerado excéntricas o demenciales durante tanto
tiempo. Alguien que entiende. Alguien que ve... ¡y sabe! Estos momentos intemporales de alegría son raros.
La cálida sensación de «por fin estoy de nuevo en casa» que se experimenta cuando este hombre y esta mujer
identifican sus personalidades secretas detrás de sus respectivas miradas es algo hermoso, un don digno de
ser atesorado, que pueden tributarse el uno al otro.
Plutón también gobierna, en astrología, los misterios más recónditos de la religión y la reencarnación.
Como todos los Escorpión son regidos por este planeta silencioso, poderoso, muchos hombres y mujeres
Escorpión experimentan, mediante el amor, un esclarecimiento inusitado en el campo de la reencarnación o
M

de otras variantes religiosas. Generalmente hay alguna faceta de lo místico, lo espiritual o lo oculto,
entretejida con los hilos de su lazo emocional.

La religión introduce naturalmente (a los Escorpión) en el tema del sexo. Los lectores de otros signos solares
tal vez se preguntarán cuál puede ser el vínculo entre el sexo y la religión. Estos dos no se formularán
semejante pregunta. Porque, para ellos, la expresión física de su amor está circundada por un matiz
obsesionante e indefinible, que quizá se les escapa en el plano consciente, pero que magnetiza misteriosa y
maravillosamente sus almas y sus mentes hasta generar una rara y melodiosa armonía con la unidad, que sólo
experimentan muy pocos hombres y mujeres. Su sensibilidad mutua y las profundas reservas de necesidad
que poseen ambos, determinan que su unión física sea una fuente extraordinaria de satisfacción para ambos.
Por supuesto, si existen aspectos negativos entre el Sol y la Luna, y otros planetas, de sus respectivas
natividades, la compatibilidad, sexual entre estos dos puede no ser tan extática. El poderoso Plutón puede
generar problemas extremos como los de la frigidez, la impotencia... o la promiscuidad. Pero d sexo, en
todos sus aspectos puros e impuros, forma parte, inseparablemente, de la esencia del Escorpión. Por tanto,

67 
 
desempeñará un papel nada desdeñable en la relación de las dos Águilas.

Una de las peores amenazas que se ciernen sobre la dicha de dos Escorpión reside en la tendencia del uno y
el otro a vengarse cuando lo hieren... o peor aún, a ocultarle al otro sus verdaderos sentimientos por falso
orgullo y por renuencia a revelar los puntos vulnerables. Esto es lamentable, porque sólo desemboca en una
serie de malentendidos, como un círculo vicioso que no lleva a ninguna parte. O puede suceder que el dolor
rompa el círculo, y los impulse a buscar caminos distintos, sin siquiera insinuarse recíprocamente sus
respectivas necesidades y deseos de reconciliación.
Es posible entonces que el Águila y su dama de Plutón repriman todos sus anhelos dentro de sí mismos,
durante semanas, meses o incluso años, cuando bastaría que enfrentasen juntos la verdad. En cambio, guardan
su secreto, y sólo platican astralmente, lo cual dista mucho de ser satisfactorio, comunicándose
silenciosamente...

los objetos irregulares que conservo

ki
y que guardan el olor y el tacto de nosotros...

una carterita arrugada de fósforos de la pizzería unas flores marchitas


recogidas frente a la puerta
por donde no pudiste pasar

una rama blanqueada y retorcida


que el mar depositó en ese tramo de playa donde dijiste por

u primera vez que te sentías solo

y la sorpresa me hizo llorar

la llave de una habitación de hotel


metida dentro de un sobre de billetes de avión
an
...supongo que tú guardaste el verso del ave y el recuerdo de mi
última sonrisa...

ocupan muy poco espacio en tu álbum de recortes.

Ahora bien, ¿no os parece una escena triste e innecesaria? Dos Águilas, pegoteando su amor en un álbum de
recuerdos, cuando deberían estar intercambiándolo entre ellas... con el espíritu de regeneración y renacimiento
que representa el Fénix que se eleva de sus propias cenizas... y que es la octava superior del símbolo
astrológico del signo solar de Escorpión.

La plácida máscara de indiferencia de Plutón no es un medio infalible de defensa contra el dolor, como
imaginan ella y él. Dicha máscara puede transformar, para ambos, el día de San Valentín en una terrorífica
M

Víspera de Todos los Santos. Detrás de la pose de «no me preocupa en absoluto» que adopta Escorpión se
oculta el miedo al rechazo y el desaire. Pero yo tengo reservada una pregunta para estos dos amantes
vehementemente emocionales. ¿Si no podéis abriros vuestro corazón el uno al otro, a quién podéis abrírselo?
De alguna manera, algún día, deberéis confiar en alguien. Y nadie tratará vuestro secreto con más ternura, ni
lo guardará con más lealtad, que un Escorpión... como vosotros.
En esta relación, como en toda otra, acecha el número habitual de peligros ocultos. Tratándose de
estos dos Escorpión, dichos peligros pueden asociarse de alguna manera con la infidelidad (a la que los
regidos por Plutón sólo recurren en situaciones de aflicción y confusión exacerbadas)... con la hipnosis, el
control de la mente, el alcohol, las drogas... y las facetas negativas de lo oculto.

Ambos son con frecuencia innecesariamente recelosos, problema éste que sólo se puede eliminar mediante un
intercambio de sinceridad total. Ambos también son un poco egoístas... y más que un poco violentos, apenas
por debajo de la superficie. En la vibración de amor Escorpión-Escorpión, estas características se magnifican,
pero también se magnifican el coraje, la estabilidad, la afabilidad y el espíritu protector del Escorpión.

68 
 
Si ambos realizan un esfuerzo consciente encaminado a controlar las cualidades negativas de sus caracteres y
personalidades, y a reforzar las positivas, podrán comunicarse sus deseos el uno al otro, en lugar de
impetrárselos a una estrella o a la Luna nueva… y podrán conseguir que todos sus sueños se conviertan en
realidad.

La clemencia es la clave mágica para solucionar todas las dificultades de Escorpión. Si consiguen dominar
esta virtud, que es la mayor de todas (pues las otras no valen nada sin ella), su amor perdurará tanto como
debería perdurar todo amor: eternamente y un día más.

Será importante que ambos recuerden esto: Él no es tan autónomo, aplomado y dueño de sus emociones
como simula ser. Ella tampoco es tan huraña e impasible como indica su silencio... como su indiferencia la
haría parecer. Es muy engorroso usar una máscara. Quizá sea necesario en público, pero cuando estás en
brazos de la persona amada, es hora de que te quites el rostro ficticio y las gafas de sol que usas para aparen-
tar... es hora de que seas sencillamente tú mismo. Esto es lo que significa realmente el amor, ¿sabes? Aceptar

ki
a otra persona, con todas sus imperfecciones. En verdad, a veces las imperfecciones de la persona amada
hacen que la ames todavía más, porque representan justamente lo familiar, lo íntimo... los defectos secretos
que sólo revelamos a alguien que nos inspira confianza... a alguien que no se reirá de ellos ni los juzgará.
Cuando el hombre Escorpión y la mujer Escorpión han reñido, y cada uno de ellos anhela secretamente
otra oportunidad, para regenerar el amor que los une, la situación puede ser muy triste, porque ninguno de los
dos se atreve a tomar la iniciativa, a decir: «Siento haberte lastimado». O, «Por favor, vuelve».
Curiosamente, ninguno de los dos sabe hacerlo. Han practicado la autonomía durante demasiado tiempo con
el resto del mundo, sin admitir nunca su dependencia. Tal vez la sabiduría de una criatura los ayudará.

u
Erase que se era, en 1975, una niñita Escorpión que entonces tenía ocho años y que ahora vive en Falls
Village, Connecticut. Esta niña se enamoró de un chico Escorpión pocos años mayor que ella, que ahora
vive en Nueva York. Ciñéndose al esquema de Plutón, la «relación amorosa» entre estas dos jóvenes
Águilas fue ensombrecida por las muertes accidentales y consecutivas de cuatro de los queridos perros de la
niñita Escorpión en el breve lapso de un año.
Durante meses, la pequeña Águila luchó con sus sentimientos y con su natural renuencia de Escorpión a
an
revelarlos... por temor al rechazo o al escarnio. Finalmente, después de muchas dolorosas introspecciones
triunfó el amor, en un arrebato de coraje emocional. La niña se sentó y le escribió una carta al chico
Escorpión. En el típico estilo de Plutón, era concisa, directa y atinada. Sin derroche de palabras.
Les he solicitado autorización a ella y a él para compartirla con los amantes Escorpión de todo el
mundo... y con una conmovedora y hermosa victoria sobre el sentimiento innato de intimidad personal,
propio de su signo solar, me la han concedido. Ambos dijeron que no les molestaba, y que esperaban que
las Águilas adultas la utilicen como guía cuando sientan que dentro de sus corazones hay un peso que
podría hacerlos estallar si no encontrasen la forma de desahogarlo.
Aquí está, pues, la carta, una auténtica comunicación veraz y valerosa, de Escorpión a Escorpión transcrita
literalmente, con su ortografía original.

Querido Mike:
Esta será una nota breve... porque es una nota breve.
M

Algunos amigos míos piensan que soy una tonta porque me gustas. Pero esto no me hará desistir de amarte. Me
gustas porqe los dos cremos en las adas, los elfos y los druidas... ¡y porqe los dos cremos en la majia y el TERCER
OJO! Zupongo que esto sinifica que nos amamos, ¿no es cierto?

Suzanne Chinatti

69 
 
ESCORPIÓN SAGITARIO
Agua - Fijo - Negativo Regido por Júpiter

Regido por Plutón Fuego Mutable – Positivo


-

Símbolos: el Escorpión y el Águila Símbolos: el Arquero y el Centauro

Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas diurnas – Masculino

ki
La relación ESCORPIÓN-SAGITARIO

u Todos miran fijamente al frente, pero ninguno sospecha que el peligro puede estar
aproximándose furtivamente por atrás.

Todo lo relacionado con Sagitario es siempre franco, cordial y directo. Todo lo relacionado con Escorpión es
a veces franco, cordial y directo... en la superficie. Por favor, no impugnéis a la astrología. (¿Oís el bullicio de
an
todos esos Arqueros que se aprestan a armar pendencia? Preguntas, preguntas, preguntas.) Sí, Arqueros, hay
en verdad muchos Escorpiones a los que se puede describir, igual que a vosotros, como individuos cordiales,
espabilados, simpáticos y francos, os deis cuenta o no de ello. Escorpiones como, digamos, Harold Hern,
Dolores Simon, Steve Cook, Kathleen Hyde, Arthur Klebanoff, Lydia Link, Roger Good, Buz Wyeth y Bob
Henson. ¿No estáis convencidos porque nunca habéis conocido a estas Águilas? Bueno, yo sí las he
conocido... ¿no podéis aceptar mi palabra? No, los Sagitario nunca aceptan la palabra de nadie, en ningún
contexto, hasta que se les han agotado las preguntas. Supongo que sencillamente tendremos que dedicar
tiempo a probar estos asertos, así que será mejor que empecemos ahora mismo, para tener un poco de paz.

Muy bien, Arqueros, pensad en las siguientes personas, algunas de las cuales viven, en tanto que
otras ya no están aquí, si bien todas os resultarán muy conocidas... y todas ellas son signos solares Escorpión:
Vivien Leigh (alias Scarlett O'Hara, una Escorpión interpretando a una ariana)... Richard Burton (intérprete de
Shakespeare y a veces Villano de Peck)... el jovial presidente Teddy Roosevelt (no Franklin, que era
M

Acuario)...

María Antonieta... el príncipe Carlos de Inglaterra... la princesa Grace de Mónaco, cuyo primitivo nombre era
Grace Kelly... y la actriz Katherine Hepburn. ¿Queréis alegar que todos estos hombres y mujeres Escorpión
específicos no irradian inmediatamente una imagen de franca cordialidad? ¿No aceptáis que todos ellos
pueden ser descritos como espabilados y simpáticos —a veces— y que podrían ser catalogados como
individuos francos, honestos y extrovertidos? No oigo objeciones. En las graderías de Sagitario reina un
súbito silencio. Ni una palabra, ni siquiera de los Arqueros Don Gambrill, Marvin Cook, Michel D'Brenovic,
David Susskind o William Buckley, Jr. Espero que sea el silencio del asentimiento, ¿eh? Excelente. Cuando
los Sagitario enmudecen (sobre todo los dos últimos), la lógica y el vigor intelectual han obtenido, sin duda,
una gran victoria.

Ahora que he probado la validez de mi mensaje astrológico, y que he acallado a los Arqueros disidentes,

70 
 
podemos continuar nuestro análisis de compatibilidades, sin que nos fastidien ni nos interrumpan. Es muy
cierto que muchos Escorpión comparten (superficialmente) la espabilada, simpática, extrovertida y cordial
franqueza de los Sagitario. La diferencia consiste en que, cuando se trata de Sagitario, «Lo que ves es lo que
ganas», en tanto que, cuando se trata de Escorpión, lo que ves es categóricamente lo que no vas a ganar.
Jamás.
Es difícil decir con exactitud qué es lo que sí vais a ganar. Esto varía, y depende. Pero podéis estar
seguros de que no será lo que esperáis, o lo que la personalidad exterior del Escorpión puede induciros a
creer que será. Todo hombre, mujer o niño regido por Plutón usa una máscara. Todos los días son la Víspera
de Todos los Santos. Ora los Escorpión. Estas gentes reproducen con sus amigos, socios, parientes, amantes
y consortes las travesuras de la Víspera de Todos los Santos. Cuando les hacéis una mala jugada (por
ejemplo, cuando os escondéis en casa con las luces apagadas, y simuláis estar ausentes), o cuando sois
culpables de algún otro agravio semejante que puede justificar la cólera del Águila, la represalia que se toma
a cambio puede ser relativamente inofensiva. Tal vez os desinfla los neumáticos para que os encontréis con
cuatro ruedas en llantas en una mañana nevada cuando vais a llegar tarde a la escuela, la oficina o el

ki
aeropuerto, o esconde cuidadosamente el secador de pelo que os negasteis a prestarle de manera que tardáis
una semana en encontrarlo. O su venganza puede ser un poco más cruel, como cuando os echan del empleo
en el momento en que menos lo esperáis, o cuando os encontráis con que os deniegan inexplicablemente un
crédito bancario, o cuando os cancelan sin motivo la tarjeta de la biblioteca. Hasta llegar a la más
escalofriante y temible de todas las venganzas de Plutón: caer víctima de un hechizo que os hace totalmente
invisibles para los ojos del Águila. Ésta no nos ve ni os oye. El Escorpión herido (o encolerizado, que es lo
mismo), pasará sencilla y fríamente a vuestro lado, como si fuerais una valla de madera, la piel desechada de
un pomelo, un cubo de basura vacío (vacío y no lleno), un poste de teléfono que se empina indefenso, con la

u
sensación de tener siete metros de altura, flaco, solitario y erizado de astillas... o un insecto diminuto, como
una hormiga, tan pequeño e insignificante que corre peligro de que alguien lo aplaste bajo su bota
descomunal. (¿Adivináis a quién pertenece la bota?)
Ésta es una idea general de lo que tiene de negativo el hecho de no recibir precisamente lo que veis de
Escorpión. También hay un lado positivo y feliz, y el Sagitario que se mezcla con un Águila en esta
configuración de signos solares 2-12 puede hacerse acreedor a la parte positiva o a la negativa. Pero antes de
an
describir lo que tienen de positivo las vislumbres sorprendentes ocultas detrás de estas máscaras de Plutón,
ocupémonos por un momento de Sagitario.

Los Arqueros nunca se acercan sigilosamente a Escorpión desde atrás, como las Águilas se lo hacen a
ellos. Sagitario no tiene nada de furtivo. Es suficientemente honesto como para matarte de frente
(simbólicamente, se entiende), delante de cualquiera que esté por casualidad allí... o pasando de largo.
Sagitario no le clavará a Escorpión el aguijón de un acto de venganza. El aguijón será verbal. Estentóreo. Y
claro. Enfático y contundente. Muy contundente. (O sincero, franco, veraz... podéis elegir el término que más
os plazca.) Como Escorpión es capaz de perpetrar actos muy aviesos cuando ha sido herido o menoscabado o
lastimado de alguna manera, emocional o financieramente, y como Sagitario sólo pica con palabras, podría
parecer que, en última instancia, los Arqueros son realmente los menos peligrosos. Esto es lo que podría
parecer, pero no es necesariamente lo cierto. Porque, veréis, el Escorpión sólo toma represalias mediante esa
técnica de Plutón cuando Sagitario lo ha hecho víctima de un procedimiento negativo, en tanto que el Arquero
puede dispararle al Águila esas flechas verbales lacerantes, quemantes, dolorosas, sin la menor justificación.
M

No tiene por qué haber una causa. En verdad, cuanto más dichoso se sienta el (o la) Sagitario, tanto más
probable es que apunte con su arco y dispare. Cuanto más espabilados y alegres se sienten los Arqueros, tanto
más propensos son a sentirse cordiales y locuaces... gregarios, por así decir.
Es posible que los Sagitario no se aproximen por la espalda, pero quizás Escorpión preferiría que
procedieran así. Sería menos público. No siempre, pero sí en general, los dardos zumbantes del Arquero son
bienintencionados, y rara vez llevan el propósito de herir. Pero a pesar de ello, hieren. Cuando Sagitario le
dice al Águila, delante de un grupo de personas, entre las que se cuenta la esposa del Águila en cuestión:
«¡Eh! Repíteles a todos la historia que me contaste acerca de aquella vez en que tu vieja amiguita se presentó
en tu despacho, el mes pasado, y te provocó para que la llevaras a cenar», el Arquero no procede con malicia,
sino que sólo desea compartir con sus amigos una anécdota hilarante. El desenlace de la historia consiste en
que el Escorpión no llevó a su antigua amiguita a cenar, pero es posible que su esposa se retire de la fiesta,
sola, antes de que él pueda explicarlo. Para el Arquero no es tan traumático soportar la travesura del
Escorpión que le ha desinflado las cuatro ruedas, como lo es para éste tener que enfrentarse más tarde en casa
con su esposa, después de haber sido víctima de un Sagitario juguetón, inocente e inofensivo. Por supuesto, la
cosa no terminará allí. Al día siguiente, el pobre Sagitario se convertirá en un insecto, en un poste de teléfono

71 
 
astillado, en una piel de pomelo, o en lo que sea, para el Águila ofendida. Sólo el cielo sabe por cuánto
tiempo. Probablemente hasta que Escorpión piense que Sagitario ha sufrido suficientemente por sus pecados,
y éste puede ser un lapso muy prolongado, que depende de la magnitud de la falta.

Os daré otro ejemplo en este contexto. Se trata de un hecho que sucedió en la vida real. Un Arquero y un
Águila que conozco estaban cenando en Vince Sardi's, en Nueva York. en el otoño de 1975, después de haber
asistido a una función de teatro. El Águila había engordado recientemente unos kilos, no demasiados, quizá
tres o cinco, y no se notaba mucho, pero estaba muy susceptible. (Los Escorpión son muy susceptibles
respecto de todo.) Sagitario se levantó de la mesa que compartían y empezó a retozar alegremente por todo el
salón, saludando a sus amigos... y al cabo de pocos minutos el Arquero le gritó jocosamente a Escorpión, de
un extremo al otro del atestado comedor: «¡No pidas uno de esos helados de chocolate con crema batida!
¡Recuerda cuántos kilos debes perder!».
Un súbito silencio cayó sobre los comensales. El Escorpión era un hombre famoso que todos conocían

ki
personalmente o por su reputación. Pasaron aproximadamente diez segundos de reloj. Entonces el Águila le
gritó a su amigo Sagitario a través del salón, con su voz profunda y potente: « ¿Debo decirle al camarero que
cargue ambas consumiciones en mi cuenta, pues a ti te han cortado el crédito hasta que pagues tu deuda?».
Todas las miradas se volvieron hacia el Arquero sonrojado y humillado. ¡Ah, sí! El lema de Escorpión es:
«Ojo por ojo, diente por diente».

Si bien los Escorpión pueden ser despiadados cuando los han lastimado realmente y se sienten obligados a

u
dar al culpable una lección inolvidable, las Águilas también pueden ser increíblemente leales y ferozmente
protectoras respecto de cualquiera que haya sido bondadoso con ellas. Ésta es otra sorpresa que el Arquero
descubrirá probablemente tras la máscara de Plutón que luce Escorpión: la identidad de un amigo tierno y
cariñoso, capaz de desplegar una vehemente lealtad, que seguirá acompañándolo cuando todos los amigos
interesados hayan ahuecado el ala. El Sagitario que aprenda a controlar su lengua en compañía del Águila,
nunca encontrará un puerto más seguro que el que le brinda Escorpión a la hora de la tormenta. Estas
personas arriesgarán literalmente la vida por una causa noble, o para defender a alguien que estiman de
an
cualquier tipo de daño o peligro.
Pero el Arquero que no puede quedarse quieto. o que no cuenta hasta diez (mejor, hasta veinte) antes de
espetar abiertamente comentarios hirientes que ofenden el aplomo y el amor propio del Escorpión, recibirá la
pena justa. o será expulsado definitivamente del círculo magnético de Escorpión. Cuando un Escorpión se
harta, todo termina. Es el fin. Como nadie puede pronosticar con seguridad o exactitud cuánto hace falta para
empujar al Águila a esta decisión rara pero definitiva, implacable, fría e irreversible, el Sagitario deberá
andarse con tacto y no fiarse demasiado de su suerte. En esto consiste el problema. Los Arqueros siempre se
fían demasiado de su suerte. A menudo obtienen ganancias fabulosas de todo tipo porque se atreven a ir más
allá de lo que aconseja la prudencia. Pero no con Escorpión.
Hay algunos elementos que estos dos tienen en común. Uno, es la necesidad de conocer todas las
respuestas. En el caso de Sagitario, esto se llama «espíritu de indagación». En el de Escorpión se llamaba...
bueno, es sencillamente una necesidad devoradora de saber, una compulsión que lo empuja a sondear lo
enterrado, lo oculto y lo misterioso, a husmear secretos. «Curiosidad» es una palabra demasiado suave. Como
M

ya he dicho en este libro, y en Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su carácter), las Águilas tienen conciencia
de que saber es poder, y andan en pos de todo el poder que están en condiciones de acumular. Los Sagitario
siempre andan formulando preguntas contundentes, incluso groseras, exigen respuestas lógicas, quieren saber
el «porqué» de todo, nunca descansan hasta que los han convencido. Escorpión tiene una política más sutil
para descubrir la verdad, con idéntico fervor pero con un deseo encubierto. Es bastante divertido observar
cómo los dos se esfuerzan por averiguarlo todo el uno respecto del otro. El Arquero está resuelto a arrancar la
máscara protectora de Escorpión y Escorpión no cejará hasta descubrir el último vestigio del carácter íntimo
del Arquero y de sus diversos papeles histriónicos. A los Sagitario les encanta interpretar papeles distintos, de
cuando en cuando, pero sólo por diversión, y no con fines siniestros. Les gustaría hacerte adivinar «¿Quien
soy yo hoy?», pero les entretiene suministrar pistas, y finalmente confiesan qué es lo que se han propuesto
con sus simulaciones.
Tanto Sagitario como Escorpión disfrutan generalmente con la práctica de deportes competitivos, si son
representantes típicos de sus signos solares. En esto se parecen, sobre todo los Arqueros y Águilas varones
(también muchas de las mujeres). En lo que difieren es en la actitud frente a la derrota. Sagitario tiene fama de

72 
 
ser un perdedor admirablemente bueno, normalmente valeroso y optimista, con esperanza de «ganar la
próxima vez». Escorpión es un pésimo perdedor, y frecuentemente dice (casi en serio) que prefiere morir
antes que perder. Para el Águila, el hecho de no ganar es un pecado mortal.

Sobre la asociación de estos dos influye la vibración 2-12, y por tanto es imposible negar que Sagitario
puede darle a Escorpión muchas lecciones de libertad, optimismo, audacia y sinceridad consigo mismo, que al
Águila le disgustará vehementemente aprender. Sin embargo, la situación se suavizará un poco merced a la
tolerancia de la memoria kármica de Sagitario por los defectos y debilidades de Escorpión porque el Arquero
recuerda inconscientemente lo que implicaba abordar la vida con tanta pasión, con tanta sensibilidad, y esta
vez procura evitar semejante carga emocional abrumadora. He aquí la razón por la cual Sagitario es
generalmente despreocupado, disfruta de la vida con más informalidad, se toma el tiempo necesario para dar
algunas volteretas y para ver todo lo que puede del mundo... y por la cual se niega a tomar las cosas realmente
en serio, exceptuando a aquellos escasos Sagitario que se dedican a la vida religiosa (pero pocas veces antes
de completar una búsqueda emocionante). El Sagitario medio tampoco se dejará atar de buen grado, durante

ki
esta encarnación, a los fuegos del hogar (especialmente en su juventud), con las ligaduras del poderoso
sentido del deber y la obligación, típico de Escorpión. Los Sagitario desean vagar montados en el viento,
desean gozar de libertad para responder al llamado de la aventura alucinante. Sin embargo, comprenden
sinceramente la filosofía distinta de Escorpión. De alguna manera, los Arqueros compadecen hondamente a
las Águilas cuyos vuelos son frustrados tan a menudo, o a veces son cancelados, por las responsabilidades, los
temores secretos, y las promesas formuladas que es imposible violar... en aras del honor de Plutón.
Pero los Sagitario no deberían proclamar su compasión en voz alta, con aire de misericordia. Nadie se
atreve a decirle «Me produces pena» a un Escorpión. Ésta es una combinación de Fuego y Agua, y semejante

u
traspié podría generar mucho vapor en la tetera.

Mujer ESCORPIÓN Hombre SAGITARIO


an
Algunos de los héroes más famosos han confesado que, justo antes de arremeter, se sintieron
desalentados. Si a Peter le hubiera ocurrido lo mismo en aquel momento yo lo confesaría...
Pero Peter no experimentó ningún desaliento. Lo único que sintió fue alegría, e hizo
rechinar los dientes con júbilo.

Escorpión es fijo. Sagitario es mutable, y fijo y mutable son palabras con acepciones totalmente distintas. A
Escorpión lo rige el planeta Plutón. a Sagitario lo rige Júpiter. Plutón es reservado y sutil. Júpiter es franco y
expansivo. Escorpión es un signo de Agua. Sagitario es un signo de Fuego. y el agua y el fuego no se mezclan
fácilmente sin la ayuda de algún tipo de catalizador, como una buena dosis de paciencia o tolerancia. ¿Creéis
que alguna de estas dificultades preocupa al Arquero enamorado de una chica Escorpión? Claro que no. Éstos
no son más que desafíos astrológicos. y Sagitario se desayuna con desafíos.
M

Cuanto mayor es el desafío, tanto más brilla el fuego que inflama su mirada de Júpiter.

El desafío de una mujer Escorpión con su magnitud, sus complicaciones, su enigma, su misterio recóndito o
su peligro, no desalentará por cierto al Arquero. Lo fascinará.
Como todo hombre Sagitario, en un período dado de su vida, está entusiasmado con un perro, un caballo,
una carrera, un hobby, un ensueño, un plan de viaje o un programa de estudio (desde la filosofía religiosa
hasta la homeopatía o la numerología), tendrá muchos temas de conversación que le servirán para romper el
hielo en la etapa inicial de su relación con cualquier Escorpión.
A diferencia de muchos hombres, no se sentirá rechazado ni desalentado por la actitud bastante fría de
ella respecto de los extraños. No se sentirá rechazado, porque lo excita la posibilidad de emplear su simpatía
y su persuasión y su lógica y su jovialidad para producir un aumento de unos grados en la fría temperatura de
ella... y no se sentirá desalentado porque es casi imposible que los Sagitario sufran el dolor de un rechazo.
Sobre todo porque no interpretan los insultos como tales. Piensan que su interlocutor se limita a ser sincero,
como a ellos les gusta ser, ¿y quiénes son ellos para objetar que los demás hagan el mismo tipo de

73 
 
observaciones y comentarios francos que ellos también formulan? Lo cual es inusitadamente honrado de su
parte, y yo diría que se trata de un argumento muy correcto, ¿no os parece? Es difícil pinchar los globos
jupiterianos de Sagitario, hinchados con el helio del optimismo, benditos sean sus corazones radiantes (y
maldita sea su franqueza brutal). A menos que sufra los efectos de una Luna o ascendente Escorpión,
Capricornio, Tauro, Cáncer o Virgo, no es frecuente que Sagitario cavile durante mucho tiempo acerca de
una desilusión o una crítica. Normalmente, el Arquero se limitará a hacer un ademán de indiferencia, a
arrojar el problema por encima del hombro y a esperar que las cosas mejoren. Es posible que el pronóstico
meteorológico anuncie lluvia, nieve y vendavales para hoy, pero seguramente el día de mañana será soleado,
hermoso y cálido. Cada amanecer le suministra una nueva aurora de ensueños imposibles y una solución
inesperada a viejos problemas.
Admitamos que ésta es una filosofía que la mujer Escorpión podría imitar con gran provecho. Cambiemos
el «admitamos» por un «categóricamente». Si ella escucha un pronóstico meteorológico de buen tiempo,
tiende a sospechar secretamente que el meteorólogo intenta engatusarla deliberadamente para hacerla salir de
picnic, con el solo fin de poder reírse de ella cuando la pille un diluvio y se le empape la ensalada de patatas.

ki
Así es la naturaleza humana, se dice en silencio cómo puedes pecar por exceso de precaución. No siempre
puedes fiarte de que la gente es lo que parece ser, o de que cumplirá las promesas que formula. Ya veis cómo
su talante prudente y mundano y su naturaleza recelosa pueden chocar periódicamente con los colores
aurales de la ingenuidad y la confianza ciega del Arquero.
Ella se equivoca al sospechar que este hombre no es lo que aparenta ser. Oh, es posible que se unte
simbólicamente con algunos afeites, de cuando en cuando, que se coloque una nariz de masilla, que se
disfrace de payaso o que imagine que está interpretando un papel como el de Hamlet o el de Jimmy Stewart
en Harvey (incluso es posible que represente el papel del Conejo), pero éstas no son más que simulaciones
inocentes en las que incurre porque lleva una dosis de histrionismo en la sangre. Generalmente, disfruta como

u
un niño cuando alguien adivina el papel que representa, como en el juego de las veinte preguntas. Cualquiera
con una sensibilidad normal, y sobre todo una mujer Escorpión con su tipo de perspicacia, identifica
fácilmente la efímera y temporal máscara de tragicomedia que el Arquero usa fugazmente. No, este hombre
no la engañará deliberadamente. Dios sabe que no le mentirá (en verdad, es posible que ella desee que él sí le
mienta periódicamente, para atemperar un poco los golpes y embotar los filos).
Probablemente los defectos de él que puedan causarle aflicción o preocupaciones a la dama Escorpión estarán
an
pintados en su rostro con vivos colores cuando lo conozca, o, en el peor de los casos, estarán
transparentemente ocultos apenas por debajo de su alegre sonrisa, de modo que ella podrá verlos claramente
con su mirada de rayos X. Los defectos y puntos débiles del hombre Sagitario, lo mismo que sus virtudes y
puntos fuertes, casi parecen hacerte .señas, después de unas pocas horas de conversación diciendo: «¡Hola!
¿Me reconoces?», sin ningún temor de que alguien pueda desaprobarlos. ¿Cómo es posible que alguien
desapruebe unos pocos defectos insignificantes? ¿Acaso no los tienen todos, hasta cierto punto? Sí, todos los
tienen, hasta cierto punto. Gracias a Sagitario, siempre comprendemos esta gran verdad. Si la humanidad no
hubiera sido agraciada (¿agraciada?) con la presencia de los Sagitario (y los Virgo), la mayoría de nosotros
seguiríamos ignorando beatíficamente que, de cuando en cuando, no estamos a la altura de los ángeles.

Uno de los defectos del Arquero que tal vez gritará «¡Hola!» a la mujer Escorpión cuando ésta lo vea por
primera vez, consiste en que es gregario con las chicas. Le gustan las mujeres. (También le gustan los
hombres.) Le gusta la gente. Le gusta jugar con los demás al tenis, al fútbol, al balón volea, al baloncesto
M

(cualquiera que sea el sexo de sus adversarios: no es exigente ni practica discriminaciones)... le gusta
intercambiar ideas con los demás... ir con ellos al teatro y al cine... discutir con ellos... interrogarlos sobre
todo tipo de asuntos... y sencillamente confraternizar y coexistir con ellos. Es posible que a ella le fastidie el
componente femenino, y que tampoco la ponga eufórica el componente masculino, porque lo mantiene
alejado durante un lapso más prolongado que el que ella juzga ideal. Esta mujer es más que un poco celosa y
posesiva (y desconfiada), pero no podrá alimentar la esperanza de retener el amor de su hombre Sagitario si
no lo autoriza alegre y confiadamente a retozar con libertad cuando se le antoje. Debe darle mucha cuerda,
aunque puede conformarse con tener la certeza de que al fin es seguro que él la usará para colgarse. Si alguna
vez este hombre siente la tentación de ser infiel, es difícil que lo sea a hurtadillas. Vendrá y se lo dirá a ella, si
es un Sagitario típico, y le dará la oportunidad de reconquistarlo antes de que se vaya a otra parte. Así, por lo
menos ella tendrá el consuelo de saber que «ojos que no ven, corazón que no siente». Mientras él vuelva todas
las noches a casa, la bese todas las mañanas en la nariz, y no le haga confesiones, ella podrá confiar en que su
corazón aún le pertenece... así como todas las otras partes de él, incluida la más importante: su espíritu.
Generalmente, él le pedirá de todos modos que lo acompañe. Prefiere con creces compartir sus
expediciones con una acompañante conocida, en lugar de tener que tomarse el trabajo de buscar a viejos

74 
 
amigos o de deambular con extraños. Si ella se adapta de buen grado a sus tiendas de campaña, a sus mapas
de carreteras y a sus horarios de vuelo, a él le gustará mucho más tenerla a ella a su lado, y no a cualquier otra
persona.
Por supuesto, el compromiso no puede ser totalmente unilateral. No es así como funcionan los compromisos.
Él también tendrá que ceder unos palmos, si quiere ser el orgulloso poseedor de la profunda devoción y el
emocionante misterio de una mujer Escorpión. Ella admira inmensamente su franqueza, pero es super-ultra-
sensible, y sus comentarios descuidados, desconsiderados, herirán su corazón inesperadamente vulnerable
más de lo que él jamás podrá imaginar, porque esta mujer calla su dolor más hondo, lo guarda dentro de sí,
donde no se ve. Soportará su martirio en silencio durante mucho, mucho tiempo. Ésta es la primera etapa de
Plutón. Le sigue la segunda etapa, cuando él puede esperar (pero el problema consiste en que no la espera) la
picadura lacerante de la represalia de Escorpión. Es imposible prever qué forma asumirá, pero cualquiera que
sea la forma, él puede estar seguro de que le hará errar algunas flechas, y tal vez descubra que su arco de
verdades ha quedado maltrecho durante un tiempo. La etapa final, si él no despierta y aprende a valorar el raro
amor de esta mujer, que no crece en todos los árboles, y si no aprende a apreciar su lealtad y sus estímulos

ki
emocionales multidimensionales... consiste en que ella lo abandonará. Y no volverá. Una vez que Escorpión
toma una decisión, no se retracta casi nunca, si es que se retracta alguna vez.

Es el producto de tantos padecimientos del alma, que ya no puede desecharla a la ligera. El hombre Sagitario
es, por naturaleza, un poco impulsivo y descuidado. pero perder lo que podría haber sido un amor perdurable
implica una negligencia imperdonable. Basta un poco más de ternura, un poco más de consideración para con
los sentimientos de ella... y lo perdido se puede hallar.
Sus actitudes sexuales son muy diferentes, pero no incompatibles. Él hace el amor de una

u
manera apasionada, pero con igual frecuencia conmovedora y extrañamente ingenua e
idealista. Ella lo hace de una manera devoradora, concentrada... y en ciertos momentos
mágicos y memorables, recónditamente profunda. No es necesaria la astrología para
interpretar esto como una oportunidad muy concreta para que dos personas encuentren
la forma de amalgamar sus necesidades físicas en una experiencia conjunta profundamente satisfactoria. Un
área posible de tensión puede residir en la tendencia de ella
venerar el acto amoroso como algo sagrado, silencioso. Como un tácito éxtasis compartido. Es posible que él
a
an
aproveche a veces el trance de intimidad para decir algo que estaba
en su mente, y no se le ocurre pensar que ese podría ser un mal momento para decirlo.
Aunque él come, tal desliz raramente, esto ya es demasiado. Entonces es posible que
ella utilice la contigüidad del acto amoroso para tomarse la revancha por algo ofensivo
que él ha dicho o hecho antes, con una frialdad e indiferencia deliberadas respecto de sus
abrazos, con un comportamiento pasivo que extingue completamente el deseo fogoso de
él, mediante la aptitud del elemento Agua de ella para sofocar los sentimientos de él y
ahogar sus emociones. Este peligro existe siempre cuando se trata de un signo de Fuego y
ambos un signo de Agua, en todas las áreas de adaptación y no sólo en la sexual... pero ambos deberían
sentirse particularmente avergonzados de tratarse el uno al otro con algo que no sea ternura, cuando sus
corazones v sus cuerpos tratan de manifestar el milagro de la unidad que es el amor.
M

Como este hombre y esta mujer, lo comprendan o no, están influidos por la configuración de signos solares 2-
12, la Escorpión intuirá que él sabe cosas que ella necesita aprender, y el Arquero será más tolerante de lo que
cabría esperar con la personalidad distinta de ella, en razón de sus recuerdos kármicos de la esencia de
Escorpión. Si él utiliza esta tolerancia, que está a la expectativa para aflorar de su inconsciente cuando él la
convoque... y si ella acepta de buen grado que él tiene algo que enseñarle (por ejemplo, que el miedo y el
recelo son absurdos, que estas emociones estimulan la manifestación de la desdicha... y que la emoción, el
entusiasmo y el optimismo son afirmaciones poderosas capaces de -materializar los sueños trocándolos en
realidad)... conseguirán que su relación se desarrolle mansa y armoniosamente: Mucho dependerá del aspecto
favorable o desfavorable de las luminarias de sus horóscopos.
Deberán ponerse de acuerdo desde el principio en que huirán del tema del dinero como de la peste
medieval. Afortunadamente, si él es un Sagitario típico, no le importará en absoluto que ella quiera seguir una
carrera para salvaguardar su independencia. Éste es uno de sus rasgos más atractivos: su buena predisposición
para conceder libertad de expresión a la mujer que ama, sin ahogar su individualidad, que fue la que
inicialmente lo hizo enamorarse de ella. Pero como él es propenso al despilfarro, y ella a la economía, deberán
tener cuentas corrientes separadas, y no deberán formularse preguntas el uno al otro respecto de sus entradas y

75 
 
salidas.
Si él valora el amor de ella, nunca se despreocupará de sus sentimientos. No obstante toda su dulzura, su
aplomo y serenidad aparentes, a veces, cuando ella está más callada, el volcán que lleva dentro está más
activo. Sus emociones secretas son poderosas. Pueden inducirla a la furia arrolladora o a la venganza fría y
premeditada... pero también le suministran la capacidad de experimentar una lealtad perdurable que lo
proyectará a él hacia los cielos más sublimes que sueña alcanzar, siempre que tenga la consideración
suficiente para tratar su corazón con ternura y para «no decir nada malo», como el mono sabio.

En cuanto a ella, deberá atesorar su amor sincero, veraz, y no deberá sofocarlo con sospechas y
acusaciones. Nunca deberá quebrantar su espíritu, porque es en éste donde nacen primero, y se nutren
después, sus ensueños celestiales, su optimismo dorado y su rutilante idealismo jupiteriano. Cuando su
espíritu está quebrantado, ya no puede enfilar correctamente sus flechas, y se convierte en un Robin Hood
extraviado, infeliz, que deambula por el bosque de Sherwood sin una visión a su hombre. Qué pensamiento
triste. ¿Acaso la Doncella Marian habría tratado con tanta crueldad a su Arquero valeroso y anhelante? Claro

ki
que no.

Hombre ESCORPIÓN Mujer SAGITARIO

u Este temor le hizo olvidar los que deberían ser los sentimientos de Peter, y ella le dijo con
bastante acritud:
—Peter, ¿quieres tomar las medidas necesarias?
—Si tú lo deseas —respondió él, tan fríamente como si ella le hubiera pedido que le pasase
las nueces.
an
Una vez observé y escuché involuntariamente un encuentro entre una chica Arquero y un hombre con
ascendente Escorpión. Cuando los presentaron, ella tenía más o menos dieciocho años, y creía, típicamente,
que permanecería para siempre en esa casilla cronológica. Él era circunspecto e inteligente, y quizás unas tres
décadas mayor que ella. Un hombre reservado, de aspecto distinguido, con gafas, con una calva incipiente.
Cuando los presentaron, se mostró muy afable y cortés con ella, pero poco después, ella se volvió hacia su
acompañante y le susurró: «Este hombre es la prueba concreta de que existe la vida después de la muerte, ¿no
crees?». A continuación lanzó una carcajada, para festejar su propio ingenio.
A menudo la astrología asume un enfoque divertido, tolerante, de la aptitud de Sagitario para matar con
una palabra, pero hay momentos en que la franqueza de un Arquero traspone los límites de la sensibilidad y el
buen gusto, y en que no se la puede describir como nada menos que una prueba de crueldad inhumana e
indecente. De cuando en cuando, estos Arqueros necesitan a su vez una bofetada de franqueza. Una enérgica
bofetada.
M

La mujer Sagitario que traspone los límites del buen gusto con un hombre Escorpión descubrirá que su
romance tiene un triste desenlace incluso antes de que esté escrito el primer capítulo.
Afortunadamente, la mayoría de las mujeres Sagitario se cuentan entre aquellas a las que
la regencia de Júpiter les hace esparcir más alegría y refulgencia que dolor. Y este tipo de
Sagitario puede beneficiar realmente al Águila con su dulce personalidad, su conmovedora sinceridad y su
generosidad. Simbolizada por el Centauro (mitad caballo, mitad ser humano), unas veces tropieza torpemente,
y otras entra en la vida de él con paso garboso, haciendo flamear coloridos gallardetes de esperanza y
optimismo. Su contagiosa sonrisa jovial reverbera en los recovecos oscuros del corazón de él como una
canción recordada de un tiempo más dichoso, e ilumina sus sueños sepultados, resucitándolos con la promesa
de una nueva vida. A menos que él le cierre la puerta.

Aunque él parezca exteriormente afable y manso, el Águila es un hombre con muchos accesos de
melancolía y con crisis inexplicables de depresión y desconfianza en sí mismo. Puede destrozar
involuntariamente el corazón de ella cuando se niega a dejarse arrastrar por sus entusiasmos, pues esta chica
curiosa necesita otro ser humano contra el cual hacer rebotar sus burbujas de felicidad que, si no, estallan y

76 
 
desaparecen sencillamente en el aire, precisamente cuando ella piensa que las ha forjado con suficiente
consistencia como para que floten en torno suyo durante un rato, de modo que pueda contemplar cómo
cambian de tono sus vetas irisadas con cada nueva idea excitante. No es muy divertido soplar pompas de
jabón en compañía de alguien que no las perseguirá contigo.
La chica Sagitario necesita viajar mucho y necesita estar rodeada de muchos animalitos domésticos y
personas. Si le niegan un cambio frecuente de escena, o la compañía animal y humana, se convierte en una
mujer inquieta, insatisfecha. Nada puede ser más triste que la extroversión de una persona de Júpiter sujeta a
cautiverio. Cuando las circunstancias o restricciones de cualquier tipo retienen o sofocan el entusiasmo y el
espíritu gregario del Arquero, éste se sume en una grave angustia mental y emocional que lleva a la
desesperación, y éste es un peligro muy concreto para los Sagitario. Sagitario debe vivir, literalmente, en una
atmósfera de esperanza y dicha, pues de lo contrario su espíritu morirá, y su salud quedará muy resentida en
todos los planos. Es muy cruel coartar la filosofía cordial y optimista de esta chica.

ki
A diferencia de ella, el hombre Escorpión no es aficionado a las multitudes, aunque generalmente será
bondadoso con los animales, a menos que tenga un aspecto negativo de Júpiter o Neptuno en su natividad.
Necesita largos períodos de soledad y silencio, y tiempo para meditar e internarse en su propio núcleo.
Necesita intimidad. Naturalmente, esto puede generar conflictos entre ellos. Sin embargo, no es un problema
insoluble. (Ningún problema lo es.) Él debe hacer un esfuerzo sincero para controlar sus instintos posesivos y
debe permitir que ella busque las luces radiantes, los cambios de escena y la conversación estimulante que
necesita, en lugar de pretender llevarla sujeta con una traílla, como si ella misma fuera un animalito
doméstico. Las traíllas no les gustan ni siquiera á los cachorros de carne y hueso, y ella se parece mucho a un
cachorrillo afectuoso. Claro que ella se siente más feliz cuando él la acompaña a las reuniones sociales, pero

u
si esto lo ofusca, será mejor que se concedan recíprocamente el derecho a conservar sus anteriores estilos de
vida individuales, sin pensar que deben superponerlos por la fuerza. Él no deberá temer que ella le sea infiel
mientras saca a pasear al perro, mientras cabalga por ahí, mientras corre en pos de los venados con una
cámara o mientras merodea sola por el bosque. Cuando ella está en contacto con la Naturaleza se sume en un
extraño sosiego, y la soledad que él tanto necesita, y que ella misma rechaza, sería tan terapéutica para su
espíritu como lo es para el de él, si ella se lo permitiera. (Como a los Escorpiones les gusta explorar misterios,
an
el Águila podría meditar sobre el empleo de la palabra «naturaleza», como en naturaleza humana: la razón por
la cual se utiliza este término para describir la auténtica esencia íntima de una persona. La contemplación de
los juegos de palabras es muy estimulante para el intelecto.)
En cuanto a otros hombres, no es probable que la Sagitario típica tenga un amorío secreto. Los secretos
son la especialidad de Escorpión, no la de ella. Si alguna vez sintiera que está dejando de quererlo y que se
está enamorando de otro, probablemente le confesará sus sentimientos atormentados antes de que él mismo
sospeche siquiera que algo marcha mal. Como los Escorpión son desconfiados «por naturaleza», y también
inusitadamente sensibles, y lo saben casi todo acerca de todos quienes los rodean aun antes de que lo sepan
los mismos interesados... os daréis cuenta de que ella no perderá nada de tiempo en decirle la verdad. Es una
auténtica hazaña adelantarse a un Escorpión en el contexto de cualquier tipo de conocimiento.

Nada destruirá el amor de la mujer Sagitario más rápidamente que el aburrimiento... en tanto que el Águila
sólo deja de amar después de haber decidido que su compañera ya no es digna de su devoción, porque, por
algún motivo, no está a la altura del ideal que él se ha forjado respecto de su fuerza de carácter. El Escorpión
M

no admira la debilidad, ni a las personas que se dan por vencidas fácilmente. Es posible que compadezca a los
perdedores, pero sólo respeta a los triunfadores.

Por lo menos al principio, estos dos no se aburrirán mientras compartan su intimidad física. En este contexto,
la franqueza de ella puede ser una virtud refulgente: su expresión sexual del amor es tan franca y sincera
como deben ser estos sentimientos... lo cual actúa sobre el Escorpión como un poderoso imán emocional. Él
responderá vehementemente a la pasión fogosa de ella. así como ella responderá con auténtico y halagüeño
interés a las múltiples facetas de la sexualidad siempre un poco esquiva de él, que fluctúa entre el dulce afecto
y ternura, por un lado, y la sexualidad exacerbada, por otro. Pero si las luminarias de sus respectivas cartas
natales están en cuadratura u oposición, es posible que ella formule involuntariamente un comentario crítico
inmediatamente antes, durante o después de su intimidad física, lo cual repercute como un martillazo sobre la
trémula sensibilidad de este hombre. Es posible que él se desquite con una frialdad y una indiferencia súbitas
que le harán sentir a ella que no la aman ni la desean, lo cual generará una escena de reproches lacrimosos,
pues la Sagitario no mantendrá oculta su frustración. En su condición de signo de Fuego, puede sentirse

77 
 
consumida por las llamas torturantes de los celos, y cuando él la agravie con uno de sus accesos de pasividad
sexual, quizá lo acuse coléricamente de estar enamorado de otra. Probablemente no lo está. El sentido del
honor está tan desarrollado en él como el de la sinceridad lo está en ella, y es raro el Escorpión que puede
vivir una mentira.
Si lo discuten, descubrirán la verdadera causa de su tensión, y les sorprenderá comprobar que se trata en
realidad de una herida pequeña, fácil de curar. Ella siempre está dispuesta a discutirlo, pero es posible que él
se enfurruñe y cavile, y que encierre sus sentimientos bajo llave. Es lo peor que puede hacer con esta mujer...
y también es lo peor que puede hacer respecto de la convulsión y la ebullición que guarda dentro, detrás de su
máscara de indiferencia.

Sin embargo, será inútil que hablen de dinero. Que ella disponga del suyo, para sus gastos, y punto final. Si él
desea ahorrar su parte. y atesorarla en una caja de caudales. estupendo. Si ella desea derrochar el suyo,
estupendo. A menos que sus signos lunares y ascendentes limen las aristas de esta área de controversias, todas

ki
las conversaciones del mundo no servirán para hacer confluir sus filosofías económicas divergentes. Ambos
deberán administrar su propio dinero, como lo hacían antes de conocerse.
Cuando riñan por algo y dejen de hablarse durante unas horas, la situación será mucho más difícil para la
gregaria mujer Arquero que para el Águila. Los Escorpión están más o menos habituados a la soledad, y esto
es algo que uno puede sobrellevar, con suficiente práctica. Igualmente, la soledad no es una sensación
agradable, aunque no dure mucho. Generalmente, la mujer Sagitario es muy previsible. Al Águila intuitiva le
resulta fácil pronosticar sus estallidos de cólera, su generosidad y su clemencia impulsivas, sus arranques
filosóficos, de seriedad. Pero ella se siente menos segura respecto de las emociones de él. Lidiar con Plutón es

u
más o menos como llegar a un semáforo en ámbar cuando has estado soñando despierto, y te preguntas si va a
virar al rojo o al verde. Ella nunca podrá sondear cabalmente sus silencios: sus etapas de semáforo en ámbar
siempre la intrigarán, porque él es Agua y ella es Fuego. Pero ésta es una influencia vibratoria 2-12, de modo
que él aprenderá de ella más de lo que confesará jamás, en tanto que ella sentirá nacer eternamente de un
lugar recóndito de su ser una tolerancia inesperada por sus cambios de humor, tolerancia ésta que brota del
pozo profundo de la memoria kármica.
an
Éste es un hombre que sabe materializar las cosas con su voluntad y su imaginación, si las anhela con
suficiente vehemencia. Ésta es una mujer que necesita un objetivo, algo por lo que luchar, algo que esperar
para mañana, dentro de una semana o dentro de un año. Las enormes reservas de fe de ella armonizan
maravillosamente con las enormes reservas de fuerza de voluntad de él, así que juntos, estos dos pueden
conseguir cualquier cosa si la desean con suficiente entusiasmo y suficiente paciencia... incluida la perdurabi-
lidad de su amor recíproco. Entonces todas las luces virarán al verde que autoriza a seguir adelante.

   
M

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ESCORPIÓN CAPRICORNIO
Agua - Fijo - Negativo Tierra - Cardinal - Negativo
Regido por Plutón Regido por Saturno
Símbolos: el Escorpión y el Águila Símbolo: la Cabra
Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas nocturnas - Femenino

La relación ESCORPIÓN-CAPRICORNIO

ki
No dejaron de hacer nada que fuera coherente con la reputación de la tribu.

Ni a Escorpión ni a Capricornio les resulta fácil comunicarse, pero como su asociación está influida por la
configuración de signos solares 3-11, generalmente se sentirán más cómodos cuando conversan juntos que
cuando lo hacen con la mayoría de las otras personas que conocen. Sólo con la otra vibración en sextil de

u
Virgo, y con los signos solares en trígono de Cáncer y Piscis, Escorpión se siente igualmente libre para
manifestar su propia personalidad.
Lo mismo vale para Capricornio, con Piscis, Virgo y Tauro. O con sus propios signos solares en la
configuración vibratoria 1-1.

La mayor parte del tiempo que pasen juntos. Escorpión y Capricornio la dedicarán a discutir sus esperanzas
individuales y mutuas, sus ensueños y deseos, y aunque en general se pondrán de acuerdo sobre la naturaleza
an
de sus objetivos en la vida, es posible que no estén tan de acuerdo sobre los métodos ideales para alcanzarlos.
Ambos desean secretamente que los respeten, ambos aspiran a una forma discreta de poder entre bastidores
sobre su esfera de vida, ya se trate de un hogar, un aula, un comercio o un gobierno (el ex presidente Richard
Nixon es un Capricorniano, el ex vicepresidente Spiro Agnew, un Escorpión. Sin embargo, es posible que la
Cabra deplore la vehemencia interior del Escorpión, interpretándola como un derroche de energía vital, en
tanto que es posible que el Escorpión piense que la Cabra está desprovista de sentimientos y de sensibilidad.
Igualmente, ambos tienen el espíritu práctico suficiente como para considerar que sus métodos de acción
divergentes son en última instancia mucho menos importantes que el triunfo o el fracaso final, y una vez que
resuelven confiar el uno en el otro, pueden combinar sus aptitudes para aumentar las probabilidades de
alcanzar el primero.

Afortunadamente, la Cabra recibirá la picadura vengativa del Escorpión con un poco menos de frecuencia
que el resto de la gente, y estas escasas picaduras le resultarán fáciles de desechar (Capricornio tiende a
M

desechar todo lo que obstaculiza el progreso o consume un tiempo precioso en reacciones emocionales
exageradas), en tanto que es probable que Escorpión entienda las cavilaciones saturninas de Capricornio, y las
soporte con paciencia, porque el Escorpión también suele tener accesos de inexplicable depresión. Este tipo
de comprensión astrológica se manifiesta en los niños de estos signos solares, así como en los adultos. No
siempre, pero casi siempre, los hermanos y hermanas pasan por etapas de lucha competitiva, que oscilan entre
la ligera discrepancia y lo que temporalmente parece ser una franca antipatía. Aunque Escorpión y
Capricornio experimentan sus cuotas de rivalidad fraternal, normalmente encuentran la forma de resolver sus
dificultades antes que los demás, y generalmente terminan defendiéndose el uno al otro contra los extraños. El
mismo esquema aflora entre la Cabra de Capricornio y el Águila de Escorpión en los negocios, la amistad o
las relaciones amorosas. Es posible que su relación no sea uniformemente armoniosa, pero siempre existe una
base para el acuerdo, porque cada uno de ellos entiende inconscientemente la naturaleza interior del otro.
Aunque el Escorpión y la Cabra son personas muy circunspectas. el Escorpión típico suele hablar
considerablemente más en público que el capricorniano. Pero el Escorpión utiliza las palabras como una
cortina de humo, y su locuaciadad es una especie de sucedáneo (o de coraza) que emplea para no decir lo que

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piensa realmente. Los Escorpión son aficionados a toda clase de disfraces, y el hecho de hablar de todo menos
de lo que les interesa verdaderamente no es sino otra de las muchas máscaras que se cala Plutón para engañar
a los no iniciados. Capricornio reconoce y admira esta habilidad, e incluso la envidia, porque la Cabra es
esencialmente tímida. Debajo del barniz de indiferencia social. Escorpión también es tímido, o mejor dicho,
muy reservado en lo que concierne a los sentimientos y emociones privados. Y por tanto, a veces el doloroso
apocamiento de la Cabra conmueve profundamente a Escorpión y no es raro que sea la base inicial de su
simpatía mutua.
Por supuesto, siempre hay que contemplar las excepciones —aquellos Escorpión y capricornianos sobre los
que influyen los elementos de Fuego o Aire a través de los signos lunares o ascendentes de sus horóscopos—,
pero el Escorpión y el capricorniano medios o típicos pondrán mucho más énfasis y afán en la empresa de
progresar en la vida y de garantizar su seguridad personal que en las frivolidades sociales y en las actividades
improductivas. A menudo incluso pondrán demasiado énfasis y afán en ello. Porque no sólo de pan viven el
hombre y la mujer, y estos dos se beneficiarían inmensamente si agregaran no sólo jacintos para el alma sino
también un poco más de poesía y magia a sus vidas. Gracias al don de Saturno (descrito detalladamente en el

ki
capítulo Capricornio-Capricornio), en virtud del cual se invierte el proceso de envejecimiento de la Cabra, a
medida que Escorpión y Capricornio envejecen, el segundo tiende a empujar al primero a una
experimentación más excitante. Uno de los peligros de una asociación estrecha y prolongada entre estos dos
signos solares consiste en que podrían atascarse en la rutina repetitiva de un estilo de vida monótono, hasta
que Capricornio experimente la necesidad de sacudir los talones, y arrastre al Águila para hacerla bailar al son
de una música más audaz... empleando el mismo tipo de persuasión que Escorpión utilizó con Capricornio en
el comienzo de la relación. Más o menos como en las reglas del fútbol norteamericano. Promedia el partido...
¡a cambiar de lado!

u
Un aspecto bastante divertido y hasta se podría decir que positivo de esta combinación (depende de cómo se
mire) consiste en que la discreción compulsiva de Escorpión no será, normalmente, una causa de fricción
entre ellos, porque a Capricornio casi nunca lo fascinan los secretos ajenos. A la Cabra siempre la aburre
cualquier variación del juego de adivinanzas. A menos que intervenga un signo lugar o ascendente Cáncer o
Escorpión los capricornianos no harán caso de las tarjetas de San Valentín firmadas «¿Adivinas quién?». No
los divierten las cartas anónimas ni los memoriales firmados en rueda, y si el Águila le formulara un
an
comentario a Capricornio iniciándolo con las palabras «¡Adivina qué!», la reacción probablemente consistirá
en un bostezo amable. La Cabra se limitará a esperar que el Escorpión termine de especificar «qué». El
capricorniano no se deja arrastrar por un desafío tan pueril. La filosofía típica de Saturno respecto de los
enigmas estipula que finalmente el tiempo suministrará todas las respuestas, y que las respuestas que el Padre
Cronos no nos revela, con toda su sabiduría, no son dignas de interés (a menos que se trate de una madre
Cabra que busca información acerca de sus crías, en cuyo caso puede convertirse en una detective temporal
bastante perseverante).
Sin embargo, en general, los capricornianos no tienen la desventura de que los atormente una curiosidad
devoradora. Dejad que Escorpión siga la huella refulgente de las criaturas del espacio exterior, y que anhele
en secreto un «encuentro próximo» con los alienígenas. Capricornio considera que es arriesgado mezclarse
con personas que podrían tener armas como las que aparecen en la película norteamericana Star Wars (La
guerra de las galaxias). (La Cabra no quería ir a verla, pero el Águila insistió, con esa mirada fija de
Escorpión. así que Capricornio capituló y fue para salvaguardar la paz.) Personal y privadamente, el
M

capricorniano típico piensa que todo el alboroto por los OVNIs es un poco absurdo, porque se funda más
sobre la fantasía que sobre los hechos. Si esas criaturas existieran, Capricornio saldría de buen grado al patio
del fondo para verlas aterrizar en el huerto de fresas, pero las experiencias vicarias no emocionan a la Cabra.
Los Capricornio son poco aficionados al juego del escondite, tanto en su infancia como en su edad adulta. Si
alguien tiene algo que decir, sea terráqueo o alienígena, que lo diga ahora, cara a cara, en lugar de andarse
con rodeos telequinéticos y telepáticos.

Durante la mayor parte del tiempo, el hastío de Capricornio respecto de todas las formas de curiosidad
complacerá a los Escorpiones regidos por Plutón, porque nada los encoleriza más que encontrar a alguien
fisgando en sus diarios personales, talonarios de cheques, cajones de calcetines o pensamientos íntimos...
hasta que ellos deciden compartir estos secretos, si lo deciden. Pero de cuando en cuando, el hombre o mujer
Escorpión hipersensible se ofenderá ante la negativa de Capricornio a ser curioso, y la interpretará como
indiferencia... o sea, exactamente como lo que en verdad es.
Sin embargo, la indiferencia de la Cabra no es sinónimo de falta de solicitud. Pero, a juicio de Escorpión

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sólo son curiosos cuando algo les interesa, y cuando un objeto o persona no les interesa, se convierte en
invisible para ellos. El problema con la curiosidad de Escorpión consiste en que las Águilas tienden a
expandirla y transformarla en recelo. Se dicen que un poco de recelo es saludable, y que sirve para protegerse
de quienes se aprovechan de los crédulos. Pero el recelo también tiene su lado negativo, y puede hacer que
Escorpión sufra muchos temores infundados. Por su parte, los capricornianos no necesitan ofuscarse con
recelos indebidos, porque la cautela de Saturno desempeña la misma función autoprotectora con mucho
menos desgaste del sistema nervioso.
No obstante todos sus recelos inquietos, a los Escorpión los estimulan la metafísica y la religión. Por tanto,
creen fervientemente en el poder de la fe sobre toda clase de adversidades (aunque no admitan abiertamente
dicha fe), y ésta es una diferencia capital entre los Escorpión regidos por Plutón y los capricornianos
reprimidos por Saturno. «Si lo deseas realmente —le predica el Águila a la Cabra—, cree que lo lograrás, y
ciertamente así será.» Pero Capricornio no se deja seducir, permanece impasible, y responde con uno de los
salmos religiosos de Saturno: «Bienaventurados sean los que no esperan nada —predica la Cabra—, porque
no serán defraudados».

ki
A veces las discusiones filosóficas entre estos dos tienen alguna semejanza con un servicio religioso en un
domingo lóbrego, circunstancia ésta en que el inspirado Escorpión pronuncia el sermón y el práctico
capricorniano pasa el cepillo. Sin embargo, el coro y el órgano les enternecen el Alma a ambos, aunque
canten utilizando himnarios distintos. La música encuentra la forma de llenar el espacio que separa sus
actitudes, porque habla el lenguaje que ambos escuchan en sus corazones aunque no sepan traducirlo en
palabras, y no deberán resignarse a vivir sin su bendición. El mejor equipo estereofónico de plaza sería una

u
excelente inversión para la dicha y la armonía de esta combinación de signos solares. Al Águila y la Cabra:
No esperéis una liquidación. Compradlo ahora... y no os preocupéis por el precio.

¿Que no se preocupen por el precio?!! Miradlos. Escorpión frunce el ceño, y Capricornio ha


palidecido. ¿Veis?
Hay algunas cosas que estos dos tienen en común.
an
Mujer ESCORPIÓN Hombre CAPRICORNIO

Durante un largo rato no hubo respuesta. Después nuevamente el golpe en la puerta.


—¿Quién eres?
Silencio.
El se emocionó, y le encantaba emocionarse.
M

La Cabra varón ha sido esposada por su alcaide, Saturno, y aunque cumple su condena como un prisionero
modelo, sin chistar, en la cárcel de las emociones reprimidas, anhela sin embargo la libertad condicional.
Cualquier cosa que promete o amenaza una emoción le cosquillea la imaginación, y le agita la sangre con la
llamada de la selva. Este hombre es más imaginativo de lo que osaríais sospechar. El solo hecho de que no
cuente historias de hadas en público, ni escriba poemas para enmarcarlos luego y colgarlos de la pared de su
hogar, no significa que no sea capaz de sentirse interiormente refrescado y bañado por la lluvia cuando aspira
el perfume de las lilas y los guisantes de olor en una tormenta de verano. No es inmune a la atracción de los
sentidos: el aroma de la hierba o de la tierra de primavera recién removida le hacen palpitar el corazón más
deprisa, y en su infancia incluso impetró un deseo a las estrellas... cuando estaba seguro de que nadie lo
miraba. También disfruta de la música y el arte. Por supuesto, debe tratarse de una música sensata y del arte
clásico. No perderá su tiempo con los mamarrachos-que reciben el nombre de arte pop, y no soportará los
decibeles ensordecedores del rock punk. Pero ponedlo a prueba con el «Clair de Lune» o la «Rhapsody in
Blue», mostradle una escultura auténticamente hermosa o una turquesa bellamente tallada, y veréis aflorar esa

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sonrisa parsimoniosa, tímida. La sonrisa de Capricornio es incomparable: el solo verla os reconforta por
dentro. Tal vez ello se debe a que la exhibe muy raramente, y por tanto cuando os la obsequia sabéis que es
genuina, y no sólo una sonrisa hueca generada por la formalidad social. El hombre Cabra sonríe cuando se
siente feliz o divertido o cuando hay algo de lo cual sonreír. Para los capricornianos, el hecho de lucir
continuamente un «talante dichoso» y de sonreír por pura cortesía, es un acto hipócrita. Quizá lo es, hasta
cierto punto. Pero también es más abierto, e invita experimentalmente a trabar amistad. Capricornio no invita
a trabar amistad a la ligera.

Este hombre casi nunca monopoliza la conversación. No habla a menudo, pero cuando lo hace, el ingenio
de Capricornio brilla mezclado con la sabiduría de Capricornio, y sus raros comentarios agudos son casi
siempre de esos que os gustaría anotar para poder recordarlos y repetirlos más tarde. La sabiduría adusta y el
humor inteligente forman una aleación fascinante.
No es extraño que el aura de Saturno magnetice a la dama Águila. El hombre Cabra se parece mucho a

ki
ella, y por esto se siente curiosamente segura cuando él se encuentra cerca... aunque sea en el otro extremo de
la habitación, antes de que se conozcan realmente. Ella no le revelará enseguida sus sentimientos. En verdad,
es posible que la Escorpión despliegue todo su considerable autocontrol para simular que ni siquiera sabe que
él existe. Tal vez él intuya que lo está observando, pero apenas gire la cabeza, los ojos de ella estarán mirando
en otra dirección, y el capricorniano pensará que sólo imaginó que lo miraba a él. No lo imaginó. Ella lo
miraba cuando le pareció que él no la miraba. Más tarde, cuando decida que ya lo ha atormentado bastante,
no sólo lo mirará, sino que lo escudriñará con una fijeza que le hará perder el aplomo, y no es poco tener la
propiedad de hacerle perder el aplomo a un capricorniano. Ella la tiene.

uÉl se siente intrigado. ¿Quién es esta mujer misteriosa que ejerce tanto poder sobre sus emociones
rígidamente controladas? Curiosamente, a muchos hombres les resulta difícil imaginar a esta hembra como
una «chica», aún en su adolescencia. Hay en ella algo que es más compatible con una «mujer» que con una
«chica». Sus ojos ya contenían secretos susurrados desde el día en que los abrió por primera vez después de
nacer, y su profundidad aumentaba con cada año de su vida. Lo imponderable. Lo insondable. Es fácil
comprender por qué él se emociona y se estremece en su presencia. No son necesariamente estremecimientos
an
de miedo, ni de curiosidad. Son sólo... estremecimientos.

El capricorniano no le teme a nada, exceptuando a la pobreza. Y como no es curioso, en el sentido normal


de la palabra, si tropieza con un misterio o un secreto, no le seguirá la pista. Esperará que se elucide solo, a su
hora. De modo que los estremecimientos tienen otro origen. Provienen, sobre todo, de la inesperada
revelación de que es posible que alguien esté a punto de descubrir sus secretos, la personalidad interior que él
oculta tan bien detrás de su escrupulosa compostura. Intuye que ella puede comprender que su frialdad y su
'adustez superficiales cubren una naturaleza afectuosa, y un corazón que sufre tanto como cualquier otro
cuando lo hieren. Quizás aún más, aunque nunca lo demuestre. Su intuición no está errada. Ella comprende
esto.

La primera reacción de él puede consistir en comportarse con ella aún más impasible-
mente que de costumbre. Es posible que su timidez innata se exacerbe, que su apocamiento tiemble, y que su
actitud formal se haga más formal aún. Pero gradual, mansa e inevitablemente, él se relajará lentamente
M

durante sus plácidas conversaciones compartidas, y finalmente se arriesgará a obsequiarle aquella sonrisa
especial. Sus ojos refulgirán, y le dirán a ella mucho más que sus palabras articuladas... y el corazón de la
Escorpión experimentará un vuelco súbito. No es fácil producirle un vuelco, especialmente súbito, al corazón
de una Escorpión. Pero los ojos tiernos y la sonrisa tímida de este hombre pueden conseguirlo. También
ayuda la serena sabiduría oculta detrás de su aplomo. Y así es como se enamoran la Cabra y el Escorpión.
Nunca ostensiblemente, casi en silencio.

Sus amigos y familiares necesitan algún tiempo para comprender lo que sucede. Los tres amigos íntimos,
no más, de él, que son la asignación normal de Saturno. Y sus familiares. Los de ella también, pero los que
cuentan son los de él. El no hará nada que pueda disgustar o afligir a sus parientes... o que lo obligue a pasar
mucho menos tiempo con ellos sólo porque se enamoró. Quiero decir, ellos están acostumbrados a tenerlo
cerca, o cuando menos a recibir noticias de él por teléfono o por carta más o menos una vez por semana. Y si
necesitaran su ayuda económica de cuando en cuando, bueno...

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Sí, éste podría ser uno de los problemas de la pareja. La mujer Escorpión encontrará la forma de
solucionarlo. Tiemblo al pensar en las posibilidades, pero ella encontrará la forma. Creo que no deberíamos
agregar nada más al respecto, ahora que hemos señalado el área potencial de conflicto. Dejemos que ellos se
apañen, ¿no os parece? Ella será dulce y paciente durante un tiempo, pero...

El hombre Cabra es, por naturaleza, innegablemente posesivo una vez que han concertado un compromiso
que simboliza su intención de convertir la relación en algo permanente. Esto no hará feliz a la mujer
Escorpión, porque siempre ha pensado más o menos que ella es la única que tiene derecho a ser posesiva.
Podría ser interesante observar lo que sucederá cuando descubra que lo que vale para ella también vale para
él.
Sin embargo, probablemente será ella quien deberá acomodarse a las transacciones necesarias, porque el
capricorniano que esté realmente enamorado de su mujer o su esposa rara vez reclamará tanta libertad o tanto

ki
tiempo para pasar fuera de casa como para despertar el espíritu posesivo de alguien que no sea una mujer
anormalmente poseída por éste... y no pretendí armar un juego de palabras, sino que salió así espontánea-
mente. A menos que tenga un signo lunar o ascendente de Fuego o Aire, o un Marte o Venus negativo en su
natividad, el hombre Cabra típico no se alejará mucho del hogar. Una velada apacible en compañía del ser
amado le produce más placer que cualquier otra actividad... excepto el trabajo. Cuando un capricorniano dice
que se queda a trabajar hasta tarde en la oficina, es muy probable que sea esto lo que haga. Si es un fanático
del deporte, milita en política, y es viajante de comercio o viaja en representación de una gran empresa, es
posible que se separe de ella con suficiente frecuencia como para causarle fastidio. Pero el hombre Cabra
medio no se lo causará. Podría haber más motivos para que él se preocupe por el paradero de ella.

uEsta mujer se obstinará generalmente en vivir una vida independiente. No se someterá a la autoridad de
nadie. Esto no significa que no lo ame o que haya encontrado otro hombre. Sólo se trata de que necesita
libertad para hacer lo que se le antoja, cuando se le antoja, sin tener que rendir cuentas de cada minuto, ni
pedir permiso para visitar a una amiga, para salir de compras, para ir a la biblioteca o para ver una película a
solas, como cuando iba a la escuela y debía levantar la mano y preguntar: «¿Puedo, señorita maestra?». Esto
es restrictivo.
an
Ella debería entender que todos necesitan este tipo de libertad, en mayor o menor grado, cualquiera
sea su signo solar, y que la forma de entenderse con una persona posesiva consiste en hacerle saber a dicha
persona, sin una pizca de duda, que es cabalmente amada... y en hacérselo saber con frecuencia. Cuanto
mayor sea la frecuencia, tanto mejor será. Realmente no es tan difícil curar el espíritu posesivo y ese otro
sentimiento hermano: los «celos». El remedio infalible consiste en suministrar una dosis muy abundante de
seguridad adicional. Quien le niega esta seguridad al torturado (y el espíritu posesivo y los celos son una
tortura cruel para la persona que sufre de ellos) tiene una veta sádica oculta en alguna parte. Es muy fácil
curar el miedo excesivo, que es precisamente el componente de los celos y el espíritu posesivo: el miedo de
perder lo que uno tanto necesita, el miedo de perder el amor. Si amáis realmente a alguien, ¿por qué negarle a
esa persona lo que le aliviará tan espantoso temor? Con suficientes palabras sinceras, cariñosas y afectuosas, y
.contactos físicos, la persona «poseída» comprobará que su «libertad» anhelada es sorprendentemente fácil de
obtener. Esto vale el tiempo y el esfuerzo adicionales que requiere... y si no los vale, las dos personas no están
hechas la una para la otra. Quien posee el secreto de la alquimia mágica que puede trasmutar la pena en
M

alegría, y no lo usa, no es muy listo... ni muy bondadoso. Y la bondad es la clave del verdadero amor.

Desde el punto de vista sexual, la mujer Escorpión enriquecerá el espectro emocional de su amante o marido
capricorniano. La magnitud de la necesidad física de dar —y recibir— que experimenta ella, despertará en él
sentimientos que nunca había conocido antes. Y ella se sentirá cómoda junto a él, en una atmósfera agradable.
La silenciosa fortaleza y la gentileza sosegante de él aplacan los temores innominados que la obsesionan y
que se ocultan detrás de todo su misterio. Es posible que ella desee a veces que sea más imaginativo, más
locuaz en su manera de hacer el amor... y es posible que él intuya a veces que ella le exige demasiado, lo cual
puede producirle una depresión que no logra traducir en palabras. Como sobre ellos influye la configuración
de signos solares 3-11, este hombre y esta mujer son amigos, además de amantes, y por tanto deberían discutir
sus problemas más a menudo, con sinceridad. Esto despeja la atmósfera, y les permite mostrarse tal como son,
el uno respecto del otro. Ambos tienden a ocultar sus auténticas personalidades de los curiosos y los
despreocupados, pero en el trance de la unidad sólo se puede ser auténtico. Es el momento de confiar sin
reservas, de hacer —y decir—aquello que sea veraz. Estos dos son expertos en autodisciplina, en autocontrol,

83 
 
y quizá necesiten aprender que la pasión controlada no es el medio para descubrir la realización en el
acoplamiento con el ser amado. Un cambio de escena, ya consista en el traslado a un nuevo lugar de
residencia o en un viaje, es a menudo el milagro que estos enamorados necesitan para refrescar sus energías
emocionales.
La mujer Escorpión y el hombre capricorniano reciben la influencia de Plutón y Saturno durante todo
el lapso de su amor recíproco, y es seguro que en algún momento éste les hará evocar un lejano acorde
musical, asociado con la muerte, con viejos recuerdos... con parientes o niños... para estremecer sus corazones
con una tristeza rememorada que profundiza el amor. Casi siempre comparten un secreto que intensifica su
devoción. Forja en torno de ellos un círculo de fuerza, los ayuda a ser más pacientes el uno con el otro... y la
paciencia es uno de los mejores amigos del amor.

Hombre ESCORPIÓN Mujer CAPRICORNIO

ki
Pero desgraciadamente la señora Darling no podía dejarlo colgando en la ventana. Se
parecía demasiado a la colada y rebajaba la categoría de la casa. Pensó en mostrárselo al señor
Darling, pero éste andaba cargando abrigos para John y Michael, con una toalla húmeda
enroscada alrededor de la cabeza para mantener despejado su cerebro, y habría sido una
lástima molestarlo.

u
Con muy raras excepciones, cuando un Águila y una chica Cabra experimenten una simpatía mutua, y
después se enamoren, se ceñirán a las reglas del juego. Pagarán el certificado, refunfuñando contra la
inflación, se someterán estoicamente al pinchazo para sus análisis de Wasserman, y solicitarán la benévola
bendición de un sacerdote o, cuando menos, la respetable aprobación de un Juez de Paz legalmente
autorizado. Se casarán, queridos, se casarán. Ciertamente no vivirán un amorío interminable. ¿Qué futuro
an
habría en ello?
Sus amigos y vecinos suspirarán inocentemente, y comentarán entre ellos que ésa es ciertamente una
unión dichosamente perfecta. Sus parientes próximos sabrán que no es así. O sea, comprenderán que estos dos
son tan vulnerables a los problemas circunstanciales de adaptación como todos los otros hombres y mujeres
que se esfuerzan por hacer armonizar sus idiosincrasias y hábitos dentro del círculo íntimo del matrimonio.
La razón por la cual los amigos y vecinos del Escorpión y la Cabra se engañan, consiste en que
normalmente estos dos no se cuentan entre las parejas que lavan sus trapos sucios en público, como se dice.
La Cabra y el Águila ni siquiera soñarían con lavar en público un pañuelo de anhelos o una vieja manta... de
palos. Tampoco colgarán a secar sus diferencias a la vista de extraños, vecinos, carteros, operarios de la
telefónica, peatones de paso y curiosos aficionados al jogging. Lavarán sus reyertas a puertas cerradas,
silenciosa y discretamente, cuidando que desaparezcan todas las manchas de agravio, blanqueándolas
perseverantemente hasta borrarlas... y esperarán con más o menos paciencia que su relación esté totalmente
M

seca de lágrimas antes de volver a lucirla. (El uso de húmedas diferencias de opinión puede producirte un
resfriado emocional, que puede transformarse en gripe, e incluso en neumonía. Entonces puede morir el
amor.)

Capricornio y Escorpión son tan prácticos respecto del amor como respecto de todo lo demás. Su romance
debe pasar por un severo control de realidad y debe obtener un alto puntaje en la prueba de fiabilidad.
Resistente. Durable. Estos dos reclaman que la calidad esté a la altura del precio, en los muebles, en las ropas,
en los títulos universitarios, en los autos usados, en los pomelos, en las coles, y así sucesivamente. No hacen
excepciones con su relación, ni con el dinero que gastaron en el certificado de matrimonio, para no hablar de
los dos dólares de propina que le dieron al sacerdote. Y cuando sumáis el ramillete de flores que él le regaló
aquel día, más la habitación del hotel donde pasaron la noche de bodas, a pesar de que ésta fue una ganga,
porque aprovecharon las tarifas estivales de fin de semana... bueno, uno sencillamente no puede permitir que
algo tan costoso se deteriore sin hacer todos los esfuerzos posibles por salvarlo... en privado, claro está.

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Uno tampoco permite que una pequeña grieta superficial quede desatendida hasta que se ensanche, se
transforme en un problema de primera magnitud, y el techo se venga abajo. No, hay que escayolar y reforzar
con masilla y pintar la pequeña grieta apenas se la nota. Lo mismo vale para el más insignificante conflicto de
opiniones entre la Cabra y el Escorpión. Normalmente reparan la avería antes de que se convierta en una
auténtica amenaza para su armonía. Esta vigilancia permanente puede ser agotadora, si uno no tiene mucha
paciencia y fuerza de voluntad, pero este hombre y esta mujer poseen una plétora de ambas, una reserva
inagotable, que proviene de la fuerza combinada de sus regentes, Plutón y Saturno.
Es posible que la era de Acuario haya electrizado a la sociedad con cambios revolucionarios, pero la
vibración de Urano no ha afectado básicamente a Escorpión y Capricornio. La naturaleza conservadora de las
Águilas y las Cabras sigue siendo esencialmente la misma en cualquier edad cronológica... o durante
cualquier edad astrológica. Es posible (Me tac nuevas costumbres sociales hayan transformado a muchas
mujeres capricornianas en militantes del movimiento de liberación femenina, pero ni siquiera estas Cabras
emancipadas exhiben sus vidas privadas, ni lucen en la manga sus insignias de la Enmienda de Igualdad de
Derechos. Es posible que la nueva era haya liberado a muchos hombres de sus dudas en sí mismos, y les haya

ki
permitido ser más extrovertidos, pero la confianza interior del Escorpión no necesitaba refuerzos. Este
hombre no desea volverse «más extrovertido» —gracias, de todos modos— y si lo deseara, no necesitaría
solicitar autorización a la era de Acuario, a la sociedad ni a ninguna otra cosa. Siempre ha hecho lo que se le
antojaba, y seguirá haciéndolo, aunque las «eras» vengan y se vayan.

Conozco a un canadiense hijo de padre Escorpión y de madre capricorniana. Cuando iniciaba sus estudios
universitarios entabló un romance con una chica, pero no estaban seguros de que sus sentimientos recíprocos
correspondieran a un amor eterno, así que resolvieron vivir juntos en el campus de Montreal durante un año,

u
más o menos, pata poner a prueba su relación. El papá Águila y la mamá Cabra se horrorizaron. Convocaron a
una junta de familia, durante la cual el joven y su amiga fueron obligados a escuchar respetuosamente los
consejos parentales. Primeramente, la madre capricorniana le explicó a la chica que debía pensar en el futuro.
¿Y si descubría más adelante que eso no era realmente amor? Entonces su reputación habría quedado
definitivamente manchada. y ningún hombre decente querría casarse con ella. Tal vez tendría que pasar el
resto de su vida convertida en una solterona solitaria.
an
«Además —le dijo la mamá Cabra—, puesto que ambos planeáis seguir el doctorado en zoología, tal vez
algún día conquistaréis el prestigio científico necesario para figurar en el Quién es Quién, y si se descubriera
que habéis vivido un año en concubinato, podrían poneros en la lista negra. Ya sabéis que hay reglas al
respecto. Estoy segura de que las hay. Si no las hay, debería haberlas.»

Entonces le tocó el turno al padre Escorpión. Éste asistía a la reunión preparado para ganar, pertrechado con
una lista de cifras que había verificado en su calculadora la noche anterior. Mirándolos a los dos dijo: «Veréis,
si estáis casados, la prima que pagaréis por asegurar vuestro auto, vuestra vida y vuestra salud, será mucho
menor. En un año, la diferencia os permitirá ahorrar una suma considerable. Si estudiáis estas cifras, veréis
que el matrimonio es la única respuesta sensata».

Los dos jóvenes les dieron las gracias a los padres de él por su solicitud, y se fueron.
M

Vivieron juntos. No se casaron. Finalmente se separaron, amistosamente. Ella se casó con un zoólogo
francés, se mudó con él a Europa (donde nadie conocía su sórdido pasado) y se convirtió en madre de varios
niños felices. El consiguió salvarse de la pobreza, a pesar de que había tenido que pagar las primas de
«hombre soltero» por el seguro de su auto y de todo lo demás... se casó más tarde con una abogada, dejó la
zoología, optó por la arqueología, y conquistó prestigio mundial por una de sus expediciones a Egipto. Tanto
él como ella fueron incluidos en el Quién es Quién por sus logros individuales (la comisión del Quién es
Quién no lo vetó por su convivencia ilegal con su compañera de universidad) Finalmente los padres
Escorpión-Capricornio de él se recuperaron de la emoción de convertirse en abuelos de trillizos.

Los astrólogos siempre insinúan que los hombres Escorpión son machos hipersexuales, apasionados, prontos
a seducir o incluso a violar, a todas las mujeres que ven. Confío en que este capítulo corregirá dicha
impresión. Es cierto que tiene vehementes instintos sexuales, pero «sexual» es una palabra con más de una
acepción, y las ideas que el hombre regido por Plutón sustenta acerca del amor y el matrimonio pueden ser

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cabalmente anticuadas. No todo Águila es Richard Burton. Además, si hubierais vivido alguna vez con el
actor Escorpión galés, habríais comprendido que tuvo razones muy sólidas y prácticas para comprar todos
aquellos diamantes a Liz. Representaban una doble inversión: en publicidad profesional y en reservas para la
futura seguridad financiera de ambos. También habríais aprendido rápidamente cómo reacciona cuando el
hálito del escándalo genuino roza a su mujer. Lo que dicen las columnas de chismes de los periódicos no
cuenta. He dicho genuino. La diversión es la diversión, pero con un Escorpión no hay que exagerar. Estos
hombres son posesivos en el amor y circunspectos en lo que concierne a su vida personal, y os aconsejo no
olvidarlo.
Puesto que Escorpión es un signo de Agua, naturalmente hay Escorpiones machos con Soles natales en
mala posición que caen temporalmente en las garras del demonio del alcohol o las drogas. Aún así, el Águila
nunca perderá el control de su dignidad, ni su conciencia de lo bueno y lo malo. Este hombre nunca hará el
papel de tonto, ni permitirá que lo haga ningún miembro de su familia. Le preocupa mucho lo que la gente
piensa de su imagen pública (aunque opina que su conducta privada no le incumbe a nadie más que a él), y

ki
esto también vale para la chica Cabra. Todo lo que ésta hace, lo hace con el fin de progresar en la vida y
pensando en su reputación dentro de la comunidad. Tal vez haya unas pocas capricornianas ligeras de cascos,
que se comportan con relajación sibarítica... quizá sean una docena, en todo el planeta. Pero ellas no nos
interesan. Hablamos de la capricorniana digna de la vehemente y leal devoción del Águila. y ella será su
dama. O podrá buscarse otro hombre.
La mujer capricorniana casi nunca deja traslucir sus emociones íntimas en su comportamiento
público. Los sentimientos más recónditos del hombre Escorpión tampoco están estampados en sus facciones,
ni se reflejan en sus palabras y sus actos. Por esto, no les resulta fácil enamorarse el uno del otro. Ambos
tienen caladas sus respectivas máscaras, cuando se encuentran. Debe pasar un tiempo para que estos dos se

u
inspiren suficiente confianza recíproca y se decidan a quitárselas, pero aun cuando dejen caer sus disfraces de
aplomo protector durante un lapso suficiente para recuperar su propia personalidad, para saber y confesar que
aman, no seguirán andando por el mundo con sus emociones desnudas a la vista de todos. Se abrazarán,
declararán que se necesitan el uno al otro, se casarán... y después volverán a calarse sus máscaras para
defenderse del resto de la gente, y únicamente se las quitarán cuando estén de nuevo a solas.
El amor entre esta configuración de signos solares 3-11 compuesta por los elementos Agua y Tierra tienen
an
un aspecto extraño, creado por sus planetas regentes, Saturno (Capricornio) y Plutón (Escorpión). De una
manera u otra, sus corazones estarán unidos por una influencia, fuerte o ligera, de la muerte y lo secreto. Los
ecos del pasado, por muy débiles que sean, rozarán su vida en común. Es posible que ello no ocurra durante
los primeros años, pero la sombra se proyecta finalmente... y parece suavizar su amor de una manera
embrujadora. A menudo están implicadas las cuestiones de la tercera casa relacionadas con parientes y
hermanos, y también con la maternidad. Plutón rige la muerte misma, como proceso... y también el
nacimiento, la regeneración, la reencarnación y a veces la adopción. Saturno rige todos los asuntos atinentes a
los muertos en sí mismos, y también a la autodisciplina y el deber. A la obligación. Ambos planetas tienen
una poderosa afinidad con los secretos profundamente sentidos y largamente silenciados, y ninguna relación
emocional entre estos dos signos solares estará libre de un indicio de dicha vibración. Casi todas las chicas
Cabras y sus Águilas llevan dentro alguna aflicción del pasado encubierta y sepultada, que experimentan
recíprocamente, y que forja entre ellos un fuerte vínculo de recuerdos compartidos... que de alguna manera los
aproxima entre sí.
M

Debajo de su aire de autonomía, de su ambición aparentemente fría en provecho propio y de su familia, y


de su aparente falta de sentimientos, el corazón de la mujer capricorniana experimenta un silencioso anhelo de
afecto. El sufrimiento estremece sus emociones más de lo que ella atina a confesar, y las grandes obras
musicales y de arte la conmueven más de lo que está en condiciones de demostrar. El hombre Escorpión lo
capta con su aguda perspicacia, y ello despierta en él un vehemente deseo de amar y proteger a esta extraña
criaturita de humor travieso y ojos tiernos y brillantes, que es tan leal, fiable y honesta.

El talante sereno y el comportamiento afable de ella también le despiertan deseos más profundos. El
magnetismo sexual entre Escorpión y Capricornio es claro y sencillo. Ambos llevan dentro una soledad
velada que clama por sí misma, y una necesidad de buscar la seguridad emocional mediante la compañía. La
rara mezcla de ternura, misterio y pasión controlada que hay en él la hipnotiza, y ella puede relajarse en sus
brazos, acogiéndolo en la frescura de su plácida espera. Cada elemento de la naturaleza saturnina de ella es
enriquecido por la personalidad más apasionada de él. Como todos los Escorpión, él intuye anhelos secretos y

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vagas apetencias que no puede definir, y durante su unión física éstos parecen trasmutarse en una sensación
de paz, como la que se experimenta al volver de un país extranjero al terruño donde todo es nuevamente
seguro y familiar.
Con tal que no permitan que la familiaridad engendre desdén. Escorpión y Capricornio, como pareja,
tienden a gravitar a lo largo de los años hacia configuraciones de hábitos que pueden hacer que no sólo su
expresión sexual, sino todas las facetas de su amor, se vuelvan rancias y rutinarias. Como todas las parejas de
la vibración 3-11, serán amigos, además de amantes, así que la desenvoltura natural de la amistad podrá
convertirse en el puente por el que volverán el uno al otro cuando sus pasiones se hayan enfriado y sus
emociones estén bloqueadas... cuando largos períodos de enfurruñamiento o hastío los hayan separado al
adormecer la necesidad que estaban habituados a experimentar
El cambio es una ducha fría regocijante que resucitará el amor de Escorpión v Capricornio. Los
viajes son un tónico estupendo para estos dos, pero incluso los cambios pequeños pueden liberarlos. La Cabra
y el Águila son capaces de acostarse por la noche, y de despertarse por la mañana exactamente a la misma

ki
hora, segundo más, segundo menos, durante años. Deberán modificar drásticamente su programa: dejar las
luces prendidas y al diablo con la factura de la electricidad... comer varias noches por semana en un
restaurante japonés, sentados en el suelo... estudiar iridología juntos (averiguad de qué se trata, no seáis
holgazanes)... e intercambiar obsequios distintos.
¿Es indispensable que ella le regale una cartera en todas las Navidades, todos los cumpleaños y todos los
aniversarios de su vida? Podrá regalarle un telescopio en el Día de Guy Fawkes. Él podrá obsequiarle un
calidoscopio sólo porque es martes. Pero la iridología es lo mejor. Mientras se convierten en expertos en esta
fascinante ciencia antigua, mientras se encauzan hacia la nueva y emocionante dicha de poder ayudar y curar
a la gente, deberán practicar el uno con el otro. Él deberá escudriñarle fija y profundamente los ojos durante

u
un largo rato... y ya sabéis lo que significa esto cuando se trata de un Escorpión.
Escuchad, ¿conocéis a esa pareja Escorpión-Capricornio que vive calle abajo, en la casa donde las luces se
apagan todas las noches después del telediario de las once, tan puntualmente que podríais guiaros por ellas
para poner en hora el reloj? ¿La pareja que parece tan extáticamente feliz? Id a la tienda de alimentos
naturales, comprad un libro de iridología de Bernard Jensen, y dejádselo en el umbral una madrugada.
Entonces observad si no los notáis cambiados la próxima vez que salgan a regar el seto. Si no veis algo
an
distinto en la forma en que se sonríen... como si compartieran un secreto. Al cabo de más o menos una
semana, notaréis que ella ha modificado su peinado, que él usa una camisa radiante, con rayas que reproducen
todos los colores del arco iris... y ya no podréis guiaros por ellos para poner el reloj en hora. ¡Son nuevamente
libres! Y todo gracias a vuestro regalo silencioso. La astrología os enviará el Premio al Buen Vecino por el
rejuvenecimiento del amor, y esto es aún más importante que ganar el premio Nobel, o figurar en el Quién es
Quién.

   
M

87 
 
ESCORPIÓN ACUARIO
Agua - Fijo - Negativo Aire - Fijo - Positivo

Regido por Plutón Regido por Urano

Símbolos: el Escorpión y el Águila Símbolo: el Aguador

Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas diurnas - Masculino

ki
La relación ESCORPIÓN-ACUARIO
...son muy bravos y difíciles de abordar.

u
Sí, lo son. Los dos. Y por eso, desde el principio, diré que no voy a tomar partido por ninguno de estos signos
solares en cuadratura de la configuración de vibraciones 4-10. A lo largo de este capítulo, me propongo
permanecer en el medio, neutral, como Canadá v Suiza.
Pensándolo mejor, es posible que el medio literal no sea un lugar seguro. Una está al descubierto y
an
expuesta a recibir todo lo que estos dos se arrojen recíprocamente, ya se trate de palabras, bates de béisbol,
bumeranes, yo-yos, aros de bula, frisbees, insultos, cumplidos, furia, respeto... las cosas más inesperadas.
Sin embargo, para seguir adelante, tratando siempre de mantenerme valerosamente en el medio, debo
admitir que los Acuario son muy bravos, innegablemente, y que los Escorpión son difíciles de abordar,
indiscutiblemente Por tanto, en consecuencia, esto es: como combinación, el Aguador y el Águila son en
verdad muy bravos y difíciles de abordar. Por separado o juntos, pero sobre todo juntos.
Una se pregunta cómo estos dos se las apañaron para unirse. en primer lugar. Una también se
pregunta si es sensato que estos dos se unan, en segundo lugar. La cuadratura entre sus signos solares genera
patentemente un cierto grado de tensión (por ejemplo. cada uno cree que el otro juega con medio mazo de
barajas, tiene sorbido el seso y está completamente loco... va me entendéis), pero en astrología, la tensión es
sinónimo de energía (también en física, y por consiguiente, aún más en metafísica). Así que digamos que
existe mucha... esto... energía (somos prudentes) en cualquier configuración de signos solares 4-10, como
Escorpión-Acuario. El problema es... no, tratemos de adoptar una actitud positiva... la cuestión es: ¿Qué harán
M

el Águila y el Aguador con este tremendo flujo de tensión (quiero decir de energía) que circula entre ellos?
¿Lo canalizarán en conflictos absurdos... o en ese tipo de energía poderosa que hace que los molinos de viento
giren, que los barcos naveguen, que los trenes marchen, que los pájaros vuelen... y que las naves espaciales
rompan la barrera del tiempo?

El solo hecho de que alguien mire la vida por un extremo del telescopio, y tú la mires por el otro, no es razón
suficiente para que riñáis y os encrespéis. Si se tratara del mismo telescopio, comprobaríais que os estáis
contemplando el uno al otro. (Bueno, qué tal! ¡Qué casualidad, encontraros precisamente a vosotros, en
medio de un telescopio!) Por supuesto, un par de ojos parecería más pequeño, y el otro más grande, porque
así están hechos los telescopios, pero tú no eres un telescopio. Tú eres un Acuario, y no deberías tener una
visión tan deformada de todos los Escorpión, tomándolos por granujas furtivos, conservadores, crueles y
mezquinos. Y tú eres un Águila, que debería dejar de tener una visión tan deformada de todos los Aguadores,
tomándolos por individuos cuyo hábitat natural es la jaula de los monos, en el zoo, si bien los monos podrían
protestar, disgustados. Este tipo de energía no le haría dar ni media vuelta a un molino de viento, no movería

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un tren de la estación, ni levantaría a un pájaro de la rama de un árbol, con alas o sin ellas.

Quienes hayáis visto la película Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la tercera fase), en
cualquier rincón del mundo, recordaréis la duda, el recelo la cautela con qué los científicos de la Tierra y los
seres humanos comunes miraban a las criaturas que salían de la Gran Nave Madre. Las veían como extraños
coágulos de gelatina, seres raros, quizá bastante inofensivos aunque no podías estar seguro de ello, con
formas anómalas y pertrechados con un número ignoto de filosofías posiblemente excéntricas. Es
precisamente así como el Escorpión típico ve al Acuario típico, tanto si el Aguador ha salido de la Gran Nave
Madre como si ha salido del apartamento contiguo, de Woolworth's, de una granja vecina, de un funicular
para esquiadores o del despacho del director.
Acuario tiene una visión igualmente incierta de Escorpión. Estos sujetos parecen relativamente afables y
tranquilos, pero nunca sabes bien qué es lo que piensan, y esos escasos y raros Escorpión locuaces y alegres

ki
son aún más inquietantes, porque sabes, sencillamente, que tienen que estar ocultando algo. Además, todos
poseen esa extraña mirada que te hace sentir que un rayo láser penetra en tu Tercer Ojo... y para ser sinceros,
en todo tu cuerpo. Siempre parecen estar a la defensiva. Son tan susceptibles que nunca sabes cuál de tus
palabras podría hacer aflorar esa mirada, y has oído historias extravagantes acerca de lo que son capaces de
hacer para vengarse si les pisas la cola.
Se entiende que estos dos se aproximen el uno al otro con los cinturones de seguridad bien
abrochados. Acuario lleva un paracaídas, por si acaso, y Escorpión lleva escondida una pistola de agua, por si
acaso. No le servirá para nada. La pistola de agua. Acuario no es un signo de Fuego que puedas extinguir

u
rociándolo con agua. Acuario es un signo de Aire, y toda tu Agua de Escorpión no bastará para ahogarlo. A
diferencia de lo que ocurre con el Fuego y el Agua, el Agua y el Aire no son mutuamente capaces de destruir-
se el uno al otro. En verdad, el Agua y el Aire tienden a desentenderse el uno del otro, en el mejor de los
casos. Observad cómo se desplaza el aire sobre un arroyo, un lago, un río, un océano, un estanque o una
charca. No sabe que el agua está ahí abajo, ni le importa. Pensad en cómo el agua de lluvia cae a través del
aire, a través de él, si os place, sin siquiera pedirle permiso, como si el aire no existiera. Sin embargo, cuando
los elementos Aire y Agua se suman en forma de dos signos solares, y trabajan en verdadera armonía el
an
resultado puede ser estimulante, vivificante y embriagante como el aroma de la lluvia fresca, mezclado con el
aire de primavera, al caer sobre el heno o el césped recién cortado. ¿Existe en la Tierra una fragancia más
maravillosa y preñada de milagros que ésta? No es necesario que viváis en una granja o en el campo para que
vuestra respuesta sea afirmativa. Las aceras húmedas de la ciudad, sobre las que acaba de caer la lluvia,
asociadas con el aire cálido de primavera, surtirán el mismo efecto vertiginoso sobre el alma sensible. Sólo
pensar en ello me despierta deseos de dejar la máquina de escribir y de correr a algún lugar excitante... ¡a
cualquier lugar! Pero tengo por lo menos un planeta en Tauro, bendita sea mi hada madrina, y por tanto
resistiré el impulso, y permaneceré aquí, en mi encierro solitario, martilleando las teclas. Espero (seriamente)
que este párrafo os haya hecho entender que la asociación entre Acuario y Escorpión encierra mu chas
posibilidades de belleza, cuando ambos se esmeran. Esto exige un poco de abnegación, pero vale la pena
intentarlo.
M

Muchas veces, como les sucede a los 4-10 de cualesquiera signos solares, el Aguador y el Águila confluyen
en una asociación profesional o familiar. Mucho más a menudo que en una relación amistosa o romántica,
aunque esta última, si bien es menos frecuente, también puede ser beneficiosa una vez que hayan limado las
aristas. Una vibración 4-10 exige un esfuerzo adicional, y quizás es por esto que encontramos tan a menudo la
combinación en situaciones que no dejan muchas otras alternativas: por ejemplo, en las asociaciones
empresarias y los parentescos consanguíneos... lo cual demuestra que, cuando se trata de sincronizar estos
asuntos, todas nuestras personalidades superiores son más sagaces que nosotros, pobres títeres, cuyos hilos
ellas manipulan, pues no confían en que siempre optemos por la alternativa correcta para el bien de nuestras
almas.
Un pasatiempo del que Escorpión y Acuario disfrutan (o tal vez debería decir que les resulta irresistible)
cuando están juntos, consiste en sondear sus respectivos secretos. Ambos .son detectives natos, y ninguno
puede vivir sin saber qué es lo que activa los mecanismos del otro. Se desmontarán recíprocamente, como si
fueran las ruedecillas de un reloj. Escorpión empleará una táctica sutil, engañosamente despreocupada, y
Acuario empleará una táctica circunstancialmente grosera y siempre muy franca. Estoy seguro de que los

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Acuario que lean esto protestarán, aduciendo que no les interesan los asuntos ajenos, y que por tanto no son
fisgones. Es cierto: no les interesan para hacer circular chismes o para emitir juicios de valor, pero sí tienen
mucho interés en verificar las cosas. en acumular datos, por así decir.
Lo que ocurre es que, si bien tanto a Escorpión como a Acuario les gustaría sonsacarse recíprocamente el
mayor número posible de secretos, ninguno de los dos quiere que le descifren sus misterios. Obviamente, ésta
es una situación preñada de posibilidades diversas. Cada asociación individual es distinta, pero normalmente
el Escorpión le lleva una pequeña ventaja al Aguador a la hora de destapar los secretos ajenos, al mismo
tiempo que se las apaña para guardar bajo llave sus propias excentricidades y peculiaridades personales e
íntimas. No siempre, pero sí en la mayoría de los casos.
Otra pequeña dificultad que deberán superar consiste en que tanto Escorpión como Acuario son
signos fijos. Fijo significa «un poco más acá del límite de la obstinación». Pero cuando digno «más acá»,
hablo desde el lado que corresponde al exceso. Por ejemplo, significa inconmovible. Difícil de mover de una
posición. El problema, creo, es evidente. La solución exige que uno de ellos, o ambos, tengan la Luna o el

ki
ascendente en un signo mutable. Esto ayudaría muchísimo. Prácticamente no existe otra solución. Pero
generalmente la sabiduría de las estrellas garantizará que por lo menos uno de ellos esté influido por
posiciones planetarias mutables a la hora del nacimiento. (Por supuesto, fijo también significa estable y
duradero, así que, como todo lo demás, tiene su lado positivo.)
Una diferencia entre estos dos consiste en que Escorpión tiene muy, pero muy buena memoria (sólo la del
Toro es mejor, en tanto que el Cangrejo está en el tercer lugar), y Acuario apenas consigue recordar si dejó
aparcado su auto. Sin embargo, esta distracción del genio de Urano viene bien para olvidar viejas heridas. El
Aguador típico raramente alimentará un rencor o se esforzará por vengarse. A Escorpión le convendría imitar
este rasgo de Acuario. Del otro lado de la valla, Escorpión es un experto en el refinado arte del autocontrol, y

u
aunque no siempre, generalmente domina sus emociones. A Acuario le convendría imitar la compostura y el
aplomo del Plutón de Escorpión porque el Aguador medio disfruta de muy poco autocontrol y puede
acometerlo un ramalazo de cólera en la misma forma inesperada en que cae un rayo (aunque normalmente se
extingue con idéntica rapidez).
Escorpión es propenso a gastar el dinero más lentamente que Acuario (aunque hay excepciones), y
generalmente sabe dónde y cómo lo ha gastado, en tanto que es posible que los Acuario no recuerden si lo
an
gastaron, si se lo robaron o si lo dejaron por azar en una estantería del subsuelo. Los Acuario siempre
extravían las llaves del auto y la casa, a veces a razón de una por día. Escorpión no se atrevería a perder a
menudo su llavero, porque de éste cuelgan por lo menos cincuenta llaves, incluidas las de la nevera, el arma-
rio de la ropa y el cuarto de baño. (A los Escorpión les encanta cerrar las cosas con llave para protegerlas de
intrusos anónimos. Así se sienten seguros.)
Sea como fuere, con todas sus cualidades entretejidas y enredadas y sus hábitos encontrados, la
asociación entre Escorpión y Acuario es, potencialmente, un experimento y una experiencia interesante para
ambos, e incluso para los testigos y espectadores inocentes. Es educativa... esclarecedora. Existe una
cualidad que Plutón y Urano confieren tanto a Escorpión como a Acuario... una palabra que describe la
influencia de estas estrellas sobre la personalidad de ambos: son «imprevisibles». Esta misma palabra sinteti-
za perfectamente todos los resultados posibles de cualquier prueba de compatibilidades entre ellos. Pero ni
Escorpión ni Acuario lo aceptarían de otra manera. El Águila y el Aguador no son de los que disfrutan
apostando a algo seguro.
M

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Mujer ESCORPIÓN Hombre ACUARIO
Podía desternillarse de risa por algo tremendamente gracioso que le había dicho a una
estrella, pero ya había olvidado de qué se trataba, o podía aparecer con las escamas de
una sirena todavía adheridas a su cuerpo, sin poder decir con certeza lo que había ocurrido.
En verdad era bastante irritante.

Quizá lo que él necesita es un periscopio. Por lo menos sería algo más que nada. Cuando el hombre
Acuario está impotentemente sumergido en el elemento Agua de una mujer Escorpión porque ésta lo ha
seducido con los misterios de su «profundidad», no puede dejar de preguntarse qué sucede en el mundo
exterior, arriba y más allá. Al principio, tal vez no esté seguro de que realmente desea dejar atrás ese
emocionante mundo verde de

ki
suspenso romántico, donde nunca sabe, de un día a otro, si le brindarán el espectáculo de unos arrecifes de
coral pasmosamente bellos, de un increíble tesoro sepultado que refulge y centellea en la media luz, de un
cardumen de peces de colores que súbitamente pasan nadando y jugueteando... o si pisará una raya
venenosa... o si quedará atrapado entre las algas enmarañadas de las oscuras depresiones de la mujer
Escorpión. Vacila en remontarse flotando a la superficie, porque teme no poder volver a encontrar el rumbo.
Los abismos del océano de Escorpión son siempre movedizos, cambiantes, engañosos... te confunden con su
singularidad precisamente cuando parecen ser familiares.
De todas maneras, él alimenta unos deseos insoportables de indagar lo que les ocurre a todas las aves y
los marinos y los barcos allá arriba. El periscopio es la única solución durante esta etapa inicial de la relación

u
con la mujer Escorpión. Equipado con este instrumento, él puede seguir chapoteando por la vehemente
entrega emocional de su relación amorosa, al mismo tiempo que se entera de lo que sucede en el mundo real.
Puede adosárselo a los hombros, y su extremo se mecerá alegremente sobre las olas, mientras el ojo
omnivisor de su lente le transmite una imagen del norte-sur-este-oeste, y así él no se sentirá tan excluido de
todo.
Sin embargo, incluso con un periscopio, el hombre Acuario que necesita una dosis excesiva de aire para
an
respirar (simbólica y literalmente, porque tiene mala circulación), puede sentir que a su depósito de paciencia
se le agota el oxígeno. Los Escorpión tienden a ser posesivos cuando aman, y los Acuario sencillamente no se
dejan poseer durante algo más que breves lapsos. Pero si él quiere realmente a esta chica enigmática, magnéti-
ca, tal vez descubrirá que es mejor que lo posean y no que no lo posean y lo desposean al mismo tiempo, cosa
que le sucederá cuando la ofenda pidiéndole demasiada libertad. Entonces a ella dejará de importarle a dónde
va o lo que hace, e incluso es posible que se comporte como si él no estuviera aún entre los vivos. De nada
servirá golpearle la puerta, telefonearle o escribirle cartas. ¿Por qué habría de atender el teléfono o la puerta
cuando llama un ente qué no existe... o por qué habría de leer las cartas de un hombre invisible? La frigidez
glacial de una Escorpión enfadada o herida puede dejar al Aguador con el corazón congelado, y la
congelación puede ser grave. Tal vez él desee que ella vuelva a ser posesiva. Ciertamente era más agradable
andar nadando por su «abismo» fresco y sereno que tiritar frente a su desaprobación.
Por supuesto, probablemente el gélido desapego de la Escorpión es una simulación, y le sirve para
defenderse de nuevos sufrimientos. Es la táctica que ella emplea para darle una lección inolvidable. Cuando
otras personas se tornan invisibles para el Escorpión, generalmente siguen siéndolo, pero cuando está
M

implicado el corazón de ella, es posible que intente esgrimir la misma venganza, y que después se arrepienta
pero no sepa cómo detenerse, hasta que el proceso se transforme en una situación de silenciosa angustia, tan
desagradable para ella como para él. Una traba emocional. Pero si hay alguien capaz de romper cualquier tipo
de traba, ese alguien es él. Su talento más refinado consiste en romper cosas: en romper la ortodoxia, en
romper las convenciones, en espantar a la gente con los rayos de Urano y las sierras sin fin de sus comentarios
y su comportamiento extravagantes, totalmente inesperados. Él la arrancará bruscamente del callejón sin sali-
da en el que se ha atascado su romance, valiéndose para ello de alguna excentricidad uraniana, y después
podrán volver a nadar juntos, esta vez con más cautela. Esperemos que ella haya aprendido la valiosa lección
de que él sólo puede soportar una dosis reducida de vehemencia emocional. Si no, pierde el escaso dominio
que ejerce sobre su autocontrol. No es ni remotamente un experto en autodisciplina, como ella. Y esperemos
que él aprenda que, aunque los sentimientos de Escorpión pueden bullir y arder por dentro, su talante (excepto
en raros casos de debilidad) se mantiene compuesto y plácido. Cuanto más callada está esta mujer, tanto más
ofuscada se siente.
El Aguador rechaza estos disfraces. Cuando él esté realmente alterado, ella no necesitará adivinarlo.

91 
 
Se lo manifestará con mucha claridad. Sin embargo, si bien es posible que el Acuario no use una máscara para
ocultar sus emociones más volubles, también es verdad que le gusta sorprender a la gente. No siempre
proclamará sus pensamientos en voz alta, por un par de razones. Unas veces, sus pensamientos entran y salen
de su mente con tanta rapidez que no atina a recordarlos, y menos aún a expresarlos verbalmente. Otras veces,
se abstiene prudentemente de decir lo que piensa, porque intuye que dentro de pocos minutos cambiará de
idea, ¿así que por qué derrochar energías enunciando algo tan efímero? En otras oportunidades, se reserva sus
pensamientos porque cavila secretamente que es regocijante ver la expresión de asombro, o de estupor, que
ella adopta cuando él dice o hace algo especial, totalmente imprevisto. (No podemos culparlo por ello: nada es
más placentero que obligar a un Escorpión a manifestar sorpresa.)
Ella se quejará durante semanas de que -el auto parece un mamarracho y funciona mal, sin conseguir
arrancarle una sola palabra de comprensión o aprobación, mientras su mirada inexpresiva y ausente indica
que está meditando en muchas otras cosas y que ni siquiera la ha escuchado. Entonces... ¡ZAS!... una
maravillosa mañana alucinante ella mirará por la ventana para verificar el estado del tiempo, y un auto nuevo

ki
se habrá materializado repentinamente en el patio del frente... pintado de su color favorito: granate oscuro.
Cuando ella corra a abrazarlo y darle las gracias, él fingirá inocencia, alegará que no sabe cómo llegó allí e
insistirá en que ha sido obra de los duendes.
Algunas personas dicen que los Acuario son locos, pero la mujer Escorpión que ama a su Aguador
descubrirá que ésta es una forma prodigiosa de locura, que la ayuda a emancipar su espíritu para emprender
un viaje emocionante por esa forma de libertad de expresión de la que ella carece... aunque tenía un carácter
independiente antes de conocerlo. Los Escorpión viven su vida personal como les place, y se niegan a ceñirse
en privado a las normas ajenas sobre buena conducta. Pero Plutón la persuade para que exhiba sus auténticas
emociones, o para que traduzca en palabras sus sentimientos más profundos, al mismo tiempo que la alienta

u
a comportarse de una manera netamente individualista, desdeñando aparentemente todo control sobre sus
actos. Esta última cualidad es una de las que forjan el vínculo de simpatía entre el Águila y el Aguador. El
hombre regido por Urano también desprecia las exigencias de la sociedad que pretende hacerle acomodar su
vida privada a las opiniones de los demás. La diferencia consiste en que la independencia de él es
patentemente visible en público, en tanto que ella sólo expone la suya (generalmente) a puertas cerradas. Por
tanto, la mayoría de sus desacuerdos giran en torno de las travesuras públicas de él, y no de su conducta
an
privada. Sus excentricidades la abochornan tremendamente cuando tienen por testigos a amigos, parientes,
vecinos o extraños, pero cuando están solos, le sonríe con admiración. Esto puede ser desconcertante, hasta
que él lo aclara.
La compulsión vengativa de Plutón que induce a esta mujer a la revancha puede manifestarse años
después del agravio que la generó, porque Escorpión siempre está dispuesto a esperar el momento oportuno.
Conocí a una dama Águila que se sintió encolerizada y lastimada, con razón, por la forma en que su amigo
Acuario la abandonó y más tarde se enamoró de una chica Libra... delante de sus narices. Entonces no hizo
nada más que replegarse estoicamente, en silencio. Pero un par de años más tarde, se le presentó la
oportunidad de saborear la dulce venganza cuando tropezó con la chica Libra, que acababa de reñir con el
Aguador. Escorpión pasó el día íntegro enumerándole a la ofuscada Libra todos los defectos y vicios que
había observado en él cuando había sido su amante. Las anécdotas eran básicamente verídicas, pero las relató
astutamente fuera de contexto, para que parecieran mucho peores de lo que en realidad eran. Aunque el
hombre Acuario no lo supiera, el aguijón de la Escorpión por fin había picado, como una reacción nuclear
M

diferida. La chica Libra, que antes había creído que su Acuario era tan bondadoso, tan especial, nunca pudo
volver a sentir lo mismo respecto de él. Esta mujer Escorpión específica es una persona bastante tímida,
simpática, dotada de una gran reserva de lealtad. Sin embargo, Plutón no la dejó descansar hasta que igualó
los tantos en el marcador de su relación amorosa, en un empate cero a cero.

Es posible que lo que los atraiga cuando se encuentren por primera vez no sea la química sexual. Es más
probable que sea algún otro tipo de vínculo, un interés mutuo raro e inusitado, quizás algún deber u
obligación que comparten... o el mismo tipo de trabajo. Ella aprobará los ideales humanitarios de él, pero
quizá preferiría que pasara menos tiempo difundiéndolos con su legión inagotable de amigos y que le
dedicase más tiempo a ella. Gradualmente, la relación se tornará mas emocional, y la pasión no vendrá mucho
más rezagada. Él deberá tomar conciencia de que la sexualidad de Escorpión es honda y vehemente, pero no
necesariamente promiscua, como tal vez le han contado. Es posible que una mujer Escorpión que ha sido
agraviada entable amoríos informales, porque la deslealtad del hombre que amaba fielmente —o que creía
amar— ha desquiciado su pureza inicial. Pero la mujer Escorpión típica aborda el sexo en un sentido casi

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religioso, y capta inconscientemente, de una manera indefinible, su poderío potencial y su afinidad con la
verdad espiritual.
Ella deberá saber que la actitud de Acuario respecto del acoplamiento entre el hombre y la mujer es casi
de curiosidad objetiva, sin que esto ponga en tela de juicio su atractivo personal femenino. Incluso después de
que la familiaridad cada vez mayor haya profundizado la necesidad que experimentan el uno del otro y haya
agudizado sus deseos físicos, la Escorpión comprobará que este hombre es un amante mucho más
satisfactorio cuando ella le ha demostrado que es realmente su amiga en todo otro sentido. Sólo cuando la
amistad haya quedado cabalmente confirmada, el Aguador volverá toda su atención hacia la expresión física
del amor. Sólo se siente suficientemente cómodo para brindar y recibir la satisfacción sexual cuando está en
compañía de una mujer en la que puede confiar íntegramente.

La vida doméstica, su lugar de residencia, sus carreras, sus respectivas familias... uno de estos elementos, o
todos ellos, son a menudo los factores más sobresalientes de tensión o armonía entre Acuario y Escorpión. La

ki
brega por una coexistencia pacífica será mucho más fácil si sus luminarias natales (Sol y Luna) se encuentran
en un aspecto positivo, y considerablemente más difícil si se encuentran en un aspecto negativo. Quizá haya
momentos en que ella sea proclive a permitir que el recuerdo de infortunios y desengaños pasados encauce su
actitud presente hacia las aguas amargas del resentimiento. Pero él recordará muy poco del pasado, incluido el
pasado inmediato, y no alimentará ningún pesar por los errores en que pueda haber incurrido durante los
ayeres de su vida... porque su rumbo está trazado en dirección al mañana. Uno de los pocos recuerdos que
conservará desde hace mucho tiempo, con alguna nitidez, será la conmovedora imagen de la primera chica
que creyó amar: una imagen idealizada, vaporosa y frágil... ciertamente nada que su mujer Escorpión deba

u
temer o aborrecer, dada su capacidad casi hipnótica para hacer desaparecer a las rivales (si recurre a ella y
comprende que la lleva dentro, lista para ser usada).

Hay algunos Acuario, influidos a su vez por ciertas posiciones planetarias en Escorpión, que
rumiarán rencores ocasionales, pero el Aguador típico está demasiado fascinado por los desafíos que ve en el
futuro para derrochar energías echando miradas resentidas por encima del hombro. Probablemente le
concederá a ella, complacido, mucha libertad, pues conoce el valor de ésta, que es uno de sus bienes más
an
preciados. Como no está hecho de piedra, es posible que se muestre celoso de cuando en cuando, pero no sin
un motivo muy concreto, en tanto que a ella quizá le bastará un leve indicio para concebir sospechas.
Posiblemente sus angustias carezcan de fundamento, porque el Acuario que puede confiar en el hecho de que
su esposa también es su mejor amiga casi nunca será vulnerable a los coqueteos experimentales, una vez que
se haya comprometido. Sin embargo, si lo acusan reiterada e injustamente en el contexto de las que no son
más que amistades platónicas, no será renuente a fingir un amorío que en realidad no existe, sólo para
demostrarle a ella que no es correcto poner en duda más de una vez su palabra de honor. Éste es uno de los
rayos de la reacción imprevista de Urano, curiosamente parecidos a la picadura vengativa de Plutón.

Dentro de la mujer Escorpión hay una magnitud inconmensurable de deseos y emociones reprimidos; dentro
del hombre Acuario existe una reserva inagotable de emoción e ideas inventivas irreprimibles. Sin embargo,
a pesar de sus diferencias, ambos se caracterizan por su confianza en sí mismos y por su fuerza de voluntad,
M

y ésta es la razón por la que tal vez resolverán convivir definitivamente... pues donde hay suficiente
voluntad, la sabiduría del corazón siempre puede hallar la forma de imponerse.

93 
 
Hombre ESCORPIÓN Mujer ACUARIO
Una extraña sonrisa aleteaba por su rostro, y Wendy la vio y se estremeció.

Dada su intuición (y es fabulosamente intuitiva), la chica Acuario no debería tardar mucho en descifrar el
significado de las sonrisas de este hombre. Como sus rasgos están sujetos al implacable control de Plutón,
cada vez que permite que una expresión fugaz cruce por su rostro, ésta tiene una intención definida. Nunca
arquea una ceja innecesariamente, sin un cálculo previo. Cada guiño, parpadeo e inclinación de cabeza ha sido
planeado por una razón precisa. Escorpión casi nunca frunce el entrecejo. La mirada indiferente de Escorpión
sustituye a este fruncimiento al que recurre la mayoría de las personas cuando están disgustadas. Mejor dicho,
sus facciones os encaran indiferentemente, si es que me entendéis, sin dejaros entrever lo que piensa. Sus ojos
contienen el secreto, pero cuando sus emociones están encrespadas. os miran con tanta fijeza hipnótica que

ki
aunque os dejen atisbar lo que sucede dentro, caéis en un trance que os hace olvidar inmediatamente lo que
creísteis estar a punto de saber.
Sus sonrisas son la más complicada de todas las claves, la más difícil de traducir para el aficionado
(un poco más fácil para la mujer Acuario). Una es la sonrisa conmovedora, que contiene todo el júbilo
inocente de la infancia, la que acostumbraba a lucir cuando era niño, antes de aprender el truco de la
impasibilidad: aflora tan esporádicamente que ella nunca sabrá con certeza si la vio realmente o si sólo la
soñó. (Es auténtica. Aunque sea esporádica y fugaz, es auténtica. No la soñó.) Otra es su sonrisa rápida y
ancha (deberéis mirar deprisa, u os la perderéis) de placer, dicha y aprobación: la concede tan raramente que

u
es una bienaventuranza aún mayor cuando la exhibe... como si hubierais ayunado durante muchos días, y por
fin os dejaran paladear extáticamente el sabor de una sola pasa de ciruela deliciosa, o de un sorbo de zumo de
pomelo, que equivale a un banquete. Y además están sus risas, pero las que duran un rato son tan suaves y
moduladas que apenas podéis oírlas... y las que son potentes y alegres transcurren vertiginosamente en tan
pocos microsegundos que a la memoria le resulta difícil retenerlas, aunque su efecto hechizador, perdurable,
continúe latente, como el de los mensajes subliminales que a veces pasan por la pantalla de los cines y os
hacen salir al vestíbulo para comprar palomitas de maíz, aunque el ojo y el oído no vieron ni oyeron nada. Y a
an
veces, aquellas risas son potencialmente tan peligrosas como estos mensajes.
Por último, pero no porque sea menos importante, está su sonrisa... bueno, «siniestra» es un adjetivo
crudo. y sólo deberíamos aplicarlo al hombre Escorpión que pertenece 4 la categoría de los lagartos grises no
evolucionados... así que diré, en cambio, su sonrisa de advertencia, la que dice, una vez que habéis descifrado
su clave: «Cuidado, mujercita. Estás al borde del precipicio al que se llega cuando alguien me hostiga dema-
siado, y eso no es prudente, porque tal vez debería darte una lección, que preferiría no darte, pero que te daré
si no me queda otra alternativa».

Me siento obligada a interrumpirme aquí para pedirle a la chica Acuario que lee estas páginas que vuelva al
quinto párrafo de la sección Hombre Libra - Mujer Acuario del capítulo Libra-Acuario de este libro, y que se
pregunte qué es lo que imagina que haría un hombre Escorpión en las circunstancias allí descritas. Se trata de
una excelente meditación para precaverla. No llegaré al extremo de decirle que podría salvarle la vida (aunque
M

en circunstancias extremas podría salvársela), pero sí salvará su romance, su amorío o su matrimonio con un
Águila. Así que... lee y reflexiona. ¿Qué ocurriría si la víctima de una travesura uraniana de este tipo fuera un
hombre Escorpión en lugar de un hombre Libra? Es una idea realmente alarmante, ¿verdad?
Es interesante que a veces los ojos de la chica Acuario consigan desconcertar incluso al Águila,, y ésta ya
es una hazaña impresionante. Ella no lo mirará fijamente con una expresión penetrante que le quema hasta el
alma, como él la mira a ella. Su truco es distinto. Los ojos de Acuario pueden nublarse súbitamente, sin aviso
previo, con una especie de bruma. Como si fuera un velo. O varios velos superpuestos. Aunque él agite -las
manos delante de ella, no conseguirá hacerla parpadear. Aunque grite: «¡Se incendia el edificio!» (a modo de
prueba), su expresión soñadora se mantendrá inmutable, como si no lo hubiera oído. Es lógico que sea así. No
lo oyó, literalmente. Cuando esta mujer tiene una mirada ausente, ni siquiera un Escorpión puede seguirla al
lugar reflejado en sus ojos. Está en algún punto situado más allá de la Vía Láctea, más allá de todos los arco
iris... quizá flotando en Espiga, en Arturo o Urano, pero ciertamente no en esta Tierra, no en este mundo. Lo
frustrará, y bien merecido lo tiene. Era hora de que aprendiese lo que sientes cuando te quedas frustrado en un
juego de escondite.
Después de estudiar minuciosamente a la chica Acuario, el Águila decidirá que admira su

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independencia, su individualismo y su inconformismo. Estas cualidades armonizan con las suyas. Por
supuesto, ella las exhibe en público más de lo que él acostumbra a hacerlo, con una vergonzosa falta de
sutileza y discreción. De todas maneras, él la respeta secretamente por el empeño que pone en hacer lo que se
le antoja y en ser como es, por el desparpajo con que le dice al mundo que se vaya a hacer gárgaras v que la
deje saltar en paz a la pata coja. Aunque se trate de una de las Acuario más tímidas y calladas, con modales
delicados y femeninos, y con voz susurrante de melaza, a esta dama nacida bajo un signo solar fijo no podréis
obligarla a hacer nada que no desee hacer realmente, y tampoco podréis inducirla a modificar un ápice su
conducta con el argumento de que «la gente habla». Se limitará a encogerse exquisitamente de hombros y
dirá: «Deja que hable. No son mis propietarios. Yo soy dueña de mis actos». Y lo es.
Resulta fácil entender por qué su actitud atrae tanto al Águila, que también es dueño de sus actos. Es
posible que él se adapte exteriormente a lo que la gente espera de un terráqueo normal en una habitación
atestada de personas, pero cuando esté solo, en el bosque, en su casa, o en cualquier otra parte, hará
exactamente lo que se le antoje, así como siempre piensa exactamente lo que se le antoja.

ki
Como la suya es una vibración de la configuración de signos solares 4-10, es posible que también haya otras
causas para que se despierte el interés inicial entre un hombre Escorpión y una mujer Acuario. Elementos
relacionados con la carrera de él o de ella, con sus familias, con su trabajo, o algo raro. Insólito, fuera de lo
común, como podría serlo la fascinación de ambos por los viajes astrales, las ranas, los elefantes o el rey Tut.
Un amorío o un matrimonio entre estos dos nunca dejará de ser algo menos que instructivo, esclarecedor
e interesante. Quizá no sea armonioso, por lo menos al principio, pero siempre se puede alcanzar la armonía
mediante la aplicación de la sabiduría astrológica. y generalmente los conflictos entre ellos serán de esos que

u
estimulan el desarrollo y el crecimiento de los sentimientos y el intelecto.
Acuario está delante de Escorpión en la rueda kármica de la vida. Por tanto, él tiene mucho que aprender
de ella respecto de la vida, aunque no lo confesará ni en mil millones de años. Sin embargo, es
suficientemente sagaz y sensible para intuirlo, y la imitará en silencio mucho más de lo que está dispuesto a
admitir, incluso en una conversación consigo mismo. La mayor naturalidad con que ella aborda los
problemas, su capacidad para perdonar y olvidar, la forma despreocupada en que se desentiende de las
an
desdichas y la amargura antes de que las unas y la otra tengan tiempo de grabarse en el banco de su memoria,
la displicencia de Acuario que salvaguarda la ductilidad de sus emociones íntimas... todas éstas son
cualidades que a Escorpión le convendría adquirir.
No obstante sus modales cautivantes de genio distraído y su inocente curiosidad tipo Alicia en el País de
las Maravillas, esta mujer tiene su t-e-m-p-e-r-a-m-e-n-t-o que, a veces, puede ser tan devastador como un
tornado. Es posible que cuando se sienta expuesto por primera vez a sus efectos, el hombre Escorpión se
repliegue sorprendido. (Un Escorpión... replegándose? Sí.) No se trata de que el temperamento por sí solo lo
asuste. El de ella puede parecer un tornado, pero el de él se asemeja a un volcán en aquellas raras ocasiones en
que entra en erupción. Pero basta una nimiedad para desencadenar las escenas de ella (que son tan poco
frecuentes como las de él), en tanto que él siempre tiene una razón sustancial para perder la calma, y esto sólo
después de haber controlado durante mucho tiempo su furia interior bullente. En este contexto, a ella le
convendría emularlo a él. A todos los Acuario les vendría bien un poco más de control. Si ella desea
conservar su respeto, tendrá que poner freno a los tornados y deberá aprender a imitar el aplomo de él, sobre
M

todo en público.

La dimensión sexual de su relación puede consistir ya sea en una competición constante de deseos
encontrados, o en un dulce mensaje de amor entre ambos. Es mucho lo que depende de la armonía emocional
pronosticada por el aspecto Sol-Luna de sus cartas natales. Si el Sol de él está en un aspecto negativo con la
Luna de ella, o viceversa, la reacción displicente de ella durante el acto amoroso apenas rozará la superficie
del apetito de satisfacción de él, que es más profundo... y la forma reconcentrada en que él aborda la
expresión sexual determinará que ella se sienta tensa, cuando debería sentirse relajada y dichosa. Sin
embargo, si sus luminarias están en aspecto positivo, su acto amoroso puede ser memorable por la forma en
que remueve la ternura intercambiada entre ambos.

Una diferencia importante entre sus actitudes consiste en que Escorpión tiende a implicarse de manera
vehementemente emocional en el acto físico del amor, en tanto que Acuario nunca parece desprenderse por
completo de la actitud de no implicación emocional, propia del signo de Aire. Es como si una parte de ella

95 
 
estuviera activa y entusiásticamente comprometida en la demostración física de sus sentimientos, mientras
otra parte se mantuviese desapegada y objetiva. Además, la mente de Acuario es propensa a cambiar de nivel
de conciencia más rápidamente después de la compenetración total, en tanto que la mente de Escorpión
necesita regresar flotando a la Tierra de una manera más gradual, desde las cúspides de la pasión.
Obviamente, pues, recae sobre ella la responsabilidad de hacer un esfuerzo consciente encaminado tanto a
conservar la forma singular de intimidad espiritual que sigue a la unión física... como a adaptarse al lapso de
contigüidad que necesita él, sin «partir» súbitamente, como si cogiera un avión rumbo a Alaska, dejándolo a
él atrás, y despidiéndose con un ademán. En términos simbólicos, claro está. Siempre hay que tomar en
cuenta la compulsión vengativa de Plutón. Un Escorpión es muy capaz de cobrarse este tipo de deserción
romántica cogiendo literalmente un avión rumbo a Alaska, una mañana, después de haberse sentido
sexualmente postergado en suficientes ocasiones... o, peor aún, embarcándose en una barca lenta rumbo a
China. Es posible que la mujer Acuario que lo ama deba recibir una dura lección para aprender que es mejor
tratar las emociones ultrasensibles y los sentimientos quisquillosos de su Escorpión con un poco de
compasión y comprensión adicionales, que quedarse sola y conversando consigo misma. ¿Cómo podrá

ki
localizarlo en China? Claro que los Acuario son detectives natos, pero ni siquiera Sherlock Holmes podría
encontrar a un Escorpión que desea esconderse en una pagoda.

El hombre Escorpión y la mujer Acuario que se aman, colocarán la carrera de él (y la de ella), a la cabeza de
su lista de objetivos. Tratándose de estos dos, el segundo lugar lo ocupará siempre un hogar seguro. El
tercero corresponderá a la familia de él y de ella. Después, prestarán consideración a sus deseos, esperanzas,
sueños y anhelos más personales. Éste es el esquema general al que se ciñen todas las parejas de signos
solares 4-10, cualesquiera que sean sus fechas de nacimiento o sus signos solares, cuando su asociación

u
genera la combinación de estas vibraciones 4-10 «profesionales-familiares».
La mujer Acuario siempre está preparada para un cambio de ritmo, un cambio de idea o un cambio de
conversación. Escorpión no pasa tan fácilmente de una marcha a otra, pero Plutón lo ha pertrechado con
suficiente paciencia y tolerancia para sintonizarse correctamente con el promedio de cambios de frecuencia
de la Acuario, cuando se esfuerza en ello. (Los Escorpión pueden lograr cualquier cosa cuando realizan un
esfuerzo a la manera de Plutón.)
an
El hombre Escorpión está lleno de contradicciones, misterios y humores inesperados. La Aguadora
se parece mucho a él, excepto en lo que concierne a los misterios. La influencia de Urano la ayuda a captar
intuitiva y casi instantáneamente las vibraciones de él. Y así, no están tan distanciados como podría parecer al
principio. De lo que más deben precaverse es de la fijeza que comparten como signos fijos. A ambos les
resulta difícil disculparse. Ambos tienden a expresar su arrepentimiento con actos, y no con palabras.
Escorpión opina, como el poeta, que «cuanto menos se dice antes se enmienda». Sin embargo, cuando trate
con su dama Acuario, será prudente que recuerde la advertencia de Ben Jonson: «El silencio de una mujer es
como la palabra de un hombre».
Cuando esta chica calla, es hora de que se pregunte en qué dirección giran los engranajes de Urano,
porque puede estar seguro de que trama algo inesperado. Como cambiar su nombre, pintar la casa de púrpura,
adoptar un huérfano vietnamita, inscribirse en un curso nocturno de programación de computadoras, o quizá
sugerirle que cojan un avión rumbo a Alaska o una barca lenta rumbo a China... juntos. ¿Por qué rumbo a
Alaska? ¿Quién sabe, tratándose de Acuario? Tal vez quiera impetrar un deseo a la aurora boreal, o
M

regodearse bajo el sol de medianoche. ¿Por qué rumbo a China? Ella siempre quiso ver la pagoda donde él se
refugió cuando la abandonó, aquella vez que riñeron... para después volver enigmáticamente, porque aún no
había armado ese rompecabezas que era ella. Escorpión nunca ceja, hasta que ha elucidado el misterio.

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ESCORPIÓN PISCIS
Agua - Fijo - Negativo Agua - Mutable - Negativo
Regido por Plutón Regido por Neptuno
Símbolos: el Escorpión y el Águila Símbolo: el Pez
Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas nocturnas - Femenino

ki
La relación ESCORPIÓN-PISCIS
El momento más fascinante para verlos es aquel en que cambia la luna, cuando emiten
extraños gemidos; pero entonces la laguna es peligrosa para los mortales.

u
Si alguna vez hubo criaturas más clarividentes que éstas, que vivieran en un mundo más efímero y embrujado
con lo inefable que aquel en que viven el Pez y el Escorpión, sólo podrían haber estado en la tierra intermedia.
En verdad, estos dos (como Piscis y Cáncer, y como Escorpión y Cáncer), viven en una especie de Tierra
Intermedia imaginaria de su exclusiva propiedad... cerca de una de sus lagunas, claro está. Muy pocos amigos
suyos pueden entenderlos cabalmente cuando están juntos, pero sí se entienden el uno al otro,
profundamente... y por lo general divinamente.
an
He aquí otra de las configuraciones de signos solares 5-9, que en este caso particular vibra a través
del elemento Agua, el cual es más místico y misterioso, más intangible y esquivo, que las vibraciones de las
configuraciones 5-9 de Fuego, Aire o Tierra. Piscis y Escorpión son atraídos magnéticamente el uno hacia el
otro mediante una comprensión silenciosa y poderosa. Conozco a un Pez y un Águila de Escorpión que no
experimentaron este tipo de empatía instantánea cuando se conocieron, y que aún no la experimentan. Pero
esto se debe a que el ascendente y la Luna del Águila están ambos en Virgo, en oposición al Sol del Pez, y a
que otros planetas también se encuentran en un aspecto negativo entre sus cartas. Sin embargo, merced al
trígono natural entre sus signos solares, la influencia 5-9 los ha inducido a poner mucho empeño en
comprenderse el uno al otro. Incluso cuando otras configuraciones planetarias diluyan el efecto positivo de
sus Soles en trígono, existirá una atmósfera de gran comprensión, harán algún esfuerzo por intimar y casi
nunca serán enemigos o tendrán una neta incompatibilidad.
M

Tanto si la asociación es entre progenitor e hijo, entre maestro y alumno, entre amigos, entre colegas, entre
amantes o entre consortes, Piscis y Escorpión casi siempre sintonizarán sus respectivas mentes como si fueran
un par de aparatos de radio de onda corta en la frecuencia del eterno ahora. Normalmente (o sea no siempre,
pero sí en la mayoría de los casos) existirá entre ellos una asombrosa comunicación telepática, una vez que se
confirme que son algo más que simples conocidos de paso. Esto será así tanto si están separados por una
habitación como si lo están por un continente. Sí, aunque estén separados por planos dimensionales, tales
como los que reciben los nombres de «vida» y de «muerte». El centro generador de la conexión astral de este
tipo no depende de la distancia: ni de la distancia terrenal ni de la distancia entre las tercera y cuarta
dimensiones de «vida» y «muerte», respectivamente.
Habrá momentos en que estos dos andarán por un aula, una oficina o una casa sin dar muestras visibles de
que captan sus respectivas presencias. Cualquier testigo próximo podría jurar que ninguno de los dos nota
siquiera la presencia del otro, porque a menudo intercambian pocas palabras. El Pez y el Escorpión típicos
hablan frecuentemente sin hablar, porque comparten una configuración mental silenciosa que funciona por
simpa- tía, y por tanto pueden comunicarse sin contacto verbal -(las palabras son superfluas), más o menos
mediante el sistema telepático de los visitantes del espacio que según dicen algunos se han comunicado con

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los terráqueos. No exactamente así, pero sí con el mismo esquema conceptual.
La madre Escorpión sabe frecuentemente, sin que se lo digan, cuándo su hijo o hija Piscis está
preocupado... e incluso por qué. Y viceversa. El empleador Piscis comprende la tensión de su empleado
Escorpión... y la causa de ésta. Y viceversa. Los amantes y cónyuges —o' amigos— Piscis y Escorpión e
incluso los (niños) compañeros de juego, pueden intuir sus respectivas alegrías y penas. Comprenden sus
respectivas conversaciones.
Con tanta empatía, podríais pensar que estos dos no deberían tener ni una sola área de fricción a su
nombre. Infortunadamente, no es así. Si bien el Cielo en la Tierra está cada vez más cerca, aún no ha sido
totalmente consolidado. El primer problema de la relación entre el Pez y el Águila gira en torno de la
debilidad y la fortaleza. Adivinad quién gana la batalla a última hora... cuál es más fuerte, cuál es más débil.
No temáis arriesgar una conjetura. Ya sabéis bastante de astrología como para someteros a este examen.
¿El Escorpión es más fuerte, el Piscis más débil? No. Es al revés. Quizá no notasteis la estructura de
la pregunta, que incluía la frase «a última hora». Claro que al principio el Escorpión parecerá ser el más
fuerte de los dos. Los dos pertenecen al elemento Agua, y como el agua es el más fuerte de los elementos, por

ki
razones que os he explicado en otra sección de este libro, ello significa que los dos son resistentes. Además,
Escorpión tiene todo ese poder de Plutón acerca del que he escrito... o acerca del que habréis oído hablar o
habréis leído en otra parte. Sin embargo, el poder de Plutón se funda, en gran medida, sobre el EGO. El ego
humano. El poder de Neptuno (Neptuno es el regente de Piscis) se funda sobre una fuerza que ningún arma
del Cielo o la Tierra, de ningún sistema solar, universo o galaxia, puede derrotar. Se llama... humildad. ¿Veis
que he escrito EGO con mayúsculas y humildad con minúsculas? Ésta es precisamente la razón por la cual, al
hacer el balance final, la segunda es más poderosa que el primero. Esto está estrechamente asociado con el
«...muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros». El mensaje requiere meditación.
En el plano de la personalidad humana, el Escorpión que inicia una relación con un Piscis pensando que

u
podrá engullirse al pobre Pececillo merced a la fuerza de una naturaleza más vigorosa y apasionada... recibirá
una sorpresa. Ya sabéis cuán difícil es sorprender a un Escorpión. Sin embargo, no es imposible. En una
competición de voluntades o de sorpresas, el Pez dará la última sorpresa. Y será una auténtica bomba,
totalmente inesperada.
Encaradlo así. Si visteis a un escorpión de la Naturaleza trabado en algún tipo de competición con un pez
de la Naturaleza, ¿cuál de los dos se movía más rápida e imprevistamente? ¿Preferís utilizar como ejemplo
an
simbólico al águila de Escorpión? De acuerdo. ¡Adelante! ¿Cuál puede desaparecer más velozmente, sin dejar
señal ni huella... un pez en el agua o un águila en el cielo? Mirad. El pez ya no está aquí, pero el águila...
bueno, ¿ves esa manchita allá arriba, detrás de aquella nube lejana? Usad vuestros binoculares. Ahora veis la
manchita, ¿no es cierto? No intentéis usar los binoculares para descubrir al pez. Los binoculares no funcionan
en «el abismo».

Espero que no discutan por dinero. Pero quizá lo hagan. El Pez típico peca por generoso (si ello es posible,
pero no creo que lo sea, porque ningún exceso de generosidad debería ser catalogado como un pecado) y lo
mismo vale para el Escorpión, cuando se trata de amigos íntimos, de familiares o de quienes los regidos por
Plutón denominan «los merecedores». Escorpión es pródigamente generoso con éstos, pero con todos los
demás el Águila puede ser un poco mezquina. A Piscis no le interesa realmente saber quiénes serán los
beneficiarios de su munificencia. No todos pero sí la mayoría de los regidos por Neptuno, aplican
inconscientemente la filosofía del manzano. Este no les pregunta a quienes saborean su fruta: «¿Lo merecéis?
M

¿Sois amigos o parientes?», para luego retraer sus ramas si no recibe la contraseña correcta. El manzano da
por igual a dignos e indignos, siempre por la misma razón: si el árbol no diera sus frutos, moriría. El Piscis
medio piensa más o menos así. En el corazón de Neptuno hay algo que se marchitaría y moriría si el chico o
la chica Pez no pudiera dar generosamente cuando el espíritu se lo solicita, cosa que ocurre con maravillosa
frecuencia.
Piscis podría ayudar a Escorpión para hacerle comprender el significado que se ocultaba detrás de las
palabras del Nazareno, cuando preguntó: «¿Por qué os preocupáis tanto por vuestras riquezas? ¡Oh, hombres
de poca fe! No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos [¿dónde
dormiremos?, y así sucesivamente]?... Buscad primeramente el Reino del Cielo [dentro de vosotros mismos]
y todas estas cosas os serán añadidas».
Como Escorpión arde en deseos de demostrar la verdad-oculta-detrás-de-la-verdad de todos los
misterios religiosos, cualquier Águila se beneficiará inmensamente si reflexiona sobre estas palabras. Sólo
cuando el Escorpión entienda cabalmente el mensaje, con compasión final, el Pez y el Águila podrán recorrer
un camino esclarecido, mano a mano y corazón a corazón... un camino llano, limpio de los guijarros de

98 
 
reyertas, competiciones o malentendidos. La mayoría de los Piscis realmente «no piensan en el mañana». y
creen sinceramente «ya es suficiente con las desgracias del día de hoy». Más que suficiente, a juicio de la
mayoría de los Peces, que, según parece, están eternamente implicados y complicados en las tribulaciones de
todos los demás, aparte de las suyas, incluidas las del cartero, las del perro o el gato del vecino, las del
Presidente de los Estados Unidos, las de la tía Samantha, las de una línea aérea, las de Muhammad Ali y las
de diversos amigos, parientes y figuras públicas.
A la inversa, Escorpión, por ser un signo fijo; piensa mucho en el mañana. Es una compulsión. La fijeza
de Escorpión induce a estos hombres y mujeres (y niños) a asegurarse de que tienen algo en reserva para los
años de las vacas flacas: algún tipo de seguro por si les cae encima un golpe del destino o la voluntad de Dios
(es lo mismo). Los Escorpión tienden a pensar en un futuro muy, muy lejano, para precaverse contra cuales-
quiera calamidades que puedan sobrevenirles entonces. Los Cáncer también proceden así, pero su cautela es
de otro tipo, porque la acumulación prevista de cataclismos, tragedias y emergencias que temen los Cáncer
sólo se materializa en un pequeño porcentaje de casos, hablando en términos relativos, mientras que las
desgracias que Escorpión intuye con sus facultades precognitivas casi siempre ocurren (por desgracia)

ki
puntualmente. Probablemente Noé era un signo solar Escorpión (o tenía la Luna o el ascendente en Escor-
pión).

Al Pez también dotado de facultades parapsicológicas no le resultará fácil disuadir a Escorpión de este punto
de vista. Ni siquiera un Piscis habría tenido mucho éxito si le hubiera dicho al profeta y patriarca Escorpión:
«Escucha, Noé, todos piensan que sólo un chiflado como tú puede armar tanto jaleo por un charquito de agua
que probablemente se secará mañana...». En verdad, aunque los Piscis son mucho menos propensos que los

u
regidos por Plutón a ofuscarse y desvelarse por problemas futuros imaginados, cuando el Pez tiene una
corazonada o una intuición realmente contundente, es posible que se deshaga de su displicencia desaprensiva
e informal y que comparta la preocupación del Escorpión. En raras situaciones, esto es. Generalmente, Piscis
opina que Escorpión monta una linda tempestad en un vaso de agua. Hay excepciones, naturalmente, pero
convendría notar que Escorpión tiende al silencio, seguido por períodos de cavilación... en tanto que Piscis
tiende a la locuacidad, seguida por períodos de cavilación. Ésta es la configuración Neptuno-Plutón, que
puede comenzar con una disonancia, para luego distanciarse y reencontrarse en la similitud antes del final del
an
camino... o que puede empezar al unísono (con la cavilación), pero que luego se bifurca en direcciones
distintas antes del final del camino. (Ésta es una meditación vital y profunda, que vale la pena estudiar y no
rozar superficialmente.)

Después de admitir nuevamente que hay excepciones, digamos que algunos Escorpión son, en términos
generales, un poco más propensos que los Piscis a seguir una carrera universitaria. «Pensad —comenta el
Águila—, lo que podría haber hecho Maquiavelo si hubiera estado en mi lugar, sujeto a la presión que ha
recaído últimamente sobre mí.»

El Pez no puede pensarlo, porque no sabe muy bien quién era Maquiavelo. Pero Piscis lo indagará
más adelante. Cuando la gente les dice algo a los Piscis, a éstos les gusta averiguar de qué se trata. Aunque un
Pez haga escarnio de la universidad, él (o ella) admira secretamente lo que los demás aprenden en los
M

claustros tapizados de hiedra. Mejor dicho, la admiración del Pez dura hasta que se descubre que el Escorpión
pertrechado con un título de bachiller, licenciado o doctor, no consigue entender cómo se puede haber
grabado la voz humana sobre una pieza de cuarzo, en la Atlántida... ni tampoco si se la pudo haber grabado.
«Bueno —dice Piscis—, verás, funciona más o menos así...».

99 
 
Mujer ESCORPIÓN Hombre PISCIS
—Espíritu que embrujas esta oscura laguna en la noche de hoy, ¿me escuchas? —exclamó el.

Qué pregunta tan tonta. Claro que ella lo escucha. Si la mujer Escorpión, y el hombre Piscis de los que nos
ocupamos son amantes o consortes, y no sólo amigos, ella escuchó su llamada muchos años atrás, muy
probablemente cuando aún era una niña pequeña, que soñaba con su alma gemela... con la certeza de que esta
alma se hallaba en algún lugar de la Tierra... soñando a su vez con ella. ¿Dónde se encontrarían? ¿Cuándo se
encontrarían? ¿Cómo se encontrarían? Todos estos interrogantes la preocupaban, pero nunca el que giraba en
torno de saber si se encontrarían. Esto lo sabía, como siempre ha sabido muchas cosas relacionadas con el
corazón, el espíritu y el futuro.

ki
Aunque el eco haya sido quizá muy débil, Neptuno también susurró en el oído interno del hombre Piscis
cuando éste era jovencito, que algún día, en algún lugar, de alguna manera... se encontraría con alguien que
entendería su manera de abordar las cosas, y que vería estas cosas no como son en realidad, sino como
podrían ser y deberían ser... como él recordaba que habían sido en un mundo semiolvidado, brumoso, de
antaño, quizás en un sueño.
Entonces él conoció a todas esas chicas fascinantes, las decorosas, las indecorosas, las rectas y las
tortuosas, las tímidas y las audaces... pero todas le parecían superficiales cuando las comparaba con la chica
de sus sueños. Justo cuando creía haberla encontrado, ella decía o hacía algo para recordarle que no era en
absoluto la auténtica.

uPodéis imaginar, entonces, cómo debió de sentir él ese crepúsculo tenuemente purpúreo cuando sus ojos
se posaron por primera vez sobre esta extraña criatura, que parecía tan callada y afable, y sin embargo de
alguna manera tan fuerte, pero sobre todo... tan profunda, y nada superficial. Ella lo miró fijamente, no con
expresión seductora ni coqueta, como todas las otras, sino transparentemente... y sin miedo... hasta que él se
sintió perdido en el agua fresca, verde. Le devolvió la mirada, y algo sucedió. Más tarde, ninguno de los dos
supo con certeza qué había sido. Lo único que sabían era que había sucedido.
Se estaban enamorando, desde luego, en la típica forma Piscis-Escorpión como les sucede a la mayoría de
las personas del elemento Agua. No con fuerza sideral y estallidos de estrellas, como las parejas de signo de
an
Fuego de la vibración 5-9; ni flotando en las nubes como lo experimentan los elementos Aire de esta
influencia 5-9; ni con el trueno retumbante de dos 5-9 del elemento Tierra... sino sumergiéndose en el
misterio, como lo hacen con tanta naturalidad el Pez y el Escorpión.
Una vez que estos dos se han enamorado formal y oficialmente, la vida nunca volverá a ser como antes.
Tendrá más profundidad, más sentido, más emoción y espectacularidad de lo que ellos jamás juzgaron posible
en sus sueños, y esto es mucho decir, dado que se podría afirmar que tanto Piscis como Escorpión son
expertos en soñar. Pero la vida también les reservará algunas aflicciones, irritaciones y frustraciones. Ni
siquiera la configuración de signos solares 5-9 garantiza una armonía absoluta en todo momento... a menos
que tengan una conjunción, un sextil o un trígono Sol-Luna simple o doble entre sus natividades, porque
entonces podrían alcanzar algo próximo a la perfección.
De lo contrario, no obstante su considerable compatibilidad —y es considerable—deberán pasar por
un proceso de aprendizaje. Él deberá aprender, para empezar, por las malas, que el hábito que cultivó durante
los años transcurridos antes de conocerla, a saber, el de utilizar la imaginación para colorear los hechos, o el
de eludir evasivamente las preguntas directas, es sinónimo de problemas. _En primer término, es inútil decirle
M

a esta mujer la menor mentira inocente por razones de conveniencia o cortesía. Ella es capaz de captar el
embuste más insignificante... a muchos kilómetros de distancia. A años luz de distancia. En segundo término,
nada la enfurece más, aunque intente disimularlo, que el intuir que el hombre que ama le oculta algo, tiene un
secreto, aunque sea minúsculo y trivial. Y esto es muy frustrante porque ella pretenderá poder guardar sus
propios secretos cuando se le antoje. Ella tiene derecho a esconder una parte de sí, pero si él procede de igual
manera, está cometiendo uno de los siete pecados mortales. Si cuando ella nació la Luna estaba en Libra, o
Libra se estaba elevando sobre el horizonte oriental, tal vez será más equitativa. De lo contrario, no lo será.
Como el hombre Piscis típico prefiere reservarse sus asuntos privados, y ser un poco circunspecto respecto de
sus planes hasta que está en condiciones de ejecutarlos, el problema salta a la vista.
¿Qué clase de planes podría ocultarle un hombre a la mujer que ama? Tal vez se propone cambiar de
trabajo. o dejar su empleo fijo para seguir una carrera soñada, pero aún no está seguro. O quizá piensa
hacerse vegetariano, pero no sabe muy bien si esto es lo que realmente desea, o medita si debe ponerse o no a
dieta... si debe arrancar las malezas o debe plantar lilas... o se pregunta si debe inscribirse en un curso de
yoga. No tiene por qué ser algo tenebroso o siniestro, ni algo que amenace sus relaciones. Pero a menudo el

100 
 
Pez puede crear la impresión de que sí lo es, con sus indirectas y evasivas.
La mujer Escorpión sabe lo que quiere y a dónde le gustaría ir, aunque no lo anuncie en público ni hable
constantemente del tema. Lo sabe. Y tiene el ímpetu necesario para llegar allí... o para ayudarlo a él a llegar
allí. Puede desplegar una energía asombrosa a la hora de alcanzar una determinada meta, y sus esfuerzos
pueden ser incansables. No se trata de una cuestión de paciencia y fe. Éstas no son las palabras apropiadas
para describir lo que la moviliza. Es más correcto describirlo como una especie de pasión interior que la hace
perseverar con una fuerza de voluntad descarnada para imponer el desenlace específico que ella anhela. Los
obstáculos no significan nada para Escorpión.
El Pez no está tan vehementemente resuelto a llegar a ninguna parte. Disfruta tanto del viaje que no se
preocupa excesivamente por el lugar de destino. No está muy seguro de que en la vida haya algo digno de ese
tipo de esfuerzo que agota todas las energías mentales, físicas y psíquicas del individuo. Y por consiguiente,
hay circunstancias en las que remolonea o se mueve con demasiada lentitud, para el gusto de ella. No estaría
de más activarle un poco la adrenalina, de vez en cuando. Y a ella no le vendría mal que la indujeran
afablemente a reducir un poco su apasionamiento interior. Éste genera úlceras, incluso en las mujeres. (Sí, ya

ki
sé que por fuera ella parece el paradigma de la serenidad... y éste es el problema.) Su tumulto interno, aunque
esté controlado en la superficie, también puede ser tremendamente extenuante para el hombre que la ama.
¿Qué es preferible: un volcán que arroja lava hirviente, y que por lo menos podéis ver y eludir hasta que se
apacigua... o un volcán que está en ebullición por dentro, y que no os da ningún indicio de que puede entrar en
erupción? Los volcanes latentes ponen nervioso al Pez. Si pudiera elegir, él preferiría eludir cualquier tipo de
situación desagradable, tanto si ésta se insinúa para el futuro, como si ya está presente.
Quizá no pueda elegir. Aunque a veces ella lo presione silenciosamente, aunque a veces sea muy
posesiva cuando se siente amenazada, aunque su carácter sea explosivo cuando está realmente enfadada... él

u
la ama. Cuando amas realmente a alguien, no huyes de lo que te lastima. Buscas la forma de llegar a una
transacción, de resolver el problema como sea. Porque sabes que el dolor de la soledad es aún mayor, que el
vacío que experimentarás cuando te falte esa persona será aterrador. Nada podría ser peor que esto. Nada. Así
que haces un intento. Y otro. Y sigues perseverando. Piscis es muy paciente. Pero es posible que al final ni
siquiera el Pez pueda seguir nadando eternamente aguas arriba, contra la corriente, y es posible que entonces
este hombre se zambulla y desaparezca sin aviso previo. Su desaparición (o la de ella) sólo servirá para
hacerlos desdichados a ambos, así que será mejor que se esfuercen un poco más.
an
Muchos amores y matrimonios no pueden sobrevivir a las tormentas, pero Escorpión está resuelta a
mantener intacta su relación, mediante su increíble fuerza de voluntad. Piscis despliega la misma tenacidad
cuando ama, pero ésta es menos vehemente, más tierna y reconfortante, y a él se le pueden ocurrir métodos
más imaginativos para estabilizar el barco contra las olas. Curiosa y desgraciadamente, aunque estos dos
tienen un sentido del humor sano y cuerdo, ninguno de los dos se ríe mucho tiempo ni muy sonoramente
cuando el chiste recae sobre él... o sobre ella. La modestia y la humildad proverbiales de Neptuno parecen
flaquear un poco en este contexto, de tiempo en tiempo. En cuanto a Escorpión ¿cuándo una dama Escorpión
se rió a carcajadas de un chiste que la tenía por destinataria a ella? Nunca.
El Pez tiene ideas muy personales e individuales acerca de la forma de conquistar la seguridad para él y su
dama. Es posible que a ella le procupe que él mariposee con demasiada frecuencia de una cosa a la otra... o
que carezca de suficiente ambición. Él le contestará que si se hubiese atenido a las reglas, si hubiera seguido
un curso por correspondencia, si hubiera obtenido unos cuantos títulos, si hubiera leído libros de perfeccio-
namiento personal, si se hubiera circunscripto a lo suyo y se hubiera portado bien... tal vez habría llegado a
M

ser asistente de tercera en el drugstore de un centro comercial, sin autoridad suficiente para dar el cambio en
la caja.
El hombre Piscis puede zafarse de casi todos los aprietos mediante su elocuencia. Menos de la
desaprobación de una dama Águila. Así que con ella ensayará otra fantasía de Neptuno. La halagará, explicará
dulcemente su punto de vista y le dirá cuánto valora la opinión de ella. Pero esto tampoco dará resultado.
Finalmente, el Pez aprenderá que la única forma de tratar con su mujer regida por Plutón consiste en
franquearse siempre con ella... sí, en tener el coraje de defender sus convicciones, y en no tratar nunca de
eludir el problema con zalamerías, ni con ninguna de las otras armas de Piscis. El Piscis pertenece a la
categoría de hombres a los que les ofrecen un empleo de acomodador durante una serie de conciertos al aire
libre, con una remuneración de cien dólares por cada noche en la que no llueve. Y entonces diluvia durante
veintitrés días seguidos. Ésta es la suerte del Pez. Así que el hombre Piscis no debe abusar demasiado de su
suerte con un Escorpión de sexo femenino. No está en condiciones de derrocharla.

Es posible que a veces la mujer Escorpión llore en plena unión física con su hombre Piscis. Esto se explica

101 
 
porque intuye que nunca podrán remontarse realmente hasta la manifestación cabal de su personalidad, si no
es durante sus momentos de intimidad. Cuando no están abrazados el uno al otro, actúan toda clase de
inhibiciones e influencias exteriores; pero cuando experimentan la fusión, ésta parece ser la respuesta a todo
en el mundo... en su mundo, por lo menos. Cuando están a solas, juntos, ella sabe cuánto la necesita él, sabe
cuánto lo apacigua... y esto la regocija. Es bueno que un hombre y una mujer sepan que se brindan
mutuamente paz y alegría. Él cree que la persigue. en su relación física, pero ella lo persigue a él con la
misma frecuencia, aunque el Pez rara vez lo note. Incluso cuando ella finge indiferencia, lo hace para que él la
desee más.
A estos dos amantes les resulta difícil ser sinceros hasta el fin, el uno con el otro. Pero no importa.
Enseguida adivinarán sus respectivos juegos, y luego simularán no haberlos adivinado. El hecho de dejar algo
tácito suministra una cualidad mística a su acto amoroso. En la expresión sexual de Piscis y Escorpión aflora a
menudo un silencio que les permite decirse más que si hubieran pronunciado mil y una palabras. El agua es
plácida y profunda... cuándo nada la perturba. Así es el amor físico entre estos dos seres del elemento Agua.
Quizá se trate de esta cualidad, o de algo más inexplicable, pero fuera lo que fuere, es muy especial... una

ki
pasión silenciosa, con un trasfondo de vehemencia que espera el momento de desarrollarse... a medida que se
desarrolla su amor.

Una vez oí cómo un médico describía la delicada operación de una mano herida, que había presenciado.
Comentó que el paciente no tendría que preocuparse por la cicatriz, porque el cirujano había sido muy
minucioso, se había tomado su tiempo. y había cuidado que la cicatriz coincidiera con uno de los surcos
naturales de la muñeca, donde nunca la verían.

uAl hombre Piscis y la mujer Escorpión les sucede más o menos lb mismo, cuando se trata de las heridas
normales de cualquier relación entre un hombre y una mujer. Tal vez haya algunas cicatrices en su memoria,
pero coincidirán con los surcos naturales. Estos dos saben amar hasta el final, y ésta es la mejor forma de
amar. Pero ella debe aprender a perdonar, inspirándose en la sabiduría neptuniana de él. Él perdona muy
fácilmente, casi con naturalidad. Ella perdona a costa de un gran sacrificio para su espíritu orgulloso.
Igualmente, él debe aprender de ella a capear temporales, con la convicción —no la esperanza— de que la
nave llegará sana y salva a la costa.
an
Ella puede enseñarle a confiar en sí mismo, un arte que él necesita dominar. Él puede enseñarle lo que
son la fe y la confianza, inculcándole afablemente que el recelo no rima con la serenidad, sino con la
desdicha. Porque ya sea que gane o no el premio Pulitzer, él es un poeta. Si ella cree en él, incluso es posible
que lo gane. O quizá ganará el premio Nobel, como el Piscis Albert Einstein. O, mejor aún, el premio más
valioso que otorga la vida: la felicidad.
M

102 
 
Hombre ESCORPIÓN Mujer PISCIS
Quizá sea indiscreto divulgar que por un momento Garfio la fascinó, y la delatamos sólo
porque su desliz produjo extraños resultados. Si ella lo hubiera soltado altivamente (y nos
habría encantado escribir que esto fue lo que hizo), habría sido despedida por los aires
como los otros.

El extraño resultado que produce, en la mayoría de los casos, la fascinación que experimenta la
mujer Piscis en presencia del hombre Escorpión, es el amor... seguido por el matrimonio. O si no, una
relación apasionada y generalmente inolvidable. Cuando menos, la sumisión de ella a ese primer trance de

ki
hechizo desembocará en una amistad platónica sólida y perdurable. A menos, claro está, que exista un aspecto
muy negativo entre otros planetas de sus horóscopos. Es muy rara la configuración de signos solares con una
vibración 5-9 que termina con una hostilidad activa o un sentimiento de frialdad. Siempre que todas las otras
configuraciones planetarias sean favorables, estos dos están hechos el uno para el otro. No es necesario que
abordemos las amistades platónicas, porque aquí sólo nos ocupamos de la mujer de Neptuno y el hombre de
Plutón que se aman. En el comienzo de este capítulo ya nos hemos referido a la relación neutral del Pez y el
Escorpión (o Águila) que corresponde a los amigos íntimos, los socios y parientes.

Si sus respectivos soles y lunas están en conjunción, en sextil o en trígono, su amor es potencialmente un

u
don de los dioses, como lo es el de cualquier otra pareja de signos solares 5-9. Pero, lamentablemente,
algunos hombres y mujeres Piscis y Escorpión así agraciados dejan que los temores secretos o la desidia
empañen la dicha que está al alcance de sus manos. Si no abren los ojos a tiempo, los dioses podrían
retractarse y despojarlos de su bienaventuranza, y lo que podría haber sido una hermosa relación para toda la
vida —y más allá de ésta— termina en una separación. Hay varias razones para que se produzca esta tragedia.
Sí, a menudo es una tragedia porque, una vez que este hombre y esta mujer han amado real y cabalmente, el
an
recuerdo perdurará hasta la muerte, y después de ella.

Una de dichas razones puede consistir en que, cuando se encuentran por primera vez y comprenden, uno de
ellos, o los dos, están comprometidos con otra persona... y el sentido del deber determina que a uno de ellos, o
a los dos, les falte el coraje necesario para confesar que sus corazones, vistos a través de las ventanas de sus
ojos, se han reconocido súbitamente. A veces, se trata de un sentido del deber mal interpretado, porque el con-
sorte al que se le tributa lealtad termina por ser el perdedor: es muy triste poseer a alguien cuyo corazón
auténtico pertenece a otro. Ésta no es una apología del adulterio o el divorcio, sino un intento de explicar la
forma de evitar el uno y el otro, pues los hombres y las mujeres se equivocan, y se dejan arrastrar a menudo
por sus sentimientos, sólo para descubrir más tarde que deberían haber esperado el momento de experimentar
una pasión más honda en todos los planos de la emoción humana, en lugar de conformarse con un amor
menor y unidimensional. La «anticuada» máxima «es mejor prevenir que curar» no es realmente anticuada ni
anacrónica, sino un testimonio de sabiduría eterna y siempre presente. Como he dicho en otra sección de este
M

libro, «aquellos que Dios ha unido» no son dos personas que se comprometieron precipitadamente antes de
tener la sagacidad indispensable para elegir. Las relaciones humanas son siempre complejas, sobre todo entre
Piscis y Escorpión y a menudo sólo los directamente implicados pueden conocer la magnitud de las
complicaciones emocionales. Los extraños no pueden juzgar la verdad de las cosas por su apariencia
superficial. El Karma es un pozo profundo, que no se puede sondear con una mirada, ni con un fugaz análisis
informal. No hay manera de trocar aunque sólo sea la infidelidad mental en un acto de bondad. Es puramente
negativa. Sin embargo, no puede haber infidelidad donde hay verdad, porque la infidelidad es falaz. La
veracidad puede resolver cualquier dificultad, cuando se la enfrenta con franqueza y compasión.
A veces los niños u otros factores impiden que el hombre Piscis y la mujer Escorpión se unan, y deben
cortar el vínculo. Cuando esto ocurre entre un Pez y un Águila, generalmente éstos experimentan un dolor
profundo, un dolor que posiblemente ni siquiera el tiempo podrá terminar de mitigar jamás. Los amantes
Piscis y Escorpión se encuentran implicados a menudo precisamente en este tipo de situación, por complejas
razones astrológicas y kármicas, y por ciertos matices de carácter y personalidad. Algunos la resuelven
mediante el efecto cauterizante de la sinceridad. Otros, no.
La chica Pez y el Escorpión que no enfrentan ninguno de estos problemas (o que los resuelven

103 
 
juntos) tienen excelentes probabilidades de entablar una relación perdurable en la cual casi nunca habrá un
momento de hastío o aburrimiento. Sin embargo, he aquí una advertencia adicional: si estos dos eluden los
factores de discordia arriba enumerados, es posible que sus propias personalidades superiores o los amos
kármicos pongan igualmente a prueba sus méritos, y los obliguen a vencer la poderosa tentación de caer en
excesos de distinto tipo, por ejemplo en el ámbito de las drogas, del alcohol, de las incursiones imprudentes
en el aspecto más tenebroso de lo oculto, o de la promiscuidad sexual. Éstos son los oscuros abismos que
siempre acechan a los Piscis y Escorpión poco evolucionados que han fusionado sus auras sensibles.

Cuando este hombre y esta mujer superan dichas pruebas espirituales, o en aquellos casos en que desde el
principio no surge ninguno de tales obstáculos a su armonía, la vida es una sinfonía de serenidad y júbilo, de
paz y placer. Naturalmente, habrá algunas percusiones en el movimiento de su concierto romántico: no todos
los pasajes serán interpretados por flautas y violines. El hombre Escorpión tiene una fuerte voluntad,
sentimientos vehementes v convicciones profundas, y se opondrá denodadamente a cualquier tentativa de

ki
conducirlo a donde no quiere ir, tanto simbólica como literalmente. También será más que un poco receloso.
Pero, aunque recele mucho de ella, pretenderá que confíen implícitamente en él, no sólo desde el punto de
vista sexual, sino también cada vez que emite un juicio sobre asuntos que les incumben a ambos. En realidad,
su actitud es muy egoísta. Pero la chica Pez no se disgustará como podrían disgustarse (y tal vez se
disgustarían) otras mujeres frente a su doble escala de valores propia de un hombre dominante. En algunos
casos aislados, la mujer se convertirá en una verdadera Piscis tipo ballena, compartirá estos defectos, y
devorará (o intentará devorar) al Águila que se atreva a criticarla o reformarla, pero como siempre,
estudiamos la relación Neptuno-Plutón típica o media.
La mujer Piscis media no se dejará intimidar por las manifestaciones ocasionales de machismo de su

u
Escorpión. Quizás incluso se sienta secretamente divertida. y en todo caso se las apañará. Mientras él cree que
se está saliendo con la suya, ella lo estará atrayendo dulce y mansamente a la red frágil-resistente de Neptuno
que habrá de capturarlo. Esta mujer lleva dentro, en un sentido mucho más profundo que la mujer Libra, todas
las artimañas femeninas que el hombre ha temido desde los tiempos de Eva. y algunas más que son de su
exclusiva propiedad. Incluso el poderío y la sagacidad portentosos de Plutón constituyen una débil coraza
para protegerse de su feminidad total. El Águila arde en deseos de resolver todos los misterios dignos de este
an
nombre con los que tropieza (se desentiende fríamente de los que no son dignos de este nombre), pero el
misterio de la mística femenina de la chica de Neptuno se le escapará, estará siempre justo fuera de su
alcance... lo cual lo afligirá y torturará inconscientemente de una manera tremenda. (El Escorpión nunca
experimenta nada en pequeña escala.) Sin embargo, paradójicamente, éste es en verdad el señuelo que lo atrae
magnéticamente hacia esta criatura de los múltiples humores, de los múltiples colores aurales y de las
múltiples gamas de sensualidad y pureza. Aunque esto lo frustra y lo desconcierta, también lo induce a
acercarse cada vez más a ella, con el propósito de explorar los abismos de su personalidad secreta.
Hay un rasgo de ella que posiblemente no lo atraerá, sino que por el contrario tal vez lo hará sumirse
en los malos humores de Plutón o replegarse en un clima huraño y ominoso. Este rasgo es su tendencia a
regañarlo. No con frases groseras o estridentes. La chica Pez no procede así. Te azota con una pluma,
reprendiéndote suave, casi tiernamente, discretamente. Discretamente, esto es, a juicio de la mayoría de los
hombres, pero las emociones del hombre de Plutón están tan bien sintonizadas que éste puede captar matices
de la longitud de onda de la dama Piscis que sus semejantes dejarían pasar inadvertidos, beatíficamente. Ella
M

puede erosionar gradualmente la resistencia de un hombre, casi sin que éste lo note, como el impacto
sistemático de una gota de agua. Sin embargo, el Escorpión lo notará. Es posible que después de estar
regularmente expuesto al goteo de su sugerencia sutil, él reaccione con una de esas trombas súbitas que se
producen cuando pierde el control de su autodisciplina y su aplomo considerables. Es peligroso desencadenar
una tromba de la cólera de Plutón. Ésta puede ahogar su amor. Porque él pronunciará palabras lacerantes,
capaces de desgarrar los sentimientos vulnerables de la mujer Pez, en tanto que ella podrá empujarlo a la
desesperación y la impotencia con sus excesos de llanto... de temor... y de comportamiento esquivo, no
obstante su seductor carisma misterioso. Si ella es una Piscis tipo ballena, y amenaza seriamente su virilidad,
él la abandonará, aunque esto lo destroce, con tal de no sacrificar su integridad masculina y de no dejar que
domestiquen su espíritu rampante de Plutón.
Sin embargo, es posible que él vuelva después de haberla dejado, si ella aprende la lección. Tal vez no
volvería a otra mujer, pero ésta hechiza la vigilia de su sueño... y el sueño de su vigilia... de una forma que ni
siquiera él podrá sondear jamás totalmente. Como sucede con todas las vibraciones 5-9, es posible que la
ruptura implique reiteradas reconciliaciones. El intervalo entre la separación y la reconciliación quizás
abarcará un breve lapso de pocas horas o pocos días, a veces abarcará semanas o meses, otras veces años. Es

104 
 
mucho esperar, pero las almas de Piscis y Escorpión son pacientes, y están habituadas a realizar los sacrificios
necesarios para buscar lo más sublime. Ambos captan instintivamente la magnitud de las recompensas que
recibirán a cambio de la fe tenaz de sus corazones.

Cualesquiera que sean las discordancias que se produzcan cíclicamente durante sus partidas de ajedrez
emocionales, sus accesos de cólera y sus silencios mohínos, los momentos felices serán más numerosos que
los tristes. La combinación y el éxtasis que intercambian en su intimidad sexual fusionan a Piscis y Escorpión
con un vínculo invisible, pero muy seguro. Si tienen un aspecto Sol-Luna en conjunción, sextil o trígono,
además de sus Soles en trígono, una vez que este hombre y esta mujer se hayan amado físicamente, además de
emocional y mentalmente, cada uno de ellos confesará, si es sincero consigo mismo, que ninguna experiencia
pasada con otra persona pudo equipararse a ésta, y que lo mismo vale para cualquier experiencia futura.
Nunca. Tienen una excelente razón para mantenerse unidos, cuando ambos ya saben que no podrán
remontarse a mayor altura que la que ya han alcanzado. La vehemencia silenciosa y la total concentración con

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que él hace el amor... el milagro de la predisposición de ella a confiar en él y a entregarle todo su ser... bueno,
cuando una magia como ésta se entreteje con la pasión natural de un hombre y una mujer que se aman, el
deseo no puede desplazarse en una dirección que no sea la circular... volviendo siempre a su génesis.
Cuando las vibraciones de Plutón y Neptuno se elevan a un nivel intensamente emocional, el tema de
la muerte puede entrar en la periferia de su relación. Puede tocarlos de cerca... o de lejos... manifestándose
quizá, sencillamente, en el interés por la reencarnación y por otros varios asuntos generalmente asociados con
la muerte. Un solo ejemplo (y hay muchos) es el poderoso vínculo entre la actriz Elizabeth Taylor y el actor
Richard Burton, en el cual la muerte del marido de Elizabeth, el productor Mike Todd, desempeñó un
importante y místico papel kármico del destino... papel que todavía ni siquiera ellos mismos han captado o

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comprendido cabalmente. No digo esto para entrometerme en su intimidad, porque nunca ninguno de los dos
intentó ocultar al público el orgullo de su pasión y la pasión de su orgullo. Un corneta errabundo no puede
ocultar su trayectoria refulgente a las galaxias curiosas. Naturalmente, la muerte tocará finalmente, en alguna
de sus formas, a toda asociación humana, y no sólo a la de Escorpión y Piscis. Pero la esencia de la muerte, tal
como es creada a través de la fusión embrujadora y embrujada de las pulsaciones combinadas de Neptuno y
Plutón es un tipo de experiencia extraordinaria, y no ordinaria. Contiene siempre un aire de lo
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compulsivamente misterioso e inexplicable.
La única causa realmente importante de desdicha que puede surgir entre la mujer de Neptuno y su Águila
(todas las otras son triviales)... el único peligro que amenaza alguna vez a estos dos seres que sólo deberían
encontrar juntos la satisfacción cabal... no es nunca la incompatibilidad, sino el aspecto egoísta de la emoción
humana que acecha detrás de su devoción, para mantenerlos prisioneros de la naturaleza de sus propios
deseos. Podría ser una palabra apresurada, de la que se arrepienten demasiado tarde... la desconsideración
para con sus respectivas sensibilidades cuidadosamente ocultas pero palpitantes... a veces la desconfianza y
los celos injustificados... las formas destructivas de evadirse del dolor y la desesperación, por ejemplo
mediante el alcohol y las drogas... o quizás una forma leve de engaño o indiferencia fingida que hiere
profundamente al otro-. Es muy triste que este hombre y esta mujer olviden en algún momento la belleza de
los acordes iniciales de su amor, que sonaron cuando el telón se levantó por primera vez sobre el drama de
sus Soles en trígono y canoros.
Podrían tratar de evocar los villancicos del preludio... la melodía inesperada de aquella mañana en que ella
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cayó de cabeza en los ojos de él, como si se hubiera desplomado en un pozo profundo, y no intentó alejarse a
nado. La tarde dorada en que ella rió encantada, como una chiquilla, cuando él le entregó. no un diamante,
sino un ramillete de brezos, humedecidos por la lluvia de abril... la primera vez que la tocó, y ella se
estremeció, y después levantó la vista, sobresaltada... para encontrarse con dos lágrimas gemelas en las
mejillas de él, que hacían juego con las suyas propias. Entonces todo era indómito y libre y estaba barrido
por el viento, como el hecho de correr descalzos por verdes prados de hierba dulce... mientras los halcones se
remontaban en lo alto, y mil globos de circo con rayas rosadas y verdes flotaban alrededor de ellos... cuando
ambos sabían que podían volar alrededor del mundo en ochenta días, como la alondra... abarcados por un
momento en la eternidad, iluminados por los relámpagos... cuando «el hogar» era el círculo de los brazos del
otro. Como todos los amantes de la configuración de signos solares 5-9 esparcidos por el mundo, al principio
Piscis y Escorpión habrían sacrificado reinos en aras de su gran pasión... habrían desafiado universos
íntegros para estar juntos.

Ya se llamen Smith, Glassberg, Mendenhall, O'Malley, Zopfi, Marshall o Brewster... si por lo menos el Pez y
el Águila dejaran que sus recuerdos kármicos escribiesen el tercer acto de su pieza teatral...

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PLUTÓN: ¿No es usted la señorita Lizzie Schwartzkopf? Discúlpeme, pero creo que la conozco de alguna
parte. Quizá nos encontramos en el Nilo... o en la Feria Rural ¿Acaso fue en Acapulco?
NEPTUNO: (suavemente, muy suavemente) Sí. ¡Oh, sí! ¡Así debe de haber sido! Porque sus ojos... me
resultan tan conocidos. Trato de recordar dónde...
PLUTÓN: ¡Ahora recuerdo! Fue en Inglaterra... en el brezal...
NEPTUNO: ...y llovía.

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