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Había olvidado por completo esta historia hasta que un día me pasó
exactamente lo mismo, sólo que ésta vez, en la oficina del Banco de la
Nación.
Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en
el campo de humanidades (alguna madre está en desacuerdo?) y
usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más… como 24).
Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo y,
las remuneraciones más que económicas están ligadas al área de la
satisfacción personal…
Que bonito sería que nuestra memoria pudiera lograr a evocar aquellos
momentos cuando descansábamos tiernos, en el regazo de mamá.
¿Se dan cuenta como los autores de la Biblia una y otra vez comparan la
ternura de mamá con el cuidado de Dios?
¿Podrías creer que tu, una madre natural y humilde podría aspirar a un
plan tan grande como ser madre de naciones?
Querida mamita, Dios tiene grandes planes para cada una de nosotras,
lo comenzó a hacer efectivo desde tu nacimiento, cada uno de sus
proyectos están llenos de esperanza y bienestar, ¿Acaso la dicha de ser
madre no es ya una gracia inmerecida? ¿Madre para qué? ¿Para tener
hijos sin futuro, sin testimonio, sin fortaleza? ¡No! Nuestros hijos, según
el propósito de Dios deberán llenar el título de príncipes, sacerdotes,
pastores, misioneros, profetas, empresarios, profesionales, reyes que
levantarán el nombre del Señor.
· Es diligente y laboriosa
No lo creas, soy igual que tu, o al menos lo era – respondió el amigo con tristeza. En
realidad visito a mi mamá en el cementerio.
Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con
ella pensaba y sentía lo mismo que tú. Y no sabes cuanta falta me hace ahora su
presencia, cuánto no daría por sentir las caricias que con tanto amor me prodigaba, y
que rechazaba porque "ya no era un niño"; ó cuánto me pesa no haber escuchado
todos los consejos que me daba, cuando con torpeza le decía:
"Yo sé lo que hago", y por ello cometí muchos errores. Ay amigo, si supieras ahora
como la busco, y ahora es mi mejor amiga.
Cuando sentado en la tierra fría del camposanto mirando solo su foto en el muro gris,
en el que le puse "te amo", (palabras que nunca escuchó de mis labios), le pido que
me perdone por haber sido tan frío, por las veces que le mentí, y por los muchos besos
que no le di, más el silencio me responde y cuando una brisa acaricia mis mejillas, sé
que ella me perdona.
-Mira con ojos empañados a su amigo y luego dice- Discúlpame este arranque, pero si
de algo te sirve mi experiencia, conversa con ella hoy que la tienes, valora su
presencia resaltando sus virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores, que de
una u otra forman parte de su ser. No esperes a que esté en un cementerio porque
ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma, porque entiendes que ya nunca podrás
hacer lo que dejaste pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No permitas
que te pase lo que me pasó a mí.
En el camino, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la oficina,
dijo a su secretaria: Comuníqueme por favor con mi madre, no me pase mas llamadas
y también modifique mi agenda porque este día lo dedicaré a ella!.
¡¡No dejes pasar este día sin decir "te amo".
“El pecador puede hacer lo malo cien veces, y vivir muchos años; pero
sé que le irá mejor a quien teme a Dios y le guarda reverencia. En
cambio, a los malvados no les irá bien ni vivirán mucho tiempo, serán
como una sombra, porque no temen a Dios” Ecle. 8:12-13
Si piensas que este pecado de maldición solo tiene que ver con una
frase blasfema dirigida con ira, o con una actitud de condenación a
los padres, estas equivocado.
El maldecir en este verso tiene que ver con la indiferencia, desgano
e indolencia de no sustentar a los padres en su ancianidad.
Esta desidia es igual al pecado de maldición, es deshonrar al que te
dio la vida. Cuando tú como hijo te vuelves contra aquella que te
dio a luz, pues tú mismo te quedarás sin luz.
Vivir en la más densa oscuridad es el castigo de los
desagradecidos. El que deshonra a la que le dio a luz será maldito,
la alegría de ellos se ennegrecerá, su prosperidad se extinguirá, su
salud se consumirá, su visión se nublará, y aún la luz de la vida
propia se ahogará.
La luz de la Honra es una antorcha que pasa de generación a
generación, es como una tea encendida que pasa de mano en mano,
así
corre la antorcha de la vida, si honras a Dios y honras a tus padres,
tu generación prevalecerá en la luz que atesoraste con temor.
Pero el hijo que maltrata a su madre se quedará sin descendencia
porque si no sabe ser hijo no merece ser madre.
“La luz de los justos brilla radiante, pero los malvados son como
lámpara apagada” Prov.
13:9
“El temor del Señor es un baluarte seguro que sirve de refugio a los
hijos. El temor del Señor es fuente de vida, y aleja al hombre de
las redes de la muerte” Prov. 14:26-27
“El temor al Señor será una fortaleza donde los hijos podrán hallar
refugio” Salmo 71:5-7
“Al que mira con desden a su padre y rehúsa obedecer a su madre, que
los cuervos del valle le saquen los ojos y que se lo coman vivos los
buitres” Prov. 30:17.
“Qué pasa, hijo mío? ¿Qué pasa, hijo de mis entrañas? ¿Qué pasa,
fruto de mis votos al Señor? Abre tu boca a favor del mudo, en
defensa del desventurado; abre tu boca y da sentencia justa
defendiendo al pobre y al desgraciado” Prov. 31: 1-2,8-9.
Hubo una mujer estéril esposa de un rey, que vivió con la tristeza
por mucho tiempo de no poder ser madre, al verse abandonada y
desatendida por todos, lloraba a solas su desventura. Un día el
Señor se acordó de ella, vio con clemencia su ofrenda, se agradó de
sus votos, y le concedió el privilegio de dar a luz.
Pero el pequeño príncipe Lemuel a diferencia de Samuel o Isaac, que
también fueron hijos entregados en la vejez, no fue adoctrinado como
las maestras Ana y Sara si lo hicieron.
Lemuel inclinó su corazón a los placeres que comprometían un reinado
justo y una generación bendecida, entregó a las mujeres su fuerza
hasta quedar anulado por ellas, el vino ofuscó su memoria y enturbió
su juicio.
Entonces, reaccionando la madre, tomando conciencia que el fin de su
generación sería desgraciada, llama a su hijo con voz suplicante, en
su voz está el reconocimiento de su responsabilidad fallida, es
tiempo de enderezar las cosas, todavía es oportuno recordar sus
votos. Su propio hijo es el fruto de sus votos al Señor. Ahora le
dará un consejo importante, reprensiones que hasta hoy son
relevantes para nosotros.
Advertencias contra la inmoralidad sexual, amonestaciones contra el
beber en exceso, Justicia y derecho para el desposeído, Sensibilidad
por los pobres y desafortunados.
¿Acaso fueron oportunos sus consejos? ¿Haría Lemuel caso de su
madre
anciana? Creo que ella pudo reaccionar a tiempo y con humildad
retomó
la responsabilidad de enderezar la vida que le fue obsequiada.