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procesos productivos, obliga a reflexionar sobre los riesgos que implican no sólo para
la salud de los trabajadores sino también para las comunidades en donde están
emplazados los centros productivos, a través de contaminación de cursos de agua,
contaminación aérea, etc. De allí la necesidad de tener una actitud vigilante, de
apertura, para tratar de identificar cómo el uso de sustancias para fines productivos
puede afectar la salud humana.
En general hay una subvaloración del impacto en la salud humana causado por la
utilización productiva de las sustancias cuando se considera como indicador de efecto
sólo a las enfermedades profesionales. Su reconocimiento a nivel de población laboral
está supeditado a la implantación de programas de pesquisa. Las coberturas de estos
programas en general son bajas, ya que para su implantación es necesario movilizar
recursos y contar con laboratorios establecidos.
Las coberturas de estos programas son aún menores en los trabajadores de las
pequeñas empresas, cuyo peso relativo en la generación de empleo es creciente en los
países de América Latina. También es preciso considerar la falta de protección que
acompaña al desempleo encubierto, representado por el desarrollo de "trabajos por
cuenta propia" que corresponden a estrategias de supervivencia en la mayoría de los
países y que no están exentos de la exposición a agentes químicos peligrosos. Todo
esto configura un amplio sector de trabajadores expuestos a sustancias que no son
objeto de evaluaciones de salud orientadas a la detección de efectos secundarios a
dicha exposición. Una mayoría de los trabajadores labora sin recursos ni asesorías para
la prevención de enfermedades relacionadas con la exposición ocupacional a agentes
químicos.
Organización de la información
El mapa de riesgos permite valorar los efectos sobre las personas de manera
más integral. Considera como unidad de análisis a una unidad funcional de la
línea de producción, integrando a sus participantes en el proceso de
reconocimiento e incluso de valoración de los riesgos. Complementa las
mediciones objetivas con la percepción de riesgos por parte de trabajadores y
supervisores. Puede integrar información de efectos a la salud ya sea bajo la
forma de efectos reconocidos como secundarios a la exposición a sustancias
específicas o posiblemente relacionados con los puestos de trabajo.
Compromete a los integrantes de la línea de producción en el diagnóstico de
situación, lo que favorece el compromiso con las medidas de control ulteriores.
Otra de sus fortalezas es que se inscribe en un proceso dinámico de diagnóstico
que permite tener información actualizada y facilita las respuestas frente a las
contingencias. Las dificultades de su implantación se relacionan con la
resistencia al cambio y las dificultades para asumir compromisos diferentes al
hecho de limitarse a hacer sólo tareas directamente relacionadas con la
producción.