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Introducción
El modernismo inglés es la materialización de la ruptura con los valores y
presupuestos literarios establecidos durante la época victoriana, además implica
también una constante manipulación de la forma, con la intencionalidad que
persigue la innovación, y la necesidad de encontrar nuevos caminos para lograr
representar la nueva realidad sociocultural al iniciar el siglo XX. Es la
experimentación formal la que caracteriza la estética modernista, tal experimento
implica una reinterpretación de la construcción psicológica de los personajes;
puesto que el individuo siempre percibe el mundo real a través de su propia mente,
es por esto por lo que, para los modernistas, la mejor forma de reflejar la realidad
es centrándose en el contenido psíquico de los personajes.
Así pues, es que estos autores -los modernistas- comienzan a dar existencia a
nuevas técnicas y métodos narrativos, enfocándose en representar la subjetividad
de sus personajes. Innovación de gran impacto que tendría eco en la creación
literaria contemporánea y posterior a su época, “El boom latinoamericano” no
despreciaría el ofrecimiento del modernismo ingles en su construcción literaria, el
tiempo interno será de presencia evidente en obras como Cien años de soledad;
donde al igual que en La señora Dalloway, el tiempo deja de ser entendido por los
personajes -la estructura misma de la obra así lo presenta-, como una linealidad,
medible y aprehensible desde la exterioridad.
La señora Dalloway y el flujo de conciencia, la narrativa del tiempo subjetivo
Virginia Woolf refleja perfectamente la disyuntiva que tiene el ser humano entre la
necesidad de disfrutar de su mundo privado y la necesidad de relacionarse con los
demás, atravesadas por la obsesión por el tiempo y la amenaza de la muerte. Para
dar cuenta de la temporalidad, esta escritora recurriría a técnicas complejas en que
el narrador pierde espacio para ganarlo el interior de los personajes, en cuyas
mentes reside el pasado y se vislumbra el futuro; porque la mente es el recinto de
la duración, del devenir temporal que es la vida. Clarissa Dalloway, es jalonada a lo
largo del día por las campanadas del Big Ben, “la hora irrevocable”, las cuales
marcan el tiempo cronológico a lo largo de la novela y son las que hacen regresar
al presente los recuerdos que se suceden en el interior del personaje. El narrador
omnisciente no pasa por alto situarnos en el momento en que se producen los
acontecimientos del relato: “Porque estamos a mediados de junio. La guerra había
terminado…”1 haciéndolo desde el interior de la protagonista, pasando a un primer
plano la voz del personaje y desdibujando al narrador. Así es que acerca al lector al
pensamiento de los personajes, permite seguir las evoluciones del tiempo presente
y pasado en la mente de Clarissa. Hay que tener en cuenta que para el contexto
histórico de Woolf están en boga las teorías freudianas sobre la estructuración
psíquica de los individuos, así como reflexiones desde la filosofía2, que otorgan
preponderancia a la intuición por encima de la razón.
1
Virginia Woolf, La señora Dalloway, Londres 1925, p.9
2
Mario Alzamora Valdez, La filosofía de Bergson, Universidad Pontificia Bolivariana, 9, 1941, p. 144-161.
que se convierten en estáticos y, por lo tanto, en tiempo puro, en eternidad. El
tiempo subjetivo de la temporalidad. Como bien lo plantearía Paul Ricoeur: “El arte
de la ficción consiste así, en tejer juntos el mundo de la acción y el de la
introspección, en entremezclar el sentido de la cotidianeidad y el de la interioridad”3
3
Paul Ricoeur, Tiempo y narración. México: Siglo XXI, tomo 3. 2004, p. 539.
soledad se manifiesta como aislamiento, no solo espacial (Macondo y su
desconocida ubicación que ni gobiernos, ni los mismos muertos conocen), sino
como separación del sujeto y su conciencia temporal, ósea, el propio transcurrir
histórico del personaje, o incluso como progreso colectivo.
Es que Macondo progresa a un ritmo diferente del mundo “exterior”, allí se vive en
un mundo aislado y limitado a la conciencia individual; allí se mantiene un deseo de
independencia de toda ley natural, estatal, humana o divina, el progreso pues, cómo
el tiempo, no se entiende dentro de los cánones efectivos. Se establece como un
espacio de control de su propia conciencia enmarcada en el tradicionalismo, egoísta
y destructivo que le permite aislarse de la realidad del impacto de esas mismas
acciones en los cánones reales.
Conclusiones
El desarrollo de la narrativa de flujo de conciencia que plantea Virginia Woolf sienta
las bases de la innovación narrativa del modernismo inglés el tiempo subjetivo que
termina por expresar como en la señora Dalloway, confluye el desarrollo teórico de
diferentes disciplinas sociales que ven la luz del día durante la primera mitad del
siglo XX, tales innovaciones tienen un impacto preponderante en la forma en que
los autores posteriores, en este caso Gabriel García Márquez, quien toma de ella la
forma de presentar la conciencia temporal interna de los personajes, el impacto de
la memoria en la psicología de los personajes se humaniza, alejándose del
positivismo narrativo del tiempo, como linealidad teleológica común hasta el
momento.
Referencias
Alzamora Valdez, Mario, La filosofía de Bergson, Universidad Pontificia
Bolivariana, Medellín, 1941, p. 144-161.
4
Paul Ricoeur, Historia y narratividad. Barcelona: Paidós. 1999.