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¿NOS ESTAMOS EDUCANDO?

El conocimiento en Colombia es vago, la acumulación de datos y conceptos sin aplicabilidad alguna no sirve
de nada, excepto para frustrar a quien lo posee. La educación está generando maquinas utilitarias, en lugar de
ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos.

La enseñanza en Colombia desafortunadamente se ha caracterizado por ser deficiente, la


calidad de la educación se manifiesta, sobre todo, en la calidad de la sociedad que logra
formarse con su aporte. Es así como vivimos en una sociedad indiferente al conocimiento,
Indiferente al entorno cultural, social y político. Se han obsesionado tanto con el placer de
las redes sociales, por las rumbas, por los video juegos, que ha dejado a un lado la
importancia de educarse, el empobrecimiento educativo es sintomático y el fracaso de una
pedagogía es notable.

Aunque el problema no se encuentra tanto por el último puesto que ocupamos en las
pruebas PISA, sino por creer que una buena educación gira entorno a memorizar, repetir,
aprobar y a obtener buenas calificaciones, sin que exista capacidad de razonamiento y
análisis previo, ya que en la mayoría de estudiantes es nula, sus pasiones son confusas y su
proyecto de vida es incierto. La educación está quedando en deuda con la humanidad, ya
que nos está convirtiendo en un enjambre de parásitos enquistados a una sociedad
discriminadora, maltratadora y violenta.

No sé si este fenómeno es particularmente frecuente en otros países o no, yo por lo menos


conozco el caso colombiano, y en particular el Cauca y pienso que es preocupante. Los
medios de comunicación inciden bastante en esto, la cultura del ocio, de lo inmediato, de lo
estúpido, ha llegado a proporciones vergonzosas y lamentables, cuando observamos una
sociedad sin cultura y sin educación social y política, que solo piensa en mantenerse en
esa posición estática y desfavorable, que los define como seres vivos con mentes inertes.

La educación no puede ser una actividad mecánica, no debe tener por objeto solamente la
acumulación de conocimientos, sino una formación integral del estudiante, que le permita
enfrentarse a la vida y participar en el mecanismo de la sociedad de manera respetuosa,
igualitaria y constructiva. En Colombia, nuestro país, los índices de lectura son
vergonzosos, ya que en Colombia un lector promedio lee dos libros por año, mientras que
en Europa un lector promedio lee dos libros por mes. Si la gente leyera, se daría cuenta que
la “cartilla de convivencia” propuesta por la ministra Parody, no pretende promover o
inculcar el homosexualismo, sino que sea una cartilla ultra avanzada en materia de respeto
a la diversidad, para que a la luz de lo más incluyente e igualitario se revisen los manuales
de convivencia para hacerlos lo más cercano posible al derecho que tiene todo ciudadano,
en razón de que todos discriminamos en esta sociedad descompuesta, corrupta e
indiferente.

Esto indica que el motor que transforma la humanidad es la educación, esta no sólo sirve
para encontrar empleo sino para estructurar la sociedad, si no hay educación, si el pueblo
no se educa seguirá tomando malas decisiones, como suele suceder cuando de elegir
gobernantes se trata, por ello se debe inculcar una educación que transgreda más allá de lo
común. Solo de esa forma evitaremos la ignorancia, la violencia y que se repitan patrones
de exclusión, de marginalidad y de pobreza, pues soy una convencida que solo desde la
educación se pueden hacer frente a estos problemas.

Un viejo aforismo encierra la conclusión de este artículo: "Estudia, niño, y no serás, cuando
crecido, el juguete vulgar de las pasiones, ni el esclavo servil de los tiranos".

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