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Lugares y espacios.

Una mirada sobre


los escenarios
contemporáneos

Natalia Giglietti1 // Profesora de Historia de las Artes Visuales, Facultad de Bellas


Artes (FBA), Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Ayudante de la cátedra Lenguaje
Visual IB, FBA, UNLP. Becaria de iniciación, Secretaría de Ciencia Técnica, UNLP. Directora
de Arte, Prosecretaría de Arte y Cultura, Secretaría de Extensión Universitaria, UNLP.

Francisco Lemus // Profesor de Historia de las Artes Visuales, Facultad de


Bellas Artes (FBA), Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Ayudante de las cátedras
Fundamentos Estéticos, Estética y Lenguaje Visual IB, FBA, UNLP. Coordinador de Artes
Visuales, Prosecretaría de Arte y Cultura, Secretaría de Extensión Universitaria, UNLP.

A partir de una mirada contemporánea, si- mite abordar de manera reflexiva y crítica
tuada precisamente a principios del siglo cuestiones claves como la ruralidad, la
XXI, se pueden evidenciar las transforma- condición urbana, los desplazamientos y
ciones que han acontecido en la represen- las zonas de intersticio. Estas obras cons-
tación del espacio en diferentes produccio- tituyen el acopio de producciones elegido
nes artísticas de la actualidad. Desde este para formar parte de un proyecto exhibi-
enfoque, se tratará de trasponer la conver- cional con relación a la investigación y la
gencia de los medios2 a los temas del arte curaduría en artes visuales.
con relación a los procesos de intersección,
transacción y diálogo; movimientos de
tránsito, tensión y fusión. Imágenes rurales3
Por medio del estudio de una selección
de producciones artísticas se dará cuen- Lo rural, es decir, lo que comúnmente aso-
ta de aquellos puntos de encuentro en- ciamos con todo aquello relativo al campo,
tre imágenes rurales y urbanas y que por a sus personajes, sus hábitos y caracte-
consecuencia, conducen al esparcimiento rísticas espaciales singulares, soportó la
de los elementos que solían componer el pesada carga histórica proveniente de Eu-
binomio modernista “naturaleza/cultura”. ropa y fue protagonista, en los inicios de
Cabe aclarar que dichas obras se corres- la institucionalización del arte argentino,
ponden al período que abarca fines de los de los debates en torno a lo que debía ser
años noventa hasta la actualidad, ya que el llamado arte nacional. Por ello, apelar
consideramos a esta última década, más a la ruralidad no sólo implica un traslado
allá del canon contemporáneo, como un espacial, sino también histórico, ideológi-
fragmento de la historia reciente que per- co y emotivo que se encuentra instalado e

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imbricado en aquel que observa, teoriza y nas campestres podrían ser consideradas económicas.
produce imágenes. como paisaje, en este caso, como el paisaje En cuanto a la concepción peyorativa
La pampa, nuestra área rural por exce- nacional? del campo como sujeto para la producción
lencia, constituyó el foco de atención de La importancia otorgada al paisaje y la artística, podemos observar que numero-
aquella generación que ambicionaba im- frustración de estos primeros agentes cul- sos artistas contemporáneos retoman esta
portar una identidad sobre el aparente va- turales al observar la monótona llanura que deuda para renovar los modos de acerca-
cío que presentaba el país. Fue así como, ocupaba un gran porcentaje del territorio miento. En las fotografías La serie de las mil
se entretejieron, por un lado, los notorios argentino, se encuentra diseminada en muertes, de Rosan Simonassi, por ejemplo,
contrastes entre lo civilizado y lo bárbaro, varias causas. Una de ellas es que el pai- aparece la artista como un punto apenas
la ciudad y el campo. Por otro lado, dicha saje constituía la caracterización de un tipo visible en la inmensidad de la llanura, que
división se aplicó en el terreno de las artes singular de producción artística argentina apela no solo a la imaginación de la propia
en consonancia con estos discursos, ya lo que, desde luego, devenía en el ansiado muerte sino también a la del escenario ele-
escribía un gran protagonista de la época, encuentro con el verdadero arte argenti- gido que es justamente aquel lugar que, tal
Eduardo Schiaffino en La evolución del no pero como mencionamos, la extensión como lo estigmatizó la historiografía nacio-
gusto artístico en Buenos Aires: “Las pla- pampeana no resultaba inspiradora para nal, remite al pasado, al orden de lo inmóvil
zas públicas eran simples ‘huecos’, des- constituirse en paisaje y menos aún si “La y de lo estable. En palabras de Michel De
pojadas del adorno de la vegetación, los idea misma del paisaje implica separación Certeau, podría decirse que “finalmente
alrededores de la ciudad extendían hasta y observación”.6 Por lo tanto, definir un puede reducirse al estar ahí de un muerto,
el confín lejano del horizonte, la desnudez ambiente como paisaje provoca una rup- ley de un ‘lugar’ (de la lápida al cadáver, un
desesperante de una landa infinita”.4 tura de lo cotidiano y por ende, suscita la cuerpo inerte […])”.9 De la misma manera,
La problemática se ampliaba a medi- incorporación de un observador que mira en la serie fotográfica Estilo pampeano
da que otros personajes adicionaban sus el entorno circundante y hace de él una (2005), de Gustavo Frittegoto, se incorpo-
convenciones y criterios estéticos. Este apreciación estética, moral, sentimental o ran en el centro de la imagen una serie de
fue el caso de Rafael Obligado5 quién, en ética. La sensibilidad de este observador reencuadres que provocan una ruptura en
el artículo “Sobre el Arte Nacional”, inten- que es consciente de su contemplación y la lectura acostumbrada del campo, para
tó demostrarle a Schiaffino las cualidades de la experiencia estética que lleva a cabo, sugerir la pérdida de fidelidad del paisaje,
estéticas que tiene la pampa, un desierto y evidencia una separación con el observa- convicción proveniente de la tradición pic-
un problema para los hombres de la gene- dor acostumbrado a ese entorno no solo tórica renacentista, ya que los reencuadres
ración del ochenta. porque habita en él sino porque obtiene parecen actuar como ventanas abiertas al
La negativa carga simbólica que se le de él, recursos para su subsistencia, como mundo.
adjudicó al campo, a la pampa, al desier- agrega Williams: “Un campo en actividad Hablar de construcción del ambiente
to, llegó a ser tan abundante que incluso productiva casi nunca es paisaje”.7 es también inferir en las construcciones
actualmente, al mencionar este espacio, En el Granero del mundo,8 la mirada ideológicas y políticas que acarrea la insul-
se activa de manera inmediata y se lanzan, económica y política sobre lo rural con- sa llanura. May Bovorovinsky y Alejandra
con relación a él una infinitud de conceptos formó, indudablemente, la concepción Kehayoglou, en la intervención Sistema
peyorativos. Por este motivo, para la mayo- privilegiada, cuestión que dificultaba una Banquina (2009), reconstruyen una ruta
ría de estos hombres de fines del siglo XIX, mirada sensible del ambiente campestre. con su respectiva banquina para hacer
el horizonte solitario, el pastizal en movi- Sin embargo, en estos últimos tiempos los foco en la variedad de flora y fauna de la
miento, las lagunas deshabitadas, el cielo artistas volvieron a retomar los debates región pampeana y en la propiedad priva-
predominante y el ganado en la inmensi- y divisiones para solapar e intercambiar da. De este modo, ponen en discusión tan-
dad… remitían a imágenes de la barbarie y las miradas. Obras como Pampa de carne to la designación de “desierto pampeano”
del atraso del pueblo. Y solo para una mi- (2008-2011), de Roberto Fernández; Per- como la explotación, la apropiación y la
noría, como Obligado, representaban una der la cabeza (1998), SRA (2003), Cincha desigual distribución por parte de grandes
fuente inagotable de riqueza creativa tanto (2002) y Lonja (2002), de Cristina Piffer y el terranientes. En este sentido, la serie Ne-
literaria como pictórica. proyecto Vacas de lana (2008), de Alejan- cah 1879 (1996-2003), del fotógrafo Res,
De esta manera, las imágenes rurales dra Kehayoglou, se concentran en detalles coloca el acento en la llamada Campaña
se iniciaron atravesadas por el dilema sí formales, materialidades y expresiones co- del Desierto,10 para contraponer el antes y
realmente eran ellas las apropiadas para nocidas mediante las cuales activan la revi- el después de una región en la que se ha
conceptualizar la identidad argentina en sión y la reflexión en torno a la construcción exterminado a su población indígena para
su totalidad. En cuanto a la identidad es- histórica de la ruralidad, el sentido común la explotación agrícola comandada por la
pecífica del arte argentino, se adicionaron aplicado y los variados tintes que adquirió oligarquía terraniente.
otras preguntas, por ejemplo: ¿Las esce- lo rural en diferentes coyunturas políticas y En fin, el paisaje rural se compone, ade-

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más, de otros elementos que lo caracteri- los formales provenientes de álbumes de
zan, como los mencionados y descriptos vista de fines del siglo XIX (fotografías, gra-
por Laura Malosetti en el catálogo de la bados, dibujos), la intervención digital, el
exposición Pampa, ciudad y suburbio rea- simulacro y la crítica mediante la inversión
lizada en 2001, Fundación Osde, ciudad de de las categorías establecidas (la transfor-
Buenos Aires. La curadora habla del cielo mación de lugar a espacio, en relación con
en la pampa y para ello cita a un recono- los conceptos desarrollados por el pensa-
cido artista: “Fue Eduardo Sívori quien dor francés) o a través de la búsqueda y el
siguió persiguiendo con tenacidad esa rescate de detalles y fragmentos singulares
imagen sublime. Buscaba-en sus propias que fueron olvidados o pasados por alto.
palabras- “pintar una pampa inmensa, in- Finalmente, es necesario remarcar que
conmensurable, que asuste […] pampa y las ideas sobre las escenas rurales que
cielo, nada más”.11 En la llanura, comenta planteamos no pueden ser leídas ni com-
Malosetti, lo más espectacular sucede en el prendidas sin discriminarlas de lo que es-
cielo “sobrecogedores cielos de tormenta capa de ellas. ¿La urbe? ¿Cuál es el linde
o apacibles, surcados por las formas cam- entre estos dos ámbitos? Como sostiene
biantes de las nubes, cielos diáfanos, los De Certeau, delimitar un espacio implica,
extraños colores del atardecer o la inmensa en todo momento, un juego de deslindes
bóveda estrellada […]”.12 En este sentido, que se construyen a partir de la otredad:
el tríptico fotográfico Cielito Lindo (2005), Desde la distinción que separa al sujeto
de Julio Grinblatt, invierte el cielo, uno de de su exterioridad hasta las divisiones que
los agentes dinámicos primordiales de la localizan objetos, desde el hábitat (que se
pampa; y siguiendo la caracterización que construye a partir del muro) hasta el viaje
realiza De Certeau, lo inmoviliza y borra los (que se construye con base en el estableci-
itinerarios. Por último, los pastizales como miento de una ‘otra parte’ geográfica o de
océanos de pasto además de ser detalles un ‘más allá’ cosmológico), y en el funciona-
de la inmensidad, como en la fotografía miento del tejido urbano y en el del paisaje
Paisajes (2008), de Mariela Constant y en rural, no hay especialidad que no organice la
la alfombra Pastizal (2011), de Alejandra determinación de fronteras.14
Kehayoglou, transforman el lugar –lo iner- Por ello, si bien no desechamos el con-
te, los yuyos, la inutilidad– en espacio. De traste entre lo rural y lo urbano, contraste
Certeau, en La invención de lo cotidiano, que existe y que se encuentra atravesado
sostiene que hay espacio cuando: por variantes históricas, políticas, económi-
se toman en consideración los vectores de cas e ideológicas, lo importante, desde una
dirección, las cantidades de velocidad y la mirada contemporánea, es no limitarnos a
variable del tiempo. El espacio es un en- demarcar sus diferencias sino sus puntos
trecruzamiento entre movilidades. Está de de interacción y sus zonas de tránsito.
alguna manera animado por el conjunto de
movimientos que ahí se despliegan […] el es-
pacio es un lugar practicado.13 Escenas urbanas
Además, el espacio implica un recorrido,
una acción que está dada, en el caso de Para la ensayista Zenda Liendivit proyec-
Constant, por los cambios en las configura- tar un espacio es proyectar el tiempo, es
ciones clásicas del campo: anula la línea de aspirar a una determinada forma de habi-
horizonte y esto modifica el punto de vista talidad, es decir, proponer continuidades o
y resquebraja la sensación de inmensidad. rupturas y tensionar diferentes elementos
De esta manera, en las producciones ar- para generar entre ellos una interacción
tísticas contemporáneas podemos obser- constante.15 La ciudad como una proyec-
var distintas operaciones que se ponen en ción de espacios diversos constituye un re-
juego, como el refuerzo de los clichés que pertorio de formas y contenidos donde los
todavía se mantienen intactos, la revisión cuerpos que la transitan le otorgan nuevos
histórica mediante la apropiación de mode- sentidos. Existe una estrecha relación entre

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la corporalidad que al trasladarse modifica como Escena de un conflicto (2006), de con la mixtura sucedida dentro de los pro-
diariamente la funcionalidad del trazado Marco Bainella; Proyecto nudo de autopis- cesos de hibridación cultural. De esta ma-
urbano y la organización técnica de los re- ta (2010), de Graciela Hasper y las últimas nera, se puede entrever aquella disociación
cursos que hacen a la urbanización misma, pinturas de Pablo Siquier, constituyen re- existente entre el mapa como conjunto de
tales como la arquitectura, la ingeniería, la presentaciones de la ciudad en estos esta- signos y símbolos que apela a la mezcla
publicidad, etc. Los usos de lo lejano y lo dos de despliegue y repliegue: conflictos donde aún se identifica la identidad de los
cercano en relación con el tiempo y las vías vecinales de medianera, accesos a autopis- elementos que la componen, mientras que
de comunicación: las contraposiciones en- tas, patrones arquitectónicos, el tránsito en la cotidianeidad la fusión se presenta de
tre lo urbanizado y lo rural o el centro y la y la morada, contenedores y reguladores, manera más continuada e integrada a las
periferia y el anhelo melancólico por la na- muchas veces insuficientes, de los modos diferentes formas culturales.
turaleza son tópicos frecuentes en la pro- de vida de la metrópolis. A diferencia del A partir de una breve mirada de la obra
ducción artística. La primera, es vinculable campo, que ofrece un espacio infinito, la Historias del M2 (2008), de Graciela Sacco
de manera directa a una coyuntura global, ciudad nos brinda un espacio finito que, y Guía de la inmovilidad (2003), de Jorge
mientras que la segunda y la tercera for- según Monguin, dispara trayectorias infini- Macchi, es posible visualizar, por un lado,
man parte de la historiografía argentina y tas en distintos sentidos iniciadas por dife- los límites contradictorios en cuestión. De
de la construcción del par dicotómico, cam- rentes trayectorias corporales. Desde este esto se podrían desprender los siguientes
po y ciudad. punto de vista, el paisaje urbano no sólo interrogantes: ¿Qué sucede en el espacio
Resulta claro que la mirada idealizada ofrece un acopio de elementos arquitectó- mínimo que puede ocupar una persona en
hacia el paisaje natural no es ajena a las nicos sino que se ve imbuido por cartele- una gran ciudad superpoblada y cuáles son
imágenes que deambulan a partir de los ras, señalizaciones, medios de transporte y los inconvenientes presentados a la hora
procesos de mundialización de las ciuda- comunicación, es decir, si bien existen re- de trasladarse en esa infinitud inabarca-
des. Textos recientes, como los de Oliver presentaciones de fábricas con chimeneas ble? Por otro lado, es interesante pensar
Monguin,16 nos brindan una importante humeantes la producción actual es proclive que lo que sucedía en zonas de contacto,
reflexión acerca de la metropolización a mostrar el recorrido urbano necesario como la frontera, se impone en el centro
sucedida en términos de dispersión, frag- para llegar a la fábrica y las vicisitudes pro- de la vida cotidiana urbana y el “allá” le-
mentación y multipolarización y cómo esta pias de ese camino. jano, como bien cita Chambers, comienza
situación ha invertido el rol de la ciudad He aquí unas preguntas: ¿Qué lugar a aparecer en el “aquí”. Adriana Bustos, en
como sistema contenedor de flujos de per- ocupan los mapas en la cotidianeidad de la fotografía Objects in a mirror are closer
sonas, para verse obligada a adaptarse a las urbes? y ¿Cómo es que se representa than they appear (2005), plantea este do-
las nuevas reglas de juego propuestas por lo no planificado en el trazado urbano? Se- ble juego entre en el espacio público de la
la nueva cultura urbana. De este modo, gún Ian Chambers, la configuración de un calle y el espacio privado de la propiedad
el paisaje como género se entrecruza con mapa está condicionada, exclusivamente, con relación al centro y a la periferia de
escenas de la contemporaneidad que pro- por la estabilidad de los terrenos; poseen un mismo trazado urbano, ya que desde
blematizan sobre los múltiples marcos de referencias e indicaciones que parten de el espejo retrovisor de un coche se puede
referencia de la urbe-espacio que se ha- la disposición variable del espacio a través avistar a un recolector de cartones. Desde
bita de manera fluctuante y vertiginosa. del tiempo histórico en una geografía mixta una mirada materialista de la historia se
Palabras como ciudad, lugar y urbano es- de poderes políticos, económicos y cultura- evidencian cuestiones de clase, pero a su
conden realidades contrastadas e incluso les. Sin embargo, este registro resulta insu- vez la obra plantea dos formas de habitar
contradictorias. ficiente ante el flujo de personas y hábitats la urbe, por ende, dos formas de transfor-
La ciudad está atravesada por dos tipos sucedidos en la ciudad.18 El video de Her- marla cotidianamente. Algo similar presen-
de condiciones urbanas, la de la experien- nán Khourián, Caminando,19 presenta a un ta Diego Bianchi en la instalación del año
cia urbana en sí y la del estado actual ur- grupo de personas de la comunidad boli- 2006, Pantano Post Productor (PPP). En
bano. La experiencia urbana se caracteriza viana que transitan/ circulan por un ciudad ella, el artista intenta reproducir un parti-
por producir pliegues entre el adentro y el en llamas. Sin perder de vista el contexto cular sistema disfuncional de elementos,
afuera, lo interior y lo exterior, el espacio y el germen del proyecto del grupo “Con- como baldes, palanganas y ladrillos alrede-
público y el espacio privado. De este modo, tinente”, la propuesta audiovisual del ar- dor de un pantano barroso; las similitudes
se podría decir que la experiencia ideal tista reflexiona acerca de las migraciones, de esta obra de sitio específico con asenta-
se encuentra de manera dialéctica con el las identidades y los diferentes grupos que mientos periféricos es inevitable.
estado actual urbano que varía entre des- conviven de manera conflictiva en un gran Dentro de esta generación de sentidos,
pliegues y repliegues, dando como síntesis ciudad como Buenos Aires. Al reparar en el los personajes de Cristina Schiavi que con-
aquella posciudad que vivencia constante- concepto de geografía mixta mencionado forman la serie de objetos Paisaje Urbano
mente formas extremas.17 Algunas obras, por Chambers, es inevitable no vincularlo (2000-2001): Derrame, Desague, Esquele-

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to, Ciudadano I, Cíclope y Mecano indagan to son cualidades intrínsecas de la cues- frontera o pasa por debajo de él y esquivan-
acerca de los acontecimientos del entra- tión. Por este motivo, en las propuestas do el veloz tránsito de los automóviles huye
mado urbano no sólo desde sus nombres artísticas que hemos mencionado se visua- precipitadamente por la calzada movida por
sino desde sus formas sintetizadas prove- lizan sitios no frecuentes, fragmentados y el impulso de huir del pasado e imbuida por
nientes del mobiliario doméstico y de los también, lugares comunes y totalidades la promesa del norte.23
colectivos de línea. En esta obra aparece el que incluso bordean el cliché como estra- Actualmente, tanto la ciudad como el
hogar como un lugar de intimidad y mora- tegia visual. Estas operaciones estéticas, a campo presentan nuevas transformaciones
da pero también, como refugio móvil por- la hora de representar escenarios urbanos en su representación, porque las relaciones
tador de un gran acopio de elementos que y rurales y obviamente sus intersticios, se humanas sucedidas en esos ámbitos han
atestiguan las mudanzas, los traslados, las presentan de manera constante. Este es el variado desde sus orígenes geográficos y
largas estadías fuera de casa pero también caso de las fotografías de Alberto Goldens- políticos. Los procesos de contemplación
la llegada. Asimismo, el Proyecto Hábitat, tein, principalmente las pertenecientes y asimilación de lo circundante mutaron
iniciado por la artista Fabiana Barreda en a la serie de Mar del Plata, en las que se hacia acciones más activas y participativas,
1996, indaga acerca del sujeto y de los ima- presenta la totalidad explícita de las pos- cuyo resultado es el otorgamiento de un
ginarios sociales.20 La influencia de lo ma- tales turísticas. Otro ejemplo de operacio- nuevo lugar a los sujetos en el arte. Ade-
terial en elementos de la vida social, tales nes estéticas que se presentan de manera más, nos encontramos con obras artísticas
como el cuerpo, la alimentación y los luga- constante es la serie de fotografías de que operan en la frontera, obras que se
res, es representada en diferentes arquitec- inundaciones de campos de Matilde Marín, instalan como lugar tercero, que transitan
turas habitacionales utópicas presentadas Paradisus (2010), en la que se puede perci- entre los núcleos concentradores.
en fotografías, backlights y maquetas. De bir la fragilidad de la tierra a partir de cada De esta manera se presentan numero-
este modo, la ciudad puede ser vista como fragmento mostrado. sas obras que disparan un problema: las
un gran reservorio de constructos sociales Al observar estas dos formas de produ- interacciones. Este es el caso de la instala-
e imaginarios, como instituciones, leyes, cir imágenes resulta llamativa la existen- ción de Eliana Heredia, Paisaje traicionado
tradiciones, creencias y comportamientos. cia de totalidades abruptas y avasallantes (2006), que consiste en la incorporación
La casa no solo funciona como reducto de en el arte contemporáneo, no obstante se de piezas de gomaespuma irregulares que
la institución familiar, sino como parte de la presentan minuciosos trabajos de lupa y avanzan progresivamente en el espacio.
tradición urbana; en el caso de las obras de excavación, como son los del detalle y el Otro ejemplo es la obra de Hugo Vidal,
Barreda, se complejiza, se adapta a nuevos fragmento. Estas operaciones estético-con- Paisaje (2003), en la que si bien el autor
espacios y materialidades. ceptuales, además de las que hemos des- trabaja con materialidades ligadas al ám-
Finalmente, es posible argumentar que, cripto a lo largo del trabajo, forman parte bito urbano (neumáticos y trozos de loza),
por el momento, todo análisis del proble- de una primera aproximación al análisis de la disposición espacial y la organización
ma abordado resulta contingente, ya que la las imágenes de la ruralidad y la urbaniza- formal nos remite a escenarios bucólicos.
organización urbana fluctúa entre el centro ción en el arte contemporáneo. En este sen- Eduardo Gil, en Cartel Blanco (2006), se
y la periferia constantemente de manera tido, creemos que es posible hablar de un instala también de manera más explícita en
centrífuga y centrípeta al establecer un paso del viejo conflicto naturaleza-cultura los puntos de contacto entre lo urbano y lo
recorrido infinito en un espacio circunscrip- a un nuevo conflicto entre personas. Las si- rural. De la misma manera, Pablo Accielli,
to.21 De este modo, la fluctuación constante guientes palabras de Ian Chambers se vin- en Alpes prácticos (2007), juega, a partir
proporciona nuevos y disímiles elementos culan con una cuestión fronteriza particular de los encuentros y en los lindes, con sus
de abordaje en la representación visual pero, a su vez, permiten vislumbrar el nivel blanquecinos Alpes encerrados y hacina-
contemporánea de la ciudad. de alcance de la problemática planteada: dos en una pequeña jaula. Finalmente, po-
En las autopistas del sur de California, alre- demos llamar delincuentes a estas obras-
dedor de Tijuana, cerca de la frontera mexi- fronteras, como define De Certeau24 para el
A modo de cierre cana las señales de la ruta suelen asociarse relato, son obras que se instalan capricho-
con el encuentro entre naturaleza y cultura: samente en los intersticios de los códigos
A la hora de hablar del arte en su estado símbolos que exhiben un ciervo en actitud de para alterarlos y dislocarlos.
actual, Arlindo Machado retoma el concep- saltar, osos en acecho, nos indican que de-
to de multiplicidad de Italo Calvino, quien bemos estar atentos a su posible aparición
lo define como un conjunto de “redes de en la ruta. En este caso el icono es diferente
conexiones entre los hechos, las personas, y hace referencia al tráfico del cruce cultural.
las cosas del mundo”.22 Desde el enfoque El gráfico muestra gente caminando. En su
del escritor italiano, la escritura múltiple, lo desesperación por escapar de un destino de
heterogéneo, lo simultáneo y el movimien- pobreza, la gente corta el alambrado de la

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Notas entre el paisaje y el arte nacional y discute con las con- 15 Zenda Liendivit, Territorios en tránsito. Ensayos sobre

1 Los autores forman parte del proyecto de investigación cepciones de Schiaffino y Oyuela. Ver: Rafael Obligado, la ciudad moderna, 2008, p. 186.

“Arte y Medios. Entre la cultura de masas y la cultura de “Sobre el arte nacional”, 1943. 16 Oliver Monguin, La condición urbana. La ciudad a la

redes”, realizado en el marco del Programa de Incentivos 6 Raymond Williams, (19739 El campo y la ciudad, 2011, hora de la mundialización, 2006.

del Ministerio de Educación de la Nación, período 2010- p. 163. 17 Ibídem, pp. 21-23.

2011. 7 Ibídem, p. 164. 18 Ian Chambers, Migración, cultura, identidad, 1994,

2 Arlindo Machado, El paisaje mediático sobre el desafío 8 Término con el que se hace referencia a la República p.127.

de las poéticas tecnológicas, 2000. Argentina. Nace con los cambios económicos introdu- 19 Hernán Khourián, [Video] Caminando, proyecto “Siete

3 Una versión más amplia, con selección de otros autores, cidos por el modelo agroexportador. Miradas del Bicentenario de CONTINENTE”, Centro de

se presentó en las VIII Jornadas Nacionales de Investi- 9 Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano I. Artes Investigación y Desarrollo de Proyectos vinculados a

gación en Arte en Argentina, organizadas por la Secre- de Hacer, 2000, p. 139. las Artes Audiovisuales, Universidad Nacional de Tres

taría de Ciencia y Técnica y el Instituto de Historia del 10 La Campaña del Desierto (1869-1888) fue una campaña de Febrero, 2010.

Arte Argentino y Americano, Facultad de Bellas Artes, militar llevada a cabo por el gobierno argentino contra 20 Cornelius Castoriadis, La institución imaginaria de la

UNLP. pueblos originarios con el fin de dominar toda la llanura sociedad, 1975.

4 Eduardo Schiaffino, La evolución del gusto artístico en pampeana y la Patagonia. 21 Oliver Monguin, op. cit., 2005.

Buenos Aires, 1982, pp. 21-25. 11 María Laura Malosetti, Pampa, ciudad y suburbio, 22 Italo Calvino, citado en Arlindo Machado, El paisaje

5 Rafael Obligado (Buenos Aires, 1851-1920) fue un poeta 2007, p. 103. mediático: sobre el desafío de las poéticas tecnológi-

argentino que se caracterizó por trabajar en sus escri- 12 Ibídem, p. 118. cas, 2000.

tos sobre el paisaje argentino. En el artículo “Sobre el 13 Michel De Certeau, op. cit., 2000, p. 129. 23 Ian Chambers, op. cit., 1994, p. 14.

arte nacional” se involucra en la polémica relaciones 14 Ibídem, p. 135. 24 Michel de Certeau, op. cit., 2000, p. 142.

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