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¿Todos los ensayos son argumentativos?

Esta pregunta es un tanto difícil de responder. En un ensayo, por ejemplo, de carácter


expositivo, se puede fácilmente desarrollar una determinada línea argumentativa. Es
decir, ambos tipos pueden mezclarse, y en ese caso se estaría ante un ensayo
expositivo-argumentativo.
Si una persona decide “exponer” sobre los efectos negativos y positivos del
calentamiento global con un lenguaje sencillo, quizás también quiera argumentar
acerca de porqué es importante la inversión en energía verde.
Se podría afirmar, por tanto, que un ensayo puede ser considerado “argumentativo”
cuando tiene como objetivo presentar un razonamiento coherente y bien explicado
acerca de un tema y provocar así la adhesión del lector al argumento que describe.

Características del ensayo argumentativo

- Presentación de un punto de vista sustentado en la estructura de todo ensayo:


introducción, cuerpo o contenido, y conclusión.
- Desarrollar el argumento en forma detallada y coherente.
- Análisis de los pro y los contras de las posiciones u opiniones relacionadas al tema
- Una conclusión tendiente a convencer al lector de la posición del ensayista.

Estructura y análisis de un ensayo argumentativo

Los ensayos argumentativos no constituyen realmente un tipo cerrado de ensayo. La


naturaleza del ensayo impide que se les pueda clasificar en tipos totalmente diferentes.
Algunos autores señalan que cuando el ensayo es argumentativo, la finalidad
primordial es convencer y generar controversia acerca del tema tratado.
Esa es la finalidad de todo argumento. Investigar, analizar y presentar lo escrito con
una forma para provocar una determinada reacción en lector: que éste se adhiera o
rechace lo que el ensayo propone. Para saber cómo se estructura un ensayo
argumentativo, analicemos el siguiente ejemplo extraído de la obra "La rebelión de las
masas", de José Ortega y Gasset:

Los componentes de esas muchedumbres no han surgido de la nada.


Aproximadamente, el mismo número de personas existía hace quince años. Después
de la guerra parecería natural que ese número fuese menor. Aquí topamos, sin
embargo, con la primera nota importante. Los individuos que integran estas
muchedumbres preexistían, pero no como muchedumbre. Repartidos por el mundo en
pequeños grupos, o solitarios, llevaban una vida, por lo visto, divergente, disociada,
distante. Cada cual — individuo o pequeño grupo— ocupaba un sitio, tal vez el suyo,
en el campo, en la aldea, en la villa, en el barrio de la gran ciudad.
Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie de aglomeración, y nuestros ojos ven
dondequiera muchedumbres.
¿Dondequiera? No, no; precisamente en los lugares mejores, creación relativamente
refinada de la cultura humana, reservados antes a grupos menores, en definitiva, a
minorías. La muchedumbre, de pronto, se ha hecho visible, se ha instalado en los
lugares preferentes de la sociedad. Antes, si existía, pasaba inadvertida, ocupaba el
fondo del escenario social; ahora se ha adelantado a las baterías, es ella el personaje
principal.

Si bien se trata sólo de un fragmento, ya es posible analizar el la idea que el autor


quiere transmitir. ¿Cual es el argumento principal de este fragmento y como lo
sustenta el ensayista? Ortega habla de una “muchedumbre “ en particular, y expone el
cambio que se produjo en la misma en un periodo de tiempo.
Su argumentación desarrolla la manera en que este cambio se ha dado y habla de las
características de dicho fenómeno social.

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