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Rodeado por todos lados de montañas en el centro del mundo.

El largo invierno finalmente estaba llegando a su fin en el pueblo termal de


Nyohhira.
Miradas curiosas sobre Lawrence.
"Cielos, cielos. ¿No es ese el dueño de Spice and Wolf?"
A pesar de que el cielo estaba brillante, le llevó un tiempo al sol mostrarse en esta
tierra envuelta por las montañas. El pueblo seguía cubierto por una tenue oscuridad,
y era difícil ver el rostro de una persona a la distancia. Actualmente, las sirvientas de
las distintas casas de baño se reunían y chismeaban en un rincón del pueblo y de
repente empezaron a crear un clamor, como palomas que empezaban a gritar al ver
a los cuervos que se acercaban.
Lawrence pisó la nieve y se quedó allí, con una sonrisa tan vaga como su aliento
blanco y vacilante visible en el frío. Dejó caer la leña que llevaba.
Habían varios lugares donde las sirvientas y las mujeres del pueblo se reunían a esta
hora antes del amanecer. Allí estaba el molino de agua, el pozo y así sucesivamente,
pero el lugar al que Lawrence había llegado hoy era el horno de pan comunitario.
"¿Qué le ha pasado a Hanna? ¿Está enferma?"
"Me pregunto si la hija de él está durmiendo."
"¿Lo has olvidado? Su hija se ha ido valientemente a una aventura. Yo también
quise hacerlo hace mucho tiempo."
"¿Ah, sí? Este era el único lugar que conocía fuera de la ciudad en el que nací."
"Pero es una sorpresa ver al mismo patrón venir aquí. ¿Crees que la Srta. Holo
también está enferma?"
"Oh, eso es terrible. Debemos de ir a visitarla."
Una o dos veces por semana, estas mujeres venían aquí a hornear todo el pan que
cada hogar y casa de baños requería. La vida aquí era aburrida, así que lo único que
podían hacer por diversión era chismear sobre el pueblo.
Originalmente, esto era un trabajo para las sirvientas o, si no podían hacerlo, para
las esposas jóvenes o las muchachas ayudantes. Así que si venía un hombre, eso era
suficiente para encender el parloteo. Incluso Lawrence pensó que parecía tonto
llevando leña en su espalda y la masa amasada, envuelta en un paño, debajo de su
brazo.
A este paso, parecerá que mi esposa huyó de casa, ¿no?
Pero la sonrisa de Lawrence no vaciló ante este inconsiderado rebaño de palomas.
Sus rumores se extendían rápidamente por todo el pueblo. Aunque había pasado
más de diez años dirigiendo una casa de baños aquí, todavía era tratado como un
recién llegado, y no podía bajar la guardia.
En vez de eso, maldijo cómo lo habían forzado a este trabajo, mientras imaginaba a
su esposa Holo, que probablemente aún estaba en la casa de baño.
"No, hemos recibido un invitado repentino. Los otros dos tienen otros asuntos
importantes que atender, así que vine hoy."
Cuando él habló, la charla ociosa de las mujeres se detuvo repentinamente.
"Oh... ¿No me digas que esa persona se hospeda como huésped en Spice and
Wolf?"
"Qué molesto debe ser."
Ella no parecía estar simplemente recogiendo porciones de la conversación, y de
hecho su expresión parecía sincera.
"¿Crees que primero se quedaron donde Yoseph?"
"Oh sí. Es la casa de baños más antigua del pueblo, ¿sabes?"
"¿Luego donde Abel?"
"Y luego donde Ramaninov después de eso."
Ellas enlistaron los nombres de los patrones de las casas de baño uno tras otro. Eran
los hijos y nietos de varias personas que vinieron a este pueblo desde todas partes
para comenzar a construir casas de baños, así que todos sonaban únicos.
"¿Crees que esto significa que se quedará en diferentes lugares hasta la primavera?"
"Siempre está poniendo esa cara triste, como si algo no estuviera bien."
"Oh, lo sé. Tiene tantas exigencias, como que le preparen el almuerzo tan temprano
por la mañana. ¡Fue un lío! Pero pagó tan bien…"
"Oye, no te distraigas con propinas. Mi marido cree que está investigando el
pueblo."
"¡Cielos! ¿Crees que nuestro huésped es de ese otro pueblo termal que podrían
construir en el otro lado de la montaña?"
"Pero él no usa mucho los baños para eso."
"Cierto. Si estuviera planeando en construir una nueva casa de baño, uno creería
que estaría mirando por todo el pueblo."
Su conversación fluyó como si sus líneas hubieran sido escritas de antemano, y sus
hábitos orales eran tan similares que era difícil saber quién era quien en la tenue
oscuridad. Mientras se reunían cada semana para hornear su pan, sus maneras de
pensar también comenzaron a parecerse.
Mientras Lawrence las miraba, finalmente comprendió por qué Holo había hecho que
pareciera que era tan infantilmente difícil para ella levantarse de la cama.
La trataban de manera diferente, especialmente desde que era una recién casada,
pero más importante, era la joven señora de una casa de baños donde ninguna de
ellas trabajaba. Se guardaban para sí mismas la mayor parte. Aunque esta era su
propia forma de ser consideradas y conocer su lugar como ayudantes contratadas,
este tratamiento era el más difícil de soportar para Holo.
"Bueno, si él está en tu negocio, Lawrence, eso significa que su gira terminará
finalmente."
Él oyó su nombre siendo nombrado y volvió al presente. Al mismo tiempo, incluso
antes de ponerse al día con el contexto de la conversación, sonrió automáticamente.
Había aprendido por experiencia que si mantenía una expresión agradable, cualquier
situación resultaría mejor.
"Estoy segura que ha estado frunciendo el ceño desde su llegada, pero es mejor no
darle importancia. Ha sido así en todas las casas. No ha pasado mucho tiempo
desde que empezaste tu negocio, así que puedo imaginarme que no ha sido más
que sino un problema…"
"También había gente como esa hace mucho tiempo. ¡Qué clientes tan
irrazonables!"
"Eso era cuando aún eras joven... Hace más de veinte años, ¿creo...?"
"¡Perdón! ¡Todavía soy joven!"
Hizo sonreír a Lawrence al ver a las dos discutir como hermanas cercanas, sus
verdaderos pensamientos y emociones claros en todo lo que dijeron. Su casa de
baños llevaba un poco más de diez años, así que "todavía no era tan vieja."
El primer lugar donde se hospedó este huésped fue en la casa de baños de Yoseph,
la más antigua del pueblo. Después, naturalmente, decidió quedarse en Spice and
Wolf justo antes de salir del pueblo porque era el más nuevo.
Parecía que llevaría más tiempo encajar en el pueblo.
"Bueno, de todas formas, creo que ya es hora de que todos se reúnan."
Mientras charlaban como niños animados, una habló, y los trajo de vuelta a la
realidad. Ya que el horno comunitario no estaba en el centro de la ciudad, donde se
podía confiar en la campana de la iglesia, el tiempo no era más que una estimación.
Y como la cantidad de pan que cada persona necesitaba dependía de la familia,
nunca había una razón para que cada aldeano recogiera y horneara el pan al mismo
tiempo.
"Muy bien, entonces, vamos a sacar pajitas."
Una mujer tomó un manojo de ramitas que estaban junto al horno y los envolvió en
un paño colgado de su cintura.
Pero los extremos de todas las ramitas tenían el mismo largo y sobresalían un poco
del improvisado bulto.
"¿Son nuevas? ¡No vale hacer trampa!"
"¡Me estoy haciendo vieja, así que aunque hiciera trampa, no sería capaz de ver cuál
es el palo corto en esta oscuridad!"
Todos se rieron juntos, y uno por uno sacaron una rama del fardo. Cada ramita
tenía un largo diferente, y cuanto más larga era la ramita, más feliz era la persona.
Lawrence fue el último en sacar, y como si estuviera planeado, el suyo era corto.
"Oh, cielos…"
"Oye, ¡¿estás segura de que ninguno de ustedes ha hecho trampa?!"
Hubo una atmósfera incómoda entre las mujeres. Este sorteo fue para decidir quién
usaba el horno primero.
Nadie quería ser el primero en usar el horno público. A pesar de que cada persona
tenía que preparar su propio combustible y materiales para usar el horno, llevaba
bastante tiempo para que se calentara. La primera persona que lo usaba tenía que
preparar combustible extra para poner en marcha el horno ya que se habría enfriado
durante la noche.
"Oh no, en realidad, esto ayuda." Nervioso, Lawrence interrumpió. "No sé qué
quejas obtendríamos si hiciéramos esperar a ese osco huésped. Si fuera el último,
probablemente pediría ser el primero."
Las mujeres estaban sorprendidas, sabiendo que si se dudaba de la imparcialidad de
su proceso, quedarían mal, por lo que todas sonrieron de inmediato, aliviadas.
"Bueno, si tú lo dices…"
"Es algo bueno, definitivamente, si piensas en el tiempo. ¡Aquí tenemos algunas
personas que usan demasiada leña y cocinan su pan hasta las cenizas!"
"¡Hey! ¡Eso es porque estaba tan ocupada hablando! Y eso fue hace mucho tiempo!"
El brillo de ambas había vuelto.
Lawrence sonrió, aliviado. Abrió la tapa del horno, cubriendo el interior con su leña y
encendiéndola.
Parecía que aún faltaba algún tiempo para que pudieran ver el sol sobre las
montañas.

A pesar de que el pan recién horneado estaba envuelto en un paño, seguía


emitiendo vapor caliente. En el camino, se llenó la boca con un trozo de pan blando,
y para cuando llegó a casa, el sol se había levantado en lo alto del cielo.
Era todo un reto, hornear pan con mujeres cuyas manos y bocas trabajaban igual de
duro, pero entre el cielo despejado y el olor a pan recién horneado, también le
concedía una pizca de energía.
Gracias a eso, cuando regresó a su casa de baños en las afueras del pueblo y vio
que el huésped, de pie silenciosamente afuera, fue capaz de reunir la hospitalidad
para combatir los malestares.
"Lamento haberte hecho esperar."
"Hmm."
El pequeño anciano gruñó descontento. Sostenía el almuerzo que Hanna había
hecho para él, y se paró bajo los aleros como esperando el pan. Además de los
huéspedes que se hospedaban por los baños, había también los que se hospedaban
por las montañas, como cazadores y leñadores, por lo que no era raro ver a los
clientes salir por la mañana.
Sin embargo, la forma en que este anciano estaba vestido, no parecía que estuviera
preparado para cualquier negocio que Lawrence conociera.
Llevaba un sombrero cónico cubierto de pieles con forma de cuenco en la cabeza,
pieles de oso en los pies, pieles de zorro en los hombros, guantes de cuero de ciervo
en la mano, y un hacha de mano de aspecto áspero atada a la espalda. Su mochila
parecía estar llena con todo tipo de cosas, pero Lawrence no sabía lo que había
dentro. El propósito del huésped era un misterio, y casi nunca usaba los baños.
El viejo trató de agarrar todo el bulto de pan mientras Lawrence se acercaba a él.
Parecía confundido— era demasiado pan para el almuerzo, y como si el anciano se
diera cuenta de algo, cedió y retiró su mano. Lawrence miró y sintió un extraño
sentimiento pasar a través de él, así que tomó tres trozos del pan de trigo fresco y
los envolvió en un paño separado. Como si lo valorara cuidadosamente, Lawrence
pasó el pan al anciano. El anciano huésped permaneció en silencio, pero asintió
levemente con la cabeza y se marchó sin decir una palabra.
Era brusco, pero no era como si no tuviera modales.
Lawrence lo vio irse e inclinó la cabeza. Lo más probable es que no era una mala
persona, pero había una actitud pensativa acerca de él. El viejo bajó la colina en
frente a la casa de baños. Cuando Lawrence ya no podía ver su lejana figura más
allá de los árboles, entró y pudo oler algo bueno saliendo del comedor.
En la larga mesa estaba su desayuno, que parecía haber sido servido hace bastante
tiempo. Frijoles asados, tocino grueso, rebanadas de queso y el último arenque
curado que pidieron el otoño pasado. Parecía ser lo mismo que lo que Hanna le
había dado a ese extraño invitado para su almuerzo. No había duda de que se había
ahorrado algo de problema y decidió hacer la parte de Lawrence también.
Y allí en la mesa, siempre presente dondequiera que olía bien, estaba sentaba Holo.
"Llegas tarde. Tu pobre desayuno se ha enfriado."
Ella miró a su marido, que acababa de regresar de hornear pan en el frío exterior.
"Te lo dije, sacan pajitas para ver quién hornea cuándo. Esto es lo que pasa cuando
yo soy el primero."
Además de eso, este era un trabajo que Holo debía hacer como esposa del
posadero. Mientras él argumentaba en contra de sus quejas irrazonables, le dio el
resto del pan fresco a Hanna, que acababa de salir de la cocina. Ella sacó tres piezas
de la tela para Lawrence.
No dos, no cuatro, ¿sino tres? Lawrence la miró interrogativamente y ella sonrió
maliciosamente. Confundido, tomó el pan y se sentó, y finalmente comprendió.
Ellos desayunaron no frente a frente a lo largo de la mesa, sino uno al lado del otro.
En medio de las dos sillas había una jarra de cerámica, llena de vino.
Antes de que él pudiera argumentar que era demasiado para la mañana, sus ojos se
detuvieron ante la copa vacía de Holo. Finalmente, se dio cuenta lo que Hanna
estaba planeando y notó a Holo.
"Si me vas a culpar por hacer mal un trabajo que no quieres hacer..." Él sacó una
silla y se sentó al lado de ella. "...Entonces deberías haberlo hecho tú misma, ¿no?"
Él puso dos trozos de pan en su plato y uno en el de Holo.
"Podrían haberte felicitado por celos ya que siempre pareces tan joven."
Holo tenía la apariencia de una adolescente, y miró fijamente a su marido, que se
había ofendido. Pero Holo no era una chica, ni era humana. Como no había nadie
más en la casa de baños, ella no estaba escondiendo las orejas en su cabeza o la
cola detrás de ella. Eran un recordatorio de que su verdadera forma era una loba
gigante que podía tragar fácilmente a una persona entera, un espíritu que residía en
el trigo.
"Y te tratarán con su bien intencionada y distante formalidad para los recién
llegados."
Después de que Lawrence habló, Holo estiró las manos a la jarra de cerámica. Sus
pequeñas manos agarraron el mango de la jarra, que era demasiado grande para
ella, y descuidadamente echó vino en la copa de Lawrence. Ella siempre sólo servía
para sí misma, así que Lawrence no podía evitar reírse de su obvio comportamiento.
"Si hubieras ido, definitivamente te habrías hecho daño."
Holo una vez vivió en un área llamada Yoitsu, pero por capricho, viajó hacia el sur y
se quedó en un pueblo de allí durante cientos de años, vigilando el cultivo de trigo.
Por qué lo hizo, en primer lugar se había perdido en el fluir del tiempo, e incluso
había olvidado el camino a casa. En su soledad, se había convertido en una piedra.
Fue entonces cuando Lawrence la conoció, y aquí fue donde terminaron.
Se llamaba a sí misma loba sabia, astuta y erudita, pero también era vanidosa y
fácilmente se sentía sola.
Si ella hubiera sido la que estaba en el horno de pan, mientras que habría sonreído
ante la insensibilidad de las doncellas, él podría imaginarla rápidamente agotada.
"Bueno, yo solía ser comerciante. He conversado mucho con ellas y me he explicado
bien."
Lawrence habló deliberadamente, pero Holo no dijo nada. Ella partió el tocino y le
puso un trozo delante.
Cuando normalmente ella lo dividía, sin importar cómo lo miraba, sus propias
porciones eran siempre más grandes. Pero esta vez, los tamaños eran los mismos.
"Así que no estoy enfadado. Es simplemente cómo dividimos el trabajo."
Él tomó el segundo trozo de pan en su plato y lo partió en dos, colocando el trozo
más grande en el plato de Holo.
"Así que has vigilado a nuestro extraño invitado mientras yo estaba fuera, ¿no?"
Holo finalmente miró a Lawrence, sus labios juntándose en una expresión agria,
como si rechinara los dientes.
Lawrence suavemente besó su mejilla y se volvió para encarar a su comida.
"Pero por ahora, el desayuno."
Holo miró cuidadosamente a Lawrence por un tiempo, pero finalmente empezó a
comer.
Sus grandes orejas puntiagudas y su cola se movían alegremente.

"No creo que sea malvado. Puedo sentir algo parecido a su esencia."
Esto era nuevo para Holo, que normalmente pasaba un mal rato evaluando a la
gente normal.
El huésped en cuestión había llegado repentinamente poco después del mediodía del
día anterior. "¿Tienes una habitación?", había preguntado en voz baja, de una
manera difícil de oír. Lawrence había oído que había quienes pasarían todo un
invierno entero moviéndose de casa de baños a casa de baños.
Pero cuando Lawrence, dominado por su presencia, asintió, el huésped había puesto
en silencio una moneda de lumione de oro en el libro de registro. Esto fue suficiente
para que una familia de cuatro miembros viviera modestamente durante un mes. Era
mucho más que suficiente para quedarse durante las dos semanas que había
pedido.
Sin embargo, para hacer una estancia de dos semanas digna de una lumione de oro
requería esfuerzo. Lawrence ofreció músicos y bailarines, pero el viejo invitado
sacudió la cabeza y lo rechazó todo. Sólo pidió una cosa— un almuerzo empacado,
temprano.
Definitivamente era extraño, pero no tenía prisa para alguien que podría estar
huyendo después de haber cometido un crimen en otra ciudad, y no se sentía como
si fuera lo suficientemente sensible como para estar descontento con cada casa de
baño en el que se había quedado hasta ahora. Realmente, él no parecía tener
ningún interés en los baños o habitaciones para nada.
El lugar donde este peculiar huésped se había hospedado antes de venir aquí era la
casa de baños más fiable del pueblo.
Allí vivía un niño de la misma edad que su hija, Myuri, y a menudo habían jugado
juntos cuando eran niños. Se llamaba Kalm, y justo el otro día había venido a
Lawrence pidiendo permiso para casarse con Myuri. Era un buen joven, y a
Lawrence no le importaba tenerlo como hijo. Su padre, Cyrus, parecía malhumorado,
pero no era tan malo una vez que uno lo conocía. Después de que ese extraño
inquilino apareció, Cyrus se detuvo en la casa de baños de Lawrence y le contó todo
lo que sabía del hombre.
Cada vez que ese viejo hombre cambiaba de casa, el anfitrión anterior transmitía
información al siguiente, y esto significaba que toda la inteligencia acumulada había
llegado a Lawrence en forma segura al final. Por supuesto, le dijo a Holo la loba
sabia esta información.
"Sospecho que puede ser un curandero."
"¿Un curandero?" repitió Lawrence, y Holo asintió. Su mirada estaba centrada en el
pan de trigo fresco.
Hoy, su pan era pan de trigo blanco puro, pues era lo menos que podían ofrecer a
un huésped que les había pagado toda una lumione de oro. Los panes eran dulces y
suaves, y era fácil comerlos en abundancia.
Pero Holo había puesto una hendidura en el pan y lo llenó de frijoles y tocino. Le
recordaba a un gato tonto cuando su codiciosa esposa sugería poner una cosa
deliciosa con otra para que el resultado fuera aún más sabroso. Con una gran
sonrisa, ella mordió el pan mullido.
"Hmm, nom... *tragar. Sí. Porque—"
Lawrence quitó la piel de un frijol que se había pegado a su mejilla y la instó a
continuar.
"Hay un olor a hierbas alrededor de él, así como un aroma metálico proveniente de
los objetos que lleva encima. Debe haber una hoz o algo así."
"Si es un viajero, entonces definitivamente tendría hierbas y una espada corta
encima. ¿Tal vez no es eso?"
"Es fácil saber para aquellos que están acostumbrados a oler hierbas. No, desde que
conozco el olor, lo he olido en alguna parte antes…"
Ella cerró los ojos, buscando algo en su memoria, y avariciosamente mordió el pan
con su pequeña boca. Algunos podrían considerar la forma en que ella lo engulló un
mal comportamiento, pero había una inocencia en ello que Lawrence amaba.
"Y hmm. Por la razón que sea, lleva trigo encima."
Holo era un espíritu que vivía en el trigo. Hace mucho tiempo, cuando se había
colado en la carreta de Lawrence, sólo pudo hacerlo al usar trigo.
"Probablemente sean raciones. Algo que te gustaría tener cuando viajas a un lugar
frío. Incluso si tuvieras un cobertizo de nieve, probablemente no pondrías comida
ahí. Puede conservarse durante años si no se muele en polvo."
"¿Hmm? Bueno, tú sabes más del mundo humano que yo. Además, la forma en que
está vestido. Se puede decir cuál es el oficio de un hombre por la forma en que se
viste en el mundo humano, ¿no?"
Un posadero era un posadero, un cambista era un cambista, un mercader era un
mercader. Un herrero llevaría con orgullo un delantal de cuero grueso y resistente a
las quemaduras; un panadero llevaría un sombrero especial.
Como Holo dijo, la gente normal usaría trajes especiales que mostraran su profesión
en vez de declararla abiertamente.
"Nunca antes había visto un sombrero tan grande."
Parecía tan profundo como una olla, y cuando el viejo lo usaba, casi cubría toda su
cara. Era tan único que si él supiera qué trabajo requería tal cosa, entonces estaría
satisfecho.
"Hay metal dentro de esa piel. Si lo lleva puesto para vagar por las montañas, debe
ser porque siempre está al lado de las laderas de la montaña, así que necesita
protegerse la cabeza de las rocas que caen."
"...¿Metal? Ahora que lo pienso, otro dueño me dijo que podría ser un especulador
en busca de una mina."
Sin embargo, la minería destruiría el medio ambiente, y si el anciano quería trabajar
aquí necesitaría un permiso especial. Muchos de los invitados de Nyohhira tenían
poder y dinero, y los habitantes tenían muchas conexiones a las que podían recurrir
para proteger la tierra. Si no era algo que traería al menos tanto oro como las aguas
de aquí, entonces no había manera de que alguien pudiera obtener un permiso. Un
especulador de esa edad seguramente lo sabría.
"La palabra de los que están en las montañas es que alguien se ha estado
aventurando en su territorio pero no saben qué hacer. Si fuera un cazador, entonces
lucharían contra él justamente, pero no tiene nada parecido a un arma, y no
persigue presas, así que ellos también están confundidos."
Ya que la verdadera forma de Holo era un lobo, parecía como si pudiera
comunicarse con animales normales. Esta casa de baños se encontraba en un
pueblo en las montañas, e incluso más lejos que los demás ya que el
establecimiento de Spice and Wolf estaba situado en las afueras del pueblo.
Normalmente, las casas de baños regulares eran atacadas todo el tiempo por
criaturas de montaña, lo que hacía casi imposible hacer negocios, pero Holo les
había dado órdenes estrictas, y habían sido capaces de evitar cualquier incidente.
A cambio, a veces un oso llegaba a los baños, apenas escapando con su vida de un
cazador. Era una coexistencia pacífica.
"Si dices eso, no puedo imaginarme que esté haciendo otra cosa que no sea buscar
algo en las montañas."
"Hmm."
Holo terminó su pan y lamió sus delgados y delicados dedos. Desde el nacimiento de
su hija, ella no había actuado de esta manera, así que para Lawrence verlo por
primera vez en un tiempo le hizo sentir como si hubiera regresado en el tiempo.
Además, Myuri actuaba de la misma manera.
"Pero no sabemos si lo único que está haciendo es buscar."
"¿Qué quieres decir?"
Lawrence no lo entendió y Holo le miró irritada.
Ella suspiró un poco, extendió la mano hacia la jarra, y luego sirvió vino solo para sí
misma.
"Se mueve de posada en posada, ¿no? Y parece no tener ningún interés en los
baños, las habitaciones, canto o baile.¿Así que...?"
"...¡Oh, es cierto!"
Las sirvientas en el horno comunal incluso hablaron de cómo se hospedaba en las
casas en orden, de la más antigua a la más nueva. Si estaba buscando algo en las
casas de baño del pueblo, entonces eso tenía sentido.
"Me siento como si hubiera escuchado una historia como esa antes... un rico
comerciante se enferma en una ciudad durante sus viajes. Luego escribe en secreto
acerca de dónde está enclaustrada su fortuna escondida en algún lugar de la casa."
Lawrence lo contó como una historia graciosa, pero su expresión de repente se
volvió seria.
"¿Qué tal y si... eso era real?"
"¿Eh?"
"Es por cuánto está pagando— todo ese dinero. No he visto una lumione de oro en
mucho tiempo. Si él estuviera buscando algo, podrías entender cómo sería el pago
por buscar. Muchos de nuestros clientes aquí tienen estatus, fama o dinero, de todas
formas."
"Hmm. Si eso fuera verdad, ¿entonces crees que va de casa en casa, buscando el
mensaje escondido, y luego saca su almuerzo para buscar la fortuna enterrada en la
montaña?"
"Es posible que pueda ser un tesoro ligero, como un testamento o una carta."
Lawrence comenzó a pensar seriamente, pero Holo suspiró de repente y le arrebató
su trozo de tocino.
"¡Hey, eso es mío!"
"Es demasiado para un tonto por la mañana", dijo Holo e inhaló el bocado.
Se lamió la grasa de los dedos y luego miró a Lawrence, irritada.
"¿Has olvidado que no tiene interés en el agua o en las habitaciones?"
"...Oh."
"Si hubiera una pista en las paredes o en el techo, estaría buscando hasta que sus
ojos derramaran sangre. Y podría haber algo escondido bajo las rocas en el baño.
Si estuviera haciendo algo así, lo sabríamos enseguida. Se ha estado moviendo por
el pueblo todo el invierno, ¿no?"
"Así es... Hmm... Pero buscar algo mientras va a cada posada tiene sentido."
"Puede que esté buscando algo que no podamos ver."
"¿Eh?" preguntó Lawrence y, al mismo tiempo, se sorprendió.
Holo lo miraba, una sonrisa triste y solitaria en su cara.
"Como memorias."
"…"
Holo estaba avergonzada y de repente se levantó de su silla.
Luego, ella envolvió su brazo alrededor del cuello inmóvil de Lawrence en un abrazo.
La razón por la cual lo liberó tan rápido fue probablemente sólo un espectáculo.
"Bueno, entonces iré a arreglar el remiendo," dijo Holo deliberadamente de manera
brillante y subió apresuradamente las escaleras. Lawrence la siguió con su mirada,
mirando hasta que ya no pudo ver el pelaje de su cola.
Atada por sus recuerdos, Holo se había quedado en el mismo campo de trigo en la
misma aldea durante cientos de años. Al hacerlo, había olvidado el camino de
regreso a casa y muchas cosas desaparecieron con el paso del tiempo. Incluso
después de salir de la aldea, los lugares que visitó en su viaje eran tan diferentes de
cómo recordaba, que a veces derramaba lágrimas. Al final, pudo darse cuenta de
que antes había visitado uno u otro lugar por el olor de su comida tradicional.
El viejo huésped, que llevaba el extraño sombrero de piel en la cabeza, parecía
mucho mayor que Lawrence. Era posible que en busca de recuerdos de días pasados
y olvidados, el dinero no era ningún objeto para este hombre.
Si visitaba la casa de baños donde se había quedado en una visita anterior a
Nyohhira hace tanto tiempo que había olvidado el nombre del establecimiento,
quizás recordaría lo que había dejado en estas montañas.
Quizá por eso parecía estar pensando tanto.
Lawrence trajo más frijoles, los cuales ya se habían enfriado, a su boca y los
masticó.
Aunque estaban fríos, los sabores se habían mezclado y eran deliciosos. Uno o dos
pisos se integrarían así en una casa de baños después de mucho tiempo.
Lawrence rápidamente terminó su comida y se levantó de su silla.
No era raro que los viajeros perecieran durante sus viajes mientras permanecían en
posadas al borde de la carretera. Aunque existían hospitales en los caminos de
peregrinación, con monasterios como edificio principal, los gastos de funcionamiento
de estas instalaciones provenían principalmente de las voluntades de los que morían
allí. A menudo se decía que se podía sacar provecho de un hospital bien situado en
una ruta famosa.
Aunque ocasionalmente había huéspedes que fallecían mientras permanecían en
Nyohhira, a menudo escribían sus testamentos antes de venir, y no había rumores
de nadie que heredara grandes sumas de dinero. Como muchos de sus huéspedes
eran ancianos, y la propia Nyohhira estaba situada bastante al norte, los clientes
llegaban preparados.
Además, sería desagradable dejar la fortuna de uno en un lugar relajante como un
pueblo termal.
Pero la muerte del cliente en sí no era inaudita, así que todos tenían que estar
preparados para esa posibilidad.
"Para cuando se fue al establecimiento de Ramaninov, la mayoría de los otros
propietarios ya deberían haberlo debatido."
Cyrus, el dueño de la casa de baños en la que se hospedó el misterioso huésped
antes de mudarse a la casa de Lawrence, habló con una mirada sombría.
No era que no le agradara Lawrence, ni que despreciara su pensamiento superficial.
Cyrus era un hombre difícil de leer, con la barba cubriendo más de la mitad de su
rostro, y sus cejas tan gruesas como dos dedos. Además, no era muy expresivo, y
combinado con un comportamiento apacible, Cirus era a menudo malentendido.
Lawrence rápidamente descubrió que era una buena persona, aunque, fue una vez
que habló con él.
"Pero, Sr. Lawrence, aquí la competencia entre las casas de baños es feroz. ¿Qué
haces con la habitación una vez que un huésped se ha ido a casa?"
"Limpiar todos los rincones desde luego. Dejan montones de basura."
"Cierto. Incluso debajo del tejado y en el sótano. Tómese a la ligera la limpieza, y de
repente hay ratones y nidos de búhos por todas partes. Si alguien hubiera escondido
su testamento en algún lugar, ya lo habríamos encontrado."
"No lo sabríamos de inmediato— podría haber quedado como un símbolo," replicó
Lawrence, y Cyrus de repente tosió, vertiendo alcohol en la taza que estaba en un
libro de registro. Era un licor agridulce elaborado a partir de los arándanos recogidos
en verano.
Observándolo más de cerca, Lawrence pudo ver que la cara que tenía frente a él
sonreía.
"No odio ideas como esas. Disfrutaría algún drama ocasional y aventuras en las
cercanías, también."
Lawrence no estaba seguro si era un cumplido, pero aceptó el licor. El alcohol que
Cyrus guardaba en su casa siempre era bueno. Los dueños de las casas de baño a
menudo combinaban sus aficiones con la practicidad y elaboraban sus propios
licores, pero Cyrus estaba particularmente absorto en ello. El hombre simplemente
atesoraba una bebida verdaderamente deliciosa, y estaba agradecido de poder
recurrir al alcohol cada vez que decía algo tonto.
"Pero... no creo que ese tipo esté mirando los interiores de las casas. Creo que
todos los propietarios dirían lo mismo, ya que todos saben incluso donde vagan las
familias de ratones."
Si eso era cierto, entonces no sería como si el viejo huésped estuviera buscando en
secreto dentro del techo en medio de la noche.
"¿Sabes a donde va durante el día?" Lawrence preguntó, y Cyrus, inflexible, se
encogió de hombros.
"Es sólo recientemente que la mayoría de los huéspedes han salido e ido a casa para
buscar casas de baño. Nadie tiene tiempo para hacer un seguimiento de sus
actividades durante las horas diurnas."
Cyrus lamió su licor e inclinó su cabeza mientras cerraba los ojos.
"Es un poco dulce," murmuró, mucho más conocedor de estas cosas que Lawrence.
"Según cazadores y madereros, parece que está tomando los senderos que salen del
pueblo. A veces, parece que se desvía. Uno de los cazadores se quejó de que los
cotos de caza estaban insoportablemente destrozados."
Esto coincidía con las historias que Holo escuchó de los animales en las montañas.
"¿Pero por qué ahora?"
Cyrus hizo su pregunta de repente.
"¿Qué quieres decir?"
"Hmm… No quiero que pienses mal de mí, pero se está quedando en tu negocio,
Lawrence; eso significa que probablemente se irá pronto a casa."
Lawrence comprendió inmediatamente lo que Cyrus estaba haciendo.
"Cierto. También pensé que nada saldría realmente de investigarlo ahora."
Los propietarios de las casas de baño más veteranos ya habían atormentado sus
cerebros por este misterio, así que parecía increíblemente inútil para Lawrence hacer
cualquier cosa. Si todavía iba a intentarlo, necesitaría una razón especial para
hacerlo.
"Es es su mayoría pura curiosidad. Solía ser comerciante, ¿sabes?"
"¿Curiosidad...?"
Para aquellos que pasaban todo el tiempo en un pueblo sin cambios donde sucedían
las mismas cosas una y otra vez, debe haber sonado extraño. Cyrus, de apariencia
a un uso, repitió las palabras de Lawrence, muy interesado.
"¿Y el resto?"
"Orgullo, en realidad."
Todo lo que dijo fue culpa del alcohol. Lawrence tomó otra copa, como si intentara
convencerse a sí mismo.
"Esto es Nyohhira. Todos los problemas se desvanecen en nuestras aguas termales,
y todos pueden pasar sus días felices. ¿No quieres que se vayan felices a casa?"
Recordó la cara sombría del viejo.
"Creo que es perfecto para un recién llegado como yo simplemente mantener esa
práctica."
Agregó que el cliente en cuestión era un excelente benefactor que pagaba con
monedas de oro.
Los ojos de Cyrus parpadearon, y se rascó la cabeza.
"Eso es verdad, aunque sólo un recién llegado podía decir una frase ingenua como
esa."
"Todos los demás ya huelen a azufre, de todos modos."
Asintió Cyrus, sacudiendo los hombros de risa, y estirando la espalda. Miró a la
entrada de la casa, casi como si esperara ver al anciano entrando en ese momento.
"No pensé que fuera un mal huésped." Cyrus volvió a hablar, en voz baja. "Pagó
bien, y no se quejó mucho."
"¿Y qué de las comidas temprano en la mañanas?"
"La sirvienta de la cocina se quejó conmigo, por supuesto."
Lawrence se rió, pero Cyrus continuó.
"Y otra cosa más. Lo que me gustó fue que era todo un bebedor. Bebía con cuidado,
como si saboreaba y probara. Eso es inusual en los huésped aquí."
"Todos los demás beben como un pez."
Cyrus entrecerró los ojos, todavía mirando a la entrada, y emitió un pequeño
suspiro.
"Él siguió adelante con una cara triste, pero yo fui el que se quedó sonriendo. Creo
que el vapor de los baños me nubló los ojos y el alma como un dueño de casas de
baño."
Bajó la mirada a sus manos y tomó un trago de su licor especial.
"Es lo mismo con el extraño festival que se le ocurrió antes, Señor Lawrence.
Estamos cansándonos de nuestra vida cotidiana, poco a poco. Una piedra en el río
se vuelve bonita y suave, pero la corriente puede arrastrarla. No puede parar o
aguantar más el tirón. Pero entonces estamos acostumbrados a ello, y aunque
busquemos la emoción, terminamos por perdernos todo. Ignoraba a los huéspedes
que parecían gruñones, que no podían decir lo que necesitaban decir a los que
estaban más cerca de ellos, aunque estaban aquí mismo en Nyohhira."
Cyrus habló, y de repente cerró la boca. Sostuvo la cabeza, su expresión un poco
triste, y luego murmuró como hablando a su reflejo en el licor.
"Esto no es propio de mí. Hablé demasiado."
Parecía que se estaba sonrojando detrás de la barba.
Lawrence tomó un trago y luego habló.
"Realmente me gusta cuan dulce es esto."
Cyrus levantó la cabeza y se rió aliviado.
"Eso es probablemente porque tu propia casa de baño es tan dulce."
"¿Mi propia casa de baño?"
"Es una cosa entre los huéspedes. Dicen que ver a la pareja propietaria de Spice and
Wolf interactuar es mucho más interesante que los músicos y bailarines allí. Es un
reflejo de las casas de baño en Nyohhira."
"…"
Lawrence intentó mostrar su opinión personal con una expresión fingida, pero no
pareció engañar al otro hombre.
Cyrus parecía estar contento desde el fondo de su corazón y tomó otro sorbo.
"Puedo ver como la joven Myuri fue criada para ser una niña tan abierta e inocente."
Todos los huéspedes de las casas de baño de Cyrus ya se habían ido a casa, y todo
estaba tranquilo.
Su amable discurso resonó suavemente por todo el edificio.
La cara de Lawrence estaba caliente por el alcohol y nada más. Mientras se decía
esto, Cyrus se rió.

"Haré lo que pueda para ayudarte con ese huésped," dijo Cyrus mientras se
separaban, y agitó la mano. Lawrence terminó quedándose bastante tiempo en su
casa. Cirus le invitó con todo tipo de licor de fruta que había madurado durante el
invierno, y Lawrence se fue a casa un poco borracho. También había ofrecido un
almuerzo antes de irse, pero Lawrence no podía aceptar eso encima de todo lo
demás.
Habían hablado del invitado misterioso, y una vez que Lawrence le agradeció por el
alcohol, se fue.
Empezó a sentirlo mientras caminaba de vuelta, y dominando sus temblorosas
piernas, finalmente llegó a casa. Allí, Holo y Hanna estaban haciendo los remiendos
juntas en el comedor. En el momento en que miraron su cara, fruncieron sus cejas.
"Pareces estar de buen ánimo, ¿no?"
No podía discutir, ya que había dejado la costura a las mujeres mientras llegaba
borracho a casa.
Dócilmente, dejó caer su cabeza en parte por arrepentimiento, como si ella le
hubiera mordido la cabeza, pero eso lo hizo sentir más mareado.
"El licor en casa de Cyrus... hic... es realmente bueno…"
"Sinceramente... tonto."
Holo colocó la sábana de cáñamo en la larga mesa y se paró, presionando cerca de
Lawrence.
Cuando pensó que ella le daría un buen puñetazo, le prestó su hombro.
"No soporto el olor a alcohol en la habitación. Hanna, trae agua y una manta."
"Sí, señora."
Como si ella ya lo hubiera esperado, Hanna también se había levantado de su silla.
Mientras Lawrence la miraba, Holo lo llevó al otro cuarto.
Era un cuarto alfombrado, donde se labró una chimenea en el suelo. Colgados de las
vigas del techo había carnes y pescados que atraparon cerca de la aldea, que a
menudo eran ahumados o asados como aperitivo para acompañar la bebida de los
que se quedaban despiertos de noche. Ocasionalmente, este era un lugar para
descansar para aquellos que se emborrachaban demasiado temprano en el día y no
podían subir las escaleras.
Ella lo dejó allí acostado, y él miró distraídamente al techo con hollín.
Este techo, que había existido durante poco más de diez años, parecía que se había
usado durante mucho tiempo, pero un examen más detenido mostró que aún era
bastante nuevo.
Se decía que una casa de baños se consideraría sazonada cuando el hollín hacía
invisible las tallas de la madera.
Sin luchar contra sus pesados párpados, se murmuró a sí mismo, "De ahora en
adelante, de ahora en adelante…"
"Aún no dormirás…"
Así como su conciencia estaba a punto de caer, pudo sentir a alguien halando su
cabeza hacia arriba y metiendo algo en su boca.
"Debes beber algo de agua."
Holo lo miró, una expresión seria en su rostro. Ella está preocupada por mí, pensó y
sonrió de felicidad.
"No rías, ebrio. ¡Bebe!"
Lo regañó, y él tragó el agua fría. Debe de haber sido nieve derretida en los baños
termales. Era un problema traer agua del río todos los días, así que casi todas las
casas de baño usaban la nieve de esta manera.
Cuando lo bebió por primera vez, después de taconear la nieve en una jarra y
hervirla en agua apenas potable, sabía demasiado a azufre, como si el vapor se
hubiera disuelto en ella. Pero ahora, pensó que era el sabor único del agua de
Nyohhira.
"Honestamente, es demasiado pronto para que huelas a tan delicioso licor...
Arándanos, corinto... Oh, oh, ¿es eso mora?"
Holo lo olfateó, como si discerniera qué olor era ese, y se quejó amargamente.
"Fue... bueno. Él ss quisquilloso con... el agua, ¿verdad?" dijo Lawrence, riéndose, y
Holo le pegó en la frente. Luego, Hanna lo cubrió con una manta y se tomó el
tiempo para poner carbón ardiendo en la chimenea y le agregó un poco de madera.
"Tonto. ¿Me debes una, sí?"
Holo lo amonestó y aseguró su propio futuro para emborracharse descaradamente
durante el día.
Lawrence sonrió, cerró los ojos y oyó un suspiro.
De repente, ella levantó su cabeza y algo fue colocado entre eso y el piso.
"¿...?"
Él abrió un ojo para descubrir que le habían colocado una tela en la cara.
"¿Qu-? ¿Qué es esto?"
"¿Mm?"
Quitando el paño, notó la cara de Holo adornada con una sonrisa traviesa. Parecía
que había recibido el resto del remiendo de Hanna.
"Es una molestia que sólo yo esté trabajando."
Puso la cabeza de su borracho marido en su regazo.
Esto sería considerado el acto de una esposa maravillosa si eso fuera todo, pero era
el estilo de Holo el colocar la tela que se estaba remendando encima de la cara de
su marido.
"Si lo encuentras desagradable, no me importará si te mueves, sabes."
Si él se movía, no había duda de que ella no le hablaría ni una palabra durante al
menos tres días.
Lawrence suspiró, rindiéndose, y cerró los ojos.
Holo sonrió en secreto, pero pudo sentirlo a través de sus piernas.
Ella le pasó los dedos por el pelo, y mientras lo hacía, él se quedó dormido.

Cuando de repente se recuperó, la vista de un techo que no era su dormitorio lo


saludó. La culpa de tomar una siesta tan larga y el confort irresistible se unieron en
un bostezo. Debió sentirse increíblemente cansado porque había soñado que Holo le
tiraba bellotas. Le golpeaban la cabeza con suaves traks.
Cuando pensó que estaba extrañamente caliente en la manta, notó que Holo estaba
con él. Ella respiraba suavemente, haciendo "fuu fuu" en su sueño, cómodamente.
Pensando que al menos debería quitarse la cubierta de la cabeza mientras ella
dormía, él se extendió para quitársela pero se detuvo.
Podía oír el inconfundible sonido del goteo de agua.
Pensó por un momento que había una filtración, pero no era eso. El sonido le dijo
que recordara algo más serio, más importante. Cierto. Lo que Holo le estaba
lanzando en su sueño no eran bellotas…
Era eso.
Se levantó y miró hacia la entrada de la casa de baños.
"…"
Allí estaba el extraño huésped, completamente empapado de la nieve.
"¡Yo— yo no me di cuenta!"
Su sueño de bellotas golpeándose la cabeza había sido en realidad pasos que
sonaban contra el suelo.
No podía creer que le había mostrado al hombre una vista tan vergonzosa, el propio
dueño de la casa de baños echando una siesta tranquilamente. Se apresuró a
enderezarse, pero luego se acordó de Holo, que se aferraba a él. Trató de
esconderla, poniéndole la manta encima, como si de algún modo pudiera engañar al
hombre en este punto.
El viejo lo miró fijamente.
Lawrence no podía hacer nada más que mostrarle una sonrisa forzada.
"...Mm... Hey...," vino una voz silenciada desde dentro de la manta.
Lawrence ignoró a su esposa, sacándola antes de levantarla y envolviendo la manta
alrededor de ella. "¿Eh? ¿Qué?" Holo se retorció dentro, pero fingió no oír.
"¡Por favor, espere un momento! !Le traeré algo para que se seque y preparen el
fuego en breve!" le dijo al anciano, que estaba en silencio en la puerta, y se fue
corriendo, llevando a Holo al segundo piso. Era dolorosamente consciente de que la
mirada del viejo los seguía.
¡Qué vergüenza!
Aunque el anciano probablemente no había visto las orejas y la cola de Holo, ponía
en peligro la calidad de su servicio.
Dejando caer a Holo en la cama, Lawrence se apresuró a bajar al primer piso,
ignorando la reprobación de su esposa.

Habiendo alimentado tanto la chimenea como la estufa con abundante leña, los
artículos húmedos del huésped se estaban secando. No había tal cosa como ser
demasiado minucioso con un solo huésped, y uno que pagara en oro por eso.
Sin embargo, sin importar cuántas veces Lawrence le hablaba al anciano—"¿Por qué
no usas los baños para calentarse?" o "¿Le gustaría comer algo antes de la cena?" o
"¿Adónde fuiste hoy?"—se encontraba siempre con su silencio. A veces agitaba la
cabeza o asentía, así que no era como si estuviera ignorando completamente las
preguntas, pero el hombre misterioso seguía siendo difícil de tratar.
Lawrence se sentía en deuda después de mostrar a su cliente una escena tan
desatinada y se encontraba a la defensiva. Pero si el anfitrión prestaba demasiada
atención al huésped, podría ser contraproducente y hacerlo sentir aún más
incómodo. Lawrence le dijo al anciano que lo llamara si necesitaba algo y lo dejó.
Pero después de su acalorada conversación con Cyrus, Lawrence quería preguntarle
un montón de cosas al curioso visitante. Por supuesto, también por el bien del
hombre, Lawrence quería ayudarle a irse con una sonrisa.
Primero, estaba claro que desde que había vuelto cubierto de nieve, había pasado
todo el tiempo caminando por la montaña. Lawrence también podía decir que, sea
cual fuere la intención del anciano, era probable que no le fuera tan bien si estaba
buscando algo con tal intensidad.
¿Qué diablos está buscando?
Parecía que cuanto más pensaba Lawrence en ello, más preguntas terminaba
encontrando, y se quejaba tanto como Hanna en la cocina. Desde que sin aviso
alguno envolvió a Holo y la dejó en la cama de arriba, ella no se había dignado a
dejar el dormitorio por ira, y debido a que el extraño huésped se estaba calentando
junto a la chimenea, Hanna no tenía otro lugar donde estar.
"Pero estoy de acuerdo con tu esposa. Probablemente sea curandero."
Hanna habló mientras preparaba la cena. Cortó y arrojó las verduras en la olla. Los
había estado cultivando durante todo el invierno, y tenían un tono casi antinatural
de verde oscuro.
"¿Hay alguna razón?"
"¡Le ofrecí un poco de vino caliente antes, pero estaba comiendo nieve!"
"¿Nieve? ¿Quería agua fría?"
Lawrence pudo equivocarse al suponer que su huésped quería algo cálido después
de pasar frío afuera. Probablemente tenía sed después de moverse por todos lados.
"Eso no es lo que parecía, te digo."
Ella agregó carne seca y repollo encurtido en la olla y luego generosamente roció sal
en él.
"Se lo comió despacio, como si lo estuviera comprobando. Significa que algo está
definitivamente mal."
Lawrence no entendió lo que Hanna estaba diciendo. La miró fijamente, y ella le
miró sorprendida.
"¿No lo sabía, señor?"
"¿Qué?"
"En el sur, donde cultivan aceitunas, se puede vender la nieve como medicina. La
gente dice que funciona bien para los dolores de cabeza, dolores de estómago,
fiebres y dolores de muelas. Bueno, creo que sólo los nobles lo compran."
Lawrence agitó la cabeza. Nunca viajó tan al sur, ni siquiera cuando era
comerciante.
"Incluso en el sur, recogen nieve de las altas montañas en invierno, sabes. Los
empacan con madera, y los meten en las bodegas de sus barcos, como si hubieran
empaquetado a la misma montaña. Luego, entierran la nieve en profundos agujeros,
y una vez que el clima se calienta, desentierran todo y la venden. Ya que es posible
obtener los productos sin pagar, la gente dice que se puede ganar bastante dinero
con ello, pero los lugares varían y todo eso, por supuesto."
"Uh-huh." Lawrence suspiró de admiración. Definitivamente era un negocio en el
que una gran compañía utilizaba una amplia red de distribución para hacer negocios.
Con su habilidad y experiencia, podían convertir incluso las cosas que caían del cielo
en oro. "¿Así que piensas que... él es un sureño?"
Un sureño de muy al sur que pensaba en la nieve como medicina y que la tierra
misma no tenía relación con el frío. Un lugar que ni siquiera él había visitado nunca,
un lugar del que sólo había oído hablar en las historias…
Lawrence, llegando a una conclusión, levantó repentinamente su voz.
Hanna, que estaba mirando hacia al horno, se volvió para mirarlo con una mirada
interrogativa.
"¿Podría ser...?"
Lawrence de repente se giró rápidamente pero terminó pateando un colador lleno de
frijoles.
"¡Waah! ¡Ahh!"
Pisó el fuelle mientras intentaba recoger los frijoles esparcidos. Podía oír a Hanna
riéndose detrás de él.
"Es bastante torpe, señor."
Sólo podía mostrar su vergüenza haciendo gestos con los hombros mientras sonreía
a medias.
"Está bien. Yo haré el resto. No se lo que has concluido de todas formas."
Lo que ella debe haber querido decir es que ya no podía tenerlo haciendo un
desastre en su territorio.
"Entonces, mis disculpas, te dejo el resto a ti…"
Hanna, riéndose todavía, se encogió de hombros.
Lawrence regresó el colador a su lugar y dejó la cocina. Entonces, sacó papel
rudimentario y un tintero de debajo del mostrador. Pensó que el contenido podría
haberse congelado en el frío, pero parecía utilizable. Cogió una pluma y se dirigió al
cuarto de la chimenea.
El extraño huésped se sentó mirando fijamente al fuego y estaba, por supuesto,
comiendo nieve. Comió despacio, masticándolo bien, como si lo dejara penetrar en
su cuerpo. El anciano, que tenía el semblante de un ermitaño, escuchó los pasos de
Lawrence y levantó la vista.
Lawrence entró con un simple "Disculpe usted" y se sentó en el otro extremo de la
chimenea, con la pluma en la mano.
Entonces, escribió "hola" en todos los idiomas que conocía y le mostró el papel al
anciano, que abrió los ojos sorprendido y miró a Lawrence.
Mientras Lawrence señalaba a cada uno saludando uno a la vez, el anciano parecía
como si hubiera visto un dragón a plena luz del día y señaló a uno. Lo que
sorprendió a Lawrence fue que la escritura que el anciano señalaba era un lenguaje
usado en todo el mundo y probablemente incluso en el cielo. Era escritura litúrgica,
el lenguaje de la Iglesia— algo que era ilegible sin educación.
"¿Quién... eres tú?"
Preguntó Lawrence, sin pensar. El anciano abrió la boca para responder, pero la
cerró inmediatamente. En su lugar, apuntó al bolígrafo y al papel que tenía
Lawrence. Se los dio a su huésped, y el hombre asintió agradecido antes de
empezar a escribir con fluidez. No era hostil, ni testarudo. Simplemente no había
podido hablar.
Además, habiendo venido de tan lejos del sur, probablemente no había pensado que
un dueño de casa de baños de un pueblo tan remoto en lo que se consideraba,
hasta hace poco tiempo, la tierra pagana podía leer y escribir en escritura litúrgica.
Sin embargo, cualquiera que se quedara aquí por mucho tiempo sabría que había
muchos clérigos de alto rango entre la clientela. Debió haber podido comunicarse
con los dueños de las casas de baño a través de ellos si había algún inconveniente.
Mientras Lawrence pensaba que esto era extraño, el viejo le mostró lo que escribió.
"¿Esto es..?" preguntó con los ojos, y el viejo asintió.
Lo siguiente estaba escrito allí:
"He venido aquí en una misión por órdenes de cierto personaje exaltado. Para esto,
necesito agua saludable y buena que debería estar aquí en este pueblo. Sin
embargo, tanto la nieve como el agua pura aquí no parecen especiales. Te pregunto
si estás familiarizado con esto."
Su escritura era elegante y fluida.
Recordó el término médico. Luego recordó lo que dijo Hanna— la nieve como
medicina.
El anciano no dejó pasar fácilmente los detalles de su meta ya que el que
probablemente quien requería la medicina era este exaltado personaje. Si alguien
que ocupaba una posición importante mostraba debilidad, se convertiría en un
blanco. Era probable que esta persona ocultaba la enfermedad a sus pares. Hubo
muchos huéspedes del sur que se quedaban en Nyohhira por largos períodos de
tiempo. Si le hubiera pedido a otro huésped que entendiera la escritura litúrgica que
mediara en el intercambio, bien podría ser que el otro huésped en cuestión estuviera
conectado con alguien influyente que se opusiera a su propio amo. Debe haber
dudado en hablar abiertamente sobre la búsqueda de medicamentos.
Junto con la pobre expresión del anciano, esto tenía sentido para Lawrence.
"Yo…"
Comenzó a responder, pero recordó que el anciano no entendía del todo la lengua
regional.
Se inclinó levemente, recogiendo el bolígrafo y el papel, y escribió:
"No sé mucho de eso, pero le preguntaré a alguien que lo sabe."
Después de leer, el viejo levantó la cabeza y se inclinó profundamente de nuevo.
Pero Lawrence no podía dejar de preguntar:
"¿Por qué decidiste decirme tu objetivo?"
Lawrence pensó que era probable que se hubiera rendido en encontrar su objetivo
por su cuenta.
La expresión del anciano era problemática, pero finalmente tomó la pluma en mano.
Él escribió con suavidad:
"Usted parece ser alguien en quien puedo confiar."
Lawrence pensó arduamente, intentando recordar lo que el huésped pudo haber
visto para llegar a tal conclusión. Decidió que probablemente era que el viejo
pensara que Lawrence era fácil de controlar, en lugar de confiable.
Pero por supuesto, no era un problema que este hombre hubiera puesto su
confianza en Lawrence. Satisfecho, asintió, resistiendo la tentación de dar la excusa
de que era un tonto dueño de una casa de baños.

Cuando se buscaba algo en las montañas, había mucha gente de confianza a la que
se podía llamar.
Si Lawrence preguntaba al más confiable de ellos, entonces inmediatamente podía
encontrar el agua saludable que su anciano visitante buscaba. Él podía aprender
todo inmediatamente si tenía que ver con las montañas de Nyohhira.
El problema era que Lawrence dejó antes esa supuesta presencia divina y la
abandonó en la cama.
Si iba hacia ella con las manos vacías, probablemente no recibiría más que
comentarios sarcásticos. Poniéndose un abrigo de piel, primero se dirigió a la casa
de baños de Cyrus. Bajo su brazo llevaba costillas de cordero saladas, algo que Holo
adoraba. Esto era en agradecimiento por lo de temprano ese día, así como una
manera de asegurar el licor que pudiera aplacar a Holo. Y ya que el pasatiempo de
Cyrus era hacer alcohol, él podría saber el paradero del agua que podría ser usada
en medicina.
Casi caída la noche, y una vez que el sol se sumergió detrás de las montañas, la
oscuridad cayó rápidamente sobre el pueblo. Fue entonces cuando Nyohhira se
convertía en una llama que se negaba a extinguirse cuando se le colocaba
cuidadosamente agua. Usualmente, la noche era el momento más ocupado del día
con los preparativos para las cenas, pero no había invitados durante esta
temporada.
Cuando Lawrence llegó a la casa de baños, los hijos de Cyrus se sentaban uno
enfrente del otro en la larga mesa. Parecían estar aprendiendo a usar un ábaco de
bolas y palos de madera.
En el momento en que el amigo de la infancia de Myuri, Kalm, notó la llegada de
Lawrence, inmediatamente enderezó la espalda y forzó una sonrisa tensa.
Probablemente tenía problemas para decidir si sonreír amistosamente al padre de la
niña con la que quería casarse o mostrar una expresión varonil.
Lawrence sonrió tranquilizadoramente, y parecía que algo de la tensión de Kalm se
había desvanecido.
"¿Está Cyrus por aquí?"
"S-sí, mi padre está atrás con la leña."
"Gracias," dijo Lawrence y añadió, "Estudia bastante."
"¡Si!" Kalm respondió con voz fuerte y golpeó suavemente con el codo a su
hermanito, que miraba fijamente a lo que estaba ocurriendo.
Como había dicho su hijo, Cyrus estaba en la parte de atrás, tomando un descanso
con el hacha en la mano. El esfuerzo se esfumó como vapor de su cuerpo sin
camisa.
"Oh, ¿cómo puedo ayudarte?"
"Esto es por lo de antes."
Él entregó el paquete envuelto que tenía en su brazo. Cyrus lo cogió, y sus ojos se
abrieron en grande cuando miró dentro.
"Esto es... Me he vuelto muy bueno en los negocios, también. Sólo un poco de licor
ha traído una carne maravillosa."
"Una muestra de mi gratitud, y un avance por una pregunta que tengo, así como un
favor que necesito."
Cyrus se rió, sacudiendo los hombros, por lo indiferente que sonaba Lawrence.
"Pregunta igual. Ésta es buena carne; irá bien con mucha bebida."
La envolvió de nuevo antes de salir para guardar el regalo en la cocina conectada
con el patio de leña, luego volvió y tomó el hacha.
"Espero que no te moleste que hagamos esto mientras parto la madera."
"Por supuesto."
Cyrus asintió. Levantó el hacha y, sin esforzarse, la dejó caer. Con un sonido
satisfactorio, la madera se partió en dos.
"Logré hacer que ese viejo me dijera qué estaba buscando."
Cyrus, colocando el siguiente trozo de madera en el tocón, dirigió sólo sus ojos hacia
Lawrence.
"Ha venido desde el sur, y la razón por la que siempre estuvo tan callado fue porque
no entendía el idioma aquí."
"¿Así que cómo hablaste con él?"
"Escritura litúrgica. De vez en cuando tenía que usarla cuando trabajaba como
comerciante."
"¿...Cuánto licor tomaría si te pidiera que le enseñaras a mis hijos?"
Si realmente quisiera que aprendieran, podría preguntarle a cualquiera de sus
clientes. Era la manera de bromear de Cyrus.
"Pregúntame cuando quieras. Y nuestro invitado dijo que está buscando agua
saludable."
"¿Agua saludable?"
"En el sur, aparentemente usan la nieve como medicina. Así que me pregunto si es
por eso."
Cyrus miró a lo lejos, pero su cuerpo continuó cortando madera sin vacilar.
"Ya veo. Un manantial milagroso que da larga vida y cura la enfermedad es un mito
común."
"¿Sabes algo sobre el agua saludable que podría despertar a los muertos?"
"Sí. Bebiste un poco hoy, Sr. Lawrence."
"¿Lo usas para su licor?"
"Sí. El agua del río es suficiente para la mayoría de los clientes, y la nieve derretida
que sabe a azufre está bien para los borrachos. Pero para los huéspedes que tienen
gustos refinados, hay cierto tipo de agua que uso para su licor o para los huéspedes
de clase alta que pagan en oro."
"¿Podrías decirme?"
Había una razón por la que Lawrence trajo costillas de cordero de primera clase.
Pensó que como hacer alcohol era el pasatiempo de Cyrus, podría saber dónde se
encontraría el agua.
Pero si el secreto del sabor característico de su licor estaba en el agua, era probable
que no tuviera ninguna inclinación en decírselo a los demás.
"Se lo que estas pensando."
Cyrus dijo las palabras exactas que Lawrence tenia en mente y sonrió.
"No es un secreto. Si vas al norte por un camino que los cazadores llaman el camino
del lobo gris, te encontrarás con un valle profundo. Si te adentras hasta que tu
cuerpo apenas se adapte, encontrarás un manantial que no se congela por muy frío
que esté. El agua allí es exquisita."
"Oh... g-gracias"
Él se lo había dicho tan fácilmente que Lawrence de repente se sintió cansado.
Cuando le dio las gracias, Cyrus se encogió de hombros.
"Todos en el pueblo lo conocen."
Por un momento, Lawrence sintió que se había dibujado una línea divisoria entre
ellos.
Pero confiaba en el hombre que tenía delante de él y podría interpretarse como si
Cyrus se lo estuviera diciendo: Ya es hora de que tú también lo sepas, Lawrence.
"Te pagaré por esto."
"Ya lo has hecho"
Cyrus sonrió y volvió hacia su leña. Lawrence quería darle las gracias de nuevo, por
costumbre como un hombre de negocios, pero se resistió. Si fueran amigos,
entonces eso podría ser grosero.
"A la salida, dile a Kalm qué licor te gusta y tómalo. Te fuiste a casa ebrio, así que
apuesto a que tu linda esposa estaba bastante molesta contigo."
"...Eso es bastante acertado"
"Todos son iguales"
Cyrus sonrió, y Lawrence suspiró en derrota.
"Hasta luego."
"Adiós."
Cyrus no lo vio irse. Lawrence se dio vuelta, retornó al frente y recogió el licor.
Miró hacia atrás cuando la casa de Cyrus se encontraba a distancia, y
permaneciendo allí en la oscuridad era una hermosa casa de baño.

Lawrence le dio a Holo el licor que recibió de Cyrus y una vez que Holo finalmente
recuperó su buen humor, le preguntó de nuevo por el agua. También le preguntó a
Hanna, que a menudo se aventuraba en la montaña para recoger verduras, y ella
también indicó que el lugar que Cyrus mencionó era el mejor.
Holo lo pellizcó, insinuando que no había necesidad de conseguir licor de Cyrus si
ese era el caso. Pero si estaba de mejor humor, entonces esa era una buena razón
para Lawrence.
El anciano, con quien Lawrence pudo finalmente comunicarse a través de la
escritura litúrgica, se presentó como Ceres. Aunque, probablemente no era su
verdadero nombre, porque se le había confiado una misión secreta de su amo, pero
no importaba.
Ya que no había otros huéspedes aparte de Ceres y estaba bastante tranquilo en el
balneario, Lawrence lo invitó a cenar con ellos y él aceptó gustoso. Su expresión por
lo general gruñona parecía ser su expresión natural. Felicitó la comida con precisión
y sólo suspiro un poco, parecía estrechar los ojos para disfrutar cuando vio a
Lawrence advirtiendo a Holo sobre mostrarle su gran apetito a un huésped. Era
vergonzoso, siendo observados como si fuesen sus nietos burlones, pero si Ceres se
estaba divirtiendo, entonces Lawrence debería, como dueño del balneario, darse por
vencido y dejarle sonreír.
Al día siguiente, Lawrence se ofreció a ayudar con la recolección del agua, pero
Ceres lentamente sacudió la cabeza. Todo lo que pidió fue una jarra de barro para
sacar el agua. Dijo que era su trabajo. El orgullo que llevaba en su trabajo parecía
ser como el de un caballero.
Lawrence le dijo dónde estaba el camino del lobo gris y la señal para su entrada y lo
vio irse con Hanna antes del amanecer. Holo estaba dormida en la cama, sin querer
salir por el frío.
Mientras se iba, Ceres parecía triste como siempre; mirándolo desde atrás, parecía
que sus pasos tenían una nueva ligereza en ellos.
Lawrence suspiró conforme, aliviado de que todo estaba finalmente resuelto.
Entonces, después de una siesta rápida y de trabajar duro en sus tareas diarias, la
mañana se convirtió en tarde.
Ceres regresó, con la expresión abatida.
"¿No conseguiste el agua?"
Según Cyrus, no se congelaría por más frío que hiciera, pero era imposible saber qué
pasaría en las montañas. Pensando esto, Lawrence había planteado su pregunta,
pero Ceres lentamente sacudió la cabeza. Probablemente estaba expresando su
decepción en vez de una falta de comprensión.
"Bueno, primero, sequemos esa ropa mojada."
Mientras Lawrence alimentaba con leña la chimenea y el fogón; Ceres estaba cerca,
mirando fijamente la jarra de cerámica que sostenía contra el pecho. Era una mirada
melancólica y triste.
"Aquí."
Lawrence señaló al fuego y Ceres cumplió a regañadientes. Respetuosamente recibió
la jarra y se la entregó a Holo, que observaba en silencio. Entonces Lawrence ayudó
a secar la ropa mojada de Ceres.
Cuando eso estaba casi terminado, él le dio a Ceres un poco de vino caliente. En el
comedor de al lado, le susurró a Holo.
"¿Esto es?"
Holo olfateó el interior de la jarra e inclinó su cabeza desconcertada.
"Lo es."
Con el sentido del olfato de un lobo, podía discernir el olor de esa agua de calidad.
Pero si eso fuera así, ¿por qué Ceres parecía tan cabizbajo como lo hacía? Lawrence
lo pensó, y de repente le molestó. ¿Por qué esta agua no era lo que él quería? Por el
contrario, ¿qué cualidades necesitaba el agua para satisfacer su búsqueda?
"Hey, ¿existe realmente un manantial milagroso?" preguntó de repente Lawrence y
Holo lo miró perpleja. "Ya sabes, como el agua de la juventud o el agua de la
curación, algo así," él explicó y finalmente Holo asintió.
"Yo también conozco esos mitos. Has comido el pan del trigo de Pasloe, donde yo
dormía, ¿no?"
Ahí es donde Holo, en un fuerte sentido de obligación, vigiló el cultivo del trigo
durante cientos de años. Tiempo antes, Lawrence ocasionalmente pasaba por la
aldea en su ruta comercial.
Él la miró, desconcertado, y ella sonrió maliciosamente.
"Entonces comiste pan bendecido por mis milagros, aunque tu estupidez no se
curó."
"…"
Lawrence suspiró, y Holo empezó a reírse a carcajadas. Pero él lo entendió
fácilmente.
"Si es así..."
¿Qué buscaba realmente Ceres en el agua? ¿O realmente creyó en los mitos y pensó
que lo sabría inmediatamente si lo bebiera? Aquí estaba parado frente a lo que todos
en la ciudad mencionaban como la mejor agua de Nyohhira y él se encontraba
perturbado.
Entonces, Ceres apareció de repente, su boca se puso tensa.
"Oh, hola... ¿Esto?"
Parecía que quería la jarra de cerámica. Lawrence, por supuesto, se lo entregó sin
reparos.
Entonces Ceres puso sus labios en la boca del recipiente y se bebió algo del
contenido. Cerró los ojos, mientras se lo tragaba.
Los abrió al cabo de unos instantes y su expresión seguía siendo de decepción.
"Bien…"
Con extraña pronunciación, habló.
"Bien..."
Lo volvió a decir y agitó la cabeza. Lawrence y Holo se miraban el uno al otro y
luego miraron a Ceres. Él dio un gran suspiro y colocó la jarra sobre la larga mesa.
"No."
Fueron palabras claras de negación. Antes de que Lawrence pudiera decir algo,
Ceres se puso en pie. Lawrence pensaba que si podía preguntar qué tenía de malo,
entonces podrían encontrar una solución.
O quizás tuviera que decirle a Ceres que lo que buscaba en el agua no era más que
un mito.
Mientras Lawrence estaba pensando esto, Ceres extendió sus manos a lo que había
al lado de la chimenea.
"¿...Su sombrero?"
De lo que hablaba Holo era de su sombrero cónico, cubierto en piel y forrado de
metal. Pero Ceres le dio la vuelta y tiró de una cuerda que llevaba dentro, quitando
la piel mojada del exterior.
"Es una olla," Lawrence se dio cuenta de repente.
Con eso, Ceres sacó algunos paquetes pequeños de su morral. Hubo un sonido
granuloso y cuando Lawrence miró a Holo de pie junto a él, ella se encogió de
hombros.
"Alcohol."
Ceres habló, y Lawrence, de repente volviendo a la realidad, intentó
apresuradamente ir a la cocina. Ceres lo detuvo.
"No. Alcohol."
Ceres sacudió la cabeza y volvió a repetir sus palabras. Había bolsas de cáñamo en
la olla que sostenía.
Lawrence recordó lo que Holo había dicho días antes. Éstas eran cosas que llevaba
en su persona.
Lo que había dentro de las bolsas era trigo. Si era así, entonces la olla que trajo…
"Eres… un cervecero."
Ceres, no entendiendo las palabras de Lawrence, arrugó su frente y una vez más
dijo, "Alcohol."
Dos trozos de metal con la misma forma, uno dentro del otro y podrían convertirse
en dos ollas. En una olla, derramó el agua que había sacado antes y la colocó sobre
la chimenea. En la otra olla, vació el trigo molido de una bolsa de cáñamo.
"Oh, es trigo local."
Holo lo identificó con sólo mirar.
Ceres hervía el agua en el primer recipiente, removiéndola ocasionalmente. El vapor
crecía, pero justo cuando parecía empezar a burbujear, sacó esa olla del fuego.
Tomando un cucharón de madera de su morral, mezcló el agua en el trigo. Esto
continuó hasta que toda el agua de la olla había sido removida. Al final, comprobó la
temperatura con el dedo, ajustó la posición de la olla en el foso de la chimenea, y
volcó la ahora olla de agua vacía para usarla como tapa.
Parecía que el primer paso estaba terminado.
Ceres encaró a Lawrence e indicó que necesitaba una pluma y papel.
"Soy un chef empleado por la familia real de cierto país."
Ceres escribió esto y se detuvo. Lawrence no se sorprendió al leer "familia real" ya
que había pagado muy bien y la libertad con la que usaba la escritura litúrgica,
indicaba una educación acomodada. Un cervecero normal no sería así.
"Sin embargo, trabajé originalmente para la familia de la princesa, y fui colocado
donde estoy ahora como parte de su dote."
Escribía y de repente tomó la olla en la mano y cerró los ojos, como si buscara algo.
Luego, metió los dedos directamente en el carbón de la chimenea y ajustó la llama.
No parecía para nada molesto por el calor, y parecía que no se había quemado. Las
manos de un maestro artesano son gruesas, o eso decía el dicho. Ese parecía ser
exactamente el caso aquí.
"Cuando la princesa se enteró de que se casaría, ella consintió su egoísmo sólo una
vez más. Dijo que deseaba sumergirse en las famosas aguas de Nyohhira. Si lo
hiciera, dijo que podría superar cualquier cosa."
Esos acontecimientos habían ocurrido durante un tiempo más inestable que ahora.
Lawrence asintió y Ceres lentamente cerró los ojos. Cuando lo hizo, parecía que aún
podía oír la confusión.
"Ella escondió sus orígenes y coloco una posada, mientras yo la acompañaba como
su sirviente. Tuvo un tiempo maravilloso y pasó sus días en lo que podrían haber
sido sus últimos momentos de libertad, así como preparándose a sí misma para el
futuro."
Para aquellos que tenían un alto estatus social, las líneas de sangre no eran más que
sino una herramienta. Lawrence tradujo cada detalle para Holo, que puso un rostro
comprensivo y melancólico.
"Sin embargo, la princesa encontró a un joven allí. Él, también era de linaje noble y
reconocieron inmediatamente las identidades del uno al otro, así que no podíamos
ignorarle abiertamente. Mientras que miraba con asombro, los dos se hicieron
cercanos."
Mientras Lawrence transmitía esto a Holo, su rostro se volvía aún más sombrío. Con
una expresión de tristeza, se le acercó y se agarró de su brazo. Ella parecía como si
estuviera rezando, espero que esto tenga un final feliz.
"La princesa era una mujer noble que mantenía gentilmente la etiqueta de la corte,
pero en Nyohhira simplemente era ella misma, sostenía bien su licor, así que no
hacía más que beber y bailar, al punto que el joven finalmente admitió la derrota."
Holo estaba feliz, conmovida por una mujer a la que le encantaba beber y bailar.
"Pero los días divertidos pasaron pronto y la princesa no era tan débil como para
cometer un error y caer en una tentación pasajera. Cuando llegó el momento, ella
recogió silenciosamente sus cosas y se despidió del hombre con el que había
bailado, con un solo apretón de manos."
Él enderezó la espalda pero no sonrió, como si imaginara a una princesa fuerte que
puso una fachada valiente. Aún aferrándose al brazo de Lawrence, Holo miró
fijamente la escritura de Ceres, a pesar de que no había forma de que ella pudiera
entenderla.
"De camino a casa, la princesa no habló ni una sola vez. Cuando finalmente lo hizo,
fue el día de la boda, cuando comenzó su vida en una tierra extraña, en un extraño
castillo, con gente extraña. No sabía lo ansiosa que estaba. Ella era fuerte. Sin
embargo, me dijo una cosa a mí, que la había acompañado desde su tierra natal.
'¿Recuerdas el sabor del licor allí?' preguntó ella. Yo, por supuesto, no podría
deshonrar a la princesa. Le dije. 'Soy un chef que ha dominado la comida de la corte
y en mi orgullo, lo recuerdo'."
Ceres volvió a mirar fugazmente a la olla y luego lentamente siguió escribiendo.
"Entonces ella dijo, 'Está bien, entonces. Si puedo beber eso en cualquier momento,
estaré bien'."
La mano del viejo se detuvo, pero no levantó la vista del papel. El único sonido en la
habitación era el crujido del carbón quemado en la chimenea hundida.
El sonido de ropa era la de Holo, inclinándose hacia delante.
"Entonces... ¿hubo un rostro familiar donde la enviaron a casarse? ¿No?"
Era común que la nobleza no supiera el rostro de la persona a la que se le había
prometido en los matrimonios políticos. Como era de esperar, era fácil imaginar
historias. Aunque iba a ser un matrimonio calculado, ambos ya se conocían y se
crecieron atraídos el uno al otro en un lugar donde no conocían sus identidades. Era
una fantasía popular entre las chicas de la aldea.
Y por supuesto, Ceres ya estaba bien enterado. Aunque no entendía del todo las
palabras de Holo, lentamente agitó la cabeza.
Holo inhaló bruscamente. Lawrence envolvió su brazo alrededor de la pequeña
espalda de Holo.
"El rey era un hombre maravilloso, doce años mayor que ella. Cuidó bien de ella.
Fueron bendecidos con niños y nunca antes había visto una corte tan feliz."
Ceres miró a Holo y le sonrió un poco.
Holo, sabiendo que había sido engañada, por alguna razón golpeó el brazo de
Lawrence. Él podía saber que ella parecía genuinamente aliviada. Ceres era
excelente contando historias. Probablemente también les dijo esto a sus propios
nietos.
Pero allí, dejó de escribir.
Había una diferencia entre las historias y la realidad— la realidad no se detuvo ahí.
"La princesa no pidió ese licor ni una vez. No había necesidad. Sin embargo, el rey
se puso enfermo, postrado en cama durante mucho tiempo y de repente ella me
llamó. Me dijo que trajera el licor."
Es probable que no fuera por su propio bien, sino por el rey que estaba enfermo y
no le quedaba mucho tiempo.
Los reyes de antaño llenaban sus vidas con batallas y política. El lujo de remojarse
tranquilamente en un manantial de aguas termales no era para nada más alto que
las hijas de la nobleza enjauladas.
Recordó la lúgubre expresión de Ceres.
El oficio de chef tenía el único propósito de hacer feliz a la gente. En la vida
profesional de Ceres, éste era probablemente su último y más importante trabajo.
"¿Pero no puedes recrear el sabor?" preguntó Lawrence mientras escribía lo mismo.
Ceres dejó caer sus hombros y asintió.
"Ya he probado varios métodos diferentes de elaboración de cerveza con el trigo
local. Recuerdo el sabor, los ingredientes, todo. Pero no puedo recrearlo. La cerveza
que me invitaron aquí era muy pura. Puedo saber el resultado de la infusión si
conozco el sabor del agua. Por el contrario, lo pensaba, mientras iba de casa en
casa."
"¿Por el contrario?"

La pregunta de Lawrence apareció en su rostro, y Ceres lo miró de nuevo antes de


mirar a Holo, por alguna razón.
Sus ojos se entrecerraron lentamente, como si estuviese sonriendo de una manera
tranquila.
"Dicen que el aire de la tierra se filtra en la bebida en el momento de la elaboración.
Un aire deprimente produce una cerveza deprimente. Un aire alegre produce una
cerveza alegre. Es por esto que pensé que este podría ser el lugar."
Después de escribir la última letra, dio un sonrisa rica en sentido. Holo ladeó su
cabeza confundida, pero Lawrence aclaró su garganta en vergüenza. Antes, los
había visto durmiendo juntos frente a la chimenea, e incluso ahora, Holo se pegaba
a su lado como una niña.
Lawrence, de ninguna manera, tuvo el valor de decir que su propia casa de baños
era el mejor de Nyohhira, pero podía decir que era diferente. Cyrus, también le
había dicho algo así más temprano ese mismo día.
Lawrence y Holo, como marido y mujer, definitivamente se llevaban muy bien en
todo el pueblo.
Lawrence también había oído hablar de la superstición de un cervecero, pero no lo
creía. Ceres estaba probablemente en lo mismo. Estaba buscando
desesperadamente algún tipo de pista.
"El agua aquí es buena. Eso es cierto para todas las casas de aquí. Como es la
misma agua que usan para hacer cerveza, la bebida también es buena. Pero es un
producto común. Ese sabor especial que probé hace treinta años no se ha
mostrado."
Cuando Ceres terminó de escribir, sacó varias bolsas pequeñas de cáñamo de su
mochila. En el interior había cada variedad posible de hierba que se podía cosechar
en la zona. Holo, que tenía una nariz sensible, estornudó un poco ante la repentina
explosión de olor.
"Sabor..."
O quizás el aire de aquella época se había derretido en el sabor.
Ceres, con su rostro melancólico e inmutable, miró la olla de metal.
Se sentó allí en silencio.

Holo tenía una buena nariz y era muy exigente con el gusto, pero no podía
producirlo. Hanna tampoco sabía mucho sobre hacer alcohol, así que al final,
Lawrence fue con Cyrus.
"¿El sabor de la cerveza de hace treinta años?"
Cuando le contó la historia, Cyrus se puso claramente nervioso.
"Ahí fue cuando llegué aquí por primera vez..." dijo, y luego cerró la boca y dirigió su
mirada hacia un lugar al lado de Lawrence.
Allí de pie había un visitante que vino antes que él.
"Yo tenía tu edad en ese entonces, muchacho."
El orador era un anciano que tenía una cabeza perfectamente redonda y una larga
barba blanca que daba la impresión de vapor saliendo de los baños. No era alto,
pero en la vejez, uno podía ver los recordatorios de que había sido bastante robusto
en su juventud. Se llamaba Jeck, y él ahora estaba retirado, antiguo maestro de la
casa de baños que servía la mejor comida de toda Nyohhira.
"Pero cerveza, ¿no? Eso es algo difícil. Con el trigo local, si la malta tostada es más o
menos igual, no habrá diferencia. Si dice que ha perfeccionado la comida de la corte,
no creo que vaya a equivocar mucho."
Sin mencionar sus verdaderas intenciones, Ceres compartió su información con
Cyrus y los demás.
"¿Depende del año del trigo?"
Preguntó Cyrus, y Jeck sacudió la cabeza. El par, separados en edad casi tanto como
un padre y un hijo, estaban reunidos por su amor por hacer alcohol y parecían estar
más cerca como maestro y alumno.
"No sé si la cosecha es realmente mala, pero si le agregas trigo molido al mosto
antes de que se convierta en alcohol, algo saldrá de ella. Eso es para alguien con
más habilidad que nosotros."
Jeck también era consciente de Ceres; parecía que el orgullo del viejo dueño de la
casa de baños había sido un poco herido cuando Ceres parecía descontento con su
comida y bebida. Pero cuando Lawrence le dijo que Ceres era un chef de la corte,
Jeck se sorprendió por otra razón. Para cualquiera que estaba en el mundo de la
cocina, este hombre era una existencia que normalmente estaba lejos de su alcance.
"Él dijo 'Un sabor especial'."
"Hmm... podría ser el sabor del tiempo…"
"¿No es eso una superstición de cervecero?" preguntó Cyrus.
"¿Hmm? Ah, te refieres a cómo cambia el sabor dependiendo del aire del lugar. Eso
es verdad, pero—"
"¡¿Eh?!"
Lawrence y Cyrus alzaron sus voces al mismo tiempo y Jeck resopló.
"Pero no se trata del ambiente del lugar, lo cual escuchas a menudo. A medida que
el clima cambia, la tierra también lo hace y el sabor de la bebida puede cambiar,
incluso cuando está hecha con los mismos ingredientes. Estoy seguro, incluso los
espíritus de la bebida en los cielos se alteran como cuando la tierra cambia. Y por
eso volvió nuestro huésped. Puedes conseguir los ingredientes siempre y cuando
tengas oro, y algo vendrá de eso. ¿No es cierto?"
Su pregunta iba dirigida a Lawrence. Como antiguo comerciante, su rostro era
conocido en toda esta tierra del norte. Jeck sonrió como un niño travieso y Lawrence
sólo podía sentirse comprometido.
"Eso es, bueno, sí... Llevará algún tiempo, pero puedo conseguirlos."
"Él tiene la habilidad, tiene los ingredientes y ha venido hasta aquí. Si él no consigue
el sabor después de prepararlo con todo eso, entonces lo qué lo matiza es el aire del
tiempo… En una palabra, sus recuerdos."
Sin embargo, ¿podría un chef quien decoró los platos de la realeza olvidar tal sabor,
aunque fuera hace treinta años?
Ni Lawrence ni Cyrus dijeron nada, pero compartieron esta pregunta con una
mirada. Jeck suspiró exageradamente.
"Ustedes dos siguen siendo niños."
Habló con franqueza.
"La comida que comes cuando te diviertes es buena por eso. Es incluso mejor
cuando estás con amigos agradables. Pero si te sientas y comes con tu esposa
cuando estás en medio de una pelea, ¡no sabrá a nada! Así es como es."
"..."
Los dos bajaron la mirada, como si se disculparan por su falta de atención y Jeck
asintió dramáticamente. A Lawrence le gustaba— le recordaba a Holo.
"Sin embargo, dejar que nuestro huésped se vaya a casa con el ceño fruncido no es
el estilo de Nyohhira." Jeck murmuró, pasando su mano sobre su cabeza.
"Cuando Cyrus me habló más temprano de nuestro huésped, me contó lo que
dijiste, Lawrence. Estoy de acuerdo contigo. Estaba enfadado— '¡Qué cliente más
testarudo! ¡Es su culpa!'... y cosas así. No sabía que el vapor estaba nublando mi
alma. Qué lamentable es eso."
Jeck habló mientras cogía la mano de Lawrence.
"Me has recordado lo que es importante en esta vejez. Gracias, Lawrence."
Escuchar esas palabras fue demasiado para Lawrence, y él estaba perdido. Pero
parecía que Jeck no se estaba burlando de él ni estaba bromeando. Lawrence miró
de nuevo al viejo con temor, como un niño.
Agarró de la mano de Jeck en cambio con una fuerza normal.
"Jeh-jeh. Cuando llegaste por primera vez y construiste tu casa de baños aquí,
pensé, mira a este tímido hombre sin fuerza de voluntad."
Jeck sonrió y habló libremente, aunque Cyrus no se reía abiertamente delante de
Lawrence, lo enfrentó tosiendo un poco.
"A veces, una persona nunca se adapta al lugar donde vive. Pero estabas destinado
a venir aquí, Sr. Lawrence."
Jeck se agarró del hombro, y sintió como si algo se desprendiera de su rígido rostro.
La expresión de Lawrence, ahora suave, mostraba una sonrisa de pura felicidad.
"Pero cuando bebí el agua por primera vez aquí, estuve enfermo todo el tiempo."
"Ja–ja-ja. Es el azufre en el agua. Yo me bañé por primera vez en estas aguas, así
que no es nada para mí, pero Cyrus también tenía la boca cerrada al principio."
"Incluso el agua que usaba para el pan era del río o agua pura de la montaña."
Cuando dijo eso, Lawrence recordó el sabor fresco del agua que Holo le dio cuando
llegó ebrio a casa. El agua hecha de nieve derretida en el calor de los baños tenía
ese sabor. Ese era el aroma de Nyohhira.
Por eso Cyrus continuó, no pensando en ello.
"Puedes saborear las aguas termales en todo."
¿Qué?
Todos hablaron al mismo tiempo. Incluso Cyrus se sorprendió de sus propias
palabras. Los dueños de las casas de baño, desde el más viejo hasta el más
reciente, se miraban unos a otros. "Imposible" estaba escrito en todas sus caras.
Lawrence revisó sus recuerdos. Inmediatamente recordó sus conversaciones con
Cyrus y Ceres.
El buen licor viene de la buena agua. Pero la mejor agua que Ceres había recogido
de la montaña era, según él, sólo buena. Siguiendo eso, si sólo pensaban en base a
lo que Cyrus dijo, entonces la razón por la que Ceres nunca pudo llegar a su
respuesta estaba clara.
Esto era Nyohhira. Los huéspedes eran tratados con el máximo cuidado. Los
huéspedes gruñones pero que pagaban bien recibían una atención aún más especial.
Lawrence se ofreció llamar a músicos y bailarines sólo para Ceres, que pagaba en
piezas de oro. Incluso el pan que le daban en su almuerzo era de la mejor calidad.
Hacían todo lo que podían en sus casas de baño. Por eso había algo que nunca
probó mientras estuvo aquí.
Era lo que Cyrus dijo— licor elaborado a partir de la forma menos problemática de
obtener agua, la que daban a los ebrios que no podían distinguir la diferencia de
sabores.
Una simple cerveza hecha de nieve que se derretía por el calor de los baños.
"...Dicen que es más oscuro debajo del candelabro."
Murmuro Jeck. Aunque no había ninguna conclusión sólida que esa era la respuesta,
se sentían cerca de tocar algo.
"Estoy seguro de que podemos mantener la reputación de Nyohhira con esto," dijo
Cyrus.
Lawrence miró a ambos y de repente lo miraron en respuesta.
"¡Bueno, ¿qué estamos esperando?! ¡Tenemos un huésped infeliz en la casa de
Lawrence!"
Como si fuera regañado por su maestro de comercio, Lawrence saltó y rápidamente
se dio vuelta, colocando su mano en la entrada. Pero entonces se dio cuenta de que
esto no era sólo su propio logro. Cuando pensó esto, se dio la vuelta para encontrar
a Jeck y Cyrus sonriendo en silencio.
"Haremos una fiesta de compasión para aquellos que no pudieron hacer sonreír a un
invitado. Ve."
Jeck agitó la mano con una gran sonrisa.
"Oiremos los detalles luego."
Cyrus hizo eco a su mayor, recogiendo el barril en el que apoyaba sus pies y lo
colocó en el mostrador. Ya no miraban a Lawrence, pero él lo interpretó como un
signo de cercanía. Vieron partir a los viajeros durante mucho tiempo porque una vez
que se iban, no volvían a encontrarse, quizás durante mucho, mucho tiempo. Así
que, ¿por qué harían eso por él?
Lawrence, con el pecho rebosante de felicidad, abandonó la casa de baños de Cyrus
y rápidamente volvió a la suya. Holo y Hanna, que miraban con gran interés la
siguiente parte del proceso de elaboración de cerveza, lo vieron regresar con
curiosos rostros.
Lawrence explicó las circunstancias, y Hanna, medio incrédula, trajo agua de nieve
que había sido derretida por el calor de los baños.
Ceres tomó un sorbo, cerró los ojos y suspiró hondo.
Y cuando abrió los ojos, sonrió como si el sol por fin hubiera mostrado su rostro a
través de las nubes.

Terminaron usando dos tipos de agua en el proceso de elaboración, pero el resto de


los ingredientes fueron los mismos. De hecho, incluso el cervecero era el mismo, así
que la diferencia de sabor dependía simplemente del agua.
Después de unos pocos días, la diferencia en los resultados estaba clara.
"No sabía que podría ser así de diferente."
Lawrence contempló el sabor de la cerveza espumosa. Él no sabría la diferencia si se
la dieran, pero uno al lado del otro, pudo darse cuenta. Ceres conocía la diferencia,
ya que siempre lo comparaba con sus recuerdos de hace treinta años, aunque eso
era de esperarse.
"Con esto, mi misión final está completa."
Después de terminar las dos cervezas, Ceres escribió esto en un papel. Se estaba
poniendo bastante viejo, y aunque eran órdenes de su amo, este chef de la corte
probablemente ya no estaba a cargo de la cocina si era capaz de estar lejos de la
mansión durante tanto tiempo.
"De verdad, gracias."
Ceres, con el peso levantado de sus hombros, era un anciano amable y gentil. Como
había encontrado lo que buscaba, no tenía sentido quedarse más tiempo. Comenzó
a recoger su equipaje. Lawrence intentó ofrecer cambio por la pieza de oro que
Ceres le dio con una pieza de plata, pero se negó.
Dijo que era una señal de agradecimiento y nuevamente su expresión se volvió
obstinada.
Y con la misma mirada en su rostro, escribió:
"Es el pago por cuando venga aquí de nuevo, cuando me retire y me aburra."
Ceres le sonrió, y no había nada más que pudiera decir. Aunque sólo fuera su
palabra, Lawrence escribió en grandes letras, "¡Te estaremos esperando!"
Ceres asintió felizmente.
Cuando vieron partir a su huésped, cargando el licor que elaboró en su espalda,
caminaba con un paso más vigoroso que cuando llegó, el cual había sido sólo unos
días antes. Como el licor, parecía que esperar un poco ayudaba a recuperar mejor la
memoria.
"Es de tu edad," dijo Holo llanamente, vertiendo el resto de la cerveza que Ceres
hizo en una taza.
"Oye, déjame un poco."
Holo fingió no oírlo, bebiéndolo deliberadamente y saboreando el sabor.
"Sinceramente..." Él suspiró y con un gran bigote blanco y espumoso bajo su tonto
rostro, Holo parecía feliz.
Mientras él se preguntaba por qué, ella apoyó su cabeza sobre su hombro y le dijo:
"Debo recordar este saber."
Un sabor para recordar esta tierra, este momento.
"Sólo con moderación."
Había un indicio de amargura en las palabras de Lawrence. No viviría el mismo
tiempo que Holo. Después de su muerte, no quería que ella sufriera por ello.
Pero eso también era lo mismo que la cerveza. La calidad de una bebida no viene de
su dulzura.
"Tonto."
Holo puso una sonrisa problemática y tomó la mano de Lawrence. Cuando él
muriera, en vez de aceite de oliva, preferiría que esta cerveza se usara para ungirlo.
Mientras pensaba esto, tomó un trago de la copa que Holo compartió con él.
Era una bebida de la casa de baños que evocaba sonrisas y felicidad. De hecho,
quizá era demasiado dulce.

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