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La función dice ‘Dick’, y Dick no funciona

Por Guillermo Linares Pereda

Resulta natural que cualquier hombre esté permeado de ideas de su época y que al mismo
tiempo sueñe y recuerde cosas que desearía que fuesen, ya sea de una u otra manera. Philip
K. Dick es un paradigma de ello, porque él se centra más en aquello que no quiere pero que
sabe que tarde o temprano será así. Podría decirse que él está en el recuerdo, en un intento
por recuperar lo pasado y de dejar seguir a lo nuevo: más bien que sueña sin soñar, y se
encuentra esperando sin esperanza. En realidad –así como con cualquier escritor que sea
bueno –resulta difícil saber qué cosa era lo que pensaba Dick con respecto del futuro y del
pasado. Sin embargo, dentro de sus obras hay un intento constante de hacer notar sus críticas
a las futuras consecuencias de aquella realidad que le acontece, y una notable preferencia al
pasado (algo así como Hesíodo).
Una de las principales obras de Dick que reflejan con mayor sutilidad éste último
aspecto es la obra: Do Androids Dream of Electric Sheep? Ya que en ella hay críticas y
anhelos por el pasado. De hecho, a lo largo de está obra se nos mencionan las consecuencias
de las acciones humanas ante el medio ambiente, ante las innovaciones tecnológicas y las
decisiones políticas, entre tantas otras cosas. Para demostrar un poco lo anterior sería bueno
analizar caso por caso, aunque por ser demasiado amplio el campo de cada uno de ellos, sólo
será posible retomar uno en este pequeño comentario. Así pues, se analizará la idea de las
innovaciones tecnológicas con miras a una idea de hombre que el autor tiene. Pues bien, son
las innovaciones tecnológicas de los androides lo que refleja una fuerte crítica a su tiempo de
Dick y su respectiva concepción del hombre. Pero antes de ver cuál es la crítica o la idea de
Dick al respecto, será necesario hacer un poco de contexto.
Durante el siglo XX surgieron muchos movimientos intelectuales de corte positivista
que buscaban hacer de las humanidades una ciencia rigurosa, en este caso era la filosofía, la
psicología, la sociología, etc. las que se buscaban hacer más rigurosas, pues la finalidad era
romper con determinados sesgos metafísicos1. El circulo intelectual más conocido con estas

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Más bien era acabar con todo supuesto metafísico. Aunque la idea de eliminar una metafísica es absurda,
puesto que no querer a la metafísica ya supone un sesgo metafísico de cierto tipo. Inclusive las
demostraciones lógicas con las que pretendían desmoronar a la metafísica, ya era en sí mismo un ejercicio
metafísico. No argumentaré más a favor de esta idea, pero para profundizar en el tema véase: Lowe, E. J.
Filosofía de la mente. Cap. 1, § 2.
intenciones fue el Circulo de Viena, pero muchas de sus ideas no se quedaron sólo en ellos,
sino que se extrapolaron a otras de filosofías. Después del giro lingüístico y del giro
pragmático, la filosofía que se practicaba comenzó por el lenguaje como punto inicial de sus
reflexiones. Una de dichas reflexiones era sobre el significado de nuestros propios estados
mentales (EM).
Cuando surge la idea de poner en duda de si el dualismo cartesiano estaba en lo correcto,
aparecen alternativas y posibles respuestas a favor de que dicho dualismo estaba equivocado2.
Un ejemplo muy claro de dicho intento fue el filósofo Gilbert Ryle con su texto The Concept
of Mind donde buscó demostrar que el significado de los EM era reductible a propensiones,
conductas o disposiciones conductuales que fácilmente se podían poner en el lenguaje
natural, y que pensar en la veracidad del dualismo cartesiano era cometer un error categorial.
Evidentemente, por ser filosofía surgieron predilectos que mejoraron la teoría y filósofos que
buscaban pensar más allá de ella.
Dentro de tantos filósofos del proyecto reductivo3 de la mente surgieron también
filósofos que o bien buscaban defender a la reducción, o bien , al dualismo, y parecía que era
algo inconciliable. No obstante, el proyecto materialista que no fue reductivo pero que si
pensaba que la mente sólo era algo que formaba parte del cerebro desarrollo nuevas teorías a
favor de que la mente humana era como un computador en colaboración con el Hardware
(cuerpo) y el Software (funciones programadas). El pionero de estas ideas para la filosofía
de la mente fue Hilary Putnam, aunque ya hay antecedentes del funcionalismo sociológico y
psicológico.
Ahora bien, la obra mencionada de Dick es del año de 1968 y el funcionalismo de
Putnam conoció la luz el año de 1960. No se trata de pensar que Dick estuviese enterado de
las obras de Putnam o qué estuviese en contra de él, sino que el funcionalismo surgió como
una doctrina muy fuerte y una opción viable de pensar que era la mente. Y durante esa década,
podría decirse que fue la idea que predominó. Pues bien, no se pensaba otra cosa que no fuese
que la mente era un conjunto de funciones: corporales, neuronales e incluso hormonales. De

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Recordemos, se buscaba eliminar a la metafísica y en este caso a una metafísica dualista.
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El que dicta que todo EM es reductible a un estado físico EF, o que todo término de nuestra habla de sentido
común es reducible o encuentra su identidad con alguna verdad teórica. Por ejemplo, nosotros decimos agua
y el termino con el que establece su identidad es H2O. Si decimos que agua es = H2O, entonces tenemos una
reducción Interteórica que es verdadera y que se sabe a posteriori.
hecho, el funcionalismo no establece directamente una reducción porque no dice qué cosa es
exactamente la que opera para que surja un determinado EM, sólo apuesta a que es una
cuestión simplemente física de funciones lo que los propicia. Y con esa idea en mente, los
que diseñaban computadoras pensaron en la posibilidad de alcanzar a la IA.
Ahora bien, si los estados mentales son funciones y todas las funciones se pueden
explicar en términos físicos, y si tengo un EM que se da por una disposición funcional; por
tanto, puedo concluir que ese EM se puede explicar en términos físicos. Y el mismo
razonamiento se extrapola a muchas cosas, sin embargo, los filósofos no fueron tan ingenuos
y Dick tampoco lo fue. Cuando Dick comienza su libro hablándonos de un dispositivo que
ayuda a las personas a estar de buen ánimo, es decir, un aparato que altera las funciones
físicas para ayudar a tener determinado EM, hace que surja la cuestión de que
independientemente de ello el hombre sigue sintiéndose mal aunque tenga todas las
disposiciones funcionales a estar bien. La pregunta valida a esta cuestión sería: ‘¿por qué?’.
Muy probablemente Dick alcance a notar que la filosofía que piensa al hombre se está
olvidando, propiamente, de responder y de atender a todas las cosas que le acontecen. Pues
bien, una consecuencia de aceptar una idea funcionalista de nosotros mismos podría llevarnos
a un escenario donde los androides pudiesen ser similares a nosotros por todas sus
disposiciones funcionales, pero de ahí a que los androides puedan llegar a plantearse
cuestiones metafísicas y ontológicas de sí mismos, es más complicado. De hecho, la
mismísima noción de libertad que el hombre tiene es quizá más confusa que la de los
androides. Ya que ellos si buscan emanciparse de sus amos, pero el hombre no, el hombre
vive engañado, vive sin la capacidad de sobreponerse a sus mismas condiciones. Entonces
queda la pregunta abierta: ¿qué es el hombre?
Dick da pauta para pensar en muchas posibilidades. De entrada, sopesa las
consecuencias y nos hace ver los posibles beneficios que tendría aceptar una teoría
funcionalista sin decirnos que piensa en ello. Además, nos demuestra que la ineficiencia
explicativa de una teoría así está dada por no cubrir aspectos de lo mental que se sobreponen
a las disposiciones funcionales. Por tanto, pensar que el hombre es una maquina es quizá una
de las ideas que no podría atribuirle a Dick, aunque sus ideas desarrolladas en la obra del 68
rosan el límite de lo que realmente somos.
Con el ejemplo anterior, es más que suficiente para darse cuenta de los grandes
problemas que tiene Dick y de las sugerencias reflexivas que entran al campo filosófico, por
medio de escenarios, momentos y diálogos en su obra. Sería extravagante decirlo, pero la
forma de hacer filosofía de Dick es quizá muy similar a la de Platón: jamás dirá que piensan,
pero nos deja en aporía. Y en el caso concreto del problema qué es el hombre, Dick nos deja
en una aporía muy grande. Pues bien, si el personaje Rick Deckard es un androide Nexus-6,
entonces ya sabemos qué es el hombre, y si no lo es, entonces tenemos un límite para toda
teoría materialista de la mente. Aunado a ello, nos quedamos con la duda de sí Rick es o no
es un Nexus-6.

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