Sie sind auf Seite 1von 10

Quaderns de Psicologia | 2014, Vol.

16, No 1, 35-44 ISNN: 0211-3481

 http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1213

Epistemología, metodología y métodos. ¿Qué herramientas para


qué feminismo? Reflexiones a partir del estudio del cuidado
Epistemology, methodology and methods. What tools for what kind of
feminism? Reflections from Care Studies

María Teresa Martín Palomo


Universidad Carlos III de Madrid

José María Muñoz Terrón


Universidad de Almería

Resumen
En este trabajo pretendemos profundizar en los aspectos epistemológicos y en la práctica
de la investigación social desde la perspectiva de los estudios de género. Partiendo de la
complejidad de la metodología de la investigación y de la diversidad de enfoques feminis-
tas, se trabajará en la clarificación de algunos conceptos en torno a qué significa “investi-
gación feminista” y se intentará dar respuesta a algunas de las cuestiones en ella implica-
das. ¿Existe un método feminista? ¿Es posible considerar unos tipos de metodología más
acordes con el feminismo que otros? Desde las investigaciones con un punto de vista de gé-
nero se han planteado fuertes críticas a las epistemologías y metodologías tradicionales
que, entre otros muchos aspectos cuestionables, servían a la pretensión de legitimar o justi-
ficar situaciones de subordinación, marginación o exclusión de las mujeres en determinados
ámbitos. Eliminar los sesgos sexistas y androcéntricos que lastran el conocimiento desde
tiempo inmemorial es un punto principal de los programas feministas de investigación, que
cada vez más centran su atención en los métodos mediante los que se obtienen las “eviden-
cias” sobre las que se construyen los diferentes saberes.
Palabras clave: Epistemología; Sociología del conocimiento; Estudios de género

Abstract
In this paper we aim to deepen the epistemological aspects and practice of social research
from the perspective of gender studies. Starting from the complexity of the research
methodology and the diversity of feminist approaches, we will work in clarifying some con-
cepts about what does "feminist research" means and we will attempt to answer some of
the issues involved in it. Is there a feminist method? Is it possible to consider a more con-
sistent methodology types with feminism than others? From the research with a gender
perspective have raised strong criticism of traditional epistemologies and methodologies,
among many other questionable aspects claim served to legitimize or justify situations of
subordination, marginalization or exclusion of women in certain fields. Remove sexist and
androcentric biases that weigh down knowledge since immemorial time is a main point of
feminist research programs, which increasingly focus their attention on the methods by
which we obtain the "evidences" on which the various sciences are built.
Keywords: Epistemology; Sociology of knowledge; Gender studies
36 Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José María

Introducción: revisando conceptos tea, entonces, la cuestión de si hay algún tipo


de metodología característica o peculiar, más
La epistemología se ocupa de las formas de acorde con el feminismo. La presente pro-
justificación de la validez atribuida a los sa- puesta tiene su encuadre en la reflexión epis-
beres científicos, es decir, de cuestiones tales temológica que acompaña el desarrollo de
como: ¿Qué se puede considerar conocimiento una investigación en curso1 y se beneficia del
(adecuado)?, o ¿quién/es puede/n ser consi- trabajo de clarificación previa en torno a los
derado/s “sujeto/s de conocimiento”? Meto- puntos de partida, presupuestos y enfoques
dología alude a las teorías y análisis de los metodológicos de las investigaciones sobre los
procedimientos que siguen, o deberían seguir, cuidados en el ámbito familiar desarrolladas
las investigaciones científicas. Los métodos, por la coautora de este artículo, así como las
conforme a la etimología griega que alude a reflexiones en torno al modo de reunir evi-
“camino” (méth-odos), serían las guías en los dencia sobre los aspectos morales y emocio-
itinerarios de la investigación, cualesquiera nales que atraviesan los cuidados a través de
herramientas de búsqueda de conocimiento o una aproximación etnográfica (Martín Palomo,
recopilación de información, que responde- 2010; 2013). El estudio de los cuidados en un
rían a la pregunta “¿por qué medios se llega a sentido amplio (Muñoz Terrón, 2010b; Tronto,
saber?”, o, en palabras de Susan Harding 1993) es, por una parte, el contexto particu-
(1987/1994), las técnicas para reunir eviden- lar en que se generan las reflexiones aquí
cias. presentadas (y en ese sentido cabe tomarlo
Desde la obra fundamental de Thomas S. Kuhn como ejemplo de las cuestiones que surgen
(1962) en torno a los cambios de paradigma cuando se adopta una perspectiva feminista
en las ciencias, se asume que los métodos no en la investigación social) y, por otra, se pue-
pueden considerarse independientes de las de considerar que los cuidados constituyen un
teorías generales, las hipótesis específicas y locus privilegiado para contrastar los interro-
otros supuestos de fondo que guían la investi- gantes que se plantean en la ciencia desde los
gación. feminismos.
Los métodos no se pueden aislar, no son indepen- El problema: epistemologías
dientes de las vías abiertas por los 'intereses' de
quien investiga, así como los problemas, valores,
presuntamente neutrales
ideologías o teorías que orientan sus objetivos ni En su pretensión de constituir un saber abso-
de las características de los datos accesibles
(Combessie, 2000, p. 16). lutamente objetivo y neutral respecto de va-
lores y condicionantes socioculturales, la
Organizar, programar y desarrollar una inves- epistemología y la ciencia dominantes han
tigación implica una planificación del trabajo producido una serie de prejuicios sobre las
a realizar, en función de una estructura de
decisiones y de una estrategia que orientan el 1
La primera versión de este trabajo fue presentada como
modo de obtener los datos adecuados al tema ponencia: María Teresa Martín Palomo y José María Muñoz
de estudio. Tras cada opción metodológica Terrón (2014). Una jornada-seminario coorganizada por el
hay premisas y supuestos teóricos sobre qué Instituto Universitario de Estudios de Género, el Grupo de
es la realidad social, las personas y los grupos Investigación Trabajo, Familia y Género y el Departamen-
to de Análisis Social de la Universidad Carlos III de Ma-
sociales que participan en ella: “toda mirada drid, que se inscribía en las actividades del Proyecto de
sobre la realidad es un acto de selección, de Investigación “Geografías del trabajo de cuidados. Impli-
construcción y de interpretación que se hace caciones de su privatización para la creación de empleo”,
desde un sujeto en un contexto” (Alonso, financiado por el Ministerio de Economía y Competitivi-
dad (Plan Nacional de I+D+i; Ref: CSO2012-32901), cuyo
1998, p. 17). Para empezar, la elección de un objetivo es realizar una comparación regional de las es-
método particular para una investigación tie- trategias de provisión de cuidados en España y estudiar
ne implicaciones, en tanto compromete a cómo se configura el reparto de la responsabilidad del
quien investiga con ciertas formas de pensa- cuidado a personas mayores entre Estado, familia y mer-
cado. Por su parte, el Seminario tenía por objeto presen-
miento, con exclusión de otras. Una investi- tar la fase inicial de elaboración de las herramientas me-
gación feminista se puede considerar a la que todológicas para el estudio de campo, así como un primer
incluye entre sus presupuestos el convenci- avance de resultados del proyecto. Agradecemos los co-
miento de que la diferencia de sexo/género mentarios a los participantes del seminario; a Anna Víto-
res y Clara Selva la invitación a colaborar en este mono-
afecta, de algún modo, a la elaboración de la gráfico y a los revisores anónimos de Quaderns de Psico-
ciencia y el conocimiento. Desde ahí se plan- logía que han contribuido con sus oportunas observacio-
nes a mejorar el texto.

http://quadernsdepsicologia.cat
Epistemología, metodología y métodos 37

mujeres, sus saberes y sus capacidades para ciencia quedan construidos, entonces, co-
el conocimiento científico (Anderson, 2004), mo radicalmente excluyentes (Harding,
Algunos de los cuales se describen a continua- 1992; 1986/1996).
ción:
Buscando alternativa: El género como
1) Las mujeres son doblemente excluidas perspectiva de investigación
de la investigación, pues ni ellas son con-
sideradas sujetos aptos de conocimiento, En el inicio de los estudios feministas se ha-
ni sus actividades o experiencias son to- blaba de las mujeres (de su invisibilización,
madas en cuenta como materia digna de opresión o subordinación por parte de socie-
investigación. El trabajo de cuidar puede dades y saberes androcéntricos) y de las con-
ser considerado un ejemplo característico diciones de su emancipación. Es a partir de la
de algunos de los prejuicios antes mencio- década de 1980, que el concepto de género
nados, y ello ha contribuido enormemente se introduce como una herramienta interpre-
a su invisibilización. tativa que permite identificar las desigualda-
des entre sexos y explicar su invisibilidad, y
2) Los estilos cognitivos y modos de cono- como categoría de análisis que permite dife-
cer considerados característicos de las mu- renciar y separar lo biológico, atribuido al se-
jeres (afectivo, intuitivo, emocional) son xo, de lo cultural, determinado por el género.
menospreciados, cargados de sentido pe- Diferentes conceptualizaciones de la relación
yorativo, o naturalizados hasta tal punto sexo-género se encuentran en Joan W. Scott
que se niega que impliquen algún tipo de (1988/1992), Carole Pateman (1996), Judith
cualificación o competencia específica Butler (1989; 1990). De ahí que nos plantee-
(Martín Palomo, 2008). mos manejar aquí una definición de género
3) Se elaboran teorías sobre las mujeres, muy amplia, como “un elemento constitutivo
que las representan a ellas, a sus intereses de las relaciones sociales fundado sobre las
y actividades, como inferiores, desviadas o diferencias percibidas entre los sexos” (Scott,
insignificantes, como ocurre con un con- 1988/1992, p. 141) El género se define ade-
cepto de trabajo que es incapaz de dar más en relación con los contextos sociales y
cuenta y de abarcar la complejidad de di- culturales en que están inscritas las relacio-
mensiones que integran los cuidados, lo nes entre mujeres y hombres y en interacción
que llevó a uno de los autores de este tex- con otras categorías (edad, etnia, status so-
to a profundizar en la propuesta de una cioeconómico, nacionalidad, orientación se-
nueva herramienta teórica, la domestica- xual, etc.).
ción del trabajo (Martín Palomo, 2008). A la hora de vincular investigación y metodo-
4) Las ciencias guiadas por estas episte- logía con feminismo encontramos posiciones
mologías pretendidamente “neutrales” diversas dentro de los estudios sobre género y
producen conocimientos que refuerzan las ciencia.
divisiones sociales existentes y relegan a - Sandra Harding (1987) rechaza la idea de
quienes están en posiciones subordinadas; un método distintivamente feminista y
piénsese, por ejemplo, en la biologización apuesta por revisar las características que
y naturalización de las mujeres. responden de la productividad y el poder
5) Estas epistemologías se asientan en una de la investigación feminista contemporá-
serie de contraposiciones dicotómicas ge- nea.
nerizadas, en el sentido dado al término - Evelyn Fox Keller y Helen Longino ponen
por Susan Harding (1986/1996, pp. 17, 47- en primer plano la cuestión del poder en la
50) —cultura/naturaleza; mente/cuerpo; ciencia (¿quién decide qué se investiga?) y
racional/emocional; pensamiento/sentimi- el carácter socialmente construido de ca-
ento; abstracto/concreto; objetividad/ tegorías como “femenino” o “ciencia”, re-
subjetividad; público/privado— que asig- cuerdan la multiplicidad de experiencias
nan sistemáticamente a las mujeres los de las mujeres y la pluralidad de formas
conceptos considerados inferiores (Olsen, de construcción social de lo experimenta-
1990/2000). Y como la ciencia se vincula do por ellas (Longino, 1987) y propugnan la
con los polos opuestos, asociados con la visibilización de las mujeres en el conoci-
posición masculina “neutral”, mujer y miento, es decir, la diferencia en la cien-

Quaderns de Psicología | 2014, Vol. 16, No 1, 35-44


38 Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José María

cia, más que una ciencia diferente (Keller, temológicas, manifiesta de modo típico los
1987/1994). tres rasgos anteriores.
- Desde un modelo de conocimiento que Lineamientos para una epistemología
transita por los márgenes de la investiga- feminista
ción académica, Luce Irigaray (1987/1994)
analiza el lenguaje de la ciencia, identifica Frente a la tradición científica positivista, ba-
en la producción científica un sexismo que sada en presunciones como la verdad absoluta
sería inherente al propio discurso y propo- de los hechos, la neutralidad respecto a valo-
ne como alternativa un lenguaje que per- res y contextos y la inmunidad de sus métodos
mitiría emerger a categorías reprimidas respecto a las influencias sociales, las investi-
por las ciencias, como reciprocidad, inter- gaciones feministas delinean una posición
cambio, permeabilidad o fluidez. epistemológica que intenta romper con las
contraposiciones dicotómicas arriba mencio-
- También se pueden encontrar propuestas nadas y ofrecer concepciones alternativas. Y
aún más radicales, que asumen el empeño esto con varios objetivos:
de (re)construir una “ciencia ginocéntri-
ca”, de Ruth Ginzerberg (1994), como op- - poner en valor lo que la ciencia moderna
ción genuinamente feminista frente al an- ha escondido (Durán, 1996; Harding,
drocentrismo de las ciencias tradicionales. 1986/1996),

Entonces, ¿puede haber, o no, un método - sacar a la luz el sujeto histórico feme-
propio del feminismo, que pueda ser criterio nino como un sujeto diferenciado, interro-
de la adecuación del diseño, los procedimien- gar al mundo desde el reconocimiento de
tos y los resultados de una investigación? un reparto de papeles injusto y desigual,
Asumimos que propugnar la existencia de un - objetivar avances y retrocesos para con-
método distintivo del feminismo resultaría tribuir a la historia de la igualdad y, muy
sospechosamente próximo a los objetivismos y especialmente, recurrir a la experiencia
esencialismos cuestionados precisamente por de las mujeres como fuente científica,
la perspectiva de género (Harding, 1987).
Convenimos más bien en que hay una gran - prestar una atención más sistemática al
pluralidad de puntos de vista y experiencias silencio: se puede saber mucho acerca de
entre las mujeres, como consecuencia de sus las experiencias de subordinación de las
diferentes situaciones étnicas, sociales y cul- personas observando no sólo lo que dicen
turales. En función de ello, las investigaciones sino también lo que no dicen. “El silencio
feministas pueden adoptar una variedad de es una dimensión relativamente ignorada
métodos, con tal que mantengan algunos ras- de la investigación de lo que «hay» en el
gos básicos distintivos: discurso” (West, Lazar & Kramarae, 2000,
p. 204).
a) asunción de una posición decidida a fa-
vor de plantear las cuestiones que inquie- La teoría feminista puede ser entendida como
tan a las mujeres; el sistema de ideas general y de gran alcance
sobre la vida social y la experiencia humana,
b) valoración de las experiencias de las comprendida desde una perspectiva centrada
mujeres en tanto que mujeres; en las mujeres (Lengermann & Niebrug-
c) reflexividad sobre la propia posición so- ge-Brantley, 1992/2001), en tres sentidos:
cial de quienes investigan en términos de a) Para una epistemología feminista, las
sexo/género, etnia, cultura, clase, u otros situaciones y experiencias de las mujeres
elementos de desigualdad de poder que en cada sociedad son el principal “objeto”
puedan condicionar el conocimiento. de investigación.
Como actividad desempeñada fundamental- La perspectiva de las mujeres sobre nuestras pro-
mente por mujeres, por ciertas mujeres, y pias experiencias, proporciona importantes fuen-
que exige de la autorreflexión de quienes lo tes empíricas y teóricas para la investigación fe-
minista. Dentro de los variados y diferentes mar-
investigan, sobre la desigualdad y el privilegio cos teóricos feministas estas experiencias gene-
de las posiciones respectivas (Paperman, ran los problemas de la investigación, las hipóte-
2013), el cuidado, objeto del proyecto en que sis y los conceptos que guían la investigación.
se enmarcan las presentes reflexiones epis- También sirve como fuente para el diseño de pro-

http://quadernsdepsicologia.cat
Epistemología, metodología y métodos 39

yectos de investigación, la recogida e interpreta- cios ontológicos que interactúan, que vinculan re-
ción de datos y la construcción de evidencia laciones sociales y procesos sociales (que tienen
(Harding, 1987, p. 31). dimensiones experienciales, intersubjetivas, or-
ganizacionales y representacionales) que se in-
Ha sido preciso que “la” ciencia se des- corporan y se articulan en coyunturas particulares
prenda de determinados prejuicios positi- para producir resultados/efectos sociales estrati-
vistas y androcéntricos y se abra a pers- ficados. No se puede sostener ningún análisis en
el nivel de los efectos/resultados sociales que se
pectivas que asumen la correlación entre haga de manera aislada. (Anthias, 1998, p. 531:
“sujetos” y “objetos” de investigación, pa- traducción castellana, en Rodríguez Martínez,
ra que el cuidado comience a ser incorpo- 2011).
rado como tema a múltiples disciplinas c) Una teoría se entiende como feminista
(ética, psicología, pedagogía, medicina, en tanto que, desde una cierta variedad de
sociología, derecho, política o economía, planteamientos, se presenta como un sa-
entre otras), que lo analizan como un fe- ber crítico y militante (activista) en favor
nómeno plenamente social, y no mera- de las mujeres y, por ende, para toda la
mente “natural” (García Sáinz, 2008). humanidad, ejerciendo una “parcialidad
b) En los planteamientos feministas, las consciente” frente a presuntas neutralida-
mujeres, en plural, y no la mujer como el des positivistas o funcionalistas.
supuesto sujeto del feminismo universal, Los planteamientos feministas, en suma,
son consideradas también los “sujetos” desafían a los sistemas establecidos de cono-
centrales de los procesos de investigación. cimiento, que son analizados, “deconstrui-
Pues, como han denunciado feministas ne- dos”, como resultado de disposiciones socia-
gras y de los países en vías de desarrollo, les, de poder y relacionales; al mismo tiempo,
no hay un único tipo de opresión de género con su énfasis en partir de las experiencias
que todas las mujeres del mundo experi- efectivamente vividas por las mujeres concre-
menten por igual. P.ej. considerar la fami- tas y en reivindicar la atención a la diversidad
lia un baluarte del patriarcado no sería y pluralidad de situaciones de las diferentes
aplicable a las mujeres negras, para quie- mujeres, incorporan una crítica “desde den-
nes aquella es un ámbito fundamental de tro” que les permite delinear propuestas epis-
solidaridad ante el racismo, como señalaba temológicas que eviten, tanto la construcción
bell hooks (Ain’t I a Woman, 1981). Frente de otros objetivismos, o de nuevos sujetos
a un cierto etnocentrismo feminista, se universalistas abstractos, como la cesión a re-
impone hablar del margen hacia adentro lativismos estériles (Harding, 1986/1996, pp.
(Suárez Navaz y Hernández Castillo, 2008) 120-122).
y además interrelacionar género, ra-
za/etnia y clase en un complejo entrama- Cabe apuntar, además, que la perspectiva del
do de divisiones sociales que necesita de cuidado aportaría algunos matices interesan-
conceptos nuevos (más allá de los consabi- tes en el diseño de una alternativa epistemo-
dos de doble o triple discriminación2) co- lógica feminista. Ya Evelyn Fox Keller había
mo, por ejemplo, el de “posicionalidad señalado el interés para una ciencia feminista
translocalizacional”. A la que se define de las actitudes de atención y cuidado des-
como “la que está estructurada, mediante plegadas por la bióloga Barbara McClintock en
la interacción de diversas localizaciones en su estudio de los organismos (Harding,
relación con el género, la etnicidad y la 1986/1996, pp. 107, 127). También, como ha
clase (entre otras) y sus efectos, a veces analizado con detalle Susan Harding, un buen
contradictorios.” (Anthias, 2002, p. 276, número de autoras ha puesto de relieve la
cursivas del original; ver también Anthias, importancia de las prácticas sociales conside-
1998; 2006; Muñoz Terrón, 2006). radas femeninas —entre ellas muy destaca-
damente el cuidado— para la articulación de
El género, el ethnos (etnicidad y «raza») y la cla-
se pueden ser vistos como intersecciones y espa- una nueva epistemología feminista (post-
marxista).
2
Pues se limitan a sumar o multiplicar los ejes de división Así, Hilary Rose se refiere a la unidad de
social y parecen olvidar que el resultado cruzado de las “mano, cerebro y corazón” que se muestra en
diferentes formas de subordinación es distinto de la mera
adición o el producto (en sentido matemático) de cada
los trabajos artesanos frente a la actividad
una de ellas, en tanto que unas discriminaciones actúan industrial, y al trabajo asistencial o de cuida-
sobre otras de diferentes modos.

Quaderns de Psicología | 2014, Vol. 16, No 1, 35-44


40 Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José María

do como característicamente diferente del aplica de una forma diferente técnicas de re-
concepto burgués (masculino) y proletario de cogida de evidencias que ya se emplean en la
trabajo (Harding, 1986/1996, pp. 124-127). ciencia social androcéntrica tradicional. Escu-
Nancy Hartsock, por su parte, caracteriza las char lo que la gente dice, sea respondiendo a
actividades a las que están sometidas las mu- preguntas, sea en manifestaciones espontá-
jeres en los hogares —en particular el cuida- neas; observar lo que hace, colectiva o indi-
do— como sensuales, prácticas, concretas, re- vidualmente, ya en situaciones de laboratorio
lacionales, interesadas, en el sentido de com- o experimentales, ya en su propio medio;
prometidas, lo que les confiere ciertas venta- analizar los productos culturales con una mi-
jas epistémicas desde el punto de vista femi- rada histórica. Las investigaciones feministas
nista (Harding, 1986/1996, pp. 128-131) Así conectan así con los enfoques fenomenológi-
mismo, Jane Flax, en clave psicoanalítica, cos y reflexivos en ciencias sociales, con la
apunta que si el cuidado de las criaturas pe- prioridad de los estudios cualitativos frente a
queñas se realizase tanto por parte de varo- los cuantitativos, y con todas las propuestas
nes como de mujeres, no se darían las duali- que de alguna manera rompen con la barrera
dades características de un yo desvinculado, levantada entre objeto y sujeto de conoci-
típico de las epistemologías herederas de la miento.
Ilustración (Harding, 1986/1996, pp. 131-
i. Un enfoque fenomenológico del conoci-
135). Finalmente, Dorothy Smith destaca al-
miento es todo aquel que —frente a cual-
gunas características de las actividades de las
quier pretensión de concebir la objetividad
mujeres (el cuidado entre ellas) que consti-
científica separando al sujeto del objeto y
tuirían un interesante recurso para una cien-
viceversa— asume el carácter irrebasable
cia feminista: (i), que alejan a las mujeres del
de lo que Edmund Husserl caracterizó co-
ámbito de lo abstracto, en que quedan atra-
mo la tesis del a priori de la correlación
pados los varones, “liberados” por ellas de la
intencional. Una tesis con dos caras verda-
necesidad de cuidar/se; (ii), que al ser consi-
deramente inseparables: Por un lado, algo
deradas naturales, instintivas, emocionales,
es un hecho sólo porque se muestra así a
las tareas de mujeres quedan fueran de los
alguien; y, al mismo tiempo, por otro lado
conceptos dominantes (masculinos) de “cultu-
—¡importancia fundamental de este “y”
ral”, “histórico”, o “humano”; y (iii), que
subrayada por la fenomenología!—, sólo
ellas quedarían a salvo —por excluidas— de las
hay un alguien en tanto ese ante quien ese
concepciones deformadas masculinas, impul-
algo se presenta, como dato, como hecho,
sándolas a buscar la autocomprensión de sus
como duda, como lo que quiera que sea el
experiencias en nuevas categorías (Harding,
caso. De ahí que en estrecha conexión con
1986/1996, pp. 135-138).
esta tesis haya que insistir en la pluralidad
Si se eluden posibles derivaciones esencialis- de modos diversos de dársenos datos, lo
tas de estos planteamientos, la actividad de que también remarcaba Husserl
cuidado puede actuar, no sólo como un ejem- (1913/1949, p. 58) al referirse, en sus
plar objeto de investigación feminista, sino lo Ideas relativas a una fenomenología pura y
que sería aún más relevante, como modelo una filosofía fenomenológica (1913/1949,
—al menos parcial— de un proceder metodo- § 24), al “principio de todos los princi-
lógico más acorde con los rasgos distintivos pios”, según el cual “todo lo que se nos
básicos y los lineamientos epistemológicos brinda originariamente […] hay que tomar-
feministas arriba señalados. lo simplemente como se da, pero también
sólo dentro de los límites en que se da.”
Afinidades entre epistemologías (1913/1949, p. 58; Cfr. San Martín, 1994,
feministas y otros enfoques pp. 23-29; Muñoz Terrón, 2010a, pp. 60-
Hablar de epistemología, metodología y mé- 66)
todos en clave feminista significa, pues, arti- Sobre la importancia del concepto feno-
cular una mirada investigadora en la que la menológico de intencionalidad para la
reflexividad, el carácter socialmente situado ciencia social, ha incidido entre otros, Aa-
y existencialmente encarnado del conoci- ron Cicourel:
miento son fundamentales. Posiblemente lo
más nuevo de la metodología feminista es El significado de un gesto o conjunto de actos pa-
ra el actor no puede decidirse por una descrip-
que, como destaca Sandra Harding (1987),

http://quadernsdepsicologia.cat
Epistemología, metodología y métodos 41

ción exacta del objeto como lo percibe un obser- taremos comprenderlos como fenómenos
vador «objetivo» que utilice métodos indepen-
de pleno derecho (Garfinkel, 1967, citado
dientes o su propio juicio. La intencionalidad alu-
de a la correspondencia entre la experiencia y la por Coulon, 1987, pp. 51-52).
conciencia de un objeto y los actos en que ese
3 Así como en las situaciones de interacción
objeto está incorporado (Cicourel, 2011, p. 251) .
quienes actúan (“actores”) son activas/os
De ahí que para la fenomenología social, ejecutoras/es y productoras/es de la so-
sociedad es lo que se constituye aquí y ciedad que hacen con su inter-acción, así
ahora, “el mundo cotidiano como fenó- también, en la investigación el sujeto ge-
meno”, no el presunto hecho social objeti- nerador de conocimiento es parte del pro-
vo elaborado por un/a investigador/a so- ceso que investiga, ante el que toma una
cial; por lo que Alfred Schutz (1962) pro- determinada posición desde el inicio y al
pone el estudio de los procedimientos de investigar modifica lo estudiado a la par
interpretación que empleamos cada día de que es él mismo modificado por ello. “La
nuestra vida para dar sentido a nuestras investigación social no clásica está regula-
acciones y las de los demás (Coulon, da por el presupuesto de reflexividad, que
1987). postula un objeto definible sólo en rela-
ción con el sujeto.” (Ibáñez, 1991, p. 11)
ii. Los enfoques reflexivos también ven a
Lejos de cualquier tentación positivista, se
las personas que investigan como sujetos
asume que quien investiga es siempre por-
posicionados dentro del sistema, formando
tador/a de sesgos, que carga en su hacer
parte de él y dando cuenta de las modifi-
investigación con sus valores, creencias,
caciones que producen sus observaciones.
intereses, problemas y prejuicios (Combes-
El término reflexividad, incorporado a las
sie, 2000, p. 15); Situated Knowledge (co-
ciencias sociales a través de la etnometo-
nocimiento situado) ha denominado Donna
dología (Harold Garfinkel, 1967/2006, y el
Haraway (1995) a esta toma de conciencia
ya mencionado Cicourel, 2011), conecta
que se hace explícita. La persona investi-
esta perspectiva con la fenomenológica.
gadora se ubica en el mismo plano causal
La aproximación etnometodológica puede que el objeto de conocimiento (Anderson,
ser definida como la búsqueda empírica de 2004). Se examinan las implicaciones polí-
los métodos empleados por los individuos ticas de nuestras estrategias y principios
para dar sentido y, al mismo tiempo, reali- analíticos (Talpade, 2008).
zar sus acciones de todos los días: comuni-
carse, tomar decisiones, razonar (interés
Conclusiones
por la forma en que se toman las decisio- En estas reflexiones epistemológicas en torno
nes). Analiza las prácticas ordinarias en las a la posibilidad de una metodología feminista,
interacciones, en el aquí y ahora: todo que tienen como contexto las investigaciones
grupo social es capaz de comprenderse a sí sobre el cuidado, realizadas y en vías de rea-
mismo, de comentarse y de analizarse. lización, se ha planteado las siguientes tesis:
Empieza con los trabajos de Harold Garfin-
kel (1967/2006), quien propone tratar de 1. La pluralidad de métodos concretos y
comprender cómo perciben las personas, de enfoques afines incorporables a una
cómo describen y proponen conjuntamente metodología feminista, de género, con-
una definición de la situación. Sus investi- forme a la complejidad y diversidad de las
gaciones, situaciones de las mujeres como “objetos-
sujetos” de los saberes.
Tratan sobre las actividades prácticas, las
circunstancias prácticas y el razonamiento 2. La adecuación de la perspectiva de gé-
sociológico práctico como temas de estu- nero y de ciertos rasgos básicos de la me-
dio empírico. Concediendo a las activida- todología de la investigación feminista pa-
des banales de la vida cotidiana la misma ra abordar un asunto (objeto de conoci-
atención que se concede habitualmente a miento) como el cuidado.
los acontecimientos extraordinarios, inten- 3. La idoneidad de la perspectiva del cui-
dado como práctica social de las mujeres,
desde la que se pueden ganar determina-
3
Ver también en el “Prólogo” de Bernabé Sarabia, Cicou-
rel, 2011, p. 21.

Quaderns de Psicología | 2014, Vol. 16, No 1, 35-44


42 Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José María

dos matices para una alternativa episte- García Sáinz, Cristina (2008). Entre ciencia y vida
mológica feminista en construcción. cotidiana. El cuidado de las personas como obje-
to de conocimiento. En Gerardo Meil Landwerlin
4. La relevancia epistemológica del com- y Cristóbal Torres Albero (Coord.), Sociología y
promiso de una ciencia crítica autorrefle- realidad social. Libro homenaje a Miguel Beltrán
xiva sobre la necesidad de una parcialidad (pp. 725-741). Madrid: Centro de Investigaciones
consciente, como única vía de apuntar a la Sociológicas.
universalidad. Garfinkel, Harold (1967/2006). Estudios en
etnometodología. Barcelona: Anthropos.
Referencias
Ginzerberg, Ruth (1994). Destapando la ciencia
Alonso, Luís Enrique (1998). La mirada cualitativa ginocéntrica. En Cuadernos para el Debate. La
en sociología. Madrid: Fundamentos. mujer y la ciencia (pp. 77-96). Madrid: Centro
Anderson, Elisabeth (2004). Feminist Epistemology Feminista de Estudios y Documentación.
and Philosophy of Science. En Edward. N. Salta Haraway, Donna (1995). Ciencia, cyborgs y muje-
(Ed.), The Stanford Encyclopedia of Philosophy res. La reinvención de la naturaleza, Madrid:
Recuperado de: Cátedra.
http://plato.stanford.edu/entries/feminism-
epistemology/ Harding, Sandra (1992). After the Neutrality Ideal:
Science, Politics, and «Strong Objectivity». So-
Anthias, Floya (1998). Rethinking social divisions:
cial Research, 59(3), 567-587.
some notes towards a theoretical framework. So-
ciological Review, 46(3), 505-535. Harding, Sandra (1987). The Metod Question. Hy-
http://dx.doi.org/10.1111/1467-954X.00129 patia, 2(3), 19-35.
Anthias, Floya (2002). Beyond Feminism and Multi- Harding, Sandra (1986/1996). Ciencia y feminismo.
culturalism: Locating Difference and the Politics Madrid: Morata.
of Location. Women’s Studies International Fo-
rum, 25(3), 275-286. hooks, bell (1981). Bone Black: Memoires of Girl-
http://dx.doi.org/10.1016/S0277- hood. Londres: Women’s Press.
5395(02)00259-5 Husserl, Edmund (1913/1949). Ideas relativas a una
Anthias, Floya (2006). Género, etnicidad, clase y fenomenología pura y una filosofía fenomeno-
migración: Interseccionalidad y pertenencia lógica (vol. I). México: Fondo de Cultura
translocalizacional. En Pilar Rodríguez Martínez, Económica.
(Ed.), Feminismos periféricos. Discutiendo las Ibáñez, Jesús (1991). El regreso del sujeto. La in-
categorías de sexo, clase, raza (y etnicidad) con vestigación social de segundo orden. Santiago de
Floya Anthias. (pp. 49-67). Salobreña (Granada): Chile: Editorial Amerindia.
Alhulia.
Irigaray, Luce (1987/1994). ¿Tiene sexo el sujeto
Butler, Judith (1989). Gender Trouble: Feminism de la ciencia? En Centro Feminista de Estudios y
and the subversion of identity. New York: Documentación (Ed.), Cuadernos para el Debate.
Routledge. La mujer y la ciencia. (pp. 61-76) Madrid: Autor.
Butler, Judith (1990). Variaciones sobre sexo y gé- Keller, Evelyn Fox (1987/1994). El sistema géne-
nero. Beauvoir, Wittig y Foucault. En Seyla Ben- ro/ciencia: O, ¿es el sexo al género lo que la
habib & Drucilla Cornell (Eds.), Teoría Feminista naturaleza a la ciencia? En Centro Feminista de
y teoría crítica (pp. 193-211). Valencia: Alfons el Estudios y Documentación (Ed.), Cuadernos para
Magnánim. el Debate. La mujer y la ciencia. (pp. 45-60).
Madrid: Autor.
Cicourel, Aaron V. (2011). Método y medida en so-
ciología. [Introducción de Bernabé Sarabia.] Ma- Kuhn, Thomas S. (1962). The Structure of Scien-
drid: CIS. tific Revolutions. London / Chicago: University
Combessie, Jean Claude (2000). El método en soci- of Chicago Press.
ología. Madrid, Alianza. Lengermann, Patricia Madoo & Niebrugge-Brantley,
Coulon, Alain (1987). La etnometodología. Madrid: Jill (1992/2001). Teoría feminista contempo-
Cátedra. ránea. En George Ritzer (Ed.), Teoría Sociológica
contemporánea. (5ª Ed., pp. 353-410). Madrid:
Durán, María Ángeles (1996). Mujeres y hombres en McGrawHill / Interamericana de España.
el futuro de la ciencia. En María Angeles Durán
(Ed.), Mujeres y hombres en la formación de la Longino, Helen E. (1987). Can There Be A Feminist
teoría sociológica (pp. 1-36). Madrid: CIS. Science? Hypatia, 2(3), 51-64.

http://quadernsdepsicologia.cat
Epistemología, metodología y métodos 43

http://dx.doi.org/10.1111/j.1527- y discurso jurídico (pp. 25-42). Buenos Aires: Ed-


2001.1987.tb01341.x itorial Biblos.
Martín Palomo, María Teresa (2008). «Domesticar» Paperman, Patricia (2013). Care et sentiments. Pa-
el trabajo: una reflexión a partir de los cuidados. rís: PUF.
Cuadernos de Relaciones Laborales, 26(2), 13-44.
Pateman, Carole (1996). Críticas feministas a la di-
Martín Palomo, María Teresa (2010). Los cuidados cotomía público/privado. En Carme Castells
en las familias. Estudio a partir de tres genera- (Comp.), Perspectivas feministas en teoría polí-
ciones de mujeres en Andalucía. Sevilla: Insti- tica (pp. 31-52). Barcelona: Paidós.
tuto de Estadística de Andalucía.
Rodríguez Martínez, Pilar (2011). Feminismos
Martín Palomo, María Teresa (2013). Tres genera- periféricos. Sociedad & Equidad, 2, 23-45.
ciones de mujeres, tres generaciones de cuida-
dos. Apuntes sobre una etnografía moral. San Martín, Javier (1994). La fenomenología de
Cuadernos de Relaciones Laborales, 31(1), 115- Husserl como teoría de una racionalidad fuerte.
138. Madrid: UNED.

Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José Schutz, Alfred (1962). Collected Papers I. The
María (2014, marzo). La perspectiva de género Problem of Social Reality. La Haya: Martinus
en la metodología de la investigación social (I) Nijhoff.
Reflexiones epistemológicas. Ponencia presen- Scott, Joan W. (1988/1992). Igualdad versus
tada en Geografías del trabajo de cuidados. Re- diferencia: los usos de la teoría postestructural-
flexiones sobre la práctica de la investigación so- ista. Debate Feminista, 5, 85-104.
cial. Getafe, Madrid.
Suárez Navaz, Liliana & Hernández Castillo, Rosal-
Muñoz Terrón, José María (2006). «Posicionalidad va Aída (2008). Introducción. En Liliana Suárez
translocalizacional», derechos de grupo y cor- Navaz & Rosalva Aída Hernández Castillo (Eds.),
poralidad de las existencias sociales. En Pilar Descolonizando el Feminismo: Teoría y Prácticas
Rodríguez Martínez, (Ed.), Feminismos periféri- desde los márgenes (pp. 11-28). Madrid:
cos. Discutiendo las categorías de sexo, clase, Cátedra.
raza (y etnicidad) con Floya Anthias. (pp. 69-
124). Salobreña (Granada): Alhulia. Talpade Mohanty, Chandra (2008). Bajo los ojos de
Occidente: Feminismo Académico y Discursos Co-
Muñoz Terrón, José María (2010a). Corrientes y loniales. En Liliana Suárez Navaz & Rosalva Aída
debates actuales de la Filosofía. Almería: Siste- Hernández Castillo (Eds.), Descolonizando el
mas de Oficina de Almería. Feminismo: Teoría y Prácticas desde los már-
Muñoz Terrón, José María (2010b). Responsividad y genes (pp. 112-161). Madrid: Cátedra.
cuidado del mundo. Fenomenología y ética del Tronto, Joan C. (1993). Moral Boundaries. A politi-
care. Daímon. Revista Internacional de Filosofía, cal argument for an ethic of care. New York:
49, 35-48. Routledge, Chapman and Hall, Inc.
http://dx.doi.org/10.3989/isegoria.2012.047.04
West, Candance; Lazar, Michele M., & Kramarae,
Olsen, Frances (1990/2000). El sexo del derecho. Cheris (2000). El género en el discurso. En Teun
En Alicia E. C. Ruiz (Comp.), Identidad femenina A. van Dijk (Comp.), El discurso como interac-
ción social (pp. 179-212). Madrid: Gedisa.

Quaderns de Psicología | 2014, Vol. 16, No 1, 35-44


44 Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José María

MARÍA TERESA MARTÍN PALOMO


Profesora Ayudante Específico de Sociología. Departamento de Análisis Social

JOSÉ MARÍA MUÑOZ TERRÓN


Profesor Contratado Doctor de Filosofía. Departamento de Geografía, Historia y Humanidades

DIRECCIÓN DE CONTACTO
mtmartin@polsoc.uc3m.es; jmterron@ual.es

FORMATO DE CITACIÓN
Martín Palomo, María Teresa y Muñoz Terrón, José María (2014). Epistemología, metodología y
métodos. ¿Qué herramientas para qué feminismo? Reflexiones a partir del estudio del cuidado. Qua-
derns de Psicologia, 16(1), 35-44. http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1213

HISTORIA EDITORIAL
Recibido: 03/04/2014
1ª Revisión: 29/04/2014
Aceptado: 08/05/2014

http://quadernsdepsicologia.cat

Das könnte Ihnen auch gefallen