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El conflicto chino-soviético hasta 1963

Comentario

China durante este período no sólo pasó por graves turbulencias internas sino también en sus relaciones exteriores.
El fundamento de las mismas había sido, hasta el momento, los acuerdos políticos y económicos suscritos con la
URSS en 1950, pero la colaboración entre los dos países perduró a la muerte de Stalin. Poco después de ella y luego,
en 1954, se firmaron unos nuevos acuerdos que incluían declaraciones de principio pero también cesiones
materiales por parte soviética. En la primavera de 1956 nuevos tratados preveían la construcción de ferrocarriles y
de cincuenta fábricas por cuenta de la URSS y en 1957 se llegó a aceptar, por parte de la URSS, la ayuda para la
fabricación de armas atómicas. Este último acuerdo no fue revelado hasta 1963 cuando ya el conflicto parecía grave
e irreversible.

En realidad los desacuerdos nacieron de la crítica de Kruschev al estalinismo en 1956: los dirigentes chinos siempre
se esforzaron en salvaguardar el mito de Stalin y, por ejemplo, cuando se decidió retirar sus restos del lugar en que
reposaban en la muralla del Kremlin junto a los de Lenin, depositaron flores ante ellos. La propia evolución de la
política china contribuyó a multiplicar las discrepancias. A fines de 1957, una conferencia de los partidos comunistas
en Moscú, dedicada a la unidad del campo socialista, tuvo tan escaso efecto sobre los dirigentes que se lanzaron al
"Gran Salto Adelante" y, a partir de este momento, el camino seguido por los respectivos comunismos fue
manifiestamente divergente con los soviéticos, insistiendo en la crítica a Stalin y los chinos lanzados a experimentos
de movilización popular y productivismo desmesurado. La política exterior también hizo su contribución a la
confrontación. Ya en 1958 Kruschev debió hacer un viaje a China para explicar a sus dirigentes su papel en la crisis
del Líbano. Los soviéticos, además, se negaron de manera rotunda a ayudar a China a la reconquista de las islas
Quemoy y Matsu. En el XXI congreso del PCUS celebrado a comienzos de 1959 Kruschev criticó la experiencia de las
comunas populares chinas: además, en ese mismo año, denunció el tratado sobre materias nucleares con China y
apoyó a India en su conflicto con China. Mientras tanto, las relaciones exteriores de China no sólo eran malas con los
soviéticos sino también con los indios, pues ese año se produjeron choques en la frontera con el Tíbet. La URSS optó
definitivamente por considerar a China como un país aventurero que ponía en peligro la estabilidad mundial.

A partir de 1960 la confrontación ya fue directa y con expresa mención del adversario, aunque resultara todavía
moderada en la forma. Antes la URSS había atacado a Albania mientras que China hacía lo propio con Yugoslavia;
esta interposición pareció moderar el conflicto. A partir de este momento, no sólo cesó cualquier posible ayuda
soviética a China en materia nuclear, sino también cualquier apoyo en otro terreno. En julio los soviéticos
pretendieron la sumisión de China a la mayoría de los Partidos Comunistas. Los temas abordados en la disputa
ideológica se referían a la posibilidad de la coexistencia pacífica y de un tránsito que también lo fuera en el camino
hacia el socialismo. En el fondo se trataba de dos actitudes muy divergentes que se podían ejemplificar en esos dos
terrenos o en muchos otros. Chinos y soviéticos no se enfrentaban por esas razones sino debido a muchas más: por
ejemplo, tenían una idea antagónica acerca de la correlación de fuerzas existente y los chinos hacían una defensa a
ultranza de las luchas de liberación mientras despreciaban el papel del arma nuclear en la estrategia mundial.

Aun así hubo esfuerzos por conservar la unidad. En noviembre de 1960, una conferencia de ochenta Partidos
Comunistas en Moscú todavía consiguió guardar las apariencias aunque fuese al precio de yuxtaponer puntos de
vista contradictorios. Italianos y vietnamitas fueron los más interesados en mantener esa unidad. En 1961 hubo
todavía tres tratados entre la URSS y China. Pero, a fines de 1962, se produjo el conflicto bélico entre India y China y
la URSS no apoyó a la segunda. Además, China tuvo la sensación de que Kruschev había sido incapaz de enfrentarse
a los norteamericanos en Cuba, lo que explica el definitivo empeoramiento de las relaciones. En 1963 los albaneses
quisieron ya crear una nueva Internacional que agrupara a los seguidores de Mao. La firma del tratado de no
realización de pruebas nucleares pareció probar, a los ojos de los chinos, la sumisión soviética a los Estados Unidos.

A fines de 1962 y comienzos de 1963, los soviéticos dirigieron un ataque concertado en contra de los comunistas
chinos por parte de los restantes partidos de Europa del Este y occidentales. En junio respondió el PCC con un ataque
al PCUS al que acusó de imperialista y neocolonialista. De los partidos asiáticos China consiguió el apoyo de los
indonesios y los coreanos. El mundo comunista había quedado definitivamente dividido en dos.

Mientras tanto, en el terreno de las relaciones exteriores, el antagonista teórico fundamental para China seguía
siendo Norteamérica pero en este campo empezaba a reinar un creciente realismo por ambas partes. Con Estados
Unidos, China mantuvo una vía de contacto en Varsovia que dio lugar a unas treinta reuniones. Los Estados Unidos,
por su parte, a pesar de todas las dificultades de la China continental, nunca estuvieron dispuestos a realizar un
desembarco en ella que, por su parte, apoyó a Japón en sus pretensiones territoriales respecto a la URSS.

Si en 1962 las tropas chinas penetraron en India, al mismo tiempo sus dirigentes firmaron una serie de pactos con
países como Birmania, Nepal, Pakistán y Afganistán que pretendían demostrar que no existía una pretensión
imperialista. El acuerdo más particular fue el suscrito con Pakistán, una potencia prooccidental (1963). A partir de
1963, una preocupación fundamental de China fue Vietnam, a la vez por temor a la penetración norteamericana y la
soviética. En cambio, mantuvo una cercanía a Indonesia que celebró en su territorio reuniones en las que los
soviéticos fueron vilipendiados. El régimen de Sukarno, que se autodefinía como una "democracia dirigida", tuvo una
influencia china indudable. En Medio Oriente, y sobre todo en África, China empezaba también a tener una cierta
influencia. Mao afirmó en 1964 que allí existía una "excelente situación revolucionaria". Pero toda la política exterior
se vio profundamente afectada por la "revolución cultural".

La ruptura chino-soviética

El triunfo de la revolución comunista en China había llevado la firma de un tratado de alianza con la URSS en 1950 y,
tras la muerte de Stalin, Kruschev había viajado a Pekín en 1954, llegando incluso Moscú a comprometerse
secretamente en 1957 a ayudar a China para obtener la bomba atómica.

Sin embargo, las nuevas políticas que lanzó Kruschev, la desestalinización y la coexistencia pacífica, terminaron por
separar a dos naciones que por largas tradiciones históricas competían en su papel de potencias. La coexistencia
pacífica era opuesta a una política china que aún creía en el valor de la revolución mundial y no aceptaba que la
URSS, una vez alcanzada la paridad nuclear, planteara la competencia con occidente desde una perspectiva
esencialmente económica. La desestabilización era vista en Pekín como el abandono de los principios del marxismo-
leninismo en una vergonzante política "revisionista".

El proceso de ruptura entre los dos gigantes comunistas se fue articulando en diferentes pasos:

En 1958 la China Popular bombardeó los islotes de Quemoy y Matsu en el estrecho de Formosa. Mientras Taiwan (la
China Nacionalista de Chiang Kai Chek) era apoyado por EE.UU., la URSS mantuvo una actitud distante. Mao acusó al
Kremlin de haberse convertido en un aliado objetivo de EE.UU., mientras que Moscú denunció el aventurerismo
chino mortalmente peligroso en la era nuclear.

La visita de Kruschev a Pekín en 1959 hizo que se visualizaran las crecientes diferencias: los expertos soviéticos
fueron repatriados, los estudiantes chinos en Rusia enviados a casa, se interrumpieron las acciones de cooperación.
El más pequeño y pobre de los países comunistas europeos, Albania, firmará un acuerdo con China en enero de
1962, abandonando la órbita soviética y entrando en una alianza con China.

El conflicto ideológico se convirtió pronto en un típico conflicto entre potencias:

En el choque fronterizo por la región del Tibet entre China y la India en 1962, Moscú optó por apoyar al gobierno de
Nueva Delhi.

Mao acusó a la URSS de "capitulacionista" tras la crisis de los misiles en Cuba en 1962.

En 1964, la China Popular ensayó su primera bomba atómica, lo que dio al enfrentamiento una nueva dimensión.

En 1969, estallaron incidentes fronterizos sangrientos en el rio Ussuri.

La nueva situación fue aprovechada por unos EE.UU. debilitados por la guerra del Vietnam. Kissinger en 1971 y el
presidente Nixon en 1972 visitaron Pekín normalizaron las relaciones, lo que permitió que la China Popular ingresara
en la ONU como miembro permanente del Consejo de Seguridad en la lugar de Taiwan.

Indochina fue otro gran escenario de la pugna chino-soviética mediante aliados interpuestos. Vietnam, sólido aliado
de la URSS, se enfrentó con el régimen de Khmer rojos en Camboya, apoyado por China. El conflicto degeneró en
acciones armadas en 1979. La invasión vietnamita de Camboya que acabó con el cruel régimen de Pol Pot fue
contestada con ataques militares chinos en el norte de Vietnam. Por primera, vez dos países que se proclamaban
comunistas hacían la guerra.
La llegada de Gorbachov trajo una mayor distensión que, sin embargo, no llevó a una plena normalización de las
relaciones. Ambos países han seguido en adelante evoluciones bien diferentes: mientras que la URSS se derrumbaba
y desaparecía, Pekín se mantenía como la única potencia comunista.

http://www.historiasiglo20.org/GLOS/cismachinaURSS.htm

Las relaciones sino-estadounidenses

Durante la visita que el presidente de EE.UU., Richard Nixon, efectuó a China en febrero de 1972, ambos países
firmaron el primer comunicado conjunto sino-estadounidense, conocido como Comunicado de Shanghai,
poniéndose así fin a más de veinte años de incomunicación entre ambos; el 16 de diciembre del 1978, China y EE.UU.
firmaron el Comunicado Conjunto sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre la República Popular de
China y los Estados Unidos de América; el 1 de enero del 1979, los dos países establecieron formalmente relaciones
diplomáticas a nivel de embajador; y el 17 de agosto del 1982, firmaron el Comunicado 817, comunicado conjunto
que regula de forma sistemática y detallada la venta de armas estadounidenses a Taiwán.

En enero de 1984, el entonces primer ministro chino, Zhao Ziyang, visitó EE.UU.; en abril de ese mismo año, el
presidente estadounidense Ronald Reagan efectuó una visita oficial a China; en julio de 1985, Li Xiannian, se
convirtió en el primer presidente de la República Popular que visitaba el país norteamericano.

En enero de 1998, durante la visita a China del secretario de Defensa de EE.UU., William Cohen, los departamentos
de defensa de ambos países firmaron un tratado sobre el establecimiento de un mecanismo de negociación para
fortalecer la seguridad marítima; el 25 de mayo de ese mismo año, el presidente Jiang Zemin y su homólogo Bill
Clinton utilizaron por primera vez la recién inaugurada línea telefónica directa y secreta para conversar sobre la
situación en el sur de Asia y las relaciones sino-estadounidenses.

El 25 de junio del 1998, a invitación del presidente Jiang Zemin, el presidente estadounidense Bill Clinton realizó una
visita de estado a China. Durante sus conversaciones, ambos líderes acordaron promover el diálogo y la cooperación
binacional en importantes asuntos internacionales, así como seguir uniendo sus esfuerzos para establecer entre los
dos países una relación constructiva de socios estratégicos en vistas al siglo XXI. Por otra parte, ambos presidentes se
comprometieron a no apuntar a sus rivales con sus armas nucleares estratégicas. Asimismo, pactaron intensificar sus
conversaciones en los terrenos económico y financiero con el fin de contribuir al sano desarrollo de la economía
mundial y las finanzas internacionales.

El 1 de enero del 1999, el presidente chino Jiang Zemin y el estadounidense Bill Clinton se intercambiaron mensajes
de felicitación por el vigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y EE.UU. Del 6
al 14 de abril, Zhu Rongji efectuó una visita oficial al país norteamericano, la primera que realizaba un primer
ministro chino en quince años.

El 8 de mayo de 1999, cuando en Beijing eran las 5.45 horas, la OTAN, encabezada por EE.UU., atacó la embajada
china en Yugoslavia lanzando cinco misiles desde distintas posiciones, ataque que se saldó con cuantiosos daños
materiales, la muerte de tres periodistas chinos y más de veinte heridos entre el personal de la embajada. El pueblo
chino reaccionó con indignación ante este crimen y las relaciones sino-estadounidenses se vieron afectadas.

El 11 de septiembre de ese mismo año, en el curso de la reunión informal de líderes de la APEC (siglas inglesas del
Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) celebrada en Oakland (Nueva Zelanda), los presidentes Jiang Zemin y
Bill Clinton sostuvieron una conversación que dio resultados positivos.

En el año 2000, aumentaron los intercambio y la cooperación de alto nivel en todos los terrenos entre China y EE.UU.
El día 15 de diciembre del mismo año, el Congreso estadounidense aprobó la «medida general de asignación», en
una de cuyas cláusulas se estipulaba el pago de 28 millones de dólares a China en compensación por la pérdidas
materiales que causó el ataque de EE.UU. contra la embajada china en Yugoslavia.

En la mañana del primero de abril del 2001, mientras se hallaba 104 kilómetros al sureste de la provincia isleña china
de Hainan inspeccionando el mar, un avión militar estadounidense de reconocimiento EP-3 chocó contra un caza-8
chino que iba en su persecución, incidente que provocó la muerte de su piloto Wang Wei. Seguidamente, el avión
estadounidense violó el espacio aéreo chino y aterrizó sin autorización en Ling Shui, aeropuerto militar de la isla de
Hainan. El 11 de abril, en nombre del gobierno estadounidense, su representante plenipotenciario y embajador en
nuestro país envió al ministro chino de Exteriores, Tang Jiaxuan, un mensaje en el quese disculpaba por lo sucedido.

El 11 de septiembre del 2001, Nueva York y Washington sufrieron sendos ataques terroristas que causaron
cuantiosas pérdidas humanas y materiales. En la entrevista que mantuvieron el 19 de octubre, los presidentes Jiang
Zemin y George W. Bush intercambiaron sus puntos de vista y llegaron a un amplio acuerdo en lo tocante a las
relaciones sino-estadounidenses, el terrorismo y otras importantes cuestiones. Asimismo, ambas partes expresaron
su voluntad de aunar esfuerzos con vistas a impulsar el desarrollo de las relaciones de cooperación sino-
estadounidenses.

En el 2002, las relaciones sino-estadounidenses experimentaron algunos reveses, pero en general su desarrollo se
caracterizó por la tendencia a mejorar. A invitación del presidente Jiang Zemin, los días 21 y 22 de febrero el
presidente estadounidense George W. Bush viajó a China para efectuar una visita de trabajo. Ambos líderes
volvieron a entrevistarse para discutir a fondo las relaciones bilaterales y la situación internacional, y coincidieron en
la necesidad de intensificar el diálogo y la cooperación sino-estadounidenses, así como de tratar adecuadamente las
divergencias con el fin de impulsar conjuntamente las relaciones bilaterales de cooperación constructiva. En octubre,
antes de asistir en México a la reunión de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), Jiang Zemin visitó
EE.UU. a invitación del presidente Bush. En aquella ocasión el presidente Jiang subrayó la importancia que para las
relaciones sino-estadounidenses reviste el tratamiento adecuado del problema de Taiwán. Tras reafirmar la
adhesión de su país al principio de «una sola China» y su acatamiento de los tres comunicados conjuntos sino-
estadounidenses, el presidente Bush recordó que esa era la política que siempre había defendido su gobierno y
aseguró que continuaría aplicándola.

http://espanol.cri.cn/chinaabc/chapter4/chapter40301.htm

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