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PRODUCCIÓN Y USOS DE

ANTICUERPOS ANTICANCER
RECOMBINANTES
Introducción
El cáncer representa un grave problema de salud pública actualmente se realizan estudios
usando estrategias dirigidas a combatir este patógeno, mediante vacunas, que podrían ser de
gran utilidad para el control de la progresión de la enfermedad. El estudio tanto de la
inmunología humoral como celular ha servido para el desarrollo de vacunas. Así, la utilización
de partículas virales sintéticas para el estudio de anticuerpos neutralizantes y el uso de
proteínas tempranas virales, entre otras, para la inducción de inmunidad mediada por células,
han sido la pauta para realizar estudios que dirijan la respuesta inmune para prevenir la
infección celular tanto hacia células infectadas no transformadas como hacia células
transformadas viralmente con resultados favorables.

Anticuerpos
Los anticuerpos (también conocidos como inmunoglobulinas, abreviado Ig) son glicoproteínas
del tipo gamma globulina. Pueden encontrarse de forma soluble en la sangre u otros fluidos
corporales de los vertebrados, disponiendo de una forma idéntica que actúa como receptor
de los linfocitos B y son empleados por el sistema inmunitario para identificar y neutralizar
elementos extraños tales como bacterias, virus o parásitos.1

El anticuerpo típico está constituido por unidades estructurales básicas, cada una de ellas con
dos grandes cadenas pesadas y dos cadenas ligeras de menor tamaño, que forman, por
ejemplo, monómeros con una unidad, dímeros con dos unidades o pentámeros con cinco
unidades. Los anticuerpos son sintetizados por un tipo de leucocito denominado linfocito B.
Existen distintas modalidades de anticuerpo, isotipos, basadas en la forma de cadena pesada
que posean. Se conocen cinco clases diferentes de isotipos en mamíferos que desempeñan
funciones diferentes, contribuyendo a dirigir la respuesta inmune adecuada para cada distinto
tipo de cuerpo extraño que encuentran.2

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Aunque la estructura general de todos los anticuerpos es muy semejante, una pequeña región
del ápice de la proteína es extremadamente variable, lo cual permite la existencia de millones
de anticuerpos, cada uno con un extremo ligeramente distinto. A esta parte de la proteína se
la conoce como región hipervariable. Cada una de estas variantes se puede unir a una "diana"
distinta, que es lo que se conoce como antígeno.3 Esta enorme diversidad de anticuerpos
permite al sistema inmune reconocer una diversidad igualmente elevada de antígenos. La
única parte del antígeno reconocida por el anticuerpo se denomina epítopo. Estos epítopos
se unen con su anticuerpo en una interacción altamente específica que se denomina
adaptación inducida, que permite a los anticuerpos identificar y unirse solamente a su
antígeno único en medio de los millones de moléculas diferentes que componen un
organismo.

El reconocimiento de un antígeno por un anticuerpo lo marca para ser atacado por otras partes
del sistema inmunitario. Los anticuerpos también pueden neutralizar sus objetivos
directamente, mediante, por ejemplo, la unión a una porción de un patógeno necesaria para
que éste provoque una infección.

La extensa población de anticuerpos y su diversidad se genera por combinaciones al azar de


un juego de segmentos genéticos que codifican diferentes lugares de unión al antígeno (o
paratopos), que posteriormente sufren mutaciones aleatorias en esta zona del gen del
anticuerpo, lo cual origina una diversidad aún mayor.2 4 Los genes de los anticuerpos también
se reorganizan en un proceso conocido como conmutación de clase de inmunoglobulina que
cambia la base de la cadena pesada por otra, creando un isotipo de anticuerpo diferente que
mantiene la región variable específica para el antígeno diana. Esto posibilita que un solo
anticuerpo pueda ser usado por las diferentes partes del sistema inmune. La producción de
anticuerpos es la función principal del sistema inmunitario humoral.

Anticuerpos Recombinantes
En la actualidad existe la tecnología necesaria para la producción de anticuerpos en ausencia
de inmunización del animal. Es la denominada tecnología de los anticuerpos

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recombinantes. Los recientes avances en la tecnología génica han facilitado en gran medida
la manipulación genética, producción, identificación y conjugación de fragmentos de
anticuerpos recombinantes, obteniéndose nuevos anticuerpos multivalentes y
multiespecíficos.

Como se mencionó, los AcMo de segunda generación, o anticuerpos recombinantes (AcR),


son moléculas producidas empleando técnicas de biología molecular y ADN recombinante.
Dicho de otra manera, los AcR son generados a través de la inmortalización de los genes que
codifican a la molécula de Ig, en lugar de inmortalizar la célula productora del Ac, como es el
caso para los AcMo de primera generación.

La concepción, el diseño y la ingeniería de moléculas artificiales, basadas en Ig, se ha


facilitado enormemente gracias a dos características de estas proteínas. A nivel genético, los
genes estructurales que codifican las Ig se prestan para hacer el trabajo de biología molecular.
Estos genes se organizan en la forma de exones discretos, los cuales corresponden a
dominios completos en la proteína (Figura 2), encontrándose separados por regiones
intrónicas. Resulta así, por ejemplo, relativamente fácil manipular las secuencias intrónicas
para añadir cambios que permitan la introducción en el gen de nuevas secuencias en lugares
específicos, seleccionados previamente, sin implicar riesgo alguno de alterar la secuencia
codificadora presente en los exones. De igual manera, a nivel proteico, la organización
estructural-funcional de las Ig en la forma de estos módulos discretos, llamados dominios, en
donde se encuentra almacenada la información necesaria para realizar una función
específica, ha facilitado enormemente el logro de estos objetivos. Sin embargo, un elemento
adicional, que no se puede dejar de mencionar y que ha tenido un impacto tremendo en el
desarrollo de los AcR, lo constituyen, sin lugar a dudas, los avances ocurridos en el campo de
la biología molecular, especialmente en lo relacionado con el desarrollo de métodos para la
creación de moléculas de ADN recombinante basados en la reacción en cadena de
polimerasa (PCR).

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De esta forma, es posible clonar regiones responsables de una especificidad de interés y
ensamblarla en la forma de un anticuerpo funcional en el contexto de, prácticamente, cualquier
clase o subclase de IG humana.

Los AcR constituyen, entonces, un conjunto bastante heterogéneo de proteínas artificiales en


el que se pueden distinguir dos grandes grupos. El primero incluye moléculas completas de
Ac, similares a las conseguidas en forma natural, en las cuales están presentes los dos
elementos estructurales, permitiendo así la funcionalidad de la molécula; esto es, las
porciones Fab y Fc (Figura 2a). Los Ac quiméricos y humanizados son ejemplos
representativos de este grupo. El otro grupo está formado por un conjunto más heterogéneo
de proteínas noveles, basadas en la estructura de las Ig. Éstas pueden encontrarse en la
forma de entidades recombinantes autónomas (fragmentos tipo Fab, Fv de cadena sencilla -
scFv-, "diabodies", "triabodies", etc.), o como proteínas de fusión (moléculas en las que se
combina la porción Fc o Fab con propiedades nuevas provistas por una toxina, una enzima,
un receptor celular, una citoquina, etc.).

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Anticuerpos recombinantes en el tratamiento del cáncer

El uso de los anticuerpos recombinantes durante la última década representa una de las
estrategias terapéuticas más exitosas para pacientes con neoplasias, tanto hematológicas
como de tumores sólidos. Adicionalmente, presentan la ventaja que la mayoría de ellos
muestran menos efectos adversos en comparación con los agentes quimioterapéuticos
convencionales

Los mecanismos por los cuales los anticuerpos, utilizados exitosamente en la clínica,
producen el efecto anti-tumoral incluyen: i) acción directa del anticuerpo sobre las células
tumorales, mediante la unión a marcadores específicos del tumor (bloqueo o activación de un
receptor, inducción de apoptosis, entrega de un agente citotóxico, entre otros); ii) efectos
sobre la vasculatura y estroma del tumor; iii) inducción de muerte de la célula tumoral por
mecanismos inmunes (CDC, ADCC, regulación de la función de linfocitos T)

El primer anticuerpo recombinante para el tratamiento del cáncer aprobado por la


Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) en 1997 es el
Rituximab, un AcMo quimérico de tipo IgG1 dirigido contra la molécula CD20, marcador de
linaje de linfocitos B. El Rituximab es uno de los anticuerpos más utilizados en terapia
antitumoral y está indicado para el tratamiento del linfoma no-Hodgkin de linfocitos B CD20+ ,
produciendo la depleción de estas células circulantes. Además, está aprobado para el
tratamiento de la leucemia linfocítica crónica y enfermedades autoinmunes. Entre los
mecanismos de acción ejercidos por el Rituximab se encuentran la ADCC, la CDC y la quimio-
y radio-sensibilización de las células tumorales

Posteriormente varios anticuerpos recombinantes han sido aprobados para el tratamiento del
cáncer (Tabla I). Entre ellos se destaca el Trastuzumab, AcMo humanizado IgG1 cuyo blanco
es el dominio extracelular de la proteína oncogénica receptor 2 del factor de crecimiento
epidermal humano denominado HER2/neu o ERBB2, miembro de la familia del receptor de
factor de crecimiento epidérmico (EGFR). Su uso fue aprobado por la FDA en 1998 para el
tratamiento del cáncer de mama metastásico que sobre-expresa HER2 (HER2+) y ha
demostrado gran éxito, mejorando la sobrevida de pacientes. Este anticuerpo actúa
suprimiendo la señalización del receptor contra el cual va dirigido, además actúa induciendo
factores anti-angiogénicos y a través del mecanismo de ADCC. En el 2010 la FDA aprobó el

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uso de Trastuzumab para el tratamiento de carcinoma gástrico metastásico y de la unión
gastroesofágica que sobre-expresan HER2

A pesar de estos logros, alrededor de 15% de los pacientes tratados con Trastuzumab sufren
recaídas. Debido a esto se desarrolló Pertuzumab, AcMo humanizado antiHER2 dirigido
contra un epitopo diferente, lo que permite actuar bloqueando la dimerización de HER2 con
otros miembros de la familia de HER (EGFR, HER3 and HER4) inhibiendo de esta manera la
señalización del receptor. En el 2012, la FDA aprobó el uso de Pertuzumab en conjunto con
Trastuzumab y el agente quimioterapéutico Docetaxel para el tratamiento de pacientes con
cáncer de mama HER2+ metastásico que no recibieron previamente agentes anti-HER o
quimioterapia

La inhibición de la vascularización o angiogénesis del tumor mediante anticuerpos se utiliza


en el tratamiento de tumores sólidos. El AcMo humanizado Bevacizumab, dirigido contra el
factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), fue el primer anticuerpo antiangiogénico
aprobado en 2004 para el tratamiento de cáncer colorrectal metastásico y de carcinoma de
pulmón de células no pequeñas. Adicionalmente, ha sido utilizado en el tratamiento de
leucemia mieloide aguda, mieloma múltiple, cáncer de mama, melanoma, carcinoma de
células escamosas de cabeza y cuello, cáncer de próstata, entre otros

Otra estrategia importante para el tratamiento del cáncer consiste en direccionar a los
linfocitos T citotóxicos hacia el tumor, con la finalidad de que estos se activen por proximidad
y destruyan a la células tumorales. Para ello se han desarrollado los anticuerpos bi-específicos
de tipo BiTE, capaces de unirse a la célula tumoral y al linfocito T en forma simultánea. En
este grupo se encuentra el anticuerpo bi-específico Blinatumomab aprobado para casos de
leucemia linfoblastíca aguda (ALL). Es de notar que existen varios anticuerpos BiTE en
proceso de aprobación.

El Catumaxomab utilizado en ascitis maligna es un anticuerpo considerado tri-específico, ya


que posee dos RV diferentes (uno capaz de unir a un linfocito T y el otro a un marcador
tumoral) y una RC pudiendo unirse a tres tipos de células en forma simultánea

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Terapias
Tipos de inmunoterapia

Muchos tipos diferentes de inmunoterapia se usan para tratar el cáncer. Estos son:

 Anticuerpos monoclonales, los cuales son fármacos diseñados para unirse a blancos
específicos en el cuerpo. Pueden causar una reacción inmunitaria que destruye células
cancerosas.

Otros tipos de anticuerpos monoclonales pueden "marcar" las células cancerosas para
facilitar que el sistema inmunitario las encuentre y las destruya. Es posible referirse a
estos tipos de anticuerpos monoclonales como terapias dirigidas. Vea Medicina de
precisión y terapia dirigida, para más información.

Efectos secundarios
 Síntomas como de gripe

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 Reacción alérgica grave
 Recuentos sanguíneos más bajos
 Cambios en la composición química de la sangre
 Daño a órganos (usualmente al corazón, a los pulmones, riñones, hígado o
al cerebro)

 Transferencia adoptiva celular es un tratamiento que intenta reforzar la capacidad


natural de sus células T para combatir el cáncer. Las células T son un tipo de glóbulos
blancos y pertenecen al sistema inmunitario. Los investigadores toman células T del
tumor. Luego, ellos aíslan las células T que son más activas contra el cáncer que tiene
usted, o modifican los genes en las células T para hacerlas más capaces de encontrar
y destruir sus células cancerosas. Luego, los investigadores hacen crecer lotes grandes
de estas células T en el laboratorio.

Usted puede tener tratamientos para reducir sus células inmunitarias. Después de
estos tratamientos, las células T que crecieron en el laboratorio serán regresadas a
usted por medio de una aguja en su vena. El proceso de crecer sus células T en el
laboratorio se lleva de 2 a 8 semanas, dependiendo de la rapidez con la que crecen.

 Citocinas, las cuales son proteínas producidas por las células de su cuerpo. Tienen
funciones importantes en la reacción inmunitaria normal del cuerpo y en la capacidad
del sistema inmunitario para responder al cáncer. Los dos tipos principales de citocinas
usadas para tratar cáncer se llaman interferones e interleucinas.

Efectos secundarios Citocinas (interferones, interleucinas, factores de crecimiento


hematopoyético)
 Síntomas como de gripe
 Reacción alérgica grave
 Recuentos sanguíneos más bajos
 Cambios en la química de la sangre
 Daño a órganos (usualmente al corazón, a los pulmones, riñones, hígado o al cerebro)

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 Vacunas de tratamiento, las cuales trabajan contra el cáncer al reforzar la reacción
de su sistema inmunitario a las células cancerosas. Las vacunas de tratamiento son
diferentes de las que previenen las enfermedades.

Efectos secundarios
 Síntomas como de gripe
 Reacción alérgica grave

 Bacilo de Calmette-Guérin, BCG, es una inmunoterapia que se usa para tratar cáncer
de vejiga. Es una forma debilitada de la bacteria que causa la tuberculosis. Cuando se
inserta directamente en la vejiga con un catéter, el BCG causa una reacción inmunitaria
contra las células cancerosas. También se está estudiando en otros tipos de cáncer.

Efectos secundarios
 Síntomas como de gripe
 Reacción alérgica grave
 Efectos secundarios urinarios
 Dolor o sensación de ardor al orinar
 Mayor urgencia o frecuencia de orinar
 Sangre en la orina

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