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I. LA J URISD ICC IÓN .

A. GENERALIDADES.

1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA JURISDICCIÓN.


La convivencia pacífica de la comunidad se logra en la medida en que es posible la
sustitución de la violencia por la acción jurisdiccional, que en términos generales, faculta a su
titular para recurrir a un tribunal en demanda de una decisión, reemplazándose así la fuerza,
como medio de solución de conflicto, por el proceso.
El conflicto es un atributo de la naturaleza del ser humano, y es un hecho notorio que no
requiere demostración. En efecto, cada vez que conviven dos o más personas en el campo
individual, en el campo nacional, o Estados en el campo internacional, se produce un conflicto;
por ejemplo, un problema de familia, una huelga, o una guerra. La ciencia procesal ha estudiado
profundamente este fundamental problema lo cual, en lo que se refiere a la jurisdicción y a su
aplicación en el campo del derecho chileno, será objeto de estudio.
En términos generales la expresión conflicto equivale a discordia, a desavenencia de
voluntades. Procesalmente hablando, el conflicto se presenta toda vez que una persona o ley
exige a otra la ejecución acto o abstención, y ésta se resiste o quebranta la norma. Al respecto, el
jurista italiano Francesco CARNELUTTI señala que el conflicto nace cuando existe una pretensión,
por una parte, y una resistencia por otra.
La actividad jurisdiccional surge al momento de existir un c o n f l i c t o d e r e l e v a n c i a
j u r í d i c a , el cual se genera cuando un sujeto, con su acción u omisión, produce como resultado
el quebrantamiento del ordenamiento jurídico, esto es, la infracción de la norma reguladora de su
conducta, ya sea ésta imperativa, prohibitiva o permisiva; en cambio un conflicto que carece de
relevancia jurídica, es aquel que no conlleva la violación del Derecho, como, por ejemplo, los
que afectan el orden social y moral. Al conflicto de relevancia jurídica se le ha denominado
litigio, y se entiende por tal, un conflicto intersubjetivo de intereses, jurídicamente relevante,
caracterizado por la existencia de una pretensión resistida.
¿Cómo se soluciona un conflicto en la sociedad? Para ello han surgido en la historia de
las instituciones procesales, y coexisten en el momento presente, tres posibles medios de
solución: la autotutela, la autocomposición y la heterocomposición.

a. LA AUTOTUTELA, JUSTICIA PRIVADA O AUTODEFENSA.


El mecanismo más primitivo de solución de conflictos es la autotutela, en donde
cualquiera de los sujetos en conflicto está facultado para resolverlo por su propia mano (prima la
“ley del más fuerte”). Es una forma normalmente injusta, pues resulta triunfador no siempre el
que tiene la razón, sino quien cuenta con los medios coercitivos para imponer sus decisiones. La
autotutela está en pugna con los conceptos más elementales de justicia, no obstante, tiene un
importante campo de aplicación aún en nuestros días.
Por tanto, lo que caracteriza a la autodefensa es la concurrencia de dos elementos: la
ausencia de un tercero imparcial distinto de los sujetos en conflicto; y la imposición de la
decisión por una de las partes a la otra. Ahora bien, la autotutela se puede analizar en tres tipos
de relaciones, a saber:

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i. Relaciones entre sujetos. En Chile, la igualdad ante la ley (art. 19 Nº 2 de la CPR) y


la igualdad justicia (art. 19 Nº 3 de la CPR) excluyen la autotutela como medio de
solución de conflicto; por tal razón, el Derecho positivo chileno, por regla general,
prohíbe la autotutela y más aún, la sanciona criminal (por ejemplo, con pena de cárcel) y
civilmente (por ejemplo, el art. 1456 del CC señala que la fuerza es un vicio del
consentimiento y sanciona con la nulidad los actos realizados bajo su imperio). No
obstante, en casos excepcionales la legislación chilena legitima el empleo de la fuerza
como medio de solución de conflicto, y el ejemplo más clásico se encuentra en materia
penal, concretamente, en la legítima defensa como causal eximente de responsabilidad
(art. 10 N° 4 del CP); en materia civil se pueden citar como ejemplo los casos de
autotutela cautelar, como el derecho de retención que tiene mandatario respecto del
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mandate (art. 2162 del CC) .
Art. 1456. La fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando es capaz de producir una impresión fuerte en
una persona de sano juicio, tomando en cuenta su edad, sexo y condición. Se mira como una fuerza de este
género todo acto que infunde a una persona un justo temor de verse expuesta ella, su consorte o alguno de
sus ascendientes o descendientes a un mal irreparable y grave.
El temor reverencial, esto es, el solo temor de desagradar a las personas a quienes se debe sumisión y
respeto, no basta para viciar el consentimiento.
Art. 10. Están exentos de responsabilidad criminal:
4. El que obra en defensa de su persona o derechos, siempre que concurran las circunstancias siguientes:
Primera. Agresión ilegítima.
Segunda. Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.
Tercera. Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
Art. 2162. Podrá el mandatario retener los efectos que se le hayan entregado por cuenta del mandante para
la seguridad de las prestaciones a que éste fuere obligado por su parte.

Por lo tanto, la autotutela está prohibida por nuestra legislación y castigada en la mayor
parte de los casos; sólo excepcionalmente, y por causas establecidas en la propia ley, se
encuentra autorizada y legitimada.

ii. Relaciones entre el Estado y los particulares. Estas relaciones se rigen por la
CPR y sus leyes complementarias, en donde la autotutela está absolutamente prohibida y
sancionada. No obstante, la autotutela es una medida común de solución de conflictos,
como por ejemplo, los golpes de Estado, las disoluciones de congresos, etc.

iii. Relaciones entre los países. En este ámbito la autotutela representa la forma general
de solución de conflictos (la autotutela, aquí, toma el nombre de guerra). Sólo
excepcional y lentamente, por la vía de los arbitrajes, se ha logrado imponer el proceso
como medio de solución ; y, por otro lado, organismos internacionales como la ONU y la
OEA han tratado de solucionar conflictos por la vía de la autocomposición.

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En casi todas las obras anteriores al año 2008, se mencionaba como ejemplo al art. 233 del CC (actual art. 234),
que facultaba al padre para corregir y castigar moderadamente a sus hijos. Hoy, sin embargo, de acuerdo al art. 234,
los padres tienen la facultad de corregir a los hijos, cuidando que ello no menoscabe su salud ni su desarrollo
personal. Esta facultad excluye toda forma de maltrato físico y psicológico y deberá, en todo caso, ejercerse en
conformidad a la ley y a la Convención sobre los Derechos del Niño.
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b. LA AUTOCOMPOSICIÓN.
La autocomposición, según JUAN COLOMBO, es una forma de solución de conflictos que
opera cuando las partes entre las cuales se produjo, le ponen fin directamente mediante un
acuerdo de voluntades. Algunos critican este concepto, pues sería incompleto toda vez que se
refiere sólo a la autocomposición bilateral, siendo que también habrían casos de
autocomposición unilateral; es por ello que también se define como la forma mediante la cual,
bien ambas partes mediante el acuerdo mutuo, bien una de ellas, deciden poner término al litigio
planteado. Sin embargo, esta postura es discutible.
Desde un punto de vista general, ésta es la forma normal y lógica de solución de
conflicto, y en el hecho ocurre que la mayoría, o al menos muchos de ellos, son resueltos por este
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medio .
Ahora bien, la autocomposición está permitida cuando el conflicto gira en torno al interés
privado de las partes en discordia (por ejemplo, el contrato de transacción; art. 2446 del CC); por
tanto, está expresamente prohibida cuando se encuentra comprometido el interés público, como
ocurre en el campo penal, con los crímenes o simples delitos de acción pública, y en el campo
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del Derecho privado con los asuntos de familia, tributarios, etc.
Art. 2446. La transacción es un contrato en que las partes terminan extrajudicialmente un litigio pendiente, o
precaven un litigio eventual.
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No es transacción el acto que sólo consiste en la renuncia de un derecho que no se disputa.

La autocomposición puede ser clasificada desde distintos puntos de vista, a saber:


i. Atendiendo al número de voluntades que se requiere para su perfeccionamiento, la
autocomposición puede ser unilateral, si la solución proviene de una de las partes (por
ejemplo, el desistimiento de la demanda, la renuncia a la pretensión), o bilateral, si
proviene del acuerdo de ambas partes del conflicto, actuando ellas en forma directa o
asistidas por un tercero (por ejemplo, la transacción, el avenimiento). Como se dijo, esta
distinción no es compartida por todos, así, por ejemplo, el profesor ALFARO no la
menciona.
ii. Desde el punto de vista de su relación con el proceso, la autocomposición se clasifica en
e x t r a p r o c e s a l o d i r e c t a , cuando una o ambas partes involucradas en el conflicto,
por sí mismas le ponen término (por ejemplo, el desistimiento, el allanamiento, la
transacción); y autocomposición intraprocesal o ind irecta, cuando hay intervención
o ayuda de un tercero, quien efectúa una labor conciliadora, sea por iniciativa y acuerdo
de las partes (avenimiento) o a instancia del órgano jurisdiccional (conciliación).

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Como se verá más adelante, se incluyen en esta forma de solución de conflictos a los equivalentes jurisdiccionales,
que no son otra cosa que cualquier medio diverso de la jurisdicción, apto para la composición del litigio.
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En materia procesal penal, se han contemplado diversas salidas alternativas para poner término o suspender los
procesos penales durante su transcurso, para lo cual se requiere contar siempre con el acuerdo de las partes; siendo
los dos medios autocompositivos más trascendentes: la suspensión condicional del procedimiento y los acuerdos
reparatorios.
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El conflicto es un requisito preliminar para que las partes puedan transigir, así lo establece el art. 2446 inc. II del
CC, al señalar que no es transacción el acto que sólo consiste en la renuncia de un derecho que no se disputa.

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En definitiva, la autocomposición se caracteriza por ser una forma pacífica de solución de


conflictos (pues la concurrencia de la fuerza física o moral está prohibida), que emana de una
decisión voluntaria de las partes, ya sea que se haya llevado o no al proceso para su decisión.
Por último, hay que tener presente que sólo puede llegarse a la forma autocompositiva
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por quienes tienen la capacidad o las facultades suficientes para convenir en el acuerdo.

c. HETEROCOMPOSICIÓN (EL PROCESO).


En esta última fase, los habitantes se desprendieron de la facultad de hacer justicia por sí
mismos, y estas atribuciones fueron pasadas al jefe de tribu, al príncipe, al monarca, y
actualmente, al Estado. Consecuentemente, nació para el Estado la obligación de atender a esta
necesidad, para lo cual dio la organización y los medios que garantizaran suficientemente a las
partes la mantención de sus derechos. Nace así el proceso, cuya finalidad es erradicar el uso de la
fuerza ilegítima en un determinado grupo social, puesto que el uso de la fuerza legítima la ejerce
el Estado (de lo contrario no podría mantener la paz social); y nace para los particulares el
derecho a la acción, es decir, el poder jurídico de que dispone el individuo para acudir al Estado
(concretamente al órgano jurisdiccional) a fin de obtener de él la solución del conflicto.
Por lo tanto, la heterocomposición es una forma de solución de conflictos que implica la
intervención de un tercero ajeno a los sujetos entre quienes se suscita, el cual le pone fin por
medio de un proceso que finaliza con una sentencia. Aquí no hay acuerdo de las partes para
autocomponer, y se recurre al proceso judicial, lo cual significa que el pretendiente puede
recurrir al órgano jurisdiccional para que solucione el conflicto a través de un proceso que
finaliza con una sentencia que se puede ejecutar aun en contra de la voluntad del pretendido;
pues las partes quedan judicialmente obligadas ante la decisión del tercero, quien se encuentra
sobre ellas. Esta intervención de los terceros se puede realizar a título de árbitro o de juez, de ahí
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que la heterocomposición reviste dos formas.
A modo de resumen, y como se verá a lo largo de este estudio, se puede decir que la
razón por la cual el tercero imparcial a quien acuden las partes para la resolución del conflicto
actúa sobre ellas, radica en que se le ha investido de una función pública denominada
jurisdicción (la que reconoce su fuente en el art. 76 de la CPR), es decir, de un poder-deber para
conocer y resolver, por medio del proceso y con efecto de cosa juzgada, los conflictos de
intereses de relevancia jurídica que se promuevan en el orden temporal, dentro del territorio de la
República. Para que se ponga en movimiento el ejercicio de la función jurisdiccional, es
necesario que se ejerza por la parte interesada, en obtener la solución del conflicto, una acción, y
de allí que la a c c i ó n ha sido conceptualizada como el derecho subjetivo público, de carácter
constitucional, consistente en poner en funcionamiento la actividad jurisdiccional del Estado. El
actor ejerce la acción para los efectos de obtener la satisfacción de una pretensión, esto es, una
declaración de voluntad realizada en el plano de la realidad social, en virtud de la cual se intenta

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Las facultades para autocomponer dentro de un proceso, requieren de un mandato judicial con facultades
especiales, de conformidad a lo establecido en el art. 7º inc. II del CPC (sin embargo, no se entenderán concedidas al
procurador, sin expresa mención, las facultades de desistirse en primera instancia de la acción deducida, aceptar la
demanda contraria, absolver posiciones, renunciar los recursos o los términos legales, transigir, comprometer,
otorgar a los árbitros facultades de arbitradores, aprobar convenios y percibir).
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En el caso del árbitro, las partes concurren al nombramiento de esta persona que ha de solucionar el conflicto; en
cambio, el órgano jurisdiccional lo establece el Estado.
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subordinar una voluntad ajena a la propia. Acción y pretensión son conceptos básicos en el
Derecho procesal, y se materializan en el acto procesal demanda que se presenta al órgano
jurisdiccional.
La oposición a la satisfacción de esa pretensión por la otra parte, es la que genera e l
l i t i gi o , entendido éste como el conflicto intersubjetivo de intereses, jurídicamente trascendente,
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caracterizado por la existencia de una pretensión resistida . No habiendo sido posible obtener la
solución del litigio a través de la autocomposición (transacción, avenimiento, etc.), es menester
que el titular de la pretensión accione para que se ejerza la función jurisdiccional, lo que debe
realizarse a través del p r o c e s o , es decir, mediante una secuencia o serie de actos que se
desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver, mediante un juicio de autoridad, el
conflicto. El proceso finaliza con una sentencia, esto es, una resolución judicial dictada por un
juez o tribunal que pone fin a la litis (civil, de familia, mercantil, penal, laboral, contencioso-a,
etc.). Dicha decisión se torna en inmutable e inimpugnable una vez pasada en autoridad de cosa
juzgada, la cual es la cualidad que adquieren ciertas y determinadas resoluciones una vez firmes
y ejecutoriadas.
Por todo lo anterior, CALAMANDREI señala que el Derecho procesal se basa en el estudio
de tres conceptos fundamentales: jurisdicción, acción y proceso. Pero sin querer restar
importancia a los conceptos de acción y de proceso, se puede afirmar que ellos giran en torno al
de jurisdicción; en efecto, puede estimarse en términos muy generales, que la acción es el
derecho a la jurisdicción; el derecho a obtener la formación de un proceso y la posterior decisión
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de los tribunales sobre al asunto que ellos controvierten.

2. CONCEPTO DE JURISDICCIÓN.
El vocablo jurisdicción tiene distintas acepciones, a saber:
i. S e n t i d o e t i m o l ó g i c o . La palabra jurisdicción viene de la voz latina iuris (derecho) y
dictio (declarar); en consecuencia, el sentido etimológico del término jurisdicción es
declarar o decir el derecho y, por tanto, sería una facultad o atribución perteneciente tanto
al poder judicial como legislativo. Pues, el poder judicial declara el derecho en los casos
particulares o concretos que se le presenten, y el poder legislativo, en términos generales,
declara y crea el derecho sin relación a determinadas personas o cosas.
ii. Se n t i d o n a t u r a l y o b v i o . Conforme al Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, la jurisdicción se define como el poder o autoridad que tiene uno para gobernar y
poner en ejecución las leyes o para aplicarlas en juicio; el territorio en que un juez ejerce sus
facultades de tal; y como la autoridad, poder o dominio sobre otro.

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hay quienes señalan que la idea de conflicto no siempre está presente en la jurisdicción. Así, por ejemplo,
la jurisdicción electoral trata de fijar con certeza ciertos resultados y sus efectos (no hay conflicto), a través del
Tribunal Calificador de Elecciones.
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Hay que tener presente que también existen medios alternativos de solución de conflictos, es decir, procedimientos
mediante los cuales las personas puedan resolver sus controversias sin necesidad de una intervención jurisdiccional.
Estos mecanismos no son independientes de la jurisdicción en el sentido de que busquen su desaparición, sino
complementarios de la misma. Los medios alternativos comparten ciertas ventajas: mayor rapidez para la resolución
del litigio; menor costo económico; menor costo emocional; descongestionamiento de instancias gubernamentales;
optimización de recursos gubernamentales.
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iii. Se n t i d o c i e n t í f i c o - j u r í d i c o . La doctrina define a la jurisdicción de la siguiente


manera:
- Como una facultad. MARIO CASARINO señala que en sentido científico y restringido,
la jurisdicción es la facultad que tiene el poder judicial de administrar justicia.
- Como una función. Los juristas procesalistas GUASP, COUTURE, CHIOVENDA hablan de
“función estatal”; así, por ejemplo, GUASP dice que la jurisdicción es la función
específica estatal por la cual el poder público satisface pretensiones.
- Como un poder-deber. Se dice que la jurisdicción es un poder estatal en cuya virtud se
administra justicia; pero también es un deber, pues es la contrapartida del derecho de
acción.
- Como compentencia. Jurisdicción y competencia son conceptos distintos, pese a lo
cual muchas veces se hace un uso incorrecto de ellos, inclusive por la propia ley
procesal, que en ocasiones los confunde. Las diferencias se explicarán más adelante.

iv. Jurisdicción en el Derecho positivo. Nuestra legislación al establecer


constitucionalmente el principio de independencia de los tribunales, indirectamente se
refiere a la jurisdicción en el art. 76 inc. I de la CPR, al disponer: la facultad de conocer de
las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece
exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley. Del mismo modo, el COT
prácticamente reproduce la norma constitucional, en su art. 1º, señalando que la facultad
de conocer de las causas civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo
juzgado, pertenece exclusivamente a los Tribunales que establece la ley. Por lo tanto, a
partir de estas dos normas se puede definir a la jurisdicción, como la facultad que pertenece
a los tribunales de justicia establecidos por la ley, de conocer las causas civiles y criminales,
de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado.
Pero según algunos autores, y gran parte de la jurisprudencia, la jurisdicción más que una
facultad, es un verdadero poder- deber y, por ende, la definen como el poder-deber que
tienen los tribunales de justicia para conocer y resolver, por medio del proceso y con
efecto de cosa juzgada, los conflictos de intereses de relevancia jurídica que se
promuevan dentro del territorio de la República, y en cuya solución les corresponda
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intervenir (JUAN COLOMBO). La jurisdicción no sólo constituye una potestad, una
atribución, sino que también constituye para el Estado un deber, porque si alguien recurre
al tribunal, o a un juez, éste no se puede negar, pues rige el principio de la
inexcusabilidad consagrado en el art. 10 inc. II del COT.
Art. 10. Los tribunales no podrán ejercer su ministerio sino a petición de parte, salvo los casos en que la ley
los faculte para proceder de oficio.
Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer
su autoridad ni aún por falta de ley que resuelva la contienda sometida a su decisión.

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Como se verá más adelante en las clases de jurisdicción, la jurisdicción alude en estricto sentido a un asunto
contencioso, pero de acuerdo al art. 2º del COT, también corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos
actos no contenciosos en que una ley expresa requiera su intervención; y de acuerdo al art. 3º del mismo Código, los
tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno de ellos se
asignan en los respectivos títulos de este Código.
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3. CARACTERÍSTICAS DE LA JURISDICCIÓN.
i. La jurisdicción es una función pública, pues quien la lleva a cabo es el Estado, quien
delega el ejercicio de ésta a sus órganos, especialmente, al Poder Judicial. También
existen otros órganos que ejercen jurisdicción, como el Senado en el juicio
constitucional, el Tribunal Constitucional, el Director del SII, etc. Al ser una función
púbica, su organización y funcionamiento se rige por normas de Derecho público.
La jurisdicción es una expresión de la soberanía, pues el art. 5º inc. I de la CPR señala que
el ejercicio de la soberanía se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de las
elecciones periódicas y, también, por las autoridades que esta CPR establece; y una de
esas autoridades son, precisamente, los Tribunales de Justicia.

ii. Los órganos encargados del ejercicio de la jurisdicción son los tribunales de justicia
que establece la ley (arts. 1º del COT y 76 de la CPR). Tribunal es todo órgano del Estado
que ejerce la función jurisdiccional para resolver conflictos jurídicos, aunque no
pertenezca al Poder Judicial.
Hay que dejar en claro que el ejercicio de la jurisdicción recae en los tribunales de
justicia y no en el Poder Judicial, lo cual tiene consecuencias importantes, ya que si se le
entregase al Poder Judicial, significaría que ningún órgano que estuviera fuera de él
podría tener el ejercicio de la jurisdicción. El Poder Judicial es uno de los poderes del
Estado que en forma preponderante concentra la actividad jurisdiccional (comprende los
tribunales ordinarios, especiales y arbitrales), sin embargo, no todos los tribunales
pertenecen al Poder Judicial, pues existen otros tribunales especiales (por ejemplo, el TC)
y, adicionalmente, otros órganos administrativos tanto en el Poder Legislativo como en el
Ejecutivo, a los cuales la ley les ha otorgado facultades jurisdiccionales (por ejemplo, el
Director del SII). Por tanto, el órgano público que ejerza jurisdicción es un tribunal de
justicia, pertenezca o no al Poder Judicial.
iii. En relación con la característica anterior, se señala que la jurisdicción es privativa de
los tribunales de justicia. Esto se relaciona con la segunda parte del inc. I del art. 76
la CPR, que señala que ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso
alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los
fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos. Esto no
obsta a que en el interior del Poder Ejecutivo o Legislativo existan órganos
jurisdiccionales; pero la intromisión de cualquier autoridad o persona en materias de tipo
jurisdiccional sin tener poder para ello, produce la nulidad de los actos ejecutados por
ellos (art. 7º de la CPR).
Art. 7. Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de
su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de
circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido
en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley
señale.

iv. Es indelegab le. Esto significa que los tribunales no pueden delegar o traspasar su
función jurisdiccional a otros órganos. Esta característica no debe ser confundida con la
delegación de competencia, la cual sí se permite; pues en ciertos casos la ley faculta que

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un tribunal encomiende la práctica de determinadas diligencias a otro tribunal que se


encuentra en un territorio jurisdiccional distinto; por ejemplo, si el proceso se está
tramitando en la CA de Concepción, y es necesario tomar declaración a un testigo que
vive en Valparaíso, para ello, el juez de Concepción puede entregar atribuciones al juez
de Valparaíso para que tome la declaración del testigo, lo cual se hace a través un trámite
denominado exhorto.
v. Es improrrogab le. La prórroga es una institución procesal por medio de la cual las
partes pueden entregar el conocimiento de un asunto a un juez distinto del que determina
la ley según las reglas de la competencia territorial. La prórroga procede respecto de la
competencia y sólo respecto del factor territorio, pero no procede respecto de la
jurisdicción, es decir, las partes no pueden otorgar facultades jurisdiccionales a quien por
ley no puede ejercerlas; así, por ejemplo, las partes de común acuerdo no pueden
designar al gobernador de su provincia para que sustancie un juicio de divorcio, porque el
gobernador no tiene jurisdicción y ésta no puede prorrogarse.
El hecho de que las partes puedan designar un juez árbitro, no significa que se prorroga la
jurisdicción, puesto que los jueces árbitros son órganos jurisdiccionales, debido a que la
ley así lo dispone (art. 222 del COT). La diferencia entre ellos y los demás jueces, radica
solamente en el sistema especial de designación que tienen, y en la duración de sus
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funciones, que obviamente se limita al asunto sometido a su conocimiento y decisión .
Art. 222. Se llaman árbitros los jueces nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio,
para la resolución de un asunto litigioso.

En conclusión, sólo la competencia es prorrogable, puesto que la jurisdicción pertenece al


Estado y es la ley la que se encarga de distribuirla entre los distintos tribunales.

vi. La jurisdicción se ejerce o manifiesta mediante la realización de actos jurídicos


procesales. El ejercicio de la jurisdicción se manifiesta en un proceso, pues el proceso
es el medio que tienen los tribunales para ejercer la función jurisdiccional, el cual se
compone de las etapas de conocimiento, juzgamiento y ejecución de lo juzgado. Ahora
bien, son los actos procesales los que hacen posibles estas etapas así, por ejemplo, la
demanda, la contestación de la demanda, la rendición y la calificación de la prueba, son
actos procesales que conforman la etapa de conocimiento. Por tanto, el objeto de los
actos jurídicos procesales, es hacer posible en un proceso las etapas de conocer, juzgar, y
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hacer ejecutar lo juzgado, las cuales, a su vez, son aributos de la jurisdicción.

vii. El ejercicio de la jurisdicción está limitado por la competencia. Todos los tribunales,
sean ordinarios, especiales o arbitrales, tienen jurisdicción, pero no todos tienen la misma
competencia, esto es, la parte o medida de jurisdicción que la ley entrega a cada tribunal.
Lo que ocurre, es que el legislador entrega a determinados tribunales el conocimiento de

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Las confusiones sobre esta materia en Chile obedecían a un error de nomenclatura de nuestro legislador, ya que el
Título VII, párrafo VIII del COT, rezaba “De la prórroga de la jurisdicción”, tratando luego en sus disposiciones la
prórroga de la competencia. Sin embargo, esto fue modificado el año 1990, pasando a denominarse ahora “De la
prórroga de la competencia”; no obstante, igualmente quedan algunas normas de este título que hablan de la
prórroga de la jurisdicción.
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Por tal razón el autor DE MIGUEL define a la jurisdicción como la función pública que se desarrolla en el proceso a
través de actos procesales.
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ciertos asuntos y a otros tribunales asuntos distintos, de modo tal, que no todos puedan
conocer de las mismas materias (lo que sin dudas es bueno para la administración de
justicia).
De allí que entre jurisdicción y competencia haya, según algunos autores, una relación de
género a especie. Esta relación se manifiesta en el hecho de que todo tribunal tiene
jurisdicción, pero no todo tribunal tiene competencia para determinadas materias o
asuntos.

viii. Es unitaria. Esto significa que es una sola, y como tal, no admite clasificaciones, ni
divisiones. Las clasificaciones, que incorrecta y normalmente se hacen de ella,
corresponden más bien a clasifiaciones de su límite que es la competencia; y en este
sentido se habla de jurisdicción civil, penal, laboral, de familia, militar, etc. Por lo tanto,
como se dijo, es la competencia la que admite división y clasificación, no así la
jurisdicción que es una sola.
Ahora bien, es usual ver que se hable de jurisdicción contenciosa y voluntaria pero, en
estricto rigor, dicha clasificación no existe, se trata más bien de una distinción para fines
pedagógicos. Pues la “jurisdicción” voluntaria no es tal, se trata de funciones
administrativas entregadas a los órganos judiciales; es por ello que, para referirse a estas
funciones, es preferible hablar de asuntos judiciales no contenciosos y no de
“jurisdicción” voluntaria o no contenciosa.

ix. La jurisdicción produce cosa juz gada. Lo que se persigue con el ejercicio de la
jurisdicción, es que los tribunales resuelvan un conflicto jurídico a través de una
sentencia, la que, una vez firme y ejecutoriada, produzca cosa juzgada, es decir, una
verdad inamovible o inmodificable.
Los efectos de la cosa juzgada son característicos de ciertos actos jurisdiccionales: las
sentencias definitivas e interlocutorias cuando se encuentran firmes o ejecutoriadas. Que
se encuentre “firme o ejecutoriada”, quiere decir que no debe ser susceptible de
impugnación, ya sea porque no existen recursos en su contra, o porque los que existen ya
han sido deducidos y resueltos o no lo fueron interpuestos dentro del plazo legal
establecido para ello. Ahora bien, las sentencias definitivas e interlocutorias que se
encuentran ejecutoriadas producen acción y excepción de cosa juzgada: la acción se
otorga a aquel en cuyo favor se resolvió el juicio, con el objeto de que pueda exigir su
cumplimiento o ejecutar el fallo; y la excepción se otorga a quien haya obtenido en el
juicio y para todos aquellos a quienes aproveche el fallo, para evitar que se deduzca una
nueva demanda entre las mismas personas, con la misma cosa pedida y causa de pedir y,
por lo tanto, se vuelva a discutir lo resuelto.
En definitiva, una de las características de la jurisdicción, y sin cuyo efecto perdería su
eficacia, es la inamovilidad de sus resultados, lo que se logra con los efectos de la cosa
juzgada.
x. El ejercicio de la jurisdicción es eventual (o condicional), y el evento del cual depende,
es la trasgresión del ordenamiento jurídico; pues si la ley es cumplida por todos, no se
requeriría de la actividad jurisdiccional Por ello se dice que es complementaria de la
función legislativa, ya que posibilita que la ley se cumpla cuando se la desconoce; y es
sucedánea o secundaria de dicha función, puesto que sólo se ejerce en caso de trasgresión
o de incertidumbre del Derecho.

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DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

xi. Es territor ial, puesto que este poder-deber sólo se ejerce dentro del territotio de la
República. Sin embargo, esta característica tiene algunas excepciones, es decir, casos de
extraterritorialidad de la jurisdicción, las cuales se dan en el ámbito penal.

xii. La jurisdicción es esencialmente temp oral. Esta característica ya es parte de la


historia, a lo menos en lo que dice relación con su consagración normativa expresa. En
todo caso, con ella se quería resaltar que la función jurisdiccional no versa sobre materias
espirituales o morales, sólo se circunscribe a conflictos de intereses de relevancia
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jurídica.

4. ATRIBUTOS O MOMENTOS DE LA JURISDICCIÓN (CONTENIDO DE LA JURISDICCIÓN).


Los atributos o momentos jurisdiccionales, dicen relación con las diversas fases o etapas
que se contemplan para el desarrollo de dicha función, los que en definitiva corresponden a las
etapas que se deben contemplar dentro de un debido proceso, al ser éste el único medio a través
del cual la jurisdicción puede válidamente ejercerse. En concreto, los atributos de la jurisdicción
son las manifestaciones de la jurisdicción dentro de un proceso, expresadas en etapas, cuales son:
el conocimiento, el juzgamiento y la ejecución de lo juzgado (arts. 76 de la CPR y el art. 1º del
COT).

a. EL CONOCIMIENTO (NOTIO COGNITIO).


En la fase de conocimiento o cognición, el juez oye a las partes y recibe sus pruebas, es
decir, toma conocimiento de los elementos fácticos que componen el conflicto sometido a su
decisión y de los fundamentos de derecho en lo que las partes apoyan sus pretensiones y
contestaciones. En esta fase se pueden apreciar dos sub-etapas:
i. En primer lugar, una etapa de d iscusión, en donde el juez debe conocer los
antecedentes del proceso, esto es, cuál es la pretensión del actor (sujeto activo) y cuál es
la defensa o resistencia del demandado (sujeto pasivo). De esta forma, por ejemplo, en el
juicio ordinario de mayor cuantía el actor deduce su pretensión (demanda), el demandado
la contesta (contestación); luego el actor responde a la contestación del demandado
(réplica), y finalmente el demandado contesta a la réplica del actor (dúplica). En el
proceso penal, esta etapa está compuesta por la acusación del Fiscal y la acusación
particular del querellante si lo hubiere, y la contestación a la acusación.
ii. En segundo lugar, hay una etapa probator ia, que consiste en recibir y analizar la
prueba de los hechos controvertidos por las partes; pues éstas deben comprobar ante el
juez que los hechos alegados en su favor son reales, lo que se hace a través de los medios
de prueba. En esta fase son los hechos los que deben demostrarse, ya que el Derecho,
conforme a nuestro sistema, se presume conocido por todos y, por lo tanto, no admite
12
Es parte del pasado porque el legislador entendió que ya no era necesario que tal característica se manifestará
expresamente en la ley, pues con la dictación de la ley 19.655 del año 2000, se eliminó del art. 5º del COT la frase
“en el orden temporal”. Por lo mismo, el concepto de jurisdicción se modificó doctrinariamente en esa frase, lo que
no significa que la exigencia se haya eliminado; lo único que ocurre es que no se considera necesaria su
consagración expresa a nivel normativo.
10
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

prueba (salvo que deba probarse el Derecho extranjero y, según algunos, también cuando
13
debe comprobarse la costumbre).
De numerosas disposiciones constitucionales y legales se puede concluir que en todo
proceso chileno existe un período previo a la decisión, que es el del conocimiento, y que
comprende dos etapas claras: la de discusión y la de prueba. Estas disposiciones son:
i. El art. 76 inc. I de la CPR, y el art. 1º del COT que expresan que la facultad de “conocer”
de las causas civiles y criminales…
ii. El art. 108 del COT que, definiendo a la competencia, agrega en términos amplios que es
la facultad que tiene cada juez o tribunal para “conocer” de los negocios que la ley ha
colocado dentro de la esfera de sus atribuciones.
iii. Los arts. 110, 111 y 112 del COT, a propósito de las reglas generales de la competencia,
también se refieren al conocimiento.
Art. 110. Una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un juez inferior para “conocer” en primera
instancia de un determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe “conocer” del
mismo asunto en segunda instancia.
Art. 111. El tribunal que es competente para “conocer” de un asunto lo es igualmente para “conocer” de
todas las incidencias que en él se promuevan.
Lo es también para “conocer” de las cuestiones que se susciten por vía de reconvención o de compensación,
aunque el “conocimiento” de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de corresponder a un juez
inferior si se entablaran por separado.
Art. 112. Siempre que según la ley fueren competentes para “conocer” de un mismo asunto dos o más
tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del “conocimiento” bajo el pretexto de haber otros tribunales
que puedan “conocer” del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el “conocimiento” excluye a los
demás, los cuales cesan desde entonces de ser competentes.

De todo lo anterior se deduce que ningún juez en Chile puede resolver sin conocer lo que
va a juzgar, de allí la necesidad reconocida expresamente por el art. 76 de la CPR y 1º del COT, y
reglamentada por los distintos procedimientos, de que todo proceso se inicie por la etapa del
conocimiento que, en el vocablo tradicional, comprende la iniciación, la discusión, la prueba y la
discusión de la prueba.
En esta etapa corresponde a las partes y al tribunal la realización de actos y hechos
procesales; y para ello existen bases fundamentales en esta materia, como por ejemplo: nadie
puede ser condenado sin ser oído, la bilateralidad de la audiencia, las sentencias se pronunciarán
conforme al mérito del proceso, etc. Todo esto corresponde al llamado debido proceso
contemplado en la CPR en el art. 19 Nº 3.
Por último, hay que señalar que en esta etapa juegan un rol fundamental dos principios
formativos del procedimiento, cuales son:
i. Principio de legalidad del procedimiento. Se refiere a que los jueces deben
ajustarse a las reglas procedimentales establecidas por la ley, de manera que su

13
La tarea del conocimiento no es fácil para el juez, puesto que las innumerables y variadísimas configuraciones que
pueden asumir las relaciones humanas, hacen dificultoso establecer cuál es la norma que se ajusta al caso. Pues, aún
cuando las disposiciones legales sean numerosas y precisas, no es posible que para cada caso que se presente en la
realidad, se encuentre una norma especial que se adapte exactamente a tales circunstancias.
11
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

inobservancia puede acarrear la nulidad de lo obrado o de la sentencia. Sin embargo, esta


regla admite excepciones tratándose de los árbitros arbitradores, pues en este caso las
partes pueden señalar el procedimiento, respetando, eso sí, normas mínimas del
procedimiento (art. 636 del CPC).
Art. 636. El arbitrador no está obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las
que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso.
Si las partes nada han dicho a este respecto, se observarán las reglas establecidas en los artículos que
siguen.

Las normas que configuran las nulidades procesales por ilegalidad del procedimiento,
son, fundamentalmente, el art. 84 del CPC, que trata el incidente de nulidad, y el art. 768
Nº 9 del CPC, que se refiere a las causales de casación. La petición de nulidad puede
hacerla la parte afectada o el juez de oficio.
Art. 84. Todo incidente que no tenga conexión alguna con el asunto que es materia del juicio podrá ser
rechazado de plano.
Si el incidente nace de un hecho anterior al juicio o coexistente con su principio, como defecto legal en el
modo de proponer la demanda, deberá promoverlo la parte antes de hacer cualquiera gestión principal en el
pleito.
Si lo promueve después, será rechazado de oficio por el tribunal, salvo que se trate de un vicio que anule el
proceso, en cuyo caso se estará a lo que establece el art. 83, o que se trate de una circunstancia esencial para
la ritualidad o la marcha del juicio, evento en el cual el tribunal ordenará que se practiquen las diligencias
necesarias para que el proceso siga su curso legal.
El juez podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso.
Podrá asimismo tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de procedimiento. No podrá,
sin embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado éstas fuera del plazo fatal
indicado por la ley.
Art. 768 El recurso de casación en la forma ha de fundarse precisamente en alguna de las causas siguientes:
9. En haberse faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley o a cualquier otro
requisito por cuyo defecto las leyes prevengan expresamente que hay nulidad.

ii. Principio dispos itivo. Este principio obedece al sistema de pasividad del tribunal, y
en virtud de él los jueces sólo actuarán a petición de parte, es decir, son éstas las que
deben exponer y probar los hechos en que se fundan sus pretensiones; los jueces no
pueden actuar de propia iniciativa (oficio), con las salvedades legales (por ejemplo,
nulidad de oficio). Esto se diferencia del sistema inquisitivo, donde el juez es quien sale a
14
buscar la prueba y se encarga de acreditarla (antiguo sistema procesal penal) .
Es precisamente en este momento de la jurisdicción donde se da el principio de la
pasividad, ya que en la etapa de decisión o juzgamiento ocurre todo lo contrario, puesto
que es el tribunal quien deberá actuar.

b. EL JUZGAMIENTO (JUDICIUM).
El juzgamiento corresponde a la decisión, a la sentencia, al fallo propiamente tal, y es la
etapa más importante del proceso, pues a través de ella el juez resuelve el litigio, determinando si

14
Hoy rige un sistema acusatorio, en donde no son los tribunales los que desarrollan la labor de investigación, sino
que la asume un ente distinto a la magistratura, que es el Ministerio Penal Público. No obstante, aquí existen
mecanismos para que la víctima pueda instar una investigación, si el Ministerio Público no lo hace.
12
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

los hechos descritos y probados por las partes, coinciden o no con el supuesto general y abstracto
de alguna norma del ordenamiento jurídico. Como se puede apreciar, el juez, aquí, tiene un rol
activo (sea en un sistema inquisitivo o dispositivo), pues debe estudiar y analizar del material de
hecho y de derecho necesario para adoptar una decisión, análisis que se manifiesta o exterioriza
en el acto o declaración de voluntad que es la sentencia.
Por lo tanto, el juzgamiento es aquella etapa del proceso en donde el tribunal declara el
Derecho aplicable al caso concreto (o lo crea conforme a la equidad), por medio de un acto
procesal denominado sentencia. Esto es lo que caracteriza a la jurisdicción, pues la decisión, el
resolver las causas, es el momento propio y esencial de toda actividad jurisdiccional.
En cuanto a las formas de fallar, la ley procesal contempla en esta etapa diversas
posibilidades; en efecto, hay casos en que los jueces deben ajustarse a Derecho en su fallo, como
ocurre en la generalidad de los casos en Chile, y en otros deben fallar de acuerdo a las normas de
la equidad y de la sana crítica, como ocurre, por ejemplo, con los árbitros arbitradores, con el
Senado conociendo del juicio político, o con la actividad de los jueces ordinarios cuando no haya
ley que resuelva el conflicto. Con todo, la sentencia se debe dictar de acuerdo al mérito del
proceso, es decir, a los hechos probados por las partes (art. 160 del CPC).
Art. 160. Las sentencias se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y no podrán extenderse a puntos que no
hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden o permitan a los
tribunales proceder de oficio.

Entonces, puede distinguirse la llamada jurisdicción legal o de derecho, de la jurisdicción


de equidad, siendo ambas, en todo caso, manifestaciones del momento resolutivo de la
jurisdicción.
i. Jurisdicció n de derecho. En el sistema de jurisdicción legal, el juez debe fallar de
acuerdo a la legislación vigente, según se extrae del art. 170 del CPC (éste último artículo
está complementado con el autoacordado de la CS del año 1920). Aquí el juez no puede
discutir la bondad o desacierto de la ley, sino que debe limitarse a aplicarla para cumplir,
así, con el objetivo que ha tenido en vista el legislador al establecerla. El sistema chileno
15
es de jurisdicción legal, salvo ciertas hipótesis, que a continuación serán comentadas.
Art. 170. Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que modifiquen o
revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán:
5. La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con arreglo a los cuales se
pronuncia el fallo.
16
ii. Jurisdicción de equidad . Cuando el juez falla en un sistema de jurisdicción de
equidad, extrae de su conciencia y experiencia de la vida, lo que debe resolver;
consecuentemente, el ámbito de la labor intelectiva del juez es mayor. Es el caso típico de
15
La tendencia actual de nuestras leyes de otorgarles a los jueces la facultad de apreciar las pruebas en conciencia, si
bien no los obliga a la ley en la etapa probatoria, no los excluye de su obligación de fallar conforme a Derecho. Por
lo tanto, estas leyes no son una excepción a la aplicación del sistema de jurisdicción legal.
16
La equidad (del latín aequitas-atis: proporción, igualdad) es el sentimiento seguro y espontáneo de lo justo y lo
injusto que deriva de la sola naturaleza humana, con prescindencia del Derecho positivo. La equidad referida a un
caso determinado, se define brevemente como "la justicia del caso concreto", pues busca para éste la justicia
adecuada. Nuestro ordenamiento jurídico no permite usar la equidad para corregir la injusticia que en un caso dado
puede resultar de la norma general y abstracta (no permite corregir las leyes); no obstante, el legislador recurre a ella
como último elemento para interpretar la ley (art. 24 del CC), y también suple la ley como norma jurídica, cuando la
misma ley se remite a ella.
13
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

los sistemas de jurados, en que personas no expertas en la aplicación de la ley, fallan un


proceso. Los casos más importantes de jurisdicción de equidad en nuestra legislación son:
- Árbitros arbitradores. Según el art. 223 inc. III del COT, el arbitrador falla obedeciendo
a lo que su prudencia y equidad le dictaren; esta disposición se debe concordar con el
art. 640 N° 4 del CPC, que señala que la sentencia del arbitrador contendrá: las
razones de prudencia y equidad que le sirvan de fundamento. Como es lógico, la
impugnación de la sentencia por agravios o vicios, está en concordancia con la
jurisdicción de equidad de estos jueces, por lo tanto, el recurso de casación en el
fondo es improcedente, y el recurso de apelación sólo procede cuando las partes se
han reservado dicho recurso y han establecido un tribunal de segunda instancia que,
necesariamente, debe estar compuesto por arbitradores (art. 642 del CPC).
Art. 223 inc. III. El arbitrador fallará obedeciendo a lo que su prudencia y la equidad le dictaren, y no
estará obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que las partes hayan
expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada hubieren expresado, a las que se
establecen para este caso en el CPC.
Art. 642. Sólo habrá lugar a la apelación de la sentencia del arbitrador cuando las partes, en el
instrumento en que constituyen el compromiso, expresen que se reservan dicho recurso para ante otros
árbitros del mismo carácter y designen las personas que han de desempeñar este cargo.

- Los tribunales ordinarios deben aplicar la equidad cuando no haya una ley que
resuelva el conflicto. El proceso, como medio pacífico de solución de conflictos,
requiere siempre de un tribunal que pueda resolver en cualquier momento una
contienda. Es así, entonces, como nuestra legislación señala que los tribunales, por
regla general, tienen una jurisdicción de Derecho, pero supletoriamente pueden
ejercer su jurisdicción de equidad. Confirma lo expuesto el art. 170 N° 5 del CPC, que
dice que la sentencia definitiva deberá contener la enunciación de las leyes
(jurisdicción de Derecho) y en su defecto de los principios de equidad (jurisdicción de
17
equidad) con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo.
Esto dice relación con el principio de la inexcusabilidad contenido en los arts. 76 inc.
II de la CPR y 10 inc. II del COT, los cuales disponen que reclamada su intervención
en forma legal y en negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer su
autoridad ni aún por falta de ley que resuelva la contienda sometida a su decisión.
- Según el art. 53 Nº 1 inc. II de la CPR, a propósito del juicio constitucional, el Senado
resolverá como jurado y se limitará a declarar si el acusado es o no culpable del
delito, infracción o abuso de poder que se le imputa. Esta atribución significa que el
Senado, como tribunal especial, falla en uso de su jurisdicción de equidad, siendo ésta
la interpretación de la expresión “jurado” que emplea nuestra Carta Fundamental.
También hay que tener presente el art. 12 de la CPR, que consagra la acción
constitucional para reclamar la ilegalidad de la nacionalidad.

17
El carácter supletorio de las normas de equidad, se ha visto confirmado por la jurisprudencia de la CS que se
resume en la siguiente: no es aceptable aducir razones de equidad en los casos en que se formulan peticiones
fundadas en la ley, más aún cuando existe una norma legal para fallar el juicio. Hay que recordar que, en materia
penal, no hay jurisdicción de equidad, ya que no hay delito sin ley.
14
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Art. 12. La persona afectada por un acto o resolución de la autoridad administrativa que la prive de su
nacionalidad chilena o se la desconozca, podrá recurrir, por sí o por cualquiera a su nombre, dentro del
plazo de treinta días, ante la Corte Suprema, la que conocerá como jurado y en tribunal pleno. La
interposición del recurso suspenderá los efectos del acto o resolución recurridos.

Por último, producto del proceso surge una decisión dotada de un carácter definitivo
particular. Este carácter definitivo es explicado por la Teoría de la Cosa Juzgada, carácter que
asumen determinadas resoluciones judiciales denominadas firmes o ejecutoriadas, las cuales
tienen lugar: cuando contra ellas no procede recurso alguno, o bien, procede y ha sido rechazado,
o bien, procede pero han transcurrido los plazos sin que se hayan interpuestos. Adicionalmente,
el ordenamiento jurídico prohíbe que se vuelva a discutir un tema que ya ha sido agotado ante los
tribunales (excepción de cosa juzgada) y permite pedir a los tribunales el cumplimiento de una
resolución que se encuentra firme (acción de cosa juzgada).

c. LA EJECUCIÓN O IMPERIO (EXECUTIO O IMPERIUM).


Esta etapa corresponde al cumplimiento de la sentencia, o como dice el art. 76 de la CPR y
art. 1º del COT, “a la ejecución de lo juzgado”. Para ello los tribunales disponen de imperio, es
decir, la posibilidad de ejecutar, por medios legales y coercitivos, las sentencias condenatorias
18
que se dicten. De faltar este momento de la jurisdicción, debiera concluirse que ella no
19
cumpliría con su función esencial de mantener la vigencia de la ley y el orden público.
A la facultad que tienen los tribunales de usar la fuerza para ejecutar lo juzgado, se la
llama coerción, la cual se encuentra reconocida en los arts. 11 del COT y 76 inc. III y IV de la
CPR, al consagrar la posibilidad de recurrir al auxilio de la fuerza pública para obtener ese
cumplimiento, mediante instrucciones que se imparten a Carabineros de Chile, quienes están
20
obligados a cumplirlas, sin poder calificar su legalidad y oportunidad.
Art. 11. Para hacer ejecutar sus sentencias y para practicar o hacer practicar las actuaciones que decreten, podrán los
tribunales requerir de las demás autoridades el auxilio de la fuerza pública que de ellas dependiere, o los otros
medios de acción conducentes de que dispusieren.
La autoridad legalmente requerida debe prestar el auxilio, sin que le corresponda calificar el fundamento con que se
le pide ni la justicia o legalidad de la sentencia o decreto que se trata de ejecutar.
Art. 76, inc. III Para hacer ejecutar sus resoluciones, y practicar o hacer practicar los actos de instrucción que
determine la ley (por ejemplo, aquél que compele a un testigo a concurrir a declarar a un tribunal), los tribunales
ordinarios de justicia y los especiales que integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes directas a la fuerza

18
La forma ejecución de la sentencia depende de la clase de proceso y de la norma transgredida; así, en materia civil
la ejecución se puede configurar a través del procedimiento incidental de cumplimiento de sentencia, llamado por
algunos “ejecución incidental” (arts. 231y siguientes del CPC); o por el procedimiento ejecutivo por obligación de
dar, hacer o no hacer, denominado “procedimiento ejecutivo ordinario” (arts. 434 y siguientes del CPC). También
existen casos especiales de ejecución, como el exequátur (ejecución de sentencias extranjeras), el lanzamiento en
juicios de arrendamiento, el DS en los juicios de hacienda, etc.
19
La CS ha dicho que la ejecución de la sentencia equivale a la conversión de ésta en actos concretos; el Derecho se
transforma en realidad mediante el mandato contenido en la sentencia, y este mandato no puede dejar de llevarse a
cabo porque de otro modo sería ilusorio y únicamente teórico.
20
El profesor ALFARO menciona como otros atributos de la jurisdicción, aparte del conocimiento, el juzgamiento y
la ejecución, a la vocatio, que es la facultad de convocar a las partes a los actos del proceso; y la coertio, la cual está
vinculada con la ejecución, en el sentido que implica la facultad de emplear la fuerza en las cosas o personas para el
cumplimiento de las medidas ordenadas en el proceso, para su debido desarrollo.
15
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

pública o ejercer los medios de acción conducentes de que dispusieren. Los demás tribunales lo harán en la forma
que la ley determine.
La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite el mandato judicial y no podrá calificar su fundamento u
oportunidad, ni la justicia o legalidad de la resolución que se trata de ejecutar.

Esta una fase esencial en la actividad jurisdiccional, ya que permite la verdadera eficacia
del ordenamiento jurídico. Pese a lo anterior, existen resoluciones judiciales que no son
susceptibles de ejecución, como por ejemplo, las sentencias meramente declarativas (como la
que tiene por objeto establecer la falsedad o autenticidad de un instrumento) o constitutivas
(como la que declara la nulidad del matrimonio), las cuales se bastan a sí mismas, por tanto, la
jurisdicción se agota en la etapa de juzgamiento (con la dictación de la sentencia). Por otro lado,
hay sentencias que se ejecutan en sede administrativa, como es el caso de las sentencias
condenatorias criminales, cuyo cumplimiento está a cargo de órganos administrativos (servicio
de gendarmería), o las sentencias que condenan al Fisco (juicio de hacienda), en donde la
sentencia se cumple mediante la dictación del decreto de pago expedido por el respectivo
Ministerio, y quien paga finalmente, es la Tesorería.
Como es obvio, esta fase jurisdiccional deja de existir si el obligado por el fallo se allana
a cumplirlo voluntariamente o se produce alguna forma de composición respecto de la ejecución
(no del conflicto, ya que se encuentra resuelto). Pero si el obligado continúa en su actitud pasiva,
el conflicto permanece y se necesitará convertir la sentencia en actos, llevarla a la realidad. Por
lo anterior, se señala que la ejecución es un momento contingente o eventual.

5. LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL DEL ESTADO.


Al analizar las características de la jurisdicción, se dijo que ésta era una función pública,
es decir, una función del Estado que se ejerce, fundamentalmente, por los tribunales que forman
21
parte del Poder Judicial. La organización y atribuciones de estos tribunales es materia de ley
22
orgánica (art. 77 de la CPR), y dicha ley es, precisamente, el COT.
Art. 77. Una LOC determinará la organización y atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la pronta y
cumplida administración de justicia en todo el territorio de la República. La misma ley señalará las calidades que
respectivamente deban tener los jueces y el número de años que deban haber ejercido la profesión de abogado las
personas que fueren nombradas ministros de Corte o jueces letrados.
La LOC relativa a la organización y atribuciones de los tribunales, sólo podrá ser modificada oyendo previamente a
la CS de conformidad a lo establecido en la LOC respectiva.

21
En una primera aproximación, se puede decir que entre el concepto de función jurisdiccional y Poder Judicial (o
función judicial) existe una cierta sinonimia; pero hay que recordar que no toda la función propia del Poder Judicial
es función jurisdiccional, no lo es, por ejemplo, la llamada “jurisdicción” voluntaria; y tampoco toda función
jurisdiccional corresponde al Poder Judicial, puesto que existen funciones jurisdiccionales a cargo de otros órganos
que no forman parte del Poder Judicial.
22
El profesor A LDUNATE señala que en la CPR se encuentran referencias a distintos ámbitos jurisdiccionales: en
primer lugar, la jurisdicción referida al ámbito tradicional del Poder Judicial (Capítulo VI), la cual puede
denominarse jurisdicción común, con la prevención de que este sentido diverge del uso procesal del término
“jurisdicción común”, que tiende más bien a referirse a las facultades de un tribunal con competencia en el ámbito
criminal y civil (tribunal con jurisdicción común). En segundo lugar, hay un ámbito jurisdiccional específico
entregado a la Justicia Electoral (Capítulo IX). En tercer lugar, hay una jurisdicción específica en el ámbito de la
Administración del Estado, concretamente, en la CGR como Tribunal de Cuentas (Capitulo X). En cuarto lugar,
existe un ámbito jurisdiccional cuya particularidad está dada porque el juzgador debe resolver exclusivamente sobre
la base de la Constitución; ésta es la denominada jurisdicción constitucional del TC (Capítulo VIII). Por último,
también hay referencias a la jurisdicción en el Capítulo XI referido a las fuerzas armadas (Jurisdicción Militar).
16
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

La CS deberá pronunciarse dentro del plazo de treinta días contados desde la recepción del oficio en que se solicita la
opinión pertinente. Sin embargo, si el Presidente de la República hubiere hecho presente una urgencia al proyecto
consultado, se comunicará esta circunstancia a la Corte. En dicho caso, la Corte deberá evacuar la consulta dentro
del plazo que implique la urgencia respectiva.
Si la Corte Suprema no emitiere opinión dentro de los plazos aludidos, se tendrá por evacuado el trámite.
La LOC relativa a la organización y atribuciones de los tribunales, así como las leyes procesales que regulen un
sistema de enjuiciamiento, podrán fijar fechas diferentes para su entrada en vigencia en las diversas regiones del
territorio nacional. Sin perjuicio de lo anterior, el plazo para la entrada en vigor de dichas leyes en todo el país no
podrá ser superior a cuatros años.

El objeto de la función jurisdiccional, es solucionar conflictos jurídicos mediante la


aplicación del Derecho (o de la equidad) al caso concreto; y su finalidad, es tutelar los
derechos que el ordenamiento jurídico establece, y mantener la paz social y el orden público.
Pues, en un Estado de Derecho los conflictos deben ser solucionados por el Estado de acuerdo al
orden jurídico que la propia sociedad se ha dado, lo cual es un medio para obtener la
consecución de la paz social, esto es, la armónica convivencia entre los justiciables, valor
jurídico íntimamente asociado con la justicia y el orden.
Ahora bien, para cumplir con su objeto y alcanzar su finalidad, a la función jurisdiccional
se la ha dotado de diversas facultades o atribuciones, a saber:
i. El ya mencionada poder-deber de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y
hacer ejecutar lo juzgado, o sea, el ejercicio de la jurisdicción contenciosa (art. 1º del
COT).

Art. 1. La facultad de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado
pertenece exclusivamente a los tribunales que establece la ley.

ii. La facultad de intervenir en todos aquellos asuntos no contenciosos en que una ley
expresa requiera su intervención, es decir, el ejercicio de la “jurisdicción” voluntaria (art.
2º del COT).
Art. 2. También corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos actos no contenciosos en que una
ley expresa requiera su intervención.

iii. Las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada tribunal


corresponda según la ley, es decir, el ejercicio de las jurisdicciones conservadora,
disciplinaria y económica (art. 3º del COT).
Art. 3. Los tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada
uno de ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código.

iv. Y la facultad de conocer aquellas casusas que las leyes especiales han entregado al
conocimiento y resolución de los tribunales ordinarios de justicia, es decir, el ejercicio de
la jurisdicción especial.

6. LA RELACIÓN DE LA JURISDICCIÓN CON OTRAS FUNCIONES DEL ESTADO.


De acuerdo al art. 1º inc. III de la CPR, el Estado tiene por finalidad promover el bien
común, para lo cual cuenta con diversas funciones, las que se entregan a distintos órganos para
su desempeño, por razones de orden y eficacia, y para limitar el exceso de poder (principio de

17
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

separación de poderes). En concreto, las funciones del Estado se separan en los siguientes
poderes:
i. Poder Ejecutivo, al cual le corresponde el gobierno y administración del Estado. En
términos generales, la función de gobierno dice relación con la dirección suprema del
Estado, y la administración corresponde a las actuaciones necesarias para ejecutar las
políticas, planes y programas elaborados por el gobierno, función que llevan a cabo,
fundamentalmente, los servicios públicos.
ii. Poder Ejecutivo, al cual le corresponde crear las leyes que rigen al Estado.
iii. Poder Judicial, al cual le corresponde aplicar las leyes a los casos concretos, para
resolver conflictos jurídicos.
A pesar de que la doctrina de separación de poderes del Estado se empeña en demostrar
que cada poder público tiene un campo perfectamente deslindado de atribuciones, en la práctica,
frente al Derecho positivo, ello no acontece así, pues hay continuas y variadas interferencias
entre dichos poderes. Así, el Legislativo y el Ejecutivo, en ciertas y determinadas ocasiones,
desempeñan funciones jurisdiccionales; el ejecutivo, a su vez, interviene en la confección de
normas, ejerciendo funciones legislativas; y la función jurisdiccional, en ocasiones, ejerce una
función administrativa (“jurisdicción voluntaria”). En consecuencia, hoy día, antes de separación
o independencia de los poderes públicos, se prefiere hablar de preponderancia de funciones.

a. LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL Y LA FUNCIÓN LEGISLATIVA.


Las principales diferencias entre ambas especies de funciones estatales, son las
siguientes:
i. En cuanto al órgano que ejerce la función, la función legislativa es ejercida por el
Congreso a través de sus dos Cámaras, en cambio la función jurisdiccional, es ejercida
por los tribuanles de justicia, fundamentallmente, por quellos que forman parte del Poder
Judicial.
ii. La función legislativa tiene por objeto producir normas jurídicas de carácter general y
abstracta, en cambio la función jurisdiccional se dedica satisfacer pretensiones aplicando
una norma concreta a un caso particular. La función legislativa regula anticipadamente la
convivencia social para prevenir conflictos y señalar la forma de resolverlos, en cambio
la función jurisdiccional, tiene por objeto resolver los conflictos que derivan de la
convivencia social.
iii. En cuanto a la obligatoriedad, el producto de la función legislativa es de tipo general (la
ley es obligatoria para todos), en cambio, el producto de la función jurisdiccional (la
sentencia) sólo obliga a quien ha sido parte en el conflicto (art. 3º del CC). Se dice que la
función legislativa declara, crea e interpreta el Derecho de manera general, mientras que
la función jurisdiccional lo declarara, crea e interpreta sólo de manera concreta.
Art. 3. Sólo toca al legislador explicar o interpretar la ley de un modo generalmente obligatorio.
Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se
pronunciaren.

18
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

iv. La función legislativa sirve a los intereses generales de la sociedad o de un grupo


determinado dentro de la comunidad, en cambio, la función jurisdiccional sirve a los
intereses de los particulares, esto es, de las partes en conflicto y terceros interesados (sólo
excepcionalmente a terceros no interesados). Sin embargo, hay que tener en cuenta la
particularidad de los conflictos penales, en donde se considera no sólo el interés de las
víctimas, sino que el de toda la sociedad, y quien representa este interés social, es el
Ministerio Público.
v. Desde el punto de vista de la iniciativa, la función legislativa se desarrolla de manera
espontánea y de oficio, en cambio, la función jurisdiccional se desarrolla, por regla
general, a petición de parte. El art. 10 inc. I del COT dispone, al respecto, que los
tribunales no podrán ejercer su ministerio sino a petición de parte, salvo los casos en
que la ley los faculte para proceder de oficio.
vi. En cuanto al producto de cada función, la función legislativa tiene por producto a la ley
con todas sus variantes, en cambio, la función jurisdiccional tiene por producto a las
resoluciones judiciales, que si bien no constituyen fuentes directas del Derecho, pueden
servir de referente.
vii. El producto de la función legislativa es mutable, pues la ley puede ser objeto de
modificación, revocación y derogación; en cambio, las resoluciones judiciales, no todas,
sino las que tienen el carácter de firme o ejecutoriadas, son inamovibles e inmutables,
porque gozan del efecto de cosa juzgada.

Pese a tales diferencias, la actividad legislativa y jurisdiccional mantienen importantes


relaciones, pues la legislación produce normas referentes al ejercicio de la función
jurisdiccional, como por ejemplo, el COT; y por otro lado, la jurisdicción puede examinar la
regularidad material o formal de la leyes, para determinar su constitucionalidad (función
jurisdiccional que lleva a cabo el TC).

b. LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL Y LA FUNCIÓN EJECUTIVA.


Las principales diferencias entre ambas especies de funciones estatales, son las
siguientes:
i. En cuanto al órgano que ejerce la función, la función de gobierno y administración es
ejercida por el Poder Ejecutivo a través del Presidente de la República, quien es el jefe de
Estado; en cambio la función jurisdiccional, por los Tribuanles de Justicia.

ii. En relación a los intereses, la función jurisdiccional sólo sirve a los intereses de las partes
en conflictos, en cambio, la función administrativa sirve intereses de carácter general.
Pues la función administrativa no gira en torno al problema de la satisfacción de una
pretensión de carácter procesal, sino que en la satisfacción de necesidades colectivas.

iii. En lo relativo a la iniciativa, la función administrativa se desarrolla de manera continua e


incesante, o sea, toma la iniciativa siempre que las necesidades sociales así lo exijan; en

19
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

cambio la función jurisdiccional, por regla general, sólo actúa cuando ha sido requerida
por las partes (principio de pasividad).

iv. En cuanto al producto de cada función, la función administrativa tiene por producto a un
acto administrativo, que podrá adoptar la forma de DS o resolución; en cambio, la función
jurisdiccional tiene por producto a las resoluciones judiciales, que si bien no constituyen
fuentes directas del Derecho, pueden servir de referente.

v. Las resoluciones del Ejecutivo se revocan o modifican según lo exijan las necesidades
sociales; en cambio, las resoluciones judiciales, una vez dictadas, y agotado los recursos
que pueden deducirse en su contra, adquieren el carácter de firmes y ejecutoriadas, o sea,
producen cosa juzgada.

No obstante las diferencias, la Administración y la jurisdicción se entrecruzan, puesto


que la primera proporciona los medios necesarios para el ejercicio de la función jurisdiccional; y
por otro lado, la función jurisdiccional controla a veces la actividad administrativa, por ejemplo,
a través del recurso de protección basado en un acto de la Administración del Estado, o mediante
las acciones contenciosas administrativas (acción de nulidad de Derecho público y de
responsabilidad patrimonial del Estado).

7. LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL COMO CONTRALORA DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA NORMA


JURÍDICA.

Esta función de control, que ejerce la función jurisdiccional, se enmarca dentro de la


denominada jurisdicción conservadora, esto es, la facultad que tienen los tribunales de justicia de
velar porque todos los poderes públicos actúen dentro de la órbita de sus atribuciones, y en
especial, de velar que las garantías individuales consagradas en la CPR sean respetadas. Esta
materia se relaciona con el tema del recíproco control que debe existir entre los distintos poderes
del Estado.
El control de constitucionalidad es un procedimiento que confronta normas jurídicas, o
actos de autoridad dictados por órganos estatales, con la CPR, a objeto de verificar su
conformidad a ella, tanto en la forma (procedimiento de formación de la norma) como en lo
sustantivo (contenido de la norma). Debido a lo anterior, se discute el carácter jurisdiccional del
control de constitucionalidad, ya que éste no se refiere a conflictos, sino que a la conformidad de
una norma con la CPR, sin embargo, se rebate diciendo que hay un conflicto entre una norma y el
ordenamiento jurídico; pues la potestad jurisdiccional no sólo se limita a la resolución de
conflictos sociales relevantes para el Derecho, sino que también, asume una función de control
sobre la legislación y la Administración, resolviendo los posibles conflictos que pueden
suscitarse entre el producto de estos órganos (normas jurídicas) y la CPR.
Actualmente, dicho control lo ejerce el TC, y el principal método o herramienta que
utiliza para ello, es el recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, función que antes de la
reforma constitucional del año 2005, correspondía a la CS. Es por ello que hoy, gran parte de la
doctrina, señala que el control constitucionalidad es de carácter concentrado, es decir, es llevado
a cabo por un sólo órgano; no obstante, algunos autores señalan que en virtud del principio de
eficacia directa de la CPR (art. 6º inc. II de la CPR), cada órgano jurisdiccional debe resolver en
conformidad a la CPR, pues el carácter obligatorio e inmediato de la CPR respecto de los

20
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

integrantes de los órganos del Estado, abre la posibilidad a que cualquier juez pueda considerar
la CPR en cualquier instancia o recurso que tenga que resolver.
Por último, hay que señalar que otras instituciones procesales que también tienden a dar
23
aplicación práctica a la jurisdicción conservadora, son la acción de protección y de amparo .

8. FINES INMEDIATOS DE LA JURISDICCIÓN.


Doctrinalmente se distingue entre fines mediatos e inmediatos de la jurisdicción. Los
primeros dicen relación con la mantención de la paz social y el orden público; y los fines
inmediatos, son los que persiguen las partes al acudir al órgano jurisdiccional, por ende, van a
depender de la pretensión procesal que se manifieste.
Ahora bien, los fines inmediatos de la jurisdicción se relacionan con la idea de garantía
jurisdiccional, la cual busca conseguir, prescindiendo de la voluntad del obligado, el mismo
resultado práctico al que se habría llegado sí la norma jurídica hubiera sido observada
voluntariamente. Es por ello que a este tema también se le conoce con el nombre de tipos de
garantía jurisdiccional.

a. FIN DECLARATIVO O DE COGNICIÓN.


La base de esta garantía jurisdiccional es la incertidumbre, la falta de certeza respecto a
la existencia de un derecho. Para salvar esta situación, hay que recurrir a un proceso declarativo,
para que así el juez declare una determinada situación o derecho. Las partes aquí pueden
pretender tres cosas, y por tanto, tres finalidades distintas, a saber:
i. Fin meramente declarativo o de certeza. Consiste en establecer cuál es el precepto
aplicable a una determinada situación jurídica, pero no para resolver un conflicto, ya que
no supone necesariamente la existencia de una transgresión jurídica, sino para despejar
dudas acerca del mandato concreto de la norma jurídica, ya sea porque el mandato no es
claro o porque es difícil encasillarlo en los supuestos fácticos que prescribe el caso
concreto.
La pretensión del actor se ve satisfecha con la sola declaración que realiza el juez; así, por
ejemplo, si se solicita al juez que determine si un documento es o no auténtico, la
pretensión se verá satisfecha cuando el juez declare que es original (estos casos no se
presentan con mucha frecuencia). Aquí existe una intervención preventiva del órgano
jurisdiccional para evitar que la falta de certeza de la norma aumente el peligro de su
transgresión, es decir, se busca evitar la potencial inobservancia del derecho.
ii. Fin constitutivo. Es aquel que tiene por objeto la creación, modificación y supresión
de estados o situaciones jurídicas; por ejemplo, todos los procesos relacionados con el
estado civil de las personas, un juicio de paternidad o un juicio de nulidad de matrimonio
23
En este ámbito la acción de amparo y de protección son de gran importancia, porque a través de ellos se han
declarado en muchos casos (por parte del tribunal) ilegales actos administrativos. Por otro lado, ello deriva en que se
sostenga que la protección de los derechos fundamentales no constituiría una manifestación propia de la jurisdicción
contenciosa de los Tribunales Superiores de Justicia, sino de las denominadas facultades conservadoras. Pues en la
acción de protección (art. 20 de la CPR) no habría un verdadero proceso contradictorio, en los términos en que se
desarrollan normalmente éstos, ya que no habría una pretensión contra una determinada persona, sino sólo un
amparo judicial de un derecho fundamental, proveniente de una acción u omisión arbitraria o ilegal.
21
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

(los cuales producen un cambio en el estado civil); una acción que tiende a obtener la
nulidad de un contrato; la interdicción por demencia, etc.
En estos casos, el legislador le entrega al juez la garantía y control de la observancia de
los requisitos que la ley establece para que el cambio de estados o situaciones jurídicas;
pues aquí no basta la voluntad de las partes.
iii. Fin de condena. Se persigue con este fin condenar al demandado a dar, hacer o no
hacer algo a favor del demandante, cuando ha transgredido un precepto (por ejemplo, no
cumple con un contrato).
Para establecer una sanción, normalmente hay que establecer previamente cuál es el
Derecho aplicable, es decir, tiene que haber un procedimiento de tipo declarativo, para
declarar, por ejemplo, que el demandado pague tal suma. Esta es una etapa previa a la
fase ejecutiva, pues para acudir a ésta hay que tener certeza de que se tiene un derecho, y
esta certeza viene dada por la sentencia de condena o por un título ejecutivo.

b. FIN EJECUTIVO O COERCITIVO.


Como se dijo, para acudir a la fase ejecutiva hay que tener certeza de que se tiene un
derecho, y esta certeza viene dada generalmente por una resolución judicial, por ende, será
necesario un proceso declarativo. Sin embargo, por razones de tráfico jurídico, la ley atribuye a
otros instrumentos distintos de la sentencia, el mismo valor de ésta, es decir, les da mérito
ejecutivo; estos instrumentos son los títulos ejecutivos, por ejemplo, la escritura pública, el acta
de avenimiento pasada ante tribunal competente, el cheque, el pagaré, la letra de cambio, etc. Por
tanto, si se tiene un título ejecutivo, no es necesario recurrir a un juicio declarativo.
Ahora bien, si no se cumple voluntariamente con lo declarado en una resolución judicial
(sentencia condenatoria) o en lo dispuesto en un título ejecutivo, la promesa de coercibilidad
abstracta que existe en la norma, se transforma en coerción concreta y específica, y esta fuerza,
para obligar a tal cumplimiento, la ejerce el Estado por intermedio del órgano jurisdiccional. Esta
no es una fuerza física que se ejerce sobre la persona, sino que esta fuerza se traduce en que si no
se cumple voluntariamente, por ejemplo, se embargarán bienes, se rematarán, y con el producto
de la subasta se le pagará al acreedor. Por tanto, en este caso, la garantía jurisdiccional consiste
en asegurar el cumplimiento de la norma jurídica a través de la coerción.

c. FIN CAUTELAR.
Se vincula con los procesos que no se ejecutan instantáneamente, sino que duran en el
tiempo, por lo que se necesita dictar medidas tendientes a asegurar el resultado del juicio. Por
tanto, el fin cautelar es aquel que tiene por objeto asegurar el resultado de otro proceso, es decir,
asegurar anticipadamente las eventuales providencias que el juez dicte en el evento de acoger las
pretensiones del actor; así, por ejemplo, si yo alego que se me restituya una cosa de mi
24
propiedad, como medida cautelar le pido al juez que el demandado no enajene la cosa.

24
En algunos casos, el único fin que persigue la jurisdicción es el cautelar, es decir, hay procesos que buscan
exclusivamente asegurar una determinada situación, y en nuestra legislación se llaman interdictos posesorios. Los
interdictos posesorios se dan, por ejemplo, cuando una persona es despojada violentamente de su propiedad
(querella de restablecimiento); y con ellos, se busca volver las cosas a su estado anterior, sin discutir si tiene o no
derecho a estar allí (eso se hace en otro juicio).
22
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

En Chile esto se concreta en los arts. 290 y siguientes del CPC, en las llamadas medidas
precautorias destinadas a asegurar el resultado de la acción.

d. FIN PUNITIVO.
Este fin es propio del proceso penal, y tiene por objeto aplicar el castigo o penalizar las
conductas que atenten contra los bienes jurídicos que la normativa penal cautela. Ahora bien, la
única manera de establecer una responsabilidad penal, es por medio de una sentencia, de lo
contrario, rige el principio de presunción de inocencia (toda persona es inocente, en tanto no se
25
establezca lo contrario por medio de una sentencia judicial).

B. LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN.

1. CONCEPTO Y CLASES.
Los límites de la jurisdicción son todos aquellos factores temporales o espaciales que
delimitan el ejercicio de la función jurisdiccional. De acuerdo a la definción, es posible distinguir
entre límites temp orales, que son aquellos que se refieren al tiempo de duración de las
funciones del juez, y por consiguiente, de la función jurisdiccional; y los límites espaciales,
que se refieren al lugar o ámbito dentro del cual debe ejercerse la función jurisdiccional, los
cuales, a su vez, pueden ser internos o externos.

1.1. LÍMITES TEMPORALES.


La regla general, es que los tribunales sean permanentes, es decir, que se encuentre
integrado por funcionarios perpetuos; en tal sentido, el art. 80 de la CPR y el art. 247 del COT
consagran la inamovilidad de los jueces durante su buen comportamiento, y hasta que cumplan 75
años de edad. Como se puede apreciar, este límite afecta a la persona del juez y tiene una gran
importancia, ya que si éste deja de ser juez y sigue conociendo de un asunto, hay un vicio de
falta de jurisdicción que produce, en principio, la nulidad procesal.
Art. 80. Los jueces permanecerán en sus cargos durante su buen comportamiento; pero los inferiores desempeñarán
su respectiva judicatura por el tiempo que determinen las leyes.
No obstante lo anterior, los jueces cesarán en sus funciones al cumplir 75 años de edad; o por renuncia o
incapacidad legal sobreviniente o en caso de ser depuestos de sus destinos, por causa legalmente sentenciada. La
norma relativa a la edad no regirá respecto al Presidente de la CS, quien continuará en su cargo hasta el término de su
período (dos años).
En todo caso, la CS por requerimiento del PDR, a solicitud de parte interesada, o de oficio, podrá declarar que los
jueces no han tenido buen comportamiento y, previo informe del inculpado y de la CA respectiva, en su caso, acordar
su remoción por la mayoría del total de sus componentes. Estos acuerdos se comunicarán al PDR para su
cumplimiento.
La CS, en pleno especialmente convocado al efecto y por la mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio, podrá
autorizar u ordenar, fundadamente, el traslado de los jueces y demás funcionarios y empleados del Poder Judicial a
otro cargo de igual categoría.

25
Como se verá, este esquema de los fines de la jurisdicción se aplica a la acción y al proceso.

23
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Art. 247. La inamovilidad de que habla el art. 80 de la CPR rige no sólo respecto de los jueces propietarios, sino
también respecto de los interinos y suplentes.
La inamovilidad de los interinos durará hasta el nombramiento del respectivo propietario, y la de los suplentes hasta
que expire el tiempo por el cual hubieren sido nombrados.

Excepcionalmente existe jurisdicción temporal en el caso de los jueces árbitros, los cuales
duran lo que las partes pacten en el instrumento de nombramiento (art. 234 Nº 4 del COT) y a falta
de acuerdo, dos años desde su aceptación (art. 235 inc. III del COT). Por tanto, después del plazo
acordado o legal, lo que haga el juez árbitro carece de valor.
Art. 234. El nombramiento de árbitro deberá hacerse por escrito. En el instrumento en que se haga el nombramiento
de árbitro deberán expresarse:
4. Las facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y tiempo en que deba desempeñar sus funciones.
Art. 235 inc. III. Si faltare la designación del tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su encargo en el
término de dos años contados desde su aceptación.

Por lo anterior, es que se ha dicho que el límite de tiempo es relativo, porque quienes
ejercen jurisdicción (los jueces) se mantienen como tales mientras tengan buen comportamiento, o
hasta cierto límite de edad; y en el caso de los jueces árbitros, mientras dure lo señalado en el pacto
o hasta dos años contados desde la aceptación

1.2. LÍMITES ESPACIALES.


Como se dijo, los límites espaciales pueden ser de dos clases: límites externos y límites
internos:

a. LÍMITES ESPACIALES EXTERNOS.

Este límite dice relación con elementos territoriales y funcionales que demarcan la
vigencia y aplicación de la jurisdicción. Así, es posible distinguir dos tipos de límites externos:
i. Límite externo territor ial o internacional. La jurisdicción es una expresión de la
soberanía, por ende, por regla general, los tribunales de justicia chilenos sólo pueden
ejercer su función jurisdiccional en el territorio nacional, ya que la soberanía reconoce
como límite la soberanía de los demás Estados; a su vez, los órganos jurisdiccionales
extranjeros no tienen el poder para juzgar lo ocurrido dentro del territorio chileno. Este
límite se consagra expresamente en el art. 5º inc. I del COT, al señalar que a los tribunales
mencionados en este artículo corresponderá el conocimiento de todos los asuntos
judiciales que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera que sea su
naturaleza o la calidad de las personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las
excepciones que establezcan la Constitución y las leyes.
Las consecuencias del hecho de que fuera de su territorio no pueden los tribunales
nacionales ejercer jurisdicción, son:
- Si los tribunales tuviesen que practicar una diligencia fuera del territorio nacional,
deberán pedir autorización o permiso al tribunal extranjero del lugar donde quiera

24
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

26
practicarse la diligencia, esto, mediante vía diplomática a través de un exhorto.
- Respecto del cumplimiento en Chile de las sentencias extranjeras, se requerirá de un
trámite de homologación de resoluciones judiciales llamado “exequátur”, en virtud
del cual, otorgado éste, puede ejecutarse la sentencia extranjera en nuestro país.
Por último, hay que señalar que excepcionalmente se consagra la extraterritorialidad de la
jurisdicción en materia penal, pues de acuerdo al art. 6º del COT, se atribuye a los
tribunales nacionales el poder de conocer y juzgar ciertos delitos cometidos en el extranjero.
Art. 6. Quedan sometidos a la jurisdicción chilena los crímenes y simples delitos perpetrados fuera del
territorio de la República que a continuación se indican:
1. Los cometidos por un agente diplomático o consular de la República, en el ejercicio de sus funciones;
2. La malversación de caudales públicos, fraudes y exacciones ilegales, la infidelidad en la custodia de
documentos, la violación de secretos, el cohecho, cometidos por funcionarios públicos chilenos o por
extranjeros al servicio de la República y el cohecho a funcionarios públicos extranjeros, cuando sea
cometido por un chileno o por una persona que tenga residencia habitual en Chile;
3. Los que van contra la soberanía o contra la seguridad exterior del Estado, perpetrados ya sea por chilenos
naturales, ya por naturalizados, y los contemplados en el Párrafo 14 del Título VI del Libro II del Código
Penal, cuando ellos pusieren en peligro la salud de habitantes de la República;
4. Los cometidos, por chilenos o extranjeros, a bordo de un buque chileno en alta mar, o a bordo de un
buque chileno de guerra surto en aguas de otra potencia;
5. La falsificación del sello del Estado, de moneda nacional, de documentos de crédito del Estado, de las
Municipalidades o de establecimientos públicos, cometida por chilenos o por extranjeros que fueren
habidos en el territorio de la República;
6. Los cometidos por chilenos contra chilenos si el culpable regresa a Chile sin haber sido juzgado por la
autoridad del país en que delinquió;
7. La piratería;
8. Los comprendidos en los tratados celebrados con otras potencias;
9. Los sancionados por el Título I del Decreto N° 5.839, de 30 de septiembre de 1948, que fijó el texto
definitivo de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, cometidos por chilenos o por extranjeros al
servicio de la República, y
10. Los sancionados en los artículos 366 quinquies, 367 y 367 bis Nº 1, del Código Penal, cuando pusieren
en peligro o lesionaren la indemnidad o la libertad sexual de algún chileno o fueren cometidos por un
chileno o por una persona que tuviere residencia habitual en Chile; y el contemplado en el artículo 374 bis,
inciso primero, del mismo cuerpo legal, cuando el material pornográfico objeto de la conducta hubiere sido
elaborado utilizando chilenos menores de dieciocho años.

ii. Límite externo funcional o constitucional. La jurisdicción se limita por las


atribuciones de los otros poderes públicos, es decir, a los tribunales de justicia les está
prohibido arrogarse funciones que pertenecen a los otros Poderes del Estado (art. 4º del
COT) y, asimismo, los otros Poderes del Estado no pueden conocer de los asuntos que se
entregan a los tribunales de jusiticia (art. 12 del COT y 76 inc. I de la CPR). Esto se ve
reafirmado por el principio de legalidad consagrado en los arts. 6º y 7º de la CPR.
Art. 4. Es prohibido al Poder judicial mezclarse en las atribuciones de otros poderes públicos y en general
ejercer otras funciones que las determinadas en los artículos precedentes.
Art. 12 El Poder Judicial es independiente de toda otra autoridad en el ejercicio de sus funciones.

26
Como se verá más adelante, a propósito de las actuaciones judiciales, el exhorto es una petición de un tribunal a
otro, para que practique o ejecute una determinada diligencia judicial. Éste puede hacerse a nivel nacional o
internacional.
25
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Art. 76. La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo
juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la República
ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los
fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.
Art. 6. Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas
conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda
persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley
Art. 7. Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de
su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de
circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido
en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este art. es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley
señale.

b. LÍMITES ESPACIALES INTERNOS.


El límite interno de la jurisdicción dice relación con la forma como se ejercita la función
jurisdiccional por los distintos órganos jurisdiccionales; pues, como ya se dijo, todos los
tribunales tienen jurisdicción, sin embargo, no todos conocen de los mismos asuntos. De esta
manera surge la noción de competencia, la cual determina y delimita el jercicio de la función
jurisdiccional dentro de cada tribunal, considerando diversos factores, como el territorio, la
cuantía del asunto, la materia, y el fuero o calidad de la persona involucrada en la controversia.
Es por ello que se dice que la competencia es la medida de la jurisdicción.
En consecuencia, se puede concluir que sólo una vez que se han demarcado los límites
externos de la jurisdicción, se puede distribuir el ejercicio práctico de ésta entre los distintos
tribunales, lo cual lo determina la competencia.

2. CONFLICTOS DE JURISDICCIÓN.
En el ejercicio de sus funciones, los órganos públicos pueden traspasar los límites espaciales
que la CPR y la ley han fijado y, por ende, invadir funciones privativas de otros poderes, lo que
puede provocar conflictos entre ellos. Los conflictos de jurisdicción sólo se relacionan con los
límites externos, ya que los límites internos dan origen a las contiendas o cuestiones de
competencia, las cuales serán analizadas en el Capítulo III de estos apuntes.
Por lo tanto, atendiendo a los límites externos, los conflictos de jurisdicción pueden ser de
dos clases:
i. Conflictos territor iales o internacionales. De acuerdo al límite territorial de la
jurisdicción, los tribunales nacionales sólo tienen el poder para conocer, juzgar y ejecutar
los asuntos que se promuevan dentro del territrio de la República, por tanto, el conflicto
aquí se produce cuando un tribunal quiere actuar fuera del territorio de su país. Para
resolver esto, los Estados se han organizado creando sistemas de solución de conflictos a
través de tratados internacionales, como el Tratado de la Habana que creó el Código de
Bustamante y, en general, a través del Derecho internacional privado.

26
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Estos conflictos se relacionan, fundamentalmente, con la extradición y la aplicación de la


legislación extranjera. En cuanto a la extradición, la regla general, es que Chile no
entrega a personas residentes en el territorio nacional al país requerinte, sino sólo en
virtud de un tratado de extradición (otros países, en cambio, tienen la regla de que
entregan a cualquier persona siempre que no sea nacional); y respecto de la aplicación de
la legislación extranjera, este conflicto, de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, se
resuelve aplicando dicha legislación sólo cuando la ley chilena así lo dispone
expresamente (por ejemplo, el art. 17 del CC), y en dicho caso, el Derecho extranjero debe
ser probado por peritos.
Art. 17. La forma de los instrumentos públicos se determina por la ley del país en que hayan sido
otorgados. Su autenticidad se probará según las reglas establecidas en el Código de Enjuiciamiento.
La forma se refiere a las solemnidades externas, y la autenticidad al hecho de haber sido realmente
otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en los tales instrumentos se exprese.

ii. Conflictos funcionales o constitucionales. Estos conflictos se suscitan entre los


órganos jurisdiccionales nacionales y los demás Poderes del Estado, con ocasión de sus
atribuciones. De esta forma, si un órgano legislativo o administrativo se atribuye una
potestad jurisdiccional que no tiene, entra en conflicto con los tribunales de jusiticia; y
por otro lado, lo mismo sucederá cuando el órgano jurisdiccional se atribuya funciones
legislativas o administrativas.
La forma de solución de este conflicto se encuentra señalada en la propia CPR: así, los
conflictos que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y los
Tribunales Superiores de Justicia (CS y CA), serán resueltos por el Senado (art. 53 N 3 de
la CPR); y por otro lado, si el conflicto se produce entre las autoridades políticas o
administrativas y un Tribunal no superior, será resuelto por el TC (art. 93 Nº 12 de la
CPR).

Art. 53. Son atribuciones exclusivas del Senado:


3. Conocer de las contiendas de competencia que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y
los tribunales superiores de justicia
Art. 93. Son atribuciones del Tribunal Constitucional:
27
12. Resolver las contiendas de competencia que se susciten entre las autoridades políticas o
administrativas y los tribunales de justicia, que no correspondan al Senado.

3. PRIVILEGIO O INMUNIDAD DE JURISDICCIÓN.


Como se dijo, uno de los límites externos de la jurisdicción era el territorio, en virtud del
cual los tribunales de justicia nacionales, por regla general, sólo pueden ejercer su función en el
territorio de la República. Sin embargo, existen determinadas controversias que se suscitan
dentro del territorio nacional que los tribunales de justicia no pueden entrar a conocer, lo cual
está constituido por los denominados privilegios e inmunidades de jurisdicción.
Las inmunidades o privilegios de jurisdiccionales, son exenciones a la jurisdicción nacional,
consagradas por el Derecho internacional, en favor de agentes diplomáticos o consulares extranjeros
acreditados en Chile. En otras palabras, es un beneficio que se otorga a determinadas personas, en

27
Si bien la CPR en ambos preceptos habla de “contiendas de competencia”, en realidad son conflictos de
jurisdicción.
27
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

virtud del cual, no pueden ser llevados ante los tribunales de justicia frente a una determinada
28
controversia.
La finalidad de dichos privilegios no es beneficiar a los particulares, sino garantizar el
desempeño eficaz de las misiones diplomáticas y oficinas consulares, en cuanto representantes
29
de los Estados . Estas inmunidades son renunciables y excepcionales, y están reguladas en dos
convenciones internacionales, a saber:
i. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del año 1961 (CVRD). El art. 31
de esta Convención señala que los agentes diplomáticos (jefe de la misión o un miembro
del personal diplomático de la misión) gozan de inmunidad respecto de la jurisdicción
30
penal ; y gozan también de inmunidad de jurisdicción civil y administrativa (salvo tres
excepciones contempladas en el mismo artículo). Por otro lado, el agente diplomático no
está obligado a testificar y, además, no podrá ser objeto de ninguna medida de ejecución,
salvo en los casos en que no goce de inmunidad de jurisdicción; finalmente, consagra el
principio de que la inmunidad de jurisdicción de un agente diplomático en el Estado
receptor no le exime de la jurisdicción del Estado acreditante (pues la inmunidad no es
impunidad).
Art. 31. El agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor. Gozará
también de inmunidad de su jurisdicción civil y administrativa, excepto si se trata:
a) De una acción real sobre bienes inmuebles particulares radicados en el territorio del Estado receptor, a
menos que el agente diplomático los posea por cuenta del Estado acreditante para los fines de la misión;
b) De una acción sucesoria en la que el agente diplomático figure, a título privado y no en nombre del
Estado acreditante, como ejecutor testamentario, administrador, heredero o legatario;
c) De una acción referente a cualquier actividad profesional o comercial ejercida por el agente diplomático
en el Estado receptor, fuera de sus funciones oficiales.
2. El agente diplomático no está obligado a testificar.
3. El agente diplomático no podrá ser objeto de ninguna medida de ejecución, salvo en los casos previstos
en los incisos a, b y c del párrafo 1 de este artículo y con tal de que no sufra menoscabo la inviolabilidad de
su persona o de su residencia.
4. La inmunidad de jurisdicción de un agente diplomático en el Estado receptor no le exime de la
jurisdicción del Estado acreditante.

Por último, el art. 37 Nº 1 de la CVRD señala que los miembros de la familia de un agente
diplomático que formen parte de su casa gozarán de los privilegios e inmunidades
especificados en los artículos 29 a 36, siempre que no sean nacionales del Estado.

28
El Estado chileno se relaciona con otros Estados y organismos internacionales por medio del Presidente de la
República, por el Ministro de relaciones Exteriores, y por Agentes diplomáticos y Consulares. Ahora bien, la
facultad de enviar y recibir agentes diplomáticos se llama “derecho de delegación”, y puede ser activa (se los envía)
o pasiva (se los recibe). A lo que se refiere a la inmunidad de jurisdicción, es la delegación pasiva.
29
No hay que confundir las embajadas con los consulados. Las embajadas son representaciones de los gobiernos
ante los otros Estados con funciones de carácter político (por ejemplo, tienen la función de reportar la situación
socio-política del Estado receptor, negociar acuerdos y tratados en nombre del Estado al cual se representa, etc.); en
cambio, el Consulado es una representación del gobierno en un Estado extranjero para realizar funciones de carácter
administrativo en beneficio de sus connacionales residentes en ese país (por ejemplo, otorgar poderes, hacer
testamentos, otorgar pasaportes, servir de local de votación, etc.). En general, en caso de haber una ruptura de
relaciones diplomáticas, es retirado el embajador y el personal de la embajada, pero no el consulado.
30
El ejercicio de la jurisdicción universal en materia penal, se encuentra generalmente reservado para los crímenes
internacionales más graves, tales como crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, y el genocidio.
28
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

ii. La Convención de Viena sobre Relaciones Consulares del año 1963 (CVRC). El art. 43 de
esta Convención se refiere a la inmunidad de jurisdicción de los funcionarios consulares.
Art. 43. Inmunidad de jurisdicción.
1. Los funcionarios consulares (toda persona, incluido el jefe de oficina consular, encargada con ese
carácter del ejercicio de funciones consulares) y los empleados consulares (toda persona empleada en el
servicio administrativo o técnico de una oficina consular) no estarán sometidos a la jurisdicción de las
autoridades judiciales y administrativas del Estado receptor por los actos ejecutados en el ejercicio de las
funciones consulares.
2. Las disposiciones del párrafo 1 de este artículo no se aplicarán en el caso de un procedimiento civil:
a) Que resulte de un contrato que el funcionario consular, o el empleado consular, no haya concertado,
explícita o implícitamente, como agente del Estado que envía, o
b) Que sea entablado por un tercero como consecuencia de daños causados por un accidente de vehículo,
buque o avión, ocurrido en el Estado receptor.

C. CLASES DE JURISDICCIÓN .

1. CONSIDERACIONES PREVIAS.
En los tres primeros artículos del COT, según algunos autores, se clasifica a la jurisdicción
en contenciosa, no contenciosa, conservadora, disciplinaria y económica. Sin embargo, al
analizar las características de la jurisdicción, se dijo que ésta era unitaria, es decir, es una sola, y
como tal, no admite clasificaciones, ni divisiones. Las clasificaciones, que incorrecta y
normalmente se hacen de ella, corresponden más bien a clasifiaciones de su límite que es la
competencia, y en este sentido se habla de jurisdicción civil, penal, laboral, de familia, etc.
Ahora bien, es usual ver que se hable de jurisdicción contenciosa y voluntaria pero, en
estricto rigor, dicha clasificación no existe, se trata más bien de una distinción para fines
pedagógicos. Pues la “jurisdicción voluntaria” no es tal, se trata de funciones administrativas
entregadas a los órganos judiciales; es por ello que, para referirse a estas funciones, es preferible
hablar de asuntos judiciales no contenciosos y no de “jurisdicción voluntaria”.
Por lo anterior, es que se señala que la única jurisdicción sería la contenciosa, y las
restantes son facultades anexas a la jurisdicción, puesto que en ellas no hay propiamente una
función jurisdiccional (conocer, juzgar y ejecutar lo juzgado).

2. JURISDICCIÓN CONTENCIOSA.
Como se dijo, la jurisdicción es una sola, y de acuerdo a los arts. 76 inc. I de la CPR y 1º
del COT, se define como la facultad de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y de
hacer ejecutar lo juzgado pertenece exclusivamente a los tribunales que establece la ley.
Ahora bien, la doctrina habla de jurisdicción contenciosa para distinguirla de la
“jurisdicción voluntaria”, en el sentido de que, para que la jurisdicción sea tal, debe haber un
litigo, es decir, un conflicto intersubjetivo de intereses, jurídicamente trascendente, caracterizado
por la existencia de una pretensión resistida. Así, se señala que la jurisdicción contenciosa es
aquella que se ejerce cuando hay conflicto de relevancia jurídica suscitado entre dos o más partes
31
que tienen interés en él.
31
Sin embargo, como se verá más adelante, el conflicto no se encuentra presente en todo proceso jurisdiccional, así,
por ejemplo, no está presente cuando el demandado se allana (no hay una pretensión resistida).
29
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

3. ASUNTOS JUDICIALES NO CONTENCIOSOS (“JURISDICCIÓN VOLUNTARIA”).

a. CONCEPTO.
De acuerdo al art. 2º del COT, también corresponde a los tribunales intervenir en todos
aquellos actos no contenciosos en que una ley expresa requiera su intervención. Y de acuerdo al
art. 817 del CPC son actos judiciales no contenciosos aquellos que según la ley requieren la
intervención del juez y en que no se promueve contienda alguna entre partes. Como se puede
apreciar, ambas normas hablan de “actos judiciales no contenciosos”, y no de jurisdicción
voluntaria; pues esta última expresión contiene dos errores, a saber:
i. En primer lugar, no se trata de jurisdicción, ya que no hay un conflicto jurídico que
resolver, no hay partes ni contrapartes, sólo hay un interesado que realiza una petición al
tribunal. Ahora, si alguien se opone a dicha petición, podría producirse un conflicto, lo
cual daría lugar a la jurisdicción contenciosa.
La doctrina mayoritaria, en cuanto a la naturaleza jurídica de los actos judiciales no
contenciosos, señala que corresponde a una actividad administrativa ejercida por los
órganos jurisdiccionales. Pues la función administrativa tiene por objeto satisfacer el
interés púbico, lo cual se puede lograr por diversos medios, y uno de ellos es la
regulación y el control de los actos de los particulares que pueden afectar el interés social,
como la disposición de bienes de los incapaces, pues si los particulares pudiesen
libremente efectuar estos actos, los incapaces quedarían en indefensión y se podrían
cometer fraudes o irregularidades. Por tanto, en principio, debiera ser la propia
Administración la que, con funcionarios especiales, tutelara y controlara la realización de
estos actos jurídicos, pero por razones históricas, funcionales y por la independencia y
prestigio de los órganos jurisdiccionales, se les ha confiado a éstos dicha tutela y control.
ii. En segundo lugar, tampoco es voluntaria, pues la ley establece la obligatoriedad de un
pronunciamiento judicial para la realización de determinados actos. Por tanto, si las
partes se encuentran en la hipótesis prevista por la ley, deben hacerlo necesariamente por
esta vía.
Por lo anterior es preferible hablar de asuntos judiciales no contenciosos, los cuales
pueden definirse como aquellos que conocen los tribunales en los casos en que la ley requiere
32
expresamente su intervención y en que no se promueve contienda alguna entre las partes .
.
b. JUSTIFICACIÓN DE LA JURISDICCIÓN NO CONTENCIOSA.
¿Por qué existe la jurisdicción no contenciosa? La doctrina ha dicho que hay varias
razones, a saber:
i. Por una razón histórica. Desde el Derecho romano el pretor, que era quien impartía
justicia, ejercía otras facultades anexas (por ejemplo, la protección de los incapaces); y
ello se ha extendido en las legislaciones que tienen su base en dicho Derecho.

32
El profesor Francisco HOYOS señala que el criterio para reconocer los actos judiciales no contenciosos no es que
haya un conflicto o no; pues si se atendiese a dicho criterio, el juicio en rebeldía sería un asunto no contencioso.
30
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

ii. Por una razón de garantía. Los órganos del Poder Judicial son independientes y dotados
de conocimientos especializados, lo que garantiza que estos asuntos, que muchas veces
involucran no sólo intereses privados, sino que también públicos, van a ser tratados con
la debida seriedad; por ejemplo, el nombramiento de un tutor para un incapaz..
iii. Por una razón práctica. Muchos de estos casos son susceptibles de transformarse en
asuntos contenciosos cuando medie oposición de un interesado; entonces, es conveniente
que conozca de ellos el mismo órgano que, eventualmente, conocería de la controversia.
Por ejemplo, respecto de la posesión efectiva de una herencia testada, hay que acreditar
ante el juez que la persona murió, cuáles son los herederos y cuáles son los bienes
hereditarios, asuntos respecto de los cuales puede existir pugna.

c. CARACTERÍSTICAS.
i. En cuanto a su naturaleza, se trata de actuaciones administrativas que han sido
entregadas al conocimiento de los tribunales en razón de lo antes señalado. En este
sentido, CARNELUTTI dice que los asuntos no contenciosos tienen como finalidad vigilar
y controlar la actividad jurídica de los particulares, donde el juez actúa para la
satisfacción de un interés público que tiene por objeto la buena administración de los
33
bienes privados.
ii. En estos asuntos no se suscita conflicto alguno entre particulares, por lo tanto, no
hay partes (el concepto de parte supone la existencia de un juicio); sólo hay una persona
que solicita la intervención del juez respecto de alguna cuestión que por expresa
disposición de la ley requiere la intervención de éste. Así, está el órgano jurisdiccional y
el llamado interesado o solicitante, que es quien acude a pedir la intervención
jurisdiccional.
Ahora bien, si se produce un conflicto durante la tramitación del procedimiento, éste se
transforma en un asunto contencioso (varía su conocimiento). En este sentido, el art. 823
del CPC señala que si a la solicitud presentada se hace oposición por legítimo
contradictor, se hará contencioso el negocio y se sujetará a los trámites del juicio que
corresponda. Agrega el inc. II que si la oposición se hace por quien no tiene derecho, el
tribunal, desestimándola de plano, dictará resolución sobre el negocio principal.
iii. No opera el pr incip io de inexcusabilidad. El juez para poder intervenir en estos
asuntos requiere siempre de una ley expresa que así lo autorice; en cambio, en materia de
jurisdicción contenciosa el principio es el opuesto, ya que según el art. 10 inc. II del COT,
el juez no puede excusarse de fallar ni aun por falta de ley que resuelva la contienda
sometida a su decisión.
Por lo tanto, si la ley lo requiere, el juez debe intervenir; si la ley no lo requiere, el juez
no debe intervenir, y si aun así intervine, lo conocido por el juez es nulo.

33
Para CASARINO son actos sui generis, ya que los actos administrativos crean una relación entre la Administración
y el administrado, en cambio los actos judiciales no contenciosos, no crean tal relación, en cuanto al asunto
sometido a su conocimiento.
31
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

iv. En cuanto a su tramitación, ésta se realiza acorde al procedimiento establecido en el


Libro IV del CPC (“De los actos judiciales no contenciosos”). Este procedimiento no es
excluyente, así, por ejemplo, el pago por consignación está regulado en el CC.
El tribunal competente es el Juez de Letras del domicilio del interesado (arts. 134 y 45 Nº
2 letra C del COT); no es procedente la prórroga de la competencia.
Art. 134. En general, es juez competente para conocer de una demanda civil o para intervenir en un acto no
contencioso, el del domicilio del demandado o interesado, sin perjuicio de las reglas establecidas en los
artículos siguientes y de las demás excepciones legales.
Art. 45. Los jueces de letras conocerán:
2. En primera instancia:
c) De los actos judiciales no contenciosos, cualquiera que sea su cuantía, salvo lo dispuesto en el artículo
494 del Código Civil (curadurías especiales)

v. Los asuntos judiciales no contenciosos se resuelven de plano si la ley no dice que se debe
obrar con conocimiento de causa (arts. 824 del CPC); en este último caso, los antecedentes
son proporcionados al tribunal mediante informaciones sumarias.
Art. 824. En los negocios no contenciosos que no tengan señalada una tramitación especial en el presente
Código, procederá el tribunal de plano, si la ley no le ordena obrar con conocimiento de causa.
Si la ley exige este conocimiento, y los antecedentes acompañados no lo suministran, mandará rendir
previamente información sumaria acerca de los hechos que legitimen la petición, y oirá después al
ministerio público o al respectivo defensor público, según corresponda.

vi. En cuanto a la prueba, en estos procedimientos se rinde, en general, sin formalidad


alguna. Pues de acuerdo al art. 818 del CPC, aunque los tribunales hayan de proceder en
algunos de estos actos con conocimiento de causa, no es necesario que se les suministre
este conocimiento con las solemnidades ordinarias de las pruebas judiciales. Así, pueden
acreditarse los hechos pertinentes por medio de informaciones sumarias. Se entiende por
información sumaria la prueba de cualquiera especie, rendida sin notificación ni
intervención de contradictor y sin previo señalamiento de término probatorio. Por tanto,
si se trata de una prueba de testigos, ésta se rinde sin señalar previamente día y hora para
su realización, sin presentar previamente lista de testigos e incluso, y sin que sea
necesario rendirla en el tribunal (será rendida en la oficina del receptor).
En cuanto a la apreciación de la prueba, el art. 819 del CPC dice que los tribunales en
estos negocios apreciarán prudencialmente el mérito de las justificaciones y pruebas de
cualquiera clase que se produzcan. Es decir, aquí no rige el sistema de prueba legal o
tasada.
vii. De acuerdo al art. 827 del CPC, en los asuntos no contenciosos no se tomará en
consideración el fuero personal de los interesados para establecer la competencia del
tribunal.
viii. La sentencia definitiva debe reunir las menciones del art. 826 del CPC, y proceden los
recursos de apelación y casación (art. 822 del CPC). La sentencia definitiva no produce el
efecto de cosa juzgada, sino el desasimiento del tribunal (el tribunal no puede modificar
la sentencia dentro del procedimiento). Dichas sentencias producen cosa juzgada sólo si
son positivas y se han cumplido, por ende, no la producen aquellas que son negativas, o
positivas y no se han cumplido.

32
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Art. 826. Las sentencias definitivas en los negocios no contenciosos expresarán el nombre, profesión u
oficio y domicilio de los solicitantes, las peticiones deducidas y la resolución del tribunal. Cuando éste deba
proceder con conocimiento de causa, se establecerán además las razones que motiven la resolución.
Estas sentencias, como las que se expiden en las causas entre partes, se copiarán en el libro respectivo que
llevará el secretario del tribunal.
Art. 822. Contra las resoluciones dictadas podrán entablarse los recursos de apelación y de casación, según
las reglas generales. Los trámites de la apelación serán los establecidos para los incidentes.

d. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS JUDICIALES NO CONTENCIOSOS.


Las materias que comprenden los asuntos judiciales no contenciosos, están reguladas, en
general, en el Libro IV del CPC denominado “De los actos judiciales no contenciosos” (arts. 817 y
siguientes). Como se dijo, para que el juez intervenga es necesario que una ley requiera
expresamente su intervención, y lo hace en general en las siguientes materias:
i. Medidas de protección a favor de los incapaces. La ley protege a los incapaces debido a
su edad, condición jurídica o mental; así, por ejemplo, los representantes legales no son
completamente libres para disponer de los bienes inmubles de los incapces (enajenarlos,
gravarlos o darlos en arrendamiento por largo tiempo), pues deben pedir autorización
judicial, la que será concedida por el juez con conocimiento de causa y sólo si lo estima
conveniente para el incapaz; también necesiatan autorización judicial para obligar a éstos
como fiadores; para el nombramiento de tutores y curadores; para que el incapaz
comparezca en juicio, etc.
ii. Declaraciones judiciales de ciertos actos o derechos, para que produzcan consecuencias
jurídicas. La ley reconoce ciertos derechos a las personas, pero establece la obligación de
comprobar la concurrencia de ciertos requisitos, por parte de los tribunales de justicia,
para que puedan ejercerse; por ejemplo, la concesión de la posesión efectiva de la
herencia testada; la declaración provisoria de muerte presunta; la declaración de herencia
yacente.
iii. Autentificación judicial de ciertos actos, como el trámite de apertura y protocolización
de un testamento cerrado; la confección de inventarios solemnes (por ejemplo, en la
posesión efectiva en que haya incapaces se debe hacer un inventario solemne);
tasaciones, etc.
iv. Actos para evitar la comisión de fraudes legales, como el trámite de insinuación de
donaciones (pues para hacer donaciones de cierto valor, se debe pedir autorización al
juez); la guarda de muebles y de papeles de una sucesión, etc.

e . CRITERIOS PARA DISTINGUIR LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSA DE LOS ASUNTOS JUDICIALES NO


CONTENCIOSOS.

Tanto la jurisdicción contenciosa como los asuntos judiciales no contenciosos, son


llevados a cabo por los mismos órganos jurisdiccionales. Por ello es necesario distinguir ambos
tipos de jurisdicción, para lo cual han surgido diversos criterios doctrinarios, a saber:

33
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

i. Hay un criterio romanista que señala que la jurisdicción contenciosa se desarrolla con
conocimiento de causa, es decir, implica que el juez debe recabar la mayor cantidad
posible de antecedentes; mientras que los actos no contenciosos se desarrollan sin
conocimiento de causa.
Este criterio se critica, porque en ambos casos se puede actuar con conocimiento de
causa, la diferencia está en la falta de formalidades para rendir la prueba en los asuntos no
contenciosos, pues aquí se hace mediante información sumaria (sin contradicción y sin
término probatorio).
ii. Hay un criterio clásico que atiende a la presencia o ausencia de un contradictor para
precisar la naturaleza procesal de un determinado acto jurisdiccional. Así, jurisdicción
contenciosa es aquella que se desenvuelve mediante un conflicto o presencia de un
contradictor; y los asuntos judiciales no contenciosos son aquellos que se desarrollan sin
la presencia de estos elementos.
Se critica a esta doctrina por ser insuficiente, puesto que no explica la naturaleza procesal
de los juicios seguidos en rebeldía del demandado, o aquellos en que éste reconoce la
pretensión contraria (allanamiento); pues, estos asuntos son contenciosos y no hay
conflicto.
iii. Hay un criterio moderno que atiende exclusivamente a la distinta finalidad de estos
actos. Así, la jurisdicción contenciosa es aquella que tiene como finalidad una relación
jurídica existente o ya formada (por ejemplo, el juicio que persigue el pago del precio de
una compraventa); en cambio, los asuntos no contenciosos son aquellos destinados a
procurar o cooperar en el nacimiento de una relación jurídica nueva (por ejemplo, la
autorización para que un incapaz celebre una compraventa de un inmueble). Por lo tanto,
los actos judiciales no contenciosos tienen una finalidad eminentemente constitutiva,
34
mientras que los contenciosos versan sobre relaciones jurídicas preexistentes.
El criterio aceptado por nuestra legislación es el clásico. La mejor demostración de esto
se encuentra en el art. 817 del CPC, que señala que son actos judiciales no contenciosos aquellos
que según la ley requieren la intervención del juez y en que no se promueve contienda alguna
entre partes.

f. DIFERENCIAS ENTRE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSA Y LOS ASUNTOS JUDICIALES NO


CONTENCIOSOS.

i. En los asuntos judiciales contenciosos el juez tiene la obligación de intervenir siempre


que se requiera su actuación por las partes en forma legal y en negocios de su
competencia; mientras que en los asuntos judiciales no contenciosos, para que el tribunal
pueda intervenir válidamente, es menester que la ley haya establecido expresamente
dicha intervención, y para esos determinados actos.

34
Aquí es necesario diferenciar a los actos judiciales no contenciosos de la finalidad constitutiva de la jurisdicción
contenciosa; pues, esta última se lleva a efecto porque existe un conflicto jurídico, en cambio, en los asuntos no
contenciosos no hay un conflicto, pero se recurre al juez porque es la ley la que ordena cumplir con determinados
trámites o formalidades.
34
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

ii. En los asuntos contenciosos, el conocimiento de causa se le suministra al juez por los
medios de prueba que la ley taxativamente establece; en los actos no contenciosos, en
cambio, el conocimiento de causa se le proporciona al juez mediante informaciones
sumarias, esto es, mediante pruebas de cualquier especie, rendidas sin señalamiento de
término probatorio y si notificación e intervención de contradictor.
iii. En la jurisdicción contenciosa las resoluciones que recaen en estos asuntos producen, por
regla general, acción y excepción de cosa juzgada; en cambio, las resoluciones recaídas
en los asuntos no contenciosos para ver si gozan o no de cosa juzgada, es necesario
distinguir previamente entre resoluciones afirmativas y negativas, puesto que estas
últimas no producen nunca cosa juzgada, mientras que las primeras, en cambio, sí la
producen una vez cumplidas.

iv. En los asuntos contenciosos hay dos partes identificable (demandante y demandado), con
pretensiones contrapuestas. En los asuntos no contenciosos, en cambio, no hay partes
identificables, sino que sólo está el llamado “interesado” (uno o más).

4. FACULTADES CONSERVADORAS.
.
De acuerdo al art. 3º del COT los tribunales tienen, además, las facultades conservadoras,
disciplinarias y económicas que a cada uno de ellos se asignan en los respectivos títulos de este
Código. Como se dijo, éstas son facultades anexas a la jurisdicción, y no actividad jurisdiccional,
en cuanto no resuelven conflictos jurídicos en forma total y directa.
Ahora bien, las facultades conservadoras son aquéllas que tienen los tribunales de justicia
para velar que todos los poderes públicos actúen dentro de la órbita de sus atribuciones y, en
35
especial, velar porque los derechos constitucionales sean respetados . Las manifestaciones más
importantes de esta facultad, son:
i. La acción de amparo o habeas corpus. De acuerdo al art. 21 de la CPR, es aquella acción
constitucional que se concede a toda persona detenida, presa o arrestada, con infracción a
la CPR o a la ley, o que sufra cualquier otra privación, perturbación o amenaza en su
derecho a la libertad personal y seguridad individual.
ii. La acción de protección. De acuerdo al art. 20 de la CPR, es aquella acción constitucional
que se concede a todas las personas que como consecuencia de actos u omisiones
arbitrarias o ilegales, sufren privación, perturbación o amenaza de ciertos derechos
fundamentales señalados en el art. 20 de la CPR.
Tanto la acción de amparo como la de prtoección, no resuelven conflictos, sino que son
producto de las facultades conservadoras de los tribunales de justicia, por ende, los
procesos que siguen ante el tribunal (CA) no son contradictorios, no hay término
probatorio y, en general, son desfomalizados.
iii. Recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad. Es aquella acción constitucional
destinada a obtener del TC que declare inaplicable en un asunto judicial concreto y
determinado que se encuentra pendiente, cualquier precepto legal que se considere
35
Se dice que la CPR vela por los derechos de las personas de manera mediata e indirecta, mientras que los tribunales
de justicia lo hacen de manera inmediata y directa.
35
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

contrario a la CPR (art. 93 Nº 6 de la CPR). Son legitimados activos de esta acción, las
partes del juicio o el juez que conoce el asunto; es decir, los particulares pasan a ser
eventuales litigantes ante el TC, lo cual, antes de la reforma constitucional del año 2005,
estaba vedado.
Art. 93. Son atribuciones del Tribunal Constitucional:
6. Resolver, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya
aplicación en cualquier gestión que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la CPR.

iv. Recurso de amparo económico. Es aquella acción que se concede a cualquier persona
para denunciar las infracciones al art. 19 Nº 21 de la CPR, esto es, el derecho a desarrollar
cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden publico o a la
seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen (inc. I); y la actividad
empresarial del Estado (inc. II).
v. Recurso contra privación o desconocimiento de la nacionalidad (art. 12 de la CPR).

5. FACULTADES ECONÓMICAS.
Son aquellas facultades que tienen los tribunales de justicia para regular el
funcionamiento interno de los mismos, con el objeto de lograr una más pronta y mejor
administración de justicia. Su fuente legal está en el art. 3º del COT, y en el art. 82 inc. I de la
CPR, que señala que la CS tiene la superintendencia directiva, correccional y económica de todos
los tribunales de la Nación. Se exceptúan de esta norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal
Calificador de Elecciones y los tribunales electorales regionales.
Las manifestaciones más importantes de esta facultad, son:
i. La facultad que tiene la CS, las CA y el Tribunal Calificador de Elecciones de dictar
autoacordados. Los autoacordados son normas jurídicas dictadas por los tribunales
superiores de justicia, en el ejercicio de sus facultades económicas o por mandato de la
ley, para regular ciertas materias que no han sido suficientemente reguladas por la ley o
cuya regulación es necesaria para obtener una mejor administración de justicia. Como se
puede apreciar, los autoacordados pueden ser dictados por iniciativa propia de la CS, en
virtud de la habilitación constitucional contemplada en el art. 82 (por ejemplo, el
autoacordado que regula la acción de protección), o en virtud de un mandato legal (por
ejemplo, el autoacordado sobre la forma de dictar sentencia).
Los autoacordados pueden ser internos o externos; los primeros son aquellos que tienen
por objeto señalar los modos de actuar de los funcionarios judiciales, y se refieren a
materias de administración, son más bien instrucciones (por ejemplo, el autoacordado que
regula la tramitación del recurso de amparo, el cual se refiere a la forma de actuar del
secretario de la CA, una vez que ingresa la causa a la Corte); en cambio, los
autoacordados externos, son aquellas disposiciones que afectan no sólo a los funcionarios
judiciales, sino que a terceros ajenos al Poder Judicial, son normas de procedimiento (por
ejemplo, el autoacordado sobre tramitación del recurso de protección). Ahora bien, si se
trata de un autoacordado interno, el funcionario judicial puede reclamar de su ilegalidad
mediante un recurso de gracia ante el mismo tribunal que lo dictó; y si se trata de
autoacordado externo, se puede presentar un requerimiento al TC por la parte que resulte

36
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

afectada en sus derechos fundamentales por la aplicación del autoacordado en una gestión
pendiente (art. 93 Nº 2 de la CPR).
Art. 93. Son atribuciones del Tribunal Constitucional:
2. Resolver sobre las cuestiones de constitucionalidad de los autoacordados dictados por la Corte Suprema,
las Cortes de Apelaciones y el Tribunal Calificador de Elecciones.
En el caso del número 2º, el Tribunal podrá conocer de la materia a requerimiento del Presidente de la
República, de cualquiera de las Cámaras o de diez de sus miembros. Asimismo, podrá requerir al Tribunal
toda persona que sea parte en juicio o gestión pendiente ante un tribunal ordinario o especial, o desde la
primera actuación del procedimiento penal, cuando sea afectada en el ejercicio de sus derechos
fundamentales por lo dispuesto en el respectivo autoacordado.

ii. Las circulares, que son recomendaciones de la CS o de la CA para el funcionamiento


interno de los tribunales. Por ejemplo, las circulares que instruyen la forma de sacar las
fotocopias de un expediente; las circulares que establecen las horas del tribunal de
atención de público, etc.
iii. Las instrucciones o decretos económicos, que son aquellas directrices que emanan de
cualquier tribunal para determinar la forma de su funcionamiento interno. Por ejemplo, la
36
instrucción de la CA de Valparaíso sobre distribución de exhortos.

Por último, hay que señalar que existe un recurso de reclamación consagrado en el art.
551 inc. IV del COT, por el cual se pueden impugnar las resoluciones que adoptan los tribunales
en el ejercicio de sus facultades económicas.
Art. 551 inc. IV. De las resoluciones que en el ejercicio de sus facultades económicas pronuncien los tribunales
indicados en el inc. I de este artículo (tribunales unipersonales y colegiados), sólo podrá reclamarse para ante el
superior jerárquico. La reclamación deberá interponerse dentro del plazo de tres días, ante el tribunal que haya
dictado la resolución. Este la elevará, con todos sus antecedentes, dentro de las 48 horas siguientes a su
presentación.

6. FACULTAD DISCIPLINARIA.

a. CONCEPTO.
Es aquella facultad que tienen los tribunales de justicia para tomar medidas o aplicar
sanciones, con el objeto de que los debates judiciales se desenvuelvan con la debida compostura,
o que los funcionarios judiciales cumplan con las normas legales que regulan su conducta
ministerial. Como se puede apreciar, el objeto de esta facultad es conseguir el buen
comportamiento de quienes componen o integran los tribunales de justicia (jueces), de los
auxiliares de la administración de justicia, de los empleados subalternos dependientes de ambos,
de los interesados y de las partes, y de todas las personas que, encontrándose en la sala del
despacho del juez, cometieren una falta o abuso.
El buen comportamiento se traduce en ejercer adecuadamente los derechos, cumplir con
36
los autores han dicho que existe un organismo administrativo llamado Corporación
Administrativa del Poder Judicial, dependiente de la CS (con domicilio en Santiago) cuyo objeto es administrar los
recursos humanos, financieros, tecnológicos y los materiales destinados al funcionamiento de la CS, de las CA y de
los Juzgados de Letras, de Familia, del Trabajo y de Cobranza Laboral y Previsional. Le corresponde, por ejemplo,
la elaboración de los presupuestos y la administración de dichos tribunales, la inversión y control de los fondos que
la ley de presupuestos asigna al Poder Judicial, etc.
37
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

los deberes y abstenerse de incurrir en las prohibiciones que la ley establece; en otras palabras,
que todos los funcionarios y personas que intervienen en la actividad jurisdiccional, cumplan
debidamente sus funciones.
Esta facultad encuentra su fuente en los arts. 3º del COT y 82 de la CPR; y en el Título XVI
del COT denominado “De la jurisdicción disciplinaria y de la inspección y vigilancia de los
servicios judiciales”.

b. TITULARES.
En general, diversos tribunales pueden ejercer las facultades disciplinarias, a saber:
i. La jurisdicción disciplinaria reside, principalmente, en la CS, quien la ejerce sobre todos
los tribunales del país (ordinarios o especiales). En este sentido el art. 82 de la CPR señala
que la CS tiene la superintendencia (suprema administración) correccional sobre todos
los tribunales de la Nación.
Art. 82. La Corte Suprema tiene la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los
tribunales de la Nación. Se exceptúan de esta norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador
de Elecciones y los Tribunales Electorales Regionales.
Los tribunales superiores de justicia, en uso de sus facultades disciplinarias, sólo podrán invalidar
resoluciones jurisdiccionales en los casos y forma que establezca la ley orgánica constitucional respectiva.

ii. En segundo término, las CA tienen la superintendencia disciplinaria sobre sus miembros,
los tribunales de justicia que funcionan dentro de su territorio jurisdiccional, y los
auxiliares de la administración de justicia (arts. 535 y 539 del COT).
Art. 535. Corresponde a las Cortes de Apelaciones mantener la disciplina judicial en todo el territorio de su
respectiva jurisdicción, velando inmediatamente la conducta ministerial de sus miembros y la de los jueces
subalternos y haciéndoles cumplir todos los deberes que las leyes les imponen.
La misma facultad corresponderá a las Cortes de Apelaciones respecto de los juzgados especiales de
menores (hoy Juzgados de Familia).
Es aplicable lo dispuesto en el art. 537 (sanciones disciplinarias) a las faltas o abusos que los ministros de
las Cortes de Apelaciones cometan en el ejercicio de sus funciones.
Art. 539. Las Cortes de Apelaciones vigilarán la conducta funcionaria de sus respectivos fiscales
judiciales, y podrán corregirlos disciplinariamente en la forma establecida en el art. 537.
La conducta ministerial de los relatores, secretarios, notarios, conservadores, archiveros, procuradores,
receptores y empleados de secretaría se halla bajo la vigilancia de las CA, quienes podrán imponer a dichos
funcionarios, procediendo de plano, las penas correccionales que se especifican en los arts. 537 y 542
(sanciones disciplinarias), y a más la de suspensión hasta por sesenta días de sus respectivos empleos u
oficios, siempre que la prudencia y la necesidad de mantener la disciplina así lo exigieren.

iii. En tercer lugar, los Juzgados de Letras, dentro de su territorio jurisdiccional, también
ejercen facultades disciplinarias sobre todos las personas que ejerzan funciones
concernientes a la administración de justicia que están sujetas a su autoridad (art. 532 del
COT). No obstante, hay dos auxiliares de la administración de justicia que escapan a la
jurisdicción disciplinaria del juez de letras, cuales son: los notarios, ya que respecto de
ellos esta labor le corresponde a las CA, pero si éstas notaren la comisión de una falta o
abuso, pueden sancionarlo disciplinariamente ellas mismas, o bien, delegar esta función
en el juez de letras respectivo cuando la notaría no se halle en el mismo lugar de asiento

38
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

de la Corte; y los Defensores Públicos, ya que esta labor le corresponde a la CA


respectiva.
Art. 532. A los jueces de letras corresponde inmediatamente mantener la disciplina judicial en toda la
extensión del territorio sujeto a su autoridad, haciendo observar las leyes relativas a la administración de
justicia, y los deberes de los empleados de secretaría y demás personas que ejercen funciones
concernientes a ella.
En consecuencia, deberán vigilar la conducta ministerial de todas las personas que ejercen funciones
concernientes a la administración de justicia y que se hallan sujetas a su autoridad.

iv. En el caso de los Juzgados de Garantía y de los Tribunales Oral en lo Penal, las
facultades disciplinarias sobre los jefes de unidades y personal de estos tribunales, serán
ejercidas por el administrador del tribunal.
v. El Presidente de la República también cuenta con facultades disciplinarias, pues de
acuerdo al art. 32 Nº 13 de la CPR, son atribuciones especiales del Presidente de la
República: velar por la conducta ministerial de los jueces y demás empleados del Poder
Judicial y requerir, con tal objeto, a la Corte Suprema para que, si procede, declare su
mal comportamiento, o al Ministerio Público, para que reclame medidas disciplinarias
del tribunal competente, o para que, si hubiere mérito bastante, entable la
correspondiente acusación.
vi. También tiene facultades disciplinarias el Congreso Nacional, quien conociendo de una
acusación constitucional entablada en contra de los miembros de los Tribunales
Superiores de justicia por notable abandono de sus deberes, puede declarar que no tienen
el buen comportamiento exigido por la CPR y las leyes, y acordar, por consiguiente, su
remoción.

c. MECANISMOS LEGALES PARA EL EJERCICIO DE LAS FACULTADES DISCIPLINARIAS.


Las facultades disciplinarias pueden proceder de oficio o petición de parte. Proceden de
oficio cuando el tribunal, de propia iniciativa, conociendo de un proceso o de otros antecedentes
(por ejemplo, en una visita a un determinado oficio judicial), observa que un funcionario, parte o
interesado, ha incurrido en alguna falta o abuso que debe ser sancionada disciplinariamente; y
opera a petición de parte, cuando el propio interesado solicita al tribunal la aplicación de una
medida disciplinaria (ya sea por la vía de la queja disciplinaria o mediante el recurso de queja),
por estimar que ha sido víctima de una falta o abuso por parte de un determinado funcionario
judicial.
En conreto, los mecanismos legales para el ejercicio de las facultades disciplinarias que
pueden ejercer los tribunales de justicia, son los siguientes:
i. Queja d isciplinar ia o queja propiamente tal. Es aquel medio que busca corregir las
faltas o abusos de jueces o funcionarios judiciales cometidos en el ejercicio de sus
funciones, siempre que no sea la dictación de una resolución judicial. Por falta o abuso se
debe entender cualquier irregularidad en la conducta ministerial de un funcionario que no
sea la dictación de una resolución judicial; por ejemplo, cuando un juez falte de palabra,
por escrito o de obra, a una parte del litigio.

39
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

ii. Recurso de queja (art. 545 del COT). Es un medio para impugnar resoluciones
judiciales dictadas con falta o abuso grave. Se le llama “recurso” porque su objeto es
invalidar o dejar sin efecto una determinada resolución judicial (sentencias interlocutorias
y definitivas); debe fundarse en la falta o abuso (irregularidad) cometido en el
pronunciamiento de dicha resolución, a diferencia de los recursos procesales, que se
basan en los errores de forma o de fondo que aquélla puede contener.
Art. 545. El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en
la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional. Sólo procederá cuando la falta o abuso se cometa en
una sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación, o definitiva, y que no
sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la atribución de la Corte
Suprema para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias. Se exceptúan las sentencias
definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso procederá el recurso
de queja, además del recurso de casación en la forma.
El fallo que acoge el recurso de queja contendrá las consideraciones precisas que demuestren la falta o
abuso así como los errores u omisiones manifiestos y graves que los constituyan y que existan en la
resolución que motiva el recurso, y determinará las medidas conducentes a remediar tal falta o abuso. En
ningún caso podrá modificar, enmendar o invalidar resoluciones judiciales respecto de las cuales la ley
contempla recursos jurisdiccionales ordinarios o extraordinarios, salvo que se trate de un recurso de queja
interpuesto contra sentencia definitiva de primera o única instancia dictada por árbitros arbitradores.
En caso que un tribunal superior de justicia, haciendo uso de sus facultades disciplinarias, invalide una
resolución jurisdiccional, deberá aplicar la o las medidas disciplinarias que estime pertinentes. En tal caso,
la sala dispondrá que se dé cuenta al tribunal pleno de los antecedentes para los efectos de aplicar las
medidas disciplinarias que procedan, atendida la naturaleza de las faltas o abusos, la que no podrá ser
inferior a amonestación privada.

La diferencia entre la queja disciplinaria y el recurso de queja, es que en la primera se


insta para que se apliquen medidas disciplinarias, en cambio, en el recurso de queja se
ataca una resolución judicial y, consecuencialmente, el tribunal superior podrá adoptar
una medida disciplinaria. Ahora bien, hay que tener claro que las medidas disciplinarias
se aplican por faltas o abusos cometidos por un funcionario judicial, no constitutivos de
crimen o simple delito; pues los delitos o simples delitos cometidos por los funcionarios
judiciales en el ejercicio de su cargo dan origen a responsabilidad penal, lo cual es objeto
37
de jurisdicción contenciosa.
iii. Calificació n (arts. 270 y siguientes del COT). La calificación es una evaluación anual
de todos los funcionarios judiciales, salvo los Ministros y Fiscales Judiciales de la CS, en
una escala de uno a siete, lo cual determina su inclusión en una determinada lista
(sobresaliente, buena, satisfactoria, regular, condicional, deficiente).
Art. 273. Los funcionarios del Escalafón Primario, con la sola excepción de los ministros y fiscal judicial
de la CS, los funcionarios del Escalafón Secundario y los empleados del Poder Judicial serán calificados
anualmente atendiendo a la conducta funcionaria y desempeño observados en ese período, en la forma en
que se dispone en los artículos siguientes.
El período de calificación comprenderá doce meses de desempeño funcionario y se extenderá desde el 1° de
noviembre al 31 de octubre del año siguiente. El proceso de calificaciones deberá iniciarse el 1° de
noviembre y quedará terminado, a más tardar, el 31 de enero de cada año.
La evaluación se hará por quienes se indica a continuación:
a) La CS, en pleno, calificará a los ministros de CA, a los relatores y procuradores del número que se
desempeñen en dicho tribunal, a su secretario, prosecretario y empleados;

37
El recurso de queja y la queja disciplinaria se analizarán en el Capítulo XI de estos apuntes, a propósito de los
recursos procesales.
40
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

b) Las CA, en pleno, calificarán a los jueces de letras, a sus secretarios, relatores y empleados, y a los
secretarios de juzgados y funcionarios auxiliares de la Administración de Justicia que ejerzan sus funciones
en el territorio jurisdiccional de juzgados de ciudad asiento de CA. También calificarán a los demás notarios
que ejerzan funciones en el territorio de su jurisdicción, previo informe del juez o de los jueces en cuyo
territorio jurisdiccional se desempeñen;
c) El Fiscal Judicial de la CS calificará a su secretario abogado, a los empleados de su oficio y a los fiscales
de las CA;
d) Los fiscales judiciales de las CA calificarán a los empleados de su oficio;
e) Los jueces letrados calificarán a los miembros del consejo técnico y empleados y a los funcionarios
auxiliares de la Administración de Justicia no comprendidos en las letras anteriores que se desempeñen
dentro de sus respectivos territorios jurisdiccionales. En este último caso, en los lugares en que existan dos
jueces de letras, la calificación la hará el más antiguo, y en aquellos en que existan más de dos se
constituirán todos en comisión calificadora. Si fueren más de cinco, la comisión estará constituida por los
cinco jueces de mayor antigüedad, y
f) El Presidente de la CA respectiva calificará a los administradores de tribunales de la jurisdicción, teniendo
a la vista informes que deberán emitir por separado el Comité de Jueces correspondiente y la Corporación
Administrativa del Poder Judicial. Actuará como secretario de estas comisiones, el secretario del tribunal
donde se desempeñe su presidente o en su defecto, el secretario más antiguo de cualquiera de los tribunales
cuyos jueces integren la comisión, y si hubiere dos o más secretarios, el que éste designe. Si la calificación
corresponde hacerla a una sola persona, ésta designará, en el mes de octubre de cada año, un secretario
entre sus subordinados o auxiliares de la Administración de Justicia de su territorio jurisdiccional.
Art. 276. Las calificaciones se efectuarán por los órganos calificadores indicados en el art. 273, en un
procedimiento reservado, dentro de los quince primeros días del mes de diciembre de cada año, fuera del
horario de funcionamiento ordinario de los tribunales.
Todas las personas sujetas a evaluación deberán ser calificadas en esa oportunidad, con los antecedentes
que a esa fecha existan sobre ellas.
La calificación deberá ser puesta, privadamente, en conocimiento del respectivo evaluado, tan pronto como
finalice el proceso, entregándole copia de la parte que le concierna del libro de acta a que se refiere la letra
c) del art. 274, sea personalmente o remitiéndole ésta por carta certificada al tribunal donde preste sus
servicios.
Las calificaciones que realice la CS en única instancia solo serán susceptibles del recurso de reposición, el
que deberá ser fundado. Las demás calificaciones sólo podrán ser objeto del recurso de apelación,
igualmente fundado, señalando claramente los hechos que a juicio del apelante deben ser considerados para
mejorar la calificación. Las calificaciones a que se refiere la letra f) del art. 273 serán apelables ante el
pleno de la Corte de Apelaciones respectiva.
Estos recursos deberán interponerse en el plazo fatal de cinco días hábiles contados desde la fecha de
notificación de la calificación de la que se pide reposición o se apela. Si la notificación se hubiese hecho
por carta certificada, se entenderá efectuada transcurridos que sean tres días hábiles desde la fecha de
entrega de la carta al Servicio de Correos. Los recursos, dirigidos al órgano calificador que deba conocer de
ellos, se presentarán directamente ante el que haya efectuado la evaluación, cuyo secretario deberá
remitirlos, dentro de 48 horas, al que deba conocerlos.

iv. Aplicación de sanciones discip linarias (vía represiva más directa). Detectada una
falta cometida por un juez, un funcionario judicial, o una parte en un proceso, tendrá
lugar una sanción administrativa, las cuales van desde la amonestación verbal, al arresto
(arts. 530 y 542 del COT). Por ejemplo, los jueces pueden aplicar sanciones a los
abogados litigantes y comparecientes, cuando no guarden la debida compostura en la
sala, o cuando falten el respeto de los jueces en sus escritos.
Art. 530. Los jueces de letras están autorizados para reprimir o castigar los abusos que se cometieren
dentro de la sala de su despacho y mientras ejercen sus funciones de tales, con alguno de los medios
siguientes:
1. Amonestación verbal e inmediata;
2. Multa que no exceda de cuatro unidades tributarias mensuales, y

41
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

3. Arresto que no exceda de cuatro días.


Deberán emplear estos medios en el orden expresado y sólo podrán hacer uso del último en caso de
ineficacia o insuficiencia de los primeros.
Art. 542. Para la represión y castigo de las faltas que se cometieren ante la CS y ante las CA, mientras
ejercen sus funciones, estos tribunales podrán emplear alguno de los medios siguientes:
1. Amonestación privada;
2. Censura por escrito;
3. Multa de 1 a 15 días de sueldo o multa no inferior a dos ni superior a diez unidades tributarias mensuales,
4. Arresto que no exceda de ocho días. Este arresto será siempre conmutable en multa, en proporción de
media unidad tributaria mensual por cada día.
Estos tribunales tendrán, también, las facultades que el art. 531 otorga a los jueces de letras, para la
represión o castigo de las faltas de respeto que se cometieren en los escritos que se les presentaren.

Por último, hay que tener presente el art. 80 incs. III y IV de la CPR, que permite a la CS
remover a los jueces o decretar su traslado.
Art. 80 inc. III. En todo caso, la CS por requerimiento del PDR, a solicitud de parte interesada, o de oficio,
podrá declarar que los jueces no han tenido buen comportamiento y, previo informe del inculpado y de la
CA respectiva, en su caso, acordar su remoción por la mayoría del total de sus componentes. Estos acuerdos
se comunicarán al PDR para su cumplimiento.
La CS, en pleno especialmente convocado al efecto y por la mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio,
podrá autorizar u ordenar, fundadamente, el traslado de los jueces y demás funcionarios y empleados del
Poder Judicial a otro cargo de igual categoría.

v. Visitas (medidas preventivas). Las visitas son inspecciones que se practican por los
funcionarios judiciales que indica la ley, a los Tribunales, a los oficios de los auxiliares
de la administración de justicia, a los empleados subalternos de ambos, y a las cárceles y
demás lugares de detención, con el objeto de velar por la disciplina judicial, y en el caso
de las cárceles, para tomar conocimiento del estado de seguridad, orden e higiene, de si
los internos cumplen sus condenas, o para oír sus reclamaciones. Estas visitas se
clasifican en ordinarias y extraordinarias, según si se practican en las fechas señaladas
38
por la ley, o bien, en los casos en que los visitadores estimen conveniente hacerlas.

vi. Remisión de estados (medida preventiva). Cada dos meses, cada tribunal debe enviar
a su superior jerárquico, un listado que contenga todas las causas que se están conociendo

38
Las CA deben realizar una v i s i t a o r d i n a r i a con el objeto de fiscalizar a sus subalternos, designando para ello
anualmente a uno o más de sus Ministros para que, durante el respectivo año calendario, actúen como Ministros
visitadores en los Juzgados de Letras y en los oficios de los notarios, conservadores y archiveros que se les asignen
(el nombre del Ministro está anotado en un cartel en los Juzgados de Letras, en las notarías, etc.). Si al efectuar esta
visita el Ministro encargado comprueba la existencia de faltas o delitos cometidos por el funcionario visitado, podrá
adoptar las medidas urgentes que fueren necesarias, dando cuenta de ellas a la Corte respectiva dentro de las 24
horas siguientes. Las v i s i t a s e x t r a o r d i n a r i a s son aquellas que decretan los tribunales superiores de justicia
por medio de alguno de sus ministros, para inspeccionar los juzgados de su respectiva jurisdicción, siempre que el
mejor servicio judicial lo exigiere; eso sí, las Cortes deberán expresar en cada caso en que se decreten visitas
extraordinarias, el objeto de ésta y su duración. En la práctica la mayor razón de su procedencia se explica por una
situación de alarma pública, lo cual implica que tanto la CS como la CA puede realizarlas de oficio, aunque también
pueden tener lugar a petición de parte. Las visitas extraordinarias constituyen una excepción al principio de la
radicación, por cuanto implica la facultad de un ministro en visita, ya no para vigilar una conducta ministerial, sino
para avocarse en una causa radicada ante otro tribunal o para avanzar en ella por notable retardo en el despacho de
causas.
42
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

en ese tribunal, indicando su estado de tramitación. Con esto se busca fiscalizar que los
jueces cumplan los plazos que la ley dispone.

7. JURISDICCIÓN ORDINARIA, ESPECIAL Y ARBITRAL.


Como se ha dicho en párrafos anteriores, la jurisdicción es unitaria, es decir, es una sola,
y como tal, no admite clasificaciones, ni divisiones. Sin embargo, la doctrina distingue entre una
jurisdicción ordinaria, especial y arbitral, en base a dos posibles criterios, a saber:
i. Según CASARINO, atendiendo a la materia que conocen los tribunales, se distingue entre:
jur isdicción ordinaria, que es aquella que tiene la característica de ser general y
atrayente (o residual); general por cuanto se refiere a las materias que afectan a la
generalidad o común de las personas (civiles y penales); y atrayente, ya que todo asunto
que no esté entregado al conocimiento de otra jurisdicción, debe ser conocido por los
tribunales ordinarios. En contraposición, estaría la jur isdicción especial que es
aquella facultad que está entregada a los tribunales de justicia de intervenir en el
conocimiento y fallo de todas aquellas causas que leyes especiales han entregado
expresamente a su conocimiento, es decir, esta jurisdicción aparece como especial y
excluyente; especial, en cuanto a las personas (fuero personal, por ejemplo, los militares
se someten a los tribunales militares, los trabajadores se someten al juzgado del trabajo) o
a la materia (fuero real, por ejemplo, la materia de familia se somete al juez de familia), y
excluyente, porque sólo conocen aquellas causan que la ley expresamente ha entregado su
39
conocimiento.
Sin embargo, aquí surge un problema con los tribunales arbitrales, pues atendiendo a este
criterio, ellos tendrían jurisdicción ordinaria (por ejemplo, en el conocimiento de materias
civiles) o especial (por ejemplo, al conocer materias comerciales).
ii. Por lo anterior, surge otro criterio que atiende al sujeto que ejerce la jurisdicción (criterio
subjetivo); así, la jur isdicció n ordinaria es aquella que está entregada a los tribunales
ordinarios de justicia (art. 5º inc. II del COT), es decir, aquellos tribunales que están
contemplados, organizados y regulados en el COT, y están estructurados en una relación
de jerarquía (pirámide judicial). Mientras que la jur isdicció n especial, es aquella que
está entregada a los tribunales especiales que forman parte del Poder Judicial (art. 5º inc.
III del COT), y a los tribunales especiales que no forman parte del Poder Judicial (art. 5º
inc. IV del COT). Y por último, también está la llamada jurisdicció n arbitral, que es
aquella ejercida por jueces árbitros, es decir, aquellos jueces nombrados por las partes,
por la autoridad judicial, por el testador, o por la ley, para la solución de un asunto
litigioso (art. 5º inc. final).
Art. 5. A los tribunales mencionados en este artículo corresponderá el conocimiento de todos los asuntos
judiciales que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la
calidad de las personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las excepciones que establezcan la
Constitución y las leyes.

39
En este sentido, C ASARINO afirma que los asuntos contenciosos administrativos, es decir, los procesos
jurisdiccionales que se siguen en contra de la Administración, quedarían comprendidos en la jurisdicción especial,
esto en razón de la materia y de las personas que intervienen (los particulares y el Estado)
43
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Integran el Poder Judicial, como tribunales ordinarios de justicia, la Corte Suprema, las Cortes de
Apelaciones, los Presidentes y Ministros de Corte, los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, los Juzgados
de Letras y los Juzgados de Garantía.
Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales, los Juzgados de Familia, los Juzgados de
Letras del Trabajo, los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional y los Tribunales Militares en tiempo de
paz, los cuales se regirán en su organización y atribuciones por las disposiciones orgánicas constitucionales
contenidas en la ley Nº 19.968, en el Código del Trabajo, y en el Código de Justicia Militar y sus leyes
complementarias, respectivamente, rigiendo para ellos las disposiciones de este Código sólo cuando los
cuerpos legales citados se remitan en forma expresa a él.
Los demás tribunales especiales se regirán por las leyes que los establecen y reglamentan, sin perjuicio de
quedar sujetos a las disposiciones generales de este Código.
Los jueces árbitros se regirán por el Título IX de este Código.

Por lo tanto, de acuerdo a este criterio que atiende a la naturaleza del órgano
jurisdiccional (y no la materia que conocen), los tribunales ordinarios, especiales y
arbitrales ejercen la misma y única jurisdicción, pues como se ha dicho reiteradamente, la
jurisdicción es una sola y no admite clasificaciones, y las distinciones que incorrecta y
normalmente se hacen de ella, corresponden más bien a clasifiaciones de su límite que es
la competencia; y en este sentido se habla de jurisdicción civil y penal (ordinaria),
40
laboral, de familia, militar, contenciosa administrativa, etc. (especial) .

D. EQUIVALENTES JURISDICCIONALES.

1. CONCEPTO.
La jurisdicción no es el único medio para satisfacer pretensiones procesales, pues existen
otras formas o alternativas de solución de conflictos que no son jurisdiccionales, a saber: los
llamados equivalentes jurisdiccionales.
Los equivalentes jurisdiccionales son los medios que permiten solucionar conflictos de
relevancia jurídica, sin constituir propiamente jurisdicción; también se definen como aquellos
medios diversos de la jurisdicción aptos para la legítima solución de un conflicto. Se caracterizan
por permitir a las partes resolver un litigio sin necesidad de ocurrir a la autoridad judicial o,
estando dentro de un proceso, sin requerir el pronunciamiento de un fallo; reduciendo o evitando,
así, los costos propios de un juicio y, especialmente, obteniendo una solución capaz de satisfacer
41
a todas la partes involucradas.
Los equivalentes jurisdiccionales suponen habitualmente un acuerdo directo de las partes,
en ocasiones con intervención judicial, que gira en torno a un interés privado o un bien jurídico
disponible; es por ello que, generalmente, están prohibidos cuando en el asunto controvertido
está comprometido el interés público.
40
De acuerdo a este criterio, la doctrina distingue entre asuntos contenciosos administrativos generales, es decir,
aquellos que no tienen una regulación especial, y por ende, quedan comprendidos en la jurisdicción comun de los
Jueces de Letras (tribunales ordinarios), como la acción de nulidad de Derecho público y la acción de
responsabilidad patrimonial del Estado (jurisdicción ordinaria); y también existirían asuntos contenciosos especiales,
es decir, aquellos que tienen una regulación especial, y en cuya tramitación pueden intervenir tribunales ordinarios
(por ejemplo, el reclamo de ilegalidad regional o municipal lo conoce la CA) o especiales (juicio de cuentas que
conoce la CGR).
41
Los equivalentes jurisdiccionales se deben relacionar con la autocomposición, es decir, aquella forma de solución
de conflictos que proviene del acuerdo de las partes o de la declaración unilateral de voluntad de una de ellas. Pues
en ambos casos, el conflicto no va a ser resuelto por un órgano jurisdiccional.
44
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

2. CLASIFICACIONES.
Bajo la rúbrica de “equivalentes jurisdiccionales”, se comprenden instituciones de variada
índole, aunque todas ellas son coincidentes en su función y finalidad, cual es, poner término a un
conflicto. Estos medios pertenecen a un mismo género y tienen el mismo objeto, pero no una
idéntica naturaleza jurídica; es por ello que se pueden clasificar atendiendo a tres criterios:
i. Según el momento en que se realizan, pueden haber equivalentes jurisdiccionales pre-
procesales o anteriores al proceso, es decir, antes de que se inicie el litigio; y equivalentes
de carácter procesal, es decir, una vez iniciado el litigio.
ii. Atendiendo a si tienen lugar dentro del proceso o no, los equivalentes pueden ser
extraprocesales o extrajudiciales (si tienen lugar fuera de un proceso) o intraprocesales (si
se producen dentro de un proceso).
iii. Y atendiendo a la obligatoriedad para llevarlos a cabo, se distingue entre equivalentes
necesarios o voluntarios.

3. EQUIVALENTES JURISDICCIONALES EN PARTICULAR.


Existen distintas instituciones que son catalogadas por la doctrina como equivalentes
jurisdiccionales, sin embargo, como se verá, no todas ellas tienen tal carácter.

a. TRANSACCIÓN.
De acuerdo al art. 2446 inc. I del CC, la transacción es un contrato en que las partes
terminan extrajudicialmente un litigio pendiente o precaven un litigio eventual, haciéndose
concesiones recíprocas. Esta última frase la agrega la doctrina, la cual tiene mucha importancia,
ya que en la transacción siempre deben haber concesiones mutuas, por ejemplo, una persona da
42
una suma de dinero a cambio de que en otro juicio se desista el actor.
Ahora bien, la calidad de equivalente jurisdiccional de la transacción resulta del art. 2460
del CC, que dice que la transacción produce el efecto de cosa juzgada en última instancia. Aquí
hay que tener presente que, si bien, la transacción produce siempre cosa juzgada, ella no
necesariamente tiene tiene mérito ejecutivo, pues sólo lo tendrá cuando conste en un escritura
pública (por eso que en la práctica asume dicha forma); por lo tanto, si no consta en una escritura
pública y una de las partes no cumple con su concesión recíproca, se debe iniciar un juicio
declarativo.
En definitiva, la transacción es un equivalente jurisdiccional que presenta las siguientes
características: es extrajudicial ya que no tiene lugar dentro del proceso; puede ser pre-procesal,

42
En el sistema del CC se entiende haber un litigio pendiente desde que la demanda ha sido legalmente notificada
(se traba la litis). Así lo confirman los arts. 1551 Nº 1 (el deudor está en mora: cuando no ha cumplido la
obligación dentro del término estipulado, salvo que la ley en casos especiales exija que se requiera al deudor para
constituirle en mora), 2455 (es nula asimismo la transacción, si, al tiempo de celebrarse, estuviere ya terminado el
litigio por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada) y 2503 Nº 1 (interrupción civil es todo recurso judicial
intentado por el que se pretende verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor. Sólo el que ha intentado este
recurso podrá alegar la interrupción; y ni aun él en los casos siguientes: si la notificación de la demanda no ha
sido hecha en forma legal).
45
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

cuando precave un eventual litigio, o procesal, cuando pone término a un litigio pendiente; y es
43
voluntaria, pues procede por iniciativa de los contratantes.

b. AVENIMIENTO.
El avenimiento es un acuerdo directo de las partes que pone término un juicio, sin la
intervención directa de un juez. También se define como un acuerdo logrado directamente por
las partes al interior de un proceso, y en virtud del cual ponen término a éste.
En Chile esta figura no está regulada orgánicamente; la única disposición al respecto, es
el art. 434 Nº 3 del CPC, la cual, a propósito de los títulos ejecutivos, esto es, aquellos
documentos a los cuales la ley reconoce el mérito de demostrar fehacientemente la existencia de
una obligación y permitir solicitar su cumplimiento coactivo, señala que el acta de avenimiento
pasada ante el tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o dos testigos, tiene mérito
ejecutivo.
Art. 434. El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su cumplimiento se hace
valer alguno de los siguientes títulos:
3. Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de
actuación.

A partir de este artículo, autores como Juan COLOMBO estiman que para que el acta de
avenimiento tenga el carácter de título ejecutivo, debe estar autorizada (“pasada”) por el tribunal
competente; entonces, se dice que para que el avenimiento sea equivalente jurisdiccional, debe
estar autorizado por el tribunal. Sin embargo, el profesor ALFARO señala que el juez no es que
apruebe el avenimiento, sino que tiene que “tenerlo presente”, y una vez autorizado por un
ministro de fe o por dos testigos, tiene el carácter de título ejecutivo; es decir, el juez no tiene
una injerencia directa en su generación.
En la práctica, el avenimiento se hace por un escrito redactado y firmado por los
abogados de las partes; luego el juez lo tiene presente (no lo aprueba) y el secretario del tribunal
(u otro ministro de fe o dos testigos) autorizan las firmas y el hecho de que el juez lo tuvo
presente, es decir, que se cumplieron los requisitos del art. 434 Nº 3 del CPC. Cumplido estos
requisitos, el avenimiento produce el efecto de cosa juzgada, por tanto, aquellas obligaciones a
que dio lugar podrán ser ejecutadas (acción de cosa juzgada); pues, a diferencia de la
transacción, el avenimiento siempre tiene mérito ejecutivo. En cuanto a la excepción de cosa
juzgada, no hay una norma que indique si el avenimiento la produce o no, pero según el profesor
FORTTES, para la doctrina y la jurisprudencia sí la produce.
En definitiva, el avenimiento es un equivalente jurisdiccional de carácter procesal, pues
supone siempre la existencia de un juicio pendiente; es intraprocesal, ya que el acuerdo de las
partes (autocomposición) se produce dentro del proceso sin intervención directa del juez; y es
voluntario, pues puede ser celebrado a iniciativa de cualquiera (a petición de parte).

43
La transacción solo tiene cabida tratándose de relaciones jurídicas disponibles, esto porque el art. 2450 del CC
señala que no se puede transigir sobre el estado civil de las personas, y el art. 2451 del mismo Código agrega que la
transacción sobre alimentos futuros de las personas o quienes se deban por ley, no valdrá sin aprobación judicial;
ni podrá el juez aprobarla, si en ella se contraviene a lo dispuesto en los artículos 334 y 335.
46
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

c. CONCILIACIÓN.
La conciliación es un acto por el cual las partes ponen fin a un proceso total o
parcialmente, a partir de las bases de arreglo propuestas por el juez. Según CASARINO, es una
manera de poner término a los juicios civiles, salvo las excepciones legales, mediante el acuerdo
directo de las partes, producido en razón de proposiciones de base de arreglo formuladas por el
44
tribunal.
La conciliación, ante todo, es un trámite obligatorio en prácticamente la generalidad de
los juicios (se debe cumplir bajo sanción de nulidad del proceso) y tiene lugar una vez agotada la
fase de discusión y antes de entrar al periodo probatorio. Específicamente, consiste en una
audiencia a la que deben asistir las partes personalmente o representadas, y en la que el juez de la
causa propone bases de arreglo para solucionar ese litigio pendiente. Por tanto, se diferencia del
45
avenimiento, ya que el juez tiene una intervención directa.
Por otro lado, la conciliación es un acto jurídico netamente procesal, pues se realiza
dentro de un proceso (intraprocesal) y está destinado a producir efectos en él, es decir, terminar
un litigio pendiente (procesal). En caso de ser fructífero, se levanta un acta de conciliación que
consignará las bases específicas del arreglo, la cual suscribirán las partes que lo deseen, el
secretario y el juez, y se estimará como sentencia ejecutoriada o firme para todo los efectos
legales (arts. 267 y 434 Nº 1 del CPC), es decir, tendrá mérito ejecutivo, y producirá acción y
46
excepción de cosa juzgada. De ahí su carácter de equivalente jurisdiccional.
Art. 267. De la conciliación total o parcial se levantará acta, que consignará sólo las especificaciones del arreglo; la
cual subscribirán el juez, las partes que lo deseen y el secretario, y se estimará como sentencia ejecutoriada para
todos los efectos legales.
Art. 434. El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su cumplimiento se hace
valer alguno de los siguientes títulos:
1. Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria.

d. LA SENTENCIA EXTRANJERA.
Como se analizó anteriormente, la jurisdicción es una manifestación de la soberanía, por
lo tanto, tiene límites territoriales. A su vez, los tribunales de otro país no tienen jurisdicción en
Chile, pero a pesar de ello, una sentencia extranjera, esto es, un fallo dictado en un proceso
tramitado y resuelto por un juez de otro Estado que haya ejercido su potestad juriisdiccional, en

44
La conciliación es un medio alternativo de solución de conflicto, al igual que la mediación, por ello es importante
distinguir estas dos figuras. La medicación es un procedimiento en el cual dos partes de un conflicto se reúnen con
un tercero, ajeno e imparcial, que facilita la comunicación entre aquellas para que puedan delimitar el conflicto y
encontrar su solución; por tanto, aquí, a diferencia de la conciliación, el mediador no hace propuestas de arreglo; y
además, generalmente, no es un trámite o fase procesal, como la conciliación (así, por ejemplo, en la Ley de
Matrimonio Civil es una posibilidad).
45
Por ley el juez tiene una participación activa, sin embargo, en la práctica esto no ocurre, pues a veces el juez ni
siquiera está presente, sino que un actuario. Cabe decir que algunos confunden la conciliación con el avenimiento
(incluso la ley habla de avenimiento), sin embargo, la conciliación ante todo es un trámite procesal esencial en el
juicio ordinario, y no un acuerdo (sólo si se aceptan las bases se levanta un acta de conciliación).
46
Algunos dicen que la conciliación es una forma de heterocomposición. Hay que recordar que en la
heterocomposición, interviene un tercero ajeno a las partes del conflicto, el cual intenta acercar a éstas para que
resuelvan el pleito; como en la hipótesis de conciliación ocurre lo mismo (el tercero es el juez), ésta sería una forma
de heterocomposición; pero esta opinión es discutible.
47
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

determinados casos puede constituir un equivalente jurisdiccional. Esto acontece cuando son
homologadas (o “nacionalizadas”) las dichas sentencias por los tribunales chilenos, a través de
un trámite llamado exequátur.
Por lo tanto, la sentencia extranjera sería un equivalente jurisdiccional, porque no emana
de la jurisdicción nacional, siempre y cuando sea homologada en Chile a través de un
procedimiento especial llamado exequátur, el cual es un trámite que se efectúa ante la CS, que
tiene por objeto verificar si el fallo extranjero cumple con los requisitos que autorizan su
cumplimiento en Chile (arts. 242, 243, 244 y 245 del CPC); si cumple con los requisitos, la CS
debe dictar una sentencia que autorice la ejecución del fallo extranjero en el territorio nacional,
pudiendo exigirse su cumplimiento al tribunal a quien habría correspondido conocer del negocio
en primera o única instancia, si el juicio se hubiera promovido en Chile (art. 251 del CPC y art. 13
del CPP).
Art. 242. Las resoluciones pronunciadas en país extranjero tendrán en Chile la fuerza que les concedan los tratados
respectivos; y para su ejecución se seguirán los procedimientos que establezca la ley chilena, en cuanto no aparezcan
modificados por dichos tratados.
Art. 243. Si no existen tratados relativos a esta materia con la nación de que procedan las resoluciones, se les dará la
misma fuerza que en ella se dé a los fallos pronunciados en Chile.
Art. 244. Si la resolución procede de un país en que no se da cumplimiento a los fallos de los tribunales chilenos, no
tendrá fuerza en Chile.
Art. 245. En los casos en que no pueda aplicarse ninguno de los tres artículos precedentes, las resoluciones de
tribunales extranjeros tendrán en Chile la misma fuerza que si se hubieran dictado por tribunales chilenos, con tal
que reúnan las circunstancias siguientes:
1. Que no contengan nada contrario a las leyes de la República. Pero no se tomarán en consideración las leyes de
procedimiento a que haya debido sujetarse en Chile la substanciación del juicio;
2. Que tampoco se opongan a la jurisdicción nacional;
3. Que la parte en contra de la cual se invoca la sentencia haya sido debidamente notificada de la acción. Con todo,
podrá ella probar que, por otros motivos, estuvo impedida de hacer valer sus medios de defensa;
4. Que estén ejecutoriadas en conformidad a las leyes del país en que hayan sido pronunciadas.
Art. 251. Mandada cumplir una resolución pronunciada en país extranjero, se pedirá su ejecución al tribunal a quien
habría correspondido conocer del negocio en primera o en única instancia, si el juicio se hubiera promovido en Chile
Art. 13. Efecto en Chile de las sentencias penales de tribunales extranjeros. Tendrán valor en Chile las sentencias
penales extranjeras. En consecuencia, nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual hubiere sido
ya condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo a la ley y al procedimiento de un país extranjero, a
menos que el juzgamiento en dicho país hubiere obedecido al propósito de sustraer al individuo de su
responsabilidad penal por delitos de competencia de los tribunales nacionales o, cuando el imputado lo solicitare
expresamente, si el proceso respectivo no hubiere sido instruido de conformidad con las garantías de un debido
proceso o lo hubiere sido en términos que revelaren falta de intención de juzgarle seriamente.
En tales casos, la pena que el sujeto hubiere cumplido en el país extranjero se le imputará a la que debiere cumplir
en Chile, si también resultare condenado.
La ejecución de las sentencias penales extranjeras se sujetará a lo que dispusieren los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encontraren vigentes.

Ahora bien, hay que tener presente que lo que se ejecuta en Chile es el fallo extranjero,
no el nacional que lo reconoce. En efecto, en este caso hay dos fallos, pero el nacional, que es
fruto de la CS, no tiene por objeto resolver un litigio (pues éste ya fue resuelto por el fallo
extranjero), sino que determinar si se cumplen los requisitos para homologar el fallo extranjero
que lo resolvió (tiene un fin constitutivo). Por lo tanto, el título ejecutivo se forma por dos

48
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

sentencias: la sentencia nacional que homologa el fallo extranjero, y el fallo extranjero (art. 434
47
Nº 7 del CPC), pero lo que se ejecuta, es este último.
Art. 434. El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuanto para reclamar su cumplimiento se hace
valer alguno de los siguientes títulos:
7. Cualquiera otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva.

e. LA MEDIACION
La mediacion es una forma de resolucion de conflictos reconocida expresamente en algunas
leyes chilenas. Es un equivalente jurisdiccional, por cuanto la solucion del conflcito no proviene del
acto de decision de un juez, sino del acuerdo de las partes.
En Chile existe mediacion expresamente reconocida en algunas areas del derecho: familia
(previa y obligatoria, ley 19.968), en salud (previa y obligatoria, ley 19.966) y en laboral (codigo del
trabajo, no obligatoria). Sin embargo, su campo de acción es mas amplio que aquellas ramas del
derecho mencionadas, puesto que tiene aplicacion en sede civil, vecinal e incluso penal.
La ley 19.968 define a la mediacion como un sistema de resolucion de conflcitos en el que un
tercero imparcial, sin poder decisorio, llamado mediador, ayuda a las partes a buscar por si mismas una
solucion al conflicto y sus efectos, mediante acuerdos.
El tercero imparcial, llamado mediador, no es un juez, ya que no tiene poder decisorio y solo
busca ayudar a las partes a solucionar el conflicto via acuerdo.
Cabe indicar que la ley le atribuye el valor en cada caso a la mediacion; asi por ejemplo, en
familia la homologa a una sentencia ejecutoriada y en salud a un contrato de transaccion.

f. LA SENTENCIA ECLESIÁSTICA.
La sentencia eclesiástica es aquella dictada por un tribunal eclesiástico en materias civiles
(utilizando la palabra civil en oposición a espiritual). Esta sentencia es un equivalente
jurisdiccional sólo en aquellos casos en que el Derecho de un Estado reconozca eficacia jurídica
a dichas sentencias; por ejemplo, sería equivalente jurisdiccional en los países que reconocen un
efecto civil a una sentencia eclesiástica de nulidad de un matrimonio.
En Chile no existe esta figura, por tanto, no es un equivalente jurisdiccional, ya que la
jurisdicción sólo se ejerce en el orden temporal (no en el orden espiritual).

g. DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA.
El desistimiento de la demanda es un acto jurídico unilateral por el cual el demandante
(actor) manifiesta su voluntad de no continuar con el proceso, una vez que ha sido notificada

47
Pese a lo anterior, hay algunos autores que señalan que lo que se cumple en Chile no es la sentencia extranjera,
sino la sentencia de la CS que ordena cumplir la resolución extranjera.
49
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

válidamente al demandando, la resolución que provee la demanda (una vez que se ha trabado la
litis). En tal sentido, si el demandado ha sido notificado, se tramita la solicitud de desistimiento
48
como incidente y el tribunal resuelve si la acoge o no ; si se acoge, la sentencia que da lugar al
desistimiento extinguirá los derechos que invoca el demandante, y por tanto, no podrá volver a
empezar el juicio (arts. 148 y 150 del CPC), es decir, producirá acción y excepción de cosa
juzgada, y de ahí que algunos digan que sería un equivalente jurisdiccional.
Art. 148. Antes de notificada una demanda al demandado, podrá el actor retirarla sin trámite alguno, y se
considerará como no presentada. Después de notificada, podrá en cualquier estado del juicio desistirse de ella ante el
tribunal que conozca del asunto, y esta petición se someterá a los trámites establecidos para los incidentes.
Art. 150. La sentencia que acepte el desistimiento, haya o no habido oposición, extinguirá las acciones a que él se
refiera, con relación a las partes litigantes y a todas las personas a quienes habría afectado la sentencia del juicio a
que se pone fin.

Otros autores, sin embargo, dicen que no es un equivalente jurisdiccional, pues hay una
resolución judicial y de ahí se derivan tales efectos. Pero se contraviene este argumento diciendo
que el juez no resuelve la controversia, sino que resuelve si acepta o no el desistimiento.
Por lo tanto, el desistimiento opera dentro del proceso (intraprocesal), y tiene lugar una
vez notificada válidamente la resolución que provee la demanda (mientras no se notifique no
existe un juicio). Ahora, si el demandado no ha sido notificado, puede procederse al retiro
material de la demanda, la cual se considera como no presentada (no es equivalente
jurisdiccional).

h. LA RENUNCIA A LA PRETENSIÓN.
La renuncia a la pretensión es un acto unilateral de abdicación de una pretensión
extraprocesal que se tiene o cree tener, antes de iniciarse un proceso (pre-procesal); por ejemplo,
la renuncia a la acción de saneamiento por vicios redhibitorios. Esta figura es reconocida por la
doctrina, pero no tiene un expreso reconocimiento en nuestra legislación positiva; sólo se
encuentra un atisbo de esto en el art. 148 del CPC, y en el art. 12 del CC.
Art. 12. Podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés individual del
renunciante, y que no esté prohibida su renuncia.

Ahora bien, si la renuncia se produce antes de que haya un proceso (antes de que se
notifique válidamente al demandado la resolución que provee la demanda), no es un equivalente
jurisdiccional, pues no ha nacido el litigio (es un mero no ejercicio de un supuesto derecho). En
cambio, si la renuncia ocurre durante el proceso, se produce el desistimiento de la demanda.

i. EL ALLANAMIENTO DEL DEMANDADO.


El allanamiento es un acto jurídico unilateral por el cual el demandado acepta la (s)
pretensión (es) contenida en la demanda (art. 313 del CPC).

48
Pueden existir motivos para que el tribunal no acoja el desistimiento, por ejemplo, si la parte contraria deduce
oposición.
50
DERECHO PROCESAL CIVIL - JURISDICCIÓN

Art. 313. Si el demandado acepta llanamente las peticiones del demandante, o si en sus escritos no contradice en
materia substancial y pertinente los hechos sobre que versa el juicio, el tribunal mandará citar a las partes para oír
sentencia definitiva, una vez evacuado el traslado de la réplica.
Igual citación se dispondrá cuando las partes pidan que se falle el pleito sin más trámite.

De acuerdo con el art. 313 del CPC, el allanamiento no es un equivalente jurisdiccional,


pues el efecto que genera, es evitar la realización del trámite de conciliación y la apertura del
período de prueba, pero de todos modos el juez debe dictar sentencia; es decir, cuando tiene
lugar el allanamiento, el juicio pasa de la etapa de discusión, a la de sentencia. Sin embargo, un
sector minoritario de la doctrina señala que el allanamiento sí es un equivalente jurisdiccional,
49
porque la sentencia debe ajustarse a los términos del allanamiento, lo cual es discutible.

4. EQUIVALENTES JURISDICCIONALES EN MATERIA PROCESAL PENAL.


Este tema tiene directa relación con las salidas alternativas, es decir, con los mecanismos
que permiten la solución de un conflicto penal de un modo distinto al proceso penal y a la
dictación de una sentencia en el mismo. En el CPP sólo es posible encontrar dos salidas
alternativas, a saber:
i. La suspensión condicional de procedimiento, que es una salida alternativa que opera
mediante una resolución judicial por la cual cesa el curso del proceso por un cierto
tiempo y se somete al imputado al cumplimiento de ciertas condiciones, de modo que si
no se alega dentro del plazo establecido (por el MP) el incumplimiento de dichas
condiciones, la responsabilidad penal se extingue. Como se puede apreciar, esta salida
alternativa opera por una resolución judicial que no pone fin al proceso; por ende, no
puede considerarse como un equivalente jurisdiccional.
ii. Los acuerdos reparatorios, que son convenciones celebradas entre el imputado y la
víctima, en cuya virtud el primero se obliga a reparar el daño causado a la segunda, con
aceptación de ésta y aprobación del juez de garantía. Si bien, estos acuerdos requieren de
la aprobación judicial, sí pueden considerarse como equivalentes jurisdiccionales, pues lo
que pone fin al proceso es el acuerdo (la resolución del juez de garantía es para efectos de
verificar si el acuerdo cumplió con los requisitos).

II. LA ORGANIZACIÓN JUDIC IA L.

A. BASES Y PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL.


.
1. CONSIDERACIONES PREVIAS.
Para poder administrar justicia es necesaria una organización, un sistema, una base sobre
la cual pueda estructurarse. En concreto, debe haber un conjunto de principios y condiciones
indispensables para la correcta y eficiente administración de justicia.

49
Tanto la renuncia de la pretensión y el desistimiento de la demanda son equivalentes jurisdiccionales unilaterales,
esto en relación con la clasificación de la autocomposición.
51
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Estos principios son casi inmutables, ya que las modificaciones o excepciones


introducidas han sido mínimas, y de ahí que permanezcan siempre en su vigor primitivo.
Además, no son taxativos, y no todos tienen la misma importancia, pues algunos son más
esenciales que otro, como por ejemplo, el principio de legalidad, de independencia, y de
responsabilidad.
Por último, hay que señalar que estos principios están relacionados con el debido proceso,
es decir, con aquel principio jurídico constitucional, según el cual toda persona tiene derecho a
ciertas garantías mínimas tendientes a asegurar un resultado justo y equitativo dentro del
proceso, y a permitirle tener oportunidad de ser oído y hacer valer sus pretensiones frente al juez.
Estas garantías mínimas se encuentran desarrolladas en el art. 19 N° 3 de la CPR (el cual no
habla de debido proceso sino que de “justo y racional procedimiento”), y son: el derecho de
acción o tutela judicial; el derecho a defensa jurídica; el derecho al juez natural (prohibición de
comisiones especiales); legalidad del proceso; no presunción de derecho de la responsabilidad
penal; y el principio de legalidad y tipicidad en materia penal.

2. PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
El principio de legalidad está consagrado en los arts. 6º y 7º de la CPR, y partir de estas
disposiciones, se puede decir que se traduce en que las potestades públicas deben fundarse en el
Derecho, tanto en su origen como en su actuar.
Art. 6. Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y
garantizar el orden institucional de la República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda persona,
institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley
Art. 7. Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su
competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias
extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la
Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley señale.

Como se puede apreciar, este principio es aplicable a todas las potestades públicas, pero
respecto de la función jurisdiccional, se traduce en lo siguiente: la organización y atribuciones de
los tribunales de justicia, y el procedimiento que se sigue ante ellos, debe estar determinado por
ley. Por lo tanto, los aspectos de este principio, en el ámbito jurisdiccional, se pueden analizar
de la siguiente forma:
i. Le galidad del órgano. El órgano jurisdiccional debe ser creado por ley, pues de
acuerdo al art. 19 Nº 3 inc. IV de la CPR, nadie podrá ser juzgado por comisiones
especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por ésta
50
con anterioridad a la perpetración del hecho (derecho al juez natural) . El art. 77 inc. I
de la CPR reitera esta idea, al señalar que una LOC determinará la organización y

50
Las comisiones especiales son aquellas entidades formadas por un individuo o grupo de individuos que de hecho o
de facto ejercen la jurisdicción que la CPR reserva a los tribunales de justicia creados por el legislador. Este es el
único inciso del numeral 3 del art. 19 que está amparado por la acción de protección.
52
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la pronta y cumplida


administración de justicia en todo el territorio de la República (esta LOC es el COT).
¿Pueden crearse tribunales por leyes especiales? La exigencia es que el órgano
jurisdiccional se encuentre determinado con el mismo nivel de abstracción que los
preceptos que debe aplicar, por tanto, no se pueden crear tribunales para un caso
51
concreto.
.
ii. Le galidad de las atribuciones. Esta exigencia se traduce en que la competencia del
órgano jurisdiccional debe estar establecida por la ley en forma previa (art. 77 inc. I de la
CPR), y su actuación debe respetar la ley, sino será nula (arts. 6º y 7º de la CPR).

iii. Le galidad del procedimiento. Esta legalidad es respecto de la forma (los pasos que
se deben seguir) y del fondo (la dictación del fallo). En cuanto a la forma, el art. 19 Nº 3
inc. V de la CPR señala expresamente que toda sentencia de un órgano que ejerza
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado.
En cuanto a la observancia y aplicación de las leyes de fondo en la dictación del fallo, no
52
existe un reconocimiento legal expreso como en el caso del procedimiento ; pero es de la
esencia de la jurisdicción aplicar el Derecho para resolver un conflicto jurídico que se le
somete a su conocimiento (art. 170 Nº 5 del CPC); pues si el juez no aplica o falla con
infracción a la ley, se puede impugnar la resolución mediante el recurso casación en la
forma (art. 768 Nº 5 del CPC) o en fondo (art. 767 del CPC) respectivamente; y si en el
ejercicio de su ministerio falla a sabiendas en contra de una ley expresa y vigente, comete
el delito de prevaricación (art. 223 Nº 1 del CP).
Art. 170. Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que modifiquen o
revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán:
5. La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con arreglo a los cuales se
pronuncia el fallo.
Art. 768. El recurso de casación en la forma ha de fundarse precisamente en alguna de las causas
siguientes:
5. En haber sido pronunciada con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el art. 170.
Art. 767. El recurso de casación en el fondo tiene lugar contra sentencias definitivas inapelables y contra
sentencias interlocutorias inapelables cuando ponen término al juicio o hacen imposible su continuación,
dictadas por Cortes de Apelaciones o por un tribunal arbitral de segunda instancia constituido por árbitros
de derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de negocios de la competencia de dichas
Cortes, siempre que se hayan pronunciado con infracción de ley y esta infracción haya influido
substancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Art. 223 Los miembros de los tribunales de justicia colegiados o unipersonales y los funcionarios que
desempeñan el ministerio público, sufrirán las penas de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos, derechos políticos y profesiones titulares y la de presidio o reclusión menores en
cualesquiera de sus grados:
1. Cuando a sabiendas fallaren contra ley expresa y vigente en causa criminal o civil.

51
En Chile, según la doctrina, esta exigencia se vulnera con el nombramiento de Ministros en Visita, pues aquí el
juzgador se encuentra determinado por un acto singular que es posterior a los hechos que debe conocer; y con los
mecanismos para la distribución de causas en los Juzgados de Letras.
52
No obstante, respecto del TC sí existe tal reconocimiento en el art. 92 inc. V de la CPR, el cual señala que el
Tribunal adoptará sus acuerdos por simple mayoría, salvo los casos en que se exija un quórum diferente y fallará
de acuerdo a derecho.
53
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Si bien de las normas transcritas se desprende la legalidad en materia de fondo, hay


excepciones a este principio, a saber:
- Si falta una ley que resuelva el asunto, en virtud del principio de inexcusabilidad, el
juez igualmente debe fallar conforme a los principios de equidad (art. 170 Nº 5 del
CPC).

- Hay situaciones en las cuales la ley faculta al juez para fallar en conciencia, o en base
a su prudencia o equidad; por ejemplo, los árbitros arbitradores (art. 637 del CPC).
Art. 637. El arbitrador oirá a los interesados; recibirá y agregará al proceso los instrumentos que le
presenten; practicará las diligencias que estime necesarias para el conocimiento de los hechos, y dará su
fallo en el sentido que la prudencia y la equidad le dicten.

3. PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA.
La independencia se traduce en que el órgano jurisdiccional no debe estar sometido en su
actuar a ningún tipo de presión o influencia física, económica o moral, respecto de otros poderes
del Estado. Este es un principio común a todas las potestades públicas, pero reviste mayor
importancia respecto de los tribunales de justicia, dada la objetividad e imparcialidad con que
deben ejercer la función jurisdiccional; es por ello que el art. 12 del COT dispone que el Poder
Judicial es independiente de toda otra autoridad en el ejercicio de sus funciones. Esta
independencia puede ser de dos tipos, o analizada desde dos puntos de vista:
i. Independencia externa o ad extra, esto es, la independencia del órgano
jurisdiccional respecto de los demás poderes del Estado. La independencia externa
presenta, a su vez, un doble aspecto:
- Un aspecto positivo que dice relación con que ninguna otra autoridad puede
intervenir en la actividad jurisdiccional, y si lo hace, su actuación es nula (arts. 7º inc.
II y 76 inc. I segunda parte de la CPR). Por otro lado, si un poder público invade la
esfera de atribuciones propias de otro, el agente responsable de dicho acto habrá
cometido el delito de usurpación de atribuciones, previsto y penado en el art. 222 del
CP, sin perjuicio de la nulidad del acto realizado.

Art. 7 inc. II. Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a
pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les
hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Art. 76 inc. I segunda parte. Ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno,
ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus
resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.
Art. 222 El empleado del orden judicial que se arrogare atribuciones propias de las autoridades
administrativas o impidiere a éstas el ejercicio legítimo de las suyas, sufrirá la pena de suspensión del
empleo en su grado medio.
En la misma pena incurrirá todo empleado del orden administrativo que se arrogare atribuciones
judiciales o impidiere la ejecución de una providencia dictada por tribunal competente.
Las disposiciones de este artículo sólo se harán efectivas cuando entablada la competencia y resuelta
por la autoridad correspondiente, los empleados administrativos o judiciales continuaren procediendo
indebidamente.

54
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Esta independencia se garantiza con el principio de inamovilidad y, de cierto modo,


con el nombramiento de quienes ejercen la función jurisdiccional, ya que de acuerdo al
art. 78 de la CPR, son los jueces quienes deben proponer a las personas que van a
ingresar al Poder Judicial, pero el nombramiento lo hace el Presidente de la República.
Art. 78 inc. III. Los ministros y los fiscales judiciales de la CS serán nombrados por el Presidente de la
República, eligiéndolos de una nómina de cinco personas que, en cada caso, propondrá la misma Corte,
y con acuerdo del Senado.
Inc. VI. Los ministros y fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones serán designados por el PDR, a
propuesta en terna de la CS.
Los jueces letrados serán designados por el Presidente de la República, a propuesta en terna de la Corte
de Apelaciones de la jurisdicción respectiva

- El aspecto negativo se traduce en que a los jueces les está terminantemente


prohibido intervenir y mezclarse en las atribuciones o funciones de los demás poderes
públicos. Esto lo consagra el art. 4º del COT, al señalar que es prohibido al Poder
Judicial mezclarse en las atribuciones de otros poderes públicos y en general ejercer
otras funciones que las determinadas en los artículos precedentes (función
jurisdiccional y facultades anexas a la jurisdicción). En este sentido, aquí también se
establece el delito de usurpación de funciones (art. 222 inc. I del CP).
Esto se garantiza estableciendo en la ley (COT) las llamadas incompatibilidades de los
jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional; así, por ejemplo, el art. 261 del COT
establece que las funciones judiciales son incompatibles con toda otra remunerada
con fondos fiscales o municipales, con excepción de los cargos docentes hasta un
límite máximo de doce horas semanales.

ii. Independencia interna o ad intra. Esto se traduce en que cada tribunal es


independiente de los demás jueces, es decir, debe obrar sin temor o coerción respecto de
sus compañeros o superiores. Esta independencia se asegura con en el principio de
inavocabilidad, es decir, radicado un juicio o asunto ante un tribunal determinado, no
puede otro tribunal pretender conocer de él.
Asimismo, es importante que el órgano jurisdiccional sea independiente de todo tipo de
influencias que puedan provenir de las partes o de sus abogados, lo cual se asegura con
las normas relativas a las implicancias y recusaciones (por ejemplo, es causal de
53
implicancia, ser el juez parte en el pleito o tener en él interés procesal) , y con normas
especiales que imponen prohibiciones a los jueces, como por ejemplo, el art. 320 inc. II
del COT, que señala que los jueces deben abstenerse de dar oído a toda alegación que las
partes, o terceras personas a nombre o por influencia de ellas, intenten hacerles fuera
del tribunal.

53
Las implicancias son más graves que las recusaciones, porque comprometen en mayor medida la independencia
del juez. De ello se deriva que si un juez entra a conocer una causa, y respecto de él concurre una causal de
implicancia, comete un delito (el juez se debe declarar implicado de oficio). Las recusaciones, en cambio, son de un
compromiso menor, y están establecidas en el interés de las partes contrarias, por lo que pueden ser renunciadas por
ellas y deben declararse a petición de parte.
55
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

4. PRINCIPIO DE INAMOVILIDAD.
La inamovilidad es una garantía consagrada en beneficio de los jueces consistente en que
no pueden ser removidos de su cargo mientras observen el buen comportamiento exigido por la
CPR y las leyes, salvo las causales legales y constitucionales. Como se dijo, la inamovilidad es un
principio que garantiza la independencia externa de los tribunales, ya que los jueces pueden
fallar tranquilos en uno u otro sentido, puesto que no pueden ser removidos de sus cargos por
otras autoridades a las cuales les disgustó el fallo.
A pesar de su importancia manifiesta, este principio no es de carácter absoluto, ya que la
propia CPR o las leyes se encargan de establecer casos en donde los jueces pueden ser removidos:
i. Por haber cumplido de 75 años de edad; salvo el Presidente de la CS quien terminará su
cargo hasta el término de su periodo, que es de dos años (art. 80 inc. I y II de la CPR).
Art. 80. Los jueces permanecerán en sus cargos durante su buen comportamiento; pero los inferiores
desempeñarán su respectiva judicatura por el tiempo que determinen las leyes.
No obstante lo anterior, los jueces cesarán en sus funciones al cumplir 75 años de edad; o por renuncia o
incapacidad legal sobreviniente o en caso de ser depuestos de sus destinos, por causa legalmente
sentenciada. La norma relativa a la edad no regirá respecto al Presidente de la Corte Suprema, quien
continuará en su cargo hasta el término de su período.

ii. Por renuncia (por ejemplo, para evitar su remoción un juez puede abdicar a su cargo) o
incapacidad legal sobreviviente. Esto último se relaciona con las incapacidades para ser
juez, contenidas en el art. 256 del COT.
Art. 256. No pueden ser jueces:
1. Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia o prodigalidad;
2. Los sordos;
3. Los mudos;
4. Los ciegos;
5. Los que de conformidad a la ley procesal penal, se hallaren acusados por crimen o simple delito o
estuvieren acogidos a la suspensión condicional del procedimiento.
6. Los que hubieren sido condenados por crimen o simple delito. Esta incapacidad no comprende a los
condenados por delito contra la seguridad interior del Estado;
7. Los fallidos, a menos que hayan sido rehabilitados en conformidad a la ley, y
8. Los que hayan recibido órdenes eclesiásticas mayores.

iii. Por remoción. De acuerdo al art. 80 inc. III de la CPR, la CS por requerimiento del
Presidente de la República, a solicitud de parte interesada, o de oficio, podrá declarar
que los jueces no han tenido buen comportamiento (por ejemplo, por tráfico de
influencias) y, previo informe del inculpado y de la CA respectiva, en su caso, acordar su
remoción por la mayoría del total de sus componentes. Estos acuerdos se comunicarán al
Presidente de la República para su cumplimiento.
iv. Por haber sido mal calificado. De acuerdo al art. 278 bis del COT, el funcionario que
figure en lista Deficiente o, por segundo año consecutivo, en lista Condicional, una vez
firme la calificación respectiva, quedará removido de su cargo por el sólo ministerio de
la ley. En tanto no quede firme la mencionada calificación, el funcionario quedará de
inmediato suspendido de sus funciones.

56
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

v. Por un juicio de amovilidad. Al respecto, el art. 332 Nº 4 del COT señala que el cargo de
juez expira: por sentencia ejecutoriada recaída en el juicio de amovilidad, en que se
declare (por parte de los tribunales superiores de justicia) que el juez no tiene la buena
comportación exigida por la CPR para permanecer en el cargo.
Art. 337. Se presume de derecho, para todos los efectos legales, que un juez no tiene buen comportamiento
en cualquiera de los casos siguientes:
1. Si fuere suspendido dos veces dentro de un periodo de tres años o tres veces en cualquier espacio de
tiempo;
2. Si se dictaren en su contra medidas disciplinarias más de tres veces en el período de tres años;
3. Si fuere corregido disciplinariamente más de dos veces en cualquier espacio de tiempo, por observar una
conducta viciosa, por comportamiento poco honroso o por negligencia habitual en el desempeño de su
oficio, y
4. Si fuere mal calificado por la Corte Suprema de acuerdo con las disposiciones contenidas en el párrafo
tercero de este título.

vi. Por haber sido declarado responsable criminal o civilmente por delito cometido en razón
de sus actos ministeriales.
vii. Por la declaración de culpabilidad hecha por el Senado, en un juicio constitucional,
respecto de los magistrados de los tribunales superiores de justicia, por notable abandono
de sus deberes.

5. PRINCIPIO DE INAVOCABILIDAD.
Este principio está consagrado en el art. 8º del COT, y consiste en que ningún tribunal
puede avocarse el conocimiento de causas o negocios pendientes ante otro tribunal, a menos que
la ley le confiera expresamente esta facultad. Como se dijo, la inavocabilidad se relaciona con la
independencia al interior del órgano jurisdiccional y, además, con la regla de radicación o fijeza
(en materia de competencia), pues radicado un juicio o asunto ante un tribunal determinado, no
puede otro tribunal pretender conocer de él.
Sin embargo, como se desprende del propio art. 8º del COT, hay casos en que un juez
puede conocer de un asunto que está siendo conocido por otro tribual, a saber:
i. Las visitas extraordinarias. De acuerdo al art. 559 del COT, los Tribunales Superiores de
Justicia decretarán visitas extraordinarias por medio de alguno de sus ministros en los
juzgados de su respectivo territorio jurisdiccional, siempre que el mejor servicio judicial
lo exigiere; pudiendo el ministro visitador despachar y sentenciar las causas pendientes,
en caso de retardo notable de los jueces visitados (art. 560 Nº 3 del COT). Esto también
hace excepción a la regla de competencia absoluta de radicación o fijeza.
Art. 560. El tribunal ordenará especialmente estas visitas en los casos siguientes:
3. Siempre que sea necesario investigar hechos que afecten a la conducta de los jueces en el ejercicio de sus
funciones y cuando hubiere retardo notable en el despacho de los asuntos sometidos al conocimiento de
dichos jueces.

ii. Acumulación de autos, esto es, la reunión de dos o más procesos que se tramitan
separadamente, con el objeto de que constituyan un solo juicio y terminen por una sola
sentencia, para mantener la continencia, o unidad de la causa.

57
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

iii. Feriado judicial, ya que es posible que el juzgado de turno, bajo ciertos requisitos,
conozca de casos tramitados por otros tribunales.

6. PRINCIPIO D RESPONSABILIDAD.
Este principio se traduce en que los jueces deben responder por las actuaciones ilegales
que realizaren en el ejercicio de sus funciones (art. 13 del COT). El principio de responsabilidad
es un complemento necesario de la inamovilidad, pues garantiza que el juez inamovible se sujete
a las leyes en el ejercicio de sus funciones, so pena de incurrir en responsabilidad; en otras
palabras, evita que la inamovilidad convierta al juez en un déspota.
Art. 13. Las decisiones o decretos que los jueces expidan en los negocios de que conozcan no les impondrán
responsabilidad sino en los casos expresamente determinados por la ley.

Ahora bien, la responsabilidad de los jueces puede ser de diferentes clases, a saber:
i. Responsabilidad civil en sus actuaciones ministeriales (desempeño de sus funciones).
La responsabilidad civil, en general, es la obligación que tiene toda persona de responder
por los daños o perjuicios que causa a otra, con ocasión de un acto u omisión ilícita. En el
ámbito judicial, se establece que esta responsabilidad es aquella en que puede incurrir el
juez por los daños o perjuicios estimables en dinero que se causen en virtud de un delito o
54
cuasidelito cometido en el ejercicio de su cargo (arts. 325 y 326 del COT) , es decir, no
procede por cualquier actuación u omisión ilícita, sino que por un delito o cuasidelito; sin
embargo, hay un caso de responsabilidad civil que deriva de una actuación ilícita que no
es un delito o cuasidelito, contemplado en el art. 537 Nº 3 del COT.
Art. 325. Todo juez delincuente será, además, civilmente responsable de los daños estimables en dinero que
con su delito hubiere irrogado a cualesquiera personas o corporaciones.
Art. 326. La misma responsabilidad civil afectará al juez si el daño fuere producido por un cuasidelito.

Art. 327. La responsabilidad civil afecta solidariamente a todos los jueces que hubieren cometido el delito o
concurrido con su voto al hecho o procedimiento de que ella nace.
Art. 537. Las faltas o abusos de que habla el artículo anterior (queja disciplinaria) podrán corregirlos las
Cortes de Apelaciones por uno o más de los medios siguientes:
3. Pago de costas (por parte del tribunal que cometió la falta o abuso).

ii. Responsabilidad penal en sus actuaciones ministeriales. Es aquella en que incurre el


juez por delitos que comete en el ejercicio de su cargo, los que reciben la denominación
55
genérica de “prevaricación” (arts. 324 del COT y 79 inc. II de la CPR) .

54
Esta responsabilidad civil es distinta a la indemnización de perjuicios por error judicial (art. 19 Nº 7 de la CPR), la
cual es sumamente restrictiva, pues se limita solamente al proceso penal, dejando fuera posibilidades cometidas en
sede civil; y, por otra parte, se trata de un procedimiento de responsabilidad dirigido en contra del Estado.
55
Estos delitos son juzgados en conformidad a un juicio penal especial, o antejuicio, llamado “querella de capítulos”
(regulado en el CPP). Este simple privilegio procesal, se debe a que el juez debe estar protegido ante la venganza
eminente de las partes por hechos derivados del ejercicio de su cargo; por lo tanto, es necesario determinar, a través
de esta querella de capítulos, si hay o no mérito en su actuación ministerial, para luego continuar la demanda.
58
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Art. 324. El cohecho, la falta de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el procedimiento,
la denegación y la torcida administración de justicia y, en general, toda prevaricación o grave infracción de
cualquiera de los deberes que las leyes imponen a los jueces, los deja sujetos al castigo que corresponda
según la naturaleza o gravedad del delito, con arreglo a lo establecido en el Código Penal.
Esta disposición no es aplicable a los miembros de la CS en lo relativo a la falta de observancia de las leyes
56
que reglan el procedimiento ni en cuanto a la denegación ni a la torcida administración de la justicia.

Los delitos tipificados legal y constitucionalmente, son: la prevaricación en sentido


estricto, la cual tiene lugar cuando el juez falla a sabiendas y voluntariamente contra ley
expresa y vigente, en causa criminal o civil; el cohecho, delito que tiene lugar cuando se
corrompe con dádivas al juez para que, contra justicia y Derecho, haga o deje de hacer lo
que se le pide (se asimila al soborno); denegación de justicia, delito que tiene lugar
cuando maliciosamente se niegue o retarde la administración de justicia y el auxilio o
protección que legalmente se pida (por ejemplo, el juez se declara implicado indicando
un motivo falso); torcida administración de justicia, esto es, todo desvío del
procedimiento o ejercicio de facultades otorgadas al juez, encaminado a producir un daño
en alguno de los comparecientes, o favorecer a otro; y falta de observancia en materia
sustancial de las leyes que regulan el procedimiento.
iii. Responsabilidad d isciplinar ia. Dice relación con las sanciones a que puede verse
expuesto un juez, cuando sea reprochado de algún comportamiento específico en el
desempeño de sus funciones (por ejemplo, llegar tarde al despacho). Se relaciona con las
facultades disciplinarias de los tribunales de justicia.
iv. Responsabilidad política o constitucional. Es aquella que afecta a los
magistrados de los tribunales superiores de justicia por notable abandono de sus deberes
(causal que también se aplica al CGR), la cual se hace efectiva mediante un juicio
constitucional que conoce el Senado ¿Qué se entiende por notable abandono de deberes?
Al respecto existen ds posturas:
- La más extrema y tradicional, señala que se trata de deberes exclusivamente formales
del juez, tales como concurrir a su despacho y fallar las causas dentro de los plazos
fijados por ley. Para esta posición, el juicio constitucional no permitiría entrar en
absoluto en el análisis de los fallos judiciales o de las motivaciones tenidas al
dictarlos, pues de permititrse tal calificación, el juicio político se transformaría en una
tercera instancia jurisdiccional.
- El profesor ALDUNATE sostiene que el notable abandono de deberes podría recibir el
contenido de aquellos delitos que el art. 324 inc. II del COT exime a los ministros de la
CS (denegación y torcida administración de justicia, y falta de observancia de las leyes
que reglan el procedimiento); adicionalmente, se incluirían las faltas a los deberes
formales (por ejemplo, no ir al despacho), conductas impropias de un juez (por
ejemplo, viajes); actuaciones que produjesen indefensión en materia de derechos
constitucionales (por ejemplo, decisiones sin motivar, que afecten derechos de la
persona). Por último, actuaciones del todo desvinculadas de la ley, lo cual implica la
posibilidad de analizar el contenido de una sentencia.

56
La razón de esto, según el mensaje del COT, es que es legalmente imposible la existencia de tales delitos, porque
no hay tribunal alguno que pueda calificar de contrarios a la ley las sentencias de la CS.
59
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

v. Responsabilidad del juez como particu lar. Los jueces en sus actuaciones
particulares se someten a las reglas del Derecho común (civil o penal); pero en caso de
responsabilidad criminal, deben ser removidos de sus funciones, pues de acuerdo al art.
256 Nº 6 del COT, no pueden ser jueces: los que hubieren sido condenados por crimen o
simple delito. En este supuesto hay reglas especiales que se refieren al procesamiento y
57
detención (art. 81 de la CPR).
Art. 81. Los magistrados de los tribunales superiores de justicia, los fiscales judiciales y los jueces
letrados que integran el Poder Judicial, no podrán ser aprehendidos sin orden del tribunal competente,
salvo el caso de crimen o simple delito flagrante y sólo para ponerlos inmediatamente a disposición del
tribunal que debe conocer del asunto en conformidad a la ley.

7. PRINCIPIO DE PASIVIDAD.
Este principio se encuentra consagrado en el art. 10 inc. I del COT, y se traduce en que los
tribunales no podrán ejercer su ministerio sino a petición de parte, salvo los casos en que la ley
los faculte para proceder de oficio.
Este principio es propio del proceso civil, pues en él son las partes las que tienen un rol
activo en el proceso, ya que sobre ellas recae el derecho de iniciarlo (por medio de la acción),
defenderse, ofrecer pruebas, etc.; mientras que el juez tiene un rol pasivo, pues sólo dirige el
debate y decide la controversia. Por otro lado, promovida en forma legal la intervención del juez
en el conocimiento de asunto, éste debe ceñir sus actuaciones a las acciones y excepciones
deducidas por las partes, es decir, al mérito del proceso (art. 160 del CPC), ya que si se excede en
su fallo, incurrirá en el vicio de ultra petita que motiva el recurso de casación en la forma (art.
58
768 Nº 4 del CPC).
Art. 160. Las sentencias se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y no podrán extenderse a puntos que no
hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden o permitan a los
tribunales proceder de oficio.
Art. 768. El recurso de casación en la forma ha de fundarse precisamente en alguna de las causas siguientes:
4. En haber sido dada ultra petita, esto es, otorgando más de lo pedido por las partes, o extendiéndola a puntos no
sometidos a la decisión del tribunal, sin perjuicio de la facultad que éste tenga para fallar de oficio en los casos
determinados por la ley.

Existen excepciones a este principio, es decir, hay casos en que la ley faculta al juez para
actuar de oficio, cuales son:
i. De acuerdo al art. 1683 del CC, la nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el
juez, aun sin petición de parte, cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato; por
ejemplo, debe declararla en un contrato celebrado por un incapaz absoluto.

57
Esto se conoce como “fuero judicial”, el cual no hay que confundirlo con el fuero como elemento de la
competencia absoluta.
58
El antiguo proceso criminal se regía por el sistema inquisitivo o de oficialidad, es decir, era el juez quien cumplía
con la labor investigativa y juzgaba, y en la primera de estas labores podía actuar de propia iniciativa si el delito era
de acción pública. El nuevo sistema procesal penal, en cambio, es de carácter acusatorio, por lo que vuelve a tomar
fuerza el principio de pasividad, pues quien investiga es el Ministerio Público y el juez sólo se dedica a juzgar,
siendo limitados los casos de actuaciones que los tribunales pueden realizar de oficio.
60
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

ii. El art. 159 inc. I del CPC señala que los tribunales, sólo dentro del plazo para dictar
sentencia, podrán dictar de oficio medidas para mejor resolver, esto es, diligencias
probatorias que tienen por objeto lograr un mejor conocimiento del asunto que se debe
fallar (por ejemplo, un informe de peritos).
iii. De acuerdo al art. 83 inc. I del CPC, la nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o
a petición de parte, en los casos que la ley expresamente lo disponga y en todos aquellos
en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con
la declaración de nulidad. Por ejemplo, cuando los actos procesales (como la
notificación) no se realizan válidamente, el juez puede anularlos.
iv. En relación con lo anterior, el art. 84 inc. IV del CPC señala que el juez podrá corregir de
oficio los errores que observe en la tramitación del proceso. Podrá asimismo tomar las
medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de procedimiento. No podrá, sin
embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado éstas fuera
del plazo fatal indicado por la ley.
v. De acuerdo al art. 200 inc. I del COT, la implicancia de los jueces puede y debe ser
declarada de oficio o a petición de parte.
vi. A propósito del recurso de apelación, el art. 213 inc. II del CPC establece que si encuentra
mérito el tribunal para considerar inadmisible o extemporáneo el recurso, lo declarará
sin lugar desde luego (de oficio) o mandará traer los autos en relación sobre este punto.
Lo mismo acontece con el recurso de casación en la forma, pues el art 781 inc. II del CPC
dispone que si el tribunal encuentra mérito para considerarlo inadmisible, lo declarará
sin lugar desde luego (de oficio), por resolución fundada.
vii. De acuerdo al art. 64 inc. I del CPC, los plazos que señala este Código son fatales
cualquiera sea la forma en que se exprese, salvo aquéllos establecidos para la
realización de actuaciones propias del tribunal. En consecuencia, la posibilidad de
ejercer un derecho o la oportunidad para ejecutar el acto se extingue al vencimiento del
plazo. En estos casos el tribunal, de oficio o a petición de parte, proveerá lo que
convenga para la prosecución del juicio, sin necesidad de certificado previo. Es decir,
una vez vencido el plazo, el juez de oficio debe dictar una resolución que indique el
vencimiento de éste.
viii. Por último, hay casos en que el juez debe decretar la casación en la forma o en el fondo
de oficio (arts. 775 y 785 inc. II del CPC).
Art. 775. No obstante lo dispuesto en los arts. 769 y 774, pueden los tribunales, conociendo por vía de
apelación, consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las sentencias cuando los
antecedentes del recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en la forma,
debiendo oír sobre este punto a los abogados que concurran a alegar en la vista de la causa e indicar a los
mismos los posibles vicios sobre los cuales deberán alegar.
Art. 785 inc. II. En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos en su
formalización, podrá invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se hubiere dictado con infracción de ley y
esta infracción haya influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia. La Corte deberá hacer
constar en el fallo de casación esta circunstancia y los motivos que la determinan, y dictará sentencia de
reemplazo con arreglo a lo que dispone el inciso precedente.

61
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

La sanción civil asignada al acto ejecutado por el juez de oficio, en circunstancias de que
debió actuar a petición de parte, es la nulidad del acto acorde al art. 7º inc. III de la CPR. Y si esta
extralimitación de funciones recae en la dictación de la sentencia definitiva, el juez incurre en un
vicio procesal llamado ultra petita, que autoriza para interponer en contra de dicha sentencia el
recurso de casación en la forma, para obtener así su nulidad (art. 768 Nº 4 del CPC). También hay
una sanción penal para el magistrado que se extralimita de sus funciones, pues éste comete
prevaricación en conformidad al art. 224 Nº 2 del CP.
Art. 224. Sufrirán las penas de inhabilitación absoluta temporal para cargos y oficios públicos en cualquiera de sus
grados y la de presidio o reclusión menores en sus grados mínimos a medios:
2. Cuando a sabiendas contravinieren a las leyes que reglan la sustanciación de los juicios, en términos de producir
nulidad en todo o en parte sustancial.

8. PRINCIPIO DE INEXCUSABILIDAD.
La inexcusabilidad es la contrapartida del principio de pasividad, pues se traduce en la
obligación que tienen los jueces de ejercer su ministerio cuando sean requeridos legalmente. Se
encuentra consagrado en los arts. 10 inc. II del COT y 76 inc. II de la CPR, los cuales disponen que
reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no podrán excusarse
de ejercer su autoridad ni aun por falta de ley que resuelva la contienda sometida a su decisión.
Ahora bien, si no hay ley, deberán aplicar los principios de equidad para fallar.
Para que esta obligación pese sobre un magistrado, se requiere la concurrencia copulativa
de dos requisitos: reclamo de la intervención del magistrado en forma legal, es decir, de la
manera o forma como los Códigos de procedimiento se encargan de señalar para cada caso
particular; y reclamo de la intervención del magistrado en negocios de su competencia, o sea, en
asuntos o materias que la ley ha entregado a su conocimiento.

9. PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD.
Consiste en el tratamiento igualitario que el juez debe conceder a las partes en un
conflicto sometido a su conocimiento; que se encuentre en una situación de neutralidad.
Este principio se concreta con la contradictoriedad, ya que escuchar a ambas partes deja
al juez en una posición neutral o imparcial. Y se garantiza con los mecanismos de implicancias
y recusaciones, y con el orden de votación en los tribunales colegiados (votan primero los jueces
menos antiguos).

10. PRINCIPIO DE GRADUALIDAD O DE DOBLE INSTANCIA.


Este principio se traduce en que lo que resuelva un juez, pueda ser revisado por un juez
de grado superior, con el objeto de corregir los posibles errores que pudo haber cometido. Es
decir, con este principio se busca que el juzgamiento sea revisado por un tribunal que es
cualitativa y cuantitativamente más idóneo y preparado.
Po lo tanto, este principio busca que el proceso sea conocido en una doble instancia, esto
es, cada uno de los grados jurisdiccionales que la ley establece, a fin de que los tribunales puedan
conocer los asuntos sometidos a su decisión, con facultad soberana para pronunciarse sobre
todas las cuestiones de hecho y de derecho que en ellos se plantea. De acuerdo a la definición, la

62
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

instancia es un grado, esto es, una etapa por la cual atraviesa un asunto judicial (es la ley la que
determina el número de grados en los que se conoce y falla una controversia); pero la
particularidad de estos grados, es que el juez conoce de los hechos y del derecho que integran el
conflicto jurídico debatido, lo cual hace que la instancia se diferencie de otras etapas en que sólo
59
se conoce del derecho (por ejemplo, en la casación ). Ahora bien, los asuntos judiciales,
atendiendo a la instancia, pueden ser de única, primera y segunda instancia.
i. Única instancia. Aquí la sentencia que pone término al litigio no es susceptible de recurso
de apelación; adquiere el carácter de firme y ejecutoriada, por tanto, puede ejecutarse
desde que se notifica. Así, por ejemplo, de acuerdo al art. 45 Nº 1 del COT, los jueces de
letras conocerán: en única instancia: a) de las causas civiles cuya cuantía no exceda de
10 UTM. Esto constituye una excepción al principio de gradualidad.
ii. Primera instancia. En este caso, la sentencia de término es susceptible de recurso de
60
apelación, o del trámite de consulta . En nuestro sistema procesal opera, por regla
general, la doble instancia, y a ésta segunda instancia se puede acceder a través de estas
61
dos vías.
iii. Segunda instancia. Aquí se conoce el recurso de apelación que se ha deducido en contra
de la sentencia de primera instancia, o el trámite de consulta; normalmente estos
mecanismos son conocidos por la CA, pues la CS, por regla general, no es un tribunal de
instancia, sino que conoce de recursos extraordinarios. En esta instancia, a diferencia de
las anteriores, la prueba se rinde sólo excepcionalmente.

La forma normal de poner término a estas instancias es mediante la sentencia definitiva,


pues de acuerdo al art. 158 inc. II del CPC, es sentencia definitiva la que pone fin a la instancia,
resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio. Sin embargo, también existen
formas anormales de terminación, pues la única o primera instancia pueden culminar con: el
desistimiento de la demanda, el abandono del procedimiento, la transacción, el sometimiento a
arbitraje, mediante la aceptación de la excepción de cosa juzgada opuesta por el demandante,
etc.; mientras que la segunda instancia termina anormalmente mediante: la deserción de la
apelación, la prescripción de la apelación, por la anulación de oficio del fallo de primera
instancia por defectos formales, etc.
Por otro lado, estas instancias se pueden interrumpir mediante la interposición de
excepciones dilatorias; a través de un recurso de apelación concedido en ambos efectos; durante
el feriado judicial, etc.

59
El recurso de casación no es una instancia, sino que una etapa en que un tribunal superior (la CA o la CS) conoce
de un asunto para revisar solamente la aplicación del derecho, y no de los hechos; salvo que la causal invocada sea
la violación de las leyes reguladoras de la prueba, a propósito del recurso de casación en el fondo.
60
La consulta consiste en llevar el asunto al juez de grado superior, a fin de que éste apruebe, rechace o modifique
lo resuelto por el juez inferior. La consulta es un trámite obligatorio en algunas materias así, por ejemplo, el art. 92
de la Ley de Matrimonio Civil señala que cuando la sentencia que dé lugar a la separación judicial, a la nulidad o
al divorcio no sea apelada, deberá elevarse en consulta al tribunal superior, y si él estima dudosa la legalidad del
fallo consultado, retendrá el conocimiento del asunto y procederá como si se hubiera interpuesto apelación en su
oportunidad. En caso contrario, aprobará la sentencia.
61
Con la reforma procesal penal este principio no se consagró como en el antiguo sistema inquisitivo, pero dado que
para el legislador era un “tema sensible”, puesto que en los Tratados internacionales sí se consagra, se estableció un
recurso de nulidad, que no es una instancia, sino que una verdadera casación.
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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

11. PRINCIPIO DE GRATUIDAD.


La gratuidad se traduce en que la administración de justicia debe ser esencialmente
gratuita, para que así sea accesible a las personas. Este principio puede ser analizado desde dos
puntos de vista: desde el punto de vista de quien administra justicia (jueces), y desde el punto de
vista de a quien se le administra justicia (litigantes).
i. Quienes administran justicia son remunerados por el Estado, pues los jueces son
verdaderos funcionarios públicos y, como tales, son remunerados con los fondos
generales de la nación; lo cual permite seleccionar a los jueces más idóneos. Esto
garantiza la imparcialidad e idoneidad del juzgador, y la efectiva igualdad en la ley, ya
que todos pueden acceder a la justicia, y no sólo aquel que tiene los recursos económicos
para costear a los jueces. La excepción sería la justicia arbitral, la cual es costeada por las
partes.
ii. Respecto de los litigantes esta regla no es absoluta, pues ellos deben soportar cargas
tributarias moderadas, las cuales van en beneficio de determinados auxiliares de la
administración de justicia, por las actuaciones cumplidas en razón de su ministerio (por
ejemplo, se debe pagar a los receptores, a los notarios, a los conservadores, los honorarios
de los abogados, etc.). Estas prestaciones se denominan costas, las cuales deben ser
pagadas por cada parte, sin perjuicio del reembolso a que haya lugar cuando por la ley o
por resolución de los tribunales, corresponda a otras personas hacer el pago (art. 25 del
CPC).

Art. 25. Todo litigante está obligado a pagar a los oficiales de la administración de justicia los derechos que
los aranceles judiciales señalen para los servicios prestados en el proceso.
Cada parte pagará los derechos correspondientes a las diligencias que haya solicitado, y todas por cuotas
iguales los de las diligencias comunes (por ejemplo, informes periciales), sin perjuicio del reembolso a que
haya lugar cuando por la ley o por resolución de los tribunales corresponda a otras personas hacer el pago.

En definitiva, el que los tribunales sean gratuitos, no significa que al litigante no le va a


costar la litigación, ya que si bien es el Estado el que costea los gastos de la
administración de justicia, el litigante de igual manera debe pagar los gastos respecto de
abogados, receptores y trámites pertinentes en el juicio. Sin embargo, excepcionalmente
hay litigantes que están exentos de soportar estas cargas tributarias, pues de acuerdo al
art. 19 Nº 3 inc. III de la CPR, la ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y
defensa jurídica a quienes no puedan procurárselos por sí mismos. Estas personas gozan
del privilegio de pobreza, el que puede ser solicitado al tribunal al momento de comenzar
el juicio (caso en que el privilegio tiene una fuente judicial), o bien, puede presumirse
legalmente (caso en que su fuente es legal), por ejemplo, cuando la persona está privada
de libertad (aquí actúa la Defensoría Penal Pública), o cuando está siendo patrocinada por
la Corporación de Asistencia Judicial.

12. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD.


Este principio está consagrado en el art. 9º del COT, y se traduce en lo siguiente: los actos
de los tribunales son públicos, salvo las excepciones expresamente establecidas por la ley. Esto
lo confirma el art. 380 Nº 3 del COT, el cual señala que son funciones de los secretarios: dar

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los procesos que tengan archivados en
sus oficinas, y de todos los actos emanados de la Corte o juzgado, salvo los casos en que el
procedimiento deba ser secreto en virtud de una disposición expresa de la ley.
Por tanto, cualquier persona puede conocer o imponerse del estado de un proceso. Así, en
el ámbito civil se puede ver el expediente (el que tiene acceso a los expedientes es el Secretario
del juzgado), y en materia penal se puede asistir a los juicios. La razón de esto, es garantizar una
correcta administración de justicia, pues al ser las actuaciones judiciales transparentes, se
permite la fiscalización de los tribunales de justicia; además, se permite que terceros que puedan
ser afectados por las resoluciones judiciales, se enteren de los actos del proceso.
Sin embargo, tal como lo dispone el art. 9º del COT, existen excepciones a este principio,
es decir, casos en que las actuaciones judiciales revisten el carácter de secretas, cuales son:
i. El libro privado que llevan los tribunales en ejercicio de su facultad disciplinaria. Pues de
acuerdo al art. 531 Nº 2 del COT, los jueces de letras, para la represión o castigo de las
faltas de respeto que se cometieren en los escritos que les presentaren, podrán: hacer
tarjar por el secretario esas mismas palabras o pasajes abusivos; y dejar copia de ellos
en un libro privado que al efecto habrá en el juzgado.
ii. Los acuerdos de los tribunales colegiados. Al respecto, el art. 81 del COT señala que las
Cortes de Apelaciones celebrarán sus acuerdos privadamente; pero podrán llamar a
ellos a los relatores u otros empleados cuando lo estimen necesario.
iii. Procesos en que se ventilan cuestiones que pueden afectar el honor o la dignidad de las
personas; como por ejemplo, los expedientes en un juicio sobre nulidad matrimonial o
divorcio (art. 86 de la LMC), o el reconocimiento de paternidad (art. 197 del CC).
Art. 86. El proceso (de nulidad, separación o divorcio) será reservado, a menos que el juez, fundadamente y
a petición expresa de los cónyuges, resuelva lo contrario.
Art. 197. El proceso (de filiación) tiene el carácter de secreto hasta que se dicte sentencia de término,
teniendo acceso a él únicamente las partes y sus apoderados judiciales.

13. PRINCIPIO DE IMPERIO.


Este principio está consagrado en el art. 11 del COT y en el art. 73 inc. III de la CPR, y se
traduce en que los tribunales de justicia para ejecutar sus sentencias o hacer practicar actos de
instrucción (por ejemplo, el que ordena la comparecencia de un testigo), pueden requerir el
auxilio de la fuerza pública.
Art. 11. Para hacer ejecutar sus sentencias y para practicar o hacer practicar los actos de instrucción que decreta,
podrán los tribunales requerir de las demás autoridades el auxilio de la fuerza pública que de ella dependiere, o los
otros medios de acción conducentes de que dispusiere.
La autoridad legalmente requerida debe prestar el auxilio, sin que le corresponda calificar el fundamento con que se
le pide, ni la justicia o legalidad de la sentencia o decreto que se trate de ejecutar.

Acá lo importante es señalar que los jueces árbitros no gozan de imperio, pero en caso de
necesitarlo (por ejemplo, apremiar a un testigo para que comparezca), deben recurrir al juez
permanente que sí lo tiene.

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

14. PRINCIPIO DE SEDENTARIEDAD.


Este principio implica la idea de fijeza, lo que se traduce en que los jueces deben
administrar justicia en lugares y horas determinadas. La finalidad de la sedentariedad, es el
acceso a la justicia, el poder acudir a los tribunales en demanda de justicia con mayor facilidad.
Nuestro sistema impone a los jueces la obligación de asistencia y permanencia en el
tribunal. Pues de acuerdo al art. 312 del COT, los jueces están igualmente obligados a asistir
todos los días a la sala de su despacho, y a permanecer en ella desempeñando sus funciones
durante cuatro horas como mínimo cuando el despacho de causas estuviere al corriente, y de
cinco horas, a lo menos, cuando se hallare atrasado (generalmente de 8:00 a 14:30). Sin
embargo, hay un atisbo de circuito en el inc. II de esta artículo, puesto que lo anterior se
entenderá sin perjuicio de que el juez, cuando las necesidades del servicio lo aconsejen, se
constituya una vez a la semana, a lo menos, en poblados que estén fuera de los límites urbanos
de la ciudad en que tenga su asiento el tribunal, en cuyo caso será reemplazado por el
secretario en el despacho ordinario del juzgado, pudiendo designarse para tales efectos
actuarios que como ministros de fe autoricen las diligencias que dichos funcionarios practiquen.
La asistencia al despacho cesa exclusivamente en los días feriados y en el feriado
judicial. Los días feriados son los establecidos por la ley, y el feriado judicial es el período que
corre entre el 1º de Febrero y el 1º de Marzo.

15. PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD.


Está consagrado en el art. 7º inc. I del COT, que señala que los tribunales sólo podrán
ejercer su potestad en los negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere respectivamente
asignado. Para la correcta y ordenada marcha de la administración de justicia, la ley distribuye la
jurisdicción entre los diversos tribunales que ella misma crea, asignándole a cada uno el
conocimiento de determinados negocios, y un territorio determinado. Esta facultad recibe el
nombre de “competencia”, la cual se divide en absoluta (negocios) y relativa (territorio).
Entonces, cada tribunal debe ejercer su competencia relativa dentro del territorio
jurisdiccional asignado por la ley. En el caso de los Juzgados de Letras, normalmente es una
comuna o, en algunos casos, una agrupación de comunas; en las CA normalmente es la Región,
pero también pueden ejercer su competencia en una provincia determinada o en parte de una
región (lo que ocurre en Santiago); y la CS ejerce su competencia en todo el territorio de la
República.
Por último, el inc. II del art. 7º del COT señala: lo cual no impide que en los negocios de
que conocen puedan dictar providencias que hayan de llevarse a efecto en otro territorio. Esto
no significa que el tribunal actúe directamente en otro territorio, sino que lo hace por intermedio
del tribunal que ejerce su jurisdicción en ese territorio, mediante lo que se denomina delegación
de competencia (la cual opera mediante exhortos). Sin embargo, hay casos que son verdaderas
excepciones al principio de la territorialidad, en los cuales el tribunal actúa en otro territorio
jurisdiccional sin necesidad de hacerlo por intermedio del tribunal de este otro territorio, por
ejemplo, a través del medio de prueba llamado inspección personal del tribunal, pues de acuerdo
al art. 403 inc. II del CPC, podrá verificarse aún fuera del territorio señalado a la jurisdicción del
tribunal (sin previa autorización).

66
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

B. ESTRUCTURA DE LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL CHILENA.

1. CONSIDERACIONES PREVIAS.
Como se dijo en párrafos anteriores, la jurisdicción es una función pública que es
realizada por el Estado a través de determinados órganos que actúan en su nombre. Estos
órganos comúnmente se denominan tribunales, y la mayoría de ellos forma parte del Poder
Judicial, es decir, aquel Poder del Estado que, de conformidad al ordenamiento jurídico, es el
encargado de administrar justicia en la sociedad, mediante la aplicación de las normas
62
jurídicas.
Ahora bien, los tribunales que no forman parte del Poder Judicial siguen siendo órganos
jurisdiccionales, pues, es la función la que determina el carácter del órgano y no su pertenencia a
determinado Poder del Estado. Así, por ejemplo, estos órganos jurisdiccionales pueden
pertenecer al Poder Legislativo (como la Cámara Senadores respecto del juicio constitucional), al
Poder Ejecutivo (como el Subcontralor a propósito del juicio de cuentas) o existir en forma
autónoma (por ejemplo, los Tribunales Electorales, el Tribunal Constitucional, etc.).
Por lo tanto, de acuerdo a lo anterior, es posible señalar que los tribunales de justicia son
órganos del Estado que ejercen la función jurisdiccional para resolver conflictos de relevancia
jurídica, sea que pertenezcan o no al Poder Judicial.

2. CLASIFICACIÓN DE LOS TRIBUNALES DE JUSTICIA.

Los tribunales de justicia pueden ser clasificados desde distintos puntos de vista, a
saber:
i. Según la naturaleza del tribunal, éstos pueden ser ordinarios, especiales y arbitrales. Esta
es la clasificación más importante, puesto que es el propio COT quien la hace; es por ello
63
que posteriormente será analizada con mayor detalle.
ii. Atendiendo a su composición, están los tribunales unipersonales, que son aquellos
formados por un sólo juez, y los pluripersonales o colegiados, que son aquellos formados
por dos o más jueces. Generalmente los tribunales colegiados actúan en segunda instancia
(como la CA y la CS), no obstante, hay que tener presente que los Tribunales de Juicio
Oral en lo Penal (TJOP), son colegiados pero de única instancia.
iii. Atendiendo a la continuidad o estabilidad de las funciones que realizan, los tribuanles
pueden ser permanentes, esto es, aquellos que ejercen sus funciones en forma continua y
estable, haya o no conflictos de relevancia jurídica; o accidentales o temporales, es decir,
aquellos que ejercen sus funciones sólo para casos especiales y determinados.

62
Por Poder del Estado, desde el punto de vista constitucional, se entiende a la organización, institución o conjunto
de órganos del Estado, que en el caso del Poder Judicial, son los órganos judiciales o jurisdiccionales, que suelen
gozar de imparcialidad y autonomía.
63
Esto se relaciona con una de las “clasificaciones” de la jurisdicción, que distinguía entre jurisdicción ordinaria,
especial y arbitral, atendiendo al órgano que ejercía la función jurisdiccional.
67
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

iv. Según la calidad de sus miembros, los tribunales pueden ser letrados, es decir, aquellos
compuestos por abogados; o legos o no letrados, que son aquellos no compuestos por
abogados (por ejemplo, un árbitro arbitrador que sea ingeniero).
v. Atendiendo a la extensión de su competencia, están los tribunales de competencia común,
que son aquellos que pueden conocer de toda clase de asuntos o materias (por ejemplo, el
Juzgado de Letras de Colina conoce de asuntos civiles, laborales, etc.) y de competencia
especial, que son aquellos que pueden conocer sólo de determinada clase de materias (por
ejemplo, el Juzgado del Trabajo).
vi. Atendiendo a la permanencia en una sede, los tribunales pueden ser sedentarios, esto es,
aquellos que tienen una sede permanente, de la cual no se mueven; o itinerantes o de
circuito, es decir, aquellos que van cambiando de sede, según distintos sistemas. En
nuestro sistema hay un atisbo de itinerancia cuando el juez, atendiendo a las necesidades
del servicio, debe constituirse una vez a la semana, a lo menos, en poblados que estén
fuera de los límites urbanos de la ciudad en que tenga su asiento el tribunal.
vii. Atendiendo a la observancia de la ley, están los tribunales de Derecho, que son aquellos
que tramitan y fallan con observancia estricta de los preceptos legales; y los tribunales de
equidad, esto es, aquellos que fallan conforme a su convicción interna (se ha sostenido
que estos tribunales también son de Derecho, pues es la propia ley la que los faculta para
fallar en conciencia).
viii. Según sus funciones en el proceso, están los tribunales sustanciadores, que son aquellos
que sólo actúan en la etapa de tramitación o investigación (por ejemplo, el Juzgado de
Garantía en la tramitiación del juicio oral); los sentenciadores, que son aquellos que se
limitan exclusivamente a pronunciar el fallo (por ejemplo, el TJOP); y los tribunales
mixtos, que son aquellos que ejecutan ambas funciones, esto es, tramitar o investigar y
fallar.
ix. Según su jerarquía, están los tribunales no superiores (erróneamente denominados
inferiores), que son aquellos que actúan generalmente en el nivel de base de la
administración de justicia; y los tribunales superiores, que son aquellos tribunales
(generalmente colegiados) que actúan en un nivel superior de la organización de justicia.
x. Atendiendo a la instancia, están los tribunales de primera, segunda o única instancia. Esto
está en directa relación con la procedencia o no del recurso de apelación

2.1. TRIBUNALES ORDINARIOS.

a. CONCEPTO.
Los tribunales ordinarios de justicia son aquellos órganos jurisdiccionales que están
establecidos y regulados en el COT, y cuya principal característica es su estructuración piramidal,
es decir, están ordenados jerárquicamente de manera que el inferior se subordine a sus
superiores.

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Están mencionados en el art. 5º inc. II del COT y regulados en el Título III (“De los Jueces
de Letras”), IV (“De los Presidentes y Ministros de Corte como tribunales unipersonales”), V (“De
la CA”) y VI (“De la CS”) del mismo cuerpo legal; y en el CPP, respecto de los TJOP y los JG.
Art. 5. A los tribunales mencionados en este artículo corresponderá el conocimiento de todos los asuntos judiciales
que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la calidad de las personas
que en ellos intervengan, sin perjuicio de las excepciones que establezcan la Constitución y las leyes.
Integran el Poder Judicial, como tribunales ordinarios de justicia, la CS, las CA, los Presidentes y Ministros de Corte,
los tribunales de juicio oral en lo penal, los juzgados de letras y los juzgados de garantía.

b. CARACTERÍSTICAS.
Los tribunales ordinarios se caracterizan por lo siguiente:
i. Por su ubicación en un determinado cuerpo legal, que es el COT, el cual está llamado a
fijar su organización y atribuciones.
ii. Por la jerarquía que debe existir entre ellos. Los tribunales ordinarios se organizan en
base a una relación de dependencia o subordinación, lo cual se proyecta en la distribución
y asignación de los asuntos que deben conocer, pues existen distintas fases o grados en el
ejercicio de la función jurisdiccional (la apelación y la casación); y en el ejercicio de las
facultades disciplinarias.
Los tribunales ordinarios superiores de justicia son las CA y la CS, y los no superiores son
los JL, los TJOP, los JG, y los Presidentes y Ministros de Corte (tribunales accidentales que
ejercen jurisdicción en determinadas materias y a nivel de primera instancia).
Esto se relaciona con las reglas de competencia absoluta y relativa. Las reglas de la
competencia absoluta (fuero, cuantía, materia y grado), determinan la jerarquía de los
tribunales que deben conocer de un determinado asunto, y también sirven para precisar
cuál es su categoría dentro de esa jerarquía; así, por ejemplo, entre los JL hay una misma
jerarquía (tribunales no superiores), y dentro de esa jerarquía hay distintas categorías: JL
de una comuna o agrupación de comunas, JL de ciudad capital de provincia, y JL de
ciudad asiento de CA; por su parte, todas las CA tienen una misma jerarquía (tribunales
superiores) y categoría o clase, salvo la CA de Santiago que tiene competencia especial.
Por último, la aplicación de las reglas de competencia relativa (cuyo único factor es el
territorio) sirven para precisar específicamente qué tribunal dentro esa jerarquía y
categoría debe conocer de ese determinado asunto, o sea, la competencia relativa
determina qué tribunal es competente territorialmente.
iii. Atendiendo a su composición, los tribunales ordinarios son unipersonales (JL, JG, y los
Presidentes y Ministros de Corte) o colegiados (CA, CS y TJOP).
iv. Atendiendo a la continuidad o estabilidad de las funciones que realizan, los tribunales
ordinarios, por regla general, son permanentes, pues en virtud del principio de
inamovilidad, ellos deben ejercer sus funciones mientras mantengan su buen
comportamiento, y no concurra una causa legal o constitucional que los remueva. Sin
embargo, existen tribunales ordinarios que son accidentales, es decir, se constituyen
cuando existen causas que requieren su intervención y desaparecen cuando ha terminado

69
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

el conocimiento del negocio; en concreto son: los Ministros de la CA y el Presidente de la


64
CA de Santiago, y los Ministros y el Presidente de la CS.
La competencia de estos tribunales accidentales, en general, se refiere a asuntos
vinculados con el fuero de alguna de las personas involucradas (por ejemplo, el
Presidente de la CS conoce de las causas sobre amovilidad de los ministros de la CA) o de
la especialidad de la materia de que se trata (por ejemplo, un Ministro de la CS conoce de
los delitos de jurisdicción de los tribunales chilenos, cuando puedan afectar las relaciones
internacionales de la República con otro Estado). Esto es diferente a la institución de un
Ministro en visita porque, en tal evento, el Ministro no constituye un tribunal diferente,
sino que solamente reemplaza o sustituye al juez que debía conocer de esa causa,
normalmente, por razones de conmoción o alarma pública.
v. Según la calidad de sus miembros, los tribunales ordinarios son letrados, es decir, están
compuestos por abogados.
vi. Atendiendo a la permanencia en una sede, los tribunales ordinarios, por regla general, son
sedentarios. Excepcionalmente, pueden ejercer sus funciones fuera de su oficio, por
ejemplo, cuando tiene lugar el medio probatorio denominado inspección personal del
tribunal; o cuando el juez, atendiendo a las necesidades del servicio, debe constituirse una
vez a la semana, a lo menos, en poblados que estén fuera de los límites urbanos de la
ciudad en que tenga asiento el tribunal.
vii. Atendiendo a la observancia de la ley, los tribunales ordinarios son tribunales de
Derecho, pues tramitan y fallan con observancia estricta de los preceptos legales.
Excepcionalmente existen hipótesis en que conocen y fallan de acuerdo a la equidad, por
ejemplo, el art. 12 de la CPR, a propósito del recurso de reclamación de nacionalidad,
señala que la CS conocerá como jurado, es decir, en conciencia.
viii. Atendiendo a la instancia, los tribunales ordinarios pueden ser de primera, segunda o
única instancia.

2.2. TRIBUNALES ESPECIALES.

a. CONCEPTO.
Los tribunales especiales son aquellos creados por leyes especiales para juzgar a
determinadas personas (fuero personal) o para resolver determinados asuntos o materias (fuero
real), que en razón de su especialidad, complejidad o importancia, han sido sustraídos de los
tribunales ordinarios.

64
Se hace presente que la existencia de los tribunales accidentales no viola, en caso alguno, el derecho al juez
natural recogido en el art. 19 Nº 3 inc. IV de la CPR, el cual exige el establecimiento previo del tribunal por la ley;
esto, porque si bien no están activos en forma permanente, siempre existen como tales en la legislación,
constituidos, organizados y con competencia definida con anterioridad.
70
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

b. CLASES.
Los tribunales especiales se clasifican atendiendo a si forman parte o no del Poder
65
Judicial . Esta distinción que hace el art. 5º del COT, tiene importancia netamente interna o
funcionaria, es decir, para ver si los jueces gozan de la calidad de funcionarios públicos.

i. El art. 5º inc. III señala que forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales,
los Juzgados de Familia, los Juzgados de Letras del Trabajo, los Juzgados de Cobranza
Laboral y Previsional y los Tribunales Militares en tiempo de paz, los cuales se regirán
en su organización y atribuciones por las disposiciones orgánicas constitucionales
contenidas en la ley Nº 19.968, en el Código del Trabajo, y en el Código de Justicia
Militar y sus leyes complementarias, respectivamente, rigiendo para ellos las
disposiciones de este Código sólo cuando los cuerpos legales citados se remitan en forma
expresa a él.
ii. Por su parte, el inc. IV del art. 5º señala que los demás tribunales especiales se regirán
por las leyes que los establecen y reglamentan, sin perjuicio de quedar sujetos a las
disposiciones generales de este Código. Ahora bien, las “disposiciones generales” del
COT son las normas contenidas en el Título I (“Del Poder Judicial y de la Administración
de la justicia en general”), y otras normas que tengan el carácter de general o reconozcan
principios generales (por ejemplo, las normas del Título VII relativo a la competencia).
Algunos de estos tribunales especiales son:
- Los Juzgados de Policía local. Estos tribunales especiales dependen
administrativamente de la Municipalidad respectiva, pero están sujetos a la
supervigilancia directiva, correccional y económica de la CA respectiva. Las materias
más importantes que conocen estos Juzgados, son las siguientes: las infracciones a las
normas que regulan el transporte público; los daños y perjuicios ocasionados en
accidentes de tránsito; lo relativo a la Ley de Protección a los Derechos de los
Consumidores, y a la Ley de Alcoholes, etc.
66
- Tribunales Tributarios y aduaneros, creados por la ley 20. 322

65
También, según algunos, se clasifican atendiendo al elemento de la competencia materia (por ejemplo, materia de
familia, laboral, etc.), o al elemento fuero (fuero militar de las personas).
71
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

- Juicios de cuentas. En este juicio en primera instancia actúa el Subcontralor, y en


segunda instancia el Tribunal de Cuentas de Segunda Instancia, el cual está integrado
por el CGR, quien lo presidirá, y por dos abogados designados por el Presidente de la
República, a propuesta de una terna elaborada por el CGR; a este Tribunal le
corresponde conocer los recursos de apelación y de revisión que se interpongan
durante la tramitación de un juicio de cuentas.

c. CARACTERÍSTICAS.
i. Se encuentran regulados por leyes especiales (distintas del COT) llamadas a fijar su
organización y atribuciones. Así, por ejemplo, los Juzgados de Letras del Trabajo se
rigen por el Código del Trabajo.
ii. Estos tribunales se establecen para resolver asuntos que gozan de privilegio o fuero, esto
es, aquel beneficio que tienen ciertas personas (por ejemplo, los militares), o de que se
hayan revestidas ciertas cosas o materias (por ejemplo, los juicios sobre cuentas), para ser
juzgadas o resueltas por tribunales diversos de los ordinarios.
iii. En cuanto a la relación de jerarquía que tienen con los tribunales superiores, algunos de
los tribunales especiales se encuentran subordinados a los tribunales superiores ordinarios
(por ejemplo, los Juzgados de Familia tienen como superior jerárquico a la CA respectiva;
lo mismo acontece con algunos asuntos conocidos por los Jugados de Policía Local);
otros se encuentran subordinados a tribunales especiales superiores (por ejemplo, el
Tribunal de Cuentas de Segunda instancia, la Corte Marcial, la Corte de Marina de
Guerra, etc.); y algunos simplemente no tienen superior (por ejemplo, el Senado a
propósito del juicio constitucional, el TC, etc.). En todo caso, todos los tribunales
especiales se encuentran sujetos a la superintendencia de la CS, de acuerdo al art. 82 inc. I
de la CPR; salvo, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones y los
Tribunales electorales Regionales.
Art. 82. La Corte Suprema tiene la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los
tribunales de la Nación. Se exceptúan de esta norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de
Elecciones y los tribunales electorales regionales.

iv. Atendiendo a su composición, los tribunales especiales normalmente son unipersonales


(por ejemplo, los Juzgados de Familia, el Directos Regional del SII, etc.); sin embargo,
también existen tribunales colegiados, como por ejemplo, el Senado a propósito del juicio

66
Hay que tener presente que la ley 20.322 del año 2009, fortaleció y perfeccionó la jurisdicción
tributaria y aduanera. Pues se crearon 18 tribunales especializados en estas materias (cuatro en la Región
Metropolitana y uno en cada capital regional), los que comenzarán a operar de forma gradual de norte a sur a partir
del año 2009, hasta completar el cronograma el año 2013; además habrán salas especiales en las CA para abordar
estas materias; y habrá una etapa de reconsideración administrativa antes del reclamo judicial para disminuir la
“judicialización” innecesaria de los casos.
72
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

constitucional, la Corte Marcial (compuesta por dos ministros de la CA de Santiago, un


miembro del ejército, de la viación y de carabineros).
v. Atendiendo a la continuidad o estabilidad de las funciones que realizan, los tribunales
especiales, por regla general, son permanentes (por ejemplo, el Juzgado de Policía
Local), sin embargo, también existen tribunales accidentales, por ejemplo, los Tribunales
Militares en Tiempos de Guerra.
vi. Según la calidad de sus miembros, los tribunales especiales pueden ser letrados, o no
letrados (por ejemplo, el subcontralor en el juicio de cuentas).
vii. Atendiendo a la observancia de la ley, los tribunales especiales, por regla general, son
tribunales de Derecho (por ejemplo, el TC); sin embargo, también hay tribunales
especiales de equidad (por ejemplo, el Senado conociendo de un juicio constitutcional
debe reolver como jurado).

2.3. TRIBUNALES ARBITRALES.

2.3.1. CONCEPTO.
La referencia a estos tribunales está en el inc. final del art. 5º del COT, el cual señala que
los jueces árbitros se regirán por el Título IX (“De los jueces árbitros”) de este Código. En
efecto, el Título IX se refiere a los jueces árbitros, a las convenciones de arbitrajes y las fuentes
del arbitraje en general; mientras que el procedimiento arbitral se encuentra regulado en el Libro
III (“De los juicios especiales”), Título VIII (“Del juicio arbitral”) del CPC.
El art. 222 del COT, con el cual comienza el Título IX, da un concepto de árbitro que pone
énfasis en el origen de su nombramiento. En efecto, tal disposición señala que se llaman árbitros
los jueces nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la resolución
de un asunto litigioso. Hay que señalar que este concepto omite otras fuentes de designación, a
saber: el causante, el cual puede designar a un partidor por un instrumento público entre vivos o
por un testamento; y algunos también mencionan a la ley. Es por ello que la doctrina define a los
tribunales arbitrales como aquellos constituidos por jueces árbitros, o sea, por jueces nombrados
por las partes, por el causante, por la autoridad judicial en subsidio, o por la ley, para la
resolución de un asunto litigioso.
Entre las ventajas del arbitraje se encuentran la celeridad, la flexibilidad, la
confidencialidad, el hecho de que se pueden pactar los costas con anterioridad y, más aún,
facilita la posibilidad de que ciertos asuntos de complejidad jurídica puedan ser resueltos por
personas de mayor especialización. A diferencia del excesivo formulismo y lentitud de la justicia
ordinaria.

2.3.2. CARACTERÍSTICAS.
i. En cuanto a su naturaleza jurídica, los árbitros son jueces o tribunales de justicia
distintos de los tribunales ordinarios y especiales; se dice que son tribunales de carácter
extraordinario, por oposición a los anteriores.

73
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

ii. Los árbitros ejercen jur isdicción. Pues son creados por la ley en términos generales
(fuente mediata), y en razón de esta creación legal, ellos tienen jurisdicción, es decir, la
67
ley los autoriza para conocer litigios y dictar resoluciones . El propio art. 222 del COT
señala los árbitros son jueces, por tanto, se encuentran investidos de autoridad pública,
que les emana de la ley, y no de las partes; y como tales y, como todos los otros jueces,
tienen jurisdicción. La diferencia entre ellos y los demás, radica solamente en tres
aspectos: en el sistema especial de designación; por la duración de sus funciones (que
obviamente se limita al asunto sometido a su conocimiento) y sus decisiones carecen de
imperio.
iii. De acuerdo a la definición del art. 222 del COT, los árbitros resuelven asuntos
litig iosos, por tanto, no tienen por función conocer asuntos judiciales no contenciosos,
o ejercer facultades económicas, disciplinarias o conservadoras (facultades anexas a la
jurisdicción).
iv. En nuestro ordenamiento es indiscutido que los árbitros no pertenecen al Poder
Judicial, pues el art. 5º del COT establece una tajante separación entre los jueces que
pertenecen al Poder Judicial y los árbitros. Por lo tanto, los jueces árbitros no gozan de la
calidad de funcionarios públicos.
v. Son tribunales temporales, puesto que están conformados por particulares que
ofrecen la confianza necesaria para que se les dote de la categoría de jueces, y una vez
que resuelven el asunto, dejan de ser jueces árbitros.
El hecho de que no estén establecidos de manera permanente, no obsta a que los árbitros
tengan el carácter de jueces, pues ellos siempre existen como tales en la legislación, por
tanto, cuando los árbitros son designados por las partes, por el causante, por la justicia en
subsidio o por la ley (como fuente inmediata), estas fuentes no dan un poder al árbitro,
porque esa facultad ya se la dio la ley (como fuente mediata).
vi. Arbitros carecen de coercion, es decir, no tienen la posibilidad de usar la fuerza
pública directamente para ejecutar sus resoluciones, pues ellos deben recurrir a la justicia
ordinaria para hacer cumplir coactivamente una resolución; así lo dispone el art. 635 inc.
III del CPC. Esto sucede porque el legislador quiso mantener el monopolio de la fuerza en
68
manos del Poder Judicial, y en consecuencia, en manos del Estado.
Art. 635. Para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está
vencido el plazo porque fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a elección del que pida su
cumplimiento.
Tratándose de otra clase de resoluciones, corresponde al árbitro ordenar su ejecución.

67
Si la ley no hubiera creado estos tribunales, y las partes no quisiesen resolver un conflicto por la justicia ordinaria,
tendrían que recurrir a la figura del mandato civil, con el problema de que la decisión del mandatario se podría
revocar y carecería de fuerza jurídica, por lo que si una de las partes no la acatase, no ocurriría nada. Precisamente
con el juez arbitro ocurre lo contrario, ya que sus decisiones producen los mismo efectos que la de los tribunales
ordinarios (se encuentran amparados por el efecto de cosa juzgada), ya que ejercen jurisdicción.
68
Ahora bien, esto no significa que las resoluciones de los árbitros no se cumplan; pues la sentencia arbitral es un
título ejecutivo, tiene igual fuerza que la sentencia de un tribunal de justicia ordinaria. Lo que pasa, es que si la parte
vencida en el juicio arbitral no quiere cumplir la resolución, el árbitro debe recurrir a la justicia ordinaria para
requerir el auxilio de la fuerza pública.
74
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Sin embargo, cuando el cumplimiento de la resolución arbitral exija procedimientos de apremio o el empleo
de otras medidas compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean parte en el compromiso,
deberá ocurrirse a la justicia ordinaria para la ejecución de lo resuelto.

vii. La investidura del tribunal es de origen privado, pues la jurisdicción que ejercen es, por
regla general, facultativa para las partes, salvo la existencia de casos de arbitraje forzoso
(por ejemplo, la partición de bienes).
viii. En cuanto a la remuneración, los árbitros no son pagados por el Estado, sino por los
particulares; pues al no pertenecer al Poder Judicial, no son funcionarios públicos.

2.3.3. DIFERENCIA ENTRE TRIBUNALES ORDINARIOS Y ARBITRALES.


i. Los jueces ordinarios tienen imperio, es decir, tienen la posibilidad de usar la fuerza
pública directamente para ejecutar sus resoluciones; en cambio, los jueces árbitros se
hallan privados de esta facultad, pues tienen que recurrir a los tribunales ordinarios para
ello.

ii. Los jueces ordinarios tiene un carácter permanente, los jueces árbitros, en cambio, sólo se
constituyen en el momento que se suscita el conflicto que determina su actuación.

iii. Los jueces ordinarios tienen por ley asignado un territorio jurisdiccional; en cambio los
árbitros, no tienen territorio jurisdiccional.

iv. Las resoluciones de los jueces ordinarios pueden afectar a terceros; en cambio, lo que
resuelva el árbitro sólo afecta a las partes que litigan en calidad de tales y no afectan a
terceros.

v. La fuente de existencia de los jueces ordinarios es la ley; en los jueces arbitrales también
es la ley, pero el matiz está dado por el hecho de que la ley autoriza a las partes (arbitraje
voluntario) para establecer la jurisdicción arbitral (es una fuente mediata).

vi. Los tribunales ordinarios son tribunales de Derecho, es decir, deben fallar y conocer con
estricta sujeción a la ley; en el caso del arbitraje, esta regla se aplica sólo a los árbitros de
Derecho, puesto que los árbitros arbitradores fallan en conciencia o conforme a la
equidad.

vii. Por último, en conformidad con el art 108 del COT, los jueces ordinarios tienen fijadas sus
competencias y atribuciones de antemano por la ley; en cambio, en el caso de los jueces
árbitros, son las partes las que determinan su competencia, pues ésta no está
predeterminada por la ley (salvo en el arbitraje forzoso).

2.3.4. CLASIFICACIÓN DE LOS JUECES ÁRBITROS.


El art. 223 inc. I de COT reconoce dos clases de árbitros, al decir que el árbitro puede ser
nombrado, o con la calidad de árbitro de derecho, o con la de árbitro arbitrador o amigable
componedor. A ellos hay que agregar a los árbitros mixtos.

75
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

i. Árbitro de derecho. De acuerdo al art. 223 inc. II de COT el árbitro de derecho fallará
con arreglo a la ley y se someterá, tanto en la tramitación como en el pronunciamiento
de la sentencia definitiva, a las reglas establecidas para los jueces ordinarios, según la
naturaleza de la acción deducida. Como se puede apreciar, los árbitros de derecho son
como los jueces ordinarios, pues tramitan y fallan como tales; y por ello, sólo pueden ser
árbitros de Derecho los abogados (art. 225 del COT).
Art. 225. Puede ser nombrado árbitro toda persona mayor de edad, con tal que tenga la libre disposición de
sus bienes (capacidad) y sepa leer y escribir. Los abogados habilitados para ejercer la profesión pueden ser
árbitros aunque sean menores de edad.
El nombramiento de árbitros de derecho sólo puede recaer en un abogado.
Art. 226. No pueden ser nombrados árbitros para la resolución de un asunto las personas que litigan como
partes en él, salvo lo dispuesto en los arts. 1324 y 1325 del CC (en el juicio de partición los herederos
pueden ser nombrados jueces partidores).
Asimismo, no puede ser nombrado árbitro para la resolución de un asunto el juez que actualmente estuviere
conociendo de él, sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 317 (excepto cuando el juez nombrado tuviere con
alguna de las partes originariamente interesadas en el litigio, algún vínculo de parentesco que autorice su
implicancia o recusación).

Por otra parte, desde el momento en que el árbitro de Derecho tramita y falla como un
tribunal ordinario, ofrece idénticas condiciones de seguridad que éste y, por consiguiente,
el legislador no tiene para qué preocuparse de si las partes interesadas son o no
plenamente capaces. Por tanto, hayan o no incapaces (representados legal o
convencionalmente) entre los interesados, el nombramiento de árbitros de Derecho será
válido; pues el art 224 del COT, a propósito de la capacidad de las partes, no señala nada,
lo que significa que se rigen por las reglas generales de los jueces ordinarios.
69
ii. Árbitro arbitrador o amigable componedor . De acuerdo al art. 223 inc. III de
COT el arbitrador fallará obedeciendo a lo que su prudencia y la equidad le dictaren, y
no estará obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que
las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada
hubieren expresado, a las que se establecen para este caso en el CPC. De acuerdo a este
artículo, se puede decir que es aquel que tramita en conformidad a las reglas que han
establecido las partes, y si éstas nada han dicho, conforme al procedimiento establecido
en la legislación procesal civil (Título VIII, Libro III del CPC), y que falla de acuerdo a las
reglas de la prudencia (virtud que permite discurrir entre lo bueno y lo malo) o equidad
70
(la justicia del caso concreto) que cree convenientes.
Para designar este tipo de árbitros, el art. 224 inc. I del COT señala que sólo las partes
mayores de edad y libres administradoras de sus bienes podrán dar a los árbitros el
carácter de arbitradores. Por tanto, si en un conflicto hay un incapaz, el árbitro no puede
tener la calidad de arbitrador.

69
La expresión amigable componedor no debe inducir al error de creer que este árbitro actúa como conciliador o
amigo que abuena a las partes, ya que éste es un juez, y como todo juez, juzga.
70
Al fallar con sujeción a la equidad o prudencia, no procede el recurso de casación en el fondo, por lo cual, el
recurso de queja es el único medio de que disponen las partes en caso de que un árbitro arbitrador falle en forma
aberrante, sin respetar los principios de equidad. En efecto, el art. 545 del COT hace procedente el recurso de queja
(además del recurso de casación en la forma) en contra de las sentencias definitivas de primera o única instancia
dictadas por árbitros arbitradores.
76
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

iii. Árbitro mixto. El art. 223 inc. final del COT señala que sin embargo, en los casos en
que la ley lo permita, podrán concederse al árbitro de derecho facultades de arbitrador,
en cuanto al procedimiento, y limitarse al pronunciamiento de la sentencia definitiva a la
aplicación estricta de la ley. Por tanto, de acuerdo dicha disposición, se puede señalar
que el árbitro mixto es aquel que tiene facultades de arbitrador en cuanto al
71
procedimiento y de árbitro de derecho respecto del fallo.
Para nombrar este tipo de árbitros también se requiere de la plena capacidad de las partes
que concurren a su nombramiento; pero por motivos de manifiesta conveniencia podrán
los tribunales autorizar la concesión al árbitro de derecho de las facultades de que trata
el inc. IV del artículo anterior (árbitro mixto), aun cuando uno o más de los interesados
en el juicio sean incapaces (art. 224 inc. II del COT).

De estas tres clases de árbitros, los árbitros de derecho constituyen la regla general en la
legislación chilena, pues si las partes no confieren expresamente al árbitro las facultades de
amigable componedor o de árbitro mixto, se entiende que lo designan en calidad de árbitro de
derecho (se presume). Sin embargo, el profesor FORTTES señala que el más frecuente en la
práctica es el árbitro arbitrador, porque uno de derecho es poco útil, ya que se debe someter a las
mismas reglas que un juez ordinario y, por tanto, el procedimiento será largo.

2.3.5. CLASES DE ARBITRAJE.

a. ARBITRAJE FORZOSO, PROHIBIDO Y VOLUNTARIO.


Atendiendo a las materias que son o no susceptibles de arbitraje, en el COT se distingue
entre arbitraje forzoso, prohibido y voluntario.
i. El arbitraje forzoso u ob ligator io, dice relación con aquellos asuntos que
necesariamente se deben someter al conocimiento de árbitros. En otras palabras, es aquel
que es impuesto imperativamente por la ley como el único procedimiento para resolver
determinados litigios; pues si las partes recurren al tribunal ordinario, éste se declarará
72
incompetente.
Aquí no es necesario que las partes se pongan de acuerdo para sustraerse de la
jurisdicción ordinaria y someterse al arbitraje, pues es la propia ley la que excluye
absolutamente la competencia de los tribunales ordinarios y la concede, en forma
privativa, a jueces árbitros. La razón de esto, es por la naturaleza de las materias, ya que
se trata de asuntos en los cuales se ventilan problemas de carácter íntimo, que producen
apasionamiento entre las partes y, por ello, conviene sustraerlos de la justicia ordinaria; o
bien, se ventilan problemas de carácter técnico, que hacen perder demasiado tiempo a los
tribunales ordinarios, en desmedro de otros asuntos de mayor importancia. Estos casos
están señalados en el art 227 del COT, el cual dispone que deben (imperativo) resolverse
por árbitros lo asuntos siguientes:
71
Algunos dicen que esta clase de árbitro no existe, puesto que sigue siendo árbitro de derecho pero con facultades
distintas para tramitar. Es por ello que el COT no los nombra expresamente.
72
La mayor parte de la doctrina del Derecho comparado arbitral moderno, señala que los arbitrajes obligatorios no
constituyen un auténtico arbitraje, porque carecen del pilar que les impregna vida, fuerza y fundamento, como es la
autonomía de la voluntad. No obstante, en este tipo de arbitraje las partes igualmente cuentan con la facultad de
designar a la persona del juez árbitro.
77
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

- La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o en comandita


civil, y la de las comunidades (art. 227 Nº 1). En cuanto a la liquidación de la sociedad
conyugal, hay que tener en cuenta el inc. final del art. 227, que señala que los
interesados, de común acuerdo, pueden también solicitar al juez que conoce el
procedimiento sobre la separación judicial, la declaración de nulidad del matrimonio
o el divorcio, que liquide la sociedad conyugal o el régimen de participación en los
gananciales que hubo entre los cónyuges; es decir, si las partes lo prefieren, pueden
solicitar al Juez de Familia que está conociendo de la separación judicial, del divorcio
o de la nulidad de matrimonio, la liquidación de la sociedad conyugal.
Por otro lado, la disposición sólo hace referencia a las sociedades civiles, pues las
sociedades comerciales, como las SA, se liquidan de común acuerdo por los socios, o
bien, mediante un liquidador. Ahora bien, entre el liquidador y el árbitro hay gran
diferencia, pues mientras el primero es un verdadero mandatario de los interesados, el
segundo actúa como juez.
- La partición de bienes (art. 227 Nº 2), es decir, aquel procedimiento regulado en el CC,
que habilita a las personas para liquidar los bienes hereditarios. Pues respecto de los
bienes del causante se forma una comunidad hereditaria, la cual se debe liquidar en
algún momento por medio de un juicio arbitral llamado partición de bienes.
- Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del gerente o del
liquidador de las sociedades comerciales y los demás juicios sobre cuentas (art. 227
Nº 3).
- Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de una
sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados de una
participación, en el caso del art. 415 del Código de Comercio (art. 227 Nº 4).
- Los demás que determinen las leyes (art. 227 Nº 5). Por ejemplo, las controversias que
se producen en el Comercio Marítimo, salvo las excepciones legales.

No obstante los casos anteriores, el art. 227 inc. II del COT señala que pueden, sin
embargo, los interesados resolver por sí mismos estos negocios, si todos ellos tienen la
libre disposición de sus bienes y concurren al acto. En otras palabras, las partes podrían
evitar el arbitraje forzoso haciendo uso del equivalente jurisdiccional transacción para
solucionar directamente el asunto.
¿Qué tipos de árbitros resuelven estas materias? El profesor AYLWIN, al respecto, ha
señalado que estos asuntos sólo pueden ser conocidos y resueltos por un árbitro de
derecho, o a lo más un árbitro mixto, pero jamás un arbitrador.

ii. Arbitraje prohibido. Así como la ley estableció diversos casos de materia de arbitraje
forzoso, de la misma manera señaló situaciones en que el arbitraje se encuentra vedado;
es decir, asuntos o negocios que necesariamente deben ser conocidos por la justicia
ordinaria y jamás por jueces árbitros, ni aun con acuerdo de las partes. Este tipo de
arbitraje recae sobre materias que la ley, por razones de alta conveniencia pública, impide
someter a la decisión de jueces árbitros (son materias de orden público). En efecto, estos
asuntos son:

78
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

- De acuerdo al art. 229 del COT, no podrán ser sometidas a la resolución de árbitros
las cuestiones que versen sobre alimentos o sobre derecho de pedir separación de
bienes entre marido y mujer. CASARINO dice que la ley al decir “cuestiones que versen
sobre alimentos”, se ha referido exclusivamente a los juicios sobre alimentos futuros
cuando la obligación emana de la ley, y no a los alimentos voluntarios ni a las
prestaciones alimenticias ya devengadas.
- Por otra parte, el art. 230 inc. I del COT dispone que tampoco podrán someterse a la
decisión de árbitro las causas criminales, las de policía local, las que se susciten
entre un representante legal y su representado, y aquellas en que debe ser oído el
fiscal judicial (se refiere a asuntos en que el Estado tiene interés, es decir, juicios de
hacienda; o asuntos de Derecho de familia, como juicios de divorcio y materias de
estado civil, etc.).
- Fuera de los casos anteriores, también se puede mencionar a los asuntos judiciales no
contenciosos, puesto que los árbitros sólo resuelven “asuntos litigios”; y los juicios en
que se ventilen derechos regidos por el Código del Trabajo y leyes complementarias,
porque estos derechos, por expresa disposición legal, son irrenunciables.

¿Qué pasa si se establece un arbitraje en este tipo de asuntos? Desde el punto de vista
civil, lo resuelto es nulo absolutamente; y del punto de vista procedimental, puede
alegarse un vicio por incompetencia.
¿Qué ocurre si un determinado asunto en virtud de un norma jurídica es de arbitraje
prohibido, y en virtud de otro precepto es de arbitraje forzoso? Este conflicto ha sido
resuelto en forma expresa por el legislador en el art. 230 inc. II del COT, al señalar que
todo lo cual (arbitraje prohibido) se entiende sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 227
(arbitraje forzoso); en otras palabras, en caso de conflicto éste se resuelve a favor del
arbitraje forzoso. Por ejemplo, una partición de bienes hereditarios en la cual son
interesados un padre y su hijo menor de edad; según el art. 230 del COT, este juicio no
podría ser sometido a arbitraje por suscitarse entre un representante legal y su
representado; sin embargo, el art. 227 Nº 2 establece que este asunto es de arbitraje
forzoso.

iii. Arbitraje volu ntar io. Este tipo de arbitraje dice relación con aquellos asuntos
respecto de los cuales la ley no menciona como de exclusiva competencia de la justicia
ordinaria o arbitral; es decir, se trata de materias que no siendo de arbitraje prohibido u
obligatorio, las partes pueden voluntariamente sustraerlas del conocimiento de los
tribunales que establece la ley, para someterlos al conocimiento y resolución de un árbitro
(por ejemplo, los juicios sobre cobro de pesos).
El arbitraje facultativo es el más amplio, pues caben en él todas las materias que siendo
de competencia de los tribunales ordinarios (causas principalmente civiles), las partes
pueden someterlas al conocimiento de árbitros. Por lo tanto, el arbitraje forzoso es la
excepción; en efecto, las materias de este tipo de arbitraje son taxativas, por lo mismo, el
principio que rige en materia arbitral es la libertad de las personas para someter un asunto
a arbitraje. Por lo demás, así lo señala el art. 228 del COT al decir que fuera de los casos
expresados en el artículo precedente (arbitraje forzoso), nadie puede ser obligado a
someter al juicio de árbitros una contienda judicial.
79
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

b. ARBITRAJE INTERNO E INTERNACIONAL.


Según su extensión o ámbito de aplicación, el arbitraje se clasifica en interno e
internacional.
i. El arbitraje interno es aquel que se desarrolla conforme al Derecho nacional (COT y
CPC), sin que exista en el objeto del proceso elementos de competencia internacional.

ii. El arbitraje internacional es aquel que se desarrolla conforme a convenios


internacionales (por ejemplo, Convención de la ONU sobre Reconocimiento y Ejecución
de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, y la Convención Interamericana sobre Arbitraje
Comercial Internacional), para solucionar, generalmente, conflictos generados en el
comercio internacional, los cuales exigen seguridad y rapidez en su solución.
El arbitraje internacional es una consecuencia de que no exista un tribunal supraestatal de
Derecho privado para resolver los litigios que pueden surgir en las relaciones
internacionales. Pues los Estados ofrecen sólo jurisdicciones nacionales, concebidas en su
73
origen para conocer conflictos internos.

c. ARBITRAJE AD HOC Y ARBITRAJE INSTITUCIONAL.


Según la forma en que se administra el arbitraje o se designa al árbitro, se distingue entre:
arbitraje ad hoc y arbitraje institucional.
i. El arbitraj e ad hoc o independiente es aquel regulado por las partes sin intervención
de los centros de arbitraje; las partes directamente designan el árbitro.
ii. El arbitraje institucional es aquel confiado a entidades corporativas (generalmente
centros de arbitraje) que administran permanentemente el arbitraje mediante la
designación de los árbitros, la sujeción del mismo a determinadas reglas de
procedimiento (en su caso), y a la facilitación, en general, de los medios necesarios para
llevar a cabo el encargo. En Chile no tienen un reconocimiento legal expreso, pero se han
establecido fuera de la ley; así, por ejemplo, está la Comisión Chilena de Arbitraje
Comercial, el Centro de Arbitraje y Mediación de la V Región, que tiene importancia en
74
relación con los arbitrajes marítimos; etc.

73
El año 2004 se publicó la Ley 19.971 sobre Arbitraje Comercial Internacional, que fijó los procedimientos para la
resolución en Chile de disputas comerciales a nivel internacional; dicha ley, se fundó en una ley modelo elaborada
por la Comisión de las Naciones Unidos para el Derecho Mercantil Internacional. Hasta entonces, en Chile, el
arbitraje comercial internacional no estaba específicamente normado, pues se utilizaban normas a nivel local, lo cual
no era adecuado (solamente está regulado en el CPC, a propósito de la ejecución en Chile, de las sentencias arbitrales
extranjeras mediante el exequátur). Además, dada la creciente integración de Chile a la economía internacional, se
hacía necesario una alternativa que permitiera a empresas pequeñas y medianas resolver tales litigios comerciales en
el país, pues un proceso judicial en el extranjero resulta demasiado costoso. Por otro lado, era un objetivo deseable,
tanto desde el punto de vista público como del privado, que nuestro país ocupe un lugar destacado como centro de
arbitraje en el comercio internacional, especialmente, a nivel latinoamericano.
74
Ejemplo de una de estas cláusulas, es la siguiente: “cualquier controversia que se produzca entre las partes con
motivo de la aplicación, interpretación, duración, validez o ejecución de este contrato, será sometida a arbitraje
conforme a los estatutos y reglamentos de arbitraje del Centro de Arbitraje y Mediación de la V Región (CAM). Las
partes designarán de común acuerdo como árbitro mixto a uno de los integrantes del cuerpo arbitral del CAM. Para el
80
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

El arbitraje institucional se caracteriza porque la institución de arbitraje designa el


nombre del árbitro y realiza las labores de administración del proceso arbitral,
estableciendo pautas sobre los honorarios que pueden cobrar los árbitros en la tramitación
del juicio. Esto presenta como ventaja, la idoneidad técnica de los árbitros.

2.3.6. CONSTITUCIÓN DEL ARBITRAJE.


Respecto al origen y fuente de la justicia arbitral, hay que distinguir entre fuentes
mediatas e inmediatas. Como se dijo, la ley es la fuente mediata del arbitraje, y en cuanto a las
fuentes inmediatas, de acuerdo al art 222 del COT, el arbitraje puede tener su origen en la
voluntad de las partes o en la autoridad judicial; sin embargo, es necesario agregar la voluntad
unilateral del causante o testador, y en algunos casos la ley, como fuente inmediata.

a. VOLUNTAD DE LAS PARTES.


Las partes de común acuerdo pueden sustraer el conocimiento de un determinado asunto
de la jurisdicción ordinaria, y someterlo a la resolución de un árbitro. Ahora bien, existen dos
tipos de mecanismos para llegar a esto: el compromiso y la cláusula compromisoria.
i. El c o m p r o m i s o , siguiendo al profesor Patricio AYLWIN, es una convención por la cual
las partes sustraen determinados asuntos litigiosos presentes o futuros del conocimiento
de la jurisdicción ordinaria y lo someten al conocimiento y fallo de uno o más árbitros
que en ese mismo acto designan. Por ejemplo, se establece como cláusula que “cualquier
conflicto que se suscite con motivo del siguiente contrato, las partes acuerdan someterlo a
la decisión de un juez árbitro y desde ya se designa a don Juan Pérez, el cual tendrá la
calidad de árbitro arbitrador”.
En cuanto a su naturaleza jurídica, tradicionalmente han existido tres posturas:
- Se ha dicho por la mayoría de la doctrina (CASARINO, ROMERO SEGUEL, ABELIUK,
entre otros) que el compromiso es un contrato, ya que crea la obligación de someterse
a un juicio arbitral y acatar el fallo que se dicte.
- Patricio AYLWIN, en cambio, señala que el compromiso no es propiamente un
contrato, sino que una convención, es decir, un acto jurídico bilateral por el cual las
partes sustraen del ámbito de los tribunales ordinarios un determinado asunto para que
sea conocido y fallado por un juez expresamente nombrado por las partes. Entonces,
es erróneo decir que por el compromiso contraen, quienes los suscriben, la obligación
de someterse a un juicio arbitral, pues las partes no se obligan a ello, sino que se
someten desde luego a la jurisdicción del tribunal arbitral, y por tanto, quedan al
margen de la jurisdicción de los demás tribunales; por otro lado, tampoco puede
pensarse que del compromiso nace la obligación de respetar y cumplir el fallo de los
árbitros, pues la fuerza obligatoria y ejecutiva de la sentencia arbitral arranca de la

evento en que las partes no lleguen a acuerdo respecto de la persona del árbitro, confieren poder irrevocable a la
CAM, para que, a solicitud de cualquiera de éstas, designe al árbitro de entre los integrantes del cuerpo arbitral del
centro antes referido”.
81
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

jurisdicción que la ley otorga a los tribunales arbitrales, y no de un contrato entre las
partes.
- Por otro lado, hay una posición que puede ser complementaria a las dos anteriores, y
es sostenida por el procesalista italiano CHIOVENDA, quien señala que el
compromiso es un pacto procesal, es decir, es un
acuerdo de voluntades extrajudicial destinado a producir consecuencias procesales.
Pues mediante el compromiso se da vida a un tribunal arbitral a cuya jurisdicción se
someten las partes, se determina su competencia, y se designan a las personas que lo
75
integrarán, todas la cuales son consecuencias en el ámbito procesal.

En cuanto a los requisitos de compromiso, si señala que es una convención o u contrato,


se debe someter a los requisitos generales de los actos jurídicos. Y, por otro lado, también
debe someterse a los requisitos específicos que señala la ley.
- Hay que recordar que los requisitos generales del acto jurídico, son: los requisitos de
existencia (voluntad, objeto, causa, y solemnidades en los casos que señala la ley) y
los requisitos de validez (capacidad, consentimiento exento de vicios, objeto lícito y
causa lícita). Ahora bien, respecto del compromiso se puede decir lo siguiente:
a) En cuanto a la voluntad, el art. 232 inc. I del COT señala que el nombramiento de
árbitros deberá hacerse con el consentimiento unánime de todas las partes
interesadas en el litigio sometido a su decisión. Este consentimiento se puede
presentar antes de producido el litigio o después de éste, y se puede manifestar
personalmente o por medio de mandatario; pero en este último caso, el mandatario
necesitará de atribución especial para comprometer, como también para otorgar al
árbitro facultades de arbitrador (art 7º inc. II del CPC). Por último, le es indiferente
al legislador el número de árbitros, pues de acuerdo al art. 231 del COT, pueden las
partes, si obran de acuerdo, nombrar para la resolución de un litigio dos o más
árbitros; y en el caso de ser dos o más los árbitros nombrados, las partes podrán
nombrar un tercero que dirima las discordias que entre aquéllos puedan ocurrir. Y
de acuerdo al art. 233 del COT, podrán, también, autorizar a los mismos árbitros
para que nombren, en caso necesario, el tercero en discordia.
b) Respecto a la capacidad de las partes para comprometer, se aplican las reglas
generales, es decir, toda persona que tenga capacidad de ejercicio puede nombrar
un juez árbitro y celebrar compromiso, y si dentro de las personas que nombran al
juez árbitro hay incapaces, éstas deberán actuar a través de sus representantes
legales. Estas reglas se aplican con excepción del árbitro arbitrador, pues éste sólo
puede ser nombrado por personas mayores de edad que cuenten con capacidad de
ejercicio.
c) En relación al objeto y causa lícita, en el compromiso no deben existir cláusulas
contrarias a la ley, a la moral, a las buenas costumbres, ni al orden público. Así, por
75
Esto no significa que el compromiso sea un acto procesal, pues ordinariamente no lo es, ya que se verifica al
margen de todo proceso (con vista a un proceso futuro). Sin embargo, puede excepcionalmente aparecer como tal,
cuando existiendo un juicio del cual está conociendo un tribunal ordinario (ya está trabada la litis), las partes
acuerdan someterse a arbitraje.
82
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

ejemplo, hay objeto ilícito en el compromiso cuando dentro de éste se somete a


arbitraje un asunto de arbitraje prohibido.
d) Y en cuanto a las solemnidades, el compromiso es un contrato solemne, pues de
acuerdo al art 234 del COT, el “nombramiento del árbitro” debe constar por escrito,
de lo cual se deduce que el compromiso también. Dicho escrito puede ser un
instrumento público o privado.
Art. 234. El nombramiento de árbitro deberá hacerse por escrito. En el instrumento en que se haga el
nombramiento de árbitro deberán expresarse:
1. El nombre y apellido de las partes litigantes;
2. El nombre y apellido del árbitro nombrado;
3. El asunto sometido al juicio arbitral;
4. Las facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y tiempo en que deba desempeñar sus
funciones.
Faltando la expresión de cualquiera de los puntos indicados en los números 1, 2 y 3, no valdrá el
nombramiento.

- Por otro lado, el compromiso también debe cumplir con requisitos específicos, pues el
documento escrito en el que se deja constancia de la celebración de éste, por expresa
disposición del art. 234 de COT, debe contener ciertas cláusulas; algunas de las cuales
son de la esencia, otras de la naturaleza y otras accidentales.
a) Las cláusulas esenciales son aquellas sin las cuales el acto no produce efecto alguno
o degenera en uno diferente; es decir, en la eventualidad de que se omitan algunos
de los requisitos mencionados, la sanción para tal omisión es la invalidez del
nombramiento. Tales cláusulas son: el nombre y apellido de las partes litigantes; el
76
nombre y apellido del árbitro (esto es lo que caracteriza al compromiso) ; y la
materia o asunto sometido al juicio arbitral (objeto del proceso), el cual puede ser
actual, esto es, presente al momento de comprometer, o bien, suscitarse en el futuro,
77
es decir, después de celebrado el compromiso.
b) Las cláusulas de la naturaleza, son aquellas que sin pertenecerle de manera esencial,
se entienden que forman parte de él, sin necesidad de mención expresa; es decir, si
no son señaladas por las partes, son suplidas por la ley. Estas cláusulas son: las
facultades y calidad del árbitro, pues si las partes no expresaren con qué calidad es
nombrado el árbitro, se entiende que lo es con la de árbitro de derecho (art. 235
78
inc. I del COT); ahora bien, si el árbitro no es abogado, no valdrá el compromiso .

76
La jurisprudencia ha señalado que se debe tratar de una persona natural con nombre y apellido; pues el COT
presupone la capacidad física, según se desprende precisamente del art. 225 inc. I que dice que puede ser árbitro
toda persona mayor de edad con tal que tenga la libre disposición de sus bienes y sepa leer y escribir. Por lo tanto,
no se puede nombrar a una persona jurídica, o aludiendo a cargos o características que posee la persona; así, por
ejemplo, si se nombra árbitro al Presidente del Colegio de Abogados, tal cláusula sería nula.
77
En general, la ley desea que se señale en forma clara e inequívoca el objeto del proceso para evitar que a futuro se
planteen conflictos respecto de si el árbitro tiene o no competencia para resolver un determinado asunto; así, por
ejemplo, se puede establecer que la resolución o nulidad que puede derivar del presente contrato, será competencia
de tal árbitro.
78
Se ha señalado también que otro elemento de la naturaleza es el tipo procedimiento que debe seguir el árbitro
arbitrador, porque si las partes nada dicen al respecto, el procedimiento aplicable son las reglas mínimas que
establece el CPC.
83
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

El lugar en que el árbitro deba desempeñar sus funciones, pues si faltare la


expresión del lugar en que deba seguirse el juicio, se entenderá que lo es aquel en
que se ha celebrado el compromiso (art. 235 inc. II del COT). Y el tiempo en que el
árbitro deba desempeñar sus funciones, pues si faltare la designación del tiempo, se
entenderá que el árbitro debe evacuar su encargo en el término de dos años
contados desde su aceptación (art. 235 inc. III del COT).

c) Y las cláusulas accidentales son aquellas que no pertenecen ni esencial ni


naturalmente a él y, por tanto, requieren siempre de mención expresa de las partes.
Las cláusulas accidentales de mayor uso son: aquella en virtud de la cual se
renuncian a todos los recursos legales, en especial la apelación; aquella que fija el
honorario del árbitro, etc.

Por último es necesario referirse a los efectos del compromiso. Al respecto, se


señala que produce un efecto negativo y uno positivo. El efecto negativo, es
que provoca la exclusión de la justicia ordinaria para conocer de ese asunto, de manera
que si alguna de las partes pretende llevar la controversia a dicha jurisdicción, la
contraparte podrá oponer la excepción de compromiso, que en nuestro ordenamiento se
denomina genéricamente excepción de incompetencia absoluta (excepción dilatoria
contemplada en el art 303 Nº 1 del CPC); con todo, podría terminar el compromiso si las
partes de común acuerdo concurren a la justicia ordinaria o a otro árbitro solicitando la
resolución del mismo negocio (art. 240 Nº 1 del COT). Y, por otro lado, el efecto positivo
provoca el sometimiento de las partes a la jurisdicción del árbitro.
Art. 303. Sólo son admisibles como excepciones dilatorias:
1. La incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la demanda.
Art. 240. Los árbitros, una vez aceptado su encargo, quedan obligados a desempeñarlo. Esta obligación
cesa:
1. Si las partes ocurren de común acuerdo a la justicia ordinaria o a otros árbitros solicitando la resolución
del negocio.

ii. Como se dijo, otra forma de celebrar un arbitraje de forma voluntaria es a través de la
cláusula compromisoria, esto es, un contrato en virtud del cual las partes sustraen
determinados asuntos litigiosos presentes o futuros del conocimiento de la justicia
ordinaria y lo someten al conocimiento de uno o más árbitros, obligándose a nombrar a
éstos en un acto posterior. Así, por ejemplo, la cláusula puede decir que “cualquier
conflicto que se suscite con motivo del siguiente contrato de compraventa, las partes
acuerdan someterlo a la decisión de un juez árbitro que se designará cuando sea oportuno,
ya sea por común acuerdo o por decisión judicial”. La cláusula compromisoria no está
establecida en nuestra ley, sin embrago, ha sido incorporada por la doctrina y la
jurisprudencia, es decir, existe en términos prácticos como otra forma de convenio
79
arbitral.
El profesor AYLWIN señala que la cláusula compromisoria se diferencia del compromiso,
porque en este último las partes se someten a determinados árbitros, y si éstos, por

79
En la Ley 19.971 sobre Arbitraje Comercial Internacional del año 2004, se alude expresamente a la cláusula
compromisoria.

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

cualquier motivo, no pueden cumplir con el encargo, quedará sin efecto la convención de
arbitraje y recupera su imperio la jurisdicción ordinaria; en cambio, en la cláusula
compromisoria las partes se someten “en general al arbitraje” y quedan obligadas a
nombrar tantos árbitros, cuantas veces sean necesarias, para obtener el fallo definitivo del
asunto que comprometen; incluso aquí la autoridad judicial puede nombrarlo, no así en el
compromiso.
En cuanto a su naturaleza jurídica, la doctrina está conteste en que la cláusula
compromisoria reviste los caracteres de un contrato, porque de ella nace para las partes la
obligación de designar al árbitro (obligación de hacer). Por otro lado, también se dice que
es un pacto procesal, pues tiende a producir efectos procesales, cuales son: la derogación
de la jurisdicción ordinaria y la sumisión de las partes a la jurisdicción arbitral.
Un sector minoritario de la doctrina señala que la cláusula compromisoria se caracteriza
por ser una promesa de comprometer, es decir, una promesa de celebrar un compromiso.
Esta es una interpretación errónea (así también lo ha entendido la CS); en efecto, con la
cláusula compromisoria las partes no se limitan a prometer la celebración de un
compromiso, lo que hacen es comprometer, esto es, renunciar a la jurisdicción ordinaria y
someterse a la extraordinaria de los árbitros. Ahora bien, el hecho de que no determinen
necesariamente el tribunal arbitral, no significa que no comprometan, ya que
comprometer no es nombrar compromisarios, sino que acordar un arbitraje. Por lo
anterior, se dice que la cláusula compromisoria es un contrato con fisonomía propia e
independiente (contrato innominado).
Por último, en cuanto a sus requisitos, como esta cláusula tiene una naturaleza
contractual, para su validez debe reunir los requisitos generales aplicables al acto
jurídico, los cuales, son los mismos que se aplican al compromiso; con todo, se diferencia
de este último, por cuanto la cláusula compromisoria es consensual, pues no debe constar
por escrito para su validez (su existencia se podrá probar por testigos). Por otro lado,
también debe cumplir con requisitos especiales, que son prácticamente los mismos del
compromiso, menos lo que dice relación con el nombramiento del árbitro, pues éste se
debe designar en un momento posterior de común acuerdo o por el juez en subsidio. En
cuanto a las cláusulas accidentales, es usual que se incluyan algunas relativas a las
características que deben reunir los árbitros a nombrar en el futuro, por ejemplo, señalar
que haya sido docente por un determinado número de años, o haya ejercido tal o cual
cargo durante tantos años, o que cuente con tal grado académico o profesional, etc.

b. NOMBRAMIENTO POR EL JUEZ EN SUBSIDIO.


Se trata de la segunda fuente de la justicia arbitral y, al igual que la anterior, tiene
bastante aplicación práctica. Tiene lugar en dos supuestos: cada vez que se está en presencia de
un arbitraje forzado u obligatorio y no se logra el común acuerdo de las partes; o bien, cada vez
que se está en presencia de una cláusula compromisoria y tampoco se logra este común acuerdo
de las partes en cuanto al nombramiento de la persona del árbitro.
En este sentido, el art. 232 inc. II del COT estable que en los casos en que no hubiere
avenimiento entre las partes respecto de la persona en quien haya de recaer el encargo, el
nombramiento se hará por la justicia ordinaria, debiendo en tal caso recaer dicho
nombramiento en un sólo individuo y diverso de los dos primeros indicados por cada parte; se
procederá, en lo demás, en la forma establecida en el CPC para el nombramiento de peritos (art.

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

414 del CPC). Como se puede apreciar, el árbitro designado debe ser una sola persona, por tanto,
no cabe hablar de pluralidad de árbitros; y el nombramiento debe recaer en personas diversas de
las dos primeras indicadas por cada parte.
Art. 414. Para proceder al nombramiento de peritos, el tribunal citará a las partes a una audiencia, que tendrá lugar
con sólo las que asistan y en la cual se fijará primeramente por acuerdo de las partes, o en su defecto por el tribunal,
el número de peritos que deban nombrarse, la calidad, aptitudes o títulos que deban tener y el punto o puntos materia
del informe.
Si las partes no se ponen de acuerdo sobre la designación de las personas, hará el nombramiento el tribunal, no
pudiendo recaer en tal caso en ninguna de las dos primeras personas que hayan sido propuestas por cada parte.
La apelación que se deduzca en los casos del inciso 1° de este artículo no impedirá que se proceda a la designación
de los peritos de conformidad al inciso 2°. Sólo después de hecha esta designación, se llevará adelante el recurso.

c. LA VOLUNTAD DEL CAUSANTE O TESTADOR.


El tercer origen de la justicia arbitral, es la voluntad unilateral del causante o testador.
Esta voluntad se manifiesta en el derecho que la ley le asigna al testador o causante para que, por
acto entre vivos o por testamento, proceda a designar al partidor de sus bienes, el cual es un juez
árbitro (art 1324 del CC).
Art. 1324. Valdrá el nombramiento de partidor que haya hecho el difunto por instrumento público entre vivos o por
testamento, aunque la persona nombrada sea albacea o coasignatario, o esté comprendida en alguna de las causales
de implicancia o recusación que establece el COT, siempre que cumpla con los demás requisitos legales; pero
cualquiera de los interesados podrá pedir al Juez en donde debe seguirse el juicio de partición que declare
inhabilitado al partidor por alguno de esos motivos.
Esta solicitud se tramitará de acuerdo con las reglas que, para las recusaciones, establece el CPC.

¿El nombramiento del partidor hecho por el causante, obliga a sus herederos? La
jurisprudencia ha estimado que los herederos no están obligados a respetar el nombramiento
hecho por el testador y, por tanto, pueden revocarlo; pues siendo los continuadores legales de la
persona del difunto, se encuentran investidos de las mismas facultades que tenía el causante en
vida. No obstante, el punto es discutible, y así algunos sostienen que el partidor adquiere un
verdadero derecho a desempeñar el cargo que le ha sido conferido por testamento y del cual sólo
podría ser privado por causas legales de inhabilidad.

d. LA LEY.
Por último, algunos autores señalan que la ley también es una fuente de la justicia
arbitral. Como se dijo, la ley es una fuente mediata por cuanto es ella la que permite el
nombramiento de un árbitro ya sea por las partes, el juez, o el testador. Ahora, es cierto que
existen diversas disposiciones en nuestro Derecho que no sólo establecen la obligación de
someter determinados asuntos litigiosos a la resolución de un tribunal arbitral (arbitraje forzoso),
sino que aun más, señalan el organismo llamado a actuar en calidad de árbitro; así, por ejemplo,
la Superintendencia de Valores y Seguros debe resolver en el carácter de árbitro arbitrador, las
dificultades que se susciten entre compañía y compañía, y entre éstas y sus intermediarios; por
otro la lado, la Superintendencia de Salud, a través del Intendente de Fondos y Seguros
Previsionales de Salud, quien actuará en calidad de árbitro arbitrador, debe resolver las
controversias que surjan entre las ISAPRES o FONASA y sus cotizantes o beneficiarios, sin

86
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

perjuicio de que el afiliado pueda optar al proceso de mediación ante la Superintendencia (por
los mediadores que ésta designe) o para recurrir a la justicia ordinaria.
No obstante lo anterior, la doctrina (AYLWIN y CASARINO) señala que se está más bien en
presencia de tribunales especiales con carácter de permanentes, que ante tribunales arbitrales
propiamente dichos. En efecto, aquí la voluntad de las partes juega un rol secundario, pues estos
organismos tienen jurisdicción para conocer de todos los asuntos que las mismas leyes se
encargan de señalar; no presentan ninguno de los caracteres distintivos del juicio arbitral, puesto
que no tienen origen contractual, ni el árbitro es elegido por los interesados, sino que es la ley la
que somete a las partes a la jurisdicción de un determinado tribunal, que ella misma designa.
Además, es rasgo esencial de los árbitros el que sean jueces de confianza de las partes, en
cambio en este caso, al ser la ley la que les otorga atribuciones de árbitro, les falta esta
característica ineludible. En definitiva, si la ley los asimila a árbitros, es para determinar la
manera de cómo deben tramitar y fallar, pero no les otorga dicha calidad.
Por otro lado, respecto de los asuntos que la ley establece como de arbitraje forzoso, se
deja abierta la posibilidad de señalar al árbitro y, además, los interesados pueden resolver por sí
mismos los negocios, sin necesidad de recurrir a un árbitro, siempre que tengan la libre
disposición de sus bienes. Es por ello que estas hipótesis sí podrían considerarse como casos de
arbitraje cuya fuente es legal.

2.3.7. COMPETENCIA ARBITRAL.


Una vez constituido el arbitraje, el juez puede empezar a desempeñar su función
jurisdiccional, para lo cual cuenta con una competencia muy limitada, y estos límites, son los
siguientes:
i. Límites subjetivos. La competencia del árbitro sólo alcanza a las partes que
constituyeron el tribunal y, también, a sus sucesores, o bien, a los que poseen un título
legal o contractual que estén ligados a ellos (principalmente fiadores o codeudores).
ii. Límites objetivos. Estos límites se refieren a dos aspectos: en primer lugar, a la
materia sometida a arbitraje, pues en el caso del compromiso y de la cláusula
compromisoria (arbitraje voluntario), el asunto señalado por las partes establece la
competencia del juez árbitro; y en el caso del arbitraje forzoso, el asunto está contenido
en la ley. Y en segundo lugar, este límite dice relación con la falta de imperio, pues los
jueces árbitros deben recurrir a la justicia ordinaria para que ésta cumpla sus resoluciones
por medio de la fuerza pública.
iii. Límites temporales. Los árbitros son tribunales temporales, pues deben desarrollar su
cometido por el tiempo que señalen las partes, y si nada dicen, tienen un plazo de dos
para resolver el juicio, contados desde la aceptación. Estos plazos pueden suspenderse si
el árbitro ha debido enviar los antecedentes del juicio a un tribunal superior, o bien,
porque alguno de estos tribunales superiores le ha ordenado detener el procedimiento a
través de una orden de innovar (por ejemplo, la CS a propósito de un recurso de queja
interpuesto en contra de un juez árbitro, puede dictar una orden de no innovar). Una vez
que ha expirado el término, el árbitro ya no es juez y, en consecuencia, sus actos son
inexistentes.

87
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

2.3.8. PROCEDIMIENTO ARBITRAL.


Como se dijo en un comienzo, esta materia se encuentra regulada en el Libro III (“De los
juicios especiales”), Título VIII (“Del juicio arbitral”) del CPC. Ahora bien, aquí hay que
distinguir si se está frente a un árbitro de Derecho, a un árbitro arbitrador o a un árbitro mixto;
los cuales se diferencian respecto de la tramitación y de la dictación del fallo.
i. Los árbitros de Derecho deben tramitar y fallar de acuerdo a las reglas establecidas
para los tribunales ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida. Esta última frase
quiere decir que si la acción no tiene señalado un procedimiento especial en la ley, se
ajustara a los trámites del juicio ordinario; y si tiene señalado un procedimiento especial,
se le debe aplicar éste (por ejemplo, el procedimiento sumario).
Las únicas diferencias que se pueden advertir entre el procedimiento que observa un
tribunal ordinario y un árbitro de Derecho, son: el árbitro de Derecho debe proceder
asesorado por un actuario (que nombrará el mismo), el cual reemplaza al secretario del
tribunal y hace las veces de ministro de fe; las notificaciones se deben practicar
personalmente, por cédula, o en la forma que de común acuerdo determinen las partes
(por ejemplo, por e-mail); los testigos deben prestar declaración sólo si voluntariamente
desean hacerlo; y las sentencias que impongan medidas de apremio o compulsivas, deben
ser ejecutadas ante la justicia ordinaria, por carecer los árbitros de imperio.

ii. Los árbitros arbit radores son aquellos que fallan con arreglo a lo que su prudencia y
equidad le dictaren, y tramitan en conformidad a las reglas que han establecidos las
partes, y si éstas nada han dicho, conforme al procedimiento establecido en el CPC. En
líneas generales, las normas de tramitación de juicios seguidos ante estos árbitros que
señala el CPC, son: oír las partes; recibir y agregar al proceso lo instrumentos que le
presenten; practicar las diligencias que estime necesarias para el esclarecimiento de los
hechos; se debe asesorar de un actuario, si así lo cree necesario; las notificaciones se
deben practicar personalmente, por cédula, o en la forma que de común acuerdo
determinan las partes; y también carece de imperio.
iii. Por último, el árbitro mixtoparticipa de los caracteres del arbitrador en cuanto al
procedimiento y de los del árbitro de Derecho en cuanto al fallo.

2.3.9. RECURSOS EN CONTRA DE LAS SENTENCIAS ARBITRALES.


Al igual que en el punto anterior, en este tema es necesario distinguir si se está en
presencia de un árbitro de Derecho o de un árbitro arbitrador.
i. Árbitro de Derecho. Como estos árbitros, y los árbitros mixtos, fallan conforme a
Derecho, sus fallos son susceptibles de los mismos recursos que se pueden deducir en
contra de las sentencias pronunciadas por los tribunales ordinarios; salvo que las partes
hayan renunciado a los recursos, caso en el cual, se entiende que fallan en única instancia.
Por tanto, si las partes nada dicen o si lo declaran expresamente, proceden los siguientes
recursos: el recurso de casación en la forma y el recurso de apelación, en contra de la
sentencia definitiva de primera instancia; los recursos de casación en la forma y en el

88
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

fondo, en contra de la sentencia definitiva de segunda instancia, siempre y cuando (en el


caso del recurso de casación en el fondo) la sentencia definitiva fuese dictada por un
Tribunal Arbitral de Segunda Instancia constituido por árbitros de Derecho; y, por último,
también es procedente el recuro de queja cuando se cometa una falta o abuso en una
sentencia definitiva o interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su
continuación, y que no sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario.

ii. Árbitro arbitrador. Aquí es necesario hacer ciertos distingos:


- El recurso de casación en la forma procede, salvo que las partes mayores de edad y
80
libres administradoras de sus bienes hayan renunciado a éste (art. 239 inc. I del COT) .
Art. 239. Contra una sentencia arbitral se pueden interponer los recursos de apelación y casación para
ante el tribunal que habría conocido de ellos si se hubieran interpuesto en juicio ordinario; a menos que
las partes, siendo mayores de edad y libres administradoras de sus bienes, hayan renunciado dichos
recursos, o sometídolos también a arbitraje en el instrumento del compromiso o en un acto posterior
(Tribunal Arbitral de Segunda Instancia).

- El recurso de apelación sólo procede cuando las partes, en el instrumento en que


constituyen el compromiso, expresan que se reservan dicho recurso para ante otros
árbitros del mismo carácter y siempre que designen las personas que han de
desempeñar este cargo (art. 239 inc. II segunda parte). Es decir, se entiende que la
regla general es que sus sentencias sean de única instancia, sin embargo, serán de
primera cuando las partes en el compromiso declaran el derecho a reservarse el
recurso de apelación ante otros árbitros arbitradores, los cuales también se deben
nombrar en el compromiso.
Art. 239 inc. II. Sin embargo, el recurso de casación en el fondo no procederá en caso alguno contra las
sentencias de los arbitradores, y el de apelación sólo procederá contra dichas sentencias cuando las
partes, en el instrumento en que constituyen el compromiso, expresaren que se reservan dicho recurso
para ante otros árbitros del mismo carácter y designaren las personas que han de desempeñar este cargo.

- El recurso de casación en el fondo no procede en contra las sentencias de los


arbitradores (art. 239 inc. II primera parte). La razón de esto, es que este recurso
supone una “infracción de la ley”, y los arbitradores no están obligados a fallar
conforme a la ley, sino que a lo que su prudencia y equidad le dicten.
- Por último, de acuerdo al art. 545 del COT el recurso de queja sí procede en contra de
las sentencias arbitrales, para corregir las faltas o abusos graves cometidos en su
81
dictación ; cuya competencia recae en la CA del territorio en que se haya desarrollado
el arbitraje (art 63 N° 2 letra C del COT).
Art. 545. El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos
en la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional. Sólo procederá cuando la falta o abuso se

80
La jurisprudencia por razones de equidad, ha hecho procedente el recurso de casación en la forma, no obstante su
renuncia, siempre que se base en dos causales, a saber: en la incompetencia del tribunal, o en la ultra petita. Además,
alguna jurisprudencia ha dicho que la renuncia a los recursos no comprende el recurso de queja.
81
La jurisprudencia ha señalado que para estimar que un árbitro arbitrador ha fallado con falta o abuso grave, es
necesario que la sentencia sea inmoral, dolosa, manifiestamente inicua, absurda, contradictoria o ininteligible (CS
en fallo de 1990; y CA de Santiago en fallo de 2002).
89
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

cometa en sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación o definitiva,
y que no sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la atribución
de la CS para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias. Se exceptúan las sentencias
definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso procederá el
recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
Art. 63. Las Cortes de Apelaciones conocerán:
1. En única instancia:
c) De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces de policía local, jueces
árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción, dentro de su territorio jurisdiccional.

Por lo tanto, tratándose de sentencias definitivas de árbitros arbitradores, el recurso de


queja procede siempre. Esto lo confirma el art. 545 inc. II segunda parte, que señala
que en ningún caso podrá modificar, enmendar o invalidar resoluciones judiciales
respecto de las cuales la ley contempla recursos jurisdiccionales ordinarios o
extraordinarios, salvo que se trate de un recurso de queja interpuesto contra
sentencia definitiva de primera o única instancia dictada por árbitros arbitradores.
En otras palabras, el recurso de queja, respecto de los árbitros arbitradores, es
compatible con el recurso de casación en la forma, y procede contra la resolución
dictada por éste en única o en primera instancia; en cambio, tratándose de árbitros de
Derecho y árbitros mixtos, el recurso de queja sólo procede “...cuando la falta o abuso
se cometa en sentencia definitiva o interlocutoria que ponga fin al juicio o haga
imposible su continuación, y que no sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o
extraordinario...”.

C. JUZGADOS DE LETRAS.

1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS.
Los JL son tribunales ordinarios unipersonales que ejercen jurisdicción de primera o única
instancia, dentro de una comuna o agrupación de comunas, y cuyo superior jerárquico es la CA
respectiva. De la definición anterior se desprenden las siguientes características:
i. Son tribunales ordinarios, puesto que están establecidos y regulados en el COT en
base a una relación jerárquica. Excepcionalmente, hay JL especiales que forman parte del
Poder Judicial, por ejemplo, los JL del trabajo.
ii. Son u nipersonales, ya que están constituidos por un sólo juez. En efecto, el art. 27 inc.
II del COT señala que los JL estarán conformados por uno o más jueces con competencia
en un mismo territorio jurisdiccional; sin embargo, actuarán y resolverán
unipersonalmente los asuntos sometidos a su conocimiento.
La regla general, es que el territorio jurisdiccional de los JL sea una comuna o agrupación
de comunas; en efecto, el art. 27 del COT señala que en cada comuna habrá a lo menos un
JL (el cual puede tener uno o más jueces). Sin embargo, las necesidades del servicio
judicial hacen indispensable que, en ciertas comunas, el número de estos juzgados sea
superior; por tanto, cada uno de éstos ejercerá su jurisdicción en un mismo territorio, y
como no es posible que la jurisdicción se ejerza de forma simultánea, el legislador reparte

90
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

los asuntos entre los JL de una misma comuna, ya sea en virtud de la regla del turno, ya
82
sea en virtud de las reglas sobre distribución de causas.
iii. Son tribunales permanentes, pues los jueces se mantienen en su cargo mientras
mantengan un buen comportamiento o hasta que cumplan 75 años de edad.
iv. Son tribunales letrados, pues se integran por abogados; y son tribunales de Derecho, ya
que tramitan y fallan de acuerdo a la ley.

2. CLASIFICACIÓN.
Los JL están en la base inferior de la estructura piramidal del Poder Judicial, es decir, son
tribunales no superiores; y dentro de esta jerarquía existen diversas categorías que pueden
apreciarse desde varios criterios:
i. Atendiendo a la materia de que conocen, los JL se dividen en: JL especializados, que
son aquellos a los cuales se le ha asignado una competencia especial atendiendo a la
materia (por ejemplo, los JL civiles, los JL del trabajo, los Juzgados de cobranza laboral y
previsional, los Juzgados de Familia); y los JL con competencia común o mixtos,
son aquellos que conocen de toda clase de asuntos entregados a la competencia de los JL
(por ejemplo, de las causas civiles, laborales, de familia, etc.).
La diferencia entre estos dos JL, se demuestra en el siguiente ejemplo: de acuerdo al art.
32 del COT, en la Quinta Región de Valparaíso existen cinco JL civiles con competencia
sobre las comunas de Valparaíso y Juan Fernández, y otros tres con competencia en Viña
del Mar y Concón; asimismo, de acuerdo al art. 415 del Código del Trabajo, también
existen en dicha región tres JL del trabajo con competencia sobre las comunas de
Valparaíso, Juan Fernández, Viña del Mar y Concón. Como se puede apreciar, estos JL
especiales no ejercen su competencia en todas las comunas de la Quinta Región (por
ejemplo, no la ejercen en Quilpué), es por ello que en algunas ciudades de dicha región
hay JL con competencia común, así, por ejemplo, hay dos JL con competencia común
con asiento en la comuna de Quilpué, los cuales ejercen su competencia en dicha
comuna; un JL con competencia común con asiento en la comuna de Casablanca, con
competencia sobre las comunas de Casablanca, El Quisco, Algarrobo, y la comuna de
Curacaví (de la Región Metropolitana); etc.

ii. En razón del asiento o territorio jurisdiccional, los JL se clasifican en:


- Juz gados asiento de Corte, si la comuna donde ejerce su jurisdicción el tribunal,
es a su vez el asiento de una CA. Así, por ejemplo, en la Sexta Región hay dos JL
civiles con asiento en la comuna de Rancagua, ciudad en la cual se encuentra la CA,
83
por lo tanto, estos dos JL son Juzgados Asiento de Corte.

82
Excepcionalmente, de acuerdo al art. 43 del COT, el PDR, previo informe favorable de la CA que corresponda,
podrá fijar como territorio jurisdiccional exclusivo de uno o más de los jueces civiles de la Región Metropolitana,
una parte de la comuna o agrupación comunal respectiva, y en tal caso autorizar el funcionamiento de estos
tribunales dentro de sus respectivos territorios jurisdiccionales.
83
En la Quinta Región ocurre algo excepcional, ya que de acuerdo al art. 32 del COT, los tres JL en lo Civil con
asiento en la comuna de Viña del Mar, tendrán la categoría de Juzgados de Asiento de Corte para todos los efectos
91
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

- Juz gados de capital de provincia, si la comuna donde ejerce su jurisdicción el


tribunal, es a su vez capital de provincia. Por ejemplo, los dos JL con competencia
común con asiento en la comuna de Quilpué, ya que dicha ciudad es la capital de la
Provincia de Marga-Marga.
- Juz gados de comunas o agrupación de comunas, si el asiento de las
funciones del tribunal se encuentra en una comuna que no es capital de provincia o
asiento de CA. Por ejemplo, el JL con competencia común con asiento en la comuna de
Villa Alemana (ciudad perteneciente a la provincia de Marga- Marga); o el JL con
competencia común con asiento en la comuna Casablanca (provincia de Valparaíso).
La importancia de esta clasificación radica, principalmente, en la carrera funcionaria de
los jueces; y, además, porque la ley otorga competencias especiales a los Juzgados
asiento de Corte, de la que carecen los demás (art. 48 del COT).
Art. 48. Los jueces de letras de comunas asiento de Corte conocerán en primera instancia de las causas de
hacienda, cualquiera que sea su cuantía.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, en los juicios en que el Fisco obre como demandante, podrá
éste ocurrir a los tribunales allí indicados o al del domicilio del demandado, cualquiera que sea la
naturaleza de la acción deducida.
Las mismas reglas se aplicarán a los asuntos no contenciosos en que el Fisco tenga interés.

3. ESTRUCTURA.
Los JL están conformados, por regla general, por un Juez Letrado. Excepcionalmente,
hay JL con competencia común integrados por dos jueces (por ejemplo, el JL con competencia
común con asiento en Villa Alemana); en este caso, debe haber un juez presidente, cuyo cargo
se radicará anualmente en cada uno de los jueces que lo integran, comenzando por el más
antiguo.
También hay en los JL un Secretario que debe ser abogado, y cuya principal función es
ser ministro de fe y subrogante legal del juez; y, por último, hay un número variable de
funcionarios administrativos denominados Oficiales.

4. FUNCIONAMIENTO.
Del COT se desprende que el funcionamiento de los JL puede ser de dos tipos: ordinario o
extraordinario. El funcionamiento extraordinario se produce al existir retardo en el despacho de
los asuntos sometidos al conocimiento del tribunal, o bien, cuando el mejor servicio judicial así
lo exigiere (art. 47 del COT).
Art. 47. Tratándose de JL que cuenten en con un juez y un secretario, las CA podrán ordenar que los jueces se
aboquen de un modo exclusivo a la tramitación de una o más materias determinadas, de competencia de su tribunal,
cuando hubiere retardo en el despacho de los asuntos sometidos al conocimiento del tribunal o cuando el mejor
servicio judicial así lo exigiere.

legales. Es excepcional, porque la CA se encuentra en Valparaíso, por tanto, los cinco JL en lo Civil de dicha ciudad
deberían ser los Juzgados asiento de Corte.
92
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Determinar el retardo o el mejor servicio judicial, corresponde a la CA respectiva, quien


deberá ordenar a los jueces que se aboquen de un modo exclusivo a la tramitación de una o más
materias determinadas. Ahora bien, de acuerdo al art. 47 A del COT, cuando se iniciare el
funcionamiento extraordinario, se entenderá, para todos los efectos legales, que el juez falta en
su despacho. En esa oportunidad, el Secretario del mismo tribunal asumirá las demás funciones
que le corresponden al juez titular, en calidad de suplente, y por el sólo ministerio de la ley.

5. COMPETENCIAS.
Esto se encuentra regulado en el art. 45 del COT, cuyo Nº 1 señala que conoce en única
instancia, de las causas civiles y de comercio cuya cuantía no exceda de 10 UTM. El Nº 2 de la
misma disposición, señala que conocen en primera instancia, de lo siguiente:
i. De las causas civiles y de comercio cuya cuantía exceda de 10 UTM.
ii. De las causas de minas, cualquiera que sea su cuantía. Se entiende por causas de minas,
aquellas en que se ventilan derechos regidos especialmente por el Código de Minería.
iii. De los actos judiciales no contenciosos, cualquiera que sea su cuantía, salvo lo dispuesto
en el art. 494 del CC (curadurías especiales).
iv. De las causas civiles y de comercio cuya cuantía sea inferior a 10 UTM, en que sean parte
o tengan interés los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza
Aérea, el General Director de Carabineros, los Ministros de la CS o de alguna CA, los
Fiscales de estos tribunales, los jueces letrados, los párrocos y vicepárrocos, los
cónsules generales, cónsules o vicecónsules de las naciones extranjeras reconocidas por
el PDR, las corporaciones y fundaciones de derecho público o de los establecimientos
84
públicos de beneficencia. Estas personas gozan del denominado fuero menor.
Los asuntos civiles y de comercio de los aforados mayores (PDR, Ministros de Estado,
Intendentes, Embajadores, etc.), los conoce un Ministro de la CA, como tribunal ordinario
de carácter accidental.
v. De las causas del trabajo y de familia cuyo conocimiento no corresponda a los Juzgados
de Letras del Trabajo, de Cobranza Laboral y Previsional o de Familia,
85
respectivamente.
vi. De los demás asuntos que otras leyes les encomienden. Con esto se entiende que conocen
de todos los asuntos no entregados a otros tribunales, siendo depositarios de la

84
El fuero es un privilegio procesal de que gozan ciertas personas en cuya virtud no se someten a la jurisdicción del
tribunal que normalmente debiera conocer de un determinado asunto, sino a otro de jerarquía superior, en razón del
cargo o función de que están investidas. El efecto que produce en este caso, es que hace que un asunto que
normalmente sería conocido en única instancia, se conozca en primera instancia (además es una de las pocas
materias para las que tiene importancia la cuantía).
85
Como se puede apreciar, las competencias que menciona esta disposición, corresponden a aquéllas que son
desempeñadas por los JL civiles (JL especializado de carácter ordinario); pues las competencias de los JL del trabajo
y de cobranza laboral y previsional, se encuentran reguladas en el Código del Trabajo; mientras que las
competencias de los Juzgados de Familia, en la Ley 19.968 sobre Tribunales de Familia. Estos últimos tribunales
son de carácter especial (por estar regulados por leyes especiales) y forman parte del Poder Judicial.
93
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

generalidad de la competencia (por ejemplo, de los asuntos contenciosos


administrativos).
vii. Excepcionalmente, tendrán competencia sobre asuntos penales, en aquellas comunas que
no se hubiere creado un JG, pero jamás conocerán del juicio oral, ya que sólo es de
competencia del TJOP.

D. LAS CORTES DE APELACIONES.

1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS.
Las CA son tribunales ordinarios, superiores, colegiados y permanentes, que ejercen
normalmente jurisdicción de segunda instancia, y cuyo territorio jurisdiccional es una región o
parte de una región determinada. De lo anterior se desprenden las siguientes características:
i. Son tribunales ordinarios, esto por estar establecidos y regulados en el COT en base a
una estructura jerárquica.
ii. Son tr ibunales superiores, lo cual tiene importancia para efectos constitucionales, ya
que pueden ser acusados constitucionalmente por notable abandono de sus deberes. Son
superiores jerárquicos de los JL, de los JG y de los TJOP; y su superior jerárquico es la
Corte Suprema.
iii. Son tribunales de Derecho, porque tramitan y fallan las causas con estricta sujeción a
la ley; y sus jueces son letrados, o sea, abogados.
iv. Son cole giados, ya que están compuestos por un número variable de Ministros, uno de
los cuales actúa como Presidente. Así, por ejemplo, la CA de Valparaíso tiene 16
ministros, y la CA de Santiago tiene 31.
v. Por regla general, son tribunales de segunda instancia, pues están llamados a
conocer principalmente del recurso de apelación que se deduzcan en contra de los fallos
pronunciados en primera instancia. Excepcionalmente actúan en primera instancia (por
ejemplo, respecto de la acción de protección y amparo) o en única instancia (por ejemplo,
respecto de los recursos de casación en la forma y en los recursos de queja).
vi. Son tribunales con competencia común, ya que conocen de toda clase de asuntos, sin
importar su diversa naturaleza, sean civiles, comerciales, penales, de minas, de aguas, etc.
En cuanto a los asuntos penales, hay reglas limitadas, pues de acuerdo al art. 364 del CPP,
son inapelables las resoluciones dictadas por un TJOP; pero las del juez de garantía sí lo
son, pero con limitaciones.
vii. Se rigen por el principio de mediación, es decir, los Ministros conocen
indirectamente el proceso (el expediente), por medio de un relator; por tanto, no hay un
conocimiento directo (principio de inmediación) como en tribunales unipersonales.
viii. Su territorio jurisdiccional corresponde al de una Región o una agrupación de provincias.
En el territorio de la República existen 17 CA, no obstante, sólo hay 15 regiones en el
país; ello se debe a que en la Región Metropolitana existen dos CA (CA de Santiago y de
94
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

San Miguel), al igual que en la Octava Región (CA de Chillán y de Concepción), las
cuales abarcan provincias distintas.

2. ESTRUCTURA.
Cada una de las Cortes de Apelaciones del país, está organizada con un número variable
de funcionarios, cuales son:
i. Las CA son regidas por un Presidente, cargo que es desempeñado por uno de los
Ministros del tribunal, cuya función dura un año, turnándose cada Ministro por orden de
antigüedad en la categoría correspondiente del escalafón. Sus funciones más importantes
son: formar el último día hábil de cada semana, las tablas de que se deba ocupar el
tribunal o sus salas en la semana siguiente; e instalar diariamente las salas, levantando un
acta con el nombre de los Ministros que la integran (lo cual es importante para las
implicancias y recusaciones).
ii. Los demás miembros de las CA se llaman Ministros, cuyo número es variable para cada
CA en particular. Ellos tienen el tratamiento de Señoría (al igual que los Ministros de la
CS y los Jueces de Letras).

iii. Por regla general, las CA cuentan con un Fiscal Judicial; sin embargo, hay CA que
tienen más de uno (por ejemplo, la CA de Santiago tiene seis Fiscales Judiciales, la de
Valparaíso y Concepción tienen tres, etc.). Los Fiscales Judiciales tiene como principal
función, representar ante los tribunales de justicia el interés general de la sociedad, y
también pueden ser llamados a integrar las salas si es necesario.
iv. También cuentan con dos o más Relatores. La regla general, es que cada CA tenga dos
Relatores, sin embargo, hay excepciones, por ejemplo, la CA de Valparaíso y Concepción
tienen 10 relatores, y la CA de Santiago tiene 22 relatores. Los relatores tienen como
misión específica y fundamental, hacer la relación de los negocios entregados a la
competencia de las Cortes, o sea, efectuar una exposición razonada, metódica y detallada
al tribunal, de los asuntos sometidos a su dedición.
v. Por regla general, cada CA cuenta con un Secretario, sin embargo, la CA de San Miguel
tiene dos secretarios y la CA de Santiago tiene tres. Deben ser abogados y tienen que
desempeñar, fundamentalmente, una doble misión: autorizar las resoluciones que dicte el
tribunal, y dar cuenta diaria (al tribunal) de las solicitudes que presenten las partes (lo
cual en la práctica lo hacen los relatores). Además, los Secretarios son los ministros de fe
de los acuerdos suscritos por los Ministros.
vi. También hay un Oficial Primero, quien auxilia al Secretario en sus funciones y practica
las notificaciones por el estado diario; Oficiales de Secretaría, quienes ejercen
labores puramente administrativas y tienen como misión asesorar al secretario; y
Ofici ales de Sala, los cuales están a cargo del cuidado y aseo de la sala del despacho
del tribunal y cumplen todas las órdenes que el tribunal o el Presidente les diere en el
ejercicio de sus funciones, por ejemplo, se encargan de anunciar la vista de una causa y
llamar a los abogados a alegar.

95
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

vii. Por último, pueden integrar las salas de una CA, los Abogados Integrantes, esto es,
aquellos abogados destacados en el ejercicio de su profesión, que por sus méritos, y
después de un procedimiento de postulación, pasan a formar parte de las CA y de la CS,
86
en reemplazo de sus miembros titulares (Ministros) . No forman parte permanentemente
de la CA, sino sólo cuando es necesario.

3. FUNCIONAMIENTO.
i. Según la materia o naturaleza del asunto que deben conocer y resolver, las CA pueden
conocer en sala o en pleno. Ahora bien, de acuerdo al art. 67 del COT, para el
funcionamiento del tribunal pleno se requerirá, a lo menos, la concurrencia de la
mayoría absoluta de los miembros de que se componga la Corte (por ejemplo, en la CA
de Valparaíso se requieren nueve Ministros). Las salas no podrán funcionar sin la
concurrencia de tres jueces como mínimum (en la CA de Valparaíso hay cuatro salas con
cuatro jueces cada una); y para su constitución, se deben sortear anualmente los miembros
del tribunal, con excepción de su Presidente, el que quedará incorporado a la Primera Sala,
siendo facultativo para él integrarla. Ahora bien, cuando la CA funciona divida en salas, de
acuerdo al art. 66 inc. II del COT, cada sala representa a la Corte en los asuntos de que
conoce.
La regla general, de acuerdo al art 66 inc. I del COT, es que el conocimiento de todos los
asuntos entregados a la competencia de las CA pertenecerá a las salas en que estén
divididas, a menos que la ley disponga expresamente que deban conocer de ellos en
pleno (por ejemplo, el ejercicio de las facultades disciplinarias, administrativas y
económicas; el desafuero de los Diputados y Senadores; los juicios de amovilidad en
contra de los Jueces de Letras, etc.).

ii. Desde el punto de vista de la cantidad y retardo en el trabajo, el funcionamiento puede ser
ordinario o extraordinario. El f u n c i o n a m i e n t o o r d i n a r i o , es aquel que se da cuando
no hay retardo; en estas condiciones, las Cortes funcionaran, dependiendo de la materia que
conocen, como tribunal pleno o divido en salas. El f u n c i o n a m i e n t o e x t r a o r d i n a r i o ,
en cambio, es aquel que se produce cuando hay retardo, y hay retardo cuando dividido el
total de causas en estado de tabla y las apelaciones que deban conocerse en cuenta por el
número de salas, el resultado fuere superior a cien. Por ejemplo, hay 250 causas en estado
de tabla, y la CA funciona ordinariamente en dos salas; luego 250 dividido en dos, da
como resultado 125, por ende, hay retardo, y dicha Corte deberá funcionar
extraordinariamente dividida en tres salas.
Al respecto, se señala que aquí hay que disitnguir entre salas ordinarias
(funcionamiento ordinario) y las salas extraordinarias, que se constituyen cuando existe
retardo, tomando uno o dos Ministros de las salas ordinarias, o con los Fiscales Judiciales
o con los Abogados Integrantes.

86
La ausencia de los Ministros en las CA, se debe a que desempeñan otras funciones anexas, como las Visitas, o el
desempeño como tribunales ordinarios accidentales.
96
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

4. COMPETENCIAs.
a. COMPETENCIA POR VÍA DE INSTANCIA.
Como se dijo, la CA, por regla general, es un tribunal de segunda instancia, pues conocen
materias de primera instancia por vía de apelación; no obstante, también hay materias que
conocen en única y en primera instancia. Esto se encuentra regulado en el art. 63 del COT, y los
asuntos más importanes que conocen en cada una de estas intancias, son los siguientes:
i. En ú n i c a i n s t a n c i a , conocen de lo siguiente:
- De los recursos de casación en la forma que se interpongan en contra de las sentencias
dictadas por los JL de su territorio jurisdiccional, o por uno de sus Ministros como
tribunal de excepción, y de las sentencias definitivas de primera instancia dictadas por
jueces árbitros. Aquí, el fallo que resuelve el correspondiente recurso de casación en la
forma, no es susceptible de ningún otro recurso.
- De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas dictadas
por un tribunal con competencia en lo criminal, cuando corresponda de acuerdo a la
ley procesal penal. El recurso de nulidad corresponde conocerlo a la CA si la causal
invocada es la errónea aplicación del Derecho, o un motivo absoluto de nulidad
(formas objetivizadas de la causal genérica de vulneración de garantías); la CS sólo
conoce si hay infracción de garantías.
- De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces de
policía local, jueces árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción, dentro de su territorio
jurisdiccional.
- Fuera de estas materias mencionadas por el art. 63 Nº 1 del COT, también hay otras
diseminadas de las cuales conocen en única instancia, como por ejemplo, las
recusaciones e implicancias que se interpongan en contra de los jueces de letras; de las
contiendas de competencia; recursos de hecho que se interpongan con motivo de las
resoluciones que se pronuncian sobre un recurso de apelación, etc.

ii. En p r i m e r a i n s t a n c i a conocen de lo siguiente:


- De las acciones de amparo, de protección, y de amparo económico.
- De los desafueros de las personas que tienen fuero constitucional (Diputados y
Senadores). El fuero le garantiza a un representante popular, la libertad y autonomía
necesarias para el desempeño de su función, protegiéndolo de las posibles injerencias
de otros poderes, o de terceros interesados en impedir o estorbar el ejercicio de su
cargo. Por ende, con el desafuero se elimina la restricción procesal que impide que los
parlamentarios sean arrestados, acusados o perseguidos como a cualquier ciudadano.
- Juicios de amovilidad en contra de los jueces de letras. Este juicio persigue buscar la
cesación de funciones del juez en virtud de una declaración judicial de mal
comportamiento.

97
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

Como estas materias las CA las conocen en primera instancia, significa que los fallos que
dicten son susceptibles de apelación, y conocerá de estos recursos la propia CS, que es el
tribunal inmediatamente superior en grado jerárquico.

iii. Y por último, en s e g u n d a i n s t a n c i a conocen de lo siguiente:


- De las causas civiles, de familia y del trabajo y de los actos no contenciosos de que
hayan conocido en primera instancia los jueces de letras de su territorio jurisdiccional
o uno de sus Ministros como tribunal de excepción; es decir, conocen de los recursos
de apelación que se hayan interpuesto en estas causas. Esta es la competencia que
normalmente ejercen las CA, y a las cuales dedican su mayor tiempo.
- De las apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones dictadas por un JG.

b. COMPETENCIA POR VÍA CONSULTIVA.


El art. 63 Nº 4 del COT señala que las CA conocerán: de las consultas de las sentencias
civiles dictadas por los jueces de letras. La ley no incluye esto como una instancia, sino que la
87
menciona en un número aparte.
La consulta es un trámite procesal en virtud del cual una sentencia pronunciada por un
tribunal inferior debe ser, cuando así lo señala la ley, revisada por su superior jerárquico, en el
caso de que no haya sido apelada. Su fundamento descansa en razones de orden público, siendo
un trámite que era muy común en materia penal y, en cambio, excepcional en materia civil (el
caso emblemático dice relación con las sentencias pronunciadas en juicios de hacienda,
desfavorables para el fisco, y que no hayan sido apeladas).

c. COMPETENCIA ESPECIAL.
Por último, el art. 63 Nº 5 señala (no como instancia) que las CA conocerán: de los demás
asuntos que otras leyes les encomienden. Normalmente se trata de materias relacionadas con lo
contencioso administrativo; así, por ejemplo, las CA conocen de las reclamaciones de ilegalidad
municipal y regional.

5. TRAMITACIÓN DE LOS ASUNTOS ANTE LA CORTE DE APELACIONES.


Para fallar un asunto judicial, es necesario previamente tramitarlo. El primer trámite que
se cumple dentro de un asunto entregado al conocimiento de una CA, es el certificado o
c o n s t a n c i a d e l i n g r e s o del asunto que ha ingresado en la Secretaría de la Corte; pues el
Secretario debe dejar constancia de la fecha y rol del ingreso tanto en el expediente como en el
Libro de Ingresos.
Luego, se dictará la primera resolució n, y ello dependerá de la naturaleza del asunto
de que se trate. En efecto, si se trata de una apelación en contra de una sentencia definitiva, u
otra resolución judicial de la cual proceda este recurso, en cualquier procedimiento contencioso o

87
hay quienes enumeran esta competencia dentro de las materias que conocen en única instancia; mientras
que Fernando ORELLANA, las enumera dentro de las materias de segunda instancia, y C ASARINO las trata aparte.
98
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

no, y se hubieren solicitado alegatos, se proveerá (la resolución dirá) “en relación”; ahora, si se trata
de un recurso de amparo, se proveerá “informe el juez recurrido o el funcionario que tiene a su
cargo el detenido o preso”; y, en fin, si se trata de cualquier otro asunto que no tenga establecida de
antemano una tramitación especial, se proveerá simplemente “dese cuenta”.
Ahora, para saber quién dicta estas resoluciones, hay que distinguir según si la CA consta de
una o de varias salas. Si consta de una sala, basta con que un sólo Ministro dicte estas resoluciones,
que son de mera tramitación y reciben el nombre específico de providencia de mera
subst anciación (arts. 70 del COT, y 158 inc. V del CPC). En cambio, si la CA consta de varias
salas, la tramitación de los asuntos entregados a ella corresponde a la primera sala, la cual por
este motivo recibe el nombre de “sala tramitadora”; y en ella cualquiera de los Ministros de la
sala tramitadora puede dictar los decretos, pero si está el Presidente en esa sala, será él quien los
88
dicte.
Art. 70. La tramitación de los asuntos entregados a las CA corresponderá, en aquellas que se compongan de más
de una sala, a la primera.
Para dictar las providencias de mera sustanciación bastará un sólo ministro. Se entienden por providencias de mera
sustanciación las que tienen por objeto dar curso progresivo a los autos (al proceso), sin decidir ni prejuzgar
ninguna cuestión debatida entre partes.
Sin embargo, deberán dictarse por la sala respectiva las resoluciones de tramitación que procedan cuando ya estén
conociendo de un asunto.
Art. 158 inc. V. Se llama decreto, providencia o proveído el que, sin fallar sobre incidentes o sobre trámites que
sirvan de base para el pronunciamiento de una sentencia, tiene sólo por objeto determinar o arreglar la
substanciación del proceso.

En cuanto a la manera de imponerse de los asuntos sometidos a su conocimiento, como


materialmente es imposible que un tribunal colegiado conozca personal y simultáneamente de un
determinado asunto sometido a su decisión, la ley ha ideado que este conocimiento se lo
proporcionen a los Ministros otros funcionarios: el Secretario o el Relator (art. 161 del CPC). Por
regla general (en teoría), es al Secretario a quien le corresponde dar cuenta de los asuntos
sometidos a la decisión de la Corte, pues de acuerdo al art. 380 Nº 1 del COT, son funciones de
los Secretarios: dar cuenta diariamente a la Corte o juzgado en que presten sus servicios de las
solicitudes que presentaren las partes; pero excepcionalmente, esta cuenta le puede corresponder
al Relator, ya que de acuerdo al art. 372 Nº 1 del COT, son funciones de los Relatores: dar cuenta
diaria de las solicitudes que se presenten en calidad de urgentes, de las que no pudieren ser
despachadas por la sola indicación de la suma y de los negocios que la Corte mandare pasar a
ellos. Sin embargo, en la práctica, la totalidad de la cuenta la efectúan los relatores, por ser los
funcionarios auxiliares de la administración de justicia que están en más íntimo contacto con el
tribunal; y en aquellas CA que constan de varias salas, esta labor le corresponde al relator de la “sala
tramitadora”.
Art. 161. En los tribunales unipersonales el juez examinará por sí mismo los autos para dictar resolución.
Los tribunales colegiados tomarán conocimiento del proceso por medio del relator o del secretario, sin perjuicio del
examen que los miembros del tribunal crean necesario hacer por sí mismos.

88
Dentro de nuestra legislación no son extraños los casos en que un sólo Ministro representa a toda la CA a la cual
pertenece, por ejemplo, el caso de la visitas a los juzgados; el caso de la tasación de las costas; el caso de la intervención
en la prueba confesional o en la testimonial, etc.
99
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

6. CONOCIMIENTO DE LAS CAUSAS ANTE LA CORTE DE APELACIONES.

Una vez agotada la tramitación del asunto sometido a decisión de la CA, la Corte puede
adoptar dos actitudes: o lo resuelve con la sola cuenta que se le ha dado, u ordena previamente la
relación y vista de la causa ¿A qué debe atender la Corte para resolver el asunto en cuenta o
previa vista de la causa? La verdad es que no existe una norma expresa y única al respecto, pues
el art. 68 del COT solamente señala que las CA resolverán los asuntos en cuenta o previa vista de
ellos, según corresponda.
Para resolver este problema, se ha recurrido al art 1º del CPC. Dicho precepto establece
que las disposiciones de este Código rigen el procedimiento de las contiendas civiles entre
partes y de los actos de jurisdicción no contenciosa, cuyo conocimiento corresponda a los
Tribunales de Justicia. Ahora bien, como el trámite relativo a la vista de la causa está regulado
en el CPC, se llega a la conclusión de que los asuntos de jurisdicción contenciosa y “voluntaria”
son los que se resuelven por los tribunales de alzada previa vista de la causa, y que, a contrario
sensu, se resuelven con la sola cuenta los asuntos de jurisdicción disciplinaria, conservadora o
económica.
Sin embargo, lo anterior no es absoluto, ya que hay determinados asuntos pertenecientes
a la jurisdicción contenciosa que, por expresa disposición de la ley, se deben resolver con la sola
cuenta; así, por ejemplo, el art 199 inc. I del CPC, señala que la apelación de toda resolución que
no sea sentencia definitiva se verá en cuenta, a menos que cualquiera de las partes, dentro del
plazo para comparecer en segunda instancia solicite alegatos; por otro lado, el art 201 inc. III
del CPC, establece que la resolución que declare la deserción (de la apelación) por la no
comparecencia del apelante producirá sus efectos respecto de éste desde que se dicte y sin
necesidad de notificación. Y a la inversa, hay asuntos pertenecientes a la jurisdicción
disciplinaria que se resuelven previa vista de la causa por haberlo así ordenado expresamente el
tribunal, como por ejemplo, un recurso de queja en el cual el recurrente ha solicitado que se
resuelva previo alegato y el tribunal ha accedido a ello.

6.1. CONOCIMIENTO EN CUENTA.


El conocimiento en cuenta por parte del tribunal, consiste en que éste conoce y resuelve
con la sola relación que hace el Relator (o el Secretario, en teoría) a la Corte, sin que existan
alegatos por parte de los litigantes. Ahora, para saber cómo se va a conocer la causa, basta con
revisar el expediente, o el Libro de Ingreso.
En este caso, la Sala Tramitadora proveerá “dese cuenta”, lo cual quiere decir que el
asunto se resuelve con la sola cuenta del Relator en la Sala que corresponda, sin necesidad de
89
colocar las causas en la tabla . En la práctica, se confeccionan “minutas de cuenta” que son muy
similares a las tablas, para cada día de la semana, lo cual se hace por razones de orden; siendo
perfectamente posible que pueda conocerse alguna causa que no figure en dichas minutas.
Estas causas las ve la CA fuera de las horas ordinarias de audiencia; y el esquema o

89
En la la actualidad, conforme a las últimas reformas en materia procesal, la regla general es que todas las
apelaciones (en materia civil) se ven previa vista de la causa; pero si la apelación se intenta contra una resolución
que no sea una sentencia definitiva, deben ser conocidas por la CA en cuenta, salvo que alguna de las partes, dentro
del plazo de cinco días que tienen para comparecer en segunda instancia, solicite alegatos (art. 199 del CPC); si se
piden dentro de dicho plazo, obligatoriamente debe reemplazarse esa resolución por la de “autos en relación”. En la
práctica, en la mayoría de los casos se piden alegatos para poder defenderse como corresponde.
100
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

síntesis de este procedimiento, es el siguiente:


i. Ingreso de la causa en la Secretaría de la Corte.
ii. Comparecencia del apelante, en caso de que la CA deba conocer de un recurso de
apelación. Si el apelante no comparece, se declarará desierto el recurso.
iii. Se dicta la resolución “dese cuenta”, y se designa una sala, cuando esta designación fuere
procedente (si hay más de una sala), y se notifica la resolución.
iv. Cuenta (relación) del relator de la Corte, en la sala designada.
v. Sentencia de la Corte. Acá, el tribunal falla inmediatamente la causa, luego de una breve
deliberación, salvo que la causa quede en acuerdo, lo cual ocurre cuando la Corte decreta
una medida para mejor resolver (diligencia de prueba que puede decretar de oficio), o
requiera de tiempo para estudiar el asunto con más detención, o para la redacción.

6.2. CONOCIMIENTO PREVIA VISTA DE LA CAUSA.


Una vez que la sala tramitadora estima que el asunto es admisible, procede a dictar una de
las dos resoluciones posibles, a saber: “dese cuenta” o “autos en relación”. La circunstancia de
que dicte la resolución “autos en relación”, significa que el conocimiento del asunto se llevará a
cabo previa vista de la causa; esto se traduce en que previo a la sentencia que dicte la CA, se
deben cumplir una serie de condiciones o actos establecidos por el legislador.
Se puede definir a la vista de la causa, como un trámite o procedimiento complejo que
comprende un conjunto sucesivo de actos y trámites necesarios, encaminados a que la causa
quede en estado de ser resuelta válidamente por el tribunal. Estos actos o trámites son los
siguientes: dictación del decreto “autos en relación” y notificación de dicha resolución, la
colocación o fijación de la causa en tabla, la instalación del tribunal y el anuncio de la causa;
90
estas son las llamadas formalidades previas a la vista de la causa , pues la vista propiamente tal
está constituida por la relación y los alegatos (los cuales puede que existan o no).
Ahora bien, de acuerdo al art. 71 del COT, la vista y conocimiento en cuenta de las
causas y asuntos incidentales en las CA se regirán por las reglas de los Códigos de
Procedimiento Civil y de Procedimiento Penal o Procesal Penal, según corresponda. La
diferencia que presenta la cuenta con la vista de la causa, es que en la primera el tribunal sólo
juzga en base a la relación del relator y no escucha los alegatos de los abogados.

a. DICTACIÓN DEL DECRETO “AUTOS EN RELACIÓN” Y NOTIFICACIÓN A LAS PARTES.

La dictación del decreto “autos en relación” implica que, a juicio de la Sala Tramitadora,
se encuentra agotada la tramitación del asunto y, por tanto, la causa se haya en estado de ser
colocada en tabla, y en consecuencia, de verse posteriormente.
Como se dijo, el decreto es una resolución judicial que tiene por objeto hacer avanzar el

90
Algunos agregan a esta etapa el ingreso del expediente o compulsas (causa) a la secretaría; el examen de
admisibilidad por la sala tramitadora, y comparecencia del apelante (si se ha entablado un recurso de apelación);
pero la mayoría de los autores consideran las fases ya mencionadas, como las propias de la vista de la causa. No
obstante, también muchos no consideran la dictación de la sentencia como una etapa.
101
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

proceso, sin decidir nada de fondo; y, por otro lado, la expresión “autos” no se refiere a un tipo
de resolución judicial, sino que es sinónimo de expediente, proceso, causa, etc. Como se trata de
una resolución de mera sustanciación, es dictada por un sólo Ministro, y en las CA que constan de
dos o más salas, por un Ministro de la sala tramitadora, que generalmente es el Presidente de la
Corte.
Al igual que toda resolución, para que produzca efectos, requiere que se notifique
previamente y en forma legal a las partes que hayan comparecido a la Corte (o al apelante si es
uno). Para saber cómo se debe notificar, hay que distinguir si el decreto es o no la primera
resolución que se dicta en el proceso; pues, si es la primera resolución que se dicta por el tribunal
de alzada, se debe notificar personalmente a las partes; en caso contrario, se notifica
simplemente por el estado diario (art. 221 del CPC).
Art. 221. La notificación de las resoluciones que se dicten por el tribunal de alzada se practicará en la forma que
establece el art. 50 (notificación por el estado diario), con excepción de la primera, que debe ser personal, y de lo
dispuesto en los arts. 201 (la resolución que declare la deserción de la apelación por la no comparecencia del
apelante, no requiere ser notificada) y 202 (si no comparece el apelado, se seguirá el recurso en su rebeldía y no será
necesario notificarle las resoluciones que se dicten).
Podrá, sin embargo, el tribunal ordenar que se haga por otro de los medios establecidos en la ley, cuando lo estime
conveniente.

b. LA COLOCACIÓN O FIJACIÓN DE LA CAUSA EN TABLA.


Una vez notificado legalmente el decreto “autos en relación”, el proceso queda en “estado
de tabla”, es decir, la causa ya está en condiciones de ser incluida en la tabla. Ahora bien, la
colocación o fijación de la causa en la tabla, es la inclusión material de ésta en un nomina
semanal elaborada por el Presidente de la CA, con el objeto de informar a las partes de cuándo
será conocida la causa.
La confección de la tabla no queda entregada al sólo capricho del Presidente de la CA,
pues debe efectuarla en conformidad a la ley. En efecto, el art. 69 inc. I del COT dispone que los
Presidentes de las CA formarán el último día hábil de cada semana una tabla de los asuntos que
verá el tribunal en la semana siguiente (para cada uno de los días de la semana siguiente), que se
encuentren en estado de relación. Se consideran expedientes en estado de relación aquellos que
hayan sido previamente revisados y certificados al efecto por el Relator que corresponda. Esto
último se encuentra confirmado por el art. 372 Nº 3 del COT, que dispone que son funciones de
los Relatores: revisar los expedientes que se les entreguen y certificar que están en estado de
91
relación.
En cuanto a la forma de ordenar la tabla, la regla general la establece el art. 162 inc. I del
CPC, que señala que las causas se fallarán en los tribunales unipersonales tan pronto como estén
en estado y por el orden de su conclusión. El mismo orden se observará para designar las
causas en los tribunales colegiados para su vista y decisión. Por lo tanto, se deben colocar en la
tabla las causas que estén en estado de relación y según el orden de conclusión de su tramitación
(no según el orden de ingreso a la CA), esto es, desde la fecha del decreto “autos en relación”. Sin
embargo, este orden cronológico puede verse alterado por dos tipos de causas, a saber:
i. Causas preferentes. Son aquellas que por disposición de la ley o del tribunal, se deben
conocer y fallar con anterioridad a los asuntos que estén en estado de relación, no

91
En la práctica, las tablas son confeccionadas por los Relatores bajo la dirección y forma del Presidente de la Corte.

102
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

obstante ser cronológicamente posteriores (ingresan inmediatamente a la tabla). Por


ejemplo:
- El art. 162 inc. II del CPC señala que exceptúanse (del orden cronológico) las
cuestiones sobre deserción de recursos, depósito de personas, alimentos
provisionales, competencia, acumulaciones, recusaciones, desahucio, juicios sumarios
y ejecutivos, denegación de justicia o de prueba y demás negocios que por la ley, o
por acuerdo del tribunal fundado en circunstancias calificadas, deban tener
preferencia, las cuales se antepondrán a los otros asuntos desde que estén en estado.
- El art. 69 inc. III del COT, señala que en las tablas deberá designarse un día de la
semana para conocer las causas criminales y otro día distinto para conocer las
causas de familia, sin perjuicio de la preferencia que la ley o “el tribunal” les
acuerden.
- El art. 484 del Código del Trabajo establece que las causas laborales gozarán de
preferencia para su vista y su conocimiento se ajustará estrictamente al orden de su
ingreso al tribunal.
- De acuerdo al art. 241 segunda parte del CPC, tratándose de juicios de hacienda, estas
apelaciones se colocarán de inmediato en tabla y gozarán de preferencia para su
vista y fallo.

ii. Causas a gregadas extraordinar iamente. Son aquellas causas que son agregadas a
la tabla del día hábil siguiente (desde que están en estado de relación), o a la del mismo
día en casos urgentes, y que normalmente dicen relación con asuntos que por su
gravedad, no pueden esperar para ser resueltos; en la práctica estas causas agregadas
extraordinariamente no son pocas, por ejemplo, a veces son doce o trece. En este sentido
el art. 69 inc. V del COT señala que serán agregados extraordinariamente a la tabla del
día siguiente hábil al de su ingreso al tribunal, o el mismo día, en casos urgentes: las
apelaciones relativas a la prisión preventiva de los imputados u otras medidas cautelares
personales en su contra; los recursos de amparo, y las demás que determinen las leyes.

Una vez que se encuentre formada la tabla, corresponde determinar qué sala de la Corte
deberá conocer de ésta. Al respecto, el art. 69 inc. II del COT señala que en las CA que consten de
más de una sala se formarán tantas tablas cuantas sea el número de salas y se distribuirán entre
ellas por sorteo, en audiencia pública. La excepción a esta regla la constituyen las causas
radicadas, esto es, aquellas causas que no requieren de un sorteo previo para ser distribuidas en
una sala, ya que deben ser resueltas por la sala que conoció del negocio por primera vez; es
decir, por algún motivo, su contenido ya ha sido conocido previamente por una sala determinada,
quien posteriormente será la única competente para conocer de cualquier otro asunto relativo a
ella. Por ejemplo:
i. El art. 192 inc. III del CPC establece que las peticiones de orden de no innovar serán
distribuidas por el Presidente de la Corte (por la Sala Tramitadora), mediante sorteo,
entre las salas en que esté dividida y se resolverán en cuenta. Decretada una orden de no
innovar, quedará radicado el conocimiento de la apelación respectiva en la sala que la
concedió (la ONI) y el recurso gozará de preferencia para figurar en tabla.

103
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

ii. Por su parte, el art. 69 inc. IV del COT señala que los recursos de amparo y las
apelaciones relativas a la libertad de los imputados u otras medidas cautelares
personales en su contra serán de competencia de la sala que haya conocido por primera
vez del recurso o de la apelación, o que hubiere sido designada para tal efecto, aunque
no hubiere entrado a conocerlos.

Por último, del art. 163 del CPC, se desprenden los requisitos que debe tener la tabla. En
efecto, dicha disposición señala que en los tribunales colegiados se formará el día último hábil
de cada semana una tabla de los asuntos que verá el tribunal en la semana siguiente, con
expresión de:
i. El nombre de las partes, en la forma en que aparezca en la carátula del respectivo
expediente.

ii. El día en que cada uno deba tratarse; esto es, la indicación del día en que se deban ver y
tratar los asuntos que la tabla contiene.

iii. El número de orden que le corresponda. Como se dijo, las causas en la tabla se fijan de
acuerdo al orden de su conclusión.

iv. Y el art. 165 inc. final del CPC, dispone que los Relatores, en cada tabla, deberán dejar
constancia de las suspensiones ejercidas de conformidad a la causal del Nº 5, y de la
circunstancia de haberse agotado o no el ejercicio de tal derecho.
Ahora bien, de acuerdo al art. 165 inc. penúltimo del CPC, los errores, cambios de letras o
alteraciones no substanciales de los nombres o apellidos de las partes no impiden la vista de la
causa; es decir, los errores en la confección de la tabla no vician la vista de la causa, salvo que
fueren sustanciales, como aquellos que hacen perder la individualidad del proceso; en tal caso,
no podrá procederse a la vista y la causa deberá salir “mal anunciada”. Esto se relaciona con el
art. 800 Nº 4 del CPC, el cual dispone que en general, son trámites o diligencias esenciales en la
segunda instancia de los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales: la
fijación de la causa en tabla para su vista en los tribunales colegiados, en la forma establecida
en el art. 163 (esto tiene importancia respecto del recurso de casación en la forma).

c . LA INSTALACIÓN DEL TRIBUNAL.


Una vez que ha sido fijada y establecida la tabla, deberá verse el asunto el día señalado,
pero antes de proceder a anunciarse la primera causa, el Presidente de la Corte debe proceder a la
instalación del tribunal, esto es, analizar si la sala respectiva o el pleno, en su caso, cuentan con
el número suficiente de jueces, debiendo levantar un acta en donde que se expresen los nombres
de los Ministros que integrarán la sala de ese día (para efectos de las implicancias o las
recusaciones), así como los nombres de los inasistentes y el motivo de sus ausencias.
Ahora, si hay menos de tres Ministros, la sala se debe instalar con la asistencia de un
Fiscal Judicial o de un Abogado Integrante (no puede funcionar con mayoría de Abogados
Integrantes). En este caso, el art. 166 del CPC señala que cuando haya de integrarse una sala con
miembros que no pertenezcan a su personal ordinario, antes de comenzar la vista, se pondrá por
conducto del Relator o Secretario en conocimiento de las partes o de sus abogados el nombre de

104
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

los integrantes, y se procederá a ver la causa inmediatamente, a menos que en el acto se


reclame, de palabra o por escrito, implicancia o recusación contra alguno de ellos.

92
d. EL ANUNCIO DE LA CAUSA.
Una vez que se ha efectuado la instalación del tribunal, de acuerdo al art. 163 inc. II del
CPC, la tabla se fijará en lugar visible (a fin de que puedan ser vistas por las partes y sus
abogados), y antes de que comience a tratar cada negocio, lo anunciará el tribunal, haciendo
colocar al efecto en lugar conveniente el respectivo número de orden, el cual se mantendrá fijo
hasta que se pase a otro asunto; es decir, el Oficial de la Sala respectiva, debe colocar fuera de la
sala y en un lugar visible, el número correspondiente a la causa que comenzará a verse (para ello
existen vitrinas especiales frente a cada sala). Por lo tanto, se puede decir que el anuncio de la
causa es una medida de publicidad consistente en colocar en lugar conveniente y visible, fuera de
la sala, el respectivo número de orden de la causa que comenzará a verse, el cual se debe
93
mantener fijo hasta que la sala pase a conocer otro asunto.
La regla general, es que las causas se vean el día y en el orden señalado en la tabla,
partiendo por las agregadas extraordinariamente. Sin embargo, el Relator, en forma previa a dar
cuenta de las causas que le han sido asignadas, debe anunciar todas aquellas causas que, no
obstante figurar en la tabla ordinaria o entre las agregadas extraordinariamente a ella, no podrán
ser vistas en esa audiencia, por los siguientes motivos:
i. Por la existencia de causas pend ientes. En efecto, art. 164 del CPC señala que las
causas se verán en el día señalado. Pero si concluida la hora de audiencia, queda
pendiente alguna y no se acuerda prorrogar el acto (la hora de la audiencia), se
continuará en los días hábiles inmediatos hasta su terminación, sin necesidad de ponerla
nuevamente en tabla.
ii. Por la institución de la suspensión de la vista de la causa. No obstante que el CPC
es terminante en decir que las causas se deben ver en el día señalado en la tabla, la vistas
de éstas se pueden retardar o suspender, lo cual acontecerá siempre que concurran las
causales taxativamente enumeradas en la ley. Estas causales están principalmente en el
art. 165 del CPC, el cual señala que sólo podrá suspenderse en el día designado al efecto
la vista de una causa, o retardarse dentro del mismo día:
- Por impedirlo el examen de las causas colocadas en lugar preferente (causas
preferentes), o la continuación de la vista de otro pleito pendiente del día anterior
(causas pendientes) (art. 165 Nº 1).

92
Antes de analizar esta etapa, es necesario referirse a un trámite nuevo que es “el anuncio del abogado que alega, al
Relator”. Conforme al autoacordado de la CS sobre vista de la causa, es necesario que todos aquellos abogados que
deseen alegar, se lo indiquen personalmente al Relator a cargo de la causa, en la primera media hora de
funcionamiento del tribunal, indicando la duración del alegato, y la parte por la que se alega (debe “anunciarse” ante
el relator). Esto es tan importante que de no ser así, el abogado pierde el derecho a alegar (“quien no se anuncia no
alega”); por el contrario, si se anuncia y luego no alega, es sancionado disciplinariamente. Con esto se ha buscado
lograr una adecuada planificación por parte de las salas.
93
Esto se hace en un cartel blanco que tiene un número grande de color negro; si se trata de una causa agregada
extraordinariamente a la tabla, junto al número se coloca la letra A, y si se trata de causa radicada, se coloca la R. En
la práctica se hace inclusive aplaudiendo por el funcionario respectivo para llamar la atención de las partes, para
hacer saber a éstas que el tribunal ha comenzado a ver la causa.
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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

- Por falta de miembros del tribunal en número suficiente para pronunciar sentencia
(art. 165 Nº 2). Estas son las causas sin tribunal, y tienen lugar cuando uno o más
Ministros o Abogados Integrantes de la sala instalada no pueden entrar a conocer de
un asunto por afectarles alguna causal de inhabilidad, hecho que deberá certificar el
94
Relator en el expediente. Ahora, si el proceso se encuentra incluido en la tabla de un
Relator a quien afecte alguna inhabilidad para relatarla, la causa no podrá ser vista en
esa audiencia y se dispondrá que se agregue a la tabla de otro Relator para la semana
siguiente.
- Por muerte del abogado patrocinante, del procurador o del litigante que gestione por
sí en el pleito. En estos casos, la vista de la causa se suspenderá por quince días
contados desde la notificación al patrocinado o mandante de la muerte del abogado o
del procurador, o desde la muerte del litigante que obraba por sí mismo, en su caso
(art. 165 Nº 3).
- Por muerte del cónyuge o de alguno de los descendientes o ascendientes del abogado
defensor, ocurrida dentro de los ocho días anteriores al designado para la vista (art.
165 Nº 4).
- El art. 165 Nº 5 del CPC dispone que se suspende la vista la causa por solicitarlo
alguna de las partes o pedirlo de común acuerdo los procuradores o los abogados de
ellas. Agrega el inc. II que cada parte podrá hacer uso de este derecho por una sola
vez. En todo caso, sólo podrá ejercitarse este derecho hasta por dos veces, cualquiera
que sea el número de partes litigantes, obren o no por una sola cuerda; es decir, si son
tres las partes litigantes, sólo podrán pedir la suspensión dos de éstas. La suspensión
de común acuerdo procederá por una sola vez. Por lo tanto, la suspensión puede
proceder tres veces, en dos ocasiones por las partes en forma separada, y una vez de
95
común acuerdo.
El inc. III dispone que el escrito en que se solicite la suspensión deberá ser presentado
(en la Secretaría de la Corte) hasta las doce horas del día hábil anterior a la audiencia
correspondiente. La solicitud presentada fuera de plazo será rechazada de plano. La
sola presentación del escrito extingue el derecho a la suspensión aun si la causa no se
ve por cualquier otro motivo. Este escrito pagará en la CS un impuesto especial de
media UTM y en las CA de un cuarto de UTM y se pagará en estampillas de impuesto
fiscal que se pegarán en el escrito respectivo. El inc. IV del art. 165 Nº 5 agrega que
94
Tratándose de Abogados Integrantes, las partes pueden formular recusación sin necesidad de expresar causa
alguna, la que será aceptada sin más trámite por el tribunal; en todo caso, en cada proceso sólo se podrá recusar
hasta dos Abogados Integrantes, cualquiera que sea el número de partes. En la práctica, era muy frecuente recusar a
los Abogados Integrantes para suspender la vista de una causa, motivo por el cual, entre las últimas grandes
modificaciones del CPC (el año 1988), se estableció en el art. 113 inc. III que si la recusación afectare a un Abogado
Integrante, el Presidente de la respectiva Corte procederá de inmediato a formar sala, salvo que ello no fuera
posible por causa justificada.
95
Aquí hay que tener presente al art. 64 inc. II del CPC, el cual señala que las partes, en cualquier estado del juicio,
podrán acordar la suspensión del procedimiento hasta por un plazo máximo de noventa días. Este derecho sólo
podrá ejercerse por una vez en cada instancia, sin perjuicio de hacerlo valer, además, ante la CS en caso que, ante
dicho tribunal, estuviesen pendientes recursos de casación o de queja en contra de sentencia definitiva (se dice esto
porque el conocimiento de estos recursos no constituye una instancia). Los plazos que estuvieren corriendo se
suspenderán al presentarse el escrito respectivo y continuarán corriendo vencido el plazo de suspensión acordado.
106
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

el derecho a suspender no procederá respecto del Amparo y tampoco respecto del


recurso de queja.
Por último, como se dijo al momento de analizar el contenido de la tabla, el art. 165
inc. final señala que los Relatores, en cada tabla, deberán dejar constancia de las
suspensiones ejercidas de conformidad a la causal del N° 5 y de la circunstancia de
haberse agotado o no el ejercicio de tal derecho.
- Por tener alguno de los abogados otra vista o comparecencia a que asistir en el
mismo día ante otro tribunal. En este caso, el Presidente respectivo podrá conceder la
suspensión por una sola vez o simplemente retardar la vista, atendidas las
circunstancias; es decir, esto es facultativo para el Presidente, atendiendo a las
circunstancias. En caso que un abogado tenga dos o más vistas en el mismo día y ante
el mismo tribunal, en salas distintas, preferirá el amparo, luego la protección y en
seguida la causa que se anuncie primero, retardándose o suspendiéndose las demás,
según las circunstancias (art. 165 Nº 6).
.
- Por ordenarlo así el tribunal, por resolución fundada, al disponer la práctica de
algún trámite que sea estrictamente indispensable cumplir en forma previa a la vista
de la causa (por ejemplo, se omitió la vista al Fiscal Judicial, en un caso que era
legalmente procedente). La orden de traer algún expediente o documento a la vista, no
suspenderá la vista de la causa y la resolución se cumplirá terminada ésta (art. 165 Nº
7). En la práctica a esta causal se la llama “hacer salir en trámite una causa”, y tiene
como antecedente la existencia de algún trámite que tenga vicios u omisiones, que se
han incurrido durante la tramitación, y de los cuales el tribunal se entera por la cuenta
que debe darle el Relator. En efecto, el art. 222 inc. I del CPC señala que en
cumplimiento de las obligaciones impuestas por el art. 373 del COT (los Relatores
deben certificar que los expedientes se encuentran en estado de relación), los Relatores
darán cuenta de los vicios y omisiones que hayan notado en las causas del día a fin de
que el tribunal resuelva si ha de llenarse previamente algún trámite.
- También hay otras causales de suspensión o retardo que no se encuentran en el art. 165
del CPC, como las causas que no se verán por falta de tiempo (art. 222 inc. II del CPC);
cuando el apelante se desiste de la apelación después de que la causa fue incluida en la
tabla (en este caso no podrá verse por no existir recurso); o cuando después de haber
ingresado la causa en la tabla, el expediente sea solicitado y remitido a otro tribunal o
se haya extraviado; o si en el proceso no se ha individualizado correctamente la tabla,
la sala deberá abstenerse de conocer del mismo en esa audiencia, en atención a que las
partes no han resultado debidamente informadas al respecto.
Todas las causas que no se verán en la audiencia por alguno de los motivos señalados,
deben ser indicadas en un aviso que confeccionará el Relator, el cual será colocado en un lugar
visible, a fin de que las partes puedan tomar conocimiento de él. Sin perjuicio de lo anterior, si al
momento de estar relatándose un proceso, se advierte la existencia de alguno de los motivos que
impiden la vista, debe completarse el aviso aludido agregando el proceso que se encuentre en esa
situación. En efecto, el inc. II del art. 222 del CPC señala que las causas que se ordene tramitar,
las suspendidas y las que por cualquier motivo no hayan de verse, serán anunciadas en la tabla
antes de comenzar la relación de las demás. Asimismo, en esa oportunidad deberán señalarse
aquellas causas que no se verán durante la audiencia, por falta de tiempo. La audiencia se
107
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

prorrogará, si fuere necesario, hasta ver la última de las causas que resten en la tabla.
Por último, el art. 165 inc. II del CPC señala que las causas que salgan de la tabla por
cualquier motivo volverán a ella al lugar que tenían; es decir, no pierden su lugar.

e. LA RELACIÓN.
En esta fase comienza la vista propiamente tal de la causa, lo que es confirmado por el
art. 223 inc. I primera parte del CPC, que dice que la vista de la causa se iniciará con la relación.
La relación se puede definir como la exposición sistemática, razonada y metódica de las
circunstancias más relevantes de la causa (contenida en el expediente) que debe efectuar en
forma oral el Relator a la Corte, a fin de que esta última pueda interiorizarse y compenetrarse
96
suficientemente del contenido del asunto sometido a su decisión y que debe resolver.
La relación es una clara manifestación del principio de mediación, ya que el
conocimiento que los jueces tendrán del asunto se limita a lo que informe el Relator, sin
97
perjuicio de las preguntas que puedan hacerle.
Lo normal es que en esta fase los abogados tengan una actitud pasiva. Hasta hace muy
poco no se permitía el ingreso a los abogados durante la relación para escucharla, lo cual era
negativo, pues es importante saber qué le dijo el Relator al tribunal. Sin embargo, actualmente,
mediante una reforma legal del año 1994, sí pueden entrar, de manera que la relación se hace en
presencia de los abogados que se hayan anunciado para alegar, pero no en presencia del público
en general (art. 223 inc. I del CPC).
Art. 223. La vista de la causa se iniciará con la relación, la que se efectuará en presencia de los abogados de las
partes que hayan asistido y se hubieren anunciado para alegar. No se permitirá el ingreso a la sala de los abogados
una vez comenzada la relación. Los ministros podrán, durante la relación formular preguntas o hacer observaciones
al relator, las que en caso alguno podrán ser consideradas como causales de inhabilidad.

La importancia de que la relación sea el trámite que da inicio a la vista de la causa, se


manifiesta, entre otras cosas, para fines probatorios. En efecto, respecto de los instrumentos,
éstos se pueden presentar en cualquier estado del juicio hasta el vencimiento del término
probatorio, en primera instancia, y hasta la vista de la causa en segunda instancia; lo mismo
sucede respecto de la absolución de posiciones. También tiene importancia respecto de las
excepciones mixtas, pues de acuerdo al art. 310 inc. I del CPC, no obstante lo dispuesto en el
artículo anterior (las excepciones deben oponerse en la contestación de la demanda), las
excepciones de prescripción, cosa juzgada, transacción y pago efectivo de la deuda, cuando ésta
se funde en un antecedente escrito, podrán oponerse en cualquier estado de la causa; pero no se
admitirán si no se alegan por escrito antes de la citación para sentencia en primera instancia, o
de la vista de la causa en segunda.

96
El Relator al comenzar la relación, debe especialmente dar cuenta de los aspectos esenciales del proceso, esto es:
identificar el tribunal de primera instancia; el recurso que se verá; la resolución contra la cual se dedujo; el juez que
dictó la resolución; resumen del problema que ha sido fallado; enunciación de la controversia para centrar la
atención del tribunal sobre lo que debe resolver; y dar lectura completa del fallo o resolución sometido a la CA.
97
Cabe decir que en los recursos contemplados en el CPP, el legislador eliminó el trámite de la relación. En efecto, el
art. 358 del CPP, que establece las reglas generales para la vista de los recursos, señala que la audiencia se iniciará
con el anuncio, tras el cual, s i n m e d i a r r e l a c i ó n , se otorgará la palabra a el o los recurrentes para que
expongan los fundamentos del recurso, así como las peticiones concretas que formularen. Luego se permitirá
intervenir a los recurridos y finalmente se volverá a ofrecer la palabra a todas las partes con el fin de que formulen
aclaraciones respecto de los hechos o de los argumentos vertidos en el debate.
108
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

f. LOS ALEGATOS DE LOS ABOGADOS DE LAS PARTES.


Los alegatos corresponden a la exposición verbal que hacen los abogados en defensa de
los derechos de sus clientes, ante los tribunales colegiados. Al respecto, el art. 226 del CPC
establece que se prohíbe presentar en la vista de la causa defensas escritas. Se prohíbe
igualmente leer en dicho acto tales defensas (sin perjuicio de las minutas que puedan llevar los
abogados para guiarse en el alegato y la lectura de citas textuales); y por su parte, el art. 527 del
COT señala que las defensas orales ante cualquier tribunal de la República sólo podrán hacerse
por un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión. No obstante, el inc. II de esta
disposición señala que los postulantes que estén realizando su práctica para obtener el título de
abogado en las Corporaciones de Asistencia Judicial, podrán hacer tales defensas ante las CA y
Marciales en favor de las personas patrocinadas por esas entidades (ante la CS sólo pueden
alegar los abogados habilitados para el ejercicio de la profesión). Para estos fines el
representante de ellas deberá otorgar al postulante un certificado que lo acredite como tal.
El art. 223 inc. II del CPC dispone que concluida la relación, se procederá a escuchar, en
audiencia pública, los alegatos de los abogados que se hubieren anunciado. Pues, como se dijo,
el autoacordado de la CS sobre vista de la causa, señala que los abogados que quieren hacer uso
de su derecho a alegar, deben anunciarse ante el respectivo Relator antes del inicio de la
audiencia, indicando el tiempo aproximado que durará el alegato, lo que el Relator hará constar
en el expediente. Por lo tanto, la fase de los alegatos puede que exista o no; es un derecho que se
puede renunciar y que requiere como requisito, anunciarse previamente.
Continúa el inc. II del art. 223 señalando que alegará primero el abogado del apelante y
en seguida el del apelado. Si son varios los apelantes, hablarán los abogados en el orden en que
se hayan interpuesto las apelaciones. Si son varios los apelados, los abogados intervendrán por
el orden alfabético de aquéllos. Hay que agregar, de acuerdo al art. 225 del CPC, que en la vista
de la causa sólo podrá alegar un abogado por cada parte, y no podrán hacerlo la parte y su
abogado.
El inc. III dispone que los abogados tendrán derecho a rectificar los errores de hecho que
observaren en el alegato de la contraria, al término de éste, sin que les sea permitido replicar en
lo concerniente a puntos de derecho. Agrega el inc. IV que la duración de los alegatos de cada
abogado se limitará a media hora (en caso de recurso de casación en la forma es una hora). El
tribunal, a petición del interesado, podrá prorrogar el plazo por el tiempo que estime
conveniente.
El inc. V señala que durante los alegatos, el Presidente de la sala podrá invitar a los
abogados a que extiendan sus consideraciones a cualquier punto de hecho o de derecho
comprendido en el proceso, pero esta invitación no obstará a la libertad del defensor para el
desarrollo de su exposición. Una vez finalizados los alegatos, y antes de levantar la audiencia,
podrá también pedirles que precisen determinados puntos de hecho o de derecho que considere
importantes. Agrega el inc. VI que al término de la audiencia, los abogados podrán dejar a
disposición del tribunal una minuta de sus alegatos.
Finalmente, el inc. VII establece que el Relator dará cuenta a la sala de los abogados que
hubiesen solicitado alegatos o se hubiesen anunciado para alegar y no concurrieren a la
audiencia respectiva para oír la relación ni hacer el alegato. El Presidente de la sala oirá al
interesado, y, si encontrare mérito para sancionarlo, le aplicará una multa no inferior a una ni
superior a cinco UTM, la que se duplicará en caso de reiteración de la falta dentro de un mismo

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

año calendario. El sancionado no podrá alegar ante esa misma Corte mientras no certifique el
Secretario de ella, en el correspondiente expediente, que sea pagado la multa impuesta.

g. TÉRMINO DE LA VISTA DE LA CAUSA.


Una vez concluida la vista, lo que puede ocurrir una vez terminados los alegatos o la
relación (si no se presentan los abogados a alegar), queda el proceso en estado de sentencia (se
van los abogados fuera de la sala). Aquí se pueden presentar dos situaciones:
i. Que la causa se falle inmediatamente por la Corte, luego de una breve deliberación; en
cuyo caso se dicta la sentencia, la cual se firma por los Ministros y por el Secretario, y
luego se notifica a las partes (esto ocurre generalmente cuando no hubo alegatos).
ii. Excepcionalmente puede ocurrir que la causa no se falle inmediatamente, caso en el cual,
se dice que la causa quedó “en acuerdo”. Esto puede ocurrir por los siguientes motivos:
- Porque se requiere de un mayor estudio y análisis para su decisión. En este caso, en
conformidad con el art. 82 del COT, cuando alguno de los miembros del tribunal
necesite estudiar con más detenimiento el asunto que va a fallarse, se suspenderá el
debate y se señalará, para volver a la discusión y al acuerdo, un plazo que no exceda
de treinta días, si varios ministros hicieren la petición, y de quince días cuando la
hiciere uno solo.
- Porque estima conveniente ordenar una medida para mejor resolver. En dicho caso, de
acuerdo al art. 227 inc. II del CPC, si, vista la causa, se decreta para mejor resolver,
alguna de las diligencias mencionadas en el art. 159, no por esto dejarán de
intervenir en la decisión del asunto los mismos miembros del tribunal que asistieron a
la vista en que se ordenó la diligencia.
- Porque la Corte ha decretado un informe en derecho en razón de haberlo solicitado
alguna de las partes (art. 228 del CPC), el que deberá ser evacuado en el término que
señale el tribunal, el cual no puede ser superior a 60 días, salvo acuerdo de las partes al
respecto (según CASARINO, en el fondo constituye una medida para mejor resolver,
98
pero a petición de parte).

Ahora bien, sea que se falle de inmediato o que la causa quede “en acuerdo”, y sea que el
asunto se haya conocido en cuenta o previa vista de la causa, se deben aplicar las normas
relativas a los acuerdos de las CA (contempladas en los arts. 72 y siguientes del COT ), normas
que también se aplican a la CS (salvo ciertas modificaciones y excepciones) a los TJOP, e incluso
a los Tribunales Arbitrales Colegiados. El acuerdo, según CASARINO, es el estudio, discusión y
adopción del fallo por parte de un Tribunal Colegiado, que se inicia una vez terminada la
relación de la cuenta del Relator, o una vez finalizada la vista de la causa, y termina una vez
firmado el fallo acordado; y se caracteriza por ser un acto de carácter privado, que se traduce en

98
Si la causa queda en estado de acuerdo, el Relator debe dejar constancia de esto; y si la sentencia no se dicta
dentro de los plazos legales, nace para el Presidente de la Corte una importante obligación, pues de acuerdo al art.
90 Nº 10 del COT, debe dar cuenta al Presidente de la CS de las causas en que no se haya dictado sentencia en el
plazo de treinta días, contados desde el término de la vista, y de los motivos del retardo.
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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

provocar y recibir la votación de cada uno de los Ministros presentes, acerca de lo que debe
comprender el fallo, en conformidad a la ley.
Finalmente, cabe señalar que el conjunto de actos sucesivos que conforman la vista de la
causa son de gran importancia, pues de acuerdo al art. 800 del CPC, en general, son trámites o
diligencias esenciales en la segunda instancia de los juicios de mayor o de menor cuantía y en
los juicios especiales: 1) El emplazamiento de las partes, hecho antes de que el superior conozca
del recurso, lo cual tiene lugar con la notificación legal del decreto “autos en relación”; 3) la
citación para oír sentencia definitiva, que en segunda instancia está constituido por la relación y
99
los alegatos ; y 4) la fijación de la causa en tabla para su vista en los tribunales colegiados, en
la forma establecida en el art. 163, lo cual también comprende su anunció previo. Lo importante
de estos trámites, es que si se omiten, autoriza para interponer el recurso de casación en la forma
en contra de la sentencia respectiva, con el objeto de obtener su anulación.

E. LA CORTE SUPREMA.

1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS.
La CS es un tribunal ordinario y colegiado que está a la cabeza del Poder Judicial, que
ejerce jurisdicción sobre todo el territorio de la República, y cuya función normal y específica es
velar por la correcta y uniforme aplicación de las leyes, además de corresponderle la
superintendencia directiva, correccional y económica sobre todos los tribunales de la nación (con
excepción del TC, del TRICEL y de los Tribunales Electorales Regionales). De esta definición se
desprenden las siguientes características:
i. Es un tribunal ord inar io, puesto que está contemplado y regulado en el COT, en base a
una relación jerárquica.
ii. Es un tribunal superior, lo cual tiene importancia respecto de la acusación
constitucional por notable abandono de deberes de sus Ministros. Y no sólo es un
tribunal superior (como lo es también la CA), sino que también está a la cabeza del Poder
Judicial, es decir, es el más alto tribunal de la República, siendo superior jerárquico de
todas las CA del país, de los JL, de los JG, de los TJOP, y de los tribunales especiales que
forman parte del Poder Judicial.
iii. Es un tribunal colegiado, ya que está compuesto por 21 miembros denominados
Ministros, uno de los cuales es su Presidente.
iv. Es un tribunal de Derecho, porque tramita y falla las causas con estricta sujeción a la
ley. Excepcionalmente falla en conciencia, por ejemplo, en el recurso de reclamación de
nacionalidad.
v. Es un tribunal letrado, puesto que los Ministros deben ser abogados; y es de carácter
permanente.

99
En primera instancia la citación para oír sentencia sólo se conforma con la dictación y notificación por el estado
diario de tal resolución. En cambio, en segunda instancia este es un trámite complejo.
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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

vi. En cuanto a su territorio jurisdiccional, no hay una norma expresa que señale que la CS
ejerce jurisdicción sobre todo el territorio de la República; sin embargo, esto se deduce de
numerosas disposiciones, especialmente la que le otorga la superintendencia sobre todos los
tribunales del país (art. 82 de la CPR); y porque es la expresión máxima de uno de los
Poderes del Estado (Poder Judicial).
vii. De acuerdo al art. 94 del COT, la CS tendrá su sede en la capital de la República.
Específicamente su sede está en el Palacio de los Tribunales de Justicia de Santiago,
edificio que alberga, además, a la CA de Santiago y a las Corte Marciales.
viii. La CS tiene como principal misión, en cuanto a competencia exclusiva y excluyente, velar
por la correcta y uniforme aplicación de las leyes, dándoles a ellas su verdadera y genuina
significación; para ello, conoce en forma privativa del recurso de casación en el fondo y
del de revisión. En efecto, una de las funciones más importantes de la CS, es la de actuar
como tribunal de casación, uniformando de esa manera la jurisprudencia, esto es, la
forma de aplicar la ley en un determinado caso.
Si bien en Chile, a diferencia del sistema anglosajón, los fallos de los tribunales, incluidos
los de la CS, sólo tienen fuerza obligatoria para el caso en que se han pronunciado (efecto
relativo de las sentencias), cabe decir que la jurisprudencia emanada de la CS, conociendo
del recurso de casación, constituye un importante precedente para la aplicación de la ley
en casos análogos, y una importante fuente para la interpretación y aplicación del
Derecho. Al respecto, CASARINO señala que la CS traduce y debe traducir el pensamiento
jurídico de la Nación.
ix. Por otro lado, de acuerdo al art. 82 inc. I de la CPR, la CS tiene la superintendencia
directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la Nación. Se exceptúan
de esta norma el TC, el TRICEL y los tribunales electorales regionales. Por lo tanto, todos
los demás tribunales, incluidos los que no forman parte del Poder Judicial, están
sometidos a esta superintendencia.
Ahora bien, por superintendencia se entiende, siguiendo al profesor SILVA CIMA, la
dirección, cuidado y gobierno de una cosa, suprema administración de un ramo. Esta
superintendencia es de tres clases, a saber:
- Superintendencia d irectiva, la cual se manifiesta, según el profesor ALDUNATE,
en: las facultades de la CS para orientar las actuaciones del Poder Judicial frente a los
demás poderes; para pronunciarse en pleno respecto de las modificaciones a la LOC de
Organización y Atribuciones de Tribunales; proponer las quinas para su propia
generación y las ternas para las CA; actuar como corte de casación; y de acuerdo al art.
5º del CC la CS y las Cortes de Alzada, en el mes de marzo de cada año, darán cuenta
al PDR de las dudas y dificultades que les hayan ocurrido en la inteligencia y
aplicación de las leyes, y de los vacíos que noten en ellas.
- Superintendencia correccional, la cual se manifiesta en las facultades
disciplinarias de la CS, como, por ejemplo, la potestad para calificar la conducta de los
jueces y, en su caso, acordar su remoción; en el conocimiento y resolución de los
recursos de queja y quejas, etc.

112
DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

- Superintendencia económi ca, esto es, la facultad que tiene para regular el
funcionamiento interno de los tribunales, con el objeto de lograr una más pronta y
mejor administración de justicia. A veces, esta facultad va más allá de la organización
interna de los tribunales y afecta incluso a los particulares, como es el caso del
autoacordado sobre tramitación del recurso de protección.
- Finalmente, aunque el art. 82 de la CPR no lo diga (pero sí lo señala el art. 3º del COT
respecto de todos los tribunales), la CS también tiene facultades conservadoras, esto es,
velar para que todos los Poderes Públicos actúen dentro de la órbita de sus
atribuciones y, en especial, velar porque los derechos constitucionales sean respetados.
En efecto, esta Corte conoce en segunda instancia de las apelaciones deducidas en
contra las sentencias dictadas por las CA en los recursos de amparo y de protección.
x. Por regla general, no es un tribunal de instancia, ya que sólo tiene facultad soberana para
pronunciarse sobre las cuestiones de Derecho (recurso de casación en el fondo), no así
sobre las de hecho.
xi. Por último, es un tribunal de competencia común, ya que conoce de toda clase de asuntos,
sin importar su diversa naturaleza, sean civiles, comerciales, de minas, de aguas, etc.

2. COMPOSICIÓN.
i. Presidente de la Corte. El art. 93 inc. I del COT señala que la CS se comprenderá de
veintiún miembros, uno de los cuales será su Presidente. Agrega el inc. II que el
Presidente será nombrado por la misma Corte, de entre sus miembros, y durará en sus
funciones dos años, no pudiendo ser reelegido. Como se puede apreciar, acá hay una
diferencia con las CA, pues el Presidente de la CS es elegido por votación de los Ministros
y dura dos años, en cambio, los Presidentes de las CA ocupan ese cargo turnándose cada
Ministro por orden de antigüedad en la categoría correspondiente del escalafón y, además,
duran sólo un año.
Sus funciones más importantes son: instalar diariamente las salas para su funcionamiento,
levantando un acta de instalación, autorizada por el Secretario, indicando en ella los
nombres de los Ministros asistentes, y de los que no hubieren concurrido, para que una
copia de esta acta se fije en la tabla de la sala correspondiente; formar la tabla para cada
sala, y hacer la distribución del trabajo entre los Relatores y demás empleados del
tribunal; atender al despacho de la cuenta diaria y dictar los decretos o providencias de
mera substanciación de los asuntos de que corresponda conocer al tribunal, o a cualquiera
de sus salas.
ii. Veintiún Ministros. Los Ministros gozan de precedencia los unos respecto de los otros
por el orden de su antigüedad, y son designados por el Presidente de la República, con
acuerdo del Senado, quien los elige de una nómina de cinco personas que propone la CS.
De los 21 miembros de la CS, 16 deben provenir de la carrera judicial, y cinco deben ser
abogados extraños a la administración de justicia.
iii. Un Fiscal Judicial. Es el jefe de servicio de la Fiscalía Judicial, y le corresponde,
especialmente: vigilar por sí a los Ministros o Fiscales Judiciales de las CA, y la conducta

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DERECHO PROCESAL CIVIL - ORGANIZACIÓN JUDICIAL

funcionaria de los demás tribunales y empleados del orden judicial, exceptuados los
Miembros de la CS; y también puede integrar las salas de la CS.
iv. Ocho Relatores, cuya función principal, es hacer la relación de las causas entregadas a
la competencia de la CS.
v. Un Secretario. Es un ministro de fe pública, encargado de autorizar todas las
providencias, despachos y actos emanados de la Corte, y de custodiar los procesos y
todos los documentos y papeles que sean presentados a la Corte.
vi. Un Prosecretario u Oficial Primero. Es un funcionario que colabora con el Secretario
en el desempeño de sus funciones y lo reemplaza con iguales atribuciones; además, le
corresponde desempeñar el cargo de Relator cuando el tribunal lo estime conveniente.
vii. Cinco Oficiales Auxiliares. Forman parte de la secretaría de la CS, y prestan sus
servicios como escribientes, es decir, son digitadores de sala.
viii. Abogados Integrantes. El Presidente de la República debe designar 12 Abogados
Integrantes para la CS por un período de tres años, los cuales están llamados a integrar las
salas de la CS, por falta o inhabilidad de alguno de sus miembros. Lo importante, es que
las salas de la CS no pueden funcionar con mayoría de abogados integrantes, tanto en su
funcionamiento ordinario como en el extraordinario.
ix. Otros funcionar ios. También hay un Oficial Secretario del Presidente de la CS, que
cumple las funciones que le imponga el propio Presidente o la CS; y un Bibliotecario
Estadístico, que tiene a su cargo la custodia y atención de la biblioteca que está en la CS.

3. FUNCIONAMIENTO.
Del mismo modo que las CA, la CS, en tanto tribunal colegiado, funciona dividida en salas o
en pleno, según sea la naturaleza o calidad de los asuntos que debe conocer. Y desde el punto de
vista de la cantidad de trabajo o de su acumulación y retardo, su funcionamiento puede ser ordinario
o extraordinario.

3.1. FUNCIONAMIENTO ORDINARIO Y EXTRAORDINARIO.


El art. 95 inc. II del COT dice que para el conocimiento de los asuntos a que se refiere el
art. 98 (conocimiento en sala), la Corte funcionará ordinariamente dividida en tres salas o
extraordinariamente en cuatro, correspondiéndole a la propia Corte determinar uno u otro
modo de funcionamiento. El inc. V de la misma disposición agrega que corresponderá a la
propia Corte, mediante autoacordado, establecer la forma de distribución de sus ministros entre
las diversas salas de su funcionamiento ordinario o extraordinario. La distribución de ministros
que se efectúe permanecerá invariable por un período de, a lo menos, dos años (en general, los
Ministros integran cada sala de acuerdo a la especialización de cada uno de ellos). Y por otro
lado, el art. 99 del COT señala que corresponderá a la CS, mediante autoacordado, establecer
cada dos años las materias de que conocerá cada una de las salas en que ésta se divida, tanto en
funcionamiento ordinario como extraordinario. Al efecto, especificará la o las salas que

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conocerán de materias civiles, penales, constitucionales, contencioso administrativas, laborales,


de menores, tributarias u otras que el propio tribunal determine. En consecuencia:

i. Durante el funcionamiento ordinario, la CS se divide en las siguientes tres salas: la


Primera Sala o Sala Civil, que conoce, por ejemplo, de los recursos de casación en la
forma y en el fondo, y de revisión y de queja en materia civil y laboral; de las apelaciones
en materia de recursos de protección, y de los demás asuntos civiles que corresponda
conocer a la CS y que no estén entregados al Pleno o a otra Sala. La Segunda Sala o Sala
Penal, conoce, por ejemplo, de los recursos de casación en la forma y en el fondo, y de
revisión y de queja en materia penal; del recurso de amparo, etc. Y la Tercera Sala o Sala
de Asuntos Constitucionales y Contenciosos Administrativos, conoce, por ejemplo, de las
apelaciones en materias tributarias, apelaciones y consultas de las sentencias recaídas en
los recursos sobre amparo económico, y, en general, de todos los recursos interpuestos en
contra de las sentencias dictadas por las CA en materias o reclamaciones contenciosas
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administrativas (por ejemplo, recurso de reclamación de nacionalidad).
ii. El fu ncionamiento extraordinar io, de acuerdo al art. 95 inc. II del COT, tiene lugar
cuando la propia Corte lo determine y, en la práctica, siempre ha funcionado
extraordinariamente dividida en las mismas salas anteriores, más una Cuarta Sala o Sala
Laboral o Previsional, que conoce, por ejemplo, de los recursos de casación en la forma y
en el fondo, y de revisión y de queja en materia de orden laboral y previsional, o en
materias regidas por los Códigos de Minería y de Aguas, o de responsabilidad civil
extracontractual (se la llama también Sala Mixta porque conoce, en general, de los demás
101
asuntos como los laborales y los tributarios).

3.2. FUNCIONAMIENTO EN SALA Y EN PLENO.

a. COMPETENCIA EN SALA.
De conformidad con lo establecido en el art. 95 inc. IV del COT, las salas deberán
funcionar con no menos de cinco jueces cada una, tres de los cuales, a lo menos, deben ser
Ministros de la CS, pudiendo, por tanto, completarse la integración con uno o dos Abogados
Integrantes, o con el Fiscal Judicial. La integración de la sala será facultativa para el Presidente
de la Corte, y si opta por hacerlo, puede integrar cualquiera de ellas. Cada sala en que se divida
la CS debe ser presidida por el Ministro más antiguo, cuando no esté presente el Presidente de la
Corte, pues en dicho caso, será él quien la presida.
Los asuntos más importantes que conoce la CS divida en salas, están enumerados en el art,
98 del COT, y son los siguientes:

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No obstante, la CS, siempre mediante autoacordado, podrá modificar la distribución de las materias de que conoce
cada una de las salas, cuando una repartición más equitativa de las mismas así lo requiera. Y en caso que ante la CS
se encuentren pendientes distintos recursos de carácter jurisdiccional que incidan en una misma causa, cualesquiera
sea su naturaleza, éstos deberán acumularse y verse conjunta y simultáneamente en una misma sala. La acumulación
se debe hacer de oficio, sin perjuicio del derecho de las partes a requerir el cumplimiento de esta norma.
101
Como se puede apreciar, la aplicación del funcionamiento extraordinario opera en forma distinta que en las CA,
pues respecto de la CS hay funcionamiento extraordinario cuando los Ministros de dicha Corte así lo establezcan, por
tanto, no rigen las normas de retardo que se aplican a las CA (en la práctica siempre ha funcionado
extraordinariamente, considerándose el retardo de alguna manera). Además, en la CA no hay salas especializadas.
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i. En única instancia, o mejor dicho en un sólo grado jurisdiccional, ya que en estas materias
sólo puede pronunciarse sobre el Derecho, conoce:
- De los recursos de casación en el fondo (art. 98 Nº 1). Este es un recurso estrictamente
jurídico para anular sentencias dictadas con infracción de ley, de manera que la CS no
conoce de los hechos del juicio, sino que sólo del Derecho. Por otro lado, este recurso
da origen a una importante fuente del Derecho, cual es, la jurisprudencia
- De los recursos de casación en la forma interpuestos contra las sentencias dictadas
por las CA o por un Tribunal Arbitral de segunda instancia constituido por árbitros de
Derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de negocios de la
competencia de dichas Cortes (art. 98 Nº 1). Por ejemplo, un JL dictó una sentencia
definitiva e incurrió en un vicio de forma, luego se interpone casación en la forma para
ante la CA respectiva, pero a su vez, la CA al fallar incurre también en un vicio de
forma; y se interpone así un recurso de casación en la forma en contra la sentencia
dictada por la CA.
- De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas
dictadas por los tribunales con competencia en lo criminal, cuando corresponda de
acuerdo a la ley procesal penal (art. 98 Nº 3). Esta materia se agregó con la reforma
procesal penal del año 2001, y corresponde a la CS entrar a conocer de estas materias
cuando la sentencia se dicte con vulneración de garantías.
- De los recursos de revisión (arts. 98 N° 5). Este recurso tiene por objeto dejar sin efecto
una sentencia firme dictada en un procedimiento doloso o fraudulento.
- De los recursos de queja, pero la aplicación de medidas disciplinarias, será de la
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competencia del tribunal pleno (art. 98 N° 7).
- De los demás negocios judiciales de que corresponda conocer a la CS y que no estén
entregados expresamente al conocimiento del pleno (art. 98 N° 10). Por ejemplo, los
exhortos a tribunales extranjeros; el procedimiento de exequátur, para el cumplimiento en
Chile de resoluciones extranjeras; si procede o no la indemnización patrimonial y
extrapatrimonial que debe dar el Estado por error judicial, etc. En razón de esta
disposición, se sostiene que la regla general es que todo asunto judicial de competencia
de la CS es conocido en salas, salvo que la ley expresamente lo haya entregado al pleno.

ii. En un segundo grado jurisdiccional conoce, fundamentalmente, de las apelaciones


deducidas contra las sentencias dictadas por las CA en los recursos de amparo y de
protección (art. 98 Nº 4; de manera que conoce como tribunal de segunda instancia.

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El art. 97 del COT deja en claro que las sentencias que dicte la CS al fallar los recursos de casación en el fondo y
en la forma, de nulidad en materia penal, de queja, de protección y de amparo, así como el de revisión, no son
susceptibles de recurso alguno, salvo el de aclaración, rectificación y enmienda que establece el art. 182 del CPC.
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b. COMPETENCIA EN PLENO.
Como se dijo, el pleno funciona con la concurrencia de 11 de sus miembros a lo menos.
Ahora, para saber si un determinado asunto debe ser conocido y resuelto por la CS en pleno o por
alguna de sus salas, hay que tener presente que es la ley la que enumera taxativamente qué asuntos
deben ser conocidos y resueltos por la CS en pleno, de manera que todos los demás asuntos
entregados a su competencia deben ser conocidos y resueltos por las salas, las cuales, por ende,
tienen competencia residual. Los asuntos que conoce la CS en pleno son:
i. En única instancia, o más bien dicho en un sólo grado jurisdiccional, debe:
- Ejercer las facultades administrativas, disciplinarias y económicas que las leyes le
asignan, sin perjuicio de las que les correspondan a las salas en los asuntos de que
estén conociendo, en conformidad a los arts. 542 y 543 (sanciones disciplinarias). En
uso de tales facultades, podrá determinar la forma de funcionamiento de los
tribunales y demás servicios judiciales, fijando los días y horas de trabajo en atención
a las necesidades del servicio (art. 96 Nº 4). También, en virtud de estas facultades, debe
formar el Escalafón Judicial de antigüedad; confeccionar la tabla de emplazamiento,
tomando en consideración las distancias y las facilidades o dificultades que existan para
las comunicaciones; y dictar autoacordados en conformidad a la CPR, a la ley o en virtud
de sus facultades económicas.
- Conocer y resolver la concesión o revocación de la libertad condicional, en los casos
en que se hubiere impuesto el presidio perpetuo calificado (art. 96 Nº 7).
- Conocer de todos los asuntos que leyes especiales le encomiendan expresamente. Por
ejemplo, otorgar el título de abogado en audiencia pública; reclamación por pérdida de
nacionalidad; la designación de tres Ministros del Tribunal Constitucional, etc.

ii. Y en segunda instancia conoce, principalmente, de las apelaciones en causas por desafuero
de Diputados y Senadores; las apelaciones en juicios por amovilidad seguidos contra jueces
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de letras, fallados en primera instancia por las CA.

4. TRAMITACIÓN DE LOS ASUNTOS SOMETIDOS AL CONOCIMIENTO DE LA CORTE SUPREMA.


Como se dijo, todo asunto judicial, para ser resuelto, debe ser tramitado, y esta
tramitación en las CA que no estén divididas en salas corresponde a cualquiera de sus miembros,
y en aquellas CA que consten de dos o más salas, corre a cargo de cualquiera de los Ministros
pertenecientes a la sala tramitadora, en la cual, generalmente está el Presidente, a quien le
corresponde la tramitación. En la CS, en cambio, la tramitación la tiene en forma exclusiva su
Presidente, pues de acuerdo al art. 105 Nº 3 del COT, corresponde al Presidente de la CS atender
al despacho de la cuenta diaria y dictar los decretos o providencias de mera sustanciación de

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A modo de conclusión ¿qué materias o asuntos son de competencia exclusiva y excluyente de la CS?
Fundamentalmente existen cinco materias, tres de ellas netamente procesales y dos constitucionales. Las materias
netamente procesales son: el recurso de casación en el fondo, el recurso de revisión, y el exequátur; y las materias
constitucionales son: la reclamación por pérdida de nacionalidad y acción de declaración de error judicial.
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Los asuntos de que corresponda conocer al tribunal, o a cualquiera de sus salas.


Esta cuenta debe despacharla antes de la hora fijada para la instalación del tribunal.
Por excepción, al igual que en las CA, habrá casos en que toda la CS o alguna de
sus salas dicte decretos o providencias de mera tramitación. Ello acontecerá cuando
en la vista de una causa se adviertan defectos u omisiones que es necesario
reparar o suplir antes de entrar a conocer y fallarla. Por ejemplo, las resoluciones
que ordenan acreditar la personería del abogado de alguna de las partes, las que
ordenan traer a la vista algún expediente, etc.

5. FORMA DE CONOCER Y RESOLVER LOS ASUNTOS SOMETIDOS AL CONOCIMIENTO DE LA CS


.
La CS, al igual que las CA, conoce y resuelve los asuntos sometidos a su
decisión en cuenta o previa vista de la causa, correspondiendo al Presidente de la CS
atender el despacho de la cuenta diaria y la dictación de los decretos o providencias de
mera substanciación. Ahora, para adoptar una u otra decisión, al igual que en las CA, se
debe atender a la naturaleza de los negocios, pues si se trata de asuntos contenciosos o
voluntarios, estos serán resueltos previa vista de la causa; y por el contrario, si se
trata de asuntos de jurisdicción conservadora, disciplinaria o económica, serán
resueltos en cuenta, salvo aquellos asuntos contenciosos o voluntarios que,
excepcionalmente, se deben resolver en cuenta, o aquellos asuntos conservadores,
disciplinarios o económicos que también, excepcionalmente, se deben resolver previa
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vista de la causa.
Ahora bien, en cuanto a las formalidades de la vista de la causa, se deben
observar los mismos trámites que se siguen ante las CA, es decir, la dictación
y notificación del decreto “autos en relación”, la fijación de la causa en tabla, la
instalación del tribunal, el anuncio de la vista de la causa, la relación y los alegatos
Finalmente, de acuerdo al art. 104 del COT, dentro de las horas
Ordinarias de su funcionamiento y antes de las vistas de las causas, se
ocupará con preferencia, según el orden que fije el Presidente, en los asuntos que
deban resolverse en cuenta, en el estudio de proyectos de sentencias, y en el acuerdo
de las mismas.

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