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Así pues la causa de esto es como decía Platón, el ciudadano esta in-
buido en la búsqueda de lo que cree que es la verdad, la libertad para
Platón, pero para Tocqueville la igualdad, ésta llega a un grado que
llega a confundirse con la libertad:
Aunque los hombres no pueden llegar a ser del todo
iguales sin ser enteramente libres y, por consecuen-
cia, la igualdad, en su último extremo, se confunde con
la libertad, hay razón para distinguir la una de la otra.
(Tocqueville, 1840)
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Los hombres democráticos tienen el mismo gusto por la libertad que
el que tienen por igualdad, en efecto son cosas distintas, y en los
pueblos democráticos son desiguales.
Tocqueville dice que en cada siglo se encuentra un hecho singular
dominante del que dependen todos los demás, este hecho da casi
siempre origen a un primer pensamiento o a una pasión principal, que
acaba por atraer después hacia ella y por arrastrar en su curso todos
los sentimientos y todas las ideas:
Los pueblos democráticos quieren la igualdad en todas
las épocas; pero hay algunas en que llevan este deseo
hasta el extremo de una pasión violenta. Esto sucede
en el momento en que la antigua jerarquía social, por
largo tiempo amenzada, acaba por destruirse, después
de una lucha intestina en la que las barreras que separan
a los ciudadanos son al fin derribadas. Los hombres se
precipitan entonces hacai la igualdad como si fuera una
conquista y se unen a ella como a un bien precioso que
se les quisiese arrebatar. La pasión de la igualdad pen-
etra por todas partes en el corazón humano, se extiende
en él y, por decirlo así, lo ocupa por entero; y aunque se
diga a los hombres que entregándose tan ciegamente a
una pasión exclusiva comprometen sus más caros inter-
eses, no lo escucharán. También será inútil advertirles
que la libertad se les escapa de las manos mientras fijan
su vista en otra parte. Están ciegos y no descubren en
todo el universo más que un solo bien digno de envidia.
(Tocqueville, 1840)
Conclusiones
Empezaré diciendo que el concepto de tiranía es cambiante, pero sigue
conservando en su definición sumisión, opresión, violencia, etc. el-
ementos presentes en Platón y Tocqueville. No está de más decir que
la relación más directa entre La República y La Democracia en América
es la clara transición de la democracia a la tiranía, a la cual llega Platón
con el método dialéctico y a la que llega Tocqueville con su analisís
profundo y previsión del futuro. También agregar que Platón no da
una solución al Estado sumido en la tiranía,pero Tocqueville tiene es-
peranza en que estar en la servidumbre o la libertad es depende de la
desición de las naciones.
Por último, las dos obras de separan en el momento en que Platón
ve un estado donde las pasiones humanas reinan, un mundo de plac-
er, pero Tocqueville ve un Estado totalmente oprimido, embrutecido
e incosciente de su estado de sumisión. Hoy en día las predicciones
de Tocqueville se están cumpliendo, el estado de inconsciencia de los
habitantes del país que está dejando de ser potencia ha producido que
el planeta se esté destruyendo, la gente se está enfermando y los ani-
males están siendo explotados a causa de las grandes industrias, y el
gobierno “tiránico” de los países capitalistas estás subordinado a la
Economía y la lógica de consumo. Todo parece ser a causa de la de-
mocracia, y es algo alarmante ya que gran cantidad de países hoy en
día son democráticos. Me atrevo decir que la tiranía ha pasado de ser
de un tirano a un ente abstracto, la Economía o el capitalismo, porque
abusa del poder político, corrompe a los ciudanos y gobernates, gobi-
erna de manero totalitaria, sin limitaciones y legalmente. Pero la gran
pregunta será: ¿Cómo derrocar a este tirano abstracto? ¿Es posible?
¿Es posible derrotarlo en el tiempo adecuado antes de que sea dema-
siado tarde, el planeta quede con recursos limitados sin vuelta atrás y
nos matemos entre nosotros?