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DESCRIPCIÓN PROYECTO

MADRES DE RODILLAS HIJOS EN PIE

Madres de Rodillas Hijos en Pie, es un grupo de oración que comenzó en Santiago de Chile
noviembre del año 2011, como iniciativa de 4 madres que preocupadas por el futuro espiritual
de sus hijos se unieron en oración por ellos. Aunque esta inquietud ha estado siempre presente
en los corazones de las madres de distintos lugares, éste programa, como se está planteando,
nació con la inquietud de orar y ayunar de forma constante, buscando el cumplimiento de las
promesas del Señor.

Pasado el tiempo el grupo se amplió, llegando hoy a formarlo más de 70 madres.

Este grupo creció con la intención de abarcar a madres Adventistas de distintos lugares, sin
embargo no hace acepción de personas, por lo tanto incluye a madres de otras denominaciones o
sin religión.

Hoy es un grupo consolidado, que una vez a la semana a través de correo electrónico se conecta
en oración, ayuno y meditaciones semanales, que distintos miembros de iglesia redactan para
este fin.

Creemos firmemente que estamos viviendo tiempos finales y que nuestro Señor en su
misericordia ha levantado distintas iniciativas, donde la iglesia reavivada, representada por el
profeta Elías en Malaquías 4:5 llevará a cabo la promesa que: “…hará volver el corazón de los
padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera
la tierra con maldición.”

Entendemos que para que estas promesas sean cumplidas se necesita un requisito esencial:
“…así ha dicho Jehová de los ejércitos: volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me
volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Zacarías 1:3.

Para volvernos a Dios es necesaria la oración ferviente, el estudio profundo y sistemático de la


palabra y comunicar esta verdad a otras madres.

“Más el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios y velad en oración”

1 Pedro 4:7

“Santifícalos en tu verdad tu palabra es verdad” Juan 17:17

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado…” Mateo 28:19 - 20.
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Dios demanda de las verdaderas madres cristianas el testimonio de un ejemplo vivo. Es por esto
que comprendemos que es imperativa la comunión estrecha y profunda entre cada madre y Dios.

“Comprenda la mujer el carácter sagrado de su obra y, con la fuerza de Dios y temiéndole,


emprenda su misión en la vida. Eduque a sus hijos para que sean útiles en este mundo e idóneos
para el mundo mejor. Nos dirigimos a las madres cristianas. Les suplicamos que sientan su
responsabilidad como madres y no vivan para agradarse a sí mismas, sino para glorificar a Dios.
Cristo no se complació a sí mismo, sino que asumió forma de siervo. El mundo rebosa de
influencias corruptoras. Las modas y las costumbres ejercen sobre los jóvenes una influencia
poderosa. Si la madre no cumple su deber de instruir, guiar y refrenar a sus hijos, éstos aceptarán
naturalmente lo malo y se apartarán de lo bueno. Acudan todas las madres a menudo a su
Salvador con la oración: "¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?" Cumpla ella las
instrucciones que Dios dio en su Palabra, y se le dará sabiduría a medida que la necesiten” (Nota:
Testimonies for the Church, tomo 3 págs. 565, 566.*Patriarcas y Profetas, pág. 618.*)

Junto con esto, declaramos que la oración intercesora es voluntad de Dios para su iglesia, por lo
tanto, el grupo Madres de Rodillas hijos en Pie, que es parte de su iglesia, considera que la
intercesión de unas por otras y sus hijos, es fundamental en este ministerio. Así como Aarón y
Hur subieron a la cumbre para mantener los brazos de Moisés en alto, con el propósito de que
prevaleciera el pueblo de Israel contra los amalecitas.

“… y sucedía que cuando alzaba Moisés, su mano Israel prevalecía; más cuando el bajaba su
mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban por lo que tomaron una piedra,
y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de
un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.” Éxodo 17:
11,12

“Es una tarea solemne y seria cuidar de aquellos por quienes Cristo murió, enseñar a los hijos a
no malgastar sus afectos en las cosas de este mundo, a no disipar tiempo y esfuerzo en lo que es
menos que nada. Las madres deben ser alumnas de la escuela de Cristo a fin de educar
correctamente a sus hijos. La madre cristiana dedicará mucho tiempo a la oración, porque es
en el hogar donde los hijos deben aprender a ser leales al gobierno de Dios. Han de ser enseñados
con paciencia y longanimidad. Las burlas y los reproches apasionados nunca producen reforma.
Cometen un grave pecado los padres y madres que, mediante su propio ejemplo, enseñan a sus
hijos a dar rienda suelta a su mal genio, cediendo ellos mismos a sus arranques temperamentales;
y los educan con métodos equivocados. Se ha de disciplinar a los hijos en forma tal que los
capacite para ocupar su lugar en la familia de los cielos...

Las madres que han criado sabiamente a sus hijos sienten el peso de la responsabilidad no
sólo por sus propios hijos sino también por los hijos de los vecinos. Los sentimientos de
simpatía de una verdadera madre se manifiestan en favor de todos aquellos con quienes entra en
contacto. Con esfuerzo decidido trata de hacer volver a Cristo a las almas extraviadas. El poder de
Jesús la capacita para hacer mucho. Aquellos que no tienen hijos tienen también
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responsabilidades. En la mayoría de los casos pueden recibir en sus hogares a niños que han
quedado huérfanos y sin hogar. A estos niños pueden educarlos por amor de Cristo para que
practiquen las virtudes que son tan necesarias en nuestro mundo.” —Manuscrito 34, del 21 de
marzo de 1899, “La vida de hogar”.*

Estamos convencidas de que el deseo de Dios es que cada madre cristiana cumpla con la
responsabilidad que se le ha encomendado: Llevar a sus hijos a los pies de Cristo.

OBJETIVO GENERAL

Que cada madre, mediante el testimonio vivo del carácter de Jesús reflejado en ella por la
gracia de Dios, pueda atraer a sus hijos a la salvación.

“Cuando empiece el juicio los libros sean abiertos… muchos levantarán sus coronas a la vista del
universo reunido, y señalando a sus madres dirán: ‘ella hizo de mi todo lo que soy mediante la
gracia de Dios. Su instrucción, sus oraciones han sido bendecidas para mi salvación eterna’” (MJ
328).

OBJETIVOS ESPECIFICOS

1.- Que las madres despierten a un reavivamiento y una reforma.

“Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos y te alumbrará Cristo”.


Efesios 5:14

2.- Que cada madre consolide el hábito de la comunión personal diaria.

“Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de


mí, madrugaré a buscarte; porque luego hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del
mundo aprenden justicia.” Isaías 26:9

3.- Entregar el consejo de Dios, escrito en su palabra y el espíritu de profecía, a través de


meditaciones semanales.

“Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para
deciros: volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, enmendad vuestras obras…”
Jeremías 35:15

4.- Que las madres se unan en ayuno y oración intercesora una vez a la semana en el templo.
Comprendiendo que Dios dejó estas herramienta especialmente para estos tiempos.

“Proclamad ayuno… y clamad a Jehová…” 1Joel 1:14

7.- Evangelizar a madres que no pertenecen a nuestra iglesia, invitándolas a participar


activamente a este grupo, cada semana.

“y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio” Marcos 16:15


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8.- Que cada madre interceda diaria y fervientemente por sus hijos.

“… Y Ana le respondió diciendo:… soy una mujer atribulada de espíritu…. he


derramado mi alma delante de Jehová.” 1Samuel 1:15

Atte.
Jessenia Viteri G.
Directora Ministerio de la Mujer- M.E.S.

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