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Universidad ICESI

Psicología
Historia de la Psicología
Daniel Sebastián Rosero Vela - A00293964

La infancia en el desarrollo de la psicología


Cuando el cachorro humano1 se encuentra capaz de desarrollarse desde la autonomía que
construye en el tiempo, se logra crear un individuo.
Existieron estudios del humano desde antes de los actuales escritos que yacen en la faz de la
tierra, la duda frente a la materia que somos invade las capacidades de abstracción que se
encuentran en nuestra mente, las respuestas y descubrimientos que se han obtenido a través
de esta investigación han sido puertas hacia nuevas incógnitas, buscando así, las respuestas
que se pueden encontrar en varios de la especie.
Aunque, durante una brecha larga de tiempo, se realizaron estudios para encontrar respuestas
acerca del humano y la manera de ser con el mundo -creo con suficiente seguridad- que
siempre se obtuvo factores con comunes denominadores, en otras palabras, los resultados ya
se habían logrado anteriormente, por lo que no se obtenían respuestas a las diferentes
incógnitas -que grandes de estos temas- que han sido planteadas.
Ante un contexto en el que existía, se podría denominar, un egocentrismo social, en el que la
mayoría de personas tenían seguridad que, todos a su alrededor, operaban con la misma
capacidad de percepción sobre los distintos fenómenos que ocurrían. No existía una
distinción por la madurez cerebral que podía tener un individuo, por ende, no se refería a un
desarrollo o a un proceso que dé como resultado las acciones del rutinario vivir.
Esto se expone en las diferentes muestras de arte que datan el siglo XIV o XV, épocas en las
que no era estructural e imaginable una noción de infancia. Con los procesos de
industrialización que se instauran en las épocas nombradas y subsiguientes, con pulidas
concepciones acerca del trabajo y de gestantes ideas económicas, se replantearon y reforzaron
ideas en torno al sistema de funcionamiento en el núcleo familiar. El padre y la madre de una
hija o hijo, deberán brindarles, a ellos, el conocimiento de las normas del regimiento en el

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Término Lacaniano designado para referir al bebe humano en el momento del parto, sin recibir
interacción, en ese momento, con el mundo.

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que van a crecer. Ya existe diferencia en la perspectiva que, se supone, tienen, los individuos
de la sociedad. Tras diversos acontecimientos históricos, y los diferentes pensadores que
brotan con ellos, se comienza a relacionar y hacer real la idea de la existencia del progreso o
maduración de ciertas capacidades humanas que nos permitirán responder frente a cierto
estímulo del medio, trayendo esta respuesta, una consecuencia en el mundo y en el interior
del sujeto. La psicología encuentra que hay más que un input, no solamente se es un conjunto
de dispositivos, que al unirse y trabajar juntos, ejecutan, de manera variada, acciones, sino
que se descubre que hay una preparación para que estos dispositivos funcionen, y además,
que existen versiones adelantadas y atrasadas del dispositivo, es decir, y en los mismos
términos, no todos provienen de la misma línea de producción.
Al entender al infante, no solo como medio de obtención de ingresos a futuro, y aceptar que
hay conductas que difieren de las del adulto, pero no en su totalidad, se deduce la existencia
de conductas prematuras a las del adulto. Puede que el infante llega a ser objeto de estudio
de la psicología ya que en él se plasman esbozos de lo que era un lenguaje, acciones,
comportamiento de una “persona grande”.
El levantarse, bañarse, vestirse, conversar, trabajar son el resultado de los procesos, de varios
años, en interacción, de un cachorro con su medio, entre los que existirá una relación de
intereses. Por una parte, le será de utilidad al cachorro la interacción con el medio para así,
poder decidir de manera viable sobre este, mientras que la forma de interacción del cachorro
servirá para ser guía de otros cachorros que llegan al mundo y a su convencionalización.
Mientras que al primero le servirá para ser, el segundo brindara esa historia para ayudar a ser
a otros. A la psicología le será de interés estudiar al primero y los cambios que van
presentándose en el segundo con el paso del tiempo y lo procesos que trae este. En el siglo
XIX y XX, los acontecimientos no serán tan tenues como para no causar reestructuraciones
en el humano; en este periodo, psicólogos expondrán, con estudios, sus nociones acerca de
los diferentes procesos y fenómenos que hacen visibles en la sociedad.
La noción de infante ya ha pasado por el camino para la convencionalización, ahora era
tiempo de explorar y de sacar provecho de esta etapa. Bien se es dicho que para hallar el
porqué de un fenómeno, la mejor solución es remitirse a su génesis, a la raíz, en este caso, la
raíz del pensamiento, de las decisiones, de la moral, de la sexualidad, del tiempo, de las
enfermedades se encontraban en los juegos, en el lloriqueo por un juguete, en el lengüeteo a

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un objeto o a la mano. A continuación se retoman a dos psicólogos, relativamente
contemporáneos, exponentes de una teoría en la que la base de los procesos mentales se
gestan en la infancia.
Hay complementariedad entre los dos debido que sus supuestos -respectivamente- fijan la
creación de la noción y el desarrollo que esta va teniendo en pro de la evolución del sujeto.
Sigmund Freud, el personaje que encontró la raíz en la psicosexualidad del infante,
fragmentada por etapas para luego dar como resultado un ser libidinalmente homeostático,
es decir, un ser que mantenga el bienestar en su cuerpo y su organismo, libre de perturbación
y malestar de alta frecuencia; ubica las bases de los diferentes actos que son realizados, por
el individuo, en una edad donde la toma de decisiones, de manera crítica y razonable, se hace
presente. Las fragmentaciones de etapas mencionadas anteriormente serían: La etapa oral, la
etapa anal, la etapa fálica, la etapa de latencia, la etapa genital. Estas dan razón de los cambios
sufridos por una alteración en la sexualidad que mantiene el niño debido a una prohibición o
acontecimiento traumático (que desemboque en uno de las alteraciones psíquicas que
mencionan su teoría), dependiendo la etapa, resulta dañino para el desarrollo “normal” 2 que
puede presentar un sujeto.
Haciendo que algunas perturbaciones sean depositadas en el inconsciente, lugar que es
cerrado hacia los ojos de la sociedad y del mismo individuo, siendo así un místico
indeterminado, en otras palabras, aquel del que hace y produce pero no se sabe a simple vista;
el inconsciente, si logra reactivar el monto de afecto del recuerdo traumático, causa en el
consciente la comentada desnivelación homeostática, producto del contenido de aquella
vivencia traumática, que moldeara al individuo de cierta manera que desembocara en un una
forma de actuar con el medio, con la posibilidad de que sea normal o choque con lo que se
encuentra en este.

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Las comillas exponen que la normalidad, sus definiciones y límites pueden variar dependiendo el
contexto del que se hable, así que esto puede causar segregación ya que existen grupos que aún
no logran comprender tal dimensión, Debo aclarar que la normalidad, hablando de su contexto -
como diría Marx- superestructural, es consciente que la verdadera forma de vida homeostática se
obtiene con el respeto al otro siempre y cuando ese otro no posea un pensamiento y/o acción con
carácter destructivo hacia algún sujeto. No objetando por la eliminación del otro que no comparte el
ideal, es pertinente la socialización de los provechos de un estructura de vida que logre ser
coherente con lo que demanda el afuera, sin limitarse al entorno o contexto (que es la que se dice
obtener). Siendo capaz de interiorizar la anterior visión, se puede instaurar equilibrio en el entorno
que construye y es construido.

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Lo anterior, desde la perspectiva que el psicoanálisis, expuesto por Sigmund Freud, le ha
brindado a la infancia y lo consecuente de esta, definirá al humano en el medio, con cada
acto, cada perturbación, cada solución post-trauma construirá la totalidad y hará parte de la
libido que, con el cumplimiento o des-cumplimiento de pulsiones, se lograra completar o se
habrá intentado hacerlo.
Mientras que Freud encontraba la solución a las dudas en la sexualidad, Piaget, buscaba el
porqué de los acontecimientos en la interacción del neonato, en el medio, con los objetos.
Jean Piaget, personaje nacido cuarenta años después de uno de los mejores psicoanalistas de
la historia, instaura una visión constructivista del desarrollo de infancia y de la importancia
de esta para el futuro sujeto. Se fundamenta en una construcción del sujeto con el objeto
como mediador para adquirir las capacidades cognitivas y de abstracción necesarias para
llevar una vida en sociedad.
La separación que se presenta en la teoría Piagetiana, para crear un sistema, sigue un modelo,
en donde, uno de sus protagonistas es el objeto, la materia que se encuentra, disponible en el
medio, es el origen de los estadios que él expone en su teoría. Con el descubrimiento de que,
en cada momento de la vida, existen diversas etapas que facilitan la inserción en el medio y
el desarrollo en este con herramientas que se encuentran en el lugar, se distribuyeron y
pautaron cuatro estadios del desarrollo cognitivo: Periodo sensoriomotor, preoperacional,
operaciones concretas, operaciones formales.
En cada uno de ellos, el humano interactúa con un tipo de objeto material o simbolizado,
ejemplificando, el neonato jugará con un juguete, con el que, en el contexto imaginado del
juego, él se encuentra comprando un bien, el acto simbólico le servirá para crear una noción
del trato, de la seriedad, la confiabilidad que se hará visible cuando se encuentre solucionando
una situación en su futuro.
Estos resultados de la interacción con “los objetos” que nos brinda el medio da razón de la
definición de infancia que fue aludido por el genetista que, en relación a la sexualidad del
infante citada por Freud, posee un carácter más del lugar consciente del sujeto; se puede
llegar a la vivencia traumática, si algo en los periodos no se logra realizar de manera
provechosa para el sujeto en construcción.
Una vez expuesta la razón de la infancia como objeto de estudio de la psicología y
entendiendo que esta mira en el infante la génesis de los procesos que manifiesta el individuo

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con edad y vivencias suficientes en el mundo, adicionalmente, expuesto las visiones de la
infancia, que proponen dos personajes en la psicología, en donde, por un lado encontrábamos
al psicoanalista Freud que analiza los acontecimientos debido a modificaciones en la
sexualidad infantil, y por otro lado está la modificación debido a la inferencia o mediación
del objeto en el sujeto y con el sujeto para el medio; podría decir: mientras que uno habla de
una capacidad o atributo que se nos ha sido entregado por “naturaleza”, el otro habla como
el medio opera en nuestra naturaleza.
El modo en el que el humano debió vivir su infancia, como proceso en constante
construcción, es la respuesta de la diferencia frente a los demás seres vivos, sin tener
presente la construcción que ellos han tenido con el medio. El cachorro humano, cuando
nace, no solo es acreedor de la facilidad de la dominación del medio, sino que además de esto
título, tiene la capacidad de lograr tal impacto en su entorno, que cualquier acontecimiento
que se ha podido imaginar o que aún yace en algún recóndito del inexplicable firmamento
puede ser real.

Bibliografía
Badinter Elizabeth. 2004. El niño antes de 1760. En ¿Existe el instinto materno? Buenos
Aires Paidós
Braunstein, N. 1980. ¿Qué es la psicología para los psicólogos? En: Psicología: ideología y
ciencia. Siglo XXI eds. México DF
Canguilheim, G. 2004. “¿Qué es la psicología?” En: Revista Colombiana de Psicología.
Bogotá DC, Unal, Vol. XIII.
Habermas, Jürgen. "Conocimiento e interés". (Traducido por Guillermo Hoyos
Vásquez).Ideas y Valores, nn. 42-45 (1973-1975), 6-76. Conocimiento e interés Madrid:
Taurus, 1982.

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