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14/7/14

Ricardo Carpena - periodista.

Hay partidos que se terminan, como los del Mundial, pero existen otros que se siguen jugando y
que no tienen perspectivas de definirse ni en los penales. El conflicto de la autopartista Lear, por
ejemplo, está lejos de la pasión futbolística y mucho más cerca de transformarse en un caso
testigo para todo el sindicalismo peronista, el Gobierno, el empresariado y la izquierda.

Si lo que pasó en Gestamp graficó la rebelión en las bases, la desesperación de un gremio


oficialista como SMATA y lo que estaba dispuesto a hacer el sindicalismo combativo (la ocupación
de una zona sensible de una fábrica como un puente grúa, a 20 metros de altura), el conflicto en la
compañía norteamericana es mucho más contundente en materia simbólica (y práctica).

Por un lado, demostró que el Gobierno impedirá los piquetes, dejando atrás una actitud más
tolerante que se mantenía desde 2003. Los palos, las balas de goma y los gases lacrimógenos que
se aplicaron el martes pasado contra los activistas y trabajadores que cortaron la Panamericana,
poco después de disolverse de la misma manera un corte de la General Paz dispuesto por
ferroviarios de Emfer y Tatsa, grafican el cambio de la política ante las protestas callejeras.

Por otro, confirma la virtual ausencia de los funcionarios nacionales y bonaerenses ante un
conflicto en el que se cruzan datos sugestivos. Lear, de origen norteamericano, cesanteó a 130
trabajadores y mantiene la suspensión de otros 100 pese a que nunca declaró ante las
autoridades que estaba atravesando problemas económicos, como fija el procedimiento
preventivo de crisis justamente para evitar el impacto en las fuentes de trabajo. Lo resolvió,
además, en medio de un plan de salvataje oficial para reactivar al sector automotriz. Y con un
componente explosivo: les prohibió la entrada a la planta de General Pacheco a los cinco
integrantes de la comisión interna, en donde conviven cuatro delegados independientes de
izquierda y uno enrolado en el PTS.

En las últimas horas, la Justicia ordenó a la empresa que les permita el acceso a tres de los
delegados, pero el viernes, al menos, se mantuvo la restricción. Recién ese día los trabajadores en
conflicto fueron recibidos por Inés Zanoni, una asesora del ministro Carlos Tomada, que se limitó a
advertirles que se trataba de “una situación complicada” y que Trabajo negociará con la gente de
SMATA, que, curiosamente, o no tanto, no quiere ni dialogar con la comisión interna de Lear.

El escenario sintetiza muchos de los dilemas sindicales y laborales de hoy, y se convertirá en una
señal de lo que puede venir. Si la empresa impone su veto a los delegados, el sector industrial en
general habrá obtenido un precedente para tratar de marginar a los dirigentes combativos de las
fábricas. Una suerte de salida a los problemas que está generando en muchas compañías el fallo
de la Corte Suprema que les dio más oxígeno a los delegados al independizarlos del sindicato.

La misma expectativa mantiene el sindicalismo peronista, aterrorizado por el protagonismo de


delegados combativos, aun cuando en Lear, como en CALSA, hay más independientes de
izquierda que alineados a un partido. El miedo causa situaciones curiosas: según la militancia
trotskista del gremio mecánico, en la planta de Volkswagen de General Pacheco hay activistas de
SMATA que custodian permanentemente los baños para impedir que se escriban graffitis contra
sus dirigentes.

La izquierda siente que está en juego su supervivencia en la calle y en las fábricas. Por
eso redoblará la apuesta: pasado mañana hará una nueva jornada de piquetes por Lear, el mismo
día en que vencen las 100 suspensiones en esa empresa (¿se convertirán en despidos?) y en el que
la dirigencia de SMATA irá a la primera audiencia en Trabajo para sondear una solución. Lo que
suceda podría salpicar a otros conflictos explosivos como los de la empresa Emfer, que sigue
ocupada por trabajadores falta de pago de sueldos y aguinaldos, y los de compañías en las que se
multiplican los despidos o suspensiones, como Renault, Volkswagen, Donnelley, Valeo, Sealy y
Weatherford, entre otras. Hasta Acindar –en donde un delegado del Partido Obrero accedió a la
comisión interna– amagó con suspensiones del 5% del personal, aunque finalmente anticipará las
vacaciones de sus operarios.

Pasado mañana, en medio de los piquetes, la CGT Balcarce romperá su profunda modorra para
debatir si se desmarca del Gobierno nacional o mantiene su oficialismo ciego. Hay
quienes propondrán una marcha para reclamar contra el Impuesto a las Ganancias, pero el ala
ultra-K lo resistirá: Antonio Caló ya anticipó que “no estamos para hacer un paro, sino para
acompañar este proceso tan difícil con los puestos de trabajo”. Aunque Cristina Kirchner los
ignora, los dirigentes kirchneristas intuyen que se definiría en un plazo breve la devolución del
descuento de Ganancias del aguinaldo de junio o el aumento del mínimo no imponible, más la
convocatoria al Consejo del Salario Mínimo.

Si la Presidenta no lo anuncia, habrá gremios haciendo fila para exigir que reabran las paritarias o
den una compensación, como ya se adelantaron los bancarios. Lo más sorpresivo son las fisuras en
las filas gremiales opositoras: Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Omar Maturano le pondrían fecha
esta semana al nuevo paro general (¿el 7 de agosto, justo en coincidencia con San Cayetano?),
pero uno de sus socios, Roberto Fernández, jefe de la UTA (transportistas), le dijo al sitio la política
online: “No sé si es momento de un paro”.
http://www.laizquierdadiario.com/Caso-Lear-via-libre-a-las-empresas-para-despedir-masivamente

27/11/14

Caso Lear: vía libre a las empresas para despedir masivamente

El conflicto de los trabajadores despedidos de la autopartista Lear sigue sin resolverse, pese
incluso a la amplia repercusión pública que ha tomado producto de las acciones de lucha con
movilizaciones y cortes en la autopista Panamericana, la que une a la Argentina con países del
cono sur. Sin embargo no se conoce con suficiente claridad la magnitud del ataque a la propia
legalidad, que el gobierno dice defender, con los despidos masivos llevados adelante por la
empresa y la inacción de los funcionarios del Ministerio de Trabajo, que no han aplicado lo que
ordena la ley.

El derecho del trabajo desde siempre ha cristalizado la relación de fuerzas entre las clases,
plasmando conquistas históricas del movimiento obrero y sus luchas como también límites que
impone la clase dominante. Una de esas conquistas es la “institución” del Procedimiento
Preventivo de Crisis, que si bien fue utilizado durante los 90´ como un mero “visado” para que las
empresas despidan “barato” y en cantidad, lo cierto es que es un límite al poder discrecional de las
empresas, tal como lo sostiene un Dictamen jurídico del CELS -Centro de Estudios Legales y
Sociales- plasmado como “Amicus Curiae” en la justicia en favor de los trabajadores de Lear: “Este
procedimiento preventivo de crisis no es opcional para el empleador sino que, muy por el
contrario, resulta ser una obligación ineludible cada vez que se configuran los supuestos legales
que lo habilitan, y el Estado, a través de sus órganos, en tanto medida de cumplimiento de las
obligaciones internacionales, debiera asumir.”

En la legislación argentina, que no ha ratificado el Convenio de la OIT 158 de 1982 (donde se


establece la prohibición de despedir “sin causa” y un procedimiento previo para despedir “con
causa” con la posibilidad de anular despidos injustificados), son pocas las situaciones donde los
empresarios antes de implementar suspensiones o despidos deben agotar procedimientos previos
como requisito sustancial para su validez.

Tres son los pilares fundamentales de la estabilidad del empleo en el derecho laboral argentino.
Uno de ellos es el caso de los Delegados Sindicales, a quienes se inviste de una tutela que impide
al empleador despedir sin la tramitación de un procedimiento previo, en ese caso judicial. Otro es
el caso de los empleados administrativos por el tipo de estabilidad que gozan. Y otro sustancial es
el Procedimiento Preventivo de Crisis, que busca evitar que las empresas realicen despidos
masivos
discrecionalmente. En estas tres situaciones la solución que establece la ley, ante casos de
incumplimiento, es la invalidez de las suspensiones o despidos, su nulidad.

En el caso Lear, la empresa desobedeció lo establecido en la legislación vigente en materia de


preservación del empleo “colectivo” en la Argentina y hasta el momento el Ministerio de Trabajo
lo ha dejado correr, “dinamitando” uno de los principales “diques de contención” legal frente a
despidos masivos, con las consecuencias que ello implica, lo que convierte al “caso Lear” en un
conflicto testigo.

El conflicto

El conflicto de los trabajadores despedidos de la autopartista Lear sigue sin resolverse, pese
incluso a la amplia repercusión pública que ha tomado producto de las acciones de lucha con
movilizaciones y cortes en la autopista Panamericana, la que une a la Argentina con países del
cono sur. Sin embargo no se conoce con suficiente claridad la magnitud del ataque a la propia
legalidad, que el gobierno dice defender, con los despidos masivos llevados adelante por la
empresa y la inacción de los funcionarios del Ministerio de Trabajo, que no han aplicado lo que
ordena la ley, para no “enemistarse” con el Sindicato SMATA, cuyo Secretario General Ricardo
Pignanelli ha salido a “justificar” públicamente los despidos, lo que sienta un grave precedente
para los tiempos que vienen: Que los funcionarios del Estado no apliquen las leyes que dicen
defender, ni hagan respetar los derechos de los trabajadores, cediendo a poderes “fácticos” en
violación abierta de su propio “Estado de Derecho”.

Decimos esto porque en la Argentina la ley 24.013 (en adelante LNE) en sus artículos 98 a 105
prohibió a las empresas suspender o despedir alegando causas de fuerza mayor, económicas o
tecnológicas, sin realizar previamente el conocido Procedimiento Preventivo de Crisis (1).
Si alguna empresa, como en el caso de Lear, despidiera por dichas razones sin respetar este
procedimiento, lo que establece la ley es que la relación laboral se considera vigente (2) y quien
debe declarar la invalidez de esos despidos es el Ministerio de Trabajo de la Nación, a quien el art.
6 del decreto 265/02 le impone la “obligación” de intimar a las empresas a que los dejen sin efecto
(3).

Se trata de una obligación impuesta al Ministerio de Trabajo, en tanto el decreto expresamente


afirma que cuando se den estas situaciones, dicho Ministerio “intimará” a la empresa. Como se ve,
no se trata de una “facultad”, como el caso del dictado de una Conciliación Obligatoria en un
conflicto. La ley no deja margen de interpretación, y dice textualmente como deben proceder los
funcionarios del Ministerio.

Sin embargo, en el caso Lear los funcionarios no han cumplido con esta obligación y su inacción
muestra, no solo una desatención hacia los reclamos legales de los trabajadores, sino una
complacencia del Poder Ejecutivo Nacional con multinacionales estadounidenses millonarias de
gran poder económico como Lear, lo que sienta un peligroso antecedente, en tanto de ahora en
más las empresas se verán habilitadas para realizar despidos masivos sin respetar el
Procedimiento Preventivo de Crisis previo, sin mayores consecuencias que el pago de una
indemnización un poco más alta.

Semejante antecedente convalida una seria violación de la legislación nacional que el gobierno, los
partidos mayoritarios y las centrales sindicales dicen defender, y de los derechos de los
trabajadores, en beneficio de los intereses de poderosas empresas como Lear y grandes Sindicatos
oficialistas como el SMATA.

Los reclamos de los trabajadores al Ministerio de Trabajo

El 27 de mayo la empresa suspendió colectivamente y por tiempo indeterminado a 330


trabajadores con reducción del 25% del salario, argumentando que tenía crisis económica. Ese
mismo día, la Comisión Interna formalizó una denuncia en el Ministerio de Trabajo, dando origen a
un expediente administrativo (Exp. 1.624.740/14), denuncia ratificada personalmente por cada
uno de los trabajadores despedidos.

El 2 de junio el Ministerio emitió un Dictamen exigiendo a la empresa que fije posición frente a la
denuncia y le hizo saber que “previamente a disponer medidas respecto a su personal, deberá
sustanciar el Procedimiento Preventivo de Crisis de Empresas previsto en el Capítulo 6°, Título III
de la ley 24.013 y en el artículo 3° del Decreto N° 265/02”. Dicho dictamen también fue notificado
al SMATA.

Lear, no solo que no cuestionó este Dictamen, sino que no se presentó ni contesto la notificación
del Ministerio, tampoco lo hizo el SMATA, y a los 15 días aplicó a los mismos trabajadores, ya
suspendidos por tiempo indeterminado, nuevas suspensiones por 30 días pero esta vez,
directamente sin pago de salario alguno.

No conforme con esa medida y consciente de la ilegalidad en la que incurría, la empresa avanzó y
el 26 de junio despidió a 240 de esos trabajadores suspendidos, siempre alegando que tenía crisis
económica y “estado de quebranto financiero y económico” y debía despedir a los trabajadores,
algunos de hasta 27 años de antigüedad, que según ella tenían “bajo rendimiento” para la nueva
situación de la empresa.

Los Delegados ampliaron sus denuncias, no solo con manifestaciones en las calles sino también
con presentaciones formales en el Ministerio para que se aplique la ley que le prohíbe a la
empresa hacer estos despidos y se haga respetar el propio Dictamen del Ministerio, que también
le había advertido textualmente a la empresa lo que establece el art. 6 del decreto 265/02: “En los
casos de suspensiones o despidos colectivos en los que se hubiere omitido el cumplimiento del
procedimiento establecido en los artículos 98 y siguientes de la Ley Nº 24.013 o en su caso del
Decreto Nº 328/88, la autoridad administrativa del trabajo intimará, previa audiencia de partes, el
cese inmediato de dichas medidas”

La ley es clara, y ordena lo que el Ministerio de Trabajo debe hacer, frente a despidos y
suspensiones colectivas que se hayan aplicado sin acudir al Procedimiento Preventivo de Crisis,
esto es que, debe intimar a que se dejen sin efecto las suspensiones y despidos.
Sin embargo, el Ministerio de Trabajo dilató esta decisión y nunca hizo cumplir su propio
Dictamen, ni lo que establece la Ley 24.013, ni el Decreto 265/02 (art. 6) y en los hechos, con su
irresponsable inacción, permitió a la empresa que siguiera suspendiendo primero y despidiendo
después y mantuvo en reserva las denuncias hechas por los trabajadores.

El 4 de agosto el Ministro de Trabajo Carlos Tomada emitió un comunicado de prensa donde


afirmó que “Desde el principio ha intervenido en este conflicto en el marco de sus facultades,
incluso desestimando el Procedimiento Preventivo de Crisis pedido por Lear, porque la empresa
no acreditó la situación de crisis, quedando invalidadas las suspensiones y despidos que se
hubieran implementado invocando dicha causa”, sin embargo, lo cierto es que el Ministerio nunca
“rechazó” un Procedimiento Preventivo de Crisis de Lear, por la sencilla razón de que la empresa
“nunca” lo inició y tampoco declaró invalidas, hasta el día de hoy, las suspensiones y despidos
realizados por la empresa.

La posición del SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte)

Mientras el Ministerio mostraba esta inacción frente al reclamo de los despedidos y su Comisión
Interna, el Secretario General del SMATA, Ricardo Pignanelli hacía declaraciones en los medios
convalidando los despidos y al mismo tiempo se reunía con la empresa en el mismo Ministerio de
Trabajo desde el 1 de julio, pero en otro expediente y a espalda de los trabajadores despedidos y
sus Delegados que nunca fueron convocados.

En el marco de esas “negociaciones”, la escalofriante cantidad de 123 trabajadores ya despedidos,


se vieron obligados a aceptar “retiros” “voluntarios”, pactados por la empresa y el Sindicato,
producto de la presión que implicaba no cobrar sus salarios desde mayo. Solo 61 despedidos de
los 240 fueron reincorporados y se les pagaron los días caídos.

Con esta “negociación”, el SMATA y el Ministerio pretendieron “tapar” la ilegalidad de la empresa,


ya que como dijimos mas arriba, la única solución que establece la ley frente a despidos masivos
en la Argentina es que el Ministerio intime a dejarlos sin efecto ordenando su reincorporación,
cosa que nunca hizo.

Es claro que el SMATA no tiene facultades para “negociar” despidos ilegales, o mejor dicho
“salvar” las ilegalidades de la empresa con una “negociación”.

En relación a esta supuesta “negociación” del SMATA, transcribimos extractos de otro Dictamen
Jurídico plasmado como “Amicus Curiae” en la justicia, presentado por el Premio Nobel de la Paz
Adolfo Perez Esquivel, Graciela Nora Rosemblum, por la Liga Argentina por los Derechos del
Hombre, Elia Espen Madre de Plaza de Mayo; María Victoria Moyano nieta restituida por Abuelas
de Plaza de Mayo, Carlos Lordkipanidse integrante de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos,
Pedro Norberto Troiani, y Carlos Propato (integrantes de la Asociación de Sobrevivientes y
Delegados de Ford Argentina), todos ellos patrocinados por los Doctores Beinusz Szmukler
(Presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Americana de Juristas) Eduardo Tavani (Ex
Director Ejecutivo del IEM –Instituto Espacio para la Memoria-, Jose Massoni (Ex juez Camarista
Penal y ex titular de la Oficina Anticorrupción, impulsor de Justicia Legítima) y Mariana Katz
(abogada del SERPAJ).

Allí se afirma:

“…el SMATA no pudo “negociar” derechos fundamentales de los actores, mucho menos
“subsanar” las ilegalidades manifiestas en el accionar de la empresa, mostrándose evidente que
desde la notificación del dictamen del 02/06/14 a la respuesta dada por la empresa al Ministerio
en fecha 24/07/14, todo lo sucedido en tal período no ha sido mas que evasivas para intentar
eludir sus propias responsabilidades”.

Mientras el Ministerio de Trabajo se dedicó literalmente a “dormir” el expediente donde los


trabajadores venían denunciando las medidas de la empresa, quien sí se dedico a actuar
activamente en el conflicto fue el Secretario de Seguridad Sergio Berni, comandando sucesivas
represiones en la Panamericana al mando de la Gendarmería Nacional, donde se llego al extremo
de fingir “accidentes” en el conocido suceso del “gendarme carancho” cuando un gendarme se tiró
sobre el capot de uno de los autos que participaban en las caravanas solidarias con los
trabajadores, para luego romper el vidrio del auto, detener a golpes al conductor y armarle una
causa por lesiones y resistencia a la autoridad. Lo que sumado a las sucesivas represiones terminó
con el apartamiento de la Gendarmería Nacional de los operativos que se realizan en la
Panamericana frente a las manifestaciones de los trabajadores, por orden de la jueza federal
Arroyo Salgado.

El Procedimiento Preventivo de Crisis y la protección del derecho al trabajo como derecho humano
fundamental.

El abogado de la empresa Lear, Daniel Orlansky, del Estudio Baker & McKenzie, afirmo en una
ponencia presentada al XVI Congreso de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social , que “el
incumplimiento de la prohibición de despedir o suspender, sin iniciar el procedimiento preventivo
de crisis, trae únicamente como consecuencia la aplicación de sanciones administrativas, pero no
la nulidad de la medida”.

Semejante interpretación solo busca impunidad para que las empresas puedan realizar
suspensiones y despidos masivos con la única consecuencia de pagar un poco más de dinero, pero
sin reinstalar a los trabajadores despedidos.

Sin embargo, la verdad es otra. Trascribimos extractos del Dictamen jurídico recientemente
presentado a la justicia por el CELS –Centro de Estudios Legales y Sociales- que preside Horacio
Verbitsky, denunciando la ilegalidad de la empresa y donde afirma: “Este procedimiento
preventivo de crisis no es opcional para el empleador sino que, muy por el contrario, resulta ser
una obligación ineludible cada vez que se configuran los supuestos legales que lo habilitan, y el
Estado, a través de sus órganos, en tanto medida de cumplimiento de las obligaciones
internacionales, debiera asumir. (…) El objetivo entonces del procedimiento preventivo de crisis es
la búsqueda de alternativas distintas a los despidos y suspensiones masivas, con el objeto de
proteger el empleo y, por su intermedio, asegurar a los trabajadores un medio de subsistencia que
les permita desarrollarse plenamente (…) El mandato legal entonces en cumplimiento de las
obligaciones internacionales contraídas por el Estado argentino y el mandato constitucional del
artículo 14bis de la C.N., supone que en aquellos casos en que se pudiera afectar especialmente el
derecho al trabajo –como cuando se producen suspensiones o despidos masivos- sea
indispensable el llevar adelante un procedimiento previo (…) No está en duda, aquí, la capacidad
del Ministerio de Trabajo para desarrollar y concluir el procedimiento preventivo de crisis en
trámite ante esa agencia política administrativa”.

Este dictamen jurídico del Cels es un importante apoyo a los trabajadores en lucha por su
reincorporación y un alerta para enfrentar medidas empresariales como los despidos de la
empresa Lear.

La preocupación por establecer limitaciones a las empresas para realizar despidos masivos se
encuentran desde antaño en la legislación argentina. Así, Leonardo G. Bloise y Cristian Aparicio
afirman que “en nuestro país el primer antecedente sería el referido por Deveali que contenía la
ley orgánica del Departamento de la Provincia de Buenos Aires, que instituyera una “acción
preventiva de despido”. A su turno, la ley 20.744 hacía referencia a un procedimiento de crisis que
fue calificado doctrinariamente como de carácter programático en tanto para ponerse en
funcionamiento dependía del dictado de una ley complementaria….Existieron distintos tipos de
reproche respecto de estas normativas fundadas especialmente en su origen, mas lo cierto es que
todas éstas disquisiciones quedaron acalladas con la sanción de la ley 24.013 (LNE), norma que
estableció, previo a la materialización de medidas de suspensiones o despidos de carácter
colectivo, un procedimiento preventivo de crisis de empresa, derogando de esa manera los
tramites fijados en esos decretos.” (Leonardo G. Bloise y Cristian Aparicio en Tratado de Derecho
Colectivo del Trabajo, Director Julio C. Simon, Coordinador Leonardo Ambesi, Tomo II, Editorial La
Ley 2012, Pag. 72,73 y 74).

Según los considerandos del Decreto 265/02, dictado por el ex presidente Eduardo Duhalde, del
11 de febrero de 2002, “…la finalidad de este procedimiento es preservar el empleo”. Entonces es
claro que, la finalidad de la ley 24.013 y su decreto reglamentario, es garantizar un Derecho
Humano Fundamental, ya que de otra manera se daría vía libre a la destrucción masiva de puestos
de trabajo de manera unilateral, sin que el Estado siquiera pueda previamente “requerir del
empleador que proponga medidas encaminadas a superar la crisis o atenuar sus efectos”
(considerandos del Decreto 265/02).

Afirma Alberto J. Maza que “El hecho de encontrarse frente a esta causal, no autoriza al
empleador a elegir a gusto y voluntad cual o cuales serán los trabajadores despedidos (…) antes de
disponerse despidos o suspensiones por fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, que
afecten a un número determinado de trabajadores, deberá sustanciarse el “procedimiento de
crisis” (art. 98 y cctes. L.N.E.)” (Alberto J. Maza, Régimen de Contrato de Trabajo Comentado,
Miguel Ángel Maza Director, Editorial La Ley 2012, Pg. 434 y 435.-

Por su lado Juan Carlos Fernández Madrid señala que en los casos en que la empleadora
implemente suspensiones fundadas en razones económicas o tecnológicas sin haber tramitado el
procedimiento preventivo de crisis:

“…en estos supuestos…entiendo que el trabajador puede optar entre pedir los salarios caídos por
tratarse de actos ilegítimos o, según la naturaleza y gravedad de la medida, considerarse en
situación de despido indirecto.” (Juan Carlos Fernández Madrid, Tratado Práctico de Derecho del
Trabajo. 3ª Edición actualizada y ampliada. Tomo II, pág. 1761)

Por su parte “Confalonieri apunta a la nulidad del despido (art. 18, C. Civ.), que sólo puede ser
declarada previa petición de cada trabajador afectado, quien puede confirmar el acto dispuesto, si
se abstuviera de la acción respectiva….agrega que si el trabajador promueve la acción tendiente a
nulificar el despido, puede reclamar el pago de los salarios que hubiera tenido derecho a percibir
de no haberes producido el despido..”. (Citado por Julio Armando Grisolía en el Tratado De
Derecho Del Trabajo y de la Seguridad Social, Tomo IV, pág. 2787/2788).

Concordantemente con estas opiniones, “Vázquez Vialard afirma que si el empleador no cumple
con este procedimiento la suspensión carece de validez jurídica (art. 104, párrs. 1° y 2°).” (Citado
por Julio Armando Grisolía en el Tratado de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Tomo IV,
pág. 2788).

Si bien es cierto que el Procedimiento Preventivo de Crisis en sí mismo, no es un “limite


infranqueable” a la voluntad del empleador, lo cierto es que es un límite a su voluntad discrecional
para despedir arbitrariamente.

Llama más la atención el hecho de que el Ministerio de Trabajo de la Nación, que cuenta con
numerosos antecedentes donde ha aplicado esta ley e intimado a empresas para que dejen sin
efectos despidos por violación del Procedimiento Preventivo de Crisis, no lo haya hecho en el
conflicto de Lear. De hecho hay una amplia gama de casos durante los años de crisis económica de
2008 a 2010 donde ha dictado resoluciones como las que se transcribe:

“teniendo en cuenta las denuncias realizadas por parte de los trabajadores cabe destacar lo
dispuesto por el articulo 7º del Decreto 265/02 –“En caso de incumplimiento a los dispuesto en el
art. 104 de la Ley 24.013, la autoridad administrativa del trabajo intimará, previa audiencia de
partes, el cese inmediato de los despidos y/o suspensiones, a fin de velar por el mantenimiento de
la relación de trabajo y el pago de los salarios caídos , conforme lo establecido por el mencionado
ordenamiento (…) Por ultimo, corresponde fijar una nueva audiencia a fin de que la
representación empresaria cese con las medidas objeto de este procedimiento, pague los salarios
caídos y cumpla con lo solicitado” (Dictamen Legal de fecha 24/02/2009 al que adhirió la Sra.
Directora Nacional de Relaciones del Trabajo, del Ministerio de Trabajo de la Nación recaído en
Exp: 1.309.397/09).

La solución al conflicto de los trabajadores de Lear:

Es claro que el Ministerio de Trabajo debe, aunque no le guste al Sindicato SMATA, aplicar la ley
como corresponde si es que no quiere sentar un peligroso precedente ilegal en favor de los
empresarios.

Como dijimos, no existe posibilidad legal de que la empresa convalide los despidos ilegales con
“dinero”, ya que tratándose de la violación a un Procedimiento establecido para garantizar un
Derecho Humano Fundamental (el derecho al trabajo) consagrado en Tratados Internacionales
ratificados por el Estado argentino “El intercambio de violaciones de derechos humanos con
dinero, además, entraña un conflicto con el carácter inalienable de aquellos”, (Fallo “Álvarez c/
Cencosud” de la Corte Suprema de Justicia de la Nación).

Por lo cual todo acuerdo que busque “subsanar” esta ilegalidad con dinero, que además no cuente
con la voluntad expresa del trabajador, llevará implícita su nulidad.

Los trabajadores despedidos de Lear y los legítimos Delegados están reclamando algo que afecta a
todos los trabajadores del país, ya que si pasa esta práctica empresaria que desconoce
taxativamente la ley 24.013, quedará como un antecedente nefasto de despidos masivos por pura
decisión empresarial.

Notas:

1. El art. 98 de la ley 24.013, conocida como Ley Nacional de Empleo establece que: “Con carácter
previo a la comunicación de despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor, causas
económicas o tecnológicas, que afecten a más del 15 por ciento de los trabajadores en empresas
de menos de 400 trabajadores; a más del 10 por ciento en empresas de entre 400 y 1.000
trabajadores; y a más del 5 por ciento en empresas de más de 1.000 trabajadores, deberá
sustanciarse el procedimiento preventivo de crisis previsto en este capítulo.”

2. El art. 104 establece que “A partir de la notificación, y hasta la conclusión del procedimiento de
crisis, el empleador no podrá ejecutar las medidas objeto del procedimiento, ni los trabajadores
ejercer la huelga u otras medidas de acción sindical. La violación de esta norma por parte del
empleador determinará que los trabajadores afectados mantengan su relación de trabajo y deba
pagárseles los salarios caídos. Si los trabajadores ejercieren la huelga u otras medidas de acción
sindical, se aplicará lo previsto en la ley 14.786.”

3. Este articulo expresamente dice: “En los casos de suspensiones o despidos colectivos en los que
se hubiere omitido el cumplimiento del procedimiento establecido en los artículos 98 y siguientes
de la Ley Nº 24.013 o en su caso del Decreto Nº 328/88, la autoridad administrativa del trabajo
intimará, previa audiencia de partes, el cese inmediato de dichas medidas, conforme las facultades
previstas en el artículo 8º de la Ley Nº 14.786 y sus modificatorias”

4. Organizado por la Asociación Argentina de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, el 1 y 2


de junio de 2006
http://www.argenpress.info/2014/07/caso-lear-no-solo-los-buitres.html

21/7/14

Eduardo Lucita (ANRED)

He señalado en varias notas anteriores que en el marco de la crisis actual muchas patronales
hacen un “uso capitalista de la crisis”. Aprovechan la incertidumbre y el temor que se instala en las
filas obreras para suspender y despedir, muchas veces más de lo que la propia crisis les exige y de
paso sacarse de encima a los delegados y activistas más cuestionadores del orden establecido.
Esto ha pasado en diversas ocasiones, siempre con el colaboracionismo sindical y la distracción del
Ministerio. Pero el caso Lear Corp, la multinacional autopartista de capitales norteamericanos,
trasvasó todos los límites.

Como es conocido, el conflicto se desenvuelve desde hace varias semanas, cuando la empresa sin
presentar procedimiento de crisis ante el Ministerio de Trabajo, suspendió sin sueldo a 100
trabajadores y despidió a unos 130, entre ellos a los cinco miembros de la Comisión Interna,
legítimos y legales representantes, elegidos democráticamente en elecciones en su momento
avaladas por el sindicato. Los trabajadores levantaron una carpa frente a la empresa y organizaron
una serie de actividades, marcha al Ministerio de Trabajo incluida, para hacer público el conflicto,
ante la pasividad del sindicato. Finalmente el ministerio convocó a los representantes de la
empresa y del SMATA, pero no a los delegados fabriles, para analizar el conflicto, mientras en
paralelo intimaba a la empresa para que dejara ingresar a los delegados a la planta, también que
se reincorporara a 20 de los despedidos, no se sabe con qué procedimiento selectivo.

A diferencia de lo que sucede con otras empresas del sector autopartista donde la caída en la
producción en las terminales puede impactar en sus niveles de producción, no es este el caso. Lear
Corp. produce cables exclusivamente para la automotriz FORD, que justamente es una de las
terminales que no ha reducido su actividad. Los delegados han denunciado que en realidad está
reemplazando producción local por importada. Esto es, está sorteando las restricciones para
importar establecidas por la Secretaria de Comercio. Entonces o trae paquetes de cables de
contrabando o tiene autorización para importar. ¿Dónde quedan entonces los programas de la
Secretaria de Industria para sustituir importaciones?

Sorpresivamente, en un verdadero operativo conjunto, el conflicto tomó un cauce inesperado.


Desde que se instalara la carpa, la empresa y el sindicato acordaron un sistema de transporte en
micros para que los trabajadores pudieran sortear posibles piquetes en el ingreso a planta para sus
tareas cotidianas. Estos micros salen de Panamericana y Av. Henry Ford y van hasta el Km.31
donde están las instalaciones de Lear Corp., pero el 18 de julio subieron también a los micros
dirigentes del SMATA que alteraron el recorrido y llevaron a los trabajadores hasta la sede del
sindicato nacional, porque según informaron en el momento allí se realizaría una asamblea.

Llegados al inesperado destino los recibió el Secretario General, Ricardo Pignanelli, uno de los
interlocutores preferidos del gobierno y de CFK, quién les informó que se “realizaría una asamblea
sin debate” y que este acto contaba “con la presencia del Ministerio de Trabajo”.

A continuación tomó la palabra el Secretario Adjunto, Mario Manrique, quién leyó una carta que
habrían elevado al sindicato trabajadores de la fábrica con numerosas firmas en la que solicitaban
a la directiva nacional que convocara a una asamblea para revocar el mandato de la Comisión
Interna. Luego se conocería que cuatro trabajadores que se negaron a firmarla fueron despedidos
por la empresa.

A continuación leyó una segunda carta, esta vez de la empresa. Allí se dice que la CI interna con
sus permanentes reclamos había enrarecido el clima laboral en la planta, que la empresa no
acataría la intimación del ministerio y que si se veía obligada a reincorporar a los cinco delegados
despedidos cerraría la planta.

De inmediato se pasó a votación la moción de destituir a los delegados. No hubo espacio, como
establece la Ley de Asociaciones Profesionales, para que los delegados cuestionados pudieran
hacer sus descargos y defenderse de las acusaciones. El representante del Ministerio de Trabajo
no intervino para exigir su cumplimiento. En ese clima como era de esperar no hubo votos en
contra ni abstenciones sino unanimidad.

Como cierre el Secretario Adjunto pidió a los presentes que uno por uno, a la salida, pasaran a
firmar el acta, y adelantó que más adelante se realizaría otra asamblea esta vez con debate.

Los trabajadores, aún los que firmaron el acta en el sindicato, niegan haber impulsado la carta
pidiendo la revocatoria, dicen que la redacción fue del propio sindicato y que fueron coaccionados
a firmarla bajo amenazas. La empresa chantajea a los trabajadores culpando de todo a la CI. El
Ministerio de Trabajo se cubre conminando a reincorporar a los delegados y a 20 trabajadores,
pero no reacciona cuando la empresa dicen que no acata sus disposiciones y hace la vista gorda
cuando no se cumple la Ley de Contrato de Trabajo. La extorsión no es solo propiedad de los
fondos buitres, también de las empresas, de los sindicatos y del Estado.
https://www.mas.org.ar/?p=2170

La lucha contra el ajuste -

En estos momentos se está desarrollando una importante lucha en la autopartista de firma


estadounidense Lear, que produce mazos de cables para Ford. Esta lucha se enmarca en las
crecientes peleas de distintos sectores de trabajadores contra el ajuste del gobierno K, que recorta
salarios, suspende y despide para pagarle a los fondos buitres, con la riqueza que produce la clase
obrera.

Los trabajadores autopartistas y automotrices vienen siendo los más afectados por las
consecuencias del ajuste sobre las fuentes de trabajo. Asimismo comienzan a dar pelea para
revertir esta situación, como fue el caso de Gestamp con la “gesta del puente grúa” semanas atrás,
o la misma Lear el año pasado. En ambos casos los ataques del gobierno nacional, la burocracia
sindical de Pignanelli y las patronales imperialistas tuvieron como objetivo “limpiar la fábrica de
zurdos”, es decir, de los compañeros activistas que han sabido encabezar cada una de las batallas
que se planteaban en sus lugares de laburo, e incluso llegando a conquistar delegados y
comisiones internas independientes como es el caso de Lear con la experiencia de la Celeste.

La previa del conflicto

Durante los últimos días de mayo los trabajadores de Lear recibieron la noticia de 330
suspensiones en la fábrica, nada más ni nada menos que todo el turno tarde y parte del de la
mañana (Lear es una fábrica de alrededor de 600 obreros). Estas suspensiones se dan por tiempo
indefinido y sin presentación por parte de Lear de un preventivo de crisis, generando una situación
totalmente irregular desde el punto de vista legal. En los días subsiguientes, parte de estas
suspensiones dieron marcha atrás, mientras el resto (aproximadamente 200) fueron
“pareciéndose” cada vez más a auténticos despidos: no sólo continuaron sin una fecha de
finalización, sino que a lo largo del mes de junio los trabajadores afectados pasaron de cobrar el
75% de su salario a estar suspendidos sin goce de sueldo.

Finalmente, esta situación llegó a uno de los escenarios más previsibles: el viernes 27 de junio, al
día siguiente de un corte en Callao y Corrientes organizado por trabajadores de Lear y Donnelley
para visibilizar esta grave situación, comenzaron a llegar los telegramas de despido, empezando
por veinte compañeros que se encontraban trabajando y continuando con la mayoría de los que
estaban suspendidos. Al cierre de esta edición, el número total ronda los 130, siendo más de 200
los compañeros que, entre suspensiones y despidos, están en la calle. Entretanto, se conoció de
manera “clandestina” que la empresa importó una cantidad incierta de mazos de cables para
cubrirse con un stock ante la eventualidad de un conflicto. Sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta
la magnitud de esta importación, que es a su vez una auténtica estafa contra los trabajadores de
Lear y de todo el gremio.

Los primeros días de lucha abierta

El escenario planteado generó la respuesta por parte de los trabajadores. Luego de discutir y
decidir en asamblea, el lunes 1 de junio dieron comienzo a un plan de lucha que incluía el bloqueo
de portones para evitar la salida de los mazos producidos y de vehículos y la interrupción parcial
en las líneas de producción, generando una caída en la productividad.

La posibilidad de realizar una medida de acción adentro de la planta fue una excelente noticia para
los trabajadores y todos los que bregamos para que ellos triunfen: por una parte, porque
demuestra la predisposición a la lucha de los compañeros que aún conservan su fuente de trabajo
a pesar del amedrentamiento de la burocracia de la Verde y de la propia existencia de despidos;
por otra, porque la irrupción de la base de la fábrica, de un activismo más amplio, puede ser un
factor decisivo para inclinar las relaciones de fuerza en un sentido favorable a los trabajadores.

El día martes la patronal endureció su ataque, no dejando ingresar a los delegados a la planta. De
esta manera, el plan de lucha escalonado con medidas adentro de la misma hasta un eventual
paro total se encontró con un primer obstáculo. Si bien los bloqueos fueron garantizados, el clima
de terror al despido que se genera adentro del establecimiento hace que los compañeros de base
se sientan “descubiertos” y no puedan llevar sus medidas de lucha sin el cuerpo de delegados y la
Interna adentro. Lo mismo ocurrió el día miércoles, al cierre de esta edición. La tarea que se
plantea es recuperar la iniciativa y retomar la lucha no sólo afuera, sino también adentro de Lear.
Llevemos la lucha de Lear a la victoria

La lucha de los trabajadores de Lear, por sus características y el enemigo que enfrenta –la Santa
Alianza del gobierno, la patronal y la burocracia sindical- ya es dura y probablemente vaya a
extenderse en el tiempo. Por ello, es importante rodearla de solidaridad por parte de todos los
sectores combativos de trabajadores, el movimiento estudiantil y llevarla al plano nacional. A su
vez, se ubica como una necesidad de primer orden mantener y fortalecer el vínculo entre los
compañeros despedidos y los de adentro, ya que el paro total de la producción puede generar el
“efecto de contagio” propio de este tipo de industria concentrada y diversificada, obligando al
gobierno y la patronal a sentarse a negociar.

En estos momentos, aunque la situación cambia rápidamente, una de las claves para mantener
este vínculo y continuar con las medidas de lucha adentro de la planta pasa por garantizar el
reingreso de los delegados a sus puestos de trabajo. Además, es necesario fortalecer desde afuera
los bloqueos y piquetes, evitando dispersar la fuerza que se pueda sumar a esta lucha.

Los trabajadores de Lear llegan a este conflicto luego de una larga experiencia en transcurso de la
cual recuperaron su Comisión Interna, ahora en manos de la Celeste independiente, y procesando
las enseñanzas del conflicto de Gestamp. Todo ello constituye una fortaleza que debe ser
aprovechada para derrotar el ajuste del gobierno, los despidos de la multinacional y las traiciones
del SMATA.
http://www.infojusnoticias.gov.ar/nacionales/lear-debe-reincorporar-trabajadores-6819.html

16/12/14

Fallo de hoy

Lear debe reincorporar trabajadores

La Cámara Laboral ordenó reinstalar a 28 operarios despedidos. El conflicto comenzó en junio


pasado cuando la empresa despidió y suspendió personal.

La Sala 10 de la Cámara Nacional del Trabajo le ordenó a la autopartista estadounidense Industrias


Lear de Argentina “proceder a la inmediata reinstalación precautoria" de los empleados
cesanteados. Se trata de 28 trabajadores que deberán ser reubicados en sus puestos laborales
mientras el Ministerio de Trabajo resuelve el fondo del reclamo.

Los camaristas Daniel Stortini, Enrique Brandolino y Gregorio Corach señalaron la “inobservancia
de Industrias Lear Argentina SRL a la regulación legal al omitir instar al procedimiento preventivo
de crisis, tal como resulta de los expedientes administrativos”.

El conflicto entre los trabajadores de la empresa y la conducción de la planta de capitales


estadounidenses comenzó en junio pasado. Fue cuando los delegados gremiales denunciaron
despidos y suspensiones. "Esa situación se produce a pesar que en la firma Ford -única
compradora de los mazos de cables de Lear- la producción no bajó este año y se aguarda una suba
desde julio", indicaron.

"La Ford importa parte de los cables que produce Lear desde Centroamérica y Europa, mientras en
Pacheco hay despidos y 200 trabajadores están suspendidos y sin salario alguno, lo que perjudica
al personal y a las cuentas públicas", afirmaron los delegados y señalaron que la empresa cesanteó
a los trabajadores con la excusa de tener "bajo rendimiento", cuando la mayoría son operarios con
años de antigüedad y "un 30 por ciento no cumple tareas por exclusiva decisión de la patronal".

La decisión de la empresa generó una serie de protestas que incluyeron cortes de ruta y
movilizaciones.
http://www.cronista.com/negocios/La-autopartista-Lear-cierra-su-planta-15-dias-y-se-profundiza-
la-crisis-20140808-0080.html

8/8/14

David Cayon – Buenos Aires

La autopartista Lear cierra su planta 15 días y se profundiza la crisis!

La firma amenaza con mantener la medida por tiempo indeterminado. Se suma al cierre de
Visteom y a los despidos de Kromberg y Johnson Controls, entre otras.

La autopartista estadounidense Lear suspendió ayer a sus 450 empleados y cerró por quince días
la planta en la localidad bonaerense de General Pacheco. Fuentes del sector confiaron a El
Cronista que la empresa mandó cartas a la ministra de Industria, Débora Giorgi, y su par de
Trabajo, Carlos Tomada, pidiendo un adoctrinamiento de los sindicalistas, y aclara que, si las
protestas y reclamos de los operarios despedidos no cesan, la decisión de podría extender en el
tiempo
Voceros de la firma dijeron a la prensa que la decisión de suspender la producción por dos
semanas fue tomada ante la “imposibilidad de garantizar seguridad a sus operarios por la sucesión
de protestas de trabajadores despedidos frente a la planta. Sin embargo, desde hace tiempo que
la planta está sin producir y los delegados sindicales la acusan de sustituir la producción con
importación.
Los portavoces dijeron que la compañía, que tiene también una fábrica en el partido bonaerense
de Escobar y otra en la provincia de Córdoba, cerrará de manera definitiva la planta de Tigre si
persisten los hechos de violencia en torno al establecimiento.
Silvio Fanti, delegado despedido de la empresa, dijo en diálogo con la agencia NA que los operarios
fueron comunicados de la decisión de la empresa de suspender a todo el personal, integrado por
unos 450 trabajadores, durante dos semanas desde este jueves. La empresa le comunicó a los
compañeros que quedaban suspendidos durante dos semanas sin darles ninguna explicación” dijo
Fanti al ser consultado sobre la decisión de la compañía proveedora de sistemas eléctricos para
automotrices.
Pero el caso de Lear se enmarca en una crisis generalizada que está viviendo el sector
consecuencia de una caída en la demanda de parte de las fábricas argentinas y de sus pares de
Brasil.
Todas las empresas están sufriendo la presión de un mercado que se va reducir este año entre un
23% y un 25%, explicó una fuente del sector autopartista. Además, las autopartistas se enfrentan a
la falta de reconocimiento de aumento de los costos, de la suba del dólar, por parte de algunas de
las automotrices. Si continúa este panorama baja de 25% y no reconocimiento de los costos, no
van a poder mantener a la gente con las suspensiones y van a comenzar los despidos ya no de 5 o
10 operarios. Agregó la misma fuente.
Lo que sucede en Lear es un capítulo más de una historia que empezó en mayo cuando la española
Gestamp comenzó a suspender trabajadores.
El caso de la empresa de piezas estampadas fue la punta de iceberg que rápidamente comenzó a
mostrar un tamaño mayor.
Mientras la española suspendía trabajadores, las autopartistas cordobesas Civie y Valeo
arrancaban con procedimientos de crisis y Montich y Establecimiento Metalúrgico Sturn con la
suspensión de los trabajadores. Kromberg, que hace cables, despidió a 54 trabajadores, más del
doble de los que despidió Johnson Controls, que produce butacas para Ford.

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