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Nuestros imparables músculos

Los músculos mueven las partes del cuerpo contrayéndose y relajándose. Los
músculos pueden tirar de los huesos, pero no pueden empujarlos nuevamente
hacia la posición original. Por ello, trabajan en pares de flexores y extensores. El
flexor se contrae para doblar una extremidad en una articulación. Luego, una vez
completado el movimiento, el flexor se relaja y el extensor se contrae para
extender o estirar el miembro en la misma articulación. Por ejemplo, el bíceps,
ubicado en la parte anterior del brazo, es un flexor, y el tríceps, ubicado en la
parte posterior del brazo, es un extensor. Cuando flexionamos el brazo a la altura
del codo, el bíceps se contrae. Luego el bíceps se relaja y el tríceps se contrae
para estirar el brazo.
Incluso cuando estamos sentados y completamente quietos, hay músculos de
nuestro cuerpo que están en constante movimiento. Los músculos permiten que el
corazón lata, que el tórax se expanda y se contraiga mientras respiramos y que
los vasos sanguíneos ayuden a regular la tensión arterial y el flujo sanguíneo por
todo el cuerpo. Cuando sonreímos o hablamos, los músculos nos ayudan a
comunicarnos, y cuando hacemos ejercicio, nos ayudan a mantenernos sanos y en
una buena forma física.
El cuerpo humano tiene más de 650 músculos, que constituyen la mitad del peso
corporal de una persona. Están conectados a los huesos mediante tejidos duros y
resistentes, similares a los cordones, denominados tendones, que permiten que
los músculos tiren de los huesos. Si usted mueve los dedos de la mano, podrá ver
el movimiento de los tendones del dorso de la mano mientras hacen su trabajo.
Las articulaciones y qué hacen
Las articulaciones se encuentran en las uniones entre huesos. Hacen que el
esqueleto sea flexible; sin ellas, el movimiento sería imposible.
Las articulaciones permiten que el cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas
de ellas se abren y se cierran como si fueran bisagras (por ejemplo, las rodillas y
los codos), mientras que otras permiten realizar movimientos más complejos. El
hombro o la articulación de la cadera, por ejemplo, nos permite realizar
movimientos hacia adelante, hacia atrás, laterales y giratorios.
Las articulaciones se clasifican en función de su gama de movimientos. Las
articulaciones inmóviles o fibrosas no se mueven. El cráneo, por ejemplo, está
formado por placas de hueso que deben permanecer inmóviles para proteger el
cerebro. Entre los bordes de estas placas, hay uniones o articulaciones, de tejido
fibroso. Las articulaciones fibrosas también mantienen los dientes fijos en la
mandíbula.
Las articulaciones semimóviles o cartilaginosas presentan muy poco movimiento.
Están unidas por cartílago, como en la columna. Cada una de las vértebras de la
columna se mueve con respecto a la de más arriba y a la de más abajo y,
conjuntamente, estos movimientos otorgan flexibilidad a la columna.
Las articulaciones móviles o sinoviales se mueven en muchas direcciones. Las
principales articulaciones del cuerpo, ubicadas en la cadera, los hombros, los
codos, las rodillas, las muñecas y los tobillos, son móviles. Están llenas de líquido
sinovial, que actúa a modo de lubricante para ayudar a las articulaciones a
moverse con facilidad.
Existen tres tipos de articulaciones móviles que desempeñan un papel importante
en el movimiento voluntario:
1. Las articulaciones de bisagra permiten el movimiento en una sola
dirección, como las rodillas y los codos.
2. Las articulaciones pivotantes permiten el movimiento giratorio o de
rotación, como cuando la cabeza gira de un lado a otro.
3. Las articulaciones esféricas son las que permiten mayor libertad de
movimiento. Las caderas y los hombros tienen este tipo de articulación, en que el
extremo redondo de un hueso largo encaja en el hueco de otro hueso.
Los huesos

El hueso es un órgano firme, duro y resistente que forma parte del


esqueleto interno de los vertebrados. Está compuesto por tejidos
duros y blandos. El esqueleto óseo es una estructura propia de los
vertebrados.
El esqueleto humano es el conjunto total y organizado de huesos que
le da al cuerpo humano una firme estructura multifuncional:
Locomoción – Gracias a los músculos que se fijan a los huesos a
través de los tendones, el cuerpo se puede mover.
Protección – Los huesos forman cavidades que protegen a los órganos
vitales de posibles golpes. Por ejemplo, el cráneo protege al cerebro, y
la caja torácica (o sea, las costillas y el esternón), protegen a los
pulmones y al corazón.
Contención – Los huesos forman un cuadro rígido, que se encarga de
sostener en su lugar a los órganos y los tejidos blandos.
Sustento - Los huesos actúan como las reservas minerales más
importantes del cuerpo, sobre todo de calcio y fósforo..
El conjunto organizado de huesos —u órganos esqueléticos—
conforma el sistema esquelético, el cual se une a otros sistemas
orgánicos (sistema nervioso, sistema articular y sistema muscular)
para formar el aparato locomotor.

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