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ááá

El paradigma
conductista:
tecnología
psicoeducativa

CONDUCTISMO Y ENSEÑANZA bitos intelcctuales). Aún más, el polo formativo


puede a su vez, balancearse desde un enfoque repro-
Un modelo como el conductista, que pone de ductivo de la información a un enfoeue nioduciivo
relie ve los aspectos periFéricos del com¡ionámie nto, de la infi¡rmación.
parecc hacer una exigua aponación al proceso ins- Arln dent¡o del propio enfoque rcproductivo, se
tructivo. en cuanto éste se basa Driorirariamente en DUeOe ser mas exactamente reDroductrvo o estar
matcria[ simbólico y en consecüencia los procesos iróximo al polo productivo, Poi ejemplo, respecto
cognoscitivos superiores son los res¡ronsables de su a la memorización puede cxistir una memoria basa-
asimilación y elaboración. da en el significanté, frente a una memoria basada
Sin embargo, cn la medida quc suponc conúol en el significado. También por lo que toca a la
de estímulos f administración dé rcfue'rzos, la ensc- comprensión, puede existir una comprensión direc-
ñanza ha beneficiado extaordinariamente a la reali- ta, refl,ejo exacro de lo expuesto, y una comprcnsión
dad psicoeducativa. Dicho de otro modo: cl infbrida, apoyada en lo expuesto, pero no de lorma
enloque conductual ha proporcionado a la psicoe- manifiresta.
ducación dos magníficas palancas: la organizativa y En el enfooue nroductivo ocurre otro tanto: no
la motivacional. Indudablemente, ambas son las que es lo misrnouia o¡ración de razonamreffo conver-
mú contribuyen a un mejor rendimiento, tal como gente que una de iamnamiento divergente.
se aprecia cn los estilos de los profesorcs (Hemán- Dada su estructura, el conducdsmo ha orientado
dez, 1983a). la enseñarza hacia un oolo reoroductivo más hacia
Ia memorización y comprensién, que hacia la elabo-
ración de la información. Es decir. ha destacado más
Axiologla instruccional el estímulo informativo, que el papel del sujeto de
la conducta: en consecuencia, no ha valorizado los
?or sí solo, el modelo conductual no indica qué aspcctos de claboración o producción.
valores educarivos se han de perseguir, pero sí influ- Esre prurito de t¡atar al sujeto como un objeto,
ye indirectamente, a través dc su enfoque y trata- privándole de intencionaüdad de propositividad de
miento de la enseñarza, en marcar cudles'son los autoelaboración. es uno de los ountos más dura-
objetivos formales. mente criticados por los ideólogos educativos, y en
Nuestra opinión al respecto es que la educación concreto por los psicólogos de cone humanista,
intelectual se mueve dialécticamente entre dos Do- tanto en lo que se refiere a la educación intelectual
los: el informativo (contenidos) y el formarivo ('há- como a la dC la personalidad globat.

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Principios y estrategias conductistas Priwipío d¿ dominio-aodn¿a
en la rnstrucclon
Como el programa está suficientemente esúuc-
La filosofía de la educación conductista se entien- turado, se destaca el total dominio del material y de
de mejor cuando sc consideran sus principios y las secuencias de las tareas de un nivel. antes de
estrategias metodológicas. Hay que reconocer que poder avanzar al próximo.
fuera de la crítica que se le ha hecho por defender
valores intelectuales basados en operaciones perifé-
ricas, mecanicistas, o meramente discriminativas, las Prin4ipio de oporttnidad do reslwesta
a¡rortaciones del conducdsmo son fundamentales
para la enseñanza, en cuanto ha promovido hábitos Se permite todo el tiempo posible de cmisión de
de mayor prccisión y rigor profesional. respuestas hasta lograr el dominio necesario. Se
Desde nucstro punto de vista, los principios do- pane de la base de que cada zujeto tiene distinta
minantes con los oue cl conductismo ha desarrolla- velocidad de aprcndizaje, unos llegan más tarde que
do sus sistcmas y zu tecnología instruccional, serían otros, pero se mantiene el optimismo de que, en
tos slgulen¡es : general, todos pueden alcarzar la meta.

Prhrcipio de pla.nút*ióo Princifu d¿ a¿tieidad


Necesidad absoluta de planiticar la enseñarua, La enseña¡za es fundamentalmente activa. El
especificando previamente: a) los objetivos com- alumno tiene que emirir respuestas condnuamente,
¡rortamentales u olxrativos que han de conseguirse, ya sea a través de un sistema de enseñanza progra-
de forma que los resultados que se obtienen puedan mada o de un sistema de preguntas orales por parte
ser evaluados adecuadamente. En consecuencia, es del orofesor.
indispensable planihcar el proceso subsiguiente; á) ótra cosa sení, y esto es una crítica, que esa ¡espuesta
análisis de tareas; c) diagnóstico de las comlxtencias sca suticientementc personalizada, que implique
de panida (línea base); d) diseño y selección de producción o elaboración propia; queremos decir que
materias y técnicas; e) tipo de enscñanza;.;f evalua- una cosa es la actividad reactiva y otra la pro¡nsitiva.
ción sistemática; y¿) recuperación de las deficicn-
cras obterudas.
Prínaipio dc control de esthntl.os

niryi¡io de comportantrn tdl idad También se conoce como control de los antece-
,nantflasrá, dentcs de la conducta escolar. Aouí se oone dc
relicvc que los estímulos clicitadorei (disciminati
ln.l¿.n.¡" del diagnósrico y dcl ratamiento en vos) sean lo suficientemente nítidos (no ambiguos
las competencias académicas. No eúste preocupa- o vagos). Se evitan así otros estímulos distractores
ción por cvaluar rasgos o aptitudes, como era tradi- o competidores. Por otra parte, se procura consoli-
cional en elenfoque psicométrico, sino que se insiste dar las suficientes conexiones entre los estímulos v
cn evaluar y tratar las conductas más próximas y sus correspondientes respucstas. Con la práctica, s!
comprometidas en el proceso académico. han de elimina¡ las interferencias de las oosibles
respuestas comperidoras, etcétera. El control de
esrímulos es la parte que más se identifica con la
Prinaifu do $adlaobilidad mncron rfism¡ctora.

Hay que trabajar paso a paso, cs decir, desde las


unidades más sencillas.y elementales
.hasta
llegar a Principia de connol de refaetzos
otros conocunlentos y habrlrdades mas complejos.
Llamada asimismo control de los consecuentes
de la conducta, proporciona
re troalime ntación a las

124 pARTE 4. coRRtENTES y ApoRTActoNEs


O¡agnost¡car las
causas del defic¡ente ¿Cada uno de los
estudiantes
rend¡mient¡c
alcan¿ó cada
estudiantil

Figura 12.1. Anális¡s de tarsa de los pr¡nc¡pales componentes de la plan¡t¡cación de la


¡nstrucción.

rcspuestas dadas ("csrá bien", "cstá mal", "esrá regu- bi.'r+lnrl¡o


s'surmre
lar'', "ha fallado en tal aspecto", "podría mejora--rse €srímulo.-->r6lu""r¿-**,,*u,n.*".,u,'(
csto otro", "es excclcnte", etc.) Además de la retro-
alimentación, se valora la necesidad de proporcionar rn¿[,-.> @rcitn
elogios adecuadamcnte distribuidos en el proceso de
Iogro de los objetivos específicos. Todo ello corrcs- Si el resultado es "bicn" se pasa a la siguiente
¡ronde a la función motivacional. unidad; en caso de que sea "mal", se averigua cuál
es la razón de la rcspuesta inadecuada y el proceso
se comierza de nuevo,
l>rineipio de naluaeüin sistemática El valor de este sistema se manifiesta en progra-
mas como Instrucción Directa (Direct Instrircrion¡
La retroalimentación desempeña un papel moti y Sistema Personalizado de Enseñanza (Personali-
vacional y también orientativo, va que pe'rmite saber zed System of Instruction, de Kcller, 19óó, l9ó8;
si el alunino cubre o no los obiérivós séñalados. Por y Ryan, 1972), que han obtenido los mejores resul-
consiguientc, el proccso de cnieñanza pucde simpli- tados mediante la er.aluación realizada oor el Proiect
Itcarse cn: Follow Through (Almy, f975; Beckér y Camine,

cAp. 12. TECNOLOGíA pS¡COEOUCAIV¡ 125


1978, 1980; Resnick y Leinhardt, 1975; Stallings, tivos Eenerales de la educación. Ya desde el Rena-
1975), el cual pretendía comparar diferentes méto- cimieñto los ideóloeos o filósofos de la cducación
dos de enseñanza aplicados a niños de ambientcs insistían en la form-ación intelectual versus la in-
económicos bajos, iniciados desdc el jardín de infan- formación intclecmal, y en tiempos más recientes,
cia y aplicados duran¡e varios años. en la producción informativa versus la reproduc-
ción intbrmativa. Sin embargo, se tra¡a de con-
ceptos excesivamente genéricos, quc Bloom logró
Objetivos operativos especificar y agrupar cn tres ámbiros: cognosciti-
vo, afectivo y psicomotor. A su vez, para el área
?or una pane, el térnrino ob.jetivo indica finali- cognoscitiva propone seis objetivos; conocimien-
dat! progósito o dirección en que se desea cncami- to, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y
,
nar la conducta; por otra. es opcrativo; vale decir, evaluaclon.
indica la posibilidád de que la cónsecución, o no, de Cada uno de los objetivos citados se especifican
tal objctivo conductual sea evaluable o claramente en otras subcategorías. Por ejemplo, el conocimien-
reconocible. to dc formas y medios para trata¡ lo específico, y
Proponer como objetivo educadvo que los alum- conocimiento de lo universal. En el caso dc la
nos sean libres, es un objetivo general, ¡rro no un comprensión, son subcategorías la traducción, la in-
objetivo operativo. Señalar, en cambio -y ente terpretación y la etrapolación, erc. Istas subcatego-
otros muchos objetivos de libertad- que los alum- rías, a su vez,, pueden concretarse mrís hasta llegar a
nos scan capaces de "dar su opinión cuando sca ser verdader¿mente objedvos operarivos.
solicitada", "que la manifiesten sin que les sea solici- Ot¡a tendencia historica imponante está repre-
tada", "que la den aun cuando sea opuesta a la de los sentada por la labor de los psicólogos del ejérciro
compañeros o el profesor", etc., es un objetivo que estadouniderse durante la segunda Guerra Mundial,
puede ser evaluable ¡ por lo mismo, se incluye entre en lo que toca a la elaboración de procedimientos
los obJ€tlvos o[rratrvos. que lograran eficien¡emente el adiestramiento del
Cualquier empresa, si quicre ser rentable o cficaz, personal militar (Glaser, l9ó4).
requiere hjarse fines eslxcíficos que no se diluyan Durante la década de 1950 también comenzó a
en términos vagos, de tal forma que se tenga muy difundirse la enseñanza programada, netamente
claro -y desde cl principio- "qué es lo que se inten- conductista, basada en el aprendizaje operante y
ta"; y después de realizado el del proceso, o trata- propuesta.por Skinner,. cuyo desarrollo exige plani-
miento, si el fin se corsiguió o no. Ilcaf obletlvos lnstrucclonales especitlcos.
Esto que pucdc resultar muy simplc debe reco- McNeil ( l9ó7) realizó diferéntes experimentos
noc€rse como una gran conquista dcl conductismo en la Universidad de Califomia, en Los Angeles,
para la empresa psicoeducativa. La explicación se para demostrar la suoerioridad de los resultados
encuentra en cl conocido carácter reduccionista, iüdácricos cuando los^profesores urilizan objetivos
especificista" intervencionista y evaluativo del siste- esDecrncos.
-La
ma behaviorisra, pues los objetivos operaüvos supo- formulación de obietivos o¡rerativos exiqe que
ncn: a) reduccióñ de la condLrcta; ú) especificiáad no sc cmpleen vocablos generales, sino palabr-as Áás
en un aspecto muy concreto; c) con el fin de inter- ágiles (Dwyer, I9ó7). Entonces, el procedimicnro
venir adccuadamente en ella; d) comprobando me- más adecuado es formular en Drimer término los
diante la evaluación si se han logrado los fines fines generales, luego los especíFrcos, logrando poco
DroDues¡os. a poco mayores especiFrcaciones. No es conveniente
^ ios cspecialistas en prucbas y mediciones ñ¡eron llegar a especificaciones minuciosas, sino que intc-
los primeros en remarcar la imponancia de los resa Ir¡rnanecer en una situación qT no sea gené-
objeiivos de componamiento. De istc modo, hacia nca nr e)|tremaoamenre esDeclttca. .bsta no es una
1950 un grupo de expertos en evaluación sostuvie- propuesta conductista sino cognoscitivista. Los ob-
ron una serie de conferencias que cukninaron con jetivos de los cognoscitivisras denden a ser generales
la publicación de la obra Tbe Tá.mnomy of Educatio- y menos mensurables gue los que los conductivistas
nal Objetives (Bloom, 195ó). €laDoran.
La ventaia de la taxonomía de Bloom fue la de Robert Mager (1962) es un rcpresentante del
lograr una mayor especificación de los fines educa- modelo conduitisti en li elaboracidn de obietivcrs.

126 pARTE 4, coRRtENTES y ApoRTActoNES


Según este autor, un buen objetivo corsta de trcs de especificar y, por lo tanto, se ejerce un cfecto
Parrcs: corservador en la enseñanza (Atkin, l9ó3). La so-
lución sería operacionalizar también aqucllas ejecu-
l. Frase que expresa la conducta que se pretendc ciones consideradas como "caoacidades intelcctuales
del alumno, formulada mediante la pregunta: de ordcn superior" (R. C. Anderson y G. W. Fausr,
"iqué hacer?" (exige, por lo tanto un verbo re73).
como respuesta: relacionar, idcntifica¡, dife-
rencrar. ctc).
2. Frase que relacionc las condiciones en las Análisis de tareas
cuales ttndrá lugar la conducta del alumno,
lormulada con la pregunta; "idónde!, icuán- El procedimicnto de análisis de tareas fue origi-
doi y icómol se realiza. nalmente elaborado por R. B, Miller (19ó2) duran-
3. Irase que proporcione los critcrios del nivel te la segunda Guerra Mundial, con el propósito de
de aceptación en la evaluación, formulada apoyar al personal dedicado al adiestramicnto de las
mediantc las preguntas: icuiíndo?, ¡cuínto¡ o fu erzas armadas cstadounidenses.
icómo es la aparición, o no, de Ia conductal
(Por ejemplo, "que llegue a tocar Ios pies con El anáüsis de tareas es el proceso de ideurifica¡ los
la punta de las manos, sin flexionar aquéllos"). comportemientos intermerüos que el estudiante debc
En ocos casos, se señala cierta magnirud adquirir para ¡vanzar desde el rúvel dc su compona-
("proporcionar tres ejemplos de inflación"). miento de panida, hasta el componamiento final de-
scado (R. C. Altlerson y G. W. Faust, 1973,pÁg.72\.
En la conceptualización de los objetivos operati-
vos es preciso evitar la confi,rsión con otros concep- I-os principalcs requisitos del análisis de tareas
tos analogos! como son: son los stgulentcs:

a) Objetivos generales. Determinación de metas a) La integridad y secuencialidad de análisis. Se


que imoican una variedad de conductas de distinto incluven todos los comr¡oncntes de una tarea de
grado ó índole (¡nr ejemplo, ser libre). manéra sucesiva. Una vei determinado un objetivo,
ú) Olrjetivos específicos. Determinación de metas sc rara de idenrificar todas las habiüdades y cono.
restringidas a un,tipo c1e actividad y a situaciones cimientos que el alumno necesitará para alcanzar ese
concretas, pero sin garantizar su evaluación, como objetivo; para ellose detecta mentalmente cada uno
ocurr€ con los objetivos operadvos (por ejemplo, dc los oasos succsivos.
tcner iniciativa pcrsonal en el diálogo cn clase). ú) Nivel de espcciticación. IJna tarea puedc sub-
¿) Análisis de tareas. Especiircación de las habili- dividirse indefinitlamente. iCuál es el nivel correcto
dadcs necesarias para alcaüar los objetivos. para detener la espccificaciónf La rcspuesta es ñ:n-
d) Procedimicntos psicocducativos. Métodos e irs- cional, por cuanto cstá en función dcl nivel de
mrmentos diseñados ¡iara alcarzar esos objetir.'os. caoacidad de ouc inicialmentc es¡é dotado el alum-
no. Gagné (1962, p^g. ll7), aunque se afilia a una
Este sistema de obietivos oDerativos ha recibido perspectlva cognoscrtrvrsta, propone, de manera
críticas como las que'apunra ej modclo cognosciti- opcracionalizable, que el nivel de especificación se
vista, gue ex¡roncmos en el capítulo correspondien- dedene cuando un estudiante puede ejcrccr la habi-
tc. Aquí nos limitamos a puntualizar las principales lidad componente al pedírsele que la realicc, consti-
olrjeciones hechas al n.rodclo conductlsta: tuyendo una competencia de punto de panida del
reoertorio
-r) del alumno.
,) Factor ticmpo. Según McDonald-Ross Btrucnrración de los elementos. Las habiüdades
(1974), se neccsitarían l0 mil objctivos para definir v subhabilidades comr¡oncntes de una ú¡ea se hari de
¡odos los resultados dc un texto típico de psicología ielacionar con su scculncia y orden jerárguico.
educativa. Una solución posible serla reducir los
objetivos a los tcmas más destacados. Eltipo básico de relación es la cadena simple: una
á) Factor uivialización. [,os pro¡isiros más ¡r- actividad va seguida de otra, y ésta de una tcrcera y
riféricos. mecínico. v dc cono niazo son más fáciles así succsivmente, de forma que la terminación de

CAP, 12. TECNOLOGíA PSICOEDUCATIVA 127


una sirve de estímulo discriminativo de la siguiente, oresentados. Cuando la conducta es discriminativa
por ejemplo, recitación del abecedario, el arrancar porque viene dctcrminada por el tipo de estimulo,
un automóvil, ctc.). También suele ser reprcsentada entonces se represcnta mediante un rombo y con
gráficamente mediante rccuadros, correspondicntes más de una flecha de salida, simbolizando las res-
a cada paso o habilidad, colocados de forma lineal pucstas opcionales (véase los pasos 5, 5x y 5y de la
y sucesiva, conectados por flechas (véanse los pasos hgura I2i2¡.
l, 2, 3, y 4 de b figtra 12.2). Cuando se quiere representar todos los pasos de
Sin cmbargo, no todas las conductas son lineales una tarca -no sólo cadenas, sino también discrimi-
y sucesivas. En ocasiones un conduch se emite naciones, respuestas altemativas, avances o retroce-
iondicionalmente, es decir, se emite, "si...", "depen- sos- se usan los diagramas de secuencia, tal como el
de de". Esto consituye una decisión que aparece que se muestra en la figura 13.I.á. Tales diagramas
condicionada a una discriminación de los estlmulos puedcn ser útiles para aclarar las descri¡riones en

Figura 12.2. Diagrama ds sacuenc¡as de los pr¡ncipalss componentes d6 una comun¡-


cación telsfónica
.

128 CORRIENTES Y APORTACIONES


lenguaje ordinario y los análisis de habilidades y 4. En la línea cognosciriva-propositiva de Tol-
conceptos humanos comptejos, y aunque no son man, el cumpümie nto de las expectativas an-
cl únlco recurso para hacerlo, resulran potencial- ticipadas deliujeto tiene valor de esfuerzo, al
mente útiles 1R.^ C. Andersán y G. W. Faust, igual que la retroaümenración o conocimien-
1973). to de los resukados, de la progia conducta y
también tiene tal valor en lestinger.

Dimensión educativa del refuerzo Llcgados a esrc punto. la noción skjnneriana dcl
refueá 1'todo lo que incremenra Ia probabilidad
El refuerzo constituye el núcleo de las técnicas dc de que uná respuesra se repita") es excesivamente
modificación de conducra y, por lo mismo de las opericionable y anula todo üso de intencionalidad
aponaciones más im¡ronantes que el modelo con- o propositiüdad (mentaljsmo) en la conducra del
ducrual pro¡rorciona a la educación. sujeto. Frente a esta posturar conrastan el carácter
Si la planificación de la enseñanza -{oncretamen- afec,tilo, que le da Thómdike, el carácter propositivo
te la determinación de los obietivos instruccionales en Hull y el carácter cognoscirivo-propositivo en
y el análisis de la tarea-, répresenta la acdvidad Tolman.
preliminar, y la evaluación la ictividad postrera, el De acuerdo con esras corsideraciones, para Skin-
control de los antecedentes v consecuéntes de la ner el refirerzo es sólo un criterio con oue se evalúan
conducta del alumno, en camúio, constituye la acti- los resultados de la conducta; es dccir-, aquello quc
üdad ccntral del oroceso didácticc.¡. la incrementa. En cambio, desde una pcnpectiva iicl
El control del iefuerzo por p¿ne del profesor es sujeto, los refuerzos son; ,) metas dé los impulsos,
la operacron que pueoe proporclonaf un tncremento o de los propósitos; y ú) satisfacciones consecuenres
de las conductas descables y un decremento de las a la conducta.
no deseables. Se entiende r¡or conducta tanto el
comportamiento social como la. ejecución de habi- a) Dimensión cognoscitiva. Refi¡erzo es todo
l¡oaoes Pslcomoürces y cognoscltlvas. aquello inform-arivamente valorable para el
En- la intervención psicoeducativa, la tarea pri- sujcto y a ravés de lo cual dirige y coñige su
mordial consiste cn pr¿isar cómo úiliza¡ los refuer- conducta.
zos. Previamente dilxn determinarse los tioos de ú) Dimensión afectiva. Refuerzo es todo lo quc
retuerzos, e incluso esclarecer qué es lo que se produce satisfacción a los organismos (deldc
entrende fror retuerzo. la ¡rersqrctiva homeostárica o hcdónica).
c) Dimensión cbnariva. *efuerzo es todo lo que
despiefta y mantiene la conducta del sujetó.
Conee¡n de rof,otzo
Una definición global diría que refr¡crzo es todo
En lo que toca al concepto de reñrerzo, nos lo info¡macivameñte valorablJ para el sujero, al
parecen muy ilustrativas las observaciones de Pini- producirle satisfacción y al suscitar y dirigiriu con-
llos (1975 ú) para "esclarecer suma¡iamente el es- ducra. En este sentido, a los esfueáos n-egativos o
pectro semántico del término refuerzo": estímulos aversivos, Ios consideramos comó todo lo
que es informativamcnte desfavorable para elsuieto,
l. Las "satisfacciones" de la lev del efecto de al producirle insarisfacción y al inhibir o anular la
Thorndike son, qué duda cabé, rcfuerzos. aun conducta.
cuando no se denominen de esa forma. En estc contexto, la concepción de Skin¡ler sc
2. Los estímulos incondicionados utilizados en sinia cn la dimensión conativai la de Thomdike, en
el modelo clásico de Pavlov son también re- la afectiva; la de Hull, entre la afectiva y la conatival
fuerzos, pero de otra clase y con otras propic- y la de Tolrnan. en la cognosciriva. Poi consiguien-
oaoes. ie, desde una perspectiva'restringida de la mcüifica-
3. En Ia teoría de Hull, los inccntivos prima- ción de conducta, hay quc considerar cl reñ¡erzo
rios y secundarios qtre reducen cl imóulso v desde la dimensión cónátiva de Skinner: oero si-
satisácen las necesi<iades, son iguaknénte é tuándonos en modelos de aprendizaje obséóacional
fuerzos. o encubiertalista, al refueño hay quc entenderlo

cAp, 12. TECNOLOGíA pSICOeDUC¡rrV¡ 129


también desde la persfrcctiva cognoscitiva. Aún más, En la situación escolar son contados los refuerzos
cuando Skinner admite como rcfuerzo la retroali- primarios quc se utilizan, a menos que en preescolar
mentación o conocimiento de los resultados, está o en clases especiales a los alumnos se regale cara'
admitiendo también su dimensión cognoscitiva. (La melos, pastelés, juguetes, etc. La mayoría de los
verdad es que ni admite ni deja de admitir, pues no refuerzos son, ¡ror lo tanto, secundarios; en ocasio-
se interesa'por la naturaleza del refuerzo, slno por nes se emplearilos refuerzos generalizados, como es
sus consecuenclas) , el caso del tema de fichas (OT.".y y Drabman,
L97L).
3. Refuerzos tangibles, simbólicos y sociales. En
Tipos de rfueno función de su manifestación los refuerzos pueden
ser tangibles cuya estimulación es disfrutada por los
El sentido m¡ís amplio del refuerzo al que hemos sentidos; juguetes, caramelos, comida, películas,
hecho referencia se acómoda meior a las cóndiciones etc. Hay oids refuerzos, los simbólicos, que aunque
escolares y educativas, donde ia información, las se mani|restan fisicamente, son en realidad símbolos
expectativas, los resultados y las valoraciones de los o signos (por elemplo, el dinero, las banderas, las
alúmnos son tan imponantes. Esro nos obliga a caliFrcacioÁes aiadéñricas¡. Por último, hay refuer-
diferenciar los distintos tipos de refuerzo: zos cuyo valor se basa en la interacción simbólica
'son
social: los refuer¿os sociales. En la interacción
l. Refuer¿os positivos y negativos. Ya hemos social, los sujetos esp€ran que su conducta sea aten-
dicho que desde el punto de vista cognoscitivo los dida, aceptada, valorada, querüa.o alentada por
refucrzós positivos ion valorables y 1os negativos oane de los otros suictos de Ia inreraccióir. Los
desfavorabiles; desde el afectivo, los prrmeros son iomportamientos sociales más imponantes que el
agradables y los segundos, desagradables; y desde proflésor trasmite en clase son la aienciór¡ Ia ipro-
el punto de vista conativo, los primeros incremen- Lación, el elogio, el afecto y el aliento,
tan las conductas apetitivas, mientras que los se- Los reforzadores tangibles son poco viables en el
gundos incrementañ las de inhibición, evitación o aula. Con niños de preescolar (Staats, 1965) men-
éscape. talmente retrasados, emocionalmente perturbados o
l,os refuerzos oositivos más Í'recuentes en un con daño cerebral. éstos Darecen ser más efectivos
ambiente dc clase éscolar son la atención. la sonrisa. que los reforzador.r roéiul." (Birnbrauer, Wolf,
la aprobación, las buenas calificaciones y los elogios Ridder y Tague, 1965).
del rrrofesor. así como los premios v permrsos esrt€- En lo que toca a los rcforzadores sociales, muchí-
cialés. ot¡os refuerzos puéden ser piopiciados for simos daios demuestran su eficacia. Una de las
los propios compañeros de clase, y también la pro- investigaciones ya clisica es la Greenspoon (1955),
pia acrividad tle aprendizale puede ser gratificante quien consigue incrementar cn los interloc-u¡ores los
inr sí misma- coÁo más adeianre vererios. Por el sr.rsran¡ivos blurales sólo con el asendmien¡o rumo-
iontrario, refuerzos negativos suelen ser la desaten- roso del "mmm-hmm'. Otros estudios demuestran
ción, los malos gestos, la desaprobación, las malas incrementos de conducta vcrbal obtenidos mediante
calificaciones, la censura y el enfado del profesor, así el asendmiento social.
como el recibir daño ffsico y ser privado de objetos, Aunque en un principio Ias investigaciones parc-
pcrsonas o si:uaciones aqradables. cían indicar que la gente no era consciente de la
^ 2. Refuerzos primarioi, secundarios y generaliza- contigencia del refor¿amiento (Krasner, 1958),
dores. Los orimarios son los que reducen necesida- pnrebas ¡rosteriorcs sugieren que cuando el rcforza-
des o imfulsos biológicos, mientras que los miento es efecrivo. el sujeto sí es consciente (Spicl-
secundarios son estímulos que, por estar asociados berger y Denike, l9óó). I-o significativo de este
con la situación de reforzamiento, se transforman hccho es la falta dc una razón práctica en el aula para
en reforzadores condicionales o aprendidos, con la ocultar las contineencias del reforzamienro.
misma funcionalidad que los primarios. Los gene- ' Para los resuládos efectivos del reforzamiento
que
ralizadores son refuerzos sccunda¡ios ¡icnen un social diferencial pueden servir de muestra los logros
valor polivalente, en el sentido de que con ellos conseguidos ¡ror los maestros de cinco aulas cuyos
pueden obtenerse otros reforzadores jpor ejemplo alumnos fueron adiestrados para hacer explícitas las
el dinero). reglas, para pasar por alto los comportamicntos

130 PARTE 4. CoRRTENTES y ApoRTAcroNEs


disruptivos y para eloqiar y arender las conductas . Organizar un campeonato deportivo (colect¡va),
facilitidores"dél aprenJizaji, respecto de dos niños . Hac€r una competencia de preguntas, por equipos (co-
lscl¡va).
problemáricos de iada uná de las aulas. EI compor- . E¡aborar un periód¡co (colect¡va).
tamiento desviado, que era del ó2% duranté el . Tocar algún inslrumento mus¡cal (colect¡va),
periodo de línca base. descenclió aI20% durante la . Cantar (colecl¡va).
iáse experimental (Becker, Madsen, Arnold y Tho-
mas, l9óó). Cuatlas
4. Respuestas rcforzantes v reforzables. En este . Escuchar un cuento (colect¡va).
caso, cquivale a hablar dcl principio de lremack. . Le€r E/ Q¡.¡/¡bfe en car¡caturas (¡nd¡v¡dual).
Dicho <le otra forma: no sdlo loi estímulos- sino . Charla¡ acarca de lútbol, de te¡evis¡ón, glc. (colect¡va).
también las ac¡ividades son refiorzantes, mucho más . Poder senta.s€ en los primgros as¡entos (colectiva).
aqucllas que son preferidas. entendiendo por tales
. Pintar (nd¡vidual).
. Hacer lrabajos manuales (ind¡v¡dual).
lai de máyor nroibabilidad de ocunencia. Así las . Constru¡r un periódico mural (colectiva).
¿c¡ividades o rispucstas más probables pueden ser . Ejerc¡c¡os de ps¡cometr¡c¡dad (colectiva).
rcfor¿antes de oir¡s activid¡des menos'probables. . Ej€rcicios de relajac¡ón (colect¡va).
pero reforzables (véase actividades refbrzanres y . Hac€r g¡mnas¡a (colect¡va).
. Hacer prácticas de laborator¡o (colectiva).
retbrzatrles.
Qu¡htas

ACTIVIDADES REFORZANTES . Desarrollar un debate temát¡ao preparado por equ¡pos


Y REFOBZABLES (colgct¡va).
. Prácticas de inglés (colect¡va),
Podemos ¡mag¡narnos diferentes act¡vidades esco- . Dibujar o rsllenar un mapa (indiv¡dual)
lares en una clase de quinto grado de EGB, en donde
. Ej€rc¡c¡os d9 leclura (col€cliva).
p¡damos a los alumnos en g€neral, o a cada uno en
. Hac6r ejercic¡os d€ dictado (colect¡va)
particular, que señale el orden de preferenc¡a (ut¡l¡zan-
Sextas
do una puntuac¡ón d€l 1 al 10) en un'menú de act¡vi
dades refozadoras": los rasultados h¡potéticos sefían Hac6r una rgdacc¡ón (¡ndiv¡dual).
los s¡guientes: Contesiar las pr6guntas y los ejerc¡c¡os de una hoja
evaluativa (indivldual).
Escuchar la explicac¡ón d€l prolesor (col€ct¡va).
Orden de preferenc¡a Estudiar un tsma d6 c¡enc¡as naturales (indiv¡dual).

Pdmeñs Séplimas

. Hacar una pelfcula o montaje audiovisual (colectiva), . Estud¡ar un tema de histor¡a (individual).
. Organ¡zar una excursión (co¡ectiva). . Estud¡ar un tema de geogralla (ind¡v¡dual).
. Jugar con una maqu¡n¡ta €lectrón¡ca E-F" (¡ndiüduat). . Exponer oralmente lo estud¡ado (ind¡vidual).
. Celebrar una fiesta (colectiva).
Oclavas
Segundas
. Hacer ejercicios gramaticales (individual).
. Hacar teatro (colec¡va). . Besolver problemas de matemáücas (ind¡v¡dual).
. Encargarse d€ cu¡dar la p€cera (ind¡üdual).
. Ofr música, pon¡éndose los audífonos (¡ndividual).
. Poder sentarsg junto a un compañero prglerido (ind¡-
v¡dual). . Aprender fechas y nombres de autores y c¡udades ex-
tranjeras (¡ndividual).
Tercetas
Décimas
. Proyectar una pglícula o un video (colect¡va).
. Encargarse de rsgar ¡as plantas (indiv¡dual). . Aprender fórmulas de lísica (indiv¡dual).
. Hac€r una investigac¡ón en el med¡o (colectiva).
. Manterier intercamb¡o d9 conespondgncia con alumnos Cualqu¡er activ¡dad selecc¡onada puede serv¡r de
d6 obo coleg¡o (ind¡üdual y colect¡va), refuerzo a las elogidas en orden poster¡or, Inc¡uso se
. Celebrar una asamblea sobre los problemas de la clase pueds hacer un tramado jerarqu¡zante, de forma que
lcolectiva). las act¡v¡dades calificadas en últ¡ma posición (octavas,

CAP. I2. TECNOLOGíA PSICOEDUCATIVA I31


novenas, dóc¡mas) como menos prefer¡das, puedan ser pueden ver pellculas de mayor calidad. La conducta
rofonadas de modo cont¡ngente por las s¡gu¡entes ae ionsumatori" es -ás bien ei loero de rcaüzación, de
liv¡dades prefor¡das (por ejemplo, por las séptimas, tal forma cuc cada conducta o-paso insmrmcnta.l se
sextas y quintas): pud¡endo ser éstas a su vez r6forza- convierte én un refuerzo inminentc. quizá como
das por las cuartas y tercsras, y nuevamente éstas por
respuesta anticipatoria de meta, segrln Fiull;,pero la
las segundas y primeras. Ds ial manera sa pu€de
respuesta de meta, en estc cilso, es temunar n oDra.
consegu¡r una ostrateg¡a motivacional extraofd¡naf¡a
para el rendimiento académ¡co y para la conducc¡ón del Otro tanto oqüre con el explorador qr¡e escala un
grupo d€ clase. monte. Por su pane. una peisona quc lee o estudia
ouede encontrar en la leci.rra activición de imáge-
Esta idea ha conseguido resultados promctedo- ñcs, puede desarrollar preguntas y obtener respu-cs-
res, tanto con alumnós desertores dcl bachillerato cas a su curiosidad. de manera euc la lecrura
como con alumnos de segundo curso de EGB, corstituve por sl misma una actividad gr¿tiFrcante.
quienes tenían problemas aiadémicos. Cabe desta- El coidüctismo se ha caracterizado ñor el uso de
car quc el rabajo se desarrolló en sala psiquiática reñrerz¡s exrrínsecos, de üí que las córientes hu-
como cn el aula. Se logró, por ejemplo, incremen- manistas hayan sido muy críticas al respcto, no sólo
tar el tiempo dedicado a problemas matemáticos por su cona opcrarividad, sino especialmentc por la
(respuesta'con poca pro6abilidad) a cambio de degradación a que se somete al ser humano, el cual
poder charlar sobre beisbol (respuesta con mu- tiene capacidadbara desarrollar motiüaciones intrín-
chas probabilidades) (Homme y cols., l9ó3; Ad- secas dd ordcn iognoscitivo y de autorrealización.
dison y Homme, l9óó). Vale la pena insistir en el hecho de quc una
-motiva-
5. Refuerzos extrlnsecos e intrínsecos. Pobre educación aüténtica tiene que pasar de una
sería la educación intelcctual si sólo se guiara por ción extrínseca a una inÉínsica. Gran parte del
reñ¡erzos extrínsecos. En nuestra opinión, el ma- lracaso escolar, y sobre todo del fracaso postescolar,
vor éxito de un sistcma escolar se da cuando deriva de que la escuela, es decir, la irsmrcción se
áesarrolla en los alumnos la motivación intrfnsc- desarrolla con base en las morivaciones extrínsecas,
ca, puesto gue es más duradera, valiosa y propia- sin que se logre cnrusiasmar al alumno por la propia
mente humana. acúüdad de-aorender o de leer. De ial modo.'al
La meior forma de conceptualizar ambos tipos terminar el oeriodo escolar. cesa la actividad cultural
de refueúos se encuenüa en firnción del crirerio de de los alumnos o, lo que es peor, lo cultural o
penenencia o extrañeza respecto de la propia activi- irxtruccional se ha convertido en cstlmulo aversivo
iad. Se habla dc refi¡erzo c-xtrínseco cüando lo quc y, en casos etrl¡emos, en desencadenantc de inhibi-
se busca mediante la conducta instrumental (lo q-uc éiones reactivas condicionadas, para emplear térmi-
resulta valorable y gratificante) es una co¡secucncia nos de Hull.
de la conducta, pero ajena a ella misma. Por ejem- El problema psicoeducativo radica en desarrollar
plo, subü al monte (CI) para obrener un premio las réinicas precisas para estimular la motivación
(CC¡ irefuerzo extrínseco), o subir al monie (CI) intrínscca. Por el momento, úpidamente sugerimos
para disfrutar en la escalada (CC) (refuerzo intrín- dos orocedimientos: l. nor asociación condicionada
seco). Así. sc trata de rcfi¡erzos intrínsecos cuando de lá actividad con otrai más reforzanrcs. hasta oue
sc obtiencn refuerzos dentro de la propia actividad. la.primera tenga valor por sí misma. Et^ foceai
En otras palabras: cuando la respuesta es refor¿able miento espurio, ya que constituyc un reflejo dc la
y reforzante. En los cjcmplos señalados anterior- teoría de la autonomía funcional de los motivos, de
mente, "celebrar una hesta", 'Jugar con una maqui- Allpon; 2. por funcionalidad de la actividad; para
nita electrónica", "hacer una pclícula", etc., son ellol ¿) se conecta la actividad con las necesidades
actividades constituidas, en sí mismas, por conduc- de los alumnos (iqué les interesa conocer respccto
tas irstrumcntales y conductas consumatorias. Fil- de sí mismos. respecto de su ambiente!. icómo
mar. una película, por ejemplo, exige .planificar, hacer útiles o aplicables los conocimientos!); ú) se
gesuonar, ensayar, rodar, montaf, etc. (conductas crean nuevas necesidadcs, despenando la cwiosi-
irstrumentales) para obtencr un producto frnal: la dad, planteando problcmas, interrogaciones o pro-
película, que se proyccra y es üsta (conducta con- y€ctos.
sumatoria). Serla erróneo pensar que la conducta ó. Heterorrefuerzos y autorrefuerzos. Este es un
corsumatoria es el ver la rifcula. En ese caso. se problema similar al planteado por la motivación

CORRIENTES Y APORTACIONES
extrínseca e inrínseca. La educación propugna, Pnnramas d¿ la distribwíón
considerando el carácter evolutivo y estanllgin del d¿ [os rcfimzos
ser humano, pasar de los reñrerzos primarios exter-
nos -tangibles, extrínsecos, administrados por L" .jn oo..r.i" fundamcntal en los programas
otros-, a refucrzos secundarios, intemos, simbóli- de distribución de los rcfuerms, tanto de razón
cos. sociales. intrí¡rsecos v autoadministrados. como de intervalo. es oue e I reforzamiento continuo
Él .t ,rh de los procedi- da como resultado h ahquisición rápidade un com-
mientos dc autocontrol oue"rp..to
"otorrifuer¿o más adelante comenta- POrtanTlento nuevo, Pero una extrnclon rclatlva-
remos. El autorrefucizo ha sido usado con mente rápida; por otra pa¡te, dc acuerdo con un
frccuencia en la clase (fones, Nelson y Kazüa 1977; programa intermitente, el rcforzamiento resulta en
Mclaughlin, 197ó; Rosenbaum y Drabmar¡ 1979). una adquisición relativamente lenta de comporta-
Como ilustraciór¡ diremos que Ballard y Clynn miento nuevo, si es que se adquiere alguno. Sin
(1925) utilizaban el autorrederzo para mgorai la embargo, "una vez qu'e el comfunamie"nro se ha
escritura de narr¿ciones por parte de los niños dc la adquirido, se extinguirá de fi¡rma relativamenre len-
escuela primaria. I-os niños autorregistraban el núme- ta". (Andcrson, 1973, pág. 280) ,
ro de frases distintas, palabru descriptilas y vocablos De lo anterior, se deriva el siguiente procedi-
de acción.Ellos autogratificaban con un punto por el miento práctico: para producir una adquisición rá-
incremento de cadir¡na de esas ríre-¿s. ^ I-os oluntc pida de un compoftamiento nuwo sc debe utilizar
pndían cambiarse por jucgos, tiempo libre, la o'pomr- un programa de refor¿amiento continuo y luego,
nidad de mostrar sus historias v ou'as actiüdades para evitar una extinción rápida, se debe cambiar a
placenteras. .i\1, el autorrefuerzo contingente mejoró r,¡no rntermrtente .
la escriura.
7. Refuerzos manifiestos y encubienos. Son ca-
tcgorías menos mencionadas, pero existentes en la Procedimiento educativo
práctica conductual. Los refuerzos utilizados por el de orientación conductista
conductismo tradicional eran observables v maniou-
lables desdc el cxterior; en cambio, a iravcs icl De acuerdo con los principios y las esaategias
encubiertalismo se han emoleado refucr¿os no sólo definidas cn la insm¡cción por cl enfoque conduc-
autoadministrables. sino dc tioo mental. Desde la tista, tal como los hemos descrito, se ha dearrollado
década de l9ó0, Cautela üené desarrollando diG- ciena tecnología adecuada para la enseñanza: la
rentes técnicas que corsisten en utilizar la imagina- enseñanza programada. Además, se cuenta con pro-
ción como fueiite de refi,¡crzos. Se han publióado gramas como la Direct kstrucdon (DI) y el Pcno-
casi 30 trabajos (Kazdin y Smith, 1979) referidos a nalized Systcm of Instrucdon (PSI).
difere ntes problemas, talcs como cambio dc acrirud,
expresiones lingiiísticas inadecuadas, etc., y sus rc-
sr.rltados indican, en líneas gcnerales, mayor eficacia Enseúanza progranada
en los gmpos de ratamiento que en los grupos dc
control (Pelechano, 1980). Sidney Pressey (1932) inventó un tipo de máqui-
8. Refuerzos tíoicamente escolares. Además de la nas de enseñanza programada; posteriormente, B.
atención, el afecto y el aliento del profesor, así como F. Skinner promocionó este procedimiento fi,rnda-
todos los refuerzos que hemos mencionado, hay un mentado en su teoría del aprendizaje, cuyx ventajas
tipo de rcfuerzo que podemos corsiderar cómo expr¡so en su artículo "The Science of Learning and
típico de la i¡stitución escolar: se trata dc las califi- the Art ofTesth@" (1954), en un momento en que
caciones académicas. Sobre todo, en el nivel de h¿bía escasez de profesores y creciente número de
bachillerato v en la universidad las calificaciones son alumnos.
el recurso mbtivador más imponante con que cuen- Las principales características de la enseñarza
ta el profesor en la enseñaná (McKeachie, l9ó3). programada, ya sea a través de imágenes o de libros,
Sin embargo, Anderson (1973) señala que los son ns slgurentes:
dif'crentes manuales de psicología de la educación
soslayan los efectos que ias caliñcaciones ejercen en l. Especificación del objetivo que ha de ser
los estudiantes. dominado por cl que aprende.

cAP. 12. TECNOLoGí¡ pSTCOEOUC¡IV¡ 133


2. Cuidadosa cxposición preüa dcl material. teriales es desarrollar conceptos (Becker y Engel-
ó. Se desarrollfel principio dc los "pequeños mann- 1978).
pasos", estructurando la información en eta- Se c¡seña a los niños cn pequeños gnrpos (de 5
pas cortas, cada una de las cuales se denomina a l0 integrantcs), en inteácción visn ks an el
cr¡ad¡o. profesor o un aludantc, Se estimula al máximo la
Se o.fu9en suficientes pisras para que el error iranicipaciór¡ dé manera que reciben continuamen-
resulte rmDoslble. te re üoalime ntación v refuerzos sociales.
Se disponé de material para que haya muchas EI Petsonalized Syiem 0f Instflictian (PS.f ha sido
reDetrclones. creado por Keller (19óó). Se uau de un sistema de
6. Nécesidad dc rcspuestas concretas <ie parte enscñanza. individualizado, que no emplea.máquinas
-
dcl que aprcnde. o materiales especiales, v aólica los Dnnc¡D¡os con-
7. Se recibc retroalimentación informariva in- ductistas que hémos cxgúesto (objeti'vos .ri..ífi.or,
mediata por cada respuesta, indicando si cs o pequenos pasos, retroatlmcntacton lffnedtata, etc.),
no cotrecta. además de conferencias, demostraciones y tutoría.
El alumno puede uabajar individualmente y Se ha utilizado esDecialmente en la enseñ'anza uni-
a su ProPlo rltmo. versitaria.
Los alumnos se desplazan a lo largo de las uni-
Hay dos ti¡ros dc erseñanza programada: uno es dades siguicndo su própio rimro y hiégo acuden a
cl dpd E-R ybtro el tipo E-8. El p"rimero de ellos, clase para ser sometidos a prueba. Los auxiliares,
skinireriano, quc se deriomina programa lineal, soló que por lo general son estudiantes que han termi-
permite un tipo de respuesta. Nó presra especial nado satisfactoriamcnte el curso, plantean un exa-
átención a la éxposición. sino quc sé "cenrra'en la men oral o escrito para la unidad córrespondiente v
respuesta" lCraig y cots.. f9ZSl. ¡i ¡oo ¿-E cons¡iruve proporcionan infoimación co¡rsecuentj e inmedia'-
un'plan ra;nfiáéo (Crowder, l9ób¡, y sc conteiiu ia. Si se domina la unidad en más del 8096. se pasa
con respuestas quc revelan comprersión o falta de la a la siguiente. En caso contrario, los alumnos riénen
misma,-se cuidr poco del reÍo¿micnto v aprovecha que repedr. Las bondadcs de este programa parecen
los crrores para ciasifica¡ la información. ' ^
cstar suficientementc probadas.
Las invéstigaciones realizadas para comparar las
venrajas de cada programa no han sido aún confir-
madas (Silberman y cols., I9ól). Tampoco se ha rÉCN¡cRs DE MODIFICACIóN
demostrado que este tipo de enseñanza sea sultenor DE CONDUCTA
a oros procédimientós (Lancer, 1972), pósible- EN LA EDUCACIÓN
mente porquc es dificil alLrmar que un método, en
genera! sei superior a otro. De tlodas maneras, Lay Desarrollo histórico
pruebas de que el empleo de la enseñarza proqra- de la modificación de conducta
mada está diiminuyenbo (McKeachie , 1971). "
Sin corsiderar los orígencs remotos v teóricos. la
historia formal de esta rñateria comien/a en la déca-
Ias lrrogramas DI y PEI da de 1950, gracias a las significativas aportaciones
_Skinner ltlSS¡; woipe (1958);'y Eisenck
d-e^
Esros programas sc urilizaron como recursos de 11959).
intcrvención con niños desaventaiados socioculru- En su obra Sciencc and Haman Behaüor. Skin¡rcr
ralmente desde el Knder hasta el ícrccr curso. (1953), critica los proccdimientos psicoanilíticos v
El Ditect Instrurtion (DI) está estructurado por p.rgpn:.una terapía conducrual baiada en los prin'-
habiüdades específicas en pequeñas ta¡eas idca'das ctplos oel conorclonatnlento operante.
-
para obtener lós objcrivos propuestos. El programa Por su pane Wolpe (1958), con su obra Picho-
éspecifica qué conáuctas ñan'de ser .nséñai", .n tcrs E Rtcipmcan Inhibition, ofrece por primera
términos claramente conductuales v analizan esas vez una técnica -la dese nsibilización iisteinárica-
conductas dcntro de los componéntcs de tarea, quc, basada en los principios del refuerzo, permite
idcncificando las habilidadcs y lós materialcs dispo- obtener curacrones espcctaculares en ncurosis de
nibles. El proposito del cnnrnamicnto con los ma- arsicdad y fóbicas.

4, CORRIENTES Y APORTACIONES
Eysenck (1952) introduce la etiqueta Beharbr rcÍueno ('1975 a, y El refuerzo negaüvo en la educa-
Tbcn¡ry e incim. apane de dcsarrollar r¡na crítica ción: el Nowema dal castigo (1975 b). Desde una
muy dura contra el psicoanálisis, a desarrollar técni- perspectiva tgór¡ca del d¡agnósüco lo han hecho Fer-
nández Ballsstsros (1981), y desde una vert¡enta de
cas tera¡Éuticas fundadas en las teorías del aprendi-
tratam¡ento, aunque más bien clínica, Carrobles
zaje. de lavlov. Hull, Mowrer y Miller. (1981), Bayés (1982), etétera. Pero hay que destacar
Btos fueron los inicios, pero ya en la década de algunos hechos lmportantes, der¡vados fundamsntal-
1970 se puede apreciar un gran desarrollo en las mente de la in¡ciativa y promoción d6 V. Polechano.
técnicas de modificación de conducta, en las cuales se Uno de ellos es el Pr¡mer s¡mposio sobro aprend¡zaje
distinguen tres líneas de actuación (Wilsor¡ 1978): y modificación dg conducta en amb¡sntes educal¡vos,
(Madr¡d, mayo & 1975), con la ¡ntervenc¡ón de bren-
l. I-a corresoondiente al análisis de la conduca gelmann, García-Hoz Rosales, Kanfer, Pslschano y
ariicada (Aooü¿tl Behm,iorlza.fy¡¡). dc-rivado del con- Pin¡llos, crJyas ponenc¡as se publ¡caron en sl m¡smo
Ai¡.tlsmo ri'dical de Skinncr. 'Destaca, como se ha año. Tamb¡én cabe rocordar el Pr¡mer Congreso Inter-
nacional sobre Pslcología y Procesos de Soc¡al¡zación
seña.lado, la manipulación sistcmática de las contin-
(Alicante, febrero de 1981), mn la participación de
gencias ambientalés, mediante refi;erzos incrementa-
Eysenck, Pelechano, Cautela, Meinchembaum, Pin¡-
dores de los olxrantes, para descalificar cualquier llos, Mohon€y, Brengelmann, Rodríguez Oelgado y
variable cogrroscitiva, intema o mediacional. Wolpe. En esa misma línea se sitúan los trabaios, que
2. La línea desarrollada en el modelo neoconduc- revelan su ¡nfluenc¡a. roal¡zados en la Un¡vers¡dad de
tista mcdiacional S-R, que entronca con las directri- La Laguna y la Un¡vers¡dad de Valenc¡a, en dond6 ha
ces de Eyrenck y de Wolpe. En este enfoque se estado traba¡ando. Concretamente, dg la Un¡versidad
acepta el empleo de variablcs intermedias, tales co- de La Laguna proceden los trabajos sobfg programas
mo las imáeenes mentales en la desensibiüzación de economía de l¡chas a n¡ños con problemas de
sisremárica,
-Pero
no se trata de terapias cognosciti- conducta y aut¡stas (De Vega y Bodr¡go, '1976, '1979);
vas propiamente dichas, puesto que el acento recae
los trabajos mn paraprofes¡onales en la educación
(Del P¡no, 1979); los de autocontrol en el dosarrollo de
en un tratamiento I-R. los háb¡tos de estud¡o y del autoconceplo (H€rnández
3. La que corresponde a la teoría del aprendizaje y Mez de la Fe, 1982).
social (Bandura, 1969, 1977). Basada en el apren- Los campos de la mod¡ficac¡ón de conducia en la
dizaie obscrvacio¡ral o vicario, esta teoría corsidera educac¡ón son numefosos, pero hay qua reconocer
que la conducta también está rcgulada por mcdia- qu6 se ha ocupado centralmente do las conductas
c'iones imaginativas y lingüísticis. Tal'enfoque sc d¡srupl¡vas en clase. Otros aspectos han s¡do sl rendi-
aproxima a las terapias cognoscitivas, al igual quc miento sn c¡srtas hab¡lidades académ¡cas sspecíf¡cas
las dearrolladas oor el encubienalismo. mmo la lectura, la ortografía, etc.; la interacc¡ón soc¡al
y la atención prestada en s¡tuac¡ón de aprend¡zaj€.
Desde cl punio de vista metodológico, las técni-
cas dc modihcación de conducta se asocian con las
S¡ se requ¡€f€n gnconlrar antecedentes remotos,
podríamos retrocedsr hasta 1800, 9n Inglatarra, para
técnicas de análisis funcional de la conducta y con encontrarnos @n Joseph láncaster, estructurando un
los diseños exoerimentales N : l. s¡stema de incent¡vos en clase con el qug proporc¡ona-
ba un método económ¡camente factible Dara educar a
numerosos estudlantes (Lancaster, 1805). El s¡stema
REVTSTóN HrsróRrCA, utilizaba a mmpañeros que servían como monitores en
UNIVERSAL Y ESPANOLA clases formadas oor cientos de estud¡antes. Estos
EN EL CAMPO EDUCATIVO r6c¡bían f,bkels d6 sus comDañeros mon¡tores en rela-
c¡ón con sus progfgsos sn las mater¡as académ¡cas.
La modif¡cación de conduota ss ha apl¡cado amplia- Los tckets podrían ser camb¡ados por oúos fefuerzos.
menls en s¡tuac¡ones educat¡vas, espec¡almenlg 9n Como s€ observa, aste s¡stema t¡ene semejanza con
Estados Un¡dos, Alemania e Inglaterra. Durante la úlü- el de economía de f¡chas, proced¡miento de pr¡mer
ma década se ha promocionado en España, con los orden en la mod¡f¡cac¡ón de conducta en ambientes
niños dsf¡cisntes mentales, aut¡slas y n¡ños con lras- escolares.
tornos de conducta. Su pr¡nc¡pal promotor, ha s¡do V. Como hemos d¡cho, la mod¡f¡cación de conducta se
Pelechano, creador de la rgv¡sta Anál¡sls y mod¡líca- ¡nic¡a, da forma téor¡ca y on la investigación en el
c¡ón da conducta. Otros autores gsoañoles han contr¡- laborator¡o, durante la década ds 1950, para comenzar
bu¡do con su aportac¡ón teórica o apl¡cada, mmo es el su práctica de intorv€nc¡ón soc¡al en los años sesonta.
caso ds J.L. Pin¡llos: con La d¡mens¡ón educaüva dol Por lo que respecta a la educación, toma @mo med¡os

CAP. 12. TECNOLOGÍA PSICOEDUCATIVA 135

II
técnlcos important€s el slstema de economía de fichas los distintos orocedimientos utilizados en Ia teraoia
y los proced¡mlontos da autocontrol. Según Rieth y La
conductual. clasificación que hace Wilsori y
Copeland (1977) ha atend¡do sucas¡vamente a los O'kary (f980) nos parece la más adecuada, y la
s¡gu¡entes tipos de alumnos:1. N¡ños defic¡entgs msn-
utiüza¡emos para incluir, en las cinco categorías que
tales e ¡nadaptados sgvsros, 2. N¡ños do preescolar,3.
Niños sspec¡alos de coleg¡os públicos,4. N¡ños de dichos autores proponen, todos las procedimientos
clase normal. gue proceden de difercntes investigpdores. Las ca-
tegorías señaladas son las siguientes:
1. La apl¡cación a n¡ños deficientes aparsc€ en la
b¡bl¡ografía al f¡nal de la década de 1950 y pr¡n- a) Técnicas dc condicionamiento operante. En
c¡p¡os d6 1960, con Ayllon y Michaol, 1959; ellas incluimos el reforzamiento positivo; el
Lovaas, Scñaefter y S¡mmons, 1963; Wo[, R¡s- moldeamiento o rlra¿iz¿; la formatión pasiva
ley y Ms€s, 1964. de conducta y cl sistema de economía de
2. La aplicac¡ón a niños de prooscolar ss ¡n¡c¡a en fichas.
osqrelas p¡loto: Han¡s, Wolt y Baar, 1964; Allen, ú) Técnicas de condicionamiento aversivo. Son
Hart, Buell, Harr¡s yWolf, 1964; Harris, Johnston, de tipo también operante, aunque con refuer-
Kelley y Wolf, | 964; Hart, Allen, Buell, Harris y
Wolf, 1gfl; Bushell y Jacobson, 1968.
zo negativo. Aquí incluimos el castigo; el
3. Lá aplicaclón en coleg¡os públicos comienza pri- üme-out o los refucrzos verbales aversivos; el
meramante con n¡ños de class esDec¡al: Birn- coste de respuesta: la saturación y los proce-
brauer, Wolf, Kiddsr y Tague, 1965: Paterson, o¡mr€ntos mrxtos.
1975: Bab y Hewett, 1967; Ouay, Sprague, c) Técnicas de condicionamiento cl¡ísico. Consi-
Warry y McQueen, 1967; Caflson, Arnold, Bec- deramos como tales la desensibilización siste-
ker y Madsen, 1968; Knowles, Prutsman y Ra- mática, el PodtoS y el condicionamiento
duege, 1968. claslco aversrvo.
4. La aplicación en los cologios públicos a niños de l) Técnicas.de modelado. Se trata de los apren-
clase normal sg désarrolla más tarde: Becker, dizajes observacionales o por imitación.
Madson, Arnold y Thomas, 1967; Hall, Lund y
Jackson, 1968; Madsen, Bscksr y a) Técriicas de autocontrol.' Incluyen procedi-
Thomas,
'1968; Schmidt y Urich, 1969. mientos como la autoorientación, el iutoaná-
lisis de tarea, el autorregistro, la autoevalua-
En lo qu6 toca a las distintas áreas de apl¡cación ción y el autorrcfi:rzamiento.
Instruccional como ojémplos están, por una parte, la
lsctura trabajada por Nolen y cols. (1964; Haring y Habría que considerar otras categorías no estu-
Hauck (1969)i McKanz¡s y cols. (1968); Ayllon y cots. diadas por Wilson y O'kary, como ón hs técnicas
(1972), etc. Por otra parte, el ¡ncremento de atenc¡ón basadas en elcontrol del cstímulo. También oa¡ece
a la tarea ha s¡do estud¡ado por Hall y cols. (1968); convenicnte valorar el papel de oras variablés que
-
Brodsn y cols. (1970); Walker y Buckley (1968); Cos- no son propias de la niodificación de conduita
sairt, Hall y Hopklns (1973), entre otros. como es la variable expectativa, al igual quc otros
Tamb¡én se ha h6cho 6l intento de mejorar el ren-
avances en la práctica de la modificación de conduc-
d¡miento en las matemáticas: Lov¡tt y Curt¡s (1968);
padres, profesores y para
ta, cntrenamiento para -Un
Lov¡tt y Esveldt (1970); Chadw¡ck y Oay (1971); K¡rpy
y Sh¡elds (1972); Hamblin y m¡s. (1974); Copeland, profesionales en geñeral. pro6lema muy árduo,
Brown y Hall (1974). en este sentido. és diferenciár las técnicai de mo-
Incluso se ha propuesto el obiel¡vo de incrementar dificación de conducta y de autocontrol, y aque-
expresiones sscr¡tas con mayor crsal¡v¡dad: Mahoney llas que corrcsponden a ias rerapias cognoócitivas.
y Hopkins (1973), Mahoney, Jacobson y Hopkins
(1975).
Técnicas de condicionamiento operante
Clasifrcación de las técnicas
de modificación de conducta Rafnzamienn positioo
Aunque algunas técnicas son má usualcs, otras La aplicación por el profesor de un estímulo
resultan menos conocidas, de mancra quc no se aqradable iru¡ediatamcntc despues de una rcacción
observa uniformidad en los manualcs que exponen déseada del alumno. corx¡irui'e un reforzamienro

136 pARTE 4. coBRtENTES y ApoRTActoNEs


positivo. Si
se desea me.iorar la concentración de un cols., l9ó8). No siempre la rctroalime ntación resul-
esddia¡te, su iniciativa en opinar, su puntualidad, ta efectiva, pcro su eficacia aumenta cuando está
su rendimiento en cualquier materia, su capacidad acompañada de otros refuerzos, como elogios, fi-
dc colaboración, etc., entonces el profesor lo alaba chas, etc. (Cossain, Hall y Hopkins, 1973; Dra6-
con una somisa, medianre palabraa, con un gesto o man, Spitalnik y O'Leary, 1973; Iage. 1958), y
con palmaditas en Ia espalda, cuando ha exhibido qüzá cuando se trata de un aprendizaje significarivo
un componamiento deseado en cualquiera de las para cl alumno.
catesorías indicadas.
Ciomo se ha señalado, los rcfuerzos sociales son
los más adecuado cn el aula, y en especial la atención Moldearcienm sbapíng
quc el profesor puede dis[rnsar como refor¿amicnto
(Bccker, Madsen, Amold y Thomas, 1967). La hn- "Cuando un escolar no loqra solucionar una tarea
¡nnancia de los refuerzos sociales como el elogio, Ia aún desoués de varios intentó. s€ hace nccesa¡io un
atención, el contaco ffsico, la exprcsión facial positiva refuer¿d de éxitcs parciales, o sea uftr aproximación
o el contacto con la mirada, se manifiesta en el cambio sucesiva a la solución deseada" (Brengelmau:., L975,
de conducta de los niños en el hogar y cn la escucla pág. I80).
(OI'Lcary y O'Leary, 1977; Wahler, 1976). El tipo de retuerzo utiilzado es el diJbrencial, en
Sin abocarse a una revisión del tema, cabe indicar que se rcÍi¡erzan sucesivamente las respuestas más
la im¡ronancia de este ti¡lo de refucrzos (fáciles, aDroximadas a la conducta-meta. El moldcamiento
económicos. humanos) en la clase. siempre que se eiige que el profesor fragmente los pasos para al-
sepan en]plear. Porque si no es así posiblemente no canzar plenamente la conducta-meta. Para lograrlo,
dcn resultados (Wahler, 197ó) o acaso estos sean Krumbol¿ y Knrmboltz (1972) descrilrcn cuatro
avcrsivos (Irvin y Simmons, l9ó2). métodos diferentcs :
En Io que toca a otros tipos de refuerzos, es justo
destacar el valor dc l¡s actiüdades como refi,¡erzo, pero l. Reforz¿r c¿da una de las panes dc que consta
estructurándolas en una jerarquía de probabilidacl de una tarea (Por e¡emplo cl avafice prog¡esrvo en
ocurrenci4 con base en el principio de Premack. las distintas etapas de sabcr manejar el lápiz).
Aunquc para identihcar las conductas probables sc 2. Reforzar un incremento en la orecisión de la
enclrentran dificultades técnicas, dicho principio se tarea (por ejemplo el progresivb perfecciona-
utiliza cono una guía para seleccionar las respuestas miento en la pronunciación de palabras en un
en que una persona probablemente encuentre reforz¿- lotoma ertrantero ).
miento, I-as o¡nmrnidades de realizar conductas pre- Reforzar intervalos cada vez más larqos de la
feridas han servido como refuerzos en muchos conducta deseada (por cjcmplo, el pógresivo
programas de tratamiento (Kazdin, f 980). aumento de liempo dedicado a hacer la tareas
Otro tipo de reforzamiento digno de mención cs escola¡es).
la rctroalimentación de los resultados, Son muchos Refor¿ar intervalos de intentos cada vcz más
los éxitos encontrados en el cambio de conducta, Es prolongados (por ejcmplo, intentos de pani-
prefcrible decir a un alumno que está equivocado, clPar u oPlnar en clase).
que pasar por alto sus errores (Buss y cols., 195ó).
Es fácil administrar el conocinriento de los resulta-
dos; sin embargo para qu€ sea efectivo se debc E I mc ad¿namiena (chaini ng)
proporcionar infbrmación acerca de lo que debe ser
la respuesta correcta, en vez de sólo permitir al El encadenamicnto es un moldeamiento al revés:
estudiante saber que está equivocado (Travers y el alumno debe ejccutar en primer término el último
cols., l9ó4). En ocasiones, cuando se proporciona paso de una secuencia conductual, luego los dos
el conocimiento inmediato dc los resultados (sobre últimos pasos, y así sucesivamente hasta hacerlo
todo en la enscñanza programada) el estudiante se desde cl principio. Se trata, por lo tanto, de un
r.uelvc ¡roco atento y descuidado, pendiente más dcl modelado "desde atrás hacia adelante" lPelechano-
resultado que de su esfuerzo (Lublin, f9ó5). Es 1980). Así, en el manejo de un accnijo, [a profesora
imponante, entonces, que el alumno tenga muy coloca delante del niño todas las piezas, excepto la
claro el criterio según el cual cs evaluado (I-ocke y última que el pequeño puede ubicar fácilmente, y lo

CAP.,I2. TECNOLOGÍAPSICOEDUCATIVA 137


refirerza dc forma contingente. Dcspués, en el si- (O'Leary y Drabman, l97l); en el incremento de
guiente ensayo, debe colocar las dos últimas piezas, los niveles dc atención (Ierritor y cols., 1972; Bus-
recibiendo, devle luego, el refuerzo que correspon- hell y cols., l9ó8); en el perfe ccionamiento de las
oe, y asl suceslvatnente, destrez¿s de estudiantes de primaria en aritmética,
pronunciación, lectura y ciencias sociales (Hawkins
y cols.), e incluso en la creatividad (Mahoney y
Fomu.ciln 2asioa d¿ la cond.wu Hopkins, 1973).
Un programa de este ti¡ro fue aplicado en el
Er el caso dc niíros que uo imitan en absoluto y que Pruject saces ¿ntimrtnent, en ló aulas de primero,
tro muestran nilgún tipo r'le contiucta que puetla ser segundo, tercero, serto y octavo curso de un com-
¡efor¿ada sucesivamcnte, se deben ejercitar primero las
plejo escolar urbano considerado muy dificil, to-
conductas deseadas. Especiamente en el caso dc nüios
con fuc¡te retraso. se de_ben practica¡ las co¡rductes más
mando com_o grupo control otros.14 grupos
eleme¡rtáles, como, po¡ ejeinplo, alzar la mano, para
Semetantes. l-os resulttdos clesDues de un curso
luego reforzarla i¡rmecliatamente (Brengelrnan, 1975, fuerón los siguienres: los proleiores del proyecto
pág. I80). reforzaron a-sus alumnos ^el doblc que il grupo
control y los castiga¡on mucho menos. Los alumnos
Este párrafo de Brengelman indica que la forma- del grupo de tratamicnto revelaron un tipo de con-
ción pasiva de conclucta es un reforzamiento sobre ducta mucho mcnos ¡remrrbadora. También dedi-
las cónductas quc los niños exhiben fácilmente en caron más tiempo a sus tareas |, por último, se
un principio, airnque no pertenezcan al rc¡cnorio comprobó una mejora notablc en la prueba caüfor-
conductual oue se ha de dcsarrollar. niana de madurez mental y en el rendimiento de
Otra interpretación posible (debido a la ambi- lecrura: En este úlrimo, el gmpo dc rratamienro
güedad dc la frase "conductas descadas"), es que el duplicó Ia puntuación del gru¡n dc comparación
educador inicialmcnte coopera dc forma activa cn la (Rollins, 1974).
conducta del niño (levantánclole, por ejemplo, el Los inconvenientes de esta técnica son el tiempo
brazo o sobrerroniendo su mano a la del niño al que resta a la tarea académica, para registrai y
enseñarlc a esclibir y refor¿ándolo a continuación, administrar los refuerzos, así como el carácter exce-
a fin de que luego lo haga él solo) sivamente exrínscco de la motivación que fomenta.
De cualquier forma, ambas interpretaciones indi- O'Leary y Drabman (t971) proponen una serie
can dos orocedimientos usuales v convenientes de de recomendaciones para incrementar el poder de
tipo pasivo, que puedcn utiilza¡se con niños que los programas: crear expectativas de gue el alumno
presentan muchas dificultades en la emisión de res- es caPaz oe rograr ras ncnas; comprometer progre-
Puestas.
sivamente
.a los estudiantes, para^ que sean ellos
misnros quienes se dispensen los rcfuerzos, enseñin-
doles por lo tanto a evaluar su propia conducta; quc
Economla dz fchas se logrcn compromisos con los padres. Además, se
aconseia la sustitución paulatina de las hchas por
Corstituye un avance de "ingeniería" dentro del otros ésfi¡crzos del ambiente naturali reducir las
mundo de la modificación de conducta y en concre- diferencias entre siruaciones reforzadas y no refirr-
to, de la que pucde emplearse en el aula. Autores zadas¡ que se forme adecuadamenre a los profcso-
con.ro O'Irary, Becker y Drabman (1924), han res; considerar el sistema escolar como un sisrcma
rcconocido su eficacia en distintas árcas escolares. de economía de fichas a gran escala; y hacer saber a
Un sistema de este tipo pe rmite que todos los los alumnos cl carácter temporal de logro académico
estudiantes puedan ganar fichas tanto ¡ror su trabajo en su existencia, con el fin de generalizar sus res-
escolar como por su conducta en el aula. Ducstas ante situaciones fuera del aula.
En vez de fichas pueden utilizarsc puntos, barras
- Una vez más, insistimos en que el sistema de
gráficas, perforaciones en una tarjeta, cupones, etc. fichas pucde urilizarse con alumños poco motiva-
Periódicamente, los alumnos pueden canjear las fi- dos, muy jóvenes o con aquellos queiienen cienas
chas oor oremios deseados. deficieniias. Es decir. emolear el srsrema como un
Li efiiacia de los programas de fichas se mani- procedimiento provisionil para ir desarrollando
fiesta en la reducción de conducras ¡rnurbadoras moüvaclones mas lntrinsecas.

138 pARTE 4. coRRTENTEs y ApoRTActoNES

L
Técnicas de condicionamiento aversivo fuerzo negativo es la rctirada o auscncia de
refirerzos. positivo (por cjemplo, no ver la
Con dbion¿mienn anersivo y' castigo, relcvlslon l.
Perspectioa pshoeduca tioa á) Diferenciar entre castigo "natural", conse-
cuente a la conducta inadecuada (por ejem-
En primer término hay que señalar que desde la plo, pasar hambre por haber tirado la comida
pers¡'ectiva de la.teoría del aprendizajc, el casrigo es guc.:". yl momenro no se querix). a cxsrrgo
un tipo de condlcionamicnto rvenivo, es decir, un ''artrtlclal .
condicionamie nto de evitación p¿siva, pues el sujeto c) Discriminar entre. castigos corporales y casri-
aprende a suPnmtr determlnadas respuestas para gos de trPo Psiqurco.
evitar el estímulo avcrsivo. Sin embargo, éabc d) Diferenciar la inrensid¡tl del casrigo.
recordar que exisren otros tipos de condiciona- ¿) Observar, segírn su causa, si el castigo es
mientos ¿versivosi por ejemplo, el.de escape, el consecuencia de una acción o de una omisión.
oe cvltacron acrlva v el condtclonamtento avcrstvo
.;f) De acuerdo con sl¡s consecuencirs, precisar si
clásico, de ti¡n emócional, y no oprante como los el castigo es o no efectivo.
otros.
Aunque son fenómenos diferentes, se suele iden- ¿) Por ello, es nccesario analizar aspectos como
la proximidad temporal, aunque "los paráme-
tificar el castigo con ¡oda estimulación aversiva, que tros tem¡roralcs del castigo son invariables en
tcnga la intención de corrcgir el com¡rcrtamienio. el decurso de la filogenia y de la onrogenia...
Con ello, hemos dado una dcfinición de castigo, en Ia condición aversiva cstá mediada cn el hom-
la que exprofeso hemos utilizado Ia palabra inten- bre por unos procesos simbólicos..." (Pinillos,
ción, pues lo que diferencia al castigb de un acci- r975 b, pág. 55).
dentc, es precisamcnte el carácter intencional. En lu) C-onsiderar el fcnómeno de la habiruación.
otras palabras: no se puede evaluar el tema del i) Contar con el cfecto diferencial intcractivo
castigo si no ss le concibe como una realidad con- castigo-persona,.pues los resultados y las con-
ductual dentro de un interaccionismo simbólico. A secuenclas emoclonales son orstrntos,
estc respec¡o parecen muy agudas las observaciones Obsewar si exisren opciones de conducta,
de Pinillos. ( 1975 á¡ proposiro del problema del
1) es
.a decir. la posibilid¡d de sustituir los com-
c¡sttgo en la cducacron: portamie;tos inadeduacos Dor otros ade-
-n..o-ian¿o
nuestro pun¡o de vista, sugeriríamos
cuados.
que un castigo consistc esencialmente cn la incidencia É) Tener en cucnta los ettctos secundarios, que
rle una co¡dición aversiva sobre un suieto cuva co¡- convierte al castigador, bien sea padrd o
ducra se prcreutie regular así {,..) La reÍación purúriva maestros, cn un refuerzo negativo por sí
entre ésta y la conducta afectada por ella, entraria une mismo.
cicna propositivitlad (...) La mera subsecuencia esti- /¡ Evaluar hasrr qué punro ral casrigo es jusro
mular aversiva dc una respuesta que reduce la ¡'osibi- o no, sobre todo, a los o.jos del castigado.
litlad tle ésra, no es un cásrigo (...) Por todo cllo, me rz ) Se ocne que calibnr la inrencionalidad del casrigo,
areveía a proponer una dcfiuición genérica del casti- y cómo ésra es interprerada por cl hijo o el
go, no restrürgi(la al paradigma opcrente usuáI, afir-
alumno. De acuerdo con tal interoretación- se
mando que castigar co¡rsistc en somerer a alguien a una
condición aversive, altagórúca con u¡¡a couducra de- pueden disúnguir cuauo ripos dé inrenciona-
tcrminada or cvcntualme[re, con su omisión (Pinillos, lidad:
1975 b, págs. 52 y 52).
. La que tiene el propósito de modihcar el
El tema del castigo es uno cle los que fiecuente- comDortamlento.
mentc se prcstan al debate: icastigo, sí?, icastigo, La que se propone dar el daño que "se
nof Creemos que no se puedc dar una respuesta si merece" Dor su conducta inadecuada.
no se considera una seric de condiciones y diferen- Como dclahogo. o desplazamienro agresi-
cias, por ejemplo: vo, de otros problemas, siendo en este caso
cl niño víctima fácil.
a) Hay que distinguir entre el castigo cuyo C¡mo acdrud de rechazo abierto o cncu-
€stímulo es aversivo y el castigo cuyo re- brerto.

CAP. 12. TECNOLOGíA PSICOEDUCATIVA I39


,)' Examinar qué posibilidades hay de emplear sistentes. En algunos casos.se han disminuido con-
ot * pro.áf-^ientos basados Ln el usb de ductas inadecuádas, usando contingcntemente el
refuerzos positivos para que los niños alcan- "no" (Hall y cols., l97l). En otros casos, los efectos
cen objedüos educaiionalés. han sido frbres o nulos (Azrin y Powers, 1975).
Por último, en ocasiones cl efecto producido puede
Una vez observadas estas consideraciones se puc- caüficarse de bumerang, al converiirse en reñ¡erzos
dc juzgar la conveniencia o no del castigo. Y- por positivos. en lugar de aversivos,.con lo cual se incre-
cstas mismas razones queremos evitar caer en la mentan las conducr¿s impropias; Por eiemPlo, al
ingenuidad de pensar qüe el casrigo es malo de por decir "siéntate", aumenta el número de alumnos que
sí. Fsrimarlo dé cste modo equivalc a adoptar una sc poncn de pie.
actitu¡l educadva permisiva, pues cl decir"'no", el Todo ello indica que existen distintas va¡iables
negar algo, el inrJrnrm¡ir uria acción inadecuida, moduladoras de la efectivida.l. Así- oor ciemolo, la
son tormas de casngo. .bsto trene ott .ot
ott.ión reprimenda bcnigna y en ptiu"do, plrcce i.nit m.-
negariva, pcro con una connotación posiriva habría jor efecto quc la reprimenda pública y en voz alta
qu! d..it'que se rata de procedimieritos de control '
io'¡-earv v'Of,earv, 1976\.
ónducruai rendienres a'favorecer el aurocontrol Dc ródirs formai, frente a la incorsistencia de los
personal. resultados hay que proclamar las ventajas de los
' Sin embargo, entendiendo el casúgo de forma refuerzos positivós, tál como la atención o elelogio,
tradicional, co-mo descarga aversiva inténsa y cons€- quc han résultado ser efectivos en distintas áreas.
cuencia de una conducta inadecuada. se dcbe de
actna¡ con mucha cautela, debido a los posibles
eferos colarerales peligrosos. EI castigo puede pro- Retirada. d¿ la stención dme-out
I
ducir reaccioncs emocionales difíciles de conrrolar,
y fenómenos de reactancia (Brehm,1967,1976). Si se igrroran, las conductas inadecuadas se cxtin-

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Fefunts oeersíels:
wrbalas pación, como ocurre con algunos disruptiíós. Qui-
crTticfrs ! reprinzndas á-si se componaran normalmente, muchos de estos
niños pasarían inadvenidos. La técnica de extinción
"iEso está mal!"; "idcja eso!", "ieres un desastre!"; que nos ocupa presenta algunos inconvenientes:
"iparece que estás tonro!"; 'itodo lo haces mal!";
"iiiempre'estás disraídoi"; "ia ti sicmpre te pasa lo l. Requiere gran capacidad de autocontrol y
mismó!"; "iquieres que te eche fueral;'"ihaz él favor pacíencia for part¿ del profesor.
de no ÁleJtar!"; "iquieres estane quieto)"; "ieres 2. En la medida in que la ilase es más numerosa
un burro, no r"bÁ r,ád"!"; "imira qui: eres vago!"... y que la conducti del alumno cs mrís disrup-
son cjemplos de las expresiones verbales dc tipo tiva y molesta, su uso se toma más difícil.
ncgaúr'o loe los profesores emplean en clase. TÉo- 3. Exisie el peligro de contagio en otros alum-
-ñ y.oÉ. (197d) encontraron', en un estudio con nos. Sin émb-argo, si el siirema de la clase es
profesores de séptimo grado, que el promedio de modvador para el grupo, tal peligro de con-
apro-
desaprobaciones €ra trcs vec€s superior al de tagio desaparece (Cronbach, 1977).
baciones. Tal parece guc esta proporción de desa- 4. Cabe considera¡ que cn los primeros momen-
probación se incrementa desde los primeros cursos tos en que se emplea la re¡irada de atención,
ie primaria hasta llegar ejemplo,
-Í04 a los úldmós. Por se incrementan lai conducras inadecuadu.
cn ün estudio sobre clases del erado I ál 12 de
cducación primaria y secundaria,"White (1975), A la retirada de atención se le suele englobar en
encontró qie los poicentajes más altos de iprobá- el concepto de time-out, pues éstc tambiéñsignifica
ción correipondíair a los lra.los I y 2, pero que una retiñda o alejamienó de la fuente de..ñ"rzo.
declinaban consistentemente después del segundo positivos, aplicado de modo contingente a una con-
grado, ya quc la desaprobación cra más frccuentc. ducta que se desea extinguir (Lovaas, l9ó9; Drab-
Los resultados de utilizar la dcsaprobación en man y Spitalnik, 1973). Lo que se hace en este caso
programas dc modificación de conducia son incon- es exiruliar de clase al alumnb, durante algrin tiem-

140 PARTE 4. coBnrENTEs y ApoRTActoNES


po. Este aislamiento social es empleado con los punros, ¡ror ejemplo), y si es adecuada (es nípido en
alumnos difíciles. oero resulta un tema extremada- la ejecución de la rarea) se le refuerza posiúvamente
mente polémico pór diferentes razones. Fox y Sap- (se le elogia o gana puntos). A veces se emplea la
hiro (1978) han propuesto un sistema que nos parecc sobrecorrección y práctica posiúva. (werconection
muy folklórico. Los alumnos lucen una cinta; si and positbe prncticc; Fox y Azrin 1972), que es una
alguien se comporta mal, se le quinta la cinta y no técnica de castigo que consta de dos fases: reparar
se le permite panicipar en clase durante tres minutos, lo que se ha hecho mal y practicar una conducta
similar de tipo positivo. Por cjcmplo, un alumno
oue ha tirado v desordenado el material de un
Coste de respucsta cbmpañero, no óólo tiene que recogerlo y ordenar-
lo, sino que debe hacer varias prácticas de orden:
Es ésta una técnica de castigo basada en que el acomoda¡ los libros de la estantería, recoger los
infractor paga una multa. En este caso se pierdcn juguetes y ponerlos en su sitio, ordcnar los cuader-
puntos, fichas, etc. Bucher y Hawkins (1973) com- nos colectivos, etcétera.
probaron que ay'uda a disninuir las conductas inde-
seables, pero que no afectan a los deseables.
Además, los investigadores indican que tal técnica Técnicas de condicionamiento clásico
de castigo no ticne cttctos colaterales.
Estas técnicas son menos usadas por los profeso-
res, pero los psicólogos clínicos y escolares las utili-
Saturación o sdciación zan más. Intcntan, sobre todo, modihcar actitudes,
cn especial reacciones fobicas, miedos, escrupulos,
Llamado también método bcta, método de Dun- etc. Entre tales técnicas se encuentra la desensibili-
Ia¡ y ¡rácrica negativa, consiste en repetir una con- zación sistenrática, elfiotli.ng y el condicionamiento
ducta agradable, pero inadecuada, ranras veces que clásico aversivo.
resulte desagradable. Por ejcmplo. un alumno ha La descnsibilización sistemática fue introducida
hecho un gesto agresivo y desconés, como €s ensc- por Wolpc (1958). Considerando que la ansiedad
ñar la lengua o dar un "corte de mangas". El profesor es una resDucsta condicionada ante determinados
le pide que lo repita hasta que por saturación obser- estímulos, ic trata de que éstos, a su vez, queden
va que es desagradable. condicionados ¡rositivamente a una rcspuesta posi-
No hace falta insistir en los ¡rligros que puede tiva de placer o relajación. ?or.lo tanto, el proceso
acarrear esta técnica si se utiliza de forma inadecua- terapeutrco consste €n condlclonax resPuestas rn-
da. El ejemplo tradicional dc saciación ha sido compatibles con la ansiedacl constituyendo una in-
escribir repctidamente una frase referida a una con- hibición recíproca que es la denominación quc
ducta inadccuada: 'No dcbo hablar en clase". El {olpe le dio,.y.que representa un claro fenómeno
resultado probable de esta práctica es que los efectos de contracondlclonamlento.
de saciación caen sobre la escrituri y sobre los La técnica consiste en errseña¡ inicial¡nente a los
aspecros culturales que la escucla transrilite. sujetos a relajane. En una segunda fase se catalogan
jerárquicamentc todos los objetos o eventos que le
producen ansiedacl en tanto que la tercera fase estiba
Procedimienms mixns en imaginar el elemmto de menor arsiedad en la escala
jerírquic4 asociándolo con una situación de relaja-
Este tipo de procedimientos co¡rsisen en combi- ción. Una vez corseguido el dominio de la relajación,
nar el uso de refuerzos aversivos con refuer¿os se pasa al siguiente elemento. v asl sucesivamente hasta
positivos. Por ejemplo, en el contracondicionamien- lodrar deseñsibilizar de ficrmCsistemática y progresiva
io se refucrzan las conducras deseadas (deiar Ia esos elementos a¡siógenos.
puena cerrada) y se desatienden (time-out) Ias inde- Los resultados suélen ser satisfactorios (del 88 al
seadas (deiar Ia puena abiena). En oras ocasiones 9296 de desaparición de trastornos fobicos, segrin
se hace un plante amiento condicional o altemativo; wolpe), y probablemcnte sea la tcrapéutica conduc-
es decir, si la conduca es inadecuada (no acabar la tista más empleada. Sin embargo. el mecanismo por
tarea) sc rcfi,rcrza aversivamcntc (el sujeto pierde el cual actui la deserxibilizacién no está comoléra-

CAP. 12, PSICOLOGíA PSICOEDUCATIVA 141


mente claro (Nelson, l9óó), Algunos autores atri- efecto desinhibidor y faciliador de la conducta (Pe-
buyen la mejoría al conocimiento del progrcso, a Ia lechano, 1980; Wilson y O'Leary, 1980).
aprobación, sugestión, entsiasmo y esperanza del Una observación final apunta a replantear las
terap€uta, aunque la mayoría de los estudios exp- posibilidades que tiene la filrnación en especial las
rimentales señalan que la qran contribución a la videoqrabaciones. para mostrar comportamientos
meioría oroviene de 'la asociación sisremática de la desea6les: inrerés por el saber, colabolración, aten-
relájación muscular profunda con las escenas pro- ción, buenos modáles en el trato con los compañc-
gresivamente ansiógenas, relacionadas con las difi- ros, etc.; si a continuación se combinf con
cultades neuróticas del paciente (Brady, L972). conversaciones, refirerzos y comparaciones positivas
La desensibilización sistemática se realiza en un con los personajes de la película.
contexto de relación ¡xicoterapéutica, por lo que
surgen elemcnros de psicoterapia de a¡royo y reedu-
cadora, {ue no hay razón para excluir, sino para Técnicas de autocontrol
potenciat (Bndy, 1972). Respecto del uso de de-
sensibilización sistemática en ambientes psicocduca- Si uno de los principales ob.jetivos de la educa-
tivos. no hcmos encontrado información. ción cs lograr que las personas scan capaces de
En relación con los procedimienros de fnoding, autopcrfeccionarsc, de autoeducarse, es claro que
tanto en.el caso de la implosión -en la, que.el para conseguirlo el alumno tiene que aprender a
paclente lmagna escenas que provocan mledo rn- istablecer iu propios objerivos, a rigulir su con-
tenso, como de la inundación en la que se enfrenta ducta y a prop,orcionarse sus propios refuerzos.
directamente a la siruación temida sólo o acomDa- La vida entera es un gran proceso de autogcstión.
ñade. son nrocedimientos de menor uso eo la Nos trazamos obietivos a largo plazo, que a su vez
realidad educitiva, aunque en cienas ocasrones pue- imnlican d.istintaí fascs v subieias. Análizamos los
den ser útiles, pero siempre considerando cl riesgo prócedimientos y las situacioncs, nos damos áni-
potencial que llevan implícito. mos. nos reforzanos anticiDadamente. con la exoec-
tativa de lograr los propóiitos, y también después
cuando ya los hcmos conseguido. Si no fuera así,
Técnicas de modelado sería imposible cntcnder el largo proceso del estu-
o aprendizaje social diante, del emigrante o del deponista. La meta
última, mental, simbólica y anti es re-
Son pocos los esrudios que en el aula han proba- forzadora. Pero también lo es cada una de las sub-
do esre ti¡n de procedimieirto, basado en el ipren- metas. es más probablemente lo sea la orooia
dizaje de óbservición o de imitación. Sin cmb?rgo, activi<iad i¡rstrum'ental del logro de meta.
los trabaios realizados ofrecen resultados cstimulan- Ior consiguiente, los procesos de autogestión o
tes. Zimmerman y Pike (1972) descubrieron que el autocontrol de conducta implican que el sujeto debe:
modelado, más el elogio, era más ¡rositivo que el
elogio solo, a la hora?e'ayudar a ios alumn'os de o) Trazarse los objetivos que ha de conseguir
segundo grado a firrmular preguntas en grupo pe- I autoorientación) .
queño. Swanson y llenderson (1977) también cm- á) Hacer un análisis de la tarea.
plean el modelado con niños de preescolar para c) Desarrollar la conducta adecuada al logro de
aytrdar a formular preguntas. Para ello, utilizaron los obietivos.
como estrategia la combinación de presentar prime- l) Obteíer retroalimentación inform ar:va (feed-
ro una filrnación de video de niños formulando úazÉ) dc su conducta (autorregistro).
Pr:g¡¡ntas, y luego practicar esas destrczas, que se a) Autocvaluarse.
rerofzá¡on. j Autorreforzar la conducta adecuada o corregir
En algunos casos el modclado es una técnica la lmProPla,
imprescindible. sobre todo cuando las conductas
qué han de dcsa¡rollarse no están en el repcnorio Las técnicas de autocont¡ol han sido aplicadas a
del sujeto; por ejemplo, enseñar a hablar a niños niños y adultos con va¡iados procedimieitos (Ma-
autistas. En gcneral se considcra que cl modelado honey y Thorcnsen, 1974; Stuan, 1977; Kazdn,
ayuda a adquirir respuesras nucvas, y que tiencn un 1980\.

COBRIENTES Y APORTACIONES
Los primeros cstudios sobre autorrefi:erzo (Kan- realiza una tarea dcterminada. Así sc ha entrenado
fer y Marston, l9ó3; Marston y Kanfer, l9ó3; a niños hiperactivos a obseryar su conducta, con cl
Marston l9ó5; Kanfcr y Duerfeldt, l9ó8) se plan- propósito de reciucir su conducra dcsorganizada
teatran si la hcteroaclministración de refuerzos ienía (O'Leary,1972).
la misma eficacia quc la autoadministración. Los Sin embargo, la revisión cuidadosa dc los €fecros
rcsultados parecían-demostrar no sólo que la au- del autorrcgistro indican que, con algunas excepcio-
toa<lministración era efectiva, sino que en algunos nes son transitorios (Kazdin, 1974 ú; Nelson,
casos era superior a los refuerzos provenientes del 1977). Paru que sea cfectivo! este proccdimiento
extcrlor. dcbe ir acompañado dc otras ticnic¡s.
Aquí corxideremos los procedimicnros y resulta-
dos en rclación con algunas de las ctapas inherentes
al autocontrol de conducta. Críterio m Ia realizaciln d¿ In tarea
Spates y Kanler (1974) intentaron evaluar la
Auaorientac in efcctividad de distintos aspectos de autoconrrol:
autorregistro, criterio en la tirea y autorrefi,¡erzo. La
Quercmos denominar dc esta tbmra al proceso tarea consistió en problemas aritmédcos de suma de
por el cual los alumnos se proponcn sus propios pares de trcs clígitos. Se formaron cuatro grupos: l.
óbjetivos. Varios cstudios ñan'rcvclado que, en grupo dc autorregisrro, ¡lra riecir cn voz alra lo que
general, los alumnos trabajan nás cuando han sido iba hacicndo; 2. gn:po de crirerio, para operar en la
ellos mismos los quc establecicron los niveles, que tarea; 3. grupo de autorrcgistro y critcrio; 4. grupo
cuando éstos han sido dcrerminados de antemino de autorrcgistro, criterio y autorrefuerzo; 5. gn:po
por adultos (Felixbrod, 1974). Sin embargo, se ha control, Los resultaclos indicaron la supcrioridad dc
de cuidar que los objctivos fijados ¡nr los alumnos no los grupos 2. 3 y 4 sobrc el gnrpo de cont.rol (5),
sean cacla vez más baios. tal cono muestra la revisión pero tambiin sobre el autorregistro (l¡. Por orra
de O'Lcary y O'Leary (197ó). Existen también pane, el grupo de autorregistro, criterio y autorre-
estu(üos en los cualcs el profesor logra que los fuerzo (4) fue e[ que obtuvo menos crrores, lo cual
alumnos de primer curso aumcnten cada día la indica la superioridad dc los niños que reciben
calitlad dc sus objctivos; por ejemplo, el número de cnüenamicnto en todos los comnonentcs. Sin em-
problemas de matcnríticas, al elogiarlos en cada bargo, hay que haccr notar que-el operar con un
l0olo de incremento. Con ello sc mantenían altos criterio (2) marca difcrcncias corsiderables res¡:rcto
niveles dc trabajo, cuya mcjora sc extendía a otras al grupo control (5) y al grupo (l) que sólo se
asignaturas (Price y O'Irary, 1974). limitaba al autorregistro (véase también Kanfer,
r97s).

Auarregis*o
Aatoetalua¿fuín
Algunos ejemplos de autorregistro son el tiempo
dedicado al estudio, cl númcro de tarcas terminadas, Es una técnica más difícil, fror cuanto implica la
cl númcro de veccs que el alumno fue capaz dc realización de un juicio acerca de la calidad dc la
cnfientarse a una situación dc miedo, ctc. ?ara cllo, conducta. Tal parece que los alumnos pueden
el esrutliante dispone cle una hoja dc registro, gráfi- aprender a evaluar sus conductas con gran precisión
co o diario y cn él señala la frecucncia de estas (Santogrossi y cols., 1973). Los rcforzamientos
concuctas. adicionalcs del profesor pucdcn ser útilcs para la
Las investigacioncs (Kazdin, 1974; Broden, Hall precisión del autorrcgistro y de la autocvaluación
y Mirss, I9Zl; McFall y Hammcn, I97l) han de- (Ballard y Glynn, f975). Sea como firere, es nece-
mostrado que cuando se a1.uda a quc los sujetos sario advertir que la autoevaluación, por sí sola, no
otrscrvcn sus propias conductas, es más fácil lograr qarantiza bucnos resultados. Convienc más acom-
un camtrio en las mismas. Para facilitar el registro, óañarla de reÍirerzos.
Ios psicólogos utilizan ¡icnicas que atudan al niño
¡ tlccir en voz alra lo ()ue esti hflciendo cuando

cAp. 12. TECNOLOGí¡ pSTCOeOUC¡rVr 143


Au*rrefotzamiena una historieta o anécdota a los contenidos cultura-
les, aunque de nucvo l'r¡e lva a la historiea. Otro
Bandura (1978) ofrece pruebas de que el pre- ejemplo iería que cl profesor atribuyera rasgos hu-
.
mlarse a uno mismo por una tarea bien hecha morísticos a distintos elementos o instrumentos del
conduce a niveles de rendimiento suoeriorcs a los manejo de la clase o de un tema que explica-
obrenidos por la simple autoorientación o autorre- Todas estas técnicas, así como el uso del condi-
gistro. En este sentido, confirma lo investigado por cionamiento clásico, no han sido ¡rensadas para el
Spates y Kanfer (1974). desarrollo profundo de actitudes positivas hacia los
El autorreforzamiento ha sido usado con f¡e- valores suliriores, como es el amór por el saber, por
cuencia en el aula (fones, Nelson y KauJtn, 1977; la cooperáción, ¡ror el respeto humlno, etcéteál
Mclaughlin, I97ó; Rosenbaum y Draman, 1979). ú) Valoración de las variables cognoscirivas, en
Generalmente, el autorreforzamiento en clase con- especial de las exnectativas en la modificación de
siste en quc el alumno se administra puntos de conducta, que como se sabe se pone de manfiesto
acuerdo con un criterio en la consecución de los en los efectos de placebo de la práctica médica
objedvos. Un ejemplo dc aurorregistro y aurorrc- (Bayes, 1982). Respecto del valor de las expectati
ftierzo es el que ofrecen McKenzie y Rushall (1974) vas'en la desensibilización sistemática.'Bradv.
con un equipo de natación integrado por niños de (1972), Kazdin y Wilconxon (I97ó), en un excá-
9 a ló años. Ante la dificultad de incrementar la rasa lente trabajo crítico, ltrclven a plantearlo. En rela-
de entrenamiento, instalaron gníficas cerca de las ción con los factores determinantes del éxito en la
rriscinas. donde cada nadador anotaba el número de
ilargos" efectuados; asi, 9:9TTf^ d9.
fcha¡. Magaro,. Gripp y McDowell
podian ver los resukados (1978) también ofrecen consideraciones semejan-
propios y los de los compañeros, y también dar v tes. Otro tanto hace R. Bayes (1982) con los resul-
iccibir fé[citaciones. Cuándo se ínt¡rcduieron la's tados obtenidos en el aprcndizaje y práctica dc
gráficas. la tasa dc entrenamiento se increnrenró en respuestas,incompatibles medianre un ejercicio de
un 27Vo. v$uallzaclon lmaglnana! aparentemente lnoperante.
en la modificació-n de hábitos nerviosos. Tai parecé
que a todos estos "eflectos inespecíficos en terania
Consideraciones relacionadas habría que 'atribuirlos a lo
igq*tq1^-t^l"y:s) que
con Ia modificación de conducta .r1ruuos ( Ivly) denomtna eJectosuJeto.
en ambientes psicoeducativos r) Valoración del uso del gnrpo de clase como
suicto v medio en la modificación
'l) Valoración de los de la conducra.
Al terminar la descripción de las principales téc- prognmas de cntrenamienm
nicas de modificación de conducti en inbientes para profesores y para profesionales en la prácrica
educativos, nos lxrcatamos de una serie de aspectos ite lf modificación de'conducra. Este heiho ha
que deberían ser abordados como complemeñto, lo morivado diferentes observaciones e invesdqaciones
cual nos llevaría a ser exageradamente €xtensos,- fror (Kazdin y Moyer, 197ó). En lo que toia a los
lo que sólo nos limitarerños a menciona¡los: ^ procedimientos utilizados en e[ enticnamiento de
los profesores, al parecer los métodos instrucciona-
a) Valoración en la realidad escola¡ de las técnicas les han ofrecido escasos resultados. Los orocedi-
dc control dcl esdmulo. Sólo hemos considerado mientos, rn condiciones simuladas (fones y-Eimen,
aquí el control del refuerzo o de las consecuencias. 1975) durante una clase fictici4 dieron como resulta-
Por ejemplo, una récnica podría ser la denominada do la reducción de conductas inadecuadas de los
"atenuación del estímulo" (Agras, 1972), que lleva- estudiantes en grupos "rcales" de los profesores. Los
da a la realidad escolar podría utilizarse pa¡a el resultados de la recoalimentación no son rotalmente
cambio de actitudes hacii el saber. Un -efor uso claros. La técnica más efertiva rrarete ser el r¡so de
consiste en emplear películas, ya que los niños se reforzamiento positivo, a los proÍésores, en la medida
divicnen viendó un ¡'ersonaje cómico en las prime- en que incrementan los esdmulos r¡osirivos a los alum-
ras escenas. Ese personajc en las siguientes escenas nos. Estas y otras corsideracionei al respecto se pue-
se asocia cómicamente con contenidos culturalcs, den encontra¡ en la rcvisión que hacc Kazdtn (1982).
que luego tendrán autonomía. En la exposición oral, z) Otro tema que ha de cónsiderarse lo constiru-
el pro6sor podría hacer algo semejairte: pasar de yen los procedimientos para Ia inexünción de lx

14 pARTE 4. coRRtENTEs y ApoRTActoNEs


respuestas y para su nansferencio a situaciones divcr- y cuáles nof iAspectos talcs como autonomía, übenad,
sas (véase Kazdin, 1982). cooperación, capacitlad crltica, capacidad de elabo¡ación
o relación informativa, podrían precisarse más en cuanto
Llcgados a este coruideramos que. las a su cons€cución¡ iDc qué modof
.punto, El connol educativo €n el conductismo no es una
aPortacrones Pslcoeoucuvas del paradgma conduc-
rcivindicación purista pa¡a saficiona¡ r¡n trabajo, sino un
tista son inmensas, sin embargo, hay que observar
procedimiento facilirador, cle mayores y mejores logros
también lo que no se ve, es decir, los silencios del educativos. I-o mismo se hace con los orocedimientos de
conductismo. Silcncios u omisiones consecucntes arreglo de la tarca, ¡ a que el conducrismb planrea disponcr
con los postulados que sustenta. la situación dc forma que facüte la consecución dc los
objetivos: principios de plarúñcación, graduabiüdad, do-
miúo-ava¡ce, oporrunidad, actividad, retroalirnentación,
GUÍA DIDACTICA comoeteucia de estímulos. etcétera.
De todos estos principios, icuáles son los que más o
El esfuerzo de precisión de la Jxicología conductista los que menos se cumplcn en los distintos niveles de la
condujo a cuidar todos los aspcctos de la tarea. De ahí cl €nseñenzá¡
énfisis en conveni¡ los ob.jetivos generales o difi¡sos en El conductismo propone trazar objetivos y disponer la
objcrivos operarivos o cva.lual¡les. situación adecr¡ada (antecedenres de la conducta), pcro
Trabajar en el campo educativo, rrazándose objerivos todo eüo sería incomrrlero si no tuviera en cuenta el
-(consecuentes
operarivos, es una exiqencia de conrrol indicadora de control dc refuer¿os de la conducta).
eficecia. Sin cmbargo,-ha1' cfficos a csre puntor que iCulcs son los lincamicntos gcnerales que se dcberían
co¡¡sitleran que los objctivos opcrativos no caben en la observer en el momento de acruar eficazmente con los
mayoría tle las tareas educativas, en rá¡lto no son refuerzosl
iQué se puede pensar sob¡e estol iNo
op€racio¡ra-lizables. iQué juicio podríamos cmitir acerca del uso de rcfue¡-
son demasiados los objetivos exigidos en un p¡ográma zos como medio de control de le conducra en cducaciónf
educativol iTotlos pueden convenirse en o¡xrativos) il-o iNo surpne todá educxción r¡n control de la co¡rductaf
operativo exige siempre ewJuacióu de la ejecución com- iCuánd^o el cont¡ol es aceptable éticamente y cuando no)
ponament¡lf iSe puedcn considerar también objetivos El conductismo ha dcsarrollado un coniunto dc
operativos la cjecución o respuesra de conrenidos plan- récnicas imponantes dc modificación de condúcta. iEn
¡earlos a ¡ravés dc r¡na prueba o exarnenl iCu¿iles aspectos qué nivelcs de la e¡rse¡-ranze y en qué ocasioncs es más
cducarivos requerirían de una mayor exigencia operariva apropiado usar cada un¡ de estes ¡écnicas)

CAP. 12, TECNOLOG|APSICOEDUCATIVA 145

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