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El paradigma
conductista:
tecnología
psicoeducativa
123
Principios y estrategias conductistas Priwipío d¿ dominio-aodn¿a
en la rnstrucclon
Como el programa está suficientemente esúuc-
La filosofía de la educación conductista se entien- turado, se destaca el total dominio del material y de
de mejor cuando sc consideran sus principios y las secuencias de las tareas de un nivel. antes de
estrategias metodológicas. Hay que reconocer que poder avanzar al próximo.
fuera de la crítica que se le ha hecho por defender
valores intelectuales basados en operaciones perifé-
ricas, mecanicistas, o meramente discriminativas, las Prin4ipio de oporttnidad do reslwesta
a¡rortaciones del conducdsmo son fundamentales
para la enseñanza, en cuanto ha promovido hábitos Se permite todo el tiempo posible de cmisión de
de mayor prccisión y rigor profesional. respuestas hasta lograr el dominio necesario. Se
Desde nucstro punto de vista, los principios do- pane de la base de que cada zujeto tiene distinta
minantes con los oue cl conductismo ha desarrolla- velocidad de aprcndizaje, unos llegan más tarde que
do sus sistcmas y zu tecnología instruccional, serían otros, pero se mantiene el optimismo de que, en
tos slgulen¡es : general, todos pueden alcarzar la meta.
niryi¡io de comportantrn tdl idad También se conoce como control de los antece-
,nantflasrá, dentcs de la conducta escolar. Aouí se oone dc
relicvc que los estímulos clicitadorei (disciminati
ln.l¿.n.¡" del diagnósrico y dcl ratamiento en vos) sean lo suficientemente nítidos (no ambiguos
las competencias académicas. No eúste preocupa- o vagos). Se evitan así otros estímulos distractores
ción por cvaluar rasgos o aptitudes, como era tradi- o competidores. Por otra parte, se procura consoli-
cional en elenfoque psicométrico, sino que se insiste dar las suficientes conexiones entre los estímulos v
cn evaluar y tratar las conductas más próximas y sus correspondientes respucstas. Con la práctica, s!
comprometidas en el proceso académico. han de elimina¡ las interferencias de las oosibles
respuestas comperidoras, etcétera. El control de
esrímulos es la parte que más se identifica con la
Prinaifu do $adlaobilidad mncron rfism¡ctora.
Dimensión educativa del refuerzo Llcgados a esrc punto. la noción skjnneriana dcl
refueá 1'todo lo que incremenra Ia probabilidad
El refuerzo constituye el núcleo de las técnicas dc de que uná respuesra se repita") es excesivamente
modificación de conducra y, por lo mismo de las opericionable y anula todo üso de intencionalidad
aponaciones más im¡ronantes que el modelo con- o propositiüdad (mentaljsmo) en la conducra del
ducrual pro¡rorciona a la educación. sujeto. Frente a esta posturar conrastan el carácter
Si la planificación de la enseñanza -{oncretamen- afec,tilo, que le da Thómdike, el carácter propositivo
te la determinación de los obietivos instruccionales en Hull y el carácter cognoscirivo-propositivo en
y el análisis de la tarea-, répresenta la acdvidad Tolman.
preliminar, y la evaluación la ictividad postrera, el De acuerdo con esras corsideraciones, para Skin-
control de los antecedentes v consecuéntes de la ner el refirerzo es sólo un criterio con oue se evalúan
conducta del alumno, en camúio, constituye la acti- los resultados de la conducta; es dccir-, aquello quc
üdad ccntral del oroceso didácticc.¡. la incrementa. En cambio, desde una pcnpectiva iicl
El control del iefuerzo por p¿ne del profesor es sujeto, los refuerzos son; ,) metas dé los impulsos,
la operacron que pueoe proporclonaf un tncremento o de los propósitos; y ú) satisfacciones consecuenres
de las conductas descables y un decremento de las a la conducta.
no deseables. Se entiende r¡or conducta tanto el
comportamiento social como la. ejecución de habi- a) Dimensión cognoscitiva. Refi¡erzo es todo
l¡oaoes Pslcomoürces y cognoscltlvas. aquello inform-arivamente valorable para el
En- la intervención psicoeducativa, la tarea pri- sujcto y a ravés de lo cual dirige y coñige su
mordial consiste cn pr¿isar cómo úiliza¡ los refuer- conducta.
zos. Previamente dilxn determinarse los tioos de ú) Dimensión afectiva. Refuerzo es todo lo quc
retuerzos, e incluso esclarecer qué es lo que se produce satisfacción a los organismos (deldc
entrende fror retuerzo. la ¡rersqrctiva homeostárica o hcdónica).
c) Dimensión cbnariva. *efuerzo es todo lo que
despiefta y mantiene la conducta del sujetó.
Conee¡n de rof,otzo
Una definición global diría que refr¡crzo es todo
En lo que toca al concepto de reñrerzo, nos lo info¡macivameñte valorablJ para el sujero, al
parecen muy ilustrativas las observaciones de Pini- producirle satisfacción y al suscitar y dirigiriu con-
llos (1975 ú) para "esclarecer suma¡iamente el es- ducra. En este sentido, a los esfueáos n-egativos o
pectro semántico del término refuerzo": estímulos aversivos, Ios consideramos comó todo lo
que es informativamcnte desfavorable para elsuieto,
l. Las "satisfacciones" de la lev del efecto de al producirle insarisfacción y al inhibir o anular la
Thorndike son, qué duda cabé, rcfuerzos. aun conducta.
cuando no se denominen de esa forma. En estc contexto, la concepción de Skin¡ler sc
2. Los estímulos incondicionados utilizados en sinia cn la dimensión conativai la de Thomdike, en
el modelo clásico de Pavlov son también re- la afectiva; la de Hull, entre la afectiva y la conatival
fuerzos, pero de otra clase y con otras propic- y la de Tolrnan. en la cognosciriva. Poi consiguien-
oaoes. ie, desde una perspectiva'restringida de la mcüifica-
3. En Ia teoría de Hull, los inccntivos prima- ción de conducta, hay quc considerar cl reñ¡erzo
rios y secundarios qtre reducen cl imóulso v desde la dimensión cónátiva de Skinner: oero si-
satisácen las necesi<iades, son iguaknénte é tuándonos en modelos de aprendizaje obséóacional
fuerzos. o encubiertalista, al refueño hay quc entenderlo
Pdmeñs Séplimas
. Hacar una pelfcula o montaje audiovisual (colectiva), . Estud¡ar un tema de histor¡a (individual).
. Organ¡zar una excursión (co¡ectiva). . Estud¡ar un tema de geogralla (ind¡v¡dual).
. Jugar con una maqu¡n¡ta €lectrón¡ca E-F" (¡ndiüduat). . Exponer oralmente lo estud¡ado (ind¡vidual).
. Celebrar una fiesta (colectiva).
Oclavas
Segundas
. Hacer ejercicios gramaticales (individual).
. Hacar teatro (colec¡va). . Besolver problemas de matemáücas (ind¡v¡dual).
. Encargarse d€ cu¡dar la p€cera (ind¡üdual).
. Ofr música, pon¡éndose los audífonos (¡ndividual).
. Poder sentarsg junto a un compañero prglerido (ind¡-
v¡dual). . Aprender fechas y nombres de autores y c¡udades ex-
tranjeras (¡ndividual).
Tercetas
Décimas
. Proyectar una pglícula o un video (colect¡va).
. Encargarse de rsgar ¡as plantas (indiv¡dual). . Aprender fórmulas de lísica (indiv¡dual).
. Hac€r una investigac¡ón en el med¡o (colectiva).
. Manterier intercamb¡o d9 conespondgncia con alumnos Cualqu¡er activ¡dad selecc¡onada puede serv¡r de
d6 obo coleg¡o (ind¡üdual y colect¡va), refuerzo a las elogidas en orden poster¡or, Inc¡uso se
. Celebrar una asamblea sobre los problemas de la clase pueds hacer un tramado jerarqu¡zante, de forma que
lcolectiva). las act¡v¡dades calificadas en últ¡ma posición (octavas,
CORRIENTES Y APORTACIONES
extrínseca e inrínseca. La educación propugna, Pnnramas d¿ la distribwíón
considerando el carácter evolutivo y estanllgin del d¿ [os rcfimzos
ser humano, pasar de los reñrerzos primarios exter-
nos -tangibles, extrínsecos, administrados por L" .jn oo..r.i" fundamcntal en los programas
otros-, a refucrzos secundarios, intemos, simbóli- de distribución de los rcfuerms, tanto de razón
cos. sociales. intrí¡rsecos v autoadministrados. como de intervalo. es oue e I reforzamiento continuo
Él .t ,rh de los procedi- da como resultado h ahquisición rápidade un com-
mientos dc autocontrol oue"rp..to
"otorrifuer¿o más adelante comenta- POrtanTlento nuevo, Pero una extrnclon rclatlva-
remos. El autorrefucizo ha sido usado con mente rápida; por otra pa¡te, dc acuerdo con un
frccuencia en la clase (fones, Nelson y Kazüa 1977; programa intermitente, el rcforzamiento resulta en
Mclaughlin, 197ó; Rosenbaum y Drabmar¡ 1979). una adquisición relativamente lenta de comporta-
Como ilustraciór¡ diremos que Ballard y Clynn miento nuevo, si es que se adquiere alguno. Sin
(1925) utilizaban el autorrederzo para mgorai la embargo, "una vez qu'e el comfunamie"nro se ha
escritura de narr¿ciones por parte de los niños dc la adquirido, se extinguirá de fi¡rma relativamenre len-
escuela primaria. I-os niños autorregistraban el núme- ta". (Andcrson, 1973, pág. 280) ,
ro de frases distintas, palabru descriptilas y vocablos De lo anterior, se deriva el siguiente procedi-
de acción.Ellos autogratificaban con un punto por el miento práctico: para producir una adquisición rá-
incremento de cadir¡na de esas ríre-¿s. ^ I-os oluntc pida de un compoftamiento nuwo sc debe utilizar
pndían cambiarse por jucgos, tiempo libre, la o'pomr- un programa de refor¿amiento continuo y luego,
nidad de mostrar sus historias v ou'as actiüdades para evitar una extinción rápida, se debe cambiar a
placenteras. .i\1, el autorrefuerzo contingente mejoró r,¡no rntermrtente .
la escriura.
7. Refuerzos manifiestos y encubienos. Son ca-
tcgorías menos mencionadas, pero existentes en la Procedimiento educativo
práctica conductual. Los refuerzos utilizados por el de orientación conductista
conductismo tradicional eran observables v maniou-
lables desdc el cxterior; en cambio, a iravcs icl De acuerdo con los principios y las esaategias
encubiertalismo se han emoleado refucr¿os no sólo definidas cn la insm¡cción por cl enfoque conduc-
autoadministrables. sino dc tioo mental. Desde la tista, tal como los hemos descrito, se ha dearrollado
década de l9ó0, Cautela üené desarrollando diG- ciena tecnología adecuada para la enseñanza: la
rentes técnicas que corsisten en utilizar la imagina- enseñanza programada. Además, se cuenta con pro-
ción como fueiite de refi,¡crzos. Se han publióado gramas como la Direct kstrucdon (DI) y el Pcno-
casi 30 trabajos (Kazdin y Smith, 1979) referidos a nalized Systcm of Instrucdon (PSI).
difere ntes problemas, talcs como cambio dc acrirud,
expresiones lingiiísticas inadecuadas, etc., y sus rc-
sr.rltados indican, en líneas gcnerales, mayor eficacia Enseúanza progranada
en los gmpos de ratamiento que en los grupos dc
control (Pelechano, 1980). Sidney Pressey (1932) inventó un tipo de máqui-
8. Refuerzos tíoicamente escolares. Además de la nas de enseñanza programada; posteriormente, B.
atención, el afecto y el aliento del profesor, así como F. Skinner promocionó este procedimiento fi,rnda-
todos los refuerzos que hemos mencionado, hay un mentado en su teoría del aprendizaje, cuyx ventajas
tipo de rcfuerzo que podemos corsiderar cómo expr¡so en su artículo "The Science of Learning and
típico de la i¡stitución escolar: se trata dc las califi- the Art ofTesth@" (1954), en un momento en que
caciones académicas. Sobre todo, en el nivel de h¿bía escasez de profesores y creciente número de
bachillerato v en la universidad las calificaciones son alumnos.
el recurso mbtivador más imponante con que cuen- Las principales características de la enseñarza
ta el profesor en la enseñaná (McKeachie, l9ó3). programada, ya sea a través de imágenes o de libros,
Sin embargo, Anderson (1973) señala que los son ns slgurentes:
dif'crentes manuales de psicología de la educación
soslayan los efectos que ias caliñcaciones ejercen en l. Especificación del objetivo que ha de ser
los estudiantes. dominado por cl que aprende.
4, CORRIENTES Y APORTACIONES
Eysenck (1952) introduce la etiqueta Beharbr rcÍueno ('1975 a, y El refuerzo negaüvo en la educa-
Tbcn¡ry e incim. apane de dcsarrollar r¡na crítica ción: el Nowema dal castigo (1975 b). Desde una
muy dura contra el psicoanálisis, a desarrollar técni- perspectiva tgór¡ca del d¡agnósüco lo han hecho Fer-
nández Ballsstsros (1981), y desde una vert¡enta de
cas tera¡Éuticas fundadas en las teorías del aprendi-
tratam¡ento, aunque más bien clínica, Carrobles
zaje. de lavlov. Hull, Mowrer y Miller. (1981), Bayés (1982), etétera. Pero hay que destacar
Btos fueron los inicios, pero ya en la década de algunos hechos lmportantes, der¡vados fundamsntal-
1970 se puede apreciar un gran desarrollo en las mente de la in¡ciativa y promoción d6 V. Polechano.
técnicas de modificación de conducta, en las cuales se Uno de ellos es el Pr¡mer s¡mposio sobro aprend¡zaje
distinguen tres líneas de actuación (Wilsor¡ 1978): y modificación dg conducta en amb¡sntes educal¡vos,
(Madr¡d, mayo & 1975), con la ¡ntervenc¡ón de bren-
l. I-a corresoondiente al análisis de la conduca gelmann, García-Hoz Rosales, Kanfer, Pslschano y
ariicada (Aooü¿tl Behm,iorlza.fy¡¡). dc-rivado del con- Pin¡llos, crJyas ponenc¡as se publ¡caron en sl m¡smo
Ai¡.tlsmo ri'dical de Skinncr. 'Destaca, como se ha año. Tamb¡én cabe rocordar el Pr¡mer Congreso Inter-
nacional sobre Pslcología y Procesos de Soc¡al¡zación
seña.lado, la manipulación sistcmática de las contin-
(Alicante, febrero de 1981), mn la participación de
gencias ambientalés, mediante refi;erzos incrementa-
Eysenck, Pelechano, Cautela, Meinchembaum, Pin¡-
dores de los olxrantes, para descalificar cualquier llos, Mohon€y, Brengelmann, Rodríguez Oelgado y
variable cogrroscitiva, intema o mediacional. Wolpe. En esa misma línea se sitúan los trabaios, que
2. La línea desarrollada en el modelo neoconduc- revelan su ¡nfluenc¡a. roal¡zados en la Un¡vers¡dad de
tista mcdiacional S-R, que entronca con las directri- La Laguna y la Un¡vers¡dad de Valenc¡a, en dond6 ha
ces de Eyrenck y de Wolpe. En este enfoque se estado traba¡ando. Concretamente, dg la Un¡versidad
acepta el empleo de variablcs intermedias, tales co- de La Laguna proceden los trabajos sobfg programas
mo las imáeenes mentales en la desensibiüzación de economía de l¡chas a n¡ños con problemas de
sisremárica,
-Pero
no se trata de terapias cognosciti- conducta y aut¡stas (De Vega y Bodr¡go, '1976, '1979);
vas propiamente dichas, puesto que el acento recae
los trabajos mn paraprofes¡onales en la educación
(Del P¡no, 1979); los de autocontrol en el dosarrollo de
en un tratamiento I-R. los háb¡tos de estud¡o y del autoconceplo (H€rnández
3. La que corresponde a la teoría del aprendizaje y Mez de la Fe, 1982).
social (Bandura, 1969, 1977). Basada en el apren- Los campos de la mod¡ficac¡ón de conducia en la
dizaie obscrvacio¡ral o vicario, esta teoría corsidera educac¡ón son numefosos, pero hay qua reconocer
que la conducta también está rcgulada por mcdia- qu6 se ha ocupado centralmente do las conductas
c'iones imaginativas y lingüísticis. Tal'enfoque sc d¡srupl¡vas en clase. Otros aspectos han s¡do sl rendi-
aproxima a las terapias cognoscitivas, al igual quc miento sn c¡srtas hab¡lidades académ¡cas sspecíf¡cas
las dearrolladas oor el encubienalismo. mmo la lectura, la ortografía, etc.; la interacc¡ón soc¡al
y la atención prestada en s¡tuac¡ón de aprend¡zaj€.
Desde cl punio de vista metodológico, las técni-
cas dc modihcación de conducta se asocian con las
S¡ se requ¡€f€n gnconlrar antecedentes remotos,
podríamos retrocedsr hasta 1800, 9n Inglatarra, para
técnicas de análisis funcional de la conducta y con encontrarnos @n Joseph láncaster, estructurando un
los diseños exoerimentales N : l. s¡stema de incent¡vos en clase con el qug proporc¡ona-
ba un método económ¡camente factible Dara educar a
numerosos estudlantes (Lancaster, 1805). El s¡stema
REVTSTóN HrsróRrCA, utilizaba a mmpañeros que servían como monitores en
UNIVERSAL Y ESPANOLA clases formadas oor cientos de estud¡antes. Estos
EN EL CAMPO EDUCATIVO r6c¡bían f,bkels d6 sus comDañeros mon¡tores en rela-
c¡ón con sus progfgsos sn las mater¡as académ¡cas.
La modif¡cación de conduota ss ha apl¡cado amplia- Los tckets podrían ser camb¡ados por oúos fefuerzos.
menls en s¡tuac¡ones educat¡vas, espec¡almenlg 9n Como s€ observa, aste s¡stema t¡ene semejanza con
Estados Un¡dos, Alemania e Inglaterra. Durante la úlü- el de economía de f¡chas, proced¡miento de pr¡mer
ma década se ha promocionado en España, con los orden en la mod¡f¡cac¡ón de conducta en ambientes
niños dsf¡cisntes mentales, aut¡slas y n¡ños con lras- escolares.
tornos de conducta. Su pr¡nc¡pal promotor, ha s¡do V. Como hemos d¡cho, la mod¡f¡cación de conducta se
Pelechano, creador de la rgv¡sta Anál¡sls y mod¡líca- ¡nic¡a, da forma téor¡ca y on la investigación en el
c¡ón da conducta. Otros autores gsoañoles han contr¡- laborator¡o, durante la década ds 1950, para comenzar
bu¡do con su aportac¡ón teórica o apl¡cada, mmo es el su práctica de intorv€nc¡ón soc¡al en los años sesonta.
caso ds J.L. Pin¡llos: con La d¡mens¡ón educaüva dol Por lo que respecta a la educación, toma @mo med¡os
II
técnlcos important€s el slstema de economía de fichas los distintos orocedimientos utilizados en Ia teraoia
y los proced¡mlontos da autocontrol. Según Rieth y La
conductual. clasificación que hace Wilsori y
Copeland (1977) ha atend¡do sucas¡vamente a los O'kary (f980) nos parece la más adecuada, y la
s¡gu¡entes tipos de alumnos:1. N¡ños defic¡entgs msn-
utiüza¡emos para incluir, en las cinco categorías que
tales e ¡nadaptados sgvsros, 2. N¡ños do preescolar,3.
Niños sspec¡alos de coleg¡os públicos,4. N¡ños de dichos autores proponen, todos las procedimientos
clase normal. gue proceden de difercntes investigpdores. Las ca-
tegorías señaladas son las siguientes:
1. La apl¡cación a n¡ños deficientes aparsc€ en la
b¡bl¡ografía al f¡nal de la década de 1950 y pr¡n- a) Técnicas dc condicionamiento operante. En
c¡p¡os d6 1960, con Ayllon y Michaol, 1959; ellas incluimos el reforzamiento positivo; el
Lovaas, Scñaefter y S¡mmons, 1963; Wo[, R¡s- moldeamiento o rlra¿iz¿; la formatión pasiva
ley y Ms€s, 1964. de conducta y cl sistema de economía de
2. La aplicac¡ón a niños de prooscolar ss ¡n¡c¡a en fichas.
osqrelas p¡loto: Han¡s, Wolt y Baar, 1964; Allen, ú) Técnicas de condicionamiento aversivo. Son
Hart, Buell, Harr¡s yWolf, 1964; Harris, Johnston, de tipo también operante, aunque con refuer-
Kelley y Wolf, | 964; Hart, Allen, Buell, Harris y
Wolf, 1gfl; Bushell y Jacobson, 1968.
zo negativo. Aquí incluimos el castigo; el
3. Lá aplicaclón en coleg¡os públicos comienza pri- üme-out o los refucrzos verbales aversivos; el
meramante con n¡ños de class esDec¡al: Birn- coste de respuesta: la saturación y los proce-
brauer, Wolf, Kiddsr y Tague, 1965: Paterson, o¡mr€ntos mrxtos.
1975: Bab y Hewett, 1967; Ouay, Sprague, c) Técnicas de condicionamiento cl¡ísico. Consi-
Warry y McQueen, 1967; Caflson, Arnold, Bec- deramos como tales la desensibilización siste-
ker y Madsen, 1968; Knowles, Prutsman y Ra- mática, el PodtoS y el condicionamiento
duege, 1968. claslco aversrvo.
4. La aplicación en los cologios públicos a niños de l) Técnicas.de modelado. Se trata de los apren-
clase normal sg désarrolla más tarde: Becker, dizajes observacionales o por imitación.
Madson, Arnold y Thomas, 1967; Hall, Lund y
Jackson, 1968; Madsen, Bscksr y a) Técriicas de autocontrol.' Incluyen procedi-
Thomas,
'1968; Schmidt y Urich, 1969. mientos como la autoorientación, el iutoaná-
lisis de tarea, el autorregistro, la autoevalua-
En lo qu6 toca a las distintas áreas de apl¡cación ción y el autorrcfi:rzamiento.
Instruccional como ojémplos están, por una parte, la
lsctura trabajada por Nolen y cols. (1964; Haring y Habría que considerar otras categorías no estu-
Hauck (1969)i McKanz¡s y cols. (1968); Ayllon y cots. diadas por Wilson y O'kary, como ón hs técnicas
(1972), etc. Por otra parte, el ¡ncremento de atenc¡ón basadas en elcontrol del cstímulo. También oa¡ece
a la tarea ha s¡do estud¡ado por Hall y cols. (1968); convenicnte valorar el papel de oras variablés que
-
Brodsn y cols. (1970); Walker y Buckley (1968); Cos- no son propias de la niodificación de conduita
sairt, Hall y Hopklns (1973), entre otros. como es la variable expectativa, al igual quc otros
Tamb¡én se ha h6cho 6l intento de mejorar el ren-
avances en la práctica de la modificación de conduc-
d¡miento en las matemáticas: Lov¡tt y Curt¡s (1968);
padres, profesores y para
ta, cntrenamiento para -Un
Lov¡tt y Esveldt (1970); Chadw¡ck y Oay (1971); K¡rpy
y Sh¡elds (1972); Hamblin y m¡s. (1974); Copeland, profesionales en geñeral. pro6lema muy árduo,
Brown y Hall (1974). en este sentido. és diferenciár las técnicai de mo-
Incluso se ha propuesto el obiel¡vo de incrementar dificación de conducta y de autocontrol, y aque-
expresiones sscr¡tas con mayor crsal¡v¡dad: Mahoney llas que corrcsponden a ias rerapias cognoócitivas.
y Hopkins (1973), Mahoney, Jacobson y Hopkins
(1975).
Técnicas de condicionamiento operante
Clasifrcación de las técnicas
de modificación de conducta Rafnzamienn positioo
Aunque algunas técnicas son má usualcs, otras La aplicación por el profesor de un estímulo
resultan menos conocidas, de mancra quc no se aqradable iru¡ediatamcntc despues de una rcacción
observa uniformidad en los manualcs que exponen déseada del alumno. corx¡irui'e un reforzamienro
L
Técnicas de condicionamiento aversivo fuerzo negativo es la rctirada o auscncia de
refirerzos. positivo (por cjemplo, no ver la
Con dbion¿mienn anersivo y' castigo, relcvlslon l.
Perspectioa pshoeduca tioa á) Diferenciar entre castigo "natural", conse-
cuente a la conducta inadecuada (por ejem-
En primer término hay que señalar que desde la plo, pasar hambre por haber tirado la comida
pers¡'ectiva de la.teoría del aprendizajc, el casrigo es guc.:". yl momenro no se querix). a cxsrrgo
un tipo de condlcionamicnto rvenivo, es decir, un ''artrtlclal .
condicionamie nto de evitación p¿siva, pues el sujeto c) Discriminar entre. castigos corporales y casri-
aprende a suPnmtr determlnadas respuestas para gos de trPo Psiqurco.
evitar el estímulo avcrsivo. Sin embargo, éabc d) Diferenciar la inrensid¡tl del casrigo.
recordar que exisren otros tipos de condiciona- ¿) Observar, segírn su causa, si el castigo es
mientos ¿versivosi por ejemplo, el.de escape, el consecuencia de una acción o de una omisión.
oe cvltacron acrlva v el condtclonamtento avcrstvo
.;f) De acuerdo con sl¡s consecuencirs, precisar si
clásico, de ti¡n emócional, y no oprante como los el castigo es o no efectivo.
otros.
Aunque son fenómenos diferentes, se suele iden- ¿) Por ello, es nccesario analizar aspectos como
la proximidad temporal, aunque "los paráme-
tificar el castigo con ¡oda estimulación aversiva, que tros tem¡roralcs del castigo son invariables en
tcnga la intención de corrcgir el com¡rcrtamienio. el decurso de la filogenia y de la onrogenia...
Con ello, hemos dado una dcfinición de castigo, en Ia condición aversiva cstá mediada cn el hom-
la que exprofeso hemos utilizado Ia palabra inten- bre por unos procesos simbólicos..." (Pinillos,
ción, pues lo que diferencia al castigb de un acci- r975 b, pág. 55).
dentc, es precisamcnte el carácter intencional. En lu) C-onsiderar el fcnómeno de la habiruación.
otras palabras: no se puede evaluar el tema del i) Contar con el cfecto diferencial intcractivo
castigo si no ss le concibe como una realidad con- castigo-persona,.pues los resultados y las con-
ductual dentro de un interaccionismo simbólico. A secuenclas emoclonales son orstrntos,
estc respec¡o parecen muy agudas las observaciones Obsewar si exisren opciones de conducta,
de Pinillos. ( 1975 á¡ proposiro del problema del
1) es
.a decir. la posibilid¡d de sustituir los com-
c¡sttgo en la cducacron: portamie;tos inadeduacos Dor otros ade-
-n..o-ian¿o
nuestro pun¡o de vista, sugeriríamos
cuados.
que un castigo consistc esencialmente cn la incidencia É) Tener en cucnta los ettctos secundarios, que
rle una co¡dición aversiva sobre un suieto cuva co¡- convierte al castigador, bien sea padrd o
ducra se prcreutie regular así {,..) La reÍación purúriva maestros, cn un refuerzo negativo por sí
entre ésta y la conducta afectada por ella, entraria une mismo.
cicna propositivitlad (...) La mera subsecuencia esti- /¡ Evaluar hasrr qué punro ral casrigo es jusro
mular aversiva dc una respuesta que reduce la ¡'osibi- o no, sobre todo, a los o.jos del castigado.
litlad tle ésra, no es un cásrigo (...) Por todo cllo, me rz ) Se ocne que calibnr la inrencionalidad del casrigo,
areveía a proponer una dcfiuición genérica del casti- y cómo ésra es interprerada por cl hijo o el
go, no restrürgi(la al paradigma opcrente usuáI, afir-
alumno. De acuerdo con tal interoretación- se
mando que castigar co¡rsistc en somerer a alguien a una
condición aversive, altagórúca con u¡¡a couducra de- pueden disúnguir cuauo ripos dé inrenciona-
tcrminada or cvcntualme[re, con su omisión (Pinillos, lidad:
1975 b, págs. 52 y 52).
. La que tiene el propósito de modihcar el
El tema del castigo es uno cle los que fiecuente- comDortamlento.
mentc se prcstan al debate: icastigo, sí?, icastigo, La que se propone dar el daño que "se
nof Creemos que no se puedc dar una respuesta si merece" Dor su conducta inadecuada.
no se considera una seric de condiciones y diferen- Como dclahogo. o desplazamienro agresi-
cias, por ejemplo: vo, de otros problemas, siendo en este caso
cl niño víctima fácil.
a) Hay que distinguir entre el castigo cuyo C¡mo acdrud de rechazo abierto o cncu-
€stímulo es aversivo y el castigo cuyo re- brerto.
COBRIENTES Y APORTACIONES
Los primeros cstudios sobre autorrefi:erzo (Kan- realiza una tarea dcterminada. Así sc ha entrenado
fer y Marston, l9ó3; Marston y Kanfer, l9ó3; a niños hiperactivos a obseryar su conducta, con cl
Marston l9ó5; Kanfcr y Duerfeldt, l9ó8) se plan- propósito de reciucir su conducra dcsorganizada
teatran si la hcteroaclministración de refuerzos ienía (O'Leary,1972).
la misma eficacia quc la autoadministración. Los Sin embargo, la revisión cuidadosa dc los €fecros
rcsultados parecían-demostrar no sólo que la au- del autorrcgistro indican que, con algunas excepcio-
toa<lministración era efectiva, sino que en algunos nes son transitorios (Kazdin, 1974 ú; Nelson,
casos era superior a los refuerzos provenientes del 1977). Paru que sea cfectivo! este proccdimiento
extcrlor. dcbe ir acompañado dc otras ticnic¡s.
Aquí corxideremos los procedimicnros y resulta-
dos en rclación con algunas de las ctapas inherentes
al autocontrol de conducta. Críterio m Ia realizaciln d¿ In tarea
Spates y Kanler (1974) intentaron evaluar la
Auaorientac in efcctividad de distintos aspectos de autoconrrol:
autorregistro, criterio en la tirea y autorrefi,¡erzo. La
Quercmos denominar dc esta tbmra al proceso tarea consistió en problemas aritmédcos de suma de
por el cual los alumnos se proponcn sus propios pares de trcs clígitos. Se formaron cuatro grupos: l.
óbjetivos. Varios cstudios ñan'rcvclado que, en grupo dc autorregisrro, ¡lra riecir cn voz alra lo que
general, los alumnos trabajan nás cuando han sido iba hacicndo; 2. gn:po de crirerio, para operar en la
ellos mismos los quc establecicron los niveles, que tarea; 3. grupo de autorrcgistro y critcrio; 4. grupo
cuando éstos han sido dcrerminados de antemino de autorrcgistro, criterio y autorrefuerzo; 5. gn:po
por adultos (Felixbrod, 1974). Sin embargo, se ha control, Los resultaclos indicaron la supcrioridad dc
de cuidar que los objctivos fijados ¡nr los alumnos no los grupos 2. 3 y 4 sobrc el gnrpo de cont.rol (5),
sean cacla vez más baios. tal cono muestra la revisión pero tambiin sobre el autorregistro (l¡. Por orra
de O'Lcary y O'Leary (197ó). Existen también pane, el grupo de autorregistro, criterio y autorre-
estu(üos en los cualcs el profesor logra que los fuerzo (4) fue e[ que obtuvo menos crrores, lo cual
alumnos de primer curso aumcnten cada día la indica la superioridad dc los niños que reciben
calitlad dc sus objctivos; por ejemplo, el número de cnüenamicnto en todos los comnonentcs. Sin em-
problemas de matcnríticas, al elogiarlos en cada bargo, hay que haccr notar que-el operar con un
l0olo de incremento. Con ello sc mantenían altos criterio (2) marca difcrcncias corsiderables res¡:rcto
niveles dc trabajo, cuya mcjora sc extendía a otras al grupo control (5) y al grupo (l) que sólo se
asignaturas (Price y O'Irary, 1974). limitaba al autorregistro (véase también Kanfer,
r97s).
Auarregis*o
Aatoetalua¿fuín
Algunos ejemplos de autorregistro son el tiempo
dedicado al estudio, cl númcro de tarcas terminadas, Es una técnica más difícil, fror cuanto implica la
cl númcro de veccs que el alumno fue capaz dc realización de un juicio acerca de la calidad dc la
cnfientarse a una situación dc miedo, ctc. ?ara cllo, conducta. Tal parece que los alumnos pueden
el esrutliante dispone cle una hoja dc registro, gráfi- aprender a evaluar sus conductas con gran precisión
co o diario y cn él señala la frecucncia de estas (Santogrossi y cols., 1973). Los rcforzamientos
concuctas. adicionalcs del profesor pucdcn ser útilcs para la
Las investigacioncs (Kazdin, 1974; Broden, Hall precisión del autorrcgistro y de la autocvaluación
y Mirss, I9Zl; McFall y Hammcn, I97l) han de- (Ballard y Glynn, f975). Sea como firere, es nece-
mostrado que cuando se a1.uda a quc los sujetos sario advertir que la autoevaluación, por sí sola, no
otrscrvcn sus propias conductas, es más fácil lograr qarantiza bucnos resultados. Convienc más acom-
un camtrio en las mismas. Para facilitar el registro, óañarla de reÍirerzos.
Ios psicólogos utilizan ¡icnicas que atudan al niño
¡ tlccir en voz alra lo ()ue esti hflciendo cuando