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Facultad de Psicología
Quinto Semestre (m3-109)
Asignatura: Psicopatología general
Nombres:
Elizabeth Cherrez
Jayna Espinoza
Marcela Guerrero
Xavier Vera
Tema: Psicopatología de la percepción e
imaginación:
- Clasificación
- Distorsión
- Alucinaciones
- Principales tendencias
- Psicoterapia actuales
Docente:
Psi. Tanya Barcia
Fecha:
27/7/16
1
Contenido
Introducción ................................................................................................................ 3
Engaños perceptivos................................................................................................ 12
Caso ........................................................................................................................... 35
Bibliografía ................................................................................................................ 38
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Psicopatología de la percepción y de la
imaginación
Introducción
La psicología de la Percepción o de la Forma es una corriente surgida en Alemania a
principios del siglo XX, cuyos fundadores son Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt
Koffka y Kurt Lewin. El término Gestalt proviene del alemán y fue introducido por primera
vez por Christian von Ehrenfels. No tiene una traducción única, aunque se lo entiende
generalmente como "forma". Sin embargo, también podría traducirse como "figura",
"configuración" o "estructura". La escuela de la psicología de la Gestalt, tal como fue
desarrollada por Wertheimer, Kofka y Köhler, llegó a su apogeo en los años 30´s, y poco
a poco fueron adhiriéndose nuevos investigadores europeos y norteamericanos
distinguidos, y se fue internando a campos de la psicología más amplios, tales como la
Psicología Animal (Köhler), la Psicología Infantil (Werner y Wolf), la Psicología Social
(Lewin), el estudios de las post-imágenes (Rothsduld) del razonamiento (Wertheimer y
Duncker) de la memoria (Wulf, Lewin y Birenbaum) de la vida emocional y de la conducta
en grupo (Lewin), de la estática de las perturbaciones psíquicas (Goldstin, Gelb,
Gotschaldt) del psicodiagnóstico (Bender y Anstey, Casullo, Rey y Koppitz).
2. Principio Holístico: El Todo es siempre más que la suma de sus partes que lo
componen.
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Primera Totalidad: La integración de ambas dimensiones: mente y cuerpo.
2. Ley del Todo Los organismos tienen una tendencia apercibir los objetos y los
estímulos como un todo bien estructurado, el cual es diferente a la suma de sus partes;
esto es, lo que percibimos o experimentamos está en sí mismo estructurado en grados
variable: son configuraciones o formas más o menos definidas con sus propiedades y
leyes del todo. Las partes aparecen no siempre aisladas sino organizadas como un todo
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y por lo tanto, el estudio de los fenómenos psicológicos debe realizarse a partir del
análisis del todo, no de sus partes aisladas.
5. Ley de la Continuidad Frente a una serie de datos tendemos a agrupar en una figura
aquellos datos que manifiestan una dirección continua. Las formas equilibradas y
simétricas se perciben más fácilmente que las vagas, mal construidas o ambiguas, por
ejemplo, entre más cercanos son los puntos tienden a percibirse como líneas.
7. Ley del Destino Común Esta ley establece que cuando una serie de elementos se
mueven juntos en la misma dirección y a la misma velocidad, estos elementos tienden
a ser agrupados en un todo perceptual. Por ejemplo, cuando un tirador que está
perfectamente disimulado entre la hierba, es invisible mientras no se mueve, pero
cuando mueve por lo menos una mano, se percibe en su totalidad, y no solo se percibe
su mano. Los elementos de su cuerpo comparten el sentido común.
9. Ley de la Buena Forma Esta ley se refiere que frente a una constelación de datos, la
percepción tiende siempre a las formas regulares, simples, simétricas. Toda figura
tiende a ser lo mejor posible, a alcanzar el máximo de regularidad, simetría, totalidad,
unidad, equilibrio y máxima sencillez.
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Las psicopatologías de la percepción y de la imaginación constituyen temas centrales
para la investigación psicopatológica por varias razones. Por un lado, porque los
fenómenos que abarcan suelen ser muy llamativos y extraños. Por otro, porque en
muchos casos estos fenómenos conllevan anomalías en la imaginación. Y finalmente,
porque se imbrican también con uno de los procesos mentales más importantes para la
supervivencia y la adaptación: la percepción.
La percepción no implica una mera copia de la realidad, sino un proceso constructivo
mediante el que se interpretan los datos sensoriales. La percepción es un proceso
fundamentalmente psicológico, entendiendo por tal la interpretación activa que hace el
individuo de aquello que están captando sus sentidos, y que se fundamenta en las
experiencias previas, las expectativas y las predisposiciones personales. La ilusión es
un ej. De que la percepción no está determinada solamente por las características
físicas del estímulo: el contexto nos proporciona las reglas en las que se basan nuestras
percepciones a la vez que guía nuestras interpretaciones.
El interés de la investigación psicopatológica por las imágenes mentales ha atravesado
fases desiguales. Frente al rechazo por psicometristas como Galton o de los
conductistas, Tolman afirmó que los mapas cognitivos constituían la guía fundamental
del comportamiento. Desde entonces, existen dos opciones teóricas antagónicas sobre
el modo de abordar el estudio de las imágenes mentales. Una de naturaleza dualista
defiende la existencia de un código representacional específico para el procesamiento
de imágenes mentales y otro para el procesamiento proposicional. La otra es de
naturaleza reduccionista o uniforme, que aboga por la existencia de un único formato
para las representaciones mentales, que subyace tanto a "las palabras" como a “las
imágenes", y cuya naturaleza es proposicional y abstracta.
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Clasificación de los trastornos perceptivos y de la
imaginación
Los trastornos de la percepción y de la imaginación se suelen clasificar en dos grupos:
distorsiones y engaños perceptivos. Las distorsiones solamente son posibles mediante
el concurso de los órganos de los sentidos (muchas veces se les llama sensoriales), es
decir, se producen cuando un estímulo que existe fuera de nosotros, es percibido de un
modo distinto a como cabría esperar dadas las características formales del propio
estímulo.
•Una percepción distinta a la habitual y/o probable teniendo en cuenta las experiencias
previas, características contextuales, y el modo en que otras personas perciben ese
estímulo, como sucede en las distorsiones relativas al tamaño, forma, intensidad,
distancia.
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•Se activa a pesar de que el estímulo que produjo la percepción inicial ya no se halla
físicamente presente. Se han denominado también percepciones falsas, aberraciones
perceptivas y errores perceptivos.
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Distorsiones perceptivas o sensoriales
Trastorno percepción
En este grupo se incluyen las anomalías que se producen en la intensidad con la que
solemos percibir los estímulos. Pueden producirse tanto por exceso (hiperestesias),
como por defecto (hipoestesias). La ausencia absoluta de percepción de la intensidad
estimular se denomina anestesia. Una modalidad especial es la percepción de la
intensidad de los estímulos que causan dolor: en este caso se habla de hiperalgesias
vs hipoalgesias, en donde la ausencia total de percepción de dolor se llama analgesia.
La intensidad con la que percibimos los estímulos no sólo depende del propio estímulo,
sino también de otros factores como el cansancio, habituación, nivel o intensidad
estimular previa… Puede hablarse de un continuo de percepción de la intensidad de los
estímulos que varía como consecuencia de las características del estímulo a percibir, el
contexto el momento en que se produce la percepción y el sujeto que percibe (receptor).
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referidas al dolor, cuyo carácter suele ser discontinuo y cambiante, lo que sirve para
distinguirlas de otras hiperalgesias de origen orgánico.
Son anomalías poco frecuentes que a veces aparecen en los estados orgánicos y en la
esquizofrenia. El paciente parece incapaz de establecer los nexos existentes entre dos
o más percepciones procedentes de modalidades sensoriales diferentes.
Ejemplo: un paciente que está viendo la TV experimenta la sensación de que existe una
especie de “competición” entre lo que oye y lo que ve, como si ambas sensaciones no
tuvieran nada que ver entre sí y lucharan por atraer su atención. Las conexiones entre
ambas modalidades sensoriales fracasan. Se tiene la sensación de que provienen de
fuentes diferentes y de que atraen al mismo tiempo sus recursos atencionales. Esto se
denomina escisión perceptiva, en la que el objeto percibido se desintegra en fragmentos
o elementos. Además, las escisiones pueden ceñirse sólo a las formas (morfolisis) o a
la disociación entre el color y la forma (metacromías).
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El fenómeno opuesto a la escisión es la aglutinación: distintas cualidades sensoriales
se funden en una única experiencia perceptiva, produciendo incapacidad para distinguir
entre diferentes sensaciones. Una forma especial es la sinestesia, una asociación
anormal de las sensaciones en la que una sensación se asocia a una imagen que
pertenece a un órgano sensorial diferente. Ej.: la audición coloreada (ver colores cuando
se escucha música).
•Porque pueden alertar al clínico acerca de la existencia de una base etiológica para la
falta de claridad perceptiva.
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Las ilusiones son el resultado de una combinación entre predisposiciones internas o
subjetivas (deseos, motivos, emociones…) y predisposiciones externas (características
físicas del estímulo, contexto…). En gran medida se pueden concebir como
identificaciones y/o interpretaciones nuevas de estímulos que se hallen presentes y al
alcance de los estímulos.
Engaños perceptivos
Trastorno percepción
Alucinaciones
Concepto de alucinación
Una de las características más evidentes de la alucinación es una de las más difíciles
de entender y explicar: lo que el clínico llama alucinación es una experiencia sensorial
normal para el paciente. La primera definición se atribuye a Esquirol en 1832: "En las
alucinaciones todo sucede en el cerebro, imágenes que la memoria recuerda sin la
intervención de los sentidos". En 1890, Ball las definió como percepciones sin objeto.
Esta definición sigue manteniéndose hoy en muchos textos. A su amparo surgieron
muchos modelos y teorías explicativas que tienen en común la insistencia en los
aspectos perceptivos de la alucinación ("falsa percepción"). Constituyen la postura
perceptualista, con tres acercamientos:
Las alucinaciones son imágenes intensas, por tanto, serían más bien un trastorno de la
imaginación. El sujeto percibe la imagen con tanta intensidad que cree que ha adquirido
un carácter perceptivo. La alucinación sería considerada como una representación
exteriorizada. Psiquiatras de la escuela francesa como Falret son representantes.
Las alucinaciones son un fenómeno más sensorial que perceptivo. El matiz se sitúa en
las estimulaciones externas, tan intensas que harían que el sujeto tuviera un recuerdo y
las experimentara como si la estimulación estuviera realmente presente.
Representantes son Baillarger y Glodstein.
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Las características fundamentales de las alucinaciones son corporeidad (tienen
cualidades objetivas) y espacialidad (aparecen en el espacio objetivo exterior y no en el
espacio subjetivo), y por tanto se pueden concebir como percepciones corpóreas
vivenciadas en el espacio externo. Jaspers es representante.
El DSM-IV-TR las define como una “percepción sensorial sin estímulo externo del
receptor correspondiente”.
Un tercer grupo lo constituyen los autores que consideran, siguiendo a Esquirol, que la
alucinación es una alteración tanto de pensamiento como de percepción. Ésta es la
postura mixta. Uno de sus representantes es Marchais, que conceptualizaba las
alucinaciones como percepciones sin objeto que implican la convicción del paciente.
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Todos estos planteamientos se enmarcan dentro de la psicopatología de corte
psiquiátrico tradicional. La investigación psicológica se ha interesado muy poco por las
alucinaciones.
Horowitz fue de los primeros en ofrecer una visión diferente de la tradicional al adoptar
un esquema típico del modelo del PI intenta estructurar los aspectos involucrados en el
fenómeno alucinatorio sobre la base de anomalías en tres procesos de conocimiento:
codificación, evaluación y transformación. Horowitz afirma que las alucinaciones son
imágenes mentales que:
Estos tres criterios permiten establecer diferencias entre las alucinaciones y otras
experiencias similares. El primer criterio es útil para diferenciar entre ilusión y
alucinación. Incide en la ausencia del estímulo apropiado. La persona que experimenta
una alucinación se encuentra en un mundo pleno de estímulos sensoriales, pero entre
ellos no se encuentra el que da origen a la alucinación. El segundo criterio es tenido en
cuenta para diferenciar entre alucinación y pseudoalucinación. Indica que el sujeto que
experimenta una alucinación otorga a ésta todas las características de una percepción
real. Bentall cataloga esta convicción como ilusión de realidad.
El tercer criterio intenta distinguir entre alucinación y otra clase de imágenes mentales
vívidas, y se refiere a la imposibilidad de alterar o disminuir la experiencia por el simple
deseo o voluntad de la persona. Esta incapacidad es una de las cosas que hace que el
sujeto vivencie casi siempre sus alucinaciones con miedo y angustia. De todos modos,
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se trata de un criterio que no es exclusivo de las alucinaciones (delirios, ideas obsesivas,
imágenes parásitas).
Complejidad vs Simplicidad
Por un lado están las elementales, que son impresiones difusas, sencillas e
indiferenciadas como ruidos, luces, zumbido. Por otro, las complejas o formadas, que
consiste en la percepción de cosas concretas como voces, personas, animales. La
mayoría de las alucinaciones se sitúan en el extremo menos complejo del continuo.
Temas o contenidos
Pueden versar sobre cualquier temor, emoción, expectativa, deseo, sensación, recuerdo
o experiencia vivenciadas anteriormente por el individuo. Además reflejan
características culturales propias del medio en que la persona se ha desarrollado. Por
otro lado, hay situaciones vitales extremas que predisponen a alucinar sobre contenidos
específicos.
Ej.: la persona que permanece cerrada en una celda puede tener alucinaciones
relacionadas. La mayoría de las veces el tema alucinatorio está ligado al contenido del
delirio, pues en muchos casos ambos trastornos aparecen conjuntamente.
Modalidad sensorial
Las dos modalidades sensoriales en las que con más frecuencia se experimentan
fenómenos alucinatorios son la auditiva y la visual, pero también pueden darse en las
restantes modalidades. Además, las alucinaciones pueden presentarse en una sola
modalidad sensorial o en más de una (alucinaciones multimodales o mixtas). Las
alucinaciones visuales suelen alertar de un síndrome orgánico cerebral, mientras que
las auditivas son más comunes en la esquizofrenia.
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F: frecuente, O: ocasional, R: raro
Alucinaciones auditivas
Son las más frecuentes, y las más comunes son las verbales. Pueden ir desde las
alucinaciones más elementales o acoasmas (pitidos, ruidos, cuchicheos), hasta
alucinaciones más estructuradas o fonemas (palabras con significado). El paciente
puede que no manifieste ninguna preocupación. En otras, como en la esquizofrenia,
explica el origen de las voces de diversas maneras: telepatía, ondas de radio… otras
asegura que provienen del interior de su cuerpo: sus piernas, su estómago… Y otros
son capaces de describir claramente la procedencia, el sexo y el idioma de las voces.
Una forma especial es el eco del pensamiento, en el que el paciente oye sus propios
pensamientos expresados en voz alta a medida que los piensa. Similar a este fenómeno
es el eco de la lectura, donde el sujeto oye la repetición de lo que está leyendo.
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También pueden aparecer en estados orgánicos agudos como la alucinosis alcohólica.
Aquí se suelen describir sonidos pobremente estructurados e incluso inconexos, son
alucinaciones que se vivencian como desagradables o elementales.
Alucinaciones visuales
Son muy variadas. A veces son imágenes elementales o fotopsias o fotomas, que son
destellos, llamas inmóviles o en movimiento, con carácter geométrico, colores vivos o
incoloras. Otras veces son complejas (figuras humanas, escenas de animales...) y
pueden tener un tamaño natural, reducido (liliputienses), o gigantesco (gulliverianas).
No hay que confundirlas con las macropsias y micropsias, ya que en éstas el campo
perceptivo real se ve a escala reducida o aumentada, y no se trata de alucinar objetos,
personas o animales dentro del marco perceptivo normal. Las alucinaciones visuales
poseen cierta perspectiva, por lo que se experimentan con mayor realismo, aunque
pueden aparecer superpuestas a objetos, paredes. Cuando están intensamente
coloreadas, se acompañan de un tono afectivo de exaltación o euforia (en delirios
místicos en estado de éxtasis) o pueden tener un tono afectivo pasional (en delirios
eróticos). Estas alucinaciones aparecen en forma de visiones escénicas, similares a las
imágenes de los sueños, como sucede en estados confusionales y en los delirios
tóxicos. Ej.: visiones religiosas del infierno. Una variedad de experiencia alucinatoria
visual poco usual es la autoscopia, que consiste en verse a sí mismo como un doble
reflejado en un cristal, a menudo con una consistencia gelatinosa y transparente.
También se le conoce como “imagen del espejo fantasma”. En la autoscopia negativa
ocurre lo contrario: el paciente no se ve a sí mismo cuando se refleja su imagen en un
espejo. Puede darse en estados orgánicos como la epilepsia del lóbulo temporal y en
esquizofrenia, que suelen ser pseudoalucinaciones. En nuestra cultura, las
alucinaciones visuales son más características de los estados orgánicos agudos con
pérdida de conciencia como el delirium tremens, en el que la alucinación más frecuente
es la de ver toda clase de animales repugnantes, vivenciándolo con terror, y por
supuestos en los estados producidos por los alucinógenos. En cambio son poco
comunes en la esquizofrenia.
Alucinaciones olfativas
Son poco frecuentes, de ahí que para estar seguros de su presencia es importante
observar al paciente en el momento en que está experimentando la alucinación. Pueden
darse en la depresión, en la esquizofrenia, en la epilepsia (aura) y en otros estados
orgánicos. Los sujetos que las sufren dicen "oler" algo extraño, casi siempre
desagradable, y con un significado especial, como ser envenenado con gas. Pueden
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atribuir la procedencia de los olores al mundo exterior (los juzgan como una agresión o
persecución). Otros, mantienen que los producen ellos mismos. Lo más común es que
aparezcan conjuntamente con alucinaciones gustativas.
Alucinaciones gustativas
Las personas que las tienen perciben gustos desagradables (podrido, excrementos) y
las pueden atribuir tanto a una fuente exterior como a su propio cuerpo. Aunque son
poco frecuentes, pueden darse en diversos trastornos (histeria, alcoholismo crónico,
epilepsia del lóbulo temporal…), aunque son más típicas de la esquizofrenia
(acompañadas del delirio de ser envenenados), las depresiones severas y los estados
delirantes crónicos. Además, suelen ir acompañadas de alucinaciones olfativas.
Pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Los pacientes se sienten tocados,
pellizcados, manoseados o pueden sentir calambres por supuestas corrientes
eléctricas, o que se les está quemando una parte del cuerpo. Unas son activas, en las
que el sujeto cree que ha tocado un objeto inexistente. Son poco frecuentes,
observándose especialmente en delirios tóxicos. Otras son pasivas, en las que el
paciente cree que alguien o algo le agarran, le toca, le quema y pueden acompañarse
o no de dolor.
Hay diferentes modalidades. Las alucinaciones térmicas, en las que hay una percepción
anormal y extrema de calor o frío, hídricas o percepción de fluidos (“tengo el pecho lleno
de agua”), parestesias o sensaciones de hormigueo, y aquellas en las que el paciente
tiene la falsa sensación de haber sido tocado por algo, incluida la estimulación genital.
Con frecuencia se dan en la esquizofrenia. Una forma específica es la fornicación,
sensación de que pequeños animales o insectos reptan por debajo o encima de la piel.
También se han catalogado como delirios dermatozoicos, zoopáticos o enterozoicos.
Característicos de estados orgánicos como la abstinencia del alcohol o la psicosis
cocaínica.
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relacionadas con una alteración de la conciencia del Yo en su vertiente somática o "Yo
corporal" (el propio cuerpo se percibe de una manera especial).
Alucinaciones cinestésicas
Pseudoalucinación
Fueron descritas por Griesinger como alucinaciones pálidas. Están a medio camino
entre las imágenes y las alucinaciones, puesto que comparten características de ambos
tipos, es decir, tienen un reconocimiento de subjetividad por parte del que las
experimenta (ocurren en el espacio subjetivo interno), los mismos elementos
sensoriales que las alucinaciones (viveza, frescura sensorial), y no dependen de la
voluntad de la persona para ser experimentadas.
Según Jaspers, las pseudoalucinaciones son una clase de imágenes mentales que,
aunque claras y vívidas, no poseen la sustancialidad de las percepciones. Sedman
confirmó la existencia de pseudoalucinaciones al modo jasperiano, pero también
encontró pacientes que sufrían alucinaciones pero luego las definían como experiencia
subjetivas y no como percepciones auténticas. Según Sedman, la cuestión estribaría en
la cualidad de realidad de la experiencia, es decir, a menos que el sujeto informe de que
su experiencia es tan vívida y convincente como una percepción real, se ha de hablar
de pseudoalucinación.
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Kräupl-Taylor señala que el término de pseudoalucinación se ha utilizado de dos
maneras: para hacer referencia a alucinaciones que un sujeto reconoce como
percepciones no reales (pseudoalucinaciones percibidas) y para referirse a imágenes
introspectivas de gran viveza y nitidez (pseudoalucinaciones imaginadas). Hare
señalaba que la diferencia entre alucinación y pseudoalucinación depende de la
ausencia o presencia de Insight. Dado que el Insight es un fenómeno fluctuante y parcial,
no debería ser considerado como una cuestión de todo o nada, sino de grado. En
términos actuales se podría explicar como un continuo o dimensión de convicción de la
realidad de la experiencia alucinatoria. El concepto de pseudoalucinación es superfluo.
Es más útil calificar las experiencias alucinatorias según criterios dimensionales de
claridad perceptiva, convicción, juicio de realidad, duración, etc.
Slade y Bentall han señalado el problema de los pacientes que han presentado en
repetidas ocasiones alucinaciones (crónicos). Aprenden que lo que están
experimentando es una alucinación. Las pseudoalucinaciones son verdaderas
alucinaciones que aparecen en personas con una larga historia de experiencias
alucinatorias. Señalan que para que una experiencia sea calificada como alucinación es
estos casos, sólo se requiere que la experiencia se parezca en todos los aspectos a la
percepción real correspondiente, pero sin exigir que el sujeto crea que pertenece al
mundo exterior.
Alucinación funcional
Alucinación refleja
Alucinación negativa
Autoscopia
El fenómeno del doble. El paciente se ve a sí mismo y sabe que es él, por lo que se
denomina también la “imagen fantasma en el espejo”. Suele estar acompañada de
sensaciones cinestésicas y somáticas que confirman a al sujeto que la persona que está
viendo es él mismo. También puede darse la autoscopia negativa (no ver la propia
imagen cuando se refleja en el espejo). Se presenta en pacientes con estado delirantes,
en algunos esquizofrénicos, es estados histéricos, en lesiones cerebrales. También
pueden darse en sujetos normales alterados emocionalmente, exhaustos o muy
deprimidos.
Alucinación extracampina
Son alucinaciones que se experimentan fuera del campo visual (ver a alguien sentado
detrás de él cuando está mirando de frente). Hay que distinguirlas de la experiencia de
"sentido de presencia", ya que en ésta el sujeto tiene la sensación de que hay alguien
presente, aunque no lo pueda oír ni ver.
Esquizofrenia
Kurt Schneider propuso una "guía diagnóstica práctica para la esquizofrenia". Los
síntomas específicamente alucinatorios son:
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1) el paciente oye comentarios continuos sobre sus propias acciones,
3) el paciente oye sus propios pensamientos (eco de pensamiento). Los dos primeros
tipos son suficientes para el diagnóstico de esquizofrenia o de trastorno psicótico no
especificado según el DSM-IV.
Las voces que escuchan suelen ser la suya propia, alguien de su familia, de Dios… el
paciente puede que no sepa si las voces provienen de ellos o de objetos como
televisores, radios, en caso de que además presente experiencias delirantes de
pasividad (trastorno que consiste en que la persona no atribuye a sí misma las cosa que
hace, dice o experimenta).
Si las alucinaciones son visuales se suelen diferenciar de las que se presentan en las
psicosis orgánicas en dos aspectos: en que suelen ir acompañadas de alucinaciones en
otras modalidades y en que tienden a presentarse casi continuamente, excepto durante
el sueño (en las psicosis orgánicas se presentan con mayor frecuencia durante la
noche).
Episodio depresivo
Episodio maniaco
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más breves en su duración y no de naturaleza imperativa. Una vez que el episodio ha
remitido es frecuente que el propio paciente ya no considere sus alucinaciones como
reales, sino como visiones.
Las alucinaciones aquí son similares a las que se presentan en trastornos del estado de
ánimo. Son más frecuentes en la forma maníaca que en la depresiva. Las causas de
este síndrome son sustancias como la reserpina, metildopa, alucinógenos; alteraciones
endocrinas (hipo/hipertiroidismo, hipo/hiperadrenocorticalismo)
Deficiencias sensoriales
Han intentado explicarse a partir de estudios de deprivación sensorial: los bajos niveles
de estimulación causan la desinhibición de los circuitos relacionados con la percepción,
lo que tiene como resultado que los trazos perceptivos de acontecimientos previamente
experimentados son "liberados" hacia la conciencia. Por eso también se le conocen
como alucinaciones liberadas o emitidas. Pero los datos no son concluyentes, pues en
condiciones de alta estimulación también pueden producirse.
Variaciones fisiológicas
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Enfermedades del SNC
Existe una amplia gama de condiciones que afectan al SNC y que producen
alucinaciones: síndrome postcontusional (golpe violento en la cabeza), migrañas,
meningiomas, encefalitis vírica. Las experiencias alucinatorias variarán en función de la
localización del tumor o del daño.
Lesiones focales del cerebro. Para que se produzcan alucinaciones debe estar intacto
el córtex temporal. Las alucinaciones que se producen como consecuencia de un tumor
cerebral suelen ser de gran viveza. Normalmente no son atemorizantes y surgen
súbitamente sin que se pueda predecir su aparición. La modalidad variará en función
del área afectada. Las lesiones en el lóbulo temporal pueden producir el fenómeno del
doble y alucinaciones negativas, olfativas, auditivas o visuales. Las lesiones en el lóbulo
occipital pueden dar lugar a alucinaciones visuales como flashes de luz. Y las lesiones
del hipocampo provocan distorsiones liliputienses, cambios en la imagen corporal y
olores desagradables.
Epilepsia del lóbulo temporal. Los episodios comienzan con una experiencia alucinatoria
elemental, normalmente en la modalidad olfativa o gustativa, aunque también pueden
aparecer visuales y auditivas.
Complicaciones quirúrgicas
Dolor fantasma. Consiste en sentir dolor en el miembro que ha sido extirpado. Solo se
da en los casos en los que ya existía alguna patología (infrecuente en amputaciones
debidas a accidentes).
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las produjo ya no se encuentre presente (imágenes mnémicas, consecutivas o
postimágenes y parásitas).
Se dan tanto en población normal como clínica: fiebres agudas, episodios depresivos,
ansiedad. Se diferencian de las alucinaciones por el contexto de fluctuación de
conciencia en que se producen y porque el individuo que las padece es consciente de
lo irreal de esas imágenes. Son difíciles de detectar (se atribuyen al soñar). Por lo
general se trata de impresiones sensoriales poco elaboradas: destellos, luces, sonido
brusco
Imágenes alucinoides
Imágenes mnémicas
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pero el sujeto no las vivencias como reales. Son más habituales en la infancia y en
culturas primitivas.
Imágenes parásitas
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Principales tendencias
Teorías psicológicas sobre las alucinaciones:
• Teorías dinámicas (psicoanalíticas).
Aquellas posturas que consideran a la alucinación como la representación de deseos
inconscientes, luchas y esperanzas del individuo. En el caso de que su contenido sea
desagradable, proporciona igualmente un dolor deseado inconscientemente.
Las alucinaciones tanto en su contenido latente como manifiesto, ofrecen al clínico una
importante oportunidad para entender los deseos y conflictos del paciente y pueden ser
trabajadas como lo son los sueños, puesto que, al igual que ellos, revelan el
inconsciente del paciente.
• Teorías de la “destilación” (“seepage theories”)
Teorías que explican el fenómeno alucinatorio como resultado de una “destilación” en la
conciencia de la actividad mental que, en condiciones normales, permanecería a nivel
preconsciente.
West (1962):
Partía del hecho de que un input sensorial eficaz ha de servir para organizar el proceso
atencional que controla el paso de información a la conciencia. Las alucinaciones se
producirían cuando el nivel del input fuera insuficiente para organizar ese filtrado y al
mismo tiempo hubiera un nivel suficiente de arousal para que se produjera una
conciencia de ese input.
Charles Frith (1979):
Se basa en la distinción entre procesamiento preconsciente y consciente de la
información. Parte de la idea de que la conciencia es un mecanismo de capacidad
limitada, entre cuyas misiones se hallan las de controlar y supervisar todos los procesos
mentales (conscientes y no conscientes).
Desde esta postura se considera que la percepción tiene lugar gracias a la generación
de hipótesis perceptivas realizadas a nivel preconsciente y sólo aquellas hipótesis que
resultaran más probables son las que entrarían en la conciencia.
Las alucinaciones se producirían porque las hipótesis preconscientes que se realizan
acerca de la naturaleza del estímulo percibido no se han podido filtrar, y en
consecuencia, la conciencia se ve invadida por un exceso de información.
Si esta postura se lleva hasta sus últimas consecuencias, habría que admitir que en las
condiciones en las que hubiera mucha estimulación se produciría un mayor número de
hipótesis preconscientes y, por tanto, habría mayor probabilidad de que se produjera la
alucinación, mientras que se reducirían en aquellas situaciones de escasa estimulación.
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• Teoría de las representaciones mentales en imágenes
Desde esta postura se defiende que hay una conexión entre la alucinación y la calidad
de las imágenes mentales del individuo.
Horowitz (1975):
Propone que las alucinaciones son imágenes mentales que el sujeto atribuye
equivocadamente a fuentes externas.
Las alucinaciones serían experiencias mentales que:
Se dan en forma de imágenes.
Derivan de fuentes internas de información.
Se evalúan incorrectamente como si surgieran de fuentes externas
Normalmente aparecen como intrusiones en el proceso perceptivo,
Lo que postula es que en los sujetos que tienen predisposición a alucinar se produce un
desequilibrio entre esos sistemas a favor del sistema de las imágenes, desequilibrio que
tiene origen bien en factores psicológicos, bien en fisiológicos.
Para que se produzca un procesamiento correcto es imprescindible que exista un
equilibrio entre la información procedente tanto del exterior como del interior; de lo
contrario la información de origen interno, lejos de atenuarse, se intensifica e irrumpe en
la conciencia.
Teorías de la subvocalización
Son aquellas que establecen una relación entre las alucinaciones auditivas y la
Subvocalización. Se fundamentan en las evidencias de que el habla interiorizada se
acompaña la mayor parte de las veces de subvocalización, esto es, de la actividad de
los músculos responsables del habla que, en ocasiones, acompaña al pensamiento
verbal.
Estas teorías sólo se ciñen a la alucinación auditiva, dejando sin explicación el resto de
modalidades sensoriales en las que aparecen experiencias alucinatorias.
La teoría de Slade y Benfall: El déficit en la habilidad metacognitiva de
discriminación de la realidad.
Slade y Bentall han propuesto que las alucinaciones se producen a causa de una
deficiencia en la capacidad para distinguir cuándo un hecho es real y cuándo es
producto de su imaginación.
Las alucinaciones están causadas por deficiencias en la habilidad metacognitiva
(distinguir o controlar los propios pensamientos) de evaluación y/o discriminación de la
realidad. Lo que plantean es que las personas que experimentan alucinaciones
presentan diversos tipos de deficiencias en alguna o varias de las habilidades que
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forman la capacidad general de metacognición. Habilidad para discriminar el origen o
procedencia de la realidad, o de los estímulos.
El fracaso en esta habilidad, o una disminución de su eficacia, llevaría a atribuir
equivocadamente la procedencia de un estímulo por el propio sujeto a fuentes externas
de estimulación.
Es posible que la alucinación no sea tanto un problema de la información que está
disponible, sino que puede que más bien radique en las inferencias que la persona hace
sobre esa información.
Factores que facilitan la aparición de la experiencia alucinatoria y/o que la aumentan:
Arousal inducido por estés:
Un incremento en el nivel de arousal, producido a su vez por factores estresantes, puede
conducir a diversas alteraciones entre las que se encuentra el inicio de las
alucinaciones, ya que éste se asocia a un aumento en el nivel basal de arousal.
Los niveles normalmente altos de activación hacen que, por un lado, se produzca un
aumento de la selección de información que tienen que ver con las características físicas
del estímulo y, por tanto, disminuya el procesamiento de la información semántica.
Factores predisponentes:
Existen algunos datos, aunque a veces son contradictorios, que proporcionan cierto
apoyo al papel que tienen las diferencias individuales en la vulnerabilidad a la
experiencia alucinatoria.
Estimulación ambiental:
Hay ciertos tipos de estimulación externa que tienen un efecto inhibidor sobre la
experiencia consciente de la alucinación.
El hecho de que una alucinación sea o no experimentada en la conciencia depende de
parámetros tales como la calidad, la intensidad, la estructuración o el tipo de
estimulación externa al que está sometido el individuo.
El papel del refuerzo:
Algunos estudios de casos indican que algunos pacientes experimentan una reducción
de ansiedad después de la alucinación, mientras que otros informan de una mayor
perturbación:
Reducción de ansiedad: la alucinación actuaría como refuerzo: la alucinación
tendría efectos reforzantes en el paciente, ya que haría disminuir la ansiedad.
Incremento de ansiedad: la presencia de alucinaciones aumentaría el nivel de
ansiedad del paciente porque elevaría todavía más el nivel de arousal.
Lo que produciría una especie de círculo vicioso.
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Expectativas:
Del mismo modo que las expectativas de una persona le inclinan a “ver” un estímulo
ambiguo con una forma estructurada concreta, las creencias y expectativas demasiado
concretas le llevarán a experimentar un estímulo ambiguo como real o, por el contrario,
como imaginario.
Este puede ser uno de los pilares básicos de la explicación de por qué las alucinaciones
pueden ser experimentadas por personas mentalmente sanas y de por qué se puede
hablar de un continuo entre experiencias alucinatorias y no alucinatorias.
Por tanto, las expectativas influyen tanto en la aparición de la alucinación como en el
contenido. Así las creencias de que un fenómeno va a tener lugar pueden producir que
el sujeto acabe teniendo una alucinación.
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Psicoterapias actuales
1.- TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL, DELIRIOS Y
ALUCINACIONES
Aun siendo la medicación, fundamentalmente los neurolépticos, un tratamiento de
primera elección en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, presenta una serie de
limitaciones de cara a ofrecer una respuesta a la complejidad y variedad de los
problemas y necesidades de las personas que presentan estos diagnósticos. Ante la
enorme variabilidad individual, con frecuencia el facultativo se ve obligado a prescribir
distintas modalidades y combinaciones de medicamentos, a veces a modo de ensayo y
error, hasta que el paciente responde; con frecuencia, aparecen indeseables efectos
secundarios; muchos pacientes no presentan una adecuada adherencia al tratamiento
prescrito; e incluso, la adherencia al tratamiento no garantiza la desaparición de los
síntomas psicóticos residuales; además, en las personas con experiencias psicóticas
son frecuentes las alteraciones del ánimo y la ansiedad; por otra parte, la medicación
no es la terapia de elección para mejorar la competencia personal y el funcionamiento
social.
La TCC se desarrolló en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado para el
tratamiento de los trastornos de ansiedad y depresión, pero su adaptación y aplicación
a delirios y alucinaciones ha sido tardía (años noventa), en parte debido a la creencia
de que estos síntomas no se podían abordar con terapias verbales (Jaspers, 1963), y a
que por su gravedad debían de ser objeto de la psiquiatría. Pero reflexiones de autores
como Bentall, Jackson y Pilgrim, sobre la utilidad y validez del constructo esquizofrenia,
junto a la alternativa de estudiar el síntoma en vez del síndrome, favorecieron el
desarrollo de la TCC para los delirios y alucinaciones.
2) Focalizar la atención en las voces con el fin de que la persona realice una nueva
atribución, entendiéndolas como fenómenos auto-generados y no procedentes de
fuentes externas.
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pues con frecuencia la TCC se administra a modo de paquetes que incluyen múltiples
estrategias, cognitivas y conductuales.
Existen problemas para asegurar que se está ante un caso de alucinación o de otro
engaño perceptivo. Según Ludwig, para asegurar la fiabilidad del informe verbal es
necesario tener en cuenta aspectos como la consistencia de dicho informe, el grado en
que la conducta se ve afectada por la experiencia alucinatoria, el grado de convicción
de la misma, su concordancia con otros signos o síntomas. También señala una serie
de indicios y consejos:
• Claridad del informe verbal del paciente. Cuanto más vaga es la experiencia,
más borroso es el informe. A veces es difícil determinar si lo que es poco claro es la
experiencia en sí o su descripción. Hay menos dudas en las alucinaciones visuales o
auditivas.
•En el 20% de los pacientes las alucinaciones son mezcla de distintas modalidades
sensoriales, por lo que deberemos preguntar por posibles "sensaciones" en otras
modalidades.
•Hay que tener en cuenta la cronicidad de la enfermedad. Cuanto más crónica, menos
perturbadoras suelen ser las alucinaciones y es más probable que no informe sobre
ellas espontáneamente.
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•Cuanto menos formadas estén las alucinaciones, más probable es que se deban a
causas bioquímicas, neurofisiológicas o neurológicas. Y cuanto más complejas y
formadas, más probable que se trate de síntomas nucleares de trastornos como la
esquizofrenia.
•Los distintos trastornos tienen diferentes probabilidades de presentar uno o más de los
diversos tipos de alucinaciones.
Por último, las respuestas fisiológicas dependen del tipo de trastorno que presente el
paciente. En síndromes de abstinencia alcohólica las alucinaciones suelen ir
acompañadas de taquicardia e incremento de la temperatura. En otros casos nos
podemos encontrar con los componentes típicos de ansiedad, como pulso acelerado,
incremento de la presión arterial.
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Caso
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Motivo de consulta
Según explica el marido, si bien la había encontrado más nerviosa últimamente, el día anterior al ingreso,
a la noche y al solicitarla de amores, la respuesta de su esposa, fue totalmente despreciativa e insultante
La paciente tiene buen aspecto, un tanto segura de sus ademanes, de su propia presencia, más llamativa
que guapa, alta, perfectamente lúcida… en inicio, se muestra reticente, despreciativa y recordándonos qué
tenía ella que decir cuando era Reina de la Medicina.
Caracterización
En la niñez: proviene de una familia normal y estaba destinada a grandes logros. Tuvo sarampión
Antecedentes
Posteriormente una vez ingresada, me empezó a contar la historia, dentro de uno de los delirios
Parafrénicos más floridos, que nunca he visto en mis años de profesional, llegando a hacer un diario
sistematizado de sus distintos avatares. Podemos resumir el cuadro como sigue: De niña ya había estado
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bajo la protección de Conde A... que la protegía para ser alguien el día de mañana, ya que si bien vivía en
una familia normal estaba destinada a grandes logros, al punto, que cuando tuvo el sarampión, el Marqués
de Villaverde inventó para ella la Penicilina, y así logró sobrevivir. Pero los enemigos envidiosos, la
perseguían, el peor de todos era El Hombre Lobo, el jefe de todos ellos, aunque eran más .
Tentativas de solución
Tomaba medicación prescrita, y al pasar un tiempo determinado continuaba con el tratamiento durante unos
meses
TCC: 1) Realización del análisis funcional del síntoma psicótico y desarrollo de recursos cognitivos y
conductuales que mejoren la situación clínica y el funcionamiento personal.
2) Focalizar la atención en las voces con el fin de que la persona realice una nueva atribución,
entendiéndolas como fenómenos auto-generados y no procedentes de fuentes externas.
3) Trabajar y flexibilizar las creencias disfuncionales desarrolladas sobre sí mismo, el mundo, los demás, y
sobre los delirios y voces.
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Bibliografía
Calvo, C. (s.f.). Psicopatologia . Obtenido de Psicopatologia de la percepcion y la imaginacion :
http://core.psykia.com/sites/default/files/maps/pdf/11PT1-T6.pdf
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