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Los tests proyectivos gráficos han provocado mayores controversias que otros tests proyectivos. Aun
así, en todas las encuestas realizadas sobre técnicas y tests psicológicos, tanto en los servicios de
Psicología Clínica estadounidenses (Sundberg, 1961; Lubin et. alt., 1971; Weiner, 1973, 1983; Frank
de Verthely, 1992, citados en Vives, 2005) como en nuestro país (Fernández Ballesteros, 1980;
sondeos del Colegio de Psicólogos, 1995; numerosos CAPIPS, 2004, citados en Vives, 2005)
aparecen utilizados en tercer lugar, después del Rorschach y TAT, respectivamente; mientras que
ocupan la segunda posición en un sondeo efectuado sobre su uso en la Facultad de Psicología a
dos de los cinco grupos de alumnos matriculados en las asignaturas de Psicodiagnóstico de
Rorschach y Tests proyectivos (Vives, 1992; 2005).
De la misma forma que el artista define y transmite en su creación diferentes sensaciones, los niños
y los adultos proyectan, tanto en el proceso de elaboración del dibujo como a través de sus
respuestas y contenidos gráficos, sentimientos, afectos dolorosos, tensiones internas y rastros
de experiencias pasadas y actuales que son movilizados por la consigna (Vives, 2005).
Los tests gráficos más conocidos y aplicados con mayor frecuencia en nuestro medio son (Vives,
2005):
El árbol evoca la imagen más inconsciente de sí mismo y traduce los sentimientos más profundos
y duraderos que el individuo tiene. De ahí que constituya el gráfico más consistente en los retests. Al
suscitar menos peligro y, en consecuencia, menor actitud defensiva, permite que el sujeto pueda
expresar con mayor libertad sus conflictos sin darse cuenta de sus proyecciones (Koch, 1949;
Hammer, 2004, citados en Vives, 2005). Generalmente, el paciente suele elegir un árbol común en
su medio, como el pino, el roble o el sauce llorón (Koch, 1949; Hammer, 2004, citados en Vives,
2005).
La persona es el gráfico que se asocia de forma más directa con el Yo y su relación con el entorno.
Los sujetos pueden proyectar en el gráfico su capacidad o dificultad para relacionarse con los
demás, los sentimientos que experimentan hacia el entorno, así como los recursos utilizados para
lograr o rechazar dicha interacción.
Aplicación
El entrevistador informará al sujeto del proceso a seguir y deberá preparar los diferentes materiales
a utilizar: un lápiz del número dos, una goma para borrar y cuatro hojas de papel en blanco (18
x 21 cm.). Se entrega al sujeto un lápiz del número dos, una goma para borrar y la primera hoja de
papel diciéndole (Vives, 2005):
“Dibuja una casa, un árbol y una persona lo mejor que puedas, como prefieras, se te permite
borrar y, para ello, dispones del tiempo que necesites” (si se le aplica a un adulto, se le trata
de usted).
En primer lugar, se le pide que dibuje la casa, luego el árbol y, al terminar éste, la persona (Vives,
2005).
Por lo que se refiere a la forma de entregar la hoja de papel, ésta va a depender del gráfico que se
vaya a realizar. Así, para el dibujo de la casa, la hoja debe entregarse con el eje horizontal paralelo
al examinado; mientras que el árbol y la persona deben presentarse con el eje vertical perpendicular
al sujeto (Vives, 2005).
Dibujo de la casa
Fase estructural.
La fase estructural o expresiva del dibujo comprende, según Buck y Hammer (2004. Citados en
Vives, 2005), las siguientes categorías:
El análisis de la secuencia permite conocer no sólo el inicio y recorrido seguido por el sujeto en la
elaboración del dibujo, sino también el desenlace ente impulsos, defensas y su adaptación a la
realidad gráfica, pudiendo comparar cada parte de la figura representada con su totalidad y cada
figura elaborada con los restantes dibujos obtenidos por el mismo sujeto en el transcurso del
proceso diagnóstico:
3. El análisis de la secuencia de cada una de las figuras y de los cuatro dibujos muestra indicadores
sobre:
*el abandono de la realización del dibujo o de partes del dibujo es indicador de sentimientos
depresivos.
4. Dichos análisis permiten elaborar, desde el inicio, las primeras hipótesis diagnósticas.
b) Tamaño
La presión del lápiz en el papel es un indicador del nivel energético del sujeto:
d) Emplazamiento en la hoja de papel (ubicación del dibujo según los ejes horizontal y vertical).
Los dibujos que tienden hacia la derecha del punto medio de la hoja pueden indicar:
Comportamiento impulsivo.
Búsqueda de satisfacción inmediata de necesidades e impulsos.
Preocupación por el pasado, con tendencia a la introversión y al aislamiento.
f) Eje horizontal hacia abajo (cuanto más hacia abajo del eje) indica:
*Sentimientos de estar realizando un gran esfuerzo, casi siempre relacionado con metas
inalcanzables.
*Los dibujos situados en la parte superior e izquierda (figuras colgadas), implican retraimiento,
inhibición y tendencias agresivas.
*El sector de la izquierda constituye la zona del pasado, de los sujetos que regresan a la infancia o
sienten que carecen de perspectivas de futuro, así como los individuos impulsivos que buscan
satisfacer de inmediato sus necesidades.
*El sector de la derecha representa la zona del futuro y suele ser signo de comportamiento estable y
equilibrado.
*Los dibujos emplazados en la parte inferior de la hoja reflejan inseguridad, inadaptación y búsqueda
de lo concreto, sentimientos depresivos o depresión.
*Los dibujos ubicados en la base del papel expresan necesidad de apoyo, falta de seguridad y temor
al comportamiento independiente, pudiendo diferenciarse los sujetos según el grado de dependencia
e independencia, o según se sitúen más hacia abajo (aislamiento, dependencia materna) o hacia la
derecha de la base del gráfico (sentimientos de incertidumbre y peligro en relación con el futuro).
e) Movimiento.
Dibujan:
f) Simetría y perspectiva.
Rigidez.
Control emocional de tipo obsesivo-compulsivo.
Represión e intelectualización exagerada.
Una simetría muy rígida se observa en depresivos.
La perspectiva muestra la forma y disposición con que los individuos representan los objetos gráficos
en superficie. Contempla las relaciones espacio-temporales de los diversos elementos del dibujo
que, a su vez, pueden representar, tanto la percepción como las relaciones que establece el sujeto
con sus objetos (Vives, 2005).
g) Sombreado y borrado.
Representa zonas de conflicto, en ocasiones muy bien señaladas, en función al grosor, la intensidad
o el tamaño del área sombreada.
Borrar una parte o un área determinada del dibujo podría relacionarse con experiencias y
sentimientos de desagrado, que el sujeto pretende anular o eliminar de su recuerdo. Normalmente
se trata de actitudes o representaciones corporales experimentadas como conflictivas y que, al ser
borradas, el sujeto pretende rehacer o crear de nuevo.
Borrar numerosas veces puede reflejar: incertidumbre, indecisión, auto-insatisfacción.
h) Detalles.
Fase de contenido.
a) Ítem de la casa.
Secuencia: paredes, techo, puerta, ventanas, chimenea, humo, línea de suelo, detalles o
accesorios.
Paredes: indican el grado de fortaleza del Yo y de la personalidad. Paredes formadas por
líneas débiles corresponde a personas frágiles, desestructuradas y con poco control yoico.
Las paredes reforzadas constituyen intentos reiterados de control, como defensa de
sentimientos de desestructuración.
Techo: simboliza el área de la fantasía y de la vida mental. Techos excesivamente grandes
significan el papel que ocupa la fantasía en la vida del examinado. La ausencia de techo o
éste formado por una sola línea identifica a las personas que no utilizan su fantasía, que se
aíslan o carecen de pensamiento simbólico.
Puerta: constituye un elemento esencial del contacto con el ambiente. Interesa observar su
proporción: si es pequeña (inadecuación, reticencia e indecisión en la relación interpersonal)
o grande (que caracteriza a personas dependientes y sociables). Si está abierta muestra
vulnerabilidad y gran necesidad de afecto.
Una puerta cerrada, en especial si están señaladas las cerraduras y bisagras, indica
sensibilidad paranoide o resistencia a la relación interpersonal.
Ventanas: representan un medio secundario de interacción con el ambiente. La presencia
de persianas indican temor y la necesidad de defenderse de peligros, tanto supuestos
(sensibilidad paranoide) como reales. Las ventanas parcialmente abiertas señalan las
medidas de seguridad y control que interpone el examinado al interactuar con el medio.
Ventanas desnudas por completo indican falta de sensibilidad, primitivismo y provocación
en la interacción con los demás. La presencia de cortinas en ventanas abiertas hace
referencia a la capacidad de control y tacto del examinado. Chimenea: en no pacientes
constituye un detalle más de la casa. En determinadas personas es un indicador de
fragilidad o conflicto en el proceso de identificación e identidad psicosexual, según sea
grande (tendencia al exhibicionismo), pequeña (origina dudas sobre la masculinidad en el
joven) o reforzada con materiales distintos a los dibujos (preocupación por la virilidad).
Humo: puede indicar armonía, tensión, incluso turbulencia y conflictos en la relación familiar.
Depende de la densidad del humo (tensión excesiva entre las personas que conviven con el
sujeto), fuerza y orientación de la desviación (si es continuo o aparece escindido en su
recorrido), grado de disociación (si está separado de la chimenea).
Línea de suelo: muestra el grado de contacto con la realidad.
Detalles o accesorios: sobrecargar el dibujo con detalles adecuados al contexto gráfico
podría relacionarse con la necesidad de organizar el entorno según sus deseos, como forma
de compensar las carencias afectivas o constituir un índice de la capacidad de observación
o sensibilidad. En ocasiones, los detalles representan también un autorretrato (tipo de casa,
figura humana o animal). La presencia de árboles, flores, montañas, senderos u otro tipo de
detalles son contenidos que deberán ser abordados en el interrogatorio posterior.
b) Ítem del árbol.
El tronco recto suele darse en individuos más maduros con capacidad de abstracción, objetividad,
bien adaptados a las normas sociales que no excluye aspectos tercos, obstinados y poco
adaptables. Las torsiones constituyen un indicador de tensión, debido a que se tuerce la dirección
natural del crecimiento (sea por disciplina o por represión). Los troncos anchos con base amplia son
personas dependientes; con líneas débiles, esbozadas (sentimiento de derrumbe y pérdida) o
reforzadas (defensas cuyo objeto es mantener la unidad e integridad de la personalidad).
Copa: es la zona de contacto con el ambiente, el punto de interacción con el medio, entre la
subjetividad y la realidad externa. Interesa comprobar el tamaño: si es grande se relaciona con
impulsividad, ambición y seguridad; achatada implica presión familiar o ambiental. Si es del tipo
garabato, en función de la edad, puede constituir una defensa a ser examinado. Cuando la copa o
extremo de la copa se halla inclinada hacia la derecha, traduce autoconfianza, orientación hacia el
futuro; hacia la izquierda indica represión, inhibición; centrada, equilibrio, madurez.
Raíces: su presencia denota desde contacto con la realidad y gratificación, hasta preocupación por
el contacto con el medio (si se dibujan con exageración o son excesivas). Llama la atención si
sobresalen o si son transparentes, en cuyo caso indica falta de contacto con la realidad e incluso
deterioro de dicha percepción.
Frutos: este tipo de dibujos se observa con frecuencia en púberes y adolescentes y está vinculado
al desarrollo natural de crecer y madurar.
c) Ítem de la persona.
Secuencia: la tendencia a dibujar la figura humana del mismo sexo constituye un indicador de la
adecuada identificación psicosexual, o de que ésta se halla bien orientada. Se observa casi en el 90
% de los casos (Vives, 2005).
Se suele iniciar el dibujo por la cabeza y rasgos de la cara, cuello, tronco, brazos, manos, piernas y
pies. Son indicadores llamativos: empezar el dibujo por los pies; la incomunicación y rigidez de las
figuras, eliminación de rasgos esenciales en cada figura, ubicación inadecuada de los miembros
superiores e inferiores al tronco, énfasis, repaso o deterioro de determinadas áreas, figuras
asexuadas, etc. (Vives, 2005).
Región de la cabeza: la parte superior se relaciona con el concepto del Yo, inteligencia, capacidad
de control y es el área de la fantasía. Se dibuja grande (grandiosidad, nivel de aspiración elevado),
pequeña (dificultades en el proceso de pensamiento real o imaginario), desde atrás (negación,
oposicionismo, actitudes paranoides), separada del cuerpo (podría ser un indicador de organicidad o
falta de contacto con la realidad) recibiendo en cada caso interpretaciones diferentes que deben
compararse con el resto de áreas de la misma figura y del conjunto de ítems (casa y árbol).
Ojos: constituyen en la figura humana, junto con los brazos, los elementos esenciales de la relación
interpersonal. La omisión de pupilas puede indicar la necesidad de protegerse de ser observado, una
forma de evitar la estimulación no placentera, incluso sentimientos de culpa vinculados a tendencias
voyeurísticas.
Boca: zona vinculada con la comunicación verbal. Si consta de una sola línea indica agresividad
verbal. La presencia de dientes confirmaría lo anterior. Su omisión puede señalar la represión de
dicha agresividad, dificultad para sostener verbalmente un criterio, incluso indefensión.
Orejas: su ausencia no siempre es llamativa. Un énfasis excesivo de esta área puede relacionarse
con un estar pendiente de lo que se dice (sensibilidad paranoide).
Cuello: constituye un vínculo entre el control intelectual con los impulsos y afectos más
descontrolados. Depende de que sea grueso, delgado o inexistente para interpretar una relación
adecuada, equilibrada, descontrolada o ausente entre ambas áreas.
Brazos: los brazos y manos son los órganos corporales del contacto y la relación interpersonal.
Conviene efectuar una interpretación conjunta. Los brazos pueden representar fuerza (brazos
anchos), debilidad (delgados), agresividad hacia el medio (brazos tensos y amenazadores hacia
fuera) o hacia sí mismo.
Los brazos pegados al cuerpo indican pasividad, actitud defensiva; brazos ausentes o escondidos
detrás de la espalda subrayan la culpa, sentimientos de castración e ideas suicidas.
Manos: constituyen un indicador no sólo del contacto y la relación social, sino de la manipulación.
Depende de que sean muy grandes (torpes en el contacto) o pequeñas, ocultas (reticencia, dificultad
de contacto o culpa debido a la masturbación), con el puño cerrado dirigido hacia adentro o hacia
fuera (agresividad reprimida o amenazante).
En 1949, Machover, basándose en las investigaciones del DFH de Goodenough, elabora su propio
test (Vives, 2005).
Procedimiento
Se entrega al niño una hoja de papel en blanco, sin rayas, de 8 ½ por 11, un lápiz suave y una goma
para borrar y se le pide que “Dibuje una persona”. Si ha dibujado un hombre se le dice que ahora
trace una mujer y viceversa (Vives, 2005).
Entre los aspectos estructurales Mochover investiga: el tema, el tipo de actividad que realiza, la
sucesión o secuencia en la elaboración del dibujo, la simetría y el énfasis en la línea media (Vives,
2005).
Análisis de contenido
Entre los aspectos de contenido, Machover efectúa las siguientes interpretaciones (Vives, 2005):
2) Cara y expresión facial: suele ser la parte mejor dibujada de la figura humana.
7) Tratamiento diferenciado para las figuras masculina y femenina: suele dibujarse en primer
lugar la figura correspondiente al mismo sexo. La comparación de ambos dibujos permite
observar las distintas características proyectadas en una u otra figura. Lo defectuoso que se
rechaza de si mismo suele depositarse en la figura del sexo opuesto al del examinado.
El dibujo de la familia
El test de la familia es una prueba que facilita la proyección del inconsciente y permite averiguar el
tipo de interacción existente entre los personajes representados y los sentimientos del sujeto hacia
sus padres, hermanos u otros miembros de la familia (Vives, 2005).
Procedimiento
Se sitúa al sujeto ante una mesa cómoda, se le entrega una hoja de papel y un lápiz del número dos,
con la siguiente instrucción: “Dibuja una familia, una familia que tú imagines” o “imagina una familia y
dibújala” (Vives, 2005, p. 76). Si el sujeto no entendiera la propuesta, se agregaría: “Dibuja todo lo
que tú quieras, las personas de una familia y, si quieres, objetos y animales” (Vives, 2005, p.76).
En este dibujo el sujeto se permite expresar sus deseos, temores, atracciones o rechazos respecto a
cada figura representada en el gráfico, mostrando de este modo, su capacidad perceptiva relacional
y libertad de proyección (Vives, 2005).
Inmediatamente después de acabar el dibujo se recorren las siguientes etapas (Vives, 2005): 1. Se
induce al sujeto a explicar lo que ha dibujado, identificando cada personaje: edad, sexo y tipo de
relaciones que establece con cada una de las figuras representadas. 2. Por lo general y, sea cual
fuere el valor del gráfico realizado, se le dice:
“Está bien, esta familia que tú imaginas me la vas a explicar
-¿Dónde están?
-¿Qué hacen?
-Nómbrame todas las personas empezando por la primera que dibujaste, su sexo, edad,
preferencias afectivas”. 3. El paso siguiente consiste en aplicar el denominado “método de las
preferencias e identificaciones”, el mismo procedimiento elaborado por
Corman (1961, 1971, 1982; citado en Vives, 2005) para la administración del test PN y que consiste
en invitar al sujeto en expresar sus preferencias y aversiones respecto a cada personaje dibujado,
pudiendo incluso identificarse con él.
Se insta al sujeto que justifique su respuesta. 4. La cuarta pregunta tiene por objetivo averiguar su
preferencia: “Y tú, en esta familia, ¿a quién prefieres?” 5. Por último, se tratar{ de conocer su
identificación: “Suponiendo que formaras parte de esta familia, ¿quién serías tú?”
Se observa el comportamiento del sujeto durante el proceso de elaboración del gráfico, sus estados
de ánimo en relación con las figuras dibujadas y si durante dicho proceso se han detectado cambios
significativos en motricidad, percepción, memoria, procesamiento y contenidos de pensamiento, etc.
(Vives, 2005).
Análisis de las estructuras formales y de contenido
El nivel gráfico proporciona información, tanto de la motricidad del sujeto (fuerza, amplitud del trazo,
ritmo y sector de la página) como de su afectividad.
La fuerza del trazo se detecta por su grosor, la intensidad del color, o la marca que queda sobre el
papel.
El hecho de que el sujeto repita en un personaje a otro, los mismos trazos simétricos podría
significar que ha perdido una parte de su espontaneidad imponiéndose un procedimiento reglado,
característica que se observa en determinadas neurosis o en estructuras de carácter obsesivo.
El sector de la página tiene un significado gráfico referido a las nociones clásicas sobre el
simbolismo del espacio.
El nivel de las estructuras formales incluye el estudio del grado de perfección o madurez del dibujo,
la proporción de las diferentes partes, la distribución de los personajes, sus interacciones recíprocas
y el marco en el que actúan (Vives, 2005).
En el dibujo de una familia se considera la estructura formal de cada persona representada, sus
interacciones recíprocas y el marco móvil o animado en el que actúan. Existen dos tipos de gráficos:
el racional y el sensorial. En el primero, predominan el rigor y la simetría. Se trata de dibujos
aislados, en los que las líneas rectas predominan sobre las curvas. La censura ha podido inhibir la
espontaneidad del niño que llega a realizar dibujos estereotipados con escaso movimiento en sus
personajes que aparecen cuidadosos, pero aislados. En el tipo sensorial, los detalles se hallan
relacionados y transmiten dinamismo (Minkowska, 1952, citado en Vives, 2005). Se trata de dibujos
que muestran la vitalidad y espontaneidad, propias de un sujeto sensible al afecto y al entorno
(Corman, 1971, citado en Vives, 2005).
Análisis de contenido.
El análisis de contenido de un gráfico permite revisar no sólo cada uno de los personajes
representados, sino que traduce las diferentes formas de interacción entre las figuras dibujadas, así
como el interjuego entre angustia e impulsos, mecanismos de defensa y tema, instalaciones
psíquicas, etc. (Vives, 2005).
El dibujo se estudia desde dos puntos de vista. Por un lado, los que han demostrado la correlación
existente entre el desarrollo madurativo gráfico y el desarrollo madurativo mental. Por el otro, los que
interpretan el mismo desde el punto de vista proyectivo, valorando prioritariamente el poder que
ofrece de expresar emociones, afectos, miedos, ansiedad, etc.; es decir, los que utilizan estas
técnicas para describir y explicar la personalidad del niño (Maganto y Maganto, s/f. citados en
Dendaluce, s/f).
El test del dibujo de un animal es un instrumento proyectivo utilizado con niños y adultos, con este se
pueden evaluar aspectos evolutivos que indican madurez mental y los aspectos emocionales que
evalúan ajuste o desajuste emocional (Maganto y Maganto, s/f. citados en Dendaluce, s/f).
Los ítems madurativos son las partes esenciales y detalles que configuran y caracterizan al animal;
los ítems emocionales son los aspectos formales o expresivos del grafismo; es decir, el modo de
hacer lo que se grafica (Maganto y Maganto, s/f. citados en Dendaluce, s/f).
El objetivo prioritario es explorar, analizar y comprobar qué esquema esencial mantiene un niño, qué
detalles agrega, en qué ítems progresa y cuáles son esperables o no a una determinada edad
(Maganto y Maganto, s/f. citados en Dendaluce, s/f).
La evaluación contempla los animales mamíferos más frecuentes dibujados por los niños (burro,
caballo, conejo, elefante, gato, león, oveja, perro y vaca) (Maganto y Maganto, s/f. citados en
Dendaluce, s/f). Los ítems que integran la evaluación del desarrollo madurativo son: ojos, patas,
orejas, nariz, bidimencionalidad de cada una de estas partes, pezuñas, cola, caracterización del
cuerpo-piel del animal, articulación de las patas, perspectiva de las patas y de las orejas (Maganto y
Maganto, s/f. citados en Dendaluce, s/f).
El puntaje posible para cada ítem oscila entre 0 y 5 puntos según la edad. La puntuación 0 se otorga
cuando hay ausencia de cualquiera de los ítems. La puntuación 1 a 5 para la presencia de cada uno
de ellos, dependiendo en cada caso la edad. Esta puntuación tiene carácter acumulativo. Por
ejemplo, si un ojo está dibujado en forma bidimensional, se puntúa: presencia de ojos + ojos en dos
dimensiones (Maganto y Maganto, s/f. citados en Dendaluce, s/f).
Los ítems de máxima facilidad son tres: ojos, patas y cola para todas las edades, incorporándose a
los nueve años las patas en dos dimensiones y a los 10 años la presencia de orejas.
Los ítems que se han denominado de fácil ejecución son nariz y boca, y a partir de los 12 años las
pezuñas. Los ítems de máxima dificultad o dificultad alta son aquéllos que elaboran los niños en
edades tempranas (seis o siete años) (Maganto y Maganto, s/f. citados en
Dendaluce, s/f). Finalmente, la evaluación emocional se lleva a cabo mediante variables formales
como son: tamaño, ubicación, trazo, presión, sombreado, borrar, animal identificable, cortado por el
borde, e incompleto (Maganto y Maganto, s/f. citados en Dendaluce, s/f).