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Platón

(antropología)
Platón fue un filósofo de la antigua Grecia que nació en Atenas en el S: V a.C. Platón no era
adepto de la democracia ateniense. Su ídolo fue Sócrates y a la vuelta a Atenas tras su estancia
en Sicilia fundó la Academia, en la que Platón enseñaba a sus discípulos.

Su obra consta de diálogos y de Cartas, marcadas por la vicisitud de su vida.

La obra se puede dividir en varias etapas: la primera etapa es la de los diálogos de Juventud, en
la que influye mucho Sócrates, cuyas obras serían “Apología de Sócrates”, “Critón” y
“Protágoras”; la segunda etapa o época de transición, en el que ya introduce el concepto del
dualismo y cuyas obras son “Gorgias” y “Menón”; su tercera etapa es la época de los Diálogos
de Madurez, en la que se muestra la Teoría de las Ideas y se llega a la culminación de su teoría
filosófica. Obras de esta etapa son “Banquete”, “Fedón” y la “República”; la última etapa es la
de la vejez, en la que se centra en la cosmología y en corregir algunas teorías. Obra de esta
etapa es “Parménides”, pero corregida.

La concepción platónica del ser humano es una concepción dualista, porque entiende que
somos un compuesto de cuerpo y alma. Otorgará al alma un papel privilegiado frente al
cuerpo porque el alma tiene un carácter divino ya que es inmortal y originaria del mundo de
las Ideas.

El cuerpo es una parte material, por lo tanto, cambiante y mortal. Está dotado de sentidos que
nos permiten conocer la experiencia sensible.

El alma tiene un carácter espiritual, inmaterial, inmutable e inmortal. Por eso considera que es
la parte más perfecta del ser humano. Es lo que en los humanos hay de divino. Esta concepción
proviene de los pitagóricos. Afirma, a diferencia de los pitagóricos, que el alma es la originaria
del mundo de las Ideas y que tiene una transmigración diferente.

El alma se puede dividir en varias partes, que son la racional, que se caracteriza por la
sabiduría; la irascible, que se caracteriza por el valor; y la concupiscible, que se caracteriza por
el deseo.

En cada persona, según el alma que gobierne, también tendrán una función social que será la
de guardianes, gobernantes y productores.

Para ilustrar la antropología se recurre al mito del carro alado. El alma humana racional es el
auriga, encargado de controlar a dos caballos, uno que representa el alma irascible y el otro la
concupiscible.

Está influido por el intelectualismo moral de Sócrates y afirmará que para que triunfe el bien
en la sociedad, los filósofos gobiernen.

El intelectualismo moral es el conocimiento del bien. Sólo si se conoce qué es el bien y la


justicia se puede realizar el bien y la justicia. Según esto, las malas acciones son el producto del
desconocimiento.

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