Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Abstract: This article studies the impact of political freedom of the press, which
was decreed by the general and extraordinary Cortes (parliament) in November
1810 and was released in the Gaceta de Gobierno de Lima five months later.
Along with the history of the pasquines (wall posters) and the enlightened press
of the late eighteenth century, it examines the contours of the issuance of that
decree in the Cortes. From this event onwards, new versions, even opposed to
the official ones, were able to be read and discussed in public, although they
were eventually censored. Freedom of the press not only promoted the
proliferation of new journals, but also of many pamphlets, manifestos and
leaflets dedicated to the defense of freedom and the Constitution. During the
period known as the Cádiz “spring” a total of fourteen newspapers, of unequal
importance, appeared in Peru―among which El Peruano, given its relative
duration and doctrinaire and political approaches, was undoubtedly the most
qualified.
1
Cf. Martínez Riaza, Ascensión. «Los orígenes del periodismo doctrinario en Perú: el caso
conflictivo de "El Peruano"». En Quinto Centenario (Madrid), vol. 3, 1982, p. 111.
2
Gargurevich, Juan. «Conservadores vs. liberales». En La Primera (Lima), nº 1991, 4 de
septiembre de 2010.
3
Proyecto de Constitución política de la monarquía española (Cádiz, 1811), p. 15. Cit. en
Rivara de Tuesta, María Luisa. Ideólogos de la Emancipación peruana. 2ª ed. Prólogo de Mario
Magallón Anaya. Toluca: Universidad Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación
en Ciencias Sociales y Humanidades, 1988, cap. III, p. 21.
340
Uno de los mayores especialistas en el entramado político e ideológico de
esta época, Víctor Peralta Ruiz, advierte que es importante reflexionar la
evolución e impacto de la prensa a partir de las complejas redes de
comunicación en que se insertaba. En este ámbito cobra tanta importancia
como el análisis de los contenidos y la orientación ideológica de los periódicos,
el alcance de su difusión entre quienes los consumían en su condición de
suscriptores y lectores, la tirada y los lugares de venta de los mismos, los
espacios formales e informales en que se practicaban tales lecturas, su
capacidad de difusión más allá del espacio en que se editaban, la discusión
que generaban con otros medios de comunicación impresos o manuscritos y,
por último, el grado en que tales polémicas traspasaron el ámbito de lo privado
y se insertaron plenamente en un debate de interés público.4
4
Peralta Ruiz, Víctor. «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú, 1790-1821».
En Tiempos de América (Castellón), vol. 12, 2005, p. 114.
5
Cf. Galdos Rodríguez, Guillermo. La rebelión de los pasquines; un intento emancipador de
Arequipa colonial (1780). Arequipa: Editorial Universitaria, 1967.
341
Se entendía que, aunque fuera cierto que el hombre había venido
actuando un poco ciega e irracionalmente, no por eso dejaba de mantener su
capacidad racional. Si su pasado demostraba que un juego de fuerzas
irracionales lo había conducido, podía sin embargo mirar con optimismo hacia
adelante. La felicidad, unida a la prosperidad, sería entonces común a la
humanidad. Pero antes era necesario reconstruir todo a la luz de la razón: los
filósofos descubrirían el plan de la naturaleza, instituirían una nueva política
que trasformaría a los súbditos y esclavos en ciudadanos, un nuevo derecho
que permitiría acabar con las injusticias, una nueva religión más natural y
auténtica y un nuevo orden social y económico, donde reinarían la libertad y la
prosperidad.
6
Rivara de Tuesta, Ideólogos de la Emancipación peruana, 1988, p. 1-2.
7
Cf. Macera, Pablo. «El periodismo en la Independencia». En sus Trabajos de historia, Lima:
Instituto Nacional de Cultura, 1977, t. II, p. 325-342; Poupeney-Hart, Catherine. «Prensa e
ilustración: José Rossi y Rubí, del "Mercurio Peruano" a la "Gaceta de Guatemala"». En Istmo:
revista virtual de estudios literarios y culturales centroamericanos, nº 13, julio-diciembre 2006.
342
A diferencia del Mercurio Peruano, el resto de periódicos particulares de la
época del virrey Gil de Taboada y Lemus careció de un número mínimo de
suscriptores que les garantizara su supervivencia. Varios consumidores del
Mercurio lo fueron también de los otros dos periódicos particulares que
circulaban entonces en la capital. Jean-Pierre Clément calcula que 130
personas se suscribieron al Diario de Lima de Bausate y Mesa durante los tres
años en que circuló (1790-1793).8 Peor suerte tuvo el Semanario Crítico que
editaba un cura franciscano, Juan Antonio de Olavarrieta, cuyas noticias sobre
la educación religiosa de los hijos, las diversiones públicas y la historia natural
interesaron a escasos compradores: éstos nunca superaron los 16.
8
Clément, Jean-Pierre. El «Mercurio Peruano», 1790-1795. Vol. 1: Estudio. Frankfurt am Main:
Vervuert, 1997, p. 69.
9
Mercurio Peruano, nº 50 (Lima, 23 de junio de 1791), p. 132-133.
10
Zamalloa Armejo, Raúl. «La polémica entre el Mercurio Peruano y el Semanario Crítico
(1791)». En Histórica (Lima), vol. 17, 1993, p. 113.
343
útil y evitar el que, no hallándose un papel público en que instruirse
sobre estos raros sucesos, se buscasen las papeletas y demás
escritos de este género, nada seguros, cuando las opiniones
singulares se veían cundir por todas partes, y que podían derramar
el veneno en esos papeles, privados sobre el corazón de los
incautos.11
Sin embargo, la prensa de corte ilustrado no concluyó con el final del siglo
XVIII, sino que tuvo una proyección hasta la época de las Cortes de Cádiz con
la salida del Verdadero Peruano e incluso se extendió hacia los inicios de la
República.
11
Unanue, Hipólito. «Establecimientos literarios en Lima», en Obras científicas y literarias del
D.D. Hipólito Unanue, Barcelona, 1914, t. II, p. 332-341 (cit. en Peralta Ruiz, «Prensa y redes
de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 115, n. 6).
12
Diario de sesiones de las Cortes generales y extraordinarias, nº 1, 24 de septiembre de 1810,
p. 3.
13
Ramos Santana, Alberto. 1810: opinión pública y soberanía nacional. (Lección inaugural de
la apertura del curso 2010-2011). Cádiz: Universidad de Cádiz, 2010, p. 5. La citación procede
del diario El Conciso, Cádiz, 30 de septiembre de 1810 (sección de Cortes).
344
a principios ideológicos como la religión, la dinastía monárquica y la
independencia.
[...] en estos años del conflicto bélico, tanto la literatura más popular,
la que se difundía a través del cordel en los puestos callejeros o
vendida por ciegos y buhoneros, como la literatura creada por los
sectores dirigentes o por los nuevos escritores, se vuelve
esencialmente política. En este sentido, los intelectuales más
comprometidos con la idea del cambio político y social, los que
mayoritariamente derivaron en doceañistas, aprovecharon el
resquicio de alegalidad que se abre con la retención de los reyes en
Bayona para tratar de socavar los cimientos del régimen absoluto.14
14
Ramos Santana, 1810: opinión pública y soberanía nacional, 2010, p. 14.
15
El Conde de Toreno manifiesta que "antes de reunirse las Cortes, la libertad de imprenta
apenas contaba otros enemigos sino algunos de los que gobernaban". Es decir, el tema
interesó poco y, por supuesto, fue escasamente conocido, pues era un asunto más tratado por
los intelectuales e interesante sólo para éstos. Véase al respecto La Parra López, Emilio. La
libertad de prensa en las Cortes de Cádiz. Valencia: Nau Llibres, 1984, cap. 1.
345
Pero los lectores y suscriptores de la Minerva Peruana, fatigados con las
constantes invenciones acerca de la situación de la resistencia en la metrópoli,
manifestaron su desconfianza, buscando en la prensa procedente de otros
lugares informaciones más creíbles y fiables. El imparable desprestigio de
dicho periódico se tradujo en una alarmante pérdida de suscriptores,
precipitando la ruina del referido proyecto político. Entonces Abascal dispuso
su reemplazo por la insulsa Gaceta de Gobierno de Lima, que retornó a la
conocida práctica de publicar exclusivamente comunicados oficiales, en su
condición de vocero de la autoridad local.16
16
Cf. Peralta Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 115-
116.
17
La Parra López, La libertad de prensa en las Cortes de Cádiz, 1984, cap. 3, s.v. «El decreto
de 10 de noviembre de 1810».
346
ilustración, asimilándose al estado y robustez de todos sus miembros...”.18
18
El tema de la prensa limeña en la época de las Cortes de Cádiz ha sido investigado en años
recientes por Daniel Morán Ramos, hoy becario de CONICET en la Universidad de Buenos
Aires, quien ha hecho varios aportes dentro de la colección «Historia de la prensa peruana».
Su tesis de licenciatura (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2008) está disponible en
internet: http://historiadordanielmoran.blogspot.com.
19
Cf. Cárceles de Gea, Beatriz. «Reforma/abolición del Tribunal de la Inquisición (1812-1823).
La constitución de la autoridad absoluta». En Manuscrits: revista d'història moderna
(Bellaterra), vol. 17, 1999, p. 180, 185 y ss.
20
Cf. Ramos Santana, 1810: opinión pública y soberanía nacional, 2010, p. 17-19.
347
abogado neogranadino Fernando López Aldana. Simpatizante del proceso
autonomista practicado en lo que fuera el virreinato del Río de la Plata, y por
consiguiente contrario a la autoridad del virrey Abascal, este periódico fue
reproducido íntegramente en las páginas de la Gaceta de Buenos Aires entre
mayo y junio de 1811. La publicación fue posible gracias al convencimiento del
general Juan José Castelli de trasladar al Perú la doctrina de que no era la
Regencia, sino el pueblo en cabildo abierto, el que debía asumir la soberanía
en nombre del monarca.21 El plan consistió en hacer circular ejemplares de
dicha Gaceta en Cuzco y Arequipa a través de colaboradores que burlasen la
vigilancia impuesta por el virrey; sin embargo, no hay ninguna constancia de
que tal propósito se cumpliera.
21
Martínez Riaza, Ascensión. «Libertad de imprenta y periodismo político en el Perú, 1811-
1824». En Revista de la Universidad Católica: nueva serie (Lima), vol. 15/16, 1984, p. 151.
Véase también el libro de Fernández Sebastián, Javier, y Joëlle Chassin (coord.). L'avènement
de l'opinion publique: Europe et Amérique, XVIIIe-XIXe siècles. Paris: Harmattan, 2004,
especialmente la p. 257 y ss.
22
Cf. Martínez Riaza, «Los orígenes del periodismo doctrinario en Perú», 1982, p. 117.
23
Agradezco a la Dra. Wilma E. Derpich Gallo por haber compartido conmigo los apuntes de
una investigación sobre El Peruano en el tiempo de la Emancipación.
348
había propalado “doctrinas tumultuarias, sediciosas y revolucionarias”.24
El Peruano, encuadernado en dos tomos, alcanzó a sacar 72 números,
hasta el 9 de junio de 1812. Salía los martes y viernes. Según el P. Rubén
Vargas Ugarte, tuvo gran acogida en el público.25
24
Villanueva, Carmen. «El Peruano y la libertad de imprenta, 1811-1812». En Boletín del
Instituto Riva-Agüero (Lima), vol. 8, 1969/71, p. 543-553, trata sobre las intervenciones de la
Junta Provincial de Censura contra este periódico.
25
Cf. Vargas Ugarte, Rubén, S.J. Historia del Perú, t. V. Emancipación (1809-1825). Buenos
Aires: Impr. López, 1958, p. 287.
26
Cf. Villanueva, «El Peruano y la libertad de imprenta», 1969/71, p. 537-538.
349
circulaban en Lima.27
27
Peralta Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 123.
28
Martínez Riaza, «Los orígenes del periodismo doctrinario en Perú», 1982, p. 124.
29
Rivara de Tuesta, Ideólogos de la Emancipación peruana, 1988, p. 9 y cap. III, p. 19 ss.
30
Cf. Morán, Daniel, y María Aguirre. La educación popular en los tiempos de la
Independencia. Lima: Grupo Gráfico del Piero, 2011, p. 27-37.
350
IV. PRIMAVERA DE LIBERTAD: RECUENTO Y CARACTERIZACIÓN
31
Rivara de Tuesta, Ideólogos de la Emancipación peruana, 1988, p. 2.
32
Ramos Santana, 1810: opinión pública y soberanía nacional, 2010, p. 21.
351
tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad
de licencia, revisión o aprobación alguna anterior a la publicación, bajo las
restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes”.
33
Rivara de Tuesta, Ideólogos de la Emancipación peruana, 1988, p. 6-8 y 20-21.
34
Peralta Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 126.
352
protección del virrey con el propósito de convertirse en la expresión por
antonomasia del periodismo ilustrado. Los editores se impusieron la tarea de
ensalzar los avances políticos promovidos por la Constitución gaditana al
tiempo que rescataban el proyecto ilustrado de fines del siglo XVIII, con el fin
de promover un mejor conocimiento del país. Pese a su liberalismo El
Verdadero Peruano nunca cuestionó la arbitrariedad de Abascal o de cualquier
otra autoridad peninsular.35 Se publicó hasta el 26 de agosto de 1813, día en
que Tomás Flores anunció su cese por falta de suscriptores y por carecer sus
redactores de los medios económicos necesarios, a pesar de la significativa
demanda que tenía.36
35
El Verdadero Peruano se cuidó de hacer cualquier tipo de alusión directa o indirecta a las
convulsiones políticas que conmovían América del Sur. Ello no impidió que uno de sus editores,
el protomédico del reino Hipólito Unanue, definiera la jura de la Constitución el 9 de diciembre
de 1812 como un día memorable en que "los derechos del ciudadano renacen en el Perú".
36
Cf. Peralta Ruiz, Víctor. En defensa de la autoridad: política y cultura bajo el gobierno del
virrey Abascal (Perú, 1806-1816). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
Instituto de Historia, 2002, p. 62-63.
37
Comp. Clément, El «Mercurio Peruano», 1790-1795. Vol. 1: Estudio, 1997, p. 73; Peralta
Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 120.
38
En su edición del 12 de marzo de 1813, apuntaban enfáticamente los redactores del Anti-
Argos: "Si los pueblos o los ciudadanos en particular perdieran el derecho de la soberanía
eligiendo sus representantes, podrían estos, sin que la nación tuviera derecho de reclamar,
sujetarla a un déspota revistiéndole de todos los poderes, incluso el derecho de la soberanía de
los pueblos. [...] por esto los individuos de una nación libre, que se llaman súbditos como
subordinados a las leyes, se llaman ciudadanos como participantes de la ciudadanía" (véase
Peralta Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 127-128).
353
por las Cortes. Hay abundante bibliografía como para asegurar que este virrey
interfirió e influyó contra dicha libertad. Él decidía qué era publicable y
perseguía a aquellos cuyos criterios no le complacían. Se sabe que los
primeros miembros de la Junta Provincial de Censura fueron el oidor don José
de Pareja y Cortés, el obispo don José de Silva y Olave, Toribio Rodríguez de
Mendoza y Manuel Antonio de Noriega. Por ello mantuvo Abascal conflictivas
relaciones con instituciones como la Iglesia y la Universidad. Por cierto, señala
a las autoridades centrales que una libertad sin restricciones incrementará la
rivalidad entre peninsulares y criollos, y advierte en su Memoria de gobierno
que Buenos Aires es el foco primigenio de la insurgencia en América del Sur,
porque de este lugar procedían varios papeles ‘incendiarios’, transidos de
frenesí o malignidad, “conspirantes todos a destruir la opinión pública y la
confianza del gobierno…”.39
39
Abascal y Sousa, José Fernando de. Memoria de gobierno del virrey [...]. Ed. de Vicente
Rodríguez Casado y José Antonio Calderón Quijano. Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-
Americanos, 1944, t. II, fol. 39v.
40
Véase al respecto el magnífico trabajo de Martínez Riaza, Ascensión. La prensa doctrinal en
la independencia del Perú, 1811-1824. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1985,
especialmente las p. 30-41 y 150-152.
41
Calvo, Hortensia. «The politics of print: the historiography of the book in early Spanish
America». En Book History (University Park, PA), vol. 6, 2003, p. 288.
354
En cualquier caso, el rol que desempeñaron las imprentas locales en dar
forma al cambio ideológico y político de la Independencia está comenzando a
ser explorado en la actualidad. Cualquier consideración sobre el rol de los
materiales impresos como elemento neurálgico de la vida intelectual
comunitaria, en la dimensión que Benedict Anderson ha planteado,42 debe
tomar en cuenta una serie de factores diversos. Los trabajos recientes realizan
justamente este ejercicio al examinar las formas en las cuales la literatura
periódica incentivó nuevas prácticas de lectura y la emergencia de espacios
públicos novedosos, como los cafés y los salones literarios. Investigaciones
modernas sobre el tema de la Ilustración y la propagación del espíritu
racionalista tienden a acentuar que fueron especialmente los aspectos
culturales, científicos y económicos del enciclopedismo los que prendieron en
el Nuevo Mundo, y no tanto las ideas políticas subversivas de la Revolución
Francesa, que tendieron a ser rechazadas por las elites criollas.43 Se puede
decir entonces que el revolucionarismo fue promovido retrospectivamente,
como un resultado y no como la causa de los movimientos de independencia.
42
Anderson, Benedict. 1991. Imagined communities: reflections on the origin and spread of
nationalism, rev. ed. London: Verso, 1991, p. 61-62.
43
Cf. Rosas Lauro, Claudia. Del trono a la guillotina: el impacto de la Revolución Francesa en
el Perú, 1789-1808. Lima: Institut Français d'Études Andines, Pontificia Universidad Católica
del Perú & Embajada de Francia en el Perú, 2006, p. 100-122.
44
Peralta Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 121-122.
45
Cf. Martínez Riaza, «Libertad de imprenta y periodismo político en el Perú», 1984, p. 168 y
ss.
355
Abascal en su empeño de fomentar una autonomía institucional. Por último, la
polémica entre los propios periódicos fue escasa y cuando se produjo fue el
resultado de ataques personales sin mayor relevancia pública. La excepción a
esta norma fue el enfrentamiento doctrinario sobre el significado de la
soberanía popular que se dio entre el Argos Constitucional y el Anti-Argos a
principios de 1813.
Todo esto queda más claro si recogemos una curiosa cita del Argos
Constitucional, donde en un diálogo ficticio uno de los interlocutores, llamado
Don Juan, asienta con complacencia:
46
Guerra, François-Xavier. «"Voces del pueblo": redes de comunicación y orígenes de la
opinión en el mundo hispánico (1808-1814)». En Revista de Indias (Madrid), vol. 62, 2002, p.
382.
47
Argos Constitucional, nº 7 (Lima, 21 de marzo de 1813), s.v. «La imprenta».
48
Martínez Riaza, «Los orígenes del periodismo doctrinario en Perú», 1982, p. 120-121.
356
América del Sur en general. Tratando de salvar lo insalvable, el virrey La Serna
utilizó como medio de justificación de su labor política las páginas de El Triunfo
de la Nación. A pesar de autorizar la circulación de este periódico bajo el clima
de la libertad de imprenta, en el prospecto del mismo se advirtió que no se
daría cabida a las opiniones políticas que pudieran “formar dentro de la misma
sociedad una guerra literaria, mil veces más funesta y más cruel que la de la
bayoneta y el cañón”.49 Siguiendo estos parámetros, El Triunfo de la Nación
continuó la línea fidelista hacia Fernando VII y calificó a la Constitución de 1812
como un elemento de reconciliación entre criollos y peninsulares.
49
Prospecto de El Triunfo de la Nación, Lima, 13 de febrero de 1821.
50
Peralta Ruiz, «Prensa y redes de comunicación en el virreinato del Perú», 2005, p. 129. La
citación procede de El Triunfo de la Nación, Lima, 5 de junio de 1821.
357
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Abascal y Sousa, José Fernando de. 1944. Memoria de gobierno del virrey
[...]. Ed. de Vicente Rodríguez Casado y José Antonio Calderón Quijano.
Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos. 2 vols.
Anderson, Benedict. 1991. Imagined communities: reflections on the origin
and spread of nationalism, rev. ed. London: Verso.
Calvo, Hortensia. 2003. «The politics of print: the historiography of the book
in early Spanish America». En Book History (University Park, PA), 6: 277-
305.
Cárceles de Gea, Beatriz. 1999. «Reforma/abolición del Tribunal de la
Inquisición (1812-1823). La constitución de la autoridad absoluta». En
Manuscrits: revista d'història moderna (Bellaterra), 17: 179-199.
Clément, Jean-Pierre. 1997. El «Mercurio Peruano», 1790-1795. Vol. 1:
Estudio. Frankfurt am Main: Vervuert.
Fernández Sebastián, Javier, y Joëlle Chassin (coord.). 2004. L'avènement
de l'opinion publique: Europe et Amérique, XVIIIe-XIXe siècles. Paris:
Harmattan.
Galdos Rodríguez, Guillermo. 1967. La rebelión de los pasquines; un intento
emancipador de Arequipa colonial (1780). Arequipa: Editorial Universitaria.
Gargurevich, Juan. 2010. «Conservadores vs. liberales». En La Primera
(Lima), nº 1991, 4 de septiembre.
Guerra, François-Xavier. 2002. «"Voces del pueblo": redes de comunicación
y orígenes de la opinión en el mundo hispánico (1808-1814)». En Revista
de Indias (Madrid), 62: 357-384.
La Parra López, Emilio. 1984. La libertad de prensa en las Cortes de Cádiz.
Valencia: Nau Llibres.
Macera, Pablo. 1977. «El periodismo en la Independencia». En sus
Trabajos de historia, Lima: Instituto Nacional de Cultura, t. II, p. 325-342.
Martínez Riaza, Ascensión. 1982. «Los orígenes del periodismo doctrinario
en Perú: el caso conflictivo de "El Peruano"». En Quinto Centenario
(Madrid), 3: 109-136.
Martínez Riaza, Ascensión. 1984. «Libertad de imprenta y periodismo
político en el Perú, 1811-1824». En Revista de la Universidad Católica:
nueva serie (Lima), 15/16: 149-177.
Martínez Riaza, Ascensión. 1985. La prensa doctrinal en la independencia
del Perú, 1811-1824. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica.
Morán, Daniel, y María Aguirre. 2011. La educación popular en los tiempos
de la Independencia. Lima: Grupo Gráfico del Piero.
Peralta Ruiz, Víctor. 2002. En defensa de la autoridad: política y cultura bajo
el gobierno del virrey Abascal (Perú, 1806-1816). Madrid: Consejo Superior
de Investigaciones Científicas, Instituto de Historia.
Peralta Ruiz, Víctor. 2005. «Prensa y redes de comunicación en el virreinato
del Perú, 1790-1821». En Tiempos de América (Castellón), 12: 113-131.
Poupeney-Hart, Catherine. 2006. «Prensa e ilustración: José Rossi y Rubí,
del "Mercurio Peruano" a la "Gaceta de Guatemala"». En Istmo: revista
virtual de estudios literarios y culturales centroamericanos, nº 13, julio-
diciembre.
358
Ramos Santana, Alberto. 2010. 1810: opinión pública y soberanía nacional.
(Lección inaugural de la apertura del curso 2010-2011). Cádiz: Universidad
de Cádiz.
Rivara de Tuesta, María Luisa. 1988. Ideólogos de la Emancipación
peruana. 2ª ed. Prólogo de Mario Magallón Anaya. Toluca: Universidad
Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación en Ciencias
Sociales y Humanidades.
Rosas Lauro, Claudia. 2006. Del trono a la guillotina: el impacto de la
Revolución Francesa en el Perú, 1789-1808. Lima: Institut Français
d'Études Andines, Pontificia Universidad Católica del Perú & Embajada de
Francia en el Perú.
Vargas Ugarte, Rubén, S.J. 1958. Historia del Perú, t. V. Emancipación
(1809-1825). Buenos Aires: Impr. López.
Villanueva, Carmen. 1969/71. «El Peruano y la libertad de imprenta, 1811-
1812». En Boletín del Instituto Riva-Agüero (Lima), 8: 523-595.
Zamalloa Armejo, Raúl. 1993. «La polémica entre el Mercurio Peruano y el
Semanario Crítico (1791)». En Histórica (Lima), 17: 109-118.
359