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LA TORTUGA Y EL ÁGUILA

Una tortuga se pasaba horas viendo


volar al águila. Quería ser como ella.

Un día el águila se posó cerca de ella, y la


tortuga le dijo:

- Águila, vuelas maravillosamente. Estoy segura de que con cuatro


lecciones yo también podría aprender a volar, y así dar la vuelta al
mundo

El águila se rió un buen rato y dijo:

-Tortuga, tu destino no es volar. Tienes un cuerpo para caminar


despacio por el suelo. Tu virtud es la paciencia. Yo, no puedo

enseñarte a volar, pero consuélate porque tampoco yo puedo


caminar como una tortuga.

Pero la tortuga no se dio por vencida y siguió suplicando al águila


todos los días.

Al fin, un día, el águila harta de escucharla, la cogió entre sus garras


y la subió arriba, arriba, por los aires.
Al volar junto al Águila a tan gran altura, la Tortuga se dijo: "¡Qué
envidia me tendrán ahora los animales que por el suelo se mueven al
verme elevada entre las nubes!"

El Águila al oír eso, no soportó su vanidad, y soltó a la Tortuga ilusa


que, al caer rápidamente sobre peñascos, se hizo mil pedazos.

LA TORTUGA Y EL ÁGUILA

Una tortuga se pasaba horas viendo


volar al águila. Quería ser como ella.

Un día el águila se posó cerca de ella, y la


tortuga le dijo:

- Águila, vuelas maravillosamente. Estoy segura de que con cuatro

lecciones yo también podría aprender a volar, y así dar la vuelta al


mundo

El águila se rió un buen rato y dijo:

-Tortuga, tu destino no es volar. Tienes un cuerpo para caminar


despacio por el suelo. Tu virtud es la paciencia. Yo, no puedo
enseñarte a volar, pero consuélate porque tampoco yo puedo
caminar como una tortuga.
Pero la tortuga no se dio por vencida y siguió suplicando al águila
todos los días.

Al fin, un día, el águila harta de escucharla, la cogió entre sus garras

y la subió arriba, arriba, por los aires.

Al volar junto al Águila a tan gran altura, la Tortuga se dijo: "¡Qué


envidia me tendrán ahora los animales que por el suelo se mueven al

verme elevada entre las nubes!"

El Águila al oír eso, no soportó su vanidad, y soltó a la Tortuga ilusa


que, al caer rápidamente sobre peñascos, se hizo mil pedazos.

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