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comidas de culturas diferentes ¡Ni siquiera he Tarareando una cancioncilla y pensando en todo el
probado el queso y eso que soy una ratita! roquefort que se iba a zampar al llegar a su destino,
se adentró en el bosque. Contentísima, correteó
Sus amigas la escuchaban boquiabiertas y las
durante un par de horas orientándose gracias a su fino
palabras de la sensata Anita no sirvieron de nada.
olfato. Tanto anduvo que de repente le entró mucha
¡Flor estaba empeñada en llevar a cabo su alocado
sed.
plan! Dando unos saltitos se fue a la puerta y desde
allí, se despidió: – ¡Anda, ahí hay un río! Voy a beber un poco de
agua.
– ¡Adiós, chicas, me voy a recorrer el mundo y ya
volveré algún día! La ratita Flor se acercó a la orilla y sumergió la cara.
El agua estaba fresquísima y deliciosa, pero no pudo
¡Qué feliz se sentía Flor! Por primera vez en su vida
disfrutarla mucho porque un antipático cangrejo le
era libre y podía escoger qué hacer y el lugar al que ir
agarró el hocico con sus pinzas.
sin dar explicaciones a nadie.
– Bichito, bichito, me haces daño ¡Suéltame el
– A ver, a ver… Sí, creo que iré hacia el norte,
hociquito!
camino de Francia… ¡Oh là là, París espérame que
allá voy! El cangrejo obedeció y Flor le reprendió.
La pobre Flor se quedó con la naricita encarnada y – Esperaré quietecita hasta que me baje la
dolorida, pero no dejó que eso la desanimara y inflamación ¡Esto es horrible, me duele muchísimo!
continuó su emocionante viaje.
Estaba muy afligida y empezó a pensar que su plan
Hacia el mediodía dejó atrás el bosque y llegó a un no estaba saliendo como había previsto. Con lágrimas
camino de piedra. en los ojos, comenzó a lamentarse.
– Este camino va hacia el norte atravesando una – No hace ni seis horas que salí de casa y ya estoy
pradera ¡No hay duda de que voy bien! hecha un asco. Un cangrejo me muerde el hocico, un
caballo me aplasta la pata… ¡Esto no es lo que yo me
Muy resuelta y segura de sí misma echó a andar
esperaba!
sobre los adoquines. De repente, un carruaje pasó por
su lado a toda velocidad y un caballo le pisó una Sus gemidos llegaron a oídos de un hada buena que
patita. pasaba por allí.
– ¡Ay, ay, qué dolor! ¿Qué voy a hacer ahora? ¡Me – ¡Hola, ratita linda! ¿Cómo te llamas?
cuesta mucho andar!
Muy triste, le contestó:
El caballo continuó trotando sin mirarla y Flor tuvo
– Flor, señora, me llamo Flor.
que arrastrarse a duras penas hasta conseguir
apartarse del camino y sentarse en una piedra.
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INSTITUCION EDUCATIVA Nº 3045 “JOSE CARLOS MARIATEGUI LA CHIRA” PLAN LECTOR 2018 TERCERO “A”
– ¿Y por qué estás tan triste con lo bonita que eres, daría yo por comer unos granitos de trigo o de maíz
pequeña? de los que hay en mi molino!
– Estaba harta de mi vida y esta mañana decidí irme – Me alegra tu decisión, Flor. El mundo está lleno de
lejos de mi hogar en busca de aventuras pero … lugares maravillosos y es normal que quieras
explorarlos, pero para eso tienes que formarte,
– ¿Pero qué, jovencita?
aprender y madurar. Estoy convencida de que algún
– Pues que desde que salí me ha mordido un cangrejo día, cuando estés preparada, tendrás esa oportunidad.
en el hociquito, un caballo ha dañado mi patita y Anda, ven, súbete a mi hombro que te llevo a casa.
encima estoy muerta de hambre ¡Quiero volver a mi No te preocupes que con una venda enseguida te
casa! curarás.
– Vaya… ¿Ya no quieres vivir una vida llena de El hada buena la llevó de vuelta al lugar donde había
emociones? nacido, al lugar que le correspondía y donde lo tenía
todo para ser dichosa. Por supuesto la recibieron con
La ratita fue muy sincera.
los brazos abiertos y ni que decir tiene que ese día el
– Sí, sí me gustaría, pero por ahora quiero regresar a grano del molino le supo más delicioso que nunca.
mi hogar, con mi familia y con mi gente ¡Cuánto
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