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Civilización maya

La cultura maya se desarrolló en la península de Yucatán, Tabasco y Chiapas en México y


también en zonas de Guatemala, Honduras, Belice y otros lugares de Mesoamérica. Es
considerada la de mayor desarrollo de todas las culturas aborígenes americanas.

Alcanzó su mayor desarrollo entre los siglos III y IX de nuestra era y produjo multitud de
ciudades y centros ceremoniales que contaban con pirámides, templos, palacios, juegos de
pelota y observatorios astronómicos. Su escritura era jeroglífica estaba formada por más de
700 signos que han aparecido grabados en piedras y en vasos de cerámica.

Las ciudades mayas eran independientes unas de otras, eran lo que en Historia se ha
llamado ciudades-estado, cuya base eran la agricultura y el comercio. En la actualidad
millones de mayas hablan el idioma de sus antepasados y cultivan la herencia recibida en
actividades como la música, la cosmogonía y otras ciencias y realizan diferentes ritos que
se remontan al pasado precolombino.

1- La Civilización Azteca

El área mesoamericana fue el escenario geográfico de numerosas culturas y civilizaciones


que se sucedieron a lo largo del tiempo y que fueron formando una tradición cultural
común. Los avances de cada uno de estas culturas y civilizaciones se realizaban a partir de
lo logrado por sus antecesoras. La civilización Azteca, originarios de Aztlán, un lugar
situado al noroeste de México, fue una de las más tardías y formó un gran Imperio al
conquistar las regiones de México Central, Costa del Golfo y Oaxaca.

Los Aztecas, pueblo de cazadores nómades, provenían del noroeste de México habitaron y
dominaron la meseta de Anahuac (país al borde del agua), hoy llamado México, entre los
siglos XIV y XV, donde existía un gran lago llamado Texcoco. Los pueblos que estaban
establecidos en el Anahuac no vieron con buenos ojos a los aztecas, no solo porque venían
a disputarles las tierras, sino que también por su costumbre de ofrecer corazones humanos a
los dioses.

Civilización Inca

El imperio incaico estaba firmemente dominado por una teocracia sagrada e inviolable. El
Inca, máxima autoridad política y religiosa, se consideraba hijo del Sol. Gobernaba asistido
por una aristocracia selecta, llamada orejones, a causa de los adornos que deformaban sus
orejas; además, se consideraba nobles a los generales y a los altos oficiales. No está
probado que los amautas (maestros) y quipu-kamayoc (manejadores del quipu o sistema de
contabilidad) fuesen miembros de esta casta.

Por debajo de esta aristocracia se encontraban los kurakas (o curacas), los señores. En una
posición privilegiada se hallaba también la clase sacerdotal, integrada por el willaq uma
(cabeza sagrada), las aqllas o escogidas y los sacerdotes. Luego, formando la base de esta
pirámide social, estaba la masa del pueblo, dividida en llacta runa (originarios) y mitimaes
(transplantados de otras regiones o pueblos). Fuera de estas clases se encontraban los
yanacunas o yanaconas (literalmente: los esclavos), que eran los vencidos y entregados en
calidad de siervos para el trabajo de las chacras y para el servicio doméstico. Los
trabajadores eran campesinos, pastores, tejedores y alfareros, fundamentalmente;
asimismo, pero en un plano secundario, eran considerados los plateros, orfebres,

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