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EL CULTIVO DE TOMATE HIDROPONICO

Alfredo Rodríguez Delfín


Universidad Nacional Agraria La Molina
Centro de Investigación de Hidroponía y Nutrición Mineral
Lima, Perú

El tomate es la hortaliza más difundida en todo el mundo por su alto valor económico. Su demanda aumenta
continuamente y con ella su cultivo, producción y comercio. Según la FAO (2002), China es el primer productor de
tomate en el mundo con una producción de 25 millones 500 mil ton/año; mientras que México ocupa el décimo
lugar con una producción de 2 millones 100 mil ton/año (Cuadro 1).

Cuadro 1. Producción Mundial de tomate (FAO, 2002)


Países Ton/año
China 25,500.000
Estados Unidos 10,250,000
Turquía 9,000,000
India 8,500,000
Italia 7,000,000
Egipto 6,300,000
España 3,600,000
Brasil 3,500,000
Irán 3,000,000
México 2,100,000

El cultivo sin suelo favorece el desarrollo del cultivo ya que se obtiene una óptima relación aire-agua en el sistema
radicular, la nutrición está mucho más controlada, los sustratos inertes se encuentran libre de plagas y enfermedades.
El tomate es el principal cultivo producido con sistema hidropónico por su alta productividad y rentabilidad,
alcanzando rendimientos de hasta 500 a 700 ton/ha bajo condiciones de invernadero en países con alta tecnología
como Holanda, Canadá y EEUU. El sistema hidropónico mayormente usado para cultivar tomate es el sistema de
riego por goteo, utilizando principalmente lana de roca (“rock wool”en inglés) como sustrato. A través de este
sistema, la solución nutritiva o el agua es suministrada a cada planta a través de goteros conectados en mangueras o
cintas de goteo de polietileno de color negro. El riego se hace aplicando pequeñas cantidades de solución nutritiva
directamente en la zona radicular; durante el día se hacen diferentes riegos de corta duración con la finalidad de
mantener de forma continua la disponibilidad de agua y nutrientes para las plantas.

El área mundial destinada a la producción con lana de roca está en el orden del 57 % (Cuadro 2). La lana de roca es un
sustrato obtenido por fusión de la roca volcánica, la cual luego es hilado en fibras y embolsado o precintado en bloques
y planchas. Su principal característica es que contiene alta porosidad (97 %), lo cual permite sostener niveles muy altos
de agua disponible y también un buen contenido de aire. Por ser la lana de roca un material de volumen y, debido al
alto costo del flete para su importación, es preferible y aconsejable utilizar sustratos locales alternativos en países
donde no se produce. La piedra pómez y el tezontle son ejemplos de sustratos naturales excelentes.

También es posible cultivar tomate y otros cultivos de fruto en sistema NFT o recirculante pero, por razones de costos
y, por un manejo mas complicado de la solución nutritiva, es mejor cultivar tomate con sistema de riego por goteo. El
sistema NFT es muy usado para cultivos de rápido crecimiento como la lechuga y albahaca por ejemplo.
Cuadro 2. Porcentaje estimado del área total mundial para diferentes sistemas hidropónicos. (Donnan, 1998)

Sistema Porcentaje

Riego por goteo con lana de roca 57 %


Riego por goteo con otros sustratos inorgánicos (arena, 22 %
perlita, escoria, piedra pómez)
Riego por goteo con sustratos orgánicos (musgo, fibra 12 %
de coco, corteza, aserrín)
NFT 5%
Raíz flotante o cultivo en agua 3%
Subirrigación o cultivo en grava 1%
TOTAL 100%

Los productores de tomate deben lograr altos rendimientos y producir continuamente frutos de calidad para
mantenerse económicamente viable. El secreto para lograr el éxito de un cultivo de tomate, ya sea a gran o pequeña
escala, es comprender la fisiología del cultivo, desde la germinación hasta la cosecha. Comprende la fisiología del
cultivo ayuda a maximizar el potencial de las plantas en cultivo sin suelo. Existe mucha información disponible
sobre la fisiología del tomate pero no es fácil llevar a la práctica toda esta información.

Sin embargo, para los productores comerciales, obtener los rendimientos más altos y buena calidad del fruto es vital
para el éxito económico. Comprendiendo la fisiología de la planta ayuda a maximizar el potencial de la planta en
cultivos sin suelo. Obteniendo las condiciones, cultivares, nutrición, manejo y secuencia puede significar la
diferencia entre una producción de frutos mediocres y una verdaderamente sorprendente de tomates perfectos.

TIPOS DE TOMATE

El tomate (Licopersicum esculentum Mill), es una planta de la familia Solaneceae; con origen en los Andes,
Sudamérica. Es una planta semiperenne de porte arbustivo que puede desarrollarse de forma rastrera, semierecta o
erecta. Existen variedades de crecimiento determinado y otras de crecimiento indeterminado. Las formas silvestres
producen frutos pequeños como los de tipo cereza o cherry. Los tipos de tomate común de frutos grandes y de alto
rendimiento se denominan tipo beef, con plantas vigorosas hasta el 7º - 8º racimo. La producción comercial está
dominada por los híbridos F1, asegurando las características deseadas tales como altos rendimientos o resistencia a
enfermedades; por esta razón, las semillas de estos híbridos cuestan alrededor de US $ 70.00 – $ 100.00 el millar de
semilla, dependiendo de la variedad y las características deseadas como vigor de la planta, uniformidad y firmeza
del fruto y resistencias a enfermedades

La producción comercial de tomate requiere que las plantas sean vigorosas y compactas, que tengan un alto grado de
resistencia a enfermedades, que produzcan frutos de tamaño uniforme y extremadamente firmes, con piel gruesa,
resistencia al manipuleo y almacenaje; que tenga una buena maduración fuera de la planta y que tenga una larga
vida de anaquel..

Los cultivos hidropónicos comerciales de tomate usan un sistema de crecimiento indeterminado, dirigiendo el tallo
hacia arriba a través de tutores. Como el tomate es una planta semiperenne, los productores pueden explotar esta
característica y el crecimiento del cultivo durante 10 a 11 meses, obteniéndose rendimientos casi todo el año. En
climas adversos, donde el invierno es extremadamente crudo, la producción de tomate requiere el uso de calefacción
en muchas regiones del mundo, ameritándose la producción en invernaderos. El costo energético se justifica porque
el precio de venta es mas alto fuera de estación.

CONDICIONES CLIMÁTICAS

Los altos rendimientos en el cultivo de tomate dependerán de una buena floración y fructificación; para lo cual las
plantas requieren ciertas condiciones climáticas favorables, como una humedad relativa de 60 a 80 % y un rango
óptimo de temperaturas nocturna (14º-17º C) y diurna (19º -24º C) (Cuadro 3). Por otro lado, la baja luminosidad
que ocurre en invierno, incide en forma negativa sobre el crecimiento vegetativo de la planta así como en la
floración, fecundación y fructificación. En cambio, niveles excesivos de radiación solar pueden producir estrés a las
plantas y afectar negativamente el crecimiento y rendimiento del cultivo. La exposición directa del fruto al sol puede
provocar escaldaduras, rajaduras, caída prematura, tamaño reducido y corta vida de anaquel; las hojas son más
gruesas y se enrollan hacia arriba para limitar los daños causados por la alta radiación al reducir el área foliar. Para
evitar el daño por niveles excesivos de radiación y reducir ligeramente la temperatura, se puede cubrir el cultivo con
malla de sombra 35%

La humedad relativa también influye sobre el crecimiento de la planta de tomate. A valores altos de humedad
relativa (> 85%) las plantas producen tallos más largos, mayor distancia entre nudos y hojas largas, estrechas y
delgadas, incluso, los márgenes de las hojas se enrollan hacia abajo y pueden presentar pudrición. Los cultivos que
se producen en áreas tropicales cálidas y húmedas, frecuentemente desarrollan estos síntomas.

Cuadro 3. Requerimiento de temperatura para el cultivo de tomate

Estado de Crecimiento To Mínima To Óptima To Máxima

Germinación 11º 18º -25º 34º


Crecimiento 18º 20º -24º 32º
Floración y NOCHE 10º 14º -17º 20º
Fructificación DIA 18º 19º -24º 30º
Producción Licopeno 10º 20º -24º 30º
Producción β-caroteno 10º 21º -23º 40º
Cese de Crecimiento - <10º -

ETAPAS DEL CULTIVO

Las etapas del cultivo son: siembra o almácigo, crecimiento vegetativo, floración y fructificación.

Siembra o Almácigo:

El almácigo es un pequeño espacio al que se le da condiciones óptimas para garantizar la germinación de las semillas y
el crecimiento inicial de las plántulas. Para lograr plántulas de tomate vigorosas es recomendable hacer un almácigo
antes de ser transplantadas a los sacos de cultivo.

Deben sembrarse semillas de buena calidad; se deben usar semillas producidas y distribuidas por casas comerciales
de reconocida trayectoria (Enza Zaden, Rijk Zwaan, Peto Seed, Seminis, Sakata, Syngenta, etc). Semillas de pobre
calidad pueden dar como resultado falta de germinación, plántulas de vigor reducido o presencia de enfermedades
que pueden ser llevadas en la cubierta o dentro de la semilla. Las semillas de alta calidad deben de tener porcentajes
de germinación mayores a 95% y es suficiente colocar una semilla por celda o cubo de propagación. Las semillas se
pueden sembrar en almacigueras plásticas o de termopor con 72 celdas o vasos de termopor de 6 onzas de volumen.

El sustrato que se emplea para el almácigo debe ser fino, limpio y homogéneo. Las condiciones de humedad se debe
controlar periódicamente, ya que ni las semillas no germinarían ni las plántulas desarrollarían si no tienen la
cantidad de humedad adecuada. El sustrato para almácigo puede ser arena de cuarzo, arena de río, grava fina, piedra
pómez, tezontle, etc. El sustrato debe asegurar la disponibilidad de agua y oxígeno a las raíces.

Para obtener plántulas vigorosas libre de virus, es recomendable realizar esta etapa en un ambiente protegido o
pequeño invernadero; de tal forma que proteja a las plantas de insectos vectores de virus como mosca blanca, áfidos
y trips.

El almácigo se debe observar diariamente con el fin de mantener húmedo el sustrato. Antes de que germinen las
semillas, se hacen riegos diarios solo con agua; los riegos no deben ser excesivos para evitar la falta de aireación en el
sustrato, lo cual afectaría la germinación de las semillas. Luego de aparecer los cotiledones y las primeras hojas, los
riegos se hacen con solución nutritiva, los primeros 5 días con la mitad de la dosis y luego, hasta el transplante
definitivo a los sacos de cultivo, con la dosis completa.

El rango de temperatura para la germinación del tomate en la superficie del sustrato es alrededor de 22-24 ° C. Si la
semilla germina bajo condiciones frías menores a 14° C, el porcentaje de germinación disminuye y la semilla puede
pudrirse antes de germinar. Temperaturas excesivamente altas (> 30° C) producen un bajo porcentaje de
germinación.
Crecimiento Vegetativo:

Una vez que las plántulas han cumplido un mes en el almácigo, deben ser transplantadas a los sacos de cultivo. Los
sacos de cultivo se rellenan con un sustrato inerte de partículas de 1.00 a 2.00 mm de diámetro. Como sustrato se
puede emplear piedra pómez, arena de cantera, arena de río, etc. Los sacos de cultivo son de 1 m de largo y de 0.25
m. de ancho; cada saco contiene un volumen de 30 litros de sustrato. Antes de rellenar el saco, se debe lavar el
sustrato para eliminar el exceso de sales; luego, se debe desinfectar y enjuagar.

En cada hilera se colocan dos filas de sacos de cultivo separados 0.5 m. El distanciamiento entre hileras es 1.0-1.2 m.
Se transplantan dos plántulas por saco; con un distanciamiento de 0.4 m. La densidad de cultivo es 2.5 plantas/m2.
Para transplantar las plántulas, se hacen dos agujeros en el saco de cultivo; los agujeros tienen un diámetro de 3
pulgadas Antes de transplantar se debe humedecer el sustrato. Se retira un poco de sustrato del saco de cultivo y se
coloca la plántula con todo raíz y sustrato; luego se rellana con sustrato para sostener la plántula en el saco de
cultivo.

Una vez que las plántulas se han establecido en los sacos de cultivo, se riega diariamente con solución nutritiva a
través del sistema de riego por goteo. Al pie de cada plántula se coloca una estaquilla de plástico que se conecta con
un gotero. Cuando el sistema de riego está en funcionamiento, la solución nutritiva sale por los goteros y es
conducida hacia el pie de cada plántula a través de estas estaquillas. Al comienzo los riegos son pocos frecuentes,
pero a medida que las plantan van creciendo y desarrollando se incrementa el número de riegos. La solución
nutritiva debe tener una CE de 2.0-2.2 mS/cm. Para tener una planta más fuerte y compacta y, si las condiciones de
luz son bajas como ocurre en el invierno, se recomienda aplicar una solución nutritiva con una CE alta (2.5 mS/cm).

En esta primera etapa es importante que el crecimiento sea rápido y que las condiciones ambientales sean óptimas
para lograr la floración en el primer racimo. En esta etapa, la mayoría de las plántulas recién han sido transplantadas
y la temperatura influirá sobre el número de flores en los primeros racimos. En condiciones de invierno con
temperaturas de 12-14°C, aumentará el número de flores por racimo. Si las condiciones ambientales son más
cálidas durante el desarrollo de la plántula (> 20°C), ésta produce más hojas antes que aparezca el primer racimo, el
cual puede tener entre 5 a 8 flores (generalmente para variedades de frutos más grandes).

Las plantas jóvenes generalmente forman de 6 a 10 hojas después de la expansión de los cotiledones y antes del
primer racimo. La mayoría de los tipos de tomate tienen tres hojas entre racimos durante el ciclo de vida de la
planta. La producción inicial de hojas es muy importante porque éstas, gracias a la fotosíntesis, producen
fotosintatos que sirven para alimentar los frutos en crecimiento en los racimos. Como el número de hojas entre
racimos es generalmente constante, la longitud del tallo o la distancia entre racimos puede variar considerablemente
dependiendo de los factores ambientales, genéticos y nutricionales.

Las plantas de tomate generalmente producen tallos largos en condiciones de baja luminosidad en invierno, con una
alta densidad de plantas o a una baja CE. Es deseable contar con híbridos que generen tallos no muy largos o plantas
compactas, con racimos florales a corta distancia, porque esta característica permite un mayor crecimiento antes que
la planta sea postrada sobre el piso, produciendo más racimos antes que la planta alcance la parte superior del
soporte. Para mantener un crecimiento compacto de la planta y lograr frutos de alta calidad, los productores
comerciales mantienen altos niveles de CE (3.5-5.0 mS/cm) de la solución nutritiva durante el ciclo de vida del
cultivo.

El rendimiento es dependiente de la cantidad de luz disponible para la fotosíntesis; bajos niveles de luz, como ocurre
en invierno, producen una menor tasa de fotosíntesis, traducido en menor producción de fotosintatos para alimentar
los frutos en crecimiento. La densidad de plantas afecta la cantidad de luz disponible para la asimilación, por esta
razón se recomienda densidades de 2-3 plantas/m2. Bajo condiciones de alta luminosidad en verano, se pueden
mantener hasta 3-4 plantas/m2, La densidad estándar es de 2.5 plantas/m2 ó 25,000 plantas/ha, lo que permite el
acceso a las plantas para las prácticas agrícolas, polinización, aspersión, cosecha y otras operaciones de
mantenimiento. Los problemas con las enfermedades, como Botrytis y mildiu son menos comunes donde las
plantas tienen un adecuado distanciamiento y un buen flujo de aire en las capas más bajas, mientras se maximiza la
intercepción de la luz por las hojas.

Para mantener la plata erguida y evitar las hojas y frutos toquen el piso es importante la práctica del tutorado, lo cual
mejora la aireación general de la planta y favorece el aprovechamiento de la radiación y la realización de las labores
culturales. Todo ello repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las enfermedades. Conforme
la planta va creciendo A medida que las plantas van creciendo, se sujetan con anillos plásticos a un hilo de
polipropileno o rafia que va enrollada en un gancho galvanizado que se sujeta en un alambre galvanizado grueso que
va colgado a 2.0 –2.5 m sobre el suelo. Cuando las plantas alcanzan el alambre, se baja la planta descolgando el hilo,
de esta forma la planta siempre se desarrolla hacia arriba, recibiendo el máximo de luminosidad.

Para controlar el crecimiento excesivo del follaje y de tallos secundarios y dirigir la translocación de fotosintatos
hacia las flores y frutos en crecimiento, debe practicarse con frecuencia la poda en las variedades de crecimiento
indeterminado. Ésta se realiza a los 15-20 días del trasplante con la aparición de los primeros tallos laterales, que
serán eliminados, al igual que las hojas más viejas, mejorando así la aireación del cuello. Hay variedades de tomate
que pueden conducirse con dos tallos por planta.

Floración:

La floración del primer racimo de una planta de tomate cultivada bajo buenas condiciones de luz será una de las más
fuertes y de más alto rendimiento ya que no compite con otros frutos de la planta; sin embargo, bajo condiciones de
baja luminosidad y baja temperatura, la floración del primer racimo será débil y las flores pueden abortar o los frutos
se pueden caer inmaduros si no se producen suficientes fotosintatos para crecer. El color amarrillo intenso de las
flores es un síntoma de una buena floración; lo contrario ocurre cuando las flores presentan un color amarillo pálido.

Una vez que las flores han abierto, éstas deben ser fecundadas por el grano de polen formado en las anteras de las
flores. La polinización puede producirse naturalmente por insectos polinizadores como las abejas y abejorros, o
también por el viento. En invernaderos, los productores pueden usar colmenas portátiles de abejorros, aire generado
por una mochila con motor, o una hormona a base de auxinas que estimula la fecundación de las flores. Las flores
necesitan ser polinizadas activamente todos los días para asegurar que todas las flores que han sido fertilizadas
fructifiquen. Cada óvulo fertilizado dentro de la flor producirá una semilla y el número de semillas juega un rol
importante en el tamaño del fruto.

Para homogenizar y aumentar el tamaño de los frutos de un racimo y lograr una buena calidad, se debe despuntar las
inflorescencias y hacer un raleo o aclareo de frutos. A través del aclareo se dejan un número de frutos fijos en el
racimo, eliminando los frutos inmaduros mal posicionados; frutos dañados por insectos, deformes y aquellos que
tienen un reducido calibre. La poda de flores y frutos pequeños permite que los fotosintatos disponibles vayan hacia
otros frutos obteniendo frutos de mayor tamaño.

Fructificación:

La fructificación depende de las temperaturas cálidas. La polinización ocurre cuando la temperatura está por encima
de los 20° C. Algo de polinización ocurre a bajas temperaturas; sin embargo, la fructificación se reducirá y el fruto
puede presentar deformaciones. Altas temperaturas (> 35° C) interfieren con la formación de polen viable y
frecuentemente previenen la floración.

La fructificación es la etapa en la que desarrollan los frutos pequeños y verdes, haciéndose visibles. En un racimo
de flores, las flores más grandes que están más cerca del tallo se polinizarán primero y luego las otras seguido de un
periodo de 3 a 10 días, dependiendo de la temperatura del aire en el cultivo. Desde la fructificación hasta la cosecha,
los tomates se crecen y desarrollan a una tasa rápida bajo condiciones óptimas. La maduración del fruto empieza a
los 45-75 días después de la polinización.

Existe una relación entre el número de frutos en el racimo y el tamaño final; a más frutos, menor será el tamaño de
cada fruto. Cuando se requiere de frutos más grandes, se debe podar el racimo a 4 ó 6 frutos. Los racimos que se
cosechan y venden enteros se podan con 8 a 10 frutos dependiendo del cultivar y del envase de venta.

Generalmente el primer fruto es de tamaño bastante grande con respecto a los demás frutos y se le conoce como
“fruto rey”. Para que los demás frutos alcancen un tamaño grande y comercial, se debe retirar el “fruto rey”, ya que
no sólo fructifica primero sino que predomina en la incorporación de fotosintatos, restándole fotosintatos a los
demás frutos que se encuentran en el racimo. El fruto rey, frutos deformes y racimos con muchos frutos deben ser
podados.

Existe una relación entre el tamaño y la calidad del fruto. Cuando se produce un “déficit de riego” o un ligero estrés
hídrico para mejorar la calidad del fruto, menos agua se acumula en el tejido del fruto y el tamaño se reduce. Si se
proporciona mucha agua y se baja la CE de la solución nutritiva, el tamaño del fruto aumentará reduciendo su
calidad y sabor. La práctica de mantener niveles de CE predeterminados que causen un ligero estrés hídrico en las
plantas de tomate, producen un fruto de buena calidad sin reducir mucho el peso fresco y el rendimiento. Para
obtener frutos pequeños pero de superior calidad, se debe incrementar los niveles de CE a un rango de 6.0-8.0
mS/cm.
Cuando los frutos de tomate alcanzan el estado de madurez estando verdes, detienen la importación de fotosintatos,
lo cual ocurre alrededor de 10 días antes que cambie a color naranja (fruto pintón), La maduración del fruto del
tomate es disparada por la producción de la hormona etileno. La tasa de coloración depende de la temperatura; la
maduración es más rápida cuando la temperatura es mayor a 22° C. Los frutos que están a la sombra del follaje
requieren más días para madurar. Los frutos que están en la sombra son ligeramente más grandes que los que están
expuestos al sol. También es una practica cosechar frutos verdes maduros y dejarlos que maduren fuera de la planta.
Los frutos deben ser almacenados a temperatura ambiente para retener el sabor y aroma del fruto; el fruto no debe
ser almacenado en el refrigerador, ya que temperaturas inferiores a 10° C malogran el sabor del tomate.

NUTRICION MINERAL

El punto más importante para un buen manejo hidropónico es la nutrición de la planta. Para evitar la aparición de
desórdenes fisiológicos en las plantas, los nutrientes deben ser repuestos en la solución nutritiva a través de sales o
fertilizantes. La composición de una solución nutritiva es la base para producir cualquier cultivo hidropónico.

Las plantas absorben a través de su sistema radicular los minerales disueltos en el agua para satisfacer sus
requerimientos nutricionales. Los nutrientes minerales al ser absorbidos por las raíces, son translocados a las diferentes
partes de la planta para su uso en funciones biológicas importantes.

Cuando las condiciones de crecimiento son favorables, aumenta la absorción de agua y nutrientes. Las plantas utilizan
mayormente el agua para la transpiración, lo cual ayuda al enfriamiento de la planta sobre todo cuando se eleva la
temperatura. Cuando la temperatura es alta, la demanda de agua es mayor que la demanda de nutrientes; en este caso la
concentración de sales de la solución nutritiva puede aumentar.

Se requieren ciertos nutrientes minerales esenciales para el crecimiento y desarrollo del cultivo, los cuales a su vez
son esenciales para la floración y fructificación y calidad del fruto.

Son 16 los elementos esenciales, de los cuales 13 son minerales. De acuerdo a la concentración relativa en que
encuentran en los tejidos, los elementos esenciales se clasifican en macronutrientes y micronutrientes. El carbono (C)
es obtenido del dióxido de carbono (CO2); el hidrógeno (H) y el oxígeno (O2) son obtenidos del agua y oxígeno; a
partir de estas fuentes, las plantas elaboran un gran número de moléculas orgánicas. Estos tres elementos constituyen
casi el 96% de la materia seca de la planta y, el 4% que resta, está constituido por los elementos minerales.

Los macronutrientes son: nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S). Los
micronutrientes son: cloro (Cl), hierro (Fe), manganeso (Mn), boro (B), cobre (Cu), zinc (Zn), y molibdeno (Mo). A
pesar de que los micronutrientes se requieren en concentraciones muy bajas, éstos desempeñan funciones vitales para el
crecimiento y desarrollo de las plantas.

En los sistemas hidropónicos todos los nutrientes minerales esenciales deben estar en la solución nutritiva en
concentraciones adecuadas para lograr una nutrición balanceada de las plantas, y por lo tanto, obtener mayores
rendimientos.

Los frutos de tomate requieren cantidades significativas de nitrógeno, fósforo, grandes cantidades de calcio y, si la
calidad del fruto necesita ser maximizada, niveles extremadamente altos de potasio. Grandes cantidades de fósforo
son necesarias para formación de semillas dentro del fruto y una planta de tomate en fructificación absorbe
proporcionalmente más fósforo que una que no fructifica.

En cultivos de tomate, el requerimiento de potasio es el mismo que el de nitrógeno desde la plántula hasta el
desarrollo del fruto, después de este punto, la demanda de potasio se incrementa mientras que la de nitrógeno
desciende. Es importante cuidar la relación N/K a lo largo de todo el ciclo de cultivo, que suele ser de 1/1 desde el
trasplante hasta la floración, cambiando hasta 1/2 durante el período de recolección. Mientras que el nitrógeno es
importante y usado en grandes cantidades para el crecimiento vegetativo, el potasio es el catión que predomina en el
fruto del tomate y tiene mayor efecto en la calidad del fruto. La mayor parte del potasio es absorbida durante la
fructificación, si el potasio se vuelve deficiente en la solución nutritiva durante la fase de fructificación, el
rendimiento y la calidad será afectada significativamente. El potasio está directamente relacionado con la calidad
del fruto (acidez y sabor), firmeza, desórdenes en la maduración, color y vida de anaquel. A pesar de la importancia
del potasio durante el desarrollo del fruto, los niveles de nitrógeno también se mantienen, principalmente durante la
fase previa a la floración. La concentración de nitrógeno antes de la iniciación de la floración del primer racimo es
de crucial importancia en la determinación del rendimiento.
El fósforo juega un papel relevante en las etapas de enraizamiento y floración, ya que es determinante sobre la
formación de raíces y sobre el tamaño de las flores.

El calcio es otro mineral esencial para el crecimiento y desarrollo del fruto. El suministro de calcio es crítico
durante la fase de crecimiento ya que se requiere para la formación de nuevas células y estructuras celulares. La
carencia del transporte de calcio al fruto puede resultar en el desarrollo de pudrición apical (blossom-end-rot).

Entre los microelementos de mayor importancia en la nutrición del tomate está el hierro, que juega un papel
primordial en la coloración de los frutos. La deficiencia en hierro acorta el ciclo de vida de las plantas, los
rendimientos disminuyen y los frutos son de peor calidad.

SOLUCION NUTRITIVA PARA TOMATE

Un aspecto muy importante en hidroponía es la formulación de la solución nutritiva. La solución nutritiva es una
mezcla de agua y nutrientes minerales esenciales, en cantidades y proporciones adecuadas, la cual es usada para lograr
un crecimiento y desarrollo óptimo de las plantas

Para lograr una nutrición balanceada del cultivo de tomate y, por lo tanto, para obtener mejores rendimientos, es
necesario que cada uno de los elementos esenciales minerales señalados debe estar en la solución nutritiva en
concentraciones óptimas. Si falta alguno de los macro o microelementos, entonces la planta no desarrollará y puede
morir prematuramente.

Existe un gran número de soluciones nutritivas para el cultivo de tomate, y muchas cumplen con los requerimientos
nutricionales del cultivo. No existe una solución nutritiva óptima para todos los cultivos, debido a que no todos los
cultivos tienen las mismas exigencias nutricionales.

Antes de preparar cualquier solución nutritiva, se debe conocer la calidad del agua; para ello, se debe realizar
previamente un análisis químico de ésta.

A través de diferentes ensayos realizados en el Centro de Investigación de Hidroponía y Nutrición Mineral de la


Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima, Perú, se ha logrado obtener una fórmula para el cultivo de tomate
con muy resultados, lográndose rendimientos de 22 Kg/m2 en condiciones de campo abierto. La fórmula aporta las
siguientes concentraciones según la etapa de cultivo (Cuadro 4):

Cuadro 4. Concentración de macronutrientes en la solución nutritiva para cultivo de tomate según el estado de
crecimiento y desarrollo.
Elementos Crecimiento Vegetativo Floración Fructificación
Ppm meq/L ppm meq/L Ppm meq/L
N-NO3- 155 11.1 135 10.4 155 11.1
N-NH4+ 45 3.2 35 2.5 45 3.2
H2PO4- 40 1.3 50 1.6 55 1.8
K+ 200 5.1 250 6.4 350 9.0
Ca++ 170 8.5 170 8.5 170 8.5
Mg++ 40 3.4 40 3.4 45 3.8
SO4= 227 4.7 275 5.7 416 8.7
CE (mS/cm) 2.20 2.30 2.70
NOTA: Las concentraciones de calcio, magnesio, azufre y boro incluye lo que aporta el agua.

La concentración de micronutrientes para los estadios de crecimiento vegetativo, floración y fructificación es la


misma: 1. 8 ppm Fe, 1.0 ppm Mn, 0.7 ppm B, 0.2 ppm Zn, 0.1 ppm Cu, 0.07 ppm Mo.

Los fertilizantes de uso más extendidos son los abonos simples en forma de sólidos solubles (nitrato cálcico, nitrato
potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, sulfato potásico, sulfato magnésico) y en
forma líquida (ácido fosfórico, ácido nítrico), debido a su bajo coste y a que permiten un fácil ajuste de la solución
nutritiva, aunque existen en el mercado abonos complejos sólidos cristalinos y líquidos que se ajustan
adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a los equilibrios requeridos en las distintas fases de
desarrollo del cultivo.
El quelato de hierro, es una de las mejores soluciones para combatir la clorosis férrica, pero tienen un elevado
precio, por ello si se disminuyen las cantidades de quelato que se aplican se reducirían costos y aumentarían los
beneficios

La cantidad de fertilizantes que se emplean para preparar 1,000 litros de solución nutritiva para cada etapa de
crecimiento se muestra en el Cuadro 5:

Cuadro 5. Cantidades de fertilizantes (g) para preparar 1,000 L ( 1 m3) de solución nutritiva para cultivo de tomate
según el estado de crecimiento y desarrollo.
Fertilizantes Crecimiento Floración Fructificación
Vegetativo
Nitrato de Potasio, 13% N 46% K2O 400 g 400 g 400 g
Nitrato de Amonio, 31% N 290 g 225 g 290 g
Nitrato de Calcio, 16% N 27% CaO 375 g 375 g 375 g
Fosfato Monopotásico, 52% P2O5 34% K2O 165 g 210 g 230 g
Sulfato de Magnesio, 16% MgO 38% SO4 280 g 280 g 330 g
Sulfato de Potasio, 50% K2O 18% S - 90 g 316 g

Cantidades de sales (g) para preparar 1,000 L (1 m3) de solución nutritiva para cultivo de tomate para las tres
estados de crecimiento.

Quelato de hierro 6% Fe 30.0 g


Sulfato de Manganeso 4.0 g
Ácido Bórico 3.0 g
Sulfato de Zinc 1.0 g
Sulfato de Cobre 0.5 g
Molibdato de Amonio 0.13 g

Para reforzar la nutrición de las plantas de tomate, es recomendable aplicar a través de una fertilización foliar, una
solución de nitrato de calcio y ácido bórico (0.5 g nitrato de calcio y 0.3 g de ácido bórico por litro de agua) dos
veces por semana y, una solución de micronutrientes, también dos veces por semana.

ENFERMEDADES Y PLAGAS

El tomate es uno de los cultivos más afectados por enfermedades y plagas; los gastos para el control fitosanitario en
producción en campo abierto fluctúan entre los US $ 1,500 a US $ 2,000 por hectárea. La producción en
invernadero puede reducir el ataque de plagas, pero el costo de instalación de una unidad puede resultar
significativa.

Un buen manejo integrado de plagas (MIP) puede disminuir la incidencia de plagas y enfermedades y reducir
significativamente los costos fitosanitarios.en producción hidropónica en campo abierto. El MIP consiste en utilizar
diversos métodos de control para reducir la densidad de la población de una plaga: control biológico, control
etológico, control físico, mecánico o cultural, plantas biocidas y control químico.

PLAGAS: Las plagas más comunes en cultivo de tomate son:

Mosca blanca (Bemisia tabaci)


La mosca blanca transmite diversos virus en cultivos hortícolas; en tomate transmite el virus del rizado amarillo de
tomate (TYLCV), conocido como el “virus de la cuchara”.

Trips (Frankliniella occidentali)


Los trips transmiten el virus del bronceado del tomate (TSWV).

Pulgón (Aphis gossypii) y Myzus persicae)


Forman colonias y se distribuyen en focos que se dispersan, principalmente en primavera y otoño, mediante las
hembras aladas.

Minadores de hoja (Liriomyza sp)


Sus larvas desarrollan dentro en el parénquima de la hoja, ocasionando las típicas galerías o minas.
Polilla del tomate (Tutta absoluta)
Afecta los brotes y frutos

Araña roja (Tetranychus urticae)


Son ácaros que desarrollan en el envés de las hojas causando decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas
que pueden apreciarse en el haz. Puede producir desecación o defoliación. Las temperaturas elevadas y la escasa
humedad relativa favorecen el desarrollo de la plaga.

ENFERMEDADES: Las enfermedades mas comunes en cultivo de tomate son:

Oidiopsis (Leveillula taurica)


Los síntomas que aparecen son manchas amarillas en el haz que se necrosan por el centro, observándose un color
blanquecino por el envés. Cuando ocurre un fuerte ataque la hoja se seca y se desprende.

Podredumbre gris (Botrytis cinerea.)


En hojas y flores se producen lesiones pardas. En frutos tiene lugar una podredumbre blanda (más o menos acuosa),
en los que se observa el micelio gris del hongo.

Mildiu (Phytophthora infestan)


En tomate ataca a la parte aérea de la planta y en cualquier etapa de desarrollo. En hojas aparecen manchas
irregulares de aspecto aceitoso al principio que rápidamente se necrosan e invaden casi todo el foliolo. En tallo,
aparecen manchas pardas que se van agrandando y que suelen circundarlo. Afecta a frutos inmaduros,
manifestándose como grandes manchas pardas, vítreas y superficie y contorno irregular.

Fusarium oxysporum
Comienza con la caída de pecíolos de hojas superiores. Las hojas inferiores se amarillean avanzando hacia el ápice y
terminan por morir. Puede manifestarse una marchitez en verde de la parte aérea, pudiendo ser reversible. Después
se hace permanente y la planta muere. También puede ocurrir que se produzca un amarilleo que comienza en las
hojas más bajas y que termina por secar la planta. Si se realiza un corte transversal al tallo se observa un
oscurecimiento de los vasos.

VIRUS:

Los virus son agentes microscopicos que invaden a sus hospederos de forma generalizada o sistemática. Se
compone de un filamento de ácido nucleico que les permite cambiar en su provecho, el metabolismo celular del
hospedero. El empleo se variedades con resistencia es un mecanismo de control útil para evitar el problema de
virus. También se pueden usar pequeños invernaderos cubiertos con malla antiafido para obtener plántulas vigorosas
y libres de virus durante la etapa del almácigo. La relación de virus que son mas comunes en un cultivo de tomate se
muestran en el Cuadro 6.

Cuadro 6. Virus que son comunes al cultivo de tomate


Virus Síntomas Transmisión
CMV (Cucumber Mosaic Virus) Reducción del crecimiento, aborto de flores y Pulgón
(Virus del Mosaico del Pepino) moteado del fruto
TSWV (Tomato Spotted Wilt Reducción del crecimiento, bronceado, Trips
Virus) (Virus del Bronceado del manchas necróticas que afectan peciolos y
Tomate) tallos.
Manchas, necrosis y maduración irregular del
fruto
TYLCV (Tomato Yellow Leaf Detención del crecimiento, hojas curvadas Mosca blanca
Curl Virus) (Virus del Rizado hacia arriba.
Amarillo del Tomate) Reducción del tamaño del fruto
TMV (Tomato Mosaic Virus) Reducción del crecimiento, mosaico verde Por semilla
(Virus del Mosaico del Tomate) claro, verde oscuro. Deformaciones sin Transmisión mecánica
mosaico
Frutos maduros con manchas pardas internas y
externas. Frutos verdes con manchas blancas
PVY (Potato Virus Y) (Virus Y Manchas necróticas intervenales Pulgones
de la Papa)
TBSV (Tomato Bushy Stunt Clorosis de hojas apicales. Necrosis en hojas, Por semilla
Virus) (Virus del Enanismo peciolos y tallo
Ramificado del tomate) Frutos con manchas necróticas

ALTERACIONES DEL FRUTO

Pudrición apical (blossom-end rot): comienza con la aparición de lesiones de color marrón claro, que al aumentar
de tamaño, se oscurecen y se vuelven coriáceas La aparición de este desorden fisiológico está relacionado con
niveles deficientes de calcio en el fruto. El estrés hídrico y la salinidad influyen también directamente en su
aparición.

Tejido blanco interno: Se producen unas cuantas fibras blancas dispersas por el pericarpio, aunque la formación de
tejido blanco se encuentra generalmente en la capa más externa del fruto. En ocasiones, el tejido afectado se
extiende desde el centro del fruto. Una nutrición adecuada de potasio reduce la formación de tejido blanco.

Rajado de frutos: Existen dos tipos de rajado en el fruto de tomate: el concéntrico y el radial. El agrietado
concéntrico consiste en la rotura de la epidermis formando patrones circulares alrededor de la cicatriz del pedúnculo.
El agrietado radial consiste en una rotura que irradia desde la cicatriz del pedúnculo hacia el pistilo. Las principales
causas de esta alteración son: desequilibrios en los riegos y fertilización y bajada brusca de las temperaturas
nocturnas después de un período de calor.

Cicatriz leñosa pistilar (Catface): Los frutos carecen normalmente de forma y presentan grandes cicatrices y
agujeros en el extremo pistilar. En ocasiones, el fruto tiene forma arriñonada con largas cicatrices. Una de las causas
es el clima frío, la poda también puede incrementar este tipo de deformación bajo ciertas condiciones. Una
fertilización alta de nitrógeno puede agravar el problema.

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