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La Luz del Mundo

Lectura Bíblica: Juan 8:12- 29

Objetivo: Ayudar al niño a:


Saber que Jesús es la Luz que ilumina nuestras vidas.
Conocer cuál es la condición para no andar en tinieblas.

Para Recordar.
En la clase pasada aprendimos como ser la Iglesia. La iglesia no es el edificio en donde nos
reunimos cada domingo. La palabra iglesia viene del griego “ekklesia” que significa
“asamblea”, es decir un grupo de personas que son discípulos de Jesús, por lo que también
se conoce como “el cuerpo de Cristo”. ¿Cómo podemos ser parte de la iglesia? Creer en
Jesús es el primer paso para ser parte de la iglesia. Porque la palabra creer significa
“depender de”. La palabra de Dios nos dice que en una ocasión Pedro, uno de los discípulos
de Jesús habló a muchas personas de las buenas noticias de salvación y ese día, muchas
personas creyeron este mensaje. Después fueron obedientes al mandato de bautizarse y
dijeron “sí” a Jesús y “no” a su antigüa vida.
Esta era una iglesia excepcional compuesta de cristianos llenos de entusiasmo para servir al
Señor. El creer y ser bautizados es solo el comienzo de nuestra relación con Cristo, pues
debemos que caminar con él.
Los primeros cristianos inmediatamente se añadieron a la iglesia, ¿Cómo? Se bautizaron y
decidieron vivir como una gran familia y comenzaron a actuar como miembros de un cuerpo.
¿Qué hacían? Perseveraban en la doctrina de los apóstoles. Perseverar significa decisión y
firmeza. ¿Cuál es la doctrina de los apóstoles? Son las enseñanzas de Dios y de Jesús que
están en la Biblia.
Además, tenían comunión unos con otros y oraban juntos, también perseveraban unánimes,
es decir compartían el pan en las casas y comían juntos con cariño y alegría. ¿Qué significa
unánime? Que estamos de acuerdo, que tenemos una misma manera de pensar y una misma
manera de sentir (Hechos 4:32) para que todos podamos ser uno y caminar juntos en una
misma dirección. Esa forma de pensar y sentir debe ser la misma que tiene Cristo, porque
él es la cabeza del cuerpo, y él da las órdenes de lo que debe hacer cada parte del cuerpo.
Esta primera iglesia nos ha dejado un ejemplo muy bonito de cómo ser unánimes. Ellos iban
al templo todos los días, y celebraban la Cena del Señor y juntos alababan a Dios. De esa
manera el Señor hacía que muchos creyeran en él y se salvaran y la iglesia se iba haciendo
cada vez más grande.

Versículo anterior:
“Los que habían creído eran de un corazón y un alma” Hechos 4:32

Versículo de hoy:
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida” Juan 8:12
Desarrollo del Tema:

En nuestra lección de hoy hablaremos de la luz. Pero no de la luz del sol o de la luz del foco,
sino de la luz verdadera de la que habla la palabra de Dios.

Recordemos que Juan el “Bautista” fue enviado para hablar de la luz que iba a llegar al
mundo y también fue enviado para mostrar a todos quién era la luz verdadera. (Jn 1:7-8)

Ahora Jesús le decía a la gente que estaba en el templo después de la fiesta de los
tabernáculos que Él es la luz verdadera que alumbra en las tinieblas y los invita a seguirlo
para que no caminen en la oscuridad espiritual. (Hechos 26:18)

La palabra “tinieblas” significa que hay poca o nada de luz para ver las cosas. Jesús nos
enseña que Dios es luz, y que donde Dios está no hay oscuridad (1 Juan 1:5-10)

Los que aman a Jesús y lo siguen caminan en la luz que les da vida, no en la oscuridad. (Juan
1:4/ Salmo 27:1)
Si Jesús vive en tu corazón su luz brilla en ti y esta luz que hay en ti servirá para guiar a
otros a Jesús.

Pero los que no aman a Jesús odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra que
están haciendo cosas que no agradan a Dios.
Los líderes religiosos del pueblo de Israel rechazaban a Jesús y sus enseñanzas y no
querían acercarse a la luz de Jesús por andaban en tinieblas. (Juan 3:19-21)

¿Por qué es importante la luz? porque la luz alumbra el camino y nos muestra en donde
están las cosas y porque dirección debemos andar. En la obscuridad no podemos ver en
donde estamos ni por donde caminamos. La única condición para no andar en tinieblas es
seguir a Jesús, sin Él estamos caminando en obscuridad (J uan. 9:39-41/ Salmo 119:105)
El que escoge no venir a la luz de Dios ha escogido guardar su pecado y no permitir a Dios
que lo cambie.

Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón nuestro pecado que nos mantiene separados
de Dios, es revelado porque Jesús es la luz (Juan 1:9) La obscuridad esconde la verdad,
pero la luz muestra las cosas realmente como son.

Al tener comunión diaria con Jesús la luz verdadera brilla en nuestra vida y se va haciendo
cada vez más fuerte y la oscuridad va disminuyendo y podemos hacer lo que a Dios le
agrada (Juan 1:5)

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