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para el Trabajo en
Clima de Aula
GUÍA TÉCNICA
UNIDAD DE PROMOCIÓN
Programa Habilidades para la Vida
Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
Este material puede ser reproducido para fines de diseminación y capacitación, prohibida su venta.
Este material cumple con una de las metas comprometidas por el Programa Habilidades Para la Vida
para el año 2017.
Profesionales responsables
Ana María Squicciarini
Belén Vargas
Felipe Peña
Katty Bustos
Paola Sánchez
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Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
¿Qué sabemos?
Junto con ser el espacio donde transcurre el aprendizaje formal de niños, niñas y
adolescentes, en la sala de clases ocurren una serie de interacciones donde los actores
centrales son el profesor1 y los estudiantes. En estas interacciones entran en juego
aspectos relativos al proceso de enseñanza-aprendizaje, como también elementos
asociados a las formas de relacionarse, expectativas personales -y sobre los otros-, e
inclusive aspectos materiales y de infraestructura. A este conjunto de interacciones se
denomina “Clima de aula” (MINEDUC, 2012).
Forman parte del Clima de aula los factores socioemocionales que constituyen la
atmósfera de la sala de clases (denominados también clima social de aula). Si bien
estos factores en sí mismos son dinámicos y cambiantes, se ha visto que el Clima de
aula tiende a estabilizarse. Cuando en un aula predominan interacciones de buen
trato y buena convivencia, estas tienden a ser estables en el tiempo; lo mismo puede
ocurrir con relaciones abusivas, de violencia o malos tratos, que -cuando se instalan
al interior de un aula- requerirán invertir tiempo y esfuerzo para poder revertirlas.
La figura del profesor se ubica en un rol de alta influencia del clima existente en un
aula. Así, una relación fluida, de calidad y con bajos grados de conflicto entre docente
y estudiantes se asocia con buenos resultados en los estudiantes, e inclusive, actúa
como un factor protector para estudiantes que se encuentran en riesgo de salud
mental (Baker, Grant & Morlock, 2008; Meehan, Hughes, & Cavell, 2003).
1
El uso de lenguaje que no reproduzca esquemas discriminatorios entre hombres y mujeres –y personas masculinas y
femeninas- es una de las principales preocupaciones de JUNAEB, del Departamento de Salud del Estudiante y del Programa
Habilidades para la Vida. Sin embargo, no hay acuerdo entre los lingüistas acerca de la manera de hacerlo en idioma español.
En tal sentido -y para evitar la sobrecarga gráfica que supondría utilizar “o/a; los/las” y otras formas sensibles al género neutro-
se ha optado por usar, en algunos casos, la forma masculina en su tradicional acepción genérica, en el entendido que es de
utilidad para hacer referencia tanto a hombres como mujeres y a personas masculinas y femeninas.
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Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
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Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
de aula tiene mayor impacto en el aprendizaje que variables contextuales que son exteriores
a la escuela, tales como variables familiares o asociadas al nivel sociocultural (Casassus, 2003).
Se puede señalar que la calidad de los aprendizajes está influenciada por la calidad de los
procesos que ocurren en el aula, los cuales no se restringen solo a procesos pedagógicos,
sino también a los procesos sociales, afectivos y de organización del aula (MINEDUC, 2012).
A nivel internacional el Clima de aula ha sido relevado desde las políticas y reformas
educacionales, y específicamente en Chile ha sido incluido dentro de los cuatro dominios del
ciclo de enseñanza-aprendizaje del Marco para la Buena Enseñanza2, denominado: “Creación
de un ambiente propicio de aprendizaje”. Desde este marco normativo, se contemplan cuatro
criterios orientadores para el docente vinculados directamente con un Clima de aula positivo:
B1. Establece un clima de relaciones de aceptación,
equidad, confianza, solidaridad y respeto. Preparando la acción
B2. Manifiesta altas expectativas sobre las
posibilidades de aprendizaje y desarrollo de todos
sus alumnos. Importante será para la buena
B3. Establece y mantiene normas consistentes de ejecución de esta acción, que
convivencia en el aula. los docentes y el EGE, conozcan
y valoren la relevancia que tiene
B4. Establece un ambiente organizado de trabajo y
el acompañamiento para las
dispone los espacios y recursos en función de los
metas educativas y la salud
aprendizajes.
mental escolar, destinando para
A su vez, el Clima de aula es uno de los componentes más ello un tiempo dentro de las
relevantes del clima escolar (clima de la comunidad escolar en sesiones a ejecutar.
su totalidad), el cual tiene directa relación con la convivencia
escolar al interior de la escuela. La preocupación por la Una escuela concientizada
convivencia escolar es una tarea fundamental de la respecto a los factores
comunidad educativa, y uno de los aspectos por los cuales la intraescuela que influyen en los
escuela es monitoreada a través de los Otros indicadores de aprendizajes y en el desarrollo
calidad educativa3. integral de sus estudiantes, se
convierte en un potente recurso
De esta forma, la acción promocional HpV de
protector de la salud mental
Acompañamiento para el trabajo en Clima de aula se vincula
directamente con una responsabilidad y tarea del ejercicio
infanto-adolescente.
docente y de la escuela en su conjunto, que contribuye -a su
vez- al logro de los objetivos de todo establecimiento
educacional.
Dada la misión del HpV y de la Unidad de Promoción, el acompañamiento HpV al profesor
se centrará en los componentes socioemocionales del Clima de aula. Consideramos que el
abordaje de los componentes pedagógicos y didácticos del Clima de aula deben ser
abordados por la escuela en otras instancias que cuenten con mayor pertinencia y sobre todo
especialización en el ámbito (por ejemplo: Agencia de Calidad, asesorías SEP, Proyecto de
Integración Escolar, entre otros).
2
Para mayor profundidad ver Marco para la Buena Enseñanza
3
Para mayor profundidad ver Otros Indicadores de Calidad Educativa.
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Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
Para enriquecer el análisis, el Equipo Ejecutor puede profundizar en los resultados obtenidos
por el curso en SIMCE y los Otros indicadores de calidad, junto con otros datos del curso y
de la escuela que se encuentren disponibles.
Junto con esto, cada ciclo cuenta con información adicional que
maximizará las posibilidades de análisis con el profesor jefe.
Preparando la acción
4
Ver Guía “Orientaciones para uso perfil de curso 3°”, disponible en sitio ejecutores.
5
Ver Guía “Monitoreo de la Convivencia Escolar. Reportes y Estrategias”, disponible en sitio ejecutores.
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Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
profesor, referidas a la existencia de estudiantes que cuentan con Perfil de Riesgo desde la
Unidad de Detección de HpV.
Es frecuente que en escuelas multigrado no exista el número suficiente de niños y niñas para
la conformación de grupos de Taller Preventivo, por lo tanto es en el Acompañamiento para
el Trabajo en Clima de Aula el lugar más idóneo para la puesta en práctica de acciones que
favorezcan el desarrollo de factores protectores con estos niños y niñas. El objetivo en estos
casos es entregar orientaciones a los profesores de acuerdo a la existencia de niños y niñas
con riesgo detectado y, eventualmente, realizar algunas sesiones de apoyo al profesor
(incluyéndolo a él y/o los niños que ameriten de una intervención más especializada)6.
Programación de la Acción
Esta acción se programa todos los años de ejecución del Programa. Su duración y
temporalidad es la siguiente:
HpV I: Se programan 12 horas cronológicas al año por cada profesor, las cuales
pueden ser 12 sesiones quincenales de 1 hora o 6 sesiones mensuales de 2 horas.
HpV II: Se programan 8 reuniones anuales de periodicidad mensual, de 1 hora mínimo
de duración cada una. Al menos una de ellas es de carácter individual.
6
Ver guía: “Implementación programa habilidades para la vida en escuelas multigrado:
contextualización y antecedentes a considerar en ejecución”, disponible en sitio ejecutores.
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Acompañamiento para el Trabajo en Clima de Aula
Referencias
Baker, J. A., Grant, S., & Morlock, L. (2008). The teacher-student relationship as a developmental context for children
with internalizing or externalizing behavior problems. School Psychology Quarterly, 23(1), 3.
Casassus, J., Cusato, S., Froemel, J. E., Palafox, J. C., Willms, D., & Sommers, A. M. (1998). Primer estudio
internacional comparativo. Laboratorio de Evaluación de la Calidad de la Educación, Santiago: UNESCO - OREALC.
Jiménez, M., & López-Zafra, E. (2013). Impacto de la Inteligencia Emocional Percibida, Actitudes Sociales y
Expectativas del Profesor en el Rendimiento Académico. Electronic Journal of Research in Educational Psychology,
11(1), 75-98.
Meehan, B. T., Hughes, J. N. and Cavell, T. A. (2003), Teacher–Student Relationships as Compensatory Resources
for Aggressive Children. Child Development, 74, 1145–1157. doi:10.1111/1467-8624.00598
MINEDUC. (2008). Marco para la Buena Enseñanza. Chile
Pianta, R. C., & Hamre, B. K. (2009). Classroom processes and positive youth development: Conceptualizing,
measuring, and improving the capacity of interactions between teachers and students. New Directions for Student
Leadership, 2009(121), 33-46.
Rodríguez, M., Reyes. A., Virot, D., Hernández, P. (2011). Programa Habilidades para la Vida: Sistematización de
experiencias en esceulas multigrado. Alcalá Consultores, Santiago de Chile.
Rubie-Davies, C. M., Flint, A., & McDonald, L. G. (2012). Teacher beliefs, teacher characteristics, and school
contextual factors: what are the relationships? Br J Educ Psychol, 82(Pt 2), 270-288. doi:10.1111/j.2044-
8279.2011.02025.x
Treviño, E., Place, K., & Gempp, R. (2012). Análisis del clima escolar: ¿poderoso factor que explica el aprendizaje
en América Latina y el Caribe? Santiago, Chile: UNESCO.