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Tema General: Problemas que afectan a la Iglesia.

Propósito general: Pastoral


Propósitos Específicos:
Fecha de exposición:

¿CÓMO DESTRUIR A TU IGLESIA?


1 Corintios 3:1-4; Apo. 3:15-22

INTRODUCCION:
El peor enemigo de la iglesia, son los malos creyentes. No puedo decir los malos miembros porque
las dos características principales de un miembro de la iglesia son el amor a Dios y a su prójimo (esto
incluye a creyentes y no creyentes) y el compromiso con su congregación para apoyar y servir. A
continuación conoceremos una serie de Problemas que influyen en el desarrollo de una
congregación.

I. EL DIVISIONISMO
Algunos dividen porque endiosan a los líderes, otros porque se consideran más santos o más
ungidos y también hay quienes dividen por inconformidad con las decisiones pastorales o por
seguir falsas enseñanzas.
Pero, cuál es la exhortación bíblica: debemos mantenernos unidos y velar por la perfecta
unidad. El apóstol Pablo dice: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno
de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con
paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de
la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos.” (Efesios 4:1-6)

II. LOS MALOS TESTIMONIOS


Esto es desacreditar no solo a la congregación sino también al mismo Cristo. Y en las iglesias de
hoy, abundan los malos testimonios. La queja de muchos incrédulos contra los cristianos es: “yo
quiero asistir a la iglesia pero allí van don xxxx y a él aquí en el vecindario todos lo conocemos
por ser perverso.”
La solución para este mal es permitir al Espíritu Santo controlar nuestra vida momento a
momento. Cuando el Espíritu Santo controla nuestra vida se produce en nuestra vida el fruto
del Espíritu. “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son
del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra
Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne
no pueden agradar a Dios. Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que
el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”
(Romanos 8:5-9)

III. EL CHISME
Murmuración, difamación, falsos testimonios y falsos rumores desalientan a muchos miembros
sinceros. ¿En que contribuye contar las cosas malas que ocurren en la iglesia? ¿Qué beneficios
trae levantar rumores o difamación de los hermanos a la iglesia? ¿Cuántas personas son salvas
por difundir los chismes?

Tanto Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento condenan el chisme y la murmuración,


un ejemplo claro es lo que enseña Moisés en Levítico: No andarás de calumniador entre tu
pueblo; no harás nada contra la vida de tu prójimo; yo soy el SEÑOR. (Lev. 19:16)

El apóstol Pedro también exhorta a los creyentes a renunciar al chisme: Por tanto, desechando
toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, (1 Pedro 2:1)

Renuncia al chisme y vístete del hombre nuevo creado según Cristo, y comienza a hablar la
verdad. (Ef. 4:22-25)

IV. LA HIPOCRESIA
Según los diccionarios Hipocresía es: fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades,
generalmente contrarios a los que se experimentan. (Baroni & Eros, 2017) Por lo mismo, un
Hipócrita es definido como: “hipócrita es aquel que actúa con hipocresía. Es decir que finge
sentimientos o cualidades que, en realidad, contradicen lo que verdaderamente siente o piensa.
Cabe mencionar que en la Biblia el concepto es utilizado en repetidas ocasiones y hace
referencia a alguien que se aleja de lo que Dios desea; es decir, que es infiel.” (Pérez Porto,
2008)

En los evangelios Jesús denuncia y exhorta a sus discípulos a no imitar la hipocresía de los
fariseos: Jesús se dirigió entonces a la gente y a sus propios discípulos y les dijo: “Los maestros
de la ley y los fariseos han sido los encargados de interpretar la ley de Moisés. Obedecedlos,
pues, y cumplid cuanto os digan; pero no imitéis su conducta, porque ellos mismos no hacen lo
que enseñan: echan cargas pesadas e insoportables sobre los hombros de los demás, pero ellos
no están dispuestos a mover ni siquiera un dedo para llevarlas.” (Mt. 23:1-3) También en las
epístolas encontramos denunciada la hipocresía: “La religión verdadera no es simplemente
venir a los servicios, escuchar la palabra, y pensar que somos religiosos. Por sí misma, es una
religión vana. Debemos ser hacedores de la palabra, quitando lo malo de nuestras vidas,
guardándonos sin mancha del mundo, refrenando nuestra lengua, y sirviendo activamente a
otras personas.” (Santiago 1:21-27)

“Si afirmamos que tenemos una correcta relación con Dios, pero no guardamos Sus
mandamientos, somos mentirosos (nótese el destino de los mentirosos - Ap. 21:8). Para
conocerle verdaderamente y estar con Él, debemos guardar Sus mandamientos y andar como El
anduvo.” (1 Juan 2:3-6)

Entonces, desde la perspectiva de Nuestro Buen Dios, la hipocresía no debe darse en la


comunidad de los santos. La iglesia de Jesucristo debe evitar el amor fingido, la ausencia de
sinceridad, porque son manifestaciones de la hipocresía.
El llamado de Cristo a cada uno de sus discípulos es a practicar el verdadero amor, sin
fingimiento. (Ro. 12:9-21) Pero entre la voluntad de Dios y la realidad de nuestras
congregaciones en la actualidad existe una brecha enorme.

V. LA INDIFERENCIA
“Indiferencia, del latín indifferentĭa, es el estado de ánimo en que una persona no siente
inclinación ni rechazo hacia otro sujeto, un objeto o un asunto determinado. Puede tratarse de
un sentimiento o una postura hacia alguien o algo que se caracteriza por resultar positivo ni
negativo.” En cualquier diccionario los sinónimos de esta palabra se encontrará con algunos
significados bien sorprendentes de lo que esta palabra significa; esta palabra envuelve cosas
tales como “indiferencia, frialdad, falta de interés, desatención, falta de sentimiento, sin
emoción, indiferente, impasible, frío”.

¿Cuál es la causa de la apatía? ¿Qué causa que cristianos lleguen a ser apáticos, sin
sentimientos, sin emoción, indiferentes, fríos? ¿Qué es lo que causa esto? Se pueden encontrar
al menos cuatro explicaciones en la Escritura a la cual ya nos referiremos que nos dan las causas
de este pecado.

La Cizaña
En Mateo 13, vv. 24-30; tenemos la parábola de la cizaña. Y algunos creyentes llegan a ser
apáticos por la cizaña que influencia negativamente al cuerpo de Cristo. Se debe recordar que
en la parábola se cuenta de un buen hombre que sembró el trigo, y el enemigo, de quien Cristo
dijo que era el diablo, vino y sembró la cizaña.

Hacia el Servicio
Y la tercera área de apatía, es la apatía hacia el servicio cristiano. En I Cor. 16:15 el apóstol Pablo
habla de la familia de Estéfanas que “se han dedicado al servicio de los santos”. Y entonces en el
v. 17-18 dice que “me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos
han suplido vuestra ausencia. Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a
tales personas”. La palabra “dedicado” en el v. 15 tiene la idea de que se habían hecho adictos a
tal tarea. Un adicto es uno que cree que va a morir si no se suple o hace a lo que es adicto. Por
el otro lado, una persona nunca dice: “bueno, de aquí en adelante voy a ser un drogadicto”.
Nadie dice: “de aquí en adelante voy a ser un adicto al alcohol o a otra cosa”. Una persona
comúnmente no hace esto, pero estos hermanos, sí, se propusieron dedicarse al servicio de los
santos.

La indiferencia paraliza el avance de la iglesia. Eres indiferente cuando las cosas no te importan.
Tu iglesia debe importarte y debes apoyar con lo que tienes. Deja que Dios despierte tu espíritu
este día y dedícate a apoyar todo lo que se hace en tu iglesia. A través de Jeremías Dios reclama
la indiferencia de Israel: “Oíd ahora esto, pueblo necio e insensible, que tienen ojos y no ven,
tienen oídos y no oyen.” (Jeremías 5:21) En el día del Señor la mano de Jehová será contra los
indiferentes, es lo que afirma el profeta Sofonías. (Sofonías 1:1-6) en el Nuevo Testamento
también se señala la Indiferencia de los creyentes: “porque el corazón de este pueblo se ha
vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado…” (Mt. 13:15) Y
Finalmente en Apocalipsis se confronta la tibieza como sinónimo de indiferencia (Apo. 3:15-22)
En la Biblia se exhorta a los creyentes a no caer en el pecado de la indiferencia de la siguiente
manera: “No nos cansemos, pues, de hacer bien” Gálatas 6:9, “para que vuestro ánimo no se
canse hasta desmayar” Hebreos 12:3

CONCLUSION:

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