Sie sind auf Seite 1von 9

0

EL VIAJE A HUACHO

De: Sergio Arrau

(Basada en “El viaje feliz” de Thornton Wilder).


PERSONAJES: EL DIRECTOR DE ESCENA.
LUISA, LA MADRE.
PABLOE, EL PADRE.
CAROLINA, HIJA DE 10 AÑOS.
ARTURO, HIJO DE 9 AÑOS.
BERTA, LA HIJA EN HUACHO, DE 20 AÑOS.

ESCENARIO VACÍO.

(INGRESA EL DIRECTOR DE ESCENA Y COLOCA 4 SILLAS COMO SI FORMARAN PARTE DE


LA SALA DE UNA CASA. LUEGO SE DIRIGE A UN COSTADO DEL PROSCENIO Y SE PONE A
LEER SU LIBRETO. ENTRA ARTURO JUGANDO CON CANICAS. LUEGO ENTRA LA MADRE
QUE SE ARREGLA ANTE UN ESPEJO. LOS ELEMENTOS SON IMAGINARIOS).
MADRE.- ¿Has visto a tu papá, Arturo?
ARTURO.- No, mamá.
MADRE.- Ya es bastante tarde. ¿A qué hora vamos a salir?
ARTURO.- Yo ya estoy listo.
MADRE.- Pero no te has puesto el saco.
ARTURO.- Es que no sé dónde está, mamá.
MADRE.- ¿Acaso piensas irte sin saco? Anda a buscarlo inmediatamente. ¿Dónde se metió Carolina?
¡Qué muchachos, por Dios!
ARTURO.- La vi en la calle conversando con las hijas del señor Pérez. (SALE).
MADRE.- (SE DIRIGE AL PRIMER PLANO Y HABLA HACIA EL PUBLICO COMO SI LO
HICIERA A TRAVÉS DE UNA VENTANA). No la veo. ¡Ah! Anita, buenos días. ¿Cómo
está?
DIRECTOR.- (LEE SU LIBRETO SIN INTERPRETAR, APENAS CON ALGUNA INFLEXIÓN DE
LA VOZ). Bien, gracias, Luchita.
MADRE. ¿Ha visto a Carolina, por casualidad?
DIRECTOR.- Acaba de entrar a su casa.
MADRE.- ¿De veras? (HACIA LA DERECHA).¡Ah! Buenos días, señora Escobar.
DIRECTOR.- Cómo está, señora Rodríguez. He sabido que se van de viaje.
MADRE.- Nada más que por el fin de semana. Vamos a Huacho a visitar a mi hija Bertita.
DIRECTOR.- ¿La que se casó el año pasado?
MADRE.- Sí. Ha estado enfermita últimamente.
DIRECTOR.- ¡Qué pena! Nada grave, espero.
MADRE.- Ya pasó y está prácticamente bien. (INGRESA CAROLINA Y SE PONE JUNTO A SU
MADRE). Carolina, ¿no saludas a la señora Escobar?
CAROLINA.- Buenos días, señora Escobar.
DIRECTOR.- Hola, linda. Bueno, que les vaya bien.
MADRE.- Gracias. (MIRA AL FRENTE). Anita... ¿Saludaste a Anita, Carolina?
CAROLINA.- Sí, lo hice antes de entrar.
MADRE.- Anita, no quisiera abusar, pero...
DIRECTOR.- Diga no más, Luchita. ¿En qué la puedo servir?
MADRE.- ¿Sería mucho pedirle que le diera una miradita a Jacinto?
CAROLINA.- Llevémoslo, mamá...
1
MADRE.- No se puede, Carolina.
CAROLINA.- Es que se va a morir de hambre.
DIRECTOR.- No se preocupen. Yo estaré pendiente del gatito. Además conmigo se lleva muy bien.
MADRE.- Ya lo sé, por eso me atreví...
DIRECTOR.- Váyase tranquila.
MADRE.- Le voy a traer la mejor salchicha de Huacho que encuentre en Huacho.
DIRECTOR.- No tiene por qué, Luchita. Además me han dicho que las salchichas de Huacho las
fabrican en Lima. (RIEN). Sí, debe ser como los sombreros de Panamá que los fabrican en
Ecuador. Que tengan buen viaje y dele mis saludos a Bertita.
MADRE.- En su nombre y mil gracias. (SE RETIRAN DE LA VENTANA).¿Por qué demora tanto tu
padre? (ENTRA ARTURO).
ARTURO.- No puedo encontrar mi saco, mamá. (ENTRA EL PADRE CON EL SACO DE ARTURO).
PADRE.- Aquí está tu saco, Arturo. Lo habías dejado en el carro.
MADRE.- ¡Cuándo no, el desordenado de siempre! ¿Dónde te habías metido, Pablo?
PADRE.- Tuve que ir a cambiar la batería. Acuérdate que estaba fallando.
MADRE.- Hiciste bien. No me gustaría que quedáramos botados a mitad del camino. Ahora ya
podemos irnos. ¡Arturo, deja de jugar con esas canicas! Cualquiera pensaría que no quieres
salir de paseo. (CAMINAN A TRAVÉS DE LA CASA, BAJAN ESCALERA, ETC., HASTA
LLEGAR A LA CALLE. ENTRE TANTO EL DIRECTOR DE ESCENA COLOCA UNA
PEQUEÑA PLATAFORMA AL CENTRO DEL ESCENARIO, SOBRE ESTA DOS SILLAS
Y DELANTE OTRAS DOS, DE CARA AL PUBLICO. LUEGO VUELVE A SU LUGAR).
PADRE.- (ESPANTANDO A UNOS NIÑOS IMAGINARIOS). Niños, no me vayan a rayar el carro.
Bájate de ahí, tú.
MADRE.- Estos niños Ortiz son peor que las plagas de Egipto. Disculpe, Anita, no le había preguntado
por su bebé.
DIRECTOR.- Ya está mejor. El resfriado fue muy fuerte y hubo que aplicarle una
inyección.
MADRE.- Pobrecita.
DIRECTOR.- Imagínese, tan chiquita.
MADRE.- Bueno, pero lo importante es que haya mejorado. Chaíto.
DIRECTOR.- Váyanse tranquilos. Van a encontrar a Jacinto así de gordo. (RIEN).
MADRE Y PADRE.- Muchas gracias. (LOS CUATRO SUBEN AL AUTO. EL PADRE CON
CAROLINA A SU LADO ACCIONA VOLANTE, PALANCA DE CAMBIOS,
EMBRAGUE Y FRENOS IMAGINARIOS).
DIRECTOR.- El carro se ve magnífico.
MADRE.- Sí, Anita, está viejito pero en buenas condiciones. ¡Hasta el lunes! (CON MUCHOS
SALTOS Y EXPLOSIONES EL CARRO PARTE).
CAROLINA.- (SALUDANDO A UNA AMIGUITA). Chao, Sandra.
ARTURO.- Papá, no pases frente al colegio que me pueden ver.
PADRE.- ¿Y qué tiene que te vean?
ARTURO.- Como no he ido a clases hoy...
PADRE.- Pero estás conmigo, ¿no? No estás haciéndote la vaca. (SALUDA A UN PEATON).
MADRE.´¿A quién saludaste, Pablo?
PADRE.- Al que nos vendió la refrigeradora, ¿ te acuerdas?
MADRE.- ¿Ese que nos estafó? ¡Y todavía lo saludas! No duró ni tres meses buena. Y no siquiera
reconocieron la garantía. ¿Cómo puedes saludar a una persona así?
PADRE.- Pobre, le ha ido muy mal últimamente.
MADRE.- Bien hecho. Se lo merece.
PADRE.- Pero Luisa...
2
MADRE.- Dios lo ha castigado. El daño que uno hace a los demás de todas maneras se vuelve contra
uno. Es la justicia divina. ¿O no lo crees así? (EL PADRE FRENA). ¿Qué pasa ahora?
CAROLINA.- Es una procesión, mamá. ¿De quién, ah?
MADRE.- De San Martín de Porres. (MIRAN PASAR LA PROCESIÓN DE IZQUIERDA A
DERECHA).
ARTURO.- Por suerte es cortita.
PADRE.- Sí, es una suerte que sólo vayan cuatro gatos.
MADRE.- ¡Pablo! No te exprese así que te puede castigar Dios.
PADRE.- En todo caso: San Martín.
ARTURO.- Ya pasó, papá. (EL PAFDRE ACCIONA Y SIGUEN SU VIAJE). ¿Este San Martín es que
proclamó la independencia, mamá? Era bien negro. (LOS DE ADELANTE RIEN).
MADRE.- ¡No Arturo, cómo se te ocurre! ¿Qué cosa les enseñan en el colegio? Este es el santo San
Martín. El negrito que hacía comer juntos a perro, pericote y gato, ¿no te acuerdas?
ARTURO.- ¡Ah, claro! Pero después el gato se comió al pericote y el perro mordió al gato.
(CAROLINA Y EL PADRE SE MUEREN DE LA RISA).
MADRE.- (IMPERTÉRRITA). No le veo la gracia. ¿Te estás burlando, Arturo? Cuidadito. Con las
cosas sagradas no se juega, Te puede castigar Dios.
CAROLINA.- ¿Qué avenida es esta, papá?
PADRE.- La Panamericana Norte. Es larguísima. Llega hasta Tumbes. Y continúa después en el
Ecuador.
ARTURO.- Vámonos al Ecuador, papá, en lugar de ir a Huacho.
PADRE.- (FESTIVO). Otro día mejor, ¿ya?
MADRE.- ¿Qué no quieres ver a tu hermana?
ARTURO.- Prefiero ver a los monos.
MADRE.- ¡Arturo! ¿Quién te enseñó a hablar así? No quiero oírte decir esos insultos de nuestros
vecinos del continente. Ni monos, ni rotos, ni... gringos. ¿Entendiste?
ARTURO.- Sí, mamá.
MADRE.- Estamos ya en Puente Piedra, ¿no, Pablo?
PADRE.- Sí. Hace pocos años esto que ven aquí era puro campo. Y miren ahora. Es una continuación
de Lima. Vean, hasta los cerros están poblados de casas.
CAROLINA.- ¿Cómo pueden vivir en la arena, papá?
PADRE.- Cuando no hay otro sitio...¿qué van a hacer? La mayor parte de esos pobladores ha venido de
la Sierra.
CAROLINA.- ¿Y por qué se vinieron?
PADRE.- Porque creían que en Lima iban a estar mejor.
MADRE.- ¡Como se les pudo ocurrir tamaño desatino!
PADRE.- Tú sabes que no hay trabajo, Luisa... Cuando no hay dinero ni para poder sembrar... Cuando
no hay quién te compre los productos...
MADRE.- Tú lo dramatizas todo, Pablo.
PADRE.- Es la verdad, mujer. Yo, en su pellejo, también me habría venido a Lima. Al menos tendría la
esperanza de progresar.
MADRE.- ¿Trabajando de ambulante?
PADRE.- De lo que sea con tal de sobrevivir.
MADRE.- No estoy de acuerdo. Todo está horrible y sucio. La ciudad se ha llenado de cholos.
PADRE.- No te gusta que insulten a tus vecinos, Luisa, pero tú lo haces con los de casa.
MADRE.- Sí, tienes razón. Lo siento, retiro mis palabras.
ARTURO.- ¿Qué son cholos, papá?
PADRE.- Explícaselo-
MADRE.- Bueno, es la mezcla de indios con blancos, pero con más de indio, ¿entiendes?
ARTURO.- ¿Tú eres chola, mamá?
3
MADRE.- ¡Cómo se te ocurre! Mis cuatro abuelos eran blancos como la leche, gracias a Dios.
PADRE.- En cambio los míos eran bien cholos, gracias a Dios.
MADRE.- Tú, con tal de dar la contra...
PADRE.- Miren niños, empezamos a cruzar Pasamayo.
CAROLINA.- ¡Uy, qué miedo, papá!
MADRE.- No miren para abajo. Anda despacio, Pablo. Me marea mirar el abismo.
ARTURO.- ¿Es peligroso, papá?
MADRE.- Si se maneja como loco, sí.
ARTURO.- Pero mi papá no es loco, ¿verdad?
PADRE.- Todavía no, Arturo. Pero me falta poco.
CAROLINA.- Lo bueno es que vamos pegados al cerro.
ARTURO.- Pero al regreso nos toca el lado del mar ¿No es cierto, mamá?
MADRE.- Así es.
CAROLINA.- Entonces mejor no volvamos.
PADRE.- ¿Quieres quedarte en Huacho?
CAROLINA.- Con tal de no pasar por aquí de nuevo... No quiero mirar. Avísenme cuando hallamos
cruzado.
PADRE.- No tengas miedo, Carolina. Antiguamente esta pasada era peligrosa. Pero ahora la han
ensanchado bastante.
MADRE.- Sí, pero los buses interprovinciales la pasan como bestias. (EFECTIVAMENTE UN BUS
LOS SOBREPASA). ¡Ay! ¿Vieron? Casi nos tira contra el cerro.
ARTURO.- Y esto está lleno de curvas. (ACTÚAN COMO SI EL AUTO PASARA POR CURVAS
CERRADAS).
CAROLINA.- (CON LOS OJOS CERRADOS). ¿Sigue Pasamayo?
PADRE.- Ya falta poco.
ARTURO.- ¡Papá, del cerro cae arena!
PADRE.- No te asustes. Cae permanente. En realidad el cerro es una gran duna. Por eso hay cuadrillas
de trabajadores sacando la arena. ¿Ves?
ARTURO.- Sí. ¿Y la arena no se acabará nunca?
PADRE.- Así parece.
ARTURO.- ¿Y si quedamos sepultados? (CAROLINA GRITA).
PADRE.- Nos sacaran de aquí en cien años más convertidos en momias.
MADRE.- ¡Horror! No seas tan siniestro, Pablo. Ni tú alarmista, Arturo.
CAROLINA.- Regresémonos mejor, papá.
PADRE.- Ya falta poquito.
MADRE.- Si están asustados niños, recen. (ELLA SE PONE A REZAR).
PADRE.- ¡Ya! Ahí está el final de Pasamayo.
CAROLINA Y ARTURO.- ¡Al fin!
MADRE.- Entramos a un valle muy fértil.
ARTURO.- ¿Qué pueblo es el que se ve allí, papá?.
PADRE.- Chancay.
CAROLINA.- ¿Ahí se inventaron los bizcochos que se llaman así?
PADRE.- Seguramente.
CAROLINA.- ¿Por qué no paramos y compramos varios chancay?
MADRE.- ¡Qué precioso campo verdecito. Respiren este aire, niños, que está lleno de oxígeno.
ARTURO.- (TOSE). Tanto oxígeno me hace toser. Papá, ¿cuándo vamos a parar?
PADRE.- Más adelante.
ARTURO.- Lo necesito.
PADRE.- ¿Para qué?
ARTURO.- Para hacer pichi.
4
MADRE.- ¿Lo necesitas verdaderamente?
CAROLINA.- (CHILLANDO). No, mamá. Lo hace por molestar nada más. Siempre se le antoja en
todas partes.
MADRE.- No exageres tanto, Carolina. Y tú Arturo trata de ser un caballero.
ARTURO.- ¿Los caballeros no hacen pichi?
MADRE.- ¡Pablo, cuidado con ese perro! (GRAN FRENADA). Casi lo atropellaste. (SIGUE AL
PERRO CON LOS OJOS). ¡Qué flaquito está! ¿Cómo no se me ocurrió traer las sobras de
anoche? Se habría dado un banquete.
CAROLINA.- Las cosas tuyas, mamá. (SIGUEN SU VIAJE).
MADRE.- (MIRANDO UN AVISO DEL CAMINO) Ese es un hermoso anuncio. Ese de los cigarrillos.
La chica se parece un poco a Berta, ¿no es cierto?
PADRE.- Con la diferencia de que ésta es rubia.
MADRE.- Berta es mucho mejor, de todas maneras. Dios la ha favorecido mucho a ella y a nosotros.
ARTURO.- Mamá siempre está hablando de Dios. ¿Conversaría con él esta mañana?
MADRE.- (SE LEVANTA ULTRAJADA). ¡Pablo, para inmediatamente! No puedo seguir con
personas que dicen herejías. Arturo, baja del carro. Pablo, dale diez soles para que regrese a
Lima.
ARTURO.- (ATERRADO). Pero si lo que dije no fue tan terrible...
PADRE.- No oí lo que dijo, Luisa.
MADRE.- Dios ha hecho mucho por mí y no permitiré que nadie lo tome a burla. ¡Vete de aquí!
ARTURO.- Pero mamá...
CAROLINA.- Mamá, no malogres el paseo.
PADRE.- ¡Cómo se va a volver solo a Lima..!
CAROLINA.- Sí, mamá, él no conoce.
PADRE.- Y hay tanto delincuente. ¿Qué es lo que dijo, realmente?.
MADRE.- El lo sabe muy bien.
PADRE.- Perdónalo, Luisa. Yo voy a hablar seriamente con él a la noche.
MADRE.- Está bien, si tú me lo pides Pablo. Pero no se sentará a mi lado. Carolina, ven a sentarte
conmigo. (LO HACEN).
ARTURO.- (LLORANDO). Lo que dije no fue tan terrible.
MADRE.- No quiero hablar más de ello. Espero que tu padre te lave la boca con agua y jabón. ¿Dónde
estaríamos todos si yo me pusiera a hablar de Dios de esta manera? Estaríamos en...discotecas
y sitios de perdición como esos. Allá iríamos a parar. Bien Pablo, ahora puedes seguir y que
no se hable más del asunto. (CONTINÚAN EL VIAJE EN SILENCIO).
PADRE.- Voy a poner gasolina. (EL DIRECTOR DE ESCENA DEJA SU LIBRETO Y POR PRIMERA
VEZ ACTÚA “ EN PERSONAJE”). Aprovecha Arturo para ir al baño.
DIRECTOR.- Buenos días, señor.
PADRE.- Buenos días. Póngame dos galones.
DIRECTOR.- ¿De ochenta o noventa octanos?
PADRE.- De ochenta no más. Capaz que el carro se ahogue si le pongo mucho octanaje.. (RIE).
MADRE.- ¿Vamos bien por aquí a Huacho?
PADRE.- ¡Pero si es la única carretera, mujer...!
MADRE.- Quiero saber, pues.
DIRECTOR.- Sí, señora. Derechito no más. No hay cómo perderse.
MADRE.- Muy amable, joven. Vamos a Huacho a visitar a mi hija Berta. Mi hija mayor.
DIRECTOR.- Huacho es muy bonito, señora. Yo nací allí.
MADRE.- ¿Ah, sí? ¿Su familia vive allá todavía?
DIRECTOR.- No, mi padre vendió la casa que teníamos y todos se trasladaron a Chimbote.
5
MADRE.- Berta vive en Huacho con su esposo que es gerente del Banco Continental. De la sucursal,
claro. (CAROLINA LE TIRONEA LA MANGA). Deja de molestar, Carolina. ¿Qué te pasa?
Bertita ha estado enferma últimamente, ¿sabe?
DIRECTOR.- Lo siento. (PABLO LE PAGA) ¿Quiere que le mire el aceite, señor?
PADRE.- No hay necesidad. Se lo cambié hace un par de días.
DIRECTOR.- Bueno...Que tengan feliz viaje.
TODOS.- Gracias.
MADRE.- Que lo pase bien, joven. Adiós. (SALTOS Y SACUDONES ACOSTUMBRADOS. EL
DIRECTOR VUELVE A SU SITIO). ¡Qué joven tan simpático!
CAROLINA.- No deberías contarle tus cosas a todo el mundo, mamá.
MADRE.- Yo hago lo que me da la gana. Que siempre es lo adecuado, por lo demás.
PADRE.- (CON CIERTA IRONÍA). Sin duda alguna.
MADRE.- ¿Quién eres tú, niña, para llamarme la atención? ¡No digo yo! Con la juventud insolente de
hoy, ¿a dónde iremos a llegar? El joven del grifo me pareció muy delgado. Me gustaría
alimentarlo unos cuantos días.
PADRE.- ¿Como al perro?
MADRE.- Su familia vive en Chimbote y seguramente tiene que comer esos terribles menús de tres
soles.
PADRE.- También hay de dos cincuenta. Y ceviche con chilcano a sol.
CAROLINA.- Tengo hambre, papá. ¡Mira, ahí venden hot-dog! ¿Podría..?
PADRE.- Todos nos comeremos uno. ¿Qué te parece, Luisa? Hemos desayunado tan temprano.
MADRE.- Como te parezca, Pablo.
PADRE.- Toma, Arturo. (LE ENTREGA DINERO). Trae cuatro.
ARTURO.- ¿Con todo?
PADRE.- A mí sólo con mostaza. (ARTURO SALE DE ESCENA. TODOS BAJAN DEL AUTO.
MIENTRAS LA MADRE Y CAROLINA PASEAN EL PADRE REVISA EL MOTOR).
MADRE.- ¿Qué flor es esta?
CAROLINA.- Es sólo una hierba, mamá.
MADRE.- Pero es bonita. (PASEAN CANTURREANDO. REGRESA ARTURO CON LOS HOT-DOG
QUE REPARTE. TODAVÍA ESTÁ HUMILLADO. FINALMENTE SE ACERCA A SU
MADRE Y LE DICE TARTAMUDEANDO.).
ARTURO.- Perdóname, mamá. Estoy arrepentido de lo que dije. (ROMPE A LLORAR).
MADRE.- (CONSOLÁNDOLO CARIÑOSA). Está bien, Arturo. Todos solemos decir cosas
inconvenientes. Ya sé que no quisiste decir lo que dijiste. (ARTURO LLORA CON MÁS
VIOLENCIA). Vamos, Arturito, no es para tanto, te perdono. Sabemos que eres un buen niño.
(CAROLINA ROMPE A LLORAR TAMBIÉN), ¡Caramba, tú también! Este es un día
demasiado hermoso como para estar llorando. Vámonos, Pablo. Tú te vas adelante con tu
padre, Carolina. Mamá quiere sentarse con su engreído. Nunca he visto chicos como estos. Se
te está empapando el hot-dog, Arturo. Ahora a masticar todos. Muy bien, Pablo, adelante.
(SACUDONES ACOSTUMBRADOS). ¡Qué linda es la costa! Toda desértica. A muchos no
les gusta, pero a mí me encanta.
CAROLINA.- ¿Parece que el Perú fuera puro desierto, ¿no, papá?
PADRE.- Sólo la Costa es desértica. En la Sierra hay mucha vegetación.
MADRE.- ¿Y qué me dices de la Selva? Allá todo está lleno de enormes árboles y plantas de todo tipo.
PADRE.- Y bichos también de todo tipo.
ARTURO.- ¿Hay rinocerontes?
PADRE.- No creo.
ARTURO.- ¿Cuánta gente hay en el Perú?
MADRE.- Somos como treinta millones.
ARTURO.- ¿Tantos? ¿Cómo aquí no se ve a nadie?
6
PADRE.- Es que el país es muy grande y la gente por lo general se concentra en las ciudades.
CAROLINA.- ¿Es más grande que Francia?
PADRE.- Mucho más.
ARTURO.- ¿Que Alemania?
PADRE.- Que Francia, que Alemania y que Inglaterra juntas.
MADRE.- ¡No lo puedo creer! ¿Hablas en serio?
PADRE.- Así es.
ARTURO.- Con razón no se ve a nadie por acá. (LA MADRE EMPIEZA A CANTAR “TENGO EL
ORGULLO DE SER PERUANO Y SOY FELIZ”,U OTRA EQUIVALENTE. EL CANTO
QUE ES SEGUIDO Y ENTONADO POR TODOS CON GRAN JOLGORIO).
CAROLINA.- ¡Mira, papá, ahí dice: Huacho un kilómetro!
MADRE.- Ya llegamos, gracias a Dios. ¡Ah, mi querida Bertita! Niños, Uds. se portarán bien y
tranquilos, ¿entendido? Su hermana ha salido recién de una grave operación y necesita
cuidados y descanso.
CAROLINA.- Es Arturo el que siempre molesta, mamá.
ARTURO.- Mentira, es ella. Carolina siempre me echa la culpa de todo.
MADRE.- ¡Silencio, niños! Si hacen travesuras no volverán a salir de paseo.
PADRE.- (SACA UN PAPEL DEL BOLSILLO).- Carolina, lee cómo llegar a la nueva dirección de
Berta.
CAROLINA.- Entrando por 28 de Julio, que es la calle principal, llegan hasta Alfonso Ugarte y doblan
a la izquierda un par de cuadras donde verán una casa amarilla de dos plantas.
PADRE.- (MANIOBRANDO). Por aquí vamos bien.
ARTURO.- Huacho es bien chato, papá.
CAROLINA.- ¿Y qué esperabas ver? ¿Rascacielos?
PADRE..- Entramos a Alfonso Ugarte.
MADRE.- Bonita calle. Es mejor que la anterior en la que vivía Berta.
CAROLINA.- Es mejor que nuestra calle. ¿Berta es más rica que nosotros, mamá?
MADRE.- Cuidado, señorita. No me gusta que hables así. Si la gente es decente poco importa que sea
rica o no. Yo vivo en la mejor calle del mundo porque mi esposo y mis hijos viven en ella.
(APARECE BERTA).
PADRE.- Miren, ahí está Berta esperándonos.
TODOS.- ¡Hola, Berta! ¡Hola! (DESCIENDEN DEL AUTO).
BERTA.-(SALUDÁNDOLOS CARIÑOSA). Hola, papá. Querido papá. Tienes aspecto de cansancio.
Hola, mamacita. ¡Uy, cómo han crecido Arturito y Carolina!
MADRE.- Crecen como la mala hierba. Tienes razón, Bertita; tu padre necesita descanso. En este fin de
semana lo alimentaremos y lo haremos dormir mucho, aunque sea a la fuerza.
PADRE.- Nada de eso, lo que quiero es pasear. ¿Y Eduardo, Bertita?
BERTA.- Llegará de un momento a otro. Está loco por verlos. Pero pasen, por favor, pasen...(LOS
ACTORES SE DESPLAZAN HACIA LA DERECHA MIENTRAS EL DIRECTOR DE
ESCENA DESARMA EL AUTO Y ARMA UNA SALA).
MADRE.- ¡Qué bonita está tu casa, hija!
BERTA.- Es que Eduardo se preocupa mucho, mamá.
PADRE.- Ya veo. Y tiene tan buen gusto como yo.
BERTA.- Siéntense, por favor.
PADRE.- Hemos estado demasiado tiempo sentados.
ARTURO.- A mí me llega a doler el poto.
MADRE.- ¡Arturo! ¡Qué chico insoportable!
PADRE.- Déjalo, Luisa, no le impidas su espontaneidad, mira que se puede traumar.
MADRE.- Tú siempre defendiéndolo, Si no se le corrige a tiempo será un...drogadicto, un delincuente ,
o hasta ...un político, ¡Dios no lo quiera!
7
BERTA.- Mamá siempre tan estricta. Pero eso es muy bueno No hay como la escuela antigua. Ahora los
chicos hacen lo que quieren. Pero deben estar con sed. ¿Qué quieren tomar?
MADRE.- No te molestes. Agua o cualquier refresco que tengas a la mano.
DIRECTOR.- En el bar hay de todo. Carolina, sirve tú, por favor. ¿No preferirías un whiskie, papá?
MADRE.- Le puede hacer mal al corazón.
BERTA.- Al contrario, es buenísimo para la presión, ¿no lo sabías? ¿Te sirvo?
PADRE.- No, deja, lo voy a hacer yo mismo. (SE DIRIGE AL BAR IMAGINARIO. CAROLINA
SIRVE GASEOSAS A LA MADRE Y ARTURO).
MADRE.- Sírvete poquito, Pablo. Más que nada agua.
PADRE.- Sí, jefa.
BERTA.- Déjalo, mamá, que haga su gusto.
PADRE.- Con razón me dicen sacolargo en la oficina.
MADRE.- ¿Qué?
PADRE.- Nada, nada.
BERTA.- Niños, hay una sorpresa para Uds. en el patio de adentro.
CAROLINA.- ¿Conejos?
BERTA.- No.
ARTURO.- ¿Pollitos?
BERTA.- No. Vayan a ver, mejor. (LOS NIÑOS SALEN). Hay un cachorro boxer. Si quieren se lo
pueden llevar a Lima.
PADRE.- ¿No se comerá a Jacinto?
MADRE.- Lo llevaremos con mucho gusto, Berta. Pero miremos a mi niña. Se te ve muy bien,
felizmente. No me quiero acordar cuando te vi en la clínica, ¡qué espanto!, no nos reconociste
y decías con vocecita de moribunda: ¿Cuándo viene mamá? ¿Cuándo viene papá? Yo me
puse a llorar como loca y el doctor nos obligó a salir.
BERTA.- ¡Fue terrible, mamá! Fue terrible. Ni siquiera vivió unos minutos. Y era varoncito, ¡qué pena!
MADRE.- (ACARICIANDO A BERTA). Dios lo dispuso así, Bertita. Tienes que resignarte. Pasará.
Todo pasa en esta vida con el tiempo. Y estoy segura que cuando menos lo pienses tendrás
otro bebe, que será la felicidad de todos nosotros.
PADRE.- No llores, Bertita.
MADRE.- Déjala que se desahogue. Así es la vida, hijita. Pero encomendándose a Dios logramos
superar las penas.
PADRE.- Bueno...¿Y qué hay de comer? Se me abrió el apetito con el trago.
BERTA.- Disculpa, papá. Mientras tanto sírvete papitas y maní. En seguida estará el almuerzo.
(ENTRAN LOS NIÑOS).
CAROLINA.- Hay un perrito precioso, mamá. Me encanta.
ARTURO.- ¿Es para nosotros, Berta?
BERTA.- Claro, si lo quieren.
CAROLINA.- ¿Entonces lo podemos llevar?
DIRECTOR.- Por supuesto. Pero vamos a almorzar. Deben estar con hambre, ¿no es cierto?
PADRE.- ¿Qué hay de comer?
BERTA.- En primer lugar un cevichito mixto.
LOS NIÑOS.- ¡Ceviche!
BERTA.- Después un seco de cabrito con frejoles.
LOS NIÑOS.- ¡Qué rico!
PADRE.- Así da gusto venir a Huacho.
ARTURO.- ¿Por qué no nos quedamos, mejor?
CAROLINA.- O en todo caso venimos todos los fines de semana. ¿Qué te parece, Berta?
MADRE.- Lo que le parece y a mí también es que son un par... no, un trío de frescos e interesados. No
es el cariño al chancho sino a los chicharrones, ¿no?
8
PADRE.- ¡Cómo puedes decir eso, Luisa!
ARTURO.- Además Berta no es ningún chancho, que yo sepa.
MADRE.- ¡Ya, basta, Arturo!
BERTA.- Sería tan feliz si vinieran siempre. Mejor aun si viviéramos juntos.
MADRE.- Eso sí, porque somos, gracias a Dios, lo que se llama una verdadera familia. (SE
ABRAZAN)
DIRECTOR.- Suficiente. (AVANZANDO). ¡Se acabó!
TODOS.- ¿Cómo?
DIRECTOR.- Que se acabó la obra. (SE DIRIGE AL PUBLICO). Señoras y señores: El viaje a Huacho
ha terminado. Muchas gracias. (SALUDAN).

TELÓN

Das könnte Ihnen auch gefallen