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El Dispositivo: Rehabilitación Médica.

El concepto de dispositivo, en el contexto de la producción teórica del pensador francés


Michel Foucault (1926-1984), nos posibilitará realizar un abordaje analítico de la
Rehabilitación Médica -corpus disciplinar enmarcado dentro de las denominadas
Ciencias de la Salud- en relación a sus objetivos y funciones socio-políticas. El
siguiente análisis pretende situarse, fundamentalmente, en el período histórico desde el
cual emerge dicho corpus práctico-discursivo, y en el que, al mismo tiempo, es puesto a
trabajar.
Un dispositivo puede ser caracterizado de la siguiente manera:

"en primer lugar como un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende


discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes,
medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales,
filantrópicas; en resumen los elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como
a lo no dicho. El dispositivo es la red que puede establecerse entre estos elementos (...);
en segundo lugar, la naturaleza del vínculo que pueda existir entre estos elementos
heterogéneos (...) Resumiendo, entre esos elementos discursivos o no, existe como un
juego, de los cambios de posición, de las modificaciones de funciones que pueden, estas
también, ser muy diferentes.
En tercer lugar por dispositivo, entiendo una especie –digamos- de formación, que en un
momento histórico dado, tuvo como función mayor la de responder a una urgencia. El
dispositivo tiene pues una posición estratégica dominante.” 1.

Existirían, según el filósofo, dos momentos fundamentales en las génesis de los


dispositivos:

“Un primer momento que es en el que prevalece un objetivo estratégico. A continuación,


el dispositivo se constituye propiamente como tal, y sigue siendo dispositivo en la medida
en que es el lugar de un doble proceso: proceso de sobredeterminación funcional, por

1
Foucault, Michel. “El juego de Michel Foucault” en “Saber y Verdad”, La Piqueta, Madrid, 1991, pag 128.
2

una parte puesto que cada efecto, positivo o negativo, querido o no, llega a entrar en
resonancia, o en contradicción, con los otros, y requiere una revisión, un reajuste de los
elementos heterogéneos que surgen aquí y allá. Proceso, por otra parte, de perpetuo
relleno estratégico”2

Entonces, un dispositivo es el resultado de la permanente relación que un conjunto


heterogéneo de elementos mantienen entre si. Su constitución, aparición, no es ajena a
objetivos estratégicos-políticos; y su función, en un momento histórico dado, está
fundamentalmente destinada a responder a una urgencia. Ésta bien puede ser la de
controlar una masa de población flotante que a una sociedad determinada le resulta
embarazosa.
Ahora bien, los inválidos, lisiados, incapacitados conformaban en los años posteriores a
la segunda guerra mundial, una población flotante que debió ser ordenada y controlada,
precipitadamente, por los Estados involucrados en tan devastador suceso histórico. En
otras palabras, una de las urgencias, uno de los problemas a solucionar que se les presenta
a los Estados de pos guerra, podría plantearse de la siguiente manera ¿Que hacer con la
enorme cantidad de sujetos denominados incapacitados, lisiados, inválidos que la guerra
había provocado?
Siguiendo esta perspectiva de análisis, la Rehabilitación Médica puede ser pensada como
un dispositivo que respondió, y responde aún, a ciertas estrategias políticas de poder.
Desde luego que este dispositivo no estuvo dado de una vez, ni es reciente. Podemos
inferir que la posibilidad de su constitución, existencia y permanencia, se apuntala y
consolida en una modalidad de poder, que aparece entre mediados y fines del siglo XVIII
en occidente, denominada por el genealogista: Biopoder3.

Con el solo motivo de contextualizar históricamente nuestro análisis, es necesario hacer


mención, de manera breve y concisa, a lo que aconteció en el mundo Occidental a
mediados del siglo XX, más precisamente, entre las décadas del 40` y el 50`. Esta
coyuntura histórica se reviste de cierta relevancia debido a varios sucesos: a) la

2
Foucault, Michel, idem, pag 129.
3
No vamos a trabajar directamente aquí la temática del Biopoder debido a, por un lado, la complejidad de la
cuestión; y por otro, lo que concierne a la extensión y objetivos del presente trabajo. Proponemos profundizar nuestra
investigación en estas direcciones
3

formulación y puesta en marcha del Plan Beveridge4 (Inglaterra 1942) garantizando el


derecho a la salud a todos los hombres; b) el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945;
c) Declaración de los Derechos Humanos en 1948; c) Las grandes Epidemias de
poliomielitis de mitad de siglo; d) la creciente industrialización y los accidentes de
trabajo que con ella se multiplican, e) los importantes avances que la medicina del
pasado siglo alcanzo en materia de controlar y prolongar la vida. Acontecimientos, entre
otros, que hicieron posible la emergencia de una serie de discursos -orientados
principalmente a justificar, validar, y legitimar tanto prácticas asistenciales como
decisiones político-económicas- que terminarían confluyendo en “un conjunto de
medidas sociales, educativas y profesionales para preparar o readaptar al individuo,
con el objeto que alcance la mayor proporción posible de capacidad funcional” 5,esto
es: la “Rehabilitación Médica” 6. Dicho campo heterogéneo de prácticas y discursos, en
un inicio, y Ciencias de la Rehabilitación en nuestros días, se encargarían del
tratamiento, la inserción y la integración social de los individuos denominados
inválidos, lisiados o incapacitados, quienes aparecen como un sector poblacional tan
importante como numeroso en las sociedades europeas de mitad del pasado siglo.

En el intento de situar lo que consideramos un punto nodal y oscuro, y por ello mismo
problemático, sobre el que viene girando el dispositivo Rehabilitador desde mediados del
siglo XX, creemos necesario formular los siguientes interrogantes:
¿En qué medidas, y sobre quiénes, los objetivos del dispositivo de Rehabilitación -estos
son: integrar socialmente y mejorar la calidad de vida de los sujetos discapacitados -
encuentran las posibilidades de su cumplimiento? Resumiendo ¿La rehabilitación
rehabilita?

Primera cuestión: ¿La rehabilitación mejora la calidad de vida?


Seguramente, se nos dirá, pero, ¿Cómo saberlo fehacientemente; en qué momento este
objetivo se halla realizado?
Comencemos pensando que hay un saber que por suerte no poseemos, que nos está
negado, esto es, cómo mejorar la calidad de la vida, cómo vivir mejor. Todo aquel que
4
Sobre este tema consultar Foucault, Michel; “Estrategias de Poder”, Paidos, Barcelona, 1999, Pag. 343
5
Cibeira, José, B. “Bioética y Rehabilitación”, El Ateneo, Buenos Aires, 1997, pag 47. Esta definición de
Rehabilitación Médica fue redactada por el comité de expertos de la O.M.S y data de octubre del 74.
6
Maturana Águila, A. M. y otros, “El desarrollo de la Rehabilitación en España. (1949-1969)”, en “Rehabilitación:
Revista de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física”, Volumen 35, Fascículo 3, Doyma, Madrid,
2001, pag 179.
4

transite algún tiempo por este mundo sabe que no existe el poseedor de un saber sobre el
buen vivir, un conocimiento clave que pueda ser transmitido y utilizado por otros para
mejorar sus vidas. Por supuesto que hay miles, pero no uno. Esta clase de saber quizás
sirva, de vez en cuando y únicamente, para uno mismo y sus hijos. Pero dejemos nuestras
conjeturas a un lado e intentemos responder a la cuestión antes planteada.
El concepto de calidad de vida comienza a aparecer en el discurso de la rehabilitación
como un objetivo nada menor. Podríamos decir, haciendo una analogía musical, que
aparece a modo de una segunda voz junto al afinado objetivo de integración e inserción
social. Más allá y más acá de toda integración, la rehabilitación actual apunta a mejorar la
calidad de vida del paciente o cliente-discapacitado. Se nos podrá decir que la integración
social es parte del objetivo de calidad de vida, ya que siendo insertado e integrado
socialmente el discapacitado mejorará su vida. O, contrariamente, siéndole mejorada su
calidad de vida los objetivos de la rehabilitación están siendo cumplidos. Si, es cierto, y
es justamente esto lo que vamos a reprocharle: Que los objetivos que siempre prometió y
promete la rehabilitación se incluyan dentro de un discurso tan inconsistente como lo es
el de la calidad de vida; que un objetivo como el de calidad de vida englobe, o más bien
represente, la finalidad de las prácticas rehabilitadoras, nos está señalando que el eje por
el cual se pensaba la problemática de la rehabilitación-discapacidad se ha corrido. Se ha
pasado de la preocupación por la inserción e integración social, al problema de la calidad
de vida. Que como veremos más adelante, este último, no es ningún problema; más bien,
para decirlo de otro modo, que no lo sea, es el mayor problema de todos.
Vemos reflejado lo que estamos tratando de decir en la insistente recurrencia al concepto
de calidad de vida cuando se habla de los objetivos de la Rehabilitación Médico-
Kinésica. Ya sea en libros, revistas, conferencias, etc, calidad de vida es lo que se
promete. Solamente le bastará leer7 el prefacio del libro “Krusen, Medicina Física y
Rehabilitación”8 donde este concepto aparece 16 veces en solo dos paginas, o
“Rehabilitación: Enfoque integral” de Doreen Bauer, por nombrar algunos, libro en el
cual podemos hallar definiciones como la siguiente:

7
Proponemos estas citas aprovechando el reconocimiento de las fuentes en el ámbito de la rehabilitación. Se sugiere,
al interesado, consultar cualquier libro, revista, escrito, etc, que proponga los objetivos de la rehabilitación actuales.
8
Kottke F. y Lehmann J., “Krusen. Medicina Física y Rehabilitación”, 4º edición, Panamericana, Madrid, 1999
5

“Entre todos debemos demostrar en el día a día que la rehabilitación no es solo un


tercer nivel asistencial, sino que, en el común objetivo de calidad de vida, es asimismo
un primer nivel de actuación”9

Ahora bien, ¿Qué podemos entender por este objetivo llamado calidad de vida?
Recurriendo al filósofo Tomás Abraham, diremos que la calidad de vida10 es un concepto,
una noción, un lenguaje de nuestro tiempo con características imperiales. Y es imperial
porque no reconoce fronteras. Por estos días, la calidad de vida va desde viajar, pasando
por tomar agua mineral, a tener un auto; de practicar yoga, a tener un buen par de
zapatillas; de dormir ocho horas por día, a poder estudiar; de que recojan la basura a
determinada hora, a tener obra social; de comer alimentos con bajo porcentaje graso, a
poder comer, y por supuesto acceder a servicios de rehabilitación si se los necesita. En
palabras del filósofo:

“Uno de los rasgos de la máquina burocrática es la organización de una sociedad


terapéutica que difunde el virus de la hipocondría para imponer una dietética imperial.
A esto se lo llama calidad de vida11(…) La calidad de vida no tiene límites, siempre se la
puede mejorar”12.

Entonces, ¿Cómo es posible saber cuándo mejora la calidad de la vida? A menos que
postulemos que todo sea calidad de vida, lo cual equivaldría a que nada lo fuera en
absoluto, nos hallaremos con una problemática de difícil solución. Una cosa es saber
cuando mejora la fuerza y la coordinación neuromuscular de alguien que no podía pararse
debido a una debilidad muscular, patología u otro motivo, y luego de un plan de
entrenamiento o tratamiento se para; y otra muy distinta es decir que mejoró su calidad de
vida. Pero así mismo y todo se podría arriesgar una respuesta: La calidad de vida mejora
cuando el otro, o uno mismo, lo dice y no antes. Ya que para algunos pasará por poder
adelgazar, mientras que para otro por aprender un idioma, y para un tercero quizás no
pase por ningún lado. No hablamos de cosas como por ejemplo comer, tener luz, agua,
9
Jiménez, Antonio Narbona, Prologo la edición española de Doreen Bauer, “Rehabilitación: Enfoque Integral”,
Masson-Salvat, Barcelona, 1992.
10
Sugerimos consultar sobre este concepto Abraham, Tomás, “Psicología y Misterios (Entre la paz y la guerra)” en
“La empresa de vivir”, Sudamericana, Buenos Aires, 2000. Pág. 367.
11
Abraham, Tomás, ídem, Pág. 382.
12
Abraham, Tomás, idem, pag 392.
6

poder ir a la esuela, trabajar y ganar algo de dinero, aunque son cuestiones que
seguramente mejorarían la calidad de vida de muchas personas.
Repetiremos las palabras de Abraham así, por un lado, cerramos esta cuestión y, por el
otro, la abrimos definitivamente: la calidad de vida es un concepto imperial porque no
tiene límites, siempre puede mejorarse. Y agregaremos: puede, por ello mismo, empeorar
persistentemente.
Por último, un objetivo que tenga como blanco conceptos como el de calidad de vida está
revestido de una inconsistencia absoluta, y nos lleva hacia una problemática que debería
ser estudiada desde una perspectiva que involucre en su análisis cuestiones como el saber,
el poder y los efectos de dominación que estos producen y perpetúan.

Segunda cuestión: ¿La rehabilitación integra socialmente?


De acuerdo con la OMS13 el gran objetivo de la Rehabilitación fue y sigue siendo integrar
y reinsertar a las personas con discapacidad, como miembros productivos, a una
comunidad determinada. ¿Se puede decir efectivamente que este objetivo se cumple? Es
cierto que en los tiempos que corren los procedimientos y tecnologías médicas,
kinesiológicas -físico-terapéuticas-, junto a los avances tecnológicos, no dejan de
sorprendernos. Sus objetivos específicos: físicos-médicos-funcionales las más de las
veces se hallan realizados. De todos modos el malestar no deja de hacerse escuchar por
parte de aquellos que siguen sin igualdad de oportunidades, sin integración 14. Individuos
discapacitados con servicios terapéuticos y nuevas tecnologías a su alcance -según
posibilidades económicas particulares-, pero que se reconocen excluidos, afuera,
marginados. Más bien adentro, integrados, en circuitos cerrados de habilitación, de
objetivación, de permanente subjetivación15; en el espacio de la más exterior de las
interioridades.
13
OMS. 138ª Sesión del Comité Ejecutivo. Realizada en Washington D.C. EUA 19-23 de Junio de 2006
14
Cabe citar aquí la fuerte campaña en favor de la igualdad de oportunidades que se está llevando a cavo en los días
de noviembre de 2007 en Argentina, por parte de la Asociación Civil sin fines de lucro “La Usina”. En la que se
denuncian los siguientes inconvenientes: Falencias en los ámbitos de la educación y la salud, dificultades para
obtener el certificado de discapacidad, conseguir un puesto laboral o acceder libremente a espacios de uso público. La
iniciativa apunta a hacer cumplir y respetar lo que está formulado en la Constitución Nacional Argentina.
15
La Comisión Española del Real Patronato sugiere, en el año 1987, armonizar el texto del Programa de Acción
Mundial adoptado por la O.N.U., con el de la O.M.S., ambos en idioma español, sobre la Clasificación Internacional
de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías. “Así se adopta la terminología expresada cambiando la palabra
incapacidad por discapacidad”. Cibeira, José, B., “Bioética y Rehabilitación”, El Ateneo, Buenos Aires, 1997, Pág.
46. Con esta cita queremos señalar que el deficiente, el discapacitado y el minusválido son figuras construidas dentro
y por el dispositivo de la Rehabilitación y no antes.
7

Ahora bien, si se postula que en el caso de las prácticas terapéuticas la Rehabilitación


cumple con sus promesas; pero que en cuestiones de infraestructura, transporte e
inserción laboral, por nombrar algunas, deja mucho por desear; esto es, que por un lado
rehabilita y por otros no, debemos colegir -ya que los opuestos, por una cuestión
puramente lógica, se terminan excluyendo- que la estrategia política Rehabilitadora
resulta absolutamente nula respecto a sus intenciones explícitas; estas son, recordemos:
Integrar y reinsertar socialmente a determinados sujetos. Quizás el dispositivo de la
Rehabilitación, su funcionamiento y permanencia, este dado por este confuso juego de
afirmación y negación, de habilitación y restricción, de funcionalidad y exclusión. Al ser
médicamente útil y a la vez socialmente inofensivo, estéril, queda evidenciado que el
objetivo de integración e igualdad de oportunidades no se cumple como debiera. Es más,
diremos que se cumple como puede. Sin por ello dejar de pensar, que el poder no deja de
querer que así se siga cumpliendo. Entonces, si el gran objetivo no se realiza, la
rehabilitación, bien podríamos deducir, no estaría rehabilitando.
Para concluir y al mismo tiempo dejar trazado un posible lineamiento a seguir, lo que
nosotros consideramos solo una aproximación inicial a la genealogía de las Ciencias de la
Rehabilitación, expondremos una última, pero no por ello acabada, reflexión. Si el
dispositivo estratégico político de la rehabilitación no estaría cumpliendo con sus
objetivos, esto es rehabilitar –integrar, brindar igualdad de oportunidades y mejorar la
calidad de vida- y a pesar de eso sigue existiendo y en continuo movimiento; su
funcionamiento y sus usos deben estar siéndole útiles a una sociedad para otros fines,
distintos a los que se proponen explícitamente. Desde ya que estamos hablando de
política, ¿de qué más podríamos hablar? De políticas que por un lado brindan servicios
terapéuticos asistenciales y por otro niegan la infraestructura, los medios, y un lugar
efectivo en el entramado social, al cual todos tenemos derecho en tanto ciudadanos,
necesario para la vida de cualquier individuo. ¿De que le sirve a un sujeto poder transitar
libremente y por su cuenta, únicamente y exclusivamente, dentro de los centros de
rehabilitación preparados para esos usos? El objetivo de inserción social e integración de
determinados sujetos a la sociedad, si lo pensamos detenidamente, resultaría una
verdadera paradoja. Analizando estas cuestiones comienza a ser evidente que dichos
objetivos están, desde el momento mismo en que se plantean, destinados al fracaso. O tal
vez, que este fracaso no sea tan solo eso; más bien y mejor, que sea una de las tantas
8

maneras de excluir incluyendo; de discriminar aceptando; de des-integrar integrando y


negar otorgando, de algún modo, cierto grado de humanidad a determinados sujetos.

Alejandro Benedetto (Todos los derechos reservados por el autor)

Bibliografía:

 Abraham, Tomás, “La empresa de vivir”, Sudamericana, Buenos Aires, 2000


 Cibeira, José, B., “Bioética y Rehabilitación”, El Ateneo, Buenos Aires, 1997
 Foucault, Michel. “El juego de Michel Foucault” en “Saber y Verdad”, La Piqueta,
Madrid, 1991
 Foucault, Michel; “Estrategias de Poder”, Paidos, Barcelona, 1999
 Jiménez, Antonio Narbona, Prologo la edición española de Doreen Bauer,
“Rehabilitación: Enfoque Integral”, Masson-Salvat, Barcelona, 1992
 Kottke F. y Lehmann J., “Krusen. Medicina Física y Rehabilitación”, 4º edición,
Panamericana, Madrid, 1999
 Maturana Águila, A. M. y otros, “El desarrollo de la Rehabilitación en España. (1949-
1969)”, en “Rehabilitación: Revista de la Sociedad Española de Rehabilitación y
Medicina Física”, Volumen 35, Fascículo 3, Doyma, Madrid, 2001
 OMS. 138ª Sesión del Comité Ejecutivo. Realizada en Washington D.C. EUA 19-23 de
Junio de 2006

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