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A.

EL MATRIMONIO ES UNA VOCACION HUMANA

- El matrimonio es una vocación o llamada de Dios a manifestar la unión y el


amor fecundo de Cristo y de su Iglesia. Cuando se habla de "vocación" se
piensa inmediatamente en la vocación al sacerdocio 01 la vida religiosa. V, en
realidad, eso no es exacto, porque se requiere también vocación para el
matrimonio.

- Toda persona tiene en su vida una vocación o, mejor dicho, dos vocaciones:
una general y otra concreta.

 la vocación general de todo hombre y mujer es la llamada a la realización total


de su persona, a nivel humano y cristiano.

 Pero además cada hombre y cada mujer tienen una vocación concreta de su
vida. Puede ser el matrimonio, el sacerdocio, la vida religiosa o misionera.
Estas vocaciones específicas son caminos o proyectos de vida para realizar
aquella vocación general.

- El matrimonio, por tanto, es una verdadera vocación humana:

 VOCACION GRANDE: Signo vivo del amor de Dios a la humanidad y de Cristo


a la Iglesia.

 VOCACION UNIVERSAL: la inmensa mayoría de hombres y mujeres son


llamadas por Dios a esta vocación cristiana... "Sean fecundos y multiplíquense.
Llenen la tierra y sométenla" (Gén 1, 28).

 VOCACION PRIVILEGIADA: El amor goza de la enorme prerrogativa de ser el


único acto humano que es elevado a Sacramento.

B. EL MATRIMONIO ES UNA COMUNIDAD DE VIDA Y AMOR


- El Concilio Vaticano 11 ha hecho una descripción breve y concisa del
matrimonio en su vertiente humana: el matrimonio es "la íntima comunidad
conyugal de vida y amor" (GS 48).

* COMUNIDAD DE VIDA

- En nuestra sociedad existen muchas comunidades: económicas, políticas,


culturales, recreativas; pero ninguna de ellas es una comunidad tan íntima
como el matrimonio.

- El matrimonio, como comunidad conyugal, está formada por un hombre y una


mujer que se integran y complementan mutuamente formando una sola cosa:
en el cuerpo, en el espíritu, en las alegrías y penas, en el trabajo, en la vida...

- El matrimonio, pues, supone una auténtica comunión, mucho más perfecta que
cualquier otra clase de comunidad o de unión entre dos personas: más que la
amistad, más que cualquier otra agrupación económica, cultural o política. Y la
razón es evidente: el matrimonio comporta una comunión total que abarca lo
corporal, lo afectivo y lo espiritual. Se comparte, de esta manera, toda la vida
en todas sus dimensiones.

* COMUNIDAD DE AMOR

- El matrimonio no puede fundarse en el dinero, el interés o la conveniencia. El


fundamento único y exclusivo del matrimonio es el amor, ya que la única fuerza
que puede lanzar dos vidas a un encuentro tan íntimo y fundirse en una sola
cosa es el amor.

- Es inconcebible, por tanto, un matrimonio sin amor. Todo matrimonio que no


esté fundado en el amor, está condenado de antemano al fracaso.

- El amor conyugal tiene unas características especiales:

 Es un AMOR UNICO (UNIDAD): El amor, cuando es entrega y donación total


de la persona, excluye la posibilidad de otra entrega.

 Es un AMOR ETERNO (INDISOLUBILIDAD): El amor verdadero no se reduce


a un determinado tiempo; es para toda la vida.

Formar dentro del matrimonio una verdadera comunidad de amor presupone


las siguientes condiciones y exigencias: sinceridad, encuentro mutuo, diálogo,
comprensión, generosidad y sacrificio..

C. EL MATRIMONIO ES UNA COMUNIDAD PARA UN PERFECCIONAMIENTO


FECUNDO

- El matrimonio tiene dos finalidades básicas: la mutua ayuda y enriquecimiento


de los esposos y la procreación y educación de los hijos.

- El Vaticano 11 expresa estas finalidades con las siguientes palabras:

"Con la unión íntima de sus personas y actividades se ayudan y se sostienen


mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y la logran cada vez más
plenamente" (GS 48).

"Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están


ordenados por sí mismos a la procreación y educación de la prole" (GS 48).

- Con respecto a la segunda finalidad, los esposos han de cumplir su deber de


ser fecundos por medio de una PATERNIDAD RESPONSABLE: no una actitud
pasiva de aceptar todos los hijos que vengan, sino una actitud activa de
aceptar responsablemente los que, en conciencia, Dios les pide en su situación
concreta. De ahí que, si está mal no querer tener hijos por egoísmo, lo está
también el tenerlos irresponsablemente.

D. El MATRIMONIO ES UNA COMUNIDAD SACRAMENTAL

- Para el creyente el matrimonio no es solamente un signo y una obra del amor


humano; es también un signo y una obra del amor de Dios. Esto es lo que ha
ocurrido al elevar Cristo el matrimonio a la categoría de sacramento de la
Iglesia.
- Los esposos representan el amor de Dios a toda la humanidad y de Cristo a la
Iglesia. En consecuencia, el hecho de casarse por la Iglesia exige amarse no
sólo con amor humano, sino como Cristo ama a la Iglesia. Amándose de esta
manera, los esposos se perfeccionan y se santifican. Esta es la "gracia" del
sacramento.

- El amor de Cristo a la Iglesia se actualiza en cada matrimonio y familia


cristiana. Cada una de ellas es recuerdo, signo y anticipo del amor de Dios.
Vivir conscientemente el matrimonio es vivir el amor y la gracia de Cristo; es
optar por Jesucristo, como fundamento y sentido de la vida conyugal; es vivir
una aventura de santificación y misión dentro de la Iglesia y de la sociedad.

3. MATERIALES COMPLEMENTARIOS

3.1. DINAMICA: "EL AMOR"


A. Se motiva sobre la belleza del texto de Pablo sobre el amor (1 Cor. 13).
Se lee despacio.

B. Se dividen en subgrupos, cada cual con una misión y un trabajo sobre (1 Coro 13,
4-7).

- Escribir una carta recomendando esas actitudes (paciencia, servicialidad, no


envidia, etc.)

- Elaborar un cuestionario para examinarse de esas mismas actitudes.

- Hacer un decálogo matrimonial con esas recomendaciones. Hacer una oración


con esas ideas.

C. Escuchar a los grupos y dar tiempo suficiente de interiorización.

3.2. EL MATRIMONIO, UN PROYECTO DE DIOS


"Con demasiada frecuencia, se desconoce que el matrimonio y la familia son un
proyecto de Dios, que invita al hombre y a la mujer creados por amor a realizar su
proyecto de amor en fidelidad hasta la muerte, debido al secularismo reinante, a la
inmadurez psicológica y a causas socio-económicas y políticas, que llevan a
quebrantar los valores morales y éticos de la misma familia. Dando como resultado la
dolososa realidad de familias incompletas, parejas en situación irregular y el creciente
matrimonio civil sin celebración sacramental y uniones consensuales".

(Santo Domingo 217)

3.3. EL MATRIMONIO, CELEBRACION DEL AMOR


El sacramento del Matrimonio no celebra el flechazo, ni el enamoramiento pasajero, ni
el arreglo de conveniencia, ni un modo de instalarse cómodamente en la sociedad.
Celebra el amor, es decir, el encuentro con! el otro, el afecto sereno, la entrega mutua,
la confianza y la confidencia sin reserva, la comunicación, la aceptación que sigue al
conocimiento real de cada miembro de la pareja, en una palabra, la situación en la que
el amor por el otro es el aliento, la razón y el común denominador de la vida.

Celebra el amor, es decir, el amor con futuro. El lenguaje del amor añade al "te
quiero", su complemento obligado: "para siempre". El sacramento, siguiendo la
dirección básica de la fe, exige respeto absoluto al amor, entrega total a él, confianza
ilimitada y empeño indomable por recomponer cualquier fisura.

Celebra el amor, es decir, la fidelidad a quien se ama, hasta ser capaz de dar la vida
por él. El lenguaje del amor junto al "te quiero" une, también el "a ti solo". A pesar de
que toda entrega es balbuciente, en ella hay un deseo de totalidad, de dar sin
reservas, de entregarlo todo. De lo contrario el amor es falso.

Aunque el amor es la vocación básica del hombre, no todos llegan a él, ni a todo
sentimiento se le puede llamar amor. No se debería confundir el amor con sus
encaminamientos o aprendizaje. El amor supone una madurez personal; no tiene por
que coincidir con determinados años. Quede, por tanto, constancia de que casarse es
uno de los pasos más serios de la vida de un hombre y una mujer.

(RITUAL COMPLETO DE LOS SACRAMENTOS)

3.4. EL MATRIMONIO EN EL "NUEVO CATECISMO"

La alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima
comunidad de vida y amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el Creador.
Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges así como a la generación y
educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo
Señor a la dignidad de sacramento.
El sacramento del matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los
esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del
sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad
indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.

El matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la


voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y
fecundo.

Dado que el matrimonio establece a los cónyuges en un estado público de vida en la


Iglesia, la celebración del mismo se hace ordinariamente de modo público. en el marco
de una celebración litúrgica, ante el sacerdote (o el testigo cualificado de la Iglesia), los
testigos y la asamblea de los fieles.

La unidad, la indisolubilidad y la apertura a la fecundidad son esenciales al


matrimonio...

(Catecismo de la Iglesia Católica 1660-1664)

Texto propiedad de:


Un proceso de Formación para los Grupos Juveniles 3
Javier González Ramírez
Editorial San Pablo

Este texto sólo puede ser utilizado para fines de formación juvenil. Se prohíbe el uso
lucrativo con cualquier contenido de este material.

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