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He sido liberado por la comunidad para realizar un servicio. Como Iglesia, no una
organización de la Iglesia.
Cáritas es la expresión del amor preferencial de la comunidad cristiana por los pobres.
Se inserta en el mundo de las ONGs y los servicios sociales con su ser Iglesia y con los valores
del Reino. (No es una ONG podemos decir que eso es una mediación para trabajar en el mundo)
La mística de Cáritas trata de aunar vida en el Espíritu y actitud ante la pobreza (se
conseguirá si yo en mí lo hago)
Nuestro ser cáritas debe entenderse como carisma, servicio y estilo de vida. (¿Cómo
afecta a mi vida la irrupción de los pobres?)
Perfil: Talante evangélico, relación personal con los pobres y búsqueda de soluciones,
capacidad de diálogo, comprensión con todo y compasión con los que sufren, conversión
permanente. (Esto solo puede hacerse con una vida según el Espíritu)
- Verdad
- Justicia
- Amor
- Libertad
- Convivencia humana.
Antes de buscar a alguien, hay que tener bien identificadas las necesidades del trabajo
a desarrollar, los roles y tareas a desempeñar.
Los voluntarios que funcionen según la ley del voluntariado, con seguro y que el
voluntario no tenga que poner dinero.
MARCO DE ACCIÓN EN LOS TERRITORIOS
La persona es el verdadero protagonista de su proceso, el territorio lo es de su
desarrollo.
Optar por una acción integral (transformar todas las dimensiones: acompañar
personas y comunidades, a la vez que incidir sobre las estructuras)
- Anuncio de la Palabra.
- Celebración de los Sacramentos
- Servicio de la Caridad.
DOCUMENTO LA IGLESIA Y LOS POBRES (página 18): “La misericordia hacia los pobres es la
gran misión de todos y siempre”, si olvidamos esto, somos infieles a la Misión que el Señor nos
encomendó. (No sirve solo acompañar a grupitos o un despacho asistencial. NO, es la
COMUNIDAD COMO MISIÓN)
La inclusión social no se logra solo con el trabajo sino realizando un proyecto renovado
por parte de la persona en sus redes sociales.
Mecanismos de integración: empleo, derechos, protección social, salud, educación… (Si esto se
debilita caemos en estado de VULNERABILIDAD.
Podemos hablar de pobreza del territorio si las dinámicas existentes favorecen todo lo
anterior.
Ser cada vez más una Iglesia constructora de la civilización del amor. Cáritas es una
acción de la Iglesia que traduce el amor fraterno en servicio a los pobres. Como parte de su
tarea evangelizadora.
Todos tenemos un proyecto común, una misma misión. Nuestras acciones han de ser
signo y testimonio del Reino. Construcción de una sociedad basada en la fraternidad.
PREMISAS ORGANIZATIVAS
Debemos comprender Cáritas como proyecto en la diócesis. Como totalidad, con una
Identidad y Misión única.
Son los relatos de acompañamiento, de diálogo y compromiso mutuo los que dan
sentido a nuestra acción.
Los pilares serán la Dignidad de la persona y el Amor de Dios que nos mueve. Practicar
la caridad en la luz de la verdad.
Solo el que experimenta ser amado es capaz de amar. “Cualquier persona es capaz de
amar”. El Amor también es la fuente de anhelo de justicia. El amor recibido nos equilibra y el
amor donado nos madura.
INMERSOS EN LA REALIDAD
Situarnos como Iglesia en acción (diakonía) nos obliga a analizar la realidad. Nuestra
mirada a la realidad ha de ser siempre desde el lugar del pobre, ahí nos posicionamos. Pero
miramos desde ahí con los ojos de Dios.
Acciones que no se agotan en sí mismas sino que se trascienden y van más allá. Son
sinérgicas, activan otras potencialidades. Hacen patente la presencia del Reino.
Nuestra acción anuncia que Dios tiene un proyecto para la humanidad, hacernos Hijos
liberados y convertirnos en hermanos unos de otros (proyecto de filiación y de fraternidad)
Nuestro análisis de la realidad debe hacerse con mirada creyente, responder a los
signos de los tiempos. Nuestro amor ha de ser eficaz, creíble, inteligible y significativo. Así
nuestras acciones serán referencia para otros y de esta forma trabajar también en red. Para
ello, nuestras acciones deben procurar traslucir que otro mundo es posible y necesario.
Nuestro modelo opta porque nuestra acción sea cauce para el desarrollo del
compromiso de toda la Iglesia con los pobres. Se trata de una tarea dirigida antes a la
implicación de la comunidad que a su suplantación o a la puesta en marcha de iniciativas al
margen de ella. Somos “enviados”, portavoces de otros y no protagonistas.
Nuestra acción también tiene una dimensión política y social. Ayudamos a transformar
personas, pero también a la sociedad.
ACCIÓN INTEGRAL
Nuestro modelo opta por una transformación integral, abarcando todas las
dimensiones, acompañando personas, animando comunidades y haciendo anuncio y denuncia
profética. Que nuestra acción permita las condiciones para el ejercicio de la dignidad humana.
También debemos actuar en relaciones internacionales. Una forma de hacerlo es a través del
compromiso con los que están cerca y con cambios en el estilo de vida (personal y
comunitario)
Somos seres relacionales. En nuestra acción no hay alguien que actúa y alguien sobre
el que se actúa, hay un diálogo que enriquece a ambos en la relación, cada uno desde lo que
es, tiene, hace y está. En una relación de ayuda puede darse la asimetría pero cuidado con
confundirlo con dicotomía. La asimetría no anula las potencialidades. No hacer una lectura
vertical de la ayuda (arriba-abajo). El rol de ayudador se debe ir alternando en el proceso. En el
proceso también un rasgo fundamental es la participación del sujeto.
Nuestra acción social trata sobre “ir siendo personas en sociedad”, esto no es un
programa para “ellos” sino el diálogo entre ellos y nosotros. Nos afecta a todos, es un proyecto
de CONVERSIÓN UNIVERSAL. Esto nos lleva a plantear la necesidad d construir otro modelo de
desarrollo basado en un nuevo humanismo.
MÉTODO
Hablamos del método en su sentido más profundo.
LAS HUELLAS: Aprender a seguir las huellas que cada persona y colectividad dejan al
hilo de su existencia. Entramos en relación con la persona en concreto, que lleva con ella sus
condiciones de vida, que son de exclusión. Hacerlo así, nos lleva a donde el otro está, no donde
pensamos que debería estar. Seguir huellas nos hace olvidar estándares.
EL TIEMPO: Debe ser un tiempo humanizador, donde no cuentan las horas sino el
proceso. Pero siempre en gerundio, siempre en marcha. Nuestro tiempo es el tiempo de Dios
cuya medida es la personalización. Acompañando a cada persona en su tiempo propio.
Desaparecer lo puntual, lo inmediato, las respuestas parciales.
EL PROYECTO DEL REINO DE DIOS: Marcar objetivos reales y realistas, pero que
trasciendan a la vez lo que el mundo considera razonable. El Reino es fuente constante de
dinamismo y compromiso a realizar acciones significativas y transformadoras. Si nuestras
acciones no son así cronifican la realidad injusta que queremos cambiar.
Cultivar las relaciones del compartir fraterno en la comunidad y así los pobres se
encontrarán como en su casa. Se necesita de verdad una comunión de bienes entre las Iglesias
(pero real). También debe haber un plus de gratuidad y compromiso, compromiso creyente de
vivir su fe y llamados a acoger a todos los pobres de la tierra.
QUEDA TODO POR HACER: DEL PENSAMIENTO A LA
ACCIÓN.
¿Por dónde comenzar a trabajar? 3 ámbitos de trabajo:
2.- EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES: Los pobres no son una carga sino una
riqueza. La tierra es creación de Dios que desea que todos sus hijos disfruten de ella por igual,
la tierra debe tener una función social. Jesús también plantea implantar la justicia rehaciendo
la igualdad. (Realmente no damos de lo nuestro sino que devolvemos a los indigentes lo que es
suyo, es más justicia que misericordia.) Los bienes creados deben llegar a todos, la propiedad
privada no es un derecho absoluto e intocable, sino subordinado al destino universal de los
bienes.
4.- EL BIEN COMÚN: Buscar el bien común es una exigencia moral de la caridad. Es el
bien de ese “todos nosotros”. Incidir en las instituciones, podríamos decir que esta es la vía
institucional de la caridad. No se trata de suplir las deficiencias de la justicia (aunque a veces
hay que hacerlo), se trata de un compromiso activo y operante, fruto del amor cristiano a los
hombres.
6.- DERECHO A UN TRABAJO DIGNO Y ESTABLE: La política más eficaz para lograr la
integración y la cohesión social es la creación de empleo. Además debe ser un trabajo digno y
estable. Para lograrlo es imprescindible la colaboración de todos. Es una destacada forma de
caridad y justicia social.
PROPUESTAS ESPERANZADORAS DESDE LA FE
Ante la ardua tarea que debemos afrontar, necesitamos levantar la mirada y acudir a
Dios para que Él nos inspire. El Evangelio ilumina el cambio e infunde esperanza.
La Iglesia desde su nacimiento ha sido una comunidad que ha vivido el amor, en ella se
ha amado y servido a todos, especialmente a los más pobres (el tesoro de la Iglesia) La Iglesia
es caridad.
Según sea nuestra adhesión a Cristo, así será nuestra caridad. Conversión a Cristo.
La Caridad tiene su origen en Dios, cáritas, manos unidas… Están llamadas a vivir una
profunda espiritualidad. En la Iglesia hemos caído en la tentación de contraponer la vida activa
y la contemplativa, el compromiso y la oración. Y más en la lucha por la justicia social.
Debemos estar muy atentos al Espíritu que anima y alienta nuestro compromiso
caritativo. Solo el ESPÍRITU SANTO puede abrir nuestro corazón.
Los problemas sociales tienen causas más profundas que las materiales. Es la falta de
Fraternidad.
La Iglesia nos llama al compromiso social. La Iglesia existe para evangelizar, hacer
presente la Buena Noticia del Amor de Dios a los hombres manifestado en Cristo. Si Dios es
amor, el lenguaje que mejor evangeliza es el del amor.
Nuestra caridad no puede ser meramente paliativa, debe ser preventiva, curativa y
propositiva. Tenemos el reto de ejercer una caridad más profética. Instaurar una economía
más humana en un mundo más fraterno (alternativa al modo de producir, consumir y vivir)
Nº 46 del librito “Iglesia servidora de los pobres” (El aumento de la pobreza en esta crisis ha
obligado a las instituciones de la Iglesia a dar una respuesta urgente de primera asistencia
reparto de comida, ropa, pago de medicamentos, de alquileres y otros consumos que
considerábamos ya superadas en nuestro país. Estos servicios de beneficencia se han
multiplicado tanto que en ocasiones han restado tiempo y disponibilidad para poder atender a
tareas tan importantes como el acompañamiento y la promoción de la persona. Este segundo
nivel de asistencia, junto con la erradicación de las causas estructurales de la pobreza,
constituyen las metas superiores de nuestra acción caritativa) Esto nos puede dar luz a lo que
hablamos en la reunión pasada.