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Como decía, el objetivo de este artículo es presentar una especie de guía de factores a tener en cuenta para elegir una
bombilla LED que satisfaga las necesidades de cada uno. La revolución LED ha cualificado el mercado de la
iluminación y mientras antes sólo necesitábamos saber la potencia de las bombillas para elegir la mejor opción; hoy
debemos conocer factores como la temperatura, el flujo lumínico o el factor potencia entre otros. Vamos a conocer uno
por uno algunos de los criterios más importantes que debemos tener en cuenta:
La potencia (W): El baremo que todos conocemos sigue siendo un factor a tener en cuenta. Este nos viene a decir los
Vatios (W) que consume cada dispositivo.
El Factor Potencia (PF): El PF es quizás el factor que menos se tiene en cuenta y el que más afecta a la calidad o
consumo de una bombilla u otra. Este se refiere al aprovechamiento energético que una bombilla hace de la
electricidad que le llega, se mide en una escala del 0 al 1 y significa el % de energía que convierte en luz. Así una
bombilla con un 0.7 nos indica que convierte un 70% de la potencia en luz y tiene una pérdida del 30%. A mayor PF,
mayor ahorro energético y monetario, pero también mayor precio de compra. Normalmente las bombillas LED suelen
tener un PF mayor de 0.8, y este es quizás el secreto de su ahorro.
El flujo luminoso (Lm): Medido en lúmenes, este factor representa la cantidad de luz que lanza un dispositivo. Existe
una relación directa con el baremo de la potencia en las bombillas incandescentes, y su rango más común suele ir
desde los 450 Lm (40W aproximadamente) a los 1.600 Lm (100W), aunque no se deben confundir. Ya que una
bombilla de calidad puede producir más luz (Lm) con menos potencia (W), mejorando la calidad y el ahorro de nuestra
iluminación.
La temperatura (ºK): Este factor indica el color de la luz que emite la bombilla. Dependiendo de la temperatura,
hablaremos de una luz amarilla (2.700ºK) o blanca (6.000ºK). Las temperaturas más utilizadas en la iluminación suelen
ser los 2700ºK en hogares, los 3000ºK para oficinas y 4000ºK para almacenes. Las bombillas con temperatura de
6500º K son las que arrojan una luz comparable a la luz del día y suele ser común en hospitales o grandes fábricas.
Existe una tabla que se puede pedir a la hora de comprar un dispositivo para conocer detalladamente el color que
proporcionará la bombilla en cuestión.
El índice cromático (CRI o Ra): El CRI indica porcentualmente la calidad y fiabilidad de la luz que emite la bombilla,
en comparación con su luz natural. Esta indicado en una escala entre el 0 al 100, donde 100 es la luz y el color
natural. Por ejemplo un CRI de 90 o 100 nos asegura unos resultados excelentes, respetando la viveza y brillo de los
colores naturales.
Muchos usuarios tienen problemas para detectar este baremo pues en las referencias de los productos suele aparecer
un número con tres cifras. Por ejemplo 827: Hay que tener en cuenta que en este código el 8 hace referencia al CRI
(en este caso 80) y los dos últimos a la temperatura, añadiendo 00. En nuestro ejemplo sería 2700ºK
Aparte de estos criterios más técnicos, también es recomendable tener en cuenta la etiqueta energética (A,A++…) en
cuanto al respeto medioambiental, y el ángulo de apertura (Nº) con respecto a criterios decorativos.
Teniendo todos estos factores objetivos en cuenta, encontraremos que la iluminación LED es una de las medidas más
acertadas para descender una tarifa de la luz que solo hace subir y cerrar puertas alternativas, algo que los lectores de
este blog conocéis sobradamente.
La normativa vigente establece una serie de informaciones que debe mostrar el
envoltorio de las bombillas de bajo consumo de uso doméstico. Aunque cada
marca puede tener un envase distinto, estos son los datos obligatorios
que tienen que aparecer siempre:
1. Marca del producto, nombre y dirección del fabricante o distribuidor
responsable.
2. Nivel de tensión (220-240V).
3. Advertencia de si se pueden o no utilizar con reguladores de luz, relojes
programadores, fotocélulas, etc.
4. Etiqueta energética, que indica el nivel de eficiencia energética de la
bombilla desde el color verde y la letra A++ para las más eficientes, hasta el
color rojo y la letra E para las menos eficientes. La zona inferior de la etiqueta
incluye los datos de consumo de energía en kWh por periodo de 1000 horas.
EFICIENCIA ENERGÉTICA
La Comisión Europea elaboró una escala de clases que va desde la A (mayor eficiencia) a la clase G
(menor eficiencia). Los dispositivos LED siempre están clasificados con etiqueta Clase A, con lo que
deducimos que son las que menos energía necesitan para producir luz. La etiqueta energética nos
indica la eficiencia de cada bombilla, es decir la electricidad que consume para producir la luz.
que medirla en lúmenes y no en vatios, porque esta última unidad lo único que nos indica es la energía
La relación aproximada entre los vatios y los lúmenes sería esta: 100 vatios equivaldrían a 1300-1530
lúmenes, 75 vatios a 920-1060 lúmenes, 25 vatios a 220-250 lúmenes… De esta manera, las que gasten
menos vatios para desprender mayor número de lúmenes serán con las que más energía ahorremos.
otros, de los que hemos hablado en anteriores artículos. Una lámpara LED puede llegar hasta las 50.000
El tiempo que puede funcionar una bombilla depende de muchos factores, como la cantidad de horas que
esté encendida al día, el número de encendidos o la temperatura de la estancia en la que esté colocada.
predomina el color ámbar o fría si predomina el azul. Dicha medición solo se aplica a las luces blancas
puesto que cuando tenemos una fuente de luz verde o de otro color, no podemos hacerlo. La temperatura
de color es muy importante a la hora de optar por un tipo de lámpara u otro, ya que influirá tanto en el
La luz cálida de iluminación LED suele tener una temperatura entre 2900-3000 K (kelvin), y la luz blanca
fría alrededor de los 6000-6500 K. Cuando queremos elegir lámparas para uso doméstico, las más
adecuadas son las que poseen una temperatura alrededor de los 2800 kelvin, porque generan un
ambiente cálido y confortable. Sin embargo, en los locales comerciales se utilizan luminarias de alrededor
de 6000 k y 5600 k.
NÚMERO DE ENCENDIDOS
Este factor no influye en la vida útil de una lámpara LED. Por eso las bombillas LED son idóneas para
pasillos o para lugares de sensores de movimiento donde van a ser encendidas o apagadas muchas
veces. El número de apagados y encendidos que puede soportar la bombilla aparece en la etiqueta.
TIEMPO DE ENCENDIDO (CALENTAMIENTO)
En el caso de los LEDs no necesitan tiempo de calentamiento previo para lucir un brillo máximo. Sin
embargo en las lámparas fluorescentes convencionales sí son necesarios unos segundo para alcanzar la
máxima potencia.
TEMPERATURA DE FUNCIONAMIENTO
La etiqueta nos indicará la temperatura máxima y mínima que soporta cada lámpara. En este caso los
LED y las bombillas fluorescentes son más sensibles a la temperatura que por ejemplo, las
incandescentes. Por eso hemos de mirar lo que marca su etiqueta en cuanto a su temperatura límite y
especificado en la etiqueta.
http://lediagroup.com/compromiso-responsable/la-etiqueta-de-una-lampara-led/
http://www.xatakahome.com/iluminacion-y-energia/como-elegir-la-bombilla-led-
correcta-para-cada-necesidad-especial-iluminacion-led
Luminarias con bombilla incluida
Desde marzo de 2014, un nuevo reglamento europeo (874/2012, de 12 de julio
de 2012), obliga a que las luminarias que se venden con bombillas
incluidas lleven, además de la información propia de la luminaria, una etiqueta
energética que informe al consumidor, por un lado sobre la eficiencia
energética de la bombilla y, por otro, sobre la compatibilidad de la luminaria con
distintos tipos de bombillas.
La etiqueta tiene que ser visible en la parte exterior del embalaje de la
luminaria. A continuación se muestran algunos ejemplos de etiquetados: