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De conformidad con el numeral octavo del artículo 136 del Código Contencioso
Administrativo, la acción de reparación directa caducará al vencimiento del plazo de
dos (2) años, contados a partir del día siguiente al acaecimiento del hecho, omisión
u operación administrativa o de ocurrida la ocupación temporal o permanente del
inmueble de propiedad ajena por causa de trabajo público o por cualquier otra
causa. En aplicación de la norma citada, para la fecha de presentación de la
demanda, agosto 5 de 1994, la acción se encontraba caducada, habida
consideración que las conductas omisivas en las cuales habrían incurrido las citadas
entidades venían presentándose desde el año 1.989.
Es claro, pues, que el actor debió iniciar las acciones pertinentes para su reparación
dentro del término que prevé la ley. Tal acción, de conformidad con el artículo 136
del C.C.A., quedó sometida entonces a un término de caducidad de 2 años,
contados a partir de la fecha en la cual las entidades demandadas habrían omitido
tomar las medidas necesarias para remediar la situación padecida por el señor
Bahamón, con ocasión de la inundación de su predio, esto es desde el año 1989.
La caducidad es un fenómeno jurídico en virtud del cual el administrado pierde la
facultad de accionar ante la jurisdicción, por no haber ejercido su derecho dentro
del término que señala la ley. En la caducidad deben concurrir dos supuestos: el
transcurso del tiempo y el no ejercicio de la acción. Dicho término está edificado
sobre la conveniencia de señalar un plazo objetivo, invariable, para que quien
considere ser titular de un derecho opte por accionar o no. Es por lo anterior que no
puede ser materia de convención antes de que se cumpla, ni después de
transcurrido puede renunciarse. La facultad potestativa de accionar comienza con
el plazo prefijado por la ley y nada obsta para que se ejerza desde el primer día,
pero fenece definitivamente al caducar o terminar el plazo, improrrogable. El
fenómeno de la caducidad de las acciones judiciales opera de pleno derecho,
contiene plazos fatales no susceptibles de interrupción ni de suspensión. El Juez
está facultado para declarar de oficio la caducidad de la acción cuando quiera que, de
conformidad con las pruebas obrantes en el proceso, encuentre probados los
supuestos que la configuran.
CONSEJO DE ESTADO
SECCION TERCERA
I. ANTECEDENTES:
Recurso de apelación.
Por las razones anteriores, pidió que se revocara la sentencia del Tribunal
para, en su lugar, se accediera a las pretensiones formuladas en la demanda (folios
167 a 171, cuaderno 5).
III. CONSIDERACIONES:
Advirtieron que, a pesar de que las medidas reclamadas por el actor no eran
de su competencia, puesto que el canal de riego que produjo las inundaciones
atravesaba predios particulares, circunstancia ésta última que imponía a sus
propietarios tomar las medidas necesarias para evitarlas, está acreditado que el
demandante no hizo requerimiento formal alguno en ese sentido, razón por la cual
no es dable endilgarles responsabilidad por los perjuicios que éste habría sufrido
como consecuencia de ello.
Según el citado señor, desde el año 1.989 dicho predio sufrió varias
inundaciones que lo tornaron inservible para el cultivo, circunstancia que lo obligó a
acudir a las distintas autoridades, entre ellas las entidades demandadas, con el
propósito de que éstas tomaran las medidas necesarias para remediar la situación
que venía ocurriendo con el citado predio. Pese a ello, según dijo, éstas hicieron
caso omiso de todas y cada un de las solicitudes formuladas en ese sentido, lo cual
le produjo innumerables perjuicios de orden moral y material, configurándose así
una falla en la prestación del servicio imputable a la Administración, quien deberá
indemnizar los daños por él reclamados.
“2. La oposición del señor Bermúdez ha sido óbice para que el Himat no
haya utilizado su maquinaria para la limpieza del cauce, no obstante que
esto lo hayamos solicitado repetidamente, y para poderlo hacer espera la
colaboración de la Alcaldía, según lo expresa en el oficio cuya fotocopia
adjunto al presente (folio 16, cuaderno 5).
Se advierte del citado escrito, que el predio del señor Gilberto Torres
Bahamón se encontraba sujeto a inundaciones desde el año 1.989, como quiera
que el señor Hermenegildo Peralta Bermúdez, propietario de un terreno colindante
al del actor, obstruyó el canal de riego que atravesaba los predios de la zona e
impidió que se realizaran labores de limpieza, según una inspección ocular llevada
a cabo por la Inspección de Policía del Municipio de Prado, Departamento del
Tolima.
Según ésta, las entidades aludidas habrían hecho caso omiso de todas y
cada una de las solicitudes formuladas por el señor Torres Bahamón desde el año
1.989, en el sentido de que se tomaran las medidas necesarias para evitar los
hechos perjudiciales con la inundación del predio de propiedad del citado señor.
Sobre el particular se dijo:
De conformidad con los escritos atrás señalados, así como los hechos que
se desprenden del contenido de la demanda, no hay duda que las entidades citadas
habrían sido requeridas por el actor desde el año 1.989, época en la cual el predio
de propiedad del señor Torres Bahamón se encontraba sujeto a inundaciones,
siendo tal inundación permanente desde el año de 1.991. Sin embargo, a juicio del
actor, tales entidades hicieron caso omiso de todas y cada una de las peticiones
elevadas en ese sentido, lo cual configuró, según él, una falla en la prestación del
servicio imputable a las entidades aludidas, las cuales deberán responder por los
perjuicios que dicha omisión le produjo.
No obstante ello, y a pesar de que las entidades aludidas habrían hecho caso
omiso desde el año 1.989 de las peticiones formuladas por el actor, en el sentido
de que tomaran las medidas correctivas del caso, la demanda sólo vino a
instaurarse el 5 de agosto de 1994, esto es 5 años después de ocurridas tales
omisiones.
De conformidad con el numeral octavo del artículo 136 del Código Contencioso
Administrativo, la acción de reparación directa caducará al vencimiento del plazo de
dos (2) años, contados a partir del día siguiente al acaecimiento del hecho, omisión u
operación administrativa o de ocurrida la ocupación temporal o permanente del
inmueble de propiedad ajena por causa de trabajo público o por cualquier otra causa.
Es claro, pues, que el actor debió iniciar las acciones pertinentes para su
reparación dentro del término que prevé la ley. Tal acción, de conformidad con el
artículo 136 del C.C.A., quedó sometida entonces a un término de caducidad de 2 años,
contados a partir de la fecha en la cual las entidades demandadas habrían omitido
tomar las medidas necesarias para remediar la situación padecida por el señor
Bahamón, con ocasión de la inundación de su predio, esto es desde el año 1989.
Se concluye entonces que la caducidad de los dos años prevista en la ley, operó
o se consolidó y, en tales condiciones, la demanda fue presentada cuando ya había
expirado el bienio que la norma citada señala para tal efecto, razón por la cual la única
decisión que se impone en este caso, por ser la procedente y encontrarse ajustada a
derecho, es la de declarar la caducidad de la acción formulada por el actor.
FALLA: