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Para aprender a leer la Declaración Universal de Derechos Humanos

I. Introducción.

Para leer la Declaración Universal de los DDHH hay que tener presente su historia, la relación de
ella con el movimiento por estos derechos fundamentales y las preocupaciones específicas de
nuestro país.

Detrás de cada párrafo y artículo, se esconden esfuerzos de seres humanos solitarios o pueblos
completos. Mucho dieron la vida por obtener que uno o más derechos fueran reconocidos.No se
crea entonces que la Declaración es el fruto de un filósofo, pensador, etc. Ella nace desde el
corazón del sufrimiento.

Primero nacieron los derechos de las personas, luego el de los pueblos y hoy se lucha por el de la
humanidad.

En Chile los derechos humanos surgieron como respuesta a luchas por la democratización del país
y fueron el pleno empleo, reforma agraria, acceso a la cultura, etc. Sin embargo, en las últimas
décadas, la experiencia de los DDHH cambió de nombre y se habló de la cultura de la vida que
busca superar la cultura de la muerte, que broto de los asesinatos, desapariciones forzosas,
tortura, etc. Este pasado, obliga a tratar desafíos hoy: la construcción de una cultura nacional que
integre valores y los DDHH y el desarrollo de un Estado Democrático de Derecho.

Desafíos actuales de la causa de los DDHH

Es indispensable profundizar la conciencia personal y colectiva en los derechos que derivan de la


dignidad de las personas, se fortalezca el impulso del derecho de libre determinación de un pueblo
y se abran espacios de un Estado Democrático de Derecho que sea motor de desarrollo humano.

Chile debe promover las siguientes líneas de acción:

1.- Integrar al Estado de Chile al sistema internacional de los DDHH

2.- Promover los valores éticos y jurídicos de los DDHH en Chile a través de la educación

3.- Restituir a los chilenos en su calidad de sujetos de soberanía desde los DDHH

4.- Devolver al derecho su inspiración y contenido de las libertades y derechos fundamentales

5.- Organizar el ejercicio del poder democrático asegurando la autonomía e independencia de los
poderes ejecutivos, legislativos y judiciales para comprender a todos los habitantes de Chile.

6.- Asegurar el derecho a la justicia (penal y social)

7.- Cumplimiento de las obligaciones del Estado con respecto a las violaciones de los DDHH
8.- Hacer de los DDHH fuentes de obligación del Estado en materia de justicia social y de la
dignidad de las personas

Se indicaran 2 formas alternativas de organizar la cultura. Una desde los valores de la vida, la
libertad, el trabajo y la justicia, y a otra a través del hambre, la miseria, barbarie y tiranía.

Más adelante se desarrollaran los 4 conceptos básicos del sistema de DDHH: 1) DDHH; 2) Derechos
a la libre determinación de los pueblos; 3) Estado de Derecho; 4) Democracia.

Todo esto como propósito de crecimiento de la vida, la libertad, el trabajo y la justicia, lo que
permitirá superar el hambre, la miseria, la barbarie y la tiranía.

II. Capítulo 1: Origen y alcance de los DDHH

Los DDHH derivan de la dignidad inherente a la persona humana. Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros.

El origen histórico del reconocimiento de los DDHH, según Pound, se vincula a lo que hoy se
conoce como “Estado de Derecho”. Por ello su primera manifestación es la suscripción de la “Carta
Magna” entre el monarca de Inglaterra y el pueblo inglés, estableciendo la ley y la constitución
(año 1215).

En el siglo XVI en occidente se alcanzó un nuevo hito con el proceso de la autodeterminación de


los pueblos que se asumen a si mismos como naciones y se organizan como Estados Nacionales en
Repúblicas.

Desde estas nuevas repúblicas, la humanidad prosigue un largo camino en la proclamación y


convención jurídica de los DDHH, dando origen a las cartas de los DDHH, integrada por la
Declaración Universal de los DDH, el 10/10/1948. Los DDHH siempre está en un desarrollo
continua y también se impulsan regionalmente (Ej: OEA)

Proceso histórico del reconocimiento de los DDHH, Prehistoria de su fundamentación

En la aproximación historia al origen de los DDHH hay 2 perspectivas teóricas: 1) Derecho como
hecho social, es decir, de formación espontánea y natural, no surge de un poder soberano que la
crea. El derecho es una variable dependiente que se explica desde el acontecer de la sociedad. 2)
El derecho nace y se desarrolla, como un conjunto de mandatos surgidos de un legislador que
tiene la función de ejercer el poder soberano del Estado. El derecho aparece como la variable
independiente que explica la creación social, política y económica.

Con la revolución industrial, la primera de estas perspectivas ganara terreno.

Primeras formas de la institucionalización de los DDHH


Se ha vinculado la concepción del derecho al proceso de industrialización y el nacimiento que este
trae consigo de 2 realidades: el Estado-Nación y la tendencia a buscar formas de
internacionalización del derecho.

El primer estado nación industrial fue Inglaterra, y por ello fue allí donde se acuñó la búsqueda
incesante de la formulación de los DDHH en sus orígenes.

Pound describe las fases de la conquista de la libertad:

1.- Inglaterra medieval, desde la conquista a la reforma

2.- La era de los Tudor y de los Estuardos, de la reforma a la revolución de 1688

3.- Las colonias norteamericanas hasta la declaración de derechos del congreso en 1744

4.- La era de las constituciones escritas que culminaron en la Declaración Federal de Derechos
(1791).

La carta de libertades de Enrique I define los derechos a través de los abusos de poder y Enrique II
busco garantizar estos. La culminación de este proceso fue la Carta Magna, asumiendo quejas,
dando origen a un orden legal.

Los derechos y libertades fundamentales de avecindaron en EEUU, tras su independencia en 1776.


Muy distinto al caso europea, que estaban inspirados en el derecho romano, lo cual fue derribad
con violencia en la Revolución Francesa, proclamando la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano en 1789.

Orden internacional actual de los DDHH

En el siglo XIX nace una segunda fuente de impulso a la institucionalización internacional del
derecho: el Derecho Humanitario, relacionado con los conflictos armados.

Durante y a raíz de la Segunda Guerra Mundial se da gran auge a la institucionalización de los


DDHH, mediante el desarrollo de las bases de la ONU.

Desde entonces hasta hoy, se ha organizado todo un sistema jurídico internacional que cubre
tanto la protección de los DDHH en situación de conflicto armado de carácter internacional, como
en situaciones de ausencia de conflicto armado.

Pictet organiza este derecho así:


Con la creación de la ONU, el 26 de junio de 1945, se dio un paso histórico de trascendencia
fundamental para la vigencia efectiva de los DDHH.

La comunidad internacional comprendió que la liberad, la justicia y la paz en el mundo tienen por
base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos
los miembros de la familia humana, comprometiéndose cada estado a procurar el respeto
universal y efectivo de los derechos y libertades fundamentales.

La actual institucionalización jurídica de los DDHH comenzó en la Carta de las Naciones Unidad.
Desde entonces se han establecido más de 95 instrumentos jurídicos en materia de DDHH. Chile
está vinculado a más de 30 de estos, incorporados en la constitución política.

La secuencia en el desarrollo de este proceso habla de las 3 edades de los DDHH; su nacimiento,
habitualmente su proclamación jurídica; luego la edad de su socialización, es decir, la edad del
derecho-exigencia; y finalmente, la edad de su madurez, de su internacionalización, que permite
imponer a los Estados su deber de respetarlos.

En estas 3 edades hay un desarrollo muy desigual según la región del planeta que se trate. En
Europa ha logrado un gran avance, en América Latina aún se está a medio camino; en África recién
se inicia la organización regional, etc.

Sobre la aplicación de las obligaciones del Estado

Contraídas las obligaciones contenidas en un Tratado de DDHH por un Estado, al ratificarlos, no


puede este oponerle a su aplicación su soberanía, como tampoco invocar dificultades de orden
constitucional o interno para cumplirlas.

Se quiere proteger a los seres humanos, independientemente de su nacionalidad, tanto frente a su


propio Estado como a los demás.

Globalización de la causa de los DDHH

En la segunda mitad del siglo XX se verifico la universalización de los DDHH. Nadie en particular ha
sido el creador de esta corriente de pensamiento y acción. Su fascinación reside en el hecho de no
haber necesitado autor, movimientos religiosos, etc para surgir, hacerse reconocer e imponerse.

Cada ser humano que en su tiempo se rebeló contra el maltrato a su dignidad y cada grupo
humano minoritario que combatió las amarras con las cuales se le oprimió, en fin, cada pueblo
que reivindicó su soberanía, escribió las páginas y los capítulos de esta causa de la humanidad. Su
origen se debe al más olvidado de los seres vivos: aquel que no es héroe ni santo, ni sabía ni
artista. Este ser vivo no tiene apellido ni distinción, es el que vale por el hecho de existir.

Esto impulso primero su calidad de personas, surgiendo la 1ra generación de los DDHH llamados
derechos individuales o derechos a ser persona. Luego al descubrir a su grupo familiar, su
comunidad se abrió paso a una 2da generación de los DDHH, los derechos colectivos de los
pueblos.
Hoy se piensa de un modo diferente, los DDHH se entienden como relaciones de justicia y
solidaridad, que abren espacios para la libre determinación creadora de las personas, grupos y
pueblos.

Los principios de un humanismo pluralista

La dignidad humana es un mandato de construcción social

Los DDHH derivan de la dignidad inherente a la persona humana. La dignidad de la persona


descansa en la condición de ser hombre o de ser mujer; de estar dotada de razón y de conciencia y
en propósito de ser un sujeto autonomía de la propia realización de su personalidad y de su vida.

La condición de ser hombre o de ser mujer

El cuerpo no se posee, él se integra a la identidad originaria de la personalidad. El ser hombre y ser


mujer se construyen históricamente penetrado de sentidos, significados y valores. Es decir, cada
uno nace en y participa en la creación de una cultura.

Estar dotado de razón y de conciencia

La calidad de sujeto moral y de derecho descansa en la posibilidad del desarrollo de la razón y la


conciencia, para adquirir soberanía sobre su propia existencia y por ende responsabilidad ante una
sociedad. El desarrollo de la razón y la conciencia es la energía necesaria para la plena realización
de la personalidad humana y del sentido de su dignidad posibilitando la libertad.

Sujeto autónomo en la realización de su personalidad

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derecho, por ello, en el desarrollo de
su personalidad están llamados a crecer en libertad, auto realizándose y teniendo autoconciencia
para asumir el “si mismo” de su propia originalidad.

III. Capítulo 2: Dos lecturas de los DDHH

La Declaración Universal es el resultado de un consenso entre todos los pueblos de la tierra, por el
cual se obligan a su cumplimiento todos los Estados Nacionales, más allá aun de las constituciones
políticas o las leyes que ellos hayan dado. Se trata de normas jurídicas que priman sobre cualquier
legislación nacional y ésta debe ser adaptada a los contenidos de la Declaración Universal.

El origen inmediato de la Declaración Universal, debe encontrarse en la traumática experiencia del


nazismo y fascismo en la 2a Guerra Mundial, lo que condujo a crear la ONU y luego acordar la
Declaración que es el ama de las relaciones internacionales.

El 25 de junio de 1945 se aprobó la carta de las Naciones Unidas donde se proponía mantener la
paz y seguridad internacional, fomentar la libre determinación de los pueblos y desarrollar y
estimular el respeto a los DDHH y a las libertades fundamentales de todos.

El 1/12/1948 la ONU aprobó la Declaración Universal de DDHH.


Los materiales de la humanidad

La vida, la libertad, el trabajo y la justicia son los 4 materiales de una cultura fértil y rica en
humanidad, solidaridad y paz, nacida del ejercicio creador de esas fuerzas, en la igualdad de
dignidad que reúne a todos los seres humanos en cada sociedad.

La vida, la libertad, el trabajo y la justicia, son valores que viven en todos los DDHH y es por eso
que pueden denominarse materiales de la humanidad.

1.- La vida.

La vida humana, a la cual todos han sido invitados en la promesa de la igualdad de dignidad y
derechos, debe abrirse paso y vencer los obstáculos como la discriminación en salud, educación, el
hambre, pobreza, enfermedad, etc.

La riqueza de un pueblo debería medirse por la cantidad, la calidad de la vida que nace, crece y se
desarrolla en las personas y sociedad, más que en el PIB.

En el valor de la vida no solo se comprende el de la existencia original, sino más allá, el de la


integridad personal, alimentación, salud, seguridad, vida digna, etc, autorealizándola en las 3
dimensiones: cantidad, calidad y capacidad.

2.- La libertad.

De la vida, surge el valor de la libertad, como la originalidad irremplazable de cada ser humano,
tanto en condición de persona, como al integrar un pueblo.

El valor de la libertad une la diversidad, enriquece la creación multicolor del pensamiento, la


ciencia, el arte, etc.

3.- El trabajo.

El trabajo, lucha por impedir que el hombre sea reducido a las cosas. El trabajo no solo satisface
urgencias, es una opción de creación e inserción de calidades de vida y de libertad, es una vivencia
solidaria.

4.-La justicia.

La vida, la libertad y el trabajo abren paso a la justicia, ecuación de paz que une a quienes viven el
conflicto y las crisis propias. La justicia es una condición necesaria para el desarrollo de la
solidaridad, pues produce cohesión y seguridad, confianza en proyectos comunes.

La justicia genera protección a cada ser humano en su dignidad y derechos, e impulsa a rebelarse
contra la pobreza, la barbarie, la tiranía y la opresión.

La otra forma de reconocer el contenido de la Declaración


3 son los grandes atentados contra la humanidad, el hambre y la miseria, actos de barbarie
ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y la tirana y la opresión, agresiones en contra de la
dignidad de las personas y la soberanía de los pueblos que conducen a negarlas.

Estos atentados tiene como característica común impedir a quienes los sufren el acceso a la
calidad de sujeto de derechos y por ende se violan con ellos simultáneamente la totalidad de los
derechos de quienes lo sufren. Por ello, su superación es indispensable.

1.- El hambre y la miseria.

Todos los hombres, mujeres y niños tienen derecho inalienable a no padecer de hambre y
malnutrición, a fin de poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y
mentales. Erradicar el hambre es objetivo común de todos los países que integran la comunidad
internacional.

Es frecuente que en África se perciba la pobreza, el hambre y la miseria como una condición
natural y no como una violación sistemática y masiva de los DDHH.

Una vez resulta la erradicación del hambre y la miseria, la Declaración estable para los estados y
las personas, los siguientes deberes y derechos para desarrollar una mejor calidad de vida:

-Derecho al trabajo (realización personal, libre elección, condiciones óptimas, protección)

-Derecho a fundar sindicatos y a sindicarse

-Derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria (no discriminatorio y asegure vida digna)

-Derecho al descanso (tiempo libre, horarios, vacaciones)

-Derechos a un nivel de vida adecuado (salud, alimentación, vivienda, etc)

-Derecho a la seguridad social (desempleo, enfermedad, invalidez, vejez, etc)

-Derecho a la propiedad individual y colectivamente

En resumen una sociedad que supera el hambre y la miseria, puede iniciar el camino de la
realización efectiva de los DDHH.

2.- Los actos de barbarie.

El desconocimiento y el menosprecio de los DDHH han originado actos de barbarie ultrajantes


para la conciencia de la humanidad. Por ello, todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin
de que tanto los individuos como las instituciones promuevan, mediante la educación el
reconocimiento y la aplicación universal y efectiva de los DDHH.

Los DDHH son acumulativos, toda vuelta atrás en su reconocimiento o realización es una violación
de ellos.
Nada de la Declaración Universal de los DDHH podrá interpretarse en el sentido de que confiere
derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para realizar actos tendientes a la supresión
de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en la Declaración Universal.

De acuerdo con esto, la Declaración Universal reconoce a todos los seres humanos los siguientes
derechos fundamentales, que son obligaciones para todos los Estados:

-Derecho a la vida, la libertad y la seguridad

-Nadie será sometido a la esclavitud

- Nadie será sometido a torturas

-Nadie podrá ser arbitrariamente detenido

-Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada

Por lo mismo, no debe hacerse distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política, origen nacional o social, posición económica, etc.

El nivel de deshumanización de una sociedad puede medirse por el tipo y cantidad de barbaries
que se producen en ella y por la existencia o no de recursos jurídicos para que las victimas puedan
defenderse. Los DDHH que permiten defensa son los siguientes:

-Derecho a un recurso efectivo ante los tribunales

-Derecho a que se presuma su inocencia, mientras no se pruebe culpabilidad

-Derecho a ser oído púbicamente y con justicia, por un tribunal independiente e imparcial

-Derecho a buscar asilo en cualquier país

3.- La tiranía y la opresión.

Cuando los DDHH no están protegidos por un régimen de derecho y cuando existe
desconocimiento y menosprecio de estos derechos, el hombre puede verse compelido al supremo
recurso de la rebelión en contra de la tiranía y la opresión.

Cuando en una sociedad no se ven realizadas las condiciones de: reconocimiento y respeto de los
derechos y libertades de los demás, las exigencias de la moral y una sociedad democrática, se está
en presencia de la tiranía y opresión.

La tiranía puede tener su origen en 3 formas: 1) quien ejerce el poder del Estado accede a ello de
modo ilegitimo, 2) quien ejerce el poder del Estado lo ejerce en contra del ordenamiento legal o
en contradicción a las normas internacionales, 3) los 2 anterior.
En una sociedad democrática toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, opinión,
conciencia y religión, también derecho a participar en el gobierno del país, derecho a votar, a la
educación (gratuita, generalizada, obligatoria y de igual acceso), etc.

Todo país es la combinación de un estado y de una nación.

La nación o pueblo es el sujeto que hace nacer al Estado. La vida cotidiana del pueblo es la
realización de su identidad cultural histórica.

La promoción de una cultura fundada en los DDHH

1.- La dignidad humana, como fruto de la solidaridad

La dignidad humana social, personal y colectiva, radica en la potencia creadora y original del ser
humano.

El proceso de construcción de la dignidad humana enseña a cada ser humano que ella solo es
posible gracias a los demás; que si bien es radicalmente distinto y original, esa identidad es el fruto
de la riqueza original de los otros, igualmente dignos e iguales.

La solidaridad es la fuerza de una ética de la necesidad del otro, de los otros, para ser persona.LA
riqueza de nuestra experiencia esta frente a cada uno, que se nos ha ofrecido para
complementarnos, aportando al desarrollo humano común.

En síntesis, la dignidad humana se construye social e históricamente, descubriendo a través de los


otros la identidad personal y colectiva que pertenece a cada uno, y abre paso a la soberanía sobre
sí mismo, en el mundo social y natural que nos rodea, para luego, incorporar esa dignidad, en la
soberanía y libre determinación del pueblo y por último a la humanidad.

2.- La dignidad humana, fruto de un proceso de crecimiento y desarrollo.

El desarrollo es la ampliación de las calidades y capacidades de vida de cada ser humano, grupo y
pueblo.

Esa pedagogía de los DDHH expresa siempre la ruptura con los determinismos para crecer, no solo
en la libertad de elegir, sino la de crear y producir, la de hacer más rica la vida común, apostando a
un mundo más pleno de dignidad humana.

3.- La paz como fruto de la realización, de la dignidad humana.

La paz nace de la relación de seguridad que produce el reconocimiento personal y social de la


identidad de cada persona, de su derecho a ser soberano sobre su vida y a participar de la
soberanía de su pueblo; de la libertad de ser original y trascendente. Aprender a vivir, crear y
construir socialmente la paz, es entonces el horizonte de esta cultura de los DDHH.
El dinamismo de la paz, es una relación de permanente ajuste y crecimiento, fruto del proceso de
desarrollo que conduce a la construcción de la dignidad humana. La paz no es inmovilismo, sino
vivo crecimiento.

IV. Capítulo 3: El orden de la convivencia que proponen los DDHH.

Principios fundamentales y conceptos básicos.

Principios: son 4

1) Los DDHH son fundacionales: ninguna sociedad puede construir un orden institucional
ignorando lo establecido en la Declaración Universal. Los Estados partes del pacto (incluido Chile)
se comprometen a respetar y garantizar a todos los que se encuentren en su territorio los DDHH.

2) Los DDHH son universales: los Estados tienen la obligación de promover el respeto universal y
efectivo de los derechos y libertades humanas.

3) DDHH no admiten discriminación alguna: Los Estados están obligados a respetar los DDHH sin
distinción alguna de raza, color, sexo, religión, idioma, etc.

4) Los DDHH son una totalidad sistémica: La violación de cualquier derecho en particular, los
afecta a todos, pues estos derechos se derivan de la dignidad inherente al humano y esta dignidad
es indivisible.

Conceptos básicos: son 4

1) Los DDHH: Son relaciones de justicia y solidaridad, que derivan de la dignidad inherente al ser
humano y que hacen posible su realización como tal, los cuales todos los seres humanos pueden
exigir de los Estados, y están obligados a respetar en sus relaciones con los demás.

Ningún Estado puede emprender y desarrollar actividades o realizar actos para la supresión de
cualquiera de estos DDHH. Sin embargo, para situaciones excepcionales, que pongan en peligro la
nación podrán adoptarse medidas que suspendan las obligaciones contraídas en el pacto. Esta
suspensión debe regirse por condiciones como: se informe a la ONU, no afecte al derecho a la
vida, no se incompatible con las demás obligaciones y no discriminen.

Si el Estado cae en falta de sus obligaciones, derecho internacional lo sancionará.

2) El derecho a la libre determinación del pueblo: Este derecho comprende 2 dimensiones: el


derecho de autodeterminación del pueblo y el derecho a libre determinarse. El primero se refiere
al ejercicio del derecho a la autonomía e independencia de una nación respecto a cualquier otra,
afirmando su identidad cultural y espacio territorial, lo que le permite exigir a las demás naciones
el respeto a esta condición.
La moderna conciencia de este derecho si bien nació vinculada a la lucha anticolonialista que se
impulsó al final de la 2ª guerra mundial, adquiere un sentido positivo para afirmar la identidad,
desarrollo, etc.

Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación, es decir, establecer libremente su
condición política, desarrollo económico, social y cultural. El derecho a la libre determinación es,
entonces, el derecho al pluralismo de las organizaciones, el derecho de las minorías, en la que se
expresa su soberanía originaria.

En los Estados que existan minorías étnicas, no se negara a las personas que pertenezcan a ellas a
tener su propia vida cultural, profesar su propia religión, etc.

3) El Estado de Derecho: Los DDHH deben ser protegidos por un régimen de derecho, a fin de que
el hombre no se vea compelido al supremo recurso contra la tiranía y la opresión. Los elementos
fundamentales del concepto de Estado de Derecho son:

-Imperio de la Ley: Igualdad ante la ley e igual derecho a la protección de esta.

-Origen, propósitos y límites de la ley: se limita a las personas para asegurar el reconocimiento y
respeto de los derechos y libertades de los demás.

-Protección legal de los DDHH: Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante tribunales
que la ampare contra estos que violen sus derechos reconocidos por la constitución. Tienen
derecho a ser oídos públicamente. Las libertades deben estar protegidas por un poder judicial
independiente e imparcial.

-Contenido del Estado de Derecho: Todos tienen derecho a que se establezca un orden social e
internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan
efectivos. El estado de derecho tiene por finalidad la realización efectiva de los DDHH, el orden
público y el bienestar general en una sociedad democrática.

4) Democracia: Una sociedad democrática supone: la plena vigencia de los DDHH, el respeto al
derecho la libre determinación de los pueblos y la vigencia de un autentico Estado de Derecho.

Dadas esas condiciones la democracia se traduce en la vigencia práctica y real, para todos los
ciudadanos, del principio según el cual la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder
público, para lo cual, todos gozaran de los siguientes derechos y oportunidades:

-Derecho a participar en los asuntos públicos

-Derecho a votar y ser elegidos en elecciones periódicas, autenticas

-Derecho a tener acceso en condiciones generales de igualdad a las funciones públicas del país

La democracia se funda en la igualdad real de derechos y en la no discriminación, para lo cual se


necesita un régimen jurídico coherente con ello. Su objetivo, sin embargo, no es el orden y
fiscalización del bien común, sino que es permitir la creatividad social, evaluación critica, desafiar,
etc.

El derecho a la democracia es, entonces, un derecho permanente a producir el cambio en pleno


respeto a los DDHH y la libre determinación, fundado en el orden institucional, de manera que
siempre pueda mejorarse el orden nacional en que los derechos y libertades proclamados en la
Declaración Universal se hagan efectivos.

El Estado democrático de Derecho

A través de la historia, el Estado de Derecho ha adquirido 3 formas de expresión:

1) Estado de Derecho como Estado de representación y de contrato, Estado de poder: monopolio


de la ley y de su imposición a la fuerza. Se limita el desarrollo de las personas y de la sociedad.
Divide los poderes, constitución, etc.

2) Estado social de Derecho: el ordenamiento jurídico abre la instancia pública a espacios de


negociación de los conflictos de intereses, a través de instituciones, etc. Amplia la estructura del 1)
en un sistema de reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales.

3) Estado Democrático de Derecho: es el intento de superar los 2 anteriores, afirmando en la


realización de la libertad personal y social una organización que hace posible ampliar la capacidad
del conjunto social, para ejercer el derecho al desarrollo en su dimensión personal y colectiva.
Surge entonces como una nueva forma de relacionar la sociedad política con la sociedad civil, de
articular agentes públicos y privados en la producción, etc.

En el Estado Democrático de Derecho, el orden social busca asegurar las necesidades básicas,
tanto a las personas como a los grupos. Los vínculos entre la sociedad política y la civil se
estrechan y se potencian mutuamente. El derecho ya no es solo límite y control, llega a ser un
ordenador de las fuerzas y energías sociales, que afirma la libertad personal y social como el poder
de desarrollo humano en cantidad y calidad de vida.

Lo anterior conforma una ampliación de la noción de Estado, a través de la redistribución del


poder en los ciudadanos y sus asociaciones, al tiempo que una racionalización y
perfeccionamiento de los aparatos públicos otorgan mayor participación social, es decir, los DDHH
están garantizados por un orden que hace realidad la justicia social, al hacer de cada persona el
sujeto y el fin del desarrollo.

En esta forma de Estado, la promoción de la originalidad de las personas y minorías, y del respeto
a la dignidad de todos, hace posible una democracia cotidiana y pluralista, capaz de asumir el
progreso en sus variadas dimensiones.

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