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Grupo 2B: "Posiblemente carcinógeno para el ser humano" Hay algunas pruebas de que puede causar cáncer

a los humanos pero de momento están lejos de ser concluyentes.

 El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer ha clasificado los campos


electromagnéticos producidos por los teléfonos móviles como posiblemente carcinógenos para los seres
humanos.
 Hay estudios en curso para analizar más a fondo los posibles efectos a largo plazo del uso de
los teléfonos móviles.
 En 2016, la OMS realizará una evaluación formal de los riesgos a partir de todos los
resultados de salud estudiados en relación con campos de radiofrecuencias.

La energía de radiofrecuencia es una forma de radiación electromagnética. La radiación electromagnética se


puede clasificar en dos tipos: ionizante (p. ej., los rayos X, el radón y los rayos cósmicos) y no ionizante (p. ej., la
radiofrecuencia y la frecuencia baja en extremo o la frecuencia eléctrica). La radiación electromagnética se define
de acuerdo a su amplitud de onda y a su frecuencia, la cual es el número de ciclos de una onda que pasa un punto
de referencia por segundo. Las frecuencias electromagnéticas se describen en unidades llamadas hercios (Hz).
Los teléfonos móviles son transmisores de radiofrecuencias de baja potencia, pues funcionan en un intervalo de
frecuencias de entre 450 y 2700 MHz y tienen un pico de potencia que va de 0,1 a 2 vatios. El aparato sólo
transmite energía cuando está encendido. La potencia (y por lo tanto la exposición del usuario a las
radiofrecuencias) desciende rápidamente al aumentar la distancia con el dispositivo. Una persona que utiliza el
teléfono móvil a una distancia de entre 30 y 40 centímetros de su cuerpo – por ejemplo, al escribir mensajes de
texto, navegar por Internet o cuando se utiliza un dispositivo «manos libres» – estará mucho menos expuesta a
campos de radiofrecuencia que quienes lo utilizan acercando el aparato a su cabeza.

Si bien los datos obtenidos en el estudio INTERPHONE no indican un aumento del riesgo de sufrir tumores
cerebrales, el uso cada vez mayor del teléfono móvil y la falta de datos referentes a su utilización por periodos de
más de 15 años hacen evidente la necesidad de seguir investigando la relación del uso de este aparato con el
riesgo de contraer cáncer cerebral. En concreto, dada la reciente popularidad de los teléfonos móviles entre los
jóvenes y, por consiguiente, la posibilidad de una exposición más prolongada a lo largo de la vida, la OMS ha
impulsado que se ahonden las investigaciones en este grupo de población. En estos momentos, se están llevando
a cabo diversos estudios que investigan los posibles efectos sobre la salud de niños y adolescentes

El análisis de los datos internacionales combinados procedentes de 13 países participantes no reveló un aumento
del riesgo de glioma ni meningioma con el uso del teléfono móvil durante más de 10 años. Hay ciertos indicios de
un aumento del riesgo de glioma en las personas que se hallaban en el 10% más alto de horas acumuladas de
uso del móvil, aunque no se observó una tendencia uniforme de aumento del riesgo con el mayor tiempo de uso.
Los investigadores señalaron que los sesgos y errores limitan la solidez de estas conclusiones e impiden hacer
una interpretación causal. Basándose en buena parte en estos datos, el CIIC ha clasificado los campos
electromagnéticos de radiofrecuencia como posiblemente carcinógenos para los seres humanos (grupo 2B),
categoría que se utiliza cuando se considera que una asociación causal es creíble, pero el azar, los sesgos o los
factores de confusión no pueden descartarse con una confianza razonable.

De hecho, lo que sí hay son estudios y mediciones que han determinado que los niveles de radiación de las
antenas de las diferentes empresas de telefonía celular son inferiores a los considerados peligrosos, por ejemplo,
por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De otro lado, está la radiación no ionizante, que no tienen la suficiente energía para modificar las moléculas de las
células vivas, pero tienen energía para generar calor

El día 17 de mayo se publicaron por parte del Grupo de Estudio de Interphone y la Agencia Internacional del
Cáncer de la Organización Mundial de la Salud los esperados resultados finales del estudio “INTERPHONE” sobre
el riesgo de tumores cerebrales y el uso de teléfonos móviles. La principal conclusión es que no se ha observado
que el uso del teléfono por un período igual o superior a 10 años desde la primera vez que se utilizó el TM
suponga un riesgo mayor de padecer gliomas o meningiomas.
El CCARS ha elaborado un Documento de Posicionamiento sobre los resultados de este Estudio, cuyo autor es el
profesor Francisco Vargas, que destaca que no se ha observado un mayor riesgo en usuarios de teléfonos móviles
(TM) de padecer gliomas o meningiomas en un período igual o superior a 10 años después de la primera vez que
se utilizó el TM. El análisis destaca que globalmente el uso del TM fue menor en los casos que padecían gliomas o
meningiomas que en los controles, y que este riesgo menor, puede deberse, según los autores, a sesgos de
participación y otras limitaciones metodológicas.
la telefonía móvil se encuadra en el grupo 2 B, o "posiblemente cancerígeno", según la IARC. Recordamos que
ese posiblemente significa que su relación con alguna causa de cáncer, si existiera, está basada en evidencias
muy limitadas provenientes de investigación en seres humanos y, además, no se han encontrado pruebas sólidas
en estudios con animales.
La gran mayoría de los estudios realizados en personas para probar una relación directa entre el uso del teléfono
móvil con algún efecto cancerígeno han resultado negativos o, como máximo, han sido poco concluyentes. A fecha
de hoy, las numerosas investigaciones siguen sin encontrar pruebas de peso que señalen un vínculo directo ni con
los campos electromagnéticos de radiofrecuencia ni con los terminales móviles.
Uno de los más extensos es el macroestudio realizado en Dinamarcaque tomó como sujetos de estudio a más de
358.000 usuarios de teléfonos móviles y cruzaron los datos con el Registro Danés de Cáncer para averiguar si
existía una incidencia en el número de tumores detectados. Los resultados no encontraron ninguna relación entre
el uso de móviles y aparición de gliomas, meingiomas o neuromas, ni siquiera en personas que habían sido
usuarios de teléfonos móviles durante más de 13 años.

Los investigadores han llevado a cabo varios tipos de estudios epidemiológicos para investigar la posibilidad de
que exista una relación entre el uso de teléfonos celulares y el riesgo de tumores cerebrales malignos
(cancerosos), tales como gliomas; así como tumores benignos (no cancerosos), como neuromas acústicos
(tumores en las células del nervio responsable de la audición); la mayoría de los meningiomas (tumores en las
meninges, las cuales son membranas que cubren y protegen al cerebro y a la médula espinal); y los tumores de
glándula parótida (tumores en las glándulas salivales) (9).

Estos estudios no han mostrado evidencia clara de una relación entre el uso de teléfonos celulares y el cáncer. Sin
embargo, los investigadores han informado de algunas asociaciones estadísticamente significativas para ciertos
subgrupos de gente.

Tres estudios epidemiológicos grandes han examinado la asociación posible entre el uso de teléfonos celulares y
el cáncer. Interphone, un estudio de casos y controles; el Estudio Danés, un estudio de cohortes; y el Estudio del
Millón de Mujeres, otro estudio de cohortes.
 Interphone
Cómo se efectuó el estudio: Este es el mayor estudio de casos y controles relacionado con la salud sobre el uso
de teléfonos celulares y el riesgo de tumores de cabeza y cuello. Un consorcio de investigadores de 13 países
efectuó este estudio. Los datos se originaron de cuestionarios que completaron los participantes del estudio.
Lo que mostró el estudio: Los análisis más publicados de este estudio no han revelado aumentos
estadísticamente significativos en los cánceres de cerebro o del sistema nervioso central que estén relacionados
con un mayor uso de teléfonos celulares. Un análisis mostró un aumento estadísticamente significativo, aunque
moderado, en el riesgo de glioma en la proporción pequeña de participantes del estudio quienes pasaron más
tiempo total en llamadas de teléfonos celulares. Sin embargo, los investigadores consideraron este resultado como
no concluyente porque sintieron que el grado de uso reportado por algunos participantes no era probable y que los
participantes que reportaron grados más bajos de uso al parecer tenían un menor riesgo de cáncer de cerebro
comparados con gente que no usó teléfonos celulares regularmente (5,10,11). Otro análisis reciente de este
estudio no encontró relación entre el sitio de tumores de cerebro y las regiones del cerebro que estuvieron
expuestas a concentraciones más altas de energía de radiofrecuencia procedente de los teléfonos celulares (12).
 Estudio danés
Cómo se efectuó el estudio: Este estudio de cohortes en Dinamarca relacionó la información de facturación de
más de 358 000 suscriptores de teléfono celular con los datos de incidencia de tumores de cerebro del Registro
Danés de Cáncer.
Lo que mostró el estudio: No se observó una asociación entre el uso de teléfonos celulares y la incidencia de
glioma, de meningioma o de neuroma acústico, ni siquiera entre personas que habían estado suscritos a teléfonos
celulares por 13 años o más (13-15).

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