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“Corte interamericana de
Derechos Humanos”
Alumno:
Javier Néstor Miranda Flores
Profesor:
Curso:
Ciclo:
X
Trujillo-Perú
2016
Introducción
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LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
1. Antecedentes
En noviembre de 1969 se celebró en San José de Costa Rica la Conferencia
Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. En ella, los delegados
de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos
redactaron la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que entró en
vigor el 18 de julio de 1978, al haber sido depositado el undécimo instrumento de
ratificación por un Estado Miembro de la OEA.
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la Segunda Guerra Mundial, cuando las naciones de América se reunieron en
México y decidieron que una declaración sobre derechos humanos debería ser
redactada, para que pudiese ser eventualmente adoptada como convención. Tal
declaración, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes de la persona,
fue aprobada por los Estados Miembros de la OEA en Bogotá, Colombia, en
mayo de 1948.
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Convenio de Sede está destinado a facilitar el normal desenvolvimiento de las
actividades de la Corte, especialmente por la protección que da a todas aquellas
personas que intervengan en los procesos. Como parte del compromiso
contraído por el Gobierno de Costa Rica, en noviembre de 1993 éste le donó a la
Corte la casa que hoy ocupa la sede del Tribunal.
2. Objetivos
3. Funciones
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Americana o de otros tratados concernientes a la protección de los
derechos humanos en las Américas.
Cabe señalar que una de las diferencias entre una y otra función o
competencias estriba en que la función jurisdiccional está abierta únicamente
para aquellos Estados que se han ratificado o adherido a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
4. Composición y estructura
El Estatuto de la Corte (en adelante “el Estatuto”) dispone que ésta es una
institución judicial autónoma que tiene su sede en San José, Costa Rica y cuyo
objetivo es el de aplicar e interpretar la Convención. La Corte está integrada
por siete Jueces, nacionales de los Estados miembros de la OEA. Son elegidos
a título personal “entre juristas de la más alta autoridad moral, de reconocida
competencia en materia de derechos humanos, que reúnan las condiciones
requeridas para el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme
a la ley del país del cual sean nacionales o del Estado que los proponga como
candidatos” (artículo 52 de la Convención). Conforme al artículo 8 del Estatuto,
el Secretario General de la OEA solicita a los Estados Partes en la Convención
(en adelante “Estados Partes”) que presenten una lista con los nombres de sus
candidatos para Jueces de la Corte. De acuerdo con el artículo 53.2 de la
Convención, cada Estado Parte puede proponer hasta tres candidatos,
nacionales del Estado que los propone o de cualquier otro Estado miembro de
la Organización.
Los Jueces son elegidos por los Estados Partes, en votación secreta y por
mayoría absoluta de votos, durante la sesión de la Asamblea General de la
OEA inmediatamente anterior a la expiración del mandato de los Jueces
salientes. Las vacantes en la Corte causadas por muerte, incapacidad
permanente, renuncia o remoción serán llenadas, en lo posible, en el siguiente
período de sesiones de la Asamblea General de la OEA (artículos 6.1 y 6.2 del
Estatuto). El mandato de los Jueces es de seis años y sólo pueden ser
reelectos una vez. Los Jueces que terminan su mandato siguen conociendo de
los casos a que ya se hubieren abocado y que se encuentren en estado de
Sentencia (artículo 54.3 de la Convención).
Los Estados son representados en los procesos ante la Corte por agentes
designados por ellos (artículo 21 del Reglamento) y la Comisión es
representada por los delegados que designe al efecto. Desde la reforma
reglamentaria del año 2001, las presuntas víctimas o sus representantes tienen
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la posibilidad de presentar de manera autónoma sus solicitudes, argumentos y
pruebas, además de participar en las diferentes instancias y etapas procesales
ante el Tribunal. Los Jueces están siempre a disposición de la Corte, la cual
celebra cada año los períodos de sesiones que sean necesarios para el cabal
ejercicio de sus funciones.
5. Reglamento
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de sus familiares la facultad de presentar, en forma autónoma, sus propios
argumentos y pruebas en la etapa de reparaciones del proceso. Dicha reforma,
que entró en vigor el 1° de junio de 2001, introduce una serie de medidas
destinadas a otorgar a las presuntas víctimas, sus familiares o sus
representantes debidamente acreditados, la participación directa en todas las
etapas del proceso iniciado mediante la presentación de una demanda ante el
Tribunal. Este Reglamento fue posteriormente reformado por el Tribunal el 24
de noviembre de 2000 en su LXI Período Ordinario de Sesiones, celebrado del
20 de noviembre al 4 de diciembre de 2003, y en su LXXXII Período Ordinario
de Sesiones, celebrado del 19 al 31 de enero de 2009.
6. Atribuciones
De acuerdo con la Convención, la Corte ejerce las funciones contenciosa y
consultiva. La primera se refiere a la resolución de casos sometidos por la
Comisión Interamericana o un Estado Parte en que se ha alegado que uno de
los Estados Partes ha violado la Convención. Dentro de esta función la Corte
tiene la tarea de supervisar el grado de cumplimiento de las sentencias
emitidas y de acuerdo con el procedimiento establecido en su Reglamento.
Asimismo, la Corte tiene la facultad de dictar medidas provisionales de
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protección. La segunda función se refiere a la facultad que tienen los Estados
Miembros de la Organización de consultar a la Corte acerca de la
interpretación de la Convención o “de otros tratados concernientes a la
protección de los derechos humanos en los Estados Americanos”. También
podrán consultarla, en lo que les compete, los órganos de la OEA señalados en
su Carta.
Función contenciosa: por esta vía, la Corte determina si un Estado ha
incurrido en responsabilidad internacional por la violación de alguno de
los derechos consagrados o estipulados en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos o en otros tratados de derechos humanos
aplicables al sistema interamericano, por haber incumplido con sus
obligaciones de respetar y garantizar esos derechos. La competencia
contenciosa del Tribunal se encuentra regulada en el artículo 62 de la
Convención Americana.
Función consultiva: por este medio la Corte responde consultas que
formulan los Estados miembros de la OEA o los órganos de la misma,
en los términos del artículo 64 de la Convención.
Medidas provisionales: la Corte puede adoptar las medidas que
considere pertinentes en casos de extrema gravedad y urgencia, y
cuando se haga necesario evitar daños irreparables a las personas,
tanto en casos que estén en conocimiento de la Corte, como en asuntos
que aún no se han sometido a su conocimiento, a solicitud de la
Comisión Interamericana.
7. Importancia
Una constante en las resoluciones de la Asamblea General bajo estudio, es el
reconocimiento de la importancia de la labor desarrollada por la Corte como
órgano de protección de los derechos humanos en el continente y el hecho de
habérsele instado a que continúe con sus importantes funciones. El aspecto
que se ha resaltado es la labor jurídica de la Corte ceñida estrictamente a
derecho, como una actividad que prestigia al Sistema Interamericano. Es
indudable que los Estados aprecian, desde el punto de vista de la seguridad
jurídica, que la función jurisdiccional de la Corte tiene un singular valor, puesto
que al haberse constituido como Tribunal único y autónomo, y estando en tal
virtud habilitado para sentenciar independientemente incluso respecto a lo
previamente acordado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
garantiza doblemente a los Estados parte que han aceptado la competencia de
la Corte, el estricto cumplimiento de la normatividad de protección a los
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derechos humanos. Por otra parte, los representantes gubernamentales han
destacado que por medio de la competencia consultiva, accesible a todos los
Estados miembros de la OEA, se coadyuva de manera significativa al
desarrollo doctrinario de las normas y principios sobre derechos humanos.
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8.2. Emisión de la sentencia
Tras culminar la etapa oral, las partes remiten por escrito sus alegatos
finales. Seguidamente, la Corte deliberará en privado y aprobará la
sentencia que será notificada a las partes. Usualmente la sentencia
contiene la determinación de los hechos, las conclusiones de las partes,
los fundamentos de derecho, la decisión sobre el caso y el
pronunciamiento sobre las reparaciones correspondientes.
9. Casos emblemáticos
La actividad reciente de la Corte La labor de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha tenido gran significación en la protección de las
libertades fundamentales en el continente americano desde su misma entrada
en funciones.
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sentencias, la actividad de la Corte se orienta a garantizar los derechos
protegidos por la Convención Interamericana de Derechos Humanos, así como
por la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.
En relación con él, la Corte ha sostenido que los Estados tienen la obligación
de no adoptar prácticas o legislación cuya aplicación favorezca el incremento
del número de personas apátridas (Niñas Yean y Bosico c/ República
Dominicana, 08/09/2005).
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Respecto de otro derecho, el de protección de la honra y la dignidad, la Corte
ha estatuido que la divulgación de una conversación telefónica por parte del
Estado, aunque ésta se haya obtenido lícitamente, resulta una violación de tal
derecho (Tristán Donoso c/ Panamá, 27/01/2009). De gran importancia es la
labor de la Corte en el control del cumplimiento de las garantías de los
justiciables. En fecha reciente, la Corte ha dicho que la exigencia de que las
decisiones no sean arbitrarias se aplica a todas las autoridades públicas, por lo
que no sólo están vinculados los tribunales judiciales sino también los
administrativos (Barbani Duarte y otros c/ Uruguay, 13/10/2011).
Además, los plazos de los procesos judiciales han de ser razonables, y para
determinar esta razonabilidad se ha de tener en cuenta las posibles
consecuencias del transcurso de esos plazos sobre las situaciones jurídicas
concernidas: cuanto mayores puedan ser esas consecuencias, mayor deberá
ser la celeridad con la que se llegue a una solución definitiva (Valle Jaramillo c/
Colombia, 03/04/2009).
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inhumano o degradante en los términos de la Convención (Díaz Peña c/
Venezuela, 26/06/2012). También se ha analizado el asunto, muy espinoso en
consideración de la historia reciente de muchos países americanos, de las
desapariciones forzadas de personas.
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estereotipos no es adecuada para asegurar el interés superior del menor
(Attalas Riffo y Niñas c/ Chile, 24/02/2012).
10. Conclusiones
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El análisis de la estructura y funciones de la Corte Interamericana debe partir
de las siguientes premisas: a) la primera cuestión básica que debe tomarse en
consideración es que la tutela de los derechos humanos corresponde
esencialmente a los organismos internos, ya que lo de carácter internacional,
como lo es la Corte Interamericana tiene carácter subsidiario y complementario
de la protección nacional: b) es preciso destacar la separación entre los
tribunales internacionales y los de carácter transnacional, ambos de naturaleza
supranacional, pero que con frecuencia se confunden ya que los primeros no
constituyen una instancia de revisión o casación de la decisión de los
organismos internos de protección de los mismos derechos humanos, en tanto
que los segundos se configuran como los órganos de último grado respecto de
los tribunales internos de los países que forman uniones o asociaciones de
integración o comunitarios, por lo que las resoluciones tienen naturaleza
definitiva y firme, por lo que se imponen obligatoriamente a los organismos
nacionales. La razón de lo anterior es que las dos categorías de tribunales
aplican diverso tipo de normas, los internacionales, las disposiciones de este
carácter y las transnacionales las normas de integración o comunitarias, las
que se encuentran en un nivel intermedio entre las internacionales y las de
derecho interno.
Con apoyo en las anteriores proposiciones podemos sostener que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos es un tribunal internacional que tiene
por objeto la aplicación y la interpretación de la Convención Americana de
Derechos Humanos, suscrita en la ciudad de San José de Costa Rica, en
noviembre de 1969 (y por ello también se le califica como Convención de San
José), pero también de sus dos Protocolos, el relativo a los derechos
económicos, sociales y culturales, y el que se refiere a la prohibición de la pena
de muerte. Pero los derechos sustantivos cuyo cumplimiento corresponde a la
Corte Interamericana también comprenden los lineamientos de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la ciudad de
Bogotá en mayo de 1948, la que ha llegado a adquirir efectos jurídicos
vinculantes para los Estados miembros de la Organización de los Estados
Americanos, como lo ha precisado la misma Corte Interamericana. Además, la
citada Organización ha aprobado otras Convenciones Interamericanas, las que
deben ser también tomadas en cuenta por el tribunal.
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11. Bibliografía
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OEA. Documentos Básicos en materia de Derechos Humanos en el Sistema
Interamericano. Secretaría de la CIDH. San José. Costa Rica. 2000.
Valverde Gómez, Ricardo. Los Derechos Humanos. Editorial UNED. San José.
Costa Rica. 1993.
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