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Actividad 7

Presenta:

Laura Xiomara Velásquez zapata

628665

Tutor:

Gustavo Gómez

ETICA PROFESIONAL

UNIVERSIDAD MINUTO DE DIOS

ADM SALUD OCUPACIONAL

ETICA PROFESIONAL

BOGOTÁ D.C
2018
LA ÉTICA EN ARISTÓTELES

Para Aristóteles lo más importante para alcanzar la felicidad era la prudencia las virtudes

del carácter y un poco de suerte, la felicidad era para él la aspiración suprema de

todos los seres humanos y aquello por lo cual deseamos todas las demás

Aristóteles concibe la felicidad como una aspiración suprema de todos los seres

humanos, el fin último al que el ser humano tiende de modo natural, y aquello por

lo cual deseamos todas las demás cosas, más bien consistía en un tipo de vida,

una vida basada en el ejercicio constante de lo más propio y excelente del ser

humano, aquello que lo diferencia de otros animales no humanos: la razón.

Aristóteles entiende como virtud aquellas cualidades del carácter que pueden aprenderse

mediante el ejercicio. Tanto Aristóteles como Epicuro hablan de la necesidad de

la prudencia para ser feliz. Aristóteles cree que la prudencia es una especie de

inteligencia práctica que consiste en la capacidad de pensar antes de actuar. Que

profundo es esto si lo entendemos de verdad y lo ponemos en práctica en nuestras

vidas, si obedeciéramos primeramente a la prudencia antes de actuar este mundo

sería mucho mejor.

Actualmente vivimos en una sociedad de consumo, en la que creemos que teniendo todo

lo que queramos, o más que el resto somos más o menos felices. La felicidad

consiste en conocernos a nosotros mismos y aceptarnos tal y como somos para

poder ser realmente felices por lo que somos, no por lo que tenemos. La felicidad

es aquello que todo el mundo desea. En eso coincidimos todos; sin embargo, las

divergencias surgen a la hora de definir qué entendemos por felicidad son varias.
Aristóteles sostuvo lo que hoy se llama una ética de virtudes. Según él, las virtudes

más importantes son las del alma, principalmente las que se refieren a la parte

racional del hombre. Aristóteles divide la parte racional en dos: el intelecto y la

voluntad. Cuando el intelecto está bien dispuesto para aquello a lo que su

naturaleza apunta, es decir para el conocimiento o posesión de la verdad,

decimos que dicho intelecto es virtuoso y bueno. Las virtudes intelectuales

perfeccionan al hombre en relación al conocimiento y la verdad y se adquieren

mediante la instrucción. A través de las virtudes, el hombre domina su parte

irracional.

Aristóteles considera que el fin que busca el hombre es la felicidad, que consiste en la

vida contemplativa. La ética desemboca en la política. El organismo social de

Aristóteles considera al Estado como una especie de ser natural que no surge

como fruto de un pacto o acuerdo. El hombre es un animal social que desarrolla

sus fines en el seno de una comunidad. La política del hombre se explica por su

capacidad del lenguaje, único instrumento capaz de crear una memoria colectiva

y un conjunto de leyes que diferencia lo permitido de lo prohibido. Aristóteles

veía al Estado como el gran promotor de la Ética, a través de la política, donde

su visión debería centrarse precisamente en la búsqueda de la felicidad de los

ciudadanos, con la práctica de los valores éticos.


Referencias:

1 Gómez, R. y Suaza, D. (Enero de 2017). La ética en Aristóteles. Medellín:


Universidad de Antioquia. Recuperado de http://bit.ly/2jbTjKk

http://guindo.pntic.mec.es/ssag0007/filosofica/aristoteles-duererias.pdf

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